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TEMA DEL DÍA

DE LA DERIVA DE LOS CONTINENTES A LA TECTÓNICA DE PLACAS1


From continental drift to plate tectonics
Henry Frankel (*)

Las ciencias de la Tierra sufrieron en los años ro de los paleomagnetólogos británicos, calculó el
60 una revolución que estremeció hasta sus ci- paleomagnetismo que debería usarse para exami-
mientos. La revolución culminó con el nacimiento nar la teoría de la deriva. Runcorn, que había pre-
de la tectónica de placas, y acabó con una contro- visto incluir geólogos así como geofísicos en su
versia de 55 años sobre la deriva continental. La equipo, contrató a Irving en Junio de 1951 para
hipótesis de Vine-Matthews-Morley fue decisiva que le ayudara en el muestreo. Cuando Irving le
en ello. Esta hipótesis, propuesta independiente- habló a Runcorn de la conexión de la deriva conti-
mente por Fred Vine y Lawrence Morley, llevó a nental y el paleomagnetismo en el otoño de 1951,
la confirmación de la expansión del fondo del mar, y le sugirió que la India sería un área ideal para el
la forma más moderna en esos años de la deriva examen, Runcorn vio su importancia inmediata-
continental. Antes de la aceptación de la hipótesis mente.
pocos científicos de la Tierra creían en la deriva En pocos años, Creer3 presentó la primera cur-
continental; con su confirmación, pocos se atrevie- va de deriva polar, representando el movimiento
ron a argüir en contra de su expresión más moder- de las Islas Británicas a través del pasado geológi-
na. co, y Runcorn e Irving añadieron pronto las curvas
Aunque algunas destacadas figuras como Art- de la deriva polar de Norteamérica y Australia.
hur Holmes, Lester King y S. W. Carey defendie- Hospers y Runcorn también aportaron argumentos
ron la deriva continental desde principios de los en apoyo de una de las suposiciones cruciales en
años 50, la gran mayoría de los científicos de la la causa paleomagnética de la deriva, a saber, la
Tierra creían que era una reliquia del pensamiento idea de que el eje de rotación de la Tierra coinci-
geológico del pasado. En un clima tan hostil como día con su campo magnético principal. Mientras
éste, dos grupos de paleomagnetólogos (ante todo tanto, Clegg4, contratado por Blackett a finales de
británicos) desarrollaron una nueva explicación 1951 para iniciar el paleomagnetismo en Man-
para la deriva continental. chester, encontró apoyo para la deriva continental
a partir de su trabajo en Gran Bretaña. Más tarde,
Clegg5 y sus colegas ampliaron el trabajo de Ir-
ving sobre la India. Finalmente, Irving6, Runcorn
PALEOMAGNETISMO y N. Opdyke7, una nueva adquisición de Runcorn,
y Blackett8 propusieron argumentos paleoclimáti-
El primer grupo, encabezado por S. K. Run- cos en corroboración de su trabajo paleomagnéti-
corn, estaba instalado inicialmente en el Departa- co.
mento de Geodesia y Geofísica de la Universidad El paleomagnetismo resucitó el interés por la
de Cambridge, y el segundo, dirigido por P. M. S. deriva continental, pero cambió pocas mentalida-
Blackett, encontró su primera ubicación en el De- des. A veces, los paleomagnetólogos no se ponían
partamento de Física de la Universidad de Man- de acuerdo entre ellos, y la mayoría de los que no
chester. Los primeros miembros fundamentales lo eran los ignoraban, los veían con suspicacia o
del grupo de Runcorn fueron J. Hospers, E. Irving se equivocaban al intentar comprender este tema.
y K. Creer. El gran biomatemático R. A. Fisher les Los críticos cuestionaban sus suposiciones, y la
suministró el bagaje estadístico necesario para fiabilidad y la exactitud de sus datos básicos. No
analizar la endémica dispersión de los datos paleo- obstante, el paleomagnetismo influyó en algunos
magnéticos. Runcorn y sus colegas empezaron a de los que más tarde jugarían papeles decisivos en
abordar el problema con el desarrollo de un proce- la revolución y mostró, por ejemplo, que los es-
dimiento paleomagnético para la determinación de fuerzos combinados de geólogos y geofísicos ofre-
las posiciones de los continentes a lo largo del cían una manera prometedora de abordar los pro-
tiempo geológico, poco después Irving2, el prime- blemas en las ciencias de la Tierra.

(*) El Dr. Henry Frankel es profesor de Historia y Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Missouri en Kansas City. USA
1 Reimpreso y traducido con permiso de Nature, (Macmillan Magazines Limited) y del autor. Copyright © 1988.
Referencia original: Frankel, H. (1988). From continental drift to plate tectonics. Nature 335, 127-130.
(El traductor agradece la atención prestada por el profesor Henry Frankel.)

