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ANALISIS ARTICULOS LEY 1708 del 2014

Daniela Andrea Mendoza Almeida


Alejandra Bibiana Arcila Castillo
Brayan Hurtado Algarra
Julián esteban morales acosta
Cesar tapia

Universidad Cooperativa De Colombia


Facultad de Derecho
Derecho Ambiental y Ecológico
2020
ANALISIS ARTICULOS LEY 1708 del 2014

Daniela Andrea Mendoza Almeida


Alejandra Bibiana Arcila Castillo
Brayan Hurtado Algarra
Julián esteban morales acosta
Cesar tapia

Presentado a: Wellesley Castellanos tuay

Universidad Cooperativa De Colombia


Facultad de Derecho
Derecho Ambiental y Ecológico
2020
RESUMEN

Este trabajo es el análisis de los artículos 1 al 42 de la ley 1708 del 2014, de


extinción de dominio en Colombia, explicaremos cada uno de estos artículos,
definiciones, principios y garantías, competencia, esta investigación desarrollara el
derecho a la propiedad de cual analizaremos la importancia de esta en los
procesos de extinción de dominio definiendo los afectados, los bienes que están
inmersos en los causales de extinción de dominio del bien.

Palabras claves: extinción-dominio-derecho a la propiedad-garantias-actividad


ilicita- afectado- bien.

Abstrac

This work is the analysis of articles 1 to 42 of law 1708 of 2014, of extinction of


domain in Colombia, we will explain each of these articles, definitions, principles
and guarantees, competence, this investigation will develop the right to property of
which We will analyze the importance of this in the domain extinction processes,
defining those affected, the assets that are immersed in the causes of the domain's
extinction of the property.

Keywords: termination-domain-right to property-guarantees-illegal activity-


affected-good.
1.Marco teórico

la primera vez que se conoció de extinción de dominio en Colombia fue con la ley de
reforma agraria, que tenía como finalidad otorgar tierras a todos aquellos que cultivaban
territorios que no les pertenecían y llevar a la práctica el principio de que la propiedad
privada debe cumplir una función social. Esta ley prohibió los desalojos de los
campesinos que invadían territorios ajenos y facultó al Estado para expropiar tierras en
caso de que fuera necesario.
Además, decretó la extinción del dominio a los 10 años, es decir, que si una propiedad
no
De esta manera se da un cambio en la manera de concebir el derecho a la propiedad, y
fue a partir de 1936, que se condicionó el reconocimiento del derecho a la propiedad, al
cumplimiento de una función social, es decir, que la propiedad toda debía ser orientada a
la generación de riqueza social y su ejercicio quedaba también condicionado a lo mismo,
de allí que todas las propiedades que no cumplieran con aquella función social, de ser
productivas, podía ser extinguido su derecho al propietario que así lo ostentará.

Fue entonces esa reforma, la introducida por la ley 200 de 1936, donde por primera vez
se hablo de extinguir el derecho del dominio y que luego se dio también para las minas
inexplotadas13, cuando se comenzó a concebir la figura de extinguir el dominio de
aquellos bienes que no cumplieran con esa finalidad social.
La figura motivo de estudio, ha estado siempre en manos del legislador, quien ha visto
con preocupación su implantación, dado que se han expedido leyes como la citada
anteriormente, la ley 100 de 1944, la 135 de 1961, la 4ª de 1973 o la 9ª de 1989, normas
que han tenido siempre en cuenta la extinción de dominio de los derechos que los
propietarios tenían sobre minas inexploradas consagrada en la ley 20 de 1969, y en el
decreto ley 2655 de 1988, o la extinción sobre las tierras incultas ordenada por la ley 10
de 1994, y la extinción de dominio privado de las aguas dispuesta por el decreto 2811
de 1974.

Es pertinente tener en cuenta que los antecedentes de las normas sobre la extinción de
dominio tuvieron en el año 1936, un cambio, puesto que el constituyente de la época
condicionó el reconocimiento y la protección del derecho a la propiedad, siempre y
cuando esta tuviera una función social. Teniendo en cuenta también como principio de
solidaridad, el derecho de dominio debía orientarse a la generación de riqueza
social y su ejercicio.
 En Colombia se ha creado legislación sobre el tema el dominio ilícitamente
adquirido a partir de la Carta vigente, pero haciendo la salvedad que la
figura motivo, ya existía dentro de la normatividad del pais Código Penal del
año 1936 en su Art. 59º, Ley 95 de 1936 y que entró a regir en 1938: “las
armas, instrumentos y efectos con que se haya cometido un delito, o que
provengan de su ejecución, se confiscarán y entregarán al Estado, a menos
que la ley disponga que se destruyan, o que se devuelvan a quien se
hubieren sustraído o a un tercero sin cuya culpa se hubiere usado de ellos.

 Código de Procedimiento Penal de 1971, artículos 308, 350 y 727. Allí se


regulaba el decomiso por parte de la policía judicial, de las armas o
instrumentos con que se había cometido un delito y los objetos
provenientes de su ejecución; el secuestro de esos bienes por parte del juez
y su destinación en caso de confiscación, a las autoridades
correspondientes, o al pago de las sumas que debía cubrir el procesado por
daños, perjuicios, multas y costas, o en caso de no interesar al proceso.

 Ley 2ª de 198414, Art. 37º: “El artículo 110 del Código Penal quedará así:
Comiso. Los instrumentos y efectos con los que se haya cometido el delito o
que provengan de su ejecución, que no tengan libre comercio, pasarán a
poder del Estado a menos que la ley disponga su destrucción.

 Código de Procedimiento Penal de 198715, Art. 53º: “Cancelación De


Registros Falsos. <Decreto derogado por el Art. 573 del Decreto 2700 de
1991> Demostrada la tipicidad del hecho punible que dio lugar a la
obtención de títulos de propiedad sobre bienes muebles o inmuebles sujetos
a registro, el juez que esté conociendo del proceso ordenará
inmediatamente la cancelación de los títulos espurios y del registro
correspondiente.
Ley 793 de 2002

La Ley 793 del año 2002, sobre la extinción del dominio de bienes, faculta al
Estado para extinguir el derecho de dominio sobre los bienes adquiridos
ilícitamente o destinados ilícitamente ubicados en Colombia. Esta
aseveración de la norma, presenta un vacío jurídico, toda vez que frente a
los efectos de la misma en el espacio y dada la ambigüedad con la cual se
encuentra redactada el inciso final del Art. 11º, se presenta una inquietud a
la hora de interpretar los alcances: es decir existe la posibilidad de aplicar la
ley de extinción de dominio a los bienes que, no obstante estar ubicados en
el extranjero, fueron destinados a actividades ilícitas realizadas en
Colombia o adquiridos como producto de la realización de un punible en el
territorio nacional.

Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción de 2003 Conocida también


como Convención de Mérida, que, si bien reproduce las recomendaciones que se
realizan sobre comiso en las convenciones de Viena de 1988 y Palermo de 2000,
presenta un importante aporte a la evolución de la figura, pues es el primer instrumento
internacional que se ocupa en recomendar la adopción de institutos de decomiso sin
condena, de la cual, la extinción de dominio es una de sus modalidades más
representativas. Para tal efecto, el numeral primero del artículo 54 de la Convención en
su literal c recomienda:
Cada Estado Parte, a fin de prestar asistencia judicial recíproca conforme a lo dispuesto
en el artículo 55 de la presente Convención con respecto a bienes adquiridos mediante la
comisión de un delito tipificado con arreglo a la presente Convención o relacionados con
ese delito, de conformidad con su derecho interno:
Considerará la posibilidad de adoptar las medidas que sean necesarias para permitir el
decomiso de esos bienes sin que medie una condena, en casos en que el delincuente no
pueda ser enjuiciado por motivo de fallecimiento, fuga o ausencia, o en otros casos
apropiados‖.
Ahora que hemos pasado por un breve repaso por los antecedentes normativos en la
materia de la acción de extinción de dominio, pasaremos a dar a conocer las definiciones
pertinentes al caso en concreto primero iremos a explicar que es el dominio, el domino
ARTICULO 669 código civil. El dominio que se llama también propiedad es el derecho
real en una cosa corporal, para gozar y disponer de ella, no siendo contra ley o contra
derecho ajeno, ahora explicaremos la acción desde su definición es importante desglosar
todas definiciones para poder explicar todas las definiciones. la acción de extinción de
dominio está relacionada fundamentalmente con la posibilidad de perseguir los bienes
adquiridos ilícitamente o destinados a la comisión de actividades ilícitas en manos de
quien se encuentren, salvo los terceros de buena exenta de culpa, que son aquellas
personas que no obstante haber adquirido bienes que se encuentran en las situaciones
mencionadas, no tuvieron aun empleando la diligencia debida, oportunidad de conocer el
nexo de ilicitud que recaía sobre el bien al momento de la adquisición, es decir actuaron
de buena fe.
2.Analisis de los Artículos ley 1708 del 2014. 

