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Mensaje a los jóvenes de José Miguel Martínez Alvarado, "Palito", 1992

Les habla José Miguel Martínez Alvarado, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Universidad de
Chile actualmente prisionero en la ex-Penitenciaría de Santiago, procesado por asociación ilícita, por
pertenecer al FPMR y procesado además por el secuestro de Cristián Edwards del Río. Antes que
nada les mando un fraternal saludo y un fuerte y sincero abrazo tanto a los que conocí de ustedes
como a los que no. Nos encontramos en un momento adverso donde el sistema se intenta consolidar
en una coyuntura que presenta una lógica de guerra de un Estado policial represivo, del intento de
acallar a sangre y fuego cualquier síntoma de rebeldía que la incapacidad del sistema produce.

Nos encontramos en una guerra que sigue la lógica continuista de los conflictos de baja intensidad
donde todo se trata de hacer más “suavecito”. Pero sin embargo, las viejas causas que nos impulsaron
hace años a tomar las armas siguen vigentes, no han terminado. Nos encontramos ante un sistema
judicial que es parte de esta guerra, que está casado con ella en esencia y que por lo tanto es de
principio corrupto. Que se juega por proteger a sus lacayos y aplica mano dura con nosotros. No
importa, jamás rebajaremos la frente ante ellos. Les decía que las viejas causas que nos impulsaron
en un momento a tomar las armas, a disparar contra el enemigo, no han terminado. La exclusión, la
marginalidad y la vieja realidad de la explotación sigue vigente hoy día disfrazada de estado de
derecho. Esta es la llamada democracia, democracia aberrante y despreciable. No puede ser esa
nuestra opción, sería mediocre.

Ante la realidad aberrante de los cinco millones de pobres ya no podemos llorar, ya no podemos
resignarnos. La única opción digna ante este hecho es el combate, es la lucha decidida, es la opción
de las armas. Es tan fácil entregarse a esta, se comienza de a poco y la verdad es que ya no puedes
parar. Hoy en la prisión los que aquí compartimos coincidimos en el criterio de que pese a todo, pese a
estar prisioneros, pese a que muchos de nosotros han muerto en combate en las calles, ha valido la
pena, ha valido la pena por lo que tenemos que ganar y porque sabemos que, pese a todo, vamos a
ganar.

Somos la nueva generación, generación de combate que plasmaran tan bien Fabián López Luque y
Alex Muñoz Hoffmann ese 22 de enero de 1992 en que, sin miedo, enfrentaron la muerte mirando más
lejos y más firme de lo que algunos se imaginan. Somos la generación que también recoge los
ejemplos de Rodrigo, Raul Pellegrín, de Tamara, Cecilia Magni, César, Patricio González, de Mauricio
Arenas, Joaquín, y de todos los que entregaron su vida en combate. Somos la generación que también
comienza a tener sus propios caídos: Aldo Norambuena, Julio Eyzaguirre, Marco Ariel Antonioletti,
Emilio González, Mauricio Cancino Garín, Juan Fuentes, Fabián López Luque y Alex Muñoz Hoffmann.
Para estos hermanos la recompensa no debe ser el llanto. Lo único que podemos entregar para que
haya valido la pena su muerte y su caída, es la victoria. Nuestro homenaje será ese. Este es el
momento en que a jóvenes, de 21 y 19 años y no mucho más, les está tocando alzar esta bandera de
la dignidad.

De ustedes es la opción de sumergirse en la miseria y la mediocridad o atreverse a pelear sin miedo,


con decisión, con dignidad, por una patria libre. Hermanos, no dudo que su opción va a ser la correcta.
Quienes estamos en estos momentos acá pagando los costos, los invitamos a ustedes a que tomen
las armas que nosotros dejamos en el exterior y las enfrenten contra este enemigo de oprobio, contra
la explotación, contra la miseria. Nuestra opción no puede ser la humillación. Estamos marcados para
tener una actitud decidida para enfrentarnos sin miedo a este enemigo. Los invitamos a ustedes a que
nos visiten para que nos conozcamos más, para que conozcan también esta realidad. Les aseguro que
no se van a encontrar con combatientes caídos, lamentándose. Nos van a ver normales, vitales.
Somos como ustedes y de una Facultad muy parecida a que ustedes van, Somos personas comunes y
corrientes, somos jóvenes. Los invitamos entonces a que puedan venir y desde aquí quizás lancemos
propuestas de combate que ayuden a este pueblo, que ayuden a esta patria, a salir de donde está. No
va a salir sola, necesitamos de ustedes, necesitamos de los jóvenes con decisión. Me despido
entonces nuevamente con un fuerte abrazo a todos los que están escuchando, confiando como dije
anteriormente, de que la opción de ustedes será la correcta, será digna.