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I.S.S.N.: 1132-9157
EXPANSION DE FONDO DEL MAR El modelo se componía de anomalías estrechas, de
dirección norte-sur, exhibiendo indicaciones mag-
Se necesitaba una explicación más contundente néticas elevadas, separadas por anomalías de ta-
para la deriva continental. Ésta llegó de la geología maño y dirección similares que indicaban descen-
marina, otro campo relativamente joven. A co- sos. Más aún, las largas zonas de fractura de
mienzos de los años 60, la labor conjunta de varios dirección norte-sur, descubiertas previamente por
equipos de investigación habían removido los fon- H. W. Menard11, dividían el modelo cebra de las
dos marinos desde las áreas más misteriosas hasta anomalías magnéticas en secciones, y V.
los lugares de mayor familiaridad. La red mundial Vacquier12 observó, entre las secciones que limita-
de dorsales mesooceánicas fue identificada me- ban cada una de las zonas de fractura, cuáles se
diante el trabajo de M. Ewing9, B. Heezen y M. opondrían entre sí con poca distorsión, si para ello
Hill. Aunque los datos a menudo eran incompletos había que suponer que el fondo marino hubiera su-
y variables, generalmente las dorsales estaban en frido un desplazamiento longitudinal horizontal a
medio de las cuencas oceánicas, tenían un valle de lo largo de la zona de fractura (véase la Fig. 2). La
rift central y se caracterizaban por terremotos so- investigación de los sedimentos en otras áreas del
meros, una anomalía magnética central, velocida- fondo del mar revelaron dos sorpresas más: su
des sísmicas anómalas, elevados flujos térmicos y grosor volvía a ser mucho menor de la esperado,
pocos sedimentos. y, a pesar del exhaustivo rastreo y de las muestras
En el Pacífico nor-oriental, R. G. Mason y A. esenciales, los investigadores no lograron encon-
D. Raff10 descubrieron un inesperado modelo de trar una antigüedad superior al Cretácico (unos
grandes anomalías magnéticas (Fig. 1). 135 Ma).

FIG. 2. En la expansión del fondo del mar, la nueva


corteza oceánica se crea en las dorsales mesooceá-
nicas, donde la roca fundida se eleva desde el man-
to para rellenar el vacío dejado por dos placas di-
vergentes. La placa (o litosfera) está formada por
corteza oceánica y manto superior, que actúan jun-
tos como una capa coherente y relativamente rígida
sobre la astenosfera más fluida. El otro extremo de
la correa de transmisión es la fosa, o zona de sub-
ducción, donde la placa oceánica densa, relativa-
mente fría, se hunde retornando al manto. El proce-
so de subducción explica el hecho de que no se
encuentren fondos marinos anteriores al Jurásico.
Las dorsales meso-oceánicas están divididas en seg-
mentos por las fallas transformantes, que compen-
san el eje de la dorsal, y por ende el modelo de ban-
deado magnético. Las fallas transformantes (y sus
“huellas” fósiles, las zonas de fractura) pueden
FIG. 1. Mapa del Pacífico nor-oriental, mostrando usarse en tectónica de placas para determinar la di-
las “bandas” magnéticas; A-B es la dorsal de Juan rección del movimiento relativo entre dos placas
de Fuca (Según Raff y Mason, 196110). Las áreas (véase la Fig. 4).
oscuras son regiones del fondo del mar que dan
lecturas magnéticas anómalas altas (anomalías po-
sitivas); las áreas blancas son anomalías negativas. Se dirigió una especial atención hacia el origen
En la hipótesis de Vine-Matthews-Morley, estas de la dorsales oceánicas. Retrospectivamente, la
bandas se interpretan como regiones de la corteza explicación que tuvo mayor influencia fue la pro-
oceánica de magnetización normal e invertida (véa- puesta por Harry Hess13 de la Universidad de Prin-
se la Fig. 3). ceton. Su solución de 1960, que él calificó como
un ensayo en geo-poesía, fue etiquetado como “ex-
pansión del fondo del mar” por R. S. Dietz14 en su
propia versión de la idea de 1961. Hess proponía

