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Antología

de Teatro Breve de Xavier Villanova

ANTOLOGÍA

DE

TEATRO BREVE

de Xavier Villanova


INDICE

1. CURIOSIDAD – Pieza Trágica (Monólogo)……………………….p.2 a 9

2. La Sucesión del Rey Grillo – Farsa del Absurdo………………p.10 a 21

3. Dulce Verano – Pieza………………………………………………………p.22 a 28

4. Eso que ha hecho – Farsa……….……………………………………….p.29 a 37

5. Serpientes y Escaleras – Pieza Trágica Fractal………………..p.39 a 52

6. Artefacto grande para el agujero negro – Farsa………………p.53 a 63

7. Cupcake Consolador (Monólogo) – Comedia Farsica……….p.64 a 72

8. 2 Cientos 30 y sie7e – Terror…………………………………………..p.73 a 85

9. CBD – Comedia Documental…………………………………………….p.86 a 96

CURIOSIDAD
De Xavier Villanova

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Clara Ma: Antes de que existiera Curiosidad, llegó Espíritu y Oportunidad, y aún antes

llegaron los Vikingos. Para que Curiosidad existiera se tuvo que reducir su costo, así

como el posible riesgo, ya que solo había una oportunidad que no permitía el fracaso.

Curiosidad tiene ruedas que permiten cualquier tipo de movimiento sobre superficies

áridas o rocosas. Curiosidad puede rotar sobre su propio eje. Curiosidad puede

imprimir huellas en clave morse sobre la arena si se lo propone. Curiosidad tiene un

sistema de navegación complejo. Curiosidad puede escalar dunas de hasta 12.5 grados

de inclinación. Curiosidad puede pasar por encima de obstáculos de hasta 65

centímetros de altura. Curiosidad puede avanzar un promedio de 200 metros en un

día, y en el transcurso de sus dos años de misión, recorrió un promedio de 19

kilómetros. A Curiosidad le toma 14 minutos y seis segundos comunicarse con

nosotros. Curiosidad se comunica a una velocidad de 32 kilobits por segundo.

Curiosidad observa en alta resolución, y tiene 8 gigas de memoria flash en cada mira

que pueden guardar hasta 5,500 fotografías. Curiosidad tiene un laser infrarrojo que

puede vaporizar cualquier superficie de interés para analizar el espectro producido

por la roca en cuestión. Curiosidad puede, gracias a sus cuatro espectrómetros,

identificar y cuantificar la abundancia de minerales. Curiosidad incluso tiene un

taladro para obtener muestras de polvo fino. Curiosidad puede medir humedad,

presión, temperatura, velocidad del viento y radiación ultravioleta, todo el paquete

meteorológico. Curiosidad tiene brazos robóticos. Curiosidad puede incluso levantar

el polvo. Yo, que no tenía ni idea de nada de esto, le puse nombre a Curiosidad, bueno,

yo y nueve mil personas más, nueve mil personas lo intentaron; en ese momento ni

siquiera me podía imaginar a nueve mil personas juntas en un mismo espacio, ni

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siquiera sabía bien a bien qué era el espacio, yo que competí sin saberlo contra nueve

mil personas, que seguro estaban más preparadas que yo, que tenían mucho mayor

interés o conocimientos que yo… Le gané a esas 9 mil personas, y yo tenía 12 años y

medio, como los 12.5 grados de inclinación de pendiente que soporta Curiosidad

cuando sube por las dunas marcianas. Yo, una niñita de la escuela primaria Girasol en

Lenaxa, Texas, gané un viaje a la NASA, donde me dejaron firmar mi nombre

directamente sobre el vehículo explorador mientras lo armaban. (Pausa) Adjunto a la

propuesta de nombre, le pidieron a los participantes que enviaran un ensayo que

explicara el por qué de su propuesta; yo puse: “La Curiosidad es una llama eterna que

arde en la mente de todos. Es lo que me hace levantarme de la cama en la mañana y

preguntarme qué sorpresas me tendrá la vida preparadas ese día. La Curiosidad es una

fuerza muy poderosa. Sin ella, no seríamos quienes somos ahora. La Curiosidad es la

pasión que nos empuja a través de nuestra vida diaria. Nos hemos convertido en

exploradores y en científicos gracias a nuestra necesidad de hacer preguntas y de

asombrarnos.” Curiosidad aterrizó satisfactoriamente en Aeolis Palus dentro del cráter

Gale, en las coordenadas 4.5895°S 137.4417°E, ubicación que en adelante sería

conocida como “Aterrizaje Bradbury” en honor a Ray Bradbury, el conocido escritor

de ciencia ficción. Se estima que el cráter Gale tiene aproximadamente 3.8 billones de

años desde que recibió el impacto que lo formó. (Pausa) Hoy que tengo 18 años, que

hace seis años terminaron los dos años de misión de Curiosidad, el explorador que

envió la NASA a investigar acerca de la vida, el agua, las condiciones atmosféricas, y el

pasado geológico del planeta rojo; yo que mi vida humana es un punto diminuto en

comparación a los 13.7 millones de años que han transcurrido desde que se creó el

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universo por una explosión, yo también tuve un impacto que me hizo un cráter, un

cráter que también fue explorado, un cráter que mereció rayos equis y sondas y

análisis y estudios no geológicos, pero sí profundos y endodérmicos, yo que era una

niña de 12 años cuando tuve la oportunidad de contribuir en algo a la exploración

espacial, fui también aterrizada, y taladrada por brazos que si no mecánicos, fueron

excesivos, por ojos que grabaron y tomaron fotografías que enviaron; quizá no 5,500,

pero sí 25 archivos que en menos de los 14 minutos que tarda en llegar un mensaje de

Curiosidad, llegaron a toda la comunidad escolar… Los videos y las fotos que tomaron

de mi el día que un equipo completo de football americano decidió aterrizar en mi

cuerpo, esos archivos tardaron menos de 2 minutos en llegar a los whatsapps de toda

una comunidad escolar, más de 5,700 alumnos, y todo, irónicamente, por la curiosidad

de unos cuantos muchachos, la curiosidad sexual de quienes me violaron, la

curiosidad de quienes recibieron las fotos y los videos, la curiosidad de quienes lo

compartieron sin pensar en la víctima, la curiosidad de quienes comentaron e hicieron

memes de la marciana, así me pusieron, la niña Marte a la que le dejaron roja la vagina,

el sexo hecho cráter, porque sí, después de esa violación grupal tuve que pasar por

una reconstrucción vaginal, no puedo tener relaciones sexuales sin dolor y tampoco sé

si quiera o si pueda acercarme con ganas o deseo a un pene, a un hombre, a un

vehículo explorador, porque eso se han vuelto para mi los hombres, máquinas de

destrucción masiva que piensan que las mujeres estamos esperando a ser

descubiertas, vistas, tocadas, revisadas, urgadas, toqueteadas, analizadas hasta lo más

íntimo de nuestra esencia, disectadas, dominadas, cosificadas, entendidas, como si

fuéramos eso, una bacteria que se quiere aprender a controlar o replicar o multiplicar,

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o un pedazo de tierra como lo fue América, en el que se quiere poner la bandera y

proclamar que se ha conquistado… Si lo piensas, la palabra curiosidad es naturaleza

humana, es producto del instinto más básico el querer preguntarnos qué hay fuera, y

es innegable que también existe entre los hombres un deseo por competir para ver

quién llega primero o más rápido a cualquier objetivo, quién es el primero en quitarle

la virginidad a la ñoña, por ejemplo; y como quizá no pudieron ponerse de acuerdo,

decidieron trabajar en equipo, hacerlo todos de golpe, pero quién lo hizo más rápido,

quién fue el que abrió brecha, en eso quizá no puedan ponerse de acuerdo y si les

preguntas por qué lo hicieron, te darán la respuesta científica: para saber a qué sabía,

para saber cómo se sentía, para descubrir un territorio inexplorado, y por último,

porque podemos, porque somos homo sapiens y homo ludens y homo curiositas,

porque nos gusta saber y jugar y explotar nuestra curiosidad porque simplemente no

somos capaces de quedarnos quietos, tenemos que ir más allá de lo permitido, por eso

llegamos a la Luna, por eso asaltamos sexualmente a una joven que tenía curiosidad

por las estrellas, o al menos, así lo justificamos, y la culpa no la tiene la curiosidad o la

ciencia; porque por poner un ejemplo, las matemáticas pueden ser utilizadas para

salvar vidas o para crear la bomba atómica… ¿Qué son 3.8 billones de años desde que

se formó el cráter Gale en comparación a los 72 días que yo he pasado desde el

impacto, los 60 días que he pasado desde la reconstrucción vaginal, desde los 43 días

de terapia sexual y emocional, desde los 12 días que pasé viendo las fotos del equipo

de Americano, desde las tres horas que pasé frente a ellos en el careo para identificar

a los agresores? (Larga pausa) Hoy, he venido ante ustedes, personas del jurado, para

contarles algo, para testificar acerca de lo que me ocurrió, y no para hablar en contra

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de un grupo de brutos, sino para abogar a favor de la conciencia humana. Antes de

explicar los sucesos de aquella noche, quisiera contarles una historia. Mi abuela llegó

de China a los Estados Unidos en 1968, y tuvo una hija, mi madre, la cual a su vez tuvo

una hija, yo; tres generaciones de mujeres chinas viviendo en este país, en este país

libre. Mi abuela que luchó por hacerse un lugar en esta tierra de sueños y promesas,

tuvo que volver a China cuando yo tenía siete años, y ella 62, y yo sabía que la iba a

extrañar, pero ella me dijo que no me preocupara, que cuando quisiera aminorar el

dolor, viera las estrellas y que ella en China me sentiría y estaría viendo exactamente

las mismas estrellas, las mismas constelaciones, como si estuviéramos en el mismo

jardín donde pasamos tantas noches en las que ella me contaba historias y yo me

quedaba dormida en su regazo. Ella solía decirme que en la China rural donde no hay

luces brillantes de ciudad que compitan con el brillo de las estrellas, solo existe el

sonido de los grillos y la briza del dulce verano, también me enseñó que no es

necesario cerrar los ojos para soñar, que solo basta elevar la mirada y pensar en el

infinito del espacio y por tanto en lo infinito de las posibilidades que te aguardan. Mi

abuela murió el mes pasado, se convirtió también, quiero pensar, en una estrella: y en

la cama del hospital, a pesar de no poder atravesar los muros de concreto o las

paredes, a pesar de no poder levantarme de la camilla para acercarme a la ventana,

muchas veces sentí que aunque no pudiera yo ver las estrellas, las estrellas me veían a

mi, y me alentaban a seguir elevando mis ojos a un futuro brillante en el que no

existan brazos mecánicos ni fotografías humillantes o videos que después de dar la

vuelta al mundo en ochenta segundos, te hagan pensar que tal vez el suicidio es una

opción viable para escapar al espacio exterior y olvidarte de la Tierra, porque sí, yo he

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querido también despegar, no lo niego, no hay noche que no lo piense, de hecho, es

una idea recurrente aún ahora, pero antes quería ver a los ojos a estos hombres,

algunos de ellos sentados hoy aquí en esta corte, quería verle los ojos a sus familias,

quería verle los ojos al jurado y decirles que la curiosidad no mató al gato, fue el gato

el que mató al ratón por curiosidad, es distinto; pero el ratón, hecho jirones,

fracturado, lleno de cráteres, es ahora mas fuerte, porque tiene en sus manos la

posibilidad de perdonar, así es, miembros del jurado, miembros del equipo de football

americano de la escuela preparatoria Girasol en Lenaxa, Texas, así es, padres y madres

de los jugadores de football americano, que quisieron que sus hijos salieran adelante y

los alentaron a convertirse en deportistas, en hombres de bien que podrían ganar

becas para acceder a las universidades más importantes de nuestro país, a Harvard, a

Yale, a Oxford a Princeton o NYU, ustedes que creyeron que sus hijos podrían algún

día convertirse en personas de las cuales podrían estar orgullosos, en héroes

nacionales que ganarían super tazones y carretadas de dinero, así es, no he venido hoy

a condenar a sus hijos por ser curiosos, he venido a perdonarlos. Mark, Jacob, David,

John, Leonard, Kyle, Frank, Carlos, Tom, Adam y Jeff, si creen que me destruyeron la

vida, que su broma de mal gusto rompió a una niña o que voy a dejar de perseguir mis

sueños están equivocados, en realidad, ahora más que nunca creo que soy capaz de

lograrlo. (Pausa) Ayer recibí una llamada de Ellen Ochoa, la primera mujer hispánica

en viajar al espacio, y la directora del Johnson Space Center, ha pasado más de mil

horas en el espacio, y fue la única mujer dentro del Discovery cuando el transbordador

espacial le dio 148 vueltas a la Tierra, y ¿saben qué me dijo? Jódelos con tu éxito. No

importa lo que haga el sistema de justicia, los hombres nunca dejarán de ser simios, de

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justificar sus comportamientos, de encontrar alguna explicación para sus

comportamientos aberrantes, pero tú eres inteligente, no eres tu cuerpo, no eres una

superficie explorable, eres tu inteligencia y tu alma, no importa qué le hayan hecho a

tu vehículo, tú puedes, y te lo debes a ti y a todas las mujeres que alguna vez hayan

sido víctimas de abuso, el triunfar, el salir de la órbita terrestre y alcanzar las estrellas,

el mirarlos a todos desde acá arriba y enviarles un mensaje: ellos pudieron haberse

llevado un poco de tu cuerpo, pero jamás tendrán tu dignidad ni podrán conquistar la

grandeza de tu espíritu, así que cuando te gradúes de ingeniera y termines tu

doctorado en ciencias biológicas, ven a visitarnos a la NASA, que te estaremos

esperando. Eso me dijo, y cuando colgué el teléfono, recordé que antes de que

existiera el explorador Curiosidad, estuvo Espíritu y antes Oportunidad, y claro, aún

antes llegaron los Vikingos, el primero y el segundo, porque siempre entramos por la

fuerza bruta, pero luego llegan las oportunidades, el espíritu y la curiosidad. (Pausa)

¿Quieren saber qué hay dentro de mi? Es imposible asomarse, sin embargo, lo verán,

lo sentirán, no es odio ni rencor, es compasión, porque su curiosidad los llevó a crear

la bomba atómica, mi curiosidad me llevará a volverlos puntos diminutos en la

superficie terrestre, partículas de polvo apenas divisables desde el espacio.

(Los mira, inhala, exhala y permanece sentada frente a ellos).

OSCURO

LA SUCESIÓN DEL REY


GRILLO
De Xavier Villanova

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(Entra la procesión fúnebre)

Todos: ¡Descanse en paz, Rey Grillo!

(Suena el Grillo, todos hacen un saludo y la postura animal de su casa)

Visir Real: La corte de pie, por favor. (Pausa) Cortesanos y cortesanas, de pie, por

favor.

Reina Bazán: En nombre de la familia real, agradezco a todos que hayan podido venir.

Visir Ione: Sobre todo con tanta premura.

Princesa Eunice: Su corazón aún latía esta mañana.

Visir Real: Damas y caballeros de la corte, pueden sentarse.

Armstrong Liebre: En nombre de mi padre y nuestro augusto linaje, vengo a

presentar mis respetos.

Ponce Cabrío: Con el respaldo de los cabríos de la roca, mis respetos ya les presento,

además, si aquí se me permite, y aunque el momento sea más que triste, quisiera, si la

reina madre lo tolera, ponerme al puro tiro de la princesa, para a ella prestar consuelo

o lo que ella precise.

Armstrong Liebre: Nótese que también yo la pretendo, aunque jamás pensé en

decirlo cuando el corazón del Rey Grillo (Suena el Grillo, todos hacen un saludo y la

postura animal de su casa) no ha sido aún digerido por la tierra. Qué falta de tacto y de

respeto.

Ponce Cabrío: La tuya, querrás decir, de no ser o hacer lo que buena falta hace y

cuando más se necesita.

Armstrong Liebre: No voy a contestar aquí a tan tamaña ofensa.

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Dama Rocío: Caballeros, caballeros, dejen las rencillas para cuando el funeral haya

terminado, habrá tiempo de que la princesa elija, mientras tanto, los conmino a que se

calmen y pasen por un trago.

Armstrong Liebre: Cedo.

Ponce Cabrío: ¿Dónde dijiste que se encontraba la bebida? Aquí solo veo agua.

Visir Ione: Todavía, pero si me indican su preferencia, puedo utilizar mi magia para

convertir el agua en vino, en grog, malta, brebaje o hidromiel.

Reina Bazán: Vino para mi.

Princesa Eunice: Hidromiel.

Ponce Cabrío: Grog.

Armstrong Liebre: Vino también.

Visir Ione: Hecho, tomen sus vasos, y aunque se vea cristalino, tendrá el gusto de lo

que han pedido.

Princesa Eunice: ¿Esta brujería es nueva, tío?

