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Recubrir el acero normal con plásticos especiales: El recubrimiento del acero con plásticos
especiales resistentes al desgaste constituye otra forma de protección contra la corrosión;
sin embargo, el alto coste que implica el proceso de recubrimiento (en talleres
especializados) hace que este método no sea práctico para uso diario.
Pintar el acero normal con pinturas especiales. El pintar el acero utilizando pinturas
especiales es el método más común de proteger grandes estructuras de acero. Al pintar el
acero, se deberán tener en cuenta los siguientes puntos:
Las pinturas caseras normales no son adecuadas para el entorno marino debido a
que, al igual que algunos plásticos, envejecen con mucha rapidez cuando están
expuestas a los rayos del sol.
El diesel, keroseno y la gasolina no son químicamente compatibles con las pinturas
marinas; habrá de utilizarse el diluyente de pintura apropiado.
Se deberán utilizar guantes siempre que se manipulen pinturas basadas en epoxi.
No disponer los perfiles abiertos o de ángulos de manera que acumulen agua o polvo, que
son agentes que inducen la formación de corrosión o preocuparse de ocluir o completar
los filetes de soldadura en elementos a soldar a fin de evitar que se produzcan láminas de
humedad o agua entre ellos.
5. Vegetación parasita: Plantas generalmente herbáceas que crecen en las edificaciones
cuyas técnicas constructivas ofrecen condiciones para la germinación de semillas
transportadas por aves, favorecidas por la acumulación de materia orgánica y la humedad.
Referido a las patologías en la construcción, el concepto se extiende a las plantas que se
desarrollan, colonizan y obtienen toda el agua, el nitrógeno, y las sales minerales que
necesitan de la superficie en que se fijan, en estos casos, de estructuras materiales de
edificios, monumentos y esculturas, transformándolos en sus hospedantes. La
proliferación de vegetales en los edificios se considera una patología porque la generación
y desarrollo de los mismos va provocando el progresivo deterioro de los componentes a
causa de:
Soluciones:
Al intervenir sobre un edificio, patrimonial o no, que ha sido infectado por plantas y
organismos, hay que considerar varios aspectos antes de actuar:
Soluciones:
Está estrechamente relacionado con otras lesiones de origen químico, ya que, por ejemplo, las
particulas ensuciantes que se adhieren a un paramento pueden llegar a reaccionar químicamente
con ciertos componentes de los materiales del mismo y provocar peligrosas patologías .En
consecuencia, cuanto mayor sea la cantidad de partículas ensuciantes contenidas en la atmósfera,
y cuanto más porosa sea la fachada, mayor será la posibilidad de que ésta se ensucie.
Los factores que intervienen en la formación y el desarrollo de las suciedades se pueden dividir en
tres grandes grupos: los relacionados con el clima o el aire atmosférico que afecta directamente a
la fachada, los que se refieren a la naturaleza de los materiales de la fachada y los que tienen que
ver con las características arquitectónicas de la misma.
Puede producirse:
Por depósito: Cuando se depositan las partículas que ensucian en zonas de la fachada
poco expuestas, por simple gravedad o por efectos foréticos.
Por erosión: Como consecuencia de la acción de agentes atmosféricos en fachadas y
cubiertas, especialmente en los sectores más expuestos de las mismas, como cornisas,
molduras, esquinas, balcones, etc.
Si los acabados son porosos la suciedad se acentúa debido a la capacidad de absorción de los
mismos poros
Soluciones:
Solución húmeda: limpieza con agua caliente y una solución jabonosa o detergente activo
lanzado a presión.
Solución seca: limpieza con chorro de arena y cepillo de púas de alambre de acero. Es un
procedimiento lento y costoso.
En todas las edificaciones y más aún en aquellas con preservación patrimonial, tendrá
connotaciones diferentes, pues depende del sistema constructivo, los materiales que
intervienen en la construcción, el tiempo de ejecución de la misma, factores ambientales y
propios de la edificación que con el tiempo se han desarrollado.
Degradación a causa de la luz solar: La madera expuesta a la luz solar sufre un cambio de la
coloración que inicialmente tienda al oscurecimiento en tono marrón. Posteriormente, toma un
color grisáceo. La radiación ultravioleta del espectro de la luz solar, degrada los componentes de la
madera comenzando por la lignina. Esto se traduce en un oscurecimiento superficial. Si incide el
agua de lluvia, los productos resultado de la degradación son eliminado por el agua y queda la
celulosa, meno sensible a las radiaciones, adquiriendo la superficie un color blanquecino. El
deterioro de la madera expuesta a la intemperie es muy lento. Generalmente se estima que la
profundidad destruida en un siglo de exposición es de 6 mm.