TESIS SOBRE LA DECORACIÓN DEL NUEVO LOCAL DE ANTICAPITALISTAS

INTRODUCCIÓN
Lo que a continuación reproducimos son un conjunto de reflexiones acerca de las cuestiones
estéticas que atañen al nuevo local de Anticapitalistas. Las presentamos a modo de propuesta,
y como toda propuesta está sujeta a ser desdeñada en su totaliadad, modificada, se pueden
salvar ciertos elementos de ella o ser aprobada “a la búlgara”, solución muy de moda entre
ciertos sectores. Las reflexiones “teóricas” van acompañadas de una serie de propuestas
concretas (además de algún ejemplo escrito, en la carpeta anexa). El formato de estas
propuestas (fotografías, pósters, frases/poemas impresos) no pretende ser limitante, aunque
en cierto sentido si lo es su carácter no permanente como un graffiti o fresco. Esto último
viene dictado por lo siguiente:

1) Su realización requiere de más tiempo, y su carácter permanente necesita por una parte un
gran grado de acuerdo acerca qué poner y su realización práctica precisa de suma destreza
para no correr el riesgo de dar vida a un nuevo Ecce Homo (y la destreza requiere de una
persona que la posea y que además disponga de tiempo).

2) Además sobre lo que concierne al bar: las paredes permanecerán en gotelé, hecho que
dificulta o imposibilita (no poseemos conocimientos al respecto) la realización de tales
formatos. Además parece ser que existe la voluntad (férrea) de desgotelizar de forma total el
local por lo menos a medio plazo (¿verano 2016?), con lo cual de ser posible pintar sobre él su
exposición sería perecedera. Amén de que el bar al ser una zona más concurrida, también es
susceptible de ser la más proclive a ser ensuciada, hecho del que no se salvan las paredes ni lo
que en ellas esté pintado.

3) Y con respecto al salón: al ser este un espacio en el que en un futuro se puedan desarrollar
múltiples eventos (desde asambleas, obras de teatro o grabación de vídeos ), en nuestra
opinón lo más recomendable es evitar decoraciones que pudieran de alguna forma
obstaculizar las realización de dichos eventos, es decir, intentar limitar al máximo la
colocación de elementos decorativos permanentes.

A partir de ahora, creemos que es más adecuado proseguir en tres bloques: Bar, Salón y Sala
de reuniones – Biblioteca (la escalera que une el bar y el salón iría incluída en bar). Nuestra
justificación se basa en que cada uno de esos espacios no sólo tiene funciones diferentes sino
que, haciendo uso del marxismo de forma un tanto laxa y vulgar, su “base social” (quizás
podríamos haber utilizado el más anodino “usuarios” ya que no esperamos que haya
diferencias de clase entre las diferentes salas) también lo será y creemos que es menester
adecuar la decoración a esas particularidades.

Creemos que la posible decoración de la oficina le concierne a “quién la trabaje”, y dejamos

abierta la propuesta de decoración de los aseos y la cocina a quién tenga algún interés en ello.

Las reflexiones de estas páginas son serias y obedecen a criterios políticos, sin embargo nos
permitimos ciertas licencias de redacción: nuestras arcas de tensión y seriedad están
mermadas tras tantas batallas tensas, y las que vendrán nos exigirán tenerlas de nuevo plenas,
por lo tanto podemos darles cierto respiro aquí. A pesar de ello, pensar nuestra praxis, por
pequeña y localizada que esta sea, desde una perspectiva política, por liviana que esta sea,
constituye un vicio sano.
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BAR
El bar tiene una caracterísica fundamental que lo diferencia de otras zonas: es el espacio
estrictamente público del local. De ello se desprende que hay que prestarle especial cuidado
ya que es nuestra cara pública. Creemos que es necesario crear un ambiente amable,
“divertido” visualmente y equilibrado, sin embargo es aun más necesario recordar, antes de
pasar a enumerar una serie de características (estéticas) que creemos debe tener el bar y se
desprenden de lo dicho, que no abrimos espacios como estos ni para disponer de espacios
cómodos de socialización de nuestra militancia, nuestra periferia y gente del barrio, ni para
tener espacios físcos disponibles en los cuales realizar actividades ni por un mero afán
recaudatorio (aunque evidentemente también lo son) sino que ante todo son (o esperamos
que lleguen a ser) espacios políticos que, si se nos permite volver a hacer malabarismos con el
marxismo, jueguen el papel de “espacios de transición” , es decir, que por su mero uso como
espacios de estricta socialización (si es que eso existe) o de su uso meramente físico, puedan
ser un núcleo de creación de lazos comunitarios (por ocalizados que estos sean) y de
acercamiento de nuestra periferia a nuestra corriente política (y a nuestra identidad, que
sabemos que es porosa y abierta, pero no por ello deja de ser una identidad definida). No
abrimos otro local social, abrimos un local de partido (en el sentido fuerte, estratégico del
término). No hace falta ser un teórico peronista ni haber leído las obras completas de Nahuel
Moreno para saber que esta “transición” no se debe al efecto físico ni psíquico que pueda
ejercer la decoración de las paredes en las mentes de las ingenuas e ingenuos simpatizantes
de Anticapitalistas, y que es nuestra acción política, nuestro programa y nuestro horizonte
estratégico (aunque estén en formato de conversación informal y tabernaria, o en un evento
más serio) quienes puedan dar pie a esa transición. Pero eso tampoco es óbice para
infravalorar las cuestiones estéticas. Por ello vamos a enumerar, de una forma un tanto
errática, una serie de cuestiones que creemos hay que considerar:

1. Referencialidad a nuestra organización y a Podemos: a pesar de que haya que dotar

a “La Plaza de los Comunes” de cierta identidad propia (aunque quizás esa identidad no
tenga que ser referencidada puertas adentro, sino propagada hacia fuera, empezando
por el mismo rótulo que guarda la entrada, pasando por la web, RRSS, cartelería y
pegatinas), no podemos olivdar que en esencia es un bar de partido y por ello debe
estar referenciado materialmente. En nuestra opinión esta referencia no debe estar
oculta entre otras, sino que tiene que ser nítida y le tiene que ser reservado un espacio
propio, que en este caso no tienen por qué ser una serie de elementos ornamentales
como los que se plantean en la introducción, aunque quizás sí una bandera,
acompañada de una selección de literatura, folletos y pegatinas de nuestra
organización que sirvan también como punto de información político. La configuración
de eso se escapa a este texto y debe ser decidida de forma órganica por la dirección
política, pero a su vez al ocupar un lugar en el espacio, juega un papel estético.

En cuanto a la referencialidad de Podemos, esta debe ser también visible, en primer

lugar porque somos Podemos, constituyendo una de sus almas, y porque mucha gente
de nuestra periferia proviene de sus filas. Sin embargo ya hay demasiada sobrecarga de
merchandaising podemita y no creemos que sea conveniente la creación de un nuevo
altar en el sentido fan. Pero se pueden hacer referencias centrales a Podemos sin
parecer una tienda de souvenirs, por ejemplo con fotografías o el cartel de algún evento
que fuera importante.
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Un riesgo de este primer punto es el acabar pareciendo un local de partido a nivel de

percepción inmediata (es decir, en un sentido burócratico, un espacio de partido al uso,
ya sea de Anticapitalistas o Podemos, con una cafetera y un grifo de cerveza anexos,
subsumiendo entonces la identidad de La Plaza de los Comunes).

Nuestra referencialidad no está simplemente circunscrita a nuestras siglas y símbolos,

sino que también está presente de otras formas. Tenemos toda una tradición histórica
detrás, a la vez que hacemos nuestras muchas nuevas reivindicacciones y luchas. Todo
esto tiene y puede que tener repercusión en los elementos decorativos que utilicemos.

2. Otras referencias importantes: recogiendo lo anterior, creemos que hay otra serie de
referencias que deberíamos intentar incorporar en la medida de lo posible. Creemos
importante que hay referencias al barrio o a la ciudad, que el local esté enraizado y
tenga cierto apego a donde está, y que no parezca un local prefabricado que viene del
misterioso planeta del trotskismo. También deben estar reflejado nuestro
internacionalismo, y más cuando existe una fuerte tendencia hacia repliegues
nacionales y nacionalistas españoles (una imagen de una lucha en AL o Grecia, cartel de
alguna convocatoria en otro país, una bandera galega gigantesca, alguna refererencia a
la cuestión nacional en el Estado español, algún elemento escrito en otro idioma, etc).
Nuestro feminismo y la cuestión LGTBI creemos que han de tener un lugar central y
ser muy visibles. Hay que darle también cabida a la cuestión del ecosocialismo, y no
pueden faltar referencias al racismo y a la inmigración. Lo mencionaremos de nuevo
más abajo, pero nos parece fundamental incluír referencias históricas a la cultura
socialista y a nuestra corriente política.

Se puede objetar que estamos hablando de un la decoración de un bar y no de elaborar

un programa político, y es cierto. Aun así, pensamos que es un reto interesante
trasladar nuestra imagen en forma de decoración de un espacio.

