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de la
Literatura Española
de
G. Ticknor
PRIMER PERÍODO
por
J. G. MAGNABAL
PARÍS
A. DURAND, LIBRAIRE-EDITEUR
7, RUE DES GRÉS
1864
M. GUSTAVE ROULAND
A mi esposa Enriqueta
en el bonito otoño de nuestras v idas
El traductor, Juan Manuel Arias Fernández
Quienes fueron:
Pascual de Gayangos
En la Wikipedia se dice de Pascual de Gayangos que descendía de
una familia de larga tradición militar; fue hijo del brigadier José
Gayangos y Nebot, y de Francisca de Arce y Retz. Estudió en
Madrid en las Escuelas Pías y en los Reales Estudios de San
Isidro. En 1822, durante el T rienio liberal fue enviado a estudiar
al colegio de Pont-le-Voy, en Blois, Francia, de donde provenía
la familia de su madre. T ras completar los estudios, se trasladó a
París y emprendió estudios de árabe en “ L’École spéciale des
langues orientales vivantes” con Silvestre de Sacy… Desempeñó
la cátedra de árabe en el Ateneo de Madrid entre 1836 y 1837,
fecha en la que partió hacia Gran Bretaña y se asentó en
Londres, donde permaneció hasta 1843.
En Inglaterra entró en contacto con los círculos intelectuales y
políticos de Holland House donde conoció al erudito hispanista
George T icknor, con quien trabaría una gran amistad que le puso
en contacto con el historiador estadounidense William H.
Prescott.
Enrique de Vedia
En el mismo origen, se dice que fue Hidalgo, hijo del uruguayo
Lorenzo Antonio de Vedia y Ramallo, que pasó a Balmaseda por
haber heredado los bienes mayorazgos de su casa, y de
Magdalena de Goossens y Ponce de León. Hablaba a la
perfección francés, ingles e italiano y poseía una biblioteca
copiosa y escogida. Fue Jefe político de diferentes provincias,
entre ellas La Coruña, cuando lo era de Burgos, recibió a
T héophile Gautier y le enseñó la Catedral, de lo que deja
agradecida constancia el escritor en su Viaje a España. Fue
además amigo de Pascual Gayangos y de Antonio Ferrer del Río
y tuvo los cargos de Secretario de la Gobernación del Reino y
Cónsul de España en Liverpool y Jerusalén; allí le sorprendió la
7
ÍNDICE DE MATERIAS
INTRODUCCIÓN
Primer período
Capítulo I
Div isión del obj etiv o de este libro. Origen de la literatura
española en tiempos de dificultades
Capítulo II
Primera aparición del español como lengua escrita.
Poema del Mío Cid. Sus héroes, su obj etiv o, su lengua, su
v ersificación. Historia del poema. Su carácter. Santa María
Egipciaca. La Adoración de los tres Reyes. Berceo, primer
poeta castellano conocido. Sus obras y su v ersificación. Su
Vida de Santo Domingo de Silos. Su libro Los Milagros de la
Virgen.
Capítulo III
Alfonso X El Sabio. Su v ida. Su carta a D. Alfonso Pérez
de Guzmán. Sus canciones en dialecto gallego. Origen de
este dialecto y del portugués. Su Tesoro. Sus obras en
prosa. Leyes relativ as al castellano. Su Conquistas de
Ultramar. Viej os fueros. El Fuero Juzgo. El Septenario. El
Espej o. El Fuero Real. Las Siete Partidas y su mérito.
Carácter de Alfonso X.
Capítulo IV
Juan Laurent Segura. Mezcla entre costumbres antiguas
y modernas. El poema de Alexandre. Su historia y su
mérito. Los v otos de Pav on. Sancho el Brav o. Don Juan
Manuel, su v ida y sus obras publicadas e inéditas. Su
Conde de Lucanor.
10
Índice de materias
Capítulo V
Alfonso XI. Su Tratado de la caza. Su Crónica en rima. Su
eclesiástico de Úbeda. El Arcipreste de Hita, su v ida, sus
obras, su carácter. Rabbi don Santob. La doctrina cristiana.
La Rev elación. La Danza general. El poema de Joseph.
Pero López de Ayala. Su Rimado de Palacio. Carácter de la
literatura española en esta época.
Capítulo VI
Cuatro clases de la literatura primitiv a la más popular.
Primera clase: Los romances. Forma más antigua de la
poesía castellana. Teorías sobre su origen. No es árabe. Su
forma métrica. Redondillas. Asonancias. Su origen
nacional. Propagación de la forma de los romances. Su
nombre. Primeras noticias sobre los romances. Romances
del siglo XVI y anteriores. Romances tradicionales y no
escritos. Romances que aparecen antes que los
cancioneros y después de los romanceros. Mej ores
colecciones antiguas.
Capítulo VII
Romances sobre protagonistas ya tratados en la
caballería. Romances sobre protagonistas de la Historia de
España. Bernardo de Carpio. Fernán González. Los siete
infantes de Lara. El Cid. Romances sobre protagonistas de
la historia antigua y de la Fábula, sacra y profana.
Romances sobre protagonistas moros. Diferentes
romances: amorosos, burlescos, satíricos, etc. Carácter de
los antiguos romances españoles.
Capítulo VIII
Segunda clase: Las Crónicas. Su origen. Crónicas
Reales. Crónica general del rey D. Alfonso X. Sus cuatro
div isiones y su obj eto. Su parte más poética. Su
característica. Crónica del Cid. Su origen, su obj etiv o, su
característica.
Capítulo IX
Efectos producidos por el ej emplo de Alfonso X.
Crónicas de su propio reinado y de los reinados de Sancho
el Brav o y de Fernando IV. Crónica de Alfonso XI por
Villaizan. Crónicas de Pedro el Cruel, de Enrique II, de Juan
11
Índice de materias
Capítulo X
Crónicas de hechos particulares. El Paso honroso.
Seguro de Tordesillas. Crónicas de personaj es particulares.
D. Pedro Niño. Álv aro de Luna. Gonzalo de Córdoba.
Crónicas de v iaj es. Ruy Gonzáles de Clav ij o, Cristóbal
Colón, Balboa y otros. Crónicas caballerescas. D. Rodrigo y
la Destrucción de España. Observ aciones generales sobre
las crónicas españolas.
Capítulo XI
Tercera clase. Libros de caballería. Arturo. Carlomagno.
Amadís de Gaula. Su fecha, su autor, su traducción al
castellano, su mérito y su carácter. Esplandián. Florisanda.
Lisuart de Grecia. Amadís de Grecia. Don Florisel de
Niquea. Anexarte. Don Silv es de la Selv a. Continuación
francesa. Influencia de la ficción. Palmerín de Oliv a.
Primaleón. Platir. Palmerín de Inglaterra.
Capítulo XII
Otras nov elas de caballería. Lépoleme. Traducción del
francés. Nov elas religiosas. Caballería celestial. Período
en el que la nov ela de caballería prev alece. Su nombre.
Sus cimientos en el estado de la sociedad. La pasión que
se experimenta en ellas. Sus destinos.
Capítulo XIII
Cuarta clase. El teatro. Extinción del teatro griego y
romano. Origen religioso del drama moderno. Sus primeros
pasos en España. Indicaciones sobre el teatro en el siglo
XV. El marqués de Villena. El Condestable de Luna. Mingo
Rev ulgo. Rodrigo Cota. La Celestina. Su primer acto. Los
actos restantes. Su historia, su carácter, su influencia en la
literatura española.
Capítulo XIV
Continuación de la historia del teatro. Juan de la Encina.
Su v ida, sus obras. Sus representaciones y su carácter.
Los primeros dramas profanos representados en España.
Carácter religioso de unos en el tono, y no de otros. El
portugués Gil Vicente. Sus piezas españolas. El Auto de la
12
Índice de materias
Capítulo XV
Continuación de la historia del drama. Escriba.
Villalobos. Pregunta de amor. Torres Naharro en Italia. Sus
ocho comedias. Su teoría del drama. Div isión de sus
comedias, su intriga. El Trofeo. El Hymeneo. Drama de
intriga. Gracioso. Carácter y efectos probables de las
comedias de Torres Naharro. Estado del teatro al final del
reinado de Fernando e Isabel.
Capítulo XVI
Literatura prov enzal en España. El prov enzal. Los
borgoñones. Origen de la lengua y de la literatura
prov enzales. Barcelona. Dialecto catalán. Aragón. Poetas
trov adores en Cataluña y en Aragón. Guerra de los
albigenses. Pedro II de Aragón. Jaime el Conquistador y su
Crónica. Ramón Muntaner y su Crónica. Decadencia de la
poesía en la Prov ence y decadencia de la poesía prov enzal
en España.
Capítulo XVII
Esfuerzos por hacer rev iv ir el espíritu prov enzal.
Juegos florales de Toulouse. Consistorio de la “gaya
ciencia” en Barcelona. Poesía catalana y v alenciana.
Ausías March. Jaime Roig. Declinar de esta poesía.
Influencia de la de Castilla. Justas poéticas en Valencia.
Poetas v alencianos que ha escrito en v alenciano.
Predominio del castellano.
Capítulo XVIII
El prov enzal y la escuela de las Cortes en la literatura
castellana. Influencia que ej erce sobre la literatura italiana.
Relaciones de España con Italia sobre temas religiosos,
intelectuales y políticos. Analogías del lenguaj e en los dos
países. Traducciones de Italia. Reinado de D. Juan II.
Trov adores y j uglares en toda Europa. La corte de Castilla.
El Rey. El marqués de Villena. Su Arte cisoria. Su Arte de
trovar. Sus Trabajos de Hércules.
Capítulo XIX
13
Índice de materias
Capítulo XX
Progreso de la lengua castellana. Poetas del tiempo de
D. Juan II. Villasandino. Francisco Imperial. Baena.
Rodríguez del Padrón. Escritores en prosa. Cibdareal y
Fernando Pérez de Guzmán.
Capítulo XXI
La familia de los Manrique. Pedro, Rodrigo, Gómez y
Jorge. Las estrofas de este último. Los Urreas. Juan de
Padilla.
Capítulo XXII
Escritores en prosa. Juan de Lucena. Alfonso de la
Torre. Diego de Almela. Alonso Ortiz. Fernando del Pulgar.
Diego de San Pedro.
Capítulo XXIII
Los Cancioneros de Baena, Estúñiga y Martinez de
Burgos. El Cancionero general de Castillo. Sus diferentes
ediciones. Sus div isiones. Su contenido. Su carácter.
Capítulo XXIV
Intolerancia española. La Inquisición. Persecución de
los j udíos y de los moros. Persecución de los cristianos
por sus opiniones. Estado de la prensa en España.
Conclusión y observ aciones sobre el período que se acaba
de examinar.
14
Índice de materias
APÉNDICES
Notas y Adiciones
15
Índice de materias
16
Del traductor, J. G. Magnabal, al lector
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Del traductor, J. G. Magnabal, al lector
1
Recientemente he conocido que este tomo que tenemos en la mano
es el primero. Google ha puesto a disposición de los interesados en este autor
la traducción al castellano del segundo, que continúa en el tiempo a lo
narrado en el primero hasta mediados del S. XVII. con el compromiso de no
utilizarlo con fines comerciales. Yo poseo un ejemplar fechado en Madrid,
Imprenta y estereotipia de M. Rivadeneyra. Salón del P rado n.º 8, 1851. (Nota
del traductor J. M. Arias)
18
Del traductor, J. G. Magnabal, al lector
2
A este respecto, J. García Mercadal, Cisneros (1436-1517),
Ediciones Luz, 1939-III Año Triunfal, Zaragoza, cap. XIII, p. 96 dice:
Pa r a a s e g ur a r l a co nve r s i ó n d e l o s mo r i s co s d e ci d i ó
Ci s ne r o s ha ce r l e s e ntr e g a r l o s l i b r o s d e s u f e , p a r a q ue e l
f ue g o l o s d e s tr uy e r a . H a y q ui e n ca l cul a e n d o s mi l l o ne s
d e l i b r o s l o s q ue ma d o s p o r Ci s ne r o s e n l a p l a za d e
B i b a r r a mb l a d e Gr a na d a . Ál va r Gó me z d e Ca s tr o , e n s u
o b r a De rebus gestis, a s e g ur a q ue f ue r o n a p e na s ci nco mi l ,
l o s má s a l co r a ne s y d e vo ci o na r i o s , cuy a d e s a p a r i ci ó n
r e s ul ta b a i nd i s p e ns a b l e p a r a e l l o g r o d e l a uni d a d
r e l i g i o s a q ue s e p e ns a b a i ns ta ur a r . L o s p r o p ó s i to s
a ni q ui l a d o r e s i b a n úni ca me nte d i r i g i d o s co ntr a l o s
a l co r a ne s mus l í mi co s . E n una ca r ta d e l r e y Ca tó l i co , q ue
g o b e r na b a e n no mb r e d e s u hi j a Do ña Jua na , e s cr i ta e n
Se vi l l a e l 2 0 d e j uni o d e 1 5 1 1 , ve mo s q ue a l ha b l a r d e l o s
l i b r o s mo r i s co s , i nd i ca d e b í a n q ue d a r e n p o d e r d e s us
d ue ño s to d o s l o s d e M e d i ci na , F i l o s o f í a , L i te r a tur a e
H i s to r i a . El contemporáneo Luis de Mármol dice “q ue l e s to mó
g r a n co p i a d e vo l úme ne s á r a b e s , d e to d a s f a cul ta d e s y
q ue ma nd o l o s q ue p e r te ne cí a n a l a s e cta , ma nd ó
e ncua d e r na r l o s o tr o s y l o s e nvi ó a s u Co l e g i o d e Al ca l á d e
H e na r e s , p a r a q ue l o s p us i e s e n e n s u l i b r e r í a ”.
En lo que toca a los libros que se podían dar a los conversos,
fray Hernando de Talavera y Cisneros no concordaban, pues mientras el
primero quería que se les diesen traducciones de los libros santos en
lengua vulgar, era opuesto el segundo a ello, como si previese los
inconvenientes que se producirían al poner en manos de gente inculta
aquellas obras. (Nota del traductor J. M. Arias)
34
Del traductor, J. G. Magnabal, al lector
3
El traductor al castellano de esta versión, J. M. Arias, suscribe
completamente esta opinión sobre las traducciones que sostiene J. G.
Magnabal y ha procurado aplicarla en ésta.
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Del traductor, J. G. Magnabal, al lector
4
La segunda parte se puede ver en la Historia de la Literatura
española, por M. G. Ticknor, traducida al castellano, con Adiciones y Notas
críticas, por D. P ascual de Gayangos, individuo de la Real Academia de la
Historia, y D. Enrique de Vedia, tomo II, Madrid, Imprenta y estereotipia de
M. Rivadeneira, Madrid, 1851, que se puede ver en los libros Google, donde
hay una copia digital del original que está en la Library of the University of
Michigan.
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Del traductor, J. G. Magnabal, al lector
J. G. MAGNABAL
París, 10 de diciembre de 1863
38
Del traductor, J. G. Magnabal, al lector
39
Introducción
INTRODUCCIÓN
PRIMER
PERÍODO
--
48
Capítulo I
CAPÍTULO I
5
August-Wihelm von Schegel, Ueber dramatische Kunst,
Heidelberg, 1811, tamaño 8. o, cap. XIV
50
Capítulo I
6
Agustín Thierry describió de forma muy elegante y en pocas
palabras la fusión de la sociedad que primitivamente se estableció al
nordeste de España y que fue la base de la civilización del país:
“ Encerrados en una esquina de tierra, transformada por ellos en toda la
patria, godos y romanos, vencedores y vencidos, extranjeros e indígenas,
amos y esclavos, todos unidos en la misma desgracia, olvidaron sus
viejas rencillas, sus viejos alejamientos, sus viejas distinciones. No
52
Capítulo I
había nada más que un nombre, que un Estado, que una lengua, todos
fueron iguales en este exilio”. Dix ans d’études historiques. París, 1836,
tamaño 8. o, p. 346.
7
Manuel Rico, La Castilla y el más famoso castellano. Madrid,
1792, tamaño 4. o, pp. 14-18.
53
Capítulo I
8
Al hablar de esta decisiva batalla, y no analizar, como hace
siempre, nada más que a los autores árabes, Conde se expresa así: “ Esta
espantosa derrota llegó un lunes, el día quince del mes último del año
609 (1212 d. C.), y por ella cayó la fuerza de los musulmanes en España,
pues, después de ella, nada les salió bien”. (Historia de la dominación
de los árabes en España. Madrid, 1820, tamaño 4. o, tom. II, p. 425).
Gayangos, en su libro, más erudito y más favorable a los árabes, Las
Dinastías mahometanas en España, Londres, 1843, tamaño 4. o, vol. II,
p. 323, da cuenta del mismo hecho. Los historiadores españoles lo
pintan, por consiguiente, con mucha más energía. Juan de Mariana, por
ejemplo, ve el resultado de la batalla como una cosa del todo
sobrehumana. Historia general de España, 14ª edición, Madrid, 1780,
tamaño folio, lib. XI, c. XXIV.
J. A. Conde dice, en la copia que tiene el traductor J. M. Arias
de la Historia de la Dominación de los Árabes en España, Facsímil.
Marín y Compañía, Editores, Madrid 1875, Cap. LV, Batalla de
Alacâb.: F ue e s ta e s p a nto s a d e r r o ta l une s q ui nce d e Sa b e r
d e l a ño s e i s ci e nto s nue ve ( 1 2 1 2 ) , y co n e l l a d e ca y ó l a
p o te nci a d e l o s M us l i me s e n E s p a ña , p ue s no l e s s a l i ó
na d a b i e n d e s p ué s d e e l l a : y l o s e ne mi g o s l a
e ns e ño r e a r o n y o cup a r o n ca s o to d a , s i no l o r e me d i a r a e n
p a r te e l p a s a j e d e Ami r Amumi ni n Ab uJa cub Juze f , e l
l l a ma d o Al mo s ta ns i r , hi j o d e e s te Ana s i r Ab e n Ja co b
Al ma nzo r b e n Ab d e l ha c, q ue Di o s ha y a mi s e r i co r d i a d e é l ,
54
Capítulo I
q ue r e s ta b l e ci ó l a s co s a s y l e va ntó l o s Al mi na r e s , y
co nq ui s tó ti e r r a s d e l o s i nf i e l e s y l o s s o j uzg ó .
Cua nd o Al f o ns o ( VIII) , ma l d í g a l e Al á , a ca b ó ta n
ve ntur o s a me nte l a b a ta l l a d e Al a câ b ( d e L a s N a va s d e
T o l o s a ) p a s ó co n s u g e nte vi cto r i o s a a M e d i na Ú b e d a , y l a
e ntr ó p o r f ue r za d e a r ma s , y no d e j ó e n e l l a M us l i m a
vi d a chi co ni g r a nd e , y d e s p ué s e n l o s uce s i vo s e f ue
a p o d e r a nd o d e o tr a s ti e r r a s una s e n p o s d e o tr a s , y s e
a p o d e r ó d e to d a s l a s p r i nci p a l e s ci ud a d e s s i n q ue d a r e n
ma no s d e l o s M us l i ne s s i no una p e q ue ña p a r te , y e s ta
p e r tur b a d a d e co nti nua s d e s a ve ne nci a s ha s ta q ue Di o s l a
p us o e n ma no s d e l o s R e y e s q ue a s i s ti e r o n a l a b a ta l l a d e
Al a câ b , y e ntr a r o n e n Ú b e d a , no q ue d ó uno d e e l l o s e n
a q ué l a ño , q ue to d o s mur i e r o n d e ma l a mue r te .
9
“ Y en este tiempo”, dice la Crónica general de España,
Zamora, 1541, fol. p. 275, “ se hacía la guerra cruel a los moros, de
manera que los reyes, los condes y los nobles, y todos los caballeros que
se engreían de la profesión de las armas, ponían los caballos en las
habitaciones en las que tenían sus camas y en las que habitaban con sus
mujeres, a fin de que al oír el grito de guerra encontrasen las armas y los
caballos preparados y pudieran montarlos y partir sin demora” – “ Estos
duros y rudos preparativos”, dice Martínez de la Rosa en su graciosa
novela de Isabel de Solís, “ preludio de tantas glorias y de la conquista
del mundo, cuando nuestros ancestros abrumados bajo el arnés, y con la
espada siempre al costado, no durmieron en paz ni una sola noche
durante ocho siglos. Doña Isabel de Solís, reina de Granada, novela
histórica, Madrid, 1839, in-8o, parte 11ª, c. XV. (Véase “ Notas y
Adiciones”, p. 656).
55
Capítulo I
56
Capítulo II
CAPÍTULO II
10
Véase el “ Apéndice A” sobre la historia de la lengua española,
p. 490.
11
Una carta-puebla es una carta de reparto de tierras, impuestos y
los privilegios. (El DRAE, vigésima edición, 1984, incluye carta
puebla como “ Diploma en que se contiene el reparto de tierras y
derechos que se concedían a los nuevos pobladores del sitio o paraje en
que se fundaba un pueblo” (Nota del traductor J. M. Arias.)
57
Capítulo II
12
La fecha del único manuscrito del poema del Cid se encuentra
en estas palabras: Per Abbat le escribió en el mes de Mayo, en era de Mil
e CC XLV años. Aquí hay un espacio que resulta de una raspadura entre
la segunda C y la X, espacio que ha suscitado la pregunta de saber si la
raspadura fue obra del copista que se había equivocado al poner
accidentalmente una letra de más, o si es un tachón posterior que había
olvidado rellenar, y si por rellenarlo puso una e donde debía haber puesto
una C, en una palabra si el manuscrito debería estar fechado en 1245 o en
1345. (Sánchez, Poesías anteriores, Madrid, 1779, 8. o, tom. 1.º, p.
221). Este año 1245 de la era española, de acuerdo con el cálculo del
tiempo ordinariamente observado en los viejos anales españoles,
corresponde a nuestro año 1207 d. C.- De esta diferencia de treinta y ocho
años, se encuentra razón en una nota de la “ Crónica del Cid” de Southey
o
(Londres, 1808, 4 , p. 385), sin que sea obligado buscar en fuentes más
eruditas.
La fecha del poema mismo es, no obstante, una cuestión bien
diferente de la del manuscrito particular que es una copia. Las palabras
Per Abbat se refieren sencillamente al copista, cuyo nombre era Peter
Abbat o Peter l’Abbat (Risco, Castilla, p.68). En cuanto a la pregunta
importante, pienso que la cuestión de la edad del poema mismo, no se
58
Capítulo II
puede decidir nada más que por el estudio intrínseco del estilo y de la
lengua. Dos pasajes, los versos 3014 y 3745, se citan (Risco, p.69,
Southey, su Crónica, nota de la p.282) para probar históricamente la
fecha; pero después de todo no demuestra nada más que una cosa y es que
fue escrito con posterioridad al año 1135. (Huber, Geschichte des Cid,
Bremen, 1829, 12o, p.29). Este punto es difícil de resolver, y nada mejor
que consultar a los autores expertos del país. Entre ellos, Sánchez la sitúa
hacia el año 1150, es decir medio siglo después de la muerte del Cid
(Poesías anteriores, tom. 1.º, p.223), Capmany (Elocuencia española,
Madrid, 1786, 8. o, tom.1.º, p.1) adopta su opinión. Marina, cuya
opinión tiene un gran peso, la fija treinta o cuarenta años antes de Berceo,
que escribió de 1220 a 1240 (Memorias de la Academia de la Historia,
tom. IV, 1805, ensayo, p.34). Los editores de la traducción española de
Bouterwek (Madrid, 1829, 8o, tom. 1º, p.112), que dan un facsímil del
manuscrito, están de acuerdo, con Sánchez y Huber (Gesch. der Cid,
Worwort, p.27). A estas opiniones nosotros añadimos la de Fernando
Wolf, de Viena (Jahrbücher der Literatur, Viena, 1831, cap. LVI,
p.251), quien, como Huber, es uno de los sabios contemporáneos más
versados en todo lo que se refiere a la literatura española de la Edad
Media, y que pone como fecha del poema del Cid entre 1140 y 1160.
Podríamos citar otras opiniones, puesto que la cuestión ha sido discutida
durante mucho tiempo, pero los juicios de los eruditos que ya hemos
citado, juicios formados en diversos momentos en el curso de la mitad
del siglo que vio la primera publicación del poema, no permiten dudar de
forma razonable que el poema no haya sido compuesto hacia el año 1200.
El nombre de Southey que hemos introducido en la nota, es el
nombre de un personaje que siempre es citado con gran respeto por todos
los que se dedican con interés al estudio de la literatura española.
Aprovechando del hecho de que su tío, el reverendo Herbert Hill, un
sabio y un excelente industrial, estaba unido a la factoría inglesa de
Lisboa, Southey visita España y Portugal en 1795-96. Por aquél
entonces tenía la edad de veintidós años. A la vuelta a su patria escribió
el relato de su viaje en 1797; este libro curioso, escrito con claridad, con
la singularidad del inglés pintoresco que distingue siempre su estilo,
contiene un número considerable de traducciones del español y del
portugués y fue compuesto con una audaz libertad más que con una
escrupulosa exactitud. Desde entonces, Southey jamás perdió de vista a
España ni a Portugal, ni la literatura española o la portuguesa, como lo
prueban no sólo sus obras originales sino sus traducciones y sus artículos
sobre Lope de Vega y sobre Camoens en la London Quarterly Review, y
en particular un artículo traducido al portugués por Müller, el secretario
59
Capítulo II
15
Huber, p. 96. Müller, Vie du Cid, en la edición de Herder sobre
la literatura y las artes (Viena, 1813, 12o, lib. III, p.21).
16
“ No hay una época en la historia española que esté más privada
de documentos contemporáneos” (Huber, Vorwort, p. 13).
17
Nada más divertido que comparar los relatos de los árabes con
los de los cristianos referidos al Cid. En la obra de Conde sobre los
árabes de España, que no es más que una traducción de las crónicas
árabes, el Cid aparece, creo que por primera vez, hacia el año 1087,
cuando se le llama “ el Campeador, que hace estragos en las fronteras de
Valencia” (tom. XI, p. 155). Cuando él ha tomado Valencia en 1094, nos
dice: “ Entonces el Campeador – que Alá maldiga – entra con todas sus
gentes y sus aliados” (tom. XI, p. 183). En otros lugares es llamado
“ Rodrigo el Campeador”, - Rodrigo, jefe de los cristianos, fue conocido
como Campeador, e incluso el Maldito, denominaciones todas que
prueban completamente el temor y el odio que inspiraba a sus enemigos.
En ninguna parte, que yo sepa, es llamado Cid o Seid por los escritores
árabes. El motivo que hace que el Cid aparezca muy poco en la obra de
Conde, es probablemente por el hecho de que los manuscritos
61
Capítulo II
20
El poema fue primitivamente publicado por Sánchez en el
primer volumen de su estimable obra titulada Poesías castellanas
anteriores al siglo XV, Madrid, 1799-90, 4 vol. 8o, reimpresas por
o
Ochoa, París, 1842, 8 . Contiene tres mil setecientos cuarenta y cuatro
versos, y con lo que falta al manuscrito, cree Sánchez que el conjunto se
elevaría a unos cuatro mil. Sánchez vio una copia en 1596, hecha por un
tal Jean Ruys de Ulibarri y Leiva que lo escribió en Burgos. Aunque no
fuera completamente fiel, prueba que el viejo manuscrito tenía las mismas
lagunas que el de hoy en día. Por consiguiente, hay pocas esperanzas de
encontrar lo que falta.
63
Capítulo II
21
Incluiré las siguientes líneas sobre el hambre en Valencia
durante su sitio por parte del Cid:
M a l s e a q ue xa n l o s d e Va l e nci a , q ue no n s a b e nt
q ue s f a r ;
De ni ng una p a r t q ue s e a no l e s vi e ne p a n,
N i n d a co ns s e i o p a d r e a f i j o , ni n f i j o à p a d r e ,
N i n a mi g o a a mi g o no n p ue d e n co ns o l a r .
M a l a cue nta e s , s e nno r e s , a ve r mi ng ua d e p a n,
F i j o s e t mug i e r e s ve r l o s mo r i r d e f a mb r e . .
(Versos, 1183-1188)
El empleo del vocativo sennores, señores, en el pasaje y en los
versos 734 y 2291, donde dice el poema: “ verías y sabed, hace presumir
que el poema estaba dirigido a algunas personas en particular, o, lo que
es más conforme al espíritu de la época, que se recitaba en público.
22
Todas las poesías que aparecen en castellano en esta Historia de la
Literatura Española, están en este idioma en el original. (Nota del traductor
J. M. Arias)
23
Del DRAE: En la poesía moderna, corte o pausa que se hace en el
verso después de cada uno de los acentos métricos reguladores de su armonía.
(N. del traductor J. M. Arias)
24
Por ejemplo:
F e r ná n Go nzá l e z no n vi o a l l i d o s ’ a l za s e ni n ca ma r a
a b i e r ta ni n to r r e . (verso
2296).
F e me a nte vo s y o é vue s tr a s f i j a s ,
64
Capítulo II
25
Basta con citar algunos versos de este pasaje para mostrar que la
gravedad y la dignidad son los principales atributos de la lengua española
desde su primera aparición.
26
Así lo prueban claramente estos versos:
L a s co p l a s d e s te ca nta r a q uí s ’ va n a ca b a nd o
E l Cr i a d o r vo s va l l a co n to d o s l o s s o s s a ncto s
(versos 2286-7)
Esta división y otras menos señaladas han sugerido a D.
Eugenio de Tapia (Historia de la civilización en España, Madrid, 1840,
o
12 , tom. I, p. 268) la idea de que el poema se compone de trozos de
cantos separados, como las rapsodias que forman la Ilíada, o al menos es
algo que se ha creído durante algún tiempo, o como se ha escrito, sin
ninguna duda el poema de los Nibelungos. Pero tales separaciones se
presentan tan frecuentemente en diversas partes del poema, y se asemejan
generalmente a lo que se ha dicho por otras razones, que esta conjetura no
es probable (Huber, Chronique du Cid, p. 40). Por otra parte el poema se
66
Capítulo II
Que p o r y s e r i e ve nci d o q ui s a l i e s s e d e l mo i o n.
T o d a s l o s y e nte s e s co mb r a r o n a d e r r e d o r
De vi a s ta s d e l a nza s q ue no n l e g a s e n a l mo i o n.
So r te a va nl e s e l ca mp o , y a l e s p a r ti e n e l s o l :
Sa l i e n l o s f i e l e s d e me d i o e l l o s , ca r a p o r ca r a s o n,
De s i vi ni e n l o s d e my o Ci d a l o s y nf a nte s d e Ca r r i o n,
E t l o s y nf a nte s d e Ca r r i o n a l o s d e l Ca mp e a d o r .
Ca d a uno d e l l o s mi e nte s ti e ne a l s o :
Ab r a ça n l o s e s cud o s d e l a nt’ l o s co r a zo ne s ,
Ab a xa n l a s l a nca s a b ue l ta s co n l o s p e nd o ne s ;
E ncl i na b a n l a s ca r a s s o b r e l o s a r ço ne s ;
B a ti e n l o s ca b a l l o s co n l o s e s p o l o ne s ;
T e mb r a r q ue r i e l a ti e r r a d o nd ’ é r a n mo ve d o r e s ;
Ca d a uno d e l l o s mi e nte s ti e ne a l s o . (Versos
3616-3633)
Estos son los pasajes más pintorescos del poema que es en
toda su extensión sorprendente y original, al tiempo que es
nacional, cristiano y noble. Por todas partes respira el
verdadero espíritu castellano tal y como lo representan los
viejos cronistas, en medio de las conquistas y los desastres de
la guerra contra los moros. Se encuentran pocos vestigios de
la influencia árabe en la lengua y no hay ninguno en sus
imágenes ni en sus descripciones. No obstante, el conjunto
merece leerse, y debe hacerse en el original. Es así como
solamente puede percibirse la frescura de las impresiones que
nos transmite desde este rudo pero heroico período que
representa, la sencillez de la forma de gobernar, la lealtad y
la verdadera nobleza del pueblo, la fuerza inmensa del
entusiasmo religioso primitivo, el estado pintoresco de las
costumbres y de la vida cotidiana, en este siglo de problemas
y confusión, y las acciones más señaladas del genio nacional
que de repente nos sorprenden en el momento en que menos
se espera encontrarlas. Tal es el carácter de esta obra que,
cuanto más se lee más nos revela el espíritu del tiempo que
describe. Aunque se confíe en ella y aunque se apele al
estado intelectual de Europa en la época en la que se
escribió, e incluso más adelante, parece cierto que en mil
años que pasaron desde los tiempos de la decadencia de la
civilización griega y romana hasta la aparición de la Divina
Comedia, no ha habido ninguna obra poética que haya
producido una obra tan original por la forma, ni tan llena de
68
Capítulo II
27
Las diversas opiniones relativas al poema del Mío Cid, las
diferentes apreciaciones que se han hecho de su valor, son circunstancias
muy destacables en su historia. Bouterwek lo comenta de una forma muy
ligera, puesto que probablemente siguió en este punto al P. Sarmiento,
que no lo había leído. Los traductores españoles de Bouterwek se colocan
totalmente de su parte. No obstante Schlegel, Sismondi, Huber, Wolf, y
casi todos los demás escritores que han hablado de ello, después de algún
tiempo, expresan su viva admiración por los méritos del poema. Nada
hay más verdadero, creo yo, que la advertencia de Southey (Quarterly
Review, 1814, vol. XII, p. 64): ”Los españoles no han descubierto
todavía el inmenso valor de la historia en verso del Cid, como poema, y
jamás conseguirán nada bueno de las ramas más elevadas del arte si antes
no han rechazado del todo el falso gusto que les impide comprenderlo”.
De todos los poemas que pertenecen a los tiempos primitivos de las
naciones modernas, el único que puede sostener mejor la comparación
con el poema del Mío Cid es el poema de los Niebelungen. Y este
último, en opinión de los más juiciosos críticos alemanes, es al menos
en su forma actual, posterior en casi medio siglo a la época asignada al
poema del Mío Cid. No dejaría de ser curioso el hacer un paralelismo
entre estas dos composiciones.
En la Jahrbücher der Literatur, revista literaria de Viena, 1846,
cuaderno CXVI, Francisque Michel, el sabio al que la literatura de la
Edad Media debe tanto, publicó por primera vez lo que queda de una
vieja crónica española en verso titulada: Chronique rimèe des choses
d’Espagne, que es la historia de España desde la muerte de Pelayo hasta
Fernando el Grande. Este mismo poema ha sido citado por D. Eugenio
de Ochoa en su Catalogue des manuscrits espagnols (París, 1844, 4º,
pp. 106-110) y por Huber en su edición de la Crónica del Cid, prólogo,
ap. B. (Véase “ Notas y Adiciones”, p. 661)
Es este un curioso, aunque poco importante descubrimiento, que
nos lleva a conocer la literatura antigua española e inmediata al poema
del Mío Cid. Este libro comienza con una introducción en prosa, en una
única página, de la situación en tiempos de Fernán González. A
continuación hay mil ciento veintiséis versos que terminan bruscamente a
la mitad del ultimo, como si el copista hubiera sido interrumpido, pero
sin ningún indicio de que la obra se hubiera terminado. Casi toda la obra
trata de la historia del Cid, de su familia y de sus aventuras, muy poco
diferentes de las que narran los viejos romances y las crónicas. Así,
Jimena está representada como madre de tres niños que son hechos
69
Capítulo II
prisioneros por los moros y liberados por el Cid; el Cid llega a ser el
marido de Jimena por orden del rey y en contra de su propia voluntad,
después de lo cual va a París, en la época de los doce Pares, y termina
sus hazañas como las de los libros de caballerías. Todo es nuevo, sin
duda. Pero las viejas historias son alteradas y ampliadas, tal como sucede
con la caridad del Cid al leproso, que está descrita con colores muy
pintorescos, la conversación de Jimena con el rey, y del Cid con su
padre, que tienen en el diálogo un cierto efecto dramático. El conjunto de
la narración es una versión libre de las viejas tradiciones del país,
compuesta aparentemente en el siglo XV, después de que las novelas de
caballería comenzaran a ser conocidas, y con la intención de dar al Cid un
lugar entre los héroes. La medida es la de un gran verso que es el que se
utilizó en la antigua poesía española, con una cesura en medio, y
terminada por la asonancia a o. Pero reina una irregularidad tal que varios
versos tienen veinte sílabas y más, y en algunos pasajes no se observa la
misma asonancia. Todo indica que los antiguos romances eran familiares
al autor, y se puede inducir del pasaje siguiente que él conocía el viejo
poema del Cid:
Ve r e d e s l i d i a r a p o r f í a e ta n f i r me s e d a r
Ata nto s p e nd o ne s o b r a d o s a l ça r e a b a xa r ,
Ata nta s l a nça s q ue b r a d a s p o r e l p r i mo r q ue b r a r ,
Ata nto s ca va l l o s ca e r e no n s e l e va nta r ,
Ata nto ca va l l o s i n d ue ño p o r e l ca mp o a nd a r .
(VV. 895-899).
Este verso parece en efecto una imitación del combate del Cid
ante Alcocer, y el pasaje no permite dudar de que el autor había visto el
antiguo poema, donde dice:
Ve r i e d e s ta nta s l a nza s p r e me r è a l ça r ;
T a nta a d a r g a a f o r a d a r è p a s s a r ,
T a nta l o r i g a f a l s a d e s ma ncha r ,
T a nto s p e nd o ne s b l a nco s s a l i r b e r me i o s e n s a ng r e ,
T a nto s b ue no s ca va l l o s s i n s o s d ue ño s a nd a r .
(VV. 734-738).
28
El único conocimiento que tenemos del manuscrito que
contenía estos tres poemas venía de los extractos de Rodríguez de Castro
que aparecieron en su Biblioteca Española; obra importante, cuyo autor,
70
Capítulo II
29
La historia de Apolonio, príncipe de Tyr, como se le llama
comúnmente, en la que se narran los incidentes en este largo poema, es el
153 conde de “ Gesta Rom norum” (1488, folio). Este conde es, sin
embargo, más antiguo que esta colección (Douze éclaircissements sur
Shakespeare, Londres 1807, 8º, t. XI, p. 135: Swan, traducción de
Gesta, Londres, 1824, 12º, t. XI, pp. 164 y 495). Dos palabras en los
versos citados más arriba piden una explicación. El autor dice:
E s tud i a r q ue r í a
Co mp o ne r un r o ma nce d e nue va ma e s tr í a .
Romance significa aquí, evidentemente, historia, cuento, y este
es el sentido primitivo en el que la palabra ha sido utilizada. La palabra
maestría, al igual que la antigua palabra inglesa "maisterie", significa arte
o ciencia, como en Chaucer, palabra que después se ha corrompido en
mysteri. Aquí quiere decir invención en la forma métrica. Esta es la
nueva forma que un célebre poeta, del que hablaremos más adelante,
llama “ la cuarta vía”, es decir coplas de cuatro versos, con la misma
concordancia seguida.
72
Capítulo II
30
Estos dos últimos poemas manuscritos han sido publicados por
primera vez por D. José Pidal en la Revista de Madrid, en el año 1841,
haciéndose por lo que parece muy malas copias. Contienen tan
numerosas faltas de ortografía, de versificación y de estilo como las que
hay en el libro de Apolonio. De ello se deduce que son más modernas;
73
Capítulo II
en efecto, nada me hace creer que los fabulistas franceses que imitaron
habían sido conocidos en España antes de la época muy posterior a la
fecha que comúnmente se le asigna al libro de Apolonio.
31
Él se manifiesta de esta forma en la vida de San Orio:
Qui e r o e n mi ve j e z, ma g ue r s o y a ca ns a d o ,
De e s ta s a nta Vi r g e n r o ma nza r s u d i cta d o .
(Versos. 5 y 6)
74
Capítulo II
32
Sánchez, Poesías antiguas, tom. II, p. 4; tom. III, pp. 44, 46,
vs. 5 y 6. Berceo fue ordenado diácono en 1221; su nacimiento se
remonta, al menos, al año 1198. En efecto, no se le concedía el
diaconado a nadie de menos de veintitrés años. Se pueden leer algunas
notas curiosas referidas a Berceo en el examen crítico del primer volumen
del Anti-Quijote, Madrid, 1806, tamaño 12, p.22 y siguientes, panfleto
anónimo, escrito, en lo que se cree, por Pellicer, editor del Quijote.
33
Segundo volumen de Sánchez, Poesías antiguas.
34
La forma métrica adoptada por Berceo, que él mismo llama
quaderna via, y que es la del poema de Apolonio, tiene el mérito de ser
particularmente resaltada puesto que ha sido la única preferida en España
durante al menos dos siglos. Las estrofas siguientes, que son las mejores
de Berceo, pueden dar muy bien un ejemplo del carácter de su
versificación. Se han tomado del poema titulado Signos precursores del
Juicio (Sánchez, tom. II, p. 276):
E s te s e r a e l uno d e l o s s i g no s d ub d a d o s :
Sub i r á a l o s nub e s e l ma r mucho s e s ta d o s ,
M a s a l to q ue l a s s i e r r a s è ma s q ue l o s co l l a d o s ,
T a nto q ue e n s e q ue r o f i nca r a n l o s p e s ca d o s
*…*…*…*…*…*…*…*…*…*…*…*
L a s a ve s e s s o me s mo me nud a s é g r a na d a s
75
Capítulo II
And a r a n d a nd o g r i to s to d a s ma l e s p a nta d a s ;
As s i f a r a n l a s b e s ti a s p o r d o ma r è d o ma d a s ,
N o p o d r a n à l a no che to r na r a s us p o s a d a s .
Habría, sin duda, dificultad en continuar un sistema de
rima semejante, pero no sería excesivo; y cuando la rima hizo su
aparición en las lenguas modernas, el abuso del empleo que se hizo fue
una consecuencia natural de su novedad. En un gran número de
producciones de la poesía provenzal, su abundancia es de todo punto
ridícula. Así, en la Cruzada contra los heréticos Albigenses, un
destacable poema fechado en 1210 y editado por M. C. Fauriel, París,
1837, tamaño 4º, se encuentran estrofas donde la misma rima se repite
hasta cien veces No se puede determinar bien la época en la que la
quaderna vía, o copla de cuatro versos, tal como la empleada por Berceo,
fue introducida por primera vez. Parece que debió ser empleada
antiguamente en los poemas destinados a ser recitados en público (F.
Wolf, sur les Lais, Viena 1841, tamaño 8º, p. 257). El primer ejemplo
que se conoce de esta versificación, en un dialecto moderno, data del año
1100, y se encuentra en el curioso manuscrito de la Poesie des
Valdenses, F. Diez, Trouvadours, Zwickau, 1826, tamaño 8º, p. 230, del
que M. Raynouard consiguió un gran éxito. Quiero hablar de la
composición titulada lo Novel Confort (Poésies des Trouvadours, París,
1817, tamaño 8º, t. II, p. 3), y que comienza así:
Aq ua l no ve l co nf o r t d e ve r tuo s l a vo r
M a nd o , vo s s cr i ve nt e n ca r i ta e t e n a mo r ;
Pr e g o vo s ca r a me nt p e r l ’ a mo r d e l Se g no r
Ab a nd o na l e s e g l e , s e r ve a Di o cum te mo r .
Este metro pasa de la Provenza a España. Su historia es muy
sencilla. Se presenta por primera vez en el poema de Apolonio en una
fecha conocida en Berceo, hacia 1230, y continúa siendo empleado hasta
finales del siglo XIV. Los trece mil versos de la poesía de Berceo,
incluidos los himnos, a excepción de veinte versos del Duelo de la
Virgen, están compuestos con esta medida. Estos versos constituyen los
cantos de los judíos, que guardan la tumba después de la crucifixión.
Como el papel de los demonios, en los viejos misterios, tienden a la
broma; y, en efecto, así lo dice el mismo Berceo con más verdad de la
que piensa, “ no valen tres higas. Tienen su importancia como primer
ejemplo de la poesía lírica española que llegó a nosotros en una fecha
conocida. Comienza de la siguiente forma:
Ve l a r a l i a ma d e l o s Jud i o s
¡E y a ve l a r !
Que no vo s f ur te n e l f i g o d e Di o s
¡E y a ve l a r !
76
Capítulo II
De un co nf e s s o r s a ncto q ui e r o f e r una p r o s a .
Qui e r o f e r una p r o s a e n r o ma n p a l a d i no ,
E n q ua l s ue l e e l p ue b l o f a b l a r a s u ve ci no ,
Ca no n s o ta n l e tr a d o p o r f e r o tr o l a ti no .
B i e n va l d r á , co mo cr e o , un va s o d e b o n vi no .
Ca f ur ta r vo s l o q ue r r a n
¡E y a ve l a r !
And r e é Pi e tr o e t Jo ha n
¡E y a ve l a r !
Sánchez lo considera como un villancico que se podía cantar en
letanía (t. IV, p.9), y Martínez de la Rosa es de la misma opinión
(Œuvres París, 1827, tamaño 12, t. I, p.161).
En general, la versificación de Berceo es regular, a la vez que
armoniosa, lo que le permite de tiempo en tiempo hacer rimas
imperfectas que podrían verse como el origen de la asonancia nacional
(Sánchez, t. II, p. 15). Pero las licencias que se toma son menores de las
que sufrió antes. Sánchez representa la armonía y el final de los versos
como verdaderamente sorprendentes, pero la expresión de su elogio es
muy fuerte para poder justificarla, si se consideran algunos de los hechos
que él admite (t. II, p. 51).
35
Santo Domingo de Silos, estrofas 1 y 2. Al Salvador, según la
costumbre de la época, se le llama en el segundo verso, Don Jesucristo.
Esta palabra Don es un sinónimo de Dóminus. Véase una nota curiosa
del empleo de Don en el Don Quijote, edición de Clemencín, Madrid,
1836, tamaño 4º, t. V, cap. 408.
77
Capítulo II
Siguiente
78
Capítulo II
36
La apreciación de esta parte de las obras de Gonzalo de Berceo,
apreciación que creo es un poco severa, se encuentra en el libro del doctor
Dunham: Histoire d’Espagne et de Portugal, Londres, 1832, en 8º, tom.
IV, pp. 215-229; una obra estimable en la que la primera parte descansa,
como en la de Gonzalo de Berceo, más a menudo de lo que cabría
esperar, en las autoridades originales. Hay también excelentes
traducciones en El Ensayo del profesor Longfellow, ensayo que sirve de
introducción a su versión de Las Coplas de Jorge Manrique, Boston,
1833, 12º, pp. 5 y 10.
37
Tal es, por ejemplo, la imagen de la Virgen contemplando la
Cruz y dirigiendo las siguientes palabras a su hijo moribundo:
F i i o s i e mp r e o vi e mo s i o é tu una vi d a
Io a ti q ui s s i mucho e f ui d e ti q ue r i d a :
Io s i e mp r e te cr e y e f ui d e ti cr e y d a ,
L a tu p i e d a d l a r g a a ho r a me o b l i d a .
F i l i o , no n me o b l i d e s é l i e va me co nti g o :
N o n me f i nca e n s i e g l o ma s d e un b ue n a mi g o ,
Jo a n q ue m d i s t p o r f i i o , a q uí p l o r a co nmi g o :
R ue g o te q ue m co nd o ne s e s to q ue i o te d i g o .
(Estrofas 76-79).
No debería seguir adelante sin ofrecer el tributo de mi
agradecimiento a dos personas que, por encima de los demás, han
contribuido a hacer conocer, durante el siglo XIX, la literatura española,
79
Capítulo II
y que han obtenido por ello los honores que les han concedido fuera de
los límites del país que les vio nacer.
El primero de ellos, al que ya he citado varias veces, es Frédéric
Bouterweck, nacido en Oker (Alemania), en el antiguo reino de
Hannover, que pasó la mayor parte de su vida en Göttingen, donde
murió en 1828, respetado con mucho, como uno de los profesores más
distinguidos de esta célebre Universidad. El proyecto de preparar, por
medio de las personas más competentes, una historia completa de las
Artes y de las Ciencias, desde la época de su renacimiento en la Europa
moderna, fue concebido por primera vez en Göttingen por otro de sus
muy conocidos profesores, Jean Gottfried Eichhorn, en la última parte del
siglo XVIII. Este destacado escritor publicó, de 1796 a 1799, dos
volúmenes de una docta introducción a la obra que había proyectado,
pero no fue más allá, y varios de sus colaboradores se detuvieron a su
muerte, o poco después. De cualquier forma, la parte asignada a
Bouterwek, la historia completa de la Literatura de los tiempos
modernos, fue felizmente acabada, entre 1801 y 1819, en doce volúmenes
en 8º. Una de sus subdivisiones, La Historia de la Literatura Española,
cubre el tercer volumen y fue publicada en 1804. Es una obra destacable
en sus puntos de vista generales y filosóficos y es de lo mejor que existe
sobre el tema que trata, pero imperfecta en diferentes asuntos puesto que
su autor no pudo conseguir el gran número de libros españoles que son
necesarios para la empresa que quería realizar, al no conocer a los
escritores españoles nada más que por extractos insuficientes. En 1812, la
señora Streck imprimió una traducción francesa en dos volúmenes, con
un preámbulo muy juicioso del respetable Sr. Stapfer. En 1823, apareció
otra en inglés, hecha con mucho gusto y erudición, por la señorita
Thomasina Ross, acompañada de un pequeño tratado del autor de La
Historia de la Literatura portuguesa. En 1829, una traducción española
de la primera parte, la más corta, con importantes notas, formando un
volumen en 8º, preparado por dos excelentes literatos españoles, D. Juan
Gómez de la Cortina y D. Nicolás Hugalde y Mollinero, libro que los
verdaderos amantes de la literatura española quisieran ver completado con
gran placer.
Después de Bouterwek, ningún extranjero se ha ocupado de
propagar el conocimiento de la literatura española, a excepción del Sr.
Sismonde de Sismondi, nacido en Ginebra en 1773, y muerto en la
misma ciudad en 1842, honrado y amado por todos los que conocieron la
prudencia y la generosidad de su alma, tal como las mostró él mismo,
tanto en su relación personal como en las excelentes obras sobre la
Historia de Francia e Italia, dos países a los que estuvo muy unido por
80
Capítulo II
CAPÍTULO III
38
Juan de Mariana, Historia General de España, libro XII, c.
XV, hacia el final.
De aquí en adelante añadiré las palabras de Juan de
Mariana según la Biblioteca Universal publicada bajo la dirección de D.
A. F. de los Ríos, Madrid, Oficinas y Establecimiento Tipográfico del
Semanario Pintoresco Español y de la Ilustración a cargo de D. G.
Alhambra, 1852. En este caso, la referencia está al final del libro
duodécimo, capítulo XV, último párrafo: “ Po r e s ta ma ne r a e l
r e i no d e L e ó n to r nó a j unta r s e co n e l d e Ca s ti l l a a ca b o d e
s e te nta y tr e s a ño s q ue a nd a b a d i vi d i d o no s i n p e r j ui ci o y
d a ño d e to d o s . L a uni ó n y a ta d ur a q ue e n e l r e y d o n
F e r na nd o y s us d e s ce nd i e nte s s e hi zo y s e ha co nti nua d o
ha s ta nue s tr o s ti e mp o s , f ue p r i nci p i o y co mo p r o nó s ti co d e
l a g r a nd e za q ue ho y ti e ne n l o s r e y e s d e E s p a ña ” (Nota del
traductor J. M. Arias)
83
Capítulo III
39
Díez, Poésies des troubadours, pp. 75, 226, 227, 331 y 350.
Nat de Mons dirige al rey Alfonso un largo poema sobre la influencia de
las estrellas (Raynouard, Troubadours, t. V, p. 169). Otro curioso
poema le fue también dirigido por Giraud Riquier de Narbonne, en
1275, poema dado por Díez. Sabemos que este ilustre trovador deplora,
en uno y otro poema, la muerte del rey. (Raynouard, t. V, p. 171.
Millot, Histoire des troubadours, París, 1774, 12º, t. III, pp. 329 y
374).
40
Historia General de España, libro XIII, c. XX. El lado menos
favorable del carácter de Alfonso lo da el cínico Bayle, en la entrada
Castille del Dictionnaire critique (Juan de Mariana pone la siguiente
nota a pie de página: “ Acerca de esto dice el Deán Ortiz, después de
extractar varios párrafos de la Crónica, lo siguiente: “ B a s ta l o d i cho
ha s ta a q uí p a r a mue s tr a d e l o mucho q ue tr a b a j ó e l s a b i o
y p r ud e nte R e y y cuá nto ce d i ó d e s u a uto r i d a d y d e r e cho
p a r a p a ci f i ca r a q ue l l o s i nq ui e to s a mb i ci o s o s . A vi s ta d e l o
cua l ce s e y a d e mo l e s ta r no s ta nto núme r o d e g á r r ul o s
i mp o r tuno s , co mo ha y q ue d i ce n q ue Do n Al o ns o , d a d o to d o
a l a s ci e nci a s s ub l i me s , a b a nd o nó mi s e r a b l e me nte s u
R e i no . L a ve r d a d e s , q ue l a d e s e nf r e na d a co d i ci a d e l o s
L a r a , y e l d e s e o d e d o mi na r a l o s R e y e s , co mo te ní a n d e
co s tumb r e muy a nti g ua , f ue l a ca us a d e ta l e s i nq ui e tud e s
e n Ca s ti l l a , q ue d ur a r o n má s d e ci nco a ño s ” (Nota del
traductor J. M. Arias)
84
Capítulo III
41
Esta carta, que la Academia española dice es “ inimitable”, es
aún un manuscrito, y fue impresa por primera vez, a lo que parece, por
Ortiz de Zúñiga (Anales de Sevilla, Sevilla, 1667, tamaño folio, p. 124.
De ella se han hecho varios romances, uno de ellos puede encontrarse en
El Cancionero de Romances de Lorenzo de Sepúlveda, Sevilla, 1584,
tamaño 18, folio 104. Esta carta se encuentra también en el prólogo de la
edición de las Partidas de la Academia Española, y está comentada en
los escritos de Juan de Mariana, Historia General de España, libro XIV,
c. V (*), de Conde, Dominación de los árabes, t. III, p. 69, de
Mondéjar, Memorias, libro VI, c. XIV. El original se encuentra, al
menos así se dice, en posesión del duque de Medina Sidonia, Semanario
Pintoresco, 1845, p. 303.
(*) Juan de Mariana dice; “ E l r e y d o n Al o ns o r e d uci d o a
e s to s té r mi no s , p o r ve r s e d e s a mp a r a d o d e l o s s uy o s
a cud i ó a p e d i r s o co r r o y d i ne r o s p r e s ta d o s a l r e y d e
M a r r ue co s : e nvi ó l e e n p r e nd a s s u r e a l co r o na q ue e r a d e
g r a n va l o r . Al o ns o d e Guzmá n, Se ño r d e Sa nl úca r , p o r
d e s a b r i mi e nto s q ue tuvo co n e l r e y d o n Al o ns o , r e s i d í a a
l a s a zó n e n M a r r ue co s : l a ca us a e n p a r ti cul a r no s e s a b e ,
l o ci e r to e s q ue e r a e s ti ma d o e n mucho d e a q ue l r e y mo r o ,
y q ue l e hi zo ca p i tá n d e s us g e nte s . H o y d í a s e mue s tr a
una ca r ta d e l r e y d o n Al o ns o p a r a é l muy humi l d e p o r e l
a p r i e to e n q ue s e ha l l a b a , q ue f ue l a ma y o r mi s e r i a e s ta r
f o r za d o a r o g a r y humi l l a r s e a s u mi s mo va s a l l o q ue l e
te ní a o f e nd i d o . Po r l a ca r ta l e r ue g a s e a cue r d e d e l a
a mi s ta d a nti g ua q ue e ntr e e l l o s ha b í a , y d e s u no b l e za ,
p o ng a e n o l vi d o l o s d i s g us to s y co s a s p a s a d a s , y l e
f a vo r e zca e n a q ue l a p r i e to , s e a p a r te p a r a q ue s e l e
e nví e n d i ne r o s y g e nte d e g ue r r a , p ue s p ue d e y a l ca nza
ta nto co n e l r e y mo r o . Pr o mé te l e q ue te nd r á p e r p e tua
me mo r i a d e s te b e ne f i ci o y s e r vi ci o , y q ue e n e f e cto p o d r á
e s p e r a r d e s u b e ni g ni d a d cua l q ui e r co s a p o r g r a nd e y
85
Capítulo III
d i f i cul to s a q ue s e a , q ue co r r e s p o nd e r á e n to d o a s u
d e s e o ” (Nota del traductor J. M. Arias)
42
Raza de monarcas africanos que moraban en Marruecos y que
habían sojuzgado todo el oeste de África, Crónica de Alfonso XI,
Valladolid, 1551, tamaño folio, c. 219. Gayangos, Dinastías
mahometanas, vol. II, p. 325.
43
Alonso Pérez de Guzmán, de la ilustre casa de este nombre, es a
quien está dirigida esta notable carta, pasó a África con otros muchos
caballeros en 1272, al servicio de Aben-Jusef contra los súbditos
86
Capítulo III
48
Id., p. 434. Sin embargo, su cuerpo fue enterrado en Sevilla, y
su corazón, que el quería que fuese enviado a Palestina, fue depositado en
Santa María de Murcia, que es, como se dice en su testamento, cabeza de
este reino, y el primer lugar que Dios quiso que ganásemos a servicio y
a honra del rey D. Fernando y de nos y de nuestra tierra. Laborde ha
visto el monumento (Itinerario de España, París, 1809, en 8º, tom. II,
p. 185).
89
Capítulo III
49
J. P. Ribeiro, Dissertations, etc. publicadas por orden de la
Academia Real de las Ciencias de Lisboa (Lisboa, 1808, 8º, t. I, p. 180.
Glossarie des mots français qui se trouvent dans le portugais, por
Francisco de San Luiz, está incluido en las mismas memorias (Lisboa,
1816, t. IV, parte II). Santa Rosa de Viterbe (Elucidario, Lisboa, 1798,
folio, t. I, nota preliminar, pp. 8-13) examina también este punto,
50
Paléographie espagnole (Madrid, 1758, p. 10).
