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Boris Fausto

Brasil de colonia a democracia


Capítulo 6El régimen militar y la transición a la democracia (1964-1984)
1) La modernización conservadora:
El movimiento del 32 de marzo de 1964, se produjo para librar a Brasil de la corrupción y del
comunismo y para restaurar la democracia. El nuevo régimen comenzó a cambiar las
instituciones del país por las llamadas Actas Institucionales (AI). El AI-1 fue promulgada en abril
de 1964 por comandantes del ejército de tierra, la marina y de aviación. Formalmente respeto la
constitución de 1946 y el funcionamiento del congreso, esto caracterizaría al régimen militar,
aunque el poder real se transfiere a otras esferas y los principios básicos de la democracia fuesen
violados, el régimen casi nunca asumió su carácter autoritario. Excepto durante breves periodos
de tiempo, el congreso siguió funcionando y las medidas que afectaban a los derechos de los
ciudadanos se presentaron como temporales.
Muchas de las medidas del AI-1 tenían por objetivo reforzar el poder ejecutivo y reducir la
autoridad del congreso. El presidente de la republica quedaba autorizado a enviar al congreso
proyectos de ley que debían ser tramitados en el plazo de 30 días en la cámara y en el mismo
periodo en el senado o en caso de no ser tramitados se declararían aprobados.
El acta también sentó las bases para la creación de las investigaciones policial-militares a las que
quedarían sujetos los responsables de “la práctica del crimen contra el estado o su patrimonio y el
orden político y social o por actos de guerra revolucionaria”.
Dados estos excepcionales poderes se desencadenaron las persecuciones a los contrarios al
régimen que fueron encarcelados y torturados. Pero el sistema no era aun enteramente cerrado.
La represión recayó sobre los estudiantes que habían desempeñado un papel relevante en el
periodo Goulart; pero la más violenta se ejerció en el campo, especialmente en el nordeste y
afectó sobre todo a personas relacionadas con las Ligas Campesinas, en las ciudades fueron
intervenidos muchos sindicatos y federaciones de trabajadores y reencarceló a los dirigentes.
Algunos gobernadores perdieron sus cargos y sufrieron la suspensión de los derechos políticos,
como por ejemplo Jango y Juscelino, (en este último caso con la intención de apartar a un
candidato civil de prestigio de las próximas elecciones presidenciales).
El AI-1 instituyó la elección de un nuevo presidente de la república por votación indirecta del
congreso nacional, el general Castello Branco fue elegido presidente para un mandato que se
prolongaría hasta 1966, los hombres que asumieron el poder formaban en su mayoría un grupo
con fuertes vínculos con la ESG (Escuela Superior de Guerra).
El grupo castelista tenía en el plano político el objetivo de instituir una “democracia restringida”
después de realizar las amputaciones previstas en el AI-1, en el plano económico esperaba
reformar el sistema capitalista modernizándolo como un fin en sí mismo y como la forma de
contener la amenaza comunista.
Para el primero de los objetivos se aplicó el Programa de Acción Económica del Gobierno
(PAEG), bajo la responsabilidad de los ministros de Planteamiento, Roberto Campos, y de
Hacienda, Octavio Bulhoes. El PAEG trató de reducir el déficit del sector público, limitar el
crédito privado y recortar los salarios, intentó controlar los gastos de los estados, para lo que
propuso una ley que prohibía que contrajesen deudas sin la autorización federal.
El aumento de la recaudación de impuestos se acometió a través de un mejor equipamiento de la
maquinaria del estado que era deficiente. La corrección monetaria para el pago de impuestos
atrasados contribuyó a que ser deudor del estado dejase de ser un excelente negocio.
La reducción de los salarios empezó a ponerse en práctica por medio de la fijación de fórmulas de
reajuste inferiores a la inflación, vino acompañada de medidas destinadas a impedir las huelgas y
a facilitar la alternancia de la mano de obra. La ley de huelga aprobada en 1964 por el congreso
creo exigencias burocráticas que hicieron imposibles las paralizaciones legales. El gobierno anuló
también uno de los derechos más apreciados por los asalariados urbanos: la estabilidad en el
empleo tras diez años de servicio. En 1966, se creó un mecanismo compensatorio para sustituir a
la estabilidad: el Fondo de Garantías por Tiempo de Servicio.
