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XVIII.

EJECUTADORES TESTAMENTARIOS Y FIDUCIARIOS

EJECUTADORES TESTAMENTARIOS O ALBACEAS. Su concepto y


clases. Ejecutores testamentarios o albaceas son aquellas personas a quienes el
testador de el encargo de hacer ejecutar sus disposiciones. En algunas legislaciones
distintas a nuestra hay dos clases de albaceas: el albacea propiamente dicho o albacea
general, que tiene como atribuciones velar por la seguridad de los bienes de la
sucesión, pagar los legados y las deudas hereditarias, defender la validez del
testamento, etc. y el albacea fiduciario, que es el encargado de ejecutar los cargos
secretos y confidenciales del testador. Pero nuestro código prohíbe el nombramiento
de albacea propiamente dicho, y solo admite y regula el cargo de albacea o ejecutor
fiduciario, aunque sin llamarlo albacea. En cuanto a los ejecutores testamentarios
propiamente dichos, dispone que sean los mismos herederos o sus representantes
legales los ejecutores de las disposiciones del testador, sin duda por estimar
innecesario el nombramiento de otra persona parta tales fines y por evitar probables
conflictos entre herederos y albaceas. (Art. 1216)

Obligaciones de los ejecutores testamentarios. Los herederos o sus representantes


legales, como ejecutadores testamentarios, desde que aceptan la herencia están
obligados:

1º A dar noticia de la apertura de la sucesión por avisos publicados en el periódico


oficial y del departamento oficial y del departamento, si lo hubiere; o, no habiéndolo,
en carteles que se fijaran en tres de los lugares más frecuentados del lugar, para que
los acreedores y demás interesados puedan usar de su derecho. La misión de estas
diligencias hace responsables a los herederos que tengan la libre administración de sus
bienes, y a los respectivos tutores o curadores, de todo perjuicio que ello irrogue a los
acreedores. (Articulo 1218 y 1219).

2º Al pago de los legados y demás deudas testamentarias, cuando el testador no las


hubiera impuesto a un heredero o legatario en particular (Art. 1271).

Situaciones cuando hay pluralidad de herederos.

Habiendo dos o más herederos, todos aquellos, o sus representantes legales, obraran
de consumo durante la proindivisión de la herencia. En caso de la discordia, deberán
nombrar un administrador responsable que tome a su cargo los bienes; y si en este
nombramiento no se pusieren de acuerdo, lo hará el juez en subsidio. (Art. 1217).

EJECUTORES FIDUCIARIOS. Concepto. Ejecutor fiduciario es aquella persona a quien el


testador le encarga cumplir algunas disposiciones secretas suyas. De acuerdo con este
concepto dice el artículo 1220: ``El testador puede hacer encargados secretos y
confidenciales al heredero, y a cualquier otra persona mayor de edad que tenga la
libre administración de sus bienes, para que se invierta en uno o más objetos lícitos
una parte de sus bienes. El encargado de ejecutarlos se llama ejecutor fiduciario.

Características del ejecutor fiduciario.

1) El ejecutor fiduciario es un mandatario de carácter muy especial, ya que su


encargo debe cumplirlo después de la muerte del mandante y no puede ser
obligado en ningún caso a revelar el objeto del encargo secreto, ni a dar
cuenta de su administración. (Art-.1224);
2) Su nombramiento es solemne, porque debe otorgarse en el testamento mismo;
3) El ejecutor fiduciario debe ser una persona mayor de edad que tenga la libre
administración de sus bienes.

Requisitos para que el encargo sea válido.

1º Deberá designarse en el testamento la persona del ejecutor fiduciario.


2º El ejecutor fiduciario deberá tener las cualidades necesarias para ser
legatario, para lo cual no obstara su calidad de eclesiástico, con tal de que no
haya confesado o asistido al testador durante su última enfermedad, o
habitualmente en los dos años anteriores al testamento.
3º deberá expresarse en el testamento las especies o la determinada suma que
ha de entregarse al ejecutor fiduciario para el cumplimiento de su cargo.
Faltando cualquier de estos tres requisitos no es válida de la disposición
(Articulo 1221).