51
A. Ribeiro dos Santos, Origine de la Poesie portugaise en las
Mémoires de Literature portugaise, por la Academia, 1812, t. VIII, pp.
248, 250.
52
J.-P. Ribeiro, Dissertations (t. I, p. 176). Es posible que el
documento incluido en el Apéndice, pp. 273-275, sea más antiguo,
puesto que parece corresponder a tiempos de D. Sancho I, de 1185 a
1211, pero el siguiente documento, p. 275, está fechado “ Era, 1230, que
corresponde al año 1192 d. C.; es, por consiguiente, el más antiguo de
fecha conocida.
53
Europe portugaise, Lisboa, 1680, folio, t. III, parte IV, caps.
IX y X; Díez, Grammatik der Romanischen Sprachen, Bonn, 1836, 8º,t.
I, p. 72.
90
Capítulo III
54
Bibliothèque espagnole. T. II, pp. 404 y 405.
55
Sánchez. T. I, prólogo p. LVII.
56
Después de citar el pasaje del marques de Santillana que está
cuestionado en el texto, Sarmiento, muy erudito en todo lo que se refiere
a la antigua poesía española, añade con una simplicidad verdaderamente
encantadora: “ Io, como interessado en esta conclusión por ser Gallego,
quisiera tener presentes los fundamentos que tuvo el marques de
Santillana; pero en ningún autor de los que he visto se halla palabra que
pueda servir de alguna luz.” (Mémoires sur la Poesie et sur les Poètes
espagnols. Madrid, 1775, p. 196).
91
Capítulo III
57
Castro, t. II, p. 637. Jerez fue ganado en 1263. Pero todas estas
Cantigas probablemente no fueron escritas en un solo período de la vida
del rey.
58
Ortiz de Zúñiga, Annales de Sevilla, p. 129.
59
Veamos los siguientes ejemplos: Alfonso pide a la Virgen que
le proteja antes por su misericordia que por sus propios méritos, lo que
hace en cinco versos con un estribillo a coro en cada uno: ¡Santa María,
acuérdate de mí!
N o n ca te d e s co mo
Pe q ue i a s s a s ,
M a i s ca ta d o g r a n
92
Capítulo III
B e n q ue e n no s i a s ;
Ca no s me f e s e s te s
Co mo q ui e n f a s
Sa co us a q ui ta
Toda pe r assi.
¡Sa nta M a r í a a cué r d a te d e mé !
N o n ca te d e s á co mo
Pe q ue y g r e n,
M a i s ca ta d o g r a n b e n
Que no s De u d e u;
Ca a utr o b e n s e no n
N o s no n e i e u
N e n o uue nunca
De s q ua nd o na cí
¡Sa nta M a r í a a cué r d a te d e mí !
(Castro, Biblioteca, t. II, p. 640)
Es, sin ninguna duda, una poesía verdaderamente provenzal,
pero otros cánticos tienen aún un carácter más pronunciado. En efecto, los
poetas provenzales, como veremos más adelante, acuden en gran número
a España, en la época de la persecución que sufrieron en su país, y esta
época responde a los reinados de Alfonso y de su padre. Desde entonces
una fuerte apariencia del carácter provenzal impregnó la poesía castellana
persistiendo por largo tiempo. Las pruebas de este comercio primitivo
con los poetas provenzales son muy abundantes. Aiméric de Bellinoi
estaba en la Corte de Alfonso IX, que murió en 1214 (Histoire littéraire
de la France par des membres de l’Institut, París, 4ª, t. XIX, 1838, p.
507). Pasa enseguida a la de Alfonso X. También vinieron
Montagnagout y Folquet de Lunel; uno y otro compusieron poemas a
elección de Alfonso X al trono de Alemania (Ibidem, t. XIX, p. 491; t.
XX, p. 557, y Raynouard, Troubadours, t. IV, p. 239). Raimond de
Tours y Nat de Mons dedicaron versos a Alfonso X (Ibidem t. XIX, pp.
555, 557). Bertrand Carnonel le dedicó sus obras, y Giraud Riquier,
conocido en algunas ocasiones como el último de los Trobadores,
compuso a su muerte una elegía de la que ya hemos hecho alguna
mención (Ibidem, t. XX, pp. 559, 578 y 584). Todavía podríamos citar
un gran número de poetas, pero ya es suficiente.
60
Las dos estrofas de las Querellas conservadas hasta estos días se
encuentran en Zúñiga (Annales, p. 123).
93
Capítulo III
61
Publicada por primera vez por Sánchez (Poesías anteriores, t. I,
pp. 148-170. Es esta la que es mejor consultar. Esta copia es la que
perteneció al marqués de Villena, sospechoso de quiromancia, cuyos
libros fueron por este motivo quemados, después de su muerte, en el
reinado de Juan II. Un facsímil de los guarismos la incluyó Cortinas en
la versión de Routerweck (t. I, p. 129). Al leer este poema es preciso
recordar que Alfonso creía en las predicciones astrológicas y que protegía
a los astrólogos con sus leyes (Partidas VII, tít. XXIII, ley 1). Moratín el
hijo (Œuvres, Madrid 1830, 8º, t. I, parte I, p. 61), piensa que los dos
libros, el de las Querellas y el del Tesoro son obras del marques de
Villena, basándose en que el único manuscrito, cuya existencia se ha
conocido posteriormente, perteneció al marques; y en lo referente a la
diferencia de la lengua y del estilo que presentan estas dos obras con el
resto de los escritos conocidos de Alfonso puede muy bien despertar las
suposiciones, pero no puede dar pie a la conjetura de Moratín relativa a la
propiedad del marques de Villena.
62
Juan de Mariana, Historia General de España, libro XIV, cap.
VII ( “ E l f ue e l p r i me r o d e l o s R e y e s d e E s p a ña q ue ma nd ó
q ue l a s ca r ta s d e ve nta s y co ntr a to s y i ns tr ume nto s to d o s
s e ce l e b r a s e n e n l e ng ua E s p a ño l a co n d e s e o q ue a q ue l l a
l e ng ua q ue e r a g r o s e r a , s e p ul i e s e y e nr i q ue ci e s e . Co n
e s te mi s mo i nte nto hi zo q ue l o s s a g r a d o s l i b r o s d e l a
B i b l i a s e tr a d uj e s e n e n l e ng ua Ca s te l l a na . As í d e s d e a q ue l
ti e mp o s e d e j ó d e us a r l a l e ng ua L a ti na e n l a s p r o vi s i o ne s
y p r i vi l e g i o s R e a l e s y e n l o s p úb l i co s i ns tr ume nto s , co mo
a nte s s e s o l í a us a r : o ca s i ó n d e una p r o f und a i g no r a nci a d e
l e tr a s q ue s e a p o d e r ó d e nue s tr a g e nte y na ci ó n, a s í b i e n
E cl e s i á s ti co s co mo s e g l a r e s ” . ( N. del traductor J. M. Arias).
Castro, Bibl. tomo I, p. 411; Mondéjar, Memoires, p. 450. No obstante,
este último comete un error cuando supone que la versión de la Biblia
94
Capítulo III
impresa en Ferrare en 1553 fue hecha por orden de Alfonso ya que esta
obra es el trabajo de algunos judíos de la época en la que fue publicada.
63
La Gran Conquista de Ultramar fue editado por Hans Giesser
en Alemania en 1503. Las adiciones que se hicieron comienzan en el
libro III, c. CLXX, donde se encuentra un relato de la destrucción de la
Orden de los Templarios. Allí se dice que este suceso ocurrió en el año
1402 de la era española. La parte traducida de Guillermo de Tyr está
95
Capítulo III
64
Existe una curiosa colección de documentos publicados por
ordenanzas reales (Madrid, 1829-33, 6 vol. 8º), titulada Colección de
cédulas, cartas patentes, etc., relativas a Vizcaya, en las provincias del
Norte, en la que aparece el castellano por primera vez. No contiene, en
este dialecto, ningún documento más antiguo que la carta de
confirmación de los fueros de Ávila por Alfonso VII, que ya conocemos.
No contiene otros documentos que no carezcan de valor para poder trazar
la decadencia del latín en documentos que se remonten al año 804 (t. VI,
p. 1). Siempre nos encontramos con una dificultad relativa, tanto en los
documentos escritos en latín como en las piezas redactadas en el dialecto
moderno primitivo, dificultad que presenta, por ejemplo, la parte del t.
V, p. 120, en 1197. Este es el defecto de la certeza de poseer los unos y
los otros en su forma original e íntegramente, cuando con más de uno se
está seguro de lo contrario. En cuanto a estos fueros o privilegios, como
se les puede llamar, como no son nada más que concesiones arbitrarias de
los monarcas absolutos, las personas a las que estaban destinados, tenían
un gran cuidado en que fueran confirmados, lo más frecuentemente
posible, por los soberanos sucesores. Cuando se hacían estas
confirmaciones, se traducía la pieza original si estaba en latín como la de
Pedro el Cruel, dada por Marina (Teoría de las Cortes, Madrid, 1813,
4º, t. III, p.11); si estaba escrita en dialecto moderno, algunas veces se la
copiaba acomodándola a los cambios acaecidos en la lengua y en la
ortografía del siglo. Estas confirmaciones son muy numerosas en ciertos
casos Así la carta de concesión citada un poco más arriba fue confirmada
tres veces, desde 1231 a 1621. Es una pena que no se pueda ver, en los
documentos publicados para esta colección, en ninguno de ellos la
verdadera fecha de la versión particular. Este reproche no puede aplicarse a
la carta de Ávila, que existe todavía sobre el pergamino original, en el
que la confirmación se hizo en 1155 con las firmas originales de las
personas que lo donaron y certificado por los testimonios más
competentes.
97
Capítulo III
65
Fuero Juzgo es una expresión bárbara que significa lo mismo
que Forum Judicum y que no puede ser nada más que una corrupción
(Covarrubias, Tesoro, Madrid, 1674, folio, utiliza esta palabra) La
primera edición impresa del Fuero Juzgo es de 1600: la mejor es la de la
Academia, en latín y en español (Madrid, 1815, folio).
66
Véase el prólogo al principio de la edición de la Academia de
D. Manuel de Lardizabal y Uribe, y el ensayo de Marina, p. 29 del t. IV
de las Memorias de la Academia de la Historia, 1805. El hecho más
curioso puede ser el del Fuero Juzgo, (libro XII. tít. III, ley XV) que
contiene el terrible juramento de abjuración prescrito a los judíos que
querían entrar en el seno de la Iglesia cristiana. Pero prefiero dar como
ejemplo del lenguaje un trozo de un espíritu más liberal: la ley 8ª del
título 1º o introducción “ que se refiere a los que pueden llegar a ser
reyes”. El latín original es del año 643. La traducción castellana es como
sigue: “ Quando el rey morre, nengun non debe tomar el regno, nen
facerse rey, nen ningun religioso, nen otro omne, nen servo, nen otro
omne estrano, se non omne de linage de los godos, et fillodalgo, et noble
et digno de costumpnes, et con el otorgamiento de los obispos, et de los
godos mayores, et de todo el poblo. Asi que formos todos de un corazón,
et de una voluntad, et de una fe, que sea entre nos paz et justicia enno
reyno et que podamos ganar la campanna de los angeles en el otro sieglo;
et aquel que quebrantar esta nuestra lei, sea escomulgado per sempre”.
98
Capítulo III
67
Sobre el Septenario, véase Castro, Biblioteca, t. II, p. 680-4;
Marina, Historia de la legislación, Madrid, 1808, folio, p. 290, 291. Lo
que queda y que no es nada más que la primera parte de las siete que
debería haber, consiste: 1º en una introducción hecha por Alfonso; 2º en
una serie de discusiones sobre la religión católica, sobre el paganismo,
etc., que fueron más tarde sustancialmente incorporados en la primera de
las Partidas del mismo Alfonso.
68
Opúsculos legales del rey D. Alfonso el Sabio, etc., publicados
por la Real Academia de la Historia de Madrid, 1836, 2 vol. Fol.,
Marina, Legislación, p. 301.
99
Capítulo III
69
En el Septenario, título del Código comenzado bajo el reinado
de san Fernando, todo está dividido por siete; de la misma manera el
dividió su propia obra en siete partes, que no recibieron, por lo que
parece, el nombre de Partidas hasta un siglo después de su composición.
(Marina, Legislación, p. 292. Prólogo de la edición de las Partidas,
Real Academia de la Historia, Madrid, 1807, 4º, t. I, pp. XV-XVIII).
70
Recopilación de las decisiones del derecho. (Nota del traductor
J. M. Arias)
71
Numerosos problemas se detectaron cuando Alfonso X trató de
introducir su código. Marina, Legislación, pp. 419-417.
72
Marina, Legislación, p.449. Fuero Juzgo, edición de la
Academia, préf. P. 43.
100
Capítulo III
73
Véase un libro curioso y erudito titulado: Leyes de las Siete
Partidas vigentes hoy en el estado de la Luisiana.
101
Capítulo III
s o s p e cha d e l a p e r d e r . E t p o r q ue e l l o s p ud i e s e n cump l i r
s u e nte nd i mi e nto ma s d e s e mb a r g a d a me nte , d i xe r i o n l o s
s a b i o s a nti g uo s q ue us a r o n e l l o s d e s u p o d e r , s i e mp r e
co ntr a l o s d e l p ue b l o , e n tr e s ma ne r a s d e a r te r í a : l a
p r i me r a e s q ue p uña n q ue l o s d e s u s e ño r i o s e a n s i e mp r e
ne ci o s e t me d r o s o s , p o r q ue q ua nd o a ta l e s f ue s e n, no
o s a r i e n l e va nta r s e co ntr a e l l o s , ni n co ntr a s ta r s us
vo l unta d e s ; l a s e g und a , q ue ha y a n d e s a mo r e ntr e s i , d e
g ui s a q ue no n s e f i e n uno s d o tr o s , ca mi e ntr a e n ta l
d e s a cue r d o vi vi e r e n, no n o s a r á n f a ce r ni ng una f a b l a
co ntr a é l ; l a te r ce r a r a zo n e s , q ue p uña n d e l o s f a ce r
p o b r e s , e t d e me te r l o s e n g r a nd e s f e cho s , q ue l o s nunca
p ue d a n a ca b a r , p o r q ue s i e mp r e ha y a n q ue ve e r e n s u ma l ,
q ue nunca l o s ve ng a á co r a zo n d e cui d a r f a ce r ta l co s a q ue
s e a co ntr a s u s e ño r i o ; e t s o b r e to d o , s i e mp r e p uña r a n l o s
ti r a no s d e e s tr a g a r á l o s p o d e r o s o s , e t d e ma ta r a l o s
s a b i d o r e s , e t ve d a r o n s i e mp r e e n s us ti e r r a s , co f r a d i o s e t
a y unta mi e nto s d e l o s ho me s ; e t p ug na r o n to d a vi a d e s a b e r
l o q ue s e d e ci e o s e f a ci e e n l a ti e r r a ; e t f i a n ma s s u
co ns e j o e t l a g ua r d a d e s u cue r p o e n l o s e s tr a ño s , p o r
a q ue l s i r ve n a s u vo l unta d , q ue e n l o s d e l a ti e r r a q ue l
ha n d e f a ce r s e r vi ci o p o r p r e mi o . Otr o s i d e ci mo s , q ue
M o g ue r a l g uno hub i e s e g a na d o s e ño r i o d e r e g no p o r
a l g una d e l a s d e r e cha s r a zo ne s q ue d e xi mo s e n l a s l e y e s
a nte s d e s te , q ue s i é l us a s e ma l d e s u p o d e r í o e n l a s
ma ne r a s q ue d i xi e mo s e n e s ta l e y , q ue l p ue d a n d e ci r l a s
g e nte s ti r a no , ca to r na s e e l s e ño r i o q ue e r a d e r e cho e n
to r ti ce r o , a s í co mo d i j o Ar i s tó te l e s e n e l l i b r o q ue f a b l a
d e l r e g i mi e nto d e l a s ci b d a d e s e t d e l o s r e g no s ” .
74
En la Partida II, títulos V y VII, leyes 10 y 16 , explica
por qué razones se debe enseñar la lectura a los reyes y a sus
hijos; y en la misma Partida, título VII, ley 11, declara en estos
términos las obligaciones de los gobernantes princesas. “ Y
e l l a s d e b e n e s f o r za r s e , ta nto cua nto p ue d a n, p o r s e r
mo d e r a d a s y d e co r o s a s e n e l co me r , e n l a b e b i d a , e n e l
ha b l a r , e n s u a s p e cto y e n s u ve s tua r i o , e n te ne r b ue na s
co s tumb r e s e n to d a s l a s co s a s , y s o b r e to d o q ue no s e a n
co l é r i ca s , p ue s , a d e má s d e l a p e no s a i mp r e s i ó n q ue
r e s ul ta , e s l a co s a d e l mund o q ue l l e va a l a s muj e r e s a
ha ce r ma l ; a d e má s d e b e n mo s tr a r s e há b i l e s a ha ce r l o s
tr a b a j o s q ue co nvi e ne n a l a s no b l e s d a ma s , p ue s e s una
co s a q ue l e s co nvi e ne mucho p ue s to q ue a ca mb i o r e ci b e n
74
Edición de la Academia.
102
Capítulo III
a l e g r í a y s o n má s tr a nq ui l a s , p a r a e vi ta r l o s ma l o s
p e ns a mi e nto s q ue no d e b e n te ne r ” .
Varias leyes conciernen a los caballeros, su fidelidad, la
explicación de las ceremonias con las que son armados75, y
75
Partida II, Título XXI, Ley 9
Que l o s ca b a l l e r o s d e b e n s e e r muy l e a l e s
L e a l e s co nvi e ne q ue s e a n e n to d a s g ui s a s l o s
ca b a l l e r o s ; ca e s ta e s b o nd a d e n q ue s e a ca b a n e t s e
e nci e r r a n to d a s l a s o tr a s b ue na s co s tumb r e s , e t e l l a e s a s i
co mo ma d r e d e to d a s . E tco mo q ui e r q ue to d o s l o s ho me s l a
d e b e n ha b e r , s e ña l a d a me nte co nvi e ne mucho a e s to s q ue
l a s ha y a n p o r tr e s r a zo ne s s e g unt l o s a nti g uo s d i xi e r o n:
l a p r i me r a e s p o r q ue s o n p ue s to s p a r a g ua r d a e t a
d e f e nd i mi e nto d e to d o s , e t no n p o d r i e n s e e r b ue no s
g ua r d a d o r e s l o s q ue l e a l e s no f ue s e n; l a s e g und a p o r
g ua r d a r ho nr a d e s u l i na j e , l a q ue no n g ua r d i a r e n q ua nd o
e n l a l e a l ta d e r r a s e n; l a te r ce r a p o r no n f a ce r e l l o s co s a
p o r q ue ca y a n e n ve r g üe nza , e n l a q ue ca e r í a n ma s q ue
p o r o tr a co s a s i l e a l e s no n f ue s e n. E t p o r e nd e ha
me ne s te r q ue ha y a n l e a l ta d e n l a s vo l unta d e s e t q ue s e p a n
o b r a r d e l l a ; ca d e o tr a ma ne r a no n p o d r i e s e r q ue no n
me ci e s e s tue r r o a ho me s q ue nunca g e l o me r e ci e r o n, e t
d a ño a s i mi s mo s e t a to d a s l a s co s a s co n q ue ha n d e b d o ,
me ti é nd o s e a p e l i g r o e t a mue r te , e t y e nd o co ntr a s us
vo l unta d e s , e t d e xa nd o to d o l o q ue ha b r i e n s a b o r , e t
f a ci e nd o a q ue l l o q ue no n q ue r i e n f a ce r p o d i e nd o l o
e xcus a r : e t to d o e s to f a ce n p o r no n me ng ua r e n s u l e a l ta d :
e t p o r e nd e ha me ne s te r q ue l a e nti e nd a n b i e n q uá l e s , e t
s e p a n o b r a r d e l l a co mo co nvi e ne .
Partida II, Título XXI, Ley 13
Qué co s a s d e b e n fa ce r l o s e s cud e r o s a nte que
r e ci b a n ca b a l l e r i a
L i mp i e za f a ce p a r e ce r b i e n l a s co s a s a l o s q ue
ve e n, b i e n a s i co mo l a a p o s tur a l a s f a ce e s ta r
a p ue s ta mi e nte ca d a una p o r s u r a zo n. E t p o r e nd e to vi e r o n
p o r b i e n l o s a nti g uo s q ue l o s ca b a l l e r o s f ue s e n f e cho s
l i mp i a me nte : ca b i e n a s i co mo l a l i mp i e za d e b e n a he b r
d e ntr o E ns . M i s mo s e n s us b o nd a d e s e t e n s us co s tumb r e s
e n l a ma ne r a q ue d i cho ha b e mo s , o tr o s i l a d e b e n ha b e r
d e f ue r a e n s us ve s ti d ur a s e t e n l a s a r ma s q ue tr o xi e r e n;
ca M o g ue r e l s u me e s te r e s f ue r te e t cr uo a s i co mo d e
f e r i r e t d e ma ta r , co n to d o e s o l a s s us vo l unta d e s no n
p ue d e n o l vi d a r q ue no n s e p a g ue n na tur a l mi e nte d e l a s
co s a s he r mo s a s e t a p ue s ta s , e t ma y o r mi e nte cua nd o l a s
e l l o s tr o xi e r e n, p o r q ue d e una p a r te l e s d a n a l e g r i a e t
103
Capítulo III
co no r te , e t d e l a o tr a l e s f a ce n a co me te r ma s
d e no d a d a mi e nte f e cho d a r ma s , p o r q ue s a b e n q ue p o r e l l o
s e r á n me j o r co no ci d o s , e t q ue l e s te r na n to d o s ma s
mi e nte s a l o q ue me ci e r e n. Ond e p o r e s ta r a zo n no n l e s
e mb a r g a l a l i mp i e d umb r e e t l a a p o s tur a a l a f o r ta l e za ni n
a l a cr ue l d a d q ue d e b e n ha b e r , e t d e ma s q ue e s
s i g ni f i ca nza s e g unt q ue d e s us o d i xi mo s l a o b r a q ue
p a r e s ce d e f ue r a a l o q ue ti e ne n d e ntr o e n l a s vo l unta d e s .
E t p o r e nd e ma nd a r o n l o s a nti g uo s q ue e l e s cud e r o q ue
f ue s e d e no b l e l i na j e un d i a na te q ue r e ci b a ca b a l l e r i a
q ue d e b e te ne r vi g i l i a : e t e s e d i a q ue l a to vi e r e d e s d e e l
me d i o d i a e n a d e l a nte ha nl e l o s e s cud e r o s a b a ña r e t a
l a va r l a ca b e za co n s us ma no s , e t e cha r l e e n e l ma s
a p ue s to l e cho q ue p o d i e r e n ha b e r , e t a l l i l o ha n d e ve s ti r
e t d e ca l za r l o s ca b a l l e r o s d e l o s me j o r e s p a ño s q ue
to vi e r e n: e t d e s q ue e s te a l i mp i a mi e nto l o ho b i e r e n f e cho
a l cue r p o , ha nl e d e f a ce r o tr o q ua nto a l a l ma , l e vá nd o l e a
l a i g l e s i a e n q ue ha d e co no ce r q ue ha d e r e s ce b i r , e n
ma ne r a q ue p ue d a d e f e nd e r s u l e y e t f a ce r l a s o tr a s co s a s
s e g unt l e co nvi e ne , e t q ue é l l e s e a g ua r d a e t d e f e nd e d o r
a l o s p e l i g r o s e t a l o s e mb a r g o s , e t a l o a l q ue l s e r i e
co ntr a r i o a e s to : e t d é b e s e l e ve ni r e mi e nte q ue co mo
q ui e r q ue Di o s e s p o d e r o s o s o b r e to d a s l a s co s a s e t p ue d e
mo s tr a r s u p o d e e r e n e l l a s q ua nd o e t co mo q ui s i e r e , q ue
s e ña l a d a me nte l o e s e n f e cho d a r ma s ; ca e n s u ma no e s l a
vi d a e t l a mue r te p a r a d a r l a e t to l l e r l a , e t f a ce r q ue l f l a co
s e a f ue r te e t e l f ue r te f l a co . E t e n q ua nto e s ta o r a ci o n
me ci e r e ha d e e s ta s l o s hi no j o s f i nca d o s , e t to d o l o a l e n
p i e mi e ntr a s o f r i r l o p o d i e r e : ca l a vi g i l i a d e l o s
ca b a l l e r o s no ve l e s no n f ue e s ta b l e ci d a p a r a j ue g o s ni n
p a r a o tr a s co s a s s i no n p a r a r o g a r a Di o s e l l o s e t l o s o tr o s
q ue hi f ue r e n q ue l o s g ui e e t l o s a d e l i ñe co mo a ho me s q ue
e ntr a n e n ca r r e r a d e mue r te . (Añadido del traductor J. M. Arias)
76
La ley sobre loas Escuelas generales, nombre dado a los
establecimientos que hoy en día se llaman Universidades, completan
todo el Título XXXI de la Partida II, y son de destacar por su sagacidad,
pudiéndose reconocer en ellas trazos de la organización que todavía
conservan algunas Universidades del Continente. Sin embargo, no había
en esta época muchos establecimientos de este género en España, con la
excepción del único que existía, después de algún tiempo en Salamanca,
104
Capítulo III
Ar i s tó te l e s a Al e xa nd r o q ue e l p uña s e d e ha b e r i n s í
f r a nq ue za , ca p o r e l l a g a ñi r é ma s a i na e l a mo r e t l o s
co r a zo ne s d e l a g e nte ; e t p o r q ue e l me j o r p o d i e s e o b r a r
d e s ta b o nd a d , e s p a l a d i no l q ue co s a e s , e t d i xo q ue
f r a nq ue za e s d a r a l q ue l o ha me ne s te r e t a l q ue l o
me r e s ce , s e g unt e l p o d e r d e l d a d o r , d a nd o l o s uy o , e t no n
to ma nd o l o a g e no p a r a d a r l o a o tr o , ca e l q ue d a má s d e l o
q ue p ue d e no n e s f r a nco , ma s d e s g a s ta d o r , e t a d e má s
ha b e r á p o r f ue r za a to ma r l o a g e no , q ua nd o l o s uy o no n
co mp l i e s e , e t s i d e l a una p a r te g a na r e a mi g o s p o r l o q ue
l e s d i e r e , d e l a o tr a p a r te s e r l e ha n e ne mi g o s a q ue l l o s d e
q ui e n l o to ma r e ; e t s i d i xo , q ue e l q ue d a a l q ue no n l o ha
me ne s te r , no n l e e s a g r a d e ci d o , e t e s ta l co mo e l q ue
vi e r te a g ua e n l a ma r ; e t e l q ue d a a l q ue l o no n me r e ce ,
e s co mo e l q ue g ui s a s u e ne mi g o q ue ve ng a co ntr a é l ” .
106
Capítulo IV
CAPÍTULO IV
79
El poema de Alejandro ocupa el tercer volumen de las Poesías
anteriores de Sánchez. Estuvo durante largo tiempo y de una manera
extraña siendo atribuido a Alfonso el Sabio (Nicolás Antonio, Biblioteca
Hispana vetus, ed. Bayer, Madrid, 1787-8, fol., t. II, p. 79, y Mondéjar,
Memorias, pp. 458-59), aunque los últimos versos del poema aclaran que
el autor era Laurent Segura.
107
Capítulo IV
80
El poema latino de Gautier de Châtillon sobre Alejandro el
Grande era tan popular que se le tomaba como texto en las clases de
retórica, con exclusión de Lucano y Virgilio (Warton, Poesía inglesa,
Londres, 1824, 8º, v. I, p. 167). El poema francés, comenzando por
Lambert el Corso y terminando por Alejandro de Paris, era menos
estimado, aunque más leído (Ginguené, Histoire de la Literature de
France. París, 4º, t. XV, 1820, pp. 100-127.
108
Capítulo IV
De l p r i nci p e Al e xa nd r e q ue f ue r e y d e Gr e ci a ,
Que f ue f r a nc e a r d i t e d e g r a nt s a b e nci a ,
Ve nci ó Po r o é Da r i o d o s r e y s d e g r a nt p o te nci a ,
N unca co no s ci ó o me s u p a r e n l a s uf r e nci a .
E l i nf a nte Al e xa nd r e l ue g o e n s u ni nne z
Co me nzó a d e mo s tr a r q ue s e r i e d e g r a nt p r e z:
N unca q ui s o ma ma r l e che d e mug i e r r a f é z
Se no n f ue d e l i na g e ó d e g r a nt g e nti l e z.
Gr a nd e s s i g no s co nta r o n q ua nd o e s t i nf f a nt na s ci ó ,
E l a i r e f ue ca mb i a d o , e l s o l o s cur e ci ó ,
T o d o l ma r f ue i r a d o , l a ti e r r a tr e me ci ó ,
Po r p o co q ue l mund o to d o no n p e r e ci ó .
(Estrofas, 5-8)
81
Mémoires de la Societé royal de littérature, v. I, parte II, pp. 5-
23. Artículo curioso de sir W. Ousley.
82
Versos 225, 1452 y 1639, donde Segura da tres versos de
Gautier.
109
Capítulo IV
83
Estrofas 70, 80, 83, 89, etc.
84
Estrofas 1086-1094
85
Estrofas 299-716
86
Estrofas 300 y 714
87
Estrofas 386-392
110
Capítulo IV
88
Southey, en las notas de su Madoc, parte I, cap. XI, habla con
justicia del lenguaje dulce y florido y de la versificación de Juan Lorenzo.
Al final del Poema de Alejandro, se encuentran dos cartas, en prosa, que
se supone fueron escritas por Alejandro a su madre, pero yo prefiero citar,
como un ejemplo del estilo de Lorenzo, las siguientes estrofas, sobre la
música que los macedonios escucharon en Babilonia:
Al l í e r a l a mús i ca ca nta d a p o r r a zo n
L a s d o b l e s q ue r e f i e r e n co i ta s d e l co r a zo n,
L a s d o l ce s d e l a s b a y l a s , e t p l o r a nt s e mi to n
B i e n p o d r i e n to l l e r p r e ci o a q ua nto s no mund o s o n.
N o e s e n e l mund o o me ta n s a b e d o r ,
Que d e ci r p o d i e s s e q ua l e r a e l d o l zo r ,
M i e ntr e o me vi ve s s e e n a q ue l l a s a b o r
N o n a vr i e s e d e ne n f a me ne n d o l o r .
(Estrofas 1706-1707)
Dobles de doblar significa en la España moderna el repicar de
campanas por la muerte de alguien; aquí, supongo, esta palabra significa
una especie de canto triste.
89
El primero que hizo mención al poema Los votos del Pavon, es
el marqués de Santillana en su carta al condestable de Portugal (Sánchez,
t. I, p. 57). Fauchet, en su Recueil de lòrigine de la langue et de la
poésie françaises (París, 1581, folio, p. 88), se expresa así: Le Roman du
Pavon est une continuation des faits d’Alexandre.» En la obra titulada
Histoire des ducs de Bourgogne, hacia el año 1554. París, 1837, 8º, t.
VII, p. 159-164). En el poema español, los ruegos hacían sin duda
alusión a los trastornos y a las guerras de los sucesores de Alejandro.
111
Capítulo IV
90
Las copias son de Castro (Biblioteca, t. II, pp. 725-729). El
libro, que está compuesto de cuarenta y nueve capítulos se titula:
Castigos y documentos para bien vivir, ordenados por el rey D. Sancho
el quarto intitulado el Bravo. La palabra castigos está aquí empleada en
el sentido de consejo, como en el viejo poema francés: le Castoiement
d’un père a son fils, et documentos en el primitivo sentido de
instrucción. El espíritu de su padre parece hablar por la boca de Sancho
cuando dice de los reyes: “ Que han de gobernar regnos é gentes con
ayuda de científicos sabios”.
91
Argote de Molina:- Sucesion de los Manueles, que precede su
edición a la del Conde Lucanor (Sevilla, 1575). Durante mucho tiempo
se ha dudado de la fecha exacta de su nacimiento, pero nosotros hemos
podido fijarla de manera cierta puesto que él mismo la indica en una carta
escrita a su hermano el arzobispo de Toledo, carta inédita que se
encuentra en un manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid del que
hablaremos más adelante.
112
Capítulo IV
92
Narrando su conversación con el rey D. Sancho, cuando el
monarca estaba en su lecho de muerte, dice: “ El rey D. Alfonso y mi
padre, mientras vivieron, lo mismo que el rey D. Sancho, y yo, tuvieron
siempre una misma casa y servidumbre”. Después añade que el rey D.
Sancho le elevó y dio los medios para construir el castillo de Peñafiel,
tomando a Dios por testigo de que guardaría siempre leal y fielmente su
palabra a los reyes D. Alfonso el Sabio, D. Sancho y D. Alfonso XI,
aunque añade con una cierta malicia al hablar de este último:” Siempre
que me ofreció ocasiones de servirle.” Ms. De la Biblioteca Nacional de
Madrid.
93
Crónica de D. Alfonso XI.- Juan de Mariana, Historia General
de España.- Argote de Molina, Sucesión de los Manueles.
94
Crónica de D. Alfonso XI, caps. XLVI y XLVIII.
113
Capítulo IV
95
Id. cap. XLIX.
96
Juan de Mariana, Historia General de España, Libro
decimoquinto, cap. XIX. En el original, el P. Mariana hace referencia en
este capítulo a la batalla de Guadalhorza, que no Guadalhorra, aunque el
actual nombre del río es Guadalhorce, río que desemboca en el
Mediterráneo muy cerca de Málaga. Por lo que se refiere a la perfidia en la
muerte del tío del príncipe Juan, Mariana la relata así:
… E l p r i me r o d e l o s ca s ti g a d o s f ue D. Jua n, s e ño r
d e Vi zca y a , q ue p r o cur a b a p o r ma l a s ma ña s ca s a r co n Do ña
B l a nca , l a cua l y s u ma d r e s e r e ti r a r a n a Ar a g ó n.
E nce nd í a e n e l e s te d e s e o e l g r a nd e e s ta d o d e a q ue l l a
s e ño r a : s i no s a l í a co n s u p r e te ns i ó n, r e s o l ví a e n s u
p e ns a mi e nto d e tr a e r d e F r a nci a a D. Al o ns o d e l a Ce r d a , y
r e no va r l a s co mp e te nci a s p a s a d a s : to d o s e e nd e r e za b a a
d a r p e s a d umb r e a l R e y , q ue s a b í a cua l q ui e r a d e e s ta s
co s a s l e s e r í a n p e s a d a s . E r a f o r zo s o a ta j a r e s to s i nte nto s :
us a r l a f ue r za , co s a p e l i g r o s a : d e e ng a ño y ma ña , ma l
s o na nte , ¿ Qué s e p o d í a ha ce r ? Ve nci ó e l p r o ve cho a l a
ho ne s ti d a d : a s í , co n co l o r d e l a g ue r r a q ue a p e r ci b í a e l
R e y co ntr a l o s M o r o s , l l a mó a D. Jua n p a r a q ue s e vi e s e
co n é l e n l a ci ud a d d e T o r o , co n i nte nci ó n q ue l e d i e r o n d e
ca s a l l e co n l a i nf a nta Do ña L e o no r , he r ma na d e l mi s mo
R e y : p a r ti d o má s ho nr a d o q ue l o q ue é l p r e te nd í a . Pa r a
a l l a na r e l ca mi no d e s p i d i e r o n d e l a Co r te a Ga r ci L a s o , d e l
cua l D. Jua n s e q ue j a b a l e e r a e ne mi g o ca p i ta l ; q ue f ue
to d o ve nce r una a r te co n o tr a . A l a ho r a p ue s vi no a l
l l a ma d o d e l R e y : f ue b i e n r e ce b i d o , y co nvi d a d o p a r a
co me r e n p a l a ci o e l mi s mo d í a d e T o d o s Sa nto s , a ño d e l
114
Capítulo IV
Se ño r d e 1 3 2 7 . L a f i e s ta y e l co nvi te má s d a b a n mue s tr a s
d e r e g o ci j o y s e g ur i d a d , q ue d e te mo r ni s o s p e cha : a s í
d e s a r ma d o y d e s a p e r ci b i d o , co mo e s ta b a e n e l b a nq ue te ,
f ue mue r to p o r ma nd a to d e l R e y . (N. del traductor J. M. Arias)
97
Juan de Mariana, Historia General de España, lib. XVI, cap.
IV.-Crónica de Alfonso XI, cap. CLXXVIII. Argote de Molina, Sucesión
de los Manueles.
98
Juan de Mariana, en uno de sus felices rasgos de carácter que no
son escasos en su Historia General de España, dice sobre D. Juan
Manuel que era: “ de condición inquieta y mudable, tanto que a muchos
parecía que nació solamente para revolver el reino.” (Lib. XV, cap. XII)
115
Capítulo IV
99
Argote de Molina, Vida de D. Juan Manuel, en la primera
edición del Conde de Lucanor, 1575. Los relatos de Argote de Molina y
los del manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid no son
precisamente iguales: el último está incompleto y en él falta,
evidentemente, una obra. El uno y el otro contienen las cuatro siguientes:
1º Crónica de España; 2º Libro de la Montería; 3º Cancionero; 4º
Libro de consejos a su hijo. Argote de Molina hace mención de otros
siete: 1º Libro de los Sabios; 2º Libro del Caballero; 3º Libro del
Escudero; 4º Libro del Infante; 5º Libro de Caballeros; 6º Libro de los
Engaños, 7º Libro de los Ejemplos. Los otros cuatro libros citados,
común en los dos orígenes son según el manuscrito de la Biblioteca
Nacional los siguientes: 1º Carta a su Hermano, en el que explica las
armas de la familia; 2º Libro de los Estados, que Argote llama: de los
Sabios; 3º Libro del caballero y del escudero, del que Argote parece
hacer dos obras separadas; 4º Libro de la caballería, sin duda el mismo
al que Molina llama: Libro de Caballeros; 5º La cumplida; 6º Libro de
los Engaños, un tratado sobre los ingenios militares que Molina llama
por error: de Engaños, como si fuera un tratado sobre los Fraudes; 7º
Reglas como se debe trovar. Pero, como ya hemos dicho, el manuscrito
tiene una laguna. Aunque siempre dice que hay doce obras, él no cita
nada más que once, omitiendo el Conde Lucanor, que es el Libro de los
ejemplos en la lista de Argote.
116
Capítulo IV
100
Memorias de Alfonso el Sabio, p. 464
101
Nota a Don Quijote, ed. Pellicer, parte II, t. I, p. 284.
102
Poesías anteriores, t. IV, p. 11.
103
He señalado que, en los Cancioneros generales se encuentran
las poesías compuestas por un D. Juan Manuel, que son atribuidas
generalmente a D. Juan Manuel, regente de Castilla durante la minoría de
edad de Alfonso XI, semejantes a las poesías incluidas, por ejemplo, en
el Cancionero de Anvers (1573, 8º, fols. 175, 207, 227 y 267); pero no
son de él. Su lenguaje y sus pensamientos son comparativamente más
modernos. Son, probablemente obra de D. Juan Manuel, gran chamberlan
del rey de Portugal (†1524), cuyos versos, tan castellanos como
portugueses, ocupan un lugar especial en el Cancionero general de
García de Resende (Lisboa, 1516, fol.), donde se encuentran los folios
48, 57, 148, 169, 212, 230, etc. Este es el autor de las estrofas: Coplas
sobre los siete Pecados mortales, dedicadas a Juan II de Portugal (1495)
que están incluidas en la Floresta de Böhl de Faber (Cecilia Fernán
Caballero), Hamburgo, 1821-5, 8º, t. I, pp. 10-15, tomadas de Resende
(fol. 55) de una de las copias de este Cancionero que existen en el
convento de las Necesidades de Lisboa, y que yo vi allí hace algunos
años. Este Cancionero ya no es raro encontrarlo gracias a una
reimpresión que ha hecho Verein de Stuttgard. El portugués D. Juan
Manuel fue un personaje muy considerado en su tiempo; en 1497
concluyó un tratado sobre la boda del rey Emmanuel de Portugal e
Isabel, hija de Fernando e Isabel de España (Barbosa, Biblioteca
lusitana, Lisboa, 1747, fol. t. II, p. 688). No obstante aparece bajo un
aspecto poco honorable en la comedia de Lope de Vega: El Príncipe
117
Capítulo IV
muy b ue na é a vi a b ue n s o n é q ue a q ue l za p a te r o g e l a a vi a
co nf und i d a é q ue g e l a ma nd a r a d e ci r ; é e l R e y ma nd o s e l a
d e zi r é vi o q ue e r a a s i . E nto nce s d i xo e l ca b a l l e r o q ue
p ue s e l za p a te r o co nf und i e r a ta n b ue na o b r a co mo e l
hi ci e r a , e e n q ue a vi a to ma d o g r a nd e d a p no é a f a n, q ue
a s i co nf und i e r a e l l a o b r a d e l za p a te r o . E l R e y é q ua nto s
l o o y e r o n, to ma r o n d e s to g r a nd e p l a ce r , é r i e r o n e nd e
mucho , é e l R e y ma nd o a l za p a te r o q ue nunca d i xe s e
a q ue l l a cá nti g a , ni o f e nd i e s e l a b ue na o b r a d e l ca b a l l e r o ,
é p e chó e l R e y e l d a ño a l za p a te r o , é ma nd o a l ca b a l l e r o
q ue no n f i zi e s e má s e no j o a l za p a te r o . E t r e ce l a nd o Do n
Jua n, q ue p o r r a zo n q ue no n s e p o d r á e s cus a r q ue l o s
l i b r o s q ue y o he f e cho no n s e ha y a n d e tr a s l a d a r mucha s
ve ce s , è p o r q ue y o he vi s to q ue e n l o s tr a s l a d o s a ca e ce
mucha s ve ce s l o uno p o r d e s e nte nd i mi e nto d e e s cr i b a no o
p o r q ue l a s l e tr a s s e me j a n una s a o tr a s , q ue e n
tr a s l a d a nd o e l l i b r o , p o r ná una r a zó n p o r o tr a , e n g ui s a
q ue mud a to d a l a i nte nci ó n e to d a l a s e ña , e tr a y d o a l q ue
l a f i zo , no n a vi e nd o y cul p a , è p o r g ua r d a r e s to q ua nto y o
p ud i e r e , f i ze f a ze r e s te vo l ume n e n q ue e s tá n e s cr i p to s
to d o s l o s l i b r o s q ue y o f a s ta a q uí he f e cho s , è s o n
d o ce 1 0 4 . ”
104
Se cuenta una historia parecida de Dante, que era un
contemporáneo de Don Juan Manuel. Es Sachetti el que la cuenta,
aunque vivió un siglo después. La historia está completamente
desarrollada en la Nouvelle CXIV (Milán, 1816, 8º, t. II, p. 154), donde,
después de haber dado la explicación de un importante asunto, que había
pedido Dante a uno de los administradores de la ciudad, cuenta el hecho
en estos términos:
Cua nd o Da nte huvo co mi d o , s a l i ó d e s u ca s a p a r a
o cup a r s e d e é s te a s unto , y a l p a s a r p o r l a p ue r ta d e Sa n
Pe d r o , o y ó a un he r r e r o q ue ca nta b a a l mi s mo ti e mp o q ue
b a tí a e l hi e r r o co ntr a e l y unq ue . L o q ue ca nta b a e r a d e
Da nte y é l l o ha cí a co mo s i f ue r a una ca nci ó n, me zcl a nd o
l o s ve r s o s , co nf und i é nd o l o s y e s tr o p e á nd o l o s , co n g r a n
d i s g us to d e Da nte . E l p o e ta no d i j o na d a , p e r o e ntr ó e n l a
ti e nd a d e l f o r j a d o r d o nd e te ní a to d o s s us úti l e s d e
tr a b a j o , to mó un ma cho q ue e nco ntr ó e n s u ca mi no ,
d e s p ué s una s te na za s , una s l i ma s y o tr o s o b j e to s d e l
mi s mo ti p o q ue f ue l a nza nd o a l a ca l l e . E l he r r e r o s e
vo l vi ó co n ma l a ca r a y l e g r i tó : “ ¿ Qué d i a b l o s ha ce s ?
¿ E s tá s l o co ? . - Pr i me r o e s cucha d , l e d i j o Da nte , e s l o mi s mo
q ue tu ha ce s . ¿ Y o ? R e p l i có e l he r r e r o , y o tr a b a j o e n mi
ti e nd a , mi e ntr a s q ue vo s me a r r e b a ta i s mi s he r r a mi e nta s y
l a s ti r á i s a l a ca l l e . - Pe r o , l e r e s p o nd i ó Da nte , ¿ p o r q ué
119
Capítulo IV
no q ue r é i s q ue y o e s tr o p e e vue s tr o s ne g o ci o s cua nd o vo s
e s tr o p e á i s l o s mí o s ? ¿ Qué e s l o q ue y o te he e s tr o p e a d o ?
l e d i j o e l he r r e r o . - Vo s ca ntá i s , l e r e p l i có Da nte , l o s
ve r s o s q ue ha y e n mi l i b r o , p e r o no ta l co mo y o l e s he
e s cr i to . Y o no te ng o o tr a s he r r a mi e nta s y tu me l a s ha s
d e te r i o r a d o . E l he r r e r o , e no j a d o y tr i s te , no s up o q ue
r e s p o nd e r l e , s a l i ó , r e co g i ó s us úti l e s y s e me ti ó e n s u
he r r e r í a . Cua nd o p o r l a no che ca nta b a a l g una co s a , l o
ha cí a d e T r i s tá n o d e L a nce l o t, d e j a nd o a Da nte d e s ca ns a r .
Una de las dos historias está probablemente copiada de la otra,
pero la de D. Juan Manuel es la más antigua, tanto por la fecha del hecho
como por el tiempo en el que está referida.
120
Capítulo IV
105
Ticknor ha podido, gracias a la cortesía de D. M. Pascual de
Gayangos, sacar una copia de este manuscrito de D. Juan, manuscrito que
está depositado en la Biblioteca Nacional de Madrid.
106
No parece inverosímil que D. Juan hubiera tenido en un
principio la intención de detener su relato al final del cuento número
doce, al menos así lo insinúa aquí.
121
Capítulo IV
107
Para convencerse de que la forma general del Conde Lucanor es
oriental, es preciso echar una ojeada a las fábulas de Bidpai o cualquier
otra colección de cuentos orientales. Nosotros hablamos de la forma, es
decir de diversos cuentos unidos entre sí por una ficción común como la
que se supone contada para el entretenimiento o enseñanza de una
persona. La primera aparición en Europa de semejante serie de cuentos,
todos juntos, se encuentra en la Disciplina Clericalis, obra destacada
compuesta por Pedro Alfonso, judío conocido antiguamente por el
nombre de Moïse Sephardie, nacido en Huesca, en Aragón, en 1062,
bautizado cristiano en 1106, quien tomó uno de sus nombres de Alfonso
V de Aragón, su padrino. La Disciplina Clericalis, o la instrucción de
clérigos y gente de iglesia, es una colección de treinta y siete cuentos y
de varios apotegmas que se supone fueron relatados por un árabe en su
lecho de muerte para la educación de su hijo. El libro está escrito en una
especie de latín apropiado al siglo. Una buena parte trasluce un origen
oriental, y es también algunas veces extremadamente tosca. Fue muy
admirado durante mucho tiempo y traducido más de una vez al francés,
como se puede ver en Barbazan (Fabliaux, edición Méon. París, 1808,
8º, t. II, pp. 34-183). Es probable que la Disciplina Clericalis sirviera de
modelo al Conde Lucanor, puesto que el primero era muy popular
cuando se escribió el segundo y el plan de los dos es muy parecido. Los
cuentos se presentan como consejos y la mayor parte de los proverbios
son los mismos en uno y otro. Ciertos cuentos están en uno y otro con
un parecido extraordinario. El cuento treinta y siete del Conde Lucanor
es el mismo que el primero de la Disciplina Clericalis. Pero en el tono,
en las maneras y en la civilización, es donde aparece una diferencia
absolutamente igual a los dos siglos que separan uno del otro. Fue en su
versión francesa como fue conocida la Disciplina Clericalis en los demás
países, encontrando vestigios de sus ficciones en las Gesta Romanorum,
en el Decamerón, en los Cuentos de Canterbury y en otros. Bajo otros
aspectos, fue durante mucho tiempo un libro muy raro, solamente
conocido por los anticuarios, hasta que se imprimió por primera vez para
una sociedad de bibliófilos, según el original en latín, cotejado con una
colección de siete manuscritos de la biblioteca del rey (París, 1824, 2
vols. 8º). Fr. W. V. Schmidt, a quien estas materias interesantes de la
historia antigua de las ficciones románticas son tan destacables porque él
ha contribuido mucho al publicar la Disciplina Clericalis en Berlín en
1827, 4º, partiendo de un manuscrito de Breslau. Y, cosa singular para
un hombre de sus conocimientos sobre estos temas, supone que su
122
Capítulo IV
e ntr a b a e l r e y d e N a va r r a l a ti e r r a , y ma nd ó à l o s s uy o s
q ue e nd e r e za s e n á l i d i a r co n l o s N a va r r o s , y to d o s l o s
s uy o s d i xe r o nl e , q ue te ni a n muy ca ns a d o s l o s ca b a l l o s , y
a un l o s cue r p o s ; y a unq ue p o r e s to no n l o d e xa s e n, q ue l o
d e vi a n d e xa r p o r q ué e l y to d o s l o s s uy o s e s ta b a n muy ma l
f e r i d o s , q ue d e xa s e l a l i d y e s p e r a s e f a s ta q ue e l y e l l o s
f ue s e n g ua r i d o s . Y cua nd o e l co nd e vi o q ue to d o s q ue r i a n
p a r ti r d e a q ue l ca mi no , s i nti o s e ma s d e l a ho nr a q ue d e l
cue r p o , y d i x o l e s : Ami g o s , p o r l a s f e r i d a s q ue a ve mo s ,
no n d e xe mo s l a b a ta l l a , çá e s ta s f e r i d a s nue va s q ue a o r a
no s d a r a n, no s f a r a n q ue o l vi d e mo s l a s q ue no s d i e r o n e n
l a o tr a l i d . Y d e s q ue l o s s uy o s vi é r o n q ue s e no n d o l i a d e l
s u cue r p o , y p o r d e f e nd e r s u ti e r r a y s u ho nr a , f ue r o n co n
e l y ve nci ó l a l i d , y f ue muy b ue n a nd a nte . Y vo s , s e ño r
d o n L uca no r 1 1 5 , s i q ui e r e s a f a ce r l o q ue d e vi e r e d e s q ue
cump l e p a r a d e f e nd i mi e nto d e l o vue s tr o , y d e l o s
vue s tr o s , y d e vue s tr a ho r a , nunca vo s s i nta d e s p o r
l a ce r i s , ni n p o r tr a b a j o , ni n p o r p e l i g r o , e f a s e d e n g ui s a
q ue e l p e l i g r o nue vo no n vo s f a g a a co r d a r l o p a s a d o . Y e l
co nd e tuvo e s te p o r e nxe mp l o y p o r b ue n co ns e j o , y f i zo l o
a s i , y f a l l o s e e nd e b i e n. Y e nte nd i ó d o n Jua n q ue e s te e r a
un b ue n e nxe mp l o y f i zo l o e s cr e vi r i n e s te l i b r o , y a d e ma s
f i zo e s to s ve r s o s q ue d i ce n a s i :
“ T e ne d e s o p o r ci e r to ; ca e s ve r d a d p r o va d a
Que ho nr a y vi ci o g r a nd e no n ha n una mo r a d a . ”
No es posible imaginar nada más simple ni más claro
que esta historia, tanto por su tema como por su estilo. Otros
cuentos respiran un aire de dignidad más caballeresco,
algunos tienen un poco de esta galantería que podía
esperarse encontrar en un corazón como el de Alfonso XI. En
unos pocos, don Juan anuncia que se elevan tanto por encima
de las ideas como de las opiniones de su tiempo. En el
115
Y vos Señor Conde, etc., es una fórmula castellana muy usada
antiguamente (Crónica general, parte III, c. V). Argote de Molina dice,
hablando de estas frases que abundan en el Conde Lucanor, que ellas
hacían reconocer las viejas cualidades del castellano, y además, que
manifestaban la pureza de la lengua. Don Juan dice con la normal
simplicidad en el Prólogo: “ Fiz este libro compuesto de las mas
hermosas palabras que yo pude” (ed. 1575, fol. 1, 6). Sin embargo varias
palabras que emplea tenían necesidad de explicación en tiempos de Felipe
II. La lengua del Conde Lucanor parece, en general, más antigua que la
de Las Partidas, que las precedieron en un siglo. Ciertas palabras son
puramente latinas, tales como cras por mañana, y muchas otras.
125
Capítulo IV
116
C. XX.
117
C. XLVIII.
118
C. VIII.- Saco la conclusión, al leer el conde Lucanor de que
don Juan conocía poco la Biblia, ya que la cita mal en el c. XLIV, donde
muestra su ignorancia al desconocer que en ella está contenida la parábola
de un ciego que conduce a otro ciego.
119
Existen dos versiones españolas del Conde Lucanor; la primera
y la mejor es la de Argote de Molina (Sevilla, 1575, 4º) con un busto de
don Juan, y un curioso ensayo sobre la versificación castellana al final.
Este libro es de los más raros. El segundo es un poco menos raro y fue
publicado en Madrid en 1642. Todas las referencias a las notas se
126
Capítulo IV
CAPÍTULO V
120
Libro de la Montería que mandó escribir, etc., el rey don
Alfonso de Castilla y de León, último deste nombre, acrecentado por
Argote de Molina, Sevilla, 1582, fol, de 91 hojas. El texto, por lo que
128
Capítulo V
L o s M o r o s f ue r o n f uy e nd o
M a l d i ci e nd o s u ve ntur a ,
E l M a e s tr e l o s s i g ui e nd o
Po r l o s p ue r to s d e Se g ur a .
E f e r i e nd o e d e r r i b a nd o
E p r e nd i e nd o à l a s ma no s
E Sa ncti a g o l l a ma nd o
E s cud o d e l o s cr i s ti a no s .
E n a l ca nce l o s l l e va r o n
A p o d e r d e e s cud o y l a nza ,
E a l ca s ti l l o s e to r na r o n
E e ntr a r o n p o r l a ma ta nza .
E mucho s M o r o s f a l l a r o n
E s p e d a za d o s j a ce r ;
E l no mb r e d e Di o s l o a r o n
Que l e s mo s tr ó g r a n p l a ze r .
Es una desgracia que se haya perdido el poema entero.
122
Se encuentran cortos extractos del eclesiástico de Úbeda en
Sánchez (Poesías anteriores, t. I, p. 116-118). La primera estrofa, que se
asemeja al comienzo de varias poesías de Berceo, es como sigue:
Si me a y ud a r e Chr i s to e l a Vi r g e n s a g r a d a ,
130
Capítulo V
123
Para conocer algo más de su vida, véase Sánchez, t. I, p. 100-
106; t. II, p. 2-6. Si se quiere ver una excelente crítica de sus obras es
preciso leer el Jahrbücher der litteratur (Anuario de la Literatura), Viena,
1832, libro LVIII, pp. 220-255. El artículo es de Ferdinand Wolf quien
compara ardientemente al Arcipreste con Cervantes.
124
Sánchez, t. IV, p. X.
125
Ib., p. 283.
131
Capítulo V
126
La tendencia poco moral de varios de estos poemas es un punto
que no sólo ha puesto dificultades al editor del Arcipreste (ver p. XVII y
las notas de las páginas 76, 97, 102, etc.), sino que ha perturbado de vez
en cuando al mismo Arcipreste (véase las estrofas 7, 866, etc.). La cosa
es muy evidente para tratar de encubrirla; tales son las estrofas que van de
la 441 a la 464, etc.
127
Estrofas 61-68.
128
Hay bastante oscuridad en este personaje (estrofas 71, 671 y
otras). Lo llama Urraca (estrofa 1550), y pertenece a esta clase de personas
técnicamente conocidas como alcahuetas, clase que, por seguir el retrato
en el que vivían entonces las mujeres en España, y puede ser también de
resultas de la influencia de la sociedad y de las costumbres moriscas,
figura con mucha frecuencia en la literatura primitiva de la Península, y
también más tarde. Las Partidas (parte VII, tít. XXII) le dedican dos
leyes, y la tragicomedia de la Celestina, la llama una vez ella misma
Trota conventos, al final del segundo acto, siendo su prototipo. En
cuanto a su actividad en tiempos del Arcipreste, encontramos una prueba
singular en el número extraordinario de nombres y epítetos odiosos y
ridículos que se acumulan sobre ella en las estrofas 898-902.
132
Capítulo V
129
Estrofas 72, etc., 88, etc., 95, etc.
130
Cuando termina el asunto, el poeta dice con mucha gracia:
E l co mi ó l a vi a nd a è á mi f e s o r umi a r .
131
Estrofas 119, 142, etc., 171, etc., 203, etc. Un razonamiento
análogo a este último pasaje sobre los siete pecados capitales, se
encuentra frecuentemente en las fábulas francesas, y el lector inglés puede
encontrar un ejemplo destacado en Person’s Tale, o Cuento del cura de
Chaucer.
133
Capítulo V
132
Estrofas 419 y 548, 557-559. Pamphyle, De Amore. F.- A.
Ébert, Diccionnaire bibliographique, Leipsik, 1830, 4º, t. II, p. 297.- P.
Leysari, Hist. mediaevi, Italia, 1721, 8º, p. 2071. Sánchez, t. IV, pp. 23,
24. La historia de Pamphyle en la versión del Arcipreste está en las
estrofas 555-865. La relación del viaje del mismo Arcipreste a la Sierra
de Segovia está en las estrofas 924-1017. Las Serranas son, creo yo, en
esta parte, imitaciones de las Pastoretas o Pastorelles de trovadores
(Raynouard, Troubadours, t. II, p. 329). Si hubiera, con frecuencia,
poesías semejantes en la literatura del Norte de Francia en esta época, se
podría creer que el Arcipreste había encontrado allí sus modelos ya que es
allí donde generalmente recurre. Pero nadie ha visto venir ninguna del
norte del Loire en una época tan remota.
