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¿Qué son los derechos humanos y la Declaración

Universal?
Los derechos humanos parten del concepto de que ​todos los seres humanos
nacen libres e iguales en dignidad y derechos​. Bajo esta premisa, que busca
evitar actos de barbarie, se adopta una Declaración Universal compuesta por 30
artículos que recogen los derechos universales de los que toda persona debiera
disfrutar por el mero hecho de nacer.
Aunque algunos pueden parecer muy básicos en algunos entornos, siguen estando
muy lejos de la realidad para otros lugares o pueblos. Aberraciones como la
esclavitud, abolida muchos países hace más de cien años, son la realidad de
migrantes y refugiados que llegan a Libia en 2017.

Historia de los derechos humanos: grandes hitos


Después de las atrocidades cometidas en la II Guerra Mundial, nace el concepto y la
declaración de los derechos humanos como un ideal común para todos los pueblos
y naciones. Estos han sido los antecedentes y los mayores hitos en la historia de los
derechos humanos:
● 539 a.C. | Conquista de Babilonia
Cuando Ciro el Grande conquista Babilonia, dejó que todos los esclavos se fueran
en libertad, proclamando a su vez la libertad religiosa y convirtiéndose en el primer
precursor de los derechos humanos. Sus palabras quedaron grabadas en el “cilindro
de Ciro”.
● 1215 | Carta Magna
Mil años más tarde, el rey de Inglaterra firma el primer documento que reconoce los
derechos de las personas.
● 1776 | Independencia de América
En la declaración de independencia de los Estados Unidos se incluye el concepto de
los derechos naturales y recoge que todos los seres humanos son iguales y tienen
derechos inalienables como el derecho a la vida y a la libertad.
● 1789 | Revolución Francesa
Amplía los derechos establecidos en la declaración de la independencia de América,
y hace hincapié en que tales derechos son naturales.
La idea de los derechos humanos se extiende por Europa, pero más allá de este
continente los pueblos son colonizados y sus derechos humanos, vulnerados.
● 1915 | Mahatma Gandhi
Hasta que Gandhi comienza a difundir que todas las personas del mundo tienen
derechos, no solamente en Europa, a través de sus protestas pacíficas.
● 1945 | Carta Fundacional de las Naciones Unidas y acuñación del
término
El 26 de junio de ese año, en la carta de las Naciones Unidas será la primera vez
que aparezca el término de “derechos humanos”. En la carta fundacional aparece 7
veces a lo largo del texto.
● 1948 | Declaración Universal de los Derechos Humanos
El 10 de diciembre de 1948 fue proclamado en la Asamblea de la ​ONU​ en París
este hito en la historia de los derechos humanos. Es la primera vez en la historia
que se establecen los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en
todo el mundo.

La conquista de los Derechos


Humanos 
Uno de los logros más importantes del derecho internacional y de la 
organización política interna de los países son los llamados derechos 
humanos, o derechos de las personas. Desde los lejanos días de la 
Declaración de Virginia en los Estados Unidos (1776) y la Declaración de 
Derechos del Hombre y el Ciudadano de Francia (1789), hasta el presente, se 
ha producido una progresiva toma de conciencia sobre la importancia de 
declarar y, en la medida de lo posible garantizar, los derechos y libertades que 
las personas deben disfrutar en sociedad. Un momento crucial a nivel mundial 
fue la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada el 10 de 
diciembre de 1948, emergida desde las ruinas de la Segunda Guerra Mundial 
como una forma de superar los males del pasado reciente, para construir una 
sociedad más respetuosa de sus miembros. La fecha 10 de diciembre fue 
señalada poco después como Día Internacional de los Derechos Humanos. 
 