Visir Ione: Recién adquirida, alquimia le he nombrado.

Dama Rocío: ¿Y cómo funciona?

Visir Ione: Transformas la voluntad del objeto, no su forma sino su esencia, lo

reconfiguras desde dentro.

Dama Rocío: ¿Y es aplicable también a personas?

Visir Ione: Si así fuera hubiera yo podido darle vida nueva al Rey Grillo. (Suena el

Grillo, todos hacen un saludo y la postura animal de su casa) le hubiera mutado de

muerto a vivo.

Dama Rocío: ¿Lo intentó siquiera?

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Visir Ione: ¿Dudas acaso de mi lealtad? Hice todo lo posible por salvarlo. Todo.

Dama Rocío: ¿Y con los vivos… no cree que habría manera? Es decir, digamos que yo

fuera de naturaleza pura, ¿podría usted trocar mi instinto en bajeza? ¿Volverme,

digamos, libre de ataduras?

Visir Ione: No sabría, por ahora me conformo con los líquidos, quizá más tarde logre

convertir la piedra en oro y luego… quién sabe los alcances de esta nueva tecnología.

Ponce Cabrío: Este grog no está nada mal, y seguro calma al animal.

Armstrong Liebre: Qué vulgar.

Reina Bazán: Sobrinos míos, por favor, un momento con los dos.

Ponce Cabrío: Diga.

Armstrong Liebre: La escuchamos.

Reina Bazán: Si es cierto que a mi hija pretenden, y aunque debo decir que a ninguno

de ustedes quisiera como futuro yerno y rey, no me queda otra opción que aceptar sus

proposiciones y elegir, ya que no quedan en la familia otros varones, pero… El

problema es… ¿Cómo decidir?

Princesa Eunice: Podrían pelear por mi.

Reina Bazán: ¿Pelear? Eso es medieval.

Princesa Eunice: ¿Y en qué periodo histórico estamos, madre?

Reina Bazán: En la Baja Edad Media.

Princesa Eunice: Casi a punto del Renacimiento, ya queriendo dejar atrás las

costumbres bárbaras… Como querer casarme a la fuerza con uno de mis primos.

Reina Bazán: Si no te casas en familia perderíamos la pata de hierro del Rey Grillo.

(Suena el Grillo, todos hacen un saludo y la postura animal de su casa)

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Princesa Eunice: Claramente no importa si naces reina o esclava, aquí todos

portamos grilletes.

Reina Bazán: No seas ingrata, naciste en cuna de oro, comes tres veces al día y te

bañas, por Dios, hay gente que diario pierde un brazo o una pierna por gangrena o se

le pudre un diente o un…

Visir Ione: Pronto con los avances de la ciencia mágica la enfermedad será cosa del

pasado.

Dama Rocío: ¿Y tal vez la muerte, señor Visir?

Visir Ione: Podría ser.

Dama Rocío: ¿Yo en el espacio y el espacio a través de mi, señor Visir?

Visir Ione: Atravesar la materia.

Dama Rocío: Que la materia me atraviese, señor Visir?

Visir Ione: ¿Seguimos hablando de medicina?

Reina Bazán: ¿Terminaron ya de interrumpir?

Visir Ione: Mil disculpas, su alteza.

Reina Bazán: Entonces, caballeros, mi hija propone un combate a muerte, aunque yo

más bien consideraba posible un concurso de sonetos.

Princesa Eunice: ¿Sonetos?

Dama Rocío: Para que te conquisten con gracia.

Princesa Eunice: ¿Quieren que aquí, en frente de la corte entera, este par de iletrados

improvisen sonetos?

Armstrong Liebre: Yo seré iletrado en cuanto a palabra en pergamino se refiere, pero

de memoria sé los cantos de mis ancestros.

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Ponce Cabrío: Yo no canto un real pepino, pero mi cuerpo habla por su boca, y es

materia pura de angostura, le vengo manejando al menos tres opciones energéticas: el

rap, el baile de máscaras y la charanga medieval.

Armstrong Liebre: Si la princesa lo desea, puedo recitar cual ser humano en la

cumbre evolutiva de su especie, un prístino soneto con el que mi abuelo ganó la mano

de mi adorada abuela. Ejem, ejem:

Blancadrín es el primero en hablar, Dícele a su reina:

¡Os saludo en nombre del glorioso Dios que debemos adorar! Oído lo que os manda

decir el valeroso rey Marsil, Liebre entre las Liebres. Se ha instruido en la salvadora

ley que por ello quiere daros riquezas a profusión, osos y leones, perros que se puedan

llevar con correa, setecientos camellos y mil azores mudados, cuatrocientas mulas,

cargadas de oro y plata, cincuenta carros….

Ponce Cabrío: A ver, a ver, a ver al teatro y a divertirse al retablo, aquí no estamos en

términos iguales, este sabrá mucho de autosacramentales, pero yo me sé mover como

alma que lleva el diablo, dense ora vuestras mercedes un respetuoso quemón…

¡Beatboooox porfavor!

(Se hace un silencio, todos se miran, de pronto, Armstrong inicia un Beatbox, todos lo

miran con extrañeza)

Armstrong: La altura de mi cuna no me impide darme baños costumbristas.

(Armstrong marca de nuevo el ritmo, Rocío y Ione siguen con aplausos. Establecido el

ritmo, Ponce baila una mezcla de danza macabra medieval con charanga y chuntaro

style, hasta que de pronto, la Princesa Eunice lo detiene).

Princesa Eunice: ¡Basta ya! Ni sonetos ni bailes, nada de esto me enamora.

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(Silencio).

Visir Ione: Si la reina, lo permite, es evidente que la corte necesita mi consejo.

Reina Bazán: No es momento, gracias.

Dama Rocío: Princesa Eunice, Reina Bazán, ustedes que son dueñas y soberanas de lo

que nuestros ojos ven, y que me han permitido ser dama de compañía, vestirlas,

alimentarlas en la boca, caminar por la plaza y ser su fiel sirviente desde mi

nacimiento, escuchando así todas sus confesiones, quisiera sugerir que…

Reina Bazán: Ahora no, gracias.

Visir Ione: Ven, Rocío, quizá no nos compete entonces el destino de la corte… hasta

que nos llamen, claro.

Princesa Eunice: Bueno, entonces gallardos príncipes… ¿se van a matar o qué?

Reina Bazán: ¡Nada de golpes! Este salvajismo lo heredaste de tu padre.

Ponce Cabrío: Yo sí me rifo un tiro, no traigo mi lanza ni soy pasado, pero lo dije ya y

lo repito, mis cabras me respaldan.

Armstrong Liebre: Venga pues, me comprometo, exploremos el contacto.

Ponce Cabrío: ¿Qué?

Armstrong Liebre: Que acepto el desafío, ignorante.

Ponce Cabrío: Me pelas la costura.

Princesa Eunice: Muchas palabras y poca acción.

Ponce Cabrío: Este que no empieza.

Armstrong Liebre: ¿Quieres que sea yo el que de la primer bofetada? Venga, acércate.

Dama Rocío: Ya lo abofetea.

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Reina Bazán: Un muerto dio inicio al día y otro habrá de caer para elegir marido,

bravo por nuestras costumbres.

Visir Ione: Yo seré el árbitro. A sus esquinas, caballeros. Nada de rodillazos ni golpes

a la cara ni golpes bajos. Quiero una pelea limpia, comenzarán cuando yo grite Rey

Grillo. (Suena el Grillo, todos hacen un saludo y la postura animal de su casa)

Listoooos… Rey… Gri… gri y dos cuartos… Gri y tres cuartos… Griii… Grii… Grillo.

(Suena el Grillo, todos hacen un saludo y la postura animal de su casa, comienza la pelea,

la cabra tira al monte, cabezazos fúricos y brazos/pata, la liebre da saltos de aquí para

allá, evadiendo, evadiendo, evadiendo y de pronto, asestando un golpe, Dama Rocío y

Princesa Eunice unidas por un hilo morado, deambulan una detrás de la otra y

sorprendidas cuchichean. Suena el Grillo, la pelea se detiene, todos hacen un saludo y la

postura animal de su casa, acto segudo, continúan la pelea, finalmente cuando la cabra

está por vencer a la Liebre y lo tiene arrinconado… La Reina Bazán para la pelea).

Reina Bazán: ¡Alto! No más sangre.

Princesa Eunice: ¿Qué pasa? Ya estaba por definirse.

Reina Bazán: Te dije que esto no era una buena idea.

Princesa Eunice: ¿Por qué no?

Reina Bazán: Porque va a ganar el menos apto.

Princesa Eunice: ¿No acaso el que gana demuestra ser el mas apto, madre? ¿No es eso

Darwinismo puro?

Reina Bazán: ¡Darwin no ha nacido! Además, depende para qué. Claramente no has

aprendido nada de la instrucción, hija mía.

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Visir Ione: Si me permite… Coincido en que reanudar la pelea, y que se corone un

vencedor no es la mejor opción, dado que el macho cabrío, o el cabrón este,

claramente es mejor para los golpes, pero no sería un buen soberano… Aunque, por

otro lado, la evasiva liebre ha demostrado su cobardía, así que…

Reina Bazán: No necesitamos, gracias, sus consejos, señor Visir. Quizá tu hermano, el

Rey Grillo, (Suena el Grillo, todos hacen un saludo y la postura animal de su casa) ¡Basta

ya con esa mierda, con un demonio! ¿Dónde está el maldito bufón que hace sonar los

grillos? Siempre he detestado ese infesto sonido deleznable, me provoca ganas de

vomitar.

Visir Ione: ¿Perdón?

Reina Bazán: No puedo, ya, suficiente. Soportaba que en vida la soberbia de mi

marido lo hubiera llevado a imponer la absurda costumbre de obligar al reino entero a

detener toda actividad diaria ante la mención de su nombre, pero ya que ha muerto,

queda abolida desde hoy y para siempre esta infernal disposición real, de hecho,

prohíbo se mencione jamás el nombre del Rey Grillo (Suena el Grillo, todos hacen un

saludo y la postura animal de su casa) ¿No me oyeron? A partir de hoy, jamás nadie

puede mencionar a mi difunto esposo ni quiero escuchar el croar de un grillo en toda

la comarca. ¿Quedó claro?

Dama Rocío: ¿Tan pronto se le enfría el corazón a la Reina? Ni siquiera hemos

enterrado el del rey y ya la reina quiere fumigar a todos los grillos.

Reina Bazán: ¿Qué dijiste, ingrata?

Dama Rocío: Te dije que había sido ella.

Visir Ione: No podía creerlo.

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Armstrong Liebre: Imposible, la reina es intachable.

Ponce Cabrío: Calla, bellaco, no defiendas a la harpía.

Princesa Eunice: ¿Madre?

Reina Bazán: Que no soportara su insufrible vanidad no me convierte en una asesina,

no sean ridículos.

Princesa Eunice: ¿Madre? ¿Llevas acaso el título de progenitora? ¿Cómo puedes

haber llorado tanto y tan falsamente?

Visir Ione: Princesa, si me permite, cobraré venganza en nombre de mi hermano, su

padre el ¡Rey Grillo! (Pausa, no hay sonido) ¡Rey Grillo, dije! (Suena el Grillo, todos

excepto la reina hacen un saludo y la postura animal de su casa) ¡Muere, traidora!

(El Visir Real ataca con poderosos conjuros a la reina madre, quien en Mantis se defiende

de él también con hechicería y golpes, tras una cruenta batalla, la Reina Bazán cae

muerta).

Princesa Eunice: ¡Madre!

Ponce Cabrío: Muerta la mantis se acabó la plaga.

Armstrong Liebre: Madre.

Todos: ¿Qué?

Armstrong Liebre: Ella era… también mi madre.

Todos: ¿Qué?

Armstrong Liebre: Mi madre no podía tener hijos, así que mi padre conejo… bueno,

él, encontró la solución en tu madre, que es mi madre, que era… mi madre.

Princesa Eunice: Quiero vomitar.

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Dama Rocío: Visir Ione, si me permite, queda algo por resolver, ahora que la princesa

es huérfana, queda en ti, en usted, quiero decir, la decisión de con quién debe casarse.

Visir Ione: Naturalmente con un varón de alta alcurnia, naturalmente no con su

hermanastro, naturalmente no con una vil cabra salvaje… naturalmente… ¿Conmigo?

Dama Rocío: Es la mejor opción.

Princesa Eunice: ¿Nadie va a preguntarme?

Visir Ione: ¿Quieres casarte conmigo, princesa?

Princesa Eunice: Jamás.

Dama Rocío: Pruebe su alquimia.

Princesa Eunice: ¡Traidora!

Dama Rocío: Enséñele su lugar antes de que aprenda las mañas de su madre y acabe

con usted, mi rey.

Visir Ione: Por el poder de la llama sagrada y alquímica de Arreola… Muto tu

naturaleza rebelde y la torno amorosa y tierna.

Princesa Eunice: A sus ordenes, mi señor. No había notado lo guapo que eres, y ese

cabello crespo y retorcido que es tan varonil.

Armstrong Liebre: ¿Hermana?

Ponce Cabrío: No permitiré este ultraje, la neta.

Visir Ione: A callar para siempre, par de animales. (Lanza un golpe de magia negra

que fulmina a ambos en el acto).

Dama Rocío: Esa alquimia tuya ha probado ser poderosa en extremo, ahora… Si

puedo hacer una humilde petición, ¿me nombraría usted, Rey Águila, como su

dignísima consejera real?

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Visir Ione: Y acompañante nocturna.

Dama Rocío: Será mi privilegio.

Princesa Eunice: Mi señor, si me lo permite, anhelo ser desposada.

Visir Ione: Aún no hemos terminado de velar a tu padre.

Princesa Eunice: No hace falta, dejemos que los muertos se ocupen de los muertos, y

los vivos…

Dama Rocío: Antes de que se marchen, sus altezas, a consumar su matrimonio, ¿hay

algún nuevo decreto real que desean sea comunicado al reino?

Visir Ione: Sí, tres. El primero, que se decapite al bufón que hacía el sonido del grillo, y

que se busque un juglar que sea capaz de emular el sonido de un águila. El segundo,

que la corte entera aprenda el saludo de mi casa. (Hace el saludo del águila) Y por

último, que se pregone en el reino a fin de que nadie cuestione mi autoridad real y de

Águila Arreolana que… Poseí a la huérfana la noche misma en que velábamos a su

padre.

OSCURO

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DULCE VERANO
De Xavier Villanova

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I

Apartamento antiguo, ventanas blindadas, luz mortecina. Neil, recostado en un sillón,

bebe un vaso de leche y devora galletas con chispas de chocolate. Oscar, su hermano

mayor, de pie, se afloja la corbata, sostiene el control remoto, lo observa.

Oscar: Qué horror.

Neil: Ya no hacen las caricaturas como antes.

Oscar: Me refiero a la guerra.

Neil: ¿Cuál?

Oscar: De la que acaban de hablar.

Silencio.

Neil: ¿Te dije que se descompuso el ventilador?

Oscar: Con razón hay tantos mosquitos.

Neil: ¿Quieres ir a comprar otro?

Oscar: Preferiría arreglar este.

Neil: Vamos por uno nuevo, será divertido.

Oscar: ¿Quién va a pagar?

Neil: Entre los dos.

Oscar: No tienes dinero.

Neil: En una semana haré una entrega especial, me pagan y te doy mi parte.

Oscar: Todavía me debes lo de las carreras y lo de tus trajes.

Neil: Siempre te pago.

Oscar: Hace dos semanas dijiste que éste era lo último en ventiladores.

Neil: No aguantó la prueba hidráulica.

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Oscar: ¿Le echaste agua?

Neil: Para que refrescara.

Oscar: Imbécil.

Neil: ¿Quieres la última galleta? Mójala con leche, nunca falla, no es como la tele o el

ventilador.

Oscar: Todo por servir se acaba y pierde su chiste. Es la vida.

II

Neil, frenético, busca un sobre en el escritorio, se escuchan pasos, luego llaves abriendo

la puerta, Neil cierra los cajones, enciende el televisor.

Oscar: (Entrando) ¿Quién te dijo que podías llamar a Eckhart?

Neil: ¿Compraste el ventilador?

Oscar: No entiendes, ¿verdad?

Neil: Tengo calor.

Oscar: ¿Pensaste que no me iba a enterar?

Neil: Siempre has dicho que el verano es la mejor temporada.

Oscar: ¡El país es una olla de presión!

Neil: Todos necesitamos desahogarnos.

Oscar: ¿Nuestros enemigos también?

Neil: Un cliente es un cliente.

Oscar: Si te agarran allá no podremos protegerte, ni siquiera papá.

Neil: John estará orgulloso si cierro esta venta.

Oscar: ¿Estás haciendo esta idiotez para que te aplauda?

