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Estar en la gracia

Cuando era niño, mi madre me llevó al médico para un control de rutina. Yo


pensaba que estaba en buena salud. Así que cuando el doctor preguntó que si
algo me dolía, le dije casualmente que me dolía la muñeca, pero que estaba bien,
probablemente me la había lastimado al andar en patineta. Al doctor no le gustó
mi comentario, así que realizó algunas radiografías; y, como consecuencia, esa
tarde me fui a casa con un yeso en la muñeca. Desde entonces me pregunto
ocasionalmente si habrá algo que esté mal de lo que yo no me haya dado cuenta.
¿Alguna vez te lo has preguntado? Un poco de hipocondria actuando en ti.
Te atemorizan cosas que podrían sucederte o a tus seres queridos. ¿Alguna vez
has luchado con lo que yo llamaría “hipocondríaco espiritual”? Piensas en tu
relación con el Señor; preguntándote si tú y Dios están bien. Si Dios está en
buenos términos contigo. Preguntándote si has perdido su amor. Oyes a los
pastores hablar sobre leer la Biblia y piensas: «No leo mucho mi Biblia, ¿eso
significa que Dios no me quiere?» Quiero que sepas desde un comienzo, Dios no
quiere que sus hijos vivan en miedo, duda o inseguridad. Dios quiere que sus hijos
estén libres del temor y la duda.
Pablo dice: Por lo tanto, habiendo sido justificados, tenemos paz con Dios. Dios
está interesado en hablar directamente sobre nuestro miedo, duda e inseguridad.
Has sido justificado por tu fe en Jesucristo y eso da paz con Dios. Al leer el
capítulo 5 de Romanos, se pone mejor. Pablo dice que, no solo ahora tienes paz
con Dios, sino que debido a tu fe en Jesús, estás en gracia. La gracia no es algo
para tomar a la ligera como creyentes, simplemente agradeciendo a Dios por
perdonarnos y salvarnos. Ese no es el único uso de gracia. Gracia es la casa en
donde vivimos. Es el traje que usamos. Es el océano en el que nadamos. La
gracia de Dios está siempre presente y viva. Siempre lista para derramar y ceder.
Pablo continúa diciendo: ¡Pero eso no es todo! Sufrimos con mucho gusto, porque
sabemos que el sufrimiento nos ayuda a soportar. Incluso en nuestros
sufrimientos, su gracia está viva y saludable. Cuando el sufrimiento se recibe con
gracia, produce resistencia. Resistencia significa soportar, mantenerse en el buen
camino y perseverar. La resistencia produce carácter probado; y eso, provoca
esperanza.
Seguridad a través del poder de Dios
Uno de los primeros dones de gracia mencionado en el libro de Romanos, habla
directamente de nuestros miedos. Habla de estas preguntas: una vez justificado
por Dios, ¿puedes perder esa justificación? ¿Puede Dios cambiar su forma de
pensar al respecto? ¿Puedes perderla o recuperarla? Hay muchos cristianos que
tienen buenas intenciones, pero ven la respuesta en la Biblia de una manera
diferente. Sin embargo, la respuesta de Pablo es: ¡no! Una vez que Dios justifica y
declara que eres justo, no puedes perder esa justificación. Esta respuesta se da
en varios libros de la Biblia, inclusive en Efesios, Romanos y 1 Pedro. Cuando una
persona elige a Cristo, Dios hace algo en ellos que prueba que están justificados
de una vez por todas. Esa prueba es la plenitud del Espíritu Santo.

Cuando Él da la plenitud del Espíritu Santo, en ese momento, obtienes la llenura


de Dios. Eres el templo del Espíritu Santo. No eres solo una parte de Dios, sino la
plenitud de Él. Las Escrituras dicen que la plenitud del Espíritu Santo, es un pago
inicial de la redención que Dios todavía tiene que hacer. Ahora, si Dios ha dado el
Espíritu Santo, ¿qué tan seguro estás de que Él vendrá y te redimirá por
completo? Nuestro Dios hace promesas y las cumple. Él es un Dios que hace
promesas y cumple ésas promesas. Dios es verdadero. Él no rompe promesas.
Entonces, ¿qué dice eso sobre nuestra seguridad en Él? Debido a que has sido
justificado por la fe, como un regalo de la gracia de Dios, estás seguro en esa
salvación. Es por el poder de Dios.

