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Las ventanas de Greenaway.
Espacio, arte y posmodernidad
´
JOSÉ MIGUEL GOMEZ ACOSTA

Personajes y lugares El contrato del dibujante (The


Draughtsman's Contract, 1982) hasta
En 1975 el director británico Peter las posteriores El niño de Mâcon (The
Greenaway (Gales, 1942) realizaba el Baby of Mâcon, 1993) o la monumen-
cortometraje de cuatro minutos de tal obra multimedia alrededor de Las
duración, Windows. Aquel era un maletas de Tulse Luper, la idea espa-
pequeño experimento donde, a tra- cial desplegada supera frecuente-
vés de la imagen fija de unas cuantas mente la fuerza de sus protagonistas
ventanas abiertas al paisaje, se asistía humanos. Podemos hacer un breve
a la lista incesante de un grupo de recorrido por algunos de los espa-
personas muertas por defenestra- cios más conocidos y sorprendentes
ción. El catálogo de muertes se orga- de Greenaway para intentar com-
nizaba una y otra vez en torno a prender, desde ellos, un poco más
diferentes parámetros comunes y sobre su mirada, sobre sus ventanas.
aparentemente banales. Mientras, las
únicas imágenes que acompañaban a En primer lugar El contrato del
la extraña lista eran los planos estáti- dibujante, sorprendente film donde el
cos de las sucesivas ventanas. El con- protagonista, que recibe el encargo
junto cobraba cuerpo a medida que de retratar el paisaje y las distintas
la repetición de fragmentos conse- alas de una mansión rural inglesa, se
guía crear una singular atmósfera de ve inmerso en una barroca conspira-
combinación aleatoria. La ventana, ción. El dibujante de Greenaway sos-
verdadera protagonista visual, fun- tiene una máxima profesional que lo
cionaba también como un fragmento llevará irremediablemente hacia su
más: un encuadre repetido y acumu- fatal destino: plasmar la realidad tal
lado. Los personajes, por su parte, y como la ve, aunque la inclusión de
no eran más que una lista azarosa, algún detalle concreto le pueda per-
sin duda de menor calado que las judicar personalmente. El dibujante,
propias ventanas. de forma análoga a lo que ocurre con
el fotógrafo de Blow Up (Michelan-
Desde sus comienzos, el espacio gelo Antonioni) o con el cineasta afi-
y la arquitectura han tenido una cionado de Tren de sombras (José Luis
importancia fuera de lo común en Guerín), realiza un registro de la rea-
toda la filmografía de Greenaway. lidad que oculta en su interior el
Al menos tanta como los personajes secreto de un misterio. Sólo cuando
y en ocasiones más que ellos. Desde el registro (bien sea dibujado, foto-
aquel deslumbrante encuentro con grafiado o grabado) se examina
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minuciosamente, afloran las claves La presencia de estos números fun-
para descubrirlo. Los doce dibujos, ciona como una foto fija y su descu-
ventanas o encuadres desde los que brimiento supone el punto de
nos aproximamos a la anécdota del encuentro entre diversas líneas de
argumento son, además de la posi- significación superpuestas. Los luga-
ción exacta del ojo del dibujante, la res actúan de hitos cíclicos manipu-
pauta rítmica sobre la que se articula lando la trama, organizándola a su
toda la obra. En los lugares retrata- alrededor: la torre del agua, el bosque
dos es donde reside la temática esen- nocturno, la puerta donde la niña
cial, donde habita la relación entre el salta, los abigarrados interiores, la
paisaje real y el representado. Y pre- casa de la playa.