24
Neil: Los aplausos te los dejo a ti, yo me conformo con su respeto. Ahora si me

disculpas, estoy tratando de ver un programa.

Neil sube el volumen de la televisión al máximo.

Oscar: Pensé que no te gustaban los programas para adultos.

Neil: Este me interesa.

Oscar: ¿Quieres aprender sobre fracturas múltiples?

Neil: Quiero saber por qué duelen tanto.

Oscar apaga la televisión, se para frente a Neil.

Oscar: ¿Sabes cómo se llama lo que estás haciendo?

Neil: (Se levanta del sillón y se dirige a examinar el ventilador) Pensé que el problema

estaba en las aspas, pero ¿adivina qué?

Oscar: Se llama traición.

Neil: Está fallando el motor, necesita uno nuevo para volver a girar.

Oscar saca, del bolsillo de su traje, el sobre que Neil estaba buscando, lo rompe. Neil

estalla, se abalanza sobre su hermano.

III

Oscar y Neil cada quien en un extremo de la habitación, bañados en sudor, exhaustos por

la pelea que acaban de sostener.

Oscar: (Jadeando recoge el ventilador del piso) Tal vez sólo necesita un poco de aceite.

(Silencio.) Podemos arreglarlo juntos. ¿Has visto mi caja de herramientas?

Neil: Se la dí a Jodie.

Oscar: ¿A quién?

Neil: A un dulce.

25
Oscar: ¿Por?

Neil: Estaba aburrido.

Oscar: ¿Tú o el dulce?

Neil: Los dos.

Oscar: ¿Te la devolvió?

Neil: Se la prestó a Maddie, Maddie a Francis y Francis la perdió.

Oscar: No sé cómo puedes llamarlos por sus nombres.

Neil: Porque los tienen. Tengo que irme.

Oscar: Cerré con llave y no hay nada que puedas hacer para obligarme a que te abra.

Neil va al closet, saca la caja de herramientas de Oscar y de ella un martillo.

Oscar: Pensé que “Francis” la había perdido. (Neil se dirige a la puerta, levanta el

martillo en el aire, rompe la perilla de un golpe seco. La puerta se abre.) No tienes que

demostrarnos nada, papá te quiere.

Neil: ¿Me prometes que vas a arreglar el ventilador?

Oscar: Podemos ir a comprar uno ahora, si quieres.

Neil: John siempre dice que de niño eras muy sonriente. ¿Qué te pasó?

Neil sale. Oscar en silencio se dirige al televisor, lo enciende, cambia de canal hasta

llegar a las noticias. Suena el teléfono.

Oscar: ¿Bueno? Acaba de salir. Habla su hermano. El negocio es familiar, ¿en qué

puedo ayudarle? Efectivo. Terminal 5. Lleve los globos, Neil llevará los dulces. No se

preocupe, negocios son negocios. (Cuelga. Se sienta en el brazo del sillón, intenta

prepararse una raya de cocaína, su mano tiembla. Se controla, levanta el auricular,

marca.) Eckhart, ¿puedes hablar? No escuchó razones pero acaba de hablar su cliente.

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En el aeropuerto, sí, salidas internacionales. Neil no trae pasaporte, lo rompí. No sé

cómo piensa pasar las aduanas. Haz lo que sea necesario.

IV

Visita en prisión. Un cristal blindado los separa. No hay ventanas. Calor insoportable.

Neil: ¿Reparaste el ventilador?

Oscar: Sí.

Neil: Ya no puedo disfrutarlo.

Oscar: No me dejaste opción.

Neil: Cuando salga habrá terminado el verano y dará igual si lo reparaste o no.

Oscar: No entiendo cómo se te ocurrió ir en contra de nuestros códigos.

Neil: ¿Qué opina John?

Oscar: Las reglas existen por algo, ¿entiendes?

Neil: No le has dicho.

Oscar: Te sacaré en cuanto pueda, lo prometo, sólo espera a que las cosas se calmen,

que acabe la guerra, se vaya la prensa internacional, tú sabes.

Neil: Era una venta histórica.

Oscar: ¿Crees que me gusta verte aquí?

Neil: No.

Oscar: ¿Qué hubiera pasado si te agarran fuera del país? Aquí tenemos contactos, los

clientes son seguros, nos cuidan, les importa permanecer en el anonimato, pero, ¿allá?

(Silencio) No importa cuánto hubieras ganado, no vale el riesgo.

Neil: ¿Y los niños?

27
Oscar: El gobierno se los llevó al programa de protección de víctimas, en unos meses

pasarán a las familias adoptivas y…/ de vuelta a nosotros.

Neil: De vuelta a nosotros.

Oscar: Sin pérdidas.

Neil: Excepto por mi.

Oscar: No estás perdido, estás guardado aquí por un rato, como cuando jugábamos a

las escondidillas. Te prometo que en un mes máximo te venimos a encontrar.

Neil: Aquí hace demasiado calor, no sé si vaya aguantar mucho tiempo.

Oscar: Veré si puedo conseguir que te traigan un vaso con leche fría y galletas con

chocolate.

Neil: Gracias, te quiero. Hermano.

28

Eso que ha hecho


De Xavier Villanova

29
(Campo donde ocurrió una batalla, pedazos de carne regados por todas partes: manos,

pies, brazos y cabezas, se escucha The funeral of Queen Mary de Henry Purcell)

General: ¿Qué hemos hecho?

Cabo: No es culpa de nadie.

General: ¿Cómo justificar esta tragedia?

Cabo: Un desastre espantoso.

General: Los libros de historia hablarán de esta batalla y dirán que perdimos todo.

¿Pudimos haberlo evitado?... (Pausa larga) No es retórico… (El cabo no entiende)

Conteste, cabo.

Cabo: Usted definitivamente no señor, los de arriba tal vez.

General: Cuanta violencia, mira esos zapatitos, esos pedazos de pierna que no

andarán más por ningún callejón, esa manita que ya no será apretada cuando alguien

diga: buenos días o buenas tardes o buenas noches o…

Cabo: General…

General: ese torso que ya nadie abrazará, esa barba que ya no será rasurada…

Cabo: General, viene una mujer.

General: Tanta violencia, ¿y todo por qué? Es ridículo. ¿Qué cuentas voy a darle a mis

hijos? ¿Qué les voy a decir? ¿Qué justifica esta masacre?

Cabo: (Lo abofetea) ¡Señor, por Dios, contrólese!

General: Perdón…

Señorita: Se lo merece.

Cabo: ¿Disculpe?

Señorita: Esa cachetada y más. ¿Interrumpo?

30
General: (La mira y se aleja unos pasos) No para nada. Solo estaba llorando mi dolor.

¿Quién es usted?

Señorita: ¿No me reconoce?… ¡Bárbaro!

Cabo: Usted perdonará al general, es un gran tipo, con mala memoria, pero…

General: La guerra no es lugar para señoritas.

Señorita: Mal hecho, muy mal, perro malo… peor que perro malo, humano malo.

Cabo: Le recuerdo que se está refiriendo a un general…

General: Cabo: Llévese a esta mujer, no me deja lamentarme a gusto.

Cabo: A una señorita no se le despacha, general… Disculpe, ¿qué la trae por aquí?

Señorita: Sabe que su madre no se lo va a perdonar, lo sabe, ¿verdad?

General: Mi madre es una santa.

Cabo: La madre del general es muy bondadosa.

Señorita: Por eso mismo.

General: ¿Qué tiene que ver mi madre en esto? ¿Qué tiene que ver usted en esto?

Señorita: Ya no se acuerda… vaya, qué cosa, usted que fue capaz de hacer “eso que

usted sabe”, ahora finge demencia.

Cabo: ¿Se conocen?

General: La señorita es…

Señorita: No te atrevas a manchar mi nombre con tu boca sucia.

General: Perdón, preséntate tú, entonces.

Señorita: Me llamo: señorita, mucho gusto.

Cabo: Mucho gusto, señorita. ¿Qué hizo el general si se puede saber?

General: No lo diga, por favor, no lo diga con sus dulces labios.

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Señorita: Él provocó que aquí haya millones de cabezas que nunca usarán sombreros;

haciendo “Eso que no diré por señorita”.

Cabo: Pero, ¿cómo?

Señorita: Dígaselo, si es tan hombre.

Cabo: Sí es. ¿Verdad general?

General: Todo empezó con… bueno estaba yo ahí parado nada más y… pues pasó todo,

tú sabes como pasan las cosas, uno solamente está ahí en el momento incorrecto y de

pronto…

Señorita: Usted no estaba en el momento incorrecto, usted hizo que el momento se

volviera incorrecto, no lo niegue, no pudo contener sus enormes ganas, hubiera

dejado de ser usted...

Cabo: El general es un hombre intachable.

Señorita: Además tiene amaestrado a este pobre simio para que le adule, no tiene

vergüenza, pero ahora mismo le va a dejar de adular, dígale cómo causó la guerra,

dígale que todo mundo está muerto por culpa de sus impulsitos, anda dígale: “Eso que

sabe tan amargo al paladar”.

General: Bueno, yo…

Cabo: No por favor, no me diga, no quiero odiarlo, señorita, disculpe mis modales,

pero le voy a tener que pedir que se vaya, no soportaría ver manchado el nombre de

mi general.

Señorita: No me diga que es de esos que…

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Cabo: No, para nada, pero “Eso que dice usted que él hizo” no suena nada bien y las

cosas que no suenan bien es mejor no decirlas ¿no cree? Por las buenas costumbres,

como dice mi madre.

General: Sí, las buenas costumbres.

Señorita: Este hombre no tiene buenas costumbres, cuando él presiona lo hace sin

bondad, porque le gusta presionar ¿no es así? Dígale cómo presiona, usted. Explíquele

para que lo conozca, desenmascárese.

General: No siga.

Señorita: Dígale cómo cuando presiona, las cosas se salen de control, cómo aprieta y

grita como un desaforado mientras…

Cabo: Me estoy imaginando cosas sucias.

Señorita: Lo son.

General: No tanto.

Señorita: Mire cabo, ¿puedo llamarle cabo? Voy a enseñarle lo que hizo el general, lo

voy actuar, para que lo vea.

General: No quiero ver. (Se tapa los ojos, ella se agita de forma extraña)

Cabo: ¡No!

Señorita: Oh, sí, y además… (hace una serie de abstracciones corporales)

Cabo: ¿Estoy viendo lo que creo que estoy viendo?

General: ¿Ya acabó?

Cabo: No interrumpa general, siga, usted… Entonces… y luego usted… no, eso no es

posible… ¿En verdad hizo eso general? No lo puedo creer… Dios mío, Dios mío, no creo

en Dios, pero Dios mío, eso es repugnante general.

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Señorita: Sí… Eso hizo.

General: Supongo que no me verás nunca de la misma manera. Renunciaré a mis

condecoraciones y…

Señorita: Estará usted de acuerdo que la mamá del general va a estar muy enojada.

Cabo: Y eso que es muy bondadosa.

General: Lo sé… yo también me odiaría.

Cabo: ...Me da asco, ha dejado usted de ser mi héroe de todo el mundo. Yo lo creía a

usted capaz de todo, pero de todo lo bueno, no de esa porquería, es usted… un pobre

infeliz, un proxeneta, un mal parido, mire que para hacer “eso que la señorita actuó” se

necesita ser muy poco hombre, no merece usted ser general, ahora mis hijos se

quedan sin patria y todo porque usted andaba de caliente…

Señorita y general: ¿De caliente?

Cabo: Sí, eso mismo, de caliente, ¿por qué otra razón violaría usted a la hija del

presidente de los Estados Unidos en la mismísima casa blanca y frente a su padre?,

Para eso se necesita ser un macho, un bárbaro, un cabrón, un imbécil, porque mira que

traernos a los gringos encima, es un suicidio que sólo a usted se le pudo…

Señorita: ¿Es usted tarado? Pero ¿cómo pudo entender eso, de lo que yo actué?, Si me

moví en las direcciones adecuadas con la emoción correcta y mi cuerpo diciendo tanto

y tanto… No entiendo, no tiene sentido, soy una gran actriz, he estudiado tanto y ¿para

qué? Si no puedo conmover a un taradito, si no puedo transmitir “Eso que es tan

terrible, tan contundente”, ¿cómo voy a transmitir el amor materno o la

desambiguación del alma?... Soy un fracaso.

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Cabo: No se ponga usted así, yo lo entendí bien, estaba él presionando y usted ahí

moviéndose y luego él, y luego usted, sí… no diga que lo entendí mal. Soy buenísimo en

dígalo con mímica, siempre gano los concursos en mi casa, incluso mi mamá dice que

si la vida fuera dígalo con mímica, yo sería millonario. Tal vez si lo actúa de nuevo…

Señorita: No soy mala actriz ¿verdad?

General: Eres la mejor.

Señorita: Es la mente sucia y cochina de tu simio, ¿verdad? No es que yo no pueda

transmitir… es eso… es eso, ¿verdad?…

Cabo: Ser o no ser, dónde estás que no te veo.

General: Ese es el dilema, imbécil.

Señorita: Lo actuaré de nuevo, tengo la idea perfecta para que lo entienda, para decir

sin decir, para corporeizar el drama de “Eso que no debe ser dicho”. Será arte, la

sublimación de lo horrible…

Cabo: Sí, sí, bravo, bravo, venga, hágalo.

General: Nadie va a representar nada otra vez, ya bastante tengo con haberlo hecho

yo, y que lo haya repetido ella. Yo lo diré. Una vez que lo haya hecho… te pido que me

dispares con esta pistola, dos buenos tiros, en el corazón, para que no pueda latir al

compás de un tango, ni emocionarme por un beso o un chocolate.

Cabo: Le advierto que si usted no hizo “eso que yo creía que hizo”, entonces tal vez no

sea tan grave, tal vez vuelva usted a ser mi héroe número uno de todo el mundo, y si es

así, no le dispararé, se lo advierto.

Señorita: Hable, general. Deje que la palabra lo libere.

General: Pero antes, diré un discurso previo, si me lo permiten.

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Cabo: Yo sí, a mi me encantan los discursos, mi mamá dice que yo puedo ser un gran

orador, pero mi papá dice que eso hay que dejárselo a los orates y como yo de

orangután no tengo nada…

Señorita: Con un demonio, cállese. Hable, general. Yo me taparé los oídos, (lo hace)

cuando llegue a la parte que quiero escuchar, hágame una señal.

General: Cabo, apúnteme y preste atención, usted sabrá cuando disparar.

(Ella da un paso atrás y destapa sus oídos, el cabo le apunta al general con la mano

temblorosa poniendo mucha atención)

General: Siempre he creído en los valores, en la bondad del mundo, en la bondad de

mamá… tan buena ella, me crió como un buen muchachito, un muchachito que sería

exitoso; pero un día conocí a la señorita, y nos enamoramos, yo un general, ella una

señorita, no había más que decir, pasó lo que tenía que pasar y…

(El cabo con lágrimas en los ojos le dispara muchas veces al general)

Señorita: ¿Qué ha hecho? ¡Estaba a punto de decirlo!

Cabo: Pero si… no me diga, no es verdad, ustedes dos quieren confundirme, no soy

ningún imbécil, no tengo por qué admitir que se me trate así. ¡Mi mamá siempre dice

que yo sé escuchar muy bien a la gente y entenderlo todo bien! ¡Y así es! ¡Así es! (El

cabo en un rapto de furia le dispara también a la señorita)

Cabo: Eso que el general hizo es claro, evidente, mi mamá estará orgullosa de mi… yo

escribiré libros de historia, explicaré el por qué de esta guerra, de todas las guerras…

No necesito explicaciones, las cosas son claras y si no se entienden es porque las

explicaron mal, muy mal, no es culpa mía, no soy un simio, ¡ni un orador! Soy un

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hombre. (El cabo se apunta la pistola en la boca, se hace el oscuro y se escucha: That

thing you do! de The Wonders, )


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Serpientes y Escaleras
De Xavier Villanova

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Un tablero de cartón. Un dado. Deseo o Destino. Karma o Kama.

------- ELLAS -------

Fabiola: Dos.

Paula: Cuatro.

Dulce: Uno.

Jessica: Paso.

Fabiola: Tres.

Paula: Cuatro.

Jessica: Seis.

Dulce: Para llegar subimos.

Jessica: Antes bajamos y antes de eso subimos y…

Paula: ¿Cuántas van?

Fabiola: ¿Serpientes o escaleras?

Paula: Caídas.

Jessica: ¿Por qué estas obsesionada?

Paula: El cien es inalcanzable.

Dulce: Una cosa es lo que deseas y otra a la que estás destinada.

Paula: A mi me va a pasar lo que yo quiera, llámame rebelde, pero el destino me la

pela.

Fabiola: ¿Seguimos?

Dulce: ¿A quién toca?

Paula: A mi no.

Jessica: ¿Voy?

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Fabiola: Deberías tirar por preguntona; pero no: Voy. Pasen el dado. (Tira) Cuatro. Un

zumbido. Cortador de pasto. Nueve, diez, once y... Escalera.