Juramento del ejecutor fiduciario. Previamente a la entrega de las especies o


dineros asignados al encargado, el ejecutor fiduciario deberá jurar ante el juez:

a) Que el encargo no tiene por objeto hacer pasar parte alguna de los bienes
del testador a una persona incapaz o invertirla en un objeto ilícito; y

b) Que desempeñara fiel y legalmente su encargo, sujetándose a la voluntad


del testador. Si el ejecutor fiduciario se negare a prestar este juramento,
caducara por el mismo hecho el encargo (Art 1222).

Caso en que el ejecutor fiduciario está obligado a rendir caución. El ejecuto


fiduciario podrá ser obligado, a instancia de un heredero, o del curador de le herencia
yacente, y con algún justo motivo, a dejar en depósito, o afianzar la cuarta parte de lo
que por razón del encargo se le entregue, para responder con esta suma, si el juez lo
creyere necesario para la seguridad de los interesados. Expirados los cuatro años
subsiguientes a la apertura de la sucesión, se devolverá al ejecutor fiduciario la parte
que reste, o se cancelara la caución (Art-1223).
XIX. LA PARTICION DE BIENES

CONCEPTO DE PARTICION. La partición de bienes es un conjunto completo de actos


encaminados a poner fin a; estado de indivisión mediante la liquidación y distribución,
entre los participes, del caudal poseído proindiviso, en partes o lotes que guarden
proporción con los derechos cuotativos de cada uno de ellos.

Aplicación general de la participación de los bienes. La partición de bienes de que


trata el titulo X del libro III del código civil tiene aplicación siempre que exista un
estado de indivisión, sea cual sea su origen. En consecuenica se aplica:

a) A La liquidación de la comunidad hereditaria, que es el caso más


importante, por lo cual el legislador reglamento la partición de bienes al
tratar de las sucesiones por causa de muerte;
b) A la liquidación de la sociedad conyugal;
c) A la participación de las cosas comunes en caso que exista un cuasi contrato
de comunidad; y
d) A la liquidación de las sociedades civiles.

Libertad de pedir la partición. Ninguno de los coasignatarios de una cosa universal o


singular está obligado a permanecer en indivisión; la partición del objeto asignado
puede pedirse siempre, salvo en los siguientes casos:

1) Cuando se ha estipulado la proindivisión, pues puede pactarse esta hasta por


cinco años, y cumplido este término puede renovarse el pacto;
2) En los casos de indivisión forzada, como en las cosas que por su naturaleza no
pueden ser objeto de partición como los lagos de dominio privado, los
derechos de servidumbres; o cuando la ley manda mantener las cosas indivisas.
( Art-1225)

Quien puede pedir la partición. Pueden pedirla:

a) Los comuneros o indivisarios;


b) Los herederos de los coasignatarios pero formaran en la partición una sola
persona, y no podrán obrar sino todos junto, o por medio de un procurador
común. (Artículo 1229);
c) El cónyuge sobreviviente por su porción conyugal;
d) El cesionario de los derechos de un coasignatario. (Artículo 1227)

Situación del asignatario sujeto a condición suspensiva. Si alguno de los


coasignatarios lo fuere bajo condición suspensiva, no tendrá derecho para pedir la
partición mientras penda la condición lo que, cumplida la condición, le corresponda.
(Artículo 1227).

Capacidad para ejercitar la acción de partición. Los tutores y curadores y, en general,


los que administren bienes ajenos por disposición de la ley, no podrán proceder a la
partición de las herencias o de los bienes raíces en que tengan parte sus pupilos, sin
autorización judicial. (Artículo 1230).

FORMAS DE HACER LA PARTICIÓN. La partición puede hacerse en tres formas: por el


propio testador, por los coasignatarios de común acuerdo, y por árbitro llamado
partido.

1º Partición hecha por el propio testador. Si el difunto ha hecho la partición por acto
entre vivos o por testamento, se pasara por ella en cuanto no fuere contraria a
derecho ajeno. (Artículo 1226). Es decir, que esa partición siempre que no vulnere los
derechos de terceras personas, como cuando ha omitido las asignaciones forzosas, y
que puede hacerse en dos ocasiones:

a) Por pacto entre vivos, en cuyo caso, habiendo en la masa hereditaria


bienes inmuebles, debe hacerse en escritura pública. (Articulo 1575
Numero 1); y
b) Por testamento, en cuyo caso este acto debe reunir las solemnidades
que le son propias.

