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Revista de Ciencias Sociales (Ve)

ISSN: 1315-9518
cclemenz@luz.ve
Universidad del Zulia
Venezuela

Rivera Vélez, Fredy


Las aristas del racismo
Revista de Ciencias Sociales (Ve), vol. VI, núm. 1, abril, 2000, pp. 9-33
Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela

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Revista de Ciencias Sociales
Vol. VI, No. 1, Abril 2000, pp. 9-33
FACES - LUZ · ISSN 1315-9518

Las aristas del racismo


Rivera Vélez, Fredy*

Resumen

En el presente trabajo se estudia un ámbito que normalmente se esquiva y se en-


mascara: Las prácticas racistas. Esta evasión del tema se da en diferentes planos discur-
sivos, y es una práctica, cada vez más frecuente en América Latina, pues aquí se hace de
la integración étnica uno de los ejes centrales de la construcción de sus relaciones identi-
tarias y políticas. Se propone, entonces, este trabajo develar la naturaleza y el movimiento
de prácticas racistas presentes no sólo discursivamente, en la práctica política, en la prác-
tica laboral, sino que también están presente en nuestra vida cotidiana, bajo nuevas for-
mas y contenidos que se distancian del racismo tradicional e incorpora una nueva gramá-
tica racista, una suerte de racismo moderno, no basado en el fenotipo o características fí-
sicas como elemento central, sino en un racismo basado en la diferencia cultural, lo cual
plantea un plano más excluyente, pues en este planteamiento el “objeto de racismo” no es
un objeto de racismo limitado, como en el racismo tradicional, en el cual siempre es utiliza-
do por quien practica el racismo; en el racismo contemporáneo se pretende una ruptura
completa y una exclusión total del otro.
Palabras clave: Racismo, etnia, racialización.

Recibido: 00-02-27 . Aceptado: 00-04-13

* Master en Ciencias Sociales: Especialidad Modernidad Social y Cultural. México. Profesor In-
vitado Centro Bolivariano de Estudios Disciplinarios CEBEM-Bolivia; y FLACSO-Ecuador.
Editor de la Revista Ecuador DEBATE.

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Las aristas del racismo
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Angles on Racism
This paper deals with a topic that is normally avoided or covered up: racist attitudes
and practices. The avoidance of this theme occurs on different discourse levels, and is
more and more frequent in Latin America, since ethnic integration is one of the central the-
mes in the construction of identity relationships and policies. This paper proposes to reveal
the nature and the mobilization of racist practices present not only on a discursive level, in
politics, and labor practices, but also present in our daily life, with new forms and contents
which differ from traditional racism, and which incorporates a new racist grammar, a sort of
modern racism, not based on phenotypes or physical characteristics as a central theme,
but on a racism based on cultural differences. This implies a more exclusive type of racism,
since on this plane the object of racism is not a limited object, as in traditional racism, which
is normally used by those who practice racism. It is a more isolationist plane. Contempo-
rary racism proposes a complete rupture and exclusion of the other.
Key words: Racism, ethnic groups, racialization.

1. El mundo fragmentado Y es que nuestros países, por el solo he-


cho de haber remarcado a lo largo de su
¿Son nuestras sociedades racistas historia la unicidad imaginaria de la na-
y discriminadoras?, ¿sus habitantes se ción, por pretender que la supremacía del
reconocen como individuos portadores mestizaje es la fuente constitutiva de la
de prácticas racistas?, ¿existe un racis- verdadera “nacionalidad” y por incorporar
mo oculto o disfrazado? Estas son pre- una serie de imágenes de un pasado glo-
guntas simples que en otros contextos rioso y heroico, sustentado en una su-
sociales tendrían una respuesta inmedia- puesta etnicidad milenaria, merecen ser
ta y contundente, sea para afirmar o ne- acreedores de muchas sospechas que
gar la situación; pero en nuestras socie- ocultan la verdadera naturaleza de sus
dades, especialmente en las que existen relaciones identitarias y políticas en su
poblaciones indias y negras, y donde ha proceso constitutivo como sociedades
prevalecido por años una suerte de tabú nacionales.
sobre la problemática racial y una legiti- En estos tiempos de transnaciona-
midad ideológica respecto a la pertenen- lización económica y globalización socio-
cia y diferencia basada en la discrimina- cultural, la problemática del racismo y sus
ción racial, difícilmente existiría un reco- múltiples expresiones dependientes -xe-
nocimiento de lo que se percibe y practica nofobia, discriminación, intolerancia, pre-
en las esferas cotidianas de la sociedad. juicio, exclusión, etc.-, aunque no sean si-

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milares en sus contenidos, aparecen convivencia común a los “otros”, los “in-
como temas medulares que preocupan a deseables”, los extranjeros, los advene-
varias disciplinas vinculadas con las cien- dizos, los migrantes. Es un tiempo donde
cias sociales. Este asunto es curioso por han reaparecido viejos modos de estig-
cuanto se había pensado que el concepto matización contra determinadas identida-
de raza, visto desde una perspectiva emi- des colectivas a la par de la difusión de
nentemente biológica, por ser acientífico nuevas desacreditaciones culturales sus-
y lleno de prejuicios 1, había desaparecido tentadas en estereotipos de distinta índo-
o no era tan utilizado luego de la condena le. De esa manera y relacionado con este
a los distintos holocaustos promovidos asunto, uno de los aspectos más intere-
por varios regímenes totalitarios a lo largo santes es el alto grado de “eufemización”
de este siglo y de la acción legislativa de con el que se presentan en muchos dis-
varios países y de innumerables organis- cursos los contenidos discriminadores 2.
mos internacionales para superar este En una época de cambios acelera-
tipo de odios humanos. Los hechos acon- dos, los problemas de pertenencia a de-
tecidos en la Europa “integrada” y con- terminadas identidades nacionales y a
temporánea, la persistencia de grupos minorías étnicas, ubicadas en varios es-
abiertamente declarados racistas en los cenarios de la vida cotidiana de muchos
EEUU y la continuidad de un pensamien- países, se relacionan cada vez más con
to derivado de estructuras coloniales, son otras cuestiones sociales; básicamente
elementos que dan al traste con la inten- con la existencia de vacíos políticos y cul-
ción de pensar en la desaparición del pro- turales que surgen con la pérdida de fun-
blema del racismo. ción del Estado uninacional en términos
Los modelos económicos prepon- de integración social, la reestructuración
derantes que caracterizan al mundo ac- de las esferas laborales, las políticas mi-
tual, salpicados de fuertes ideologías ba- gratorias, el debilitamiento de los movi-
sadas en la competencia de los individuos, mientos sociales tradicionales y el apare-
la flexibilización laboral, el consumo galo- cimiento de grupos políticos radicales e
pante y una constante inserción tecnológi- intolerantes que basan su discursividad
ca relativamente homogénea, no constitu- en el ataque permanente a lo extraño y
yen procesos que conducen a que el ma- distinto, identificando en ese ejercicio lo
ravilloso desarrollo instrumental masss- extraño y distinto como atributos de un
mediático redunde en mejorías manifies- “enemigo interno”. No parece extraño,
tas para la población. Al contrario, entre entonces, la proliferación de muchos gru-
los procesos sociales y culturales que pos nacionalistas y de extrema derecha
caracterizan a esta época es importante en Europa y otros países industrializados
señalar a las conflictividades nacionales y que hacen uso del racismo como objeto
étnicas, el recrudecimiento de las violen- de su movilización y convocatoria ideoló-
cias y la exclusión y la difusión de posturas gica. En ese contexto, la presencia de mi-
“escencialistas” basadas en supuestos norías étnicas, culturalmente distintas a
idearios identitarios unívocos que valoran las mayoritarias “nacionales” generan
negativamente, separan y condicionan la una lógica de “diáspora”, una especie de