134
Capítulo V
133
Estrofas 1017-1040. Se podría citar la Batala de los vinos, por
d’Andèli (Barbazán, ed. Mèon, t. I, p. 152) Pero la Batalla de Doña
Cuaresma y Don Carnal (ibid.t. IV, p. 80) responde mejor a la
circunstancia. Hay otras sobre otros temas análogos. Para ver los
suculentos personajes alegóricos de la batalla del Arcipreste, véanse las
estrofas 1080, 1169, 1170, etc.
134
Estrofas 1184, etc., 1199-1229. No es sencillo comprender con
el Arcipreste se aventura a decir ciertas cosas en este último pasaje. Una
parte de los que marchan en procesión cantan himnos muy solemnes de
la Iglesia, o sus parodias, aplicados a don Amor, como el Benedictus qui
venit. Esto es una evidente blasfemia contra lo que se ve como objetos
más sagrados.
135
Capítulo V
135
Estrofas 1221, 1229-1277, 1289, 1491, 1492, etc., 1550, 1553-
1581.
136
Estofas 464 y siguientes. Como en muchos otros pasajes el
Arcipreste se encuentra sobre el terreno ocupado ya por los poetas
franceses del Norte. Véase el Pater Noster de l’Usurier, y el Credo, en
Barbazan (Fabliaux, t. IV, pp. 99-106)
137
Estrofas 1494, 1609, etc.
138
El Arcipreste dice que la fábula de la Montaña que nace de una
sonrisa había sido compuesto por Iopete. Sabemos ahora que había, al
menos, dos colecciones de fábulas en Francia en el siglo XIII, circulando
con el nombre de Isopet, y que fueron publicadas por Robert (Fables
inédites, París, 1825, 2 t. 8º). Como María de Francia, que vivía en la
corte de Enrique III de Inglaterra donde acudían los poetas franceses del
Norte, hace alusión en el prólogo de sus propias fábulas, se puede
136
Capítulo V
E s ta b a e n me s a p o b r e , b ue n g e s to e b ue na ca va ,
Co n l a p o ca vi a nd a b y e na vo l unta d p a r a ,
A l o s p o b r e s ma nj a r e s e l p l a ce r l o s r e p a r a ,
Pa g o s ’ d e l b ue n ta l a nte mur d e Gua d a l a j a r a .
Siguen otras ocho estrofas. Del otro original griego, atribuido a
Esopo y la fábula latina a Horacio, existen todavía más de veinte
traducciones de esta fábula, de las que dos son españolas. La una
pertenece a Bartolomé Leonardo de Argensola, y la otra a D. Félix María
Samaniego. El relato del Arcipreste creo que es el mejor de todos.
137
Capítulo V
141
¡Que curioso! ¿No sería lo lógico decir que Chaucer, que
escribió en el mismo siglo un poco más tarde, se parecía al Arcipreste
de Hita? (Nota del traductor J. M. Arias).
142
Al menos existen dos manuscritos de poemas de este judío, el
cual no tiene nada publicado, a no ser algunos ligeros fragmentos. Uno
de ellos, citado generalmente, es el del Escorial, lo ha publicado Castro
(Biblioteca española, t. I, pp. 198-202) y Sánchez (t. I, pp. 179-184, y t.
IV, pp. 12, etc.). Todos de los que me he servido pertenecen a la
Biblioteca Nacional de Madrid, marcados B. b. 82, fol., y el poema de
Rabbi se encuentra entre ellos, fol. 61 a 81. Conde, el historiador de los
138
Capítulo V
N o n va l e l a ço r me no s
Po r na s ce r d e ma l ni d o ;
N i n l o s e nxe mp l o s b ue no s
Po r l o s d e ci r j ud i o 1 4 3
Co muna l me nte tr o b a d o
De g l o s a s mo r a l me nte ,
De l a f i l o s o f í a s a ca d o
Se g unt q ue va s i g ui e nte
La mención más antigua del judío de Carrión se encuentra en la
carta del marqués de Santillana al Condestable de Portugal, de donde se
deduce, sin ninguna duda, que este Rabbi disfrutaba de una gran
reputación a mediados del siglo XV.(Véase, para el nombre de Santob, y
en lo que concierne a Rabbi don Santob, l’Études historiques, etc., sobre
los judíos de España, caps. V y VI, traducidos por J. G. Magnabal,
París, 1861, 8º.)
143
Estos versos son mejores en el manuscrito del Escorial, que
dice:
Po r na s ce r e n e l e s p i no
L a co s a y a no n s i e nto
Que p i e r d e ; ni e l b ue n vi o ,
Po r s a l i r d e l s a r mi e nto .
139
Capítulo V
N o n va l e e l a ço r me no s
Po r q ue e n vi l ni d o s i g a ;
N i n l o s e nxe mp l o s b ue no s
Po r q ue j ud i o l o s d i g a
Los manuscritos deben compararse y este curioso poema
publicarse.
Después de un prólogo en prosa, que parece hecho por otra
mano, y dirigido al rey por el mismo poeta, continúa de la siguiente
forma:
Qua nd o e l r e y d o n Al f o ns o
F y nó , f y ncó l a g e nte
Co mo cua nd o e l p ul s o
F a l l e ce e l d o l i e nte
Que l ue g o no a y ud a va ,
Que ta n g r a nt me j o r i a
A e l l o s f y nca va ,
N i n o me n l o e nte nd i a .
Qua nd o l a r o s a s e ca ,
E n s u ti e mp o s a l e
E l a g ua q ue d e l l a f y nca ,
R o s a d a q ue ma s va l e .
As i vo s f y nca s te i s d e l
Pa r a mucho tu f a r
E t f a ce r l o q ue e l
Co b d i ci a b a l i b r a r , e tc.
El pensamiento filosófico de los siguientes versos está lleno de
gracia:
Qua nd o no e s l o q ue q ui e r o
Qui e r o l o q ue e s .
Si p e s a r he p r i me r o ,
Pl a s e r a vr é d e s p ué s .
A continuación adjunto este fragmento original que hasta ahora
no ha sido pulicado:
L a s my s ca na s te ñi l a s
N o n p o r l a s a b o r r e ce r
N i p o r d e s d e cy r l a s ,
N i n ma nce b o p a r e ce r ;
M a s co n mi e d o s o b e j o
140
Capítulo V
De o me s q ue b us ca r i a n
E n mi s e s o d e vi e j o
E no n l o f a l l a r i a n.
144
Castro, Biblioteca espagnola, t. I, p. 199; Sánchez, t. I, p. 182;
t. IV, p. XII. Creo que D. José Amador de los Ríos, en sus Estudios
históricos, políticos y literarios sobre los judíos en España, libro sabio
y erudito publicado en Madrid en 1848, es de diferente opinión, y
sostiene que los tres poemas comprenden la Doctrina Cristiana según
las obras de Don Santo o Santob de Carrión.. Pero yo creo que las
objeciones que se le pueden hacer a su opinión son más fuertes que las
razones que da para defenderla. Estas objeciones descansan, en particular,
sobre los hechos siguientes: Don Santob se llama a sí mismo judío: los
dos manuscritos de los Consejos le dan el nombre de judío; el marqués
de Santillana, la única autoridad respetable que hace la primera mención
de él, le llama judío; ninguna de estas autoridades da a entender que
jamás se convirtió, circunstancia que no habría probablemente dejado de
extenderse en caso de que la conversión hubiera tenido lugar. Si fuera un
judío no converso, sería de todo hecho imposible que fuera el autor de la
Danza general, de la Doctrina cristiana, o de la Visión de un eremita.
Sin embargo, debo señalar que las marcas incluidas en esta nota
y lo referido a los detalles sobre el pequeño número de escritores judíos
en la literatura española, están escritos antes de que hubiera recibido el
libro de D. José Amador de los Ríos, que en aquel momento aún estaba
en prensa.
Ticknor tiene la misma razón en añadir esta aclaración ya que
nada hay más ejemplar en la parte literaria de los judíos, en España, que
141
Capítulo V
los dos últimos ensayos del libro de Amador de los Ríos, a los que el
lector debe remitirse.
145
Castro, Biblioteca Española, t. I, p. 200. El amable D. Pascual
Gayangos me ha facilitado una copia de todo el poema. Si se le juzga por
los primeros versos se puede pensar que fue probablemente compuesto en
1382.
De s p ué s d e l a p r i ma , l a o r a p a s s a d a ,
E n e l me s d e e ne r o , l a no che p r i me r a
E n CCCC e ve y nte d ur a nte l a he r a
E s ta nd o a co s ta d o a l l a e n mi p o s a d a , e tc.
El día primero de enero de 1420 de la era española, momento en
el que sucede la escena, corresponde al año 1382 d. C. El poema se
imprimió en 1848 en Madrid, 12º. La copia que ha servido para la
impresión difiere bastante de nuestra copia manuscrita. La primera ha
sido tomada de una copia hecha evidentemente con menos cuidado.
142
Capítulo V
que Warton fija como fecha aproximada el año 1304 146. Pero
dejemos estos dos poemas castellanos que tienen poco valor y
pasemos a otro que tiene verdadero valor.
La Danza General, o la Danza de la Muerte consiste en
setenta y nueve estrofas regulares y octosilábicas, precedidas
por una introducción en prosa, y que según parece no son del
mismo autor. El poema descansa en la ficción bien conocida y
frecuentemente ilustrada por la poesía y la pintura durante la
Edad Media. Según esta ficción, todos los hombres de toda
condición son llamados a la Danza de la Muerte, el jefe de
esta mascarada espiritual donde todos los rangos de la
sociedad, desde el Papa hasta el muchacho más joven,
aparecen danzando bajo la forma de esqueletos. En español,
esta imagen es sorprendente y pintoresca, puede que más que
en cualquier otra literatura. La sombría naturaleza del tema se
encuentra situada en medio de un contraste verdaderamente
animado por el tono libre de los versos, versos que nos
recuerdan frecuentemente algunos de los mejores pasajes de
estos cuentos picantes que encontramos, de tiempo en
tiempo, en el Espejo para Magistrados147.
146
Historia de la poesía inglesa, sect. 24, hacia el final. Se
encuentra también en francés, en una época más antigua bajo el título
Débat du corps et de l’âme (Ebert. Bibl. Lexicon, nos 5671-5674). Se
supone que el origen de esta ficción es un poema compuesto por un
monje francés (Hagen und Büsching Grundriss, Berlín, 1812, 8º, p.
446); pero el tema es muy antiguo y se le encuentra bajo diversas formas
y en diferentes lenguas. Véanse las poesías latinas atribuidas a Gautier
Mapes, publicadas, en nombre de la Sociedad Carden, por T. Wright
(1841, 4º, pp. 95 y 321). Fue reimprimido bajo la forma de romance en
España hacia el año 1764.
147
Se puede ver el número multiplicado de formas que toma esta
extraña ficción en el libro erudito de M. P. Douce titulado: Danse de la
Mort (Londres, 1833, 8º), en la Literatura de la Danza de la Muerte de
H. P. Massmann, Leipzig, 1840, 8º- Debemos ajustar a estas obras los
detalles incluidos en la Biblioteca Universal alemana, Berlín, 1792, v.
CVI, p. 279, y a la colección publicada en Lubeck, en 1783, folio,
copiados de las pinturas hechas en 1463 y que muy bien ilustra el viejo
poema español. Véase también K. P. A. Schiller: Diccionario de la
lengua sajona neerlandesa (Braunschweig, 1826, 8º, p. 75). Toda esta
inmensa serie de trabajos, tanto las pinturas que existen en Bâle, en
143
Capítulo V
Hamburgo, etc. como los viejos poemas en todas las lenguas, de los que
uno es de Lydgate, tienden sin duda, como el poema español a la
edificación religiosa.
148
Tenemos una copia manuscrita de todo el poema que debemos
al profesor D. Pascual Gayangos, en la que las coplas siguientes son
también un ejemplo. Son aún inéditas: en una la Muerte replica a un
deán, y en la otra es un comerciante quien habla:
DICE L A M U E R T E
Do n R i co Ava r i e nto , De á n muy uf a no ,
Que vue s tr o s d i ne r o s tr o ca s te s e n o r o
A p o b r e s e vi ud a s ce r r a s te s l a ma no ,
E ma l d e s p e nd i s te s e l vue s tr o te s o r o :
N o n q ui e r o q ue e s ta d e s y a ma s e n e l co r o ,
Sa l i d l ue g o f ue r a s i n o tr a p e r e s a ,
Y o vo s mo s tr a r é ve ni r a p o b r e s a . -
Ve ni t, M e r ca d e r o , á l a d a ns a d e l l l o r o .
DICE E L M E R CADE R
A q ui e n d e xa r e to d a s mi s r i q ue za s
E me r ca d ur i a s , q ue tr a y g o e n e l ma r ?
Co n mucho s tr a s p a s o s e ma s s o ti l e s a s
144
Capítulo V
A e s ta mi d a nza tr a y e d e p r e s e nte
E s ta s d o s d o nçe l l a s q ue ve d e s f o r mo s a s ;
E l l a s vi ni e r o n d e muy ma l a me nte
A o y r mi s ca nci o ne s q ue s o n d o l o r o s a s
M á s no n l e s va l d r á n f l o r e s ny r o s a s ,
N i n l a s co mp o s tur a s q ue p o ne r s o l í a n;
De mi s i p ud i e s e n p a r ti r s e q ue r r í a n,
M a s no n p ue d e s e r , q ue s o n mi s e s p o s a s
La ficción es, sin duda, horrorosa, toda vez que tuvo un
gran favor del público en Europa durante varios siglos, y es
presentada de tal suerte que un gran número de críticos
convienen en que en el viejo poema castellano hay tanta
verdad y veracidad como en todas partes.
Se encuentra en el mismo volumen manuscrito, con el
precedente, otro poema, especie de crónica mal copiada, de
escritura diferente y que probablemente pertenece a la misma
época. Alterna las hazañas mitad fabulosas, mitad históricas
del conde Fernán González, el héroe del primer período de la
lucha de los cristianos contra los Moros, y que es, por el norte
de España, lo que fue un poco más tarde el Cid para Aragón y
Valencia. Es a él al que se le atribuye la reconquista de una
gran parte de Castilla bajo el poder mahometano, y sus éxitos,
más por motivos históricos que por asuntos poéticos, tuvieron
lugar en el año 934 cuando se libró la batalla de Osma,
llegándole su muerte en el año 970.
El poema en cuestión está casi completamente
consagrado a su gloria 149. Comienza con detalles sobre la
Ga né l o q ue te ng o e n ca d o l ug a r
Ag o r a l a M ue r te vi no me l l a ma r
Qué s e r á d e mi no n s e q ue me f a g a
O M ue r te , tu s i e r r a a mi e s g r a n p l a g a
Ad i o s M e r ca d e r e s , q ue vo y me à f i na r
149
Véase la sabia disertación de Fr. Benito Montejo sobre los
Comienzos de la independencia de Castilla.- Memorias de la Real
Academia de la Historia, t. III, pp. 245-302.- La Crónica General de
España, parte III, caps. XVIII-XX.- Durán, Romances caballerescos,
Madrid, 1832, 12, t. II, pp. 27-39. Se encuentran trozos del manuscrito
del Escorial en Bouterweck, traducidos por J. G. de la Cortina, etc. t. I,
145
Capítulo V
N o n p o d r í a ma s f ue r te ni ma s b r a va s e r
Cá a l l i l e s y va to d o l e va nta r o ca e r ;
E l ni n e l R e y no n p o d y a ni ng uno ma s f a ce r ,
L o s uno s y l o s o tr o s f a çi a n to d o s u p o d e r .
M uy g r a nd e f ue l a f a ci e nd a e mucho ma s e l r o y d o .
Da r i e e l o me muy g r a nd e s vo ce s y no n s e r i a o y d o ,
E l q ue o y d o f ue s e s e r i a co mo g r a nd e tr o ny d o ,
N o n p o d r y a o y r vo ce s ni ng un a p e l l i d o .
Gr a nd e s e r a n l o s g o l p e s , q ue ma y o r e s no n p o d i a n;
L o s uno s y l o s o tr o s to d o s u p o d e r f a ci a n;
150
Crónica General, ed. 1604, parte III, fol. 55, vº; 61-65 vvº.
Comparar también con el poema el cap. XIX de la Crónica, y Juan de
Mariana, Historia General de España, libro VIII, cap. VII. Que este
poema fuera tomado de la Crónica, es algo que se puede afirmar, creo yo,
por la comparación de esta crónica (parte III, cap. XVIII, hacia el final),
que contiene la derrota y muerte del conde de Toulouse, con el pasaje del
poema dado por Cortina, que comienza con estas palabras: Cavalleros
Tolesanos trescientos y prendieron; o la visión de San Millan (Crónica,
parte III, cap. XIX), con el pasaje del poema que comienza así: El
Cryador te otorgo quanto pedido le as. La aclaración siguiente, aunque
puramente retórica, es una prueba sorprendente, si no concluyente. La
crónica dice (parte III, cap. XVIII) : Non cuentan de Alexandre los dias
nin los años mas los buenos fechos e las sus cavallerias que fizo. El
poema dice en los mismos términos:
As a s e r a n l o s N a va r r o s ca va l l e r o s e s f o r za d o s
Que e n q ua l q ui e r a l ug a r s e r y a n b ue no s y p r i a d o s ,
M a s e n co ntr a e l Co nd e to d o s d e s a ve ntur a d o s ;
Ome s s o n d e g r a n cue nta y d e co r a ço n l o ça no s ,
Qui s o Di o s a l b ue n Co nd e e s ta g r a ci a f a ce r ,
Que mo r o s ni cr y s ty a no s no n l e p o d i a n ve nce r .
No es ciertamente esta una poesía sublime; la invención,
la dignidad, el ornamento faltan; sin embargo no deja de
tener un cierto vigor, y bajo un cierto punto de vista será difícil
encontrar, en todo el poema, un pasaje más digno de
consideración.
La Biblioteca Nacional de Madrid posee otro poema de
doscientos veinte versos, compuesto con el sistema de rimas
de cuaderna vía, muy conocido y utilizado en la literatura
primitiva de Castilla, con las irregularidades que se suelen
encontrar en toda clase de poemas de su misma clase. El
tema es José, el hijo de Jacob. Pero dos circunstancias le
distinguen de todas las demás narraciones de esta época, que
le hacen ser curioso e importante. La primera, que estando
compuesta en lengua española está completamente escrita en
caracteres árabes, y tiene la apariencia de un manuscrito
árabe. Añádase a esto que la pronunciación y el metro se
acomodan al valor de las vocales árabes, de suerte que, si el
único manuscrito de este poema del que conocemos su
existencia no es el manuscrito original, es absolutamente
necesario que haya sido escrito originalmente de la misma
manera. La segunda de estas circunstancias singulares es que
el tema del poema, que es la tan conocida historia de José y
sus hermanos, no esté muy de acuerdo con la narración
original de nuestras Escrituras hebraicas, sino con la versión
más corta y menos interesante del capítulo once del Corán y
de otros que parecen ser imaginados por el mismo autor.
Juntas estas dos circunstancias no dejan ningún medio
razonable de duda para pensar que el autor del poema no fue
uno de los numerosos moriscos que quedaron en el norte
después de que el cuerpo de la nación fuera hecho retroceder
hacia el mediodía, moriscos que, olvidando su lengua
148
Capítulo V
M a s a q ue s to p e ns a mo s ; s a b e l o e l Cr e a d o r .
Po r q ue s up i e s e ma s , é g a na s e e l nue s tr o a mo r ,
E ns e ña r l e -i e mo s l a s o b e l ha s i e l g a na d o ma y o r ;
M a s , e mp e r o , s i no vo s p l a ce , ma nd a d co mo s e ño r 1 5 2
T a nto l e d i j e r o n d e p a l a b r a s f e r mo s a s ,
T a nto l e p r o me ti e r o n d e p a l a b r a s p i a d o s a s
Que l e s d i o é l ni nno : d i o l e s l a s o r a s ,
Que l o g ua r d a s e n á è l d e ma no s e ng a ño s a s
Cuando los hermanos hubieron consumado su traición y
hubieron vendido a José a una caravana de mercaderes
egipcios, la historia sigue el relato que nos da el Corán. La
bella Zuleika, o Zuleia, que corresponde a la mujer de Putifar,
en las Sagradas Escrituras, y que tiene un gran papel en la
151
Se conoce la existencia de muchos otros manuscritos de este
género, pero no se conoce ninguno tan antiguo ni de tan gran valor
poético (Othon, Catálogo de manuscritos españoles, etc. pp. 6-21.-
Gayangos, Dinastías mahometanas en España, t. I, pp. 492-503). En
cuanto a la proporción y a la ortografía del poema de José, encontramos
las palabras: sembraredes, chirriador, certero, maravilla, taraydores.
Para evitar los hiatos, se pone una consonante delante del segundo
vocablo: cada guno por cada uno. El manuscrito del poema de José, 4º
de 49 folios, existe en la Biblioteca Nacional de Madrid, G. g., 101. Me
lo mostró el historiador don Juan Antonio Conde, y la amabilidad de D.
Pascual de Gayangos, profesor de árabe en la Universidad de Madrid me
consiguió una copia.
152
Estas estrofas son las estrofas 5-7 del manuscrito original, tal
como es hoy en día, con las imperfecciones del comienzo.
149
Capítulo V
153
R o b o Ja co b a l Cr i a d o r , a a l l o b o f ue a
fablar:
Di j o e l l o b o : ” N o l o ma nd o a l l a h, q ue a na b i f ue s e a
ma ta r ;
E n ta n e xtr a ña ti e r r a , me f ue r o n a ca za r ;
Anme f e cho p e ca d o , i l e b a nme a l a zr a r . ” (Mss.)
154
L a me s ur a d e l p a n d e o r o e r a l o b r a d a ,
E d e p i e d r a s p r e ci o s a s e r a e s tr e l l a d a ,
I e r a d e ve r to d a co ng ui s a e ncl a b a d a ,
Que f a s i a s a b e r a l R e y l a ve r d a d a p ur a d a ,
. . . . . .
E f e r i o e l r e y e n l a me s ur a e f i zo l a s o na r ,
Po ne l a á s u o r e l l a p o r o i r e g ua r d a r :
d i j o te s , e no q ui s o ma s d ud a r ,
Se g ún d i ce l a me s ur a , ve r d a d p ue d e e s ta r . (Mss.)
155
Di j o Jus uf : ” E r ma no s , p e r d o ne o s e l Cr i a d o r
De l tue r to q ue me te ne d e s , p e r d o ne o s , e l Se ño r ,
150
Capítulo V
156
Esto parece también en la adición de una o o de una a a las
palabras que acaban en consonante, como mercadero por mercader.
157
Así, el mercader que compra a José habla de la Palestina como
la tierra santa, y Faraón habla de hacer a José conde. Pero el tono
general es oriental.
152
Capítulo V
Pedro López de Ayala, este cronista del que basta decir aquí
que fue no de los españoles más distinguidos de su tiempo,
que desempeñó los cargos más elevados del reino bajo el
mandato de Pedro el Cruel, Enrique II, Juan I y Enrique III, y
que murió en 1407 a la edad de setenta y cinco años158.
El Rimado en Palacio, que podría traducirse como Cortas
Rimas, fue escrito en diferentes épocas de la vida de Ayala.
Dos veces dice el año en el que estaba escribiendo, y estas
fechas nos hacen conocer que una parte del poema fue,
ciertamente, compuesto de 1398 a 1404, y que otra parte
parece haberlo sido durante su estancia en la prisión, en
Inglaterra, encarcelamiento que siguió a la derrota de Enrique
de Trastámara en la batalla de Nájera, por parte del duque de
Lancaster, en 1367. En una palabra, se puede situar el
Rimado en Palacio hacia finales del siglo XIV, y que los
sufrimientos de su autor en la prisión de Inglaterra nos
recuerdan a la vez al Duque de Orleáns y a Jacobo I de
Écosse, que, en la misma época y en parecidas circunstancias,
mostraron un talento poético poco diferente del Canciller de
Castilla.
En algunas de sus partes, y sobre todo en las que tienen
un carácter lírico, el Rimado recuerda bastante a las poesías
ligeras del Arcipreste de Hita; otras están compuestas con
sosiego y gravedad y experimenta los pensamientos solemnes
que subsisten durante su cautividad. Su género es en general
moderado y didáctico, en tanto que lo demanda su tema y su
época. Otras veces muestra, de tiempo en tiempo, su vena
satírica que no puede suprimir, sobre todo cuando el viejo
hombre de Estado discute los vicios que le han ofendido. Así,
cuando habla de letrados o abogados, dice 159:
158
Para conocer el Rimado de Palacio, véase Bouterwek,
traducción de Cortina, t. I, pp. 138-154 (Véase “ Notas y Adiciones”,
p. 667) . El poema entero se compone de mil seiscientas diez y nueve
estrofas. En cuanto a Ayala, váyase más adelante al cap. IX.
159
Letrado ha continuado siendo empleado hasta nuestros
tiempos, en España, con el sentido de abogado, como en inglés, clerc
significa escribano,el significado primitivo de las dos palabras es
diferente. Cuando Sancho Panza va a su isla, dice que es: parte de
153
Capítulo V
Si q ui s i e r e s s o b r e un p l e y to d ’ e l l o s a ve r co ns e j o ,
Po ne ns e s o l e mne me nte l ue g o a b a xa n e l ce j o ;
Di s : “ Gr a nt q ue s ti o n e s e s ta , g r a nt tr a b a j o s o b e j o ;
E l p l e y to s e r á l ue ng o , ca a ta ne á to e l co ns e j o . ”
“ Y o p i e ns o q ue p o d r í a a q uí a l g o a y ud a r ,
T o ma nd o g r a nt tr a b a j o mi s l i b r o s e s tud i a r ;
M a s to d o s mi s ne g o ci o s me co nvi e ne d e xa r ,
É s o l a me nte e n a q ue s te vue s tr o p l e y to e s tud i a r ” .
Un poco más lejos, hablando de la justicia cuya
administración había sido descuidada de una manera tan
lamentable por seguir las guerras civiles durante las que había
vencido, toma un tono más grave y se expresa con una
sagacidad y una urbanidad que nadie esperaba:
Jus ti ci a q ue e s vi r tud a ta n no b l e é l o a d a ,
Que ca s ti g a l o s ma l o s é ha l a ti e r r a p o b l a d a ,
De ve nl a g ua r d a r l o s R e y e s , é l a ti e n o l vi d a d a ,
Si e nd o p i e d r a p r e ci o s a d e s u co r o na o nr r a d a .
M ucho s ha q ue p o r cr ue s a cui d a n j us ti ci a f e r ,
M a s p e ca n e n l a ma ña , ca j us ti ci a ha d e s e r
Co n to d o p i e d a t, á l a ve r d a t b i e n s a b e r :
Al f e r l a e xe cuci o n s i e mp r e s e ha n d e d o l e r .
Como es natural, en una buena parte del Rimado en
Palacio respira el hombre de Estado; tales son los fragmentos
que se dedican, por ejemplo, a los favoritos del rey, a la
guerra, y a las costumbres del Palacio. Pero el tono general
del poema, o de muchos de los diferentes y pequeños poemas
que lo componen, está fielmente reproducido en los pasajes
que preceden. Es grave, medido, didáctico, sembrado, de
tiempo en tiempo, de algunos versos de una simplicidad y de
un sentimiento verdaderamente poético que parece
pertenecer lo mismo a la época que al autor del poema.
Hemos pasado revista a una considerable parte de la
literatura castellana y terminado completamente el examen
de lo que primeramente fue épico y después didáctico por el
tono con la fórmula de versos muy largos e irregulares con
rimas cuádruples. Todo esto es curioso, y, en gran parte,
CAPÍTULO VI
160
Alfonso el Sabio dice de su padre san Fernando: E t o tr o s i
p a g a nd o s e d e o me s d e Co r te , q ue s a b i e n b i e n d e tr o b a r ,
e t, ca nta r , e t d e j ug l a r e s q ue s o p i e s e n b i e n to ca r
e s tr ume nto s . Ca d e s to s e p a g a b a e l mucho e t e nte nd i a
q ui e n l o f a ci a b i e n, e t q ui e n no n. Y el se rodeará de hombres de
Corte que conocían bien el arte de trobar y cantar, y de juglares que
conocían bien cómo tocar los instrumentos. Y el encontraba un gran
placer en ello, porque conocía quién lo hacía bien y quién no. (Setenario,
Paleographia, pp. 80-83, y p. 76). Véase lo que se dice más adelante,
cuando hablamos de literatura provenzal en España en el c. XVI.
158
Capítulo VI
por orden del jefe del Estado, pero siempre fuertemente llenas
de huellas del carácter y de los sentimientos populares; 3º los
LIBROS DE CABALLERÍA íntimamente unidos a los dos
géneros precedentes, y, con el paso del tiempo, objeto de
admiración apasionada de toda la nación; 4º el TEATRO, que
en su origen siempre ha sido una diversión popular y religiosa
y que no ha sido menos en España que en Grecia y en
Francia.
Estas son las cuatro clases que componen lo que
generalmente tiene más valor en la literatura española
durante la segunda parte del siglo XIV, todo el siglo XV y gran
parte del siglo XVI. Se apoyan en los profundos cimientos del
carácter nacional y como consecuencia su verdadera
naturaleza se opone a las escuelas provenzales, italiana y de
la Corte, que florecieron al mismo tiempo y que
examinaremos más adelante.
ROMANCES.-Comenzaremos por los romances, ya que
no se puede dudar de que la poesía, en la lengua actual de
España, no había aparecido aún en forma de romance. Bajo
este punto de vista, la primera pregunta que se presenta: ¿a
qué es preciso atribuir este hecho? La respuesta que se
sugiere es que probablemente hubo en España una tendencia
hacia esta forma de composición tan popular en una época
mucho más lejana, la misma que la del origen de la lengua
161
actual de España ; que esta tendencia podría refluir, puede
ser, a estos bardos indígenas en los que la sencilla tradición
dudosa subsistía en tiempos de Estrabon 162; que parece
renacer todavía en los versos leoninos y en otras rimas latinas
de la época gótica 163, o bien en la época vasca, más antigua y
161
La Revue d’Édimbourg, nº 146, sobre la traducción de los
Romances de Lochart, contiene una ingeniosa explicación de esta teoría.
162
El pasaje de Estrabon, aquí citado, se lee en el lib. III, p. 139
(edit. Casaubon, folio, 1620). Es preciso compararla con otro pasaje, p.
151, en el que se dice que la lengua y su poesía se habían perdido
completamente en su tiempo.
163
Argote de Molina (Discursos sobre la poesía castellana, en el
Conde de Lucanor, edición de 1575, fol. 93, a) tiene el mérito de ser
citado sobre este punto. Aquellos que le creen defendible pueden también
citar la Crónica General, (edición 1604, parte II, fol. 265), donde, al
160
Capítulo VI
hablar del reino de los Godos y deplorando su caída, ella dice: Olvidados
están sus cantares, etc.
164
G. de Humboldt, en Mithridates d’Adelung et Vater, (Berlín
1817, 8º, tom. V, p. 354), y Argote de Molina (obra citada, fol. 93).
Pero las poesías vascas, citadas por este último, no se remontan más allá
del año 1322; por tanto, es probable que ellas imitaran a los romances
españoles antes que fueran objeto de imitación española.
165
Dominación de los Árabes, tomo I, Introducción, pp. 18, 19,
169 y otras. Pero en la introducción del manuscrito de una colección
titulada Poesías orientales, traducidas por José Antonio Conde, y que
aún no está publicada, se expresa de una manera más positiva al decir:
“ En la versificación de los romances y seguidillas castellanas hemos
recibido de los árabes el tipo exacto de los suyos”. Y un poco más tarde
dice: “ Después del nacimiento de nuestra poesía, tenemos los versos
rimados conforme a la medida empleada por los árabes en tiempos
anteriores al islamismo.” Podemos suponer que Blanco White hace
alusión a esta obra (Variedades, tomo II, pp. 45-46). La teoría de Conde
ha sido aprobada suficientemente (véase la Revista retrospectiva, tomo
IV, p. 31 y la Traducción española de Bouterwek, tomo I, p. 164, etc.).
161
Capítulo VI
166
Argote de Molina (Discurso sobre la poesía castellana, en el
Conde Nicanor, 1575, fol. 92) viene a establecer que el verso de los
romances españoles es completamente el mismo que el verso octosílabo
griego, latino, italiano y francés. “ Pero, créanlo, aparece en la propia
España, donde nació. Es en la lengua española en la que se le encuentra
más que en cualquier otro idioma moderno; no es nada más que en el
español donde tiene esta gracia, esta ligereza, esta vivacidad que
162
Capítulo VI
169
Poesía española, Madrid, 1774, 4º, sec. 422-430.
170
Sería muy fácil dar ejemplos de romances tomados de viejas
crónicas, pero, para el objeto que nos proponemos aquí nos basta tomar
algunas líneas de la Crónica general (part. III, fol. 77, a, ed. 1604).
Cuando Velázquez persuade a sus sobrinos, los infantes de Lara, para que
vayan contra los moros, a pesar de los malos augurios, se expresa de esta
forma: Sobrinos, estos agüeros que oystes, mucho son buenos; ca nos
dan a entender que ganaremos muy gran algo de lo ageno, é de lo
nuestro nos perderemos; é fizol muy mal D. Nuño Salido en non venir
combusco, é mande Dios que se arrepienta, etc… (Véase Sepúlveda,
Romances, Anvers, 1551, 18º, fol. 11). En el romance que comienza así:
Llegados son los infantes, encontramos los siguientes versos:
So b r i no s e s o s a g üe r o s
Pa r a no s g r a nd b i e n s e r i a n,
Po r q ue no s d a n à e nte nd e r
Que b i e n no s s uce d e r i a .
Ga na r e mo s g r a nd e vi cto r i a
N a d a no n s e p e r d e r i a ,
Do n N uño l o hi zo ma l
Que co nvus co no n ve ni a ,
M a nd e Di o s q ue s e a r r e p i e nte , e tc.
171
Duran, Romances caballerescos, Madrid, 1832, 12, prólogo, t.
I, pp. 16, 17, 35, nota 14 (Véase “ Notas y Adiciones”, p. 676).
165
Capítulo VI
172
Las particularidades de una forma métrica tan eminentemente
nacional no pueden ser, creo yo, tomadas nada más que como un
ejemplo. Voy a dar aquí, en español original, algunos versos del enérgico
romance de Góngora que he elegido, ya que fueron cambiados en
asonantes ingleses por un escritor de la Revue rétrospective. He aquí el
texto:
Aq ue l r a y o d e l a g ue r r a ,
Al f e r e z ma y o r d e l r e y no ,
T a n g a l a n co mo va l i e nte ,
Y ta n no b l e co mo f i e r o ,
De l o s mo zo s e nvi d i a d o ,
Y a d mi r a d o d e l o s vi e j o s ,
Y d e l o s ni ño s y e l vul g o ,
Se na l a d o co n e l d e d o ,
E l q ue r i d o d e l a s d a ma s ,
Po r co r te s a no y d i s cr e to ,
H i j o ha s ta a l l i r e g a l a d o ,
De l a f o r tuna y e l ti e mp o .
(Obras, Madrid, 1654, 4º, f. 83.)
Esta rima es perfectamente sensible para un oído acostumbrado a
la poesía española, y se puede admitir perfectamente, creo yo, que,
cuando ella utiliza, como en el romance citado, las dos vocales finales del
verso, y que continúa en todo el poema, su efecto, a pesar de un poco de
extrañeza, es el de un agradable adorno que agrada sin llegar a fatigar. Sin
embargo, en inglés, donde las vocales tienen un poder tan variado y en el
que predominan las consonantes, el caso es completamente diferente. Es
el resultado evidente de la traducción de la siguiente traducción del verso
arriba citado, traducción viva y exacta, pero que no produce el efecto que
tiene en el español. La rima, puede decirse, es difícilmente perceptible,
excepto para el ojo, ya que la medida y la cadencia se han observado
cuidadosamente.
H e the thund e r b o l t o f b a ttl e ,
H e the f i r s t Al f e r e z ti tl e d ,
Who a s co ur te o us i s a s va l i a nt,
And the no b l e s t a s the f i e r c e s t;
H e w ho b y o ur y o uth i s e nvi e d ,
H o no ur e d b y o ur g r a ve s t a nci e nts ,
B y o ur y o uth i n cr o w d s d i s ti ng ui s e d
B y a tho us a nd p o i nte d f i ng e r s ;
H e b e l o ve r b y f a i r e s t d a me l s
F o r d i s cr e ti o n a nd p o l i ti n e s s ,
166
Capítulo VI
Che r i s e d s o n o f ti me a nd f o r tune ,
B e a r i ng a l l the i r g i f ts d i vi n e s t.
(Retrospective review, vol. IV, p. 35.)
Otro ejemplo de la asonancia inglesa se encuentra en el libro de
Bowring Antigua poesía española (Londres, 1824, 12º, p. 107). Pero el
resultado es sustancial y debe ser siempre el mismo debido a la diferencia
entre las dos lenguas.
173
Hablando de romances en verso, dice (en el Prólogo de las
rimas humanas, obras destacadas, t. IV, Madrid, 1776, 4º, p. 176): “ Yo
las encuentro capaces de exprimir y declarar un pensamiento cualquiera
con facilidad y dulzura, así como de expresar toda la gravedad de una
acción de la numerosa poesía.” Lope de Vega vio su predicción realizarse
en su tiempo por el Fernando de Vera y Figueroa, largo poema
publicado en 1632; ella lo ha sido en nuestros días gracias a la
encantadora narración poética de D. Ángel de Saavedra, duque de Rivas,
titulada: El moro expósito, en dos volúmenes, 1834. El ejemplo de Lope
de Vega, en la última parte del siglo XVI y en el comienzo del XVII, no
contribuye poco a desarrollar el uso de la asonante, que fue después más
empleado de lo que lo había sido hasta entonces.
167
Capítulo VI
174
Véase el poema, en latín bárbaro, impreso por Sandoval al final
de su Historia de los Reyes de Castilla (Pamplona, 1615, fol. 193).
Habla de la toma de Almería en 1147, y parece haber sido escrito por un
testigo ocular.
175
Hay, a este respecto una autoridad suficiente, aunque el hecho
mismo de dar a una persona el nombre del género de poesía que compuso
sea bastante singular. Se encuentra en Diego Ortiz de Zúñiga: Anales
eclesiásticos y seculares de Sevilla (Sevilla, 1667, fol., pp. 14, 90, 815,
etc). Lo cogió, dice, de documentos originales de los repartimientos,
que describe en sus más mínimos detalles, como habiendo sido
empleados por Argote de Molina (intr. y p. 815, etc.). También lo cogió
de los documentos de los archivos de la catedral. El repartimiento, o
distribución de tierras y despojos de una ciudad, de la que, según dice
Mariana, cien mil moros emigraron o fueron expulsados, era un suceso
grave, y los documentos que allí se aportan parecen haber sido exactos y
numerosos (Zúñiga, intr., y pp. 31, 62 66 etc.). El significado de la
palabra romance en este pasaje es mucho más dudoso. Si esta palabra
pudiera significar una especie de poesía popular, ¿no es verosímil que no
fuera otra, en una época tan antigua, que la poesía de los romances? No
obstante, los versos que Ortiz de Zúñiga atribuye (p. 815) a la autoridad
de Argote de Molina, a Domingo Abad de los Romances, no son de él;
son del Arcipreste de Hita. (Véase Sánchez, t. IV, p. 166).
168
Capítulo VI
176
Estrofas 426, 427, 483-495, ed. de París, 1844, 8º.
177
Crónica general, Valladolid, 1604, parte III, fols. 30, 33 y 45.
178
El Conde Lucanor, 1575; Discursos sobre la poesía
castellana, por Argote de Molina, fol. 93, a.
179
El final de la segunda parte de La Crónica general y una gran
parte de la tercera relativa a los grandes hombres de la historia primitiva
de León y Castilla, me parecen haber sido sin ninguna duda sacados de
viejos materiales poéticos.
180
Discurso, Conde Lucanor, ed. de 1575, fol. 92, a 93, b. Las
poesías insertadas en los Cancioneros generales de 1511 a 1573, que
169
Capítulo VI
182
Cancion, Canzone, Chansos, en la lengua de los romances,
significaba primitivamene una especie de poesía en la que casi todo era
cantado (Giovanni Galvani, Poesia dei Trovatori, Módena, 1829, 8º, p.
29). Lo mismo en español, Cancionero ha sido por largo tiempo
empleado para significar una simple colección de poesías, bien de un
autor o de varios (Véase “ Notas y Adiciones”, p. 67).
172
Capítulo VI
T r a s mi ve í a e l a l ca l d e .
Si no me a b r e s , tu, mi vi d a ,
Aq uí me ve r a s ma ta r e ” .
Qua nd o e s to o y , cuy ta d a ,
Co me nço me a l e va nta r e ;
Vi s ti e r a me un a l me xi a ,
N o ha l l a nd o mi b r i a l e ,
F ue r a me p a r a l a p ue r ta ,
Y brilla de ar e n pare .
El trozo que sigue inmediatamente está completo, y, tanto
por las imitaciones que se han hecho como por las glosas, es
probablemente muy antiguo. Comienza por estas palabras:
“Fonte frida, fonte frida,” que puede ser una imitación de
“Rosa fresca, rosa fresca,” otro de estos primitivos y muy
graciosos romances líricos que siempre han sido muy
populares.
F o nte f r i d a , f o nte f r i d a ,
F o nte f r i d a y co n a mo r
Do to d a s l a s a ve zi ca s
Va n to ma r co ns o l a ci ó n,
Si no e s l a to r to l i ca
Que e s ta b i ud a y co n d o l o r ,
Pe r a y f ue a p a s s a r
E l tr a y d o r d e l r ui s e ño r ;
L a s p a l a b r a s q ue e l d e zi a
L l e na s s o n d e tr a y ci o n:
“ Si tu q ui s i e s s e s , s e ño r a ,
y o s e r í a tu s e r vi d o r .
Ve te d e a y , e ne mi g o
M a l o , f a l s o , e ng a ña d o r ,
Que ni p o s o e n r a mo ve r d e
N i e n p r a d o q ue te ng a f l o r ;
Que s i ha l l o e l a g ua cl a r a ,
T ur b i a l a b e b i o y o ;
Que no q ui e r o a ve r ma r i d o
Po r q ue hi j o s no ha y a , no ,
N o q ui e r o p l a ze r co n e l l o s
N i me no s co ns o l a ci ó n.
De j a -me , tr i s te e ne mi g o
M a l o , f a l s o , tr a y d o r
Que no q ui e o s e r tu a mi g a ,
N i ca s a r co nti g o , no . ”
El romance paralelo de “Rosa fresca, Rosa fresca”, no es
menos sencillo ni menos característico: Rosa era el nombre de
la dama amada.
174
Capítulo VI
R o s a f r e s ca , R o s a f r e s ca ,
T a n g a r r i d a y co n a mo r ,
Qua nd o y ’ o s tuve e n mi s b r a zo s ,
N o vo s s up e s e r vi r , no .
Y a g o r a q ue o s s e r vi r í a
N o n vo s p ue d o a ve r , no n.
Vue s tr a f ue l a cul p a , a mi g o ,
Vue s tr a f ue , q ue mi a , no n.
E mb i a s te me una ca r ta ,
Co n un vue s tr o s e r vi d o r ,
Y e n l ug a r d e r e ca ud a r ,
E l d i xe r a o tr a r a zó n:
Qu’ e r a d e s ca s a d o , a mi g o
Al l á e n ti e r r a s d e L e ó n;
Que te ne i s mug e r he r mo s a
Y hi j o s co me una f l o r .
Qui e n vo s l o d i j o , s e ño r a ,
N o vo s d i j o ve r d a d , no n,
Que y o nunca e ntr é e n Ca s ti l l a ,
N i a l l í e n ti e r r a s d e L e ó n,
Si no cua nd o e r a p e q ue ño ,
Que no n s a b í a d e a mo r . ”
Algunos otros romances anónimos de esta pequeña
colección no son menos curiosos, ni menos antiguos; se puede
destacar entre otros el que comienza así: “Decidme vos
pensamientos. Que por Mayo era mayo. Durandarte,
Durandarte,” así como una parte de los que comienzan con
estas palabras: “Triste estaba el caballero” y “Amara yo a una
señora”. La mayor parte de los que quedan y todos los que
pertenecen a autores conocidos tienen menos valor y son de
una época más moderna.
El Cancionero de Hernando del Castillo, en el que se
incluyeron por primera vez, se ha ampliado y modificado en
ocho ediciones consecutivas de las que la primera fue
publicada en 1573. Pero, en todas estas ediciones, esta
pequeña colección de romances se conserva tal y como fue
originalmente impresa, en la primera edición, sin ningún
cambio, aunque en ediciones de poesía más modernas se
encuentran intercalados algunos romances más recientes183.
183
En la edición de 1573, está insertado un gracioso y tierno
romance que comienza así:
175
Capítulo VI
¡ Ay , Di o s d e mi ti e r r a ,
Sa q ue i s me d e a q uí ¡
¡ Ay , q ue Ing l a te r r a
Y a no e s p a r a mí !.
Probablemente fue compuesto por unos cortesanos de Felipe II
que le habían acompañado y querían regresar a su país.
184
Salvá (Catálogo, Londres, 1826, 8º, nº 60) cuenta hasta nueve
Cancioneros Generales;Más adelante daremos a conocer el principal.
185
Según el DRAE, “ Colección de varias materias o especies, escritas
sin método ni orden” (Nota del Traductor J. M. Arias).
176
Capítulo VI
186
Los romances que tratan de Gaifre comienzan de esta forma:
Estabase la Codesa - Vamonos, dijo mi tio y Asentado está
Guiferos.Los dos más largos, sobre el marqués de Mantua y el conde de
Irlos, comienzan con estas palabras: De Mantua salió el Marqués y
Estabase el conde d’Irlos.
187
La Santa Cruz de Oviedo
188
Comparar la historia de los ángeles que hicieron la Santa Cruz
para el rey Alfonso el Católico en el año 794 tal como la relata el
romance Reinando el rey Alfonso, incluida en el Romancero de 1550,
con la narración de la Crónica general (1604, parte III, fol. 29).
Comparar también el romance Apretada está Valencia (Romancero de
1550) con la crónica del Cid, 1593, cap. CLXXXIII, p. 154).
189
Comienza así: Retraída está la Infanta (Romancero de 1550).
Es una de las composiciones más tiernas y bellas que pueda haber en
cualquier lengua. Tenemos traducciones hechas por Bowring (p. 51) y
por Lockkart (Romances españoles, Londres, 1823, 4º, p.202). Este
acontecimiento ha sido presentado cuatro veces al menos bajo una forma
dramática: por Lope de Vega, en su Fuerza lastimosa; por Guillén de
Castro; por Mira de Amescua, y por José J. Milanés, poeta de La
Habana, donde las obras se imprimieron en 1846 (3 volúmenes en 8º).
Estas tres últimas dieron al drama el nombre de romance: el conde de
Alarcos. La pieza, la mejor es, según nos parece a nosotros, la comedia
de Mira de Amescua, incluida en el quinto volumen de las Comedias
elegidas (1653, 4º). El drama de Milanés tiene trozos llenos de fuego y
de pasión.
177
Capítulo VI
190
Comparar los romances que comienzan por: Las huestes de don
Rodrigo, y Después que el Rey don Rodrigo, con la Crónica del rey don
Rodrigo, y la Destrucción de España (Alcalá, 1587, fol. c. CCXXXVIII,
CCLIV). Existe una bella traducción de los primeros por Lockkart, en
los Antiguos Romances españoles (Londres, 1823, 4º, p.5) obra
destacable y superior, en su género, entre todas las que conocemos en
otras lenguas.
191
Ortiz de Zúñiga (Anales de Sevilla, apéndice, p. 831) da este
romance y afirma que ha sido impresa doscientos años antes. Si fuera
cierto, sería, sin duda, el romance más antiguo impreso en castellano.
Pero Ortiz de Zúñiga, como casi todos sus compatriotas, está falto de
crítica en semejantes materias. La historia de García Pérez de Vargas se
lee en la Crónica general, parte IV, en la Crónica de Fernando III, c.
XLVIII, etc., y en Mariana, Historia General de España, libro XXIII,
cap. VII.
178
Capítulo VI
192
Véase el Apéndice B sobre los Romanceros, p. 451.
179
Capítulo VI
CAPÍTULO VII
193
Sismondi, Histoire des Français,París, 1821, in-8º, tomo II,
pp. 257-260
194
Montesinos y Durandarte aparecen tantas veces en la visita de
Don Quijote a la gruta de Montesinos que todo lo que se relata allí se
encuentra en las notas de Pellicer y de Clemencín, en la parte II, cap.
XXIII de la historia del Ingenioso Hidalgo.
183
Capítulo VII
195
Estos romances comienzan así: Estabase el conde d’Irlos, que
es el más largo que conozco; asentado esta Gaiteros, uno de las muchas
veces citado por Cervantes; Media noche era por hilo, que lleva él
mismo la prueba de su antigüedad porque cuenta las horas por gotas de
agua; a caça va el Emperador, a menudo citado también por Cervantes;
y o Belerma, o Belerma, traducido al inglés por M. G. Lewis; a los que
se pueden añadir: Durandarte, Durandarte, incluido en el romancero de
Anvers y en los viejos romanceros generales.
184
Capítulo VII
196
Memorias para servir a la historia de la poesía castellana.
Sec. 528
185
Capítulo VII
Qua nd o e ntr é e n e s te ca s ti l l o ,
Ap e na s e ntr é co n b a r b a s ,
Y a g o r a p o r mi s p e ca d o s .
L a s ve o cr e ci d a s y b l a nca s .
¿ Qué d e s cui d o e s e s te , hi j o ?
¿ Có mo a vo ze s no te l l a ma
L a s a ng r e q ue ti e ne s mí a
A s o co r r e r d o nd e f a l ta ?
Si n d ud a q ue te d e ti e ne
L a q ue d e tu ma d r e a l ca nza s ,
Que p o r s e r d e l a d e l R e y
Juzg a r a s cua l é l mi ca us a .
197
La historia de Bernardo se encuentra en la Crónica general,
parte III, y comienza en el folio 30 de la edición de 1604; pero debe ser
casi completamente una fábula.
186
Capítulo VII
T o d o s tr e s s o i s mi s co ntr a r i o s ;
Que a un d e s d i cha d o no b a s ta
Que s us co ntr a r i o s l o s e a n
Si no s us p r o p i a s e ntr a ño s .
T o d o s l o s q ue a q uí me ti e ne n
M e cue nta n d e to s ha za ña s ;
Si p a r a tu p a d r e no ,
Di me ¿ p a r a q ui e n l a s g ua r d a s ?
Aq uí e s to y e n e s to s hi e r r o s ,
Y p ue s d e l l o s no me s a ca s
Mal padre de bo de se r,
O ma l hi j o , p ue s me f a l ta s .
Pe r d ó na me s i te o f e nd o ,
Que d e s ca nzo e n l a s p a l a b r a s ,
Que y o co mo vi e j o l l o r o ,
Y tu co mo a us e nte ca l l a s .
Frecuentemente, los viejos romances españoles tienen
entre ellos una gran analogía, tanto por el tono como por la
expresión; varios parecen a veces una imitación de un original
común. Tanto es así, que en diferentes composiciones sobre el
mismo tema, el encarcelamiento del conde de Saldaña,
encontramos cuánto sufrió y la idea de parentesco y de sangre
reforzado en las palabras, no de boca del mismo conde, sino
de Bernardo dirigiéndose al rey:
Ca ns a d a s y a l a s p a r e d e s
De g ua r d a r e n ta nto ti e mp o
A un ho mb r e q ue vi e r o n mo ço
Y y a l e ve n ca no y vi e j o
Si y a s us cul p a s me r e ce n
Que s a ng r e s e a e n s u d e s cue nto
H a r ta s uy a he d e r r a ma d o ,
Y to d a e n s e r vi ci o vue s tr o 1 9 8
Leyendo los romances sobre Bernardo de Carpio es
imposible ser frío con sus semejanzas con los pasajes
correspondientes de la Crónica general. Varios han sido
198
Este romance es evidentemente uno de los más viejos. La copia
impresa más antigua que conocemos está incluida en la colección
titulada: Flor de Romances, 9ª parte, Madrid, 1597, in-8º, fol. 45. Durán
la ha puesto entre las suyas con algunas variantes.
187
Capítulo VII
199
El romance que comienza: En corte del casto Alfonso
(Romancero de 1555) está sacado de la Crónica general, parte III, fol.
32,33, edición de 1604, como prueba el siguiente pasaje:
Qua nd o B e r na l d o l o s up o
Pe s o l e a g r a n d e ma s i a ,
T a nto q ue d e ntr o e n e l cue r p o
L a s a ng r e s e l e vo l ví a .
Y e nd o p a r a s u p o s a d a
M uy g r a nd e l l a nto ha cí a ,
Vi s ti o s e p a ño s d e l uto ,
Y d e l a nte e l r e y s e i b a .
E l r e y cua nd o a s í l e vi o ,
De s ta s ue r te l e d e ci a :
B e r na l d o , p o r a ve ntur a
¿ Co b d i ci a s l a mue r te mí a ?
200
Uno de los romances que deben su origen a la Crónica general
es el que, desde el Romancero de 1555 comienza así: Preso está Fernán
González, aunque la Crónica (parte III, folio 62, ed. 1604) habla de un
conde normando que sobornó al castellano y que el romance dice que era
un lombardo. Otro, escrito con tanta fantasía como los dos precedentes,
se encuentra en la Flor de romances, parte VII (Alcalá, 1597, in-8º), folio
65, comienza por El conde Fernán González, y contiene la relación de
una de sus victorias sobre Almanzor, victoria que no se había contado en
ninguna otra parte y que es muy curiosa.
189
Capítulo VII
201
La historia de los Siete Infantes de Lara está relatada en la
Crónica general, parte III, y en la edición de 1604; comienza en el folio
76. Disponemos también de un libro curioso, con cuarenta planchas,
sobre esta historia escrito por Othon Vaenius, literato y artista, muerto en
1634. Este libro tiene por título: Historia septem infantium de Lara
(Anvers, 1612, in-fol.) Es una copia, sin duda imperfecta, de la misma
obra, que la da Southey en sus notas a la Crónica del Cid (p. 401).
Sepúlveda (1551-1584) produjo un gran número de romances sobre el
mismo tema; el que citamos es: el pasaje de la Crónica general, del que
ha sido tomado, comienza en el folio 78, ed.1604.
190
Capítulo VII
A hui r l ue g o e cha r í a n:
Y s i e l l o s vo s a g ua r d a n
Y o e n vue s tr o s o co r r o i r í a :
Co r r i l o s y o mucha s ve ce s ,
ni ng uno l o d e f e nd i o .
A e l l o s i d mi s s o b r i no s ,
N o mo s tr e d l e s co b a r d i a . -
¡Pa l a b r a s s o n e ng a ño s a s
Y d e muy g r a nd e f a l s í a !
L o s Inf a nte s co mo b ue no s
Co n M o r o s a r r e me tí a n:
Ca b a l l e r o s s o n d o s ci e nto s
L o s q ue s u g ua r d a s e g uí a n.
E l a f ur to d e cr i s ti a no s
A l o s M o r o s s e ve ní a ;
Di g o l e s q ue s us s o b r i no s
N o e s ca p e ni ng uno a vi d a ,
Que l e s co r te n l a s ca b e za s
Que l no l o s d e f e nd e r í a ;
Do s ci e nto s ho mb r e s no má s
L l e b a n e n co mp a ñí a .
202
En un poema en latín antiguo, rimado, imprimido con gran
cuidado por Sandoval (Rey de Castilla, Pamplona, 1615, fol. 189, etc.) y
aparentemente escrito, como ya hemos indicado, por un personaje que
asistiría al sitio de Almería en 1147, leemos los siguientes versos:
Ip s e R o d e r i cus , mí o Ci d s e mp e r vo ca tus ,
De quo ca nta tum q uo d a b ho s ti b us ha ud s up e r a tus ,
Qui d o mui t M o r o s , co mi te s q uo q ue d o mui t no s tr o s ,
e tc.
Este poema debe haberse escrito en español, según las palabras
mío Cid, y en este caso, debe haber sido difícilmente otra cosa que una
colección de romances.
203
Nicolás Antonio (Bibliotheca Nova, tom. p. 684 indica 1612
como la fecha del romancero más antiguo del Cid. El más viejo que
191
Capítulo VII
Po r s i no p ue d e to ma l l a ,
Y q ue e l d e Or g a z s e p a s s e a
Se g ur o y l i b r e e n l a p l a ça ,
Si n q ue na d i e s e l o i mp i d a ,
L o za no e n no mb r e y e n g a l a :
N o n p ue d e d o r mi r d e no che
N i n g ua ta r d e l a s vi a nd a s ,
N i a l za r d e l s ue l o l o s o j o s
N i o s a s a l i r d e s u ca s a ,
N i n f a b l a r co n s us a mi g o s ,
Ante s l e s ni e g a l a f a b l a
T e mi e nd o no l e s o f e nd a
E l a l i e nto d e s u i nf a mi a 2 0 5
Siendo estos los sentimientos de su padre, Rodrigo, que
no es todavía nada más que un joven, determina vengar el
insulto y desafía al conde Lozano, entonces el caballero más
peligroso y el primer gentilhombre del reino. El resultado del
duelo es la muerte de su arrogante e injurioso enemigo.
Muerto el conde, su hija, la bella Jimena, viene a pedir
venganza al rey, pero todo se arregla siguiendo las costumbres
groseras de aquellos tiempos con una boda entre las dos
partes, boda que pone, necesariamente, fin a la querella.
Hasta aquí, los romances no señalan nada más que los
primeros años del Cid, bajo el reinado de Fernando el
Grande, y constituyen una serie a parte, que ha proporcionado
a Guillén de Castro y a Corneille los mejores materiales para
sus tragedias respectivas en esta parte de la historia del Cid.