Con relación al campo, la política represiva de Castello contra los llamados agitadores estuvo
acompañada de medidas que trataban de dar soluciones al problema de la tierra. En noviembre de
1964, el Congreso aprobó el Estatuto de la Tierra, para acometer la reforma agraria y promover
una política agrícola. Pero la ley se convirtió en papel mojado.
Uno de los más importantes cambios de la estrategia de los ministros Campos y Bulhoes tuvo
lugar en el ámbito del comercio exterior. Rompieron con la idea común hasta entonces del
“estrangulamiento de las exportaciones”, o sea de que existían límites estructurales que les habían
impuesto la competencia internacional. Los ministros consideraban que el potencial de Brasil
había sido subestimado; emprendieron una campaña de exportación para explotar no sólo las
enormes reservas naturales del país y vender productos agrícolas sino también para promocionar
los productos manufacturados.
Esperaban contar con la entrada de capital extranjero especialmente en el sector de la
exportación. Para favorecerlo, en 1964 se aprobó por vencimiento de plazo una nueva ley que
regulaba las inversiones extranjeras y los ingresos de beneficios y se revocó una ley restrictiva de
1962 que había provocado la protesta de los norteamericanos y de los inversores extranjeros en
general.
¿Por qué tuvo éxito el PAEG? Porque la implantación de un régimen autoritario en el país facilitó
la acción del gobierno. Para poder funcionar, cualquier plan de estabilización dependía de
sacrificios por parte de la sociedad. Dadas las condiciones de la sociedad brasileña, esto era algo
difícil de alcanzar en el ámbito de la democracia.
El régimen autoritario le permitió a los ministros tomar medidas que exigían sacrificios pensados
especialmente para la clase trabajadora, sin que esta pudiese oponerse a ellos. El problema crítico
de la deuda externa se resolvió provisionalmente gracias a la luz verde del FMI y a la sólida
ayuda del gobierno norteamericano a través de la Alianza para el Progreso.
Los grupos de línea dura, adversarios de los castelistas, habían visto en las elecciones (en la cual
ganó la oposición), la prueba de que el gobierno era muy complaciente con sus enemigos. Pedían
la implantación de un régimen autoritario con control militar estricto del sistema de decisiones,
para llevar más lejos aún la lucha contra el comunismo y la corrupción.
Bajo la presión de estos sectores, en 1965 Castello promulgó el AI-2 luego de las elecciones
estatales, estableciéndose que la elección de presidente y vice se realizaría por mayoría absoluta
en el Congreso Nacional, en sesión pública y votación nominal, reforzó aún más los poderes del
presidente al establecer que podría promulgar y legislar mediante decretos de ley. Se prohíben los
partidos políticos, los militares consideraban que el sistema multipartidista era uno de los factores
responsables de las crisis políticas.
La legislación sobre los partidos forzó que solo pudieran constituirse 2: la Alianza Renovadora
Nacional (ARENA), que agrupaba a los partidarios del gobierno y, el Movimiento Democrático
Brasileño (MDB) que reunía a la oposición. El gobierno de Castello completó los cambios en las
instrucciones del país forzando al congreso a aprobar una nueva Constitución en 1967, esta
incorporó la legislación que había ampliado los poderes conferidos al ejecutivo, espacialmente en
materia de seguridad nacional, pero no mantuvo las normas excepcionales que permitían nuevos
ceses y pérdida de derechos políticos.
El grupo castelista no consiguió encontrar un sucesor para Castello. El general Artur de Costa e
Silva había sido elegido para la presidencia, ocupó su cargo en marzo de 1967.
2) El aislamiento político y la lucha armada:
Desde 1966, pasado el primer impacto de la represión, la oposición se estaba reorganizando.
Muchos miembros de la jerarquía de la iglesia se enfrentaron con el gobierno, en el nordeste
destacó la actuación del arzobispo de Olinda y Recife, Helder Camara. Los estudiantes
empezaron también a movilizarse en torno a la UNE.