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autocentramiento identitario y comunita- muchas décadas. “El racista se represen-


rio como mecanismo de protección para ta al adversario tanto más como una co-
hacer frente a las hostilidades desatadas munidad, es decir una colectividad a la
por esos grupos radicales. vez social, cultural y política, por el hecho
Se ha argumentado que la división de vivir él mismo en una sociedad en que
cultural del trabajo, presente en las socie- estas distintas dimensiones se diferen-
dades industrializadas y en no pocas en cian más intensamente, lo que explica
vías de desarrollo llamadas ahora “mer- que el colonizado sea objeto de un racis-
cados emergentes”, prepara las condicio- mo limitado porque el racista sigue utili-
nes adecuadas para la racialización de zando a aquel a quien rechaza, mientras
las relaciones sociales y económicas y que el racismo contemporáneo busca
para la formación de las diferentes identi- una ruptura completa y la expulsión del
dades colectivas que se enfrentarán y otro” (Touraine, 1997:126).
competirán unas con otras en los distin- Las grandes migraciones existen-
tos ámbitos de la sociedad. En ese en- tes en el mundo contemporáneo y el cho-
frentamiento, que muchas veces se ex- que entre culturas que da lugar este pro-
presa como competencia por recursos, ceso no están siendo precisamente un
servicios, políticas de bienestar o dere- factor de concientización de “humanidad”
chos ciudadanos, aparecen sentimientos en términos de especie; al contrario, la
xenófobos que sólo pueden desarrollarse memoria de las exclusiones colectivas
en un entorno de racismo institucionaliza- del pasado están siendo utilizadas como
do o por la presencia de ideologías laten- mecanismo retroalimentador para gene-
tes o declaradamente racistas. De hecho, rar acciones excluyentes en el presente.
mediante el proceso de racialización En ese terreno, el mayor peligro que ali-
mencionado, los sectores discriminados menta a los comportamientos racistas en
se ven enfrentados a un proceso ideológi- muchos lugares es la mezcla entre senti-
co que no necesariamente ubica al fenoti- do común no cultivado -ese que persiste
po o características físicas como el ele- en apreciaciones primarias del fenotipo- y
mento central de su preocupación. Se tra- una serie de ideologías xenófobas defen-
taría mas bien de un racismo moderno 3, soras del privilegio de la “propia cultura”.
uno de corte distinto al tradicional que se- Esta situación es la que más se
para y aísla a los culturalmente diferen- está difundiendo en los sitios receptores
tes, aquellos que encarnan el sentimiento de inmigrantes y en los contextos donde
no nacional, esos que poseen prácticas existen redefiniciones de pertenencia a
cotidianas y de largo plazo que perturban una identidad nacional que afecta incluso
la idea de nación homogénea. a viejos pobladores de un mismo espacio
Desde esa perspectiva, el racismo territorial nacional. No es por tanto, ningu-
de la diferencia cultural desempeña el na paradoja el que el neorracismo de fina-
mismo papel en nuestra cultura contem- les del siglo veinte se presente como un
poránea lo que el racismo de la inferiori- racismo sin razas, un racismo predomi-
dad natural en las culturas de las socieda- nantemente diferencialista (Wieviorka,
des preindustriales e industriales de hace 1992:102). Pero esa actitud racista de re-

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chazo a la diferencia o miedo a la “otra” ejemplo, una vez iniciados, tienden a co-
cultura no es sintomática y universal, tie- brar vida propia y seguir un modelo de ac-
ne ubicados a cierto tipo de seres huma- ción-reacción. Las identidades que ante-
nos, casi siempre migrantes de países riormente habían sido múltiples y some-
pobres; muy rara vez, por ejemplo, se de- ras pasan a ser concentradas y reforza-
satan actitudes xenófobas e intolerantes das: estos conflictos se denominan acer-
en las ciudades industrializadas frente a tadamente guerras identitarias (Hunting-
la presencia de norteamericanos o japo- ton, 1997:319).
neses, situación que nos dice mucho so- Lo que está sucediendo en distintas
bre la persistencia de ciertos imaginarios áreas del globo no es extraño para Améri-
sociales que contraponen una cultura ca Latina. La paulatina eclosión de movi-
progresista, modernizadora y universalis- mientos étnicos y regionales, no sólo
ta contra una particularista y supuesta- cuestionan determinado modelo de esta-
mente primitiva. do nacional vigente hace siglo y medio,
Tal parece ser la diversidad de sino que ponen en duda toda la institucio-
comportamientos racistas en el mundo nalidad y orden construido sobre paráme-
contemporáneo, que estas nos sugiere tros de “integración” social sustentados en
que existen determinadas fijaciones a tra- ideologías y prácticas racistas. En lo que
vés de los tiempos. El tratamiento iguali- toca al Ecuador, han sido pocos los inten-
tario de todos los ciudadanos frente a la tos por analizar los fundamentos genera-
ley -por lo menos en términos formales-, les de reproducción de las ideologías y las
independientemente de sus autorrecono- prácticas racistas cotidianas que actual-
cimientos étnicos y culturales o los im- mente existen 6. Esto a pesar de que sí han
puestos por los “otros”, no significa, por existido grandes trabajos para compren-
mucho, la inexistencia de discriminacio- der el fenómeno del indigenismo, las ideo-
nes sociales. Ya Alexis de Tocqueville logías de la superioridad, la aceptación de
advirtió antes de 1840 sobre el racismo, la inferioridad asignada, los movimientos
que al ser retirado de las leyes se enquis- étnicos, la aculturación, la identidad regio-
taría en las costumbres 4. Precisamente, nal, etc.7. Temas de esta importancia de-
las costumbres, ese mundo de vida que ben ser directamente abordados, más aún
es parte intrínseca de la cultura, se cons- cuando la preocupación actual sobre el
tituyen en una dimensión que está en tema de las identidades responde a un
constante interrelación y tensión entre lo momento de resquebrajamiento del Esta-
local y lo global dentro del flujo de proce- do, así como de la pérdida de sentido de lo
sos de integración y desintegración pro- público (Kingman, 1999:110).
ducto de la globalización 5.
No es raro entonces que determi- 2. El racismo y el problema de
nadas acciones racistas se presenten ac- las definiciones: una
tualmente bajo denominaciones tan sui- panorámica
generis como limpieza étnica, apartheid,
fundamentalismos de todo tipo y guerras Las distintas disciplinas y estudios
culturales. Los conflictos étnicos, por sociales que tratan de dar cuenta del fe-

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nómeno del racismo constituyen un cam- ción, la segregación, la exclusión, el tipo


po de disputa inmenso y prolífico, no sólo de racionalidad que está implícita en las
por existir la dificultad de elevar este tema acciones y la violencia simbólica, entre
a la categoría de objeto, sino porque has- otras, deben ser vistas como formas es-
ta la actualidad no se ha elaborado una pecíficas que conforman el espacio empí-
teoría general acerca del racismo. En ese rico del racismo y ayuda a delimitar el ob-
contexto y a pesar de los esfuerzos por jeto y la naturaleza de su relación.
construir un cuerpo teórico completo des- Inicialmente y durante muchas dé-
de diversas entradas históricas, socioló- cadas, lo que podría denominarse como
gicas y filosóficas, muchos de estos in- pensamiento social respecto al racismo
tentos explicativos han minimizado o no estuvo absorbido por los referentes teó-
se han percatado sobre la importancia del ricos de las ciencias biológicas, aspecto
carácter y naturaleza antropológica del que llegó incluso a influir en las concep-
fenómeno en cuestión. De esa forma, el tualizaciones elaboradas sobre la forma-
asunto se presenta complejo, pues el ra- ción de la nación e identidad nacional en
cismo no se lo puede estudiar por sí mis- determinadas sociedades 9. Desde otro
mo ya que existen una serie de relaciona- punto de vista, los estudios sobre rela-
mientos y vínculos que vuelven difícil su ciones raciales tienen su inicio entre la
tratamiento y la definición de su estatuto sociología norteamericana de principios
teórico. de este siglo que, con la escuela de Chi-
La delimitación del racismo como cago y Robert Park a la cabeza, propicia-
objeto exige una definición restringida ron una serie de estudios empíricos so-
que vincule los atributos estrictamente fí- bre “race relations” dentro del influjo de
sicos, genéticos o biológicos de un indi- las corrientes evolucionistas -conflicto,
viduo o grupo y sus supuestos caracte- adaptación, asimilación, en la antropolo-
res intelectuales y morales; pero al reali- gía y básicamente de la sociología. Con
zar esta aproximación conceptual se li- ello se abre una serie de propuestas
mitaría la comprensión de ciertas prácti- analíticas que se desvinculan del estudio
cas que parecen estar mejor agrupadas de las características intrínsecas de las
bajo la denominación simple de racismo razas y etnias para concentrarse en el
y que en sentido amplio es un conjunto mundo de las relaciones socioculturales,
de representaciones, de valores y nor- territoriales y espaciales. Lo positivo en
mas expresadas en prácticas sociales términos de delimitación conceptual pro-
que conducen a la inferiorización y ex- piciado por la escuela de las “race rela-
clusión del otro, cuyos atributos físicos o tions” fue separarse de las teorías bioló-
culturales son percibidos como distintos gicas de la raza.
de los que comparte el grupo dominante Más tarde, determinado tipo de in-
o hegemónico 8. vestigaciones referentes al racismo to-
Habría también que realizar un es- maron un giro hacia la cuestión de la per-
fuerzo por encontrar la unidad empírica y sonalidad como ingrediente de la proble-
teórica del racismo. El reconocimiento de mática bajo el amparo teórico del psicolo-
su doctrina, los prejuicios, la discrimina- gismo. Básicamente se observaron las