cisamente es en esa relación espacial,
como plasma claramente el dibujan- Este catálogo de lugares, espacios
te, donde anida la complejidad de y ritmos es inmenso y podemos
las relaciones humanas. encontrar sin esfuerzo muchos otros
ejemplos, como las ocho filmaciones
La presencia de la arquitectura se de animales en descomposición, la
hace evidente en El vientre del arqui- cama y el zoológico de Z.O.O. (A Zed
tecto (The Belly of an Architect, 1987), and Two Noughts, 1986), o las mesas y
tanto por la constante aparición de la los siete menús de El cocinero, el
Roma clásica como por la revisión ladrón, su mujer y su amante (The
posmoderna del arquitecto del siglo Cook, the Thief, his Wife and her Lover,
de las luces Etienne Louis Boullée. 1989). Otra muestra destacada serían
Las siete postales de Roma que el los espacios de Prospero's Books (Los
protagonista roba y después escribe a libros de Próspero, 1991) donde los
un difunto Boullée son las ventanas recintos cerrados sirven de recrea-
desde las que asomarse a la ciudad y ción y representación de la historia
a los personajes. La postal, visión que Próspero, el gran hacedor, cons-
turística, idealizada, inventario de truye en su pensamiento. Los veinti-
monumentos, enfrenta la ciudad real cuatro libros de la sabiduría actúan
con la representada o la imaginada, de marcador rítmico y a la vez se
de igual manera que el arquitecto convierten en espacios propios por sí
enfrenta su propia muerte a la de su mismos. Greenaway experimenta
idolatrado alter ego Boullée. con la idea de espacio ilimitado que
pierde sus bordes concretos y que,
Algo distinto ocurre en Conspira- oníricamente, se transforma en múl-
ción de mujeres (Drowning by Numbers, tiples escenarios. La particular recre-
1988), donde la ventana que sustenta ación de la sala hipóstila del comien-
la estructura del film no es ningún zo, remite a los espacios en expan-
encuadre físico, sino la presencia de sión, de crecimiento infinito,
una serie de números (desde el uno similares a la mezquita de Córdoba o
hasta el cien) que, como un particular los grandes edificios de la antigüe-
metrónomo, marca el ritmo narrativo. dad egipcia. Esta experiencia de la
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transformación culmina en El niño de Greenaway tiene algo de repetición,
Macôn (The Baby of Macôn, 1993), fragmentación y acumulación, así
donde el escenario teatral es a la vez como un desmedido afán enciclopé-
el espacio de la realidad y el de la dico y de mezcla disciplinar. A veces
representación en un alambicado ese rasgo llevado al extremo es el
juego de profundidades que tras- que consigue su extraño y caracterís-
ciende la tradicional bidimensionali- tico aspecto formal. Queremos seña-
dad del teatro. Por último en The lar con esto que la filmografía de
Pillow Book y en la serie de Tulse Greenaway, generalmente clasifica-
Luper, el espacio que se trasciende no da de excéntrica y marginal, puede
es el teatral sino el cinematográfico, releerse fácilmente junto a las obras
al mezclar diferentes niveles de rea- de algunos otros artistas también
lidad y representación en ventanas calificados como excéntricos o mar-
digitales independientes que forman ginales, pero que ocupan en sus dis-
una imagen múltiple global. tintas disciplinas un papel relevante
en el siglo XX.
Todos estos espacios donde se
colocan los hechos y también las La influencia y reciprocidad de la
emociones están construidos, en un obra de Greenaway puede verse
sentido amplio, de números, es reflejada en la pintura metafísica de
decir, de relaciones matemáticas. Y Giorgio de Chirico (1888-1978), en la
estos espacios que se convierten en arquitectura de Aldo Rossi (1931-
1 "Me siento atraído más elemento estructurante son, para 1996), en la literatura de Italo Calvi-
fuertemente por mi sentimien- Greenaway, los grandes protagonis- no (1923-1985), y por supuesto, en la
to del lugar que por mi senti-
miento de las personas […] tas. Para ilustrar la importancia de música de Michael Nyman (1944-).
¿Por qué no aplaudir las pasio-
nes, el drama y los cambios de esta idea, nada mejor que acudir a Brevemente trataremos de ilustrar
luz del sentimiento del lugar? las palabras del propio director: Me algunos aspectos comunes de todos
Un día lo haré. Ni actores. Ni
diálogo. Ni intriga. Ni relato. siento atraído más fuertemente por mi ellos.