2.1Definiciones:

Afectado. 

En términos generales se trata de toda persona natural o jurídica que de una u otra
manera tiene un derecho legítimo comprometido en un proceso de Acción de Extinción de
Dominio, debiendo tenerse como sujeto pasivo de la acción. Estos pueden ser directos e
indirectos; estos últimos también son denominados por la doctrina como terceros. El
doctor Jorge Pardo Ardila, en su tesis para optar al título de Magíster en Derecho Penal
de la Universidad Externado de Colombia, denominada "Extinción de Dominio, Partes y
Tercerías"; señala que: Los afectados directos y terceros en el proceso de extinción de
dominio, no son sólo los titulares de derechos reales principales y accesorios que
recaigan sobre los bienes vinculados al proceso, pues la jurisprudencia ha indicado que
se deben vincular otros tales como el poseedor, tenedor legítimo de un título valor, y
acreedor con embargo previo registrado

De otra parte, se debe precisar también que cuando el código alude a una actividad
tipificada como delictiva, se hace relación a su descripción objetiva básica, sin prescindir
de la antijuridicidad; es decir, desde la perspectiva del injusto (tipo objetivo +
antijuridicidad), pues en materia de extinción de dominio no se requiere acreditar la
culpabilidad, basta con constatar la existencia de una conducta típicamente antijurídica
que comprometa o vincule el bien, para dar por cumplido con este presupuesto, sin
necesidad de demandar un juicio de reproche en contra del titular de derechos
patrimoniales sobre el mismo. Por ejemplo, si en un lugar encuentran el cuerpo de una
persona con tres disparos en la nuca, no se requiere mayores esfuerzos para concluir que
el hecho se trata de un homicidio, así no se logre identificar al autor que pueda ser
declarado culpable; de la misma forma, en Ley 1708 de 2014. “Actividad Ilícita. Toda
aquella tipificada como delictiva, independiente de cualquier declaración de
responsabilidad penal, así como toda actividad que el legislador considere susceptible de
aplicación de esta ley por deteriorar la moral social”. la extinción de dominio basta con
comprobar la objetividad del injusto para poder deducir si se cumple con este
presupuesto, como cuando en un vehículo se encuentra abandonado en un parqueadero
con droga. Así no se logre identificar un responsable, los hechos por sí mismos acreditan
una actividad ilícita de narcotráfico.

Actividad Ilícita.
La acción de extinción de dominio encuentra sustento en varias fuentes las cuales remiten
a un título ilícito, destacando entre ellas, el enriquecimiento ilícito, prescripción que resulta
muy relevante, pues ―el ámbito de lo ilícito es mucho más amplio que el ámbito de lo
punible y en razón de ello, ya desde la Carta la acción de extinción de dominio se desliga
de la comisión de conductas punibles y se consolida como una institución que desborda el
marco del poder punitivo del Estado y que se relaciona estrechamente con el régimen del
derecho de propiedad‖ (Sent. C-740/2003).

Bienes.

bien o derecho hace relación al objeto sobre el cual recae la pretensión de extinción de
dominio, el cual, no se limita a los bienes como tal, sino que se extiende a los derechos
que de ellos emanan u otros derechos inmateriales o patrimoniales que son susceptibles
de valoración económica De ahí que resulte inapropiado restringir el objeto de la
pretensión extintiva solo al derecho de dominio, pues como se ha expuesto con
anterioridad, no siempre la pretensión versa sobre tal derecho,
pues también se puede extender a otro tipo de derechos como aquellos derivados de la
posesión de un bien, los derechos de créditos, los derechos a futuro e incluso, los
derechos personalísimos, entre otros, como bien lo reconoció la Corte Constitucional en
su momento. De otra parte, resulta pertinente precisar que la legislación especial de
extinción de dominio se adscribe a un concepto jurídico de bien (cosa) que complementa
la definición propia del derecho Civil, como quiera que la idea que se debe tener de este
elemento estructural debe estar a tono con las recomendaciones contenidas en los
instrumentos internacionales, que como bien se destacó en el capítulo de

TÍTULO II

2.2 NORMAS RECTORAS Y GARANTÍAS FUNDAMENTALES

Dignidad
afectación al derecho fundamental a una vivienda digna, al mínimo
vital y a la dignidad humana
Sobre tales derechos La Constitución Política contiene una destacada catalogación de
derechos sociales y económicos de cardinal trascendencia, entre ellos el derecho a la
vivienda digna, instituido en el artículo 51 superior y definido por la corte constitucional
como aquel dirigido a satisfacer la necesidad humana de disfrutar de un área para
vivienda, que cuente con condiciones suficientes para que quienes allí habiten puedan
desarrollar su vida dignamente, siendo obligación del estado promover las condiciones
necesarias para hacerlo efectivo.
Del mismo modo, la protección del derecho a la vivienda digna debe protegerse cuando la
persona atraviesa especiales situaciones de disminución por razones de salud,
contingencias sociales y familiares, precariedad económica o de índole similar que
restringen grave y permanente. el goce efectivo de ese derecho, lo cual incluye la facultad
de enajenado a su libre disposición, circunstancia que en la actualidad no se está
cumpliendo como quiera que existiendo la medida tutelar sobre el inmueble, no me es
dable disponer totalmente de este, pues al momento de enajenado, no se puede transferir
el, dominio. Además, manifestó la Corte en la sentencia T-530/1 1

Además manifestó la Corte en la Sentencia T-530/1 1 que: "JUEZ CONSTITUCIONAL-


Llamado a intervenir en inexistencia deficiencia del desarrollo legal o reglamentario en
materia de vivienda digna especialmente en circunstancias de debilidad manifiesta
Cuando la protección del derecho a la vivienda digna sea solicitada al juez de tutela, dicha
no podrá sin más desconocer la procedibilidad del amparo valiéndose del supuesto
carácter no fundamental del derecho, así como tampoco será apropiado que recurra nal
criterio de la conexidad para negar lo. admisibilidad del amparo. Corresponderá de
acuerdo con lo anteriormente expuesto, identificar -en atención a las circunstancias del
caso concreto- si lo pretensión debatida en sede de tutela hace parte de la faceta de
defensa o de prestación del derecho, poro en este último caso limitar su intervención a
aquellos supuestos en los cuales se busque la efectividad de un derecho subjetivo
previamente definido o en los que pese , a la inexistencia de tal definición, la' protección
constitucional resulte necesaria de cara a las circunstancias de debilidad manifiesta en las
que se encuentran sujetos que en razón de sus condiciones físicas, mentales o
económicas requieren lo especial protección del Estado".

 Derecho a la propiedad. 

