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Asamblea Constituyente:

Un proceso que solo conduce al reacomodo de los dueños del


poder y la riqueza

El problema de la constitución y la asamblea constituyente ha sido una de las


reivindicaciones que cierta parte de la izquierda y de sectores progresistas
planteaban tras la salida de la dictadura y los posteriores gobiernos de la
Concertación, hoy con la inclusión del Partido Comunista de Chile, PC
autodenominada Nueva Mayoría. Estos sectores ligados a las ideas ciudadanistas y
al reformismo, plantean que –en su versión más radicalizada- es imperante cambiar
la constitución de Pinochet, para dotar al actual modelo político de gobernabilidad y
permitir por tanto, disfrazar la “vieja dictadura”, la vieja “jaula” en nuevas normas1
aceptadas por los ciudadanos y ciudadanas.

Hoy tras las masivas movilizaciones estudiantiles y un cambio en las perspectivas


del Movimiento Popular, el BEP busca las mejores salidas para mantener intacto el
modelo de explotación y dominación capitalista. En ese marco, el gobierno de
Bachelet anunció en octubre de 2015 un nuevo proceso constituyente, que tendría
como conclusión “un plebiscito ciudadano”. El anuncio se planteó en los siguientes
términos: "Es cierto, tras el retorno a la democracia le hemos introducido cambios
importantes, que han atenuado su carácter autoritario, pero aún tiene mecanismos
que obstaculizan el pleno ejercicio de la democracia y que no pueden ser eliminados
con nuevos intentos parciales. Por eso, ha llegado el momento de cambiarla" 2. Sin
embargo, se debe dejar claro que el proceso no es de carácter “deliberativo”, solo
tiene como componente la modalidad de consulta ciudadana, por lo tanto no se
puede esperar más que cambios cosméticos que no modifican la estructura del poder
económico y político que rige al país.

Para hacer lo más didáctico y metodológico posible el documento, se partirá


explicando en qué consistiría el cambio constitucional, es decir cómo ha sido el
proceso, para luego dar paso a las tesis que han defendido las diversos sectores y
concluir, en cómo lo más seguro es que sería el cambio constitucional y cual debiese
ser la posición de los revolucionarios y revolucionarias.

El actual periodo de la lucha de clases, con un claro ascenso de las luchas de los y
las trabajadoras y estudiantes principalmente, que a partir del 2016 inician un
proceso de activación del movimiento de masas a través de huelgas masivas y
radicales y tomas de liceos y marchas estudiantiles han ido cercando cada vez más

1
Gabriel Salazar, En el nombre del Poder Popular Constituyente (Chile, Siglo XXI), LOM Ediciones, Santiago,
2011, p. 21
2
Emol, 13 de Octubre, http://www.emol.com/noticias/Nacional/2015/10/13/754260/Bachelet-anuncia-
nueva-constitucion-Ha-llegado-el-momento-de-cambiarla.html
al bloque en el poder. Los casos de corrupción de los políticos (casos como
Longueira, Rossi, Orpis, Isasi entre otros) y la colusión de los empresarios (Del
Confort, Las Farmacias, del Transporte, Los pañales entre otros) conocidos
públicamente en el último tiempo han generado un contexto de deslegitimización de
quienes nos dominan y explotan.

Algunas encuestas generadas por los propios centros de estudio del poder entregan
cifras contundentes y demoledoras. De acuerdo a la encuesta GFK Adimark de
Evaluación Gestión de Gobierno de julio 2016, la desaprobación de la presidenta
alcanza el 73%, la desaprobación del gobierno un 81%; mientras que respecto de
las coaliciones, el 74% desaprueba a la Nueva Mayoría y el 70% desaprueba al Chile
Vamos. En el caso de la evaluación de la cámara de diputados y senadores ambos
tienen una desaprobación del 84%.

En el caso de la encuesta Plaza Publica CADEM, dada a conocer en agosto del


presente año, el 73% desaprueba la gestión de Michelle Bachelet, siendo el
porcentaje más alto de desaprobación desde el año 2014. Igual tendencia ocurre
con la desaprobación del gabinete ministerial, el cual llega a un 78%.