Otra cosa importante en este aparatdo es que no tiene que haber una relación unívoca
entre cada cuestión a referenciar y el elemento que cumpla esta función, sino que que
algunas pueden estar referenciadas en un mismo elemento (véase, no de forma
limitante, feminismo y historia en la imagen de una miliciana del POUM).

3. Cuestiones culturales, un espacio abierto que huya del narcisimo. A pesar de que
sea un local de partido, no todo tiene que hablar de nosotros. Creemos que el local
también ha de permitir comportarse como un espacio de cultura, y esto en el sentido
que aquí nos toca, se puede materalizar en espacios de exposiciones temporales, por
ejemplo. Se podría reservar un espacio en el bar (o en el salón, dependiendo del
formato) para ello. En ese sentido, las compañeras de la recién creada Área de Cultura
tendrían que ser quienes hagan y busquen esas propuestas.
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4. Consideraciones ulteriores: otras cuestiones que también queremos señalar:

-Hay que incorporar referencias a nuestra corriente política y a la cultura socialista, sin
caer en un snobismo de la gauche divine ni parecer un museo del 68 francés. No es un
local de la LCR, sino de Anticapitalistas (aunque creemos que es necesario que quede
reflejado el hilo histórico que nos une).

-Huír tanto de cierta estética kalimotxera propia muchas veces de espacios con carácter
festivo de la izquierda, como de un kitsch quincemayista melancólico de las acampadas.
No estamos en la acampada de Sol ni el Chiscón.

-Frente a un renacentismo burocrático (ordenación conservadora de una serie de

elementos propagandísiticos sólo para ocupar el espacio de forma más o menos
armónica), un barroquismo suberviso y masticado (es decir, pensado), un collage de
elementos (más en el sentido de diferentes elementos que formen una unidad, que
como una superposición agobiante de muchos elementos. No nos gusta el gotelé, pero
tampoco es necesario ocultarlo completamente). La decoración tiene que hablar un
poco de nosotras con sólo echar un vistazo.

-Por último pensamos que en la medida que los formatos y nuestro presupuesto nos lo
permita, los elementos de decoración han de tener el mejor acabado posible. No se
debe a ningún prejuicio burgués, sino creemos que aporta seriedad. Eso sí, siempre con
equilibrios, ni una oficina de un chatarrero ni una consulta de un dentista quisquilloso,
aséptica y pulcra.

Sabemos desde hace bastante que los puentes entre el mundo de las ideas y el mundo
tangible son tortuosos, y que no siempre se pueden recorrer en ambos sentidos, o dicho de
otra forma, del dicho al hecho hay un trecho. Comprendemos las dificultades que supone
materializar todo lo dicho, pero nos parecía importante pensarlo de esta forma: proporcionar
un marco dentro del cual trabajar y de ahí empezar a concretar y sobretodo intentar que tanto
el resultado como los esfuerzos para obtenerlo sean equilibrados. Ya veremos qué resultados
obtenemos. Esta reflexión puede extenderse a los otros espacios también, si bien las
exigencias que le hacemos al bar son mucho más numerosas y por ende más complicadas de
satisfacer.
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SALÓN
El salón es el otro gran espacio público del local. Este salón podrá albergar una serie de
eventos, cuyas necesidades de decoración pueden llegar a ser unas impedimentos para otras.
Ahora entraremos en lo concreto, pero adelantamos que nuesta propuesta aquí es que haya
pocos elementos decorativos y evitar que estos sean permamentes.

Además de los usos que se le puedan dar al salón para los que la decoración resulte
indiferente, hay otros para los que si juega un papel. El hecho de que querramos evitar la
elementos permanentes en él, no significa convertirlo en un lugar de esquizofrenia
camaleónica, ya que creemos que ciertos tipos de actividad pública (charlas) serán las que se
repitirán más a menudo y por ello definiremos la decoración de ese espacio como si fuese el
modo natural del salón. Las otras actividades que se puedan realizar (desde ruedas de prensa
que no sean de Anticapitalistas, obras de teatro, pequeños conciertos, etc.) necesitarán de una
decoración específica que es asunto de quién realice dichas actividades.