2º Partición hecha de común acuerdo por los consignatarios. Aunque según el código
civil, la partición no puede hacerse en esta forma cuando entre los coasignatarios hay
incapaces. (Articulo1234). El código de procedimientos modifica esta disposición
estableciendo en su artículo 779 que también este caso pueden hacer la partición los
coasignatarios de común acuerdo, siempre que concurran los siguientes requisitos:

a) Que no se presenten cuestiones previas que resolver. Es decir, que no haya


entre ellos controversias, por ejemplo, sobre quienes son los herederos, que
parte corresponde a cada uno de ellos cuales son los bienes a partirse.

b) Que los interesados estén de acuerdo respecto a la forma de efectuar la


partición.
c) Que se haga tasación de los bienes por peritos nombrados en la forma
ordinario; pero puede omitirse esta tasación si el valor de los bienes se fija por
acuerdo unánime de las partes, o de sus representantes, con tal que existan en
los autos antecedentes que justifiquen la aparición hecha por las partes, o que
se trate de bienes muebles, o de fijar un mínimo para licitar bienes raíces con
admisión de postores extraños. (Artículo 791 del código de procedimientos).
d) Que la partición se apruebe judicialmente en los mismos casos en que sería
necesaria dicha aprobación si se procediera ante un partidor. Es decir, que la
partición se someta a la aprobación judicial cuando tenga interés en ella
personas ausentes que no hayan nombrado apoderado, o personas bajo tutela
o curaduría, o personas jurídicas. (Artículo 1252).

3º Partición hecho ante un partidor. La tercera forma de realizar la partición es ante


un juez árbitro que recibe el nombre de partidor; en tal caso nos encontramos ante un
juicio de partidor, que trataremos en lo que sigue de este capítulo y en los siguientes.

EL PARTIDOR. SUS CLASES Y REQUISITOS. Por regla general, el partidor es un árbitro


de derecho. Los árbitros pueden ser de dos clases:

1) Arbitrios de derecho, quienes dictan la sentencia conforme a derecho y a lo


alegado y probado, y en la forma con las solemnidades provenidas para los
de los juicios ordinarios; en cuanto a sus requisitos, deben ser Abogados, o
Doctores o Licenciados en Derecho, que estén en el pleno ejercicio de sus
derechos civiles; y
2) Arbitradores oh amigables componedores, quienes fallan sin sujeción a
formas legales y según su leal saber y entender; respecto a sus requisitos,
basta que sean varones, mayores de edad, que se hallen en el pleno goce
de sus derechos civiles y que sepan leer y escribir. (Artículos 116 y 117,
Numero 2, L.O.A.T., Y 874 Y 890 del Código de Procedimientos). Unos y
otros pueden ser recusados por causa legal. Solamente si las partes son
mayores de edad y libres administradores de sus bienes pueden darle a sus
árbitros el carácter de arbitradores. (Artículos 782, 856. 857 y 888 del
Código de Procedimientos).

Nombramiento del partidor. Quienes pueden hacerlo. El partidor debe ser siempre
uno solo, (Articulo 123), y puede ser nombrado en el orden siguiente: por el causante,
por los consignatarios de común acuerdo, y por el juez.