El artículo 58 de la Constitución Política de Colombia garantiza el derecho a la propiedad


privada, siempre que ella haya sido adquirida con arreglo a las leyes civiles. Allí se señala
que el Estado no puede desconocer este derecho, ni vulnerarlo, por medio de leyes
posteriores. No obstante, lo anterior, el derecho a la propiedad privada no es absoluto. De
acuerdo con la Corte Constitucional, “el derecho de propiedad no es, per se, un derecho
fundamental ya que el constituyente no lo ha dotado de esa precisa naturaleza. Si bien
durante el Estado liberal originario, el derecho de propiedad era considerado como un
derecho inalienable del ser humano y, por lo mismo, no susceptible de la injerencia
estatal, hoy esa concepción está superada y esto es así al punto que, en contextos como
el nuestro, el mismo constituyente le ha impuesto límites sustanciales a su ejercicio. De
allí que, si bien se lo reconoce como un derecho constitucional, se lo hace como un
derecho de segunda generación, esto es, como un derecho adscrito al ámbito de los
derechos sociales, económicos y culturales. Por ello, la jurisprudencia de esta
Corporación sólo le ha reconocido al derecho de propiedad el carácter de derecho
fundamental cuando está en relación inescindible con otros derechos originariamente
fundamentales y su vulneración compromete el mínimo vital de las personas” (Sentencia
C-740, 2003). Una de las principales limitaciones del derecho a la propiedad tiene que ver
con la relación que existe entre este derecho y los valores que el Estado tiene la función
de realizar en la sociedad. Al respecto, la Corte Constitucional colombiana ha explicado
que “uno de los pilares fundamentales del Estado colombiano está constituido por el
trabajo. La Constitución reconoce y ampara la propiedad obtenida con base en el esfuerzo
y en el mérito que el trabajo implica, y se lo desestimularía en alto grado si en especial
referencia al nuevo Código de Extinción de Dominio colombiano se admitiera que sin
apelar a él, de modo fácil, por fuera de escrúpulos y restricciones, puede obtenerse y
acrecentarse el patrimonio personal y familiar” (Sentencia C-374, 1997). En este sentido,
para la Corte Constitucional el derecho a la propiedad en Colombia solo es reconocido por
el ordenamiento jurídico y protegido por el Estado, cuando ha sido adquirido a través de
trabajo honrado y conforme a las leyes civiles que lo regulan: “El derecho de propiedad
que la Constitución garantiza en su artículo 58 es el adquirido de manera lícita, ajustada a
las exigencias de la ley, sin daño ni ofensa a los particulares ni al Estado y dentro de los
límites que impone la moral social. Nadie puede exigir garantía ni respeto a su propiedad
cuando el título que ostenta está viciado, ya que, si contraría los postulados mínimos,
jurídicos y éticos, que la sociedad proclama, el dominio y sus componentes esenciales
carecen de legitimidad” (Sentencia C-374, 1997).

 Garantías e integración. 

En la aplicación de la presente ley, se garantizarán y protegerán los derechos reconocidos


en la Constitución Política, así como en los tratados y convenios internacionales sobre
derechos humanos ratificados por Colombia, que resulten compatibles con la naturaleza
de la acción de extinción de dominio.
Artículo 34. Se prohíben las penas de destierro, prisión perpetua y confiscación. No
obstante, por sentencia judicial, se declarará extinguido el dominio sobre los bienes
adquiridos mediante enriquecimiento ilícito, en perjuicio del Tesoro público o con grave
deterioro de la moral social.
Articulo 58 Artículo 58. Se garantizan la propiedad privada y los demás derechos
adquiridos con arreglo a las leyes civiles, los cuales no pueden ser desconocidos ni
vulnerados por leyes posteriores. Cuando de la aplicación de una ley expedida por
motivos de utilidad pública o interés social, resultaren en conflicto los derechos de los
particulares con la necesidad por ella reconocida, el interés privado deberá ceder al
interés público o social. La propiedad es una función social que implica obligaciones.
Como tal, le es inherente una función ecológica. El Estado protegerá y promoverá las
formas asociativas y solidarias de propiedad. Por motivos de utilidad pública o de interés
social definidos por el legislador, podrá haber expropiación mediante sentencia judicial e
indemnización previa. Esta se fijará consultando los intereses de la comunidad y del
afectado. En los casos que determine el legislador, dicha expropiación podrá adelantarse
por vía administrativa.

Es una acción constitucional, porque se desprende directamente del artículo 34 de la


Carta Política. En palabras de la propia Corte Constitucional: “es una acción constitucional
porque no ha sido concebida ni por la legislación ni por la administración, sino que, al
igual que otras como la acción de tutela, la acción de cumplimiento o las acciones
populares, ha sido consagrada por el poder constituyente originario como primer nivel de
juridicidad de nuestro sistema democrático” (Sentencia C-740, 2003)

Artículo 5°. Debido proceso. 

En el ejercicio y trámite de la acción de extinción de dominio, se garantizará el derecho al


debido proceso que la Constitución Política y este Código consagran.
resulta pertinente indicar en relación con la garantía constitucional fundamental al debido
proceso, invocada por el accionante, la doctrina constitucional ha sido enfática en señalar
el carácter iusfundamental del derecho al debido proceso, consagrado en el artículo
29 de la Constitución Política, el cual lo hace extensivo a toda clase de actuaciones
judiciales y administrativas" y que se define como conjunto de garantías previstas en el
ordenamiento jurídico, a través de las cuales
se busca la protección del individuo incurso en una actuación judicial o administrativa,
para que durante su trámite se respeten sus derechos y se logre la aplicación correcta de
la justicia.
La misma jurisprudencia ha expresado, que el respeto a tal máxima fundamental, le
impone a quien asume la dirección de la actuación judicial o administrativa, la obligación
de observar, en todos sus actos, el procedimiento previamente establecido en la ley o en
los reglamentos, “con el fin de preservar las garantías -derechos y obligaciones- de
quienes se encuentran incursos en una relación jurídica, en todos aquellos casos en que
la actuación conduzca a la creación, modificación o extinción de un derecho o a la
imposición de una sanción".
En este sentido, el derecho al debido proceso se muestra como desarrollo del principio
de legalidad, pues representa un límite al ejercicio del poder público, y en particular, al
ejercicio del ius puniendi del Estado.
Sentencia c 918 del 2010
 Principio de objetividad y transparencia. 

Principio de objetividad en el artículo 115 código penal La Fiscalía General de la Nación,


con el apoyo de los organismos que ejerzan funciones de policía judicial, adecuará su
actuación a un criterio objetivo y transparente, ajustado jurídicamente para la correcta
aplicación de la Constitución Política y la ley.
Principio de transparencia. Principio conforme al cual toda la información en poder de los
sujetos obligados definidos en esta ley se presume pública, en consecuencia, de lo cual
dichos sujetos están en el deber de proporcionar y facilitar el acceso a la misma en los
términos más amplios posibles y a través de los medios y procedimientos que al efecto
establezca la ley, excluyendo solo aquello que esté sujeto a las excepciones
constitucionales y legales y bajo el cumplimiento de los requisitos establecidos en esta
ley.

 Presunción de buena fe. 

Se presume la buena fe en todo acto o negocio jurídico relacionado con la adquisición o


destinación de los bienes, siempre y cuando el titular del derecho proceda de manera
diligente y prudente, exenta de toda culpa.
Existen dos tipos de buena fe, buena fe exenta de culpa y buena fe cualificada o
creadora.
El articulo 83 de la constitución política lo establece como establece que “las actuaciones
de los particulares y de las autoridades públicas deberán ceñirse a los postulados de la
buena fe, la cual se presumirá en todas las gestiones que ellos adelanten ante estas”.
Esta buena fe constituye un límite material a la extinción de dominio, cuando ella reúne
las características necesarias para dar origen a un derecho digno de reconocimiento y
protección jurídica. Es decir, cuando se trata de una buena fe cualificada o, como también
se le conoce: una buena fe creadora de derecho
Como quiera que desde la creación de la figura jurídica, siempre se han salvaguardado
los derechos de los terceros de buena fe exenta de culpa, por lo cual, un proceder acorde
con la observancia de un deber objetivo de cuidado, tiene la capacidad de neutralizar el
reconocimiento de la consecuencia jurídica, pues la extinción de dominio se reconoce de
manera general, exceptuando los eventos en que se acredita un proceder ajustado a las
expectativas de o una excepción, cuyos efectos pueden entrar en la órbita de los
derechos esenciales de una persona natural o jurídica.” (Cita de la Sent. 247/95 -Sent. C-
374/97). comportamiento frente al ejercicio y disposición del derecho a la propiedad. Es
de aclarar que con relación a las causales de naturaleza sancionatoria, los fundamentos
del reconocimiento objetivo de la exención de culpa, no pueden ser los mismos que frente
a las causales de naturaleza civil, pues aquí no se requiere realizar un juicio de valoración
normativa para verificar las condiciones para reconocer el nacimiento de un derecho, sino,
por el contrario, se necesita verificar y valorar conductas teniendo como referentes
parámetros normativos del cumplimiento de expectativas concretas de comportamiento de
acuerdo con el régimen constitucional de la propiedad privada, en especial, con relación a
la observancia de las obligaciones inherentes a la función social y ecológica de la
propiedad, para determinar de esta manera, si dicho derecho se pierde a título de sanción
constitucional.

