CAPITULO
1 historia de la literatura argentinaCAPITOLD
16. José Hernandez:
el “Martin Fierro”
Este fascfoulo ha sido preparado por
profesor Noé Jitri, redactado en el Dep
tamonto Literario del Centro Editor Amér
Latina, y ha tenido una lectura final
cargo del profesor Adolfo Prieto.
CAPITULO corstituird, a través de su
fasciculos, una Historia de la Litera
Argentina, ordenada _cronolégica
desde la'Conquista y la Colonia
‘nuestros dias. EI material grafico o@me
culado con el texto, bring
res una visién viva
literatura y del pai
—OLEGARIO
VIDA Y OBI
junto con el fasefoulo, un fib
que compronderé una ANTOLOGIA..)
POETICA de Ricardo Gutiérrez y
Olegario Victor Andrade.José Hernandez:
El Martin Fierro
El Martin Fierro es ta obra mis di-
fundida y conocida de nuestra litera-
tura, la més editada y comentada, la
{que menos resistencia ofrece para su
‘aceptacién por todos los niveles cul-
turales y sociales de nuestro pueblo
Eso da una idea de su importancia,
ppero no explica el fendmeno. La acep-
facién general lo ha convertide en el
poema nacional por excelencia, es
Cierto; pero si esto ha ocurrido, ha
sido porque el poema posey6, y posee
todavia, una energia singular, una ac-
tividad nunca interrumpida. Esa ener-
fia 0 actividad se traduce en una
capacidad de seguir resonando y sige
nificando, de trascender su. cireuns-
tancia original y seguir ofrecienda
conflictos que problematizan nuestro
presente, 0 sobre los cuales se esté
volviendo continnamente. Consiste en
‘que desde la perspectiva de muestro
tiempo, le atribuimos esponténeamen-
te al pooma explicaciones, o sentimos
que él nos las proporciona, como si
tendiera un braz0 hasta nosotros des-
de su propia peculiaridad. E1 mundo
de Martin Fierro ha muerto, sus re-
feroncas ambientalescarecen de sex
tido, su Ienguaje es arquebtigico,
sin embargo nos sigue ablando de
algo muy nuestro, algo que nos pre-
‘Ocupa y que nos exige permanentes
efiniciones. Una manera de entender
fl ser nacional, una manera de en
tender la literatura, una férma de
plantear problemas sociales, um modo
de asumir un lenguaje y un personaje
que son claves en el proceso argen:
tino y sobreviven en el trasfondo de
muchas actitudes, 0 se manifiestan
en complicados estos politicos que
Megan hasta la actualidad
Pero su energia no podria proyectarse
hhasta hoy si no se hubiera ejercitado
cn su momento, frente a sw’ circuns
tancia. Aparte de sus signifieaciones,
fen las que se concentra lo eseneial de
Ta historia nacional, el Martin Fierro
representa una culminacién, un salto
onsderale respecte de To ave so
jacia_literariamente en. su tier
sencilla poesia folklérea 0 poesia eu
ta de imitacién. Parcialmente, los his-
toriadores reconocen este mecanismo
pero lo reducen a Ta gauchesca, Aun
aceptando esta limitacién, debe de-
cirse que el Martin Fierro hace cul-
minar el proceso de la literatura gau-
chesca agotando sus posibilidades:
nada considerable aparece después en
lengua ristica. Es decir que Martin
Fierro justifiea ese fendmeno peculiar
Mamado “gauchesea”, que se ha veni-
do dando desde Hidalgo hasta Asca-
subi y Del Campo, y con ese mismo
acto cietra su ciclo, como rubricando
claramente que una vez muerto cl
que de un modo u otto la suseité,
sa literatura carece de sentido.
Martin Fierro tiene ademés categoria
itoldgica. Es claro que hay distintos
tatices del mito. Hay quienes lo con-
Jderan la suma de Ia sabiduria gau-
cha encerrindolo ahi; hay otros que,
dada la excelencia del poema, tienden
a creer que lo “gaucho” es sinénimo
de lo “nacional”, y que todo lo que
no sea gaucho esti superpucsto y so-
bra: naturalmente, se refieren a cier-
tas eseneias que el poema pone en
movimiento y que Hegan hasta aqui,
hay quienes trasladan la. representa-
tividad del pooma a la persona del
autor, que se convierte asi en para-
digina del hombre argentino; hay
quienes lo consideran un poema “mi-
Tago’ como si hubira sido redactndo
por un pueblo y no por un hom
frien todo caso, done el hombre
seria voeero casi mistico de ese pue-
blo; para muchos encierra toda la
sabiduria posible, eada palabra o eada
sentencia equivalen a tratados de psi
cologia y de filosofia y, sobre todo,
de moral (de ahi, sexuramente, ef
éxito equuivaco de los consejos del vie-
jo Vizcacha), Todas estas formas del
mito, explicables histéricamente, ocul-
tan todo Jo que el pocma realmente
contiene, es decir, una experiencia
personal y social concreta que se ex-
presa mediante una experiencia lin-
Biistioa que resulta clave en el des-
arrollo de la cultura nacional,
Es claro que no siempre el poema
El género
al que pertenece
el Martin Fierro
En apariencia, no existe a este respecto
problema, Pero apenas se recorta
el poema sobre formas 0 géneros
tradicionales se produce un
escurecimiento. El propio Herméndex
tenia conciencia de una dificultad:
“En evanto a la forma empleada, el
jnicio s6lo podria pertenecer a los
dominios de la literatura. Pero en este
terreno, Martin Fierro no sigue ni
podia seguir otra escuela que la que
¢s tradicional al inculto payador’,
dice en el Prélogo a Ia 8# edicién.
Lugones, al definirlo como epopeya,
‘més por sus aleances significativos
‘que por sus rasgos retéricos, inicia en
cierto modo In discusién, retomada
por Borges, que lo define como “novela
En el fondo, lo que puede confundir,
desde el punto de vista de Ia preceptiva,
es su originalidad que rompe t
encuadramiento riguroso. Algo. similar
‘ecurre con la otra obra importante
de nuestra literatura,
cl Facundo, de Sarmiento.
Sea como fuere, este tema ha sido
tomado por el critico norteamericano
John B, Hughes, quien en un largo
Articulo publicado.en el diario La Nacién
(9/9/63) sefala cinco géneros posibles
dentro de los cuales podria ser ubieado
el poema, Su idea, expresada al final,
cs que “ninguna deseripcidn genériea
hasta ahora avanzada comienza a
agotar In totalidad de Ia obra ni, a fin
de cuentas, es completamente fiel a Ia
realidad desert”. Para demostrar esto
procede relaceando calidad genériea a
cada una de las cinco posibilidades:
1.—Epopeya. Lugones y Rojas le
atribuyeron esta calidad pero, segin
Hughes, Ia relacién personal del autor
con Ia obra, su papel polémico y el tono
de nostalgia le quitan dimensién heroica,
‘aunque, no obstante, la historia es