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Fausto XXI

En este ensayo expondré mi perspectiva sobre el Fausto de Marlowe y como este existiría
en la actualidad, en el siglo XXI. Para empezar, analizaré brevemente la obra de Marlowe,
sus características, su línea conductora y sus personajes, para así continuar con una
comparación entre el mundo Isabelino y el mundo actual. Posteriormente, plantearé un caso
hipotético dónde Fausto exista en las condiciones presentes, transportando, a partir de la
comparación antes hecha, los elementos de este personaje y de todo lo que le rodea a la
actualidad, para así, quizá acercar este personaje y su tragedia a los ojos de una sociedad
cinco siglos posterior a la del autor.
Como dije antes, para empezar, haré un corto análisis de lo que entendí, y de lo que observé
en la obra de Marlowe, además de algunos comentarios y análisis realizados en clase por
mis compañeros y la profesora. La obra de Fausto empieza entonces con una introducción
de este personaje, Fausto, quien es un en resumidas cuentas un sabio, un científico, un
letrado de las ciencias del momento. Fausto, cansado de conocer y dominar todo lo que hay
por conocer, al menos según Aristóteles, aún no está satisfecho, y aburrido e insatisfecho
busca adentrarse en la magia y la necromancia, campos temidos por la sociedad ya que
injuria contra Dios y la iglesia.
Pero para Fausto, la teología representa únicamente una incongruencia, ya que, según la
lógica cristiana, el pecado es condenado con la muerte, y todos los hombres son pecadores,
ergo, todos los hombres están condenados. Eso, para Fausto, no tiene sentido, porque él,
más que salvar vidas desde la medicina, quiere revivir a los muertos e impedir que la gente
muera. Entonces, Fausto, escéptico de la teología y lo metafísico, invoca a Mefistófeles,
con quien hace un pacto con el diablo para así obtener todo lo que el quiera en un plazo de
24 años.
Posteriormente, a lo largo de la obra, vemos a Fausto en una lucha entre la ambición de
conocimiento y el arrepentimiento de esta decisión. Muchas veces, esta lucha es una lucha
personal, soliloquios dónde este personaje duda de haber hecho lo correcto, en otras
ocasiones, es una lucha externa, como la representan claramente los ángeles; el ángel
bueno, que busca que Fausto se arrepienta y vuelva al camino de dios, y el ángel malo, que
le insiste que siga por el camino de sus ambiciones. Esta lucha entre el “bien” y el “mal”
también la vemos en diferentes personajes, El viejo y Los estudiantes, que en mi opinión
representan la moral común, la moral del pueblo, la moral cristiana; y, por otro lado,
personajes como Mefistófeles, Belcebú, Lucifer y los amigos que lo llevan a adentrarse en
la necromancia, representan los lujos que trae consigo la formalización del contrato.
Vemos entonces varias cosas. Por un lado, Fausto, el personaje principal, es un hombre de
grandes conocimientos que vive constantemente insatisfecho, y busca la forma de obtener
lo que quiere sin importar el precio, sin embargo, es un personaje también muy intelectual,
sabe entonces muy bien en lo que se está metiendo, es decir, las consecuencias de sus actos
no son errores, podría decir que fueron calculadas. Sin embargo, también es humano, y
duda, teme, desea y ambiciona. Eso se ve claramente es en sus parlamentos, incluso sus
deseos llegan a ser carnales y lujuriosos, como es su primer deseo, una mujer, y el última
una mujer, Helena. Eso es Fausto, un hombre insatisfecho con lo adquirible por sus propios
medios.
Por otro lado, vemos también la moral, el bien y el mal, Dios y Lucifer, el paraíso y el
infierno. Diría que este es el engranaje principal de la obra; el motor irrefutable es la
ambición de Fausto, pero el engranaje que mueve este motor es la moral. En un mundo
actual esto no sería igual, en mi opinión. Hoy en día a pesar de que sigue existiendo una
minoría no religiosa, y una aún mayor atea, existen y son normalizadas más religiones.
Entonces, en un mundo moderno, existen alrededor del mundo religiones para todos, de las
cuales muchas imparten diferentes valores. Esto en resumidas cuentas significa que la
moral del mundo actual difiere en gran medida de la moral del mundo Isabelino, ya que
ahora la libertad de culto existe, y nuestros valores no son impartidos directamente por una
religión autoritaria.
Entonces, si transportásemos a Fausto, al mundo actual; manteniendo sus características
que además de irremplazables me parecen atemporales. Veríamos una obra, en esencia,
muy similar a la de Marlowe, sin embargo, algunas cosas cambiarían. Esta institución
necesariamente tendría que cambiar. Ya no es una lucha fundamentada en la religión, sino
más bien en entidades de poder modernas; podría ser la ley. Fausto en vez de escoger entre
moralidad cristiana podría escoger entre lo legal y lo ilegal.
