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DE LAS CASAS A LO VIRTUAL

“Saludad también a la iglesia que está en su casa.” Romanos 16:5 (LBLA)

El vocablo “iglesia” comúnmente es utilizado para asignarlo a un espacio físico o a


un edificio. Poner un “cartel” al espacio físico o material y llamarlo “iglesia” es un
grave error. Los cristianos del libro de Hechos entendían que ellos mismos,
corporativamente, eran el templo de Dios y la casa de Dios, que ellos eran la
iglesia. En la mente de los primeros cristianos, era el pueblo el que constituía
un espacio sagrado, y no la arquitectura.  

El primer uso registrado de la palabra "ekklesia", iglesia, para referirse a un lugar


de reunión cristiano fue en el año 190d.C. por Clemente de Alejandría. Clemente
fue la primera persona en utilizar la frase ir a la iglesia, un pensamiento extraño
para los creyentes del primer siglo. ¡Uno no puede ir a algo que uno es!

Con el paso del tiempo, la organización, estructura, naturaleza y forma de


hacer “iglesia” a lo largo de la historia respondió a la apropiación del modelo social
y político imperante en el momento y lugar donde ella se desarrolló. De allí,
podemos observar distintos modelos para la iglesia-institución desde su
nacimiento hasta hoy:

La iglesia que fundó Jesús nació en las casas (Hechos 2) y se congregaba en


casas (1 Corintios 16:191; Colosenses 4:152; Romanos 16:53, 23-244 y Filemón
1:25). El libro de los Hechos, registra el momento en que Dios, a través de su
Espíritu Santo fundó la Iglesia en Jerusalén (Hechos 1:13) 6, de lo cual fueron
1
1 Corintios 16:19 Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os
saludan mucho en el Señor.
2
Colosenses 4:15 Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa.
3
Romanos 16:5 Saludad también a la iglesia de su casa...
4
Romanos 16:23-24 Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la
ciudad, y el hermano Cuarto.  La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
5
Filemón 1:2 y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está
en tu casa
6
Hechos 1:13: Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe,
Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo.
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testigos muchos judíos que acudían de todas las comarcas a participar de las
celebraciones religiosas judías.

Jesús se manifestó primeramente al pueblo judío y sus discípulos anunciaron el


evangelio de Dios a las comunidades judías, ya que tenían conocimiento por las
escrituras de que vendría un Mesías de Dios a liberar a su pueblo. Pablo, por
indicaciones del mismo Jesús, fue fundando iglesias a su paso por las
comunidades judías en lo que hoy es Siria, Turquía y Grecia. Más tarde visitó
Roma fundando congregaciones cristianas entre todo aquel que creyera. No
obstante, hubo hostilidad de los judíos que consideraban al cristianismo como una
secta que violentaba los estatutos judaicos. Roma atacó Jerusalén en el año
70d.C. provocando una dispersión de las comunidades cristianas por todo el
mundo, lo que se ha llamado, la diáspora.         

Debido a las continuas persecuciones de cristianos en Roma, muchos fueron


asesinados a espada, otros echados a los leones, pero otros sobrevivientes se
refugiaron en las famosas catacumbas, y durante los primeros siglos, la iglesia
permaneció escondida en las penumbras de las catacumbas. Los primeros
seguidores de Cristo crecieron a la sombra del Imperio romano y dejaron la
impronta de su fe varios metros bajo el suelo.

La vida cristiana en las catacumbas constituye una perenne escuela de fe,


esperanza y amor. Para nuestra memoria quedaron las palabras: entre nosotros
no hay siervos ni señores; el único motivo por el que nos llamamos hermanos es
que nos consideramos todos iguales.