Ni figurantes. Ni muchedum- sentimiento del lugar que por mi senti-
bres." Positif 363, mayo 1991,
p. 24. miento de las personas1. 1. La vuelta al clasicismo

Desde el temprano Giorgio de


Greenaway, influencias y reci- Chirico, los cinco creadores se han
procidad caracterizado por una revisión del
ideal clásico, por una vuelta a los
Aparte de un análisis meramente orígenes. Esta particular visión clasi-
cinematográfico, la filmografía de cista se articula, primero, como reac-
Greenaway puede leerse como una ción a otras corrientes menos afines
pieza clave en el desarrollo de una y, segundo, como manera de hacer
corriente posmoderna con gran estallar todos los valores academicis-
paralelismo e influencia en la arqui- tas que nada tienen que ver con el
tectura, las artes plásticas, la música significado cultural de la tradición
o la literatura. Toda la obra de Peter clásica. El conocimiento de la heren-
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cia del pasado se convierte en una vía o la aceptación de la tradición como
de evolución evocadora de progreso. una transmisión viva y cambiante en
La aparente aceptación del espíritu constante renovación. En definitiva,
clásico se conjuga con una actitud la vuelta como comienzo del viaje.
marcadamente personal para compo-
ner un lenguaje propio. De Chirico 2. La retórica del fragmento
comienza su pintura metafísica
amparándose en patrones formales El retorno hacia lo clásico no es
de Rafael o Delacroix, y Aldo Rossi meramente simbólico ni vacío, no se
actúa de manera similar al utilizar el trata de una simple aceptación de
repertorio clásico de la arquitectura. valores del pasado acríticamente
Se trata en ambos casos de una pri- deglutidos, sino que requiere de un
mera fase de alejamiento de otras laborioso proceso de relectura. En él,
posturas: las vanguardias, en el caso la retórica del fragmento desempeña
del primero; el estilo internacional en un papel primordial. El fragmento,
el caso del segundo. Análogamente parte esencial del todo, representa la
Calvino, frente a la tendencia del rea- posibilidad de un orden mayor. Sin
lismo social, vuelve la vista hacia la embargo, el fragmento se utiliza
fábula medieval italiana, mientras como pieza descontextualizada a la
que Nyman, el músico de las prime- que, inevitablemente, se dota de un
ras obras de Greenaway, renuncia a nuevo significado. Con ello se acepta
la abstracción del serialismo para la imposibilidad de describir la tota-
adentrarse y recomponer modos clá- lidad de lo real, se apuesta por la
sicos y barrocos. Peter Greenaway, restricción, la inabarcabilidad. La
por su parte, vuelve la mirada hacia fragmentación muestra la ruptura de
clásicos europeos como Antonioni, algo que tuvo un sentido completo
Godard, Resnais, Buñuel o Bergman, pero que ya no es posible recons-
aunque, en un sentido más amplio, truir. La relación entre las partes
dirige su interés hacia las artes plásti- cambia y, del ideal original, sólo
cas y en particular la pintura y la queda una insatisfactoria combina-
arquitectura desde el Renacimiento ción en parte azarosa y un senti-
hasta el Siglo de las Luces. miento de profunda extrañeza. Sin
embargo, expresando la ruptura de
Toda esta regresión debe enten- la lógica global se llega a componer
derse como un posicionamiento par- un sentido nuevo y revelador.
ticular en momentos de desencanto en
los que la aceptación de conceptos Giorgio de Chirico realizará su
llamados de vanguardia o aparente- reconstrucción a partir de fragmen-
mente rupturistas llegaba a agotarse tos de perspectivas y de elementos
en sí misma. Ante ello, paradójica- arquitectónicos en ocasiones contra-
mente, la vuelta a lo clásico pretende dictorios entre sí. El resultado difícil-
poner de relieve valores como la fle- mente encaja en una globalidad, más
xibilidad, la apertura de nuevas vías, bien se convierte en un conjunto de
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conjeturas y observaciones, ensam- repetición y articulación de un dis-
blado mediante sutiles y deliberadas curso paralelo al propio argumento
incoherencias de representación que, en ocasiones, llega a superar.