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que la corteza oceánica se creaba a lo largo del eje
de la dorsal mientras el magma ascendía desde el
manto, e iba a parar, como más tarde arguyó, a las
fosas oceánicas a lo largo de la periferia de las
cuencas oceánica (Fig. 2). Su hipótesis ofrecía una
solución cualitativa para el origen de las dorsales
oceánicas. Más aún, restringiéndose a la duración
del fondo marino, explicaba por qué no se habían
descubierto sedimentos más antiguos que del Cre-
tácico.
Hess no había sido defensor de la deriva conti-
nental antes de avanzar el concepto de expansión
del fondo del mar. Pero no le hacía infeliz el inser-
tarlo en la teoría de la deriva. Primero, había que-
dado impresionado con el desarrollo del paleomag- FIG. 3. La hipótesis de Vine-Matthews-Morley
netismo. En segundo lugar, comprendió que su combina la expansión del fondo del mar con las in-
hipótesis ofrecía a los “deriveros” una vía en torno versiones periódicas del campo magnético de la
a su principal dificultad, a saber, de qué forma po- Tierra, para explicar las formaciones de anomalías
drían surcar los continentes enormes distancias a magnéticas. Conforme los basaltos de la corteza
través del fondo oceánico. Casi todas las represen- recién creada se enfrían por debajo de la tempera-
taciones clásicas de la deriva continental se vieron tura de Curie, quedan permanentemente magneti-
plagadas por este problema del “mecanismo” -la zados en la dirección predominante del campo
excepción más notable fue la versión de 1931 de magnético de la Tierra. Los bloques corticales
Arthur Holmes15, en muchos aspectos antecesora magnetizados en la misma dirección del campo
de la idea de Hess16. magnético actual (mostrado en negro) se dice que
tienen polaridad normal y dan lugar a anomalías
magnéticas positivas en el perfil magnético. Los
VINE-MATTHEWS-MORLEY bloques de magnetización inversa (blancos) dan lu-
gar a anomalías negativas. De esta forma, el cono-
La hipótesis de Vine-Matthews-Morley es un co- cimiento de la historia de las inversiones magnéti-
rolario de la expansión del fondo del mar y de las in- cas puede usarse para determinar la tasa de
versiones en la polaridad del campo magnético de la expansión de una dorsal. La línea del perfil C se
Tierra. El razonamiento a la zaga es que conforme se muestra también (como C-C’) en la Fig. 1. (Vine30,
va creando el fondo del mar, y éste material se enfría en Phinney, 1968).
por debajo del punto de Curie, queda permanentemen-
te magnetizado en la dirección del campo geomagnéti-
co existente, y así, mientras se expande el fondo del Matthews y Bullard también tenían influencia
mar, “bloques de material con magnetización alterna- en Cambridge. Ambos creían en la deriva continen-
tivamente normal e invertida derivan desde el centro tal y en las inversiones de la geopolaridad, y alenta-
de la dorsal y paralelos a su cresta” (Fig. 3). ron a Vine para que descifrara el sentido de los da-
Vine concibió su hipótesis mientras Matthews, tos magnéticos marinos. Vine también estaba
su supervisor, estaba ausente. Vine se inclinaba fa- impresionado por Hess y sus ideas. Hess presentó la
vorablemente hacia la deriva continental. Su intro- expansión del fondo del mar en una conferencia so-
ducción en la deriva ocurrió cuando él tenía 14 bre geología para estudiantes mientras visitaba
años, tras leer un texto de geografía. Los autores Cambridge en Enero de 1962, cuando a Vine le fal-
discutían el acople de las costas entre África y Su- taba un cuatrimestre para graduarse. Impresionado,
damérica, observando que los geólogos estaban in- Vine tomó notas y después de la visita de Hess, re-
decisos sobre su significado. Vine quedó intrigado. mitió una carta al Sedgwick Club, el club geológico
Antes de graduarse como geólogo en Cambridge, de Cambridge, sobre “Hypo-tHESSes”, donde ar-
solía defender la teoría de la deriva, y estuvo influi- güía que la expansión del fondo del mar era digna
do por Brian Harland que estaba a favor. Debido a de un serio seguimiento.
que Vine tenía una sólida base en geología, y estaba Cuando fue propuesta, la hipótesis de Vine-
versado en matemáticas y física, era sensible a los Matthews-Morley se encontró con indiferencia y es-
temas geológicos; y, a diferencia de la mayoría de cepticismo. La versión de Morley fue rechazada por
los geólogos, podía entender y evaluar los argumen- Nature y el Journal of Geophysical Research. En
tos paleomagnéticos para la deriva y las inversiones 1964 la hilvanó en un extenso artículo17 sobre geo-
de la geopolaridad. Sus habilidades matemáticas le cronología, que se publicó pero pasó inadvertido. In-
permitían comprender un método para analizar los cluso el artículo de Vine y Matthews, que apareció
datos de anomalía magnética desarrollado por K. en Nature18 el 7 de Septiembre de 1963, llamó poco
Kunaratnam, un estudiante del Imperial College de la atención. Runcorn, por ejemplo, no lo vio, y de
Mason. Vine programó estas matemáticas para el esta forma no les invitó a discutir sus ideas en el
ordenador digital, entonces relativamente novedoso, simposio19 de la Royal Society de 1964 sobre la de-
para analizar los datos que Matthews había recogi- riva continental, que junto con Blackett y Bullard,
do del examen de la Dorsal de Carlsberg. él, el más joven de los tres, había coorganizado.

