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ISSN: 1315-9518
cclemenz@luz.ve
Universidad del Zulia
Venezuela
Resumen
* Master en Ciencias Sociales: Especialidad Modernidad Social y Cultural. México. Profesor In-
vitado Centro Bolivariano de Estudios Disciplinarios CEBEM-Bolivia; y FLACSO-Ecuador.
Editor de la Revista Ecuador DEBATE.
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Las aristas del racismo
Rivera Vélez, Fredy __________________________________________________
Angles on Racism
This paper deals with a topic that is normally avoided or covered up: racist attitudes
and practices. The avoidance of this theme occurs on different discourse levels, and is
more and more frequent in Latin America, since ethnic integration is one of the central the-
mes in the construction of identity relationships and policies. This paper proposes to reveal
the nature and the mobilization of racist practices present not only on a discursive level, in
politics, and labor practices, but also present in our daily life, with new forms and contents
which differ from traditional racism, and which incorporates a new racist grammar, a sort of
modern racism, not based on phenotypes or physical characteristics as a central theme,
but on a racism based on cultural differences. This implies a more exclusive type of racism,
since on this plane the object of racism is not a limited object, as in traditional racism, which
is normally used by those who practice racism. It is a more isolationist plane. Contempo-
rary racism proposes a complete rupture and exclusion of the other.
Key words: Racism, ethnic groups, racialization.
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milares en sus contenidos, aparecen convivencia común a los “otros”, los “in-
como temas medulares que preocupan a deseables”, los extranjeros, los advene-
varias disciplinas vinculadas con las cien- dizos, los migrantes. Es un tiempo donde
cias sociales. Este asunto es curioso por han reaparecido viejos modos de estig-
cuanto se había pensado que el concepto matización contra determinadas identida-
de raza, visto desde una perspectiva emi- des colectivas a la par de la difusión de
nentemente biológica, por ser acientífico nuevas desacreditaciones culturales sus-
y lleno de prejuicios 1, había desaparecido tentadas en estereotipos de distinta índo-
o no era tan utilizado luego de la condena le. De esa manera y relacionado con este
a los distintos holocaustos promovidos asunto, uno de los aspectos más intere-
por varios regímenes totalitarios a lo largo santes es el alto grado de “eufemización”
de este siglo y de la acción legislativa de con el que se presentan en muchos dis-
varios países y de innumerables organis- cursos los contenidos discriminadores 2.
mos internacionales para superar este En una época de cambios acelera-
tipo de odios humanos. Los hechos acon- dos, los problemas de pertenencia a de-
tecidos en la Europa “integrada” y con- terminadas identidades nacionales y a
temporánea, la persistencia de grupos minorías étnicas, ubicadas en varios es-
abiertamente declarados racistas en los cenarios de la vida cotidiana de muchos
EEUU y la continuidad de un pensamien- países, se relacionan cada vez más con
to derivado de estructuras coloniales, son otras cuestiones sociales; básicamente
elementos que dan al traste con la inten- con la existencia de vacíos políticos y cul-
ción de pensar en la desaparición del pro- turales que surgen con la pérdida de fun-
blema del racismo. ción del Estado uninacional en términos
Los modelos económicos prepon- de integración social, la reestructuración
derantes que caracterizan al mundo ac- de las esferas laborales, las políticas mi-
tual, salpicados de fuertes ideologías ba- gratorias, el debilitamiento de los movi-
sadas en la competencia de los individuos, mientos sociales tradicionales y el apare-
la flexibilización laboral, el consumo galo- cimiento de grupos políticos radicales e
pante y una constante inserción tecnológi- intolerantes que basan su discursividad
ca relativamente homogénea, no constitu- en el ataque permanente a lo extraño y
yen procesos que conducen a que el ma- distinto, identificando en ese ejercicio lo
ravilloso desarrollo instrumental masss- extraño y distinto como atributos de un
mediático redunde en mejorías manifies- “enemigo interno”. No parece extraño,
tas para la población. Al contrario, entre entonces, la proliferación de muchos gru-
los procesos sociales y culturales que pos nacionalistas y de extrema derecha
caracterizan a esta época es importante en Europa y otros países industrializados
señalar a las conflictividades nacionales y que hacen uso del racismo como objeto
étnicas, el recrudecimiento de las violen- de su movilización y convocatoria ideoló-
cias y la exclusión y la difusión de posturas gica. En ese contexto, la presencia de mi-
“escencialistas” basadas en supuestos norías étnicas, culturalmente distintas a
idearios identitarios unívocos que valoran las mayoritarias “nacionales” generan
negativamente, separan y condicionan la una lógica de “diáspora”, una especie de
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chazo a la diferencia o miedo a la “otra” ejemplo, una vez iniciados, tienden a co-
cultura no es sintomática y universal, tie- brar vida propia y seguir un modelo de ac-
ne ubicados a cierto tipo de seres huma- ción-reacción. Las identidades que ante-
nos, casi siempre migrantes de países riormente habían sido múltiples y some-
pobres; muy rara vez, por ejemplo, se de- ras pasan a ser concentradas y reforza-
satan actitudes xenófobas e intolerantes das: estos conflictos se denominan acer-
en las ciudades industrializadas frente a tadamente guerras identitarias (Hunting-
la presencia de norteamericanos o japo- ton, 1997:319).