Es evidente que el desarrollo de este tema no comienza con las declaraciones 
formales ni tan tarde como en el siglo XVIII. En el mundo occidental los 
avances de Grecia y Roma fueron importantes al respecto, así como el 
cristianismo representó un punto de inflexión y progreso al comprender la 
igualdad de todas las personas como hijos de Dios, o en sus reflexiones sobre 
el derecho natural, por ejemplo. Sin embargo en la práctica persistieron 
muchas injusticias en el mundo, derechos para unos y exigencias para otros, 
avances y retrocesos en todas partes. Las declaraciones en Estados Unidos y 
sobre todo en Francia tuvieron el impacto de fijar un marco, pues declarar era 
aclarar (aunque muchas veces fueran declaraciones meramente formales y 
sin consecuencias prácticas), permitían ir avanzando, aunque con 
discusiones sobre su contenido, su significado y límites. 
 
En ​Un mundo nuevo. Eleanor Roosevelt y la Declaración Universal de Derechos 
Humanos​ (México, Fondo de Cultura Económica, 2011), Mary Ann Glendon 
explica el texto de 1948 según la fórmula presentada originalmente por René 
Cassin, que compara la Declaración con el pórtico de un templo. Así el 
preámbulo y las siete cláusulas solemnes corresponden a los escalones del 
atrio del pórtico; los principios fundamentales de la dignidad, la libertad, la 
igualdad y la fraternidad serían los cuatro cimientos sobre los que se 
construye el pórtico. Luego contamos con cuatro columnas: la primera se 
refiere a los derechos pertenecientes a los individuos (vida, libertad y 
prohibición de la esclavitud, seguridad, igualdad ante la ley); la segunda a los 
de los individuos en relación con otras personas o grupos (derecho a 
nacionalidad, a formar una familia, a la propiedad); la tercera a las libertades 
del espíritu y las sociales y políticas (pensamiento, religión, libertad de 
conciencia, de opinión, de reunión y asociación); la cuarta a los derechos 
económicos, sociales y culturales (a la seguridad social, al trabajo y al 
descanso, a la educación). Finalmente, el frontis se refiere a la persona en 
relación con la sociedad, a los derechos vinculados a sus límites, los deberes 
y el orden sociopolítico en el que deben realizarse, explicitando en el artículo 
28 que “toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e 
internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta 
Declaración se hagan plenamente efectivos”, es decir los propios de la 
vigencia del régimen democrático. 
Como señala Lynn Hunt en su oportuno y bien reflexionado libro L
​ a invención 
de los Derechos Humanos​ (Madrid, Tusquets, 2009), aunque el respeto a los 
derechos de las personas tuvieron altos y bajos en el siglo XX, a la larga 
terminaron triunfando. Las paradojas experimentadas en el camino eran 
retrocesos pero también impulsos hacia el futuro. En la Revolución Francesa 
se proclamaron derechos mientras se ejecutaban a los adversarios; el 
nacionalismo que exaltaba a la propia nación y sus miembros muchas veces 
era racista y discriminador con los demás; el establecimiento de los 
socialismos reales ampliaban los llamados derechos sociales mientras 
eliminaban las “libertades burguesas” y violaban los derechos de los 
adversarios políticos y de amplios grupos de la sociedad. 
 
Sin embargo, la otra cara de la medalla es que esas mismas violaciones a los 
derechos humanos, y otras tantas en diversos lugares del mundo, permitieron 
ir perfeccionando la conciencia moral de la humanidad y la exigencia de 
respeto a las personas como un principio central en la organización de los 
estados. De esta manera, el genocidio nazi contra los judíos ha sido un 
momento culminante de odio y destrucción, pero también lo ha sido para la 
toma de conciencia y las enseñanzas hacia el futuro. 
 
Es verdad que a comienzos del siglo XXI todavía tenemos lagunas, 
opacidades e incluso ambigüedades, como ocurre en el caso de la falta de 
respeto a la vida del que está por nacer, la pésima situación de los 
inmigrantes en diversos países, las dictaduras todavía entronizadas y el poder 
que ejercen contra sus propios ciudadanos en diversos continentes, o la 
pervivencia de las guerras y la destrucción. También existe el problema del 
exceso de derechos declarados, que oscurece en ocasiones las 
responsabilidades personales y que también presenta una imposibilidad de 
exigencia práctica hacia el Estado o a un tercero (es muy claro cuando se 
vulnera el derecho a la vida o a la libertad, es más oscuro en qué consiste el 
derecho a determinadas condiciones de vida de los llamados derechos 
sociales).  
 
