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Señor.

JUEZ TERCERO DE EJECUCION DE PENAS DE BARRANQUILLA

E. S. D.

REF. C.U.E. 12195

ELIECER S. ALTAMIRANDA MIRANDA, mayor, conocido de autos dentro del proceso de la


referencia, estando dentro del término de ley, comedidamente interpongo recurso de
apelación CONTRA EL AUTO ADIADO Febrero 22 hogaño, recurso que sustento en los
siguientes razonamientos:

Revoca el señor Juez la prisión domiciliaria que gozaba el suscrito, ello por cuanto yo mismo
admití haber salido de mi lugar de reclusión para los días 6,11,12 y 13 de Junio de 2.018, para
de allí concluir me evadí del lugar de reclusión, sin embargo no atisbó que para los días 11, 12
13 de Junio dicha “evasión” tiene una justificación y lo fue el lamentable estado de salud de mi
hija TALIANA, y ante las no anunciadas convulsiones de mi infante hija me resultaba imposible
acudir primero al INPEC para que me autorizaran mi traslado al Hospital Niño Jesus a donde
me tocó llevar a mi hija de urgencia debido a su grave estado de salud.

Dentro del expediente afloran las pruebas que acreditan que mi compañera CLAUDIA
QUINTANA se viene desempeñando como muchacha de servicio desde hace más de Cinco (5)
labor con la cual ha sido posible cumplir a medias con las necesidades mínimas de mis hijas,
razón por la cual al momento de gozar de la prisión domiciliaria me correspondió hacerme
cargo del hogar, lo anterior por cuanto en más de Cinco (5) años que llevaba en prisión
domiciliaria (febrero a Junio de 2.018) el expediente no se encontraba en ningún despacho de
ejecución de penas y fue por eso que en los días que mi hija convulsionó he sido yo el único
que me encontraba en casa con ellas pues no me han permitido trabajar y como es lógico, me
traslade de inmediato al hospital más cercano, todo en aras de preservar la vida de mi hija, no
importándome sacrificar mi derecho a la domicilia si hubiere sido capturado por fuera de mi
lugar de reclusión.

El día 11, además de otras convulsiones que ya había padecido, Taliana convulsiona
nuevamente e igual que en anteriores cuadros convulsivos, yo estuve junto a ella en todo
momento en Urgencias hasta que la reanimaron y controlaron dichos eventos convulsivos,
convulsiones que fueron de improviso y sin darme tiempo para llamar primero al INPEC pues
de seguro esa demora en la reacción hubiese podido traer consecuencias cerebrales para mi
bebe.

Salí del Hospital el día 12 de Junio en horas de la tarde y le dieron de alta sin determinar la
causa de dichas convulsiones, causas que aún hoy en día no han sido descubiertas, ello por
cuanto aquí en Barranquilla no hay los servicios adecuados para tratar tales crisis, aunque para
el señor Juez a quo los servicios del SISBEN son óptimos, y fue eso lo que me llevó a
ausentarme por segunda vez el día 13, no para ir a Cartagena como dijo de manera temeraria
la Fiscal quejosa, pues si no presente poder el 6 de Junio qué necesidad tenía de ir solo para
preguntar si ese día iba a ver o no audiencia, sino que salí fue a buscar quien me podía ayudar
para lograr se le hicieran a mi bebe los estudios que su rara enfermedad ameritan, hecho este
que así se lo manifesté a mis custodios del INPEC vía telefónica cuando no me encontraron,
acudiendo ellos a mi hogar el día siguiente, Junio 14, donde me encontraron, como siempre lo
han hecho durante más de 12 visitas que me han realizado en 12 meses de beneficio, siendo
ese el motivo por el cual el INPEC no me inició ningún proceso sancionatorio, lo anterior en
razón de que ellos si comprobaron de primera vista el estado de salud de mi hija y lo caótico
de mi situación familiar.

Para conocimiento del señor Juez, hoy por hoy no se sabe que causa las convulsiones y ante la
ausencia de una atención medica debida pues el SISBEN es demorado para autorizar exámenes
costosos y que solo se realizan en Medellín, a mi hija se le ha mantenido con medicamento
propio de los esquizofrénicos, tales con CARBOMACEPINA y ACIDO VALPROICO, lo cual le
causado ya un sobrepeso de más de 15 kilos y ni Dios lo permita, podrá presentar daño
hepático o renal.

