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PASOS DE LA ORACIÓN EN LOS EJERCICIOS IGNACIANOS

Antes que nada, le lo que se te propone en la introducción al momento de oración. Son unos breves párrafos
que buscan situarte en la materia de oración y en la etapa en que estas.

I.- TE PREPARAS

Ignacio da algunos consejos útiles a los que se preparan a entrar en la aventura de los ejercicios.
Conviene hacer caso a la palabra del maestro:

 Separas un tiempo: Conviene que dediques unos 45 minutos de oración cada vez que realices este retiro. Se
necesita tiempo para asimilar la materia de oración.
 Eliges un lugar: Una habitación tranquila o la capilla del Santísimo. El espacio que elijas será un lugar sagrado y
es bueno que lo recuerdes, incluso que tengas alguna imagen sagrada, un cuadro, una cruz, un ícono, etc.
 Te serenas: Antes de entrar al momento de oración debes evitar distracciones como el televisor, teléfono o
cualquier fuente de ruido que pueda sacarte de foco.
 Te recoges: Ignacio dice “un paso o dos antes del lugar donde tengo que contemplar rezaré un Padre Nuestro,
dándome cuenta que voy a rezar y hacer una reverencia” (EE 75). Te calmas y buscas relajar tu cuerpo.
Respiras profundamente mientras dices “Señor mío y Dios mío”, “Ven, Espíritu Santo” o alguna jaculatoria
similar. Te tomas unos minutos.
 Dispones de una postura corporal: ¡El cuerpo reza! Puedes alternar la posición: de rodillas, sentado, o
postrado.
 Entregas este momento a Dios: Le pides al Señor que te permita estar ese tiempo con Él y ofrecer con
sencillez ese momento: _“Señor, dame la gracia de que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean
puramente ordenadas en servicio y alabanza tuya”_ (EE 46).
 Pides la gracia: Ignacio aconseja que pidamos un don o una gracia en particular: _“pedir a Dios lo que quiero y
deseo_ (EE 48). Pedir con insistencia nos hace reconocer el regalo cuando Dios lo concede y nos recuerda que
no es de nuestra cosecha sino de la generosidad de Él. A lo largo del retiro esa gracia que pides irá cambiando
según la semana o etapa en que estés.

II.- ESCUCHAS A DIOS.

Estas ante la Palabra de Dios, no ante un diario ni ante un libro cualquiera. Debes tener un enorme
respeto:

 Lee los textos bíblicos que se te proponen para cada momento de oración.
 Lee detenidamente, lentamente, sin atropellarte, ni atosigarte.
 Te imaginas la escena lo mejor que puedas, intenta recrear en tu imaginación los personajes, sus
sentimientos, el clima, el paisaje y algo muy importante es meterte en la escena, no miras desde
afuera, sino que te imaginas que sos uno de los personajes que muestra el texto.
 Me detienes donde el Señor te da algo a gustar y sentir, como quien se detiene a contemplar un
paisaje bello.
 Repite la frase o palabra que más te llegue, gustándola y sintiéndola en tu interior.

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 Detente a mirar tu vida: a partir de las frases de la Palabra que hayas elegido ¿Qué episodios de tu vida
se recrean en tu memoria?

III. HABLAS CON DIOS

Hablas con Dios de una manera sencilla, como un hijito a su papá o a su mamá. A este diálogo Ignacio
le llama “coloquio”. Pide, alaba, agradece, adora. Debes hablar con toda confianza, aunque sea quejándote o,
si Dios lo permite, dejo que el silencio santo de Dios te inunde. Si esto pasa no avances con más palabras,
solamente quédate así, contemplando. Termina la oración con un padrenuestro, avemaría y una gloria. te
despides con reverencia.

IV REPASA LA ORACION (examen)

Después de terminar la oración, (luego de unos 5 o 10 minutos) Ignacio recomienda mirar cómo nos
fue en la misma. A eso él lo llama “examen”. Es muy bueno y fructífero tomar nota en tu cuaderno.

Te pueden ayudar las siguientes preguntas:


1. ¿Cuáles han sido los movimientos interiores significativos (sentimientos, reacciones, intuiciones,
deseos, emociones, pensamientos o percepciones)?
2. ¿Cuál era el estado de ánimo más presente en el momento de oración: paz, ilusión, aburrimiento,
alegría?
3. ¿La oración fue más de la cabeza o del corazón?
4. ¿Cuál fue la palabra o imagen que más resonó en tu interior en este rato de oración?
5. ¿Sientes que Dios te está invitando a hacer algo concreto?
6. ¿Hiciste bien la preparación?

Estas no son preguntas a contestar sí o sí. Son orientadoras. Pero ayudan mucho a objetivar y es de verdad
también una forma o manera de orar.

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