A ver tire cada una el dado. A la que le toque 1 o 2 será mi madre, 3 o 4 mi hermano, 5

o 6 mi padre… Pero rápido, el cortador se hace más fuerte. Vas. Vas. Vas…

Ok. Entonces… Tú eres madre. Tú padre. Ella hermano.

------- FABIOLA -------

Es domingo, hace sol. Él podando el césped del jardín, yo hablando con mis muñecas,

mi madre cocina o supervisa, mi hermano juega al Super Nintendo.

Madre: ¿Qué tanto dices?

Fabiola: Nos estamos poniendo al corriente, mamá.

Madre: ¿Sobre?

Fabiola: Cosas de mujeres.

Hermano: Su novio imaginario.

Fabiola: No cierto.

Hermano: Ayer te vi hablando con él por la ventana y cuando salí no había nadie.

Fabiola: Te oyó y se escondió.

Hermano: ¿Como fantasma?

Fabiola: En los matorrales.

Hermano: Me fijé.

Fabiola: Mentir es pecado.

Hermano: Ma, ¿verdad que Fabas tiene problemas?

Madre: Sigan y le llamo a su padre.

Hermano: Uy, qué miedo.

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Madre: ¿Le llamo?

Fabiola: No, ma. Me callo, no digo nada. Sí es inventado. Mi novio; es imaginario.

Hermano: Qué exagerada, ni que fuera un tirano. Llámale a ver qué opina.

Padre: ¡Violeta! ¡Mierda! Me cago en la putísima madre, ¡Violeta!

Fabiola: ¿Papá? ¿Le pasó algo a papá? (A sus muñecas) Shhh. Ustedes tranquilas.

Padre: ¡Carlos!

Madre: ¿Qué pasa? ¿Por qué tanto escándalo?

Padre: Se atoró la cortadora y la… la… la pateé para desatorarla y… duele un chingo,

ayuda, ¡Carlos!

Madre: ¡Voy!

Padre: (Entrando) Necesito un hospital.

Fabiola: Esta sangrando como jarra de koolaid de Jamaica.

Padre: Quédense aquí, madre y yo vamos y venimos.

Hermano: Ni madres, te acompaño.

Padre: Su madre me lleva… Carlos… Si me pasa algo, cualquier cosa que… quiero que

te… que te hagas…

Hermano: No chingues, Pa. A ver quita la toalla. Ma, ¡enséñanos la herida!

Padre: No en frente de Fabiola… Violeta… Vámonos.

Fabiola: (A sus muñecas) Ahora vuelven. Ahora vienen. Ahora se salen de casa. Papá

cojea. Se agarra la pierna con una mano y el pecho con la otra. La toalla que envuelve

su pie gotea el piso de madera. Madre acompaña al coche, él está pesado, se balancean,

llegan como pueden, Madre no puede abrir y sostenerlo al mismo tiempo. Carlos corre,

les ayuda y entra al asiento trasero, jala a Padre desde dentro, de los hombros. Madre

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sube al volante. Padre aprieta la pierna, se muerde los labios, me echa una mirada

fuerte, se guarda un grito. No quiero mirar por la ventana, pero…

Madre: ¡Nos vemos después, cierra la puerta!

(Interrumpiendo)

Paula: Me va.

Fabiola: No he terminado.

Paula: Dije…

Jessica: Ya no quiero jugar.

Paula: Nadie te invitó. Hazte.

Dulce: Bueno, vas.

Paula: Si me sale tres.. Paso sin ver, directo al 51 y de ahí al 99… ¿Listas para perder?

(Tira) Uno. Maldita Sea.

Jessica: Serpiente.

Dulce: Caes al 21. ¿Qué te pasó a los 21?

------- Paula -------

(Paula es ahora Violeta).

Violeta: Tiren los dados, pa repartir su suerte, pendejas.

Jessica: Cálmate.

Violeta: No chingues. Relaja la raja, hermana. Es más, ¿cuáles dados? Tú serás Venus,

tú Sabina y tú Kiwi.

Kiwi: ¿Cuánto sacaste hoy?

Violeta: Diez mil.

Sabina: ¿De?

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Violeta: Mamadas, ya sabes.

Venus: Fueras tan buena.

Violeta: Cuando me dejan trabajar, porque luego se andan moviendo como gusanos

con chile y limón.

Venus: ¿Cuándo te vas?

Violeta: ¿Qué más da?

Kiwi: Ya casi los juntas ¿no?

Sabina: No te van a dejar.

Violeta: Pues ¿qué películas ves?

Sabina: Te va a pedir la de la despedida y cuando se la des, te va a querer cobrar tus

deudas y te chinga.

Violeta: No debo, pendeja, mi pasta es mía.

Sabina: Relaja la raja, hermanita. Debes, ahuevo que debes.

Violeta: No pido.

Kiwi: Pus si no es lo que pides si no lo que dejas de ganar… por hora.

Violeta: Mames, ¡qué inventan!

Kiwi: Un cliente te pide a ti y tu chamba es vaciarle los bolsillos, pero con tus

“mamadas” le sacas mil o dos mil; ora, de esos morlacos, te toca el treinta, ya sabes, el

famoso 70/30… pero la bronca está en que… Si el antro pudo sacar nueve o diez mil de

tu boquita y… el cliente se va con su guardadito… esas son pérdidas a tu cuenta.

Violeta: Nadie me dijo.

Kiwi: Todas intentamos irnos alguna vez.

Violeta: No chinguen y por qué no cuentan.

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Venus: Es bonito pensar que una va a lograrlo o mejor aún, es bonito ver a otra

intentarlo.

Violeta: Yo no debo madres. Ahí se ven.

Paula / Violeta: No te van a dejar. / No regreso. / Saben donde vives. / Me piro. / ¿Y

tu familia?… ¿tu hijo? / Les di mal la dirección. / No te puedes ir sin ÉL, pero tampoco

se lo puedes dejar a tu papá, ya stá grande pa que le pidas que huya. / Soy una

guerrera. / ¿Así te dices al espejo? Ternurita. A ver dilo: “Soy una guerrera valiente y

me voy a escapar para que maten a mi padre y a mi hijo”. Dilo. / Yo te inventé para

aguantar, no pa’ chingarme. / Te encanta la puteada, hermanita. / ¿Por qué no me

ayudas? / A mi me fascina ¿a ti no?/ ¿Qué de todo? / Ver como me devoran con mil

lenguas que jadean y frotan sus penes erectos que buscan romper sus jeans apretados.

Ellos tan grandotes y erectos cuando bailo, cuando me muevo, cuando les pongo

enfrente mi panochita. / Sí. Nos gusta que nos vean; no que nos paguen. / La mejor

parte es el dinero. / ¿Ah sí? Llorabas anoche. / No me avergüenzo, porque lo hacemos

por quién lo hacemos. / Ya terminé. Soy libre. / Escapar, suena bonito, irreal, pero

bonito. / Suena posible. / Suena a caída.

Dulce: Te toca, Jess.

Jessica: A mi pueden saltarme.

Paula: A mi me faltaba una parte.

Jessica: Que siga.

Dulce: ¿Por?

Jessica: Nada. Jueguen, yo tiro después.

Paula: Vas, Dulce. A mi ya me interrumpieron… Culeras.

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Dulce: (Tira). Cinco. Setenta y siete, setenta y nueve, ochenta y uno. Otra serpiente. Ya

me salaste. Caigo hasta el… once.

Paula: Todas tenemos las mismas posibilidades de cagarla, es el karma, ¿no?

Fabiola: Cortador de césped. Sol. Sangre que gotea. Es el ruido otra vez.

Duce: No. no es el ruido otra vez. Le toca a Jess, ella no se atreve, se pasma. A Paula ya

la interrumpieron. Me toca.

------- FABIOLA -------

Fabiola: Perdón, es que ya es hora de seguir con lo mío. Luego vas tú ¿ok? Es que… (A

las chicas como a sus muñecas) La pierna está envuelta en sangre. Ellos van al hospital.

No vuelven. Pasan horas. Una, cinco, siete. Llega la noche. No llaman. No vuelve. ¿Qué

habrá pasado con él? Es de mañana, nos quedamos a dormir en la alfombra de la sala.

Ruido de llaves. Al fin.

(Entra Madre seguida de Hermano)

Madre: Tu padre se rebanó el dedo gordo del pie con todo y hueso.

Fabiola: ¿Pero… va a quedar bien?

Madre: Le van a hacer un injerto con tejido de piel de abajo de su espalda y…

Hermano: Mentir es pecado.

Madre: Cállate.

Hermano: Mentir es pecado, Ma, tú lo dices, yo no.

Madre: Basta.

Fabiola: ¿Qué pasa?

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Hermano: Papá desmayó camino del hospital, del dolor. Sí, se rebanó el dedo gordo

del pie, trataron de injertarlo, pero había perdido sangre; tuvo un infarto y… Pa no va

a quedar bien, Fabs.

Fabiola: No es cierto. Mentir es pecado, mentir es pecado, mentir es pecado, mentir

es…

Hermano: Es la verdad.

Fabiola: ¿Mamá?

Madre: Es la verdad.

Fabiola: (Pausa) Qué alivio.

Hermano: ¿Qué?

Fabiola: Mentir es pecado, ¿no?... Pues qué alivio… Voy a llamar a mi novio.

(Pausa)

Dulce: ¿Terminaste?

Fabiola: Ya.

------- DULCE -------

Dulce: Caigo al once. Casilla del diez mas uno. Estamos en casa. Ustedes repártanse

como quieran los papeles. O sean voces, da igual, solo necesito a una persona, y ella no

habla, se encierra. Ruido de telenovela. La televisión ensordecedora. ¿Quién puede

verla tan fuerte?

Mamá 1: Abre. ¿Mamá? ¡Mamá! Abre la puerta.

Dulce: ¿Qué pasa?

Mamá 2: Nada. ¿Mamá? ¿Por qué no contestas? ¿Estás dormida?

Dulce: ¿Abue?

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Mama 3: ¿Quieres un té? ¿Te pegaste?

Todas abuela desde dentro: Déjame en paz, estoy ebria y ni tanto ni tantito.

Dulce: ¿Estás qué?

Mama 1 y 2: Tomada, mija, se le pasaron las copas, es todo.

Mamá 3: Voy a bajar a hacer la comida.

Mama 1 y 2: No está bien. Está tomada.

Mamá 3: Voy a bajar a hacer la comida.

Mamá 1 y 2: No está bien. No está. No. Es-Ta-To-No es Nada. No está hecha po-ma-da.

Está: E-bri-a. No. No. No está bien.

Mamá 3: Voy a bajar.

Dulce: ¿Mamá?

Mamás 1, 2 y 3: Voy a bajar, voy a bajar porque no está. No está tomada. No. Voy a…

Dulce: ¿Mamá?

Mamás: ¿Qué quieres que te diga? No está bien. Ya basta. ¿Mamá? ¿Estás bien? Bájale

a la… No está bien. ¿Mamá? La tele ensordece.

Dulce: Me estás asustando.

Mamás 1 y 3: ¿Por qué no contesta? Qué raro. Qué bien. Hacer la comida. Hay que

comer. Hay que hacer la telenovela. Hay que estar bien, hay que…

Dulce: Ya no juego, te va Dulce.

Jessica: Les dije que yo paso.

Dulce: Te va.

Mamás: ¿Por qué ya no juegas, mijita? ¿No quieres ver lo que le pasó a la…?

Dulce: Vás, Jessy.

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Jessica: No. Ustedes encontraron el tablero y se les hizo chido jugar. ¿Cuánto llevamos

aquí? ¿Cuántas veces? ¿Cuántas repeticiones? ¿Cinco? ¿Seis?

Fabiola: Dos.

Paula: Cuatro.

Dulce: Uno.

Fabiola: Tres.

Paula: ¿Cuántas?

Fabiola: ¿Serpientes, escaleras?

Paula: Caídas.

Jessica: ¿Por? Yo no estoy obsesionada.

Paula: ¿El cien? Inalcanzable.

Dulce: Una cosa es… deseas. Otra es… destinada.

Paula: A mi me va a pasar lo que quiera, llámame rebelde, pero el destino me…

Fabiola: ¿Seguimos?

Dulce: A la víbora, víbora, de la mar, de la mar, los de atrás pueden… los de adelante…

y los de atrás se…

Paula: Tras, tras, tras.

Jessica: ¿Quién va?

Fabiola: Deberías tirar por preguntona, pero no; voy.

Dulce: No. Va Jessica, que juege porque el juego sigue, el juego no ha terminado.

Jessica: No, va Dulce que es la que no ha terminado.

Paula: Para el caso yo tampoco he… terminado. Quiero venirme. Estoy histérica ¿sí?

Jessica: Vas termina.

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------- PAULA -------

Paula: No recuerdo en qué estaba.

Venus: Ibas a ir a ver al padrote para lo de tu… partida, pinche india pata rajada.

Jessica: Tablero hindú.

Venus: ¿Pinche India? Al menos no ingenua.

Kiwi: ¿Qué tanto dices, zorra?

Paula: Que tú eres Padrote. Vas, siéntate. Vine a hablar contigo.

Kiwi: Nel, a eso no juego.

Paula: Tons ¿quién?

Sabino: Pasa.

Paula: Mejor descanse. Nos vemos mañana.

Sabino: Dijeron que estás pensando en irte.

Paula: ¿Yo? No, para nada. ¿Quién dijo?

Sabino: Venus trajo el chisme.

Violeta: Esa pendeja no sabe ni donde dejó sus pezones. No le haga.

Sabino: Te puedes, ir. Sin deudas. Una última mamada, y te vas.

Paula: ¿En serio? Porque, porque, estoy bien. Estoy agusto.

Sabino: No estás. Ven. Se acaba cuando yo acabe.

Paula: Quítese los pantalones.

Sabino: Juega. (Se los baja).

Violeta: Ahora sí, papi. Saque la Cobra.

Sabino: Mmm, me gusta que le pongas apodos de animales.

Violeta: ¿Así rico?

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Sabino: Justo así.

Violeta: ¿Mjm? Toma chango tu banana. (Le entierra un cuchillo en el estómago).

Sabino: Pen… de…ja. Sigue chupando, pen… (Cae). Yo caigo ahora, pero la que caes

eres tú… y tu niño… Nah… No tienes los huevos. (Se pone de pie) No me hiciste nada,

no me acuchillas, no nada, trabajarás aquí dos años más hasta que puedas con tus

“deudas” luego, cuando ya no sirvas, te dejaré ir, pero te advierto que aquí nadie se va,

los vamos, ah, por cierto, este errorcito, te tira hasta la casilla siete.

------- DULCE -------

Mamá 1: Se cayó.

Madre: Tu padre se rebanó el dedo y…

Mamás 1 a 3: Tu abuela se tomó unas pastillas, mija, no está tomada. Está ida, part-

ida de ajedrez, partida.

Dulce: ¡Abuela!

Jessica: Ya párenle.

Violeta: Toma chango tu banana.

Dulce: A la víbora, víbora de la mar, de la mar… Por aquí podía pasar. Los de adelante

corren mucho y mi abuela atrás se quedará, tras, tras. Una abuela que pastillas se

metía, Prozac y Valium una y otra se metía. Verbena, verbena, tomada está en su cueva,

verbena, verbena, la abuela y su novela. Manzanita de oro, déjame pasar. ¡Abuela!

Déjame pasar, ¡Abuela!

Mamás 1 a 3: ¿Será melón será Sandía? ¿Será la vieja del…? ¿Mamá?

Dulce: Será la vieja del…

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Paula: Mi mamá está en el psiquiátrico… ¿Podemos tirar los dados a ver si puedo

resolver ese recuerdo?

------- JESSICA -------

Jessica: Aquí no se resuelve nada. Se los dije. Dejen el tablero y vámonos.

Paula: ¿Sabes qué me dijo mi madre cuando la dejé en el psiquiátrico? Cuando vio a

los pacientes encerrados y perdidos en sus mundos, me agarró del brazo, muy fuerte,

y me pidió que por favor no la dejara ahí, que no permitiera que la encerraran.

Jessica: Esto es distinto. Nosotras no estamos encerradas. Solo estamos jugando y

podemos salir.

Paula / Violeta: Salir. Escapar, suena bonito, irreal, pero bonito. / Suena posible. /

Suena a caída.

Jessica: Ok. Ya. Si lo que hace falta es que alguien gane. Tiro. (Cierra los ojos. Tira)

¿Qué cayó? ¿Me pueden decir? ¿Alguien?

Las tres: Cayó seis. Avanzas, subes una escalera, la más larga. Estás de suerte. ¿Qué

recuerdo te viene?

Jessica: Ninguno. Les toca.

Fabiola: Tiras otra vez.

Jessica: ¿Por?

Dulce: Salió seis, tira.

