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Desarrollo de La Conducta Alimentaria
Desarrollo de La Conducta Alimentaria
ABSTRACT
INTRODUCCION
Hay múltiples señales orgánicas que regulan el momento de iniciar una nueva
ingestión de alimentos. Son señales principalmente digestivas de vaciamiento
gástrico e intestinal (mecánicas u hormonales). A ellas se suman señales
sensoriales visuales, olfatorias, gustativas, táctiles y también metabólicas,
tales como el lactato, la glicemia y las concentraciones de mediadores en el
suero y en el sistema nervioso central (aminoácidos como la tirosina). Estas
señales son integradas básicamente a nivel de centros hipotalámicos con la
participación de péptidos y neurotransmisores (3,4).
2
Posteriormente se desarrollan los gustos ácido y salado, con la participación
del contexto social (5). Los alimentos ingeridos en el primer año de vida son de
preferencia dulces, con una presencia ocasional del sabor ácido. El niño va
aprendiendo progresivamente a ingerir alimentos con mezclas de sabores,
integrados con señales olfatorias o de otro tipo (6). En el transcurso del
segundo año de vida entra en contacto con el sabor salado y en edades
posteriores con el sabor amargo. Estas tendencias las estimula y exacerba la
industria alimentaria, para favorecer la ingesta de sus productos. (7)
CONTEXTO SOCIOCULTURAL
3
La madre alimenta al hijo de acuerdo a sus valores, creencias, costumbres,
símbolos, representaciones sobre los alimentos y las preparaciones
alimentarias. Por ejemplo las representaciones que tiene ella sobre el cuerpo
ideal del hijo pueden corresponder a la de un niño obeso y por lo tanto su perfil
de alimentación ideal irá acorde con tal percepción, las porciones de alimentos
tenderán a ser mayores que las recomendables y exigirá al hijo que deje el
plato vacío (8).
TABLA 1
CONTEXTO FAMILIAR
Las experiencias tempranas del niño con la comida, y en especial las prácticas
alimentarias de los padres tiene fundamental importancia en los hábitos de
alimentación desarrollados por los individuos (7,13-14).
5
tipo nuclear, por lo que el desarrollo de la conducta alimentaria pasa a ser
compartida con una asesora del hogar o con un jardín infantil (15).
Los niños desde muy temprano están capacitados para establecer una íntima
relación recíproca con la figura primaria que lo cuida y que es habitualmente la
madre; esta relación de apego establecida en el primer semestre de la vida, es
determinante en la adquisición de su conducta alimentaria y de su adecuado
desarrollo posterior (16). Un estudio caso control longitudinal realizado por
Lobo et al, demostró que los niños con fracaso del desarrollo tenían contactos
menos frecuentes y menos positivos con sus madres (17). Dado que estas
alteraciones pueden ser causadas por un manejo inadecuado de la madre, en
la evaluación del rol materno es necesario estudiar si hay trastornos serios de
su personalidad (depresiones, problemas de conducta alimentaria,
personalidades caóticas) o familiares (violencia intrafamiliar, dificultades
conyugales) (17-18).
6
las partes afecta inevitablemente a las otras, explicando así la adquisición de
trastornos en el desarrollo (21) (Figura 1).
FIGURA 1
Es posible que el niño tenga un retraso de talla (talla bajo el percentil o 3 o <
-2 D.E.) y/o disminución de la velocidad de crecimiento no asociadas a
alteraciones de la conducta alimentaria. Si bien son muchos los trastornos que
pueden ocasionarla, es importante tener en cuenta que son frecuentes dos
variedades normales de retraso del crecimiento, la talla baja familiar y el
retraso constitucional. En estos casos es fundamental profundizar la anamnesis
(antecedentes del embarazo y perinatales, curva de crecimiento, talla de
7
padres, edad de los eventos puberales de los padres). En la talla baja familiar
hay antecedentes genéticos de talla baja; la disminución de la velocidad de
crecimiento suele ocurrir entre los 12 y 36 meses (por el cambio desde el canal
de crecimiento intrauterino al canal de crecimiento infantil). Este tipo de niños
estabiliza su crecimiento durante la niñez, manteniéndose en un percentil bajo,
con velocidad de crecimiento normal y una maduración ósea compatible con su
edad cronológica. A diferencia del tipo familiar, en el retraso constitucional
puede haber una disminución de la velocidad de crecimiento, que se acentúa
en la adolescencia, con una historia familiar de retraso del desarrollo puberal
en otros familiares (22).
En relación con el zinc hay diversos estudios que han observado una
disminución de la ingesta alimentaria asociada a una deficiencia nutricional de
zinc y una recuperación de ella con la suplementación; no parece tener mayor
efecto la suplementación en condiciones de estado nutricional normal de zinc
(25).
Los niños con falla del crecimiento (failure to thrive) merecen un comentario
aparte en relación con los trastornos del apetito. Es sabido que este trastorno
8
es reconocido por un compromiso nutricional leve y que muchos de los niños
mejoran con intervenciones dietarias. Wright y colaboradores (26), observaron
en niños menores de dos años con diagnóstico de falla del crecimiento, que los
niños consumían menos y menor variedad de alimentos, tenían patrones mas
inmaduros de alimentación, habían sido destetados mas tardíamente y tenían
menos interés en los alimentos .
Estudios efectuados recientemente por nuestro grupo muestran que los niños
chilenos de estratos socioeconómicos bajos y medios, cuando tienen
problemas de conducta alimentaria, los iniciaban antes del año de edad; tenían
como antecedentes un peso de nacimiento alrededor de 300 g menos que los
controles (3,4 vs 3,1 Kg) y una historia de problemas de alimentación en sus
madres en sus primeros años de vida (27).
RESUMEN
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Palabras claves : Apetito, hábitos alimentarios; infancia; alteraciones de
conducta alimentaria.
Dirigir correspondencia a:
Carlos Castillo D.
Santiago, Chile
E-mail: ccastd@uec.inta.uchile.cl
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