1. Nombramiento hecho por el causante: el causante puede nombrar el partidor


por acto entre vivos en escritura pública, o por testamento de cualquier clase,
pues la ley no distingue. El nombramiento hecho por el causante puede recaer
en un coasignatorio de la cosa cuya partición se trata. (Artículo 1233).
2. Nombramiento hecho por los coasignatorios: Si el causante no hizo el
nombramiento del partidor, pueden hacerlo los coasignatrios de común
acuerdo, y pueden recaer también en un coasginatorio de la cosa que se trata
de partir, pero si alguno de los coasignatorios no tiene la libre administración
de sus bienes, el nombramiento en todo caso deberá ser aprobado por el Juez.
(Artículos 1234 y 1235). Y debe hacerse en escritura pública siempre que no
necesite la aprobación judicial. (Artículos 782 y 850 del Código de
Procedimientos).
3. Nombramiento hecho por el Juez: La justicia ordinaria nombrara el partidor
cuando no lo haya hecho el causante, ni los coasignatorios se hayan puesto de
acuerdo respecto a la persona del partidor. En tal caso, el Juez, a petición de
cual quiera de ellos, nombrara un partidor a su arbitrio, con tal que sea
coasignatorio ni de los propuestos por las partes. (Artículo 1234, p. 2)

Aceptación y juramento del partidor. El partidor no está obligado a aceptar este


encargo contra su voluntad; pero si nombrado por testamento lo rechaza, sin probar
inconveniente grave que se lo impida se hará indigna de suceder al testador. No se
extiende esta causa de indignidad a los asignatarios forzosos en la cuantía en que lo
son. El partidor que acepta el cargo, deberá declararlo así, y jurara desempeñarlo con
la debida fidelidad y en el menor tiempo posible. (Artículos 1236 y 1237). La omisión
de esta formalidad produce una nulidad procesal.

Plazo que tiene el partidor para desempeñar el cargo. La ley señala al partidor, para
efectuar la partición, el término de seis meses, contados desde la aceptación de su
cargo. El testador podrá restringir pero no ampliar este plazo. Los coasignatorios
podrán ampliarlo o restringirlo, como mejor les parezca, a un contra la voluntad del
testador. En todo caso, de ese plazo se deducirá el tiempo durante el cual, por la
interposición de recurso o por otra causa, hubiere estado totalmente interrumpida la
jurisdicción del partidor. (Artículos 1242 del Código Civil y 781 del Código de
Procedimientos), o sea, que para el computo del plazo no se tomara en cuenta ese
tiempo.

Competencia del partidor. Regla general. El partidor se entenderá:

a) En todas las cuestiones relativas a la formación e impugnación de inventarios y


tasaciones;
b) A las cuentas de los ejecutores testamentarios, comuneros y administradores
de los bienes comunes; y
c) En todas las demás que la ley especialmente le encomiende, o que, debiendo
servir de base para la partición, no sometiere la ley de un modo expreso al
conocimiento de la justicia ordinaria. (Artículo 785, párrafo 1 del Código de
Procedimientos).

Excepciones:

1. Asuntos que nunca son de la competencia del partidor.


a) Corresponden a la justicia ordinaria, antes de procederse a la partición,
decidir las controversias sobre derechos a la sucesión por testamento o ad-
intestato, incapacidad o indignidad de los asignatarios.
b) También corresponde a la justicia ordinaria decidir las cuestiones sobre la
propiedad de los objetos en que alguien alegue un derecho exclusivo y que
en consecuencia no deban entrar en la masa partible, y no retardara la
partición por ellas. Decididas a favor de la masa portable, se procederá a
dividir estos objetos entre los participe conforme a sus derechos. Sin
embargo, cuando recayeren sobre una parte considerable de la masa
partible, podrá suspenderse la partición hasta que se decidan, si el Juez, a
petición de los asignatarios a quienes corresponda más de la mitad de la
masa partible, lo ordenare así. (Artículos 1240 y 1241).
2. Asuntos que pueden conocer tanto el partidor como la justicia ordinaria,
según las circunstancias:
a) La justicia ordinaria puede conocer también de la formación de inventarios
y de las cuestiones relativas a las cuentas y honorarios de los ejecutores
testamentarios, comuneros, administradores y tasadores, siempre que
estos no hubieren aceptado el compromiso, o que hubiere caducado o que
no estuvieren constituido a un. (Artículo 785, párrafo 2 del Código de
Procedimientos).
b) Mientras no se haya constituido el juicio divisorio, o cuando falte el árbitro
que debe entender en el, corresponderá a la justicia ordinaria decretar la
forma en que han de administrarse pro-indiviso los bienes comunes y
nombrar a los administradores, si no pusieren de acuerdo en ellos los
interesados. Organizado el compromiso y mientras subsista la jurisdicción
del partidor, a él corresponde entender en estas cuestiones, y continuar
conocen do en las que hubieren ya promovido o se promovieren con
ocasión de las medidas dictadas por la justicia ordinaria para la
administración de los bienes comunes. (Artículo 787 del Código de
Procedimientos);
c) Los terceros acreedores que tengan derechos que hacer valer sobre los
bienes comprendidos en la partición, podrán ocurrir al partidor o a la
justicia ordinaria, a su elección. (Artículo 790 del Código de
Procedimientos).

