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¿Cómo fue “transferido [Enoc] para que no 

viera la muerte”, o, como dice la versión


de Evaristo Martín Nieto, 1980, “trasladado [...] sin experimentar la muerte”? Dios
puso fin a la vida de Enoc plácidamente, evitándole los dolores de la muerte causada ya por
enfermedad, ya por violencia a manos de sus enemigos. Sí, Jehová interrumpió la vida de
Enoc a los 365 años, una edad bastante joven en comparación con la de sus
contemporáneos.
¿De qué manera recibió Enoc ‘testimonio de que había sido del buen agrado de Dios’?
¿Qué prueba obtuvo? Es probable que Dios haya puesto a Enoc en un estado de trance,
del mismo modo que el apóstol Pablo fue “arrebatado”, o transferido, al contemplar, según
parece, una visión del futuro paraíso espiritual de que gozaría la congregación cristiana.
(2 Corintios 12:3, 4.) El testimonio o prueba de que Enoc había agradado a Dios pudo haber
consistido en una visión del paraíso terrenal que existirá en el futuro, donde todos cuantos
vivan apoyarán la soberanía divina. Quizás fue mientras Enoc contemplaba extasiado tal
visión, cuando Dios lo tomó y lo hizo morir sin dolor para que durmiera hasta el día de su
resurrección. Por lo visto, como sucedió en el caso de Moisés, Jehová se deshizo del cuerpo
de Enoc, pues “no fue hallado en ningún lugar”. (Hebreos 11:5; Deuteronomio 34:5,
6; Judas 9.) w97 15/1 págs. 29-31

GENESIS 5:25
Pero sí sabemos que su nieto Lamec —hijo de Matusalén con quien Enoc coincidió por más
de cien años— fue un hombre con una fe sobresaliente, pues Jehová hizo que pronunciara
una profecía sobre su propio hijo, Noé, que se cumplió después del Diluvio. Noé también
destacó por ser un hombre que andaba con Dios, como su bisabuelo Enoc. A pesar de que
nunca llegaron a conocerse, Enoc le dejó un gran legado. Tal vez sus familiares le hablaron
a Noé de él. Pudo haber sido su padre, Lamec, o su abuelo Matusalén o hasta Jared, el
padre de Enoc, quien murió cuando Noé tenía 366 años de edad (Génesis 5:25-29; 6:9; 9:1).
wp17 núm. 1 págs. 10-13

14. ¿Qué muestra si el que Enoc hubiera ‘andado con Dios’ le dio derecho o no a ser
llevado al cielo?
Sin embargo, el Salmo 89:48 hace esta pregunta: “¿Qué hombre físicamente capacitado hay
vivo que no haya de ver la muerte? ¿Puede proveerle a su alma escape de la mano del
Seol?” Así, también, Enoc había recibido del pecador Adán la herencia de la muerte, y él
también se vio obligado a morir, a pesar de haber andado con el Dios verdadero. Más tarde,
del bisnieto de Enoc se escribió que éste también “andaba con el Dios verdadero”; y sin
embargo a este último no se le acortó la vida. Vivió más tiempo que Adán... novecientos
cincuenta años; le faltaron cincuenta para alcanzar mil. (Génesis 6:9; 9:28, 29) Por
consiguiente, el que Enoc hubiera andado con Dios por menos tiempo que su bisnieto no le
dio derecho a ir al cielo o a otra vida, tal como el que Noé hubiera andado con Dios por
tanto tiempo no le dio derecho a una experiencia de esa índole.
po cap. 6 págs. 66-81
“Dios lo tomó”

Por lo visto, Enoc se encontraba en peligro de muerte cuando “Dios lo tomó” (Génesis 5:24). Jehová
no permitió que su fiel profeta sufriera a manos de sus rabiosos enemigos. Según el apóstol Pablo, “Enoc fue
transferido para que no viera la muerte” (Hebreos 11:5). Muchas personas sostienen que no murió, que Dios
lo llevó al cielo, donde siguió viviendo. No obstante, Jesús dijo claramente: “Ningún hombre ha ascendido al
cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre”. Por lo tanto, Jesús fue el “precursor” de todos los
que ascienden al cielo (Juan 3:13; Hebreos 6:19, 20). w01 15/9 29-31

Entonces, ¿qué le sucedió a Enoc? El que fuese “transferido para que no viera la muerte” puede
significar que Dios lo sumió en un trance profético durante el cual puso fin a su vida. En tales circunstancias,
Enoc no experimentaría los dolores de la muerte. Después de aquello “no fue hallado en ningún lugar”, según
parece, porque Jehová hizo desaparecer su cuerpo, como ocurrió en el caso de Moisés (Deuteronomio
34:5, 6). w01 15/9 29-31