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personalidades autoritarias en la socie- idea clásica de la nación y de la razón; el


dad norteamericana y al relacionarlas espacio para su dinámica se encuentra
con el psicoanálisis se sostuvo que el ra- impulsado por la caída de los valores uni-
cismo es la “incapacidad de algunas per- versales iluministas y su referencia a una
sonas para enfrentarse a la diferencia, y especificidad u homogeneidad social na-
en ocasiones también a la semejanza con cional.
el otro, el extraño, y esta incapacidad, En el plano de las múltiples con-
que se manifiesta de diversas maneras ceptualizaciones, existen posturas que
según las circunstancias -por ejemplo se- diferencian el término racismo de la no-
gún los ambientes sociales- están inscrita ción de racialismo. Mientras el primero da
en un inconsciente determinado que na- cuenta de los comportamientos, relacio-
die mejor que el analista estaría en condi- nados principalmente a las acciones so-
ciones de develar” 10. ciales cargadas de odio y menosprecio
También existen pensadores que con respecto a personas que poseen ca-
relacionan el desarrollo de la idea del ra- racterísticas físicas bien definidas y dis-
cismo con los procesos coloniales, la tintas al grupo “nuestro”; el segundo, con-
configuración de las sociedades indus- cierne a la serie de doctrinas e ideologías
triales, el auge de las inmigraciones, la ur- que se han elaborado desde distintas óp-
banización, la aparición de los nacionalis- ticas sobre la presencia de las razas 13.
mos y los efectos de la modernización 11. Las argumentaciones se amplían
Otros, en cambio, consideran el fenóme- cuando se afirma que no existiría uno
no del racismo como una construcción sino varios racismos. El racismo clási-
cultural de occidente; en efecto “el racis- co 14, el que naturaliza al “otro” en nombre
mo es una doctrina occidental, nutrida de de una supuesta inferioridad biológica se
varias fuentes, pero de formulación muy apoyó en la “ciencia” y en las teorías evo-
concreta, que predica que ciertas carac- lucionistas del siglo XIX. En efecto, en
terísticas físicas propias de unos seres ese siglo comenzó el triunfo y expansión
humanos llamados razas determinan, del concepto biológico de raza en un am-
mediante el empleo de una sinécdoque biente marcado por el éxito de las doctri-
causal, cierto tipo de rasgos culturales e nas deterministas, la influencia del darwi-
individuales de carácter individual y mo- nismo y el descubrimiento de las leyes
ral” (Moreno, 1994:57). mendelianas de la herencia que ubicó a la
El racismo también puede ser pen- noción de raza como el locus explicativo
sado como un producto que expresa la de la heterogeneidad irreversible de la
conjunción de la crisis de la modernidad y humanidad.
la dificultad creciente de asociar los valo- El racismo contemporáneo, de re-
res enarbolados por la idea del progreso y ciente data, enfatiza más bien el principio
de la razón con una conciencia cada vez de la diferencia para rechazar las otras
más propensa a la identificación comunal culturas en nombre de la pureza y de la
y nacional 12. De esa manera, el racismo especificidad de la propia, se aparta de
se desarrolla en la desintegración de la todo universalismo y promueve con ello

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un comportamiento de relativismo cultu- tener un rango legal, o un carácter de he-


ral exacerbado. En este contexto, el tér- cho; afectar al ámbito económico o hacer
mino cultura es asumido por el de raza, ya referencia no a la igualdad de mercado,
que se sustenta en una alteridad sustan- sino a la igualdad de oportunidades como
cial y elemental, tanto en el plano indivi- grupo: a las posibilidades de acceder, en
dual como en el colectivo y no acepta que proporción no menor que otros grupos, a
las diferencias culturales pueden ser situaciones de estatus profesional o eco-
transformadas y dejen de ser insupera- nómico que se consideran deseables, y a
bles. De esa manera, el racismo implica las de evitar, en la misma medida que
que la constatación de las diferencias se otros grupos, determinadas situaciones
materialice en el ámbito político, social y indeseables: índices de delincuencia,
económico, y justifique las conductas de proporción de miembros del grupo encar-
rechazo , exclusión o exterminio. Esta úl- celados por diversos delitos o a quienes
tima condición justifica que el racismo se se aplica la pena de muerte…La discrimi-
entienda como un fenómeno social y no, nación más condenable en nuestras so-
como sucede a menudo, como un hecho ciedades, la que se considera discrimina-
biológico con repercusiones sociales 15. ción en sentido fuerte, es la que establece
Un paso importante en el desarro- una desigualdad formal en los derechos
llo de una sociología del racismo ha sido legales, especialmente si esa discrimina-
el de ubicar con alguna precisión su ob- ción se hace por razón de raza o religión.
jeto al relacionarlo con los actores socia- Pero, cuando de lo que se trata es del re-
les, los sistemas de acción y varios cam- parto de la riqueza o de la autoridad, el
pos de análisis empírico por medio de las consenso sobre lo que es justo sólo al-
categorías prejuicio, discriminación, se- canza, cuando lo hace, a preservar un
gregación y violencia 16. Por ejemplo, al cierto grado de movilidad social ascen-
tratar de delimitar el problema del prejui- dente para algunos miembros de los sec-
cio en la sociedad, no se trataría sola- tores sociales más desfavorecidos, a lo
mente de mencionar que éste es una for- que, en algunos países, se añaden políti-
ma elemental del racismo, sino de inves- cas de reducción de la desigualdad entre
tigar la esencia del fenómeno en los as- grupos, mediante programas compensa-
pectos sociales, culturales y psicológi- torios de discriminación positiva a favor
cos que crean el prejuicio, es decir, in- de determinados colectivos, mujeres, mi-
corporar el prejuicio dentro de las rela- norías étnicas 18...” (Alvarez, 1993:120).
ciones sociales y ver en él una dimen- En términos generales, hay moti-
sión subjetiva de la acción 17. vos suficientes para pensar que, si se
El mismo tratamiento debe ser ex- continúa con una utilización tan extensa
tendido para el caso de la discriminación, del término racista, ello se debe al tre-
puesto que el uso arbitrario de este con- mendo peso político e ideológico que di-
cepto puede convertirse en una consigna cho concepto implica para el desarrollo
vacía de contenidos, una suerte de utili- de las relaciones sociales en una socie-
zación retórica. “La discriminación puede dad determinada. No es casual, por ejem-

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plo, las consecuencias y sanciones jurídi- Los discursos y las prácticas neo-
cas que puede tener una persona o un es- rracistas atraviesan diferentes planos,
tado si es encontrado culpable por los tri- llegando incluso a inmiscuirse en las fa-
bunales internacionales de prácticas ra- cetas más importantes de la sociedad
cistas vinculadas con la xenofobia, el ge- moderna como en los espacios más ínti-
nocidio o últimamente, el denominado mos de la subjetividad de cada uno de
proceso de limpieza étnica, verdadero sus miembros. El actual racismo incorpo-
eufemismo que esconde la eliminación ra, mezcla y superpone elementos tradi-
exhaustiva de pueblos portadores de una cionales con los nuevos. Eso es lo que
determinada nacionalidad o adscripción está sucediendo en diversas ciudades y
étnica o cultural. Es por ello, que el racis- regiones. Por tal motivo, al racismo de fi-
mo tiene varios actos de presentación, nes de este milenio se lo puede insertar
pero fundamentalmente está asociado a en la panacea triunfante de la heterofobia
una serie de prácticas que pretenden le- al punto de que sus discursos no se halla-
gitimar una idea de superioridad cultural rán fácilmente en las páginas culturales
por no decir física e intelectual. De hecho, de los medios de comunicación, sino más
el racismo ha encontrado en muchas oca- bien en las páginas de sucesos (Fernán-
siones fundamentos antropológicos sus- dez, 1995:248).
tentados en la variación fenotípica para
determinar la obligatoria separación en- 3. Etnia y racismo
tre los seres humanos.
Es tan amplio el debate y la proble- El concepto de etnia ha sido uno de
matización teórica sobre el racismo que los más debatidos en el ámbito de la an-
actualmente se habla de neorracismos o tropología y en el de las ciencias sociales.
nuevos racismos para dar cuenta del Cuando en los años sesenta los antropó-
auge potencial, en todo el mundo, de una logos decidieron abandonar viejas deno-
serie de conductas y discursos que pre- minaciones respecto a las palabras pue-
sentan poca relación con los tradiciona- blo y tribu, pues muchas de esas interpre-
les basados en los biologismos. El racis- taciones tenían connotaciones colonialis-
mo es ahora cada vez más velado ya que tas, entró en el lenguaje común el uso de
se desvía por la cultura, ataca a grupos categorías como grupos étnicos y etnici-
humanos definidos por su nacionalidad, dad 19. En esta difusión tuvo mucho que
religión, etnicidad y no topa directamente ver la producción de las ciencias sociales
el asunto de la “raza”, la misma que no anglosajonas 20 a través de Michael Ban-
necesita ser nombrada ni explicitada. En ton, Paul Brass, Nathan Glazer, D.L. Ho-
estos tiempos, el racismo puede penetrar rowitz, Anthony Smith y Daniel Bell, entre
en las instituciones, originar violencia, ali- otros. Por el lado francófono, si bien el de-
mentar diversas corrientes ideológicas, bate y reflexión no se ha centrado sobre
movilizar masas nacionalistas y concre- el problema de la etnicidad en concreto, si
tarse con una segregación de hecho o de se ha canalizado por la ruta de la discu-
derecho como sucedía con el régimen del sión sobre la identidad individual, la per-
apartheid de Sudáfrica. tenencia comunitaria y la construcción de