Jessica: Ok, pongan el dado en mis manos. (Lo deja caer sin abrir los ojos).

Paula: Seis. Ya estás en el 82, mucha suerte, casi te caes en el 81 como yo. Tira de

nuevo. Si te sale otro seis podrías llegar al 88 y directito al imposible.

Jessica: El dado…

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Fabiola: Vas.

Jessica: (Ella lanza el dado al cielo, este nunca cae, una de ellas lo cacha en el aire).

¿Qué cayó? No lo escuché caer. (Pausa). ¿Chicas?

Fabiola: Dos.

Paula: Cuatro.

Dulce: Uno.

Fabiola: Tres.

Dulce: Para llegar subimos, hicimos lo que antes hicimos, lo que hizo mi abuela, hará

mi madre y la tuya y haremos nosotros, ¿quién dice que no soy mi abuela?

Fabiola: O yo mi padre.

Paula: ¿Cuántas van?

Fabiola: Un elefante se columpiaba sobre la víbora de una araña, cómo veía que

resistía, fueron a… es circular, hermanita, relaja la… ¿Mamá? Se rebanó la… Mentir es

pecado, Sabino es un padrote, con cara de cartón, te rompe la rajita, con agua y con

jabón

Paula: El cien es inalcanzable. (Las tres sacan un dado de sus bolsillos y lo arrojan al

aire.) ¿Volvemos a empezar?

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ARTE/FACTO GRANDE
PARA EL AGUJERO NEGRO
de Xavier Villanova

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Francesca: Pasa.

Ediberto: ¿Puedo dejar mi paraguas en la puerta?

Francesco: Su paraguas es de samurái ninja.

Francesca: ¿Corta o es solo el mango?

Ediberto: Es… es una edición limitada que me trajeron de Japón unos amigos que…

Francesco: Lo pidió en Amazón, es de plástico, llegó al área de compras, firmé el

paquete.

Ediberto: Sí, también.

Francesca: Qué sexy.

Ediberto: Eso dice mi mamá.

Francesco: ¿Estás lista, amor?

Francesca: ¿No me veo lista, amor?

Francesco: Te ves…

Francesca: Me veo…

Francesco: Te…

Francesca: Me…

Francesco: Te… Me…

Francesca: Me…te…me… (Pausa) la.

Ediberto: Bueno, e, el, el, este, el, este… el aparato que traigo, o más bien el dispositivo,

¿está bien si le llamamos dispositivo? Es que… es más un dispositivo que un aparato…

Francesca: Mmm, a mi me encantan los dispositivos; tengo uno puesto que le permite

a Francesco venirse dentro, ¿verdad, papito?

Francesco: Así es.

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Ediberto: Eh, bueno, como decía, el dispositivo que diseñé para su entretenimiento

nocturno, ¿entretenimiento nocturno? ¿Les molesta si lo llamamos así?

Francesca: Llámalo como quieras, pero dánoslo ya.

Ediberto: El dispositivo que diseñé para su “entretenimiento nocturno” es, digamos,

un artefacto que solo puede ser operado por personal altamente calificado, es por esto

que le explicaba a Francesco que, bueno, si no les molesta, porque, él dijo que no les

molestaba, que si no les molesta a los dos, pues yo podría operar dicho dispositivo

mientras que ustedes… se… entretienen nocturnamente, ¿verdad?

Francesco: ¿Nos molesta, Francesca?

Francesca: A mi no, ¿a ti?

Francesco: Un poco, la verdad es que un poco.

Ediberto: Pe, pe, pe pero dijiste que no te molestaba.

Francesco: La idea no me molesta, pero ya teniéndote aquí, viendo como miras a mi

esposa, como la devoras con tus cuatro ojos de plástico con aumento comprados en la

farmacia de la oficina, como te comes con tu robusta imaginación ese pedazo de carne

fresca con negligé de encaje semitransparente que es mi mujer…

Francesca: ¿Te gusta mi negligé de encaje semitransparente, Ediberto? ¿Te la pone…

robusta?

Ediberto: Preferiría no contestar.

Francesco: Adelante, contesta.

Ediberto: Eh… Sí.

Francesco: ¿Ves por qué me incomoda… un poco?

Ediberto: Eh… Sí.

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Francesco: Pero nadie puede operar el dispositivo de, ¿cómo es que le llamas? ¿fiesta

nocturna? Mas que tú, ¿cierto?

Ediberto: Entretenimiento… Y sí, eh, sí, es correcto… Bueno, podrían operarlo ustedes,

pero dado que no son personal altamente calificado en tecnologías de la privacidad

nuclear, podrían ocasionar una fisión que desembocara en un estallido de protones y…

Francesca: No me dijiste que hablaba tan sucio… Ufff, estallido de protones, ya quiero

sentir esa calurosa fisión dentro de mi. Estoy toda empapada, ven Francesco, toca

tantito, ¿sientes cómo estoy mojadísima por dentro? Ven Edi, ven a sentir como estoy

lubricada y lista para recibir tu alta tecnología de la privacidad…

Francesco: Bueno. Suficiente. Ediberto Perez, no hagas esperar a la dama, ¿puedes

encender el dispositivo y luego… marcharte para dejar a los adultos copular?

Ediberto: Eh, teóricamente podría, pero si pasa algo en mi, en mi, en mi, en mi

ausencia, me, me, me sentiría responsable.

Francesca: ¿Eres virgen, Edi? ¿Puedo llamarte Edi?

Ediberto: No, eh, sí.

Francesca: No eres virgen y sí puedo llamarte Edi o sí eres virgen y no puedo llamarte

Edi, no entendí, ¿me explicas, Ediberto P.?

Francesco: Que sí que es virgen y que puedes llamarlo Edi.

Ediberto: Eh, no, no soy, y sí, puede llamarme Edi… perdí la, la, la virginidad con, con

un, bueno con un, con un robot de inteligencia artificial japonés que casi se sentía real,

se llamaba Ayumi 2.0 y su piel se sentía suave y, mi, mi terapeuta dice que eso cuenta,

que si mi cerebro sintió que era real, que si mi cuerpo sintió que era real, que si viví la

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experiencia de la penetración y eyaculé y besé un cuerpo animado, electrónicamente,

pero animado, entonces… ya no soy virgen… Edi está bien, señora.

Francesca: Señorita, señorita Francesca para servirte a ti, a mi marido y a Dios, bueno,

a Dios solo cuando me vengo… y eso queremos esta noche, ¿no, Edi? ¿Venirnos?

Francesco: ¿Quieres que se venga?

Francesca: ¿Tú no? ¿Quieres dejarlo con los huevitos azules?

Francesco: No me molestaría.

Francesca: No seas egoísta corazón, además, venirse todos juntos siempre es más rico,

¿no es cierto, Edi?

Ediberto: Eh, sí, por la sincronicidad y la teoría de conjuntos infinitos de Kantor y… sí.

Francesca: ¿Ya ves, mi amor?

Francesco: Bueno. Está bien, puede quedarse a operar y a ver y a… venirse, puede

venirse, puedes venirte, Ediberto, ¿está bien? ¿Vas a operar y a venirte?

Ediberto: Eh, sí.

Francesca: Uy, me encanta como duda y luego afirma y luego… ay, para la próxima

que él también juegue con nosotros, ¿no? Es más, de una vez… ¿Anda, sí? Di que sí,

papito, dile a Edi que puede participar, estoy súper cachonda y quiero sentir cuatro

manos encima y... y… y el aparato y… uy ya no puedo más.

Francesco: ¿No crees que estás llevando esto demasiado lejos? ¿No te soy suficiente?

Primero necesitas un aparato para venirte y, ¿y luego necesitas a Edi? ¿No será que al

que no necesitas es a mi?

Francesca: ¿Por qué te pones así?

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Ediberto: De, de, de todas maneras no se puede, señorita, técnicamente el dispositivo

solo tiene dos puertos de salida, que son los que se conectan en el orificio anal de

usted y en el de su compañero y… A menos que lo hiciéramos por turnos… Además

tiene cuatro sensores que son los que se conectan, dos en los pezones de usted y dos

en los de, en los de su marido y… A menos que lo hiciéramos por turnos y… Tiene,

tiene un propioceptor que se coloca sobre el tercer ojo, es decir sobre la glándula

pineal del que opera la, la fantasía, que tendría que ser yo, y entonces envía las

descargas de protones y… a menos que quieran turnarse y, y, y… bueno eso podría

funcionar.

Francesco: ¿Turnarnos?

Francesca: Turnarnos…

Ediberto: Quiero decir cambiar de roles… ¿Ha jugado rol? ¿Calabozos y dragones?

Cada quien tiene un personaje, y entonces bueno hay un libro y unos dados y…

Francesco: ¿Turnarnos? ¿Tú quieres turnarte conmigo, Ediberto?

Francesca: Deja que se turne, ¿sí?

Francesco: Bastante tengo con que quiera controlar la fantasía, con que nos vaya a

sumergir en una serie de estímulos medievales tridimensionales de corsets y látigos y

báculos de magos y quien sabe cuánta cosa extraña japonesa hentai, como para que

además, Ediberto quiera turnarse…

Francesco: Cuando tú te pongas el propioceptor, ¿lo dije bien, Edi?

Ediberto: Eh, sí.

Francesca: El propioceptor pineal,

Ediberto: En la glándula, glándula pineal.

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Francesca: Pineal, me encanta, escúchalo, pineal, es súper… pi…ne…al… umm, cuando

tú te lo pongas amor, puedes sumergirnos a mi y a Edi en una fantasía de cuero y

azotes y orgía urbana.

Francesco: Entonces ¿él nos sumerge en un baile de máscaras medieval con

pokemones hentai y yo en cambio los sumerjo a ti y a él en una orgía swinger en una

bodega de Nueva York, llenos de sudor y carne?

Francesca: Ajá, sigue, sigue pensando en voz alta, mi amor, me encanta cuando pones

en crack a tu ardilla.

Francesco: Eres una cínica romántica ácida atrevida y…

Francesca: ¿Y?

Francesco: Y….

Francesca: Ajá…

Francesco: Y…

Francesca: Ajá…

Francesco: Y además te quiero mucho.

Francesca: ¿Me quieres mucho?

Francesco: Sí.

Francesca: ¿Tenías que decir eso?

Francesco: Es real.

Francesca: Mata la pasión, ¿sabes?

(Pausa)

Ediberto: El, el dispositivo ya está listo, ya se calentó el acelerador de partículas y… y

si no lo, si no lo activamos ahora, puede crear una reacción en cadena que…

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Francesca: Conéctanos.

Ediberto: Sí, señora, digo, señorita.

Francesca: A mi y a este que… “me quiere mucho”… Aj…

Ediberto: Eh, sí. A ver, inclínese, esto va a dolerle un poco, pero solo un poco.

Francesco: Un poco, sí.

Ediberto: Ahora usted, señorita… Esto va a…

Francesca: Me encanta que me duela.

Ediberto: ¿Ah, sí?

Francesca: Sí.

Ediberto: Ahora, esto va en sus pezones y… ¿le molesta si le bajo un poco el negligé

para ponerle los sensores?

Francesco: A mí un poco.

Francesca: Hazlo, pero despacio, con la boca.

Ediberto: Eh, está bien. ¿Así está bien?

Francesca: Ay, sí, muy bien, Edi.

Ediberto: Gracias, ahora usted, aquí tiene Francesco, po, po, póngaselos con cuidado

en sus pezones.

Francesca: Ya empieza, ya empieza, ¿sí? Ponte ese propioquiénsabequé en tu glande

y…

Ediberto y Francesco: Glándula.

Francesca: Ay lo que sea, póntela y…

Francesco: Sí ya, póntela.

Ediberto: ¿Listos para la fantasía nuclear de entretenimiento nocturno?

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Francesca y Francesco: Sí.

Ediberto: Este es un pequeño paso para Ediberto y un gran salto para la humanidad…

3, 2, 1, despegue….

(Pausa)

Francesca: Ay, sí, uy, sí, ay, sí qué rico, uuuuuuuufffffff, esto se siente… se siente… ay,

carajo, estoy viendo a Dios, estoy… ¿me estoy sugestionando?

Francesco: ¿No sientes nada?

Francesca: No.

Francesco: ¿Edi?

Ediberto: Tendría que estar funcionando… Tendría que estar funcionando. Tendría

que funcionar, pero, pero, pero… pero ustedes dos son un par de idiotas, ¿cómo es

posible que lo arruinen cada vez? Lo único que les pido es que sean una pareja normal,

que se comporten de una manera normal, no puedo conducir este experimento

científico si mis conejillos de indias insisten en fingir que se llaman Francesco y

Francesca, que tienen problemas maritales y que se desean con locura y que esta

palurda es una ninfómana que quiere involucrarme en sus juegos sexuales. ¡Me

distraen! Me… me… ¿no pueden simple y sencillamente ser sujeto de experimentación

A y sujeto de experimentación B? Alteran mis resultados y lo hacen con alevosía y

ventaja. ¿No les pago lo suficiente? ¿No les interesa la ciencia? ¿No quieren ser parte

de uno de los grandes descubrimientos del siglo que convertirá la pornografía de

videos en cosa del pasado? Yo soy un psicólogo neurocientífico, no un actor ni un

pervertido cualquiera, no puedo estar “jugando” con ustedes, me desconcentra. ¿Cómo

61
vamos a saber los impactos que tiene en el neocortex la estimulación virtual si no se

comportan como cerdos de guinea profesionales?

Francesca: ¿Minipigs?

Ediberto: Guinea pigs, conejillos de indias, sujetos de experimentación, con uncarajo.

Francesco y Francesca: Perdón doctor Edibert Perrès.

Ediberto: A ver, a ver, vamos de nuevo; sin chistes, empecemos rapidito, sin celos ni

pendejadas, se conectan la madre y dejan que el dispositivo haga el trabajo y nada de

actuarme naturalitos, nada de excitarse por ustedes mismos; no se calienten ni se

precalienten ni finjan que están puestísimos, o el aparato funciona o no funciona, o se

excitan o no se excitan, es así de simple, no hay subjetividad en la ciencia; así y sólo así

podremos avanzar, ¿entendido?

Francesco y Francesca: Eh, sí.

Ediberto: Bien. Grabando. Experimento Neurocientífico de estimulación neocórtica

sexual de entretenimiento nocturno fase 2, prueba 18.

(Pausa)

Francesca: Pasa.

Ediberto: ¿Puedo dejar mi paraguas en la puerta?

Francesco: Su paraguas es de samurái.

Francesca: Y… corta…

Ediberto: Es…

Francesca: Bésame Edibert.

Francesco: ¿Qué?

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Ediberto: A la mierda la puta ciencia, ven sujeto de experimentación A, fisióname el

glande.

(Se besan apasionadamente y se acarician con furor; Francesco o Sujeto de

experimentación B se queda mirándolos atónito; el dispositivo comienza a emitir una luz

brillante, suena una alarma, Edibert y Sujeto A fajan semidesnudos en el piso

completamente inmersos en su deseo. Sujeto B intenta desactivar la máquina, encuentra

un cable, lo desconecta y... Explosión).

OSCURO NUCLEAR


63

CUPCAKE
CONSOLADOR
De Xavier Villanova

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Cero:

Cinco, cuatro, tres, dos, ataque de pánico. Respira, respira, uno, dos, tres, cuenta hasta

diez, cuatro, cinco, seis, cuenta hasta cien, siete, ocho, nueve, nueve y cuarto, nueve y

medio; maldita sea no me voy a calmar. Ok, un poquito. Ese cabrón vino a mi show.

¿Qué mierda hace ahí? Quiero decir, es un maldito standup comedy, no es cómo que

puedo aplicar mis chistes sobre mi ex novio si mi querido ex novio está ahí, y no es

como que no lo voy a ver, porque lo veo, está ahí en la mesa siete con su cara de: “Hola,

te arruiné la vida y ya nadie quiere darte un papel decente en teatro gracias a que me

separé de ti y aún así pretendo que me importa tanto tu proceso que vine a verte a tu

standup comedy show”. A ver, a ver, ok, puedo saludar discretamente a mi

acompañante de la mesa cinco, decirle: “Yuhu, qué bueno que viniste a verme, corazón”.

Si tan solo fuera guapo, pero no, es un gordo-friki-gay que aceptó venir a ver mi show

y luego tomarse conmigo unas margaritas sin sal, después de la función. Si tan solo

hubiera invitado a un hombre guapo, fornido, inteligente, sexy con el que después de

la función me pudiera acostar, entonces, podría saludarlo para que ese lo viera, pero,

si tuviera a alguien así, no estaría llorando por ese; estaría encima del otro gritando de

felicidad. ¡Despierta! Eres una mujer hermosa, sensual, con pechos todavía firmes.

Eres una treintona chingona y graciosa: la gente se ríe de tus chistes, no siempre, pero

por lo general, y si eso no es un boost para la autoestima, no sé qué cosa me hará

sentir mejor. ¡Ya sé! Salgo y le dedico mi standup completo, así de: escúchame, imbécil.