neses, situación que nos dice mucho so- Lo que está sucediendo en distintas
bre la persistencia de ciertos imaginarios áreas del globo no es extraño para Améri-
sociales que contraponen una cultura ca Latina. La paulatina eclosión de movi-
progresista, modernizadora y universalis- mientos étnicos y regionales, no sólo
ta contra una particularista y supuesta- cuestionan determinado modelo de esta-
mente primitiva. do nacional vigente hace siglo y medio,
Tal parece ser la diversidad de sino que ponen en duda toda la institucio-
comportamientos racistas en el mundo nalidad y orden construido sobre paráme-
contemporáneo, que estas nos sugiere tros de “integración” social sustentados en
que existen determinadas fijaciones a tra- ideologías y prácticas racistas. En lo que
vés de los tiempos. El tratamiento iguali- toca al Ecuador, han sido pocos los inten-
tario de todos los ciudadanos frente a la tos por analizar los fundamentos genera-
ley -por lo menos en términos formales-, les de reproducción de las ideologías y las
independientemente de sus autorrecono- prácticas racistas cotidianas que actual-
cimientos étnicos y culturales o los im- mente existen 6. Esto a pesar de que sí han
puestos por los “otros”, no significa, por existido grandes trabajos para compren-
mucho, la inexistencia de discriminacio- der el fenómeno del indigenismo, las ideo-
nes sociales. Ya Alexis de Tocqueville logías de la superioridad, la aceptación de
advirtió antes de 1840 sobre el racismo, la inferioridad asignada, los movimientos
que al ser retirado de las leyes se enquis- étnicos, la aculturación, la identidad regio-
taría en las costumbres 4. Precisamente, nal, etc.7. Temas de esta importancia de-
las costumbres, ese mundo de vida que ben ser directamente abordados, más aún
es parte intrínseca de la cultura, se cons- cuando la preocupación actual sobre el
tituyen en una dimensión que está en tema de las identidades responde a un
constante interrelación y tensión entre lo momento de resquebrajamiento del Esta-
local y lo global dentro del flujo de proce- do, así como de la pérdida de sentido de lo
sos de integración y desintegración pro- público (Kingman, 1999:110).
ducto de la globalización 5.
