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E. S. D.
Revoca el señor Juez la prisión domiciliaria que gozaba el suscrito, ello por cuanto yo mismo
admití haber salido de mi lugar de reclusión para los días 6,11,12 y 13 de Junio de 2.018, para
de allí concluir me evadí del lugar de reclusión, sin embargo no atisbó que para los días 11, 12
13 de Junio dicha “evasión” tiene una justificación y lo fue el lamentable estado de salud de mi
hija TALIANA, y ante las no anunciadas convulsiones de mi infante hija me resultaba imposible
acudir primero al INPEC para que me autorizaran mi traslado al Hospital Niño Jesus a donde
me tocó llevar a mi hija de urgencia debido a su grave estado de salud.
Dentro del expediente afloran las pruebas que acreditan que mi compañera CLAUDIA
QUINTANA se viene desempeñando como muchacha de servicio desde hace más de Cinco (5)
labor con la cual ha sido posible cumplir a medias con las necesidades mínimas de mis hijas,
razón por la cual al momento de gozar de la prisión domiciliaria me correspondió hacerme
cargo del hogar, lo anterior por cuanto en más de Cinco (5) años que llevaba en prisión
domiciliaria (febrero a Junio de 2.018) el expediente no se encontraba en ningún despacho de
ejecución de penas y fue por eso que en los días que mi hija convulsionó he sido yo el único
que me encontraba en casa con ellas pues no me han permitido trabajar y como es lógico, me
traslade de inmediato al hospital más cercano, todo en aras de preservar la vida de mi hija, no
importándome sacrificar mi derecho a la domicilia si hubiere sido capturado por fuera de mi
lugar de reclusión.
El día 11, además de otras convulsiones que ya había padecido, Taliana convulsiona
nuevamente e igual que en anteriores cuadros convulsivos, yo estuve junto a ella en todo
momento en Urgencias hasta que la reanimaron y controlaron dichos eventos convulsivos,
convulsiones que fueron de improviso y sin darme tiempo para llamar primero al INPEC pues
de seguro esa demora en la reacción hubiese podido traer consecuencias cerebrales para mi
bebe.
Salí del Hospital el día 12 de Junio en horas de la tarde y le dieron de alta sin determinar la
causa de dichas convulsiones, causas que aún hoy en día no han sido descubiertas, ello por
cuanto aquí en Barranquilla no hay los servicios adecuados para tratar tales crisis, aunque para
el señor Juez a quo los servicios del SISBEN son óptimos, y fue eso lo que me llevó a
ausentarme por segunda vez el día 13, no para ir a Cartagena como dijo de manera temeraria
la Fiscal quejosa, pues si no presente poder el 6 de Junio qué necesidad tenía de ir solo para
preguntar si ese día iba a ver o no audiencia, sino que salí fue a buscar quien me podía ayudar
para lograr se le hicieran a mi bebe los estudios que su rara enfermedad ameritan, hecho este
que así se lo manifesté a mis custodios del INPEC vía telefónica cuando no me encontraron,
acudiendo ellos a mi hogar el día siguiente, Junio 14, donde me encontraron, como siempre lo
han hecho durante más de 12 visitas que me han realizado en 12 meses de beneficio, siendo
ese el motivo por el cual el INPEC no me inició ningún proceso sancionatorio, lo anterior en
razón de que ellos si comprobaron de primera vista el estado de salud de mi hija y lo caótico
de mi situación familiar.
Para conocimiento del señor Juez, hoy por hoy no se sabe que causa las convulsiones y ante la
ausencia de una atención medica debida pues el SISBEN es demorado para autorizar exámenes
costosos y que solo se realizan en Medellín, a mi hija se le ha mantenido con medicamento
propio de los esquizofrénicos, tales con CARBOMACEPINA y ACIDO VALPROICO, lo cual le
causado ya un sobrepeso de más de 15 kilos y ni Dios lo permita, podrá presentar daño
hepático o renal.
En el proceso existe prueba de que lo aquí dicho es cierto, y fue eso lo que me permitió de
alguna manera pensar que mi salida encontraría justificación, pues no estaba delinquiendo, ni
fue capricho del suscrito, sino que ante ese estado de impotencia y dolor al ver a un hijo
enfermo, que padre no sacrificaría su derecho a la “libertad” por la vida o salud de su hija de
Ocho (8) añitos de edad, sin embargo, estando ad portas del inicio de la citada audiencia en
Cartagena me arrepentí de incumplir lo pactado y me devolví raudo a mi hogar, de lo que se
infiere nada tenía que hacer yo en Cartagena para el día 13 como temerariamente y de mala fe
lo afirma la quejosa, quien prevalida de un ánimo protervo hacia el suscrito anunció hechos
falsos solo con la intención de perjudicarme.
Así las cosas, ruego el señor Juez ad-quem se sirva INFIRMAR el fallo recurrido y se tomen mis
argumentos plasmados en el traslado del trámite de revocatoria como parte integral de esta
sustentación.
Atentamente,