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la ciudadanía vinculada a la cuestión de dad determinada 23. Desde esa perspec-


la integración e identidad nacional. tiva, el peligro más grande relacionado
Teniendo en cuenta ese panora- con el debate sobre lo étnico, es el de
ma, las posiciones sobre la pertinencia de amplificar la visión relativista de las cul-
la utilización del concepto etnia en lugar turas según la cual las etnias son entida-
de raza presenta varias confusiones 21. des específicas, autónomas entre sí,
En primer lugar, existiría un error semán- iguales entre sí. Cuando este relativismo
tico cuando el término etnia es utilizado se aplica a las reivindicaciones étnicas,
para designar a un grupo humano deter- los racismos se refuerzan con la avalan-
minado, cuyos miembros comparten el cha de estereotipos que, a su vez, favo-
sentimiento de poseer un origen común, recen la compartimentación de las co-
una historia, un destino y son conscientes munidades de referencia, el repliegue en
de su unidad, una especie de categoriza- sí mismas y las tentaciones integristas
ción de pertenencia racial que se preten- como ha sucedido en gran parte de Euro-
de criticar; de esa forma la etnicidad nos pa y Medio Oriente 24.
ubicaría en la noción de identidad que re- Sobre este punto, no es inusual el
mite a su vez a la de cultura 22. En segun- hecho de que ciertas colectividades cul-
do lugar, la etnicidad puede ser vista turales se definan como superiores y con-
como una instancia identitaria inmutable, sideren inferiores a otras culturas. Cuan-
invariable, no accesible al cambio y a los do existe una revaloración positiva de los
condicionamientos de los ámbitos políti- atributos identitarios de cierto grupo o co-
cos, económicos y sociales. Este tipo de munidad social, suele emplearse el térmi-
posiciones interpretativas son defendi- no etnicidad. Por el contrario, cuando se
das por las corrientes escencialistas y releva una serie de características nega-
culturalistas que consideran al individuo tivas de los grupos identitarios se deno-
como una persona que sólo puede identi- mina etnicismo. Esto implica que las de-
ficarse con su grupo de origen. Finalmen- nominaciones pueden ser usadas por un
te, relacionado con lo anterior, es decir espectro amplio de actores sociales, de-
con los escencialismos, existiría la posibi- pendiendo la posición que éstos tengan
lidad de que se niegue a la persona la de- dentro de la estructura de poder en un es-
cisión de pertenecer o no a determinado tado nacional. Por ejemplo, en varios es-
grupo identitario y cultural. tados latinoamericanos que presentan di-
El concepto utilitario de etnia, si versidad étnica y cultural -entre los que se
bien permite prescindir del término raza, encuentra el Ecuador-, ha sido constante
en realidad deja un espacio más o me- la legitimación de prácticas e ideologías
nos amplio para los factores físicos, una racistas de parte de la población “blanca
suerte de biologismo que se combinaría mestiza” que discrimina y excluye a los in-
con rasgos culturales para caracterizar a dígenas y negros. Si bien estas acciones
los denominados grupos étnicos puesto pueden ser catalogadas como racistas-
que la utilización de raza es un recurso etnicistas, también ocurre el fenómeno
más bien de carácter subjetivo utilizado inverso cuando esas mismas poblacio-
por los diferentes actores de una socie- nes indias y negras que han sido objeto

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____________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. VI, No. 1, 2000

de prácticas discriminadoras, recurren al como la verdadera y única -la que detenta


uso paulatino del etnicismo anti blanco el poder y es titular de la norma- y los que
mestizo para sustentar sus demandas son considerados como peligrosos para
sociales y proyectos políticos dentro del el patrimonio biológico. Es en ese contex-
estado nacional en que están asentadas. to donde se desarrollarían todos los dis-
En todo caso, si la llamada identi- cursos biológico racistas sobre la dege-
dad étnica va a estar afectada por su re- neración y todas las instituciones que
lación con las identidades nacionales y dentro del cuerpo social harán funcionar
la pertenencia de sus miembros a distin- el discurso de la lucha de razas como
tas clases y segmentos de la sociedad principio de segregación, de eliminación
donde se halle asentada, existiría la po- y de normalización de la sociedad 25.
sibilidad de que se le analice en tres ni- El papel clave del racismo, desde
veles: a) como un sentimiento individual sus primeras apariciones en la época co-
de pertenencia a una comunidad, exista lonial, ha sido la negación de la participa-
o no realmente dicha comunidad; b) ción social, política y económica a cier-
como un factor de movilización colectiva tos grupos y la legitimación de diversas
para forjar o reforzar una identidad y salir formas de explotación. El racismo está
a la escena política; y c) en relación con incrustado en las relaciones de poder;
las imposiciones estructurales que asig- refleja la capacidad de determinado gru-
nan a los grupos y los individuos un lugar po de formular una ideología que no sólo
en la sociedad con arreglo a su identidad legitima una relación de poder particular
étnica (D’Appollonia, 1998:69). Todos entre comunidades étnicas, sino que re-
estos elementos y significados explica- sulta ser un mecanismo útil para repro-
rían el auge de lo étnico y las teorías al ducir esa relación. Al considerar las acti-
respecto, pero al parecer existiría un tudes racistas, el poder desempeña un
consenso general de que el tratamiento papel fundamental de tres maneras dife-
de lo étnico en varias dimensiones de la rentes.
política y la ideología encubrirían doctri- Primera, dentro del discurso racista
nas y comportamientos racistas de va- el poder se ejerce epistemológicamente
rios sectores sociales. en las prácticas duales de nombrar y eva-
luar al otro ya que ambas actividades per-
4. Racismo, poder e ideología miten la clasificación de los individuos y
les atribuyen un rol pasivo: reciben lo que
Ya hace varios años, Michel Fou- decide el que sustenta el poder. Segun-
cault había advertido sobre la utilización da, las consecuencias socio políticas del
del discurso de la lucha de razas como racismo están sujetas al poder que po-
una de las bases que sustentó el mante- seen los racistas. Así, un grupo puede
nimiento del poder durante el desarrollo y considerar a sus vecinos como endémi-
consolidación de los estados nacionales. camente inferiores, pero si carece de po-
La aparición de un discurso racista-bioló- der para imponer sus puntos de vista, és-
gico-social estaría emparentado con el tos serán limitados y no tendrán ninguna
combate entre una raza considerada trascendencia. Tercera, cuando un grupo

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Las aristas del racismo
Rivera Vélez, Fredy __________________________________________________

