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MIS MANOS HERIDAS

Vía Crucis

Renzo Sala (ed.)


Ilustracíones de Fulvía Símonato

SAN PABLO
«Si nos negamos a tomar la cruz
y no aceptamos el sufrimiento y el abandono,
abandonamos la comunión con Cristo
y significa que hemos decidido no seguirlo».

(Dietrich Bonhoetfer, El precio de la gracia: El seguimiento)

Renzo Sala, sacerdote de la Sociedad de SAN PABLO,


es el responsable de la edición de Canto de amor. El
Cantar de los Cantares, y de El papa Benedicto XVI.
Un sencillo y humilde trabajador en la viña del Señor.
Ambas obras han sido editadas en SAN PABLO.

Fulvia Simonato, tras frecuentar la escuela de Brera,


estudia con A. Radaelli y en Florencia aprende la técnica
del óleo y el fresco. Ha realizado varias exposiciones
individuales en Italia y trabaja enseñando dibujo y
educación artística en la escuela.

© SAN PABLO 2007 (Protasio Gómez, 11-15.28027 Madrid)


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© Edizioni San Paolo s.r.l., Cinisello Balsamo (Milán) 2006

Título original: Le mie maniferite


Traducido y adaptado por: Ezequiel Varona Valdivielso

Distribución: SAN PABLO. División Comercial


Resina, 1. 28021 Madrid •
Tel. 917 987 375 - Fax 915 052 050 - ventas@sanpablo.es
ISBN: 978-84-285-3022-4
Depósito Legal: M. 49.912-2006
Impreso en Artes Gráficas Gar.Vi. 28970 Humanes (Madrid)
Printed in Spain. Impreso en España
o 1ntroducción

«En las manos que han partido y vivificado el pan, que han ben-
decido y acariciado a los niños, que han sido traspasadas... En las
manos dulces y poderosas que penetran hasta la médula del alma,
que plasman y crean; en esas manos por las que pasa un amor tan
grande, es dulce abandonar nuestra alma, especialmente cuando
sufre y tiene miedo. y, al hacerlo, se experimenta una gran felicidad
y resulta muy meritorio».

Pierre Teilhard de Chardin

1
$-
I

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


R/ Amén.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y


la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros.
l/Y con tu espíritu.

. Muéstrate, Señor, a todos los que buscan tu rostro. Sal al


encuentro de todos los que buscan el Absoluto. Camina con
todos los peregrinos heridos que recorren los caminos. Tú
que vives con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo, por
los siglos de los siglos.
R Amén.

Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
• Manos de acepiq.~ión
'y¡'i'..~

(
1 ESTACIÓN

Jesús es condenado a 11111erte


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
I Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «Al que escucha mis palabras y no las cumple


yo no lo juzgo; no he venido para juzgar al mundo, sino
para salvarlo. El que me rechaza y no acepta mis palabras
ya tiene quien lo juzgue» On 12,47-48).

Reflexión de la Madre Teresa de Calcuta

«Ecce horno»: Jesús es condenado a muerte. Es importante que


cada uno de nosotros logre verlo y cargar con su cruz. Si queremos
llegar con Cristo a la cima del monte, tenemos que acompañarle a lo
largo de su subida al Calvario. Precisamente para que pudiéramos
cargar con nuestra cruz y seguir paso a paso su camino, Jesús, antes
de morir, nos dio su cuerpo y su sangre.

Stabat Mater

La Madre piadosa estaba


junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía.

5tabat mater dolorosa


iuxta crucem lacrimosa,
dum pendebat Filíus.

V Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


R Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
II ESTACIÓN

Jesús carga COIl la cruz


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «El que pierda su vida por mí, la encontrará»


(Mt 10,39).

Reflexión de monseñor Óscar Romero

«El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con


su cruz cada día y se venga conmigo». Para dar vida a los demás,
hay que dar algo de la propia vida. «Nadie tiene amor más grande
que el que da la vida por su hermano». Muchos cristianos están
dispuestos a dar su vida como él. Siguen a Jesús por el camino de
la cruz. Acusados y ultrajados como él, dan su propia vida para que
los pobres tengan vida, y la tengan en abundancia.

Stabat Mater

Cuya alma, triste y llorosa,


traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

Cuius animam gementem


contristatam et dolentem,
pertransivit gladius.

Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
III ESTACIÓN

Jesús cae por primera vez


V I Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
RI Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis cansados y


agobiados, y yo os aliviaré» (Mt 11,28).

~ Reflexión de Primo Mazzolari

Más que una historia de encuentros, el Vía Crucis es una serie de


caídas. En los encuentros, ora está su Madre, ora la Verónica o las
piadosas mujeres; en las caídas estamos todos. Parece que el Señor
pretendiera citarnos «en la tierra», donde los encuentros resultan
más fáciles y al alcance de la fragilidad general. El caído no es un
desertor, sino uno «que desfallece por el camino». Y Jesús lo espera,
inclinado a su vez bajo la cruz, para que nadie se sienta solo en la
hora más angustiosa.

~ Stabat Mater

¡Oh cuán triste y cuán aflicta


se vio la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!

o quam tristis et afflicta


fuit illa benedicta
mater Unigeniti.

VI. Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


R/. Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
IV ESTACIÓN

Jesús encuentra a su Madre


V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis her-


manos?». Y señalando con la mano a los discípulos, dijo:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la
voluntad de mi Padre del cielo, ese es mi hermano y mi
hermana y mi madre» (Mt 12,48-49; cf Lc 8,21).

~ Reflexión de san Maximiliano Ma Kolbe

Madre Santísima, por amor tuyo me ofrezco a permanecer en esta


dura cárcel (de Auschwitz), aunque a los demás les permitan volver
a casa. Permaneceré aquí olvidado y despreciado padeciendo por
ti. Me ofrezco especialmente a ti, oh María, a fin de que encuentre
la muerte en este campo entre hombres hostiles e indiferentes.

~ Stabat Mater

Cuando triste contemplaba


y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.

Quae merebat et dolebat


pia mater, dum videbat
nati poenas inclUí.

VI. Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


R/. Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
, '

~ Manos de ayuda .~;.:i'


V ESTACIÓN

El Cireneo ayuda a llevar la cruz


VI. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «A quien te pide, dale. Tratad a los demás como


queréis que ellos os traten» (Le 6,30-31).

~ Reflexión de David Ma Turoldo

Jesús necesita la ayuda de otro hombre para proseguir su camino.


En su lento caminar junto a aquel hombre, Simón recibió de aquel
rostro, sereno en su dolor, una mirada de silenciosa gratitud que
lo transformó profundamente. Nuestro Dios tiene necesidad de
nuestra ayuda. No es fácil saber concretamente cómo obrar; cómo
poner nuestras vidas en relación con las vidas de los demás, que,
sin saberlo, nos necesitan; cómo descubrir la experiencia profunda
de Simón de Cirene.

~ Stabat Mater

Y, ¿qué hombre no llorara,


si a la Madre de Cristo
contemplara en tanto dolor?

Quis est hamo qui non fleret,


matrem Christi si videret
in tanto supplicio?

Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
VI ESTACIÓN

La Verónica enjuga el rostro de Jesús


" . Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dice: «Se acerca la hora, ya está aquí, en que los que
quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu
y verdad» On 4,23).

~ Reflexión de Luigi Giussani

«No tiene gracia ni belleza para atraer la mirada, ni aspecto digno


de complacencia». El sacrificio no tiene belleza ni aspecto sugestivo.
El sacrificio es Cristo padeciendo y muriendo. Él es el significado
de nuestra vida. Toda la vida está en función de algo más grande,
en función de Dios. Nuestra vida está en función de ti, oh Cristo.
«Busco tu rostro»: esta es la esencia del tiempo. «Busco tu rostro»:
esta es la esencia del corazón. «Busco tu rostro»: esta es la natu-
raleza de la religión.

~ Stabat Mater

Y, ¿quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?

Quis non posset contristari,


Christi matrem contemplari
dolentem cum Filio?

Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


R/. Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
VII ESTACIÓN

Jesús cae por segunda vez


vI Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «Pues para que veáis que el Hijo del hombre
tiene poder en la tierra para perdonar pecados... -dijo al
paralítico-: "A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla
y vete a tu casa"» (Lc 5,24).