Enoc vivió trescientos sesenta y cinco años, poco si lo comparamos con la mayoría de sus
contemporáneos. Ahora bien, lo importante para quienes aman a Jehová es servirle fielmente hasta el final de
sus días, y sabemos que ese fue el caso de Enoc porque “antes de su transferencia tuvo el testimonio de haber
sido del buen agrado de Dios”. Las Escrituras no revelan cómo se lo comunicó Jehová. Sin embargo, antes de
morir, Enoc supo con certeza que tenía la aprobación divina, así que podemos estar seguros de que Dios lo
recordará en la resurrección. w01 15/9 29-31

Imitemos la fe de Enoc

Es apropiado que imitemos la fe de las personas piadosas (Hebreos 13:7). Por fe, Enoc llegó a ser el
primer profeta fiel de Dios. El mundo en los días de Enoc era como el nuestro: violento, blasfemo e impío.
Sin embargo, él era diferente. Tenía fe verdadera, y su devoción piadosa fue ejemplar. Es cierto que Jehová le
encomendó un mensaje de juicio de capital importancia, pero también le dio fuerzas para proclamarlo.
De modo que Enoc cumplió con valor su comisión, y Dios cuidó de él cuando se vio acechado por sus
enemigos u opositores. w01 15/9 29-31

Si mostramos la fe de Enoc, Jehová nos fortalecerá para que declaremos su mensaje en estos últimos
días. Nos ayudará a afrontar con valentía la oposición, y nuestra devoción piadosa nos distinguirá claramente
de los impíos. La fe hará posible que andemos con Dios y que nos comportemos de forma que regocijemos su
corazón (Proverbios 27:11). Debido a su fe, el justo Enoc logró andar con Jehová a pesar de la impiedad que
lo rodeaba; nosotros también podemos lograrlo. w01 15/9 29-31

[Recuadro de la página 30]


¿Cita la Biblia del Libro de Enoc?

El Libro de Enoc es un texto apócrifo y seudoepigráfico, falsamente atribuido a Enoc, que se escribió,
según parece, entre los siglos II y I a.E.C. Es una colección de mitos judíos cargados de exageraciones y sin
fundamento histórico que, obviamente, no son más que invenciones ajenas a la breve referencia a Enoc que
aparece en Génesis. Estos detalles bastan para que quienes aman la Palabra inspirada de Dios descarten dicha
obra. w01 15/9 29-31

Solo el libro bíblico de Judas contiene las palabras proféticas de Enoc: “¡Miren! Jehová vino con sus
santas miríadas, para ejecutar juicio contra todos, y para probar la culpabilidad de todos los impíos respecto a
todos sus hechos impíos que hicieron impíamente, y respecto de todas las cosas ofensivas que pecadores
impíos hablaron contra él” (Judas 14, 15). Muchos comentaristas sostienen que esta profecía de Enoc contra
sus contemporáneos impíos es una cita directa del Libro de Enoc. ¿Es posible que Judas se remitiera a una
obra apócrifa y nada fidedigna? w01 15/9 29-31

Las Escrituras no revelan cómo llegó a conocer Judas la profecía de Enoc. Tal vez citara simplemente
de una fuente común, una tradición acreditada de gran antigüedad. Es evidente que Pablo hizo algo similar
cuando identificó por nombre a Janes y Jambres, quienes, si no fuera porque él los mencionó, seguirían siendo
los magos anónimos de la corte de Faraón que se opusieron a Moisés. Si el escritor del Libro de Enoc tuvo
acceso a una antigua fuente de esta clase, ¿por qué no podía tenerlo Judas? (Éxodo 7:11, 22; 2 Timoteo 3:8.)
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No importa cómo consiguió Judas la información sobre el mensaje de Enoc. Se puede confiar en ella
porque Judas escribía bajo inspiración divina (2 Timoteo 3:16). De modo que el espíritu santo de Dios
impidió que dijera algo que no fuera cierto. w01 15/9 29-31

[Nota]

El discípulo Esteban también proporcionó detalles que no aparecen en ninguna parte de las Escrituras
Hebreas. Por ejemplo, dijo que Moisés recibió una educación egipcia, que tenía 40 años cuando huyó de
Egipto, que pasó otros cuarenta años en Madián antes de regresar y que hubo intervención angelical en la
transmisión de la Ley mosaica (Hechos 7:22, 23, 30, 38). w01 15/9 29-31

[Ilustración de la página 31]


