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Oxidación:  

Transformación química que se produce en la superficie de los metales,


especialmente el hierro y el acero, que provoca la destrucción de la misma; producida con
el oxígeno sobre un compuesto, provoca la herrumbre en el material
Se pueden producir en elementos componentes de una obra de construcción (desde
edificación hasta galpones industriales) cubren una gama variada de materiales que están
de un modo u otro afecto a deterioros, como lo son en elementos plásticos, madera y
hormigón.
Deterioros plásticos: Se presentan según su estructura
química. Los grupos con estructura muy ramificada (plásticos
termoestables) suelen estar muy entrecruzados y por ello su
deterioro es en la mayoría de los casos un fenómeno de
superficie.En general, el envejecimiento por el calor provoca
el endurecimiento y rigidez debido a la formación de enlaces
transversales continuos en todo el polímero
Deteriodo de la madera: es muy reducido. La
exposición prolongada de la madera a temperaturas
de 80°C o mayores produce una pérdida gradual de
resistencia, cuya velocidad aumenta con la
temperatura. Si está a la intemperie actúa sobre la
madera no protegida, deteriorándola, la luz del sol, la
humedad, el oxígeno y los restantes elementos
atmosféricos. Las reacciones de oxidación e hidrólisis
que aparecen entonces provocan en la madera
distorsiones, desprendimientos y roturas.
Deterioro del hormigón es afectado
desfavorablemente por sales de varias clases. Ciertos
tipos de hormigones se agrietan seriamente y llegan a
desintegrarse por la acción del mar, a veces sin que
estén sometidos a la acción de las olas. Los daños de
agua de mar sobre el hormigón los provocan
principalmente el sulfuro de magnesio, el cloruro de
magnesio y el dióxido de carbono. El agua salada se
introduce por las grietas y poros y disuelve el yeso, la
cal y los aluminatos que encuentra. El resultado es la expansión, seguida de roturas, con
destrucción de la estructura del hormigón y conversión de éste en masa blanda.
El concreto reforzado con varillas de acero es uno de los materiales de construcción más
ampliamente usados, sin embargo, las estructuras que los emplean tienen el
inconveniente de ser susceptibles a la corrosión.
Soluciones:
Las soluciones para prevenir la ocurrencia de la corrosión son variadas y dependen, en
gran medida, del ambiente al que estará expuesta la estructura a proteger. Entre ellas
tenemos:
Utilizar acero inoxidable en lugar de acero normal. Acero inoxidable es acero normal
mezclado con otros metales como níquel y cromo. Sin embargo, el coste del acero
inoxidable hace que éste no sea práctico para un uso diario, excepto para pequeños
elementos de ajuste como pernos y tuercas.
En el acero lo principal consiste en proteger el acero mediante la aplicación de una capa
protectora de otro metal más resistente (como zinc o zinc y aluminio) mediante procesos
por inmersión en caliente (las piezas individuales o la lámina continua pasan por cuba de
zinc fundido, previo proceso de limpieza, lavado, decapado y pasivado).

Recubrir el acero normal con plásticos especiales: El recubrimiento del acero con plásticos
especiales resistentes al desgaste constituye otra forma de protección contra la corrosión;
sin embargo, el alto coste que implica el proceso de recubrimiento (en talleres
especializados) hace que este método no sea práctico para uso diario.

Pintar el acero normal con pinturas especiales. El pintar el acero utilizando pinturas
especiales es el método más común de proteger grandes estructuras de acero. Al pintar el
acero, se deberán tener en cuenta los siguientes puntos:

 Las pinturas caseras normales no son adecuadas para el entorno marino debido a
que, al igual que algunos plásticos, envejecen con mucha rapidez cuando están
expuestas a los rayos del sol.
 El diesel, keroseno y la gasolina no son químicamente compatibles con las pinturas
marinas; habrá de utilizarse el diluyente de pintura apropiado.
 Se deberán utilizar guantes siempre que se manipulen pinturas basadas en epoxi.