(Misterio y melancolía de una calle, Michael Nyman, a su vez, encuentra
1914). Tras la etapa metafísica se en la cita clásica sacada de contexto
sucederá otra marcada por una copia y reelaborada, el material de trabajo
más literal de modelos del pasado para la música de la filmografía de
para desembocar al final en una Greenaway. La forma en que
relectura también literal de sus pro- Nyman coloca la historia musical
pias primeras obras: la autocita roza bajo una lupa, es a la vez original e
la falsificación. En la obra de Rossi es irónica. Las trampas y fallos resultan
necesario observar la relación entre grotescos e intencionadamente ama-
las piezas como elementos irreducti- nerados, alegres aunque con un
bles de partes más complejas. El fondo último de extrañeza y pesa-
imaginario clásico se vuelve nuevo dumbre. La técnica de sacar de con-
al sacarse de su contexto habitual. texto compases específicos, frases
Cilindros-columna, pilares prismáti- cortas o secuencias de acordes para
cos, conos, cúpulas, esferas, pirámi- alargarlos, tocarlos con la medida
des y ejes dan lugar a composiciones errónea, con instrumentos cambia-
geométricamente precisas, reiterati- dos y con una actitud que no estaba
vas y obsesivas. Tales elementos se allí desde el principio confiere a la
cargan de una intensidad inusitada, música un carácter desconcertante.
confiriéndoseles significados ambi- Greenaway, por su parte, basa sus
guos, imprevistos, extrañándolos en películas en una férrea estructura
su contexto urbano (Cementerio de hecha de repeticiones y fragmentos
Módena, 1971). Italo Calvino entien- que poco tiene que ver con las con-
de esta composición fragmentaria a venciones cinematográficas habitua-
través de estructuras hasta cierto les. Las situaciones, espacios e histo-
punto complejas que se repiten y rias son fuertemente antinaturalistas,
que hacen que cada capítulo o sec- artificiales. A veces sus películas se
ción adquiera un valor diferente ven interrumpidas por piezas en
según se relacione con el resto. Si en principio ajenas (que posteriormente
la trilogía de Nuestros Antepasados se harán propias) que dotan a la obra
(1952-1959) Calvino vuelve la vista de dos lecturas, de dos movimientos
hacia una reelaboración de la fábula rítmicos. Una vez establecida la
tradicional, en obras como Las ciuda- malla el director la llena de estratos
des invisibles, Si una noche de invierno que, junto con el argumento, forman
un viajero o El castillo de los destinos un poderoso tejido de alusiones. Las
cruzados, la estructura marca la com- citas son en ocasiones literales y pro-
posición fragmentaria hasta llegar a vienen del mundo de las artes plásti-
recomponer una serie de relaciones cas en su mayor parte, mientras que
ambivalentes y nunca cerradas. otras veces la cita hace referencia a la
Dichas relaciones se basan en la propia obra anterior del director.
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3. Temas y símbolos go la muerte, la descomposición
musical de estos fragmentos, se
Según Peter Greenaway hay dos torna en una alegre fiesta muy poco
temas fundamentales en el arte occi- frecuente en la música contemporá-
dental: el sexo y la muerte2. Y el pri- nea. Greenaway, a su vez, entiende
2"Básicamente sólo hay
mero, en sentido amplio, puede enten- la muerte como un paso más en el dos asuntos que se tratan en
derse como apéndice del segundo. De implacable camino de la evolución toda la cultura occidental:
sexo y muerte. Tenemos
Chirico explica la muerte en la inmo- natural. Sus obras están llenas de cierta habilidad para mani-
vilidad del espacio, con la suspensión asesinatos, suicidios y accidentes, pular el sexo hoy en día. No
tenemos habilidad, y nunca
de la temporalidad. A fuerza de enfa- pero también de procreación y naci- la tendremos, para manipu-
tizar invariantes plásticos y gracias a mientos. La escala biológica trascien- lar la muerte". Cineaste,
XVIII/3, p. 10.