En el caso de las instituciones la cosa no es tan distinta: los tribunales de Justicia


tiene una desaprobación del 83% y el congreso una desaprobación del 79%.

La asamblea constituyente o el proceso constituyente entonces viene a cumplir un


rol de: por un lado, desmovilización de los sectores organizados de avanzada y por
otro de salida política y de recomposición del bloque en el poder ante la actual crisis
política en la cual se encuentra la burguesía y sus representantes en el poder.

El proceso constituyente anunciado.

Tras el anuncio de octubre del 2015 sobre nueva constitución quedaron numerosas
dudas sobre cómo sería el proceso. Es importante entender, que las tesis más
radicalizadas que tienen como énfasis la necesidad de una nueva constitución,
plantean que la forma en que ésta debe hacerse es a través de una Asamblea
Constituyente. Ésta debería tener como característica la participación política de
amplios sectores de la sociedad que eligen directamente representantes que
redactarán la nueva constitución3.

Sin embargo el proceso anunciado hace meses dista mucho de ser una Asamblea
Constituyente; se plantea más bien una reforma constitucional en el que se
determinarán las formas de cambiar la constitución.

3
http://www.puntofinal.cl/814/ultimoeditorial815.php según lo que plantea Punto Final, es que en ella se
presentan y participan con diálogo y voto, amplios sectores de la sociedad (Colombia 91’, participaron grupos
Armados) y que no se reelige y tiene una capacidad autónoma.
De esta manera, el proceso constituyente tiene las siguientes etapas4:

 La primera consistió en educación cívica, para fomentar la participación


política de los ciudadanos. (la cual no fue real y no tuvo un impacto en la
población)
 Diálogos ciudadanos, cabildos que tendrán como objetivo la elaboración un
documento que se denomina “Bases Ciudadanas para una Nueva
Constitución”. Estos cabildos fueron: comunales, provinciales y regionales. El
documento se usará como base para el proyecto de Nueva Constitución. Para
que los diálogos tuviesen un buen resultado se nombró un Consejo Ciudadano
de observadores. (no se puede dejar de mencionar la bajísima participación
en estas instancias)
 Como la constitución no contempla mecanismos para cambiarla, el congreso
elegido en el 2017 deberá decidir el modo de cambiar la constitución, dentro
de los que se contempla: una comisión bicameral, una convención
constituyente mixta, una Asamblea Constituyente o un plebiscito para que la
ciudadanía decida.
 El proceso acabará con una aprobación y discusión en el Congreso.
 Finalmente habrá un Plebiscito que aprobará o rechazará la propuesta del
nuevo Congreso.

Respecto del Consejo Ciudadano de Observadores, este ha logrado sobrevivir a


duras penas, siendo un consejo asesor, sin fuerza vinculante, personal ni
atribuciones exclusivas, con ilegitimidad de origen pues fue nombrado por el propio
gobierno, sin autonomía y con vínculos de subordinación a este y que en la
actualidad y en términos reales no tiene existencia.

Posiciones y tesis en la izquierda sobre la AC.

Como se planteó más arriba, ciertos sectores de izquierda y progresista hicieron


llamados abiertos a cambiar la constitución mediante una AC. Lo cierto es que, estos
sectores no se esperaban el anuncio de la Nueva Mayoría. Sin embargo y a pesar de
en un inicio recibir de buena forma lo planteado por Bachelet, hoy y tras mostrar las
intenciones de cambios del BEP, ciertos sectores se han desmarcado del proceso
denunciando, primero que no es ni será una AC y que por tanto solo será una
reforma constitucional (como la del 2006) y por otro lado, que este proceso será
cooptado por los sectores políticos y partidos tradicionales y no tendrán cabida ni si
quiera quienes desde fuera del sistema plantean cambios a través de esta vía, entre
estos por ejemplo el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, fracción Jorge Gálvez a
través del denominado “Frente Amplio por la Asamblea Constituyente”.