No es raro entonces que determi- 2. El racismo y el problema de
nadas acciones racistas se presenten ac- las definiciones: una
tualmente bajo denominaciones tan sui- panorámica
generis como limpieza étnica, apartheid,
fundamentalismos de todo tipo y guerras Las distintas disciplinas y estudios
culturales. Los conflictos étnicos, por sociales que tratan de dar cuenta del fe-
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plo, las consecuencias y sanciones jurídi- Los discursos y las prácticas neo-
cas que puede tener una persona o un es- rracistas atraviesan diferentes planos,
tado si es encontrado culpable por los tri- llegando incluso a inmiscuirse en las fa-
bunales internacionales de prácticas ra- cetas más importantes de la sociedad
cistas vinculadas con la xenofobia, el ge- moderna como en los espacios más ínti-
nocidio o últimamente, el denominado mos de la subjetividad de cada uno de
proceso de limpieza étnica, verdadero sus miembros. El actual racismo incorpo-
eufemismo que esconde la eliminación ra, mezcla y superpone elementos tradi-
exhaustiva de pueblos portadores de una cionales con los nuevos. Eso es lo que
determinada nacionalidad o adscripción está sucediendo en diversas ciudades y
étnica o cultural. Es por ello, que el racis- regiones. Por tal motivo, al racismo de fi-
mo tiene varios actos de presentación, nes de este milenio se lo puede insertar
pero fundamentalmente está asociado a en la panacea triunfante de la heterofobia
una serie de prácticas que pretenden le- al punto de que sus discursos no se halla-
gitimar una idea de superioridad cultural rán fácilmente en las páginas culturales
por no decir física e intelectual. De hecho, de los medios de comunicación, sino más
el racismo ha encontrado en muchas oca- bien en las páginas de sucesos (Fernán-
siones fundamentos antropológicos sus- dez, 1995:248).
tentados en la variación fenotípica para
determinar la obligatoria separación en- 3. Etnia y racismo
tre los seres humanos.
Es tan amplio el debate y la proble- El concepto de etnia ha sido uno de
matización teórica sobre el racismo que los más debatidos en el ámbito de la an-
actualmente se habla de neorracismos o tropología y en el de las ciencias sociales.
nuevos racismos para dar cuenta del Cuando en los años sesenta los antropó-
auge potencial, en todo el mundo, de una logos decidieron abandonar viejas deno-
serie de conductas y discursos que pre- minaciones respecto a las palabras pue-
sentan poca relación con los tradiciona- blo y tribu, pues muchas de esas interpre-
les basados en los biologismos. El racis- taciones tenían connotaciones colonialis-
mo es ahora cada vez más velado ya que tas, entró en el lenguaje común el uso de
se desvía por la cultura, ataca a grupos categorías como grupos étnicos y etnici-
humanos definidos por su nacionalidad, dad 19. En esta difusión tuvo mucho que
religión, etnicidad y no topa directamente ver la producción de las ciencias sociales
el asunto de la “raza”, la misma que no anglosajonas 20 a través de Michael Ban-
necesita ser nombrada ni explicitada. En ton, Paul Brass, Nathan Glazer, D.L. Ho-
estos tiempos, el racismo puede penetrar rowitz, Anthony Smith y Daniel Bell, entre
en las instituciones, originar violencia, ali- otros. Por el lado francófono, si bien el de-
mentar diversas corrientes ideológicas, bate y reflexión no se ha centrado sobre
movilizar masas nacionalistas y concre- el problema de la etnicidad en concreto, si
tarse con una segregación de hecho o de se ha canalizado por la ruta de la discu-
derecho como sucedía con el régimen del sión sobre la identidad individual, la per-
apartheid de Sudáfrica. tenencia comunitaria y la construcción de
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impone una concepción del mundo que raciones míticas capaces de integrar en
contiene elementos racistas, la sociedad una sola imagen y representación diver-
en cuestión se divide automáticamente sos elementos constitutivos de una cultu-
entre grupos mayoritarios y minoritarios. ra nacional determinada.
Los grupos minoritarios no son ne- Desde esa perspectiva, tanto el
cesariamente inferiores en número, sino mito como la ideología sugieren “que el
que son aquellos que se enfrentan con el racismo es una construcción imaginaria
prejuicio y el tratamiento desigual por- destinada a legitimar una categorización
que son vistos, de alguna manera, como biológica del grupo segregado y su esen-
inferiores. En esa dinámica, la expresión cialización, es decir, un trato que lo des-
minoría es sinónimo de falta relativa de poja de toda humanidad, y a fortiori de
poder y el grupo mayoritario, por el con- toda relación social, ya sea naturalizán-
trario, posee el poder político, económi- dolo, ya estigmatizándolo, ya haciendo
co e ideológico muchas veces vinculado ambas cosas al mismo tiempo” (Wie-
con el acceso o control del aparato esta- viorka, 1992:88). Pero las dimensiones
tal 26. Es por esa razón que las doctrinas explicativas que se sustentan exclusiva-
y opiniones racistas elaboradas sobre el mente en las ideológicas como fuentes
supuesto superioridad/inferioridad de de intervención del racismo, funcionan de
los individuos o grupos, cuando entran mejor manera en el terreno de la política
en el escenario político, se convierten en -dimensión imaginaria de la diferencia- y
ideologías propiamente dichas. En ese en las relaciones sociales, en la vida coti-
terreno, la ideología viene a ser “un siste- diana, el lenguaje, y las diversas formas
ma basado en una opinión particular que que adoptan los comportamientos carga-
se revela lo suficientemente fuerte como dos de violencia, exclusión, discrimina-
para atraer a una mayoría de personas, y ción e intolerancia.