No disponer los perfiles abiertos o de ángulos de manera que acumulen agua o polvo, que
son agentes que inducen la formación de corrosión o preocuparse de ocluir o completar
los filetes de soldadura en elementos a soldar a fin de evitar que se produzcan láminas de
humedad o agua entre ellos.
5. Vegetación parasita: Plantas generalmente herbáceas que crecen en las edificaciones
cuyas técnicas constructivas ofrecen condiciones para la germinación de semillas
transportadas por aves, favorecidas por la acumulación de materia orgánica y la humedad.
Referido a las patologías en la construcción, el concepto se extiende a las plantas que se
desarrollan, colonizan y obtienen toda el agua, el nitrógeno, y las sales minerales que
necesitan de la superficie en que se fijan, en estos casos, de estructuras materiales de
edificios, monumentos y esculturas, transformándolos en sus hospedantes. La
proliferación de vegetales en los edificios se considera una patología porque la generación
y desarrollo de los mismos va provocando el progresivo deterioro de los componentes a
causa de:

 Degradación de los recubrimientos al infiltrar filamentos de raíces en la estructura


interna de los mismos, ejerciendo presión.
 Formación de capilaridad que facilita el ingreso de agua en el material.
 Generación de anidamiento de otras especies, vegetales o animales.
 Degradación de los componentes de la construcción.
 Desprendimiento de fragmentos de recubrimiento y mampostería
 Debilitamiento de las condiciones estructurales, consecuencia de los esfuerzos
extras a los que se ven expuesta
 Retención de agua sobre las superficies, aumentando la humedad interna de los
materiales componentes
 Alojamiento de variedad de organismos, retroalimentándose.
 Modificación de la estética original del edificio o pieza escultural

Soluciones:
Al intervenir sobre un edificio, patrimonial o no, que ha sido infectado por plantas y
organismos, hay que considerar varios aspectos antes de actuar:

 No se debe retirar abruptamente, sin tener en cuenta la herida o marca que


quedara en la mapostería, recubrimiento o volumen escultórico, se debe realizar el
retiro de las mismas con cuidado.
 Aplicar un producto que deshidrate previamente a planta, para luego retirarla
suavemente.
 Es recomendable limpiar el rector donde se desarrolló la planta con cepillado
suave y posteriormente lavado del sector, dejando el área en condiciones de ser
sellado.
 Es importante sellar la oquedad que resulte de la extracción de la planta , cuando
son de tamaño considerable, para evitar dejar una vía clara y abierta de paso del
agua hacia el interior de la materia.
 Posteriormente, tratar la superficie del modo que requiera.
En edificios, monumentos y esculturas de valor patrimonial, el proceso es básicamente el
mismo, extremando las precauciones en el uso de los productos que se utilicen para evitar
el mayor deterioro e incluso la pérdida de fragmentos de la pieza a tratar, o la tinción del
mismo.
Recomendaciones:
La atención y limpieza periódica de las piezas / edificios evita que se acumulen residuos en
ángulos, desniveles y repliegues de la superficie, que conforman una base óptima para el
desarrollo y arraigo de plantas y organismos. La limpieza en seco, inicialmente, y el uso de
agua limpia, con barrido suave, es un buen recurso no permitiendo el desarrollo de
plantas.
Cada caso requerirá de una atención específica, según su mayor riesgo se presente en los
ángulos, en los ornamentos, en las tallas, en las fisuras (que indefectiblemente se generan
en las edificaciones, producto del constante movimiento, aunque imperceptible sea.
6. Eflorescencias: Cristales de sales, generalmente de color blanco, que se depositan en la
superficie de ladrillos, tejas y pisos cerámicos o de hormigón. Algunas sales solubles
en agua pueden ser transportadas por capilaridad a través de los materiales porosos y ser
depositadas en su superficie cuando se evapora el agua por efecto de los rayos solares y/o
del aire.
Son comunes en las edificaciones causantes de las humedades y es una lesión de tipo
químico que, aunque suele tener un impacto que afecta únicamente a la superficie del
paramento y la pintura, puede llegar a dañar al soporte sobre el que se encuentra, por el
deterioro que puede causar sobre él.

