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AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

Magistrado ponente

STC2305-2020
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-00574-00
(Aprobado en sesión de cuatro de marzo de dos mil veinte)

Bogotá, D. C., cinco (5) de marzo de dos mil veinte


(2020).

Se decide la acción de tutela instaurada por Dora


Isabel Prieto Lozada contra la Sala Civil - Familia - Laboral
del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Villavicencio y
el Juzgado Tercero Civil del Circuito de esa ciudad, trámite
al cual se vinculó a las partes e intervinientes del proceso
objeto de queja constitucional.

ANTECEDENTES

1. La promotora del amparo reclamó protección


constitucional de sus prerrogativas fundamentales al
debido proceso y acceso a la administración de justicia, que
dice vulneradas por las autoridades judiciales accionadas.

Solicitó, en consecuencia, se disponga «la nulidad de


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los autos reprochados y, en su reemplazo, se le ordene al


juez accionado imprimir el trámite correspondiente a la
oposición al secuestro que plantee en la diligencia de
secuestro de la cosa común efectuada el 11/10/2017» (folio
20, cuaderno 1).

2. Son hechos relevantes para la definición de este


asunto los siguientes:

2.1. Carlos Arturo Fajardo Castro promovió proceso


divisorio contra Dora Isabel Prieto Lozada y Jorge Edgar
González Vargas, cuyo conocimiento le correspondió al
Juzgado Tercero Civil del Circuito de Villavicencio, el que en
providencia de 19 de diciembre de 2014, entre otras cosas,
decretó la división ad-valorem de los inmuebles de que
trataban las pretensiones de la demanda, decisión
confirmada el 8 de octubre de 2015 por la Sala Civil –
Familia – Laboral del Tribunal Superior de esa ciudad.

2.2. Con proveído de 12 de julio de 2017 se dispuso el


secuestro de los aludidos bienes, diligencia que se llevó a
cabo el 11 de octubre siguiente, en la que Dora Isabel Prieto
Lozada se opuso alegando posesión, la que en auto de 30 de
enero de 2018 fue rechazada de plano, e interpuestos los
recursos de reposición y en subsidio apelación, se mantuvo
y se concedió la alzada. Posteriormente, con providencia de
23 de agosto de 2019 el Tribunal Superior acusado
confirmó la determinación de primer grado.

2.3. Indicó la accionante que el demandante había

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propuesto en su contra una demanda de rendición de


cuentas respecto de la cosa común, en la que en primera
instancia se declaró la falta de legitimación, decisión que
fue confirmada por el superior, pues no había sido
designada como administradora de la comunidad y no
estaba obligada a rendir las mismas a otro copropietario.

2.4. Señaló que se incurrió en vía de hecho por los


defectos sustantivo, fáctico y procedimental, pues los
estrados acusados se equivocaron en la interpretación de
las normas que gobiernan la oposición a la diligencia de
secuestro dentro de un proceso divisorio; que es irrazonable
que le hayan indicado que no le era posible oponerse en
cuanto frente a ella surte efectos el auto que dispuso la
venta ad-valorem, puesto que la posesión no se ve
interrumpida con la presentación de la demanda, tal como
lo indicó la Corte Suprema de Justicia en 1953; y que pese
a no existir consagración legal específica la oposición sí la
puede proponer un comunero.

2.5. Adujo que no tendría sentido el numeral 3 del


artículo 375 del Código General del Proceso que dispone
que la declaración de pertenencia la podrá pedir un
comunero que con exclusión de otros condueños y
cumpliendo el término hubiere poseído el bien; y que con
ello se le reconoce el derecho a usucapir no solo ante
terceros sino también frente a los comuneros.

2.6. Sostuvo que lo acontecido fue resultado de una


confusión en la hermenéutica de las normas relacionadas

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con la oposición al secuestro y a la entrega de la cosa


común entre los Códigos de Procedimiento Civil y General
del Proceso; que el rechazo de plano de la oposición es
propio de la diligencia de entrega y no del secuestro, razón
por la que se debió darle trámite a la misma y definirla de
fondo, haciendo una remisión a las reglas correspondientes
atendiendo el artículo 42 del Estatuto Procesal Civil.