lo suficientemente amplia como para
guiarlas a través de las diversas expe- 5. Nacionalismo y racismo
riencias y situaciones de la vida cotidia-
na moderna… Todas las ideologías en El racismo puede ser visto también
sentido pleno han sido creadas, perpe- dentro de la acción colectiva. Por eso es
tuadas y perfeccionadas como armas necesario relacionar el tipo de conflictivi-
políticas, más que como una doctrina dades que se generan al interior de la so-
teórica… Sin contacto inmediato con la ciedad con las modalidades de constitu-
vida política, ninguna de ellas sería ni si- ción y extensión de discursos y prácticas
quiera inimaginable” 27. racistas. Es más, se trataría de relacio-
En ese contexto pueden ser incor- nar los movimientos sociales vinculados
poradas, incluso, las construcciones ima- al nacionalismo con el problema del ra-
ginarias que las sociedades han elabora- cismo.
do sobre sus orígenes nacionales. Basa- Desde ese punto de vista, un as-
dos en mitos fundacionales, muchos de pecto central con el que el racismo se en-
éstos se hallan cargados de fuertes dosis cuentra vinculado de forma problemática
de racismo, ya que él se apoya en elabo- es el identitario. Cuando se trata de plan-
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tear la relación identidad y racismo, por lo concibe como una realidad inmutable y
general pensamos en una serie de esce- cuasi eterna. Y es que la idea de “lo nacio-
narios sociales que expresarían la acción nal” pone en primer plano la necesidad de
de una multiplicidad de identidades porta- las raíces, la imperiosa virtud de la tradi-
doras de dinámicas racistas -desde las ción y la coherencia cultural de una comu-
individuales hasta las grupales o comuni- nidad unívoca y homogénea. Varios han
tarias-. Estas identidades, si bien se ubi- sido los investigadores que han puesto su
can en distintos planos, algunos de los atención en el análisis del surgimiento y
cuales ya he analizado, tienen que ser desarrollo del nacionalismo, en sus con-
asociadas a los macro referentes socia- dicionamientos estructurales e ideológi-
les vinculados con los procesos de cons- cos y en las formas particulares con las
trucción de la nación en una determinada que se presenta en la actualidad; no obs-
sociedad, a las ideologías y movimientos tante, el interés de esta sección es tratar
comunitarios anclados en concepciones de encontrar los vínculos y relaciones
tradicionales y nacionalistas y a las lógi- que existirían entre nacionalismo y racis-
cas identitarias basadas en las creencias mo 29.
y prácticas religiosas28. Precisamente, Independientemente de que los de-
una de las dimensiones analíticas que bates relacionados con el desarrollo de la
más llama la atención en estas últimas nación sean sustentados por varias teo-
décadas es la relacionada con la eclosión rías 30, unas económicas y estructuralis-
de movimientos nacionalistas que han tas que ven en el capitalismo y en la ex-
desatado una serie de conflictos y gue- pansión del mercado la fuente del
rras en varios territorios regionales y con- surgimiento del nacionalismo, otras,
tinentales. constructivistas, románticas y escencia-
Curiosamente, el proceso de glo- listas que interpretan el nacionalismo
balización, el impulso a los mecanismos como un fenómeno de formación identita-
de difusión massmediáticos y la era de ria pre estatal, lo cierto del asunto es que
intercambio planetario en lo cultural no en la actualidad el problema del naciona-
ha supuesto la decadencia y desapari- lismo merece ser abordado desde distin-
ción de los sentimientos de pertenencia tas entradas teóricas multidimensiona-
nacional. Al contrario, en los tiempos les, debido a que la complejización del
modernos, los sentimientos comunales mundo y de las sociedades que están su-
generados por la nación son altamente mergidas en esa problemática ameritan
considerados y buscados como sustento una relectura de sus significados identita-
de las lealtades de grupo y representa rios contemporáneos.