Responsabilidad del partidor. La responsabilidad del partidor se extiende hasta la


culpa leve; y en el caso de prevaricación, declara por el juez competente, a demás de
estar sujeto a la indemnización de perjuicios y a las penas legales que correspondan al
delito, se constituirá indigno de tener en la sucesión parte alguna, y restituirá todo lo
que haya recibido a titulo de retribución. (Artículo 1238). Además es responsable de
todo perjuicio causado a los acreedores por haber incumplido su obligación de formar
un lote o hijuela suficiente para cubrir las deudas conocidas, aunque no sea requerido
a ello por los herederos, y aun en el caso de que haya hecho la partición el difunto.
Este caso se presentaría para distribuir aquellos bienes que no fueren repartidos por el
causante. La omisión de este deber hará al partidor responsable de todo perjuicio
causado a los acreedores. (Artículo 1246).

CUESTIONES DE CARÁCTER PREVIO A LA PARTICION. Antes de efectuar la partición de


los bienes comunes, en muchos casos va ser necesario cumplir ciertos trámites y
diligencias previas, como son: la facción de inventario, tasación de bienes, designación
de curador del incapaz o del ausente, separación de patrimonios.

1) Inventario de los bienes comunes: a un que la ley no exige que antes de


proceder a la partición se efectué el inventario de los bienes comunes, en la
práctica se hace así. El inventario, lo mismo que la tasación, pueden hacerse
durante el curso de la partición, ya que el artículo 785 del Código de
Procedimientos le da al partidor competencia para ello.
2) Tasación de los bienes comunes: Para hacer la partición es indispensable tasar
los bienes comunes, pues solo en esa forma se puede determinar cuánto se
entregara a cada indivisario. La tasación deberá hacerse por peritos, aun que
también pueden hacerla las partes de común acuerdo en los casos del Artículo
791 del Código de Procedimientos, ya mencionado, ósea cuando existan en los
autos antecedentes que justifiquen la apreciación hecha por las partes, o que
se trate de bienes inmuebles, o de fijar un mínimum para licitar bienes raíces
con admisión de postores extraños.
3) Designación de un curador: Puede acontecer que tanto el incapaz como su
representante legal tengan interés en la partición, por ser comuneros. En tal
caso, no es posible que el representante actué en la partición por sí y en
representación del incapaz, y es necesario nombrar a este en curador especial
para que lo represente tanto en la designación del partidor como en la
partición misma. (Artículo 239). También debe nombrarse un curador de bienes
al ausente para que acepte la herencia por él con beneficio de inventario, y lo
represente en la partición y administre los bienes que se la adjudiquen.
(Artículo 1235, párrafo 2).
4) Separación de patrimonios: Si el patrimonio del difunto está confundido con
bienes pertenecientes a otras personas por razón de bienes propios o
gananciales del conyugue, contratos de sociedad, sucesiones anteriores
indivisas, u otro motivo cual quiera, se procederá en primer lugar a la
separación de patrimonios, dividiendo las especies comunes, según las reglas
legales de la partición. (Artículo 1251). En estos casos es cuando se presenta lo
que se llama el acervo bruto del patrimonio del causante, y para determinar el
acervo liquido, debe procederse a la separación de estos bienes haciendo la
correspondiente partición. No hay inconveniente para que un mismo partidor
efectué ambas particiones, la de los bienes del causante que estén confundidos
con los de esas otras y de la indivisión hereditaria; pero para ello es necesario
el consentimiento de los dueños de esos otros bienes, pues en caso contrario
habrá que nombrar otro partidor.

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