En el proceso existe prueba de que lo aquí dicho es cierto, y fue eso lo que me permitió de
alguna manera pensar que mi salida encontraría justificación, pues no estaba delinquiendo, ni
fue capricho del suscrito, sino que ante ese estado de impotencia y dolor al ver a un hijo
enfermo, que padre no sacrificaría su derecho a la “libertad” por la vida o salud de su hija de
Ocho (8) añitos de edad, sin embargo, estando ad portas del inicio de la citada audiencia en
Cartagena me arrepentí de incumplir lo pactado y me devolví raudo a mi hogar, de lo que se
infiere nada tenía que hacer yo en Cartagena para el día 13 como temerariamente y de mala fe
lo afirma la quejosa, quien prevalida de un ánimo protervo hacia el suscrito anunció hechos
falsos solo con la intención de perjudicarme.

Ya para terminar y en atención a lo expuesto en la exposición de motivos para el debate de la


ley 1709 de 2.014, traigo a colación la Gaceta del H. Congreso de la República No. 117 y de
fecha Marzo 21 de 2.013 donde es claro el legislador al establecer que la pena intramural es el
último recurso que se debe utilizar para aquellos casos en que se está en presencia de un
delincuente peligroso y que amerita tratamiento carcelario. Para su conocimiento, en más de
siete (7) de reclusión, sólo hasta el día 6 de Junio incumplí con mis obligaciones de reo y ello
por razones ya conocidas, nunca para delinquir y menos con actitud dolosa de infringir la ley;
en estos siete años de cautiverio me desempeñé en la cárcel de ternera con profesor de los
CLEI y docente Universitario dentro del convenio que dicha cárcel tiene con IAFIT, además de
ser representante de derechos humanos de donde se infiere no soy un peligro, tanto así que el
mismo INPEC y a pesar de no haberme encontrado en mi lugar de reclusión para el día 13 pero
que si constataron lo caótico de mi situación y lo lamentable del estado de TALIANA me
certificaron una BUENA CONDUCTA tal y como ha sido la constante todo este tiempo, y si bien
incumplí, no fue para cometer un delito atroz, sino tratando de proteger el derecho
fundamental de mi bebe y ante la ausencia del Estado para brindarme la protección al derecho
al trabajo muy a pesar de que así lo deprequé en varias oportunidades, aún cuando solicité la
domiciliaria por la mitad de la pena cvumplida.
Es por eso que considero que la revocatoria de mi beneficio no contempló jamás con el
principio de proporcionalidad y ello por cuanto dicho principio responde a la idea de evitar
una utilización desmedida de las sanciones que conllevan una privación o una restricción
de la libertad, para ello se limita su uso a lo imprescindible que no es otra cosa que
establecerlas e imponerlas exclusivamente para proteger bienes jurídicos valiosos.
Encuentra su justificación en distintos preceptos de la Constitución y haciendo referencia al
valor superior de la libertad y donde se proclama la dignidad de la persona. Al relacionarlo
con derechos articulados en la Carta Política hace que el Principio de proporcionalidad
tenga rango constitucional, lo cual hace que pueda ser apelado en un recurso de amparo.
Además de todo lo expuesto, tengo arraigo familiar, después del 13 de Junio de 2.018
nunca me ha encontrado el INPEC por fuera de mi hogar, ni me encontró evasivo el
notificador del juzgado cuando me enteró del inicio de la revocatoria y mucho menos
cuando me fue a notificar de la revocatoria muy a pesar de ser día festivo en Barranquilla
por conmemoración de las fiestas del rey MOMO, lo que denota mi interés en cumplir con
lo pactado en la domiciliara, razón por la cual le imploro analizar lo expuesto por la
C.S.J.SP. EN SENTENCIA de febrero 3 de 2.016 radicado No. 46647 y 4439 de Octubre
10 de 2.018.
No soy un peligro para la comunidad y así lo debió pensar el juez a quo en algún momento,
razón por la cual se tomó más de seis (6) meses para revocarme el beneficio.

Así las cosas, ruego el señor Juez ad-quem se sirva INFIRMAR el fallo recurrido y se tomen mis
argumentos plasmados en el traslado del trámite de revocatoria como parte integral de esta
sustentación.
Atentamente,

ELIECER S. ALTAMIRANDA MIRANDA

C.C No. 8.718.907 Barranquilla

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