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La práctica dominante en las ciencias sociales procede considerando a los seres

humanos como situados en el vacío, separó al ser humano de la naturaleza y esta


mutua relación estuvo ausente de la mayoría de las teorías de raíz ilustrada como
el liberalismo, el marxismo, el anarquismo, etc. Economía en un mundo ideal
donde los recursos naturales son ilimitados y los servicios ambientales nunca se
degradan. Hay una necesidad urgente de reconciliar las ciencias sociales con el
mundo físico y biológico. Para describir esta relación de mutua determinación a
todos los niveles se ha propuesto el concepto de metabolismo social que
constituye el núcleo central de este nuevo enfoque.
El enfoque ambiental de las Ciencias Sociales además de ocuparse de La
creación de riqueza o el crecimiento económico de las naciones, su desarrollo
tecnológico, o la igualdad social también debe ocuparse si los logros de las
anteriores aspiraciones ponen en riesgo la sustentabilidad de la naturaleza.
EL CONCEPTO DE METABOLISMO
Las sociedades humanas producen y reproducen sus condiciones materiales de
existencia a partir de su metabolismo con la naturaleza. Al realizar estas
actividades, los seres humanos consuman dos actos: por un lado "socializan"
fracciones o partes de la naturaleza, y por el otro "naturalizan" a la sociedad al
producir y reproducir sus vínculos con el universo natural. Actualmente la energía
exosomática, extracción de recursos minerales y que nos proporciona la mayoría
de servicios, sobrepasa de treinta a cuarenta veces la suma de la energía
endosomática es lo que requiere cada organismo para su mantenimiento y
desarrollo de sus actividades.
LOS ORIGENES DEL CONCEPTO DE METABOLISMO
El concepto de metabolismo fue adoptado por Marx a partir de sus lecturas de los
naturalistas de su época, principalmente del holandés Möleschot, y constituyó una
herramienta fundamental en su análisis económico y político del capitalismo
(Schmidt, 1976). El concepto sin embargo permaneció en estado latente hasta
finales de la década de los sesentas del siglo pasado, cuando algunos
economistas como K. Boulding y R. Ayres lo “re-inventaron”.

LOS CINCO PROCESOS METABÓLICOS

El acto de la apropiación (A) constituye, en sentido estricto, la forma primaria de


intercambio entre la sociedad humana y la naturaleza.
El proceso de Transformación (T) implica todos aquellos cambios producidos
sobre los productos extraídos de la naturaleza, los cuales ya no son consumidos
en su forma original.
El proceso de Distribución (D) aparece en el momento en el que las unidades de
apropiación dejan de consumir todo lo que producen y de producir todo lo que
consumen. Con ello se inaugura, en sentido estricto, el fenómeno del intercambio
económico
En el proceso metabólico del consumo (C) se ve envuelta toda la sociedad,
incluidos los distintos tipos de P.
Proceso de excreción (E), que es el acto por el cual la sociedad humana arroja
materiales y energía hacia la naturaleza (incluyendo substancias y calor), también
se ve envuelta toda la sociedad, incluidos los distintos tipos de P.
LA APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
Inicia todo metabolismo entre la sociedad y la naturaleza, definido como “el
proceso por medio de cual los miembros de toda sociedad se apropian y
transforman ecosistemas para satisfacer sus necesidades y deseos” (Cook, 1973).
Dependiendo del momento histórico en el que se realiza el análisis, la apropiación
será según sea el caso, el elemento determinante o determinado del proceso
metabólico general.
LOS ECOSISTEMAS
La naturaleza es una matriz heterogénea formada por un sinnúmero de
ensamblajes que son los ecosistemas los cuales presentan una misma estructura
y una misma dinámica que les permite reproducirse o renovarse a través del
tiempo y cada uno de los cuales constituye un arreglo o una combinación única de
elementos bióticos y no-bióticos, y posee una historia particular que los hace
diferentes de los otros. Los procesos productivos que realizan los seres humanos
agrupados en sociedad suponen la apropiación no de recursos naturales sino de
ecosistemas.
Existen por lo menos tres supuestos derivados de la teoría ecológica que marcan
las pautas que debe seguir una apropiación adecuada. En primer término, deben
reconocerse los paisajes o las unidades ambientales que conforman el predio,
parcela, área o espacio (terrestre o acuático) que se pretende apropiar. El
segundo supuesto que consiste en reconocer el potencial productivo de cada una
de las unidades previamente distinguidas. El último supuesto incluye la
“optimización” de la apropiación con base a los supuestos anteriores.
Cada fragmento del espacio natural posee un límite (teóricamente reconocible) para su
adecuada apropiación, más allá del cual se atenta contra su capacidad de renovación y,
finalmente, contra su existencia misma.