4
http://www.latercera.com/noticia/politica/2015/10/674-651344-9-asi-sera-el-proceso-para-la-creacion-
de-una-nueva-constitucion.shtml
Lo primero a entender, es que el núcleo teórico de la Asamblea Constituyente lo
podemos rastrear en lo planteado por Gabriel Salazar en su libro Poder Popular
Constituyente, en él, el historiador hace una relato sobre lo que fueron las asambleas
constituyentes, especialmente la del 25’, concluyendo que, es necesario una
constitución nueva para construir un Estado nuevo. En eso consistiría la soberanía
popular y el ejercicio del poder popular, ya que permitiría la deliberación política del
“pueblo” o clases populares sin intervención ni mediación de partidos políticos que,
o representan otros intereses que no son los suyos o intentan ser vanguardia e
imponer una visión del Estado5. Bajo esta definición claramente no será un proceso
“deliberativo”, por un lado no hay “poder popular” y por otro no hay constitución de
clase que permita llevar adelante un proceso con perspectiva revolucionaria.

A partir de lo anterior podemos distinguir diversos sectores que apuestan o


apostaban a la Asamblea Constituyente.

Primero, quienes creen la necesidad de una asamblea constituyente y tiene como


modelo diversas experiencias latinoamericanas: Colombia 91, Argentina 2001,
Venezuela 2002. De esta manera ponen énfasis en la absoluta necesidad de una AC:
“que permite fundar un “patriotismo constitucional”, un criterio mínimo de
pertenencia e inclusión social, cultural y político que permite dar una base de
cohesión a la sociedad”6. Con esto, la AC sería la forma política en la que se podría
cambiar la actual constitución, que no es legítima en su origen y que consolida el
sistema neoliberal. Esto además permitiría el acceso y la intervención de todos los
sectores al debate a la hora de construir una constitución diferente, como el proceso
de Colombia 91’: “La constituyente de Colombia, en 1991, estuvo formada por 70
constituyentes con voto y 4 constituyentes con voz pero sin voto, en representación
de grupos armados en proceso de desmovilización”7.

El camino para conseguir tal AC sería la presión social a través de los métodos que
ya se han ocupado. Asimismo, los sectores que hoy pertenecen a la Nueva Mayoría
y que creen en la necesidad de la AC deben presionar al interior de sus partidos para
sacarla adelante, esto es el PC y ciertas corrientes del PS8.

De esta manera estos sectores, que podríamos poner como un núcleo de activistas
y militantes de izquierda, reformista desde luego, identificados fundamentalmente
entre sectores intelectuales y medios con alguna presencia en el mundo estudiantil,
que fueron opositores a la dictadura pero que no continuaron por la senda del
socialismo, la lucha armada o se “descolgaron” de los nuevos nucleamientos
militantes, que apoyan o ven con buenos ojos el proceso “bolivariano” en
Latinoamérica serían los primeros que plantearon la necesidad de una AC.

5
Gabriel Salazar, Ibíd, p. 81
6
http://www.puntofinal.cl/814/ultimoeditorial815.php
7
http://www.puntofinal.cl/814/ultimoeditorial815.php
8
http://www.puntofinal.cl/836/teillier836.php y http://www.puntofinal.cl/792/maya792.php
También podemos identificar tres posiciones más: la del PC inserto en distintas
niveles organizativos del campo popular, dirigentes del movimiento de trabajadores
con una vocería a través de la CUT e inserción en el movimiento estudiantil; la de
ciertos sectores del PS9 presentes fundamentalmente en el movimiento estudiantil;
y la Izquierda Autónoma junto a Izquierda Libertaria, quienes no se han expresado
claramente en torno a la AC.

Partiremos con el PC por ser de las organizaciones que hoy componen el BEP y
quienes han sido más fieles al programa “reformista” de la NM. Lo primero es que,
es esta organización quien también plantea cambiar la constitución del 80 por ser
ilegítima pues el marco en que se dio, plena dictadura militar, claramente no aseguró
la participación y deliberación de la sociedad completa. Así una de las
reivindicaciones que defendían en los 80’s y al inicio de la transición era el cambio
constitucional. Durante los 90’s y 2000’s y por la marginalidad política en la que
estuvo, una de sus principales banderas fue la del cambio constitucional, aunque no
daban una salida política clara a la misma. Finalmente y tras el 2011, se inicia el
planteamiento abierto por una AC, que acabe con la constitución de Pinochet.