Enoc proclamó con valor el mensaje de Jehová

PROFETA: Es difícil de imaginarse la oposición a la que se enfrentó. Enoc tenía que entregar un fuerte
mensaje de juicio contra la gente malvada de aquel entonces (Judas 14, 15). La persecución a la que se
enfrentó este hombre fiel debió ser tan cruel, tan violenta, que Jehová ‘lo transfirió’ de la vida al sueño de la
muerte antes de que sus enemigos pudieran aprehenderlo. De modo que Enoc no llegó a ver el cumplimiento
de la profecía que pronunció. Sin embargo, recibió una dádiva que, en ciertos aspectos, era todavía mejor
(Hebreos 11:5; Génesis 5:22-24). w99 15/12 22
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Pablo explica: “Antes de su transferencia [Enoc] tuvo el testimonio de haber sido del buen agrado de
Dios” (Hebreos 11:5). ¿Qué significó esto? Antes de ser transferido al sueño de la muerte, puede que Enoc
tuviera algún tipo de visión, quizá del Paraíso terrestre en el que un día cercano se despertará. En cualquier
caso, Jehová hizo saber a Enoc que se complacía en su fiel proceder. Enoc regocijó el corazón de Jehová
(compárese con Proverbios 27:11). Conmueve repasar la vida de Enoc, ¿no es cierto? ¿Le gustaría que la suya
fuera una vida de fe como esa? Entonces reflexione sobre estos ejemplos; véalos como gente real. Resuélvase
a vivir con fe, día tras día. Recuerde, también, que la clase que tiene fe no sirve a Jehová en función de una
fecha límite en la que él cumpla todas sus promesas. No, antes bien, estamos resueltos a servir a Jehová para
siempre. Esta es la mejor manera de vivir en este sistema de cosas y en el venidero. w99 15/12 22

Enoc y la cuestión universal


¿Cómo tomó Dios a Enoc?

Jehová no dejó que Satanás o sus siervos terrestres mataran a Enoc, sino que, como dice el relato
inspirado, “Dios lo tomó”. (Génesis 5:24.) El apóstol Pablo puntualizó: “Por fe Enoc fue transferido para que
no viera la muerte, y no fue hallado en ningún lugar, porque Dios lo había transferido; porque antes de su
transferencia tuvo el testimonio de haber sido del buen agrado de Dios”. (Hebreos 11:5.)

¿Cómo fue “transferido [Enoc] para que no viera la muerte”, o, como dice la versión de Evaristo Martín
Nieto, 1980, “trasladado [...] sin experimentar la muerte”? Dios puso fin a la vida de Enoc plácidamente,
evitándole los dolores de la muerte causada ya por enfermedad, ya por violencia a manos de sus enemigos. Sí,
Jehová interrumpió la vida de Enoc a los 365 años, una edad bastante joven en comparación con la de sus
contemporáneos.

¿De qué manera recibió Enoc ‘testimonio de que había sido del buen agrado de Dios’? ¿Qué prueba
obtuvo? Es probable que Dios haya puesto a Enoc en un estado de trance, del mismo modo que el apóstol
Pablo fue “arrebatado”, o transferido, al contemplar, según parece, una visión del futuro paraíso espiritual de
que gozaría la congregación cristiana. (2 Corintios 12:3, 4.) El testimonio o prueba de que Enoc había
agradado a Dios pudo haber consistido en una visión del paraíso terrenal que existirá en el futuro, donde todos
cuantos vivan apoyarán la soberanía divina. Quizás fue mientras Enoc contemplaba extasiado tal visión,
cuando Dios lo tomó y lo hizo morir sin dolor para que durmiera hasta el día de su resurrección. Por lo visto,
como sucedió en el caso de Moisés, Jehová se deshizo del cuerpo de Enoc, pues “no fue hallado en ningún
lugar”. (Hebreos 11:5; Deuteronomio 34:5, 6; Judas 9.) W97 15/1 29, 30

Se cumple la profecía

En la actualidad, los testigos de Jehová declaran la esencia de la profecía de Enoc. Con base en las
Escrituras, señalan que esta se cumplirá cuando Dios destruya a los impíos en el futuro cercano.
(2 Tesalonicenses 1:6-10.) Su mensaje los hace impopulares, pues difiere grandemente de los conceptos y
metas de este mundo. La oposición que arrostran no los sorprende, ya que Jesús advirtió a sus seguidores:
“Serán objeto de odio de parte de toda la gente por motivo de mi nombre”. (Mateo 10:22; Juan 17:14.)