~ Reflexión de Edith Stein (santa Teresa Benedicta de la Cruz)

Ayudar a llevar la cruz de Cristo es fuente de una alegría inmensa y


pura, y aquellos a quienes les es concedido y lo hacen, los construc-
tores del reino de Dios, son hijos de Dios en el sentido más genuino
y pleno. Por tanto, sentir predilección por el camino de la cruz no
significa en absoluto negar que el viernes santo ya ha pasado y se ha
cumplido la obra de la redención. La cruz es el camino que, desde
la tierra, conduce al cielo. Quien lo abraza con fe, amor y esperanza
es elevado hasta el seno de la Trinidad.

~ Stabat Mater

Por los pecados del mundo


vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.

Pro peccatís suae gentis


vídit fesum in tormentis
etflagellis subdítum.

VI. Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


R/. Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
VIII ESTACIÓN

Jesús y las hijas de Jerusalén


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
1 Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad


por vosotras y por vuestros hijos» (Le 23,28).

Reflexión de Martin Luther King

Tengo un sueño. Sueño que un día los hombres se sublevarán y


comprenderán que están hechos para vivir como hermanos. Sueño
que un día la justicia discurrirá como el agua y la rectitud como
un río impetuoso. Sueño que un día cesará la guerra y los hombres
transformarán las espadas en arados y las lanzas en podaderas; las
naciones no volverán a enfrentarse unas con otras y no pensarán
en la guerra. Ese será un día maravilloso. Las estrellas de la mañana
cantarán juntas y los hijos de Dios gritarán de alegría.

Stabat Mater

y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
lo que padeció por mí.

Tui nati vulnerati,


tam dignati pro me pati,
poenas mecum divide.

/ Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


R/ Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
~ Manos de fortaleza ~~:.-,~

l
{"
IX ESTACIÓN

Jesús cae por tercera vez


V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «El que echa mano al arado y sigue mirando


atrás no vale para el Reino de Dios» (Le 9,62).

~ Reflexión del papa Benedicto XVI

El hombre ha caído y sigue cayendo: cuántas veces se convierte


en la caricatura de sí mismo, dejando de ser imagen de Dios y
volviéndose algo que pone en ridículo al Creador. En la caída de
Jesús bajo el peso de la cruz se refleja todo su recorrido: su abaja-
miento voluntario para levantarnos de nuestro orgullo. Y al mismo
tiempo emerge la naturaleza de nuestro orgullo: la soberbia con
la que queremos emanciparnos de Dios para dar forma a nuestra
vida en solitario.

~ Stabat Mater

¡Oh dulce fuente de amor!,


hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.

Eia mater, fons amoris


me sentire vim doloris
fac, ut tecum lugeam.

V/. Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


R/. Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
• Manos de misericordia
>,-¿.~~
X ESTACIÓN

Jesús es despojado de sus vestiduras


V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «Amad a vuestros enemigos, haced el bien a


los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y
calumnian» (Mt 5,44).

~ Reflexión del Hermano Carlos de Foucauld

Tú has sufrido todo esto por amor, por amor nuestro, para hacer-
nos santos, para invitarnos a amarte en vista de tu inmenso amor.
Ciertamente no fue para redimirnos por lo que tú sufriste tanto,
oh Jesús (...). Tu acto más insignificante tiene un valor infinito,
porque es el acto de un Dios, y habría sobrado para redimir a mil
mundos (...). Tú lo has hecho para hacernos santos, para llevarnos,
para apremiamos a amarte libremente, porque el amor es el medio
más poderoso para atraer al amor.

~ Stabat Mater

y que, por mi Cristo amado,


mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.

Fac ut ardeat cor meum


in amando Christum Deum,
ut sibí complaceam.

,,/ Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


R/ Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
XI ESTACIÓN

Jesús es crucificado
VI. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que


hacen» (Lc 23,34).

~ Reflexión de Juan XXIII

Aprendamos de Jesús a no irritarnos, a no perder la paciencia con


nadie, a no alimentar en nuestro corazón aversión hacia aquellos
que, creemos, nos han hecho daño. Aprendamos a compadecernos
el uno del otro, porque todos tenemos defectos, y quien no tiene
uno tiene otro. Aprendamos a amar a todos, ¿me comprendéis?
A todos, incluso a aquellos que nos hacen o nos han hecho daño.
Aprendamos a perdonar, a rezar también por ellos, pues quizá ante
Dios son mejores que nosotros.

~ Stabat Mater

Y, porque a amarte me anime,


en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.

Sancta Mater, ístud agas,


crucifixí fige plagas
cardí meo valide.

