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El actual periodo de la lucha de clases, con un claro ascenso de las luchas de los y
las trabajadoras y estudiantes principalmente, que a partir del 2016 inician un
proceso de activación del movimiento de masas a través de huelgas masivas y
radicales y tomas de liceos y marchas estudiantiles han ido cercando cada vez más
1
Gabriel Salazar, En el nombre del Poder Popular Constituyente (Chile, Siglo XXI), LOM Ediciones, Santiago,
2011, p. 21
2
Emol, 13 de Octubre, http://www.emol.com/noticias/Nacional/2015/10/13/754260/Bachelet-anuncia-
nueva-constitucion-Ha-llegado-el-momento-de-cambiarla.html
al bloque en el poder. Los casos de corrupción de los políticos (casos como
Longueira, Rossi, Orpis, Isasi entre otros) y la colusión de los empresarios (Del
Confort, Las Farmacias, del Transporte, Los pañales entre otros) conocidos
públicamente en el último tiempo han generado un contexto de deslegitimización de
quienes nos dominan y explotan.
Algunas encuestas generadas por los propios centros de estudio del poder entregan
cifras contundentes y demoledoras. De acuerdo a la encuesta GFK Adimark de
Evaluación Gestión de Gobierno de julio 2016, la desaprobación de la presidenta
alcanza el 73%, la desaprobación del gobierno un 81%; mientras que respecto de
las coaliciones, el 74% desaprueba a la Nueva Mayoría y el 70% desaprueba al Chile
Vamos. En el caso de la evaluación de la cámara de diputados y senadores ambos
tienen una desaprobación del 84%.
Tras el anuncio de octubre del 2015 sobre nueva constitución quedaron numerosas
dudas sobre cómo sería el proceso. Es importante entender, que las tesis más
radicalizadas que tienen como énfasis la necesidad de una nueva constitución,
plantean que la forma en que ésta debe hacerse es a través de una Asamblea
Constituyente. Ésta debería tener como característica la participación política de
amplios sectores de la sociedad que eligen directamente representantes que
redactarán la nueva constitución3.
Sin embargo el proceso anunciado hace meses dista mucho de ser una Asamblea
Constituyente; se plantea más bien una reforma constitucional en el que se
determinarán las formas de cambiar la constitución.
3
http://www.puntofinal.cl/814/ultimoeditorial815.php según lo que plantea Punto Final, es que en ella se
presentan y participan con diálogo y voto, amplios sectores de la sociedad (Colombia 91’, participaron grupos
Armados) y que no se reelige y tiene una capacidad autónoma.
De esta manera, el proceso constituyente tiene las siguientes etapas4:
4
http://www.latercera.com/noticia/politica/2015/10/674-651344-9-asi-sera-el-proceso-para-la-creacion-
de-una-nueva-constitucion.shtml
Lo primero a entender, es que el núcleo teórico de la Asamblea Constituyente lo
podemos rastrear en lo planteado por Gabriel Salazar en su libro Poder Popular
Constituyente, en él, el historiador hace una relato sobre lo que fueron las asambleas
constituyentes, especialmente la del 25’, concluyendo que, es necesario una
constitución nueva para construir un Estado nuevo. En eso consistiría la soberanía
popular y el ejercicio del poder popular, ya que permitiría la deliberación política del
“pueblo” o clases populares sin intervención ni mediación de partidos políticos que,
o representan otros intereses que no son los suyos o intentan ser vanguardia e
imponer una visión del Estado5. Bajo esta definición claramente no será un proceso
“deliberativo”, por un lado no hay “poder popular” y por otro no hay constitución de
clase que permita llevar adelante un proceso con perspectiva revolucionaria.
El camino para conseguir tal AC sería la presión social a través de los métodos que
ya se han ocupado. Asimismo, los sectores que hoy pertenecen a la Nueva Mayoría
y que creen en la necesidad de la AC deben presionar al interior de sus partidos para
sacarla adelante, esto es el PC y ciertas corrientes del PS8.