En efecto, la doctrina dominante en materia civil reconoce dos clases de buena fe. De un
lado tenemos “la buena fe simple, que equivale a obrar con lealtad, rectitud y honestidad,
es la que se exige normalmente a las personas en todas sus actuaciones. El Código Civil,
al referirse a la adquisición de la propiedad, la define en el artículo 768 como la conciencia
de haberse adquirido el dominio de la cosa por medios legítimos, especial referencia al
nuevo Código de Extinción de Dominio colombiano exentos de fraude y de todo otro vicio.
Esta buena fe se denomina simple, por cuanto, si bien surte efectos en el ordenamiento
jurídico, estos solo consisten en cierta protección que se otorga a quien así obra. Es así
que, si alguien de buena fe adquiere el derecho de dominio sobre un bien cuyo titular no
era el verdadero propietario, la ley le otorga ciertas garantías o beneficios, que si bien no
alcanzan a impedir la pérdida del derecho sí aminoran sus efectos. Tal es el caso del
poseedor de buena fe condenado a la restitución del bien, quien no será condenado al
pago de los frutos producidos por la cosa (C. C. art. 964 párr. 3º); o del poseedor de
buena fe que adquiere la facultad de hacer suya la cosa poseída (C. C. arts. 2528 y
2529)” (Sentencia C-1007, 2002). .

PRINCIPIO DE CONTRADICCION

El principio de contradicción se encuentra consagrado en el artículo 13 del código de


procedimiento penal, teniendo su sustento en el artículo 29 de la constitución nacional y
se relaciona con el artículo 13 de la misma, que se refiere al derecho a la igualdad.
Sin embargo, a pesar de estar tácitamente expresado en el código de procedimiento
penal, y la ley estatutaria de la justicia no quiere decir que solo en él se vea reflejado,
pues es un principio general de las pruebas y por ende aplica en todos los campos del
derecho, así no esté tácitamente puesto en todas las normatividades.
Siempre que se llega a un proceso es necesario que ´se tenga como uno de los
elementos imprescindibles el principio de contradicción ya que por medio de este se
permite a las partes tener una igualdad procesal, para que éstas tengan los mismos
derechos y la misma facultad de practicar las pruebas con la finalidad de que ninguna de
las partes se encuentre indefensa frente a la otra. Requiere de una igualdad.
Es entonces de real importancia anotar que por medio de este principio las partes
tienen el derecho de aportar las pruebas conducentes a fin de justificar su posición, ya
sea como demandante o como demandado.
“En cuanto al criterio rector de la contradicción, del artículo 29 de la Carta se deriva el
derecho a la prueba y a su controversia como una variante del derecho de defensa, y un
desarrollo del principio de igualdad que indiscutiblemente orienta el proceso civil de
partes.
En virtud de este principio, está prohibido el ingreso al proceso de pruebas obtenidas en
forma subrepticia, escondida o a espaldas de la contraparte. El sujeto procesal contra el
cual se opone o aporta la prueba debe conocerla, pero además el medio de convicción
correspondiente no puede ser valorado si no se ha celebrado con su audiencia.”
Por otro lado, es también importante resaltar que el principio de contradicción de la
prueba se deriva del principio de publicidad, y por su conexidad con este se busca que los
elementos de demostración puedan ser debatidos por aquel contra quienes e aducen, ya
que esas demostraciones implican siempre probabilidades, que solo se consolidan en
convencimiento, una vez que han sido sometidas a confrontación y a verificación junto
con la hipótesis que pudiera desvirtuarlas.
Ubicándonos más conceptualmente podemos decir entonces que “la contradicción es la
oportunidad de contraprobar; el proceso, en gran parte concede a los interesados
vinculados legítimamente, oportunidades para el ejercicio del derecho, las cuales deben
tener los rasgos de  una figura procesal idónea, para que en secuencias, procesales se
pueda realizar la contradicción en todas las modalidades que pueda conllevar: concedida
pues  la oportunidad,” que consagra el artículo 29 inciso 4 de la constitución nacional,
que lo extiende a la investigación , es cuestión de los interesados ejercitar las
oportunidades, convertirlas en una realidad; el fin es someter los elementos que utilizan a
cuestionamiento y crítica, siendo posibilidades pueden quedar desvirtuadas las pruebas
inicialmente aducidas como argumentos o posibilidades entrelazadas, o por el contrario
robustecidas.
Siempre la prueba debe ser controvertida en juicio para evitar fallos con pruebas
inidóneas. Sólo hay salvedades de carácter transitorio cuando se puede decidir con
pruebas sumarias. No es muy claro en los eventos del artículo 23 del decreto 2591 de
1991, que regula la acción de tutela, para la defensa de la entidad o de la persona contra
la cual se esgrime la tutela y tampoco en algunos de los textos del Código de
procedimiento penal, para situaciones derivadas de la colaboración eficaz con la justicia.

 Autonomía e independencia judicial.

 Las decisiones judiciales proferidas dentro del proceso de extinción de dominio serán la
expresión del ejercicio de la función constitucional de administrar justicia. Los funcionarios
judiciales serán independientes y autónomos.

La autonomía e independencia de los jueces son facultades que le otorga el Estado, con
limitaciones, sin sobrepasar los límites que la constitución y las leyes le establecen por
cuanto la tarea misional es la de interpretar en debida forma las normas vigentes, que les
permita garantizar los derechos y facultades públicas de todos los ciudadanos.

Se ha sostenido que la independencia de los jueces constituye una garantía en la cual las
mayorías no anulen, ni violenten los derechos de las minorías, así como la autonomía
opera de tal manera para que los jueces y magistrados gocen de plena libertad en la toma
de las decisiones, no  significando que  sean las más correctas o justas, de allí que la
misma ley le crea los mecanismos para que sean revisadas por el superior inmediato,
para ser confirmadas o revocadas, bajo los criterios legales que no les cercene esas
facultades constitucionales.
Art. 10 al 18 de la Ley 1708 de 2014

Como en toda creación de la ley, debe tener unos principios y unos procedimientos,
directrices que seguir, sin embargo esta ley extinción de dominio es autónoma e
independiente que se rige por su misma ley, claro está que aun que es libre e
independiente se debe respetar los derechos del afectado y ser garante al debido proceso
donde se respeten las garantían judiciales de cada persona involucrada en estos tipo de
procesos, es por ello que es una excepción en virtud que el debido proceso se debe
respetar tantos en las actuaciones administrativas y judiciales, entonces en ese orden de
ideas no es absolutamente independiente y autónoma puesto que no puede ir
contrariando al mandando constitucional.
Es importante que todas las actuaciones sean públicas y que toda persona tenga derecho
a una doble instancias puesto que el derecho de la propiedad privada es un derecho
constitucional y por ende se debe respetar y es menester del estado que un superior
jerárquico conozca la primera sentencia que decretó la extinción de dominio de un bien
inmueble con el objeto de que se revoque esa decisión que afectó inicialmente al
afectado. No obstante todas las personas que se encuentren en un estado de
vulnerabilidad llámese condiciones de pobreza, género, discapacidad, diversidad étnica o
cultural o cualquier otra condición semejante, pues es el mismo estado de garantizar el
derecho a la defensa de estas personas puesto las condiciones económicas de cada
individuo varía dependiendo de su extracto socioeconómico.
Referente a la extinción de dominio, como se plasmó en el trabajo presentado, no estoy
de acuerdo que se inicie un proceso de extinción de dominio donde se ubique sustancias
relacionada con la ley 30, sustancias tan insignificante que no ameritan en sí que las
personas sean despojada de sus bienes, pues para mí se debe realizar una investigación
tan importante que ameriten la inicialización de este proceso y no ser tan exegético sin
medir modalidad, la gravedad de la conducta y la presunción de la buena fe.
Ahora, frente a las causales que dan origen al proceso de extinción de dominio, se pude
afirmar que son productos de actividades ilícitas, pero como vengo informando desde la
presentación del trabajo que en ningún articulado de la referida ley, se menciona el deber
de medir riesgos es decir sobre la gravedad de la conducta, es por ello que se debe tener
presente esta figura en el entendido que en este proceso de extinción no se mide como tal
el comportamiento si no que se ciñe frente a unas causales despojando como tal el
derecho a la propiedad privada y a una vivienda digna y ya por ultimo si me dejó
pensando esta ley en el entendido de su tramitación, pues desde mi punto de vista debió
ser una ley estatutaria ya que se pueden afectar en conexidad derechos fundamentales
derivado del derecho constitucional de la propiedad privada.

