La Amazonia o Amazonía comprende la mayor región de bosque
tropical del mundo. La extensión de esta selva ubicada en este
sector de Sudamérica es de 7 000 000 km². La vegetación natural del lugar se desarrolla principalmente alrededor del río que lleva su mismo nombre, el río Amazonas, y que además es considerado el río más grande del mundo. La Amazonia es el bosque tropical más grande del mundo, con una superficie de 5,5 millones de kilómetros cuadrados, un tesoro ecológico amenazado por la creciente deforestación y los incendios forestales. Por la gran extensión que posee la Amazonia varios países de América del Sur cuentan con una región de esta maravillosa selva tropical.
El país al que usualmente más se lo relaciona con la Amazonia es
Brasil, debido a que es el que mayor superficie contiene. Alrededor del 60 % está en Brasil. La selva amazónica, de la cual 2,1 millones de kilómetros cuadrados son zonas protegidas, alberga un santuario de biodiversidad único en el mundo.
Una cuarta parte de las especies de la Tierra se encuentran allí, es
decir, 30.000 tipos de plantas, 2.500 especies de peces, 1.500 de aves, 500 de mamíferos, 550 de reptiles y 2,5 millones de insectos , según la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica . En los últimos 20 años, se han descubierto 2.200 nuevas especies de plantas y vertebrados. ‘Pulmones de la tierra’ La Amazonia contiene un tercio de los bosques primarios del mundo y, a través del río Amazonas y sus afluentes, proporciona el 20 % del agua dulce no congelada de la Tierra. Los árboles de la selva amazónica capturan millones de toneladas de dióxido de carbono para realizar la fotosíntesis.
El Amazonas es el río más grande del mundo y, según algunas
versiones desde que se realizó una nueva investigación en 2007, es también el más largo , con una extensión de hasta 6.900 kilómetros. El bosque actúa como un sumidero de carbono, absorbe más CO2 del que emite y libera oxígeno, además de almacenar de 90.000 a 140.000 millones de toneladas de CO2, lo que ayuda a regular el calentamiento global, según el Fondo Mundial para la Naturaleza. Hay 420 tribus La Amazonia ha estado habitada durante al menos 11.000 años y hoy cuenta con 34 millones de personas, de las cuales dos tercios viven en ciudades. Casi tres millones son indios que integran unas 420 tribus diferentes, de las cuales alrededor de 60 viven en total aislamiento, según la OTCA. Por la gran extensión que posee la Amazonia varios países de América del Sur cuentan con una región de esta maravillosa selva tropical. En total, son nueve (9) los Estados por los que tienen territorio amazónico. No así con el río Amazonas, en donde son menos las naciones. El país al que usualmente más se lo relaciona con la Amazonia es Brasil, debido a que es el que mayor superficie contiene. La selva amazónica es el santuario de la biodiversidad, la cuenca del Amazonas, abarca 7,4 millones de kilómetros cuadrados, cubre casi el 40 % de América Latina y se extiende por nueve países : Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
Por otra parte, los bosques deforestados son la mayor fuente de
emisiones de gases de efecto invernadero. La deforestación para obtener tierras para la agricultura libera gases de efecto invernadero a la atmósfera y desestabiliza el clima. El acuerdo de París sobre el cambio climático de 2015 estableció el objetivo de limitar el calentamiento global a menos de dos grados en comparación con la era preindustrial e incluyó inevitablemente la conservación de los bosques. Los datos de la ONU de 2015 muestran que Brasil es uno de los diez países con mayores emisiones de gases de efecto invernadero del mundo.
Brasil se ha comprometido internacionalmente a reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero en un 43 por ciento para 2030 en comparación con los niveles de 2005. Para lograr este objetivo, el país se ha comprometido a aumentar la presencia de la bioenergía sostenible en su matriz energética, incluida la reforestación de 12 millones de hectáreas de bosques. El diez por ciento de todas las especies conocidas se encuentran en la Amazonia. La selva tropical más grande del mundo tiene la mayor biodiversidad del mundo.
Además, hay un gran número de especies desconocidas para los
científicos, especialmente en áreas remotas. Preservar la biodiversidad es importante porque garantiza la sostenibilidad de todas las formas de vida. La conservación de la biodiversidad también contribuye a la estabilización de otros ecosistemas de la región. El enorme arrecife de coral del Amazonas, por ejemplo, es el hábitat de corales amenazados por el calentamiento global. Por otra parte, se estima que en el transcurso del año 2015 han sido deportadas más de 3.000 personas colombianas y en los últi- mos días 1.097 (con fecha 31 de agosto), que según el Gobierno Venezolano se establecieron en el país sin cumplir los procedimien- tos migratorios de ley. Además de ello, han retornado de manera espontánea aproximadamente 10.000 colombianas y colombianos temiendo la deportación o maltratos por parte de las autoridades venezolanas. Reconocemos la soberanía del Estado venezolano para ejercer el control sobre su territorio nacional, pero hacemos un llamado por el respeto de los derechos de los migran- tes y refugiados, tutelados por instrumentos de derecho internacio- nal y la garantía del debido proceso en la ejecución de cualquier medida. En términos de Derechos Humanos, son especialmente graves las deportaciones de quienes han sido víctimas del conflicto armado colombiano y tienen la calidad de sujetos con necesidad de protec- ción internacional, solicitantes o con estatus de refugio en Vene- zuela. En estos casos es imperativo la observación internacional a los Derechos de los Refugiados, ya que se pone en riesgo la vida e integridad de estas personas al retornar sin las condiciones de seguridad, dignidad y voluntariedad al territorio colombiano. Es muy importante que se aclarare el número de refugiados que están en dicha situación.
La inesperada pandemia de covid-19 ha influido en la decisión del
retorno de inmigrantes venezolanos que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad en Suramérica. En riesgosos y extenuantes viajes llegan a la frontera; sin embargo, ingresar en Venezuela no es fácil, las restricciones impuestas que les limitan la entrada al territorio nacional solo tres días a la semana en número restringido son otro martirio que se completa con las pésimas condiciones de los refugios donde cumplen la cuarentena. Y esto se une a la actitud perversa del gobierno de Maduro en esta trágica situación mundial, cuando estigmatiza a los venezolanos que retornan y proyecta la imagen de Brasil y Colombia como amenazas contaminantes, llegando al extremo absurdo de acusar al presidente colombiano de dirigir premeditadas acciones para «infectar» a Venezuela a través de los inmigrantes en retorno16. Para el gobierno venezolano, las fronteras son focos de infección, y a quienes no se someten a las condiciones impuestas para el retorno los considera «armas biológicas», tal como los ha calificado un funcionario público17. Una vez más, como ha ocurrido en estas dos décadas del presente siglo, el uso de las fronteras se amolda a los intereses geopolíticos del régimen cívico-militar bolivariano, sin importar el daño causado a los habitantes de las fronteras cualquiera sea su nacionalidad.