De esta manera estos sectores, que podríamos poner como un núcleo de activistas
y militantes de izquierda, reformista desde luego, identificados fundamentalmente
entre sectores intelectuales y medios con alguna presencia en el mundo estudiantil,
que fueron opositores a la dictadura pero que no continuaron por la senda del
socialismo, la lucha armada o se “descolgaron” de los nuevos nucleamientos
militantes, que apoyan o ven con buenos ojos el proceso “bolivariano” en
Latinoamérica serían los primeros que plantearon la necesidad de una AC.
5
Gabriel Salazar, Ibíd, p. 81
6
http://www.puntofinal.cl/814/ultimoeditorial815.php
7
http://www.puntofinal.cl/814/ultimoeditorial815.php
8
http://www.puntofinal.cl/836/teillier836.php y http://www.puntofinal.cl/792/maya792.php
También podemos identificar tres posiciones más: la del PC inserto en distintas
niveles organizativos del campo popular, dirigentes del movimiento de trabajadores
con una vocería a través de la CUT e inserción en el movimiento estudiantil; la de
ciertos sectores del PS9 presentes fundamentalmente en el movimiento estudiantil;
y la Izquierda Autónoma junto a Izquierda Libertaria, quienes no se han expresado
claramente en torno a la AC.
Partiremos con el PC por ser de las organizaciones que hoy componen el BEP y
quienes han sido más fieles al programa “reformista” de la NM. Lo primero es que,
es esta organización quien también plantea cambiar la constitución del 80 por ser
ilegítima pues el marco en que se dio, plena dictadura militar, claramente no aseguró
la participación y deliberación de la sociedad completa. Así una de las
reivindicaciones que defendían en los 80’s y al inicio de la transición era el cambio
constitucional. Durante los 90’s y 2000’s y por la marginalidad política en la que
estuvo, una de sus principales banderas fue la del cambio constitucional, aunque no
daban una salida política clara a la misma. Finalmente y tras el 2011, se inicia el
planteamiento abierto por una AC, que acabe con la constitución de Pinochet.
Tras el ingreso del PC a la NM y el programa con la que este bloque llega el gobierno,
se planteaba la necesidad de elaboración de una nueva constitución. Durante el
2015, plantearon una AC guiada fundamentalmente a través del Estado y que
fomentará la participación de diversos sectores de la población. Así en abril del año
pasado la bancada “asamblea constituyente” llevó al congreso una propuesta con
ciertas formas de llevarla a cabo10, que debía ser a través de un plebiscito en el que
se consultara a la ciudadanía la forma en que debería ser cambiada la constitución.
Cabe agregar, que el PC defiende la tesis política de que lo importante a recuperar
para el período sería la “democracia” perdida durante la dictadura y que durante la
transición se fomentó la marginación de los grupos políticos; atendiendo lo anterior,
es que la nueva constitución sería el mecanismo para recuperar aquella democracia
perdida. Finalmente en octubre del año pasado se planteó un documento elaborado
por el ICAL en donde proponían que se hiciera un plebiscito en el marco de la
próxima elección de alcaldes, en donde se pregunte el mecanismo de redacción de
una nueva constitución. En el caso que se elija AC, debería haber una cantidad de
170 delegados y que debería tener como límite un año de duración11. Esta propuesta
dista mucho de las posiciones defendidas por el PC durante el 2011 y antes de entrar
a la NM y de declaraciones durante los primeros días de conformado este bloque
político12.
9
Organizados fundamentalmente en su juventud y cierta incidencia en el Partido, con “teóricos” y militantes
que presenciaron la movilización del 2011 y que apoyaron la idea de Derechos Sociales, como el jurista
Fernando Atria.