impone una concepción del mundo que raciones míticas capaces de integrar en
contiene elementos racistas, la sociedad una sola imagen y representación diver-
en cuestión se divide automáticamente sos elementos constitutivos de una cultu-
entre grupos mayoritarios y minoritarios. ra nacional determinada.
Los grupos minoritarios no son ne- Desde esa perspectiva, tanto el
cesariamente inferiores en número, sino mito como la ideología sugieren “que el
que son aquellos que se enfrentan con el racismo es una construcción imaginaria
prejuicio y el tratamiento desigual por- destinada a legitimar una categorización
que son vistos, de alguna manera, como biológica del grupo segregado y su esen-
inferiores. En esa dinámica, la expresión cialización, es decir, un trato que lo des-
minoría es sinónimo de falta relativa de poja de toda humanidad, y a fortiori de
poder y el grupo mayoritario, por el con- toda relación social, ya sea naturalizán-
trario, posee el poder político, económi- dolo, ya estigmatizándolo, ya haciendo
co e ideológico muchas veces vinculado ambas cosas al mismo tiempo” (Wie-
con el acceso o control del aparato esta- viorka, 1992:88). Pero las dimensiones
tal 26. Es por esa razón que las doctrinas explicativas que se sustentan exclusiva-
y opiniones racistas elaboradas sobre el mente en las ideológicas como fuentes
supuesto superioridad/inferioridad de de intervención del racismo, funcionan de
los individuos o grupos, cuando entran mejor manera en el terreno de la política
en el escenario político, se convierten en -dimensión imaginaria de la diferencia- y
ideologías propiamente dichas. En ese en las relaciones sociales, en la vida coti-
terreno, la ideología viene a ser “un siste- diana, el lenguaje, y las diversas formas
ma basado en una opinión particular que que adoptan los comportamientos carga-
se revela lo suficientemente fuerte como dos de violencia, exclusión, discrimina-
para atraer a una mayoría de personas, y ción e intolerancia.
lo suficientemente amplia como para
guiarlas a través de las diversas expe- 5. Nacionalismo y racismo
riencias y situaciones de la vida cotidia-
na moderna… Todas las ideologías en El racismo puede ser visto también
sentido pleno han sido creadas, perpe- dentro de la acción colectiva. Por eso es
tuadas y perfeccionadas como armas necesario relacionar el tipo de conflictivi-
políticas, más que como una doctrina dades que se generan al interior de la so-
teórica… Sin contacto inmediato con la ciedad con las modalidades de constitu-
vida política, ninguna de ellas sería ni si- ción y extensión de discursos y prácticas
quiera inimaginable” 27. racistas. Es más, se trataría de relacio-
En ese contexto pueden ser incor- nar los movimientos sociales vinculados
poradas, incluso, las construcciones ima- al nacionalismo con el problema del ra-
ginarias que las sociedades han elabora- cismo.
do sobre sus orígenes nacionales. Basa- Desde ese punto de vista, un as-
dos en mitos fundacionales, muchos de pecto central con el que el racismo se en-
éstos se hallan cargados de fuertes dosis cuentra vinculado de forma problemática
de racismo, ya que él se apoya en elabo- es el identitario. Cuando se trata de plan-

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tear la relación identidad y racismo, por lo concibe como una realidad inmutable y
general pensamos en una serie de esce- cuasi eterna. Y es que la idea de “lo nacio-
narios sociales que expresarían la acción nal” pone en primer plano la necesidad de
de una multiplicidad de identidades porta- las raíces, la imperiosa virtud de la tradi-
doras de dinámicas racistas -desde las ción y la coherencia cultural de una comu-
individuales hasta las grupales o comuni- nidad unívoca y homogénea. Varios han
tarias-. Estas identidades, si bien se ubi- sido los investigadores que han puesto su
can en distintos planos, algunos de los atención en el análisis del surgimiento y
cuales ya he analizado, tienen que ser desarrollo del nacionalismo, en sus con-
asociadas a los macro referentes socia- dicionamientos estructurales e ideológi-
les vinculados con los procesos de cons- cos y en las formas particulares con las
trucción de la nación en una determinada que se presenta en la actualidad; no obs-
sociedad, a las ideologías y movimientos tante, el interés de esta sección es tratar
comunitarios anclados en concepciones de encontrar los vínculos y relaciones
tradicionales y nacionalistas y a las lógi- que existirían entre nacionalismo y racis-
cas identitarias basadas en las creencias mo 29.
y prácticas religiosas28. Precisamente, Independientemente de que los de-
una de las dimensiones analíticas que bates relacionados con el desarrollo de la
más llama la atención en estas últimas nación sean sustentados por varias teo-
décadas es la relacionada con la eclosión rías 30, unas económicas y estructuralis-
de movimientos nacionalistas que han tas que ven en el capitalismo y en la ex-
desatado una serie de conflictos y gue- pansión del mercado la fuente del
rras en varios territorios regionales y con- surgimiento del nacionalismo, otras,
tinentales. constructivistas, románticas y escencia-
Curiosamente, el proceso de glo- listas que interpretan el nacionalismo
balización, el impulso a los mecanismos como un fenómeno de formación identita-
de difusión massmediáticos y la era de ria pre estatal, lo cierto del asunto es que
intercambio planetario en lo cultural no en la actualidad el problema del naciona-
ha supuesto la decadencia y desapari- lismo merece ser abordado desde distin-
ción de los sentimientos de pertenencia tas entradas teóricas multidimensiona-
nacional. Al contrario, en los tiempos les, debido a que la complejización del
modernos, los sentimientos comunales mundo y de las sociedades que están su-
generados por la nación son altamente mergidas en esa problemática ameritan
considerados y buscados como sustento una relectura de sus significados identita-
de las lealtades de grupo y representa rios contemporáneos.
uno de los valores simbólicos más im- En ese terreno, resulta sorpren-
portantes en términos de convocatoria y dente que exista una contradicción entre
acción social. las tendencias económicas expansionis-
Al revisar la historia de los nacio - tas y de integración de ciertos estados y
nalismos, principalmente los de Euro- el principio de nacionalidad. Las doctri-
pa occidental, éstos ofrecen una canti - nas del nacionalismo político y cultural fo-
dad de ejemplos en los que la nación se mentaron la creación de verdaderos esta-

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Las aristas del racismo
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dos nación y pretendieron delimitar al es- que el nacionalismo oriental es étnico-ge-


tado dentro de una nación cultural; sin nealógico, está basado en la idea de un
embargo, la realidad fue muy diferente ya pueblo unido por una descendencia co-
que muchas nacionalidades y grupos ét- mún y una cultura ancestral compartida.
nicos nunca consiguieron crear su propio En todos los casos la distinción apunta a
estado o quedaron en condiciones subor- la idea de que el nacionalismo occidental
dinadas al interior de los territorios de las es, al menos, compatible con el estado li-
formaciones estatales nacionales. beral, mientras que el nacionalismo
Desde esa perspectiva, el que los oriental conduce de manera más o me-
estados hayan intentado, con resultados nos inevitable al autoritarismo y a la re-
diversos, transformarse en comunida- presión cultural 31.
des, en naciones, se debe al hecho de Este punto de vista merece mu-
que la nación viene a constituirse en uno chas críticas, ya que las formas que
de los valores más importantes de la mo- adopta el nacionalismo en cada estado
dernidad. El tipo de lealtad que el estado nacional tienen sus propias peculiarida-
moderno requiere para su funcionamien- des. No se trata de que el nacionalismo
to se logra mejor si los ciudadanos partici- occidental sea más “civilizado”, liberal y
pan, no sólo de manera racional-instru- democrático y que el oriental se presente
mental, sino también de la mitológico-ri- como patrimonial, autoritario y “primitivo”,
tual en los aspectos integradores de la ideas que denotan cierto etnocentrismo
nación para lograr su preservación y rea- europeizante; lo importante es determi-
lización. Al no existir este tipo de condi- nar cómo esos sentimientos de pertenen-
ciones para obtener la pertenencia nacio- cia nacional construyen órdenes jerárqui-
nal en términos de integración social, los cos, excluyentes y racistas respecto a los
estados nación presentan fracturas de di- que consideran inferiores e incivilizados.
verso tipo que pueden ser resumidas bá- De hecho, las posiciones nacionalistas
sicamente en tres: a) la persistencia de la en general sustentan la idea de que si uno
idea de soberanía de los estados; b) el considera la identidad nacional como
nacionalismo de los pueblos; y, relacio- algo esencial para la estabilidad política,
nado con el anterior c) los límites impues- y piensa también que dicha identidad im-
tos para la integración de los grupos étni- plica lealtad hacia las instituciones y prác-
cos considerados no nacionales. Sobre ticas consuetudinarias de lo que se en-
este punto resulta interesante la distin- tiende como nación, uno considerará, ne-
ción que algunos autores observan entre cesariamente como algo desestabiliza-
los nacionalismos de corte “occidental” y dor, el influjo y presencia de gente no
los de patente “oriental”. comprometida con esas instituciones y
En efecto, el nacionalismo occi- prácticas socio culturales nacionales.
dental es cívico territorial, está basado El problema se torna complejo,
en la idea de un pueblo que comparte un cuando, en unos casos, el discurso nacio-
territorio común, que está sujeto a un nalista es invocado por minorías étnicas o
conjunto común de leyes, que participa culturales que reclaman el derecho a la
de una cultura cívica común; mientras autodeterminación y por naciones que