Pasando ya a hablar específicamente de lo que sería el salón en modo normal, pensamos que
como local de actos de Anticapitalistas que es, debería estar nuestro logo presente, tanto para
“marcar terreno” como para que sirva de fondo para los actos propios que realicemos.
Llegados a este punto, quien estas líneas escribe, tiene unos conocimientos en formatos físicos
en los que plasmar imágenes de gran tamaño tan escasos como su bagaje léxico al respecto,
entonces diremos que el logo tiene que ser “grande y en un formato que pueda ser montado y
desmontado” (a medio plazo cabe la posibilidad de que el salón lo pueda utilizar gente ajena a
modo del Ecoo, con lo cual el logo no debería ser permanente). Aparte del logo, creemos que
debería haber a lo sumo dos o tres elementos decorativos más (una frase impresa quizás),
estos deberían tender a ser “la condensación suprema” de las caracterísicas apuntadas en el
espacio del Bar. Bajando del cielo, por ejemplo una fotografía también “grande y en un formato
que pueda ser montado y desmontado” (hay propuestas en el anexo) en la pared norte del
local y algún otro elemento en la columna o en la pared sur creemos que serían suficientes. En
este punto estamos en las antípodas del barroquisimo del Bar, ya que creemos que la
sobriedad de este espacio está acorde con las actividades que allí se realizarán.

Como con el bar, creemos que es necesario que exista la posibilidad para todo tipo de
expresiones culturales que puedan jugar también un papel decorativo, como exposiciones
fotográficas, de pinturas, etc. Creemos que los pocos elementos decorativos que habría
facilitarían la colocación de estas hipotéticas exposiciones y que son de nuevo, los compas del
Área de Cultura, quienes tendrían que dinamizarlas. Habría que barajar también el sentido
que tendrían en función de con que asiduedad estaría este espacio abierto al público, aunque
esto también podría ser en función de la existencia de la hipotética exposición y no merece
más desarrollo.
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SALA DE REUNIONES – BIBLIOTECA

En este espacio es donde las exigencias que proponemos devienen elásticas y dónde los
fetiches personales de cada una pasan a primera fila. Antes de abrir la Caja de Pandora,
hagamos una serie de aclaraciones. Este espacio, además de un espacio de estudio y lectura,
no sólo va a ser un espacio de militantes iniciados en “la magia y humor troskista” como diría
el vetusto teórico marxista Peter Capusotto, sino que también será concurrido por nuevas
militantes con lo cual no debiera parecer la trastienda dónde un tendero de rienda suelta a sus
ímprobas veleidades que han de ser escondidas puertas afueras, ni un taller mecánico plagado
de viñetas cómicas, sino que ha de exisitir un equilibrio. Cuando decimos fetiches, decimos
que nos podemos permitir ser un poco más políticamente incorrectos y dar un espacio a cierto
identitarismo cuartista, cierto orgullo militante y activista que tampoco está demás
reivinidicar en algún espacio. El equilibrio también debe estar regido por el hecho de que será
una sala de lectura y biblioteca, con lo cual creemos que no debe estar muy recargado y que
los libros también jugarán un importante papel ornamental.

En este espacio no profundizaremos más, porque no hay ninguna prisa en decorarlo, porque
es un espacio en el que las humedades no resueltas impedirán que elementos fijos sean
puestos desde ya (sobretodo los libros) y porque su importancia es mucho menor de cara al
público, y porque los fetiches identitarios personales son muy profundos, con lo que llegar a
un acuerdo pasará sin duda por duras reyertas.

ÚLTIMA CONCLUSIÓN

Como hemos señalado alguna vez, sólo pretendemos dar un marco en el que pensar la
decoración, y que éste facilite tanto el debate como su puesta en práctica. Toda aportación, ya
sea “teórica” como propuesta concreta es tan necesaria como bienvenida. Esperamos con esto
estimular cierto debate colectivo y que la decoración de nuestro local sea una obra colectiva.

Pese a las licencias que nos hemos tomado para aligerar este debate, pensamos que el nuevo
local es un paso muy importante para nuestra organización. Es el fruto de un enorme esfuerzo
colectivo. Será difícil que se ajuste a lo que queremos, pero vamos a presentarlo de la forma
que ese esfuerzo se lo merece.

SOBRE EL ANEXO

En el anexo incluímos, por espacios, una propuesta fotográfica. Esta es muy limitada y abarca
prácticamente en su totaliadad la vertiente histórica de las cuestiones que proponemos
refernciar. Con lo cual, sólo una ínfima parte de ellas acabarían en la decoración final. Lo
decimos como advertencia para evitar que quien vea sólo el anexo se piense que es un fiel
reflejo de la propuesta final. Además, pensamos que además de más fotografías, habría que
incorporar cuantos elementos decorativos de nos ocurriesen para poder tener un abanico más
amplio dónde escoger y en una cantidad que sea propensa a ser filitrable sin que el tiempo
que nos lleve se cuente en semanas.

ANEXO: https://www.dropbox.com/sh/8hkpscvbppjaaxk/AAAbGqEJTgm8fmECUo1DrNvFa?
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