En la escena política, Lacerda, que se mantenía al margen, se acercó a sus enemigos tradicionales
Jango y Juscelino para formar el Frente Amplio, los líderes del Frente se propusieron luchar por
la redemocratización del país y la afirmación de los derechos de los trabajadores.
En 1968 las movilizaciones ganaron ímpetu en el contexto de aquel año cargado de
significaciones en todo el mundo. El catalizador de las manifestaciones en la calle fue la muerte
de un estudiante a manos de la política militar durante una pequeña protesta realizada en Río de
Janeiro en el mes de marzo, a su entierro asistieron miles de personas. La indignación aumentó a
causa de nuevos actos violentos. Estos hechos crearon las condiciones idóneas para una
movilización más amplia y reunieron no solo a los estudiantes sino también a sectores
representativos de la Iglesia y de la clase media de Río de Janeiro. El punto culminante de la
convergencia de esas fuerzas que se empeñaban en luchar por la democracia fue la llamada
marcha de los 100 mil, realizada en junio de 1968.
En Brasil, la organización tradicional de izquierdas, el PCB, se oponía a la lucha armada. En
1967, un grupo liderado por Carlos Marighela rompió con el partido y formó la Alianza de
Liberación Nacional (ALN). La AP había optado ya por la lucha armada; fueron apareciendo
nuevos grupos, entre ellos la Vanguardia Popular Revolucionaria (VPR), que contó con una
fuerte presencia de militares de izquierda.
Los grupos de la lucha armada empezaron sus primeras acciones en 1968; se colocó una bomba
en el consulado norteamericano de Sao Paulo y empezaron a ejecutarse las primeras
“expropiaciones”, es decir se llevaron a cabo las primeras acciones violentas para reunir fondos.
Todos estos acontecimientos eran suficientes para reforzar la línea dura en su convicción de que
la revolución estaba perdiendo y era preciso crear nuevos instrumentos para acabar con los
subversivos.
El AI-5 fue el instrumento de una revolución dentro de la revolución o de una contrarrevolución
dentro de la contrarrevolución. A partir del AI-5 el núcleo militar del poder centró su atención en
la llamada comunidad de informaciones, es decir, en aquellas figuras que estaban al mando de los
órganos de vigilancia y represión. Hay un nuevo ciclo de suspensión de cargos, pérdida de
derechos políticos y depuraciones entre el funcionariado, que afectaron a muchos profesores
universitarios. Se estableció en la práctica la censura a los medios de comunicación y la tortura
pasó a formar parte de los métodos del gobierno. El Régimen parecía incapaz de ceder a las
presiones sociales y reformarse. Por el contrario, seguía cada vez más el curso de una dictadura
brutal. A partir de 1969, las acciones armadas se multiplicaron.
La Junta creó la pena de expulsión del territorio nacional, aplicable a todo brasileño que “se
convierta en inconveniente, nocivo o peligroso para la seguridad nacional”. Se instauró también
la pena de muerte para los casos de “guerra subversiva”, dicha pena nunca fue aplicada
formalmente ya que se preferían las ejecuciones sumarias o en el transcurso de torturas, y que
eran presentadas como el resultado de enfrentamientos entre subversivos y las fuerzas del orden o
como desapariciones misteriosas.
En 1969, el presidente Costa e Silva fue sustituido por un problema de salud. La Junta Militar
declaró vacantes los cargos de presidente y vice de la República y convocó a elecciones para
estos cargos por el Congreso Nacional para octubre. El alto mando de las Fuerzas Armadas eligió
como presidente al general Emilio Médici y para vicepresidente a Augusto Rademaker.
En 1968 hubo una fuerte recuperación industrial liderada por la industria automovilística, de
productos químicos y de materiales eléctricos. La construcción civil se expandió por los recursos
facilitados por el Banco Nacional de Habitaciones.
En 1969 Costa e Silvia aún vivía, pero sin posibilidades de recuperarse, ante esta situación la
junta militar declaró vacantes los cargos de presidente y vice de la república y convocó
elecciones para estos cargos por el congreso nacional. El alto mando eligió a Médici y como vice
a Redemaker.