un elevado grado de estilización icóni- de a la humana: descomposición,
ca de los elementos figurativos clasi- desmembramiento, vuelta a las sus-
cistas, su pintura es la primera en pro- tancias primitivas, fuego y agua
poner una lectura posmoderna del purificadores, tabula rasa, celebración
espacio y el tiempo. Los objetos aban- de la muerte.
donan su significado habitual llegan-
do a la descontextualización formal y 4. Ventanas
de contenido. Aparecen espacios sor-
prendidos, inmovilizados, arquitectu- El breve repaso por esta colección
ras sin tiempo, enigmas reforzados de influencias y reciprocidad entre
por la tensión compositiva que susci- las obras dispares de cinco artistas
tan en el escenario arquitectónico las dispares, tiene como fin reflexionar
figuras (bustos, estatuas, sombras, una vez más sobre las sutiles relacio-
fragmentos) y los paisajes lejanos. nes que existen entre tradición y
Fácil reconocer en todo esto rasgos modernidad. El vacío de las van-
comunes con la arquitectura de Rossi: guardias y el agotamiento de una
construcciones inmóviles, obstinadas, abstracción insatisfactoria pudo pro-
indiferentes, cínicas, desencantadas, piciar la vuelta a formas de la figura-
angustiosas y, a la vez desenfadadas, ción clásica. Pero este regreso, lejos
coloristas y contradictorias. Calvino se de ser un paso atrás, se convierte en
adentra en esta pulsión mortal de la una renovadora apertura gracias a
nostalgia infinita, a través de persona- su mirada irónica, desmedida, des-
jes como el Vizconde Demediado o el prejuiciada y en ocasiones superfi-
Caballero Inexistente. En ellos no cial. Algunas de las vías propuestas
sabemos dónde están los límites entre en este intento morirán en poco
lo que es y lo que no. Y esa pérdida tiempo, sin embargo otras serían
total de esperanza, profundamente retomadas y reconducidas por sen-
asumida, va emparejada con una fina deros desiguales pero siempre suge-
y alegre ironía. La música de Nyman, rentes.
alimentada largo tiempo de fragmen-
tos de músicas pasadas, podría ser Para acabar, retomaremos las ven-
calificada como necrófaga. Sin embar- tanas, elementos repletos de un gran
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valor simbólico y literal. Las que de sus formas geométricas puras, es
Peter Greenaway, mucho después de la posibilidad de redescubrir lo evi-
rodar Windows, emplazó en algunas dente. Las ventanas que Giorgio de
ciudades europeas a partir de 1994 Chirico nos muestra están hechas de
estaban situadas sobre diferentes fragmentos seleccionados combina-
tipos de escaleras y, mediante encua- dos artificialmente y, como los ejem-
dres y puntos de vista diversos, per- plos anteriores, congelan una visión
mitían al ciudadano-observador determinada cuyo punto de vista es
reencontrarse con un fragmento de difícil eludir y que redescubre el
su ciudad. Dicho fragmento se pre- misterio de lo cotidiano. El mismo
sentaba, a la fuerza, extrañado, en misterio de las ciudades que Calvino
cierta medida descontextualizado despliega bajo la mirada atenta de
por el simple hecho de haber sido Kublai Khan. Cada ciudad es exacta-
enmarcado y elegido para su visión. mente una ventana abierta por
El mecanismo era similar al de Aldo Marco Polo, un fragmento de memo-
Rossi en sus proyectos de monu- ria seleccionado y mostrado en un
mentos para Cuneo (1962) y Segrate contexto distinto. Fragmentos extraí-
(1965): una escalinata encerrada que dos, revelados, repetidos, ventanas
aísla del exterior llevando al actor- que, como en la música de Michael
espectador hasta una visión parcial Nyman, acaban de forma tan brusca
ya seleccionada. Lo remarcable, lo e inesperada como empezaron.
memorable del monumento más allá
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Hélices

Piano

Pedro Guerra

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