Se despide entonces, José Martínez Alvarado ¡Hasta Vencer o Morir! Penitenciaría de Santiago

JOSÉ MIGUEL, PEDRO, MAURICIO: INSURGENTES Y LIBERTARIOS POR SIEMPRE

Hace 22 años, la mañana del 10 de octubre, nuestros hermanos Pedro Ortiz, José Miguel Martínez y Mauricio
Gómez, fueron asesinados por el primer Gobierno de la Concertación encabezado por Patricio Aylwin, cuando
buscaban la libertad fugándose desde la Penitenciaría de Santiago.

Este crimen fue auspiciado desde la Oficina de Seguridad Pública liderada por Isidro Solís, quien estaba en
conocimiento de dicho plan de fuga, mediante la infiltración de traidores a una historia heroica de resistencia
armada que ha tenido altísimos costos en vida, con miles de muertos, torturados, desaparecidos y presos
políticos.

Reconocemos en la disposición del vuelo libertario de nuestros hermanos, la voluntad inquebrantable de lucha y
compromiso con esta larga marcha de generaciones por alcanzar una sociedad de verdadera justicia social y
respeto absoluto al ser humano y a la naturaleza.

Ellos forman parte de una generación que se mantuvo dispuesta a continuar por los caminos de resistencia
popular y por ello estaban encarcelados, mientras muchos renegaban de la historia para insertarse a una
institucionalidad que sólo le calza a los intereses de los empresarios, las transnacionales y sus gendarmes civiles
y militares.

Recordamos con tristeza esa vil y cobarde masacre, donde el ensañamiento dejó a sus cuerpos con una decena
de balas, encontrándose desarmados y siendo rematados en la calle por funcionarios de Gendarmería al mando
del teniente Reyes.

Pero también los recordamos haciendo nuestro el compromiso de vida de seguir construyendo una opción de
resistencia desde los pueblos pobres que sufren directamente la voraz barbarie del capitalismo y su Estado
policial.

Tenemos el deber de reconstruir la memoria y la verdad de cada crimen cometido durante la dictadura y los
gobiernos concertacionistas.

Luchar con renovadas fuerzas para que el silencio y el olvido no sigan siendo la tragedia permanente que nos
imponen a los pueblos con la impunidad.
Los que seguimos en la lucha libertaria no olvidaremos jamás lo que cada uno de ellos planteaba en sus
conversaciones de su opción de vida, de crítica al tiempo histórico donde muchos que habían luchado en contra
de la dictadura buscaban acomodar sus opciones individuales y llevar al FPMR a la negociación con la
concertación y con ello sepultar la esencia de nuestra razón de ser, que no es otra que ser un instrumento
insurgente del pueblo que se organiza autónomamente para combatir bajo diversas formas al capital y sus
injusticias

Quienes conocimos al Palito no podríamos olvidar que apenas salió de la Cárcel Pública buscó integrarse a las
estructuras clandestinas de la organización para participar en las tareas militares financieras que se impulsaban
en ese entonces, siendo nuevamente detenido algunos meses después.

Pedro, siempre humilde y crítico a la crisis que se vivía en ese momento, estaba abocado a hacer esfuerzos para
reconstruir el trabajo social rodriguista clandestino, el cual fue truncado al ser capturado gracias a la
colaboración de traidores ligados a la Oficina de Seguridad Pública.

Mauricio, un joven revolucionario y rodriguista de corazón, acompañó en este combate por la libertad a Pedro y
al Palito sin condición alguna más que su relación de hermandad revolucionaria con el Frente...

A todos ellos, que acompañan las historias de los hombres y mujeres que luchan por nuestro continente y el
mundo, nuestro homenaje en un mes que recuerda los combates libertarios de revolucionarios como el Che,
Miguel, Raúl, Cecilia, Mauricio Arenas, les decimos que no claudicaremos, que la historia la construyen los
pueblos y sus acumulados de luchas, voluntad y valores humanos fundamentales para poder reconstruirnos
todas las veces que sea necesario, aprendiendo de nuestros errores y rectificando los mismos, asumiendo que la
única posibilidad que tenemos es el compromiso de unidad responsable entre los revolucionarios del
continente, del pueblo pobre y los pueblos indígenas.

¡La única lucha que se pierde es la que se abandona!


¡Construyendo fuerza y unidad continental, hasta vencer o morir!

Chile, octubre 2014

Frente Patriótico Manuel Rodríguez – Autónomo

...En un país como el nuestro donde todo está cerca y concentrado donde el amontonamiento histórico es tan
denso, el ultraizquierdismo que no se quede en palabras y tenga con qué ser ultraizquierdista en los hechos irá
siempre más hondo calando en el corazón popular que sigue estando en la ultraizquierda del pecho." Roque
Dalton

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