Buenas noches, yo sé que toda esta gente pagó por su boleto, pero ahí te va: de mi para

ti, toda la comedia que surge del dolor que me provocaste.

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Uno:

¿Han notado como los hombres cuando te abandonan tienen tanta prisa que olvidan

su corbata favorita contra la cual pasarás días enteros lamentándote? De veras, es

patético. No, a ver:

Dos:

¿Han notado como cuando vas al psiquiatra para hablar de tu relación pasada notas

que tiene unas orejas como de elefante, y él nomás te escucha y te escucha, “dígame,

dígame, siga, siga”, y tú nada más quieres saltarle encima y chuparle esos lóbulos

inmensos y suaves pero a la vez duros y que mantienen esa forma de, de, de, orejas

calientes, pero él solo sigue y sigue con su “dígame, dígame qué le acongoja”, y una de:

me acongoja que le sigo y le sigo y le sigo contando de mi ex relación y usted se

comporta como mi amigo gay que nomás me dice que siga pero no se aprovecha de mi

estado frágil y descompuesto?

Tres:

Es cierto, una no está lista para las rupturas, una necesita cobijo, y no el tipo de cobijo

de quien te toma la mano y te dice: “amiga, cuéntame tus problemas, te invito un

cupcake, ríndete al abrazo amigui”. No; el tipo de cobijo que solo un hombre con

chamarra de cuero, unas tachas recién sacadas del horno de su dealer, una motocicleta

y un acostón sarnoso te pueden dar; sobre todo si es un extraño sacado de un callejón

oscuro, en una calle lluviosa, llena de clichés reconfortantes como letreros que dicen:

SIN SALIDA, Calle en REPARACIÓN o NO PASE, PELIGRO, FUERA, CORRA, Esto no es

una buena IDEA. ¿No les encantaría que la gente que viene a hacerte daño llevara un

pin amarillo pollo con letras negras que dijeran: PELIGRO PISO MOJADO, pero en lugar

66
de PISO, dijera tipo? No, porque si es un mojado y, un tipo, yummy, ya nos veo ahí

diciendo, mójame, mójame. Creo que es tiempo de abordar a un hombre y decirle:

Rómpeme el corazón.

Cuatro:

No. ¿Ok? Cuánto tiempo llevo aquí. ¿Seguirá mi público afuera, esperándome? Sobre

todo él; no mi acompañante que espera con ansias las margaritas sin alcohol, pero con

sal, no: Él, que me dejó atrás y gritando con mucha dignidad, “¡Vuelve o me suicido hijo

de tu puta madre!” Luego pienso: “¿Por qué no puedes ser un hombre y desaparecer de

verdad?” ¿Han notado como cuando cortan con alguien ese alguien se vuelve como los

fantasmas de tu niñez? Así tipo que estás con tus amigas contando la historia de la

muerte del ser aquel, y de pronto, justo a media anécdota, gritas: “¡Es él!” Y nadie te

cree, te dicen: “sí ajá”, y tú “sí, de veras, es él, el hombre sin escrúpulos que me rompió el

corazón en un centro comercial frente a todas mis amigas, o más bien frente a todas mis

conocidas, o más bien frente a los empleados de Nutrisa, diciéndome: ya no te amo”; y

tus amigas, “sí claro ahorita vamos a voltear, ajá, que te crea tu papá”, y en eso, cuando

por fin logras que volteen, él ya no está ahí, se ha ido, no venía a saludarte, y te dicen:

“ay, amiga, pa’ la otra cuéntanos una de vaqueros, pero que sí aparezca el vaquero y

¡ajúa!”

Cinco:

Reeeespira. Necesito un cupcake con una carita feliz mal dibujada con una mini duya

para mini cupcake que… ¿Han notado como los cupcakes son unos pinches pastelitos

con colores chillones que, si de la vista nace el amor, en este caso sería el terror

porque parecen pastelitos radioactivos que por alguna razón están de moda? Digo,

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porque, una vez que logras trascender el hecho de lo bizarros que se ven, los pruebas

y saben como a plástico fundido, sí, como a soldadito de plástico de esos que derretías

cuando eras niña mientras soñabas con hacer pedazos los corazones de los soldados

de verdad… Mmm, malditos cupcakes; por eso son adictivos, porque te recuerdan que

la vida, aunque cueste caro, la anuncien súper deliciosa, sus piezas se vendan por

separado y luego no venga con garantía, es un juguete increíblemente divertido, como

un consolador. Eso es. Necesito un cupcake consolador.

Seis:

¿De qué estoy hablando? Este material no va a hacer reír ni a mi acompañante que,

para este momento, ya debe estar masticando el popote de su bebida de cortesía con

una sombrillita que le trajeron por ser mi amigo; no mi novio, no mi hombre: mi

amigo gordo-friki. ¿Todavía le echarán éter a los hielos? Si no, deberían. ¿Se acuerdan

cuando éramos adolescentes e íbamos a las tardeadas? Porque así les decían, a pesar

de que ocurrían en la noche, les decían tardeadas, por no decirles fiestas con tus papás

al lado donde solo sirven coronitas y ponen música punchis-punchis; porque, en ese

momento, no era música rave, ni tecno, ni electro ponedora, oh, no: en ese momento

era el famoso punchis-punchis, puesto de moda por mi ídolo Adal Ramones por quien

me volví estandopera; él gritaba: ¿Quieren M-N-L-G? Y yo en mi casa, sentada, sola,

gritaba a todos mis pulmones: “¡Síiiiiiii!” Una vez fui a su programa, hice una cola

inmensa, llevaba un poster de Adal enrollado, y yo quería que me pasaran a conocerlo,

pero el primero que salió fue Mauricio Castillo, y dijo: “a ver, quién quiere bajar a

conocerme”, y yo, pensando que luego saldría Adal, grité: “YOOOOO, AQUÍ” y me

dijeron: “a ver la güerita, chaparrita de allá”. No podía creerlo. Bajé corriendo. Casi me

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mato, porque en ese momento traía el pie enyesado y andaba con muletas, pero así,

cayéndome y todo, logré bajar entre la gente, y cuando llegué a su lado, le dije: “¿puedo

besarte la pelona?” Era un chiste de Adal, él siempre se burlaba de Mauricio diciéndole

que si le podía besar la pelona, y yo pensé, “ya que estamos aquí”, pero él, como todo

buen hombre que sus amigos pueden decirle de todo y sapearlo u lo que sea, pero que

si una chica lo hace… Me mandó a freír espárragos, me dijo muy seco: “No”. Y yo le dije,

“bueno, ¿al menos me puedes firmar este póster?”, y me dijo muy seco: “No”. Y le dije,

“bueno, ¿al menos me puedo esperar aquí hasta que salga Adal?”, y me dijo muy seco:

“¡Seguridad!” Me sacaron del programa y no alcancé a ver a Adal, ni a Yordi Rosado.

Ese día me dije: “Voy a ser la mejor pinche estandopera del mundo para poder besarle la

pelona a Mauricio Castillo”; pero no ha despegado mi carrera, digo, estoy en el baño de

MicroTeatro fingiendo que soy una mujer despechada que tiene su novio ahí afuera de

su standup comedy show en un bar famoso de la Ciudad de México; fingiendo que

hablo conmigo misma y que eso tiene mucho sentido porque…

Siete:

¿Han notado como los monólogos son un montón de palabrería que, supuestamente

alguien se pone a hablar consigo mismo por una hora entera sobre su vida y milagros,

sufre una catarsis donde llora conmovedoramente, conteniendo el dolor de su infancia

hecha trizas; para, al final, llegar a una conclusión a veces esperanzadora sobre su

decisión de seguir avanzando sin mirar atrás? Yo me digo: ¿a poco no es una mamada?

Digo, ¿alguien en su sano juicio se ha puesto a parlotear una hora de ese modo? Es

decir, ¿por qué entramos en esa convención? Así de: ¿Quieren MNLG? La gente debería

gritar: “Nooooooo. A menos de que puedas darme una razón, una maldita razón para

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creerte que vas a aventarte una hora a hablar de tus problemas. Ah, y por favor que no

sea un maldito ataque de pánico, eh!” Dios, necesito un vaso de agua. ¿Alguien trae uno

por aquí? Y no me refiero a una botella de agua, oh no, yo quiero un vaso, porque, ¿han

notado como la pregunta han notado se utiliza muchísimo en el standup? Es como una

manera de decirle al público, “prepárense aquí viene una observación muy perspicaz

sobre sus vidas que, seguramente, ya se les había ocurrido pero no se habían atrevido a

exteriorizar y, por ende, se van a reir como idiotas, porque, aceptémoslo, eso son:

IDIOTAS”. Los hombres son IDIOTAS, sobre todo el mío. Es el típico wey que se sienta

en la mesa 7 después de haberme abandonado y pide un agua en botella, ¿quién hace

eso? Acaso, después de comerse los tacos de garnachas de la esquina, les da mucho

miedo que el agua que les sirven tenga bacterias, ¡ay par favaaaar! Respiran el mismo

aire contaminado de los trailers y las micros y las combis que, evidentemente, no han

pasado la verificación, pero que, por alguna razón llamada inmensa corrupción, siguen

circulando; y no solo eso, también se tragan toda la mierda de sus ex novios hijos-de-

su-puta-madre que vienen a su show para humillarlas, como diciendo, “soy mejor

persona que tú y no me va a afectar en lo más mínimo ver a la mujer que pude tener

para siempre, hablando una hora y media sobre sus frustraciones, inquietudes y

observaciones perspicaces sobre la vida”, porque, porque… Nosotros pudimos tener

una vida juntos, ¿saben? Hijos a los cuales llevar a la escuela de la mano y decirles: “tu

papi va a venir a recogerte”; porque, para eso tenemos esposos, ¿no? Para poder

decirle a nuestros hijos: “tu papi”, y no: “el señor ese, con el que me acuesto de vez en

cuando y que me da unas nalgaditas super fuertes, va a venir a recogerte”. Yo creo que

el amor es solo eso, la certeza de poder decir: “Miren, yo amo a este hombre y quiero

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estar con él por el resto de nuestras vidas”. Ahí nadie dice nada, pero qué diferente

sería si dijéramos: “Miren, este hombre me deja rojas las nalgas y yo gimo de placer

cuando lo hace y quiero que así sea por el resto de nuestras vidas”. Nadie ha dicho de mi

ni la una ni la otra. Me gustaría que un hombre tuviera los güevos de decir: “Miren esta

es mi mujer y quiero apretarle los pezones hasta dejárselos morados por el resto de mi

vida”. Sería tan romántico.

Nueve:

Quizá me asome a ver si sigue ahí ese cabrón; quizá ya se fue, digo, ya han de haber

pasado, por lo menos… ¿Quince minutos? Ya nadie aguanta quince minutos en los que

no pase nada en un escenario, absolutamente nadie. Ey, tú, sí, tú, ese que pretende y

quiere seguir pretendiendo que estamos en el baño de un bar reconocido de Los

Ángeles en el que la estrella se ha encerrado por temor a que la vea su ex novio con el

que duró seis patéticos meses… ¿Podrías asomarte a ver si sigue sentado en la mesa

ocho o era seis o siete? ¿Alguien se acuerda? ¿Por qué los números son tan

complicados en el amor? ¿Por qué amar no es una materia que te enseñan desde el

kinder? ¿A poco no? ¿No sería increíble que en lugar de matemáticas que solo las usas

en la cola del súper y con las que, generalmente, te equivocas con el cambio, te

enseñaran AMOR uno y luego dos y tres y cuatro y así hasta sexto de prepa? Que

hubiera una carrera, que pudieras decir: “Soy licenciada en amor”; y te enseñaran todo

desde: Como no ser empalagosa, pero saber pedir lo que quieres, pero al mismo

tiempo darle su espacio, pero a la vez darle justo lo que necesita para que no termine

en los brazos de una cualquiera que ni siquiera cursó la carrera del amor, pero que, de

alguna manera tiene talentos escondidos. Tal vez podríamos aprender a mover la

71
colita como perros cuando llegue esa persona sepa cuánto nos emociona su llegada;

para que no se vaya, para que no tengamos que sufrir su partida ni abrazar por las

noches su corbata que olvidó el día que nos dejó ni hablar en el baño de un

restaurante ni hacer una obra para MicroTeatro ni ponernos una correa para ver

quién gusta tomarla.

Diez:

A ver ¿a quién, que no sea un friki, se le antoja sacarme a pasear, ya no digamos a un

buen lugar, no, por lo menos, a un bar donde tengan un buen standup comedy como el

de Ádal Ramones, o de menos, al de alguna mujer sofisticada que, definitivamente, no

se tatuó el nombre de su ex en el costillar izquierdo? Por cierto, ¿alguien sabe de un

buen lugar para remover tatuajes? ¿No? Bueno, de todos modos, siempre podrá decir,

la amiga de la amiga de mi amiga, que “Armando” es el nombre de su cupkeikería

favorita en el barrio latino de Nueva York. Sí. Nueva York y los cupcakes, eso es lo

único seguro en el amor, y quizá también la pérdida de Armando. Aunque, ahora que

lo pienso, en lugar de pagar para remover el tatuaje, sólo haga falta agregarle un

apóstrofe y una ese, así, para que diga: “Armando’s” y, quizá, también agregar un

cupcake con carita sonriente, así, inclinado junto al letrero, para que entonces el

tatuaje tenga sentido, mi vida tenga sentido, este standup tenga sentido, ustedes

tengan sentido, porque, de eso se trata, ¿no? ¿Amar a alguien? Que todo tenga sentido.

72

2 Cientos
30
y
Sie7e
De Xavier Villanova
(Solo para consulta. En México los derechos los tienen MicroTeatro México
y Benjamin Williams - 2018-2023)

73
Noche. Daniel, sentado en el sillón de su sala, trabaja en su laptop, y vez en cuando,

observa su celular mirando su timeline de Facebook; tras unos instantes se cansa, se

echa gotas en el ojo izquierdo, y cuando se dispone a humectar el derecho, se va la luz.

Daniel va al apagador de la pared. Nada. Vuelve a su celular, enciende el flash, se pone

gotas en el derecho. Dirige sus pasos a su cuarto, cuando… Tocan a su puerta. Daniel

espera inmóvil. No tiene invitados, no hoy, no a esta hora. Espera. Tocan de nuevo a la

puerta. Se vuelve, cuidando de no hacer ruido… Se dirige a la puerta. Espera. Tocan una

tercera vez.

Daniel: ¿Quién? (Silencio) ¿Buenas noches? (Silencio. Daniel vuelve los pasos y se dirige

a su cama cuando… Tocan de nuevo) ¿Hay alguien ahí?

Jacqueline: Soy yo.

Daniel: ¿Quién es yo?

Jacqueline: Creo que nunca hemos hablado, pero apuesto a que tenemos algo en

común.

Daniel: ¿Qué necesitas?

Jacqueline: Platicar.

Daniel: ¿De?

Jacqueline: Del edificio.

Daniel: ¿Qué pasa?

Jacqueline: Somos vecinos. Yo de otro piso. Soy del 2 cientos 30 y Sie7e. Mucho gusto.

Daniel: Ajá…

Jacqueline: ¿Nunca nos habíamos visto o sí?

Daniel: Eh… Creo que no.

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Jacqueline: Porque si sí… Me recordarías, ¿no? ¿Te parezco una persona…

extremadamente memorable?

Daniel: Pues… Sí. Tienes bonito perfil.

Jacqueline: ¡Uy, muchas gracias! ¿Eso le dices a alguien cuando te gusta?... ¿“Tienes

bonito perfil”? ¿Quién podría resistirse a tus encantos? Qué partidazo.

Daniel: ¿Es una broma?

Jacqueline: ¿Te parece?

Daniel: Te mandó Julián, ¿verdad?

Jacqueline: ¿Quién es Julián?

Daniel: Ya le dije que estoy bien solo, que no necesito que me arregle con nadie, pero

ahí está de necio, perdón que te haga perder tu tiempo, pero no quiero citas a ciegas, y

se lo dije, pero claro, como no quise ir a su fiesta de solteros, te ha de haber dado su

copia de mi llave con tal de que vinieras a conocer al partidazo.

Jacqueline: No es una cita a ciegas.

Daniel: Seguro te lo dijo, ¿no? Que soy un “partidazo”… Pues los partidazos no se

quedan solos tanto tiempo… Me caga que me diga así. Perdona, no sé ni lo que estoy

diciendo.

Jacqueline: Pero sí es una cita, solo no a ciegas porque nos estamos viendo.

Daniel: Ay, Juliansito, nunca va a dejar de querer arreglarle la vida a los demás.

Jacqueline: ¿Y a ti qué te gusta?

Daniel: En… ¿qué sentido?