Sin embargo, a mi parecer no se puede cambiar nada del personaje de Fausto, su ambición
de poder y de conocimiento debe mantenerse. Entonces, aunque en el Fausto del siglo XXI
la lucha moral sea entre lo licito y lo ilícito, el personaje debe desenvolverse en una
práctica (o practicas) diferente, ya no la necromancia sino más bien, podría ser el crimen
organizado. Más que una obra al estilo Pablo Escobar, esperaría un Fausto en un mundo
cercano a El Padrino.
Seguramente, surgirá la duda de ¿por qué escoger el crimen organizado?, de hecho, esta
selección sería un poco más acorde para el siglo pasado, sin embargo, no quería caer en
temas que considero ridículos y agobiantes como el narcotráfico, aún más en un país tan
reconocido por eso. Sin embargo, el crimen organizado, que bien podría llamársele mafia,
tiene la ventaja al hacer esta comparación por su valor moral.
Por un lado, está claramente mal visto socialmente, al menos por la mayoría de “buenos
cristianos” que habitan las sociedades, lo cual nos acerca bastante a lo mal visto que era la
necromancia, aunque claro… supongo que ser el jefe de la mafia no se compara con el
castigo eterno en el infierno. Pero, en el siglo XXI no se cree en el castigo eterno, en este
siglo vemos a la gente mala salirse con la suya siempre y cuando tengan poder, y solo lo
vemos caer si alguien con más poder así lo quiere.
Por otro lado, el crimen organizado provee aquello que Fausto tanto quiere, poder. Quizá
no suministre conocimiento, sin embargo, tras analizar la obra y a este personaje, llegué a la
conclusión de que aquellos conocimientos que Fausto adquirió a través de la necromancia
no fueron usados exclusivamente para obtener poder y renombre. A la larga, ni siquiera
consiguió superar la muerte, cosa que al inicio de la obra le interesaba tanto. Por lo tanto,
decido cambiar la búsqueda de conocimiento por dinero. En ese entonces el conocimiento
era un gran motor de la sociedad, por eso las grandes mentes que hoy rememoramos vienen
del 1500 al 1600, sin contar a los antiguos griegos; quizá desde 1400, con da Vinci y el
renacimiento. Sin embargo, en el mundo actual solo existe un gran motor, el dinero.
Finalmente, los personajes secundarios. Tendríamos un Lucifer que sería jefe de la mafia y
a Mefistófeles, que, siguiendo la idea del crimen organizado, sería el capo. Estos
personajes, en vez de ser el famoso príncipe del infierno lideraría una Mafia, y en vez de
tener poderes sobrenaturales de poder traer al espíritu de Helena o unas uvas de la India,
tendrían el único poder real en el mundo actual, dinero; mucho dinero.
Entonces, así tenemos conformados los elementos que compondrán nuestro Fausto XXI, en
primer lugar, un Fausto que busca poder a través del dinero, en vez de a través del
conocimiento (este punto me hace dudar un poco de la verosimilitud del personaje, pero me
parece la decisión más acertada). Por otro lado, una moralidad dirigida hacia lo legal y lo
ilegal, en vez de hacia lo bueno y lo malo (religiosamente). Y finalmente una organización
de esta moralidad a través del crimen organizado, en vez de la iglesia.
Así entonces, tenemos nuestra obra. Fausto, tenta por el poder de hacer lo que el quiera
busca el dinero. La forma más fácil para conseguirlo, y gracias al consejo de dos amigos, es
a través del crimen organizado. Entonces presta sus servicios a la mafia. Sin embargo, la
ilegalidad que trae consigo el crimen organizado, desde asesinatos, vendettas, trafico de
armas, alcohol y drogas, sobornos, lavado de dinero, entre otras cosas, llevan a Fausto a
dudar de su decisión. En esta versión, Fausto debería ser docto en economía, ese es el
servicio que le presta a la mafia y además es la razón por la que convive con estudiantes.
Finalmente, el castigo eterno que Fausto tendría que pagar sería lógicamente ir a la cárcel.
Pero creo yo que las pruebas de fe por las cuales tiene que pasar en la versión original se
verían traducidas en esta versión a pruebas de lealtad, muy comunes en la mafia, y que
representan un gran reto moral, porque usualmente, conlleva a asesinatos o lesiones físicas
a otras personas. Esto sirve en gran medida a romper el espíritu de Fausto, entonces, creería
que el ángel bueno y el malo serían remplazables o por soliloquios de contradicciones del
mismo Fausto, o personificaciones de su conciencia.
Sin embargo, para concluir este trabajo quiero decir que, esta obra me parece atemporal tal
cual es; a pesar de que como ya expuse antes, muchas cosas han cambiado. En la sociedad
actual sigue existiendo una tradición de valores cristianos, de moral del bien o mal, de
ambición y búsqueda incansable por el poder, puede que los primeros dos puntos ya no
rijan nuestras vidas, mayormente porque la iglesia ya no quema a quienes van en contra de
ella, pero todo esto sigue arraigado a nuestras sociedades. Creo yo que la razón de esto es
porque el eje y el motor de la obra es la ambición de Fausto, y sin querer entrar a teorías
filosóficas, creo yo que esto, la ambición en innata del ser humano; por lo tanto, Fausto, y
la obra de Marlowe, es atemporal.

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