Tras el ingreso del PC a la NM y el programa con la que este bloque llega el gobierno,
se planteaba la necesidad de elaboración de una nueva constitución. Durante el
2015, plantearon una AC guiada fundamentalmente a través del Estado y que
fomentará la participación de diversos sectores de la población. Así en abril del año
pasado la bancada “asamblea constituyente” llevó al congreso una propuesta con
ciertas formas de llevarla a cabo10, que debía ser a través de un plebiscito en el que
se consultara a la ciudadanía la forma en que debería ser cambiada la constitución.
Cabe agregar, que el PC defiende la tesis política de que lo importante a recuperar
para el período sería la “democracia” perdida durante la dictadura y que durante la
transición se fomentó la marginación de los grupos políticos; atendiendo lo anterior,
es que la nueva constitución sería el mecanismo para recuperar aquella democracia
perdida. Finalmente en octubre del año pasado se planteó un documento elaborado
por el ICAL en donde proponían que se hiciera un plebiscito en el marco de la
próxima elección de alcaldes, en donde se pregunte el mecanismo de redacción de
una nueva constitución. En el caso que se elija AC, debería haber una cantidad de
170 delegados y que debería tener como límite un año de duración11. Esta propuesta
dista mucho de las posiciones defendidas por el PC durante el 2011 y antes de entrar
a la NM y de declaraciones durante los primeros días de conformado este bloque
político12.

9
Organizados fundamentalmente en su juventud y cierta incidencia en el Partido, con “teóricos” y militantes
que presenciaron la movilización del 2011 y que apoyaron la idea de Derechos Sociales, como el jurista
Fernando Atria.
10
http://www.pcchile.cl/?p=10410
11
http://www.cooperativa.cl/noticias/pais/politica/reformas-constitucionales/la-propuesta-del-partido-
comunista-para-impulsar-la-asamblea-constituyente/2015-07-26/114741.html
12
http://www.cooperativa.cl/noticias/pais/politica/partido-comunista/pc-estamos-por-una-asamblea-
constituyente-de-manera-muy-decidida/2015-03-22/160721.html
Sobre la Izquierda Autónoma e Izquierda Libertaria dos organizaciones
predominantes en el mundo estudiantil, que además tienen varios “intelectuales”
elaborando al interior de las universidades y que han conducido en el último tiempo
el movimiento estudiantil, la cuestión de la Asamblea Constituyente se ha planteado
de manera compleja. Por un lado está la tesis Izquierda Libertaria, de la ruptura
democrática (RD): tesis según ellos elaborada a partir de la experiencia de la
izquierda abertzale (Vasca) y que de cierta manera pone como foco de contradicción
el problema democrático en sentido amplio. De esta manera plantean que en Chile
existiría una fragmentación del poder estatal, en la medida que hay una crisis de
legitimidad: esa fragmentación debería dar la posibilidad al movimiento popular de
disputar la institucionalidad (como por ejemplo: municipalidades) y espacios de
poder al interior del Estado. Esta cooptación u ocupación de la institucionalidad daría
nuevas perspectivas al movimiento popular pues, permitiría generar una nueva
correlación de fuerzas para generar cambios: “Es en esta línea que la R.D. va
desarrollándose, incorporando aspectos programáticos e institucionales que sientan
las bases para una nueva correlación de fuerzas que constituya un escenario
favorable para el campo popular” 13 . Desde nuestra perspectiva la ruptura
democrática es una nueva forma de concebir el reformismo: no es el tradicional
pensado por el PC, porque el objetivo no es sólo hacer reformas sino sobre todo en
lo que ellos denominan el eslabón más débil del capitalismo chileno. Es importante
dejar en claro esto, pues supone diferencias con la táctica-estrategia de la Izquierda
Autónoma. Para Izquierda Libertaria el Estado sería una Unidad que está llena de
“contradicciones” en su interior y la tarea de la izquierda sería romper y organizar
esas contradicciones: “La agudización de las diversas contradicciones y la
condensación de esta situación en el Estado, justifican una acción dirigida a obtener
el control total de éste. Y es aquí donde se observa la realidad del Estado como un
lugar donde se puede descifrar la situación de ruptura, pues a partir de la toma de
éste, y una vez resueltas las disputas internas que, como un eco lejano, reflejaban
en cierto modo las viejas contradicciones previas al golpe”14. De esta manera y tras
el nuevo ciclo de lucha de clases, según ellos, las tareas de los revolucionarios serian
dos: abrir la disputa de la lucha de masas, es decir movilización y por otro
perspectivar y agudizar (en alianzas amplias de la clase trabajadora con otros
sectores) las contradicciones del Estado; Sólo un volcamiento total al trabajo en los
distintos espacios sociales, en el territorio, en el sindicato, etc., podrá dotar de
contenido y de fuerza una tarea como la ocupación del Estado.