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La naturaleza controvertida de la hipótesis viene También reconocieron un aspecto adicional de
indicada por el rechazo del trabajo original de Mor- la hipótesis de Vine-Matthews-Morley, a saber,
ley y un comentario de Vine hecho antes de obtener que el modelo de anomalías magnéticas a ambos
la aceptación de su artículo. Cuando le preguntaron lados de una dorsal activa será simétrica si las ta-
“¿Sabes si Nature revisa previamente sus artículos sas de expansión son iguales a ambos lados. La si-
o publican cualquier cosa?”, contestó: “Pronto lo metría fue obvia en el examen magnético una vez
averiguaremos porque, sabes, envié mi artículo y si que localizaron el eje de la Dorsal de Juan de Fu-
lo publican es que aceptan cualquier cosa”. Más tar- ca. Pero su análisis tenía un problema debido a
de observó que cuando se publicó la hipótesis, “cre- que todavía estaban trabajando con una escala
aba más problemas de los que resolvía”. Las difi- temporal incorrecta, atribuirían una tasa de expan-
cultades correspondían a sus suposiciones básicas y sión desigual. Esta dificultad se resolvió cuando
carecía de apoyo empírico. La expansión del fondo Vine se enteró por Dalrymple en Noviembre de
del mar era altamente sospechosa y todavía se cues- 1965 de que éste, Cox y Doell23 habían descubier-
tionaban las inversiones de la geopolaridad. Los dos to dos muestras con magnetización inversa datadas
grupos principales que trabajaban sobre estratigra- en 0,71 y 0,72 Ma, una de 0,88 Ma que tenía pola-
fía de las inversiones (A. Cox, R. Doell y G. B. ridad intermedia, y otra con magnetización normal
Dalrymple, del Geological Survey de EE.UU., e I. de 0,89 Ma. Esto les permitió identificar un perío-
McDougal y D. H. Tarling en la Universidad Na- do, denominado Jaramillo, en el que el campo ge-
cional Australiana) fueron reacios a comprometerse omagnético había cambiado nuevamente a la pola-
a publicar la realidad de las inversiones del campo ridad normal. Antes del hallazgo de las muestras
magnético hasta 1964, y no se estableció la escala invertidas, habían pensado que la primera inver-
correcta de inversión de la geopolaridad hasta el sión había ocurrido hacía alrededor de 1 Ma. Tras
año siguiente20. Los problemas empíricos básicos - el descubrimiento del Jaramillo, Vine se conven-
el fracaso para encontrar (i) una dorsal dentro del ció de la exactitud de su hipótesis y de la expan-
modelo cebra de anomalías magnéticas en el Pacífi- sión del fondo del mar, debido a que la nueva es-
co nor-oriental, y (ii) el modelo cebra de las anoma- cala temporal daba una tasa constante de
lías magnéticas predichas alrededor de las dorsales expansión.
conocidas- se resolvieron respectivamente en 1965 El segundo de los problemas empíricos clave
y 1966. fue resuelto por investigadores del Lamont-Do-
herty Geological Observatory. W. Pitman24 encon-
tró que la Dorsal del Antártico-Pacífico estaba ro-
deada por un conjunto extraordinariamente
FALLAS TRANSFORMANTES simétrico de anomalías magnéticas. Aunque no le
era familiar el artículo original de Vine y Matt-
Vine y J. Tuzo Wilson21, por esa época un re- hews, lo recordó viendo un modelo similar de ano-
ciente e influyente converso a la deriva, encontra- malía magnética en la discusión de Vine y Wilson
ron la dorsal perdida en el Pacífico nor-oriental de la Dorsal de Juan de Fuca. Los del Lamont
cuando Wilson y Hess visitaban Cambridge duran- también llegaron a comprender que su examen de
te el año académico 1964-1965. Para su resolución anomalías magnéticas que rodean la Dorsal de
fue esencial el concepto de Wilson de fallas trans- Reykjanes al sur de Islandia apoyaba de idea de
formantes22 (como la hipótesis de Vine-Matthews- Vine, contraria a su valoración original. Opdyke25,
Morley, la idea de falla transformante fue inventa- convencido de la deriva continental desde su tra-
da independientemente. Alan Coode concibió la bajo inicial en paleomagnetismo, y uno de los po-
idea en 1965 mientras era estudiante graduado en cos en el Lamont que la apoyaba, encontró una
la School of Physics de la Universidad de Newcas- evidencia adicional para las inversiones de la geo-
tle. Su artículo, al igual que el de Morley, fue re- polaridad con su confirmación independiente de la
chazado por Nature y publicado en un oscuro dia- escala temporal de geopolaridad a través de su es-
rio donde pasó inadvertido). tudio de los núcleos sedimentarios del fondo oceá-
Wilson comprendió que la expansión del fon- nico -Opdyke, contratado por Ewing para analizar
do del mar podría transformarse en movimiento los núcleos, empezó trabajando sobre ellos tras el
de falla y por lo tanto en otro centro de expansión desacuerdo con la interpretación inicial del La-
o sistema de fosa. Los ejemplos más simples de mont de las anomalías magnéticas que rodean la
fallas transformantes son las fracturas transversa- Dorsal de Reykjanes.
les que se compensan desde los otros segmentos Mientras tanto, L. Sykes26, sismólogo, anima-
de la dorsal. Con la idea de falla transformante en do por la corroboración de Pitman de la hipótesis
la mente, Wilson y Vine advirtieron cómo una de Vine-Matthews-Morley, confirmó inmediata-
prolongación de la Cresta del Pacífico Oriental, la mente la idea de Wilson de las fallas transforman-
Dorsal de Juan de Fuca, se extendía en modelo tes a partir de los estudios primarios de los terre-
cebra de anomalías magnéticas y estaba conectada motos entre las compensaciones de la dorsal. Con
con otra sección de la mencionada Cresta en el la aceptación de la expansión del fondo del mar,
Golfo de California por medio de la Falla de San los del Lamont usaron su exhaustiva base de datos
Andrés, que identificaron como una falla transfor- para establecer las tasas de expansión de los fon-
mante. dos oceánicos.