(ART.28 A 34) LEY 1708 DE 2014


Con la expedición de la ley 1708 de 2014 podemos observar que existen dos tipos
sujetos procesales, esto referenciado por el artículo 28 de la norma citada, donde
enuncia como intervinientes principales a la fiscalía general de la nación y los afectados
esto dentro del proceso penal de extinción de dominio; mediante esta ley se le otorga la
facultad a la fiscalía general de la nación como ente investigador de la extinción de
dominio, por otra parte encontramos como interviniente a los afectados , los cuales la
misma ley los define como toda persona, natural o jurídica, que alegue ser titular de
derechos sobre alguno de los bienes que sean objeto de la acción extinción de dominio,
esto enmarcado en el artículo 30 de la ley 1708 de 2014 .

El estado colombiano no solo está representado dentro de este proceso de extinción de


domino por la fiscalía general de la nación, sino que también abarca al ministerio público y
al ministerio de justicia y del derecho; y es el primero el encargado de la defensa del
orden jurídico, del patrimonio público y los derechos y garantías fundamentales, dejando
facultado al ministerio de justicia y derecho a actuar en defensa del interés jurídico de la
nación, esto amparado en los artículos 31 y 32 de la ley 1708 de 2014.

Dentro de la etapa de juzgamiento le corresponde por competencia a la sala de Casación


Penal de la Corte Suprema de Justicia, las Salas de Extinción de Dominio de los
Tribunales Superiores de Distrito Judicial y por los Jueces del Circuito Especializados en
Extinción de Dominio, pero exceptuando cuando se trate de asuntos que involucren
derechos fundamentales, puesto que allí conocerá por competencia los jueces de control
de garantías.

Artículos 35 al 42

La competencia es la facultad que tiene cada juez o tribunal para conocer de los negocios
que la ley ha colocado dentro de la esfera de sus atribuciones y en cuanto a la ley 1708
de 2014 tuvo un cambio muy radical en cuanto a sus competencias, toda esta
circunstancia fue gracias a la expedición del código, porqué el legislador buscó la
descentralización de la función judicial, puesto que, antes de su entrada en vigor, la
competencia recaía de manera exclusiva en los despachos judiciales de la ciudad de
Bogotá, pues esto era así, porque únicamente en esta ciudad habían sido creados los
juzgados penales del circuito especializados de extinción de dominio, circunstancia que
conducía a ellos, independientemente del lugar de la ubicación del bien denunciado,
impulsarán la fase del juzgamiento y emitieran la correspondiente sentencia, no obstante,
a la luz de la nueva codificación, la competencia territorial fue asignada a los despachos
judiciales de circuito especializado de extinción de dominio del lugar donde esté ubicado
el bien objeto de la medida, tal como se explican en todos los artículos del capítulo III en
su asignación de competencias de acuerdo a la diligencia o circunstancia.