Médici era un hombre desconocido para el gran público, además no le agradaba el ejercicio del
poder y había delegado en sus ministros las funciones del gobierno. De ellos resultó la paradoja
de un mando presidencial dividido en uno de los períodos más represivos de la historia brasileña.
Los grupos armados urbanos que, en principio, habían dado la impresión de desestabilizar al
régimen con sus acciones, decayeron rápidamente y prácticamente desaparecieron como
resultado, sobre todo, de la eficacia de la represión que alcanzó a los activistas de la lucha armada
y a sus simpatizantes, sobre todo jóvenes profesionales; otro factor de peso fue el aislamiento de
estos grupos del conjunto de la población.
Por otro lado, la oposición legal alcanzó su nivel más bajo en el gobierno de Médici como
resultado de las condiciones económicas favorables, de la represión y, en menor medida, de la
campaña por el voto nulo. En las elecciones legislativas de 1970, la ARENA logró una amplia
victoria.
El Periodo del Milagro, se extendió desde 1969-1973 y combinó el crecimiento económico con
tasas bajas de inflación. Además de los préstamos, en Brasil creció la inversión de capital
extranjero. Se produjo una expansión del comercio exterior y creció la capacidad del gobierno
para recaudar impuestos, lo cual contribuyó a la reducción del déficit público y de la inflación.
El esfuerzo por diversificar la economía, con la intención de convertir a Brasil en menos
dependiente de un único producto, dio resultados.
Pero el “milagro” tenía puntos vulnerables y negativos. El principal punto vulnerable estaba en la
excesiva dependencia del sistema financiero y del comercio internacional, que eran los
responsables de la facilidad para obtener préstamos externos, de la inversión de capitales
extranjeros, de la expansión de las exportaciones, etc. El crecimiento económico provocó también
la necesidad cada vez mayor de contar con determinados productos importados entre los que
destacaba el petróleo.
Los aspectos negativos de éste período fuero principalmente de naturaleza social. La política
económica de Delfim Netto favoreció la acumulación de capitales. Desde el punto de vista del
consumo personal, la expansión de la industria, notoriamente en el caso de los automóviles,
favoreció a las clases de renta alta y media, pero los salarios de los trabajadores de baja
cualificación fueron reducidos. (Concentración de la renta). El impacto social de la concentración
de la renta fue sin embargo atenuado. La ampliación de las oportunidades de empleo permitió que
el número de personas que trabajaban, por familia urbana, aumentase bastante.
Otro aspecto negativo del “milagro” y que perduró después de él, fue la desproporción entre el
avance económico y el retraso o incluso el abandono de los programas sociales por parte del
Estado. Brasil se distinguiría en el contexto mundial por una posición relativamente destacada
dado su potencial industrial y por indicadores muy bajos de sanidad, educación o vivienda, que
determinan la calidad de vida de un país.
El capitalismo salvaje caracterizó a aquellos años y a los siguientes, con sus enormes proyectos
que no tenían en cuenta ni la naturaleza ni a las poblaciones locales. En el gobierno de Médici el
proyecto de la carretera Transamazónica representó un buen ejemplo de este espíritu. Fue
construida para asegurar el control brasileño en la región y para instalar en agro-ciudades a los
trabajadores del nordeste. Tras haber provocado una gran destrucción y enriquecer a los
contratistas, la obra resultó un fracaso.
Una enmienda de la constitución de 1967 modificó el modo por el que se elegía presidente, se
previó la creación de un colegio electoral compuesto por miembros del congreso y delegados de
asambleas legislativas de los estados. Geisel fue el primer presidente elegido por el colegio
electoral en 1974.
3) El proceso de apertura política:
El gobierno de Geisel se asocia al inicio de la apertura política que el general presidente definió
como lenta, gradual y segura. En la práctica, la liberalización del Régimen, llamada en principio
distensión, siguió un camino difícil, lleno de pequeños avances y retrocesos. Esto obedeció a
varios factores. Por un lado, Geisel sufría las presiones de la línea dura, que conservaba gran
parte de su fuerza; por otro lado, él mismo deseaba controlar el proceso de apertura con una
indefinida democracia conservadora que evitaría que la oposición llegase demasiado pronto al
poder. Por consiguiente, el proceso de apertura fue lento, gradual e incierto, pues la línea dura se
mantuvo como una continua amenaza de involución hasta el final del gobierno de Figueiredo.