Se puede distinguir 2 tipos:

 Eflorescencia Primaria; Se forma debido a la humedad de la obra recién


terminada. Comúnmente este tipo de eflorescencia es inevitable, pero desaparece en
pocos meses.
 Eflorescencia Secundaria: Aparecen en obras de más de un año de antigüedad
debido a condiciones desfavorables propias de la estructura o del medio (alta porosidad,
elevada humedad permanente, defectos constructivos, etc.). Son evitables

Soluciones:

 Limpieza (agua a presión) con cepillo, posteriormente, la aplicación de una nueva


medida de protección para el soporte, debe hacerse en tiempo caluroso o seco
pues el agua puede volver a disolver más sales en el interior de los cerámicos.
 Para completar el proceso y evitar que vuelvan a aparecer estas antiestéticas
manchas es conveniente aplicar una protección extra a la fachada con un mortero
de reparación.
 En los casos en que las sales están incluidas en los morteros, materiales
cementicios o piezas cerámicas, la simple acción de la lluvia y el tiempo hacen
desaparecer las eflorescencias.
 Cuando el origen de las sales se encuentra en el terreno o agua de la zona y no
existe alguna barrera que impida su paso (ej.: pared de ladrillos de un sótano en
contacto directo con el suelo), deberá estudiarse una solución más compleja,
tratando de impermeabilizar la pared.
 Limpieza con ácido: esta práctica no es aconsejable debido a que puede penetrar a
través de las juntas, perjudicando la unión de los ladrillos o pisos.
Recomendaciones:
En primer lugar, no se deben usar aguas calcáreas para el amasado de morteros, y
utilizar un tipo de éstos con baja alcalinidad, de manera que no se vea favorecida la
formación de sales. Por otro lado, la aplicación de los morteros está desaconsejada en
condiciones de lluvia o alta humedad y es indispensable respetar los tiempos de
curado.
Asimismo, es necesario controlar la humedad, dependiendo de la que se presente, en
el caso de las condensaciones la solución es aplicar un sistema de aislamiento térmico;
mientras que para tratar la humedad por capilaridad se necesitará una mejora
constructiva, ya que estas provienen del subsuelo.
7. Suciedad: Depósito y acumulación de partículas y substancias contenidas en el aire atmosférico
tanto en la superficie exterior como en el interior de los poros de la misma.

Está estrechamente relacionado con otras lesiones de origen químico, ya que, por ejemplo, las
particulas ensuciantes que se adhieren a un paramento pueden llegar a reaccionar químicamente
con ciertos componentes de los materiales del mismo y provocar peligrosas patologías .En
consecuencia, cuanto mayor sea la cantidad de partículas ensuciantes contenidas en la atmósfera,
y cuanto más porosa sea la fachada, mayor será la posibilidad de que ésta se ensucie.

Los factores que intervienen en la formación y el desarrollo de las suciedades se pueden dividir en
tres grandes grupos: los relacionados con el clima o el aire atmosférico que afecta directamente a
la fachada, los que se refieren a la naturaleza de los materiales de la fachada y los que tienen que
ver con las características arquitectónicas de la misma.

Puede producirse:

 Por depósito: Cuando se depositan las partículas que ensucian en zonas de la fachada
poco expuestas, por simple gravedad o por efectos foréticos.
 Por erosión: Como consecuencia de la acción de agentes atmosféricos en fachadas y
cubiertas, especialmente en los sectores más expuestos de las mismas, como cornisas,
molduras, esquinas, balcones, etc.

Si los acabados son porosos la suciedad se acentúa debido a la capacidad de absorción de los
mismos poros

Soluciones:

 Solución húmeda: limpieza con agua caliente y una solución jabonosa o detergente activo
lanzado a presión.
 Solución seca: limpieza con chorro de arena y cepillo de púas de alambre de acero. Es un
procedimiento lento y costoso.