3.LA EXTINCIÓN DE DOMINIO EN EL DERECHO A LA PROPIEDAD PRIVADA


SENTENCIAS

Nuestro trabajo abarca el derecho a la propiedad privada de las personas que son objeto
de expropiación de sus bienes en un proceso de extinción de dominio en virtud que a
pesar de que es un derecho que garantiza la constitución política de Colombia, ciertas
personas se ven afectados por comportamientos y conductas prohibidas por la ley.
Es por ello que buscamos que este proceso de extinción de dominio no sea absoluto en el
entendido para aquellas personas que se encuentren inmerso en ellas, pero este trabajo
como tal se centrará de que no en todas las conductas y procesos que se deriven una
extinción de dominio sean despojados de sus bienes, como en unas sentencias que se
traerán a colación, eso teniendo encueta la gradualidad y la gravedad del proceso.
No obstante, se hará una breve reseña como tal de este derecho de propiedad privada de
la siguiente manera desde el punto de vista constitucional.
La actual Constitución Política, introdujo dos importantes cambios en el contenido y
alcance del derecho a la propiedad en nuestro país, en primer lugar, atribuyó a la
propiedad privada una relación estrecha con los valores y principios ético-sociales que
fundamentan el Estado y en segundo lugar como tal, asignó a este derecho una función
social que lo enmarca. Ambas modificaciones son esenciales para entender la naturaleza
y el alcance de la extinción de dominio en Colombia, así como de la acción de extinción
de dominio frente a los ciudadanos.
El derecho a la propiedad y la extinción de dominio son dos vertientes importantes en este
contexto, por ejemplo, el artículo 58 de la Constitución Política de Colombia garantiza el
derecho a la propiedad privada, siempre que ella haya sido adquirida con arreglo a las
leyes civiles. Allí se señala que el Estado no puede desconocer este derecho, ni
vulnerarlo, por medio de leyes posteriores. No obstante, lo anterior, el derecho a la
propiedad privada no es absoluto. De acuerdo con la Corte Constitucional, “el derecho de
propiedad no es un derecho fundamental ya que el constituyente no lo ha dotado de esa
precisa naturaleza y no se encuentra en el orden como tal derecho, si bien se lo reconoce
como un derecho constitucional, se lo hace como un derecho de segunda generación,
esto es, como un derecho adscrito al ámbito de los derechos sociales, económicos y
culturales.
Por ello, la jurisprudencia de la alta Corte Constitucional, (Sentencia C-740, 2003). Sólo
le ha reconocido al derecho de propiedad el carácter de derecho fundamental cuando está
en relación inescindible con otros derechos originariamente fundamentales y su
vulneración compromete el mínimo vital de las personas. Esta sentencia nos pareció
importante para enfocarlo a nuestro trabajo ya que dependiendo de lo factico y de lo
jurídico de un proceso de extinción de dominio, podemos relacionar o entrelazar el
derecho al mínimo vital al derecho a la propiedad privada. Pero ojo, depende de las
actividades de gravedad de la que haga el sujeto.
En este sentido, para la Corte Constitucional el derecho a la propiedad en Colombia solo
es reconocido por el ordenamiento jurídico y protegido por el Estado, cuando ha sido
adquirido a través de trabajo honrado y conforme a las leyes civiles que lo regulan: “El
derecho de propiedad que la Constitución garantiza en su artículo 58 es el adquirido de
manera lícita, ajustada a las exigencias de la ley, sin daño ni ofensa a los particulares ni al
Estado y dentro de los límites que impone la moral social.
Pero hay que tener en cuenta un detalle importante que nadie puede exigir garantía ni
respeto a su propiedad cuando el título que ostenta está viciado, ya que si contraría los
postulados mínimos, jurídicos y éticos, que la sociedad proclama, el dominio y sus
componentes esenciales carecen de legitimidad”, esto lo encontramos en la (Sentencia
C-374, 1997). Esta limitación al derecho a la propiedad permite entender por qué razón el
constituyente, en el artículo 34 de la Carta Política, dispuso que “por sentencia judicial se
declarará extinguido el derecho de dominio sobre los bienes adquiridos mediante
enriquecimiento ilícito, en perjuicio del tesoro público o con grave deterioro de la moral
social”. De acuerdo con la Corte Constitucional, la extinción de dominio prevista en el
artículo 34 de la Constitución no es en estricto sentido una extinción del derecho de
dominio, sino una declaración de inexistencia del derecho, en el entendido de que este ha
sido privado de reconocimiento jurídico por no haber sido obtenido o ejercido con arreglo
al ordenamiento jurídico.
Específicamente y haciendo un análisis de estas sentencias objeto de estudio para este
trabajo referente a la propiedad privada, la Corte Constitucional ha explicado que en
realidad, la pérdida de la que habla el artículo acusado no es tal en estricto sentido, por
cuanto el derecho en cuestión no se hallaba jurídicamente protegido, sino que
corresponde a la exteriorización a posteriori de que ello era así, por lo cual se extingue o
desaparece la apariencia de propiedad existente hasta el momento de ser desvirtuada por
la sentencia. Es claro que, mientras tal providencia no esté en firme, ha de presumirse
que dicha apariencia corresponde a la realidad, pues suponer lo contrario implicaría
desconocer las presunciones de inocencia y buena fe plasmadas en la Constitución, pero
ya ejecutoriado el fallo, acaba esa apariencia, entendiéndose que sustancialmente, y a
pesar de haber estado ella formalmente reconocida, jamás se consolidó el derecho de
propiedad en cabeza de quien decía ser su titular” (Sentencia C-374 de1997).
De acuerdo a lo anterior puede sostenerse que la persona que ha adquirido el dominio de
un bien por medio de conductas que contravienen el ordenamiento jurídico, que causan
daño al Estado o a otros particulares, o que provocan un grave deterioro de la moral
social, no es verdadero titular de un derecho de propiedad digno de reconocimiento ni
protección. Esta persona solo es titular del derecho de dominio en apariencia, toda vez
que, ante la ilegitimidad de su origen, en realidad este derecho nunca fue merecedor de
reconocimiento jurídico. Por esta razón la Corte Constitucional ha fijado su posición, en el
sentido de que la sentencia de extinción de dominio es de naturaleza declarativa, como
quiera que ella declara que la persona no es en realidad titular de un derecho de
propiedad digno de reconocimiento y protección jurídica, por cuanto el dominio del bien
fue adquirido por medios que contravienen los postulados morales básicos sobre los
cuales se funda el Estado colombiano. Y como consecuencia de esa declaración, los
bienes ilícitamente adquiridos deben pasar al Estado, sin compensación ni retribución
alguna, para que ellos sean utilizados en beneficio común.
Así las cosas, es por ello que decidimos abarcar el tema de la propiedad, en el sentido
opuesto de las posiciones de la corte constitucional, ya que deberían existir o que
extinguiera el derecho de la propiedad privada por delitos graves, claro está, respetando
los derechos que trae en si la nueva ley de extinción de dominio y que fue objeto de
exposición. Es por ello que se debe valorar como tal la gravedad de la conducta y que el
bien jurídico tutelado por el estado se vea efectivamente lesionado y no se abra una
investigación o un proceso por encontrar un bajo de sustancias alucinógenas en una
vivienda ya que prima más el derecho a una vivienda digna y a la propiedad y porque no a
la vida dependiendo desde la calidad de vida del demandado que la salud pública, claro
está valorando la conducta y que cantidad en toneladas encontradas, que en pequeñas
cantidades, que no ameriten el proceso de la extinción. Claro está respetando las
garantías, el debido proceso. Esa es la propuesta del trabajo
Ahora bien, si empezamos hablar sobre la intemporalidad de la extinción de dominio, esta
no está libre de reparos. Un sector de la doctrina, integrada principalmente por penalistas
de orientación garantista, cuestionan el hecho de que la intemporalidad de la extinción de
dominio abre la posibilidad de que el Estado persiga bienes sin ningún límite temporal
hacia el pasado, lo que llevaría al absurdo de pensar en perseguir bienes provenientes,
afectando de manera directa el derecho a la propiedad. Al respecto, es importante tener
en cuenta que las causales de extinción de dominio están previstas directamente en la
Constitución Política. En lo que respecta a esta preocupación en particular, el artículo 34
de la Constitución dispone que la extinción procede respecto de los bienes provenientes
de conductas que afectan gravemente la moral social. En relación con el alcance de esa
disposición, la Corte Constitucional ha entendido que el Congreso tiene un amplio margen
de configuración legislativa para definir cuáles son esas conductas que afectan
gravemente la moral social, y que en ejercicio de esa facultad el legislador resolvió que
ellas son las definidas en la ley penal como delito, entonces este proceso tiene un alcance
mucho mayor puesto que el legislador pone de presente cuales son esas causales, como
por ejemplo las que refiere la ley 1708 de 2014.
Entonces partiendo de la decisión del legislador de referir las conductas que afectan
gravemente la moral social a aquellas que están descritas en la ley penal como delito
tiene una consecuencia muy importante, consistente en someter la aplicación de la
extinción de dominio a la vigencia de la ley penal. Así para efectos de esta causal. La
extinción de dominio y la acción de extinción de dominio en Colombia solo puede
aplicarse respecto de los bienes adquiridos mediante conductas que para la época en que
fueron cometidas ya estaban previstas como delito, siempre y cuando ameriten la
modalidad y la gravedad como tal del tipo penal.
No es que queramos que este procedimiento de extinción de dominio sea arbitrario, No ni
más faltaba lo que buscamos es un desgate judicial por delitos de poca relevancia que
dan origen a una apertura de un proceso de extinción de dominio.
Para estos casos en especial hay que tener presente la buena fe, no siempre se puede
tener la razón el estado porque la propiedad privada debe siempre prevalecer, por
ejemplo: el artículo 83 de la Constitución Política establece que “las actuaciones de los
particulares y de las autoridades públicas deberán ceñirse a los postulados de la buena
fe, la cual se presumirá en todas las gestiones que ellos adelanten ante estas”. Esta
buena fe constituye un límite material a la extinción de dominio, cuando ella reúne las
características necesarias para dar origen a un derecho digno de reconocimiento y
protección jurídica. Es decir, cuando se trata de una buena fe cualificada o, como también
se le conoce como una buena fe creadora de derecho.
De lo anterior, en efecto, la doctrina dominante en materia civil reconoce dos clases de
buena fe. De un lado tenemos “la buena fe simple, que equivale a obrar con lealtad,
rectitud y honestidad, es la que se exige normalmente a las personas en todas sus
actuaciones. El Código Civil, al referirse a la adquisición de la propiedad, la define en el
artículo 768 como la conciencia de haberse adquirido el dominio de la cosa por medios
legítimos, exentos de fraude y de todo otro vicio. Esta buena fe se denomina simple, por
cuanto, si bien surte efectos en el ordenamiento jurídico, estos solo consisten en cierta
protección que se otorga a quien así obra. Es así que, si alguien de buena fe adquiere el
derecho de dominio sobre un bien cuyo titular no era el verdadero propietario, la ley le
otorga ciertas garantías o beneficios, que si bien no alcanzan a impedir la pérdida del
derecho sí aminoran sus efectos. Tal es el caso del poseedor de buena fe condenado a la
restitución del bien, quien no será condenado al pago de los frutos producidos por la cosa
(C. C. art. 964 párr. 3º); o del poseedor de buena fe que adquiere la facultad de hacer
suya la cosa poseída (C. C. arts. 2528 y 2529)” (Sentencia C-1007, 2002).
adecuadamente una máxima legada por el antiguo derecho al moderno: ‘Error communis
facit jus’, y que ha sido desarrollada en nuestro país por la doctrina desde hace más de
cuarenta años” (Sentencia C-1007, 2002).
Ahora bien, es muy importante aclarar que no se trata en este caso de una buena fe que
subsane, limpie, lave o repare los vicios o defectos de la tradición. Se trata de una buena
fe que da origen a un derecho nuevo, digno de reconocimiento y protección jurídica. Un
derecho que no se deriva en un acto de tradición o transferencia, sino en la buena fe
cualificada con que actuó el sujeto. En efecto, como lo aclara la Corte, nadie puede
transferir lo que no tiene. De manera que quien ha adquirido un bien de manera ilícita no
es realmente propietario del bien, y por lo tanto no puede transferir válidamente la
propiedad. Asimismo, quien siendo legítimo propietario ha perdido el derecho de dominio
a causa de haber destinado el bien a un fin ilícito, no puede transferir válidamente el
derecho que ya no tiene. En ambos casos, el tercero adquirente no recibe derecho alguno
de parte del “tradente”, porque ninguno de ellos tiene derecho alguno que transferirle.
Esto significa que el derecho que se le protege y respeta al tercero de buena fe exenta de
culpa no es el derecho de propiedad adquirido de quien le vendió o permutó el bien. Lo
que se le protege y respeta es el derecho de propiedad que se originó en su buena fe
cualificada; o sea, el derecho creado por su buena fe exenta de culpa.
De acuerdo a lo que hemos explicado, sobre las modalidades, la gravedad de la
conducta, la buena fe, la propiedad privada, las sentencias expuesta en el presente
trabajo, nos permitimos traer la sentencia No. 110010704014201000007 02 del Tribunal
Superior del distrito Judicial de Bogotá, sala de extinción de Dominio donde un sujeto fue
despojado de su bien inmueble en virtud que las autoridades por el hallazgo de 21.2 gr de
cannabis y 17.38 gr de cocaína, cantidad muy mínima como para que el bien inmueble
fuese sujeto de extinción de dominio, tema de verdad de nuestro trabajo, es por ello que
proponemos cantidades importantes con el objeto de evitar en si estos atropellos desde
nuestro punto de vista.
De la sentencia, se puede extraer el hallazgo de las referidas sustancias, en el inmueble
ubicado en la diagonal 6 B núm.14 - 72, barrio El Danubio, del municipio de Tocaima,
Cundinamarca, identificado con matrícula inmobiliaria núm.307-21904, que figura a
nombre de Guillermo Infante Olano, lo cual se consideró que estas sustancias eran
exclusivas para la comercialización de estupefacientes.
A un que fue apelada la sentencia en primera instancia concretando la inconformidad en
que, se irrespetaron las garantías constitucionales y legales de su poderdante. Lo
anterior, porque el material probatorio fue valorado indebidamente, en atención a que dio
certeza sobre el hallazgo de estupefacientes en una segunda diligencia de allanamiento y
registro realizado al inmueble, desconociéndose la existencia de prueba pericial que así lo
determinara; razón por la cual, considera, no está demostrada la ilícita destinación del
inmueble, máxime, porque en la primera de aquéllas la sustancia encontrada era
propiedad de quienes no residían en él.
Pero el tribunal acogiendo lo que señala la Corte Constitucional en la sentencia C-389
de1994, con ponencia del Magistrado, doctor Antonio Barrera Carbonell, se pronunció
frente a la función social que demanda la propiedad, así: “la función social se traduce en
la necesidad de que el propietario de un bien lo aproveche económicamente, utilizando
los sistemas racionales de explotación y tecnologías que se adecuen a sus calidades
naturales y que permitan la utilización de los recursos naturales, buscando al mismo
tiempo su preservación y la protección ambiental. La explotación del bien o de su
aprovechamiento irracional y degradante, supone de hecho la violación del principio de la
función social de la propiedad y autoriza naturalmente la extinción del dominio del
propietario improvidente o abusivo.”
Y garantizando el debido proceso en cada actuación, declaró la extinción de dominio
referenciado anteriormente.
hora bien frente a este caso en particular, para nuestro punto de vista no se valoró la
gravedad y la modalidad, es por eso que para nosotros no estaba bien que el bien
inmueble fuese objeto de extinción de dominio. La propiedad y el derecho de tener una
vivienda fue afectado por delitos de poca relevancia y es esto a lo que proponemos que,
aunque se presentó una actividad ilícita no debió ser extinguido puesto que la gravedad
no era tan importante, aquí en este escenario primaria el derecho a la propiedad privada
garantizada a un así por los tratados internacionales ratificados por Colombia.