Pero a la muerte de Fernando, su reino fue repartido, según su
voluntad, entre sus cuatro hijos. Hay otra serie de romances en
la parte que comprende las guerras del Cid, casi necesarias,
que resultan de un reparto parecido, en el sitio de Zamora,
sucedido en tiempos de la reina Doña Urraca que estaba allí
sitiada por su hermano Sancho el Bravo. En uno de estos
romances, el Cid, enviado por Sancho a someter la villa, llegó
a ser el objeto de los reproches e insultos de Urraca, que se
encuentran representados en el poema que aparece a
continuación:
A f ue r a , a f ue r a , R o d r i g o ,
205
El libro más antiguo en el que hemos leido este romance,
evidentemente muy antiguo, es la colección titulada Flor de romances,
IXª parte, 1597, fol. 133.
193
Capítulo VII
E l s o b e r b i o Ca s te l l a no ,
Aco r d a s e te d e b i e r a
De a q ue l ti e mp o y a p a s a d o ,
Cua nd o f ui s te ca b a l l e r o
E n e l a l ta r d e Sa nti a g o ;
Cua nd o e l r e y f ue tu p a d r i no ,
T u R o d r i g o , e l a hi j a d o .
M i p a d r e te d i o l a s a r ma s ,
M i ma d r e te d i o e l ca b a l l o ,
Y o te ca l cé l a s e s p ue l a s ,
Po r q ue f ue s s e s ma s ho nr a d o ,
Que p e ns é ca s a r co nti g o ;
N o l o q ui s o mi p e ca d o :
Ca s a s te co n Xi me na Go me z
H i j a d e l co nd e L o za no ,
Co n e l l a uvi s te d i ne r o s ,
Co nmi g o uvi e r a s e s ta d o .
Si b i e n ca s a s te , R o d r i g o ,
M uy me j o r f ue r a s ca s a d o ;
De j a s te hi j a d e r e y ,
Po r to ma r l a d e va s a l l o 2 0 6 .
206
Este romance es uno de los más antiguos y más expresivo. Fue
impreso por primera vez en 1655; El de Durandarte, Durandarte,
impreso en 1511, y sin duda una imitación del primero que era más
antiguo y más célebre cuando la segunda copia se imprimió. La copia
más antigua que se conoce hoy en día es tal y como está más arriba; más
tarde sufrió algunos cambios. Se suprimieron los últimos versos que
parecían visiblemente añadidos. La prueba de que es uno de los romances
más antiguos y más populares es que frecuentemente es citado por los
autores del siglo de Oro de la literatura spañola, por Cervantes en
Trabajos de Persiles y Segismundo (libro III, c. XXI), y Guillén de
Castro en sus Mocedades del Cid.
194
Capítulo VII
207
Don Quijote de la Mancha, Parte I, c. XLIX. Es esta una
opinión sensata y juiciosa de esta materia, punto sobre el que Cervantes
raramente se equivoca. Forma un contraste muy particular con la
credibilidad extravagante de los que consideran de un lado los romances
como documentos historicos dignos de fe, tal como ocurre con Müler y
Herder, y la tonta incredulidad de los que, como Masdeu niegan la
existencia misma del Cid.,
195
Capítulo VII
208
Véase el bello romance que comienza: Si el caballo vos han
muerto, incluido por primera vez en la Flor de Romances, 8ª parte
(Alcalá, 1597, fol. 129). Ha sido traducido por Lockhart.
209
Este hecho está relatado en el romance: Llegó Alvar Fañez a
Burgos, y en la carta que le acompaña: El vassallo desleale. Este trazo
del carácter del Cid nos lo indica Diego Ximénez Nylon en su poema
“El héroe Castellano, 1579, en el que dice:
T r a ta d o d e s u R e y co n a s p e r e za
Ja má s l e d i o l ug a r s u vi r tud a l ta
Que e n s u l e a l ta d vi ni e s e a l g una f a l ta .
210
En una de las circunstancias en la que Bernardo de Carpio había
sido tratado por el rey de la manera más vergonzosa e injusta, le dijo:
Se no r , r e y s o i s , y ha r e d e s
A vue s tr o q ue r e r y g ui s a .
En una ocasión semejante, le respondió al rey:
De s e r vi r no o s d e j a r é
M i e ntr a s q ue te ng a l a vi d a .
196
Capítulo VII
211
En el romance burlesco: Tanta Zaida y Azalifa, impreso por
primera vez en la Flor de Romances, 5ª parte, Burgos, in-18, fol. 158,
nos encontramos con el pasaje siguiente:
R e ne g a r o n d e s u l e y
L o s r o ma nci s ta s d e E s p a ña ,
Y o f r e ci e r o n a M a ho ma
L a s p r i mi ci a s d e s us g a l a s .
De j a r o n l o s g r a ve s he cho s
De s u ve nce d o r a p a tr i a ,
Y me nd i g a n d e l a a g e na
Inve nci o ne s y p a tr a ña s .
Góngora les ataca también con un delicioso romance: A mis
señores poetas, y les defiende en otro que comienza con estas palabras:
Porque señores poetas.
197
Capítulo VII
212
Ocho a ocho, diez a diez y Sale la estrella de Venus, dos
romances a los que el texto se refiere que están incluidos en el
Romancero de 1593. Se puede leer una excelente traducción del último
en un artículo sobre la poesía española en la Revue d’Edimbourg, vol.
XXXIX, p. 419.
213
Entre los bellos romances sobre Gazur se encuentran aquellos
que comienzan con las palabras siguientes: Por la plaza de San Juan y
Estando toda la corte.
198
Capítulo VII
214
Por ejemplo: Que es mi contento,-Plega a Dios que si yo
creo,-Aquella morena,-Madre de un cavallero,-Mal ayan mis ojos,-Niña,
que vives, etc.
200
Capítulo VII
Qua nd o f ue r a s a l g a ,
Dí r a l e a l a d ue ña
Que co n nue s tr o s o j o s
T e ng a mucha cue nta ;
Que mi r e q ui é n p a s s a ,
Si mi r ó a l a r e j a
Y cuá l d e no s o tr a s
B o l ui o l a ca b e ça .
Po r tus l i b e r ta d e s
Se r é y o s uj e ta ;
Pa g a r e mo s j us to s
L o q ue ma l o s p e ca n. ”
“ ¡Ay ! M i g ue l a he r ma na
Que ma l q ue s o s p e cha s !
M i s ma l e s p r e s ume s ,
Y no l o s a ci e r ta s .
A Pe d r o , e l d e Jua n,
Que s e f ue a l a g ue r r a ,
Af i ci ó n l e tuve
Y e s cuché s us q ue xa s ;
M a s vi s to q ue e s va r i o
M e d i a nte l a a us e nci a ,
De s u f é f i ng i d a
Y a no s e me r e cue r d a .
F i ng i d a l a l l a mo ,
Po r q ue , q ui e n s e a us e nta ,
Si n f ue r ça y co n g us to
N o e s b i e n q ue l e q ui e r a . ”
“ R e g a l e tu a Di o s
Que Pe d r o no vue l va ; ”
R e s p o nd i ó b ur l a nd o
Su he r ma na M i g ue l a ,
“ Que e l a mo r co mp r a d o
Co n ta n r i ca s p r e nd a s
N o s a l d r á d e l a l ma
Si n s a l i r co n e l l a .
Cr e ci e nd o tus a ño s
Cr e ce r á n tus p e na s
Y s i no l o s a b e s
E s cucha e s ta l e tr a :
Si e r e s ni ña y ha s a mo r
¿ Qué s e r á q ua nd o ma y o r ? ”
Un sencillo ejemplo como el que precede no puede, no
obstante, darnos siempre una idea de la inmensa variedad
que reina en la clase de romances a los que pertenece, con su
belleza poética como único argumento. Para conocer su
201
Capítulo VII
215
Si quisiéramos llegar a una conclusión más extendida, o si
quisiéramos establecer una comparación con la charla de los viejos
fabulistas y el excesivo refinamiento de los trobadores y de los
minnesingers alemanes, el resultado sería todavía más a favor de los
romances primitivos españoles que representan en conjunto la exaltación
de los sentimientos poéticos, sentimientos que animaron a toda la nación
durante este período en el que la fuerza de los moros se rompe poco a
poco contra un entusiasmo llegado a un final irresistible, puesto que sus
orígenes habían reposado en un principio de lealtad y un deber religioso.
203
Capítulo VII
216
Véase el Apéndice B, al final del volumen (p. 451).
204
Capítulo VIII
CAPÍTULO VIII
217
En el Código de las Partidas (hacia 1260), se prescribe a los
buenos caballeros prestar atención, durante el descanso, a la lectura de las
historias de los grandes fechos de armas que los otros mecieron, etc.,
relatos de grandes hechos de armas que otros habían realizado, etc. (Parte
II, titulo XXI, libro XX.) En esta época, pocos caballeros sabían latín, y
las Historias, en español, eran probablemente las Crónicas de las que
nosotros hablamos, y los romances o gestas que les sirvieron de base en
parte.
206
Capítulo VIII
218
Tal es la opinión de Mondejar, quien afirma que el título
primitivo de la Crónica de España era Estoria de España. (Memorias de
Alfonso el Sabio, p. 464.)
219
La distinción que hace el rey Alfonso entre ordenar a otros
reunir los materiales (mandamos ayuntar), y componer él mismo o
recopilar la Crónica (composimos este libro) parece demostrar que fue él
mismo el autor de la recopilación; y seguramente tuvo que pasar por tal.
Hay diversas opiniones sobre este punto. Florian de Ocampo, el
historiador que, en 1541 publicó, en tamaño folio, en Zamora, la primera
edición de la Crónica, dice, en sus notas, al final de la tercera y de la
cuata parte, que “ según la opinión de ciertas personas, las tres primeras
partes fueron escritas por D. Alfonso y que la cuarta fue recopilada más
tarde, “ opinión a la que él mismo se inclina, ya que sostiene que no
pretende afirmar ni negar nada sobre este hecho. Otros han llegado más
lejos, y se supone que el libro había sido recopilado por personas
diferentes. Pero a todo esto se puede responder: 1º que la Crónica está
más o menos bien ordenada, más o menos bien escrita, según los
materiales que han servido para la composición; que las objeciones de
irregularidad, la falta de perfección en la cuarta parte, se aplican también,
en un alto grado, a la parte tercera; que así, donde prueba más que no
trata de probar Florian de Ocampo, puesto que él da por cierto que las
tres primeras partes son obra de Alfonso. 2º que Alfonso declara, más de
una vez, en su prólogo que la autenticidad está fuera de toda duda por
Mondejar y cuatro excelentes manuscritos, que su historia llega hasta su
época (fasta el nuestro tiempo), cosa que no tiene lugar hasta el final de la
cuarta parte. Además de que, en el prólogo, habla del total como si fuera
de su obra. 3º que una evidencia intrínseca demuestra que el mismo
Alfonso escribió la tercera parte de la obra, relativa a su padre; destacan,
207
Capítulo VIII
por ejemplo, pasajes tales como los bellos relatos de las relaciones con
San Fernando, hacia el final del libro, y otros relatos incluidos en las
hojas 402-426. 4º que su sobrino, D. Juan Manuel, que hizo un estracto
de la Crónica de España, habla de su tío Alfonso el Sabio, como el autor
real y reconocido por tal. Es preciso recordar, del resto también, que
Mondejar pretende que la edición de Florian de Ocampo es infiel e
imperfecta, que omite, por ejemplo, reinados completos, y que los
pasajes que cita sobre viejos manuscritos de la obra completa prueban lo
que él adelanta. (Memorias, libro VII, caps. XV-XVI). Otra edición de
esta Crónica, la de Valladolid (1604, tamaño folio), es todavía peor: el
número de graves errores que contiene lo han convertido en el libro peor
impreso que se conoce.
220
Cuando la Crónica relata que fue escrita cuatrocientos años
después de la época de Carlomagno, es una manera de hablar muy vaga.
Don Alfonso no nació hasta 1210. Yo creo, en efecto, que no estaría
contento al decir: ca bien ha 400 años quel murió (ed. De 1541, hola
228), si hubieran pasado 450. Se puede inducir, sin embargo, que la
Crónica fue compuesta antes de 1260. Otros pasajes llegan a la misma
conclusión. Conde, en el primer prólogo de su Historia de los Árabes en
España, hace alusión al espíritu árabe de la Crónica, espíritu que me
parece más bien haber sido el de toda Europa durante esta época.
208
Capítulo VIII
221
La Historia de Didon merece leerse, en particular por aquellos
que tienen la ocasión de conocer este relato tal y como lo han contado los
poetas españoles, Ercilla y Lope de Vega, por ejemplo, relato que es
ininteligible para aquellos que conocen solamente la versión latina de
Virgilio. Esta narración se encuentra en la Crónica de España (Parte I,
cap. LI-LVII) y termina con una carta verdaderamente heroica de la reina a
Eneas. En la Crónica española, la narración está tomada en esencia del
Compendio de la Historia Universal de Justino (Libro XVIII, cap. IV-
VI).
222
Crónica de España, (Libro III, cap. I-II).
223
Ibid., cap. X y XIII.
224
Ibid., cap. XVIII.
225
Ibid., cap. XX.
226
Ibid., cap. X.
227
Ibid., cap. X, junto con el romance sacado de su historia que
comienza por: Reinando el rey Alfonso.
228
Ibid., cap. XI y XIX. Una comedia de Rodríguez de Herrera
titulada: Voto de Santiago y batalla de Clavijo (Comedias escogidas, t.
XXXIII, 1670, 4º), está fundamentada en el primero de estos pasajes;
209
Capítulo VIII
232
Es así como los antiguos autores llaman a la conquista
musulmana.
233
Edición de 1541, folio 202. En el anverso del folio se encuentra
el pasaje de título El llanto de España.
234
El original, en las dos ediciones impresas, dice tierras, lo que
es un error manifiesto, en lugar de sierras, más conforme al sentido. Es
un ejemplo de los mil errores tipográficos que hay en las dos ediciones.
211
Capítulo VIII
d e p e s ca d o s , s a b r o s a d e l e che , e d e to d a s l a s co s a s q ue s e
d e e l l a f a ce n, e l l e na d e ve na d o s e d e ca za , cub i e r ta d e
g a na d o s , l o ça na d e ca va l l o s , p r o ve cho s a d e mul o s e d e
muña s , e s e g ur a e a b a s ta d a d e ca s ti e l l o s , a l e g r e p o r
b ue no s vi no s , f o l g a d a d e a b o nd a mi e nto d e p a n, r i ca d e
me ta l e s d e p l o mo e d e e s ta ño e d e a r g e n vi vo e d e f i e r r o e
d e a r a mb r e e d e p l a ta e d e o r o e d e p i e d r a s p r e ci o s a s , e
d e to d a ma ne r a d e p i e d r a má r mo l , e d e s a l e s d e ma r , e d e
s a l i na s d e ti e r r a , e d e s a l e n p e ña s , e d e o tr o s ve ne r o s
mucho s d e a zul , e a l ma g r a , g r e d a , e a l umb r e , e o tr o s
mucho s d e cua nto s s e f a l l a n e n o tr a s ti e r r a s . B r i o s a d e
s i r g o , e d e cua nto s e f a l l o d e d ul zo r d e mi e l e d e a zúca r ,
a l umb r a d a d e ce r a , a l umb r a d a d e o l i o , a l e g r e d e a za f r á n.
E E s p a ña s o b r e to d a s l a s co s a s e s e ng e no s a e a un te mi d a e
mucho e s f o r za d a e n l i d , l i g e r a e n a f a n, l e a l a l Se ño r ,
a f i r ma d a e n e l e s tud i o , p a l a nci a na e n p a l a b r a , co mp l i d a
d e to d o b i e n: e no n ha ti e r r a e n e l mund o q ue l s e me j e e n
b o nd a d , ni n s e y ua l e ni ng una a e l l a e n f o r ta l e za s , e p o ca s
ha e n e l mund o ta n g r a nd e s co mo e l l a . E s o b r e to d a s
E s p a ña e s a b o nd a d a e n g r a nd e za : ma s q ue to d a s p r e ci a d a
p o r l e a l ta d . ¡O E s p a ña ! N o n ha ni ng uno q ue p ue d a co nta r
tu b i e n” .
Vayamos ahora al reverso de la medalla, y veamos otro
cuadro en el que la inscripción es El llano de España, en el
momento en el que, según el relato de la Crónica, después de
la victoria de los moros, f i ncá r a to d a l a vi d a va zi a d e l
p ue b l o , b a ña d a d e l a g r i ma s , co mp l i d a d e a p e l l i d o ,
hue s p e d a d e l o s e s tr a ño s , e ng a ña d a d e l o s ve ci no s ,
co nf o nd i d a d e l o s b a r b a r o s , d e s me d r a d a p o r l l a nto e p o r
l l a g a , f a l l e s ci d a d e f o r ta l e za , f l a ca d e f ue r za , me ng ua d a
d e co no r te , a s o l a d a d e l o s s uy o s . . . Ol vi d a d o s l e s o n s us
ca nta r e s ; e e l s u l e ng ua j e y a to r na d o e s e n a g e no e e n
p a l a b r a e s tr a ña .
Los pasajes más atrayentes de la Crónica son estas largas
narraciones. Son también las más poéticas, y su poesía es tal
que, en ciertas partes, ha sufrido algunos ligeros cambios en la
frase para convertirla en romances populares235. Otras partes
235
Esta observación es aplicable a un gran número de pasajes de la
tercera parte de la Crónica de España. Pero ninguna recibe más
directamente la aplicación que las historias de Bernardo del Carpio y los
Infantes de Lara, en los que se encuentran grandes partes copiadas, palabra
por palabra, en los romances. No voy a citar nada más que las siguientes:
1º En Bernardo del Carpio, los romances comienzan así:-El Conde don
212
Capítulo VIII
ma y o r d ue l o d e l mund o ; e ve s ti ó s e p a ño s d e d ue l o ; e f ue s e
p a r a e l r e y D. Al f o ns o . E e l R e y cua nd o l o vi d o , d i xo l :
B e r na l d o , ¿ p o r a ve ntur a co b d i ci a d e s l a mue r te mí a ?
Po r q ue B e r na l d o s i e mp r e to vo f a s ta a q ui q ue e r a f i j o d e l
r e y D. Al f o ns o . E B e r na l d o l e d i xo : Se ño r , no n q ue r r i e y o
vue s tr a mue r te , ma s he muy g r a nd e p e s a r p o r q ue mi p a d r e
e l co nd e D. Sa nd i a s y a ce e n p r i s i ó n, e p i d o vo s p o r me r ce d
q ue me l o ma nd e d e s d a r . E e l R e y Do n Al f o ns o cua nd o e s to
o y ó d i xo l e : B e r na l d o , p a r a vo s d e l a nte d e mi e nunca
j a má s s e a d e s vo s o s a d o d e e s to me d e ci r , ca y o vo s j ur o
q ue nunca ve a d e s a vue s tr o p a d r e f ue r a d e p r i s i ó n e n
cua nto s d í a s y o vi va . E B e r na l d o l e d i xo : Se ño r , R e y s o d e s
e f a r e d e s l o q ue to vi e r d e s p o r b i e n; e r ue g o a Di o s q ue vo s
me ta e n co r a ço n q ue l o s a q ue d e s d e nd e : ca y o , Se ño r , no n
d e xa r é d e vo s s e r vi r cua nto y o má s p ud i e r e . ”
A pesar de esta negativa, cada vez que en estos tiempos
problemáticos tenía necesidad de grandes servicios de
Bernardo, le prometía la libertad de su padre como
recompensa. Pero estas promesas eran constantemente
frustradas; renunció a sus deberes como súbdito y declaró la
guerra a su tío tan tramposo y a uno de sus sucesores, Alfonso
el Grande 237. Al fin, Bernardo llegó a reducir la autoridad real
a tal punto que el rey prometió, de la manera más solemne
librar a su prisionero si por su parte Bernardo aceptaba librar el
castillo fortaleza de Carpio cuya resistencia era realmente
formidable. El hijo no dudó más, y el rey envió a buscar al
conde, pero lo encontraron muerto, probablemente a causa de
las precauciones reales. No obstante, la muerte del conde no
impidió al cobarde monarca apoderarse del castillo, precio
estipulado por el rescate del prisionero; además ordenó hacer
salir al muerto a caballo, como si estuviera vivo, y, en
compañía de Bernardo, que no sospechaba una burla tan
cruel, avanzó a su encuentro.
E d e s p ue s q ue s e l l e g a r o n to d o s e n uno , co nti núa l a
a nti g ua cr ó ni ca , co me nzó B e r na r d o a d a r vo ze s co n g r a n
a l e g r í a e d e ci r : ¡Ay Di o s ! ¿ Do vi e ne a q ui e l co nd e Do n
Sa nd i a s d e Sa l d a ña ? E e l r e y Do n Al f o ns o l e d i xo : Ve d e s l o
d o e s tá ; y d l o a s a l ud a r , p ue s q ue ta nto l o co b d i ci a s te s
ve r . E B e r na l d o f ue e nto nce s p a r a é l e b e s o l l a ma no , ma s
cua nd o g e l a f a l l ó f r i a , e l e vi d o to d a l a co l o r r e ne g r i d a ,
e nte nd i ó q ue e r a mue r to , e co n e l p e s a r q ue e nd e o vo ,
237
Crónica general de España, ed. 1541, fol. 236.
214
Capítulo VIII
co me nzó a d a r g r a nd e s vo ce s , e f a ce r g r a nd d ue l o
d i zi e nd o : ¡Ay co nd e D. Sa nd i a s ! Que ma l ho r a me
e ng e nd r a s te s , ca nunca vo s s o d e s mue r to e e l ca s ti l l o y o
he p e r d i d o , no n s é co ns e i o e n e l mund o q ue f a y a . E
a l g uno s d i ce n e n s us Ca nta r e s d e g e s ta q ue l e d i xo
e nto nce s e l R e y : D. B e r na l d o . Oy ma s no n e s ti e mp o d e
mucho f a b l a r y d i g o vo s “ q ue me s a l g a d e s l ue g o d e l a
ti e r r a , e t no n me s te d e s y ma s , e tc. .
Esta narración es una de las partes más interesantes de
la antigua Crónica general, que es, en su conjunto, muy
curiosa, animada y pintoresca. Está escrita con más libertad de
estilo y menos exactitud que otras obras de su noble autor. En
la última parte se nota el deseo de corrección, que es
imperceptible en las dos primeras y aparece ligeramente en la
tercera. No hacen nada más que transmitir el espíritu de su
siglo, y tomadas en conjunto no son solamente las crónicas
más interesantes de España, sino los relatos más interesantes
de los que, en otros países, marcan la transición de las
tradiciones poéticas y románticas a la severa exactitud de la
verdad histórica.
La vieja crónica que reclama a continuación nuestra
atención es la que se llama con una simplicidad primitiva:
Crónica del Cid, tan importante como la que acabamos de
examinar, vista bajo ciertos aspectos, aunque menos bajo
otros. La primera cosa que nos llama la atención cuando la
abrimos, es que, todo tiene la apariencia y el orden de una
obra separada e independiente, y es en sustancia la misma en
las doscientas ocho páginas que constituyen la primera parte
del cuarto libro de la Crónica general de España, de suerte
que la una ha sido, ciertamente, tomada de la otra, o las dos
han tomado de una misma fuente común. Esta última
hipótesis se presenta, puede ser, como la más natural y ha
sido la adoptada algunas veces238; pero un examen más
profundo hace preguntarse por la probabilidad de que la
Crónica del Cid hubiera sido tomada del libro de Alfonso el
238
Es la opinión de Southey en el prólogo a la Crónica del Cid,
libro de los más entretenidos e instructivos, en lo que se refiere a las
costumbres y sentimientos de la Edad Media, sin ser una traducción
perfecta de tres originales españoles, como se pretende. La opinión de
Huner, a este punto de vista, es la misma que la de Southey.
215
Capítulo VIII
239
Las dos crónicas citan como sus autoridades al arzobispo D.
Rodrigue de Toledo y al obispo Lucas de Tuy, en Galicia (Cid, cap.
CCIII,- General, 1604, fol. 213 b y otros), y les suponen ya muertos.
Según esto, el primero murió en 1247, y el segundo entre 1250 y como
la Crónica de Alfonso X, fue necesariamente escrita entre 1252 y 1282, y
probablemente poco después de 1252, no es una suposición que la
Crónica del Cid, ni ninguna otra crónica en lengua castellana, en la que
la Crónica general podia hacer uso, había ya sido compuesta. Hay varios
pasajes en la Crónica del Cid que pruban que es posterior a la Crónica
general.En los capítulos CCXCXIV, CCXCXV y CCXCXVI de la
Crónica del Cid, por ejemplo, se corrige un error de dos años cometido
en la cronología de la Crónica general. De otro lado, en la Crónica
general (ed. 1604, fol. 313 b), después de la descripción del entierro del
Cid por los obispos, en una cripta, revestido de sus trajes, se dice: E assi
yace ay do agora yaze. Pero en la Crónica del Cid, estas palabras han
desaparecido, y en su lugar se dice: y allí quedó por largo tiempo hasta
que el Rey D. Alfonso llegó al trono, E hy estudo muy grand tiempo
fasta que vino el rey don Alfonso a reinar (Ver “ Noticias y
Adiciones”, p. 686) . Después de estas palabras, continúa el relato del
traslado del cuerpo a otra tumba por parte de Alfonso el Sabio, el hijo de
Fernando. Pero además de que estas palabras son, evidentemente, un
añadido a la Crónica del Cid, hecho después del relato que hace la
Crónica general, contienen también un error muy curioso. Hablando de
san Fernando, con la fórmula acostumbrada: “ El que conquistó
Andalucía, tomó Jaén y otras muchas villas y castillos,” añade, Según
que adelante vos lo contara la historia.” O la historia del Cid no tiene
nada que ver con la historia de san Fernando, que vivió cien años
después de él y del que no se hace mención en la Crónica. Por tanto, el
corto pasaje que relata el traslado del cuerpo del Cid a otra tumba, en el
siglo XIII, debe ser, probablemente sacado de otra crónica que contenía
216
Capítulo VIII
las historias de san Fernando y del Cid juntas. En cuanto a mí, yo creo
que fue tomada del Compendio de la Crónica general de Alfonso el
Sabio, redactada por su sobrino D. Juan Manuel, que tomó con
diligencia la ocasión de insertar una edición tan honrosa para su tio,
cuando llega el momento del entierro del Cid, entierro que el relato había
dejado de ser verdadero en la Crónica general, cap. CCXCI.
Es un hecho muy curioso, incluso para los que son ajenos a las
búsquedas actuales, el ver los restos del Cid, además del traslado por
Alfonso el Sabio, en 1272, depositados sucesivamente en diferentes
lugares en 1447, en 1451, al comienzo del siglo XVIII, y también por
una hecho malhadado del general francés Thibaut, en 1809 o 1810, hasta
que finalmente, en 1824, fueron depositados en el santuario primitivo de
san Pedro de Cardeña (Semanario Pintoresco, 1838, p. 648).
240
Si nos preguntamos quienes fueron las autoridades en las que se
apoya la parte de la Crónica general relativa al Cid, se puede responder:
1º En las autoridades citadas en el Prólogo de la obra del mismo
D. Alfonso, y en la que algunas son también citadas cuando habla del
Cid. La más importante de ellas es la Historia gótica del arzobispo D.
Rodrigue (véase Nicolás Antonio, Biblioteca vetus, libro VIII, cap. II,
28.
2º Es probable que existieran algunas memorias árabes sobre el
Cid, tales como las que ve en una parte de su vida el sobrino de Alfaxati,
moro convertido, que menciona la misma crónica en el cap. CCLXXVIII,
y la Crónica general, ed. 1541, folio 359-b. Sin embargo, no hay nada en
la crónica que conserve un cierto matiz árabe, excepto los lamentos sobre
la toma de Valencia, que comienza así: “ Valencia, Valencia, vencieron
sobre ti muchos quebrantos: Valencia, Valencia, numerosos desastres han
caido sobre ti,” lamentos que se encuentran en el folio 329-a, pobremente
amplificados todavía en el folio 329-b, y que dan por resultado el bello
romance “ Apretada está Valencia”, romance cuya antigüedad se puede
remontar al Romancero impreso por Marín Nucio en 1550 en Anvers,
pero que no re remonta más lejos, creo yo. Si hay alguna cosa en la
Crónica del Cid tomada de documentos en lengua árabe, estos
documentos fueron escritos por cristianos, o el carácter cristiano está
217
Capítulo VIII
241
Algunas veces se ha hecho, por anticipación, alusión a algún
pasaje de la historia del Cid, y se añade después, “ como lo relata pronto
la historia” de donde resulta la certeza de que la historia del Cid fue vista
al principio como una parte necesaria de la Crónica general (Crónica
general, ed. 1604, IIIª parte, fol. 92, V). También llegando a la cuarta
parte, a la que corresponde realmente, nos encontramos primeramente un
capítulo relativo al advenimiento de Fernando el Grande, puesto que la
historia del Cid tiene conexión con la narración de los reinados de
Fernando I, Sancho II y Alfonso VI. Puesto que es cierto que el conjunto
forma una parte integrante de la Crónica General y no una crónica
separada del Cid que, aunque esta historia fue destacada para formar un
crónica aparte, toman los tres reinados de los tres soberanos que hemos
mencionados, y se pone al principio un capítulo diez años anterior al
nacimiento del Cid, y termina con otros cinco capítulos relatando los
sucesos de diez años después de su muerte, y acaba con algunas líneas en
las que busca excusarse de que (Crónica del Cid, Burgos, 1593, fol. 277)
el libro es más la crónica de estos reyes que la crónica del Cid. Estos son
los hechos que, otra de sus diferencias características, existen entre una y
otra y de las que hemos dado una idea, nos llevan a creer que la crónica
del Cid está sacada de la Crónica general.
219
Capítulo VIII
242
Masdeu (Historia crítica de España, Madrid, 1783-1805, in-4º,
tom. XX) quiere hacernos creer que todo no es nada más que una fábula.
Pero esta opinión exige una credibilidad demasiado grande. Esta cuestión
ha sido tratada con mucha sagacidad y erudición por Joseph Aschbach en
De Cidi Historiae fontibus disertatio (Bonae, in-4, 1843, p. 54) En
cuanto a los actos individuales del Cid, no se puede establecer nada más
que hay pocos que tengan completa certeza.
220
Capítulo VIII
d i j o : - a mi g o s , q ui e r o q ue s e p a d e s q ue p l a ce r á a l a
vo unta d d e Di o s q ue to ma r e mo s a Ca s ti l l a co n g r a nd ho nr a
e co n g r a nd g a na nci a 2 4 3 ” .
Algunos trazos de las costumbres en este corto trozo,
tales como la alusión al tribunal situado en la puerta donde el
Cid, con una patriarcal sencillez, había administrado justicia a
sus vasallos, da resplandor a esta pobre profecía recogida del
deseo de esta vieja mujer, augura que parece ver a sus ojos
más fuerza que las oraciones que venía de dirigir a las
valerosas esperanzas que pusieron sobre las fronteras de los
moros, semejantes trazos dan una vida y una verosimilitud tal
a esta crónica que se hace sensible a nuestros ojos y a los
tiempos en los que vivió el Cid y a los sentimientos que le
animaron. Si a estos tesoros particulares se les añaden los que
contienen el resto de la Crónica general, encontraremos en el
conjunto casi todas las fábulas y aventuras novelescas y
poéticas que pertenecen a los tiempos primitivos de la historia
de España. Obtendremos, al mismo tiempo, un cuadro
viviente del estado de las costumbres en este oscuro período,
cuando los elementos de la sociedad moderna comenzaban a
salir del caos en el que por largo tiempo habían estado
sumidos, y fuera del que la acción sucesiva de los siglos les ha
243
El trozo de la Crónica del Cid del que se ha tomado este
pasaje, es uno de los que tienen menos parecido con las partes
correspondientes de la crónica general: se encuentra en el cap. XCI. Hay
otros en los capítulos LXXXVIII y XCIII que no tienen equivalentes en
la misma Crónica general (1604, fol. 224 L), aunque, en las partes en las
que se parecen el uno al otro, la fraseología es frecuentemente idéntica. El
pasaje que hemos elegido ha sido inspirado, creemos, en los primeros
versos que nos quedan del Poema del Cid. Si tuviéramos los versos
precedentes podríamos, quizás, darnos cuenta de más número de
adiciones hechas en la Crónica sobre este pasaje. He aquí los versos de
los que hablamos que muestran que este pasaje, como tantos otros, está
sacado del poema:
De s us o j o s ta n f ue r te me nte l l o r a nd o
T o r na b a l a ca b e za , e e s tá b a l o s ca ta nd o .
Vi o p ue r ta s a b i e r ta s e uzo s s i n ca ña d o s ,
Al ca nd a r a s va cí a s , s i n p i e l l e s e s i n ma nto s ,
E s i n f a l co ne s e s i n a d to r e s mud a d o s .
So s p i r o , mí o Ci d , ca mucho a vi e g r a nd e s cui d a d o s .
221
Capítulo VIII
CAPÍTULO IX
244
Es bastante similar a la introducción de Las Partidas que
comienzan así: “ Los sabios de la antigüedad, que existieron en los
primeros tiempos y que encontraron las ciencias y otras cosas, pensaron
que pecarían, en sus actos y en su lealtad, si no las querían para otros
hombres que vendrían después de ellos, como para ellos mismos y para
los que vivían en su época, etc.” Este tipo de introducciones son
comunes en muchas otras antiguas crónicas y en otros antiguos libros
españoles.
223
Capítulo IX
245
“ Crónica del muy esclarecido principe y rey D. Alfonso, el que
fue par de emperador, y hizo el libro de las Siete Partidas, y ansimismo
al fin de este libro va incorporada la Crónica del Rey Sancho el Bravo,
etc. (Valladolid, 1554, fol.)”. Tambien se puede incluir en este período la
“ Crónica del muy valeroso Rey D. Fernando, viznieto del santo Rey D.
Fernando, etc. (Valladolid, 1554, in-fol.).”
246
Se puede ver una larga discusión sobre este punto en la
“ Memorias de Alfonso el Sabio” escritas por el marqués de Mondejar,
pp. 569-635. No obstante, Clemencín atribuye la crónica a Fernán
Sánchez de Tovar. (Memorias de la Academia de la Historia, tom. VI,
p. 541)
224
Capítulo IX
247
Existe una edición de esta Crónica (Valladolid, 1551, in-fol.)
mejor de lo que son normalmente las antiguas ediciones de este género
de libros españoles. Pero la mejor es la de Madrid, in-4º, por Cerdá y
Rico, y publicada bajo los auspicios de la Academia Real de la Historia.
248
La frase es bastante conocida:”Mando a Juan Núñez de
Villaizan, alguacil de la su casa, que la ficiese trasladar en pergaminos, e
fizola trasladar, et escribiola Ruy Martinez de Medina de Rioseco, etc.”
(Ver el Prólogo).
249
Cap. CCXL y siguientes.
225
Capítulo IX
muy no b l e R e y D. Al f o ns o d e Ca s ti l l a e t d e L e ó n, e t d e l o s
l i d e s e t co nq ui s ta s e t vi cto r i a s q ue o vo e t f i zo e n l a s u
vi d a co n M o r o s e t co n Cr i s ti a no s , e t co me nza r á e n e l a ño
XV d e s u r e y g na d o d e l muy no b l e R e y D. F e r na nd o s u
padre 250.”
No obstante, el reinado de su padre no ocupa nada más
que tres capítulos, mientras que el resto de la Crónica, que en
total comprende trescientos cuarenta y dos capítulos, nos
conduce hasta la muerte de Alfonso, que murió de la peste
ante Gibraltar, y se termina bruscamente con esta desgracia.
Su tono general es grave y decisivo, tal y como conviene a
una persona que habla con autoridad sobre hechos
importantes. De manera que raramente nos encontramos
algunos trazos de costumbres parecidas al relato que
incluimos a continuación sobre la juventud del rey a la edad
de quince años:
E co mo q ui e r q ue e n cua nto e l e s ti l o e n l a vi l l a d e
Va l l e d o l i t, o vi e s e n y e s ta d o co n e l ca b a l l e r o s y e s cud e r o s ,
e t s u a mo M a r tí n F e r na nd e z d e T o l e d o q ue l o cr i a b a , e t
q ue e s ta b a co n é l d e s d e g r a n ti e mp o , a nte q ue l a R e y na
f i na s e , e o tr o s o me s q ue d e l ue ng o a vi a n us a d o l o s
p a l a ci o s e t l a s co r te s d e l o s r e y e s , e t d e to d o s e s to s l e
mo s tr a b a n b ue na s co s tumb r e s , e t o tr o s í a vi e nd o cr i a d o
co n é l f i j o s d e r i co s -ho me s , e t ca b a l l e r o s f i j o s -d a l g o , p e r o
e l R e y e n s i d e s u co nd i ci ó n e r a b i e n a co s tumb r a d o e n
co me r , e t b e b í a muy p o co , e t e r a muy a p ue s to e n s u ve s ti r ,
e t e n to d a s l a s o tr a s s us co s tumb r e s a vi a b ue na s
co nd i ci o ne s ; ca l a p a l a b r a d e l e r a b i e n ca s te l l a na , e t no n
d ub d a b a e n l o q ue ha b í a d e d e ci r . E t e n cua nto e l e s ti d o
e n Va l l e d o l i t, a s e nta b a s e tr e s d í a s a l a s e ma na a o i r l a s
q ue r e l l a s e t l o s p l e i to s q ue a nte é l ve ní a n, e t e r a b i e n
vi s to e n e nte nd e r l o s f e cho s , e t e r a d e g r a n p r i o r i d a d , e t
a ma b a l o s q ue l e s e r ví a n ca d a uno e n s u ma ne r a , e t f i a b a
b i e n e t co mp l i d a mi e nte d e l o s q ue a vi a d e f i a r . E t l ue g o
co me nzó d e s e r mucho ca va l g a nte , e t p a g ó s e mucho d e l a s
a r ma s ; e t p l a cí a l e mucho d e a ve r e n s u ca s a o me s d e g r a nd
f ue r za , e q ue f ue ze n a r d i te s , e t d e b ue na s co nd i ci o ne s . E t
a ma b a mucho to d o s l o s s uy o s , e t s e ntí a s e d e l g r a nd d a ño
e t g r a nd ma l q ue e r a e n l a ti e r r a p o r me ng ua d e j us ti ci a ,
e t a vi a muy ma l ta l a nte co ntr a o s ma l f e cho r e s 2 5 1 .
250
Edición 1787, p.3.
251
Edición de 1787, p. 80.
226
Capítulo IX
252
Para la vida de Ayala, véase Nicolás Antonio, Biblioteca vetus,
libro X, cap. I.
253
Todo el relato de Froissart debe ser leido, sobre todo, en la
traducción inglesa de lord Berners (Londres, 1812, in-4º, vol. I, cap.
CCXXXI), como un comentario y una aclaración de la vida de Ayala.
227
Capítulo IX
254
Véase el pasaje en el que Mariana da la descripción de la batalla
(Historia general de España, libro XVII, cap. X):
M a s co mo q ui e r q ue no s e co nco r d a s e n e n e l
p unto p r i nci p a l d e l a p o s e s i ó n d e l r e i no , p e r d i d a l a
e s p e r a nza d e ni ng ún co nci e r to , o r d e na r o n s us ha ce s e n
g ui s a d e p e l e a r . D. E nr i q ue p us o a l a ma no d e r e cha l a
g e nte d e F r a nci a , y co n e l l a a s u he r ma no D. Sa ncho , co n
l a ma y o r p a r te d e l a no b l e za d e Ca s ti l l a ; a s u he r ma no D.
T e l l o y a l co nd e d e De ni a , ma nd ó q ue r i g i e s e n e l l a d o
i zq ui e r d o ; é l co n s u hi j o e l co nd e D. Al f o ns o , s e q ue d ó e n
e l cue r p o d e l a b a ta l l a . L o s e ne mi g o s , q ue s e r í a n d i e z mi l
ho mb r e s d e a ca b a l l o y o tr o s ta nto s i nf a nte s , r e p a ti e r o n
d e e s ta me ne r a s us e s cua d r o ne s . L a va ng ua r d i a l l e va b a n
e l d uq ue d e Al e nca s tr e y H ug o Ca r b o l a zo , q ue s e e r a
p a s a d o a l o s i ng l e s e s . E l co nd e d e Ar me ña c, y M r . De
L a b r i t, i b a n p o r Ca p i ta ne s e n e l s e g und o e s cua d r ó n; e n e l
p o s tr e r o q ue d a r o n e l r e y D. Pe d r o y e l Pr í nci p e d e Ga l e s ,
y D. Ja i me , hi j o d e l r e y d e M a l l o r ca , e l cua l , d e s p ué s q ue
s e s o l tó d e l a p r i s i ó n e n q ue l e te ní a e l r e y d e Ar a g ó n,
ca s a r a co n Jua na , R e i na d e N á p o l e s . H a l l á r o ns e e n e s ta
b a ta l l a tr e s ci e nto s ho mb r e s d e a ca b a l l o N a va r r o s , q ue
co n s u ca p i tá n M a r tí n E nr i q ue , l o s e nvi ó e l r e y Ca r l o s d e
N a va r r a a f a vo r d e l r e y D. Pe d r o . Co r r í a un r í o e n me d i o
d e l o s d o s ca mp o s : p a s ó l e D. E nr i q ue , y e n un l l a no q ue
e s ta b a d e l a o tr a p a r te , o r d e nó s us ha ce s . E n e s te ca mp o
s e vi ni e r o n a e nco ntr a r l o s e j é r ci to s co n g r a nd í s i ma
f ue r i a y r ui d o d e l a s vo ce s , d e l o s co mb a te s , d e l q ue b r a r
d e l a s l a nza s y e l d i s p a r a r d e l a s b a l l e s ta s . E l e s cua d r ó n
d e l a ma no d e r e cha q ue r e g í a B e l tr á n Cl a q ui n, s uf r i ó
va l e r ó s a me nte e l í mp e tu d e l o s e ne mi g o s , y p a r e cí a q ue
l l e va b a l o me j o r ; e mp e r o e n e l o tr o l a d o q ui tó D. T e l l o
( s i n r o mp e r una l a nza vo l vi ó l a s r i e nd a s co n to d a l a
ca b a l l e r í a y p i ca r o n co n ta nta p r i e s a q ue no p a r a r o n ha s ta
B ur g o s ) a l o s s uy o s l a vi cto r i a d e l a s ma no s ; co n má s
mi e d o q ue ve r g üe nza vo vi ó e n un p unto s us e s p a l d a s , s i n
a co me te r a l o s e ne mi g o s ni e ntr a r e n l a b a ta l l a . Co mo é l y
l o s s uy o s huy e r o n, d e j a r o n d e s cub i e r to s y s i n d e f e ns a l o s
co s ta d o s d e B e l tr a n y d e D. Sa ncho , p o r d o nd e p ud i e r o n
f á ci l me nte s e r r o d e a d o s d e l o s e ne mi g o s , y a p r e tá nd o l o s
r e ci a me nte por a mb a s p a r te s , los ve nci e r o n y
d e s b a r a ta r o n. (Añadido del Traductor J. M. Arias.)
228
Capítulo IX
255
Generaciones y semblanzas, cap. VII, Madrid, 1775, in-4º, p.
222.
229
Capítulo IX
256
Es probable que Ayala hizo o fue causa de que se hiciera la
traducción de estos libros; tal es al menos la impresión que produce. Otra
es la mención de Isidoro de Sevilla, entre los autores que él hizo
conocer, parece confirmar esta opinión. Como español de gran renombre,
san Isidoro debió ser siempre muy conocido en España de cualquier otra
manera que por la traducción en español. Véase la Introducción de la
edición de Bocaccio, la Chute de Princes, 1495 (Mendez, typografía
española, Madrid, 1796, in-4º, p. 202).
257
La primera edición de las Crónicas de Ayala es la de Sevilla,
1495, in-fol. Pero parece que ha sido imprimida partiendo de un
manuscrito que no contenía toda la serie. La mejor es la que fue
publicada bajo los auspicios de la Academia Real de la Historia, por D.
Eugenio de Llaguno y Amirola, su secretario, Madrid, 1779, 2 vols. in-
4º. Que Ayala ha sido el cronista titular de Castilla es el resultado del
tono general de la obra y la afirmación directa de un viejp manuscrito que
contiene una parte y que es citado por Bayer en sus notas a Nicolás
Antonio, Biblioteca vetus, libro X, cap. I, num. 10, n. 1.
230
Capítulo IX
258
Existen alrededor de una docena de romances en los que el
protagonista es el rey D. Pedro, y entre los mejores están, en mi opinión,
“ Doña Blanca está en Sidonia; En un retrete en el que apenas; No
contento el rey D. Pedro; y Doña María de Padilla”. Este último se
encuentra en el Cancionero de Zaragoza de 1550, parte II, folio 46.
259
Véase la Crónica de Don Pedro, año 1353, caps. IV, V, XI,
XII, XIV y XXI; año 1354, caps. XIX y XX; año 1358, caps. II y III, y
año 1361, cap. III.
260
La imparcialidd de Ayala hacia D. Pedro ha sido puesta en
cuestión, y sus relaciones con el monarca le han puesto aturalmente bajo
265
Fernan Gomez de Cibdareal, médico de Juan II, “ Centon
epistolario”, Madrid, 1775, 4º. Epístolas XXIII y LXXIV, obra de la que
pondremos en duda su autenticidad más adelante.
266
Prólogo de Carvajal. Las poesías de Rodríguez de Padrón se
encuentran en los Cancioneros generales. De Diego de Valera existe la
Crónica de España, abreviada por orden de la muy poderosa dama Doña
Isabel, reina de Castilla, escrita en 1481, cuando el autor tenía sesenta y
nueve años, e impresa en 1482, 1493, 1495, etc. Crónica de un
considerable mérito por su estilo y bastante estimable, a pesar de ser
abreviada, debido a los materiales originales que contiene hacia el final,
tales como las dos elocuentes y atrevidas cartas del mismo Valera al rey
Juan II en las que hace referencia a los problemas de aquellos tiempos, y
un relato de lo que ha visto personalmente en los últimos días del Gran
Condestable (parte IV, cap. CXXV), que forma el último y más
importante capítulo del libro. (Mendoza, p. 138; Capmany, Elocuencia
española, Madrid, 1788, 8º, tomo I, p. 180). Hay que añadir que el
editor de la Crónica de Juan II (1779) piensa que fue la persona que
finalmente prepara y coordina esta crónica, pero la opinión de Carvajal
parece la más probable. Puede creerse que Valera no intervino en la
égloga que se hizo de él en el excelente relato de la Crónica (año 1437,
cap. III), en el que se muestra, cómo en presencia del rey de Bohemia, en
Praga, defendió el honor de su propio señor el rey de Castilla. Un
pequeño tratado de algunas páginas sobre la Providencia, por Diego de
Valera, fue impreso en la edición de la Visión deliciosa, en 1489, y casi
completamente reimpresa en el primer volumen de Capmany, la
Elocuencia española, tiene el mérito de ser un espécimen de la gravedad
de la prosa didáctica en el siglo XV. La Crónica de Fernando e Isabel de
Valera, la mejor y más importante de estas obras, nunca fue impresa.
Jerónimo Gadiel, Compendio de algunas historias de España. Alcalá,
1557, fol., fol. 101, b (Ver “ Notas y Adiciones”, p. 687).
235
Capítulo IX
267
Las palabras de Carvajal (p. 20) llevan a la conclusión de que
Fernán Pérez de Guzmán dio, sobre todo, el estilo y el carácter general de
ésta Crónica. “ Tomó de cada uno lo que le pareció mejor y abrevió
ciertas cosas dejando solamente lo más sustancioso, puesto que lo
juzgaba así conveniente”. Y añade que esta Crónica fue muy estimada
por Isabel, hija de Juan II.
268
Año 1451, cap. II, y 1452, cap. II. Véanse también algunas
observaciones sobre el autor de esta Crónica hechas por el editor de la
Crónica D. Álvaro de Luna. Prólogp, pp. 35-38, Madrid, 1784, 4º.
269
Por ejemplo, en el cap. VI del año 1406, en el cap. II del año
1430, en el cap. XXX del año 1441 y en el cap. III del año 1453.
270
“ Es sin duda la más puntual i la más segura de quantas se
observan antiguas” (Mondejar, Apuntes y juicio sobre los principales
historiadores de España, Madrid, 1746, fol. P. 112.)
236
Capítulo IX
271
Anales 1453, cap. IV.
272
Anales 1406, caps. II, III, IV, V, VI, XV; Anales 1407, caps.
VI, VII, VIII, etc.
273
Esta crónica nos da, en un pasaje que hemos resaltado y que no
es probablemente el único, un curioso ejemplo de la menra en la que toda
clase de crónicas españolas a la que ella pernece, sirve algunas vces a la
poesía de los viejos romances que nosotros admiramos. Este ejemplo se
encuentra en el relato del suceso principal de aquellos tiempos, la
violenta muerte del Gran Condestable Don Álvaro de Luna, y en el bello
romance: Un miércoles de mañana, evidentemente tomado de la Crónica
de Don Juan II. Estos dos trozos merecen compararse, y sus
coincidencias son sorprendentes por su parecido. Nosotros daremos un
ligero ejemplo que hará comprender el interés del conjunto.
La Crónica (año 1453, cap. II) se expresa así: E vi d o a
B a r r a s a , ca b a l l e r i zo d e l Pr í nci p e , é l l a mó l e é d í j o l e : Ve n
a cá B a r r a s a , tu e s ta s mi r a nd o l a mue r te q ue me d a n. Y o te
r ue g o q ue d i g a s a l p r í nci p e mi s e ño r , q ue d é ma j o r
237
Capítulo IX
g ua l a r d ó n a s us cr i a d o s , q ue e l R e y , mi s e ño r , ma nd ó d a r
a mí . El citado romance, como nadie, ni siquiera Durán, aunque se
encuentra en los romances de Sepúlveda, (1584, folio 204), sin estar en la
edición de 1551, recuerda, con muy poca diferencia poco después, las
mismas sorprendentes circunstancias, algo ampliadas en estos versos:
Y vi d o e s ta r a B a r r a s a
Que a l Pr í nci p e l e s e r ví a
De s e r s u ca b a l l e r i zo ,
Y vi no a ve r a q ué l d í a
A e j e cuta r l a j us ti ci a
Que e l M a e s tr e r e ci b í a :
“ Ve n a cá , he r ma no B a r r a s a ,
Dí a l Pr í nci p e , p o r tu vi d a ,
Que d é me j o r g a l a r d ó n
A q ui e n s e r v a s u s e ño r í a
Que no e l q ue e l r e y , mi s e ño r ,
M e ha ma nd a d o d a r e s te d í a . ”
Tan grande es a menudo el parecido de las viejas pcrónicas
españolas con la poesías, y a menudo la de los viejos romances y la
historia. La crónica de Juan II es, creo yo, la última a la que se puede
aplicar esta observación.
Si se ha dudado de la autenticidad del Centón epistolario, de
Gómez de Cibdareal, citaremos la carta CIII como el origen del relato que
va a hacer la crónica.
238
Capítulo IX
274
He tenido a mi disposición una copia del manuscrito de la
Crónica de Palencia, que me ha procurado mi amigo W. H. Prescott, que
la cita como uno de los materiales que le han servido para su Historia de
Fernando e Isabel (vol. I, p. 136, ed. Americana). Una biografía completa
de Palencia se encuentra en Juan Pellicer, Biblioteca de traductores,
Madrid, 1778, 4º, segunda parte, pp. 7-12.
275
Debo también el conocimiento de este manuscrito a mi amigo
W. H. Prescott, que me ha prestado su copia. Contiene ciento cuarenta y
cuatro capítulos; en los que se puede ver la credulidad y la superstición
de su autor así como sus buenas cualidades en las descripciones de las
Vísperas sicilianas (c. CXCIII), de las islas Canarias (c. LXIV), del
terremoto de 1504 (c. CC) y de la elección de León X (c. CCXXXIX).
239
Capítulo IX
CAPÍTULO X
282
Se encuentra una narración del “ Paso honroso” como un hecho
memorable de aquellos tiempos, en la Crónica de D. Juan II (anales
1433, c. V), y en Zorita (Anales de Aragón, libro XIV, c. XXII). El libro
mismo, el Paso honroso defendido por el excelente caballero Suero de
Quiñones, fue preparado sobre el puente del Órbigo por Delena, uno de
los notarios del rey D. Juan II, abreviado por Fray Juan de Pineda,
publicado en Salamanca en 1588 por Cornelio Bonasdo, tamaño 8º, y
más tarde, en Madrid, bajo los auspícios de la Academia de la Historia
en 1783, en tamaño 4º. Los extensos pasajes del original se conservaron
palabra a palabra en los párrafos 1, 4, 7, 14, 75, etc. En otras partes
parece que fue desfigurado por Pineda (Pellicer, Nota a D. Quijote, parte
I, c. XLIX). El poema Esvero y lamedora, en doce cánticos, por D. Juan
Maria Maury (París, 1840, tamaño 12), está fundado en las aventuras
tomadas de esta crónica, así como el Paso honroso de D. Ángel de
Saavedra, duque de Rivas, en cuatro cánticos, insertado en el segundo
volumen de sus obras (Madrid, 1820-21, 2 vol. Tamaño 12).
244
Capítulo X
283
Véase en las líneas 23 y 64, y en la 25 un voto de lo más
curioso que hace uno de los caballeros ofendidos, de no amar a las
religiosas como hasta entonces había hecho.
284
Don Quijote hizo, precisamente del “ Paso honroso” el uso que
se debía esperar del instinto y finura que muestran tan a menudo los
locos; y este pasaje es uno de los numerosos ejemplos que prueban el
conocimiento profundo que tenía Cervantes del corazón humano (parte I,
cap. XLIX).
285
Si recorremos los años que transcurren inmediatamente antes o
después del año 1434, en el que tuvo lugar el “ Paso honroso”, nos
encontramos con cuatro o cinco casos parecidos (Crónica de D. Juan II,
1434, cap. II; 1434, cap. IV; 1435, cap. III y VIII; 1436, cap. IV). Toda
la crónica está llena, y en varias figura el gran condestable D. Álvaro de
Luna.
245
Capítulo X
286
El “ Seguro de Tordesillas” se imprimió en Milán en 1511. No
ha habido otra edición que la de Madrid en 1784, in-4º, y ésta última es
la mejor.
287
“ Nos desnaturamos”, tal era la antigua frase expresiva del viejo
castellano empleada por los principales personajes en esta ocasión, y
entre otros, por el Condestable D. Álvaro de Luna, para significar que,
durante el tiempo de los tratados, no estaba obligado a obedecer ni al
mismo Rey. (Seguro, cap. III)
246
Capítulo X
288
Véase la Crónica de D. Juan II, 1440-1441 y 1444, cap. III.
Manrique escribió con razón estas bellas estrofas sobre la inestabilidad de
la fortuna:
¿ Que s e hi zo e l r e y Do n Jua n?
L o s i nf a nte s d e Ar a g ó n
¿ Qué s e hi ci e r o n?
Que f ue d e ta nto g a l a n
Que f ue d e ta nta i nve nci ó n
¿ Có mo tr uxe r o n?
El comentario de Luis de Aranda sobre este pasaje es excelente,
y aclara bien la vieja crónica. Éstas son las estrofas completas de Manrique) :
"¿Q ué se f izo el r e y d o n Jua n? ¿ Qué s e hi zi e r o n l a s
d a ma s ,
L o s i nf a nte s d e Ar a g ó n s us to ca d o s , s us ve s ti d o s ,
¿ q ué s e hi zi e r o n? s us o l o r e s ?
¿ Qué f ue d e ta nto g a l á n, ¿ Qué s e hi zi e r o n l a s l l a ma s
q ué f ue d e ta nta i nve nci ó n d e l o s f ue g o s e nce nd i d o s
co mo tr a xi e r o n? d e a ma d o r e s ?
L a s j us ta s y l o s to r ne o s , ¿ Qué s e hi zo a q ue l tr o b a r ,
p a r a me nto s , b o r d a d ur a s l a s mús y ca s a co r d a d a s
y ci me r a s , q ue ta ñí a n?
¿ f ue r o n s i no d e va ne o s , ¿ Qué s e hi zo a q ue l d a nça r ?
q ué f ue r o n s i no ve r d ur a s ¿ Y a q ue l l a s r o p a s
cha p a d a s
d e l a s e r a s ? q ue tr a í a n? "
247
Capítulo X
292
Véase la parte I, caps. XIV y XV.
293
Véase la parte II, caps. I y XIV.
294
Véase la parte II, caps. XVI y XL.
295
Véase la parte III, cap. II, etc.
296
Mosén Arnao de Tria. Véase “ El Victorial”, Crónica de Don P ero
Niño, conde de Buelna. Edición y estudio de Juan de Mata Carriazo, Madrid,
Espasa Calpe, 1940, pp. 219, 241, 242, 244 y 246. (Nota del traductor J. M.
Arias).
297
Véase la parte II, caps. XXXI y XXXVI. E s te ca b a l l e r o
a vi a s u mug e r , l a má s f e r mo s a d ue ña q ue a vi a e n
N o r ma nd i a , hi j a d e l s e ño r d e B e l a ng a s . H e r a muy l o a d a
e n to d a s l a s co s a s q ue a g r a nd s e ño r a p e r te ne cí a n, muy
s e s ud a , e p o r d e me j o r r e g i mi e nto q ue o tr a ni ng una g r a nd
s e ño r a d e l a s d e a q ue l l a p a r ti d a ; e me j o r g ua r ni d a . E l l a
te ní a s u g e nti l mo r a d a a p a r te d e l a d e l a l mi r a nte . Pa s a va
e ntr e l a una p o s a d a e l a o tr a una p ue nte l e va d i ça : a ma s
l a s p o s a d a s he r a n d e ntr o d e vna çe r ca . L a s g ua r ni çi o ne s
d e l l a he r a n ta nta s , e d e ta n e s tr a ña s g ui s a s , q ue s e r i s
l ue ng a r a zó n d e co nta r . E l l a a vi a f a s ta d i e z d a mi s e l a s d e
p a r a xe , muy g ua r ni d a s e b i e n a d e r e za d a s ; e s ta s no n a vi a n
q ui d a d o d e ni ng una co s a , s i no n d e s us q ue r p o s , e d e
a g ua r d a r a l a s e ño r a ta n s o l a me nte . E nd e a vi a o tr a s
mucha s ca ma r e r a s . (Nota del Traductor J. M. Arias).