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desean construir sus propias culturas y ferencias a la raza y a la sangre son aban-
derechos en estados vecinos; en otros donadas y las antiguas prescripciones
casos, cuando el nacionalismo está rela- biologizantes de pureza racial se expre-
cionado a varias formas de discrimina- san ahora en términos de cultura a través
ción que implican una categorización de de una discursividad que enfatiza el evitar
los individuos en función de su identidad el cruzamiento interétnico y la mezcla cul-
nacional. En ese contexto, el nacionalis- tural, ya que parte del supuesto de la irre-
mo puede ser invocado por aquellos que ductibilidad de las diferencias culturales.
manifiestan actitudes racistas, xenófobas Estas posiciones llegan a plantear la no-
y racistas, y a menudo, conlleva el uso de cividad de la desaparición de las fronte-
varios tipos de violencia. ras, la necesidad de preservar la homo-
Los racistas a través de sus prácti- geneidad cultural y la incompatibilidad
cas e ideologías pretenden dominar el te- con gentes que provienen de formas de
rritorio que ocupan, ya sea por efectos de vida y tradiciones distintas. De allí que es-
una conquista relativamente reciente, o tos comportamientos, llamados también
por el hecho de que han ocupado deter- racismos diferencialistas, sustituyen la
minado espacio territorial desde tiempos defensa explícita de la desigualdad por la
remotos. En el primer caso, ignoran el de- afirmación de la diferencia al elogiar ese
recho de los pueblos autóctonos a conti- derecho como una instancia absoluta de
nuar viviendo y trabajando libremente en preservación de la identidad diferencial
los espacios de sus antepasados; en el de cada pueblo o nación.
segundo caso, describe la situación de El problema de la relación entre na-
territorios no coloniales y su objetivo es cionalismo y racismo se complica más
detener la contaminación de una tierra y aún por cuanto actualmente nos encon-
de un pueblo que se presentan como su- tramos con la paradoja de que el derecho
periores. Desde ese punto de vista, el na- a la diferencia y a la diversidad cultural es
cionalismo quiere regenerar la nación, utilizado por las corrientes neorracistas
hacer florecer su cultura e integrar a sus como argumento contra la coexistencia
miembros en un proyecto común que entre gentes de diversas culturas. El de-
trascienda sus propias vidas. De esa ma- recho a la diferencia utilizado como ins-
nera, los nacionalismos que se asocian al trumento legitimador de la xenofobia. Los
racismo no sólo que utilizan la relación inmigrantes y los distintos son vistos
entre “nosotros” y “ellos” para construir o como una amenaza de disolución de la
redefinir lo que consideran identidad na- identidad cultural del país receptor. El ob-
cional, sino que ve en ese “otro” a un ene- jetivo es evitar la mezcla y los mecanis-
migo potencial o de hecho, alguien consi- mos propuestos para lograr ese objetivo
derado inferior. son la expulsión de los inmigrantes o dis-
En esa línea, el racismo nacionalis- tintos, considerados inasimilables, y la
ta puede incluso constituirse sin ayuda de elevación del muro de las fronteras nacio-
la palabra “raza” y hasta se permite la de- nal-estatales (Alvarez, 1993:118). En ese
nuncia del racismo biológico, tal como su- sentido, lo importante en este aspecto
cede en varios estados europeos. Las re- son los comportamientos y actitudes de

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Las aristas del racismo
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rechazo establecidas, ya que la existen- presentan y expresan los distintos grupos


cia o no de una fundamentación racial o e individuos considerados no nacionales.
biológica podría ser un instrumento acce-
sorio de esas prácticas y conductas into- 6. Reflexión Final
lerantes 32.
Desde esa perspectiva, la vincula- Ciertamente, un racismo de corte
ción entre el racismo -visto en términos tradicional como existía décadas atrás,
amplios-, la xenofobia y el nacionalismo que pueda ser aceptado y expresado
vendría dada por las actitudes de rechazo abiertamente por diversos estamentos de
arriba mencionadas, pero también por la la sociedad, por lo menos en determina-
discriminación y la exclusión a las que dos contextos latinoamericanos es una
den lugar las actitudes xenófobas que de- situación poco pensable en los momen-
terminadas ideologías nacionalistas fo- tos actuales. Pero es una ilusión conside-
menten y por la trascendencia práctica rar que porque no se habla del tema o se
que las mismas tengan. Más concreta- supone no existe, o lo practicamos in-
mente, las diversas formas de discrimina- conscientemente, éste ha dejado de te-
ción y de exclusión, asociadas a la bús- ner importancia y se ha solucionado. Mo-
queda de la homogeneidad nacional que mentos álgidos como la crisis social por la
promueven códigos de identidad exclu- que atraviesan nuestras sociedades sue-
yentes y cierran el paso a la ciudadanía a len hacer emerger cierto tipo de violen-
determinados grupos, o exigen su expul- cias y exclusiones racistas, simbólicas
sión o desaparición, evidencian el vínculo unas, concretas otras, como la flagela-
existente entre la aspiración nacionalista ción y quema de una persona acusada
a la preservación de un espacio nacional sin pruebas de robo por el sólo hecho de
y culturalmente homogéneo y las dinámi- ser negro; o la prohibición de un munici-
cas de exclusión interior a las que esa as- pio para que participe en un concurso de
piración puede abocar, especialmente en belleza una representante indígena.
los períodos de crisis. Formas de exclu- El hecho de que se trate de vivir la
sión que pueden quedar englobadas en fantasía de hablar sobre un problema
ese sentido amplio del término racismo cuya existencia se niega en varios círcu-
(Alvarez, 1993:124). los de la sociedad, constituye por sí mis-
En ese contexto, una de las princi- ma una situación que evidencia no sólo el
pales críticas al nacionalismo es que pue- tremendo peso de una ideología discrimi-
de conducir a racismos extremos, ya que nadora construida desde la colonia, sino
supone una esencia, un núcleo constante que los distintos ámbitos en donde se re-
y perenne de identidad inmutable. Una de producen las prácticas racistas han sido
las consecuencias de la que se sirve el ra- legitimados como cuasi naturales por la
cismo dentro del nacionalismo es preci- sociedad en conjunto. Este conjunto de
samente el de recoger sentimientos míti- acciones, prácticas, costumbres, imagi-
cos e ideológicos dentro de los movimien- narios sociales y políticas, lejos de ser ca-
tos sociales para generar una serie de ló- suales e inofensivos, constituyen un de-
gicas de combate a las diferencias que rrotero diferente en los individuos exclui-

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dos en aquellas sociedades que compar- textos de distinta naturaleza, inclu-


ten esas dinámicas (Almeida, 1999:204). yendo los mensajes massmediáticos.
Desde ese punto de vista, si bien las ex- “Pero su aspecto más notable -que
presiones del racismo varían de acuerdo también obliga a buscar modalidades
con el contexto social en el que se desa- sutiles para obtener información váli-
rrollan, se trata casi siempre de actitudes, da- es la forma en que muchas veces
sentimientos y apreciaciones que justifi- los discriminados registran y expre-
quen o provoquen fenómenos de separa- san la descalificación, los prejuicios y
ción, segregación y explotación de un rechazos que reciben. Se advierte un
grupo por otro, legitimando en cualquier esfuerzo por evitar el registro y la ma-
caso las relaciones de poder existentes nifestación discursiva de que son ob-
(Traverso, 1999:272). jeto de discriminación, observándose
Es por eso que en situaciones don- diversos recursos elusivos y desvia-
de las acciones de marginación, exclu- torios”. Margulis Mario. “Cultura y dis-
sión y estigmatización continúen presen- criminación social en la época de glo-
tándose como racismos verbalizados, balización” en: Nueva Sociedad, No.
152, Caracas, 1997, pág. 152.
como anuencias mudas, pero también
3. Una de las características del racis-
cómplices compartidas por muchos de
mo moderno es precisamente que,
“nosotros” frente a un “ellos”, el mundo de
para que una ideología racista pros-
la vida social permanecerá como un es-
pere, no es necesario que exista una
pacio racializado impregnado de odios y
“raza”… La ideología racista crea la
humillaciones.
raza al identificar como tal el grupo o
los grupos que se convierten en obje-
Notas to de su atención. Stavenhagen Ro-
dolfo. “Racismo y xenofobia en tiem-
1. En términos generales, la antropolo-
pos de la globalización”, Estudios So-
gía física clásica dividía a los seres ciológicos, Vol. XII, No. 34, pág. 15.
humanos en cuatro grandes grupos: Para autores como Martin Baker es-
a) raza leucoderma, comúnmente tas situaciones pueden ser entendi-
asociada a la raza blanca asentada das como nuevo racismo, racismo
en varios sitios; b) raza melanoder- cultural o neorracismo. Un detalle de
ma, sean los negros de origen africa- este punto de vista en: Baker Martin,
no; c) raza xantoderma, conocidos
The New Racism, Londres, Junction
como orientales y amerindios; d) aus- Books, 1981.
traloide, los aborígenes de Australia y 4. Burger Rudolf “El multiculturalismo en
Polinesia. Estos grupos a su vez pue-
el estado de derecho secular: Una de-
den subdividirse en subrazas meno-
finición de fronteras a partir de la teoría
res. Ver: Duncan Quince, “El fenóme- de la civilización” en: Revista Mexica-
no del racismo” en: Teoría y práctica na de Sociología No. 3, pág. 193.
del racismo, págs. 17-18.
5. La extensión de las interrelaciones
2. Se trata de una manifestación en-
globales lleva a una persistente inte-
mascarada que se hace presente en racción e intercambio culturales que