Jacqueline: ¿Arreglar o desarreglar, hacer o deshacer, componer o descomponer?

¿Cuál es tu fetiche?

75
Daniel: No, pues… Depende de a quién, ¿verdad?

Jacqueline: ¿También se fue la luz en tu depa?

Daniel: En todo el edificio, ¿no?

Jacqueline: Es que fíjate que así como me ves… le tengo miedo a la oscuridad.

Daniel: Puedes usar tu celular o prender una vela o…

Jacqueline: No tengo celular ni velas. Me vaciaron.

Daniel: ¿Robaron tu casa?

Jacqueline: Se llevaron mucho, tonterías, ya sabes, cosas a las que uno les da valor

porque costaron caras… También se llevaron algo importante, pero no sé si se dieron

cuenta de qué era.

Daniel: ¿Cuándo?

Jacqueline: Hoy.

Daniel: ¿Te acaban de robar?

Jacqueline: Un día como hoy hace sie7e meses. Un 30 del 2do a las… (Silencio).

Daniel: A las… (Silencio) ¿A las? (Silencio) ¿Sigues ahí? (Silencio. Daniel abre

cuidadosamente la puerta, una luz roja entra por el pasillo, es la luz de emergencia del

edificio, la luz mortecina proyecta la sombra de la entidad parada en la puerta)

Jacqueline: Sí, sigo aquí.

Daniel: Pensé que te habías ido.

Jacqueline: Me había ido, pero volví.

Daniel: Ah.

Jacqueline: Quería hablar con alguien, y me pareces buena opción.

Daniel: Gracias, supongo… (Pausa) A todo esto… ¿Te llamas?

76
Jacqueline: Jacqueline.

Daniel: Pero no eres amiga de Julián.

Jacqueline: No.

Daniel: Y vives aquí.

Jacqueline: Se podría decir que sí.

Daniel: Y no nos habíamos visto porque…

Jacqueline: Soy una persona tímida.

Daniel: Y asustadiza, porque… dijiste que te da miedo la oscuridad, ¿no?

Jacqueline: ¿Te gustaría hacerme sentir mejor?

Daniel: Bueno, podría intentarlo,

Jacqueline: Jugar a protegerme.

(Pausa)

Daniel: ¿Estás bien? Te ves un poco pálida.

Jacqueline: ¿Rojiza?

Daniel: Por la luz de emergencia, pero me refiero a…

Jacqueline: ¿Cuándo la instalaron?

Daniel: Está desde que llegué, es para ocasiones como esta.

Jacqueline: Qué curioso que la luz de emergencia sea roja.

Daniel: ¿Por?

Jacqueline: Podría ser blanca.

Daniel: O azul, ¿no?

Jacqueline: Sí.

77
Daniel: Pero el rojo nos hace sentir las emergencias, nos pone alertas y es bueno estar

alertas cuando se va la luz porque…

Jacqueline: Porque te pueden dejar sin nada.

Daniel: Perdón. No lo decía por eso. (Pausa) ¿Dices que te robaron hace siete meses?

Jacqueline: Sí.

Daniel: ¿Cambiaste la chapa? ¿Compraste nuevos muebles? ¿Cómo vives sin celular?

Entiendo que uno tarda en recuperarse, pero siete meses me parece un poco excesivo.

Jacqueline: Me ha costado levantarme después de eso.

Daniel: Lo lamento. ¿En qué trabajas?

Jacqueline: Soy mensajera.

Daniel: ¿Postal? ¿Paquetería?

Jacqueline: Es complicado.

Daniel: ¿Vives con tu pareja?

Jacqueline: No.

Daniel: Perdón, no me incumbe… Es que de mensajera, supongo que no se paga una

renta como estas, digo, no sé…

Jacqueline: No tengo.

Daniel: ¿Dinero?

Jacqueline: Pareja.

Daniel: Y subiste porque…

Jacqueline: Se fue la luz.

Daniel: Y tienes miedo de que te vuelvan a robar.

Jacqueline: ¿Puedo ver tu depa? (Pausa) ¿Por dentro?

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Daniel: Si quieres te invito mañana, con luz de día.

Jacqueline: ¿Ya no quieres jugar conmigo? ¿Hacer como que me deshaces?

Daniel: Es que estoy algo cansado, no sé, igual y mañana.

Jacqueline: ¿Puedo ver tu cuarto?

Daniel: Está un poco desordenado, normal; perdón, me siento algo incómodo con esta

conversación, es un poco tarde y mañana tengo que trabajar, entonces…

Jacqueline: ¿En qué trabajas tú?

Daniel: ¿Dices que vives en el 237?

Jacqueline: 2 cientos 30 y sie7e. Sí.

Daniel: No conozco bien el segundo piso, pero son números pares, ¿no?

Jacqueline: ¿Quieres bajar a conocerlo?

Daniel: Un día de estos con mucho gusto. (Cerrando la puerta).

Jacqueline: No me dijiste en qué trabajas. (Deteniendo la puerta con su mano).

Daniel: Software.

Jacqueline: Vendes aire.

Daniel: Pues es… Materia virtual de punta, páginas web, sistemas, programas… Son

cascarones, digamos, yo programo y el cliente los rellena con su contenido.

Jacqueline: ¿Te parezco guapa o solo tengo bonito perfil?

Daniel: Eh… Sí, mucho, no sé, ¿por qué preguntas?

Jacqueline: A mi me pareces guapo, digo, así en lo oscuro.

Daniel: Qué amable.

Jacqueline: Dicen que en la oscuridad no se ven los defectos, que por eso las parejas

cenan a la luz de las velas. ¿Qué opinas?

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Daniel: Supongo.

Jacqueline: Tienes unos ojos luminosos.

Daniel: Mi mamá decía eso.

Jacqueline: ¿Decía?

Daniel: Murió el año pasado.

Jacqueline: ¿Cómo?

Daniel: Lo siento, vecina, no sé si quiero platicarle.

Jacqueline: No me hables de usted.

Daniel: Es un poco privado.

Jacqueline: Está bien, no quise molestarte. (Pausa) Mi madre también murió.

Daniel: ¿Cómo?

Jacqueline: Es un poco privado.

Daniel: Lo siento. (Pausa) No se vaya. No te vayas. Creo que me he estado

comportando como un pendejo. No te conozco, pero vives en mi edificio y te han

pasado cosas horribles, digo, te vacían la casa y ahora que se va la luz subes buscando

alguien con quien platicar y yo… La verdad es que no estoy acostumbrado a visitas y

menos a esta hora, pero… Sí, me pareces guapa, mucho… ¿Quieres un té? (Pausa) No

necesitamos luz para eso, puedo poner agua en la estufa y tengo unas hojas muy

buenas que traje de un templo budista en Nueva York, se llama Oolong, té del dragón

negro, ¿lo conoces? Dicen que es bueno para curar los nervios. ¿Estás nerviosa?

Jacqueline: Sí. (Pausa) Un té sería bueno. Te agradezco.

80
(Pasan. Daniel se dirige con el flash de su celular hacia la cocina, pone agua a hervir, ella

se queda cerca del marco de la puerta, lo observa todo casi sin moverse, como si tuviera

miedo a romper algo con la mirada).

Daniel: ¿Y levantaste una denuncia?

Jacqueline: ¿Perdón?

Daniel: Cuando te robaron, fuiste al ministerio público, ¿levantaste un acta?

Jacqueline: No hubo manera.

Daniel: Te entiendo, la burocracia es una mierda; yo era dueño de un negocio de

hardware antes de pasarme a programar; teníamos una tienda en el centro,

vendíamos computadoras armadas que nosotros fabricábamos; comprábamos las

piezas por separado y armábamos unos aviones de máquinas, no te imaginas,

negociazo… Hasta que la delegación, la puta delegación y sus funcionarios corruptos

vinieron a pedirnos mordida y nosotros les dimos, luego vinieron a pedir más y más y

más, hasta que tronamos; mucho Pepe y Toño y que la iniciativa privada y las

pequeñas y las medianas empresas y que el gobierno te apoya… Y a la mera hora,

cuando te va bien, te bajan del sueño a madrazos.

Jacqueline: ¿Las piezas eran robadas?

Daniel: Las comprábamos por separado. Eran chinas.

Jacqueline: ¿Al menos eran originales?

Daniel: No sé, teníamos proveedores.

Jacqueline: Y tus proveedores, ¿eran fabricantes o las obtenían de otros

“proveedores”?

81
Daniel: ¿Qué es esto, la inquisición? El negocio era legal, además créeme que no

perjudicábamos a Microsoft o a Apple con nuestras microventas.

Jacqueline: No.

(Silencio)

Daniel: Ya va a estar el té.

Jacqueline: No sé si me lo pueda tomar.

Daniel: Dijiste que querías.

Jacqueline: ¿Y no crees que lo que te pasó con el gobierno, que te pidieran mordida,

es una especie de karma por abrir un negocio clandestino?

Daniel: No éramos rateros, ¿ok? Ni siquiera se considera piratería, eran piezas por

separado, computadoras Frankestein con lo mejor de lo mejor, la velocidad más alta,

el ventilador más potente, la memoria más capaz… Son ellos los que te roban. Las

grandes corporaciones. Te hacen pagar veinte o treinta mil pesos por una laptop que

si te fijas no vale ni diez, digo, por sus partes.

Jacqueline: Entiendo. De todos modos no tengo computadora, la tecnología avanza

tan rápido y no me gustaría tener que estarle metiendo piezas a algo obsoleto…

Daniel: No, no entiendes. Me juzgas; y ok, te vaciaron la casa y dices que no te has

podido levantar, pero quizá no has querido o yo qué sé. ¿Yo? Yo perdí mi empresa y mi

local y bastante dinero, pero mírame, ahora tengo un trabajo digno, que no es lo

máximo, pero paga la renta y la luz y los gastos.

Jacqueline: La luz que pagas no sirve.

Daniel: Ya volverá. (Pausa) Perdón. ¿Vas a querer el té o lo tiro?

(Silencio)

82
Jacqueline: Tíralo.

Daniel: ¿En serio?

Jacqueline: Sí.

Daniel: ¿A qué viniste? (Pausa) Digo, no es que te corra, pero te invité a pasar, hemos

hablado, no me has contado de ti, de hecho, soy yo el que he estado hablando; no me

dices en qué trabajas, pero bien que me juzgas. No entiendo qué buscas, me hiciste

hacer un té y ahora no lo quieres… Creo que el que necesita calmarse soy yo.

Jacqueline: Tomate el té.

Daniel: Eso voy a hacer.

Jacqueline: Hazlo.

Daniel: Bueno, pues… Buenas noches.

(Pausa. Ella se dirige al marco de la puerta, se detiene y voltea).

Jacqueline: Eran las… No sé, pero era de noche, supongo que entre las 8 y las 11,

estaba dormida y era un día como hoy de hace siete meses, un 30 del 2do… Estaba en

mi edificio, en mi departamento, en mi cama, en el 2 cientos 30 y sie7e. Entraron.

Apenas los escuché. Pensé que era cualquier ruido, ¿sabes? El viento contra la ventana

o las llaves que se habían caído de su lugar, lo que sea… Pero los ruidos continuaron,

se escuchaban pasos de gente… Me desperté casi congelada. Tenía miedo de ir a la sala.

No tenía con qué defenderme. Pensé que lo mejor sería quedarme en mi cuarto,

fingirme dormida. No quería que me pasara algo. Además no sabía cuántos eran o si

traían armas… Estuvieron entrando y saliendo tres o cuatro veces. Pensé que se iban a

llevar todo. (Pausa) En una de las veces que salieron, me atreví a ir a la sala, prendí la

luz o más bien intenté prender la luz, pero no funcionaba, no supe si se había ido o

83
habían quitado los fusibles… Pero en la oscuridad, pude percibir que había alguien,

alguien que se había quedado dentro mientras los otros bajaban mis cosas… Él

también se dio cuenta de mi presencia y preguntó: ¿Quién anda ahí? Lo dijo en tono de

burla… ¿Buenas noches? ¿Hay alguien ahí? Me paralicé. Yo, le dije; y contestó: ¿Quién

es yo? Y en un susurro alcancé a decir: Nunca hemos hablado, pero apuesto a que

tenemos algo en común. Él hizo una pausa y agregó: ¿Qué necesitas? Y yo, con el pulso

roto, dije: Platicar. Él avanzó hacia mi, tenía un cuchillo en la mano. ¿De? Me susurró

acercando el filo a mi garganta. Del edificio. ¿Qué pasa? Le contesté con el cuello tenso

y las lágrimas atoradas en las cuencas. Somos vecinos, me dijo, y me cortó sin querer,

creo que ni siquiera se dio cuenta qué tanto; estaba oscuro y no vio lo profundo del

daño. (Pausa) Empecé a desangrarme, me caí o creo que me caí. No pude levantarme.

Pensé que había cerrados mis ojos, pero sentí que los tenía abiertos; estaban fijos, sin

mirar nada; dirigidos hacia dentro. Él estaba inmóvil, parecía que no respiraba, pero

nuestras miradas se cruzaron, y eso lo puso nervioso, retiró la vista y casi

mecánicamente se preparó un té, uno de hojas que yo había traído de Nueva York…

Luego subieron dos cómplices suyos, terminaron de llevarse mi equipo de cómputo y

se fueron los tres. Me dejaron ahí, vaciándome. Gota a gota, como las que te echas en

tus ojos luminosos. Me quedé sin nada, sin vida, sin sangre. Un cascarón. ¿Recuerdas?

Un bonito perfil.

Daniel: Sí.

Jacqueline: ¿Entonces sí te parezco memorable?

Daniel: Sí.

Jacqueline: Tal vez sí sea una cita a ciegas, porque… yo mis ojos ya son solo cuencas.

84
Daniel: ¿Qué quieres?

Jacqueline: Te dije que era mensajera, ¿no? (Pausa) Quiero darte un mensaje. No

estas solo porque quieres, estás solo porque te lo mereces, porque aunque no se lo

digas a nadie, me llevas contigo, y a nadie le gusta salir con alguien que arrastra un

muerto. Besos, Dani, nos vemos pronto. Quiero arreglarte, hacer de ti un verdadero

partidazo.

Silencio. La luz de emergencia se va, ella desaparece. Vuelve la luz al departamento.

Daniel se encuentra solo. Va a su celular, lo mira, en la pantalla un fondo Jacqueline,

abre su laptop, un fondo Jacqueline, nada funciona. Daniel da sorbos al té chino, se dirige

a la puerta y la cierra. Se recuesta en la cama con la luz prendida y los ojos bien abiertos.

NO HAY

OSCURO FINAL

85

CBD
De Xavier Villanova

Escrita para la temporada
“Por María” de Microteatro México
(Solo para consulta. En México los derechos los tienen MicroTeatro México
y Leonora Cohen - 2019 al 2024)

86
(Una ráfaga de humo sale de una máquina, se escucha un órgano eclesiástico estilo

rastafari y aparece Clarita Buendía de Dios, vestida en su sotana de cinco hojas mejor

conocida como una botarga de hoja de marihuana elaborada al detalle).

Clarita Buendía de Dios: Hermanos y hermanas, estamos aquí reunidos y reunidas

para nuestra sacrosanta misa de viernes en nuestra amada iglesia del catecúmeno

cáñamo. Como ustedes recordarán y estoy segura de que lo harán porque el

Cannabidiol o como nos gusta llamarlo, Cannabi-Dios, no inhibe los procesos de

pensamiento ni memoria como el THC, sino que estimula la producción de glutamato

en la dosis adecuada, relajando y energizando las partes que estimulan el proceso

creativo y de la memoria, así que… Como bien decía, amados hermanos, como ustedes

recordarán… esperen, antes ¿Puedo escuchar un amén por la marihuana medicinal?