249
Capítulo X
298
Véase la parte II, caps. III y V.
Los amores de D. Pero Nuño y doña Beatriz se encuentran
también en la poesía contemporánea. En efecto, el conde Villasandino,
célebre poeta de la época de Enrique III y de Juan II, le compuso versos
que dirigió a su amada (véase Castro, Biblioteca Española, tomo I, pp.
271 y 274).
299
La Crónica de D. Álvaro de Luna se imprimió por primera vez
en Milan, en 1546, in-fol. Por deseo de uno de los descendientes del
condestable. A pesar de su importancia y de su interés, no se editó nada
más que una vez después, gracias a Flores, activo secretario de la
Academia de la Historia (Madrid, 1784, in. 4º). “ Privado del Rey” es el
título con el que normalmente se designa a Álvaro de Luna. Manrique le
llama “ tan privado” palabra que se deriva de la lengua inglesa. Lord
Bacon, en su Ensayo, XXVII, dice: “ Las lenguas dan a tales personas el
nombre de favoritos o privados (Ver Notas y Adiciones, p. 687).
250
Capítulo X
300
Caps. XCI-XCV. Véase también la curiosa pieza de poesía
compuesta por Juan de Mena, poeta de la Corte, sobre la herida del
condestable durante el sitio.
301
Cap. LXVIII
302
Caps. LXXIV, etc.
303
Caps. CXXVII, CXXVIII, en los que se encuentran los detalles.
El aire grave y el talante del condestable, la forma en que fue conducido
sobre una mula al lugar del suplicio, el profundo silencio de la multitud
ante su ejecución, prueban, según yo creo, que el autor era un testigo
ocular de las circunstancias que describe tan bien.
251
Capítulo X
304
El error entre estos dos personajes, llamado uno Hernan Pérez
del Pulgar y el otro Fernando Pérez del Pulgar parece haber sido una
constante de su vida. Se puede deducir del pasaje que sigue extraido de
una carta picante del último a Pedro de Toledo. “ y puesto que usted
quiere saber cómo me debe llamar, sepa señor, que se me llama
Fernando, que me llamaba y que me llamará Fernando, y que si me da el
Maestrazgo de Santiago, me llamará también Fernando, etc”. (Carta XII,
Madrid, 1775, in-4º, p. 153). En cuanto al error propagado en tiempos
más modernos, véase Nicolás Antonio (Bibloteca Nova, tomo I, p. 387),
que parece bastante confuso sobre este asunto.
305
Esta antigua y pesada crónica anónima es la Crónica del Gran
Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba y de Aguilar que relata las dos
conquistas del Reino de Nápoles (Sevilla, 1580, in-fol.); no parece ser
que fuera la primera edición, puesto que en la licencia se dice que se
imprime por que hay falta de ellas; contiene algunos documentos sobre
la familia que se encuentran en le relato de Pulgar. Fue reimpresa más
tarde dos veces al menos, una en Sevilla en 1582 y otra en Alcalá en
1584 (Ver Notas y Adiciones, p. 687).
306
Llenos de admiración, los reyes permitieron a Pulgar tener su
tumba en el lugar donde estúvo arrodillado cuando clavó el Ave María a
la puerta de la mezquita. Sus descendientes todavía conservan su tumba
con un profundo respeto, y todavía ocupan el lugar más distinguido en el
252
Capítulo X
308
Ed. de Fr. Martínez de la Rosa, pp. 155-156.
309
Ib., pp. 159-162.
310
Hernán Pérez del Pulgar y de las Hazañas nació en 1451 y
murió en 1531.
254
Capítulo X
311
Discurso de Arote de Molina sobre el itinerario de Ruy
Gonzalez de Clavijo, Madrid, 1742, in-4º, p. 3
312
La edición de Argote de Molina fue publicada en 1582, y no fue
reeditada después nada más que una vez, aunque con grandes reducciones,
en Madrid en 1782, in-4º.
313
Fueron muy castigadas las obras en el mosaico de
Constantinopla que a menudo se mencionan (pp. 51, 59 y otras). La
razón que se da es que, el primer día, no pudieron visitar las reliquias
que deseaban ver en la iglesia de San Juan de la Piedra es un hecho
delicado y muestra la extrema sencillez de las costumbres de la corte
imperial:” El emperador estaba de caza y dejó las llaves a la emperatriz,
su mujer; y cuando ella las entregó, olvidó las de las citadas reliquias,
etc., “ p. 52.
314
P. 84, etc.
315
P. 118.
316
P. 149-198.
255
Capítulo X
317
P. 207, etc.
318
Hijos de Madrid, ilustres en santidad, dignidades, armas
ciencias y artes; Diccionario histórico. Su autor, D. José Antonio
Álvarez Baena, nativo de la misma villa; Madrid, 1789-91, 4 vol. In-4º.
Libro en el que los materiales, aunque desordenados y confusos, son
abundantes e importantes, sobretodo por lo que guarda de la historia
literaria de la capital de España. Se encuentra allí una biografía de
Clavijo, tom. IV, p. 302.
319
Hay grandes edificios de un gran trabajo que hizo Virgilio (p.
30).
256
Capítulo X
320
He aquí lo que dijo de Amalfi: “ Y en esta ciudad de Malfa, se
dice que se encuentra la cabeza de san Andrés,” p.33.
321
Mariana dice que el Itinerario contiene “ muchas otras cosas,
maravillosas, si son verdad”. Historia General de España, libro XIX,
cap. II. Pero Blanco White, en sus Variedades (tomo I, pp. 316-318)
afirma, después del examen del itinerario de Clavijo por el mayor
Rennel, y según otras fuentes, que él es generalmente tan fiel como se
pueda esperar.
257
Capítulo X
322
En la relación de su primer viaje a los Reyes Católicos, dice
que estaba en 1492 en Granada, “ donde en el presente año, el segundo
día del mes de enero, yo ví, por la fuerza de las armas, colocar las
banderas reales de Vuestras Altezas en los muros de la Alambra.”
Navarrete, Colección de viajes y descubrimientos que fueron por mar los
Españoles, después del fin del siglo XV. Madrid, 1825, in-4º, p. 1; obra
admirablemente editada y de un gran valor, como contenedor de los
auténticos materiales para la historia y el descubrimiento de América. El
cura Bernáldez, amigo de Colón, describe todavía con más exactitud lo
que él vió: “ Y se mostró primeramente, en lo más alto de la torre, el
estandarte de Jesucristo, que fue la santa cruz de plata que el rey llevaba
siempre con él en la santa conquista.” (Historia de los Reyes Católicos.
Cap. CII, MS.)
323
Es lo que se saca de la carta del papa, de febrero de 1502, en la
que dice que cuenta con encontrar, en el espacio de doce años, diez mil
caballeros y cien mil soldados de infantería para conquistar la ciudad
santa y que el ha emprendido el descubrimiento de nuevas comarcas con
intención de emplear todo lo que pudiera adquirir para este servicio santo
y sagrado. (Navarrete, Collect., tom. II, p. 282.)
258
Capítulo X
324
Una de las profecías que se creía llamado a cumplir se encuentra
en el salmo 18 (Navarrete, Colección, tom. I, p. 184, nota; tom. II, p.
262-265). He aquí los versículos 43 y 44 de este salmo: “ Tu me has
hecho jefe de las naciones; y un pueblo al que jamás he conocido me
servirá. Al momento me entenderá y me obedecerá; los extranjeros se
someterán a mí.”
325
“ Ya he dicho que por la ejecución de la empresa a las Indias, ni
la razón, ni las matemáticas, ni los mapamundis me sirven; y esto es lo
que yo deseo escribir aquí para enviarselo a VV. AA. y para las que yo
me regocijo de otra cosa que les he dicho de Jerusalén por las mismas
autoridades, empresa en la que ciertamente yo me retiraré, si yo tengo fe,
la victoria”. Carta de Colón a Fernando e Isabel (Navarrete, Colección.
Tem. II, p. 265). En otro pasaje de la misma carta, dice; “ Yo he dicho
que daré la razón de la Institución de la Casa Santa a la Santa Iglesia; yo
digo que dejo toda mi navegación, después de la nueva era, todos los
beneficios que he tenido con tantas personas en tantas tierras y de tantas
sectas; y yo dejo las artes y los escritos de los que he hablado tan alto;
yo me atengo solamente a las Sagradas Escrituras y a ciertas autoridades
proféticas de ciertas personas santas, que, por revelación divina, han
dicho alguna cosa a este respecto.” Navarrete, ibid., 263.
259
Capítulo X
M i he r ma no y l a o tr a g e nte to d a e s ta b a n e n un na ví o
q ue q ue d ó a d e ntr o ; y o muy s ó l o d e f ue r a , e n ta n b r a va
co s ta , co n f ue r te f i e b r e , e n ta nta f a ti g a , l a e s p e r a nza e r a
mue r ta . Sub í , a s í tr a b a j a nd o , l o má s a l to , l l a ma nd o a vo z
te me r o s a , l l o r a nd o y muy a p r i s a , l o s ma e s tr o s d e l a
326
Según este cálculo, solamente hacían falta ciento cincuenta años
para que se cumpliesen siete mil, momento en el que, como yo había
dicho claramente a las autoridades indicadas, el mundo tenía que acabar.”
(ibid., 264)
327
Véase el bello pasaje sobre el río Orinoco, mezclado de
interpretaciones proféticas, en el relato del tercer viaje al rey y a la reina
(Navarrete, Colección, Tomo I, pp. 236 y siguientes). Es una mezcla
singular de un juicio recto y práctico y de una fantástica especulación:
“ Yo creo, dice, que éste es el paraíso terrenal al que nadie puede llegar,
excepto por la voluntad de Dios.” El buen Clavijo piensa así haber
encontrado otro de los ríos del paraíso, en el lado opuesto de la tierra,
cuando él viajó, casi un siglo antes, hasta los alrededores de Samarcanda.
(Vida del gran Tamerland, p. 137).
260
Capítulo X
328
Véase la carta a Fernando e Isabel sobre su cuarto y último
viaje, fechada en Jamaica el 7 de julio de 1503, y que contiene este
extraordinario pasaje. (Navarrete, Colección, tomo I, p. 303).
261
Capítulo X
329
Todo el que desee conocer a Colón como escritor debe leer el
estudio de su vida escrita W. Irving. Tambien le recomendaremos como
documentos más interesantes:
1º el relato de su primer viaje, escrito dirigido a los Reyes
Católicos y la carta de Rafael Sánchez sobre el primer objeto del viaje
(Navarrete, Collección, tom I, pp. 1-197). El primer documento no es
más que un extracto: contiene, no obstante, largos extractos del original
que hizo el padre Las Casas y del que hay una buena traducción hecha en
Boston, en 1827, in-8º. Nada a destacar, en todos estos relatos, si no es
el espíritu de devoción que en él reina.
2º El relato hecho por el mismo Colón de su tercer viaje, en una
carta dirigida a los Reyes Católicos y una carta al gobernante del Príncipe
D. Juan. El primero contiene los pasajes más interesantes y que
muestran el amor de Colón por las bellezas de la naturaleza (Navarrete,
Colección, tomo I, pp. 242-276).
3º La carta a los Reyes Católicos sobre su cuarto y último viaje,
que contiene el relato de la visión de Veragua (Navarrete, Colección,
tomo I, pp. 296-312).
4º Quince cartas sobre diversos temas (ib., tomo I, pp. 260-273,
y su carta al Papa, tomo II, pp. 280-282). Pero cualquiera que quiera
hablar dignamente de Colón y conocer todo lo que había de noble y
elevado en su carácter debe leer, si no cometería una negligencia
imperdonable, las reflexiones que hizo sobre él Alejandro Humbold en su
Examen crítico de la Historia de la Geografía del Nuevo Continente,
París, 1836-1838, in-8º, vol. II, pp. 450, etc.Y el vol. III, pp. 227-262),
libro no menos destacable para entender sus puntos por algunos detalles
de minuciosa erudición, sobre diversos puntos históricos muy obscuros.
Nadie ha comprendido, como Humboldt lo hizo, el carácter de Colón, su
generosidad, su entusiasmo, su visión tan llena de penetración, que
parecían adivinar el avance de los grandes descubrimientos científicos del
siglo XVI.
262
Capítulo X
330
Todo lo que se refiere a estas aventuras y a estos viajes, tan
dignos de atención por lo que toca a la lengua y al estilo, se encuentran
en los volúmenes III, IV y V de la Colección, de Navarrete, publicada
por el gobierno español. Madrid, 1828-37. Esta publicación no pudo,
desgraciadamente, continuarse después, lo que nos habría dado detalles
interesantes del descubrimiento y de la conquista de Méjico, de Perú, etc.
331
Estamos en posesión de un ejemplar de la edición de Alcalá de
Heares de 1587, que tiene un título muy significativo y característico:
Cr ó ni ca d e l r e y d o n R o d r i g o y d e l a d e s tr ucci ó n d e E s p a ña ,
y d e l a ma ne r a e n l a que l o s mo r o s l a g a na r o n,
úl ti ma me nte co r r e g i d a . Co nti e ne a d e má s o tr a hi s to r i a , y
un g r a n núme r o d e vi va s r a zo ne s y d e a vi s o s muy úti l e s . Es
una impresión editada en folio, a dos columnas con un tipo de letra muy
tupido que ocupa 225 hojas o 450 páginas (Ver Notas y Adiciones, p.
688).
263
Capítulo X
332
Después del capítulo CCXXXVII, parte II, hasta el final,
contiene el relato de la fabulosa y repugnante penitencia de don Rodrigo
y de su muerte. Ha sido casi completamente traducida y puesta en el
canto XXV de Southey, “ Rodrigo, el último de los Godos”.
333
Veamos el gran torneo que se produce con la coronación de
Rodrigo, parte I, cap. XXVII; el de veinte mil caballeros, cap. XL, y el
del cap. XLIX, identicos a los que cuentan los libros de caballería, y
absurdos en un libro de esta naturaleza. Los sucesos de la Crónica
aparecen, en efecto, al comienzo del S-VIII, mientras que los torneos no
fueron conocidos sino dos siglos más tarde. A.-P. Budik (Comienzos,
desarrollos, decadencia y ruina total de los torneos, Viena, 1837, in-8º)
cita el primer torneo en el año 936. Clemencín piensa que no fueron
conocidos en España hasta después del año 1131. (Nota a Don Quijote,
tomo IV, p. 315).
334
Véase la descripción de los duelos, parte II, caps. LXXX,
LXXXIV, CLXIII.
264
Capítulo X
335
El rey de Polonia es uno de los reyes que llegaron a la corte de
Rodrigo como un bello y galante caballero errante. (Parte I, cap.
XXXIX). Sería curioso saber quien era el rey de Polonia hacia el año
700.
336
Así, la duquesa de Lorena se presenta a Rodrigo (parte I, cap.
XXXVII) de la misma manera que la princesa Micomicona lo hace a Don
Quijote.
337
Parte I, caps. CCXXXIV, CCXXXV, etc.
338
Para conocer la curiosa transformación por la que pasan las
mismas ideas, es preciso comparar, en la Crónica General (parte III, fol.
6, 1604) la narración original de la famosa batalla de Covadonga, en la
que el obispo Opas está representado con las formas más pintorescas,
dirigiéndose en su mula a la gruta donde Pelayo y los suyos se
encuentran, con el relato frío y trabajado del mismo suceso en la Crónica
265
Capítulo X
339
Dos traducciones españolas de antiguas crónicas merecen ser
señaladas aquí: la una por su estilo y por su autor, la otra por su
argumento.
La primera es la Crónica Universal de Felipe Foresto, modesto
monje de Bergamasco que rehusa las más altas dignidades eclesiásticas
para consagrar su vida al estudio de las letras, y que murió en 1520 a la
edad de ochenta y seis años. Publicó en 1486 su gran crónica latina
titulada Supplementum chronicarum, obra que muestra tener por objetivo
reunir algunos de los conocimientos históricos, más bien que suplir los
267
Capítulo X
defectos de toda otra obra semejante. Este libro fue muy estimado en su
tiempo y de él se hicieron diez ediciones. Todavía tiene hoy en día un
cierto valor por una serie de hechos que no reposan nada más que en su
autoridad personal. Bajo las instancias de Luis Carroz y de Pedro Boyl,
fue traducido al español por Narciso Viñoles, poeta valenciano, conocido
en el viejo cancionero por sus poesías en dialecto valenciano y en lengua
castellana. Una traducción más antigua, en italiano, se publicó en 1491,
podría bien ser tambien obra de Viñoles, puesto que él deja entender que
ya había hecho una. No obstante, su traducción al castellano se imprimió
en Valencia en 1510, con el permiso de Fernando el Católico, diligente
al nombre de su hija Juana. Es un grueso volumen in-folio de
novecientas páginas, titulado Algunas de todas las crónicas del mundo,
en el que Viñolas declara que es una audacia muy grande osar escribir en
castellano, su estilo es bueno y da algunas veces interés a estos anales
áridos (Ximeno, Bibloteca Valenciana, tomo I, p. 61; Fuster, tomo I, p.
54; Diana enamorada, de Polo, edición de 1802, p. 304; Bibliografía
Universal, artículo Foresto.
La otra crónica es la de san Luis por su fiel servidor Joinville,
obra de lo más pintoresca de la lengua y literatura francesa del siglo XIII.
Fue traducida al español por Jacques Ledel, uno de los que acompañaban
a la princesa española Isabel de Borbón, llamada también de Valois o de
la Paz, cuando vino a España para casarse con Felipe II. Considerada
como la obra de un extranjero, la traducción es buena, y, aunque no se
imprimió hasta 1657, su colorido y su estilo le proporcionan un lugar
particular en todas partes, excepto en el período de las viejas crónicas
castellanas. Se imprimió más tarde en Madrid, en 1794, con en mismo
título de Crónica de San Luis, etc., traducida por Jacques Ledel, in-folio.
268
Capítulo XI
CAPÍTULO XI
340
Se cita una edición de la Crónica de don Rodrigo de 1511,y no
hay ninguna de Amadís de Gaula antes de 1510, en dialecto valenciano,
en 1490 y pocos años después aparece el Amadís en castellano. Por
consiguiente, no es inverosímil que la Crónica de don Rodrigo, tanto
269
Capítulo XI
345
Véase a este efecto los Essais de F. W. Valentin Achmidt,
Annuaire de la littérature. Viena, 1824-26, entrega XXVI, p. 20;
entrega XXIX, p. 71; entrega XXXI, p. 99, y entrega XXXIII, p.16.
Tendremos ocasión de referirnos a las disertaciones de estos ensayos
cuando hablemos de las novelas españolas pertenecientes a la gran familia
de Amadís.
346
Don Quijote, en su conversación con el cura (parte I, cap. I),
dice que, para derrotar a un ejército de doscientos mil hombres, era
suficiente para vencerlos “ uno de los innumerables descendientes de
Amadís de Gaula”.
347
Ayala, en su Rimado en Palacio se expresa así:
271
Capítulo XI
Pl e g o me o tr o s i o i r mucha s ve g a d a s
L i b r o s d e d e va ne o s é me nti r a s p r o b a d a s ,
Ama d í s e L a nza r o te s , é b ur l a s á s a ca d a s ,
E n q ue p e r d í mi ti e mp o á muy ml a s j o r na d a s .
348
Barbosa (Biblioteca Lusitana, Lisboa, 1752, fol., tom. III, p.
775), y otras autoridades que señala, entre las que ninguna es de gran
importancia, excepto Juan de Barros, historiador juicioso, nacido en
1496, que cita un autor más antiguo que él; Barbosa, digo yo, añade un
cierto peso al testimonio a favor de Lobería.
349
Gómez de Zurara, al comienzo de su Crónica del conde Pedro
de Meneses, dice que es la de escribir solamente “ los hechos de su
tiempo o cercanos que él hubiera podido saber bien y con toda fidelidad”.
Esta frase corrobora lo que dice concerniente a Lobeira, en el pasaje
citado, en el texto, al comienzo del capítulo LXIII de la Crónica. El
Fernando, del que quiere hablar Zurara, era el padre de D. Juan I, y murió
en 1383. La Crónica de Zurara fue publicada por la Academia de
Lisboa, 1792, in-fol., tomo II. Existe una curiosa disertación sobre el
verdadero autor del Amadís de Gaula, hecha por el P. Sarmiento, que
escribió el estimable fragmento de la Historia de la Poesía española, que
hemos citado. Este erudito se atormentaba y se agitaba en esta cuestión.
El niega que haya alguna autoridad que pueda afirmar que Lobería sea el
autor del Amadís; afirma, sin embargo, que si Lobeira la hubiera escrito,
sería gallego; se pregunta continuamente si no ha sido compuesto por
272
Capítulo XI
353
La existencia del manuscrito en los archivos de Aveiro está
confirmado por Ferreira, Poesías lusitanas, Lisboa, 1598, in-4º. Es en
este libro en el que se encuentra el soneto nº 33 en honor de Vasco de
Lobería, soneto que Southey, en el prólogo al Amadís de Gaula
(Londres, 1803, in-12, vol.I, p.17), atribuido, por error, al infante
Antonio de Portugal, lo que le da una cierta importancia en la presente
discusión. Nicolas Antonio, quien no deja duda sobre el autor de dicho
soneto, se refiere a la misma nota de Ferreira, para probar el depósito del
manuscrito del Amadís. Por lo tanto, los dos escritores no constituyen
nada más que una autoridad y no dos, como supuso Southey (Biblioteca
vetus, libroVIII, cap. VII, sect. 291). Barbosa es más explícito
(Biblioteca Lusitana, tom. II, p. 775). Pero Clemencia, en sus notas
sobre Don Quijote (tom. I, pp. 195-106 aclara el asunto en términos en
los que no hay nada que añadir sobre la suerte del original portugués.
(Ver Notas y Adiciones, p. 689)
354
En el prólogo, Montalvo hace alusión a la conquista de
Granada, en 1492, y a los dos Reyes católicos, que entonces aún vivían.
Uno de los dos, Isabel murió en el año 1504.
355
Dudo de si la edición de Salamanca de 1510, mencionada por
Barbosa (artículo de Vasco de Lobería), no es, depués de todo, la edición
de 1519 citada por Brunet, como impresa por Antonio de Salamanca. El
274
Capítulo XI
359
Don Quijote edición de Clemencín, tom. I, p. 107, notas.
276
Capítulo XI
tuuo e s ta p a l a b r a e n s u co r a ço n d e ta l g ui s a , q ue d e s p ue s
nunca d e l a me mo r i a l a a p a r tó , q ue s i n f a l ta , a s s i co mo
e s ta hi s to r i a l o d i ce , e n d i a s d e s u ui d a no f ue e no j a d o d e
l a s e r ui r y e n e l l a s u co r a ço n f ue s i e mp r e o to r g a d o . Y e s te
a mo r d ur ó q ua nto e l l o s d ur a r o n; q ue a s s i co mo l a e l
a ma ua , a s s i a ma ua e l l a a e l e n ta l g ui s a q ue una ho r a
nunca d e a ma r s e d e xa r o n; ma s e l d o nce l d e l ma r q ue no
co no ci a ni s a b i a na d a d e co mo e l l a l e a ma ua , te ni a s e p o r
muy o s a d o e n a ue r e n e l l a p ue s to s u p e ns a mi e nto , s e g un
l a g r a nd e za y f e r mo s ur a s uy a , s i n cuy d a r d e s e r o s a d o á l e
d e zi r una s o l a p a l a b r a , y e l l a q ue l e a ma ua d e co r a ço n
g ua r d a ua s e d e ha b l a r co n e l ma s q ue co n o tr o , p o r q ue
ni ng una co s a s o p e cha s s e n: ma s l o s o j o s a ui a n g r a n p l a ze r
d e mo s tr a r a l co r a ço n l a co s a d e l mund o q ue ma s a ma ua .
As s i b i ui a e ncub i e r ta me nte , s i n q ue d e s u ha zi e nd a
ni ng una co s a e l uno a l o tr o s e d i xe s s e n. Pue s , p a s s a nd o e l
ti e mp o , co mo o s d i g o , e nte nd i o e l d o nze l d e l ma r e n s i q ue
y a p o d i a to ma r a r ma s , s i o ui e s s e q ui e n l e f i zi e s s e
ca b a l l e r o , y e s to d e s s e a ua e l , co s i d e r a nd o q ue e l s e r i a
ta l , é ha r i a ta l e s co s a s p o r d o nd e mur i e s s e : o b i ui e nd o , s u
s e ño r a l e p r e ci a r i a . E co n e s te d e s s e o f ue a l r e y q ue e n
una hue r ta e s ta ua , é hi nca nd o l o s y no j o s , l e d i xo : Se ño r ,
s i a vo s p l ug ui e s s e , ti e mp o s e r i a d e s e r y o ca ua l l e r o . E l
r e y d i xo ¿ Co mo d o nze l d e l ma r ? Y a o s e s f f o r ça y s p a r a
ma nte ne r ca ua l l e r i a ? Sa b e d q ue e s l i g e r o d e a ue r , é g r a ue
d e ma nte ne r . E q ui e n e s te no mb r e d e ca ua l l e r o g a na r
q ui s i e r e , é ma nte ne r l o e n s u ho nr a , ta nta e ta n g r a ve s s o n
l a co s a s q ue ha d e f a ze r , q ue mucha s ue ze s s e l e e no j a e l
co r a ço n: e s i ta l ca ua l l e r o e s q ue p o r mi e d o o co ua r d i a
d e xa d e f a ze r l o q ue co nui e ne , ma s l e ua l d r i a l a mue r te
q ue e n ue r g üe nça vi vi r ; e p o r e nd e te r ni a p o r b i e n q ue p o r
a l g un ti e mp o s uf r a y s . E l d o nze l d e l ma r l e d i xo : N i p o r
to d o e s s o no d e xa r é y o d e s e r ca ua l l e r o , q ue s i e n me
p e ns a mi e nto no to ui e s s e d e co mp l i r e s s o q ue a ue i s d i cho ,
no s e e s f f o r ça r i a mi co r a ço n p a r a l o s e r . E p ue s á l a
vue s tr a me r ce d s o y cr i a d o , co mp l i d e n e s to co nmi g o l o q ue
d e ue y s , s i no b us ca r , e o tr o q ue l o f a g a 3 6 0 .
Otros pasajes de un carácter completamente diferente, no
dejan de ser tan destacables: tal es el que el hada Urgande
361
llega sobre las galeras de fuego , o el que el venerable
362
Nasciano visita a Oriana . Pero las páginas más
360
Amadís de Gaula, libro I, cap. IV.
361
Ib., libro II, cap. XVII.
362
Ib., libro IV, cap. XXXII.
278
Capítulo XI
363
Véase ib., libro II, cap. XIV y muchos otros sitios con
exhortaciones a las virtudes caballerescas y principescas.
364
Véanse las lamentaciones sobre el tiempo en el que él vivió,
como una época de grandes sufrimientos (libro IV, cap. LIII). Esto no es
nada más que una descripción que se puede aplicar al reinado de los
Reyes Católicos en España. Es pues, creo yo, un pasaje del original de
Vasco de Lobería donde se relatan los problemas acontecidos en
Portugal.
279
Capítulo XI
365
Don Quijote (parte I, cap. VI). Cervantes, sin embargo, comete
un error bibliográfico al decir que Amadís fue el primer libro de caballería
impreso en España. A menudo se ha dicho que el honor le pertenece a
Tirant lo Blanch, 1490 puesto que Southey (Omniana, Londres,
1812,in-12, t.II, p. 219) dice que él le encuentra totalmente privado del
espíritu de la caballería. Lo que no es menos digno de resaltar es que
Tirant lo Blanch, impreso en valenciano en 1490, en castellano en 1511
y en italiano en 1518, fue, como Amadís, escrito primitivamente en
portugués, para satisfacer a un príncipe portugués, y que el original
portugués está perdido ahora. Todas estas coincidencias son ciertamente
singulares. Véase la nota del capítulo XVII de este período. En cuanto al
mérito general de Amadís, existen dos opiniones que merecen citarse: la
primera sobre su estilo, pertenece al severo autor del Diálogo de lenguas
de la época de Carlos V, que después de haber discutido el carácter
general del libro, añade: debe s e r l e i o p o r to d o s l o s q ue q ui e r e n
a p r e nd e r nue s tr a l e ng ua (Mayans y Syscar, Orígenes, Madrid, t.
280
Capítulo XI
367
Hay en Amadís dos Canciones (libro II, cap. VIII) que,
representando el estilo sentencioso del tiempo y del gusto provenzal,
estan llenas de encanto y merecen estar colocadas entre aquellas del
mismo género que Bohl de Faber incluye en la Floresta. La segunda
comienza así:
L e o no r e ta , s i n r o s e ta
B l a nca s o b r e to d a f l o r
Si n r o s e ta , no me me ta
E n ta l cuy ta vue s tr o a mo r .
283
Capítulo XI
368
Toda esta cuestión de los doce libros del Amadís español, y los
veinticuatro del francés, pertenecen más bien a la historia literaria, y es en
estos dos casos un punto obscuro. Según Brunet, ninguna bibliografía
vió jamás reunidos los doce libros españoles. Yo he visto, creo, siete u
ocho, y solamente uno o dos cuyo valor está realmente reconocido: el
Amadís de Gaula en una bella y rara impresión editada en Venecia por
Juan Antonio de Sabia en 1533, y el Esplandian del que hemos hablado
antes, una edición no tan buena como la del anterior, pero más raro.
Cuándo se imprimió la primera edición de uno o del otro, es facil de
determinar. Nicolás Antonio cita un Esplandian en 1510, pero nadie lo
ha visto en los ciento cincuenta años que han pasado, y Nicolás Antonio
no es tan escrupuloso sobre esta materia como para que su autoridad sea
suficiente. Habla también, y es él solo el que lo hace, de una edición
hecha en 1525 del séptimo libro “ Lisuart de Gracia”. Pero como el
duodécimo libro fue impreso, con toda certeza, en 1549, el único hecho
284
Capítulo XI
369
Reina sobre los Palmerin la misma oscuridad que sobre los
Amadís de Gaula. Los materiales para esclarecer esta cuestión se
encuentran en Nicolás Antonio, Biblioteca nova, tomo II, p.393; en
Salvá, Repertorio americano, tomo IV, pp. 39 y sigientes; Brunet,
artículo Palmerin; Ferrario, Romanza de caballería, tomo IV, p. 256;
Clemencia, Notas sobre D. Quijote, tomo I, pp. 124, 125.
286
Capítulo XI
370
La suerte de Palmerin de Inglaterra ha sido muy extraña. Hasta
estos últimos años no se hacía nada más que una pregunta: ¿Es el
original español o portugués? Los ejemplares más antiguos conocían la
existencia: 1º, del francés de Jacques Vincent, 1553, y el italiano de
Mambrino Roseo de 1555, publicados los dos como traducción del
español; 2º, del portugués, de Moraes, 1567, que pasó por una traducción
del francés. Generalmente, se les veía como la obra original de Moraes,
que, durante un largo viaje a Francia, había dado su manuscrito a un
traductor (Barbosa, Biblioteca Lusitana, tomo II, p. 209). En esta
persuasión, se imprimó como su obra en portugués, en Lisboa en el año
1786, tres bellos volúmenes in-4º, y en inglés (Londres, 1807, 4 vol. In-
12, por Southey). Clemencín (edición de D. Quijote, tomo I, pp.
125,126) le considera, si no como la obra de Moraes, al menos como
portuguesa de origen. En fín, Salvá, encuentra una copia del original en
español perdido, lo que corta la cuestión y fija la fecha del libro en 1547-
48, Toledo, 3 vol. In-fol. (Repertorio americano, tom. IV, pp. 42-46).
Lo poco que sabemos de su autor, Luis Hurtado, nosotros lo hemos
sacado de Nicolas Antonio (Biblioteca nova, tom. II, p. 44), donde cita
otra de sus obras titulada: Cortes del casto Amor y de la Muerte,
impresa, según él dice, en 1557. Había también traducido las
Metamorfosis de Ovidio.
287
Capítulo XI
371
Barbosa (Biblioteca Lusitanorum, tomo I, p. 652; tomo II,
p.17).
372
Hemos citado a menudo en este capítulo la Biblioteca española
y la citaremos también en los capítulos siguientes, lo que nos obliga a
dar unos detalles antes de seguir adelante. Su autor, Nicolás Antonio,
nació en Sevilla en 1617. Tuvo primeramente de maestro a Francisco
Ximenez, profesor ciego de nacimiento, pero de un singular mérito,
unido al colegio de Santo Tomás de esta ciudad; más tarde, en
Salamanca, se consagró con éxito al estudio de la historia y del derecho
canónico. Cuando hubo terminado con todos los honores sus cursos en la
Universidad, volvió a su ciudad natal y vivió principalmente en el
Convento de los Benedictinos, donde él había sido alumno y donde
había una biblioteca muy importante y donde eligió proveerse de los
medios de estudio que usó con ardor y perseverancia.
No se apresuró en hacerse conocer. No olvidó nada antes de
1668, donde a la edad de cuarenta y dos años, hizo imprimir su tratado
288
Capítulo XI
CAPÍTULO XII
373
El obispo Percy dice que el doctor Jonson leyó completamente
el Felixmarte de Hircania durante un tiempo pasado en su iglesia
parroquial; es muy dudoso que este libro haya sido leido después porotro
inglés (Vida de Jonson por Boswell, edición Broker, Londres, 1531, in-
8º, vol. I, p. 24.)
291
Capítulo XII
374
Ébert cita la edición de 1525 como la primera que se conoce;
Bowle, en la lista de autoridades, se da una de 1543; Clemencin pretende
que existe otra de 1543 en la Biblioteca real de Madrid, y Pellicer se
sirve de una de 1552. Yo no he podido ver el año de la que tengo ya que
la página final falta y no hay fecha en la portada, pero el papel y el tipo de
la letra parecen indicar una edición de Anvers, puesto que todas las
demás se imprimieron en España (Ver Notas y Adiciones, p. 693).
375
Título que se da a algunos príncipes mahometanos. Llamábase así,
más comunmente a los soberanos musulmanes de P ersia y de Egipto. (Nota
del traductor J. M. Arias).
292
Capítulo XII
376
Véase Parte I, cap. CXII, CXLIV.
377
Merlin, 1498; Arthur, 1501; Tristan, 1528; El Santo Grial,
1555; Y la Segunda Tabla Redonda, 1567. Este es el orden en el que se
colocan las biografías: No podría quizás encontrarse el último, aunque sea
mencionado por Quadrio, que en su cuarto volumen da numerosos y
curiosas detalles sobre sus antiguos romanos. Puesto que habla de
traducciones o imitaciones del francés, creo que debemos indicar los
siguientes: Pierres de la belle Magalone, 1526; Tallante de Ricamente,
293
Capítulo XII
Colección, París, 1581, in-fol., libro II, cap. CXVI). Froissart cuenta que
lo leyó siendo muy joven y le causó una gran admiración (Poesías,
París, 1829, in-8º, p. 206).
381
La Etiopica, o “ Los amores de Teágenes y de Cariclea” escrito
en griego por Heliodoro, que vivió en tiempos de los emperadores
Teodosio, Arcadio y Honorio. Este libro fue muy conocido en España en
la época de la que hablamos; en efecto, aunque el original no fue impreso
antes de 1534, aparece primeramente una traducción española anónima en
1554, después otra por Fernando de Mena en 1587, que se reimprimió
dos veces al menos en el espacio de tiempo de treinta años (Nicolás
Antonio, Biblioteca nova, tomo I, p. 380: Catálogo de Conde, Londres,
1824, in, 8º, núm. 263 y 264). Se ha dicho que el obispo Heliodoro
prefirió perder su rango y su sede a consentir verista novela, fruto de su
juventud, quemada públicamente (Erotici Graeci, ed. Mitscherlich,
Biponti, 1792, in-8º, tomo II, p. 8)
382
La caballería cristiana se imprimió en 1579, el Caballero de
la clara Estrella en 1550 y el Caballero Peregrino en 1601. Otras
novelas como la de Roberto el Diablo, historia muy famosa en Europa
durante los siglos XV, XVI y XVII, y que se vuelve a ver en nuestros
295
Capítulo XII
(*) Sería muy curioso saber quién fue Hieronimo de San Pedro.
El Privilegio le define como valenciano y dice que vivió en 1554. En las
bibliotecas de Ximeno y Fúster, se encuantra, hacia 1560, un Gerónimo
Sempere, citado como autor de la Carolea, largo poema impreso ése año.
Pero ni en los libros que acabamos de citar, ni en ninguna otra
biblioteca, hemos encontrado a Hieronimo de San Pedro. ¿Acaso no será
porque los dos no eran sino una sola persona, y el nombre del poeta se
escribía de dos maneras, Samper en valenciano y San Pedro en
castellano? (Ver Notas y Adiciones, p. 695).
296
Capítulo XII
383
Fue defendido en el Índex expurgatorius, Madrid, 1667, in-fol.
P. 863.
384
Tomo de buena fe, como debe ser, la fecha de aparición de la
versión española de Montalvo como la época de los primeros éxitos del
Amadís deGgaula en España, y no la fecha del original portugués. La
diferencia es de, más o menos un siglo.
298
Capítulo XII
385
En la Crónica de D. Juan II, se cuentan veinte o treinta
torneos. También se cita un gran número en la Crónica de D. Álvaro de
Luna, y generalmente en todas las historias de la España contemporánea,
durante el siglo XV. En el año 1428, hay solamente cuatro, en dos de
ellos hay muertos. Todos los torneos se libran bajo los auspicios y con
la autorización de la Corona.
386
Véase el relato del Paso honroso, ya citado, y los detalles de la
Crónica de D. Juan II, en otro paso de armas abierto por Rui Díaz de
Mendoza en Valladolid, con ocasión del matrimonio del príncipe
Enrique, en 1440, que fue interrumpido por orden del rey a causa de las
fatales consecuencias que podía tener (Crónica del rey D. Juan II, año
1440, cap. XVI)
387
Ib., año 1435, cap. III.
388
Hombres ilustres de Castilla, tít. XVII. En este mismo pasaje,
habla de la vanidad de los caballeros españoles que parten a la busca de
aventuras a países extranjeros y que eran más numerosos que los
caballeros extranjeros que venían a Castilla y al reino de León: hecho
muy importante para el hecho de que trata.
300
Capítulo XII
389
Histroire impèriale, Anvers, 1561, in-fol., folios 123, 124. La
primera edición es de 1545.
390
Pellicer, Nota a D. Quijote, parte I, cap. XIII.
301
Capítulo XII
391
Ib., parte I, cap. XXII.
302
Capítulo XII
CAPÍTULO XIII
392
Un obispo de Barcelona fue depuesto, en el siglo VII,
simplemente por haber permitido en su diócesis la representación de
comedias con alusiones a la mitología pagana (Mariana, Historia general
de España, libro VI, cap. III).
E n E s p a ña , e l r e y , us a nd o d e l a l i b e r ta d y a d i cha ,
d e p ús o a E us e b i o , o b i s p o d e B a r ce l o na , y hi zo p o ne r o tr o
e n s u l ug a r , co mo s e e nti e nd e p o r l a s mi s ma s ca r ta s s uy a s .
L a ca us a q ue s e a l e g a b a f ue q ue e n e l te a tr o , l o s f a r s a nte s
r e p r e s e nta r o n a l g una s co s a s to ma d a s d e l a va na
s up e r s ti ci ó n d e l o s d i o s e s , q ue o f e nd í a n l a s o r e j a s
cr i s ti a na s . E s ta p a r e ci ó e nto nce s cul p a b a s ta nte , p o r
ha b e r l o e l o b i s p o p e r mi ti d o , p a r a d e s p o j a r l e d e s u
i g l e s i a . E l d e s o r d e n f ue q ue e l r e y p o r s u a uto r i d a d
p a s a s e ta n a d e l a nte ; p o r cuy a d i l i g e nci a d e ma s d e s to e n
Se vi l l a , e l a ño s e te no d e s u r e i na d o , s e j unta r o n o cho
304
Capítulo XIII
393
Enésimo Leroy, Études sur les Mystères, París, 1837, un-8º,
cap. I ; De la Rue, Essai sur les bardes, les jongleurs, etc., Caen, 1834,
in-8º, vol. I, p. 158.- Anécdotas de Spences, edit. Singer, Londres, 1820,
in-8º, p. 397. Es de la misma clase a la que pertenece la exposición anual
que se hace en la Iglesia del Ara Coeli, en el Capitolio, en Roma, del
pesebre, de la adoración y otras escenas de la Natividad del Salvador.
394
En Sevilla, en Tarragona, en Murviedro, en Mérida y en otras
villas de España, se encuentran preciosos restos de teatros y anfiteatros
romanos.
395
Estas son las palabras del original. Parece oscura, y nosotros
hemos tomado la interpretación de Martínez de la Rosa, autoridad
respetable, que afirma que son composiciones satíricas de donde más
tarde nacieron los entremeses y los sainetes (Isabel de Solis, Madrid,
1837, in-12, tomo I, p. 225, nota 13). Escarnido en el Quijote (parte II,
cap. XXI) se emplea en el sentido de escarnecido, befado, burlado.
306
Capítulo XIII
p e na ni ng una á l o s q ue l o s na ci e r e n: ca l a e g l e s i a d e Di o s
f ue f e cha p a r a o r a r , e t no n p a r a f a ce r e s ca r ni o s d e e l l a :
e t a xi l o d i xo nue s tr o s e ño r Je s u Cr i s to e n e l E va ng e l i o ,
q ue l a s u ca s a e r a l l a ma d a ca s a d e o r a ci ó n e t no n d e b e s e r
f e cha cue va d e l a d r o ne s . Pe r o r e p r e s e nta ci o ne s hi ha q ue
p ue d e n l o s cl e r i g o s f a ce r , a s í co mo d e l a na s ce nci a d e
nue s tr o s e ño r Je s u Cr i s to , q ue d e mue s tr a co mo e l a ng e l
vi no a l o s p a s to r e s e t d i xo l e s co mo e r a na ci d o , e l o tr o s i
d e s u a p a r e ci mi e nto co mo l e vi e r o n l o s tr e s r e y e s a d o r a r ,
e t d e l a r e s ur r e cci ó n q ue d e mue s tr a q ue f ue cr uci f i ca d o e t
r e s ur g i ó a l te r ce r d í a . T a l e s co s a s co mo e s ta s q ue mue ve n
á l o s ho me s á f a ce r b i e n, e t ha ve r d e vo ci o n e n l a f é ,
f a ce r l a s p ue d e n: e t d e ma s p o r q ue l o s ho me s ha y a n
r e me mb r a nza q ue s e g unt a q ue l l o f ue r o n f e cha s d e ve r d a t;
ma s e s to d e b e n f a ce r a p ue s ta mi e nte e t co n g r a nt d e vo ci o n
e t e n l a s ci b d a d e s g r a nd e s d o o vi e r e a r zo b i s p o s ó o b i s p o s ,
e t co n s u ma nd a d o d e l l o s ó d e l o s o tr o s q ue to vi e r e n s us
ve ce s , e t no n l o d e b e n f a ce r e n l a s a l d e a s ni n e n l o s
l ug a r e s vi l e s , ni n p o r g a na r d i ne r o s co n e l l o 3 9 6 . Pero
aunque estas primeras representaciones en España, tanto las
burlescas como las dialogadas, habían sido ciertamente
representadas no solamente para los eclesiásticos sino
también para otras personas antes de la mitad del siglo XIII y
probablemente en una época anterior, de ellas no nos queda
nigún fragmento ni nada que nos hiciese conocerlas con
claridad. No se encuentra nada propiamente dramático en la
poesía profana de España hasta la última parte del siglo XV,
aunque haya habido algo un poco antes como se puede
deducir de un pasaje de la carta del marqués de Santillana al
397
Condestable de Portugal ; de una comedia moral del
marqués de Villena, ahora perdida, pero de la que se dice fue
representada en 1414 ante Fernando de Aragón 398; y de la
396
Parte I, título VI, ley 34, ed., de la Academia
397
El marqués dice que su abuelo, Pedro González de Mendoza,
que vivía en tiempo de Pedro el Cruel, escribió poemas escénicos a la
manera de Plauto y de Terence en coplas del estilo de las Serranas
(Sánchez, Poesías anteriores, tomo I, pp. 59).
398
Velásquez, Orígenes de la Poesía Castellana, Málaga, 1715,
in-4º, p. 95. Creo que no sin alguna probabilidad, Zurita hace alusión a
esta comedia de Villena cuando dice que estuvo en la coronación de
Fernando y en los grandes juegos e intermedios que hubo (Annales, libro
307
Capítulo XIII
XII, año 1414; sin esto cabría suponer que hubo diferentes géneros de
entretenimientos dramáticos, lo que es posible pero no probable.
399
Había una gran fuerza de imaginación y se daban mucho a la
búsqueda de inventos y de Intermedios durante las fiestas (Crónica del
Condestable D. Álvaro de Luna (ed. Flores, Madrid, 1784, in-8º, título
LXVIII). No podemos creer que estas composiciones sean los sainetes de
comedias joviales, conocidas posteriormente con el mismo nombre; pero
no se puede dudar de que estas piezas no hayan sido muy poéticas ni que
las hayan representado. El Condestable fue decapitado en 1493.
400
No ignoramos que se han hecho diversas tentativas para dar al
teatro español un origen diferente del que nosotros le hemos asignado: 1º)
la boda de doña Endrina y de don Melón, ha sido citado con esta
intención en la traducción francesa de la Celestina por Dalavigne (París,
in-12, 1841, pp. 5,6). Pero sus aventuras, prestadas, como ya hemos
visto, de Pamphylus Maurianus, constituyen, en realidad, sencillamente
un cuento tomado de un viejo diálogo latino, arreglado y divulgado por
el arcipreste de Hita, hacia 1335 (Sánchez, tomo IV, estrofas 550-865).
Pero este cuento no difiere en nada importante de todos los demás relatos
del Arcipreste, y no es susceptible de una representación dramática (véase
elprólogo de Sánchez, tomo IV, p.23, etc.); 2º) la “ Danza general de la
Muerte” de la que ya hemos hablado y que fue escrita hacia 1350 (Castro,
Biblioteca española, tomo I, p. 200, etc.) y que fue citada por el P.
Moratín (Ed. de Obras.de la Academia, Madrid 1830, in-8º, tom. I, p.
112) como el primer ensayo de la literatura dramática española. Pero no
es incontestablemente un drama, es un poema didáctico y sería absurdo
tener que meterle en la escena; 3º) la “ Comedieta de Ponza”, poema
sobre la gran batalla naval librada, en 1435, cerca de la isla de Ponza y
compuesto por el marqués de Santillana que murió en 1454, y que fue
citado como un drama por Martinez de la Rosa (Œuvres littéraires,
París, 1827, in-12, tomo II, pp. 518, etc.) que le asignó la fecha de 1436;
pero esto no es, en verdad, nada más que un poema púramente alegórico,
en forma de diálogo y escrito en coplas de arte mayor, y del que
hablaremos más adelante; y finalmente 4º), Blas de Navarra en su prólogo
a las comedias de Cervantes (Madrid, 1749, in-4º, vol. I), dice que se
representó una comedia en 1469 en la casa del conde de Ureña ante
Fernando e Isabel, en honor de su boda. Pero nosotros no tenemos más
308
Capítulo XIII
L a ca b e za d e s g r e ña d a :
¿ no te l l o r a s d e b ue n r e j o ?
Revulgo responde que el estado del rebaño gobernado
por un pastor tan incapaz es la causa de su miserable
condición. Luego, en la alegoría, emprende una sátira
mordaz, pero real, contra las medidas del gobierno, la bajeza
y la bastardía del carácter del rey, su escandalosa pasión por
su favorita portuguesa, y contra la indolencia y la indiferencia
ruinosa del pueblo, y termina con el elogio de la satisfacción
que se encuentra en una honesta mediocridad. El diálogo
consta de treinta y dos estrofas de nueve versos cada una, pero
produjo una gran impresión en su momento. Se imprimió a
menudo, en el siglo siguiente, y fue dos veces aclarado por
sabios comentarios403. Su autor ha ocultado prudentemente su
nombre, aunque jamás se ha sabido con certeza 404.Las
primeras ediciones suponen, en general, que el autor ha sido
403
Velázquez, (Orígenes, p. 52) supone que Mingo Repulgo es
una sátira contra D. Juan II y su Corte; pero se aplicó más natural y
verdaderamente en la época de Enrique IV, y hoy en día se la ve como
dirigida contra éste infortunado monarca. La sexta estrofa parece,
evidentemente, hacer alusión a su pasión por Doña Guiomar de Castro.
404
Las estrofas de Mingo Repulgo se atribuyeron antiguamente a
Juan de Mena, célebre poeta de aquellos tiempos (Nicolás Antonio,
Biblioteca nova, tomo I, p. 387); desgraciadamente para esta suposición,
Juan de MENA era precisamente del partido contrario. Mariana encuentra
bastante importante ésta sátira de Repulgo, tanto como para citarla al
hablar de los problemas del reinado de Enrique IV, dice (Historia
General de España, libro XXIII, cap. VII, tomo II, p. 475) que las
estrofas fueron compuestas por Hernando del Pulgar, el cronista; pero no
da ninguna razón que apoye ésta opinión. El único hecho que puede
hacerlo creíble es que Pulgar le añadiera un comentario para hacer la
alegoría más inteligible, lo que naturalmente no hubiera podido hacer
otro escritor que no hubiera estado muy metido en el pensamiento y en
las intenciones del autor. Véase la dedicatoria que hace de su
“ Comentario” al conde de Haro y el prólogo que le precede. Sobre este
punto, debe consultarse también a Sarmiento, Memorias de la historia y
de la poesía de los poetas españoles, Madrid, 1775, in-4º, 872. De
cualquier forma, cualquiera que haya sido el autor de las estrofas, Mingo
Repulgo fué en su tiempo un poema muy popular e importante, de esto
no hay ninguna duda.
310
Capítulo XIII
405
El Diálogo entre el Amor y un viejo, se imprimió, creo yo, por
primera vez, en el Cancionero General de 1511.Está unido a las Coplas
de Jorge Manrique, 1588 y 1562. Véase Nicolás Antonio (Biblioteca
nova, tomo II, pp. 263-264) para estos detalles sobre Cota. Que este
Diálogo haya influido algo en la creación del drama, como parece
311
Capítulo XIII
409
La “ Trota Conventos” de Juan Ruiz, arcipreste de Hita, ya era
conocida; ella no tiene ciertamente parecido con la Celestina. Además, en
el segundo acto de Calixto y Melibea, la Celestina se llama a sí misma
Trota Conventos.
410
Blanco White, en su artículo crítico sobre la Celestina
(Variétés, tomo I, pp. 224, 296), manifiesta esta opinión, que se
encuentra también en el prólogo de la traducción francesa de la Celestina,
por M. Germond Delavigne. Moratín (Obras, tomo I, parte I, p. 88) no
encuentra diferencia en el estilo entre las dos partes, aunque las vea como
la obra de dos escritores diferentes. Pero el perspicaz autor de Diálogo de
lenguas (Mayans y Siscar, Orígenes, Madrid, 1737, in-12, tomo II, p.
314
Capítulo XIII
411
Para detalles sobre la primera edición conocida, la de 1499,
titulada Comedia, dividida en diez y seis actos, véase un artículo sobre la
Celestina, por F. Wolf, en el Diccionario de la conversación (Blatter für
literarische, etc., 1845, números 213 y 217). Hay pocos pasajes
cercenados en la ediciones de Alcalá, 1586; de Madrid, 1595; y no hay
ninguno en la edición Plantiana de la misma fecha. Una observación
curiosa es que el Índice de 1667 no incluye nada más que algunos pasajes
(p. 948), que la obra entera no fue prohibida hasta 1493 (ésta es la fecha
que aparece en la copia que estoy traduciendo, pero el anterior propietario
la ha corregido a lápiz por 1793, cosa que hago ver, aunque no parece que
sea la buena. (Nota del traductor J. M. Arias), que se permite con
algunas restricciones en 1790, y que la defensa formal no fue insertada en
el Índice, hasta 1805. Pocos libros prueban mejor la sagacidad y la fineza
de la Inquisición tantas veces como juzgó imposible, como en el caso
actual, resistir el acarreamiento público. Una traducción italiana,
imprimida en Venecia en 1525, está bien hecha, dedicada a una dama y
con el texto sin ninguna restricción. Nosotros hemos encontrado la lista
de las ediciones originales en Moratín (Obras, tomo I, parte I, p.89), y
en Arribau (Biblioteca de Autores españoles, Madrid, 18446, in-8º, tomo
III, p. XII). Es preciso completar esta lista añadiendo las informaciones
de Brunet, de Ebert y de otros bibliógrafos. Las mejores ediciones son
las de Amarita (1822) y de Arribau (1846).
412
Mayans y Siscar (Orígenes, tomo II, p. 167): Ningún libro en
castellano ha sido escrito en una lengua más propia, más natural y más
elegante.
317
Capítulo XIII
413
Covarrubias, El Tesoro de la Lengua castellana (Madrid,
1674, in-fol.).
414
Puibusque, Historia comparada de las literaturas española y
francesa. París, 1843, in-8º, tomo I, p. 478.- El Ensayo que precede a la
traducción francesa de G. Delavigne. París 1841, in-12.- Montiano y
Luyando, Discurso sobre las tragedias españolas, Madrid, 1750, in-12,
p. 9 y cap. XXI.- La Ingeniosa Helena, 1613, y la Flora Malsabidilla,
318
Capítulo XIII
416
Custine, l’Espagne sous Ferdinand VII, 3.ª edición, París,
1838, in-8º, tomo I, p. 279. La edición de la Celestina con sus variantes
es la edición de Madrid de 1822, in-8º, por León Amarita. La traducción
francesa es la que hemos citado de G. Delavigne, París, 1841, in-12. La
traducción alemana, que es muy fiel y muy exacta, es de Edw. Bülov
(Leipzig, 1843, in-12). Se encuentran trazos de la Celestina en el teatro
inglés después de 1530 (Collier, Historia de la poesía dramática, etc.,
Londres, 1831, in-8º. Tomo II, p. 408). Existe otra traducción al inglés
hecha por James Mabbe (Londres, 1631, in-fol.), destacable por la belleza
de su estilo y sus modismos ingleses. En Brunet, Ebert y otros
bibliógrafos, encontramos citadas las tres traducciones francesas del siglo
XVI, las tres traducciones italianas, varias veces reimprimidas, otra en
latín y una en alemán, de las que ya hemos hablado.
321
Capítulo XIV
CAPÍTULO XIV
417
Su nombre se encuentra escrito de diferentes maneras en las
diferentes ediciones de sus obras; Encina en 1496, Enzina en 1509 y en
otras.
322
Capítulo XIV
418
De este viaje tenemos una edición de Madrid (1786, im-8º) de
100 páginas. Al final se encuentra un resumen del conjunto en un
romance de diez y ocho páginas que parece haber sido preparado para el
pueblo. Esto último no parece ser obra de Encina. Una peregrinación
semejante, parte devota y parte poética, fue realizada por Pedro de
Escobar Cabeza de Vaca, un siglo más tarde, quien la publicó en 1857,
in-12, en Valladolid. Está compuesta de veinticinco cantos en verso
blanco y tiene por título Lucero de la Tierra Santa. El auto va y vuelve
por la ruta de Egipto, y en Jerusalen se hizo caballero templario. El relato
de lo que vió y entendió, curioso sin duda para la historia de la geografía,
respira una libertad de espíritu poética tan grande como se pueda
imaginar. La mayor parte, a pesar de su versificación, podría ser
fácilmente cambiada en noble y pura prosa castellana, y varios pasajes
tendrían un mérito considerable. (Ver Notas y Adiciones, p. 698)
419
La mejor biografía de Juan de la Encina se encuentra en
Allgemeine Encyclopaedie der Wissenschaften und Künste (Enciclopedia
de las ciencias y de las artes), Sección primera, Leipzig, in-4º, tomo
XXXIV, pp. 187-189. Es de Ferdinand Wolf, de Viena. Véase también
otra noticia sobre Encina, ésta muy satisfactoria y presentada por
González de Ávila, en su Historia de Salamanca (Salamanca, in-4º, libro
III, cap. XXII) donde Encina es llamado “ hijo desta patria”, es decir, de
Salamanca. (Ver Notas y Adiciones, p. 698)
323
Capítulo XIV
420
Auto de Repelón, que es una disputa sobrevenida sobre la
marcha de Salamanca entre estudiantes de la Universidad y algunos
pastores. La palabra auto viene del latín actus, y ha sido aplicada a toda
ceremonia solemne, a veces tanto de naturaleza y carácter diferentes como
los autos sacramentales de Corpus Christi y los autos de fe de la
Inquisición. Véase Covarrubias, Tesoros de la lengua castellana, y lo
que diremos más adelante sobre los dramas de Lope de Vega en la
Segunda parte. En 1514, Encina publicó en Roma un drama titulado
Plácida y Victoriano, que él llama égloga, y que es muy estimado por el
autor del Diálogo de lenguas. Pero, desde 1559, se encuentra
comprendido en el Índice expurgatorio; todavía se le ve en el de 1667, p.
733. Es probable que de éste no quede ningún ejemplar.
324
Capítulo XIV
421
Puede que fueran representadas, toda vez que no puede
encontrarse otra prueba de ello que el hecho de ver a su autor acomodar el
diálogo a la condición de ciertos personajes, reconocidos por haber
formado parte de su auditorio en otras circunstancias semejantes. Así, en
la primera, el pastor Tysir se dirige de pronto al rey; en la quinta, se
habla de la muerte del príncipe de Portugal; la sexta es una especie de
amonestación dirigida al príncipe D. Juan, hijo de los Reyes Católicos y
así una tras otra.
325
Capítulo XIV
422
Agustin de Rojas, Viaje entretenido, Madrid, 1614, in-12, fol.
46,47, hablando de dramas bucólicos de Juan de la Encina representados
ante el duque de Alba, del Infantado, etc., dice exprresamente que fueros
las primeras representaciones. Rojas nació hacia 1577, pero consagró
toda su vida al teatro, y parece haber sido más familiar con su historia
que todos los demás autores de su tiempo. (Realmente Agustín de Rojas
nació en 1572). (Nota del traductor J. M. Arias)
423
Rodrigo Méndez de Silva, Catálogo de la genealogía rel de
España, al final de su Población de España (Madrid, 1675, in-fol., fol.