3. FUNDAMENTO JURIDICO DERECHO DE PROPIEDAD EN COLOMBIA


Dentro del ordenamiento jurídico colombiano el derecho a la propiedad privada está
protegido y regulado constitucionalmente, esto quiere decir, que es el estado quien es
garante de este derecho de propiedad, esto frente a sus titulares de derecho de dominio,
con esta apreciación es pertinente decir que el titular del derecho de propiedad sobre
cierto bien mueble o inmueble tendrá la facultad amplia de usar y gozar de dichos bienes
a su cabeza.
Dando respaldo jurídico a lo descrito en el párrafo anterior, es pertinente citar el artículo
58 de la constitución política de Colombia, el cual enuncia lo siguiente “Artículo 58. Se
garantizan la propiedad privada y los demás derechos adquiridos con arreglo a las leyes
civiles, los cuales no pueden ser desconocidos ni vulnerados por leyes posteriores.
Cuando de la aplicación de una ley expedida por motivos de utilidad pública o interés
social, resultaren en conflicto los derechos de los particulares con la necesidad por ella
reconocida, el interés privado deberá ceder al interés público o social. La propiedad es
una función social que implica obligaciones. Como tal, le es inherente una función
ecológica. El Estado protegerá y promoverá las formas asociativas y solidarias de
propiedad. Por motivos de utilidad pública o de interés social definidos por el legislador,
podrá haber expropiación mediante sentencia judicial e indemnización previa. Esta se
fijará consultando los intereses de la comunidad y del afectado. En los casos que
determine el legislador, dicha expropiación podrá adelantarse por vía administrativa,
sujeta a posterior acción contenciosa-administrativa, incluso respecto del precio”, es así
como podemos determinar que uno de los elementos esenciales del derecho de
propiedad, es que el titular de este derecho pueda disponer a su arbitrio y voluntad de sus
bienes, esto siempre y cuando lo haga respetando lo enmarcado por el artículo 58
constitucional citado anteriormente, no obstante, debemos tener también claro ,que el
derecho de propiedad no es de carácter absoluto o total , pues la misma norma
constitucional también hace refencia que este tiene una asignación social, y esto quiere
decir que existen excepciones frente al derecho de propiedad ,donde el estado podrá
ejercer su dominio frente a un titular de derecho de propiedad de un bien .
Y es precisamente la misma constitución política que nos muestra las diferentes
excepciones frente al derecho de propiedad, y para dar mayor claridad a este tema, se
citará el Artículo 59 de la constitución política de Colombia, el cual nos enuncia lo
siguiente “En caso de guerra y sólo para atender a sus requerimientos, la necesidad de
una expropiación podrá ser decretada por el Gobierno Nacional sin previa indemnización.
En el expresado caso, la propiedad inmueble sólo podrá ser temporalmente ocupada,
para atender a las necesidades de la guerra, o para destinar a ella sus productos. El
Estado será siempre responsable por las expropiaciones que el Gobierno haga por sí o
por medio de sus agentes” ,dando con esto respaldo jurídico frente a una de las
excepciones del derecho de propiedad , que sin más ni menos se trata de estados de
emergencia a raíz de una guerra ,donde el gobierno nacional procederá a ejecutar la
expropiación de un bien ,esto con el objetivo social e interés público y así poder cubrir
ciertas necesidades de guerra y salvaguardar el derecho a la vida de los gobernados .
Dentro del ordenamiento jurídico colombiano también se pueden apreciar otras
excepciones frente al derecho de propiedad, las cuales podemos desglosar como la
protección o atención a vulneración del medio ambiente, salvaguardar derecho ajeno, o
finalmente la protección de justicia y equidad la cual primara como interés general o
público frente al derecho de propiedad. Pero no solo podemos hablar de una protección
constitucional del derecho de propiedad, sino que también este se encuentra regulado por
normatividad especial, como lo es en este caso la legislación civil colombiana.
El código civil colombiano nos muestra el derecho de propiedad como aquel derecho real
de dominio, el cual en su artículo 669 lo define como “El dominio que se llama también
propiedad es el derecho real en una cosa corporal, para gozar y disponer de ella, no
siendo contra ley o contra derecho ajeno. La propiedad separada del goce de la cosa se
llama mera o nuda propiedad”, lo cual quiere decir que el titular de dominio de propiedad
podrá disponer frente a ella como disponga, siempre y cuando este no afecte un derecho
ajeno.

Para entender mucho mejor el derecho de dominio enmarcado por el código civil
colombiano, debemos también abarcar el concepto de derecho real, y es precisamente el
código civil en su artículo 665 que nos enuncia el concepto de derecho real de la
siguiente manera “Derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin respecto a
determinada persona .Son derechos reales el de dominio, el de herencia, los de
usufructo, uso o habitación, los de servidumbres activas, el de prenda y el de hipoteca.
De estos derechos. nacen las acciones reales”, y es así como vemos que el derecho de
propiedad no solo tiene respaldo constitucional sino que también un respaldo legal
otorgado por el legislador colombiano.

Habiendo hablado ya del derecho de propiedad, sus excepciones, y en lo que nos


respecta del derecho de dominio, entraremos a hablar sobre qué tipo de bienes recae el
derecho de propiedad, siendo pertinente aclarar que el derecho de propiedad no solo se
ejerce sobre cosas corporales, sino que también este está sujeto a cosas incorporales.