La ruptura democrática que genere las fisuras necesarias para la entrada del pueblo
organizado al Estado y así, a la manera inversa en que lo hizo la dictadura, erradicar
el neoliberalismo a partir del ejercicio del poder, sólo podrá hacerse con un fuerte
respaldo de masas, del pueblo. Sólo es posible la aplicación de esta estrategia
entendiéndola como un componente orgánico de la lucha de clase”15. A partir de

13
http://www.perspectivadiagonal.org/ruptura-democratica-en-chile-partido-frente-de-izquierda-y-mpsa/
14
http://www.perspectivadiagonal.org/la-revolucion-y-la-ruptura/
15
http://www.perspectivadiagonal.org/la-revolucion-y-la-ruptura/
esto levantan una posición acorde sobre la AC. Por un lado reconocen que, el
gobierno y el programa de la NM plantea poco o nada sobre la AC, pero por sobre
todo que ha existido lo que denominan como “reformulación programática” es decir,
la NM se ha hecho eco de los problemas, pero no los soluciona ni tiene interés en
hacerlo. La AC quedaría en el marco de una reformulación programática: llegaron
con la promesa de realizarla pero con el pasar del tiempo, no han hecho más que
“patearla” y no plantear ni la forma ni la realización política de la misma. A partir de
esto concluyen que la AC podría por un lado oxigenar el modelo actual, pero que
tampoco se puede rechazar previamente como una cuestión de principios, todo
depende de la correlación de fuerzas que se genere (ven la correlación como algo
externo, no participan de la misma): “(…) Esto también significa hacernos cargo del
debate por una nueva Constitución en el país a través de una Asamblea
Constituyente, pero teniendo en cuenta la correlación de fuerzas para tomar
posiciones lejos del oportunismo panfletario. (…) Una nueva Constitución no es el
remedio a los males del país, ni una AC asegura un triunfo del movimiento popular,
por lo que se hace fundamental debatir con seriedad y profundidad respecto a cómo
enfrentar el actual debate sobre la materia”16.

Por otro lado la IA influenciados por el autonomismo setentero y el posmarxismo,


no ha sido clara a la hora de pensar el problema constitucional. Por un lado su
disputa de cierta manera se reduce a intentar conducir lo que denominan como “el
sentido común”, una abstracción de la que hablan sería la situación que podríamos
considerar como “consciencia” de las diversas capas de la sociedad (que según ellos
existen conviviendo en la sociedad civil). A partir de esto perspectivan la lucha
estudiantil: lo que permite esencialmente el ciclo de movilizaciones 2011 en
adelante, es abrir una fisura al modelo neoliberal (un modelo que se caracteriza
fundamentalmente por el individualismo y la privatización de lo que denominan como
“lo público”) e iniciar o avanzar en esta disputa por el sentido común. A partir de
esto disputan la conducción del movimiento estudiantil y finalizan capitalizando una
candidatura al congreso, que les abre una posibilidad de ser conocidos en la sociedad
toda. Respecto a su posición política, claramente componen el bloque denominado
como neo-reformismo, pero a diferencia de su par “libertario” han claramente
abandonado el marxismo puro y duro para analizar la realidad y, aunque rescatan
ciertos “intelectuales” como Gramsci, no tienen claridades a la hora de proponer
política y esto se expresa en la AC; en la actualidad se han agrupado junto a otras
fuerzas políticas de parecidas características en el Frente Amplio. Por un lado creen
que es necesario un cambio constitucional que permita acabar definitivamente con
el modelo neoliberal: “Desde la Fundación Nodo XXI e Izquierda Autónoma creemos
que el objetivo de una asamblea constituyente debe ser superar el modelo
neoliberal. Esto, que algunos les parecerá una obviedad, nos atrevemos a afirmar
que es la tarea más difícil que tenemos quienes estamos por la transformación