10
http://www.pcchile.cl/?p=10410
11
http://www.cooperativa.cl/noticias/pais/politica/reformas-constitucionales/la-propuesta-del-partido-
comunista-para-impulsar-la-asamblea-constituyente/2015-07-26/114741.html
12
http://www.cooperativa.cl/noticias/pais/politica/partido-comunista/pc-estamos-por-una-asamblea-
constituyente-de-manera-muy-decidida/2015-03-22/160721.html
Sobre la Izquierda Autónoma e Izquierda Libertaria dos organizaciones
predominantes en el mundo estudiantil, que además tienen varios “intelectuales”
elaborando al interior de las universidades y que han conducido en el último tiempo
el movimiento estudiantil, la cuestión de la Asamblea Constituyente se ha planteado
de manera compleja. Por un lado está la tesis Izquierda Libertaria, de la ruptura
democrática (RD): tesis según ellos elaborada a partir de la experiencia de la
izquierda abertzale (Vasca) y que de cierta manera pone como foco de contradicción
el problema democrático en sentido amplio. De esta manera plantean que en Chile
existiría una fragmentación del poder estatal, en la medida que hay una crisis de
legitimidad: esa fragmentación debería dar la posibilidad al movimiento popular de
disputar la institucionalidad (como por ejemplo: municipalidades) y espacios de
poder al interior del Estado. Esta cooptación u ocupación de la institucionalidad daría
nuevas perspectivas al movimiento popular pues, permitiría generar una nueva
correlación de fuerzas para generar cambios: “Es en esta línea que la R.D. va
desarrollándose, incorporando aspectos programáticos e institucionales que sientan
las bases para una nueva correlación de fuerzas que constituya un escenario
favorable para el campo popular” 13 . Desde nuestra perspectiva la ruptura
democrática es una nueva forma de concebir el reformismo: no es el tradicional
pensado por el PC, porque el objetivo no es sólo hacer reformas sino sobre todo en
lo que ellos denominan el eslabón más débil del capitalismo chileno. Es importante
dejar en claro esto, pues supone diferencias con la táctica-estrategia de la Izquierda
Autónoma. Para Izquierda Libertaria el Estado sería una Unidad que está llena de
“contradicciones” en su interior y la tarea de la izquierda sería romper y organizar
esas contradicciones: “La agudización de las diversas contradicciones y la
condensación de esta situación en el Estado, justifican una acción dirigida a obtener
el control total de éste. Y es aquí donde se observa la realidad del Estado como un
lugar donde se puede descifrar la situación de ruptura, pues a partir de la toma de
éste, y una vez resueltas las disputas internas que, como un eco lejano, reflejaban
en cierto modo las viejas contradicciones previas al golpe”14. De esta manera y tras
el nuevo ciclo de lucha de clases, según ellos, las tareas de los revolucionarios serian
dos: abrir la disputa de la lucha de masas, es decir movilización y por otro
perspectivar y agudizar (en alianzas amplias de la clase trabajadora con otros
sectores) las contradicciones del Estado; Sólo un volcamiento total al trabajo en los
distintos espacios sociales, en el territorio, en el sindicato, etc., podrá dotar de
contenido y de fuerza una tarea como la ocupación del Estado.
