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Primer Domingo de Cuaresma

Santo Tomás de Aquino


Fue conveniente que Cristo fuera tentado
Jesús fue llevado al desierto por el espíritu, para ser tentado por el diablo (Mt 4,1). Cristo
quiso ser tentado:
1) Para darnos un auxilio contra las tentaciones. Por lo que dice San Gregorio: “No era
indigno de nuestro Redentor, que había venido para ser muerto, el haber querido ser
tentado, porque era justo que de ese modo venciese nuestras tentaciones por las
suyas, como había venido a vencer nuestra muerte por la suya”.
2) Para que estuviéramos prevenidos, de modo que nadie, por santo que fuese, se
creyera seguro e inmune de tentación. Por lo cual quiso ser tentado después del
bautismo, porque, como dice San Hilario: “Las tentaciones del diablo se redoblan
principalmente en nosotros después de santificados, porque prefiere más triunfar de
los santos”. Por lo que se dice en el Eclesiástico: Hijo, cuando te llegues al servicio
de Dios, está firme en justicia, y en temor, y prepara tu alma a la tentación (2,1).
3) Para darnos ejemplo, esto es, para instruirnos acerca de cómo debemos vencer las
tentaciones del diablo. A este respecto San Agustín dice, que “Cristo se dejó tentar
del diablo para ser nuestro mediador y ayudarnos a triunfar de las tentaciones de
éste, no sólo con su auxilio, sino, también con su ejemplo”.
4) Para darnos confianza en su misericordia. Por lo cual se dice: No tenemos un
Pontífice que no pueda compadecerse de nuestras enfermedades; mas tentado en
todas cosas a semejanza nuestra, excepto el pecado (Hebr 4,15).

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