La oposición y la Iglesia no eran el termómetro más sensible para indicar la necesidad de
distensión; ese termómetro se encontraba en las relaciones entre las fuerzas armadas y el poder,
este último había sido tomado por los órganos de represión y provocó un efecto negativo en la
jerarquía de las fuerzas armadas. Las funciones y los principios básicos de la institución eran así
distorsionados y ponían en peligro su integridad. Para restaurar la jerarquía, era necesario
neutralizar la línea dura, abandonar la represión y, ordenadamente, promover la vuelta de los
militares a los cuarteles.
El gobierno empezó a tramar la lucha contra la línea dura. Al mismo tiempo, permitió que las
elecciones legislativas de noviembre de 1974 tuvieran lugar en un clima de relativa libertad, con
el acceso de los partidos a la radio y a la televisión. Los resultados electorales sorprendieron al
gobierno al señalar un considerable avance del MDB, sobre todo en las grandes ciudades. En el
curso de 1975, Geisel combinó medidas liberalizadoras con medidas represivas. Suspendió la
censura de los periódicos y autorizó una fuerte represión al PCB.
Finalmente, tuvo lugar un enfrentamiento importante entre el gobierno y la línea dura. Aunque la
guerrilla había sido eliminada, los militares de la línea dura seguían viendo elementos
subversivos por todas partes. Perduraba también la práctica de la tortura, aumentada con el
recurso de la desaparición de personas muertas por la represión.
EJEMPLOS: VLADIMIR HERZOG periodista, citado a comparecer ante el DOI-CODI. No
salió vivo de allí. (Los militares quisieron hacer pasar su muerte por un suicidio por
ahorcamiento). Meses más tarde el obrero metalúrgico MANOEL FIEL FILHO resultó muerto en
circunstancias similares. El presidente Geisel decidió actuar, sustituyó al comandante del II
Ejército por un hombre de su confianza. La tortura en las dependencias del DOI-CODI cesó,
aunque no así los actos violentos en Sao Paulo.
Tras los resultados de 1974, los enfrentamientos electorales empezaron a preocupar al gobierno.
Geisel prescindió del congreso y estrechó el cerco en 1977 con una serie de medidas conocidas
como el “paquete de abril”, entre ellas se destacaba la creación de la figura del senador libre,
cuyo objetivo era impedir que MBD llegase a alcanzar la mayoría en el senado. Durante su
gobierno broto el movimiento obrero con renovado ímpetu y nuevos matices, el sindicalismo
resurgió en muchos casos desde el interior de las empresas donde los trabajadores organizaron y
ampliaron los comités de empresa.
En 1978, el gobierno empezó a entrevistarse con líderes de la oposición y de la Iglesia para
encaminar la restauración de las libertades públicas. A partir de 1979, el AI-5 dejó de estar en
vigor y se restauraron los derechos individuales y la independencia del Congreso.
El MDB se había convertido en el canal político de expresión de todos los descontentos de la
población e integraba en sus cuadros desde liberales hasta socialistas. La campaña electoral de
1978 contó con el apoyo de los militantes de distintos grupos de la sociedad civil: estudiantes,
sindicalistas, abogados, miembros de organizaciones de base de la Iglesia católica. Esos grupos
establecieron un puente entre el MDB y el pueblo y compensaron el grave inconveniente de no
tener libre acceso a la radio y la televisión.
Durante su gobierno tuvo lugar la primera crisis internacional del petróleo como consecuencia de
la llamada guerra de Yom Kippur, desatada por los estados árabes contra Israel. El nuevo
gobierno empezó a aplicar el II plan nacional de desarrollo (1967) para equilibrar las finanzas y
combatir la inflación, además trató de estimular las inversiones de la gran empresa privada en la
producción de bienes de capital.