La ruptura democrática que genere las fisuras necesarias para la entrada del pueblo
organizado al Estado y así, a la manera inversa en que lo hizo la dictadura, erradicar
el neoliberalismo a partir del ejercicio del poder, sólo podrá hacerse con un fuerte
respaldo de masas, del pueblo. Sólo es posible la aplicación de esta estrategia
entendiéndola como un componente orgánico de la lucha de clase”15. A partir de
13
http://www.perspectivadiagonal.org/ruptura-democratica-en-chile-partido-frente-de-izquierda-y-mpsa/
14
http://www.perspectivadiagonal.org/la-revolucion-y-la-ruptura/
15
http://www.perspectivadiagonal.org/la-revolucion-y-la-ruptura/
esto levantan una posición acorde sobre la AC. Por un lado reconocen que, el
gobierno y el programa de la NM plantea poco o nada sobre la AC, pero por sobre
todo que ha existido lo que denominan como “reformulación programática” es decir,
la NM se ha hecho eco de los problemas, pero no los soluciona ni tiene interés en
hacerlo. La AC quedaría en el marco de una reformulación programática: llegaron
con la promesa de realizarla pero con el pasar del tiempo, no han hecho más que
“patearla” y no plantear ni la forma ni la realización política de la misma. A partir de
esto concluyen que la AC podría por un lado oxigenar el modelo actual, pero que
tampoco se puede rechazar previamente como una cuestión de principios, todo
depende de la correlación de fuerzas que se genere (ven la correlación como algo
externo, no participan de la misma): “(…) Esto también significa hacernos cargo del
debate por una nueva Constitución en el país a través de una Asamblea
Constituyente, pero teniendo en cuenta la correlación de fuerzas para tomar
posiciones lejos del oportunismo panfletario. (…) Una nueva Constitución no es el
remedio a los males del país, ni una AC asegura un triunfo del movimiento popular,
por lo que se hace fundamental debatir con seriedad y profundidad respecto a cómo
enfrentar el actual debate sobre la materia”16.
16
http://www.perspectivadiagonal.org/a-construir-la-esperanza-a-conquistar-la-dignidad/
social”17. Para eso plantean una serie de tareas de la izquierda (que se especificarán
más adelante) que se deben combinar según ellos con un proceso de unidad de
amplios sectores de la izquierda que tengan como conclusión un programa que
permita disputar ideológica y electoralmente. Por otro lado no plantean el qué hacer
respecto a lo planteado por el Bloque en el Poder. De esta manera quedan cortos a
la hora de implementar política: llaman a la AC, pero no tienen posición respecto a
lo planteado (más que decir lo necesario de cambiar la constitución)18. Así parten
argumentando que la Constitución (intentado abstraerse del método con que se
realice) es una unidad política en disputa, pues representará los intereses de una
sociedad determinada. De esta manera la AC sería un ejercicio histórico dentro de
cierta unidad política, apostar por una AC significa por sobre todo apostar por la
democracia y en una fase determinada de la lucha de clases19. De esta perspectiva
y en términos gramscianos (como lo intentan plantear) la constitución no sería más
que la expresión de la voluntad política de un Partido, es decir la consciencia y la
voluntad dirigida de una clase cristalizada en el Estado 20: “Hoy el problema central
a resolver para proponernos una Asamblea Constituyente y derechamente una
nueva constitución, por tanto, es el problema de la unidad política del pueblo. Una
unidad política que no se construye por fuera de la política, sino que en la lucha
política.” De esta manera las tareas que le quedarían a la izquierda, serían por un
lado apostar a la AC pero por sobre todo: “más que poner la centralidad en alcanzar
el momento de asamblea constituyente, lo cual no deja de ser deseable para el país,
la izquierda debiese pensar en cómo llegar a dicho momento con fuerzas capaces
no sólo de participar en un evento como ese, sino de definirlo a favor de los grupos
sociales populares. Eso implica una lucha ideológica, electoral y de conquista de
posiciones sociales de envergadura”21.