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TECTONICA DE PLACAS La tectónica de placas toma la rigidez del fon-
do marino en movimiento, sugerido por la expan-
La tectónica de placas fue concebida indepen- sión del fondo del mar y la hipótesis de Vine-
dientemente por Jason Morgan, un físico convertido Matthews-Morley, la extiende a los continentes, y
en geofísico de Princeton, y Dan McKenzie, recién la eleva a propiedad esencial de las placas, ya que
doctorado del Departamento de Geodesia y Geofísi- la rigidez de las placas permite la aplicación del
ca de Cambridge. Morgan, que compartía despacho teorema de Euler. Morgan (influido también por
con Vine (Hess invitó a Vine a Princeton, y Vine el trabajo de Elsasser) y McKenzie encontraron
ayudó a Morgan a entender las ideas de Hess y los que se podría describir el movimiento de varias
aspectos geológicos y geofísicos), presentó su ver- placas en términos del teorema, lo que significaba
sión inicial de la tectónica de placas en el encuentro que estas placas se movían como cuerpos rígidos.
de Abril de 1967 de la American Geophysical X. Le Pichon31, después de escuchar la charla de
Union, pero no la sometió para publicarlo hasta Morgan, retornó al Lamont y aplicó el análisis a
Agosto. Después de la revisión, apareció en Marzo otras áreas del mundo. McKenzie 32 encontró
de 196827. Morgan, planificado inicialmente para pruebas de la rigidez en su análisis del flujo tér-
hablar sobre fosas en el encuentro de la AGU, deci- mico y de datos gravimétricos. Finalmente, B.
dió presentar su trabajo más reciente sobre tectóni- Isaacks, J. Oliver y Sykes33 presentaron numero-
ca de placas. McKenzie, que ya había oído hablar sas evidencias sismológicas sobre la existencia de
bastante sobre fosas, decidió no asistir a la charla de la litosfera.
Morgan, y por tanto tuvo la oportunidad de inventar La actividad sísmica está en su mayor parte
por sí mismo la tectónica de placas. Concibió su restringida a los bordes entre las placas, de los
idea mientras visitaba la Scripps Institution of Oce- que existen tres tipos (véase la Fig. 2). Definidas
anography. Después, pidió a R. L. Parker, que tra- funcionalmente en términos de creación de placa,
bajaba allí, algunos consejos técnicos sobre la pre- destrucción de placa o carencia de cualquiera de
sentación de datos. Parker le complació con un estos procesos, se localizan en las dorsales (donde
programa de ordenador que había diseñado para re- se crean las placas), en las fosas (donde se destru-
presentar los datos en cualquier proyección carto- yen las placas por subducción) o en las montañas
gráfica y su trabajo se publicó a finales de 196728. recién plegadas (donde las placas se deforman por
La tectónica de placas se desarrolló a partir de la engrosamiento o plegamiento), y en las fallas
aplicación de la expansión del fondo del mar y sus transformantes (donde unas placas se deslizan
dos corolarios (la hipótesis de Vine-Matthews-Mor- respecto de otras sin ser creadas o destruidas).
ley y las fallas transformantes) a una superficie esféri- Dado el teorema de Euler, el movimiento de una
ca. Para su desarrollo fue esencial la comprensión del placa respecto de otra puede describirse como la
teorema de Euler (que dice que cualquier movimiento rotación de una respecto de otra alrededor de un
de un bloque rígido sobre la superficie de una esfera polo en la superficie de la Tierra, donde se requie-
puede describirse mediante la rotación alrededor de re la localización del polo y la velocidad angular
un punto, o polo de ‘Euler’) podría usarse para descri- de rotación en torno a este polo para la descrip-
bir los movimientos relativos de unas diez placas rígi- ción completa del movimiento. Además, si placas
das que forman la capa externa de la Tierra, la litosfe- adyacentes se separan por fallas transformantes,
ra. El teorema de Euler ya había sido utilizado en las fallas se localizan en círculos concéntricos al-
conexión con la deriva continental en 1965 por Bu- rededor del polo de rotación relativa. Así, definen
llard, J. E. Everett y A. G. Smith29 en su acople por la dirección del movimiento relativo, y en rela-
ordenador de los continentes que rodean el Océano ción con esto adquieren una importancia añadida
Atlántico antes de que se separaran a la deriva -Mc- dentro de la tectónica de placas que no tenían en
Kenzie concibió su idea mientras releía este artículo y la expansión del fondo del mar (Fig. 4).
pensaba sobre las fallas transformantes.