250).Méndez de Silva fue un autor muy erudito que ha dejado numerosos
volúmenes. Véase su vida en Barbosa (Biblioteca Ilustrada, tomo III, p.
649) donde se encuentra incluido el soneto de Lope de Vega con la
alabanza del saber desplegado en el Catálogo Real. La expresión en
público no debe aplicarse nada más que en las representaciones dadas en
las casas de los protectores de Encina, y no de otros, como veremos más
tarde.
326
Capítulo XIV
424
Los villancicos conservaron por mucho tiempo en España la
forma pastoral y algo del carácter dramático. En la boda de Felipe II en
Segovia en 1570, “ nueve niños del coro, vestidos de pastores, salieron
muy bien caracterizados del santuario y cantaron un villancico a la vez
que bailaban”. (Colmenares, Historia de Segovia, Segovia, 1627, in-fol.
P. 558). En 1600, cuando Felipe III visitó la misma ciudad “ los niños
del coro le hicieron todavía oir sus villancicos. (ibid. P.594)
327
Capítulo XIV
425
Esta égloga que comienza por “ Dios salva aca buena gente” y
que está insertada en el folio 103 del Cancionero de todas las obras de
Juan de la Encina, se imprimió en Salamanca el día veinte de junio de
1496 (116 hojas in-fol.). Fue representada ante el duque y la duquesa de
Alba, quienes el día de Navidad asistieron a maitines en su capilla. La
égloga siguiente: “ Dios mantenga, Dios mantenga”, fue representada en
el mismo lugar, el mismo día, en las vísperas.
426
Esta palabra, dice Covarrubias en su Tesoro de la lengua
castellana, es utilizada en Salamanca y significa “ carnaval”. En los
pueblos se le llama Antruydo. Estos son ciertos días antes de la
cuaresma, y son días en los que se siente un poco del paganismo y las
fiestas llamadas saturnales. Más tarde Antruejo, expresión proverbial,
víno a ser una palabra recibida. Villalobos la utilliza hacia 1520 en su
picante diálogo entre el duque y el médico: “ Y el día de Antruejo, etc.”
(Obras, Zaragoza. 1544, in´fol. 35). El Diccionario de la Academia la
admite y define así: “ los tres últimos días de carnaval”). (El Diccionario
de 1984 dice:”los tres dìas de carnestolendas”. (Nota del traductor J. M.
Arias).
427
La égloga Antruejo comenzaba así: “ ¡Carnal, fuera! ¡Carnal
fuera! donde el viejo romance dice ¡Afuera, afuera, Rodrigo! Se la
encuentra en el folio 85 de la edición de 1509. La precede otra égloga
Antruejo representada ante el duque y la duquesa de Alba que comienza
328
Capítulo XIV
Qui e n e s d ucho d e d o r mi r
Co n e l g a na d o d e no che
N o cr e a s q ue no r e p r o che
E l p l a ci e g o b i ui r
¡Oh! ¡Que g a s a j o e s o y r
E l s o ni d o d e l o s g r i l l o s ;
É e l ta ñe r d e l o s ca r a mi l l o s !
N o a y q ui e n l o p ue d a d e ci r .
Y a s a b e s q ue g o zo s i e nte
E l p a s to r muy ca l ur o s o
E n b e ue r co n g r a n r e p o s o
De b r uça s a g ua e n l a f ue nte :
330
Capítulo XIV
O d e l a q ue va co r r i e nte
Po r e l ca s ca j a l co r r i e nd o ,
Que va to d a r i e nd o :
¡Oh q ue p r a ze r ta n va l i e nte ! 4 3 0
430
Hay en este pasaje una sencillez dórica con las palabras antiguas
y ricas. Cito las estrofas como ejemplo a destacar de la fuerte descripción
para esos tiempos.
431
Barbosa, Biblioteca Lusitana, tomo II, p. 383, etc. Los datos
de 1502 y de 1536 son tomados del Prólogo o introducción que el hijo
de Gil Vicente puso a sus Obras de devoçao, su primera obra, y a la
Floresta de Engñaos, su última.
331
Capítulo XIV
432
Damiao de Goes, Crónica de D. Manuel, Lisboa, 1747, in-fol.,
parte IV, cap. LXXXIV, p. 595. “ Trazia continuadamente na sua corte
chocareiros castillanos”.
433
Se casó en el año 1500 (ibid.., p.1, cap. LXXXVI). Como la
mayor parte de los versos castellanos de Gil Vicente están compuestos
con la idea de ser agradables a las reinas de España, no puedo convenir
con Rapp (Manual de la Historia de la Literatura, 1846, p. 341) que
Gil Vicente empleara el castellano en sus églogas pastorales, como un
idioma rustico y vulgar. Por otro lado, si esto fuera así, ¿cómo pudo
hacerse que Saa de Miranda y Camoëns, dos de los grandes poetas de
Portugal, sin hablar de una muchedumbre de otros nobles portugueses,
escribieran a veces en castellano?
434
El más joven de los hijos de Vicente publicó las obras de su
padre en Lisboa, in-fol, en 1532, y su reimpresión en in-4º, de 1586, fue
de hecho desfigurada por la Inquisición. Son, sin embargo, el número de
libros más raros y más curiosos de la literatura moderna. Recuerdo haber
visto apenas cinco ejemplares, de los que uno estaba en la biblioteca de
Gotinga y otro en la Biblioteca Pública de Lisboa, el primero in-fol, el-
ultimo in-4º. Las obras de Vicente han llegado a ser tan raras como las de
Moratin, y se preocupaba mucho por ver un ejemplar y conocía todo lo
332
Capítulo XIV
hecho este poeta, pero son sus versos los que imita todavía
con una gran libertad. Este ensayo gustó a la reina, y, con la
autorización de su hijo, sabemos que pidió otra composición a
Vicente, composición que fue representada la noche de la
fiesta de Reyes, en 1503. Esta petición no fue la única.
Vicente la hizo seguir de otras cuatro pastorales para
circunstancias devotas semejantes, lo que hace en total seis el
número de estas poesías. Todas están en español, todas son
églogas religiosas, representadas con cantos y danzas ante el
rey don Manuel, la reina y otros personajes distinguidos, y
todas debían verse como imitaciones de las églogas de Juan
de la Encina 435.
De estas seis piezas, de las que nosotros sabemos que tres
fueron escritas entre 1502 y 1503, y las otras tres
probablemente un poco más tarde, la más curiosa y
característica es la que tiene por título: Auto de la Sibila
Cassandra, fue representada en el fabuloso y viejo
monasterio de Enxobregas el día de Navidad ante la reina
madre. Es una égloga en español, de más de ochocientos
versos, escrita en estrofas muy a menudo utilizadas por
Encina. La heroína Cassandra, dedicada a la vida pastoral,
435
Los editores de Hamburgo señalaron los pasajes que Vicente
imitó en el copia de Juan de la Encina (vol. I, Ensayos, p. 38). En efecto,
la semejanza es palpable para que no fuera señalada. Un autor
contemporáneo de Gil Vicente, García de Resende, que ha reunido el
cancionero portugués de 1517, lo nota así y dice, en sus versos del todo
incoherentes con los sucesos de la época:
E vi mo s s i ng ul a r me nte
F a ce r r e p r e s e nta ço e s
De s ti l o muy e l o q ue nte ,
De muy no va s i nve nço e s
E f e i ta s p o r Gi l Vi ce nte .
E l l e f o i o q ue i nve nto u
Is to ca e o us o u
Co ma i s g r a ça e ma i s d o ctr i na ,
Po s to q ue Jo a n d e l E nzi na
O p a s to r e l co me nço u
(Misceláneas y variedades históricas, al final de su Crónica de
Juan II. Lisboa, 1622, in-fol., folio 104).
334
Capítulo XIV
M a s q ui e r o vi vi r s e g ur a
N e s ta ti e r r a a mi s o l tur a ,
Que no e s ta r e n ve ntur a
Si ca s a r é b i e n o no :
Di ze n q ue me ca s e y o ,
¡N o q ui e r o ma r i d o , no !
M a d r e no s e r é ca s a d a
Po r no ve r vi d a ca ns a d a
O q ui zá ma l e mp l e a d a
L a g r a ci a q ue Di o s me d i ó :
Di ce n q ue me ca s e y o ,
¡no q ui e r o ma r i d o , no !
N o s e r á , s i e s na ci d o
T a l p a r a s e r mi ma r i d o :
Y p ue s q ue te ng o s a b i d o ,
Que l a f l o r y o me l a s ó .
Di ze n q ue me ca s e y o ,
¡no q ui e r o ma r i d o , no ! 4 3 6
Las tías llamadas Cimeria, Peresica y Erutea, que no son
otra cosa que las Sibilas de Cumas, de Persia y de Eritrea,
436
Gil Vicente, Obras, Hamburgo, 1834, in-8º, tomo I, p. 42.
335
Capítulo XIV
E n l a s i e r r a a nd a l a ni ña
Su g a na d o a r e p a s ta r ,
H e r mo s a co mo l a s f l o r e s ,
Sa ño s a co mo l a ma r .
Sa ño s a e s tá l a ni ña ,
¡Ay Di o s ! ¿ Qui e n l a ha b l a r í a ?
Los tres tíos se esforzaron primeramente en llevar a su
sobrina hacia sentimientos más dóciles, pero fracasaron.
Moisés comenzó con la historia de la creación, explicándole
después que el matrimonio es un sacramento divino al que
ella debería acceder. Casandra respondió, y, en el curso de
una discusión de lo más picante con Abraham sobre los
buenos maridos, ella da a entender que sabía que el Salvador
nacería pronto de una virgen. Este augurio es confirmado
proféticamente por las tres Sibilas, sus tres tías, y Casandra
argumenta después que ella tiene la esperanza de llegar a ser
la madre del Salvador. Los tíos, asombrados ante tal
irreverencia, la tratan de insensata y se enzarzan en una
discusión teológica y mística en la que todos los que están
presenten toman parte, hasta que el telón se sube
súbitamente y descubre el pesebre de Belén con el Niño Jesús
y cuatro ángeles que cantan un himno en honor de su
nacimiento. El resto del drama se compone de devociones
apropiadas a la circunstancia, y termina en un gracioso
cántico a la Virgen que el autor y los otros actores cantan y
bailan:
M uy g r a ci o s a e s l a d o nce l l a ;
¡Co mo e s b e l l a y he r mo s a !
336
Capítulo XIV
Di g a s , tu, ma r i ne r o ,
Que e n l a s na ve s vi vi a s ,
Si l a na ve ó l a ve l a ó l a e s tr e l l a
E s ta n b e l l a .
Di g a s , tu, e l ca b a l l e r o
Que l a s a r ma s ve s ti a s ,
Si e l ca b a l l o ó l a s a r ma s ó l a g ue r r a
E s ta n b e l l a
Di g a s , tu e l p a s to r ci co
Que e l g a na d o g ua r d a s
Si e l g a na d o ó l o s va l l e s ó l a s i e r r a
E s ta n b e l l a . 4 3 7
437
Vicente, Obras, tomo I, p. 61.
438
Se encuentra en el tomo I, pp. 36-62 de la edición de
Hamburgo. Aunque acabe, hablando con propiedad, como hemos dicho,
con el canto a la Virgen, se puede decir que sigue, como despedida, con
el villancico siguiente. Este villancico es muy curioso; nos muestra
como, en aquellos tiempos primitivos, el teatro servía para excitar las
pasiones políticas. Está compuesto, evidentemente, con el ánimo de
estimular el ardor de la nobleza presente hacia cualquier empresa guerrera
en la que estos servicios eran necesarios. Es, probablemente, contra los
moros de África, ya que el rey Manuel no tenía otra guerra.
¡A l a g ue r r a !
Ca b a l l e r o s e s f o r za d o s ;
Pue s l o s á ng e l e s s a g r a d o s
A s o co r r o s o n e n ti e r r a
¡A l a g ue r r a !
Co n a r ma s r e s p l a nd e s ci e nte s
Vi e ne n d e l ci e l o vo l a nd o
Di o s y ho mb r e a p e l l i d a nd o
¡A l a g ue r r a !
Ca b a l l e r o s e s f o r za d o s ;
Pue s l o s a ng e l e s s a g r a d o s
A s o co r r o s o n e n ti e r r a
¡A l a g ue r r a !
Se encuentra un cántico de esta misma clase en un drama de Gil
Vicente, titulado: Exhortación a la guerra representado en 1513.
337
Capítulo XIV
439
Obras, Hamburgo, 1834, in-8º, tomo II, p. 68, etc.
338
Capítulo XIV
440
La Rubena es el primero de estos dramas, titulado, no sabría
decir por qué, por Vicente o por su editor, comedia. Está escrita una parte
en español y otra parte en portugués; está incluida en el Índice
expurgatorio de 1667 (p. 464) y más tarde en el de 1790.
441
Estos dos dramas, muy largos y en español, son los dos
primeros que llevan el nombre de “ tragi-comedias” en el tercer libro de
las Obras de Vicente. No sé la razón que se puede dar a favor de estas
denominaciones.
442
Es, en gran parte pero no toda ella, otra de sus tragi-comedias
en español.
443
El primero de estos tres autos, actos, la “ Barca del Infierno” fue
representado en 1517 ante la reina María de Castilla, en su cámara, en la
que enferma sufría el terrible mal que se la llevó algunos días después.
339
Capítulo XIV
445
Juan de Barros, el historiador, en su Diálogo sobre la lengua
portuguesa (Obras diversas, Lisboa, 1785, in-12, p. 222) hace un elogio
de Gil Vicente por la claridad de sus ideas y su estilo, y no duda en
ponerle en paralelo con el autor de La Celestina, libro que no tiene su
igual en la lengua portuguesa, añade el escritor portugués.
341
Capítulo XV
CAPÍTULO XV
446
Sus lastimeros versos comienzan con las palabras: Ven, muerte,
tan escondida, y son citadas muy a menudo en el Quijote (parte II, cap.
XXVIII), se encuentran también en el Cancionero de 1511. En cuando a
la composición de Escriva Quexa de su Amiga, no se la encuentra más
que en el Cancionero de Sevilla de 1535 (fol. 175, 6) Escriva mismo
apareció sin duda, hacia los años 1500, 1510. No lo habría citado si no
hubiera sido confirmado en los orígenes del teatro español por Martínez
de la Rosa (Obras, París, 1827, in-12, tomo II, p.336) Se encuentra
también en el Cancionero de otros poetas, en el diálogo de Alfonso de
342
Capítulo XV
456
Esta doncella había sido recogida por un servidor fiel que la
educó como si fuera suya, con el fin de hurtarla a la cólera de su padre
que había amenazado a su esposa con matar al niño que iba a traer al
mundo si no era un varón.
346
Capítulo XV
457
En una advertencia al lector, el autor explica lo que él entiende
por comedia a noticia, añadiendo que es “ una comedia de una cosa
conocida y vista en la realidad”. Desarrolla esta nota para sus comedias
sobre la manera en la que se reclutan los servidores del cardenal y sobre
su vida desordenada. Sus comedias son muy diferentes: una tiene dos mil
seiscientos versos y es muy larga para representarla, la otra apenas tiene
349
Capítulo XV
B OR E AS
E ns a y a d vo s d e ma nd a r me
Qua nto y o p o d r e ha ce r ,
Pue s o s d e s s e o s e r vi r ;
Si q ui e r a p o r q u’ e n p r o va r me
Co no zca y s s i mi q ue r e r
Co nci e r ta co n mi d e s i r .
DOR E ST A
Si mi s g a na s f ue s e n ci e r ta s
De q ue r e r o s y o ma nd a r ,
Qui çá d e vue s tr o ha b l a r
Se l d r í a n me no s o f e r ta s
B OR E AS
Si mi r a y s ,
Se ño r a , ma l me tr a ta i s .
DOR E ST A
¿ Có mo p ue d o ma l tr a ta r o s
co n p a l a b r a s ta n ho ne s ta s
Y p o r ta n co r te s a na s ma ña s ?
B OR E AS
¿ Có mo ? Y a no o s s o ha b l a r o s ,
Que te ne i s ci e r ta s r e s p ue s ta s
Que l a s ti ma n l a s e ntr a ña s .
DOR E ST A
Po r mi f e te ng o ma nzi l l a
De ve r o s a s s i mo r ta l ;
¿ M o r i r e i s d e a q ue s te ma l ?
B OR E AS
N o s e r í a ma r a vi l l a
DOR E ST A
Pue s g a l á n,
Y a l a s to ma n d o l a s d a n 4 6 0
460
Es un viejo proverbio que más de una vez se encuentra en el
Quijote. Un poco más adelante hay otro ya las toman do las dan que es
351
Capítulo XV
B OR E AS
Po r mi f e q ue ho l g a r í a
Si co mo o tr o s mi s y g ua l e s
Pud i e s e d a r y to ma r .
M á s ve s , s e ño r a mí a ,
Que r e ci b o d o s mi l ma l e s
Y ni ng uno p ue d o d a r
Y Doresta continúa hasta que llega a la confesión
completa de que ella no está menos ofendida ni menos
prendada de lo que lo está él mismo.
Todas las comedias de Naharro tienen una versificación
muy a destacar por su fluidez y su armonía, en atención al
tiempo en el que las compuso 461. Casi todas tienen pasajes en
los que reina un diálogo natural y fácil, al mismo tiempo que
una poesía lírica muy animada. Algunos tienen mucha
libertad. Dos están absurdamente compuestos en diferentes
lenguas, uno en cuatro y el otro en seis462, y todas contienen
N o s a l e n d e cue nta ci e r ta
352
Capítulo XV
Po r l a tí n e i ta l i a no
Ca s te l l a no y va l e nci a no
Que ni ng uno d e s co nci e r ta
466
Al comienzo de la Trofea.
467
Yo sé perfectamente que, en un pasaje importante del cronista
Méndez Silva, que ya he citado, él dice, haciendo alusión a las primeras
representaciones teatrales: ”En el año 1492, las compañías comenzaron,
en Castilla, a representar públicamente comedias de Juan de la Encina”.
Pero la palabra públicamente no significa aquí ante el público, sino
solamente ante un número de personas que componían el auditorio. Así
lo prueban las siguientes palabras del mismo autor: Festejando con ellas
a D. Fadrique de Toledo, Enriquez, Almirante de Castilla y a D. Íñigo
López de Mendoza, segundo duque del Infantado. Las representaciones
en las salas y en las capillas de estas grandes mansiones eran, por tanto,
llamadas representaciones públicas.
354
Capítulo XVI
CAPÍTULO XVI
468
F. Diez, Troubadours, Zwickau, 1826, in-8º, p.5.
355
Capítulo XVI
469
Sismondi, Histoire des Français, París, 1821, in-8º, tomo III,
p. 239.
356
Capítulo XVI
470
E.- A. Schmidt, Geschichte Aragoniens in Mittelalter, Leipzig,
1828, in-8º, p. 92.
471
Barcelona fue muy disputada entre los moros y los cristianos
hasta que éstos últimos la reconquistaron en 985 o 986 (Zurita, Annales
de Aragon, libro I, cap. IX). Todo lo que concierne a las antiguas glorias
de esta ciudad se puede encontrar en Capmany (Memorias de la ciudad
de Barcelona, Madrid, 1779-92, 4 vol. In-4º) y sobre todo en las notas
adjuntas a los tomos II y IV.
357
Capítulo XVI
472
Los miembros de la Academia de Bellas Artes, en su
continuación a la obra de los benedictinos, Historia literaria de Francia
(París, in, 4º, tomo XVI, 1824, p. 195) remontaron este hecho un poco
antes.
358
Capítulo XVI
473
El patriotismo de los catalanes les ha hecho negar todos estos
hechos y pretende que la literatura provenzal derive de la literatura
catalana. (Véase Torres Amat, prólogo a sus Memorias catalanas, y
otros). Pero es suficiente leer lo que sus partidarios dicen con el fin de
defender esta hipótesis para convencerse de que es insostenible. El simple
hecho de que la literatura en cuestión haya existido en la Provenza un
siglo completo antes de lo que se pretende había existido en la Cataluña,
es decisivo en esta controversia, si es que realmente hay una controversia
en esta materia. Las Memorias para ayudar a la redacción de un
diccionario crítico de autores catalanes, etc., por D. Félix Torres Amat,
obispo de Astorga, etc. (Barcelona, 1836, in-8º), es una obra
indispensable para la historia de la literatura catalana; el autor que, en
efecto, desciende de una de las viejas familias del país, y fue sobrino del
sabio arzobispo Amat, muerto en 1824, consagró una gran parte de su
vida y de sus recursos a reunir material para su composición. Contiene
más errores de los que debería, pero no se puede encontrar en ninguno de
los libros impresos tan gran cantidad de indicios.
474
Véanse los artículos en Torres Amat, Memorias, pp. 104, 105.
359
Capítulo XVI
475
El poema se encuentra en Raynouard, Troubadours, t. III, p.
118, y comienza así: Per mantas guizas m’es datz-Joys é deport é
solatz”. La vida de su autor puede leerse en Zurita (Annales de Aragon,
libro II), pero los pocos detalles literarios que se pueden tener sobre él
deben buscarse en Latassa Bibloteca antigua de los escritores aragoneses
(Zaragoza, 1796, in-8º, p. 175) y en la Histoire littéraire de la France
(París, in-4º, tomo XV, 1820, p. 158). En cuanto a la palabra coblas, a
pesar de la discusión de Raynouart sobre ella (tomo II, pp. 174, 178) con
Díez (Troubadors, p. 14 y la nota), no puedo comprender que sea a pesar
de todo un sinónimo del español coplas y que no pudiese ser traducida
por la palabra stances o igualmente por la palabra couplets.
476
Sobre P. Rogiers, véase Raynouard, Troubadors, tomo V, p.
130; tomo III, p. 27., etc.; Millot, Histoire littéraire des trubadours,
París 1774, in-12, tomo I, p. 103, y la Histoire littéraire de la France,
tomo XV, p. 459. Sobre Pierre Raymond de Toulouse, véase
Raynouard, tomo V, p. 332 y tomo III, p. 120 en la Histoire littéraire
de la France, tomo XX, p. 457 ; Crescimboni, Istoria della volgar
poesía, Roma, 1710, in-4º, tomo II, p. 55) donde sobre la autoridad de
un manuscrito del Vaticano, dice sobre Pierre Raymond: Andó in corte
del Re Alfonso d’Aragona, que l’accolse e molto onoró. En cuanto a
Aimeric de Péguelain, véase la Histoire littéraire de la France, París, in-
4º, tomo XVII, 1835, p. 684.
360
Capítulo XVI
477
Sismondi, en su Histoire des Français, París, in-8º, tomo VI y
VII, 1823, 1826, hace un amplio relato de las crueldades y de los
horrores de la guerra de los Albigneses. Llorente, en su Histoire de
l’Inquisition (París, 1817, in-8º, tomo I, p. 43), incluye el relato de esta
guerra con origen en la Inquisición. El hecho de ver todos los trovadores
poniéndose del lado de los albigenses perseguidos es igualmente
destacable. (Histoire littérarie de la France, tomo XVIII, p.688, y
Fauriel, Introduction a l’histoire de la croisade contre les Albigeois,
París, 1837, in-4º, p. XV.)
478
Raynouard, Troubadors, tomo V, p. 222, tomo III, p. 330;
Millot, Hist., tomo II, p. 174.
479
Histoire littéraire de la France, tomo XVIII, p.586.
480
Ib., p. 644.
361
Capítulo XVI
481
Raynouard, Troubadors, tomo V, pp. 382, 386; Histoire
littéraire de la France, tomo XVII, pp. 456-467.
482
Millot, Hist., tomo I, p. 428.
483
Sobre este jefe de los cruzados cruel y bellaco, ensalzado por
Petrarca (Trionfo d’amore, cap. IV), por Dante (Paradis, cap. IX, v. 94,
etc.), véase Histoire de France, tomo XVIII, p. 594. Sus poesías se
encuentran en Raynouard, Troubadours, tomo III, pp. 149-162.
484
Este importante poema, admirable edición de M. Fauriel, uno de
los sabios del s.XIX más distinguido y original, fue parte de una serie de
obras sobre la Historia de Francia, publicadas por orden del Rey y
comenzadas bajo los auspicios de M. Guizot, por entonces Ministro de la
Ilustración Pública. Tiene por título: Histoire de la Croisade entre les
hérétiques albigeus, escrita en verso provenzal por un poeta
contemporáneo, y se compone de nueve mil quimientos setenta y ocho
versos. París, 1837, in-4º, p. 738. (Ver Notas y Adiciones, p. 705)
485
Lo que queda de las poesías se encuentra en Raynouard,
Troubadors, tomo V, pp. 290, etc., y en la Historia de la literatura de
Francia, tomo XVII, pp. 443-447. Se puede leer allí un relato bastante
detallado de su vida.
486
R e y s d ’ Ar a g ó n, to r ne m a vo s
Ca r e tz ca p z d e b e z e t d e no s
Pons Barba
362
Capítulo XVI
487
Histoire lettéraire de la France, tomo XVIII, p. 533. El poema
comienza así:
Al j o ve r e y d ’ Ar a g o , q ue co nf e r ma
M e r ce e d r e g g , e ma l ve s ta t d e s f e r ma .
488
Millot, Histoire des Troubadours, tomo II, p. 186., etc.
489
En lugar de Arnaud P lagués, léase Arnaud P lagnès
490
Histoire littéraire de la France, tomo XVIII, p. 635, y
Raynouard, Troubadours, tomo V, p. 50.
491
Raynouard, Troubadours, tomo V, pp. 261, 262.-Histoire
littéraire de la France, tomo XIX, París, 1838, p. 607.
492
Histroire littéraire de la France,.tomo VIII, pp. 571-575.
493
Millot, Histoire des Troubadours, tomo II, p. 92.
494
Raynouard, Troubadours, tomo IV, pp. 203-205.
495
Ibid., tomo V, p. 302.- Histoire litteraire de la France, tomo
XX,1842, p. 574.
363
Capítulo XVI
496
Quadrio (Storia dògni poesia, 1741, in-4º, tomo II, p. 132), y
Zurita (Annales, libro X, cap. XLII), indican este hecho, pero no aportan
ninguna prueba.
497
En la Guía del comercio de Madrid, de 1848, se encuentra un
relato muy detallado de la exhumación, hecha en Poblet en 1846, de los
restos de diversas personas de la realeza que habían sido enterradas allí
desde hacía tiempo. Entre ellas se distinguía el cuerpo de D. Jaime,
admirablemente conservado después de un lapso de tiempo de seiscientos
setenta años. Su estatura le hizo facilmente reconocible; el rey Jaime
medía siete pies. Fue fácilmente reconocido por una gran cicatriz que le
había hecho en la frente una flecha que recibió en el sitio de Valencia. Un
testigo ocular afirma que el estado de conservación de su rostro era tal
que un pintor podría haber reproducido los rasgos principales de su
fisonomía. (Faro industrial de la Habana, 6 de abril de 1848). (Ver
Notas y Adiciones, p. 705).
364
Capítulo XVI
498
El título principal es: Aureum Opus regalium privilegiorum
civitatis et regni Valentiae…, pero la obra misma comienza con estas
palabras: “ Comença la conquesta per lo Serenisimo e Catholich Princep
de inmortal memoria, D. Jaume, etc.”. No está dividida ni en capítulos
ni en páginas, pero hay letras capitales ornamentadas al comienzo de cada
párrafo. Son en total cuarenta y dos páginas tamaño folio, a dos
columnas, en caracteres góticos, y se imprimió, como se indica en la
página final, en Valencia, en 1575, por Díaz de Gumiel.
499
Rodriguez, Bibloteca valentina, Valencia, 1747, in-fol., 574.
He aquí su título: Chronica o commentari del Gloriosissim e Invictissim
Rey En Jacme d’Arago, de Mallorques, e de Valencia, compte de
Barcelona e de Urgell e de Montpeiller, feita e scrita per aquell en sa
365
Capítulo XVI
relación con esta cuestión de prioridad entre las dos crónicas, es que
varias personas han creído que Jaime había tratado de hacer del catalán la
lengua de las leyes y de todos los actos publicados treinta años antes de
que una tentativa semejante fuera ensayada, según lo que se sabe, por
Alfonso X, con el castellano. Villanueva, Voyage littéraire aux églises
d’Espagne, Valencia, 1821, tomo VII, p. 195.- Queda otra obra del rey,
todavía manuscrito. Es un tratado de moral y de filosofía titulado: Libro
de la Sabiduría. Castro hace la descripción en su Biblioteca, tomo II, p.
605.
501
Es probable que la mejor información sobre Montaner se
encuentre en Nicolás Antonio, Biblioteca vetus (ed, Bayer, vol II, p.
145). Hay otra más extensa en Torres Amat (Memorias, p. 437). Se
pueden encontrar más en otras obras. Este es el título de su crónica:
Cronica o Descripcio dels Fets e Hazanyes del Inclyt Rey don Jaume
primer, Rey d’Aragó, de Mallorques e de Valencia, Compte de
Barcelona, e de Munspeyler, e de molts de sos descendents, feta per lo
magnifich En Ramon Montaner, lo cual servi axi al dit inclyt Rey don
Jaume com a sos Fills e descendents, es troba present a las coses
contengudes en la present Historia. Se hicieron varias ediciones, la
primera en Valencia en 1558 y la segunda en Barcelona en 1562, una y
otra in-folio y la última compuesta de 248 hojas. Fue evidentemente muy
consultada y estimada por Zurita (véanse sus Annales, libro VII, cap. I).
Una nueva edición, tamaño grande de in-8º, la publicó Karl Lanz en
1844, según las órdenes de Stuttgard Verein o Unión de Stuttgard. Es el
mismo sabio que la tradujo al alemán en Leipzig, en 1842, in-8º.
367
Capítulo XVI
502
“ E p e r ço me n ça l f e y t d e l d i t s e ny o r R e y e n Ja cme ,
co m y o l vi u: e a s e ny a l a d a me nt a s s e nt y o f a d r i , e l o d i t
s e ny o r R e y e s s e nt á l a vi l a d e Pe r a l a d a ho n y o na xq ui , e
p o s a e n l a l b e r ch d e mo n p a r e e n Jo a n M unta ne r , q ui e r a
d e l s ma j o r s a l b e r chs d a q ue l l e l o ch, e n e r a e l ca p d e l a
p l a ça ” (cap. II) En equivale al Don castellano (véase Andrés Bosch,
Titols de honor de Cathalunya, etc, Perpignan, in-fol., 1628, p. 574.
503
El príncipe D. Jaime era el más bello del mundo, el más sabio,
el más gracioso y el más justo, por lo que fue amado por todo el mundo,
tanto por los suyos como por los extranjeros”. Este pasaje del que voy a
citar las expresiones en el original catalán, nos recuerda el bello carácter
de Lancelot, al final de la Muerte de Arturo. “ E apres ques vae le plus
368
Capítulo XVI
bell princep del mon, e lo pus savi, e lo pus gracios, e lo pus dreturer e
cell qui fos mes amat de totes gents, axi dels seus sotsmesos com daltres
etranys e privades gents, que Rey qui hanch fos” (cap. VII).
504
Este poema se puede leer en el capítulo CCLXXII de la
Crónica. Se compone de doce estrofas, cada una de veinte versos, estrofas
monorrítmicas, y acaba la primera en o, la segunda en ent la tercera en
ayle, y así sucesívamente. Se limita atraducir el consejo que Muntaner
había dado al rey y al príncipe para la conquista que había proyectado el
monarca: Consejo que siguió en parte, dice el cronista, y al que debió,
por tanto, el éxito parcial de la expedición, que hubiera tenido un mejor
fin si lo hubiera seguido completamente. ¿Cuál fue la calidad del consejo
de Muntaner? es algo que no podemos juzgar fácilmente. En cuanto a la
calidad de su poesía puedo decir que es ciertamente muy floja. Pertenece
al estilo muy artificial de los Trovadores, y merece el nombre de Sermo
que le dio el poeta. Éste último afirma, no obstante, que la envió luego
él mismo al Rey.
369
Capítulo XVI
505
Esto es lo que demuestra Raynouard, tomo III, y de una forma
más evidente todavía en el tomo V, en la lista de los poetas. Véase
también l’Histoire littéraire de la France, tomo XVIII, y Fauriel,
Introduction à son poëme sur l`histoire des Croisades contre les
albigeois, pp. XV, XVI.
370
Capítulo XVI
506
Castro, Bibliteca española, tomo I, p. 411, y Schmidt,
Geschichten Aragoniens im Mittelalter (“ Historia de los Aragoneses en
la Edad Media”, p.465).
507
Latassa, Biblioteca antigua de los escritores aragoneses, tomo
I, pp. 242, Histoire littèraire de la France, tomo XX, p. 529.
508
Nicolás Antonio, Biblioteca vetus, edit. Bayer, tomo II, libro
VIII, caps. VI y VII. Amat, Memorias, p. 207.- Severio de Gerona, hacia
1227, recuerda los felices años de Jaime I, como si, en el momento en el
que escribió, los poetas comenzaran a ser escasos en la Corte de Aragón
(Histoire littèraire de la France, tomo XX, p. 552).
509
Muntaner, Crónica, edit. 1262, fol. 247, 248.
371
Capítulo XVI
510
De Cange, Glossaire, París, 1733, in-fol., tomo I, Prólogo,
sect. 34-36. Raynouard (Troubadours, tomo I, pp. XII y XIII) quiso
hacer remontarse los dos dialectos, catalán y valenciano, al año 728, pero
la autoridad de Luitprand, en la que se apoya, no es suficiente, por cuanto
que este mismo Luitprand se propone demostrar que estos dialectos
existían en tiempos de Estrabon. La persuasión más seria que se puede
sacar del pasaje de Raynouard es que existían hacia el año 950, época en
la que Luitpard escribía, y que no es nada improbable que fuesen
extendiéndose, aunque todavía en toda la rudeza de sus elementos, entre
los cristianos de esta parte de España. Algunas buenas observaciones
sobre los relatos del Midi francés con el Norte de España y sobre su
idioma común, los ha presentado Capmany (Memorias históricas de
Barcelona, Madrid, 1779-92, in-4º, parte I, Introducciòn, y en las notas).
El segundo y el cuarto volumen de esta estimable obra incluyen
documentos a la vez curiosos e importantes para la historia de la lengua
catalana.
372
Capítulo XVI
511
Millot, Histoire des Troubadours, tomo II, pp. 186-201.-
Histoire littéraire de la France, tomo XVIII, pp. 558, 634, 635.- Díez,
Troubadours, pp. 75, 227, 331-350. Pero no puede ponerse en duda si
Riquier no escribió la respuesta de Alfonso ante la petición que le
presentó y dió Díez.
512
Bouterweck, Histoire de la littèrature espagnole, traducido por
Cortina, tomo I, p. 162.- Latassa, Biblioteca antigua, tomo II, pp. 25-
38.
513
Bouterweck, Traducción de Cortina, p. 177. Este manuscrito,
muy curioso y que debe ser conocido, fue propiedad de Fernando Colón,
hijo del célebre navegador que descubrió el Nuevo Mundo. Se encuentra
todavía entre los restos de su biblioteca en la catedral de Sevilla. Una
nota de su mano y de su escritura se encuentra al final del manuscrito:
“ Este libro encuadernado costó doce dineros en Barcelona, a mediados de
junio de 1586, y el ducado valía quinientos ochenta y ocho dineros.”
Véase también Cerdá y Rico en sus notas en la Diana enamorada de
Montemayor, 1802, pp. 487-490 y 293-295.
373
Capítulo XVI
514
Bruce Whyte (Histoire des langues romanes et de leur
littèrature, París, 1841, in-8º, tomo II, pp. 406-424), en un extracto muy
destacable de un manuscrito de la Biblioteca real de París, es una prueba
evidente de la mezcla del provenzal con el dialecto catalán. Da a entender
que los trozos que copia pertenecen a mediados del siglo XIV, pero no da
pruebas de ello.
374
Capítulo XVII
CAPÍTULO XVII
515
Juan de Mariana, Historia General de España, libro XVIII,
cap. XIV. (“ E n Ar a g ó n, e l nue vo r e y D. Jua n, p r i me r o d e
a q ué l no mb r e , p r o ce d í a a s a z d i f e r e nte me nte q ue s u p a d r e .
E l p a d r e e r a d e g e ni o d e s p i e r to , b e l i co s o , a mi g o d e
a ume nta r s u e s ta d o : e n ha ce r g ue r r a y a s e nta r p a z te ní a
má s a te nci ó n a l uti l q ue a l a r e p uta ci ó n y f a ma : e l r e y
Jua n e r a d e un na tur a l a f a b l e y ma ns o , s i y a no l e tr o ca b a
a l g un no ta b l e d e s a ca to : má s i ncl i na d o a l s o s i e g o q ue a l a s
a r ma s . E j e r ci tá b a s e e n l a ce tr e r í a y mo nte r í a , y e r a
a f i ci o na d o a l a mús i ca y l a p o e s í a , to d o co n a te nci ó n a
r e p r e s e nta r g r a nd e za y ma j e s ta d ; ta n e xce s i vo e n e l
g a s to , q ue l a s r e nta s R e a l e s no b a s ta b a n p a r a a cud i r a
e s to s d e p o r te s y s o l a ce s : d e j o o tr o s d e l e i te s p o co
d i s f r a za d o s y cub i e r to s ” . (Nota del traductor. J.M.Arias).
376
Capítulo XVII
516
El Arte de trobar, o la Gaya ciencia, tratado sobre la poesía
que Enrique, marqués de Villena, dirigió en 1433 a su padre el célebre
Iñigo de Mendoza, marqués de Santillana, para obligarle a facilitar la
introducción en Castilla de instituciones poéticas semejantes a las que
existían en Barcelona. Este tratado contiene una información de lo mejor
para el establecimiento del Consistorio de Barcelona, establecimiento de
tal importancia que Mariana, Zurita y otros graves historiadores no
desdeñaban mencionar. El tratado de Villena no ha sido jamás publicado
completamente hasta este momento. Nosotros no conocemos nada más
que un débil análisis de su contenido y algunos extractos estimables
imprimidos por Mayans y Siscar en sus Orígenes de la lengua española,
Madrid, 1737, in-8º, tomo II. (Ver Notas y Adiciones, p. 705).
377
Capítulo XVII
517
Véase Zurita passim Eichorn, Allgemein Geschichte der Cultur
(“ Historia General de la civilización”). Gottingue, tomo I, pp. 127-31 y
los autores citados en sus notas.
518
Zurita, Anales de Aragón, libro X, cap. XLIII, ed. 1610, tomo
II, fol. 393.
519
Torres Amat, Memorias, p. 666.
378
Capítulo XVII
poco tiempo antes del año 1453 520; Mosen Jordi, sobre el que
se levantaron muchas discusiones y que la crítica sitúa entre
los años 1450 y 1460 521; Antonio de Vallmanya, algunos de
cuyos poemas llevan la fecha de 1457 y 1458 522. Otros
nombres que allí se pueden ver son los de Juan de Rocaberti,
Fogaçot y Guerau, y otros, aparentemente de la misma época,
que contribuyen a esta colección, de manera que, en su
conjunto, ofrecen el aspecto de una de estas imitaciones
520
Id., Ibidem., p. 408.
521
De este asunto tan debatido resultan dos puntos perfectamente
claros: 1º.- Que hubo un poeta llamado Jordi que floreció en el siglo
XIII, bajo el reinado de D. Jaime el Conquistador, muy unido al
monarca, y que esccribió, como testigo ocular, la tempestad que hundió a
la flota real, cerca de Mallorca, en septiembre de1269 (Véase Ximeno,
escritor valenciano, tomo I, p.1; Fuster, Biblioteca Valentina, tomo I, p.
1); 2º.- Que en el siglo XV vivió otro personaje de nombre Jordi,
también poeta, puesto que el marqués de Santillana, en una carta escrita
entre 1454 y 1458, habla de él como viviente de su tiempo (véase esta
carta en Sánchez, tomo I, p. LVI-JVII, y las notas de las pp. 81-85). La
cuestión es saber ahora a cual de los dos poetas pertenecieron las poesías
incluidas con el nombre de Jordi en diversos Cancioneros: en el
Cancionero General de 1573, fol. 301; en el Cancionero manuscrito de
la Biblioteca Imperial de París, que es, como ya hemos visto, el siglo
XV (Torres Amat, pp. 328-333). Esta cuestión no deja de tener su
importancia. Los versos atribuidos a Jordi tienen tal importancia con el
soneto 103 de Petrarca (parte I), que una de las dos composiciones ha
sido, evidentemente, tomada de la otra. Los literatos españoles, y
fundamentalmente los catalanes, han pretendido en general adjudicar la
autoría de estos versos al primer Jordi. Como consecuencia, Petrarca
sería el plagiario. Esta opinión ha sido compartida por algunos literatos
extranjeros (Revista retrospectiva, tomo IV, pp. 46-47; Foscolo, Ensayos
sobre Petrarca, Londres, 1823, p. 65). Pero, aparece aquí, por lo que yo
creo, una dificultad para el lector imparcial de los versos impresos por
Torres Amat bajo el nombre de Jordi, y extraidos del Cancionero
manuscrito de París, para no creer que pertenezcan a la misma época que
las otras composiciones del mismo manuscrito. La conclusión es
entonces que el Jordi en cuestión vivió después del año 1400, y que es él
el que copió a Petrarca. Los versos semejantes incluidos en una
composición del siglo XV probarían este aserto, si no fuera confirmado
por su tono y su carácter.
522
Torres Amat, pp. 636-643.
379
Capítulo XVII
523
M. Tastu envió a Torres Amat, en 1834, una descripción
detallada de este destacado manuscrito que se conserva en la Biblioteca
de París, quien preparaba entonces sus Memorias para un diccionario de
autores catalanes (Barcelona, 1836). Tiene el número 7669 y se compone
de doscientas sesenta hojas in-fol. Véanse dichas Memorias (p. 18 y 40)
y los nummerosos extractos que el autor ha hecho. Sería de desear que
este interesante manuscrito fuera publicado completo. No obstante, los
numerosos extractos de Torres Amat no dejan la menor duda sobre su
distintivo. Nosotros encontramos una descripción en ciertos puntos más
entendible en el Catálogo de Manuscritos de Ochoa (in-4º, París, 1844,
p. 286-374). Esta última descripción del manuscrito nos hace saber que
la obra contiene los nombres de treinta poetas. (Notas y Adiciones, p.
705).
524
Torres Amat, p. 237.- Andreu Freber dice formalmente que él la
tradujo en “ rimas vulgares catalanas”. He aquí los primeros versos:
E n l o mi g d e l ca mi d e no s tr a vi d a
M e r e tr o b e una s e l va o s cur a , etc.
El último dice:
L ’ Amo ur q ui mo u l o s o l e l e s s te l l e s .
Según la copia manuscrita conservada en el Escorial, la
traducción habría sido hecha en Barcelona y terminada el día primero de
agosto de 1428. (Ver Notas y Adiciones, p. 708).
525
Don Quijote, parte I, cap. VI, donde Tirante es el único del
pequeño número de novelas de caballería salvadas de las llamas. Southey
es de una opinión totalmente diferente. Veamos más babajo, en la nota
del cap. XI. Los mejores detalles sobre el libro son los que da Clemencín
en su edición del Quijote, tomo I, pp. 132-4; Diosdado, De prima
Typographíae Hispanicae aetate, Roma, 1794, in-4º, p. 32; Méndez,
Typografia española, pp. 72-75. Lo que dice Ximeno (tomo I, p.12), y
Fuster (tomo I, p. 10), se apoya en la falsa hipótesis de que el Tirante el
Blanco fue escrito en castellano, antes del año 1383 y que se imprimió en
1480. La verdad es que fue compuesto primeramente en portugués y que
fue traducido e impreso en dialecto valenciano en 1490. Nosotros no
conocemos nada más que la existencia de dos ejemplares de esta edición.
Por uno se pagaron treinta mil reales en 1825. (Repertorio americano,
380
Capítulo XVII
Londres, 1827, in-8º, tomo IV, pp. 57-60). (Ver Notas y Adiciones, p.
702)
526
La vida de Ausías March se encuentra en Vicente Gimeno,
Escritores de Valencia, tomo I, p. 41; en la continuación de Fuster,
tomo I, pp. 12, 15, y 24; en las notas de Cerdá y Rico en la Diana de
Gil Polo (1802, pp. 290, 293, y 486): En cuanto a sus relaciones con el
príncipe de Viana, “ un joven, dice Mariana, tan digno de una mejor
suerte como de un padre más dulce”, véase Zurita, Annales, libro XVII,
cap. XXIV, y la biografía elegante de este príncipe infortunado hecha por
Quintana, tomo I, de sus Españoles célebres (Madrid, 1807, in-12).
381
Capítulo XVII
527
Tenemos las ediciones de Ausias March, en catalán, de 1543,
1545, 1555 y 1560; traducciones castellanas, totales o parciales, por
Romaní, 1539, por Montemayor, 1562, y reunidas todas en la ediciòn de
1569. Existe también otra completa pero inédita, por Arano y Oñate.
Vicente Mariner ha traducido March, en latín, y ha escrito su biografía
(Opera, Turnoni, 1683, in-8º, pp.497, 856). No he podido encontrar el
nombre del traductor italiano. Véase, otro Vicente Gimeno y de otros,
citados en la última nota, Rodriguez, Biblioteca Valenciana, p. 68, etc.
La edición de las Obras de March, publicada en 1560 en Barcelona, in-
8º, forma un bello volumen. En él se encuentra en la parte final un índice
muy corto e incompleto de términos obscuros y de sus equivalentes en
español. Esta lista ha sido dirigida, lo suponemos, por el tutor de Felipe
II, el obispo de Osma, además de para divertir a este príncipe al que se lo
leía a él y a sus cortesanos, las poesías de Ausias March. En cuanto a las
traducciones de este poeta catalán, no he podido ver nada más que las de
382
Capítulo XVII
530
Orígenes de la lengua española, Mayans y Siscar, tomo I, p.
57.
384
Capítulo XVII
531
El editor de la última edición parece ser Carlos Ros, ya que he
visto una curiosa colección de proverbios valencianos (Valencia, in-12,
1733), y que, el año anterior, había, creo yo, hecho imprimir la obra
siguiente: Ortografía de Valencia y de Castilla.
385
Capítulo XVII
532
Fuster, tomo I, p. 52; Mendez, Tipografía española, p. 56.-
Roig fue uno de los que disputaron el premio.
533
Vicente Gimeno, tomo I, p. 59; Fuster, tomo I, p. 51; Cerdá y
Rico, La Diana de Gil Polo, p. 137. Sus poesías se encuentran en el
Cancionero general (1573, fol. 340, 251, 307); en las Obras de Ausias
March (1560, f. 134), y en Lo Process de les Olives mencionado en la
nota siguiente. La Historia de la Passio de Nostre Senyor se imprimió
en Valencia en 1493 y en 1564.
387
Capítulo XVII
534
Lo Process de les Olives è disputa del Jovens hi del Vels se
imprimió por primera vez en Barcelona en 1532, pero el ejemplar del
que me he servido es de Valencia, imprimido por Juan de Arcos, 1561
(in-8º, 40 hojas). Algunos otros poetas toman parte en la discusión.
Todo el conjunto parece haber engrosado como consecuencia de las
sucesivas adiciones, y el libro ha llegado al estado y grosor actual.
535
Existe una edición de 1497 (Menéndez, p. 88). El ejemplar del
que me he servido tiene por título: Comença lo somni de Joan ordenat
per lo magnifich mossen Jaume Gaçull, cavaller, natural de Valencia,
en Valencia, 1561, in-8º. Al final se puede leer una picante composición
poética de Gaçull respondiendo a Fenollar, que había críticado vívamente
algunas palabras del dialecto valenciano que Gaçull defendía. El título es:
La Brama dels 14 llauradors del Orto de Valencia (Los gritos de catorce
labradores de la huerta de Valencia). Según esto, Gaçull se encontraba así
en el Process de les Olives, y en el Concours poétique de 1474. Véase su
vida en Ximeno, tomo I, p. 59, y Fuster, tomo I, p. 37.
536
Vicente Gimeno, tomo I, p. 64.
537
Las poesías de Ferrandis están incluidas en el Cancionero
general de Sevilla, 1535, folios 17 y 18 y en el Cancionero de Anvers,
1573, 31-34; la descripción de este concurso poético de 1511 se puede
ver en Fuster, tomo I, pp. 56-58.- Se citan, entre otros poetas de
388
Capítulo XVII
543
Las obras de García se imprimieron, por primera vez, en 1700
bajo el titulo siguiente: La Armonía del Parnas mes numerosa en las
poesías varias del Atlant del cel poetic. Vicente García (Barcelona),
Memorias, pp. 271-274). Las composiciones que se incluyen son
principalmente poesías líricas, sonetos, dizains, redondillas, romances,
etc. Al final se encuentra un drama titulado: Santa Bárbara, en tres
pequeñas jornadas con cuarenta o cincuenta personajes alegóricos y
sobrenaturales, todos tan fantásticos como los de las otras producciones
del siglo. Otra edición de las obras de García se imprimió en Barcelona
en 1840, y el Semanario Pintoresco de 1843, p. 84, contiene un análisis.
390
Capítulo XVII
544
El valenciano ha quedado hay en día en un dialecto muy dulce.
En efecto, Cervantes hace más de una vez su elogio por su melíflua
gracia (véase el segundo acto de La Gran Sultana, y el comienzo del
capítuo XII del tercer libro de Persiles y Segismundo). Mayans y Siscar
no pierde ocasión de alabarlo, pero él era de Valencia y estaba lleno de
prejuicios valencianos.
La historia literaria del reino de Valencia, tanto la del
período en el que consigue su dialecto provincial como en la más
moderna en el que el castellano se arroga la supremacía, esta historia ha
sido ilustrada con un cuidado destacable y un éxito prodigioso. El primer
escritor que esta consagrado a esta tarea se llama José Rodríguez, docto
eclesiástico nacido en Valencia en 1630 y muerto en esta capital en 1703,
justo en el momento en el que su Biblioteca valenciana estaba a punto
de salir de la prensa y de la que él no había impreso nada más que
algunas hojas. Aunque esta publicación estuvo casi a punto de haberse
terminado, pasó todavía un largo espacio de tiempo antes de que fuera
completada y editada. Su amigo Ignacio Savalls, a quien le confió el
cuidado de acabarla, se puso a la obra con un gran ardor, pero murió en
1476, antes de haber podido completar su tarea.
Sin embargo circularon dos ejemplares imperfectos del libro;
uno de ellos cayó en manos de Vicente Gimeno, nacido también en
Valencia como Rodríguez, y como él interesado en la historia literaria de
su reino. Primeramente Vicente Gimeno concibió el proyecto de
completar la obra de su predecesor, pero pronto cambió de determinación
y prefirió servirse de los materiales de Rodríguez para preparar, con el
mismo fín, una obra nueva más discreta que diera detalles hasta su época.
Este plan fue pronto realizado y la obra se publicó en
Valencia en 1747-49, en dos volúmenes in-fol, bajo el título de
Escritores de Valencia. No pudo impedir, sin embargo, que la Biblioteca
de Rodríguez fuera dada al público, en la misma ciudad, en 1747,
algunos meses antes de la aparición del primer volumen de Vicente
Gimeno.
El diccionario de Vicente Gimeno, que murió en 1764,
condujo la historia literaria de Valencia hasta 1748. Duró hasta que en
391
Capítulo XVII
545
Los catalanes han experimentado hoy en día este retroceso y
jamás han podido hacer uso, con sinceridad, del castellano. Afirman que
su propio dialecto ha sido, en tiempos de Fernando e Isabel, más
abundante, más armonioso que el del orgulloso rival que les vino a
reemplazar. (Villanueva, Viage a las iglesias, Valencia, 1821, in-8º,
tomo VII, p. 202).
393
Capítulo XVII
546
Uno de los más inestimables monumentos de este viejo
dialecto español es la traducción de la Biblia en catalán, hecha por
Bonifacio Ferrer, muerto en 1477 y hermano de san Vicente Ferrer. Esta
traducción se imprimió en Valencia en 1478, in-fol. Pero la Inquisición
suprimió casi todo, de suerte que no ejerciera jamás una gran influencia
sobre la lengua y la literatura de esta provincia. Casi todos los ejemplares
fueron destruidos. Castro da unos resúmenes en su Biblioteca Española
(tomo I, pp. 444,448). Véase también Mecrie’s Reformation in Spain
(Edimburgo, 1829, in-8º, pp. 191 y 404. Sismondi, al final del capítulo
sobre la literatura provenzal, en su Littérature du midi de l’Europe,
presenta algunas observaciones sobre su decadencia que, por el tono, se
parecen a los ejemplos que hemos hecho al final de este capítulo, a los
que nos remitimos para aclarar y justificar nuestras ideas.
394
Capítulo XVIII
CAPÍTULO XVIII
547
La Universidad de Salamanca debe su fundación a Alfonso X en
1254. En 1310 ya tenía un cierto grado de decadencia y no recobró su
importancia universitaria hasta algún tiempo después (Historia de la
Universidad de Salamanca, por Pedro Chacón. Seminario Erudito.
Madrid, 1789, in-4º, tomo XVIII, pp. 13, 21.
396
Capítulo XVIII
548
Tiraboschi, Historia della letteratura italiana, Roma, 1782,
in-4º, tomo IV, libro I, cap. III, y Fuster, Bibloteca valenciana, tomo I,
pp. 2 y 9.
549
Tiraboschi, Historia, etc.
550
Id. Tomo IV, lib. I, cap. III, sec. 8.- Nicolás Antonio,
Biblioteca vetus, edit. Bayer, tomo II, pp. 169 y 170.
397
Capítulo XVIII
existían pues, sin ninguna duda, los medios más directos para
transmitir a España la civilización italiana. Se encuentra una
prueba de los más evidentes en la persona de don Antonio de
Nebrija, vulgarmente conocido como el Nebrigense, que fue
alumno de este colegio un siglo después de su fundación, y
que, de vuelta a su patria, hizo progresar más las letras en
toda España que todos los demás eruditos de su tiempo 551.
Las relaciones comerciales y políticas llevaron todavía más
lejos el libre cambio de las costumbres y de la literatura en
Italia y en España. Barcelona, por largo tiempo la residencia
de una cultivada Corte, ciudad en la que las instituciones
liberales han dado nacimiento al primer banco de comercio y
provocado la redacción del primer código comercial de los
tiempos modernos, ha ejercido, desde el reinado de Jaime el
Conquistador, una visible influencia en las Cortes que
rodeaban al Mediterráneo, y una hermosa rivalidad con las
empresas de Pisa y Génova, así como con los puertos de
Italia. La ciencia y la civilización que sus naves traían, junto al
espíritu comercial y aventurero que les hacía salir, hicieron de
Barcelona, en los siglos XIII, XIV y XV, una de las ciudades
más hermosas de Europa, y extendieron su influencia, no
solamente a los reinos de Aragón y Valencia, donde estaba en
cierta medida la capital, sino sobre el vecino reino de Castilla,
con el que la monarquía de Aragón estuvo íntimamente unida
durante una gran parte de este período 552.
Las relaciones políticas entre España y Sicilia eran todavía
más antiguas y más íntimas que las de España e Italia, y se
dirigían hacia la misma meta. Juan de Procida, después de
haber preparado su isla a sacudirse del yugo abominable de
Francia, se dio prisa en 1282, después de que sucedieran los
horrores de las Vísperas sicilianas, en poner a los pies de
Pedro III de Aragón la soberanía de Sicilia. Este soberano, en
551
Nicolás Antonio, Biblioteca nova, tomo I, pp. 132-138.
552
W. H. Prescott, Historia del reinado de fernando e Isabel, los
Reyes Católicos, Introducción, secc. 2; La relación de la estancia en
Bracelona del infortunado D. carlos, príncipe de Viana, por Quintana;
Vidas de españoles célebres, tomo I; una curiosa descripción de
Barcelona en Ritter-Hof-und Pilger- Reise (El castillo feudal y el viaje de
un extranjero) por León de Rozmital (Stuttgard, 1844, in-8º, p. 111).
398
Capítulo XVIII
553
Zurita, Annales de Aragón, Zaragoza, 1604, in-fol., libro IV,
cap. XIII, etc.; Juan de Mariana, Historia general de España, libro XIV,
cap. VI.- Escritores importantes los dos, pero sobre todo el primero,
puesto que ellos nos han dado el lado español por lo que es preciso
considerar los hechos que han sido juzgados desde el punto de vista
italiano o Francés.
554
W. H. Prescott, Historia del reinado de fernando e Isabel, los
Reyes Católicos, Historia del reinado de Fernando e Isabel, los Reyes
Católicos, tomo III.
399
Capítulo XVIII
555
Véase en el cap. IX, la p. 180.
556
Con vos que enmendais las obras de Dante, dice Jorge
Manrique en sus versos dirigidos a su tío el gran marqués de Santillana,
versos que están incluidos en el Cancionero general de 1573, fol. 176 b.
Estas palabras, cualquiera que sea la interpretación que se pueda hacer de
ellas, indican un conocimiento perfecto de Dante, que el mismo marqués
nos hace conocer más directamente en su destacada carta al Condestable
de Portugal (Sánchez, Poesías anteriores, tomo I, p. LIV).
400
Capítulo XVIII
557
Mariana, Historia del reinado de Fernando e Isabel, los Reyes
Católicos, Madrid, 1780, in-fol., tomo II, pp. 266-407. Véase también
los detalles interesantes que nos da Fernán Pérez de Guzmán en sus
Generaciones y semblanzas, cap. XXXIII.
558
Castro, Biblioteca española, tomo I, p. 265-346. (Ver Notas y
Adiciones, p. 714).
559
Véanse las divertidas cartas sobre el Centón epistolario, de
Fernán Gómez de Cibdareal, números 47, 49, 56 y 70, obra en la que la
autoría será más tarde puesta en cuestión.
401
Capítulo XVIII
560
Centón epistolario, de Fernán Gómez de Cibdareal, cata 105.