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Las aristas del racismo
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producen tanto homogeneidad como liosos aportes del Dr. Andrés Guerre-
desorden cultural. En este proceso de ro para tener una lectura holística de
“cultura global” se distinguen cinco la problemática identitaria en el Ecua-
aspectos importantes: a) etno espa- dor.
cios, que hacen relación a los flujos de 8. Pierre André Taguieff “La force du
personas (inmigrantes, turistas, refu- préjugé” citado en Wieviorka M.
giados, exiliados y trabajadores ex- 9. Tardíamente, en los años treinta de
tranjeros; b) tecno espacios, que ha- este siglo, las ciencias sociales euro-
cen referencia al flujo de maquinaria peas y norteamericanas presentan
producida por corporaciones naciona- un giro en cuanto al tratamiento del
les y multinacionales; c) finan espa- problema de las razas. Sus enfoques
cios, que son los movimientos rápidos están dirigidos al tema de las castas y
de dinero en los mercados de moneda los prejuicios, así como a desentrañar
y capitales; d) media espacios, la cir- las relaciones sociales raciales. Con
culación de imágenes y de informa- ello superaban viejos intereses “cien-
ción producidas por los periódicos, re- tíficos” destinados a descifrar la histo-
vistas, televisión, películas; y e) ideo ria de las razas y sus contenidos an-
espacios, relacionados con los flujos tropológicos-físicos. En relación con
de imágenes asociadas a ideologías las concepciones biológicas de la for-
estatales o contra estatales o contra mación nacional existe una gran can-
estatales que comprenden elementos tidad de estudios, principalmente los
de la concepción del mundo de la lus- vinculados al debate francés sobre el
tración occidental: imágenes sobre la nacional racismo. Para una profundi-
democracia, la libertad, el bienestar, zación de este tema ver: Pierre André
los derechos. “Sin embargo, surgen Taguieff “El nacionalismo de los na-
problemas prácticos de comunicación cionalistas. Un problema para la his-
intercultural que pueden conducir a un toria de las ideas políticas en Francia”
aumento de la tolerancia e intolerancia en: Teorías del nacionalismo, Dela-
con respecto a la diferencia”. Guiber- noi, Taguieff (comp).
nau Monstserrat, Los nacionalismos, 10. Wieriorka, M., pág. 70. Por lo gene-
pág. 147. ral, este tipo de posturas mencionan
6. La producción, difusión, análisis y de- que hay que volver a los primeros mo-
bate de investigaciones sobre el ra- mentos de estructuración del niño
cismo en el Ecuador son casi inexis- para comprender por qué la figura del
tentes. Salvo el trabajo de Carlos de “otro” juega un papel tan fundamental
la Torre (Caap, 1995) no se ha gene- en la vida de cada uno y desencade-
rado en estos últimos años ningún na comportamientos tan contradicto-
aporte significativo. rios. Dupret M., pág. 116.
7. Sería interminable la lista de investi- 11. En esta línea interpretativa se en-
gaciones e investigadores que han cuentra el trabajo Raza, Nación y Cla-
contribuido para esos propósitos. No se de Immanuel Wallerstein y Etennie
obstante, merece destacarse los va- Balibar, Iepala, Madrid, 1988.

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12. En esa disyunción modernidad y va- 14. Los así llamados racismos clásicos
lores comunitarios aparecerían dos pueden ser ubicados en el siglo XVIII
expresiones que podrían ser vincula- y XIX. Para 1758, por ejemplo, Linneo
das con el fenómeno del racismo. La en su obra “Systema Naturae” y en
primera relacionada con el sentido de 1781, el naturalista holandés, P.
universalización que negaría lo co- Kamper, sostenían que las diferen-
munitario en tanto formas de cons- cias culturales y de pensamiento de
trucción de poderes adversos a la los seres humanos estaban sustenta-
tendencia general de dominación. La das en aspectos biológicos y de per-
segunda negaría la modernidad y tenencia geográfica. El escritor fran-
combatiría la universalidad para obte- cés Buffon, para la misma época, in-
ner “reductos” liberados y de esa ma- troduce la noción de raza. Más tarde,
nera potenciar mecanismos cultura- en 1853, Arthur de Gobineau emitió
les tradicionales que cohesionarían a su famoso “Ensayo sobre la desigual-
la comunidad. dad de las razas humanas” donde se
13. Para Todorov las doctrinas racialistas divide a la humanidad en tres grandes
pueden ser agrupadas en cuatro ca- razas. En esta obra se inicia la utiliza-
tegorías básicas: a) las que tratan de ción del concepto de superioridad ra-
afirmar mediante postulados “científi- cial blanca en términos de clase y lu-
cos” biologistas o sociobiologistas la gar. Posteriormente, la obra de Hous-
existencia real de las razas; b) las que ton Chamberlain “Fundamentos del
ven determinaciones causales entre siglo diecinueve” contiene aspectos
características físicas morales, en- bien delimitados de esa “superioridad
tendidas éstas últimas como dimen- blanca” con respecto a la nación, es
siones culturales; c) las vinculadas decir, se asiste a la conjunción de los
con la psicología colectiva que obser- conceptos de superioridad vincula-
va la acción del grupo sobre el indivi- dos a una nación determinada. Para
duo, es decir, cuando el comporta- un mayor abordaje de lo mencionado:
miento del individuo está sujeto a las Duncan, op, cit, págs. 25-28.
determinaciones del grupo cultural o 15. Muchos de los discursos antirracis-
étnico al que pertenece; y d) las etno- tas, basados en el respeto radical a
céntricas que establecen una jerar- las diferencias, pueden contener ma-
quía única de valores legitimando no- tices neorracistas por oponerse a otro
ciones de superioridad e inferioridad. tipo de posturas que elogian y remar-
Estos rasgos constituyen el modelo can la diferencia. D’Apollonia Ariane,
clásico del racialismo. Una discusión Los racismos cotidianos, pág. 21-22.
mayor sobre la problemática se la en- 16. Los prejuicios, la segregación, la dis-
cuentra en: Tzvetan Todorov, Noso- criminación o la violencia se ven
tros y los Otros. Reflexión sobre la di- como “categorías empíricas suscepti-
versidad humana, Siglo XXI, México, bles de funcionar en distintos niveles
1991, págs. 115-121. -político e infrapolítico- y que están li-

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Las aristas del racismo
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gadas, según los casos, a una u otra identifica tres tipos de estigma, de los
de dos lógicas diferentes: la de la infe- cuales, uno de ellos, el “tribal”, hace
riorización, destinada a asegurar un relación a raza, religión y nación que
tratamiento discriminatorio contra el pueden ser transmisibles por heren-
grupo prejuzgado, y la de la diferen- cia. Para un detalle de este punto de
ciación, tendente a aislarlo y, en los vista Goffman, pág. 14-15. Desde
casos extremos, a expulsarlo o inclu- otra perspectiva, las posturas instru-
so exterminarlo… La unidad del racis- mentales ligan el prejuicio con las re-
mo no aparece ni en sus formas ele- laciones estructurales de dominación
mentales -manifestaciones concretas y de estratificación donde priman los
enormemente diversificadas-, ni en intereses de ciertos grupos. De esa
sus niveles y lógicas de acción, don- forma, aparece la idea de que el pre-
de es posible -y hasta deseable- esta- juicio está subordinado al cálculo y a
blecer distinciones analíticas. Dicha la elección racional, ya que éste se
unidad sólo aparece si se desplaza la asume como instrumento o estrategia
perspectiva para considerar el fenó- utilizada por los actores que maximi-
meno como una acción” Wieviorka, zan ganancias y reducen costos.
M., pág. 20. 18. Una de las críticas respecto a esta en-
17. En el análisis de estas dimensiones, trada explicativa basada en la teoría
muy vinculadas con el estudio de las de la elección racional es que no da
identidades sociales y sus definicio- cuenta de la construcción imaginaria
nes, pueden caber varias interpreta- o de representación que los indivi-
ciones y entradas disciplinarias: las duos establecen en las interacciones
basadas en el interaccionismo simbó- sociales. Este tipo de conceptualiza-
lico, las accionalistas e incluso las ciones basadas en la teoría de elec-
instrumentales que sustentan que el ción racional con respecto al prejui-
prejuicio es un aspecto relacionado cio, pero sobre todo al problema de
con la dominación. En efecto, no se- las relaciones étnicas o entre “razas”
ría descabellado incorporar la noción han sido desarrolladas por varios au-
de estigma propuesta por E. Goffman tores en los EEUU. Para un mayor de-
para determinar las acciones racistas talle ver: Michael Hechter, “Rational
de los individuos y grupos, puesto Choice: Theory and the study of race
que el sistema, dentro de un medio and ethnic relations” en: Jhon Rex y
social puede ser utilizado para hacer David Mason (comps) Theories of
referencia a los atributos de un indivi- Race and Ethnic Relations. También
duo o de un grupo, atributos que pue- del mismo autor “A theory of Ethnic
den ejemplarizar o desacreditar una collective action” en: Rational Choice
acción o hecho social. De allí que el Theory, Lancaster University, En-
estigma se convierta en una clase es- gland, s/f, Pp. 381-434.
pecial de relación entre atributo y es- 19. Sobre la definición de etnia y etnici-
tereotipo, es decir, el estigma tiene dad y sus relaciones conceptuales
una función esencial de ocultar una amplias véase: Isajiw Wsevolod, “De-
doble concepción. Por eso, Goffman finitions of ethnicity”, págs. 111-124.