Cuando el cristianismo fue reconocido como religión oficial del Imperio (324d.C.),


los cristianos pasaron del circo romano a un lugar de honor en el imperio.
Constantino (325d.C.) hizo del cristianismo la religión oficial, e instó a todos a que
se hicieran parte de la iglesia, impulsó la construcción de templos cristianos,
trasladó la capital de Roma a Bizancio y la llamó “La capital del imperio
cristiano”. Sin embargo, fue Teodosio (378-395d.C.) quien declaró la religión
cristiana como “obligatoria para toda persona que viviera bajo su reinado”. 
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Con Constantino, la iglesia tomó como imagen y modelo al imperio romano.
Mediante un proceso lento, inconsciente y gradual, la jerarquía de la iglesia llegó a
asemejarse a la burguesía romana: así, los ministros principales (cardenales)
llegaron a llamarse “Príncipes de la Iglesia” y el obispo de Roma pasó a ser
considerado igual a un Emperador. 

Éste fue el comienzo de la decadencia del cristianismo, las conversiones eran


exigidas por el emperador sin un cambio verdadero, la santidad del creyente fue
sustituida por los rituales. Cuando el César Constantino fundó la Religión Romana
(que posteriormente se dividió en facciones predominantes como la católica, la
ortodoxa, la anglicana, etc.), los primeros cristianos, al menos en Europa,
prácticamente habían sido ya  muertos, pues habían pasado ya casi tres siglos.

La substancia de la lucha de los primeros cristianos fue sustituida por la


“institución del cristianismo”, por templos lujosos y ceremonias llenas de pompa y
brillo. Lo más sobresaliente de la iglesia en los mil años de la edad media, fue el
desarrollo del poder papal. El papa pasó a ser la autoridad máxima, no sólo en el
mundo cristiano, sino además en el mundo entero. Su poder sobrepasaba al poder
de los reyes y emperadores, y toda decisión debía ser consultada al sumo
pontífice, antes de ser ejecutada.

En el transcurso del Siglo V, la iglesia se convierte en una institución alejada


en forma abismal de la iglesia de Hechos. La iglesia primitiva original
desapareció, y nació la Iglesia Imperial liderada por los césares quienes eran los
Sumo Pontífices. Fue el imperio quien recopiló toda la información que
encontraron en las comunidades bajo su poder y jurisdicción, como los evangelios
y las cartas de Pablo, formando los cánones y liturgias propias de la religión de
Roma.

Al caer el Imperio Romano de Occidente en 476d.C., con ese vacío de poder


surgió el papado, quienes tomaron las riendas de las cuestiones religiosas con
gran poder político. Comenzó lo que se ha llamado, el oscurantismo, una época de
más de mil años donde predominó el dogmatismo religioso. En esa época, la
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Biblia era propiedad exclusiva de los papas y el clero, nadie más podía leerla so
pena de ser quemado en la hoguera, era prácticamente un secuestro de la palabra
de Dios. 

El papa pasó a ser el primer gobernante en el mundo. Con el papa Adriano II (867-


872 d.C.) comienza la época más oscura del papado, había sobornos, robos y
convenios monetarios para nombrar papas. El ejemplo más emblemático de
la corrupción fue el nombramiento de Benedicto IX (1033-1045 d.C.), quién a los
doce años fue nombrado papa, gracias a que sus padres (inmensamente ricos)
compraron el sillón papal. Algunos papas se mantenían en el trono aun
cometiendo actos repugnantes, tales como; asesinatos, adulterios, o reparto de
dineros robados (soborno).

En la edad media, la iglesia echó mano al modelo feudal. En el Siglo XI, la


iglesia era dueña de la tercera parte de Alemania. Los ministros eran considerados
señores feudales y sus normas se adaptaban a las normas feudales de
organización social y económica.

La expansión imperial en el "siglo expansionista" causó también una gran


expansión misionera, y el modelo imperial influyó de tal manera que la iglesia fue
afectada tanto en la forma de hacer misión de la iglesia como en su
naturaleza. 

En el período colonial de América, la iglesia adoptó el modelo democrático de


organización social y eclesial. La Iglesia tomó prestado las decisiones y elección
de autoridades de las asambleas populares y las "dogmatizó".

No fue sino hasta 1517, que un monje católico alemán llamado Martín Lutero se
atrevió, él solo, a dar a conocer los errores dogmáticos y desafiar a toda la iglesia
imperial de la religión católica de Roma con todo su poder político y religioso en
toda Europa, la que controlaba a monarcas y reyes con todo y sus ejércitos, fue un
hecho sin precedentes, se marcó un antes y un después en la historia de Europa.