El código civil colombiano en sus capítulos 1 Y 2 nos muestra la definición y


características de las cosas corporales e incorporales sobre la cuales también se ejerce
derecho de dominio, el artículo 654 de la citada norma anterior refiere como cosas
corporales aquellas que se dividen en muebles o inmuebles, sobre lo cual es pertinente
citar los artículos 655 y 656 del código civil ,los cuales enmarcan lo siguiente ,artículo 655
“ Muebles son las que pueden transportarse de un lugar a otro, sea moviéndose ellas a sí
mismas como los animales (que por eso se llaman semovientes), sea que sólo se muevan
por una fuerza externa, como las cosas inanimadas. Exceptúense las que siendo muebles
por naturaleza se reputan inmuebles por su destino, según el artículo 658” , y lo que
compete al artículo 656 que enuncia lo siguiente “Inmuebles o fincas o bienes raíces son
las cosas que no pueden transportarse de un lugar a otro; como las tierras y minas, y las
que adhieren permanentemente a ellas, como los edificios, los árboles, las casas y
veredas se llaman predios o fundos”, dando con esto claridad frente a las cosas
corporales sujetas a derecho de propiedad .

Como anteriormente había mencionado el derecho de propiedad no solo recae sobre


cosas corporales, también sobre aquellas denominadas incorporales, y es el artículo 664
del código civil colombiano que nos brinda un respaldo jurídico a esta apreciación, donde
nos dice que las cosas incorporales son aquellas denominadas como derecho reales o
personales, sobre las cuales también recae el derecho de dominio.

Finalmente y para redondear el tema del derecho de propiedad, es pertinente decir que
las facultades que este otorga al titular en propiedad de un bien se pueden ver afectadas
cuando se esté frente a un proceso judicial de extinción de dominio, ya que es por este
que se limita el derecho de gozar de cierto bien , el derecho de enajenar cierto bien , y
ciertamente se perdería también el derecho de darlo en arrendamiento ,ya que dicho bien
contara con una medida cautelar sobre él ,solicitad por la fiscalía general de la nación
,esto pues dicho titular del derecho de propiedad vulnero los parámetro legales y
constitucionales para adquirir cierto bien objeto de una medida cautelar por parte del ente
investigador .

4. COMENTARIOS
ALEJANDRA ARCILA CASTILLO

Desde La existencia de la extinción de dominio, no se ha procurado en proteger el


derecho a la propiedad, de los que han adquirido este bien de forma licita con el
desconocimiento que a priori existía un actividad delictiva pero que por esta razón el
titular del bien es el afectado por esta acción de extinción de dominio, a pesar que obtuvo
el mismo de buena fe, para estas situaciones deben ser protegidos precisamente por las
garantías fundamentales y constitucionales, como el debido proceso, derecho a una vida
digna, derecho a la propiedad, el procedimiento de extinción de dominio debería existir
una investigación exhaustiva procurando proteger este derecho, en el entendido de que
no existan dilaciones injustificadas dentro lo que dure el proceso de la extinción en el
entendido de los que adquirieron la titularidad del bien exenta de culpa

JULIAN ESTEBAN MORALES ACOSTA

Desde mi concepto jurídico puedo argumentar que el derecho de propiedad asemeja y


puede ser tomado como un derecho fundamental y así lo ha venido reconociendo la corte
constitucional colombiana, esto a raíz de muchas violaciones a este derecho. Derecho
que está protegido constitucionalmente, dentro de este derecho puedo decir que se
encuentra un sin número de cualidades y bondades que puede ejercer el titular de este
derecho frente a él bien que posea a su nombre, esto significa que la carta magna le
brinda la oportunidad de administrar sus bienes en propiedad de la manera que le
parezca, pero cabe aclarar que como todo en derecho tiene su regla o excepción a
cumplir ,esto quiere decir que este derecho no es absoluto ,puesto que este se deberá
ejercer sin vulnerar derechos ajenos , tema que es de análisis en mi presente trabajo
,puesto que de allí es de donde surge o nace a la vía jurídica la acción penal de extinción
de dominio ,la cual es ejercida por la fiscalía general de la nación ,entidad que está
legitimada por la ley 1708 de 2014 , normatividad que delega y facultad a la fiscalía
general de la nación para investigar ,coordinar ,solicitar medidas cautelares y administrar
los bienes objeto de la extinción de dominio .
El derecho de propiedad no es absoluto, puesto que este estará viciado si es adquirido
infringiendo el ordenamiento jurídico o desconociendo derechos ajenos, esto amparado
por la constitución política de Colombia y la ley 1708 de 2014.Una vez dicho lo anterior
iré en contraposición de lo argumentado en la ley 1708 de 2014 esto frente a la afectación
de terceros, y esto a manera de ejemplo hablando de la afectación que puede llegar tener
un arrendador frente a su derecho de propiedad, dado que la ley 1708 de 2014 le delega
al arrendador propietario de un bien arrendado la obligación de ejercer control sobre el
bien que da en arrendamiento , argumentando que este debe vigilar y controlar la estancia
del arrendatario en su bien inmueble arrendado, esto para evitar futuros problemas
legales , ya que si la persona que es arrendatario ejercer actos delictivos en esa
vivienda ,dicha vivienda puede verse inmersa en causales de extinción de dominio,
apreciación que para mí es injusta y subjetiva ,puesto que no todos los arrendadores
pueden y gozan de la facilidad de estar pendientes de sus bienes en propiedad que dan
en arrendamiento ,esto como primer argumento de mi objeción , puesto que seguido de
esto argumentare que no todos los arrendadores otorgan contrato de arrendamiento
escrito ,y por el contrario amparados en las reglas de la costumbre lo hacen de manera
verbal ,surgiendo esto como problema frente a la acción de extinción de dominio .

CESAR TAPIA

Como siempre nos hemos referido en el trabajo, el derecho como tal que tiene toda
persona de estar inmerso en un proceso de Extinción de dominio, el trabajo que
realizamos seria como tal una propuesta de valorar los hechos, la gravedad del asunto, la
modalidad, la presunción de la buena fe que refiere la ley para estos procesos. Entonces
estaríamos frente a un escenario de evaluación y análisis jurídico para que se pueda
adelantar por las autoridades si es viable adelantar un proceso de este tipo.
Como se expuso en el trabajo, no es dable que un bien inmueble sea objeto de extinción
por casos de ley 30 donde el gramaje encontrado no afecta como tal el bien jurídico
protegido por el estado y en estos eventos se debe proteger la propiedad privada que
garantiza los tratados internacionales y la constitución política de Colombia.

BRAYAN HURTADO ALGARRA


Teniendo en cuenta la presente Ley 1078 de 2014 puedo decir que la extinción de
dominio es una consecuencia patrimonial de actividades irregulares que deterioran
gravemente la moral social, consistente en la declaración de titularidad a favor del Estado
de los bienes a que se refiere esta ley, por sentencia, sin contraprestación ni
compensación de naturaleza alguna para el afectado, pues esta acción es de naturaleza
constitucional de carácter real y de contenido patrimonial procederá sobre cualquier bien,
independientemente de quien lo tenga en su poder o lo haya adquirido y también por otra
parte señala lo referente a los sujetos procesales, intervinientes, competencia por
conexidad, , reglas generales de competencia, providencias, notificaciones, recursos,
acción de revisión, nulidades, medidas cautelares, administración y destinación de los
bienes, controles de legalidad y demás expuestos, fue muy necesaria la creación de esta
ley para el bien común de la sociedad.
REFERENCIAS

 http://bdigital.unal.edu.co/63935/1/TESIS%20FUNDAMENTOS%20E
%20IMPUTACI%C3%93N%20EN%20MATERIA%20DE%20EXTINCI%C3%93N
%20DEL%20DERECHO%20D recuperado el 17 de mayo de 2020

 http://semillerodederechoprocesal.blogspot.com/2010/11/principio-de-
contradiccion.html recuperado el 17 de mayo de 2020

 https://repository.ugc.edu.co/bitstream/handle/11396/4800/Tercero_extinci
%C3%B3n_dominio_arrendamiento.pdf?sequence=1&isAllowed=y
recuperado 17 de mayo de 2020

 https://www.unodc.org/documents/colombia/2017/Marzo/La_extincion_del_derech
o_de_dominio_en_Colombia.pdf recuperado el 17 de mayo de 2020

sentencias

 Sentencia T 530 de 2011 /


https://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2011/T-530-11.htm
 sentencia c 740 de 2003
https://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2003/C-740-03.htm

 sentencia c 374 de 1997


https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1997/c-374-97.htm
 sentencia c918 de 2010 https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2010/T-
918-10.htm
 sentencia c247 de 1995 https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1995/C-
247-95.htm
 sentencia c 1007 de 2002
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2002/C-1007-02.htm

 constitución política de Colombia / Artículos: 83,34,53,29,1,51

 código civil artículos:964,768,2528,2529,658,656,

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