Sin embargo, al igual que a Enoc, a los cristianos de hoy se les garantiza la liberación final de sus
enemigos. El apóstol Pedro escribió: “Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa, pero
reservar a personas injustas para el día del juicio para que sean cortadas de la existencia”. (2 Pedro 2:9.)
Puede ser que Dios estime conveniente eliminar cierto problema o situación difícil; quizás cese la
persecución. Pero si no es así, él sabe cómo ‘disponer la salida’ a fin de que su pueblo pueda soportar las
pruebas con éxito. Jehová incluso da ‘poder más allá de lo normal’ cuando es preciso. (1 Corintios 10:13;
2 Corintios 4:7.) W97 15/1 29, 30

Como “remunerador de los que le buscan solícitamente”, Jehová también bendecirá a sus siervos fieles
con vida eterna. (Hebreos 11:6.) Para la inmensa mayoría significará vivir perpetuamente en una Tierra
paradisíaca. Por lo tanto, a semejanza de Enoc, proclamemos el mensaje de Dios con valor. Sí, anunciémoslo
a pesar de todos los obstáculos. W97 15/1 29, 30

[Notas]

Adán tenía 622 años cuando nació Enoc, y este vivió unos cincuenta y siete años más después de la muerte de
Adán; por consiguiente, sus vidas se traslaparon bastante tiempo.

La palabra traducida por “testigos” en Hebreos 12:1 corresponde al griego már·tys, que, según Wuest’s Word
Studies From the Greek New Testament (Estudio de las palabras del Nuevo Testamento Griego de
Wuest), designa a “la persona que da, o puede dar, testimonio de una cosa que ha visto u oído o de la
que conoce por cualquier otro medio”. El libro Christian Words (Palabras cristianas), de Nigel Turner,
dice que el término se refiere a la persona que habla “por experiencia propia [...] y con convicción de
verdades y opiniones”.

[Recuadro de la página 30]


Se profana el nombre de Dios
Unos cuatro siglos antes de Enoc nació Enós, nieto de Adán. “En aquel tiempo se dio comienzo a invocar el
nombre de Jehová”, refiere Génesis 4:26. Algunos especialistas de la lengua hebrea creen que este versículo
debería decir “comenzaron profanamente” a invocar el nombre de Dios, o “entonces comenzó la
profanación”. Respecto a este período de la historia, el Targum de Jerusalén comenta: “Aquella fue la
generación en cuyos días los hombres comenzaron a descarriarse y a fabricarse ídolos, a los cuales llamaron
por el nombre de la Palabra del Señor”.
En el tiempo de Enós se vio un abuso generalizado del nombre de Jehová. Es posible que los hombres se
aplicaran el nombre divino a sí mismos o lo aplicaran a determinadas personas, por medio de quienes
pretendían acercarse a Jehová Dios para adorarlo; o quizás lo aplicaran a objetos idolátricos. En cualquier
caso, Satanás el Diablo tenía a la humanidad bien entrampada en la idolatría. Para el tiempo del nacimiento de
Enoc, el culto verdadero era algo raro. Cualquiera que, como Enoc, viviera y predicara la verdad, sería
impopular y, por tanto, objeto de persecución. (Compárese con Mateo 5:11, 12.) W97 15/1 29, 30

[Recuadro de la página 31]


¿Fue Enoc al cielo?
“Por fe Enoc fue transferido para que no viera la muerte.” Al traducir esta porción de Hebreos 11:5, algunas
versiones de la Biblia indican que Enoc en realidad no murió. Por ejemplo, en La Nueva Biblia,
Latinoamérica se lee que “por la fe, Henoc fue trasladado al cielo en vez de morir”.
No obstante, unos tres mil años después del día de Enoc, Jesucristo aseguró: “Ningún hombre ha ascendido
al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre”. (Juan 3:13.) La Nueva Versión Internacional,
1985, dice: “Nadie ha ido jamás al cielo, excepto el que vino del cielo: el Hijo del Hombre”. Cuando Jesús
hizo tal declaración, ni siquiera él había ascendido al cielo. (Compárese con Lucas 7:28.)
El apóstol Pablo afirma que Enoc y los demás integrantes de la gran nube de testigos precristianos “murieron
todos” y “no obtuvieron el cumplimiento de la promesa”. (Hebreos 11:13, 39.) ¿Por qué razón? Porque todos
los seres humanos, con inclusión de Enoc, han heredado el pecado de Adán. (Salmo 51:5; Romanos 5:12.) El
único medio de salvación es el sacrificio de rescate de Cristo Jesús. (Hechos 4:12; 1 Juan 2:1, 2.) En los días
de Enoc aún no se había pagado el susodicho rescate. Por consiguiente, Enoc no fue al cielo, sino que duerme
en la muerte, aguardando la resurrección en la Tierra. (Juan 5:28, 29.)

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