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El papa de turno, León X, ordenó al Rey Carlos V de Alemania su captura y
extradición a Roma para juicio y ejecución, pero un noble alemán escondió a
Lutero en un castillo para evitar su captura, empezó lo que se conoció como, la
reforma religiosa, que los papas llamaron "protestantismo hereje". Lutero tradujo la
Biblia del latín al alemán y la hizo pública lo que era otro delito más, luego otros la
tradujeron a otros idiomas, ahí re-nació el cristianismo, el original, el basado en la
palabra de Dios y no basado en las parafernalias de la religión imperial.

La Reforma del siglo XVI es el producto del anhelo reformador que empezó a
tener fuerza en el siglo XV, esto porque empieza el retorno de los intelectuales a
los antiguos pesadores, el llamado “Renacimiento”, en donde se resalta el papel
de las artes, las letras clásicas, la arquitectura, el interés por el  humanismo y la
invención de la imprenta.

La Reforma de 1517 es un hito en la historia política de occidente. Esta


revolución parte de unos argumentos teológicos los cuales radican en reconocer
que el hombre como individuo puede tener una relación directa con Dios, lo cual
permite una mayor legitimidad al poder terrenal. Lo anterior, toda vez que se
genera una diferenciación de las esferas del gobierno espiritual y del gobierno civil
(temporal), lo que provoca unas fisuras en la relación iglesia-Estado y la
destrucción de la iglesia universal.

Aquí es importante resaltar el papel que cumplió la imprenta como medio de


divulgación de los escritos de Martín Lutero, que denuncian el abuso del poder
tiránico y despótico del papado al pueblo europeo. De esta forma, además de las
evidentes repercusiones teológicas, representó, asimismo, una completa
revolución política.

Más adelante, la iglesia, inspirándose en un modelo militar, se organizan como un


“Ejército de Salvación,”  empleando lenguajes y términos propios de la jerga militar
que nos son comunes todavía hoy, tales como: defensores de la fe, guerra de
oración, cruzadas, campañas, etc. El Ejército de Salvación fue fundado por William
Booth y Catherine Booth en julio de 1865 como un movimiento evangélico que
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agrupó el trabajo voluntario de creyentes procedentes de varias denominaciones
protestantes de la ciudad de Londres. Ellos sentían la necesidad de alcanzar con
el mensaje del Evangelio de Jesucristo a los que consideraban menos
conocedores del mismo, a los que estaban atrapados en los sectores más
golpeados por la pobreza, el alcoholismo, el crimen, la desocupación, el
hacinamiento y toda la inmensa variedad de males sociales que la Inglaterra de
la Revolución industrial había concentrado en ciertos guetos de la ciudad.

Algunas iglesias asimilaron el modelo de las sociedades seculares. El


término «secularización» también designó la progresiva independencia del poder
político respecto al poder eclesiástico. En este sentido, secular equivale a laico, es
decir, a no-confesional. Con la secularización el Estado deja de ser confesional, se
emancipa de cualquier tutela religiosa y se convierte en un Estado laico. De esta
forma a comienzos del Siglo XX empiezan a aparecer los movimientos de
separación anexional de la Iglesia y Estado, ya dictaminados dentro del margen de
las constituciones, así como a favorecer el derecho a muchos medios de
comunicación y movimientos a dictaminar ideologías en contra de las mismas
religiones. Es así, que las iglesias se asemejan a un club social proveyendo las
comodidades para mantener la membresía y atendiendo a las supuestas
necesidades de sus miembros. 

Otras muchas congregaciones, haciendo especial foco en todo lo relacionado con


la comunicación tecnológica-electrónica y con modelos de la industria del
espectáculo, dieron a luz al fenómeno de las llamadas iglesias electrónicas que
comenzaron a manifestarse en los medios masivos como la radio y en especial, en
la televisión, que fue donde convirtieron a sus ministros en maestros de
ceremonias montando espectáculos atrayentes y buscaron desarrollar
entretenidos programas para que al gran público anestesiado permanezca en sus
liturgias.