El nuevo gobierno empezó a aplicar el II Plan Nacional de Desarrollo. Este buscaba completar el
proceso de sustitución de importaciones, ya no se trataba de sustituir la importación de bienes de
consumo, sino de avanzar hacia la autonomía en el terreno de los productos básicos (petróleo,
acero, aluminio) y de la industria de bienes de capital. El plan trató de estimular las inversiones
de la gran empresa privada en la producción de bienes de capital.
Las dudas de muchos empresarios sobre el rumbo de la política económica darían origen a una
campaña sobre el excesivo intervencionismo estatal. Un sector social dominante trataba de
intervenir en la escena política que hasta entonces había sido monopolizada por los militares y los
tecnócratas.
Desde el período del milagro se venía arrastrando un serio problema: el crecimiento económico
acelerado se apoyaba en la capacidad ociosa de las empresas; para seguir creciendo era necesario
ampliar la inversión y disponer de nuevos y mayores recursos externos, ya que el ahorro interno
era insuficiente. Esos recursos no faltaron, entraron al país principalmente bajo la forma de
préstamos que provocaron el aumento de la deuda externa tanto pública como privada. La deuda
externa crecía sin que fuese posible encontrar otra salida para hacerle frente que no fuera obtener
nuevos préstamos.
Su sucesor fue Figueredo, su periodo combinó la ampliación de la apertura política y el
agravamiento de la crisis económica; el nuevo general tomo posesión del cargo en 1979. El
período de Figuereido combinó dos circunstancias que muchos consideraban de convivencia
imposible: la ampliación de la apertura política y el agravamiento de la crisis económica. En
1979, Delfim Netto asumió el cargo de ministro de planteamiento, gracias al prestigio que había
adquirido durante el período del “milagro”. Sin embrago, la situación era otra tanto en el ámbito
interno como en el internacional. La segunda crisis del petróleo, con la consecuente subida de los
precios, agravó el problema de la balanza de pagos. Las tasas internacionales de intereses
siguieron subiendo y agravaron aún más la situación. Obtener nuevos préstamos resultaba cada
vez más difícil y los plazos de pagos se iban estrechando. Bajo la presión de los acreedores
externos, Delfim optó por una política recesiva a finales de 1980.
La recesión de 1981-1983, tuvo grandes consecuencias. Por primera vez desde 1947, el resultado
del PBI (1981) fue negativo. Los sectores más afectados fueron las industrias de bienes de
consumo duraderos y de capital, ubicados en las zonas más urbanizadas del país, en dichas zonas
el desempleo se convirtió en un problema grave.
El Estado brasilero era ya técnicamente insolvente pero el gobierno se golpeó el pecho cuando
en agosto de 1982 México se declaró en moratoria y pidió ayuda al FMI, pero al final, Brasil
recurrió a la misma vía en 1983, ya que la moratoria impedía pedir préstamos.
A cambio de una modesta ayuda financiera y del intento de restaurar su credibilidad
internacional, el país aceptó el consejo del FMI, que consistía sobre todo en que debían esforzarse
por mejorar sus cuentas externas haciendo frente a la deuda. Internamente, se preveían recortes
en los gastos y una reducción aún mayor en los salarios.
El esfuerzo por mejorar las cuentas dio resultados. A partir de 1984 la economía se reactivó
animada principalmente por el crecimiento de las exportaciones, entre las que destacaron los
productos industrializados, pero la inflación seguía subiendo y llegó al 223% ese año.
Figuereido siguió la línea de apertura política iniciada por el gobierno de Geisel. La Ley de
Amnistía aprobada por el Congreso contenía sin embargo restricciones y hacía una concesión
importante a la línea dura al beneficiar a los responsables de practicar torturas. De cualquier
forma, posibilitó el regreso de los exiliados políticos y fue un paso importante en la ampliación
de las libertades públicas. La acción de la línea dura siguió perturbando el proceso de apertura.
Para tratar de romper con la fuerza opositora, el gobierno obtuvo en el Congreso en 1979, la
aprobación de una nueva ley de organización de los partidos que hizo desaparecer al MDB y la
ARENA. Obligaba a las nuevas organizaciones a tener el prefijo de “partido”, por lo que la
ARENA se transformó en el Partido Democrático Social y el MDB pasó a ser PMDB (Partido del
Movimiento Democrático Brasileño).