16
http://www.perspectivadiagonal.org/a-construir-la-esperanza-a-conquistar-la-dignidad/
social”17. Para eso plantean una serie de tareas de la izquierda (que se especificarán
más adelante) que se deben combinar según ellos con un proceso de unidad de
amplios sectores de la izquierda que tengan como conclusión un programa que
permita disputar ideológica y electoralmente. Por otro lado no plantean el qué hacer
respecto a lo planteado por el Bloque en el Poder. De esta manera quedan cortos a
la hora de implementar política: llaman a la AC, pero no tienen posición respecto a
lo planteado (más que decir lo necesario de cambiar la constitución)18. Así parten
argumentando que la Constitución (intentado abstraerse del método con que se
realice) es una unidad política en disputa, pues representará los intereses de una
sociedad determinada. De esta manera la AC sería un ejercicio histórico dentro de
cierta unidad política, apostar por una AC significa por sobre todo apostar por la
democracia y en una fase determinada de la lucha de clases19. De esta perspectiva
y en términos gramscianos (como lo intentan plantear) la constitución no sería más
que la expresión de la voluntad política de un Partido, es decir la consciencia y la
voluntad dirigida de una clase cristalizada en el Estado 20: “Hoy el problema central
a resolver para proponernos una Asamblea Constituyente y derechamente una
nueva constitución, por tanto, es el problema de la unidad política del pueblo. Una
unidad política que no se construye por fuera de la política, sino que en la lucha
política.” De esta manera las tareas que le quedarían a la izquierda, serían por un
lado apostar a la AC pero por sobre todo: “más que poner la centralidad en alcanzar
el momento de asamblea constituyente, lo cual no deja de ser deseable para el país,
la izquierda debiese pensar en cómo llegar a dicho momento con fuerzas capaces
no sólo de participar en un evento como ese, sino de definirlo a favor de los grupos
sociales populares. Eso implica una lucha ideológica, electoral y de conquista de
posiciones sociales de envergadura”21.

De esta manera las posiciones están marcadas fundamentalmente por dos


cuestiones: la AC como un método que permitiría acabar con el “modelo” o
profundizar el periodo de ruptura democrática que existe y por otro lado, que la
única forma de que exista tal situación es la realización de una nueva correlación de
fuerzas que permitan intervenir. El punto está en que ambos reconocen lo lejano
que se está de constituir tal momento.

Finalmente existen ciertos sectores del PS que, me parece importante incorporar en


el análisis, no por su significancia en el mundo político y social, sino por sobre todo

17
http://www.eldesconcierto.cl/pais-desconcertado/movimientos-sociales/2015/01/29/una-asamblea-
constituyente-para-acabar-con-el-estado-neoliberal/
18
A diferencia de la UNE, quienes plantean que hay que desbordar la institucionalidad estatal. Por ejemplo, si
hay cabildos, ir a todos los cabildos posibles, para generar mayoría para el movimiento popular:
http://www.fundacioncrea.cl/carla-amtmann-esto-no-es-una-batalla-institucional-es-una-batalla-popular-
para-cambiar-la-institucionalidad-en-chile/
19
http://www.eldesconcierto.cl/pais-desconcertado/politica/2015/02/07/lo-politico-de-la-asamblea-
constituyente/
20
http://www.eldesconcierto.cl/pais-desconcertado/politica/2015/02/07/lo-politico-de-la-asamblea-
constituyente/
21
http://www.redseca.cl/?p=5507
porque desde cierta perspectiva han sido desde donde se han agarrado
organizaciones como la IA y el PC para decir que hoy la NM es un bloque partidario
en disputa entre sectores progresistas. Lo fundamental es dar un nuevo marco de
leyes que aseguren ciertos derechos sociales. De esta manera la constitución no
sería ni una unidad política, ni menos una ruptura: sería la consolidación de
corrientes progresistas que existen hoy en la sociedad chilena y que permitiría por
sobre todo profundizar la democracia (que fue perdida con la derechización de los
partidos de la concertación). Para esto es necesario renovar la conducción al interior
de los Partidos históricos, en este caso, el PS.