LAS FORMAS BASICAS DE APROPIACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS

Existen tres tipos básicos de intervención en los ecosistemas. En el primer caso, la apropiación se
realiza sin provocar cambios sustanciales. En el segundo caso se trata de actos de apropiación
donde P desarticula o desorganiza los ecosistemas que se apropia. Tercera forma de apropiación
en la que los ecosistemas se conservan con fines de protección de especies, patrones y procesos,
además de otros servicios tales como el mantenimiento del clima local, regional o
global, la captación de agua, el esparcimiento, la educación y la investigación
científica.
LO DURO Y LO BLANDO
Mientras que los primeros procesos operan como la “parte dura” o visible de las
sociedades humanas, como su blindaje material y energético, las instituciones, y
sus consiguientes sistemas simbólicos y reglas jurídicas y/o sociales funcionan
como la “parte blanda” invisible e inmaterial.
LOS FLUJOS DE MATERIA Y ENERGÍA
Los cinco procesos particulares del fenómeno de metabolismo social, pueden
descomponerse en dos flujos: el material y el energético.
EL METABOLISMO A TRAVES DEL TIEMPO: LA HISTORIA AMBIENTAL
El concepto de metabolismo como eje del análisis socio-ecológico o socio-
ambiental no solo promete ser de enorme utilidad en la dimensión meramente
teórica o académica; más que eso, las aportaciones que se hagan teniendo como
marco este concepto, serán seguramente decisivas para los debates políticos y los
procesos sociales del presente y el futuro inmediato.
LOS CAMBIOS EN EL METABOLISMO SOCIAL
En primer lugar, los cambios en la dotación de los recursos y servicios
ambientales sobre los que éstas se asientan resultan de especial significación.
Tales cambios son inducidos por la propia dinámica de los ciclos fisico-biológicos,
pero también por las interferencias que las propias sociedades u otras ajenas
pueden ejercer sobre ellos.
En segundo lugar, debe tenerse en cuenta la dinámica demográfica, que afecta
directamente al tamaño de la población.
En tercer lugar, el cambio tecnológico se convierte en una variable de primer
orden que modifica al alza o la baja los dos primeros factores enunciados
Un determinado metabolismo social puede crecer por encima de su dotación de
recursos si es capaz de captar fuera de su entorno los recursos necesarios para
su funcionamiento.
El intercambio económico es capaz de transmitir necesidades metabólicas de una
sociedad a otra, o entre unos agentes sociales y otros dentro de una determinada
sociedad.
La “cosmovisión” de una determinada sociedad y los cambios que en ella se
pueden operar resultan fundamentales para entender el funcionamiento y las
transformaciones de su metabolismo social.
En séptimo lugar, las formas de acceso y de distribución de los recursos y
servicios ambientales y de los satisfactores creados para atender las necesidades
históricamente cambiantes de los componentes de cada sociedad tiene una
influencia a veces decisiva sobre el tamaño y dimensiones del metabolismo social.
En octavo lugar deben tenerse en cuenta las decisiones dimanantes del poder y,
en general, de las instituciones creadas en el interior de cada sociedad para
regular las relaciones sociales y también el uso de los recursos y funciones
ambientales.
En noveno lugar, la cantidad y la calidad de los residuos generados en el proceso
metabólico resultan también relevantes para explicar el cambio.
Finalmente, y en décimo lugar, los historiadores ambientales deben prestar
atención al azar, factor este ignorado completamente por las ciencias sociales.

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