2.7. Refirió que se atenta contra sus prerrogativas


esenciales el rechazo de su oposición sin recaudar y valorar
las pruebas, pues la acción divisoria no interrumpe el
fenómeno prescriptivo del comunero que ejerce la posesión
material exclusiva, el demandante fue vencido en el juicio
de rendición provocada de cuentas y el extremo actor nunca
ha ejercido la coposesión derivada de su título de
copropietario.

3. La Corte admitió la demanda de amparo, ordenó


librar las comunicaciones de rigor y pidió rendir los
informes a que alude el artículo 19 del Decreto 2591 de
1991.

LA RESPUESTA DE LOS ACCIONADOS Y VINCULADOS

1. El Juzgado Tercero Civil del Circuito de Villavicencio


realizó un recuento de las actuaciones surtidas e indicó que
el rechazo de la oposición obedeció a lo normado por el
numeral 1º del artículo 309 del Código General del Proceso;
y que las decisiones están fundadas en las normas
aplicables al caso.

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2. Al momento de someterse a consideración de la Sala


el presente asunto, ninguno de los convocados había
efectuado manifestación alguna frente a la solicitud de
protección.

CONSIDERACIONES

1. Conforme al artículo 86 de la Constitución Política,


la acción de tutela es un mecanismo jurídico concebido
para proteger los derechos fundamentales, cuando son
vulnerados o amenazados por los actos u omisiones de las
autoridades públicas, en determinadas hipótesis, de los
particulares, cuya naturaleza subsidiaria y residual no
permite sustituir o desplazar a los jueces funcionalmente
competentes, ni los medios comunes de defensa judicial.

Por lineamiento jurisprudencial, en tratándose de


actuaciones y providencias judiciales, el resguardo procede
de manera excepcional y limitado a la presencia de una
irrefutable vía de hecho, cuando «el proceder ilegítimo no es
dable removerlo a través de los medios ordinarios previstos
en la ley» (CSJ STC, 11 may. 2001, rad. 2001-00183-01); y
por supuesto, se cumpla el requisito de la inmediatez.

2. En el caso que concita la atención de la Sala,


encuentra la Corte que la acción constitucional carece de
vocación de prosperidad, habida cuenta que el Tribunal
criticado, en la providencia que resolvió la alzada
interpuesta frente al proveído que rechazó de plano la
oposición formulada por la ahora accionante, consideró

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que:

…Conforme a la atribución decisoria que emerge de la


apelabilidad del proveído que rechaza la oposición al secuestro
por autorización del artículo 596, numeral 2°, concordante con el
canon 321, numeral 9o, ambos del Código General del Proceso,
será labor de este despacho responder de manera preliminar si
es plausible el rechazo de plano que mereció la oposición al
secuestro que exteriorizó la señora Prieto Lozada. Únicamente en
caso de una postura negativa, resulta viable abordar la validez
de la actuación surtida por omisión de recaudo probatorio.

Es fundamental recalcar que las premisas fácticas relevantes de


la contención parten por advertir que la citada opositora en la
diligencia de secuestro de los inmuebles materia de división,
funge como integrante del extremo procesal convocado a la venta
común, en tanto que, según el estadio procesal parece evidente la
firmeza del proveído que ordenó la división ad valorem de los
predios, razón para quedar habilitado el secuestro de los bienes
involucrados, diligencia donde la codemandada Prieto Lozada se
opuso alegando que no bastando su calidad de comunera, era
poseedora total y excluyente de los restantes condueños,
pregonando actos como «pago de los impuestos prediales (sic) del
inmueble, pago de emolumentos de, administración, en su. totalidad
realizando mejoras sobre el inmuebles, su mantenimiento», oposición
rechazada por el a quo conforme quedó sintetizado en el acápite
correspondiente.