En todas las edificaciones y más aún en aquellas con preservación patrimonial, tendrá
connotaciones diferentes, pues depende del sistema constructivo, los materiales que
intervienen en la construcción, el tiempo de ejecución de la misma, factores ambientales y
propios de la edificación que con el tiempo se han desarrollado.

Recomendaciones: Se debe considerar la prevención, que se basa en la rápida evacuación


del agua de la fachada a través de elementos regulares o escupeaguas y/o la aplicación de
un producto impermeable transparente u opaco, que debería permitir la permeabilidad al
vapor de agua.
Deterioro de la madera:
Ataque Biológico (Hongos y xilófagos que destruyen la estructura de la madera y alteran
sus propiedades químicas y físicas).
Los hongos de pudrición son los que producen daños graves en la madera. Se alimentan de los
componentes de la pared celular llegando a provocar la destrucción completa de esta. Las hifas
producen productos químicos (encimas) que disuelven los nutrientes de la madera con los que se
alimentan. Su efecto es la pérdida de densidad y resistencia acompañados de un cambio de
coloración. En las etapas iniciales no es fácil reconocerlo ya que las hifas permanecen ocultas en su
interior. Según van desarrollándose la pudrición se va acentuando el cambio de color y la madera
comienza a perder peso. En la fase final del proceso se llega a la destrucción total de la estructura
de la madera con una pérdida completa de sus propiedades mecánicas.

Considerando que los hongos significan otro gran peligro


para la madera, ya que sirven de alimento a los insectos
xilófagos, cuya potencia destructora es muy similar a la de
los hongos, se considera que durante su crecimiento es
cuando los insectos causan un mayor daño a la madera y su
ataque consiste en la perforación de galerías en el material.
Cuando el diámetro de las galerías es pequeño, éstas
reciben el nombre de picaduras. De manera global y en
función de cómo se reproducen, los insectos xilófagos
suelen dividirse en dos tipos, los que se introducen en forma de huevos y no se reproducen a
expensas de la madera y los que se reproducen en la madera, que son los más dañinos. Insectos
xilófagos introducidos en forma de huevos. Se desarrollan en los árboles y no atacan a las maderas
en servicio, por lo que no afectan a los edificios.

El contenido mínimo de humedad en la madera, que permite su desarrollo, es del 18 al 20 %. Toda


madera con contenidos superiores a este valor está expuesta al ataque de los hongos y al
contrario, si el contenido de humedad es inferior a dicho umbral el ataque no puede desarrollarse.
El contenido de humedad óptimo está entre el 35 y el 50 %.

Degradación a causa de la luz solar: La madera expuesta a la luz solar sufre un cambio de la
coloración que inicialmente tienda al oscurecimiento en tono marrón. Posteriormente, toma un
color grisáceo. La radiación ultravioleta del espectro de la luz solar, degrada los componentes de la
madera comenzando por la lignina. Esto se traduce en un oscurecimiento superficial. Si incide el
agua de lluvia, los productos resultado de la degradación son eliminado por el agua y queda la
celulosa, meno sensible a las radiaciones, adquiriendo la superficie un color blanquecino. El
deterioro de la madera expuesta a la intemperie es muy lento. Generalmente se estima que la
profundidad destruida en un siglo de exposición es de 6 mm.

La exposición prolongada de la madera a temperaturas de 80°C o mayores produce una


pérdida gradual de resistencia, cuya velocidad aumenta con la temperatura. Si está a la
intemperie actúa sobre la madera no protegida, deteriorándola, la luz del sol, la humedad,
el oxígeno y los restantes elementos atmosféricos. Las reacciones de oxidación e hidrólisis
que aparecen entonces provocan en la madera distorsiones, desprendimientos y roturas.
Humedad por filtraciones o fuentes de agua.

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