402
Capítulo XVIII
561
Minne es la palabra equivalente a amor en los Nibelungos, y
generalmente en las más antíguas poesías alemanas. A veces se aplica a
los sentimientos espirituales y religiosos, pero casi siempre a los
sentimientos de amor mezclados con la galantería. Se ha discutido
mucho sobre la etimología y el sentido primitivo de esta palabra en los
léxicos Wachter, Mènage, Adelung, etc., pero, por nuestra parte, nos
basta saber que esta expresión se emplea particularmente para designar
esta escuela de poesía fantástica y más o menos artística que apareció en
toda Europa bajo la influencia de la caballería. Esta palabra es la que ha
dado el nacimiento a la palabra francesa mignon y a la palabra inglesa
minion.
562
Crónica de D. Juan II, año 1454, cap. II.
403
Capítulo XVIII
Amo r , y o nunca l e ns é
Que ta n p o d e r o s o e r a s ,
Que p o d r í a s te ne r ma ne r a s
Pa r a tr a ns f o r ma r l a f é ,
F a s ta a g o r a q ue l o s é .
Pe ns a b a q ue co no ci d o
T e d e vi e r a y o te ne r ,
M a s no p ud i e r a cr e e r
Que f ue r a s ta n ma l s a b i d o .
N i j a má s no l o p e ns é ,
404
Capítulo XVIII
Aunq ue p o d e r o s o e r a s ,
Que p o d r í a s te ne r ma ne r a s
p a r a tr a s to r na r l a f é ,
F a s ta a f o r a q ue l o s é .
563
Cuando nació, su familia poseía el único marquesado del reino de
Castilla (Salazar de Mendoza, Origen de las dignidades seculares de
Castilla y de León, Toledo, 1618, fol. l. III, c. XII (ver Notas y Adiciones, p.
720).
564
Fernán Pérez de Guzman, Generaicones y semblanzas, cap.
XXVIII.
565
Crónica de D. Juan II, año 1407, cap. IV, y 1434, cap. VIII,
donde su carácter está descrito en los siguientes términos: “ Este caballero
fue muy grande letrado e sopo muy poco en lo que le complia”. Entre las
405
Capítulo XVIII
567
Pellicer habla de la tradición, viva todavía en su tiempo, que
hace un nigromante del maruqués de Villena (Biblioteca de traductores,
p. 65). Se puede ver lo absurdo de esta fama en una nota de Pellicer en la
edición de D. Quijote (parte I, cap. XLIX), y en la disertación de Feijoo,
Teatro crítico (Madrid, 175, in-8º, tomo VI, disc. 11, secc. 9). Juan de
Mariana ve igualmente al marqués como un maestro en el arte de la
migromancia, donde quiere que se le vea al menos como tal (Historia
general de España, libro XIX, cap. VIII).
568
Lope de Barrientos era confesor de D. Juan II. Puede ser la
lectura y el conocimiento de estos libros por lo que se quemaron por
orden del Rey, sugiriéndoles ellos la idea de componer un tratado contra
la Adivinación que jamás se imprimió (Antonio, Bibl. vetus, libro X,
cap. II), pero los numerosos extractos que he visto ha sido gracias a la
amabilidad de D. Pascual de Gayangos. En uno de ellos, el autor dice
que entre el número de libros del marqués había uno titulado Raziel, del
número de ángeles que guardan el paraíso, que muestra al hijo de Adán el
arte de la adivinación, de cuyas tradiciones se compone el libro en
cuestión. Es preciso prevenir que este Barrientos es un dominico,
perteneciente a la órden monástica a la cuál, treinta años más tarde,
España fue principalmente deudora de la Inquisición, de esta institución
que rebasó su ejemplo quemando no sólo libros, sino personas. Lope de
Barrientos murió en 1469, después de haber desempeñado, en diferentes
ocasiones, los principales cargos del reino. (Ver Notas y Adiciones, p.
708).
407
Capítulo XVIII
569
“ Se llenaron dos vehículos cargados de libros que él había
dejado y que habían traido al Rey, y como se decía que se trataba de
libros mágicos que trataban de artes que no convenía leer, el Rey ordenó
llevarlos a la casa de Fr. Lope de Barrientos, hermano de Lope, que se
preocupaba más de adular al príncipe que de revisar su nigromancia,
quien hizo quemar más de cien volúmenes que no había visto más que el
rey de Marruecos y que no entendía más que el deán de Ciudad Rofrigo.
En efecto, había muchos en aquellos tiempos, que se hacían doctores
haciendo a los demás ignorantes y magos, y lo que era más triste es que
se hacían beatos haciendo a los demás nigromantes.” (Cibdareal, carta
66).
570
Coplas, 126-128.
571
Se encuentra en el Cancionero general de 1573 (fol. 34-7). Es
una visón a imitación de Dante.
408
Capítulo XVIII
572
El Arte cisoria o Tratado del Arte de cortar del cuchillo se
imprimió por primera vez bajo los auspicios de la Biblioteca del Escorial
(Madrid 1766, in-4º), basado en un manuscrito de esta preciosa colección
salvado del incendio de 1671. No es probable que se haya hecho una
segunda edición. Si se pudiera compararla con alguna otra obra
contemporánea, sería con el antiguo libro inglés Treatyse on Fishyage
with an angle, atribuido alguna vez a la señora Jualiana Berners que no
tiene los pequeños méritos literarios de este opúsculo.
573
Todo lo que se imprimió de este Arte de trobar se encuantra en
Mayans y Siscar, Orígenes de la lengua española, (Madrid, 1737, in-8º,
tomo II, pp. 321-342). Parece haberse escrito hacia el año 1433.
409
Capítulo XVIII
574
Los Trabajos de Hércules es un libro de los más raros del
mundo, aunque haya sido editado en 1483 y 1499, y quizás también en
1502. El ejemplar del que me he servido es la primera edición y
pertenece a D. Pascual de Gayangos. Se imprimió en Zamora por
Centenera, y se terminó, como dice la nota al final, el día 15 de enero de
1483. Está compuesto de treinta hojas en tamaño folio, a dos columnas y
está ilustrado con once grabados sobre madera, curiosos sobre todo por el
tiempo y el lugar donde fueron ejecutados. Los errores a los que esta obra
ha dado lugar son destacables y dan importantes detalles que queremos
señalar. Nicolás Antonio (Biblioteca vetus, ed. Bayer, tomo II p. 222),
Velázquez (Orígenes de la poesía castellana, in-4º, Málaga, 1754, p.
49), L. P. Moratin (Obras, ed. De la Academia, Madrid, 1830, in-8º,
tomo I, parte I, p. 114), y el mismo Torres Amat, en sus Memorias
(Barcelona, 1836, in-8º, p. 669) todos hablan como de un poema. Yo
jamás he visto ningún ejemplar de la edición imprimida en Burgos en
1499, y citada por Meléndez (p. 289 de su Tipografía española) si
exceptuamos el ejemplar citado de la primera edición y el ejemplar
incompleto de la Biblioteca Imperial de París, no conozco ningún otro,
por lo que este libro ha llegado a ser raro. (Ver Notas y Adiciones, p.
722)
575
Véase Heeren, Geschichte der class. Litteratur in Mittelatter
(“ Historia de la literatura clasica durante la Edad Media”), tomo II, pp.
126-31. Si juzgamos por el preámbulo de la traducción de la Eneida, del
marqués de Villena publicada por Pellicer, Virgilio era poco conocido en
España a principios del siglo XV.
576
Otra obra del marqués de Villena la cita Sempere y Guarinos y
es la Historia del luxo de España (Madrid, 1788, tomo I, pp. 176-9)
bajo el título de Triunfo de las doñas. Se encuentra, dice, un manuscrito
411
Capítulo XVIII
del siglo XV con otras obras del mismo sabio autor. El extracto hecho
por Sempere hace conocer los petimetres de aquellos tiempos y está
escrito con talento.
412
Capítulo XVIII
577
La mejor información sobre Macias y sus versos se encuentraen
: Alte liederbücher der Portugiesen (“ Los antiguos cancioneros de
portugueses”) por Bellerman (Berlín, 1840, in 4º, pp. 24-26). Véase
también Argote de Molina, Nobleza de Andalucía, Sevilla, 1588, in-
folio, libro II, cap. CXLVIII, folio 272; Castro, Biblioteca española
(tomo I, p. 312) y las notas de Cortina en la traducción de Bouterwek (p.
195). Pero las pruebas de su gran reputación, como trovador y como
enamorado se encuentran en Sánchez, Poesías anteriores (tomo I, p.
138); en el Cancionero general de 1535 (fol. 67, 91); en Juan de Mena,
(estrofa 105); y en la nota o glosa correspondiente de la edición de
Alcalá, 1566; en la Celestina, acto II; en diversas comedias de Calderón,
tales como: Para vencer amor querer vencerlo, y Cual es mayor
perfección; en los romances de Góngora y en numerosos pasajes de Lope
de Vega y de Cervantes. Se encuentran también algunos detalles sobre
Macias en Ochoa (Catálogo de manuscritos españoles, París, 1844, in-
4º, p. 505) y en el volumen XLVIII de las Comedias elegidas y en una
titulada El español más amante que trata de macias y que le hace morir
en el momento en el que el marqués de Villena llega para hacerle salir de
la prisión. De nuestros día, Larra le hace también un héroe en una novela
titulada: El Doncel de D. Enrique el Doliente, como ya hemos dicho, y
de una tragedia que lleva el nombre de Macias. Ni en una ni en la otra se
guarda la verdad histórica.
413
Capítulo XIX
CAPÍTULO XIX
578
Pérez de Guzman, Genraciones y semblanzas, cap. X.
579
Esta gran familia tuvo después de mucho tiempo, relaciones con
la poesía española. El abuelo de Iñigo sacrificó voluntariamente su vida
por salvar la de D. Juan I en la batalla de Aljubarrota, en 1385, y llegó a
ser, por tanto, el sujeto de este bello romance,
Si e l ca va l l o vo s ha n mue r to
Sub i d , R e y , e n mi ca va l l o .
Se puede leer al final de la octava parte del Romancero de 1597.
Se ha traducido con mucha energía por Lockhart, pero a la versión le falta
exactitud y fidelidad.
580
Crónica de D. Juan II, año 1414, cap. II.
414
Capítulo XIX
nos dicen, posesiones que recobra, una parte por vías legales
y otra parte por la fuerza de las armas581. Es este momento le
encontramos, durante el reinado de Juan II, ocupado en los
asuntos del reino, tanto civiles como militares. Es un personaje
que gozó siempre de una gran consideración y sólo parece
que en circunstancias difíciles y en tiempos de problemas,
estuvo movido por nobles motivos. Aún no tenía los treinta
años cuando fue distinguido en la Corte como uno de los
personajes capaces de ajustar la boda del Infante de
Aragón 582. Poco tiempo después, en la lucha contra los
navarros, y, aunque sufrió una derrota debido a la gran
superioridad numérica del enemigo, adquirió un gran
renombre por su bravura personal y su firmeza 583. Luchó
largamente contra los moros y algunas veces con éxito.
Después de la batalla de Olmedo, en 1445, fue elevado a la
alta dignidad de marqués. Nadie le había precedido con este
título en Castilla a excepción de la familia Villena ya
extinguida 584.
Desde el principio se opuso, aunque sin violencia, al gran
Condestable Álvaro de Luna. En 1432, varios de sus amigos y
parientes, el buen conde de Haro, el obispo de Palencia y sus
partidarios, fueron presos por orden del Condestable.
Entonces, Mendoza enfermó en uno de sus castillos hasta que
estuvo completamente tranquilo sobre su propia seguridad 585.
Desde este momento, las relaciones entre estos dos personajes
no pudieron considerarse como amistosas. Las apariencias se
salvaron cuando, al año siguiente, en un gran torneo que tuvo
lugar en Madrid ante el rey en el que Mendoza fue el único
adversario, y después de la justa, comieron juntos muy
581
Es Pérez de Guzman, tio del marqués, quien declaró
(Generaciones y semblanzas, cap. IX) que el padre del marqués D. Diego
Hurtado de Mendoza poseía una extensión de tierras mayor que cualquier
otro caballero castellano. Añadamos a esto lo que nos dice Oviedo,
Quincuagenas (batalla 1, diálogo 8 Ms.)
582
Crónica de D. Juan II, año 1428, cap. VII.
583
Sánchez, Poesías anteriores, tomo I, pp. V, etc.
584
Crónica de D. Juan II, año 1438, cap. II; 1445, cap. XVII; y
Salazar de Mendoza, Dignidades de Castilla, libro III, cap. IV y V.
585
Crónica de D. Juan II, año 1432, cap. IV y V.
415
Capítulo XIX
586
Crónica de D. Juan II, año 1432, cap. II.
587
Íb., año 1449, cap. XI.
588
Íb., año 1452, cap. I, etc.
589
Los principales hechos de la vida del marqués de Santillana
están incluidos, como se tenía que hacer a la vista de su rango y la
consideración que gozaba ante el Estado, en la Crónica de D. Juan II.
Allí aparece constantemente después del año 1414. Pero se encuentra un
verdadero y muy buen esbozo de él en el capítulo IV de los Claros
varones de Pulgar, en el primer volumen de las Poesías anteriores, nos
da también una biografía cuidada pero indigesta.
416
Capítulo XIX
590
Introducción del marqués a los refranes, Anvers, 1552, in-18,
fol. 150.
417
Capítulo XIX
591
Véanse los detalles precedentes sobre Villena.
592
En la Introducción a sus Proverbios, el marqués se jacta de
conocer a fondo las reglas de la versificación provenzal.
593
Se encuentra en el Cancionero general, edición príncipe, y ha
sido copiado en la Floresta de Böhl de Faber, número 87.
418
Capítulo XIX
594
Ya hemos dado a conocer las Serranas del Arcipreste de Hita al
hablar de sus obras. El sexto marqués de Santillana se aproximó todavía
más al modelo provenzal y tuvo un gran mérito poético. En cuando a su
forma y a su estructura, véase Díez, Trovadores, p. 144. De la que
hablamos en el texto es tan bella que vamos a copiar una parte con un
pasaje que corresponde a una serrana de Riquier.
M o za ta n f e r mo s a
N o n vi e n l a f r o nte r a
Co mo un va q ue r a
De l a F i no j o s a
……………….
E n un ve r d e p r a d o
De r o s a s y f l o r e s ,
Gua r d a nd o g a na d o
Co n o tr o s p a s to r e s ,
L a vi ta n f e r mo s a
Que a p e na s cr e y e r a
Que f ue s e va q ue r a
De l a H i no j o s a
Sánchez, Poesías anteriores, tomo I, p. 44
He aquí el comienzo de la de Riquier:
Ga y a p a s to r e l ha
T r o b e y l ’ a utr e d í a
E n una r i b e i r a ,
419
Capítulo XIX
Que p e r ca nt l a b e l ha
So s a nhe l s te ni a
De s o l z un o mb r e i r a ;
U n ca p e l f a ci a
De f l o r s e s e r i a
Sus e n l a f r e s q ue i r a , e tc.
Raynouard, Trovadores, tomo III, p. 470.
Ningún poeta provenzal ha compuesto, que yo sepa, pastorelas
tan bellas como Riquier. El marqués no ha podido elegir mejor modelo.
595
Véase la carta al Condestable de Portugal.
596
Cancionero general, 1573, folio 34. Ha sido escrita, por tanto,
después del año 1434, año de la muerte de Villena.
597
Faber, Floresta, como antes.
598
Sánchez, Poesías anteriores, tomo I, pp. 20,21 y 40. Quintana,
Poesías castellanas, 1807, tomo I, p. 13. Se ha discutido mucho sobre
la introducciòn del soneto en la poesía castellana. Argote de Molina ha
tratado la cuestión en su Discurso sobre la Poesía, al final del Conde
Lucanor, (1575, fol. 97); y Herrera, en su edición de Garcilaso, (Sevilla
420
Capítulo XIX
1580, in-8º, p. 75). Pero todas las dudas son leves y todas las preguntas
han encontrado su respuesta en la edición de las Rimas inéditas de D.
Íñigo López de Mendoza, publicado en París por Ochoa (1844, in-8º). En
una carta del marqués fechada el 4 de mayo de 1844, y drigida, con sus
poesías a doña Violante de Pradas, el marqués le cuenta expresamente
que ha imitado a los maestros italianos en la composición de sus
poemas.
599
Se encuentran en el Cancionero general, de 1573, folios 24,
27, 37, 40 y 234.
600
Sánchez, Poesías anteriores, tomo I, pp. 143 y 147.
601
Tal es el título que le da Ochoa, quien lo imprimió por primera
vez entre las Rimas inéditas del marqués (pp. 97- 240), aunque Amador
de los Rios, en sus Estudios sobre los judíos en España (véase la
traducción que hemos hecho, 1861, París) alega motivos para atribuirla a
Paul de Sante-Marie, del que hablaremos más adelante.
602
Bohl de Faber, Floresta, nº 743. Sánchez, tomo I, p. 41.
Pulgar, Claros varones, ed. 1775, p. 224. Crónica de D. Juan II, año
1448, cap. IV.
421
Capítulo XIX
603
Cancionero general, 1573, fol. 37.
604
Otras dos o tres cmposiciones del marqués se encuentran entre
las que ha publicado Ochoa: la Pregunta de Nobles, especie de lamento
moral del poeta que deplora no poder conocer y frecuentar a los grandes
hombres de todos los tiempos; los Doce trabajos de Hércules, a menudo
confundidos con la obra en prosa de Villena que tiene el mismo título, y
el Infierno de las Enamoradas, imitado más tarde por Garci Sánchez de
Badajoz, tres cortas composiciones poéticas de poco valor.
605
Por ejemplo, la Crónica de D. Juan II, año 1435, cap. IX.
606
En la carta a Doña Violante de Pradas, dice haber comenzado
inmediatamente después de este combate naval.
422
Capítulo XIX
607
El marqués, haciendo alusión a un diálogo que oyó sobre la
batalla, se expresó en estos términos, a la manera de Dante, y empleando
casi sus mismas palabras
… T a n p a ur o s o
Que s o l o e n p e ns a r l o me ve nce p i e d a d
423
Capítulo XIX
608
Existe otra colección de refranes distinta de esta, hecha por el
marqués y publicada por Mayans en sus Orígenes (tomo II, pp. 179 y
siguientes). No son ni rimas ni glosas, sino símplemente están puestos
por órden alfabético, según como el autor las recogía y recibía de las
Viejas tras el fuego. En cuanto a las diversas ediciones del Centiloquio,
véase lo que dicen Méndez (Typog. p. 196) y Sánchez (tomo I, p. 34).
Como un ejemplo de los proverbios, copiaré aquí el que dice:
Si f ue r e s g r a n e l o cue nte
B ié n se rá;
Pe r o má s te co nve r r a
424
Capítulo XIX
Se r p r ud e nte .
Que e l p r ud e nte e t o b e d i e nte
T o d a ví a
A mo r a l f i l o s o f í a
Ob e d i e nte
El marqués comenta él mismo, en prosa, algunos de estos cien
proverbios. Pero ninguno de ellos tiene la buena fortuna de escapar a las
sabias discusiones del doctor Peo Díaz. El autor del Diálogo de las
lenguas habla de la colección en términos poco favorables (Mayans y
Ciscar, Orígenes, tomo II, p. 13).
El mismo Pero Díaz, quien comenta los Proverbios del marqués
de Santillana, prepara, a demanda del rey D. Juan II, una colección de
proverbios de Séneca impresos por primera vez en 1482, y otras varias
veces después (Méndez, Typog., pp. 197, 266). Yo tengo una, publicada
en Sevilla, en 1500. Tiene 66 hojas y contiene ciento cincuenta
proverbios más un comentario en prosa que les acompaña y que es del
mejor gusto y más conveniente que la glosa que él puso a los proverbios
rimados del marqués.
609
En el prólogo de la Coronacion, Oevres, Alcalá, 1566, in-8º,
fol. 260.
425
Capítulo XIX
610
Esta carta importante era, después de la indicación de Argote de
Molina (Nobleza de Andalucía, 1588, folio 355), una especie de
introducción al Cancionero del marqués. Se encuentra con las sabias
notas en el primer volumen de Sánchez. El Condestable de Portugal, a
quien estaba dirigida, murió en 1466.
611
No le llama erudito porque no tenía los conocimientos
ordinarios de los sabios de su tiempo: no sabía latín. Esto es lo que se
deduce de un muy curioso y raro tratado de Vita beata, por Juan de
Lucena, su contemporáneo y amigo, donde (ed. 1483, fol.f.II b), el
marqués dice hablando de él: “ Me veo defetuoso de letras latinas”, y
añade que el obispo de Burgos y Juan de Mena hubieran usado el latín en
el objeto de su discusión, en lugar de el español, si él hubiera sido capáz
de seguirles en esta sabia lengua. Sin embargo, el marqués comprendía el
latín. Esto es lo que se deduce de sus obras llenas de alusiones a los
autores latinos y a veces también de imitaciones.
426
Capítulo XIX
612
Los principales datos de la vida de Juan de Mena se encuentran
en algunos versos de Francisco Romero, en el Epicedio en la muerte del
maestro Hernán Níñez (Salamanca, 1578, in- 12, pp. 485 y siguientes)
al final de los Refranes de Hernan Núñez. En cuanto al lugar de su
nacimiento, no hay duda. Hay alusiones de él mismo (trescientas, estrofa
124) de manera que le hace honor.
613
Cibdareal, cartas XX, XXIII.
614
Ib., carta XLVII.
615
Ib., carta XLIX.
427
Capítulo XIX
616
Para los primeros, véase Castro, Biblioteca española, tomo I,
p. 331, y para los que compuso sobre la herida del Condestable, véase la
Crónica de Don Álvaro (edición de Milan 1546, fol. 60 verso).
617
Los versos que tienen por título Dom Infante, Filho del rey
Dom Juan, em loor de Joam de Mena, la respuesta de Juan de Mena, una
corta réplica del Infante y una finida o conclusión, se encuantran el el
cancionero de Resende (Lisboa, 1516, in-fol., folio 72, 6). Véase también
Bellerman (Die Alten Liederbücher der Portugiesen, “ de la antigua
literatura portuguesa), Berlin 1840, pp. 27,64); Mendez (Typog. p. 137).
Este Infante D. Pedro es, creo yo, el mimso príncipe al que hace alusión
Cervantes (D. Quijote, parte II, cap. XXIII) del que dice que fue un gran
viajero. Pellicer y Clemencín no nos dicen nada de esto.
(Cervantes dice… y a s í l e ha r é y o d e no s o s e g a r y
a nd a r l a s s i e te p a r ti d a s d e l mund o , co n má s p untua l i d a d
q ue l a s a nd uvo e l i nf a nte d o n Pe d r o d e Po r tug a l , ha s ta
d e s e nca nta r l a . (Nota del traductor J.M.A)
618
Véase el Diálogo de Juan de Lucena, la Vida beata, en la que
Juan de Mena es uno de los principales interlocutores.
428
Capítulo XIX
619
Queda siempre en los excelentes relaciones con el rey, con los
infantes, el condestable, el marqués de Santillana, etc.
620
Antonio Ponz, Viage de España, Madrid, 1787, tomo X, p.38;
Clemencín, notas a D. Quijote, parte II, cap. XLIV, tomo V, p. 379.
621
Cibdareal, carta XX. No hay menos de doce cartas, de las ciento
cinco que componen la colección epistolar del célebre médico de D. Juan
II, que dirigió a Juan de Mena. Si estas catas son auténticas, nos
muestran un testimonio del gran favor del que gozaba Juan de Mena.
622
La última no carece de gracia. Cibdareal hace de ella mención
por dos veces, cartas XXIII y XXVI. Parece haber merecido la aprobación
del rey y de la Corte.
429
Capítulo XIX
623
Las poesías ligeras de Juan de Mena son generalmente inclidas
en los viejos cancioneros generales; algunas están incluidas en las
antiguas ediciones de sus obras, por ejemplo en la muy estimable edición
de Valladolid de 1536, donde las Trecientas y la Coronación forman dos
tratados diferentes con títulos distintos, una paginación diferente, un final
a parte y a cada una de ellas le siguen algunas poesías ligeras del autor.
430
Capítulo XIX
624
El autor del Diálogo de las lenguas, Mayans y Ciscar
(Orígenes, tomo II, p. 448), se lamentaba, hace más de tres siglos, de la
oscuridad que representaba los numerosos personajes en las poesías de
Juan de Mena. Este defecto es todavía más evidente por las laboriosas
explicaciones de dos de los más antiguos sabios comentaristas.
625
Juan de Mena ha sido muy bien considerado siempre por sus
compatriotas, aunque no haya sido muy popular. Durante su vida, sus
versos fueron incluidos en el Cancionero de Baena e inmediatamente
después en la Crónica del Condestable D. Álvaro de Luna. Otros se
encuentran en la colección de poesías ya conocida, imprimida en
Zaragoza en 1422, y en otra colección de lamisma época, pero sin fecha.
Se puede también leer en todos los antiguos Cancioneros generales y en
una serie de ediciones separadas, desde 1496 hasta nuestros días. Po otra
parte, el sabio Hernán Núñez de Guzmán imprimió una glosa de los
Trescientos en 1499, otra de los Cincuenta o la Coronación. Más tarde,
432
Capítulo XIX
626
Ibid., carta XX.
627
Estas estrofas se imprimieron por separado en el Cancionero
general de 1573, pero ninguna fue incluida en la edición de sus OEuvres
del poeta en 1566 ni fueron comentadas por Hernán Núñez, lo que nos
hace dudar de que fueran realmente compuestas por Juan de mena. Si le
pertenecen, fueron probablemente compuestas después de la muerte del
Rey. No son nada aduladoras para él, y este es un motivo para que
nosotros creamos que no son auténticas. El poeta parece tener permiso
para hacer grandes elogios del Rey y del Condestable para no desear
verlos después de la muerte de uno y del otro. ( Ver Notas y Adiciones,
p. 711)
434
Capítulo XIX
435
Capítulo XX
CAPÍTULO XX
628
Así, fi, valenciano o provenzal, por hijo, en las Trescientas,
estrofa 37 y trinquete, por vela de mesana, estrofa 165, pueden servir de
ejemplo. Lope de Vega (Obras sueltas, tomo IV, p. 474) está lleno de
latinismos de Juan de Mena, latinismos chocantes y numerosos, y cita el
siguiente verso:
e l a mo r e s f i cto , va ni l o q uo , p i g r o .
Yo no me acuerdo de haberlo leído en sus obras, pero si allí se
encuentra, confesaría que es tan malo como los malos versos de la misma
especie, objeto de tanta ridiculez en Ronsard. Sin embargo, debemos
resltar que en las épocas primitivas de la lengua castellana, esta lengua
tiene más relacion con el francés de lo que tenía en tiempos de Juan de
Mena. Así, en el Poema del Cid encontramos muy a menudo cuer por
corazón, tiesta por cabeza. En Berceo, asemblar por juntarse, sopear
por cenar (véase Clemencín, D. Quijote, tomo IV, p. 56). Así pues, si
nos encontramos en Juan de Mena algunas palabras francesas que no son
muy utilizadas, como sage, en cuyo uso poético hace un bisílabo gutural
para rimar con viage, en la estrofa 167, es preciso suponer que dicha
palabra era utilizada en su tiempo, y que después perdió su significado.
Cualquier cosa que sea, es cierto que Juan de Mena fue muy atrevido para
formar palabras e introducirlas en la lengua. El docto Sarmiento dice de
él en un manuscrito que tengo en mi biblioteca: “ U n g r a n núme r o d e
p a l a b r a s q ue e mp l e a no s o n ca s te l l a na s ni f ue r o n
uti l i za d a s ni a nte s ni d e s p ué s d e é l e n E s p a ña ”. (Ver Notas y
Adiciones, p. 731).
437
Capítulo XX
629
Estos detalles sobre Villasandino se leen en Antonio, Bibloteca
Vetus, edit. Bayer, tomo II, p. 341; en Sánchez, Poesías anteriores,
tomo I, pp. 200, etc. Sus primeras poesías se imprimieron en el
Apéndice a las crónicas de Enrique II, de D. Juan I y de D. Enrique III,
por D. Pedro López de Ayala, pp. 604, 615, 621, 626, 646. Pero la
mayor parte se encuentra en el Cancionero de Baena, extraído por
Castro, Biblioteca española, tomo I, pp. 268, 296, etc.
630
Sánchez, tomo I, p. LX.
631
El himno en cuestión está en Castro, tomo I, p. 269, pero
como prueba de la facilidad de Villasandino, prefiero los siguientes
versos compuestos por el conde Pero Niño, que debía ofrecerlos a doña
439
Capítulo XX
Pe r d í me u te mp o e n s e r vi r
A l a q ue me f a s b e vi r
Co l d o s o d e s q ue l a vi , etc.
Pero, como pretende el editor de la Crónica de D. Pedro Niño,
“ estos son los versos que se pueden atribuir a cualquier otro amante y a
todas las damas, de manera que parece que Villasandino componía
estrofas de este género para darlas al primero que se las pidiera”, palabras
textuales que copiamos aquí ya que pueden aplicarse perfectamente a un
gran número de poesías de este reinado, ordinariamente llenas de
pensamientos triviales y escritas para un uso parecido al que hacía
Villasandino.
632
Sobre Micer Francisco Imperial, véase lo que dice Sánchez
(tomo I, pp. IX, y 205). Argote de Molina (Nobleza de Andalucía, fol.
244, 266) y el discurso puesto por el mismo escritor al principio de la
Vida del Gran Tamerlan (Madrid, 1782, in-4º, p.3). Sus poemas se
encuentran en Castro, tomo I, pp. 296, 301, etc.
440
Capítulo XX
633
Castro, tomo I, pp. 319-330, etc.
634
Ferrant Manuel de Lando es conocido como un paje de D. Juan
II, en la Sucesión de los Manueles, de Argote de Molina, publicado con
el Conde Lucanor, 1575. Estas poesías han sido vistas como
“ agradables para aquel siglo”.
635
También se supone que Rodriguez de Padrón, cuyas poesías se
encuentran en Castro (tomo I, p. 331), y en el Cancionero manuscrito
atribuido a Lope de Estúñiga (fol. 18), es el mismo que el Juan
Rodriguez de Padron, cuyas poesías están incluidas en el Cancionero
general (1573, fol. 121-4) como se cree comunmente, aunque yo tenga
algunas dudas a este respecto.
636
Sánchez, tomo I, pp. 199, 207 y 208.
441
Capítulo XX
637
La mejor biografía de Cibdareal está al principio de sus Cartas
(Madrid, ed. 1775, in-4º), preparada por D. Eugenio Llaguno y Amirola.
Su nacimiento está situado hacia 1388, aunque el mismo Bachiller, en la
carta 105 dice que tenía sesenta y ocho años en 1434, lo que
correspondería al año 1386 como verdadera fecha. Del resto no sabemos
absolutamente nada del Bachiller, aparte de lo que nos dice él mismo en
las cartas que circulan con su nombre.
442
Capítulo XX
ho r a s a nte s d e d a r e l a ni ma ; B a chi l l e r Ci b d a r e a l , na ci e r a
y o f i j o d e un he r r e r o , e ho b i e r a s i d o f r a i l e d e l Ab r o j o , e
no r e y d e Ca s ti l l a . E a to d o s d e ma nd a b a p e r d ó n, s i a l g o l o
hub i e s e f e cho d e ma l ; a e a mi me d i xo , q ue p o r s u Se ño r í a
l o d e ma nd a s e a l o s q ue é l no p o d í a : F a s ta a l a tumb a d e
s a n Pa b l o l e a cud í ; e mp ue s á un s o l o a p o s e nto me he
ve ni d o a l a r r a b a l ; ca d e vi vi r e s to y co n ta l ha s ti o , q ue
co mo o tr o s l a mue r te te me n, y o p i e ns o q ue e l vi vi r no s e
ha d e d e s p e g a r d e mi . And uve a ve r a l a R e i na d o s d í a s
s o n; e to d o e l p a l a ci o l o vi d e ta n d a r r i b a a b a j o s i n l o s q ue
p r i me r o , q ue l a ca s a d e l Al mi r a nte e d e l co nd e d e
B e na ve nte ma s p o b l a d a s s o n. E l R e y D. E nr i q ue r e ci b e a
l o s cr i a d o s d e l r e y D. Jua n; ma s y o s o y vi e j o p a r a to ma r d e
nue vo o tr o a mo , e a nd a r ca mi no s : e s e Di o s q ui e r e a
Ci b d a r e a l co n mi f i j o a nd a r é , ca a l l i d e l R e y e s p e r a r é co n
q ue p a s a r . Esta es la última cosa que sabemos de la aflicción
de este viejo, que probablemente murió poco después de la
fecha de esta carta, escrita, según todas las apariencias en
julio de 1454.
Otro personaje muy renombrado, como prosista, del siglo
de D. Juan II, fue Fernán Pérez de Guzman. Como muchos
otros españoles distinguidos fue soldado y hombre de letras,
pertenecía a la alta aristocracia del país y se mezclaba en sus
asuntos. Su madre era hermana del Gran Canciller Ayala, su
padre era hermano del marqués de Santillana, de manera
que sus alianzas eran tan grandes y nobles como podía
producir la monarquía. De una y otra parte, Garcilaso de la
Vega es uno de sus descendientes en línea directa. No
podríamos pues asegurar que estos hombres fueron reflejados
por las generaciones sucesivas con la misma luz con la que
fueron recibidos.
Fernán Pérez de Guzman nació hacia el año 1400. Fue
nombrado caballero. En la batalla de la Higueruela, cerca de
Granada, en 1431, donde fue llevado por el obispo de
Palencia, que semejaba un Josué armado, según nos cuenta
el honesto Cibdareal, Fernán mostró tanta resolución en su
coraje, que, acabado el combate, el rey, que había visto su
imprudencia con sus propios ojos, le hizo meter en prisión y no
638
le sacó hasta que intercedieron sus amigos . Pérez de
Guzman se encontró generalmente entre los que formaban la
638
Cibdarreal, carta 51.
444
Capítulo XX
639
Las mejores noticias, como los resúmenes más largos, sobre las
obras de esta familia famosa de judíos, se encuentran en Castro,
Biblioteca española, tomo I, p. 235; en Amador de los Ríos, Estudios
sobre los judíos de España, pp. 339-98, 485, etc. Véase la traducción
francesa de J. G. Magnabal, París, in-8º, Durand. Un gran número de sus
poesías, incluidas en los Cancioneros generales, son del género erótico, y
valen lo que valen todas las que forman estas antiguas colecciones en
general. Existe de D. Alonso de Santa María dos obras impresas: La
Oracional, o el libro de rezos, citado en el texto como compuesto por
Pérez de Guzman (Murcia, 1487) y el Doctrinal de caballeros, impreso
el mismo año en Burgos (Diosdado, De prima typographiae Hispan.
445
Capítulo XX
Aetate, Roma, 1793, in-4º, pp. 22, 26, 64). Estos dos libros son
curiosos, pero el último está en gran parte sacado de las Partidas de
Alfonso el Sabio. (Ver Notas y Adiciones, p. 731)
640
El manuscrito del que me he servido es una copia de otro, en
apariencia del siglo XV, y forma parte de la magnífica colección de Sir
Thomas Philips Middle Hill, conde de Worcester, en Inglaterra. El que
hay impreso de Fernán Pérez de Guzman se encuentra en el Cancionero
general de 1535, ff. 28, etc. En las Obras de Juan de Mena, ed. 1566,
hacia el final; en Castro, tomo I, pp. 298, 340, 342; y en Ochoa, al final
de las Rimas inéditas de D. Íñigo López de Mendoza, París, 1844, in-8º,
446
Capítulo XX
CAPÍTULO XXI
642
Generaciones y Semblanzas, cap. XI, XV y XXV.
643
Crónica de D. Juan II, año 1437, cap. IV; 1438, cap. VI, 1440,
cap. XVIII.
449
Capítulo XXI
644
Pulgar, Claros varones, tít. XIII; Canconero general, 1573, f.
183; Mariana, Historia General de España, libro XXIV, cap. XIV.
645
Las poesías de Gómez Manrique se encuentran en el
Cancionero general de 1573, fol.. 57-77, 243.
646
Adiciones a Pulgar, ed. 1775, p. 239.
647
Ibid., p. 223.
450
Capítulo XXI
648
Méndez (Typografía española, p. 265). A estas poesías de
Gómez Manrique se debe añadir: 1º. Su carta poética al Marqués de
Santillana, su tío, para pedirle un ejemplar de sus obras y la respuesta de
éste último: las dos piezas se encuentran en los Cancioneros generales.
2º. Algunas poesías ligeras que se encuentran en un manuscrito de
Álvarez Gato, conservado en la Biblioteca de la Academia Real de la
Historia, número 114, y que merecen ser publicados.
649
Tal es, por ejemplo, la palabra definición empleada en el
sentido de muerte, la muerte, a menos que no sea una falta de impresión
por defunción, y otras eufonías de la misma clase. En cuanto a Gómez
Manrique, véase también lo que dice Nicolás Antonio (Biblioteca vetus,
tomo II, p. 342).
451
Capítulo XXI
650
Algunas un poco libres, tienen el aspecto de la intolerancia de
la Iglesia en España. Están incluidas en el Cancionero general de 1535
(fol. 72-67; en el de 1573, fol. 131-9, 166, 187, 221, 243, 245) y
también se encuentran algunas en el Cancionero de Burlas de 1519.
452
Capítulo XXI
651
¡Qué s e hi zo e l r e y d o n Jua n?
L o s i nf a nte s d e Ar a g ó n,
¡Qué s e hi ci e r o n?
¿ Qué f ue d e ta nto g a l á n?
¿ Qué f ue d e ta nto i nve nci ó n
co mo tr uj e r o n?
¿ l a s j us ta s y l o s to r ne o s ,
Pa r a me nto s , b o r d a d ur a s
453
Capítulo XXI
¿ Y ci me r a s ?
¿ F ue r o n s i no d e va ne o s ?
¿ Qué f ue r o n s i no ve r d ur a s
de las e ras?
¿ Qué s e hi ci e r o n l a s d a ma s ,
s us to ca d o s , s us ve s ti d o s , s us o l o r e s ?
¿ Qué s e hi ci e r o n l a s l l a ma s
d e l o s f ue g o s e nce nd i d o s
d e a ma d o r e s ?
¿ Qué s e hi zo a q ué l tr o va r
l a s mús i ca s a co r d a d a s
q ue ta ñí a n?
¿ Qué s e hi zo a q ué l d a nça r ,
a q ue l l a s r o p a s cha p a d a s
q ue tr a y a n?
Las estrofas de Jorge Manrique han sido admirablemente
traducidas al inglés por H. W. Longfellow y publicadas, por primera vez,
en Boston en 1833, in-12. Después han sido varias veces reimprimidas.
Puede comparárselas con un pasaje sobre Eduardo IV atribuido a Skelton,
que se encuentra en el Mirror of Magistrates (Londres, 1815, in-4º,
tomo II, p. 246). Este príncipe se expresa así:
Whe r e i s no w my co nq ue s t e nd vi cto r y ?
Whe r e i s my r i che s a nd r o y a l a r r a y ?
Whe r e b e my co ur s e s a nd my ho r s e s hy e ?
Whe r e i s my my r r h, my s o l a ce , a nd my p l a y ?
652
Las ediciones más antiguas de las coplas son de los años 1492,
1494 y 1501. Véase Méndez (Typología española, p. 136). Tengo en mi
biblioteca diez o doce ejemplares de otras ediciones. Uno de ellos está
impreso en Boston en 1833, con la traducción de Longfellow. Mis
ejemplares de 1574, 1588, 1614, 1632 y 1799 tienen todos glosas en
verso. El de Luis de Aranda, que está en prosa es de 1522, in-4º y está en
letras góticas.
Al final de una traducción de El enfermo de Dante, hecho por
Pero Fernández de Villegas, archidiácono de Burgos, y publicado en
455
Capítulo XXI
Qué d a te co n tu ma l d a d
Co n tu tr a b a j o i nhuma no
Do nd e e l he r ma no a l he r ma no
N o g ua r d a f e ni ve r d a d .
M ue r ta e s to d a ca r i d a d
T o d o b i e n e n ti e s y a mue r to
Acó j o me p a r a e l p ue r to
F uy e nd o tu te mp e s ta d .
Se mue s tr a n a ma d o r e s 654.
La última persona que escribió un poema de una
extensión considerable y que todavía pertenece, hablando
propiamente, a la vieja escuela, es un poeta que, por sus
imitaciones de Dante, nos recuerda la escuela del tiempo del
Marqués de Santillana: se trata de Juan de Padilla,
vulgarmente conocido como el Cartujano, sobrenombre que
eligió para esconder modestamente su propio nombre 655, pues
jamás se anuncia como el monje de Santa María de las
Cuevas de Sevilla. Antes de entrar en el severo monasterio,
había compuesto un poema de ciento cincuenta coplas,
titulado El laberinto del duque de Cádiz, que imprimió en
1493; pero sus dos principales obras las compuso más
adelante. La primera titulada: Retablo de la vida de Cristo,
largo poema, generalmente en octavas de verso de arte
mayor, trata de la historia de la vida del Salvador, tal y como
la dan los profetas y los evangelistas, y sembrada de
oraciones, de sermones, de exhortaciones, toda la
composición es un hecho religioso y muy fastidioso y
desazonador, terminado, como nos dice el autor, la noche de
Navidad del año 1500.
El otro poema tiene por título: Los Doce Triunfos de los
doce apóstoles. Como el anterior, él mismo nos indica, con el
mismo cuidado y con la misma precisión, que esta obra fue
terminada en 14 de febrero de 1518. Todavía es una
composición de una longitud colosal, puesto que contiene
alrededor de mil estrofas de nueve versos cada una. En parte,
es alegórica, pero el conjunto reviste un carácter religioso.
También la escribió con más cuidado que ninguna otra obra
suya. La acción se basa en los doce signos del Zodíaco, en los
que el poeta es conducido sucesivamente por san Pablo, que
además le muestra, en cada uno de ellos, las maravillas de
654
Cancionero de las obras de D. Pedro Manuel de Urrea,
Logroño, 1513, in-fol.., citado por Ignacio de Asso en De libris
quibusdam Hispanorum rarioribus, Caesaraugustae, 1794, in-4º, pp.
89-92.
655
El buen fraile, sin embargo, ve imposible de conservar el
secreto y nos hace conocer su nombre en una especie de acróstico al final
de su Retablo. Nació en 1468 y murió en 1518.
459
Capítulo XXI
cada uno de los doce apóstoles, para abrirle una de las doce
bocas de la región infernal, y finalmente, en un vistazo rápido,
la división correspondiente al purgatorio, Dante es,
evidentemente, el modelo de nuestro buen monje, aunque su
imitación no es muy buena. El poema comienza, en efecto,
por una imitación directa de la introducción de la Divina
Comedia, de la que en otras partes del poema toma prestadas
frecuentemente frases y versos completos. El autor mezcla, en
otro lugar, lo que es un relato de la tierra y del cielo, desde las
regiones infernales hasta el purgatorio, con una confusión tan
desoladora, hace una bizarra amalgama de la alegoría, de la
mitología, de la astrología y de la historia conocida, que el
libro termina por no ser nada más que una serie de
incoherencias extravagantes, de descripciones vagas e
insignificantes. En cuanto a la poesía, los trazos son raros,
pero la lengua, llena de un aire decidido de una época
anterior al poema, es franca y vigorosa; la versificación es, a la
vista del tiempo, extraordinariamente rica y fácil 656.
656
Los Doce triunfos de los doce Apóstoles se imprimió,
completo, en Londres en 1843, in-4º, por D. Miguel de Riego, canónigo
de Oviedo y hermano del infortunado patriota del mismo apellido. En el
volumen que contiene Los Triunfos, el canónigo da unos largos
resúmenes del Retablo de la vida de Cristo, y omite los cantos VII, VIII.
IX y X. Para ver los detalles sobre el autor Juan de Padilla, véase Nicolás
Antonio, Bibloteca nova, tomo I, p.751; tomo II, p. 332; Méndez,
Typografía española, p. 193; y Sarmiento, Memorias, secc. 844-47.
Este último escritor nos dice que Padilla obtuvo altas funciones dentro de
su órden y fuera de ella. La primera edición de los Doce Triunfos, data de
1512, el Retablo de 1505. Existe, de la misma época, un libro con un
título análogo al del Retablo: la Vida de Cristo, del cartujano. Es una
traducción de la vida de Cristo de Ludolphe de Saxe, monje cartujo,
muerto hacia 1370, hecha en Castilla por Ambrosio Montesino y
publicada, por primera vez, en Sevilla en 1502. Es, en efecto, una vida de
Cristo recopilada de los Evangelios, con largos comentarios y reflexiones
tomadas de los Padres de la Iglesia. Todo completo en cuatro volúmenes
in-folio. La versión de Montesino está escrita en una prosa castellana
grave y pura. Tadujo esta obra, sgún dice él, por órden de Fernando e
Isabel.
460
Capítulo XXII
CAPÍTULO XXII
657
Mi ejemplar de la Vida beata es de la edicion príncipe, Zamora,
Centenera, 1483, in-fol. De veintitrés hojas a dos columnas, letra gótica.
En lugar de título, comienza con estas palabras: Aq uí co me nça un
tr a ta d o e n e s ti l o b r e ve , e n s e nte ni a s no s o l o l a r g o , ma s
ho nd o y p r o l i xo , e l q ua l ha no mb r e Vi d a b e a ta , he cho y
co mp ue s to p o r e l ho nr a d o y muy d i s cr e to Jua n d e L uce na ,
etc. Existen también ediciones de 1499 y de 1541, y creo que otra más
de 1501 (Antonio, Bilblioteca vetus, edit. Bayer, tomo II, p. 250, y
Méndez, Typografía, p. 267). El corto pasaje siguiente, que hace alusión
al comienzo de la décima sátira de Juvenal y de un gusto mejor que las
de las obras semejantes de la misma época, nos dará bien una idea de su
estilo. Está tomada de las observaciones del obispo respondiendo al
poeta y al hombre de mundo: R e s ta p ue s , s e ño r M a r q ué s y tu,
Jua n d e M e na , mi s e nte nci a p r i me r a , q ue ni ng uno e n e s ta
vi d a vi ve b e a to . De s d e Cá d i z ha s ta Ga ng e s , s i to d a l a ti e r r a
e s p i a mo s a ni ng ún mo r ta l co nte nta s u s ue r te . E l ca b a l l e r o
e ntr e l a s p unta s s e co d i ci a me r ca d e r ; y e l me r ca d e r ,
ca b a l l e r o e ntr e l a s b r uma s d e l ma r , s i l o s vi e nto s
a us tr a l e s e mp r e ñi a n l a s ve l a s . Al p a r i r d e l a s l o mb a r d a s
d e s e a ha l l a r s e e l p a s to r e n e l p o b l a d o ; e n e l ca mp o , e l
ci b d a d a no , f ue r a d e l a r e l i g i ´n l o s d e d e ntr o , co mo p e ce s ,
462
Capítulo XXII
658
La edición más antigua de La Visión deleitable, que no tiene
fecha, parece, por el papel y los caracteres, haber salido de las prensas de
Centenera, en Zamora, en este caso habría sido imprimida entre 1480 y
1483. Comienza así: Co me nça e l tr a ta d o l l a ma d o Vi s i ó n
d e l e i ta b l e co mp ue s to p o r Al f o ns o d e l a T o r r e , b a chi l l e r ,
e nd e r e ça d o a l muy no b l e D. Jua n d e B e a mo nte , Pr i o r d e
Sa n Jua n d e N a va r r a . No está paginado y se compone de setenta y
una hojas in-fol. A dos columnas, en letra gótica. Lo poco que se sabe de
los diferentes manuscritos y de las diversas impresiones de la Visión, se
encuentra en Nicolás Antonio, Biblioteca vetus, ed. Bayer, tomo II, pp.
328, 329, con notas; en Méndez, Typographia, pp. 100 y 380, y en el
Apéndice, p. 402; finalmente en Castro Biblioteca Española, tomo I, pp.
630-935. La Visión fue compuesta por indicación del Príncipe de Viana,
en la que el autor habla al final como si todavía viviera. Puesto que este
príncipe célebre, hijo de D. Juan, rey de Navarra y de Aragón, nació en
1421 y murió en 1463, estas dos fechas nos permiten conocer el intervalo
de tiempo durante el cual debió haber sido escrita La Visión. Pues bien,
el libro está dirigido a D. Juan de Beamonte, tutor de este príncipe, y
probablemente fue redactado entre 1430 y 1460, durante la minoría de
edad de D. Carlos. Uno de los antiguos manuscritos dice; E l o r i g i na l
ha s e y d o e e s p o r e l l o s ha vi d o e n muy g r a nd e e s ti ma , e
p o r ta l mucho g ua r d a d o d e ntr o d e l a cá ma r a d e l d i cho r e y
d e Ar a g ó n. La vida del autor se encuentra en Rezabal y Ugarte,
Biblioteca de autores que han sido individuos de los seis colegios
mayores (Madrid, 1805, in-4º, p. 359). El mejor pasaje de La Visión
deleitable está al final, en la alocución de la Verdad a la Razón. La
Biblioteca imperial de París conserva un manuscrito que lleva el número
7826, que contiene las poesías de Alfonso de la Torre (Ochoa,
Manuscritos, París, 1844, in-4º, p. 479) Las poesías del bachiller
Francisco de la Torre que se encuentran en el Cancionero de 1573 (fol.
464
Capítulo XXII
659
Nicolás Antonio, Biblioteca vetus, ed. Bayer, tomo II, p. 325;
Méndez, Typographía, p. 315. Cosa singular es que la edición de
Valerio de las historias impresa en Toledo en 1541, in-fol. Lleva bajo el
título el nombre de Fernán Pérez de Guzman, como autor de la obra,
donde, todavía en el folio 2, la carta de Diego Rodríguez de Almela tiene
la fecha de 1472, carta que no permite dudar de que es éste último, y no
el primero, el verdadero autor del lbro. (Ver Notas y Adiciones, p. 733).
660
El volumen del sabio Alonso Ortíz es un curioso libro, impreso
en Sevilla en 1493, in-fol. De cien hojas escritas a dos columnas. Nos lo
hacen conocer Méndez (p. 194) y Nicolás Antonio (Biblioteca nova,
tomo I, p. 39). Este último no supo nada de Ortíz excepto que legó su
biblioteca a la Universidad de Salamanca. Otro de los dos tratados
citados en el texto, el volumen de sus obras contiene una descripción de
la herida que el rey Fernando recibió a manos de un asesino, en
466
Capítulo XXII
vi vi r , p o r q ue p ue d a n f e ne ce r s us d í a s d e to d a
p r o s p e r i d a d , co m e s to s vi vi e r o n e f e ne ci e r o n.664
Este trozo es ciertamente destacable, tanto por el estilo
como por lo elevado de los pensamientos, sobre todo si se le
considera que forma parte de una obra escrita a finales del
siglo XV. Ni la crónica del mismo Pulgar, ni su comentario del
Mingo Revulgo, no valen, como ya hemos dicho, semejantes
trazos.
El mismo espíritu reaparece, después, en las cartas. Son
en total treinta y tres y están escritas durante el reinado de
Fernando e Isabel. La primera tiene fecha del año 1473 y la
última es de diez años más tarde. Casi todas están dirigidas a
personas muy honorables y distinguidas de su tiempo, tales
como la Reina misma, Enrique, el tío del Rey, el arzobispo de
Toledo, o el conde de Tendilla. Algunas, como la que envía
al rey de Portugal para exhortarle a no hacer la guerra a
Castilla, son, evidentemente, cartas diplomáticas, mientras
que otras, tales como la carta a su médico en la que él se
queja, chanceándose de las dolencias de la vejez, la carta a
su hija religiosa, tienen el carácter de las cartas familiares, si
665
no confidenciales . En una palabra, tomadas en su conjunto,
las diversas obras de Fernán Pérez de Guzmán nos presentan
el carácter de este anciano servidor, de este consejero de la
reina Isabel, que no da, puede ser, nada más que un inmenso
impulso a su siglo como escritor, pero que le adelantó por la
dignidad y la elevación de sus pensamientos, por la sencilla
abundancia de su estilo. Murió después de 1492 y
probablemente antes de 1500.
No debemos pasar los límites del reinado de Fernando e
Isabel sin hacer conocer dos destacadas tentativas de
ensanchar o de cambiar al menos las formas de la ficción
romántica tal y como se encuentran después determinadas en
los libros de caballería.
664
Claros Varones, tít. XVII.
665
Estas cartas están al final de Claros Varones (Madrid, 1775, in-
4º). Se imprimieron por primera vez en Sevilla en 1500.
469
Capítulo XXII
666
Decurión, según el Diccionaro de la Real Academia de la Lengua
es el jefe de una decuria. (Nota del T. Juan M. Arias)
667
Las Coplas de San Pedro a la Pasión de Cristo y Las siete
angustias de nuestra Señora, están incluidas en el Cancionero de 1492
(Méndez, p. 135). Un gran número de estas poesías se encuentran en los
Cancioneros generales de 1511-1573, y en este último en los folios
155,161, 176, 177, 180 etc.
668
El desprecio de la fortuna se encuentra con una curiosa epístola
al conde de Urueña al que él sirvió, dice él, durante veintinueve años, al
final de la edición de las obras de Juan de Mena, edición hecha en Alcalá
en 1566.
470
Capítulo XXII
669
No conozco de Nicolás Núñéz nada más que un pequeño
número de poesías incluidas en el Cancionero general de 1573, fol. 17,
23, 175. Una o dos tienen algún mérito.
670
Méndez, pp. 185, 283. Brunet, etc. La Carcel de Amor ha sido
traducida al inglés por lord Berners (Valpole’s Royal and Noble Authors,
Londres, 1806, in-8º, vol. I, p. 241. Dibdin’s Ames, Londres, 1810, in-
4º, vol. III, p.195, vol. IV, p. 339). También se atribuye a Diego de San
Pedro el Tratado de Arnalte y Lucenda del que hay una edición, que
471
Capítulo XXII
CAPÍTULO XXIII
671
La descripción del Cancionero de Baena se encuentra en Castro
(Biblioteca española, Madrid, 1785, in-fol., tomo I, pp. 265-346); en
Puibusque, Histoire comparée des littératures espagnole et française
(París, 1843, in-8, tomo I, pp. 393-397); en Ochoa Manuscritos, etc.
(París, 1844, in-4º, p. 281-286), y en Amador de los Ríos, Estudios
sobre los Judíos (Madrid, 1848, in-8º, pp. 408-419); véase la traducción
que hemos heco de este último libro (París, 1861, Durand, librería). La
copia de la que se sirvió Castro pertenece probablemente a la Biblioteca
de la reina Isabel (Memorias de la Academia Real de la Historia, tomo
VI, p. 458, nota), y hoy en día se encuentra en la Biblioteca Imperial de
París. En el Cancionero de Fernán Martínez de Burgos (Memorias de
Alfonso VIII por Mondejar, Madrid, 1783, in-4º, apéndice CXXXIX) se
encuentran coplas de un poeta llamado Juan, que vitupera el origen judío
de Baena, califica vulgares sus versos, y sostiene que “ no valen una
blanca de plata la docena”. (Ver Notas y Adiciones, p.747)
475
Capítulo XXIII
676
Para la bibliografía de estas obras excesívamente raras y
curiosas, véase Ébert, Bibliogra phisches Lexicon; Brunet, Manuel, en
las palabras del Romancero de Castilla he visto, si no me equivoco,
ejemplares de las diez ediciones. Las que yo poseo son de 1535 y 1573.
677
Un ejemplar de la edición de 1535, bárbaramente mutilado,
lleva la nota siguiente: E s te l i b r o e s tá e xp ur g a d o p o r e l
E xp ur g a to r i o d e l Sa nto Of i ci o co n l i ce nci a . F r a . B a p ti s ta
M a r tí ne z. Todas las poesías religiosas con las que comenzaba el
Cancionero habían sido arrancadas.
479
Capítulo XXIII
Pue s te p l ug o ta l p a s i ó n
Po r nue s tr a s cul p a s s uf r i r
O Ag nus De i
L l e va no s d e e s tá e l l a d r ó n
Que s a l va s te p o r d e ci r
M e me nto me i 678.
Inmediatamente después de la división de las poesías
religiosas, llega la serie de autores sobre los que la colección
completa se apoya en su carácter y en su éxito desde su
primera publicación, serie de la composición a la que, nos
dice el autor en la dedicatoria original al conde de Oliva, está
consagrado él mismo durante veinte años. Nosotros ya hemos
hablado de los que merecen una noticia particular, tales como
el Marqués de Santilana, Juan de Mena, Fernán Pérez de
678
Cancionero general de Amberes, 1573, fol. 5.- Fuster,
Biblioteca valenciana (tomo I, p. 81) se esfuerzan en encontrar cualquier
cosa que decirnos sobre el autor de estos versos, pero sin éxito, creo yo.
480
Capítulo XXIII
679
La Biblioteca de la Academia Real de la Historia (Misceláneas
históricas, MS., tomo III) conserva un poema de Diego López de Haro,
en el que la escritura es, por lo que parece, de finales del siglo XV o
comienzos del XVI. Tiene por título: Aviso para cuerdos, y está
dispuesto en diálogo entre un pequeño número de personajes
distinguidos de un carácter humano o sobrenatural, alegórico o histórico,
o tomados de las Sagradas Escrituras, y su autor le reponde. Sesenta
interlocutores son presentados: entre ellos figuran Adán y Eva, el ángel
que les expulsa del Paraíso, las ciudades de Troya y Jerusalén, Príamo,
Jesucristo, Julio César, el rey Wamba y Mahoma. Todo el poema está en
castellano antíguo en verso y no falta nada más que cierto mérito poético,
como se puede juzgar por las siguientes palabras de Saúl y la respuesta
de D. Diego:
SAU L
E n mi p e na e s d e mi r a r
Que p e l i g r o e s p a r a vo s
E l g l o s a r ú e l mud a r
L o q ue ma nd a e l a l to Di o s
Po r q ue e l ma nd a o b e d e s ce l l e
N o n g uzg a l l e , má s cr e e l l e ,
A q ui e n Di o s a d e e nte nd e r
L o q ue s a b e a d e s a b e r
AU T OR
Pi e ns o y o q ue e n ta l d e f e cto
Ca e p r e s to e l co r a zó n
De l no s a b i o e n r e l i g i ó n
Cr e y e nd o q ue a l o p e r f e cto
Pue d e d a r má s p e r f e cci ó n
E s te ma l ti e ne e l g l o s a r :
L ue g o a Di o s q ui e r e e nme nd a r .