uno de los valores simbólicos más im- En ese terreno, resulta sorpren-
portantes en términos de convocatoria y dente que exista una contradicción entre
acción social. las tendencias económicas expansionis-
Al revisar la historia de los nacio - tas y de integración de ciertos estados y
nalismos, principalmente los de Euro- el principio de nacionalidad. Las doctri-
pa occidental, éstos ofrecen una canti - nas del nacionalismo político y cultural fo-
dad de ejemplos en los que la nación se mentaron la creación de verdaderos esta-
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desean construir sus propias culturas y ferencias a la raza y a la sangre son aban-
derechos en estados vecinos; en otros donadas y las antiguas prescripciones
casos, cuando el nacionalismo está rela- biologizantes de pureza racial se expre-
cionado a varias formas de discrimina- san ahora en términos de cultura a través
ción que implican una categorización de de una discursividad que enfatiza el evitar
los individuos en función de su identidad el cruzamiento interétnico y la mezcla cul-
nacional. En ese contexto, el nacionalis- tural, ya que parte del supuesto de la irre-
mo puede ser invocado por aquellos que ductibilidad de las diferencias culturales.
manifiestan actitudes racistas, xenófobas Estas posiciones llegan a plantear la no-
y racistas, y a menudo, conlleva el uso de cividad de la desaparición de las fronte-
varios tipos de violencia. ras, la necesidad de preservar la homo-
Los racistas a través de sus prácti- geneidad cultural y la incompatibilidad
cas e ideologías pretenden dominar el te- con gentes que provienen de formas de
rritorio que ocupan, ya sea por efectos de vida y tradiciones distintas. De allí que es-
una conquista relativamente reciente, o tos comportamientos, llamados también
por el hecho de que han ocupado deter- racismos diferencialistas, sustituyen la
minado espacio territorial desde tiempos defensa explícita de la desigualdad por la
remotos. En el primer caso, ignoran el de- afirmación de la diferencia al elogiar ese
recho de los pueblos autóctonos a conti- derecho como una instancia absoluta de
nuar viviendo y trabajando libremente en preservación de la identidad diferencial
los espacios de sus antepasados; en el de cada pueblo o nación.
segundo caso, describe la situación de El problema de la relación entre na-
territorios no coloniales y su objetivo es cionalismo y racismo se complica más
detener la contaminación de una tierra y aún por cuanto actualmente nos encon-
de un pueblo que se presentan como su- tramos con la paradoja de que el derecho
periores. Desde ese punto de vista, el na- a la diferencia y a la diversidad cultural es
cionalismo quiere regenerar la nación, utilizado por las corrientes neorracistas
hacer florecer su cultura e integrar a sus como argumento contra la coexistencia
miembros en un proyecto común que entre gentes de diversas culturas. El de-
trascienda sus propias vidas. De esa ma- recho a la diferencia utilizado como ins-
nera, los nacionalismos que se asocian al trumento legitimador de la xenofobia. Los
racismo no sólo que utilizan la relación inmigrantes y los distintos son vistos
entre “nosotros” y “ellos” para construir o como una amenaza de disolución de la
redefinir lo que consideran identidad na- identidad cultural del país receptor. El ob-
cional, sino que ve en ese “otro” a un ene- jetivo es evitar la mezcla y los mecanis-
migo potencial o de hecho, alguien consi- mos propuestos para lograr ese objetivo
derado inferior. son la expulsión de los inmigrantes o dis-
En esa línea, el racismo nacionalis- tintos, considerados inasimilables, y la
ta puede incluso constituirse sin ayuda de elevación del muro de las fronteras nacio-
la palabra “raza” y hasta se permite la de- nal-estatales (Alvarez, 1993:118). En ese
nuncia del racismo biológico, tal como su- sentido, lo importante en este aspecto
cede en varios estados europeos. Las re- son los comportamientos y actitudes de
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producen tanto homogeneidad como liosos aportes del Dr. Andrés Guerre-
desorden cultural. En este proceso de ro para tener una lectura holística de
“cultura global” se distinguen cinco la problemática identitaria en el Ecua-
aspectos importantes: a) etno espa- dor.