FIG. 4. La orientación de las fallas transformantes en la dorsal Mesoatlántica puede usarse para localizar el polo actual de rota-
ción de la placa africana con respecto a Sudamérica. Aquí las direcciones de las zonas de fractura (líneas discontinuas) se com-
paran con pequeños círculos (líneas continuas) alrededor de un polo de Euler a 62º N, 36º W. (Según Morgan, 196826).

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NUEVO MARCO DE REFERENCIA tectónica de placas, las áreas de creación y destruc-
ción de placas están restringidas a los bordes creati-
La tectónica de placas suministra a los científi- vos (convergentes) y destructivos (divergentes), los
cos de la Tierra un nuevo marco de referencia. Las investigadores se han concentrado en ellos, pregun-
placas móviles, constituidas por litosfera rígida, re- tándose sobre los microprocesos involucrados en la
emplazan a los continentes estáticos y a los océanos formación y destrucción de placa. Los bordes con-
como componentes esenciales en la evolución de vergentes han recibido una atención considerable,
los caracteres superficiales de la Tierra. Y el impor- conduciendo a nuevas teorías sobre la formación de
tante límite entre las capas más externas de la Tie- montañas y la formación de arcos insulares así co-
rra no es entre la corteza y el manto, sino más aba- mo a la teoría de los terrenos exóticos. También,
jo, donde la litosfera rígida se separa de la una vez que los paleomagnetólogos mostraron que
astenosfera más débil (véase la Fig. 2). los continentes habían derivado antes de que se for-
La revolución explica por qué los científicos de mara la Pangea de Wegener -la indicación de los
la Tierra han aprendido más, mucho más rápida- paleomagnetólogos es otro resultado de la revolu-
mente, investigando el mar que los continentes, ya ción de la tectónica de placas- los científicos de la
que ahora sabemos que las cuencas oceánicas tie- Tierra han buscado la evidencia de colisiones ante-
nen unos períodos de duración muchos más cortos y riores entre las secciones continentales de las pla-
menos llenos de acontecimientos que los continen- cas. Esto ha revelado un nido de nuevos problemas
tes. Puesto que los continentes son más elásticos en la geología de épocas anteriores al Jurásico, y ha
que el fondo del mar, permanecen sobre la superfi- sido una forma de aplicar la tectónica de placas a
cie de la Tierra moviéndose, chocando, fragmentán- los continentes. Al tratar las zonas de sutura como
dose y formando agregados. El fondo del mar se bordes de placa destructivos fosilizados, los geólo-
crea por un proceso que no queda oscurecido por la gos y los paleomagnetólogos han aplicado la tectó-
interferencia de eventos, y no se deforma mientras nica de placas a áreas intracontinentales que en el
migra desde los ejes de las dorsales hasta ser subdu- pasado fueron márgenes continentales. Sin embar-
cido o soldado en un continente. El éxito inmediato go, lo que permanece problemático para la tectónica
de la tectónica de placas, realzado por el análisis de de placas, como explica Molnar en el siguiente Ar-
McKenzie y Morgan34 de la evolución de las triples tículo de Revisión35, es su aplicación al interior de
uniones (lugar donde se encuentran tres placas), fue los continentes donde se da habitualmente la defor-
su detalle de la evolución de las cuencas oceánicas - mación.
sus historias, explicables en términos de movimien- La tectónica de placas ha mostrado que la cues-