Hay otro desafío que conviene abordar, como es el compromiso por los 
derechos humanos de aquellos que no forman parte de nuestro propio grupo 
nacional, racial, religioso. Los derechos humanos habrán obtenido una nueva 
gran victoria el día que los ateos defiendan los derechos de los católicos o de 
otra religión, los “arios” se la jueguen por los judíos u otra raza, las europeos 
por los inmigrantes africanos, que los mismos judíos no solo denuncien el 
holocausto sino otros tantos genocidios del siglo XX, y así numerosas 
circunstancias en que defendemos ​un derecho​ por lo que vale en sí y no ​un 
interés​ por lo que significa para nosotros mismos. 
 
Por eso mismo, las declaraciones son importantes, porque fijan ciertos 
marcos y permiten ejercer acciones legales en determinados casos. Pero más 
importante todavía son los logros culturales, una convicción amplia sobre la 
importancia de la persona siempre y en todo lugar, en las circunstancias más 
fáciles y en la adversidad, con el apoyo del poder de turno o contra él si es 
necesario. Después de todo, la historia de los derechos humanos en el mundo 
ha sido fruto no solo de concesiones, sino también de valiosas y a veces 
difíciles conquistas. 
 
 
I.-LOS DERECHOS MORALES 
Le Chapelier, redactor de las leyes francesas de 1791 y 1793 definió a la propiedad literaria y artística 
como “ la más genuina, la más inatacable y la más personal de todas las propiedades ”. 
Los derechos morales deben ser definidos como un derecho de la personalidad y al igual que tales 
derechos son inalienables, inembargables, irrenunciables e imprescriptibles. 
a)  Son  inalienables  y  así  lo  admiten  la  mayoría  de  las  leyes  latinoamericanas, España y Portugal, por 
cuanto  estas  facultades  siempre  permanecen  en  la  esfera  del  autor  ,  aún  cuando  éste  pudiera  ceder 
derechos patrimoniales. 
b)  Los  derechos  morales  son  inembargables,  por  cuanto  no  tienen  componentes  patrimoniales  ni 
materiales.  Reflexionemos  por  un  instante  que  un  acreedor  pudiera  embargar  los  derechos  morales 
sobre  la  obra  del  autor  y  en  consecuencia  se  apropiara  de  la  autoría  de  la  obra  o  de  la  facultad  de 
modificar su texto o su música. 
c)  Son  irrenunciables  y  cualquier  cláusula  convencional  será  nula,  sea  que ceda los derechos morales 
o  que  renuncie  al  ejercicio  de  los  mismos  (  por ejemplo en el supuesto que por contrato con un editor 
un  compositor  se  obliga  a  no  oponerse  a  la  inclusión  de  su  obra  en  jingles  publicitarios  cuyos 
productos pueden no coincidir con sus convicciones religiosas, o sus ideas políticas...y en la Argentina 
ya  sucedió  este  caso  en  las  elecciones  presidenciales  de  1995  con  un  partido  político  que  basó  su 
publicidad en una pegadiza melodía popular cuyo autor no concordaba con la ideología pregonada...). 
d) Son imprescriptibles, lo cual es una consecuencia de la inalienabilidad de los derechos morales ya 
que éstos no están en el comercio. 
 
DERECHOS INHERENTES A LA DIGNIDAD DE LA PERSONA 
Son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, 
lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra 
condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. 
 
Los derechos humanos: 
 
Orígenes 
 
La idea de que todos los seres humanos deben gozar de unos derechos universales esenciales, 
ya que podía encontrar en algunas de las antiguas civilizaciones, pues, de una u otra forma, 
estaba en la base de muchas religiones, como por ejemplo en el cristianismo al proclamar que 
todos los hombres son iguales ante Dios. 
 