V l. Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


R/. Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
~ Manos de sacrificio -e
,~~;
~'!..
XII ESTACIÓN

Jesús muere en la cruz


V/o Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
RI. Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dice: «No tengáis miedo a los que matan el cuerpo,


pero no pueden hacer más» (Lc 12,4).

~ Reflexión de Tonino Bello

Un día, cuando terminéis de recorrer el estrecho camino del Calva-


rio y experimentéis como Cristo la agonía del patíbulo, se rasgarán
de arriba abajo los velos que envuelven el templo de la historia y
sabréis por fin que vuestra vida no ha sido inútil, que vuestro dolor
ha alimentado la economía sumergida de la gracia, que vuestro
martirio no ha sido absurdo, sino que ha engrosado el río de la
redención, llegando hasta los rincones más remotos de la tierra.

~ Stabat Mater

Vio morir al Hijo amado,


que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.

Vidit suum dulcem Natum


moriendo desolatum,
dum emisit spiritum.

V/o Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


R/. Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
XIII ESTACIÓN

Jesús es bajado de la cruz


/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, que-


da infecundo; pero si muere, da mucho fruto» On 12,24).

Reflexión de Dietrich Bonhoeffer

Es infinitamente más fácil sufrir obedeciendo a un mandato de


otros que en una opción personal plenamente libre. Es infinita-
mente más fácil sufrir con otros que solos. Es infinitamente más
fácil sufrir en público y con honor que en privado y con deshonor.
Es infinitamente más fácil sufrir en el empeño del propio ser físico
que bajo la moción del Espíritu. Cristo sufrió con plena libertad,
solo, lejos de las miradas de los otros y cubierto de infamia, en el
cuerpo y en el espíritu, y de la misma manera han sufrido muchos
cristianos con él.

~ Stabat Mater

Hazme contigo llorar


y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo.

Fac me tecum píe flere,


Crucifixo condolere,
donec ego víxero.

/ Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


R/ Gloria, alabanza y honor canten lengua y corazón.
XIV ESTACIÓN

Jesús es sepultado
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
1 Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree


en mí, aunque haya muerto, vivirá» On 11,24).

Reflexión de Madeleine Delbrel

Oh Dios, tú vivías, y yo no me había enterado.


Habías hecho mi corazón y mi vida a tu medida
para que durara como tú;
pero como tú no estabas presente,
el mundo entero me parecía pequeño y estúpido
y el destino de los hombres insulso y cruel.
Cuando me enteré de que vivías,
te di las gracias por haberme hecho vivir,
y por la vida del mundo entero.

Stabat Mater

Cuando quede en calma


el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria.

Quando corpus morietur,


fac ut animae donetur
paradisi Gloria.

Te saludamos, oh cruz santa, que llevaste al Redentor.


Gloria, alabanza y honor canten lengua. y corazón.
Sifuera de tu agrado, Señor, pedirnos una sola cosa en toda nuestra
vida, nosotros nos quedaríamos asombrados por ello, y el haber
cumplido esta sola vez tu voluntad sería «el advenimiento» de
nuestro destino...
Todos nosotros estamos predestinados al éxtasis, llamados a
abandonar nuestros pobres programas para abrazar, de hora en
hora, tus planes. Nosotros no somos nunca miserables destinados
a ser uno más, sino felices elegidos llamados a saber lo que quieres
hacer, lo que esperas en cada instante de nosotros. Personas que
te son un poco necesarias, personas cuyos gestos te faltarían, si se
negaran a hacerlo. El ovillo de algodón que devanar, la carta que
escribir, el niño que levantar, el marido que tranquilizar, la puerta
que abrir, el micrófono que cerrar, la jaqueca que soportar, son
otros tantos trampolines para el éxtasis, otros tantos puentes para
pasar de nuestra pobre o mala voluntad a la orilla serena de tu
beneplácito.

Madeleine Delbrel

Oremos

Oh Señor, que has querido salvarnos con la muerte en cruz


de tu Hijo Jesucristo, concédenos a quienes hemos conocido
en la tierra su misterio de amor, gozar de los frutos de la
redención en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

El Señor esté con vosotros.


y con tu espíritu.

Por la señal de la santa cruz os bendiga Dios todopoderoso,


Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Amén.
Teilhard de Chardin)

~
SAN PABLO

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