tos de placas, incluían también el postulado de que tión no es “¿Cómo pueden surcar los continentes un
las placas tienen una corta existencia. fondo marino rígido?”, la némesis de la deriva con-
La descripción cuantitativa de las historia de las tinental. Antes bien, la cuestión dinámica funda-
cuencas oceánicas y los procesos que las controlan, mental es “¿Qué fuerzas impulsan a las placas?”
el éxito cumbre de la tectónica de placas, ha tenido Aunque se han hecho algunos progresos, este punto
un efecto considerable sobre la historia geológica. sigue insoluble. Pero, a diferencia de la deriva con-
El recelo o la indiferencia de muchos geólogos du- tinental, la tectónica de placas no ha sido rechazada
rante buena parte de este siglo hacia las teorías cau- porque el problema dinámico siga sin resolverse, en
sales del designio global y de los estudios geofísi- parte porque la tectónica de placas, a diferencia de la
cos se debieron en parte a su opinión de que tales deriva, se ve sólo como una teoría cinemática. Tam-
teorías y hallazgos apenas explicaban los sucesos, poco se ha debatido nunca la imposibilidad o impro-
tan solo en términos generales, de la historia geoló- babilidad de la tectónica de placas, debido a que el
gica de la Tierra. Pero la geocronología registrada apoyo empírico para la tectónica de placas propor-
por las anomalías magnéticas del fondo marino, y cionado por la confirmación de Vine-Matthews-Mor-
explicada por la expansión del fondo del mar y las ley y las fallas transformantes es mucho más consis-
inversiones de la geopolaridad, han dado a los cien- tente de lo que se disponía para la deriva continental.
tíficos de la Tierra la mejor crónica continua que ja- El movimiento de las placas, como la evolución de
más fue registrada sobre los continentes. las especies, ha llegado a aceptarse como materia de
El aspecto de la deriva continental en relación hecho. La discusión de sus causas, sin embargo, per-
con la tectónica de placas también fue explotado rá- manece abierta. Incluso, aunque la mayoría de los
pidamente por geólogos, paleoclimatólogos y bio- geólogos todavía creen probablemente que la mayo-
geógrafos. Junto a la aplicación de la deriva conti- ría de los geofísicos no pueden distinguir una roca de
nental a su especialidad, ofrecían -a menudo en una cosa dura, y la mayoría de los geofísicos piensan
conjunción con paleomagnetólogos- reconstruccio- que la mayoría de los geólogos no pueden hacer el
nes pre-Jurásicas y esbozaron adaptaciones geológi- balance de su talonario de cheques, las relaciones en-
cas entre continentes unidos con anterioridad. tre ambos grupos han mejorado en parte tras la revo-
Buena parte del valor heurístico de la tectónica lución en las ciencias de la Tierra. En particular, los
de placas se encuentra en el marco de referencia sismólogos y los paleomagnetólogos han tenido un
unificado que ofrece a los científicos de la Tierra en tremendo éxito en relación con el debate estructural,
relación con los problemas regionales, ya que la éstos últimos trabajando sobre los movimientos ac-
tectónica de placas ha conducido a la identificación tuales, los otros sobre los pasados.
de nuevos problemas, y nuevas formas de analizar En 1951, un joven geofísico, Runcorn, tuvo la
los problemas antiguos. Al comprender que, en la buena idea de contratar a Irving, un joven geólogo,

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e Irving tuvo la buena idea de aprender geomagne- 16 También se adelantaron en cierta medida a las ideas de