Derechos Humanos, tal como se considera comúnmente, tiene su origen en la cultura 
occidental moderna y surge a finales del siglo XVIII momento en el que se producen de 
aclaraciones de derechos en dos lugares muy frescos del mundo: la colonia inglesa de 
América (EE.UU) y el reino unido de Francia, que se encontraba a punto de transformarse en 
república, tras la revolución que acabo con el régimen monárquico.  
Orígenes y generaciones de los derechos humanos. 
 
1.- Primera generación: 
Los derechos de la primera generación fueron promovidos durante los siglos XVIII y XIX 
por los sectores liberales y países capitalistas del norte. Se trata de los llamados derechos 
políticos civiles. 
 
2.- Segunda generación: 
Los derechos de la segunda generación son promovidos durante el siglo XX por los sectores 
obreros. 
 
3.- Tercera generación: 
La tercera generación de derechos se pergeño tras la Segunda Guerra Mundial y el periodo de 
la guerra fría y que aun levanta discusiones. 
Generaciones de los Derechos Humanos 
Los Derechos Humanos son innatos o inherentes. 
Los derechos humanos son universales. 
Los derechos humanos son inalienables e intransferibles. 
Los derechos humanos son acumulativos, imprescriptibles o irreversibles. 
Los derechos humanos son inviolables. 
Los derechos humanos son obligatorios. 
Los derechos humanos trascienden las fronteras nacionales. 
Los derechos humanos son indivisibles, interdependientes, complementarios y no 
jerarquizables. 
 

Fundamento de los derechos humanos 


1. 1. M. en D. Gabriel Gracida Olvera. 
2. 2. ​Fundamento de los Derechos Humanos: La realidad o realidades, de carácter social o 
intersubjetivo, que proporcionan a los Derechos Humanos la consistencia necesaria para 
que puedan reconocerse, respetarse y promoverse en su conjunto, de forma indivisible e 
interdependiente, y puedan proyectarse hacia un desarrollo siempre abierto y perfectible. 
Esa realidad es el valor social fundamental de la DIGNIDAD de la persona humana. 
3. 3. ​• Es un fundamento estable o permanente. La dignidad es el centro de gravedad o 
referencia que da sentido de unidad y permanencia a los mismos. • Tiene carácter 
histórico, de tal manera que cambia de significado y sentido según las distintas épocas o 
culturas que lo materializan. Su fundamento es de estructura estable, pero de contenido 
variable. • Existe un concepto formal, universalmente aceptado, acerca del fundamento 
de los derechos, que es la dignidad de la persona humana, pero su significado y 
contenido varía de unas culturas a otras y de una épocas a otras. • Es un concepto que 
se va enriqueciendo históricamente. Es decir, las conquistas y logros para la dignidad de 
la persona humana se convierten en cada época en el mínimo imprescindible para 
épocas futuras. Por tanto es un concepto que se amplía y llena de contenido a lo largo 
de la historia. 
4. 4. ​• Determina en una doble dirección, la base, el sustento y el engarce tanto de los 
Derechos humanos, como de sus correlativos deberes básicos, y a su vez de los 
derechos fundamentales y de sus correlativos deberes jurídicos fundamentales. • El 
fundamento de los Derechos Humanos tiene naturaleza valorativa: es un valor social 
fundamental que está en estrecha relación con un doble plano de lo social: con las 
necesidades básicas, que constituyen el objeto de los Derechos Humanos, y con los 
demás valores sociales fundamentales: justicia, igualdad, paz, vida, seguridad y felicidad. 
5. 5. ​Los Derechos humanos son una realidad compleja de naturaleza ético- jurídica y 
política, con diversos tipos o clases de fundamentación: FUNDAMENTACION 
ÉTICO-JURÍDICA O IUSFILOSÓFICA, se estudia por la filosofía del Derecho. 
FUNDAMENTACIÓN JURÍDICO-POSITIVA, su estudio corresponde a la ciencia jurídica. 
FUNDAMENTACION JURÍDICO-POLÍTICA, estudio propio de la Filosofía Política. 
FUNDAMENTACIÓN ÉTICO-RELIGIOSA, las diversas religiones se ocupan de ella. En el 
pensamiento cristiano la Teología Moral 