cios, que hacen relación a los flujos de 8. Pierre André Taguieff “La force du
personas (inmigrantes, turistas, refu- préjugé” citado en Wieviorka M.
giados, exiliados y trabajadores ex- 9. Tardíamente, en los años treinta de
tranjeros; b) tecno espacios, que ha- este siglo, las ciencias sociales euro-
cen referencia al flujo de maquinaria peas y norteamericanas presentan
producida por corporaciones naciona- un giro en cuanto al tratamiento del
les y multinacionales; c) finan espa- problema de las razas. Sus enfoques
cios, que son los movimientos rápidos están dirigidos al tema de las castas y
de dinero en los mercados de moneda los prejuicios, así como a desentrañar
y capitales; d) media espacios, la cir- las relaciones sociales raciales. Con
culación de imágenes y de informa- ello superaban viejos intereses “cien-
ción producidas por los periódicos, re- tíficos” destinados a descifrar la histo-
vistas, televisión, películas; y e) ideo ria de las razas y sus contenidos an-
espacios, relacionados con los flujos tropológicos-físicos. En relación con
de imágenes asociadas a ideologías las concepciones biológicas de la for-
estatales o contra estatales o contra mación nacional existe una gran can-
estatales que comprenden elementos tidad de estudios, principalmente los
de la concepción del mundo de la lus- vinculados al debate francés sobre el
tración occidental: imágenes sobre la nacional racismo. Para una profundi-
democracia, la libertad, el bienestar, zación de este tema ver: Pierre André
los derechos. “Sin embargo, surgen Taguieff “El nacionalismo de los na-
problemas prácticos de comunicación cionalistas. Un problema para la his-
intercultural que pueden conducir a un toria de las ideas políticas en Francia”
aumento de la tolerancia e intolerancia en: Teorías del nacionalismo, Dela-
con respecto a la diferencia”. Guiber- noi, Taguieff (comp).
nau Monstserrat, Los nacionalismos, 10. Wieriorka, M., pág. 70. Por lo gene-
pág. 147. ral, este tipo de posturas mencionan
6. La producción, difusión, análisis y de- que hay que volver a los primeros mo-
bate de investigaciones sobre el ra- mentos de estructuración del niño
cismo en el Ecuador son casi inexis- para comprender por qué la figura del
tentes. Salvo el trabajo de Carlos de “otro” juega un papel tan fundamental
la Torre (Caap, 1995) no se ha gene- en la vida de cada uno y desencade-
rado en estos últimos años ningún na comportamientos tan contradicto-
aporte significativo. rios. Dupret M., pág. 116.
7. Sería interminable la lista de investi- 11. En esta línea interpretativa se en-
gaciones e investigadores que han cuentra el trabajo Raza, Nación y Cla-
contribuido para esos propósitos. No se de Immanuel Wallerstein y Etennie
obstante, merece destacarse los va- Balibar, Iepala, Madrid, 1988.
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12. En esa disyunción modernidad y va- 14. Los así llamados racismos clásicos
lores comunitarios aparecerían dos pueden ser ubicados en el siglo XVIII
expresiones que podrían ser vincula- y XIX. Para 1758, por ejemplo, Linneo
das con el fenómeno del racismo. La en su obra “Systema Naturae” y en
primera relacionada con el sentido de 1781, el naturalista holandés, P.