Pero los tiempos de una oposición unida habían pasado, sus diferentes tendencias permanecieron
juntas mientras existía un enemigo común todo poderoso, a medida que el régimen autoritario se
fue abriendo, las diferencias ideológicas y personales comenzaron a emerger. Del sindicalismo
urbano y rural, de sectores de la Iglesia y de la clase media profesional surgió el Partido de los
Trabajadores (PT). En el ámbito sindical, se establecieron estrechos lazos entre éste último y el
sindicalismo del ABC.
Figuereido mantuvo el calendario electoral que preveía las elecciones para noviembre de 1982.
La campaña electoral posibilitó un amplio debate. Ese año, más de 45 millones de brasileños
fueron a las urnas para elegir desde concejales hasta gobernadores de los estados. Por primera vez
desde 1965 ejercían el voto directo.
Los resultados para el Congreso marcaron una victoria del PSD tanto en la Cámara de Diputados
como en el Senado. La oposición resultó victoriosa en Sao Paulo, Minas y Río de Janeiro.
Durante 1983, el PT asumió como prioridad lograr las elecciones directas para la presidencia y,
posteriormente, esto se convertiría en causa de unanimidad nacional. Sin embargo, existía el
problema de que para la elección directa se dependía de un cambio en la Constitución. Figuereido
envió la enmienda pero no obtuvo los votos necesarios del Congreso y se rechazó, generando una
gran frustración popular, que ponía todas sus esperanzas en las reelecciones.
En 1984, las elecciones del candidato del gobierno ya no pasaban por la corporación militar, sino
por el Colegio Electoral. En enero de 1985, Tancredo y Sarney (PMDB) triunfó sobre Maluf
(PSD).
PRINCIPALES RASGOS DEL RÉGIMEN DE 1964:
 Por primera vez la cúpula de las fuerzas armadas asumió directamente el poder y muchas
funciones del gobierno. Los militares rara vez habían actuado en bloque en la arena
política. El régimen no fue una dictadura personal. La sucesión presidencial se realizaba
de hecho en el interior de la corporación militar. En apariencia, era el Congreso quien
elegía al presidente indicado por la ARENA, pero lo único que el Congreso hacía era
sacramentar la orden venida desde arriba.
 El régimen instaurado en 1964 dio bastante campo de acción y promovió a los creadores
de la política económica como Delfim Netto. Privilegió a sectores de la burocracia estatal,
en especial dirigentes de empresas estatales, hasta el punto de que era posible hablar de un
condominio de poder entre militares y la burocracia técnica estatal.
 No se realizaron esfuerzos para organizar a las masas en apoyo al gobierno, no se trató de
construir el partido único sobre el Estado.
 El populismo ya no se usó como recurso de poder. Los grupos que había logrado
expresarse en el período anterior (clase obrera, estudiantes, campesinos) perdieron fuerza,
pero los sindicatos no fueron materialmente desorganizados. El impuesto sindical siguió
en vigor, garantizando la supervivencia y la expansión de los organismos sindicales.
 El régimen no fue un simple instrumento de la clase dominante. Ésta se benefició de la
política del gobierno, pero durante muchos años no participó en la dirección de la política
económica, en manos de los poderosos ministros de Hacienda y Planteamientos y de la
burocracia del Estado.
 En materia económica, prevaleció el principio de la fuerte presencia del Estado en la
actividad económica y en la regulación de la economía; esta última característica varió
con los distintos gobiernos y era más típica del período de Geisel que del de Castello
Branco.
 Con la elección de Tancredo Neves, no se cerró la transición al régimen democrático. La
toma de posesión del nuevo presidente en marzo de 1985 no tuvo lugar, ya que este tuvo
que ser operado y en su lugar asumió el vice Sarney. Sarney, bajo las órdenes de
Tancredo Neves, comenzó a gobernar con atención a la revocación de las leyes que
provenían del régimen militar y el establecimiento de límites a las libertades democráticas
y en la elección de una asamblea constituyente encargada de elaborar una nueva
Constitución. Sarney respetó las libertades públicas, pero no cortó determinados lazos con
el pasado. En mayo de 1985, se restablecieron las elecciones directas para la presidencia y
se aprobó el voto para los analfabetos y la legalización de todos los partidos.