17
http://www.eldesconcierto.cl/pais-desconcertado/movimientos-sociales/2015/01/29/una-asamblea-
constituyente-para-acabar-con-el-estado-neoliberal/
18
A diferencia de la UNE, quienes plantean que hay que desbordar la institucionalidad estatal. Por ejemplo, si
hay cabildos, ir a todos los cabildos posibles, para generar mayoría para el movimiento popular:
http://www.fundacioncrea.cl/carla-amtmann-esto-no-es-una-batalla-institucional-es-una-batalla-popular-
para-cambiar-la-institucionalidad-en-chile/
19
http://www.eldesconcierto.cl/pais-desconcertado/politica/2015/02/07/lo-politico-de-la-asamblea-
constituyente/
20
http://www.eldesconcierto.cl/pais-desconcertado/politica/2015/02/07/lo-politico-de-la-asamblea-
constituyente/
21
http://www.redseca.cl/?p=5507
porque desde cierta perspectiva han sido desde donde se han agarrado
organizaciones como la IA y el PC para decir que hoy la NM es un bloque partidario
en disputa entre sectores progresistas. Lo fundamental es dar un nuevo marco de
leyes que aseguren ciertos derechos sociales. De esta manera la constitución no
sería ni una unidad política, ni menos una ruptura: sería la consolidación de
corrientes progresistas que existen hoy en la sociedad chilena y que permitiría por
sobre todo profundizar la democracia (que fue perdida con la derechización de los
partidos de la concertación). Para esto es necesario renovar la conducción al interior
de los Partidos históricos, en este caso, el PS.
Así un cambio constitucional no solo sería una mejora para la sociedad completa,
sino por sobre todo para remover la conducción de los viejos partidos, pero por
sobre todo re-oxigenar la institucionalidad que hoy se ve deslegitimada (y con razón
–según ellos-) por un descrédito a lo que se denomina como “la política”, así: “bajo
este paradigma, una nueva Constitución es necesaria para prefigurar un nuevo
modelo de sociedad democrática e inclusiva que nos proyecte hacia el futuro
participando de lo común. Una nueva Constitución que posibilite el reconocimiento
jurídico, esto es, que los grupos hegemónicos aventajados y las instituciones que los
amparan reconozcan la igual capacidad moral de los excluidos e invisibilizados para
tomar decisiones y hacerse responsables de ellas. Parafraseando a Toni Negri esta
nueva decisión en la que estaremos involucrados todos como pueblo, es necesaria
para establecer los criterios de ordenación que exige la demanda por la
transformación social, dentro y más allá de su propia realización. Y esta no es una
pretensión extraordinaria, revolucionaria o especialmente exigente, es simplemente
una demanda democrática.” 22 esta última posición con nula capacidad de
hegemonizar al interior del bloque en el poder termina cumpliendo un par de
dimensiones importantes para la actual estrategia política de la NM por un lado hacer
pirotecnia respecto de líneas más progresistas dentro del conglomerado y por otro
servir de bisagra y contención con los sectores más de “izquierda” dentro del
gobierno.
Los partidos de la derecha Chilena agrupados en la coalición Chile Vamos, más que
proponer alternativas, su posición política ha sido criticar todo el mecanismo,
tildándolo de “populista” o de “intervencionismo puro”, sin embargo, de fondo es la
defensa irrestricta al modelo económico, político y social implantado en dictadura y
administrado por los gobiernos de la concertación, hoy nueva mayoría.
22
http://www.redseca.cl/?p=5788
Lo que ha venido ocurriendo
Queda claro que no serán los intereses populares los que primarán en el proceso,
por el contrario, el gobierno será quien lidere y esto obviamente desequilibra la
cancha de la participación, pues quienes nos planteamos críticos al modelo de
dominación y explotación capitalista no tendremos posibilidades reales de instalar
nuestras demandas.
Aquellas organizaciones que desde el campo popular se han sumado a este proceso
tempranamente, ya han perdido fuerzas pues es evidente que el mecanismo
diseñado por la Nueva Mayoría no permitirá cambios sustantivos en contenido y
forma de la carta magna, además se debe dejar claro que la demanda de una nueva
constitución no fue expresada desde el seno del pueblo pobre, sino más bien de
sectores pequeño burgueses.
Los trabajadores y el pueblo no tenemos nada que ganar en los espacios creados
por el bloque en el poder, la cancha está rallada y el partido está arbitrado por
quienes no quieren modificar la superestructura que permite la acumulación de
capital.
Diciembre, 2016