FUNDAMENTACION ETICO-JURIDICA O IUSFILOSOFICA


Dentro de la fundamentación ético-jurídica o iusfilosófica de los Derechos Humanos puede
establecerse una doble vía, que determina dos líneas de respuesta completamente
opuestas y que, por así decirlo, atraviesan o recorren toda la historia del pensamiento
filosófico-jurídico. Esa doble vía corresponde a dos grandes corrientes de pensamiento:
● La corriente iusnaturalista
La corriente iusnaturalista encierra en su seno la existencia de una gran cantidad de
escuelas: tomista, escuela del derecho natural racionalista, neotomismo, marxismo
humanista etc...
Esa corriente tiene carácter metafísico y afirma fundamentalmente la naturaleza jurídica de
los Derechos Humanos.
Para esta corriente de pensamiento el fundamento del derecho positivo -y,
consiguientemente, de los derechos fundamentales- se encuentra en los Derechos
Humanos en cuanto que derechos que corresponden, "per se", a la naturaleza humana. De
ahí que ese fundamento se encuentre en lo peculiar de la naturaleza humana respecto de
los demás seres: su especial dignidad. Pero, dado que por dignidad se entiende la
condición por la que se merece algo. Para evitar caer en una definición circular, el
iusnaturalismo afirma que aquello por lo que el hombre se hace merecedor e todos estos
derechos es libertad, que supone racionalidad, posibilidad de autodominio, comunicación,
amor y solidaridad.
● La corriente iuspositivista
La corriente iuspositivista encierra -al igual que la corriente iusnaturalista- gran cantidad de
escuelas: normativismo legalista, etc....
El positivismo es de signo antimetafísico y afirma fundamentalmente el carácter no jurídico
de los Derechos Humanos.
Para esta corriente de pensamiento el fundamento jurídico de los derechos fundamentales
se encuentra exclusivamente en las mismas normas de derecho positivo que los reconocen.
 

FUNDAMENTACION JURIDICO-POSITIVA
La fundamentación jurídico positiva de los Derechos Humanos no puede estar sino en los
valores -y en los principios que derivan de ellos- que las constituciones reconocen, bien de
forma explícita, bien de forma implícita.
Aquí el problema de la legitimidad o fundamentación de los Derechos Humanos se
reconvierte en el problema de la legitimidad legal o legalidad de los derechos
fundamentales.
En cuanto que el principio de legalidad es uno de los pilares fundamentales de las garantías
de los Derechos Humanos, nos ocuparemos de ella en el apartado dedicado a las garantías
internas institucionales de los Derechos Humanos. Lo que es importante señalar ahora, en
virtud de lo antes dicho, es la conexión existente entre el fundamento inmediato o próximo
de los Derechos Humanos y el fundamento jurídico-positivo de los mismos.

FUNDAMENTACION JURIDICO-POLITICA
Ya hemos visto antes, cuando hemos visto la fundamentación iusfilosófica de los Derechos
Humanos, que la idea de dignidad de la persona humana, en cuanto que fundamento de los
derechos está en la base de la estructura jurídico política del Estado de derecho. Ahora bien
la cuestión que se plantea desde esta perspectiva es cómo fundamentar esa conexión
existente entre dignidad y Estado de Derecho. La cuestión afecta o hace referencia a lo que
se entiende como el criterio de legitimación, es decir, de fundamentación de la legitimidad
del estado democrático.
FUNDAMENTACION ETICO-RELIGIOSA
Dentro del pensamiento católico podemos tomar como referencia a Schmaus, quien en su
obra "Teología dogmática" afirma que la dignidad de la persona humana -en cuanto
fundamento de los Derechos Humanos- proviene de Dios y su destino está en Dios.

 
 
 
 

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