En gran síntesis, según autoriza el artículo 279 del Código


General del Proceso, cabe observar que, la conclusión
desestimatoria del a quo subsume correctamente las premisas
factuales a las reglas sustanciales y procesales que rigen la
oposición al secuestro, contexto donde es crucial la calidad de
demandada que ostenta la opositora por cuanto desde la primer
regla que contiene el artículo 309 ídem, luce diáfana la
inviabilidad de este mecanismo defensivo cuando se invoca por
quien es destinatario directo de los efectos de la sentencia,
consecuencia jurídica que se predica, naturalmente, respecto de
los litigantes en el juicio divisorio cuya legitimidad está
justificada en la comunidad que se pretende extinguir, máxime,

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cuando la venta común fue tema debatido en el decurso procesal


con decisión en firme vinculante para las partes desde que
adquirió ejecutoriedad el proveído de diecinueve (19) de
diciembre de dos mil catorce (2014), interlocutorio donde por
cierto se despacharon adversamente las excepciones de mérito
que planteó la codemandada contra la división, entre ellas, la
configuración de la prescripción adquisitiva de dominio y la
pretensión de reconocimiento de mejoras, debate que procura
reeditar en forma libérrima ignorando el carácter vinculante de
aquella decisión adversa a su interés económico.

En definitiva, ningún aprieto afronta esta superioridad para


reconocer que sobre la demandada como comunera se ciernen los
efectos de la orden de división, premisa jurídica igualmente
predicable respecto de aquellos pronunciamientos que surgirán
de la posterior refrendación sobre la distribución del producto
entre los condueños, excepto que se defina esa cuestión conforme
a las facultades que ejerzan los intervinientes, luego carecen de
vocación de prosperidad los reproches tendientes a socavar la
obligatoriedad de un interlocutorio que es ley del proceso, de ahí,
que la postura libérrima de la recurrente no tenga eco en esta
sede.

En efecto, resulta propicio advertir que un entendimiento similar


fue decantado por la corporación vértice concluyendo que éste no
refulgía en anómalo, siempre y cuando obedeciera a una
adecuada motivación según las particularidades, de manera que
no prohijó el ruego que pregonaba una interpretación casi
idéntica a la postura expuesta por la codemandada 1, mientras
que el pronunciamiento de este colegiado que citó la señora
apoderada como báculo de la oposición no es aplicable por las
particularidades referidas por el a quo.

Así las cosas, la Sala concluye que la decisión


controvertida no luce antojadiza, caprichosa o subjetiva,
con independencia de que se comparta, descartándose la

1
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Civil. Sentencia STC5755 de 3
de mayo de 2018. Radicación 11001-02-03-000-2018-01036-00 M.P. Dr. LUIS
ARMANDO TOLOSA VILLABONA.

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presencia de una vía de hecho, de manera que el reclamo de


la peticionaria no halla recibo en esta sede excepcional.

Y es que, en rigor, lo que aquí planteó la tutelante es


una diferencia de criterio acerca de la determinación que
confirmó la desestimación de la oposición al secuestro
impetrada; en cuyo caso tales inferencias no pueden ser
desaprobadas de plano o calificadas de absurdas o
arbitrarias, «máxime si la que ha hecho no resulta contraria
a la razón, es decir si no está demostrado el defecto
apuntado en la demanda, ya que con ello desconocerían
normas de orden público... y entraría a la relación procesal a
usurpar las funciones asignadas válidamente al último para
definir el conflicto de intereses». (CSJ STC, 11 ene. 2005,
rad. 1451, reiterada en STC7135, 2 jun. 2016, rad. 2016-
01050).

Sobre el particular, también se ha dicho de forma


reiterada que «no se puede recurrir a la acción tutelar para
imponer al fallador una determinada interpretación de las
normas procesales aplicables al asunto sometido a su
estudio o una específica valoración probatoria, a efectos de
que su raciocinio coincida con el de las partes». (CSJ STC, 18
abr. 2012, rad. 2012-0009-01; STC, 27 jun. 2012, rad.
2012-00088-01; y STC, 12 ago. 2013, rad. 2013-00125-01).

3. Baste lo dicho en precedencia para denegar la


protección pedida.

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DECISIÓN

Con fundamento en lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando Justicia
en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
deniega el amparo solicitado.

Comuníquese por el medio más expedito a los


interesados y, si la decisión no es impugnada, remítase el
expediente a la Corte Constitucional para su eventual
revisión.

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA


Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

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LUIS ALONSO RICO PUERTA

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

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