universalización que negaría lo co- Kamper, sostenían que las diferen-
munitario en tanto formas de cons- cias culturales y de pensamiento de
trucción de poderes adversos a la los seres humanos estaban sustenta-
tendencia general de dominación. La das en aspectos biológicos y de per-
segunda negaría la modernidad y tenencia geográfica. El escritor fran-
combatiría la universalidad para obte- cés Buffon, para la misma época, in-
ner “reductos” liberados y de esa ma- troduce la noción de raza. Más tarde,
nera potenciar mecanismos cultura- en 1853, Arthur de Gobineau emitió
les tradicionales que cohesionarían a su famoso “Ensayo sobre la desigual-
la comunidad. dad de las razas humanas” donde se
13. Para Todorov las doctrinas racialistas divide a la humanidad en tres grandes
pueden ser agrupadas en cuatro ca- razas. En esta obra se inicia la utiliza-
tegorías básicas: a) las que tratan de ción del concepto de superioridad ra-
afirmar mediante postulados “científi- cial blanca en términos de clase y lu-
cos” biologistas o sociobiologistas la gar. Posteriormente, la obra de Hous-
existencia real de las razas; b) las que ton Chamberlain “Fundamentos del
ven determinaciones causales entre siglo diecinueve” contiene aspectos
características físicas morales, en- bien delimitados de esa “superioridad
tendidas éstas últimas como dimen- blanca” con respecto a la nación, es
siones culturales; c) las vinculadas decir, se asiste a la conjunción de los
con la psicología colectiva que obser- conceptos de superioridad vincula-
va la acción del grupo sobre el indivi- dos a una nación determinada. Para
duo, es decir, cuando el comporta- un mayor abordaje de lo mencionado:
miento del individuo está sujeto a las Duncan, op, cit, págs. 25-28.
determinaciones del grupo cultural o 15. Muchos de los discursos antirracis-
étnico al que pertenece; y d) las etno- tas, basados en el respeto radical a
céntricas que establecen una jerar- las diferencias, pueden contener ma-
quía única de valores legitimando no- tices neorracistas por oponerse a otro
ciones de superioridad e inferioridad. tipo de posturas que elogian y remar-
Estos rasgos constituyen el modelo can la diferencia. D’Apollonia Ariane,
clásico del racialismo. Una discusión Los racismos cotidianos, pág. 21-22.
mayor sobre la problemática se la en- 16. Los prejuicios, la segregación, la dis-
cuentra en: Tzvetan Todorov, Noso- criminación o la violencia se ven
tros y los Otros. Reflexión sobre la di- como “categorías empíricas suscepti-
versidad humana, Siglo XXI, México, bles de funcionar en distintos niveles
1991, págs. 115-121. -político e infrapolítico- y que están li-
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gadas, según los casos, a una u otra identifica tres tipos de estigma, de los
de dos lógicas diferentes: la de la infe- cuales, uno de ellos, el “tribal”, hace
riorización, destinada a asegurar un relación a raza, religión y nación que
tratamiento discriminatorio contra el pueden ser transmisibles por heren-
grupo prejuzgado, y la de la diferen- cia. Para un detalle de este punto de
ciación, tendente a aislarlo y, en los vista Goffman, pág. 14-15. Desde
casos extremos, a expulsarlo o inclu- otra perspectiva, las posturas instru-
so exterminarlo… La unidad del racis- mentales ligan el prejuicio con las re-
mo no aparece ni en sus formas ele- laciones estructurales de dominación
mentales -manifestaciones concretas y de estratificación donde priman los
enormemente diversificadas-, ni en intereses de ciertos grupos. De esa
sus niveles y lógicas de acción, don- forma, aparece la idea de que el pre-
de es posible -y hasta deseable- esta- juicio está subordinado al cálculo y a
blecer distinciones analíticas. Dicha la elección racional, ya que éste se
unidad sólo aparece si se desplaza la asume como instrumento o estrategia
perspectiva para considerar el fenó- utilizada por los actores que maximi-
meno como una acción” Wieviorka, zan ganancias y reducen costos.
M., pág. 20. 18. Una de las críticas respecto a esta en-
17. En el análisis de estas dimensiones, trada explicativa basada en la teoría
muy vinculadas con el estudio de las de la elección racional es que no da
identidades sociales y sus definicio- cuenta de la construcción imaginaria
nes, pueden caber varias interpreta- o de representación que los indivi-
ciones y entradas disciplinarias: las duos establecen en las interacciones
basadas en el interaccionismo simbó- sociales. Este tipo de conceptualiza-
lico, las accionalistas e incluso las ciones basadas en la teoría de elec-
instrumentales que sustentan que el ción racional con respecto al prejui-
prejuicio es un aspecto relacionado cio, pero sobre todo al problema de
con la dominación. En efecto, no se- las relaciones étnicas o entre “razas”
ría descabellado incorporar la noción han sido desarrolladas por varios au-
de estigma propuesta por E. Goffman tores en los EEUU. Para un mayor de-
para determinar las acciones racistas talle ver: Michael Hechter, “Rational
de los individuos y grupos, puesto Choice: Theory and the study of race
que el sistema, dentro de un medio and ethnic relations” en: Jhon Rex y
social puede ser utilizado para hacer David Mason (comps) Theories of
referencia a los atributos de un indivi- Race and Ethnic Relations. También
duo o de un grupo, atributos que pue- del mismo autor “A theory of Ethnic
den ejemplarizar o desacreditar una collective action” en: Rational Choice
acción o hecho social. De allí que el Theory, Lancaster University, En-
estigma se convierta en una clase es- gland, s/f, Pp. 381-434.