Así un cambio constitucional no solo sería una mejora para la sociedad completa,
sino por sobre todo para remover la conducción de los viejos partidos, pero por
sobre todo re-oxigenar la institucionalidad que hoy se ve deslegitimada (y con razón
–según ellos-) por un descrédito a lo que se denomina como “la política”, así: “bajo
este paradigma, una nueva Constitución es necesaria para prefigurar un nuevo
modelo de sociedad democrática e inclusiva que nos proyecte hacia el futuro
participando de lo común. Una nueva Constitución que posibilite el reconocimiento
jurídico, esto es, que los grupos hegemónicos aventajados y las instituciones que los
amparan reconozcan la igual capacidad moral de los excluidos e invisibilizados para
tomar decisiones y hacerse responsables de ellas. Parafraseando a Toni Negri esta
nueva decisión en la que estaremos involucrados todos como pueblo, es necesaria
para establecer los criterios de ordenación que exige la demanda por la
transformación social, dentro y más allá de su propia realización. Y esta no es una
pretensión extraordinaria, revolucionaria o especialmente exigente, es simplemente
una demanda democrática.” 22 esta última posición con nula capacidad de
hegemonizar al interior del bloque en el poder termina cumpliendo un par de
dimensiones importantes para la actual estrategia política de la NM por un lado hacer
pirotecnia respecto de líneas más progresistas dentro del conglomerado y por otro
servir de bisagra y contención con los sectores más de “izquierda” dentro del
gobierno.

La derecha y su recalcitrante defensa del modelo

Los partidos de la derecha Chilena agrupados en la coalición Chile Vamos, más que
proponer alternativas, su posición política ha sido criticar todo el mecanismo,
tildándolo de “populista” o de “intervencionismo puro”, sin embargo, de fondo es la
defensa irrestricta al modelo económico, político y social implantado en dictadura y
administrado por los gobiernos de la concertación, hoy nueva mayoría.

22
http://www.redseca.cl/?p=5788
Lo que ha venido ocurriendo

De acuerdo a nuestro análisis, el gobierno de la Nueva mayoría está mostrando que


el debate constitucional es una excusa para adelantar un momento electoral, y con
ello polarizar con simplismo las posiciones de la sociedad, unos “los buenos” estarían
por la participación del proceso constituyente, y los “malos” los que se aferran al
pasado y no permiten los cambios, lo que sería la coalición Chile Vamos y por otro
lado quienes estamos fuera del proceso por opción política.

Con esto el gobierno intenta imponer una agenda superestructural de cambios, lo


que a la vez invisibiliza las verdaderas demandas de los sectores populares, ejemplo
de ello es la aprobación por parte del Consejo Nacional de Televisión de una
campaña a favor del proceso constituyente.

Queda claro que no serán los intereses populares los que primarán en el proceso,
por el contrario, el gobierno será quien lidere y esto obviamente desequilibra la
cancha de la participación, pues quienes nos planteamos críticos al modelo de
dominación y explotación capitalista no tendremos posibilidades reales de instalar
nuestras demandas.

De acuerdo a lo expresado en el último discurso del 21 de mayo de Bachelet, el


proceso constituyente a la fecha tendría más de 30.000 personas que han dado su
opinión individualmente y se habrían producido 3300 encuentro locales inscritos. Se
dijo además que este es un mecanismo transparente y sin manipulaciones, que “los
que se marginan se quedan abajo del carro de la historia y le resta valor a sus ideas”,
un claro guiño hacia la derecha que a través de su referente “Chile vamos” ha
decidido no participar del proceso.

