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INTRODUCCION

En el siguiente trabajo se realiza un análisis crítico-reflexivo acerca del modelo económico


circular, muy contrario al presente modelo económico que consiste en “extraer, producir,
desperdiciar" está llegando ya al límite de su capacidad física. La economía circular ha
nacido como una alternativa atractiva que busca redefinir qué es el crecimiento, con
énfasis en los beneficios para toda la sociedad. Esto implica disociar la actividad
económica del consumo de recursos finitos y eliminar los residuos del sistema desde el
diseño. Respaldada por una transición a fuentes renovables de energía, el modelo circular
crea capital económico, natural y social y se basa en tres principios que son eliminar
residuos y contaminación desde el diseño, mantener productos y materiales en uso y
regenerar sistemas naturales.
ECONOMIA CIRCULAR EN LA ACTUALIDAD

A través de los siglos XX y XXI especialmente, se ha ido conociendo por todos que el
sistema lineal sobre el que se ha estado basando nuestra economía (extracción,
fabricación, utilización y eliminación) unido al aumento exponencial del consumo de las
sociedades más desarrolladas ha alcanzado ya sus límites de sostenibilidad. Hace tiempo
que se empezó a conocer el agotamiento de muchos de los recursos naturales y
combustibles fósiles que utilizamos a diario. De ahí nace la creciente necesidad de
establecer un nuevo modelo que optimice los flujos de materiales, energía y residuos,
teniendo como objetivo final el máximo reaprovechamiento de los recursos naturales. Este
nuevo modelo es lo que ha hecho que se cree la Economía Circular que se ha
caracterizado por:
1. Convertir los residuos en recursos. Todo el material biodegradable debe volver a la
naturaleza y el que no es biodegradable debe reutilizarse.
2. Reintroducir en el circuito económico aquellos productos que ya no cumplen con las
necesidades iniciales de los consumidores, pero que pueden cumplir con otras.
3. La reutilización. Reusar ciertos residuos o ciertas partes de los mismos que todavía
pueden funcionar para la elaboración de nuevos productos.
4. Encontrar una segunda vida a los productos estropeados.
5. Extraer y volver a utilizar los materiales que se encuentran en los residuos.
6. Aprovechar energéticamente los residuos que no se pueden reciclar.
7. Cuando el producto termina su función principal, vuelve a la empresa, que lo
desmontará para reutilizar sus piezas válidas.
8. Eliminar los combustibles fósiles como fuente de energía para producir el producto,
reutilizar y reciclar, y sustituirlos por fuentes renovables.
9. Integrar en la fase de concepción del producto la evaluación de todos los impactos
medioambientales que pueda generar éste a lo largo de su ciclo de vida.
10. La ecología industrial y territorial: establecimiento de un modo de organización
industrial en un mismo territorio caracterizado por una gestión optimizada de los stocks y
de los flujos de materiales, energía y servicios.