tismo. Muchas cosas han sucedido desde que descu- Hess, especialmente en cuanto a la naturaleza de la dorsal meso-
brieron que su trabajo paleomagnético fue mejor re- atlántica, Molengraaff (1916, 1928) y Van der Gracht (1928):
Molengraaff, G.A.F. (1916). The coral reef problem and
cibido entre los miembros de la Royal isostasy. Proc. Royal Acad. Amsterdam 19, 610-627. (Citado en
Astronomical Society que en la Geological Society Molengraaff, 1928).
de Londres -la cooperación entre los paleomagnetó- Molengraaff, G.A.F. (1928). Wegener’s continental drift.
logos con base en geofísica o geología ha servido En: W.A.J.M. van W. van der Gracht (ed.) (1928). Theory of con-
como modelo sobre la forma de afrontar con pro- tinental drift. A symposium on the origin and movement of land
masses both inter-continental and intra-continental, as proposed
piedad los problemas en las ciencias de la Tierra. by Alfred Wegener, (Nueva York, 1926). Londres, American As-
sociation of Petroleum Geologists, pp. 90-92.
Traducción y notas de: Van der Gracht, W.A.J.M. van W. (1928). Introduction:
Cándido Manuel García Cruz** The problem of continental drift”. En: W.A.J.M. van W. van der
Gracht (ed.) (1928). Theory of continental drift. A symposium on
the origin and movement of land masses both inter-continental
Notas de la traducción and intra-continental, as proposed by Alfred Wegener, (Nueva
York, 1926). Londres, American Association of Petroleum Geolo-
El Dr. Henry Frankel es profesor de historia y filoso- gists, pp. 1-75.
fía de la ciencia en la Universidad de Missouri, en Kansas 17 Morley, L.W. y Larochelle, A. (1964). Palaeomagnetism
City. Ha publicado numerosos estudios sobre los aspectos as a means of dating geological events. Roy. Soc.Canada Soc.
históricos y epistemológicos tanto del debate sobre la de- Pub. No. 8, 39-51.
18 Vine, F.J. y Matthews, D.H. (1963). Magnetic anomalies
riva continental como de la expansión del fondo oceánico
y la tectónica de placas, entre otros temas dentro de las over ocean ridges. Nature (London), 4897, 947-949.
19 Blackett, P.S.M., Bullard, E. y Runcorn, S.K. (eds.)
ciencias de la tierra. Actualmente prepara un programa
(1965). A Symposium on Continental Drift. The Royal Society,
de intercambio con la Universidad de Sevilla, para im- Londres.
partir un curso relacionado con su especialidad. 20 Dalrymple, G.B., Doell, R.R. y Cox, A. (1966). Recent de-
El presente artículo se publicó originalmente como velopments in the geomagnetic polarity (epoch time scale). En:
“Comentario” careciendo de bibliografía. A continua- Abstracts for 1965, 41. Geol. Soc. Amer. Spec. Paper No. 87.
ción se relacionan los trabajos más importantes citados 21 Vine, F.J. y Wilson, J.T. (1965). Magnetic anomalies over

en el texto. a young ocean ridge off Vancouver Island. Science 150, 485-489.
22 Wilson, J.T. (1965). A new class of faults and their bea-
ring on continental drift. Nature 207, 343-347.
23 Cox, A., Doell, R.R. y Dalrymple, G.B. (1964). Reversals
CITAS BIBLIOGRAFICAS Y OBSERVACIONES
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7 Opdyke, N.D. y Runcorn, S.K. (1959). Palaeomagnetism The Royal Society, Londres, pp. 41-51.
30 Vine, F.J. (1968). Magnetic anomalies associated with
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8 Blackett, P.M.S. (1961). Comparison of ancient climates mid-ocean ridges. En: R.A. Phinney (ed.) (1968). The history of
with the ancient latitudes deduced from rock magnetic measure- the Earth’s crust: A Symposium. Princeton University Press,
ments. Proc. Royal Soc. A263, 1-30. Princeton, pp. 73-89.
31 Las aportaciones de Le Pichon han sido tan abundantes
9 Ewing, M. y Heezen, B.C. (1956). Oceanographic research
program of the Lamont Geological Observatory. Geogr. Rev. 46, en este sentido, que es muy difícil dar una relación exhaustiva.
508-535. Véase, por ej. su trabajo ya clásico: Le Pichon, X. (1968). Sea
10 Raff, A.D. y Mason, R.G. (1961). Magnetic survey off the floor spreading and continental drift. J. Geophys. Res. 73, 3661-
3697.
west coast of North America, 40º N. Latitud to 52ºN. Latitud. 32 McKenzie, D.P. (1968). The geophysical importance of
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12 Vacquier, V. (1959). Measurements of horizontal displa-
33 Isaacks, B., Oliver, J. y Sykes, L.R. (1968). Seismology
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and the new global tectonics. J. Geophys.Res. 73, 5855-5899.
13 Hess, H. H. (1960). Evolution, ocean basins. Preprint, 38 pp.
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14 Dietz, R.S. (1961). Ocean evolution by sea floor sprea-
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ding. Nature 190, 854-857. 35 Molnar, P. (1988). Continental tectonics in the aftermath
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Trans. Geol. Soc. Glasgow 18 (part 2), 559-606.

(**) I.B. Mencey Acaymo. 38500 Güimar. Tenerife.

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