Respecto de la Encueta de Opinión Publica: Evaluación Gestión de Gobierno, julio


2016 de GFK Adimark, en relación al proceso constituyente el 55% de los
encuestados responde que nada o poco está interesado en participar, siendo junio
el mes que menor interés presento alcanzando un 58%.

De acuerdo a algunas declaraciones del Ex - Secretario General de Gobierno, fueron


10.000 personas las que participaron en los cabildos regionales y alrededor de
230.000 los que expresaron su opinión en las diversas etapas del proceso
constituyente, en los encuentros locales, las consultas individuales, cabildos
provinciales y regionales, números marginales respecto de los 17 millones de
chilenos y chilenas.
A modo de conclusión

Como se mostró, el objetivo del texto es básicamente de información; mostrar


diversas posiciones e informar acerca de la propuesta constitucional. Pero por sobre
todo abrir el debate en torno a la AC, como una apuesta que tendrán algunas
organizaciones y cual será nuestra posición como revolucionarios y revolucionarias
respecto a la misma. Entendiendo que no es un problema de principios, sino por
sobre todo político: cómo planificamos la construcción partidaria y cómo pensamos
el avance y fortalecimiento del movimiento de masas y la construcción del poder
popular en términos generales y como acercamos a los sectores ingenuos que se
han sumado al proceso constituyente y como a la vez debelamos a los reformistas
y oportunistas que buscan con esta táctica conciliar con los poderosos y no hacer
los cambios radicales que la sociedad de clases requiere.

Obviamente no existirá una Asamblea Constituyente que modifique radicalmente la


estructura legal que permite la dominación y la explotación capitalista.

Aquellas organizaciones que desde el campo popular se han sumado a este proceso
tempranamente, ya han perdido fuerzas pues es evidente que el mecanismo
diseñado por la Nueva Mayoría no permitirá cambios sustantivos en contenido y
forma de la carta magna, además se debe dejar claro que la demanda de una nueva
constitución no fue expresada desde el seno del pueblo pobre, sino más bien de
sectores pequeño burgueses.

Los trabajadores y el pueblo no tenemos nada que ganar en los espacios creados
por el bloque en el poder, la cancha está rallada y el partido está arbitrado por
quienes no quieren modificar la superestructura que permite la acumulación de
capital.

Desde la izquierda revolucionaria estamos llamados a desenmascarar a quienes


desde la coalición Chile vamos y la Nueva Mayoría intentan coaptar al movimiento
popular en este falso proceso de cambios sociales.

La urgencia de construir un programa de lucha para nuestro sector es sin lugar a


dudas lo que debe concentrar nuestras energías en el plano de la elaboración teórica
como en la praxis de la lucha por los derechos negados. Po otro lado la necesidad
del partido revolucionario de la clase, es vital para articular el conjunto de ideas
fuerzas que permitan transformar la realidad y conducir dicha transformación a la
lucha por el socialismo y el comunismo.

Respecto de la mirada del campo popular revolucionario se han expresado un


conjunto de dimensiones por las cuales no se debe ser parte de este proceso
constituyente, entre estos, la baja participación real de los trabajadores/as,
estudiantes y pobladores/as, el que este proceso claramente es un mecanismo de
válvula de escape a las demandas sociales que se han venido levantando desde
principios del 2000; que el proceso no es de carácter vinculantes por lo tanto solo
como mecanismo consultivo y de opinión, que será resuelto al interior de las propias
cocinas del poder, o sea a través del trabajo de la cámara del congreso, que
permitirá validar un nuevo mecanismo institucional de dominación y explotación
capitalista, que busca generar una nueva legitimidad para el bloque en el poder y
sus instituciones, que abre un espacio político para el reformismo y los oportunistas
y que busca finalmente el re acomodo de la dominación en este nuevo periodo en
la lucha de clases.

Por lo tanto, para quienes transitamos la vereda de la izquierda revolucionaria, este


proceso no es un camino para la conquista de nuestros derechos históricamente
negados por los dueños del poder y la riqueza, el camino sigue siendo construir
organización revolucionaria y poder popular!!!

Diciembre, 2016

Desde algún lugar del Chile Rebelde y Popular

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