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Esta autora define a la identidad étni- tados. En segundo lugar, la aplica-


ca como “una especificación de la ción indiscriminada del término grupo
identidad social que consiste en la au- étnico a numerosos tipos de grupos
topercepción subjetiva que tienen de oculta distinciones fundamentales
sí mismos los actores llamados gru- entre diversas modalidades de identi-
pos étnicos. Se trata de unidades so- dad” Connor W., pág. 98. Actualmen-
cial y culturalmente diferenciadas, te, la nueva conceptualización inclu-
constituidas como grupos involunta- ye a todos los grupos étnicos, domi-
rios, que se caracterizan por formas nantes y dominados, que poseen sig-
tradicionales y no emergentes de soli- nos de identidad específicos.
daridad social, y que interactúan en 21. La más común es encerrar la noción
situación de minorías dentro de so- de raza en el de etnia. Hay muchos
ciedades más amplias y envolven- ejemplos al respecto. Uno de ellos es
tes”. Sobre el mismo tema véase tam- el que menciona que “un grupo étnico
bién “Etnicidad y estructura social” de es una colectividad en el marco de
Cardoso de Oliveira Roberto. una sociedad más amplia que tiene
20. Por ejemplo, en los Estados Unidos, antecedentes comunes reales o puta-
el uso del término etnia ha sido gene- tivos, recuerdos de un pasado común
ralizado por su condición de país de y uno o más elementos simbólicos
inmigrantes; sin embargo, en un prin- que sirven de centro cultural y definen
cipio los grupos étnicos eran descri- la identidad del grupo, como familia,
tos como “subgrupos minoritarios y religión, idioma, territorio común, na-
marginales al borde de la sociedad; cionalidad o apariencia física” Bulmer
grupos que habían de asimilarse, de- H., pág. 54.
saparecer o sobrevivir como elemen- 22. La confusión respecto a las termino-
tos exóticos o molestos para los prin- logías de la etnicidad vinculadas con
cipales componentes de una socie- el problema de la identidad individual
dad” Glazer y Moynihan, pág. 5. Esta y colectiva se complican mucho más
definición inicial que recogen los au- cuando se introducen categorías
tores citados ha traído críticas de va- como nación, nacionalidad, identidad
rios investigadores entre los que se nacional.
encuentra Walker Connor. “La defini- 23. El concepto utilitario de etnia se rela-
ción de grupo étnico acuñada por los ciona con el uso instrumental que se
sociólogos estadounidenses no res- hace de él. Por ejemplo, cuando de-
peta su significado original al menos terminada persona utiliza su condi-
en dos aspectos importantes. En la ción étnica para obtener beneficios o
acepción tradicional de unidad an- combatir las desigualdades materia-
cestralmente relacionada, es eviden- les de que es objeto en una sociedad.
te que el grupo étnico no tiene por qué En términos generales, esta “instru-
ser una parte subordinada de una so- mentalidad” de lo étnico viene dado
ciedad política más amplia, sino que por el nivel de “conciencia” que la per-
puede ser el elemento dominante de sona desarrolle sobre su pertenencia
un Estado o extenderse por varios es- a un grupo. “En la medida en que la

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cohesión del grupo reposa sobre los mienzos del siglo XX. En las socieda-
contenidos de la conciencia, la etnici- des modernas, el papel de la ideolo-
dad no sería la identidad derivada de gía es importante por cuanto dota de
una comunidad definida por participar forma y sentido a la biología como de-
de determinados contenidos raciocul- terminante causal e instancia legiti-
turales, sino una identidad construida madora de una jerarquía.
para ser instrumentalizada: un arma “Sólo a partir de la sacralización ilus-
política que puede crearse, consoli- trada de la naturaleza, la ciencia y sus
darse, utilizarse o desecharse en vir- profetas, los científicos, se estableció
tud de las conveniencias…” Valdez una relación sistemática que conec-
M., pág. 34. En este sentido, la con- taba lo dado por la naturaleza –la ge-
cepción voluntarista o estratégica de nética-, a partir de la extensión de la
la etnicidad que parte de una pres- analogía orgánica con una serie de
cripción condicional asociada a una rasgos o instituciones sociales deter-
afirmación estratégica, constituye el minadas por ella misma: el carácter,
paradigma dominante de la sociolo- la estética, la moral, las característi-
gía norteamericana. Para un análisis cas políticas que señalaban la supe-
mayor sobre este tema revisar el tra- rioridad “objetiva” de occidente y justi-
bajo de Crowley John, “Etnicidad, na- ficaban el dominio y el éxito colonial”
ción y contrato social” págs. 257-269. Moreno, P. pág. 60.
24. D’Appollonia Ariane, op. cit., págs. Para un acercamiento más profundo
70-71. Este tipo de situaciones, vistas al tema en cuestión ver Foucault, M.
desde una perspectiva latinoamerica- Genealogía del racismo, parte III y IV,
na relacionada con el debate sobre pág. 35-65.
las poblaciones indígenas, son inter- 26. La “mayoría” tiene el poder de decidir
pretadas como posturas etnicistas sobre el estatus de los miembros de
que pueden conducir a discursos y los grupos minoritarios. La mayoría
prácticas racistas provenientes des- considera natural su capacidad de
de los indios hacia el resto de la po- determinar el estatus de la minoría y
blación no india en un país determina- percibe que su poder está basado en
do. Un detalle de este amplio debate una superioridad incuestionable. So-
en: Díaz Polanco Héctor, Autonomía bre esta cita y el párrafo mencionado
regional: la autodeterminación de los arriba, Guibernau Montserrat, Los na-
pueblos indios, Siglo XXI, México, cionalismos, págs. 101-102.
1992. 27. El racismo puede ser visto como uno
25. Foucault considera que desde el pun- de los grandes problemas políticos
to de vista del análisis del poder y del siglo XX. Para un mayor desarro-
consecuentemente desde las relacio- llo de este punto de vista ver: Hannah
nes que se establecen con la política, Arendt, Los orígenes del totalitaris-
hay que recorrer la historia del discur- mo, Alianza, Madrid, 1987.
so de las luchas y de la lucha de razas 28. Si bien la problemática del racismo se
a partir del siglo XVII para entender la vincula con una diversidad de macro
aparición del racismo de Estado a co- referente sociales, los arriba señala-

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dos parecen condensar histórica- saber: a) la presunción de que existe


mente la mayor cantidad de construc- una identidad nacional-cultural o étni-
ciones identitarias comunitarias. ca homogénea, inmodificable, no
29. Etienne Balibar, por ejemplo, señala cuestionada ni cuestionable, no so-
que la propia oscilación del vocabula- metidas a tensiones, conflictos o
rio entre raza y nación nos sugiere cambios; b) la elevación a valor abso-
que, al menos en un estado nacional luto de la preservación o de la restau-
que ya no tiene que constituirse, la or- ración de la especificidad y de la ho-
ganización del nacionalismo en movi- mogeneidad, en un caso racial y en el
mientos políticos particulares encu- otro la nacional-cultural; c) la disolu-
bre inevitablemente el racismo. Parte ción de la autonomía y la especifici-
de los historiadores han usado esta dad individual en la identidad colecti-
cuestión para argumentar que el ra- va, de forma que los individuos sólo
cismo como discurso teórico y como son considerados en cuanto miem-
fenómeno de masas se desarrolla bros de su grupo racial étnico o nacio-
dentro del campo del nacionalismo, nal; y, d) el tratamiento del grupo
omnipresente en la época moderna. como si se tratara de un ser transindi-
De este modo, el nacionalismo sería, vidual, dotado de voluntad, derechos,
sino la causa única del racismo, en valores y proyectos, por más que és-
cualquier caso la condición determi- tos sean conceptos que carecen de
nante para su aparición. Balibar, E., sentido fuera de la espera personal
“Racismo y nacionalismo”, pág. 63. de individuo. Alvarez I., op, cit, págs.
30. Una interesante aproximación al de- 122-123.
bate mencionado se lo encuentra en:
Llobera, Josep. El dios de la moderni- Bibliografía citada
dad: El desarrollo del nacionalismo
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31. Miller David en su libro “Sobre la na- nacional y mestizaje” en El racismo
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