¡AMEN! ¡Más fuerte! ¡Amén! ¡No los escucho! ¡Amén! Calma, calma, no tan hasta el

cielo que el señor anda ocupado sembrando más hierba, porque la hierba primigenia

la hizo Dios, no fue la industria, no la cocinaron los doctores, la hizo Dios envestido

por su blanca túnica. Lo que nosotros sus feligreses hicimos, y digo nosotros porque

ya somos toda una comunidad, fue separar el THC del CBD para utilizar el ingrediente

curativo y dejar fuera el ingrediente psicoactivo, pero la planta, la hermosa planta,

lleva mas de 3000 años de ser utilizada por nuestros ancestros para curar todo tipo de

males, tres mil años, hermanos y hermanas, más de lo que tenemos adorando a Cristo,

y es que, ¿no dijo Cristo tomando una hoja de Cannabis -esta hoja es mi espíritu, la

verdad y la vida, de cuyo extracto se obtendrán el bendecido aceite, santo óleo de los

enfermos; sublimad y ungid sus mieles para sanar en representación mía?- Pues

seguro que lo dijo, ya que el uso del aceite bendecido en el bautismo está atestiguado

87
desde el siglo III en documentos de la Iglesia primitiva. El Aceite de la Unción Santa es

el descrito en la Biblia en Éxodo 30:22-25, donde a Moises le fue dada la lista de

ingredientes por Dios. En la unción, el aceite era un portal a la dimensión de la muerte

y la resurrección, eso dice la Biblia, no yo, la Biblia, y sin embargo, en el desarrollo de

la liturgia cristiana fue modificada por intereses políticos que dieron como resultado

el uso de otro aceite para reemplazar al original. La biblia habla de este remplazo, no

me lo estoy inventando, lo que no dice, es cuáles eran los ingredientes originales, pero

si seguimos loa caminos de las antiguas dinastías veremos que el aceite de cáñamo se

utilizaba para curar en todas las culturas que nos precedieron… De hecho, es bien

sabida la máxima de que sin la unción del espíritu santo no hay iglesia. Incluso, el

Glosarium oleum benedictum, cuenta que el aceite era empapado en paños de algodón

y se metía en ampollas de cristal, pero aquí viene lo interesante mis catecúmenos, los

sacerdotes ungían con él a los fieles en determinados días y realizaban curaciones,

además los Papas enviaban el aceite como un gran regalo a los reyes y a personas de

alta alcurnia…. Me van a decir que este aceite no era el aceigte que relaja los músculos,

estimula la memoria, sana a los enfermos de artritis, a los que convulsionaban, a los

ansisosos, a los paranóicos, a los que tenian visiones apocalípticas… ¿Pues qué otro

que el extraído de esta planta que ha estado presente por siglos en todas las tierras

santas? (Pausa) Entonces quizá Cristo, el profeta, se refirió al santo aceite,

representación verde del espíritu santo; pero quizá esto fue eliminado de los

evangelios modernos para evitar la verdadera sanación y mantener a la gente enferma

e idiotizada. Quizá nunca lo sabremos porque desde el siglo V, con la Roma de

Constantino y hasta nuestros días, se terminó con la búsqueda de conocimiento que

88
ilumina, fuimos arrojados por decisión de unos cuantos a una sociedad oscura, de

capitalismo salvaje, donde la industria médica y la religiosa han perdido toda conexión

con la fuente. Todos sabemos que el consumo del vino, del alcohol y de las drogas

farmacéuticas, producen efectos mucho más nocivos que los de la marihuana y sus

derivados, y sin embargo, nadie se escandaliza de que los curas repitan todos los

domingos: “esta es mi sangre, emborrachaos con ella, tomad y comed en

representación mía”. Nadie se espanta si un médico nos dice: “tómese esta droga

carísima que lo va a matar lentamente”. Todos lo aceptamos con estoica resignación,

pero si les digo, si les afirmo que Cristo y Krishna y Buda y Gandhi y probablemente

Hipócrates, todos ellos fumaron de la planta sagrada del Cannabis o extrajeron de ella

el santo aceite que aquí utilizamos, ¿quién de vosotros lo pondría en duda?

Probablemente todos, pero el punto es que la Cannabis, aunque renieguen de ella tres

veces, es y ha sido una extraordinaria aliada en la historia de la humanidad. Y ya que

estamos relajados a todas margaritas, que hemos ido y venido en este sermón que

nada tiene de regaño y sí mucho de sabiduría misericordiosa, recordarán ustedes

hermanos y hermanas que en nuestra homilía de la semana pasada discutimos o más

bien hablamos calmadamente, porque aquí nada se discute y todo se debate, de un

tema puntiagudo que ha llegado a nuestra congregación… Amo utilizar la palabra

puntiagudo para hablar de temas delicados, porque me recuerda dos cosas, a la

palabra peliagudo, como los pelos de nuestra divina hoja y puntiaguda como la forma

pentagonal que la compone. (Pausa) Como decía, la semana pasada no nos fue dado el

llegar a una conclusión respecto a dicho tema, pero esta tarde quisiera que

utilizáramos alguna parábola para meditar al respecto. (Pausa) ¿Todos vinieron la

89
semana pasada? (Pausa) ¿Hay entre nosotros creyentes nuevos? (Pausa) Veo caras

nuevas, aunque yo siempre descubro lo insólito, porque no doy nada por hecho,

aunque ustedes sigan siendo ustedes, siempre encuentro una particularidad que los

mantiene frescos, la novedad que le llaman; pero quiero decir que noto nuevas

presencias en la sala y no me refiero a presencias en el sentido de apariciones o

fantasmas o auras cósmicas, ni en el sentido pachamamito de: “uuuuy, me encanta tu

vibra, maestro; tlazokamati a sus rostros y a sus corazones, o ¡qué buena onda tu

energía!, tú sí comprendes-mendes, y yo si me explico rico! ¡No! (Pausa) ¿Sabían que la

palabra energía, viene de en-ergos que significa “con disposición a” y por tanto,

cuando uno siente que tal persona tiene una energía buena onda, ¿lo que siente es su

disposición? Quería que lo supieran, para que no anden diciendo cosas del tipo: “te

mando buenas energías”, porque en realidad están diciendo “te mando buenas

disposiciones” y eso francamente no tiene sentido. Pero bueno, decía que veo

presencias nuevas, nuevos agentes de transformación mundial a través de las

bondades del cáñamo, alabado sea el extracto de Cannabidiol, alabado sea, sí, Hempito

sea el señor. En fin, quiero poner al corriente a estas nuevas personitas que hoy nos

acompañan en cuanto a la situación que nos aqueja sin queja, que nos compete sin

competencia, que nos aguarda sin guarida, que nos toca sin tocarnos, que… bueno, me

entienden. (Pausa) Para aquellos que me conocen, saben que mi padre, en paz

descanse, perdió la batalla contra el cáncer en noviembre de 2015, y tras combatir por

dos años, sucumbió finalmente en un estado irreconocible de debilidad cadavérica. Mi

padre, que en vida fuera un roble hercúleo, mi padre, que en vida tuvo la energía de

cien bueyes y era capaz de producir una hecatombe con su llegada a cualquier recinto,

90
mi padre, reconocido miembro de nuestra comunidad, restaurantero sagaz dotado de

una estentórea voz que podía amenizar una fiesta sin necesidad de músicos o

micrófono, se vio reducido a los más insignes huesos, a la calvicie, a la voz ronca, a no

menos que un remedo de hombre recostado en una cama, horadado por tubos,

recibiendo de manera intravenosa su alimento y la quimioterapia en el pecho… Los

doctores y los sacerdotes hicieron, supuestamente, lo imposible, pero jamás

permitieron que se le administraran remedios alternativos, -sacrilegio-, susurraban

los padres, -curaciones chamánicas New Age-, dijeron los doctores. Nadie permitió que

yo le administrara el divino extracto de Cannabidiol que en ese entonces solo podía

introducirse de manera ilegal a nuestro país; ni siquiera mi padre, que perdió el

aliento aferrado a su sistema de creencias y a las instrucciones de ese matasanos que

con debilitó su estructura ósea con sus químicos hasta desvanecerlo. Cuando lo

enterramos, su cuerpo era un cascarón. (Pausa) Sí, hermanos y hermanas, viejos

amigos, feligreses y nuevas presencias, esta historia aún me llena de ira e impotencia,

porque una cosa es no tener opción, y otra, lucrar con la fe de los pacientes, sabiendo

que la cura administrada es agresiva y letal. Por eso perdí mi fe en la ciencia médica y

en la iglesia y me avoqué al estudio de la marihuana medicinal. Por eso fundamos esta

iglesia del catecúmeno cáñamo e investigamos los beneficios históricos que el CBD ha

proporcionado a incontables culturas durante milenios. Y con los pelos de la mota en

la mano, es que me he apersonado aquí frente a ustedes, porque alguien tiene que

predicar con más que palabra, alguien tiene que dejarse de símbolos y de santos oleos

que no están hechos mas que de especias, mirra, canela, aceite de oliva y esencias

aromáticas, alguien tiene que devolverle al aceite bendito su capacidad de sanar a

91
quien acude en busca de salvación, porque todos los que acudimos a una iglesia o a un

hospital, buscamos ser salvos, en este plano y el que sigue. (Pausa) Yo no vi a mi padre

salvarse de nada, de hecho, se fue aterrado y lleno de deudas. Por eso fundé esta

iglesia y desde hace cuatro años hemos difundido la palabra del señor, del señor que

extrae, condensa y prepara el santo aceite de Cannabidol, CBD por sus siglas, y

también por eso me cambié el nombre a Clarita Buendía de Dios para cañamizar a la

banda consciente. (Pausa) Bien, en esta tarde de viernes, nos encontramos aún

debatiendo la cuestión más compleja que ha llegado a nuestra cañamía: Si debemos

salvarle la vida al cardenal. Porque sí, hermanos y hermanas, como recordarán

quienes estuvieron y quienes no, se los informo, el cardenal de la Iglesia Católica de

nuestra nación, representante del Papa en nuestras tierras, padece la enfermedad que

aniquiló a mi padre, cáncer, y este cardenal, después de haber vilipendiado a nuestra

congregación, escupido en nuestra puerta, difamado a nuestra organización por años,

a nuestra santa iglesia del catecúmeno cáñamo… Nos ha mandado llamar en secreto

para saber si es cierto que nuestro aceite puede restaurar su espíritu santo y de paso

su cuerpo vivo. Si es verdad que podemos ayudarlo a permanecer en este plano, a no

desfallecer, a mantener fuertes sus huesos mientras recibe la nociva curación que le

administran los hospitales. Él, que se burló de nosotros, busca nuestra redención.

¿Qué debemos contestarle, hermanos y hermanas? (Pausa) Esa es la pregunta que nos

aqueja sin queja, que nos aguarda sin guarida, que nos emociona sin moción, que nos

atañe sin tañir campanas, que… bueno, que nos es dada resolver. (Pausa) ¿Debemos

ungir a la cabeza de esta institución con nuestro verde óleo, suminstrarle la cura

vertida a quien se ha encargado, junto con el conservador partido Acción Nacional a

92
destruir nuestra causa? (Pausa) ¿Debemos preservar la vida de quienes se han

encarnizado en la lucha por mantener vivos los tabues de que el CBD, extracto de la

planta con 1% de THC es una droga, de que también mata, de que es igual a la

marihuana con su “infernal” THC que produce alucinaciones, según ellos, mortíferas?

O ¿debemos dejarlo que por sus creencias caiga presa de su propia inflamación?

Porque el CBD también desinflama, compañeros, no lo olviden… (Pausa) ¿Qué hacer?

¿Qué es correcto? Según la biblia, el santo óleo era usado para la santificación de la

Casa de Dios, el tabernáculo donde Dios descendía y hablaba por medio del Arca de la

Alianza, y si me preguntan, con eso del Arca se refiere a la pipa de la paz que fumó

Dios para perdonar a los pecadores, al arcoiris y al barco que te “eleva” a la inclusión

de razas, credos y pensamientos, a la hoja medicinal que… ¿Qué debemos hacer?

(Clarita saca un bong de entre su botarga y lo prende para serenarse)

Quizá debiéramos hacer las paces con el cardenal, pero si lo hacemos, una vez sano

renegará de nuestra ayuda y continuará con sus esfuerzos para quemar nuestra

población como lo hizo su Dios con los Sodomitas… O quiza, como fue antes propuesto,

debamos acudir a una parábola para encontrar respuesta, (le da un jalón al bong) Una

parábola del cáñamo, te adoramos, Cannabidiol. (Le da otro jalón) Se cuenta en la

biblia americana, es decir en Los Simpsons, que en aquellos días, Homero crío cuervos

y estos sin duda le picaron los ojos; por ese motivo, acudió al médico con los ojos

hinchados, y el galeno le recetó marihuana medicinal, (le va dando jalones al bong) la

cuál además de sanarlo, le hizo tener reflexiones profundas y disfrutar más de su

anodina existencia, pero un aciago día, Ned Flanders, el religioso, tocó a su puerta, y al

abrirle, Homero preguntó -¿Podría Jesús calentar un burrito en el microondas tanto

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que ni él pudiera comerlo?- A lo que Flanders, estupefacto contestó -Pues, claro que

podría, pero entonces…- Y no supo qué decir más que mostrar la biblia en la cual,

supuestamente, se hallan todas las respuestas. Homero, en su misericordia, le pidió

entonces que leyera en voz alta el “buen” libro, y Ned, emocionado, lo hizo así. Al

terminar, Homero reconoció que Dios hace mucho por nosotros sin pedir nada, a lo

que Ned respondió, -bueno, podrías firmar una petición para criminalizar el uso de la

marihuana medicinal-, y Homero, perdido en sus pensamientos, firmó sin entender…

Días después, se supo por televisión que la petición pasaría al congreso para

convertirse en ley, y ante tal noticia, Homero convocó a una gran cantidad de personas

a un concierto en contra de la criminalización, lo malo fue que… El día de las

votaciones había pasado ya y ellos olvidaron ir a votar por estar grifos. Así pues, ante

la intolerancia de la iglesia y el gobierno, la marihuana medicinal fue criminalizada, y

Homero, sin más opción, tuvo que abandonar la felicidad y correr a Otto de su sótano.

Sin embargo, para cuando esto ocurrió, los ojos de Homero estaban más que sanos y el

dolor que le aquejaba se había ido. (Guarda su bong). ¿Qué aprendemos de esta

parábola? (Pausa) Que la marihuana medicinal es buena pero la Iglesia y el Estado

siempre querrán satanizar a quienes de ella se benefician. Siempre habrá Ned

Flanders y jefes Gorgori buscando meter en prisión a gente inocente y mantener

enfermos y pagando a los pacientes de la industria millonaria del cáncer. Eso

aprendemos de esta parábo… Para… pa… ¿papá?

(Pausa. Clarita se queda paralizada mirando a un espectador, está teniendo una visión,

se encuentra en presencia del fantasma de su padre)

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¿Papá? ¿E…eres tú? ¿Cómo has estado? Justo… justo estaba hablando de ti, bueno, no

hay misa en la que no hable de ti, yo estaba, pues… como ves, no te he olvidado, eres el

único santo de esta Iglesia del cáñamo, sé que esto no te haría sentir orgulloso, sé que

no aprobabas la marihuana medicinal, sé que… no crees en los beneficios de nuestro

santo óleo, pero… Es ciencia, padre, lo juro, es, es… ¿Estás ahí en verdad, padre? ¿Eres

tú o estoy alucinando? Pe… pe… pero, eso es imposible, porque la marihuana altera la

percepción sensorial y hace que las cosas se vean más comestibles de lo que en

realidad son o que se vean mas amigables, pero no hace aparecer fantasmas… No es

ese su efecto, no es posible que esto sea un viaje… A menos que… a menos que en

verdad estés aquí, que seas una presencia real, ¿eres tú, padre? ¿Qué has venido a

decir? ¿Debo salvar la vida del cardenal? ¿Debo pasarle nuestro santo oleo? Sabes que

no lo merece, sabes que… ¿Qué debo hacer? (Pausa) ¿Qué harías tú? ¿Qué haría Jesús o

Krishna o Buddha o Gandhi o Hipócrates? Tú me enseñaste el juramento Hipocrático

cuando era niña, ¿lo recuerdas, padre?

Juro por Apolo médico, por Asclepio, Higía y Panacea, por todos los dioses y todas las

diosas, tomándolos como testigos, cumplir fielmente, según mi leal saber y entender, este

juramento y compromiso:

Venerar como a mi padre a quien me enseñó este arte, compartir con él mis bienes y

asistirles en sus necesidades; considerar a sus hijos como hermanos míos, enseñarles este

arte gratuitamente si quieren aprenderlo; comunicar los preceptos vulgares y las

enseñanzas secretas y todo lo demás de la doctrina a mis hijos y a los hijos de mis

maestros, y a todos los alumnos comprometidos y que han prestado juramento, según

costumbre, pero a nadie más.

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En cuanto pueda y sepa, usaré las reglas dietéticas en provecho de los enfermos y

apartaré de ellos todo daño e injusticia.

Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré

iniciativa alguna de este tipo. Por el contrario, viviré y practicaré mi arte de forma santa

y pura.

No tallaré cálculos sino que dejaré esto a los cirujanos especialistas.

En cualquier casa que entre, lo haré para bien de los enfermos, apartándome de toda

injusticia voluntaria y de toda corrupción.

Todo lo que vea y oiga en el ejercicio de mi profesión, y todo lo que supiere acerca de la

vida de alguien, si es cosa que no debe ser divulgada, lo callaré y lo guardaré con secreto

inviolable.

Si el juramento cumpliere íntegro, viva yo feliz y recoja los frutos de mi arte y sea

honrado por todos los hombres y por la más remota posterioridad. Pero si soy

transgresor y perjuro, avéngame lo contrario.

¿Puedo escuchar un amén por la marihuana medicinal? ¡AMEN! ¡Más fuerte! ¡Amén!

OSCURO FINAL

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