pecial de relación entre atributo y es- 19. Sobre la definición de etnia y etnici-
tereotipo, es decir, el estigma tiene dad y sus relaciones conceptuales
una función esencial de ocultar una amplias véase: Isajiw Wsevolod, “De-
doble concepción. Por eso, Goffman finitions of ethnicity”, págs. 111-124.
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cohesión del grupo reposa sobre los mienzos del siglo XX. En las socieda-
contenidos de la conciencia, la etnici- des modernas, el papel de la ideolo-
dad no sería la identidad derivada de gía es importante por cuanto dota de
una comunidad definida por participar forma y sentido a la biología como de-
de determinados contenidos raciocul- terminante causal e instancia legiti-
turales, sino una identidad construida madora de una jerarquía.
para ser instrumentalizada: un arma “Sólo a partir de la sacralización ilus-
política que puede crearse, consoli- trada de la naturaleza, la ciencia y sus
darse, utilizarse o desecharse en vir- profetas, los científicos, se estableció
tud de las conveniencias…” Valdez una relación sistemática que conec-
M., pág. 34. En este sentido, la con- taba lo dado por la naturaleza –la ge-
cepción voluntarista o estratégica de nética-, a partir de la extensión de la
la etnicidad que parte de una pres- analogía orgánica con una serie de
cripción condicional asociada a una rasgos o instituciones sociales deter-
afirmación estratégica, constituye el minadas por ella misma: el carácter,
paradigma dominante de la sociolo- la estética, la moral, las característi-
gía norteamericana. Para un análisis cas políticas que señalaban la supe-
mayor sobre este tema revisar el tra- rioridad “objetiva” de occidente y justi-
bajo de Crowley John, “Etnicidad, na- ficaban el dominio y el éxito colonial”
ción y contrato social” págs. 257-269. Moreno, P. pág. 60.
24. D’Appollonia Ariane, op. cit., págs. Para un acercamiento más profundo
70-71. Este tipo de situaciones, vistas al tema en cuestión ver Foucault, M.
desde una perspectiva latinoamerica- Genealogía del racismo, parte III y IV,
na relacionada con el debate sobre pág. 35-65.
las poblaciones indígenas, son inter- 26. La “mayoría” tiene el poder de decidir
pretadas como posturas etnicistas sobre el estatus de los miembros de
que pueden conducir a discursos y los grupos minoritarios. La mayoría
prácticas racistas provenientes des- considera natural su capacidad de
de los indios hacia el resto de la po- determinar el estatus de la minoría y
blación no india en un país determina- percibe que su poder está basado en
do. Un detalle de este amplio debate una superioridad incuestionable. So-
en: Díaz Polanco Héctor, Autonomía bre esta cita y el párrafo mencionado
regional: la autodeterminación de los arriba, Guibernau Montserrat, Los na-
pueblos indios, Siglo XXI, México, cionalismos, págs. 101-102.
1992. 27. El racismo puede ser visto como uno
25. Foucault considera que desde el pun- de los grandes problemas políticos
to de vista del análisis del poder y del siglo XX. Para un mayor desarro-
consecuentemente desde las relacio- llo de este punto de vista ver: Hannah
nes que se establecen con la política, Arendt, Los orígenes del totalitaris-
hay que recorrer la historia del discur- mo, Alianza, Madrid, 1987.
so de las luchas y de la lucha de razas 28. Si bien la problemática del racismo se
a partir del siglo XVII para entender la vincula con una diversidad de macro
aparición del racismo de Estado a co- referente sociales, los arriba señala-
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