 En febrero de 1986, Sarney anunció al país el PLAN CRUZADO mediante radio y TV. El
cruceiro sería sustituido por una moneda nueva el “cruzado” en la proporción de 1000 a
uno y dejó de aplicarse la indiciación. El salario mínimo se reajustó. Si bien dio resultados
en su inicio, al tiempo el Plan Cruzado entró a hacer agua. Como los precios estaban
congelados, hubo una verdadera carrera hacia el consumo, en consecuencia la congelación
de los precios dejó de ser respetada.
 En noviembre de 1986, cuando fueron las elecciones, el Plan Cruzado ya había fracasado,
lo que generó un clima de decepción y desconfianza por parte de la población y respecto
de la economía.
 La Asamblea Constituyente empezó a reunirse en 1987 y el país esperaba que se elabore
una nueva Constitución, que se dio en octubre de 1988. Esta reflejó el avance del país en
el ámbito de los derechos sociales y políticos a los ciudadanos en general y a las minorías,
incluso indígenas, en especial, pero a su vez creó problemas. Uno de los más cruciales fue
el de la distribución de la renta entre la Unión, los estados y los municipios: un criterio
excesivamente descentralizado creó enormes problemas al gobierno federal y agravó la
crisis del Estado.
 Esta constitución puede considerarse como el marco que puso fin a los últimos vestigios
formales del régimen autoritario.; la apertura iniciada por el general Geisel en 1974 tardó
más de trece años en desembocar en un régimen democrático. La transición del régimen
militar al democrático se inserta en un contexto más amplio que abarca a casi todos los
países de América del Sur. Brasil salió al frente en relación con sus vecinos más
importantes. La dictadura Argentina cayó bruscamente en 1982 como consecuencia de la
guerra de Malvinas. El régimen de Pinochet caería en 1987-88.
 La estrategia de la transición lenta, gradual y segura partió del propio gobierno. Solo
podría modificarse en el ritmo y la amplitud si la oposición llegaba a tener la fuerza
suficiente para ello o si el desgaste del propio régimen autoritario provocara su colapso.
No ocurrió ni una cosa ni la otra. La transición brasileña tuvo la ventaja de no incitar a
grandes conmociones sociales, , pero también la desventaja de no poner en tela de juicio
problemas que iba más allá de la garantía de derechos políticos a la población.
 El hecho de que haya existido un aparente acuerdo general por la democracia por parte de
casi todos los responsables políticos, facilitó la pervivencia de prácticas contrarias a una
verdadera democracia. El fin del autoritarismo llevó al país más a una situación
democrática que a un régimen democrático consolidado.

4) Situación estructural entre 1950-1980:


Aumento de la población de 51,9 a 146,1 millones de habitantes. Reducción de la tasa de
fecundidad en los 70 (campañas de uso de preservativo, esterilización de mujeres, métodos
anticonceptivos, etc., que generaron enfrentamientos con la Iglesia).
Fuerte oleada migratoria de la población del nordeste hacia el centro sur provocada por el auge de
la industrialización y las sequías de la primera región en 1950. También migraron hacia el centro-
oeste y noroeste por las oportunidades abiertas por el gobierno federal. Incluso algunos migraron
al Paraguay y se instalaron como trabajadores independientes en la soja y el café. La población
urbana creció enormemente.
Incremento de la urbanización: ampliación de oportunidades de empleo en el sector industrial y
de servicios; la mecanización del campo empujó a la mano de obra desplazada hacia la ciudad.
Estructura agrícola-. Desaparecen grandes plantaciones de café y aparecen la soja (Paraná) y la
naranja y se extendió también la plantación de caña (Sao Paulo y en el Nordeste). La
industrialización creció considerablemente prescindiendo de la reforma agraria tras la
implantación del régimen militar.
Tasa de alfabetización avanzada entre esos años (1950-80) de 53,9% a 34,9% de hombres
analfabetos. Poca educación, es superado por otros países de A. Latina.

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