Las Escrituras nos dicen que somos sellados por el Espíritu Santo. Jesús habla de
nacer de nuevo para entrar en su reino. Si teníamos un problema de pecado y
simplemente nos hacía malos, entonces todo lo que teníamos que hacer era
vencerlo y mejorar. Pero el pecado no nos hace malos, nos da la muerte; por lo
tanto, debemos volver a la vida. Ahora dime, si naces de nuevo, ¿cómo se puede
deshacer esa acción? No puede ser. Es una imagen bíblica de seguridad. Mi
favorita quizás sea la idea de ser transferido. Jesús dice: Cuando crees en mí y en
el que me envió, pasas de la muerte a la vida. Eres transferido y no hay una
referencia bíblica que te devuelva.

Por tu fe en Jesús, estás seguro, debido al poder de Dios. No por tu perseverancia


en un cierto nivel de santidad. Dios no quiere que pierdas tu seguridad. Jesús dice
que estás en la palma de la mano de su Padre y que nada puede sacarte, estás
seguro. Ese es el primer regalo de gracia.
Garantía a través de la promesa de Dios
Antes de que Dios nos justificara, éramos impotentes, impíos y enemigos de Él.
En ese estado, Jesús murió por ti. Pablo dice: Si, cuando estábamos en nuestro
peor momento, fuimos puestos en términos amistosos con Dios por la muerte
sacrificial de su Hijo. Ahora que estamos en nuestro mejor momento, solo piensa
en cómo nuestras vidas se expandirán y profundizarán por medio de ¡su vida de
resurrección!
¿Es presuntuoso saber plenamente que eres salvo? ¡Absolutamente no! Está en
toda la Escritura, que Dios quiere que tengas la seguridad de saber que eres
salvo. Para que no solo puedas estar seguro en tu salvación, sino asegurado.
El problema, es conocer un punto de referencia. Si alguien pregunta: «¿cómo
sabes que eres salvo?» Muchos no saben cómo responder. Dicen cosas como:
«Siento su presencia». «Siento que el Espíritu Santo da fruto». «Las cosas son
geniales». Pero, ¿qué sucede si las cosas no son tan buenas? ¿Qué sucede
durante las temporadas en las que no ves fruto? Estaciones en las que no sientes
su presencia. Esas estaciones pueden llevarte a lugares oscuros. Puedes culpar a
Dios y distanciarte de Él cuando el punto de referencia se basa en ti y en lo bien
que lo estás haciendo. Este es un terrible punto de referencia. Sí, la obra de Dios
en tu vida es la confirmación de la salvación, sin embargo, Él nunca tiene la
intención de que la salvación se base en nuestro desempeño.
Nuestra garantía y seguridad, se basan en la capacidad de Dios para hacer y
cumplir una promesa. Dios dice que cuando confiemos en Jesús, Él nos salvará.
Sabemos que somos salvos porque Dios hizo una promesa de hacerlo. Incluso a
pesar que nuestro desempeño sea bueno como Dios desea o puede que no
actuemos de esa manera, Él todavía cumple su promesa. Estás asegurado en
Jesucristo por el poder de Dios, no por tu estándar de santidad. Y tienes la
seguridad de tu salvación por la promesa de Dios, no por tu desempeño.
Nuestro desempeño no es el punto de referencia. Es como estar en una montaña
rusa porque en la vida, hoy puede estar bien y mañana puede que no. Puede que
no sean los grandes pecados externos, pero ¿qué hay de la lujuria, orgullo y
egoísmo en el interior? Si nos estamos sintiendo bien, ¿qué sucede cuando llegas
a la cima y comienzas a descender? ¿Perdemos seguridad y garantía? No, porque
la promesa y el poder de Dios todavía están allí. Dios no quiere que vivamos con
miedo, duda o inseguridad. Todo lo que debes lograr ya se ha hecho en
Jesucristo. Cuando dijo en la cruz: Todo está acabado, lo dijo en serio. Si caes, Él
va a tenerte. Él te sostendrá. Puedes estar seguro y asegurado en eso. Esa es la
forma en que quiere que sus hijos vivan. Es un regalo de la gracia de Dios.

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