Mientras tanto, otras, orientadas por la fuerza del campo educacional


fomentaron el estudio formal de la Biblia, midiendo la espiritualidad de sus

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miembros en términos de los conocimientos bíblicos adquiridos, dando prioridad a
la sana doctrina despreocupándose por la cantidad de sus integrantes. 

Quienes tomaron modelo del campo de la salud concibieron a


las congregaciones como centros terapéuticos, donde el bienestar emocional
y físico de cada individuo es la meta más codiciada, entonces unificaron "el fín y
los medios" en un milagro que alivie y calme la tiranía "del hacer" la vida sin
afectar el carácter de los "pacientes".

Mientras tanto, las grandes iglesias absorbiendo del modelo de


supermercado, hicieron que todos los productos de primera necesidad se
encuentren bajo un mismo techo y a muy bajo costo. Allí, cada quién encuentra
una oferta para su demanda: hay más de una opción para cada etapa de la vida y
para cada situación que nos toque vivir.

Las técnicas empresariales, también y poco a poco, fueron dejando su


estampa en las prácticas de la administración eclesiástica. Allí, el rendimiento
de la congregación se evalúa en términos de ganancias o pérdidas. El programa
se lleva a cabo con un ojo en la competencia (otra congregación) y el otro, en la
tarea de mantener satisfechos a los clientes (los creyentes). Las estrategias y
técnicas evangelísticas de asemejan a las que utilizan los agentes de
ventas. Aquí, el Evangelio es ofrecido y distribuido según las demandas del
público. Se fomenta la participación de los creyentes con técnicas comerciales y
bancarias. Se solicitan ofrendas como si fueran una inversión: se invita a ofrendar
con la promesa de recibir el doble de la invertido o bien, con un rendimiento del
100%. El ministerio se concibe en términos de gerentes o ceos de grandes
corporaciones, elementos esenciales para la buena marcha de toda empresa.

Hoy, la "iglesia virtual" y los “live” florece bajo el paraguas de la pandemia
por el COVID-19. Se han cerrado todos los lugares públicos de adoración y solo
es posible una reunión virtual en casa, con la familia. La práctica de ser iglesia de
este tiempo nos lleva a reunirnos alrededor de una pantalla para seguir y estar

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conectados a un programa de actividades de la institución a la
asistíamos regularmente.

El problema que esta crisis reveló en muchas iglesias es 1. La concentración del


poder en el liderazgo. 2. La concentración de la atención en el escenario. Lo
bueno: La misma crisis generó la solución. Ser los primeros o los más grandes ya
no será importante después de esta crisis. Las historias de “éxito” raras veces se
repiten, más después de una crisis global. La carrera por ser los primeros o los
más grandes ya es una guerra antigua.

Acaso, esta pandemía ¿cambiará la forma de hacer y ser iglesia? ¿El modelo
virtual imperante formateará la manera de iglesiar o seguiremos aferrados a una
estructura (organizacional y arquitectónica)? ¿Será esta la vuelta de la iglesia a las
casas o empoderados por el "wi fi" aguantaremos la transición hasta la vuelta al
gran auditorio?

La práctica de ser iglesia a lo largo de la historia ha sido comprender su identidad


del propio entorno social donde vive. ¿Hemos de preguntarnos con sinceridad
sobre si esta práctica es o no un problema? Acaso, con ella, ¿Levantamos en alto
el nombre de nuestro Dios o nos estamos construyendo nuestra propia fama?

¿Paradoja o cambio del paradigma: de “las casas” a “lo virtual”? ¿Qué


haríamos si de repente nos cortan el wifi y descubrimos que todo este tiempo
estuvimos conectados a un programa y no a Jesús? ¿Y si de pronto nos damos
cuenta que nuestra espiritualidad es solo virtual? ¿Y si solo es un cambio de rutina
en nuestra agenda cotidiana pero nuestra praxis pecaminosa sigue intacta?

El verdadero modelo sigue siendo Jesús con nosotros.

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