Siendo consecuentes con las características de la economía circular cabe aclarar que
como no tenemos tres planetas, la única opción es impulsar un cambio en la economía
mundial y enfocarla hacia la reducción de la generación de residuos y al aprovechamiento
al máximo de aquellos cuya generación no se haya podido evitar. Así se extraen materias
primas, se fabrican productos y, de los residuos generados, se recuperan materiales y
sustancias que posteriormente se reincorporan de forma segura para la salud humana y el
medio ambiente de nuevo al proceso productivo.
A diferencia de otros modelos económicos donde prima el aspecto económico por encima
del social o medioambiental, la economía circular supone una sustancial mejora común
tanto para las empresas como para para los consumidores. Las empresas que han puesto
en práctica este sistema están comprobando que reutilizar los recursos resulta mucho
más rentable que crearlos desde cero. Como consecuencia, los precios de producción se
reducen, de manera que el precio de venta también se ve rebajado, beneficiando así al
consumidor; no sólo en lo económico, sino también en la vertiente social y
medioambiental.
En todo el mundo, utilizamos los recursos naturales 1,7 veces más rápido de lo que los
ecosistemas de la Tierra podrían regenerarse. Millones de toneladas de alimentos
producidos cada año se pierde o desperdicia. Usamos millones de prendas de vestir al
año y registramos millones de árboles para fabricar telas sintéticas de uso
común. Nuestros patrones actuales de consumo y producción son insostenibles. Junto
con el calentamiento global, el crecimiento de la población y las crecientes desigualdades,
este camino amenaza nuestro planeta, nuestras economías y nuestras sociedades tal y
como las conocemos. Por todos estos datos expuestos con anterioridad la economía
circular presenta una oportunidad para un futuro inclusivo e inteligente en cuanto a
recursos. Es una oportunidad para que el mundo transite de un cambio incremental a un
cambio transformador que responda con la ambición necesaria para alcanzar los objetivos
de desarrollo sostenible y de esta manera adaptarnos a un mundo con recursos limitados.
Haciendo un análisis de este tema se puede asumir que para que la Economía Circular
funcione es necesario que se involucren los principales actores a nivel social y
económico, desde las instituciones públicas encargadas del desarrollo sostenible y del
territorio, hasta las empresas que buscan resultados económicos, sociales y ambientales
y la sociedad, que debe ser consciente de sus necesidades reales. Gracias a esto será
posible disminuir el uso de los recursos, reducir la producción de residuos y limitar el
consumo de energía, pero para ello es necesaria una reorientación productiva de los
países. En efecto, además de los beneficios ambientales, esta actividad emergente es
creadora de riqueza y empleo a nivel mundial y su desarrollo debe permitir obtener una
ventaja competitiva en el contexto de la globalización.
Al final se puede concluir que será una suma de muchas pequeñas cosas lo que acabe
generando nuevos modelos económicos que mejoren el negativo sistema actual, que nos
llevaría a un futuro en un medio ambiente tan deteriorado que resultaría demasiado
perjudicial hasta para aquellos que no están dispuestos a admitir que es el momento de
actuar con determinación para revertir la situación. Por otro lado, las grandes empresas
comienzan a ver la oportunidad que supone a nivel de eficiencia y mejora en sus procesos
productivos. Y también encontramos muchas iniciativas de emprendedores que han visto
una oportunidad en ofrecer nuevas soluciones en este sector que apenas acaba de
empezar a desarrollarse. Pero, sin duda, lo que resultará determinante es la presión que
pueda realizar la sociedad a la hora de fomentar que las empresas adopten esta nueva
forma de funcionar, más respetuosa con el medio ambiente y comprometida con las
personas que las sostienen como clientes.
Por lo tanto, ante la pregunta ¿tiene futuro la Economía Circular?, la respuesta es sí, pero
solo si forma parte de una estrategia global que promueva una conciencia común sobre la
importancia de cambiar nuestros hábitos para que dejen de resultar destructivos con el
medio ambiente y comiencen a ser positivos hacia el planeta, que deberá poder seguir
albergando a la humanidad del futuro.
CONCLUSION

Con todo lo analizado se puede concluir que uno de los motivos para avanzar hacia una
economía circular es el aumento de la demanda de materias primas y la escasez de
recursos. Varias materias primas cruciales son finitas y, como la población mundial crece,
la demanda también aumenta y el impacto en el clima es otro de los factores. La
extracción y el uso de materias primas tienen importantes consecuencias
medioambientes, aumenta el consumo de energía y las emisiones de CO2, mientras que
un uso más inteligente de las materias primas puede reducir las emisiones contaminantes.
En pocas palabras la economía circular solo traería desarrollo ya que ayudaría a generar
beneficios como reducir la presión sobre el medio ambiente, mejorar la seguridad de
suministro de materias primas, más competitividad, innovación, crecimiento y empleo.
RECOMENDACIONES
Reparar antes que tirar
Aunque parezca que los productos tecnológicos enseguida se quedan antiguos, reparar y
no tirar es más importante que nunca. Es posible ejercer el derecho legal a la garantía de
dos años y cada vez hay más empresas que reparan productos tecnológicos.
Elegir lo duradero antes que lo desechable
Muchos de los útiles cotidianos de una casa son de usar y tirar, aunque es fácil cambiar
estos productos por artículos duraderos. Desde servilletas de tela en lugar de papel,
pañuelos en vez de toallitas o cajas y bolsas de tela en lugar de las bolsas de plástico de
un solo uso.
Reducir la basura al mínimo
Podemos preparar comidas que generen la menor cantidad posible de desperdicios,
rechazar las facturas en papel y pedirlas en formato digital, pedir no recibir publicidad en
nuestros buzones, comprar alimentos sin embalaje o que sea reciclable.
Hacer la lista de la compra
Revisa las existencias de tu despensa antes de hacer la compra para no comprar en
exceso y luego tener que tirar comida. Intentar escoger productos que tengan menos
envoltorios y sobre todo los que utilicen materiales reciclables, evitando envases y
materiales de un solo uso.
Reciclar
La economía circular propone que todos los desechos tengan una segunda vida útil como
nuevas materias primas. Los envases de plástico, latas, papel y cartón y vidrio tienen su
sitio en los contenedores de colores. Pero también hay que preocuparse por las pilas,
aparatos electrónicos, químicos, textil, aceite usado, medicamentos, etc.
Aprender a deshacerse de lo que no se usa
Casi todos almacenamos cosas que hace años dejamos de usar, pero de las que no
queremos desprendernos. En muchos casos son objetos que siguen teniendo valor y
pueden tener fácil salida en mercados de segunda mano. Más aún con las aplicaciones y
servicios de intercambio existentes hoy

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