Oviedo, en sus Quinquajenas, dice que hablando con Diego
López de Haro, q ue é l f ue e l mo r i r d e l a g a l a nte r í a d e s u
é p o ca , q ue f ue muy co no ci d o ta nto p o r s us s e r vi ci o s e n l a
g ue r r a d e Gr a na d a co mo p o r l a ma ne r a q ue cump l i ó co n s u
e mb a j a d a e n R o ma (véase Clemencín, Memorias de la Real
Academia de la Historia, tomo VI, p. 404). Diego figura también en el
Infierno de Amor de Sánchez de Badajoz, y sus poesías se incluyeron en
el Cancionero general, de 1573, fol. 82-90 y otras.
481
Capítulo XXIII
680
Este Dávalos fue el fundador de la riqueza de la familia de la que
el marqués de Pescara era un miembro muy distinguido en tiempos de
Carlos V. Su primer éxito fue la muerte que dio en singular combate a un
caballero portugués en presencia de los dos ejércitos. Se elevó hasta
llegar a ser el Condestable de Castilla (Historia de don Hernando
Dávalos, marqués de Pescara, Amberes, 1558, in-12, libro I, cap. I).
681
Otra de las poesías de este autor está incluida en los
Cancioneros generales de 1573, fol. 148-52 y 189. Existe un manuscrito
en la Biblioteca de la Real Academia de Historia de Madrid que tiene el
número 144 y que contiene las obras de este poeta. Álvarez Gato fue un
personaje importante de su tiempo. Sirvió en los asuntos de Estado de
los reyes D. Juan II, Fernando e Isabel. Con D. Juan II vivió una gran
amistad. Un día, el rey, viendo que faltaba a una cacería preguntó a los
que le rodeaban dónde estaba, a lo que le respondieron que estaba
indispuesto: Va mo s a ve r l e , e s uno d e mi s a mi g o s y d e b e mo s
ve r l e , Dejó la cacería y fue a visitar al poeta. Álvarez Gato murió
después de 1495. (Jerónimo Quintana, Historia de Madrid, Madrid,
1629, in-fol., fol. 22).
Las poesías de Gato tienen numerosos relatos con los asuntos
públicos de su época. Pero en general, como todas las demás
composiciones caracterízan la época donde las primeras fueron escritas, y
tienen un aire de afectación y de Corte. Están todas consagradas al amor o
a la galantería. Sin embargo, varias tienen más gracia y naturalidad que
muchos otros versos de este género. Tal es la respuesta que da el poeta a
una dama que le da razón y a la que dice que él la ha perdido desde que
la vió, después continúa así:
Si q ue r e s q ue d e ve r d a d
T o r né à mi s e ns o y s e nti d o ,
U s a d a g o r a b o nd a d ;
T o r na me mi l i b e r ta d
E p á g a me e l s e r vi ci o .
682
Memorias de la Real Academia de la Historia, tomo VI, p.
404. Las Lecciones de Job, por Badajoz estuvieron incluidas al principio
en el Index expurgatorio de la Inquisición.
482
Capítulo XXIII
683
El Cancionero de 1535 se compone de 191 hojas, gran folio,
con letra gótica, a tres columnas. Las poesías religiosas llenan las diez y
ocho primeras hojas. La serie de autores citados más abajo se extiende
desde el folio 18 al 27. Un hecho digno de resaltar es que las bellas
estrofas de Manrique no se encuentran en ninguno de los Cancioneros al
uso de la gente de la Corte.
483
Capítulo XXIII
684
Véas los folio 98-106 del Cancionero
685
Estos romances, de los que hemos hablado en el capítulo VI, se
encuentran en el Cancionero de 1535, folios 106-115.
484
Capítulo XXIII
686
Las invenciones, aunque en gran número, no solían ocupar más
de tres hojas del Romancero, de la 115 a la 117. Se encuentran
frecuentemente en las vejas crónicas y en las novelas de caballería. La
questión de amor tiene muchas.
687
Aunque Lope de Vega en su Junta poética de San Isadro,
Madrid, 1620, in-4º, fol. 76, declara que las Glosas son un género de
485
Capítulo XXIII
690
Galatea, libro VI.
691
Las Preguntas van del folio 126 al 134.
692
He aquí la lista completa de autores cuyas obras forman parte
del Cancionero; Costana, Puerto Carrero, Ávila, el duque de Medina
487
Capítulo XXIII
694
Este es un pequeño poema del Condestable sobre el Comentario
de Fernán Núñez a las doscientas sesenta y cinco estrofas de las
Trescientas de Juan de Mena. Hay la siguiente mención al final de la
Crónica sobre la vida del Condestable (tít. LXVIII): F ue muy
i nve nti vo é mucho d a d o a f a l l a r i nve nci o ne s y s a ca r
e ntr e me s e s , ó e n j us ta s ó e n g ue r r a ; e nl a s q ua l e s
i nve nci o ne s muy a g ud a me nte s i g ni f i ca b a l o q ue q ue r í a .
Pasa también por ser el autor de un tratado en prosa, inédito, fechado en
1446, sobre las Mujeres virtuosas y célebres. Juan de Mena escribió el
Prólogo, después de que el Condestable hubiera llegado al apogeo de su
fuerza. Esto no es más que, como el título parece indicar, una traducción
del libro de Boccaccio que lleva casi el mismo nombre, sino una
composición original del gran ministro del Estado Castellano (Memorias
de la Real Academia de la Historia, tomo IV, p. 464, nota). (Ver Notas
y Adiciones, p. 740)
489
Capítulo XXIII
con razón: L a ma y o r í a d e l o s p o e ta s d e a q ué l ti e mp o e r a n
g r a nd e s s e ño r e s , a l mi r a nte s , co nd e s ta b l e s , d uq ue s ,
co nd e s , y r e y e s 695, o, de otro modo, componer versos estuvo
de moda en la Corte de Castilla durante el siglo XV.
Tal es, en realidad, el carácter indeleble que se
encuentra impreso en las colecciones de los antiguos
Cancioneros generales. En cuanto a la antigua poesía
nacional, como la que hay en la leyenda del Cid, en Berceo,
en el Arcipreste de Hita, no vemos ningún rastro. Si se
incluyen los romances es por incluir las tristes glosas que les
encumbran. Pero el espíritu provenzal de los trovadores está
presente por todas partes, y no es por todas partes
profundamente señalado. Encontramos también
accidentalmente imitaciones de la antigua escuela italiana,
de Dante y de sus inmediatos sucesores, imitaciones más
aparentes que felices. Esta cantidad de poesías es fatigante y
monótona. Cada uno de los poemas un poco más largos que
contienen se componen de versos de ocho sílabas, divididos
en redondillas, que tienen casi siempre un fácil movimiento,
aunque raramente gracioso. La estrofa está a veces ocupada
por el retorno regular de un verso de cuatro o cinco sílabas
solamente, que por ello se llama quebrado. Más
frecuentemente las redondillas se componen de estrofas de
ocho o diez versos uniformes. Casi toda la poesía es del
género erótico, y las partes que lo componen respiran casi
todas la metafísica y la afectación. Es un género de la Corte.
La poesía es por tanto cortesana, violentada, formalista y fría.
Todo lo que no está escrito por personas de alto rango está
escrito para su disfrute, y el espíritu caballeresco de la época
muestra allí a veces lo que tiene de mejor este espíritu que
está obscurecido por el deseo dominante de librarse de las
formas superficiales, de los conceptos fantásticos que deben al
mismo tiempo destruirle.
Es imposible que un estado tan triste de la cultura poética
que está permanente en una comarca llena de un interés
creciente, como en España, en el siglo que siguió a la caída
de Granada y el Descubrimiento de América. La poesía, o al
695
Obras sueltas, Madrid, 1777, in-4º, tomo IX, p. 358.
490
Capítulo XXIII
CAPÍTULO XXIV
696
La energía de este odio poco cristiano y barbaro contra los
moros, odio que sirvió de base a esta intolernacia que ejerció más tarde
492
Capítulo XXIV
698
Prescott, Historia del Reinado de Fernando e Isabel, los Reyes
católicos, parte I, cap. VIII.
699
Juan de Mariana, Historia General de España, libro XXIV,
cap. XVII, 1780, tomo II, p. 527. La lectura de este capítulo nos
escandaliza y nos asombra, tan grande es el reconocimiento que el autor
expresa por el establecimieno de la Inquisición, que él ve como un
beneficio nacional. “ N o q ui s o Ca s ti l l a q ue e n a d e l a nte ni ng una
na ci ó n l e a ve nta j a s e e n e l d e s e o q ue s i e mp r e tuvo d e
ca s ti g a r e s ce s o s ta n e no r me s y ma l o s … …..(p. 117, tomo II).
Véase también Llorente, Historia de la Inquisición, tomo I, p. 160.
494
Capítulo XXIV
700
El elocuente padre Lacordaire, en su cap. VI de su Memoire
pour le rétablissement de l’ordre des Frères Prêcheurs (París, 1839, in-
8º) busca probar que los dominicos no son en ningún caso responsables
del establecimiento de la Inquisición en España. En este punto, se
equivoca. Es, yo creo, más acertado cuando sostiene después que la
Inquisición estuvo, desde el origen, intimamente ligada al gobierno
político, en España, y que debió siempre al Estado una gran parte de su
poder.
701
Véase el sabio y concienzudo libro del conde Albert de Circourt
titulado Historia de los moros mudéjares y de los moriscos o de los
árabes de España bajo el dominio de los cristianos (3 volúmenes, in-8º,
París, 1846, tomo II, passim). Véase también un bello estudio de
Florentino Janer, coronado por la Real Academia de la Historia de
Madrid en 1857; Condición social de los moriscos en España, etc. Esta
memoria ha sido traducida por J. G. Magnabal (París, 1859, in-8º, A.
Durand).
495
Capítulo XXIV
702
Es imposible hablar de la Inquisición como yo he hablado en
este capítulo, sin aprobar el deseo de saber algunas cosas de Antonio
Llorente, que, igual que cualquier otra persona, expuso su verdadera
historia y su carácter. Los selectos retazos de su vida son pocos. Nació an
Calahorra, en Aragón, en1756. Entró primitivamente en la Iglesia, pero
se consagró al estudio del derecho canónico y a las Bellas Artes. En
1789, fue nombrado secretario general de la Inquisición, y adquirió un
gran interés por sus asuntos, pero fue privado de su empleo y exiliado, de
su paraíso en 1791, ya que era sospechoso de la inclinación hacia la
filosofía francesa de esta época. En 1793, un inquisidor general, más
iluminado que el que le había perseguido, le llevó consigo ante los
consejeros del Santo Oficio, y con la ayuda de Jovellanos y de otros
hombres de Estado influyentes, trató de introducir en el mismo tribunal
algunos cambios, emtre otros el de obtener la publicidad de sus
procedimentos.Sus esfuerzos no tuvieron mucho éxito y Llorente cayó
nuevamente en desgracia. En 1805, sin embargo, fue llamado a Madrid, y
en 1809, cuando la fortuna de José Bonaparte le hizo rey nominal de
España, Llorente fue encargado por él de todo lo que tuviera relación con
los archivos y los asuntos de la Inquisición. Llorente hizo un buen uso
de los medios puestos en sus manos. Obligado a seguir el gobierno de
José Bonaparte, en París, después de su salida de España, sacó
numerosos y ricos materiales que había reunido durante el período en el
que estaba libre de control las secretas memorias de la Inquisición, una
extensa historia, que publicó, sobre la conducta y sus crímenes. Esta
obra, sin orden, sin espíritu filosófico, es sin embargo el mayor repertorio
de todo lo que se ha expuesto sobre los hechos más auténticos del tema
que nos ha ocupado, y se compone de lo que se puede encontrar en todas
las otras fuentes reunidas. Llorente no pudo vivir en paz en París, donde
él tenía una existencia muy pobre. En 1823, el gobierno francés le obligó
a salir de Francia. Fue obligado a hacer un viaje durante una estación
muy rigurosa, después de que él fuera ya destrozado por la edad y las
enfermedades, y murió de fatiga y de agotamiento el 3 de febrero, pocos
días después de su llegada a Madrid. Su Histoia de la Inquisción (cuatro
volúmenes, in-8º, París, 1817- 1818) es su pricipal obra. Se puede unir
su Noticia biográfica (París, 1818, in-8º), curiosa e interesante, no sólo
como una autobigrafía sino por los detalles relativos al espírtu de la
Inquisición. (Ver Notas y Variaciones, p. 644).
499
Capítulo XXIV
APÉNDICES
501
Apéndice A
Coplas de Mingo Revulgo
APÉNDICE A.
703
A continuación añadiré la Glosa de Fernando
del P ulgar con los comentarios generales y los que
corresonden a cada copla. (Nota del traductor J. M. Arias)
Estas c oplas se orden aron a fin de
amon estar al pu eblo a bien v iv ir. Y en
esta Bu c ólic a, qu e qu iere dec ir c an tar
rú stic o y pastoril, qu iso dar a en ten der la
doc trin a qu e dic en so c olor de la
ru stic idad, qu e parec en dec ir; porqu e el
en ten dimien to c u yo ofic io es saber la
v erdad de las c osas, se ejerc ite
in qu irién dolas, y goc e c omo su ele goz arse
c u an do h a en ten dido la v erdad de ellas.
La in ten c ión de esta obra fu e fin gir u n
profeta o adiv in o en figu ra de pastor,
llamado G il Arribato , el c u al pregu n taba
al pu eblo (qu e está figu rado por otro
pastor, llamado M in go Revu lgo ) qu e c ómo
estaba, porqu e le v eía en mala
disposic ión . Y esta pregu n ta se c on tien e
en la primera y segu n da c opla. El pu eblo,
qu e se llama Revu lgo , respon de qu e
padec e in fortu n io porqu e tien e u n pastor
qu e, dex ada la gu arda del gan ado, se v a
tras de su s deleites y apetitos. Y esto se
c on tien e en las siete c oplas sigu ien tes,
desde la terc era h asta la déc ima. En las
c u atro c oplas qu e se sigu en , mu estra
c ómo están perdidas las c u atro v irtu des
c ardin ales, a saber: J u stic ia, Fortalez a,
P ru den c ia y Temperan c ia, figu radas por
c u atro perras qu e gu ardan el gan ado. En
las dos c oplas sigu ien tes, desde la c atorc e
h asta la diez y seis, mu estra c ómo
perdidas o en flaqu ec idas estas c u atro
perras, en tran los lobos al gan ado y lo
destru yen . En las otras dos sigu ien tes,
qu e son diez y siete y diez y oc h o,
c on c lu yen los males qu e gen eralmen te
padec e todo el pu eblo. Y de aqu í adelan te
el pastor Arribato replic a y dic e qu e la
mala disposic ión del pu eblo n o prov ien e
toda de la n egligen c ia del pastor, mas
proc ede de su mala c on dic ión ; dán dole a
en ten der qu e por su s pec ados tien e pastor
defec tu oso, y qu e si rein ase en el pu eblo
Fe, Esperan z a y C aridad, qu e son las tres
v irtu des teologales, n o padec ería los
males qu e tien e. Y esto dic e en las c u atro
c oplas sigu ien tes, desde la diez y oc h o
h asta la v ein te y dos. Despu és, en la
v ein te y tres y v ein te y c u atro, mu estra
algu n as señ ales por don de an u n c ia qu e
h an de v en ir pertu rbac ion es en le pu eblo,
las c u ales en otras tres c oplas sigu ien tes
dec lara qu e serán gu erra, h ambre y
mortan dad. En las otras c u atro c oplas qu e
se sigu en le amen az a y amon esta qu e
h aga orac ión , y c on fesión y satisfac c ión ,
y qu e h aga c on tric ión para esc u sar los
males qu e le están aparejados. Y esto se
en tien de desde la v ein te y siete h asta la
trein ta y u n a c oplas. En la ú ltima y
postrimera alaba la v ida median a, porqu e
es más segu ra, y en esta trein ta y dos
c opla se c on c lu ye todo el tratado.
Copla I
Ah M in go Rev u lgo, M in go,
Ah M in go Rev u lgo, ah ao
¿qu é eso de tu sayo de blao?
¿n o le v istes en domin go?
¿Q u é es de tu ju bn bermejo?
¿por qu é tras tal sobrec ejo?
An das esta madru gada
La c abez a desgreñ ada
¿n o te lloras de bu en rejo?
Pregunta agora el profeta Gil Arribato a la
república, dándole voces como de lexos, y dícele:
Dime Revulgo, o república ¿do está tu sayo de
blao? Y es de saber que blao es color azul, que
significa lealtad, según la descripción de los
colores. Y por que en el tiempo que estas coplas se
hicieron las voluntades de los mayores del reino
estaban contrarias, y muy aparejadas para hacer
división, pregúntale: Dime Revulgo ¿dó está la
lealtad que debes a tu rey y a tu tierra? ¿por qué
consientes que haya división en ella, como sea
verdad que todo rey diviso destruido, según el dicho
de nuestro Redentor? Dícele asímismo: ¿P or qu é
n o te vistes en domin go? Como quien dice:
¿Tanta es tu tristeza, que no muestras la alegría
que debes mostrar viéndote en día de fiesta? ¿Qu é
es de tu ju bón bermejo? Porque en tiempos de
división hay muchos tiranos a quien los pueblos
están súbditos, pregúntale aquí: ¿Do está tu
ju bón bermejo? Como quien dice: Castellanos
¿dó está vuestro orgullo?, que significa colorado.
¿Cómo vos dexais supeditar de gente mala y tirana?
P or qu é traes tal sobrec ejo? Los que están en
descontentamiento siempre los veréis en sobrecejo
echado. An das esta madru gada. Dice la
madrugada por el tiempo en que estaba. La
c abeza desgreñ ada. Porque en tiempo de
división el rey, que es cabeza, no es acatado, y lo
de la corona real está todo desipado y enagenado.
Dice que traía la cabeza desgreñada y al fin
concluye: ¿No te lloras de bu en rejo? Los
labradores que dañan nuestro lenguaje, por rec io
dicen rejo. Como quien dice: no estás en el vigor y
fuerza que debes estar.
Así que esta copla contiene seis preguntas que
hace el profeta a la república: la una dó está su
lealtad; la otra dó está su orgullo; la otra por qué
está sañuda, teniendo el sobrecejo echado; la otra
que veía desbaratado el patrimonio real; la otra que
estaba flaca, sin vigor.
Copla I I
La c olor tien es marrida,
el c orpan z on regibado,
an das de v alle en c ollado
c omo res qu e v a perdida,
y n o oteas si te v as
adelan te o c aratrás,
z an qu ean do c on los pies,
dan do tran c os al trav és
qu e n o sabes do te estás.
Continuando su pregunta, el profeta Arribato
dice a la República que tiene el color y el cuerpo
marchito y encorvado c omo res qu e va
perdida. Todo hombre en esta vida debe tener
algún orden de vivir, y en aquella que tomare debe
estar a obediencia de su mayor, ora sea en la casa,
ora en el monasterio o en la ciudad o en el reino. E
si fuera de obediencia anduviere, bien se puede
comparar a la res, que quiere decir cosa que anda
perdida en el valle en collado, fuera de la manada,
sin regla ni orden ninguna zan qu ean do c on los
pies.
El profeta Elías, increpando al pueblo de Israel
porque estaba diviso, una parte sirviendo a Dios,
otra a los ídolos, les decía: ¿Fasta cuando coxeais
en dos partes? Servid al que debáis servir etc. Y el
autor de estas coplas, tomada esta autoridad de
Elías, decía al pueblo diviso: ¿Por qué coxeais,
estando divisos y teniendo diversas opiniones? No
teneis orden, y careciendo de ella no sabéis dó
estáis. Y ciertamente no sin causa la Sagrada
Escritura defiéndenos estrechamente en muchos
lugares la división de los reinos. Y nos manda por
San Pedro en su canónica epístola que
obedezcamos a los reyes y príncipes, y aunque sean
indoctos y negligentes, antes que hacer división en
los reinos; porque no pueden ser los males que
vienen del mal del rey tan grandes que no sean
mayores y más grandes los que proceden de la
división. Lo cual parece por experiencia, porque si
de la negligencia del principie coxquea el reino
con el un pie, de la división que se hace coxquea
con los dos, sufriendo robos, muertes y fuerzas
intolerables en todas partes del reino todo el tiempo
que dura. Y podemos creer por cierto que los que
crían división en las tierras, si lo hacen por ser
libres de los infortunios que padecen o de los que
recelan padecer, sin duda lo yerran. Porque la
división que procuran los trae a otros males tanto
mayores y más graves, que si de ellos pudiesen salir
y ser tomados a los que antes de la división sufrían,
lo reputarían a gran prosperidad. Y así acaece
muchas veces que algunos hombres, antes de la
experiencia de los males futuros, no reconocen los
bienes presentes. Pero metidos en necesidades
incomparables, entonces lo entienden mejor y
querrían hacer lo que con menos daños pudieran
haber hecho.
Así que la conclusión de esta copla, es que la
república, por dicho del profeta, estaba flaca y
caída, y no tenía orden, y asímismo estaba divisa en
dos partes.
Copla I I I
Ala, eh , G il Arribato,
sé qu e en fu erte h ora allá ec h amos
c u an do a C an dau lo c obramos
por pastor de n u estro h ato:
án dase tras los z agales
por estos an du rriales
todo el día embebec ido,
h olgaz an do sin sen tido,
qu e n o mira n u estros males.
704
Spain, Espagne, España, Hispania, no son ev identemente
nada más que una misma palabra. No se puede determinar muy bien
su etimología, según la opinión de W. de Humboldt (Prilfung der
Untersuchungen über die Urbewohner Hispaniens, 4o, 1821, p.60). Los
escritores españoles han of recido a este objeto las coy unturas más
absurdas (v éase Aldrete, Origen de la lengua castellana, ed. 1674, lib.
III, cap. II, f ol. 68; Mariana, Historia general de España, lib. I, cap. XII;
Mendoza, Guerra de Granada, ed. 1776, lib. IV, p. 295).
550
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
necesariamente el conocimiento de las naciones que, por sus
contribuciones sucesivas, lo han constituido tal y como se
encuentra, y han dado las formas definitivas de su poesía y la
elegancia de su prosa. Por lo tanto, este don es un apéndice
indispensable a la historia de la literatura española que traza
un ligero bosquejo de las poblaciones que han ocupado la
Península Ibérica, y que, en un grado más o menos grande,
han contribuido a formar el carácter actual tanto del pueblo
español como de su lengua y civilización.
La más antigua de estas razas, y el pueblo que sin
remontarnos mucho debemos considerar como la población
primitiva de la península ibérica, es la de los riberos. Es el
pueblo que parece haberse extendido, en la época más
lejana que conoce la tradición, por todo el territorio y haber
dado a las montañas, a los ríos, y a las ciudades, la mayor
parte de los nombres que llevan en la actualidad: raza
indomable, en la que el poder jamás ha sido completamente
destruido, a pesar de la larga serie de invasores que, en
diferentes momentos, han ocupado el resto de la comarca.
Todavía hoy en día, muchos de sus descendientes, menos
alterados de lo que se podía suponer por el comercio con las
otras naciones que han cruzado sucesivamente sus fronteras,
reconociéndose, creo yo que con un grado bastante alto de
probabilidad, entre las poblaciones que bajo el nombre de
vizcaínos, habitan las montañas de la parte noroeste de la
España moderna. Tanto si esta hipótesis es verdadera o no,
los vascos constituyen, todavía hoy en día, una raza singular y
distinta. Tienen una lengua particular, instituciones locales
particulares, y una literatura que se remonta a una época más
remota que la de cualquier pueblo, no solamente de los que
habitan el suelo de la península ibérica, sino de cualquier otra
parte de la Europa Meridional. Los vascos forman, en efecto,
una pequeña población que parece haber sido abandonada,
como una raza solitaria apenas tenida en cuenta por los lazos
del lenguaje que duran más que todas las demás, por todas
las otras razas de hombres que hoy día existen o de los que no
queda nada más que el recuerdo. La mayor parte de sus
costumbres actuales, de sus leyendas populares, parecen venir
de una época en la que la historia y la tradición no nos
551
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
transmite nada más que ideas dudosas. La coyuntura más
razonable propuesta hasta aquí para explicar el carácter
particular y destacable de los vascos y de su lengua, es la que
los supone descender de los antiguos y misteriosos iberos,
cuya lengua parece, en una cierta época, haberse extendido
por toda la península y haber dejado restos que pueden
todavía reconocerse en el español moderno 705
705
Sobre los vascos y sobre la derivación de su lengua de los antiguos
iberos, basta con citar dos obras: la primera, Ueber die Cantabrischeoder
Baskische Sprache, por W. de Humboldt, publicada como apéndice del
Mithridates de Adelung y Vater, t. IV, 1817, 8º, pp. 275-360; la segunda,
Prüfung der Undersuchungen über die Urbewohner Hispaniens vermittelst
der Vaskeschen Sprache, de W. de Humboldt, 4º, Berlín, 1821. La admirable
erudición, la filosofía, la finura que este escritor famoso aporta a todas sus
discusiones filosóficas, aparecen sobre todo en estos dos tratados. Son tan
importantes el uno como el otro, y su autor, ministro de P rusia en Madrid en
aquellos tiempos, visitó Vizcaya y estudió la lengua en su lugar. El fragmento
más antiguo que se ha encontrado de la poesía vasca, y que está incluido en
Mithridates, t. IV, pp. 354-356 tal como era, o siendo casi contemporáneo de
los tiempos de Augusto, puesto que hace alusión a sus guerras contra los
cántabros. P ero esta es una opinión que no merece la pena, ya que no hay
duda de que este fragmento no sea el más antiguo que tenemos de la literatura
poética de la P enínsula. Este documento tan importante ha sido examinado,
con la erudición y la perspicacia acostumbrada, por Fauriel, Histoire de la
Gaule méridionale, 1836, 8º, t. II, apdo. III. No digo nada del magnífico
tratado De la Antigüedad y Universalidad del Bascuence en España,
publicado por Larramendi en 1729, ni del P rólogo y del Apéndice de su Arte
de la lengua bascongada, 1729, ni de la Apología de Astarloa, 1803, ni de la
Lengua primitiva de Erro, 1806, ni de su Mundo primitivo, obra inacabada,
1815, porque todos estos libros pecan por el juicio y la crítica. Si alguien
quisiera, de todas maneras, asegurarse de su contenido, encontraría un buen
resumen de los dos últimos, con frecuentes referencias al primero, en el libro
publicado en Boston por G. Waldo Irving, embajador de los Estados Unidos
en Madrid, con un prólogo y unas notas, bajo el título Alfabeto de la lengua
primitiva de España, 1829. Humboldt, sin embargo, ha sido considerado,
con razón, como una autoridad suficiente y muy segura en todo este asunto.
Aunque la obra de Astarloa no está falta de erudición ni de finura, no
obstante trabaja principalmente para probar, como Erro que escribió antes que
él, y antes Larramendi, que el vasco es la lengua primitiva de toda la especie
humana. De esta forma han caído en multitud de absurdos y extravagancias
que no permiten considerarles como guías en asuntos de esta naturaleza.
552
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
Los primeros invasores de la Península fueron los celtas,
que, siguiendo la teoría del Dr. Pérez, fue la primera oleada
de las sucesivas invasiones que la superabundancia de
multitudes del Asia se derramó sobre Europa. En qué época
precisa penetraron los celtas en España o en qué época
fueron inundadas las tierras occidentales es algo que no se
puede determinar; pero la lucha entre los invasores y los
poseedores del suelo fueron, si damos crédito a algunos datos
de los que disponemos, fue, digo yo, larga y sangrienta. Como
generalmente sucede cada vez que las masas errantes de la
raza humana tienen éxito en la invasión de un país, una parte
de los antiguos habitantes de Iberia se refugió en la cima de
las montañas, y los que quedaron abajo se fueron
incorporando poco a poco a sus conquistadores. El nuevo
pueblo, formado con las dos razas que en la antigüedad gozó
de la reputación de guerreros y poderosos, recibió la
denominación de celtíberos706 y constituyó un cuerpo de
nación que, dividida en diversas tribus, pero con costumbres e
instituciones semejantes, ocupó la península cuando
comenzaba a ser conocida por primera vez por las naciones
civilizadas de Europa. El idioma de los celtas, como así se
puede comprender, está representado en el español moderno,
al igual que en el francés y en el italiano, aunque más
débilmente en cada uno de estos últimos707.
706
Nada más conocido que un pasaje destacado de Diodoro de Sicilia
(Bibl. Hist., libro V, cap. XXXIII). P ero es preciso señalar sus expresiones
cuando habla de la unión de dos pueblos, y es preciso leer también la sección
40 de Prüfung, etc. de Humboldt, y el comienzo del libro III de Strabón. Este
último da, según es normal, una cantidad de detalles curiosos sobre la
historia, las costumbres y la geografía. Hay un gran número de datos
increíbles, como el que dice que los turditanos tenían una poesía y un arte
poético, seis mil años antes de la época en la que vivieron (edit. Casaubon
1720, p. 139).
707
Hablando de los dos idiomas más antiguos de la P enínsula ibérica,
me voy a limitar a la exposición de hechos conocidos, sin entrar en las
curiosas especulaciones a que estos hechos han dado lugar en las teorías y
las búsquedas filosóficas. Aquellos que tengan el gusto de semejantes
búsquedas encontrarán abundante material para sus estudios, en la obra, muy
de destacar, de título: Recherches sur l’histoire physique de l’humanité por
553
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
Hasta entonces, todas las entradas en España se habían
producido por tierra, ya que en época tan primitiva de la
historia del mundo, no se conocía otro modo de emigración o
de invasión. Pero los fenicios, el primer pueblo comerciante
de la antigüedad clásica, encontraron poco después su ruta
hacia España a través de las aguas del Mediterráneo. No
obstante se ignora el momento de su llegada a este país, y el
de su primer establecimiento. Reina un misterio sobre este
pueblo singular, misterio muy profundo que no incluye la
época en la que vivieron, y lo es más, sin duda, debido al
espíritu cauteloso con el que emprendía sus expediciones
comerciales. Su posición geográfica hacía de la colonización
el medio más propio y casi el único para desarrollar en su
seno la riqueza comercial, y España se presentaba a los
fenicios como la tierra más atrayente que su dominación
podía alcanzar. Sus principales colonias en España no
estaban lejos de las columnas de Hércules, en la vecindad de
nuestra moderna Cádiz de la que probablemente son los
fundadores, cerca de la desembocadura y de las orillas del río
Guadalquivir. El principal atractivo para ellos lo constituían las
minas de metales preciosos que abundaban en la España
antigua. En efecto, España, desde los tiempos primitivos de su
historia hasta la caída del Imperio Romano, fue El Dorado del
resto del mundo, y proporcionó grandes cantidades de
708
materiales necesarios para la circulación de la riqueza .
710
Ne transieris Iberum, ne quid rei tibi sit cum Saguntinis. Ad
Iberum est Saguntum, numquam te vestigio moveris. Tales son las palabras
que Tito Livio puso en boca de Anibal, con las que quiso excitar el valor de
sus soldados y animarles contra los romanos, a causa de las condiciones tan
duras que les habían sido impuestas en el mismo momento en que buscaban
violar la paz (Hist., libro XXI, cap. XLIV).
711
Heeren (Ideas, t. II, pp. 85-90 y 172-199) da detalles suficientes del
establecimiento de los cartagineses en España. Mariana hace una narración
más conforme a las ideas y tradiciones nacionales (libro I, cap. XIX, etc.).
Depping se extiende más en su Historia general de España (tom. I, pp. 64-
96, 1818).
712
No hemos creído que fuera necesario hablar aquí de la llegada de los
griegos a España. Los pocos establecimientos se situaron todos en la costa
occidental, y sobre todo en su parte Este. Fueron todos de pequeña
importancia, y no parecía que hubieran producido un efecto perdurable en el
carácter de la lengua del país. Más fue el resultado de la influencia ejercida
por la rica y civilizada colonia griega del Mediodía francés, de la que
Marsella fue la capital, o del espíritu que, en Rodas y en otras partes,
empujaba a los aventureros hacia el Oeste (Véase Benedictinos, Historia de
556
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
púnica tuvo como consecuencia la expulsión de los
cartagineses de la Península Ibérica, los romanos estuvieron
lejos de haber conseguido una posesión segura y tranquila.
Los mismos cartagineses, aunque empeñados en un comercio
en el que el espíritu era, en general, pacífico, no necesitaban
estar continuamente en guerra con las belicosas tribus
celtibéricas del interior. Los romanos se vieron obligados a
aceptar la herencia de una vida en guerra a la que ellos
accedieron naturalmente por su carácter invasor. Mientras el
Senado romano, siguiendo su política habitual, trató de hacer
de España, después de la segunda guerra púnica, no sólo una
conquista sino una provincia más de su Imperio, y, hay que
convenir que llegaron a obtener realmente la posesión
la literatura francesa, 1733, 4º, t. I, p. 71, etc.). Los lectores que tengan
curiosidad por conocer mejor la situación de los griegos en España
encontrarán detalles más precisos en la sabia y laboriosa historia de Masdeu
(Historia Crítica de España, t. I, p. 211; t. III, pp. 76 y siguientes). Aldrete
(Origen de la lengua española, 1674, f. 65) ha reunido noventa palabras
españolas a las que atribuye un origen griego; pero casi todas tienen rastros
del latín, o se parecen al idioma de los bárbaros del norte o al italiano.
Marina, autoridad respetable en este asunto, dice: “ No puedo negar, o no
puedo dudar de que haya en la lengua española numerosas palabras
puramente griegas, algunas frases, algunas locuciones de sabor ático, pero
todo ello es el resultado de que la lengua latina, madre de la nuestra, les había
dotado desde su mismo origen, etc.“ (Memorias de la Academia Real de la
Historia, t. IV, p. 47). Núñez de Liao (Origen de la lengua portuguesa,
Lisboa, 1784, p. 32) cita una curiosa inscripción en un templo elevado en
Ampurias por los griegos a Diana de Éfeso, estableciendo que “ nec relicta
Graecorum lingua, nec idiomate patriae Iberiae recepto in mores, in linguam,
in jura, in ditionem cessere Romasam, M. Cathego et L. Apronio Coss.”
Estos griegos, no hay duda, venían de Marsella donde tenían relaciones con
esta ciudad, y sin ninguna duda hablaban latín. P or otra parte, el antiguo
idioma ibérico había existido también en medio de ellos. Ampurias ha sido
siempre considerada en España como una colonia de origen griego, opinión
que prueban los textos de varios autores y particularmente los versos
siguientes de P edro de Espinosa, que dice, cuando Alambron llega con la
niña Fenisa:
Junta n a l a ci ud a d q ue f ue f und a d a
De ca uto s g r i e g o s , r i ca y b a s te ci d a .
(2ª parte de Orlando, ed. 1556, c. XXXI)
557
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
permanente de una considerable parte de la Península. Pero,
después del momento en el que los ejércitos romanos entraron
por primera vez hasta el que llegaron a ser completamente los
dueños, con excepción de las montañas del noroeste que no
fueron jamás subyugadas a su poder, transcurrieron dos siglos
completos llenos de sangre y de crímenes. Jamás ninguna
provincia tuvo un coste tan grande para el pueblo romano. El
sitio de Numancia que duró catorce años, las guerras contra
Viriato, contra Sertorio, por no decir nada de la lucha entre
César y Pompeyo, todo sería una muestra del carácter de esta
lucha formidable y prolongada que sólo pudo consolidar la
potencia romana en la Península. De suerte que, si España ha
sido la primera parte del continente sin contar con Italia, que
los romanos llegaron a ocupar como una provincia, esta
provincia fue la última en la que la posesión fue apacible e
incontestada 713.
Sin embargo, desde el principio, hubo una tendencia a la
unión entre las dos razas, sobre todo donde los conquistadores
fueron capaces de establecer el orden y la tranquilidad,
puesto que las grandes ventajas de la civilización romana no
se podían obtener nada más que por la adopción de las
costumbres y de la lengua latina. Esta unión, en consideración
a la importancia de España como provincia, era tan deseada
por los romanos como por los indígenas. Cuarenta y siete años
después de su entrada en España, una colonia compuesta de
descendientes con sangre romana e indígena, fue establecida
por un decreto formal del Senado con privilegios superiores a
714
los que acordaba la política ordinaria del gobierno . Un poco
713
Tito Livio (Historia de Roma, libro XXVIII, c. XII). Sus palabras
son muy de destacar: “ Itaque ergo prima Romanis inita provinciarum, quae
quidem continentis sint, postrema omnium, nostra demun aetate, ductu
auspicioque Augusti Caesaris, perdomita est.” Cuando el erudito Flórez, el
autor de la España Sagrada, publicó en 1744 una carta de la España antígua
para servir de aclaración a las batallas campales con los romanos, escribió en
la cabeza de la memoria que le acompañaba que no había tenido otro objeto,
para su publicación, que el de probar lo que decían las Sagradas Escrituras,
que los romanos conquistaron España con consejo y paciencia. Hacía
alusión a un destacado pasaje del c. VIII del 1 er libro de los Macabeos.
714
Tito Livio, Historia de Roma, libro XLIII, c. III.
558
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
después, las colonias de toda clase se multiplicaron y es
imposible leer a César y a Tito Livio sin observar que la
política romana era más generosa con España que con
ninguna otra de las comarcas que sucesivamente fueron
cayendo bajo sus dominios. Tarragona, donde los Escipiones
llegaron por primera vez; Cartagena, fundada por Asdrúbal;
Córdoba, siempre tan importante, tomaron inmediatamente la
forma y el carácter de los más grandes municipios de Italia; y
en tiempos de Estrabón, Cádiz, por su población, por su
opulencia, por su actividad, estaba en el segundo puesto,
justo detrás de la misma Roma 715. Mucho antes de que Agripa
hubiera destruido la fuerza de los montañeses del norte, todo
el mediodía, con sus ricos y lujosos valles, había llegado a ser
casi otra Italia. Esto es un hecho sobre el que la narración en
el tercer libro de Historia Natural de Plinio no deja la menor
duda. Hay que añadir a esta circunstancia destacable el que
el emperador Vespasiano, inmediatamente después de la
pacificación del Norte, encontró interesante ampliar a toda
España los privilegios de los municipios del Lacio 716.
Los españoles también obtuvieron antes que otras naciones
extranjeras esta distinción que los mismos romanos buscaron
con tanta ambición y que no alcanzaron sin dificultades, igual
que sus conciudadanos. El primer extranjero que se elevó
hasta la dignidad consular fue Balbus; Balbus fue también el
primer extranjero que obtuvo el honor de un triunfo público. El
primer extranjero que se sentó en el trono del mundo fue
Trajano, nacido en Itálica, cerca de Sevilla 717. En fin, si
715
Estrabón, libro III, principalmente en las pp. 168 y 169, ed.
Casaubon, fol. 1620; P linio, Historia Natural, libro II caps. 2 y 4, pero
particularmente el t. I, ed. Franzii, 1778, p. 547. Una prueba muy convincente
de la importancia de España en la antigüedad se puede encontrar en las
palabras de W, de Humboldt (Prüfung, etc. p. 3, c. 2): “ Los antiguos
escritores nos han dejado una gran cantidad de lugares de España en número
proporcionalmente superior al de cualquier otro país, excepto Grecia e Italia.
716
P linio, en su Historia Natural, libro VII, c. 44, habla de esta
distinción con cierta sorpresa, y añade que este fue un honor que “ nuestros
antepasados han negado incluso a los mismos habitantes de Lacio.”
717
P linio, Historia Natural, libro V, c. V, con la nota de Hardouin, y
Nicol, Antonio, Bibliotheca Vetus, 1787, folio, libro I, c. II.
559
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
examinamos la Historia de Roma, desde los tiempos de Aníbal
hasta la ruina del imperio de Occidente, probablemente
veremos que ninguna parte del mundo, si exceptuamos Italia,
contribuyó tanto como España a la riqueza, opulencia y poder
de la capital, y que en cambio, ninguna otra provincia recibió
una tan gran distribución de honores y de dignidades por parte
del gobierno romano.
En todos los casos las relaciones entre Roma y España
fueron muy íntimas y la civilización y la cultura de la provincia
tomó su carácter primitivo de la civilización y la cultura de la
capital. Sartorio juzgó una sana política el obligar a los niños
de las principales familias indígenas a aprender el latín y el
griego y a conocer a fondo la literatura y las ciencias
perfeccionadas de estas dos admirables lenguas718. Diez años
más tarde, cuando Metelo pudo, en su momento, destruir la
fuerza de Sartorio, cuando volvió triunfante a Roma, llevó
consigo un gran número de poetas, nacidos en Córdoba,
contra la latinidad de los que la oreja delicada de Cicerón no
pudo objetar nada más que su acento, que tenía algo
impúdico y extranjero, pingüe quidam… atque peregrinum719.
Desde este momento, los escritores latinos empezaron a
aparecer constantemente en España 720. Porcius Latro, nacido
en Córdoba, abogado de gran reputación en Roma, abre en la
metrópoli, para la enseñanza de la retórica, la primera de
estas escuelas, que posteriormente llegaron a ser tan
numerosas y célebres, y en la que, entre otros nombres
distinguidos contó con sus discípulos Octavio César, Mecenas,
Marco Agripa y Ovidio. Los dos Sénecas son españoles, así
como Lucano, nombres bastante célebres, ciertamente, para
dar una durable gloria a todas las ciudades comprendidas
dentro de los límites del imperio. Marcial viene de Bílbilis, y
en su vejez se retira allí para morir en paz, en medio de estas
718
P lutarco, Vida de Sartorio, c. XIV.
719
Pro Archia, c. 10. Se debe tener en cuenta que Cicerón les hizo
originarios de “ Córdoba natis poetis”.
720
P uede leerse sobre este tema las excelentes notas hábilmente
condensadas en la introducción que Amadeo Thierry puso en su Histoire de
la Gaule, sous l’administration romaine, 8º, 1840, t. I, pp. 211-218, libro
que ha dejado poco por hacer en este asunto.
560
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
escenas que durante toda su vida, parecen haber tenido un
gran encanto para él. Columela, el mejor de los escritores
romanos sobre la agricultura, era un español, como
probablemente lo eran Quintiliano y Silius Italicus. Se podrían
añadir muchos más cuyos derechos y reputación fueron
incontestablemente reconocidos en la capital del mundo
durante los últimos días de la república, en los más bellos días
del imperio, como oradores, poetas e historiadores; pero sus
obras, muy conocidas en sus tiempos, se han perdido en el
naufragio general de la mayor parte de la literatura antigua.
De todas formas, los principales escritores romanos de España
son familiares en todo el mundo y generalmente reconocidos
como constituyentes de una parte importante del cuerpo de
los clásicos latinos y una parte esencial de la gloria de la
civilización romana 721.
Después de este período, no hubo cambios notables,
merecedores de ser conocidos, en la Península Ibérica, hasta
la ruina total del poder romano. Es incontestable, en el
noroeste y particularmente entre las montañas y valles que
llevan hoy en día el nombre de Vizcaya, que la lengua y las
instituciones de Roma jamás pudieron establecerse 722; pero en
el resto de la comarca, todo lo que se refería a la política
general o a la cultura intelectual se apoyaba en las bases del
carácter y la constitución romana. Pero este carácter y esta
civilización estaban en decadencia, como en todas partes; y
721
Las noticias sobre los escritores latinos españoles abundan, pero el
primer libro de la Bibliotheca vetus, de Antonio es suficiente. O, después de
todo lo que se ha escrito sobre ellos, lo que más me ha marcado, es la
expresión de Horacio que, para caracterizar más particularmente a los
españoles de su tiempo, se sirve de la palabra peritus (II, od. XX, 19), a menos
que peritus, en tanto que derivado de experto, no sea empleado en el sentido
de hábil, experimentado, sino en el de sabio, erudito. Sir James Mackintosh,
hablando de los escritores latinos españoles, dice que eran “ los más célebres
entre sus contemporáneos”. (History of England, t. I, p. 21, Londres, 1830).
722
En el bello fragmento de una Historia de Inglaterra de Sir J.
Mackintosh, este autor indica muy al principio con el espíritu generalizador
que le distingue: “ La política ordinaria de Roma consistía en confinar a los
bárbaros en sus montañas”. El destacado poema vasco dado por Humboldt
(Mitrídates, t. IV, p. 354) revela el mismo hecho cuando habla de Vizcaya.
561
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
aunque durante los últimos cuatro siglos en los que la
autoridad fue reconocida en España, la Península gozó de
más tranquilidad que ninguna otra provincia contenida en los
limites del imperio, como las otras, fue presa de terribles
problemas durante todo este fatal período, y poco a poco se
unió al destino común.
Es durante este período de problemas cuando otra gran
causa del cambio se introdujo en España y comenzó a
producir un efecto inmenso sobre todo lo que había de cultura
intelectual en este país. Esta gran causa era el cristianismo.
Cuál es el momento preciso o el modo preciso en el que
comenzó la primera aparición en España es lo que no es
posible determinar. Ciertamente sabemos que su introducción
tuvo lugar en el siglo II, y que parece vino de África
extendiéndose a lo largo de la costa occidental 723. Allí, como
en otras partes, hubo primeramente una persecución y el
cristianismo fue profesándose en secreto. Sin embargo, en el
año 300, las iglesias eran públicas y en la época de
Constantino y de Osius de Córdoba, estaba reconocida como
la religión dominante en la mayor parte de la Península. La
consecuencia que nosotros sacamos es que el latín fue la
lengua del cristianismo en España. Sus instrucciones se
daban, evidentemente en latín, y su literatura primitiva, desde
que hizo su aparición en España, se apoyó completamente en
724
esta lengua . Este es un hecho de gran importancia, no sólo
porque prueba la gran difusión de la lengua latina en España,
723
Depping, t. II, pp. 118 y siguientes. P ero las personas deseosas de
ver qué cosas absurdas se pueden escribir sobre temas más graves, incluso de
serios historiadores, encontraron toda suerte de incoherencias en la historia
primitiva del cristianismo en España, en el cuarto libro de Juan de Mariana y
en muchos otros escritores nacionales que tuvieron ocasión de tocar estas
materias.
724
Sobre este asunto del cristianismo primitivo en España, el tercer
capítulo del cuarto libro de Depping contiene bastantes datos generales. En
cuanto a las personas que quisieran tener datos más particulares y especiales,
deberían naturalmente tener en cuenta a Flóres y a Risco, a la España
sagrada, y a las autoridades citadas. Siempre deben consultar con toda clase
de precauciones, ya que hay abundantes errores del tipo de los que hemos
señalado en la nota anterior.
562
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
desde el siglo tercero al octavo, sino porque todavía parece
mostrar que no había allí otra lengua tan fuerte como para
poder luchar contra ella, al menos en las provincias del centro
y del mediodía.
El clero cristiano, es preciso recordar, no hizo nada o casi
nada por conservar la pureza de la lengua latina en España, o
por fomentar todo lo que había de cultura intelectual debido a
las instituciones importadas de los romanos725. ¿Cómo es que
estas primeras instituciones, y particularmente las antiguas
escuelas, entraron en decadencia? Es algo que no hemos
podido saber; pero esta decadencia fue allí más rápida que en
725
Una de las razones que han hecho que el clero tuviera pocas
inquietudes por conservar la pureza de la lengua latina, lo que contribuyó
mucho a aumentar su corrupción, en Europa central, era que los sacerdotes
estaban obligados a tener su trato con el pueblo en un latín degenerado. Esta
relación, que principalmente consistía en instrucciones dadas al vulgo,
constituían una gran parte de las ocupaciones del clero en los primeros siglos
de la Iglesia. Los cleros cristianos, en España como en otras partes, se dirigió,
durante un largo período a las clases más humildes e ignorantes de la
sociedad, puesto que las clases civilizadas y poderosas rehusaban escucharle.
El latín hablado en España por la primera de estas clases, bien fuera por esto
por lo que se le llamaba lengua rústica o no, era, sin ninguna duda, diferente
del latín más puro hablado por las clases más cultivadas y más favorecidas, tal
como las cosas pasaron en Italia. Al dirigirse al pueblo, los doctores
cristianos, en España, no encontraron otra forma, y con toda probabilidad, y
con toda probabilidad tuvieron que recurrir necesariamente al empleo del
latín corrompido, que hablaba el pueblo bajo. Este latín terminó también por
ser el único inteligible; el latín gramatical, el latín mismo del oficio de la
Misa dejó de serlo. Fue así como el cristianismo ha contribuido directa y
materialmente a la decadencia del latín y a la formación de nuevos dialectos,
como contribuyó a la formación del carácter moderno, sin dudas distinto del
antiguo. P ero, sin entrar en la apreciación de infinitas cuestiones que
conciernen a la “ lengua rústica” o “ cuotidiana” en su origen, su carácter y su
predominancia, no puede evitar decir que estoy persuadido de de que las
lenguas modernas y sus dialectos del Este de Europa están basados, en lo que
concierne al latín, en el latín popular y vulgar salido de la boca del pueblo
corriente; y que el cristianismo, más que cualquier otra causa particular, fue el
medio y el instrumento que permitió operar el cambio de una lengua a otra.
P ara la lengua rústica, véase Morhof, de Patavinitate Liviane, caps. VI, VII y
IX; De Cange, de Causis corruptae latinitatis, 13-24 al principio de su
Glosario.
563
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
las demás partes del imperio. En los siglos XV, XVI y XVII, los
mismos eclesiásticos estaban sumergidos en la más grosera
ignorancia. También, cuando Gregorio el Grande, papa entre
el año 590 y 604, escribió a Licinianus, obispo de Cartagena,
para que no diera la consagración a gentes sin instrucción,
Licinianus le respondió que, si no permitía ordenar a aquellos
en los que toda la ciencia consistía en saber que Cristo había
sido crucificado, no encontraría a nadie capaz de desempeñar
el papel de padre 726. En efecto, Isidoro de Sevilla, el célebre
obispo, el santo, muerto en el año 636, es el último de los
eclesiásticos españoles que debió escribir perfectamente en
latín; sin embargo él tenía una muy mala idea de la
antigüedad clásica, ya que eximió a los monjes sometidos a
su autoridad la obligación de leer libros escritos por los
paganos de épocas antiguas727, haciendo de esta forma
desaparecer los únicos medios de preservar de su inminente
corrupción la lengua que hablaban y escribían 728. Esta
726
El pasaje de Licinianus citado más arriba está sacado de una nota de
Eichhorn, Allegemeine Geschichte der Cultur, 1789, 8º, t. II, p. 467. Véase
también Castro, Bibliothèque espagnole, 1786, folio, t. II, p. 275.
727
Isidoro está citado al final de la obra de Edichhorn, Cultur, t. II, p.
470, nota 1.
728
Sobre Isidoro de Sevilla, véase Nicolás Antonio, Biblioteca Vetus,
libro 5, cs. III y IV; Castro, Biblioteca Española, t. II, pp. 293-344. Yo juzgo
la latinidad de Isidoro principalmente después de sus Etymologiarium libri
XX, y de su De summo bono, libro III, fol. 1483, letra gótica. No hay duda, un
gran número de palabras carecen de la clásica autoridad en Isidoro de Sevilla:
él mismo diseñó un cierto número como vulgares, y otras no las señala; en
general su latinidad es respetable. Entre las palabras corruptas que emplea
algunas son muy curiosas porque han pasado al castellano moderno, tales
son: astrosus ab astro dictus, quasi malo sidere batus (Etimología, 1483, fol.
50 a), que aparece en la palabra actual astroso, y en la expresión familiar
desastrado, expresión permitida por la Academia Española; cortina, que
Isidoro define “ cortinae aulea, id est vela de pellibus, qualia in Exodo
leguntur” (Etimología, fol. 97, b.) que encontramos en el español moderno
como cortina. Camisas vocamus quod in his dorminus in camis (Etimología,
fol. 96, b) e Isidoro explica la última palabra cama como “ lectus brevis et
circa terram” (Etimología, fol. 101, a): camisa y cama son dos palabras
españolas modernas que se utilizan con el mismo sentido. “ Mantum Hispani
vocant quod manus tegat tantum, est enim brevis amistar” (Etimología, fol. 97
564
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
corrupción avanza a paso rápido en estos tiempos de
confusión y problemas políticos hasta que la lengua hablada
del país llega a ser, para los que eran extranjeros, una jerga
ininteligible, y los oficios de la Iglesia, tal como se les decían
en la Misa y los días de fiesta, eran incomprensibles para los
fieles. Este estado de cosas fue consecuencia en una parte de
la decadencia de todas las instituciones romanas y de todos
los principios sobre los que estas instituciones reposaban, y en
otra, consecuencia de la invasión y conquista del país por los
bárbaros del Norte, cuya irrupción y violencias hicieron
imposibles la tranquilidad y el sentimiento de seguridad
necesarios para conseguir la más humilde cultura
intelectual 729.
Esta gran irrupción de los bárbaros del Norte produjo otra
revolución más importante en la lengua de la Península,
revolución que le dio, en efecto, un nuevo carácter. La raza
de los hombres que la imprimió difería completamente por su
origen y su lengua, y por todo lo que constituye un carácter
nacional, de las cuatro razas que habían ocupado antes la
Península. Los nuevos invasores pertenecían a las inmensas
multitudes del otro lado del Rin, muy conocidos por los
romanos desde los tiempos de Julio César, multitudes que, en
la época de la que hablamos, pesaban mucho, después de
aproximadamente un siglo, sobre las débiles barreras que
había a lo largo de este glorioso río, y que durante tanto
tiempo marcaron los límites de la potencia romana.
Empujados hacia delante, no solamente por una disposición
natural de las naciones septentrionales a ganar climas más
suaves, y por la de los pueblos bárbaros a apoderarse de los
despojos de la civilización, sino también por un enérgico
movimiento de los tártaros de la alta Asia, comunicado por las
tribus de Eslovenia a las tribus de la Germanía, cuyas masas
730
Gibbon, c. XXX
731
Juan de Mariana, Historia General de España, libro V, cap. I.
U na g r a nd e a ve ni d a d e d i ve r s a s na ci o ne s f i e r a s y
b á r b a r a s q ue p o r e s to s ti e mp o s vi ni e r o n y s e d e r r a ma r o n
p o r d i ve r s a s p a r te s d e E s p a ña , d e cl a r a r á l a s i g ui e nte
566
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
período comparativamente corto, estas tribus o estas naciones
pasaron a África y no volvieron más. Los Godos, que les
sucedieron en las invasiones, fueron los bárbaros, es verdad,
como sus predecesores, pero fueron los bárbaros de un
carácter más dulce y generoso. Ya habían descansado en
Italia y estaban de alguna forma impregnados de las leyes, de
las costumbres y la lengua romanas. Así, cuando en el año
411 atravesaron el mediodía de Francia y penetraron en la
Península, fueron recibidos más como amigos que como
conquistadores732. Su autoridad se ejercía primeramente en el
nombre y a favor del imperio; pero, antes del fin del siglo, el
último emperador de Occidente había acabado de reinar y por
una especie de necesidad inevitable, la dinastía visigoda se
había establecido en casi toda España y había reconocido por
Odoacre al primer rey de los bárbaros de Italia.
Antes de la entrada de los Visigodos en España, ellos
habían sido previamente convertidos al cristianismo por el
venerable Ulphilas. Del año 466 al 484, durante una época de
confusión profunda, habían redactado para ellos un código de
leyes criminales al que habían añadido un código civil en el
año 506, y estos dos códigos habían llegado sucesivamente a
constituir la base de este cuerpo de leyes importantes que
debían, un siglo más tarde llegar a convertirse en la
compilación del cuarto concilio de Toledo 733. Pero, aunque los
na r r a ci ó n. L o s Vá nd a l o s , l o s Al a no s , l o s Sue vo s y l o s
Si l i ng o s , ma y o r me nte l o s Go d o s , l o s cua l e s d e j a d o s d e s us
a nti g uo s a s i e nto s y mo r a d a s , d e s p ué s q ue d e L e va nte a
Po ni e nte hi nche r o n to d a s l a s ti e r r a s d e l mi e d o d e s u
no mb r e , d e s us p r o e za s y d e s u f a ma , y co n l a s a r ma s
ve nce d o r a s p a s e a r o n to d a l a Ita l i a ; f i na l me nte p a r a r o n e n
E s p a ña y e n e l l a e cha d a s e n p a r te , y e n p a r te s uj e ta s l a s
o tr a s na ci o ne s , p us i e r o n y tuvi e r o n p o r e s p a ci o d e má s d e
tr e s ci e nto s a ño s l a s i l l a d e s u i mp e r i o . N o ha y d ud a s i no
q ue to d a s e s ta s na ci o ne s y o tr a s s e me j a nte s e n d i ve r s o s
ti e mp o s b a j a r o n d e l Se p te ntr i ó n y s e d e r r a ma r o n p o r l a s
p r o vi nci a s d e l i mp e r i o R o ma no (N. del T.).
732
Juan de Mariana, Historia General de España, libro V, c. II.
733
Gibon, c. XXXVII; un artículo de la Revista de Edimburgo, vol.
XXXI, bajo las leyes de los visigodos en España; y Depping, t. II, pp. 217,
etc.
567
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
visigodos habían así adoptado algunos de los más eficaces
medios de la civilización, su lengua, como la lengua de otros
invasores del Norte, quedó esencialmente bárbara. En ningún
momento fue, en España, una lengua escrita. Pertenecía a la
familia teutona y no tenía nada o casi nada con el latín.
Aunque el pueblo que la hablaba estaba íntimamente unido
al pueblo conquistado; cada uno de ellos, en su posición, se
encontraba en una cierta dependencia del otro, que no es
necesario hacerse una larga pregunta para saber si no
buscaron un medio de comunicación apropiado, por cada día,
por cada hora, al comercio de la vida en común. Ellos fueron
ciertamente obligados a obrar de esta forma. Ello resultó pues
en las mismas consecuencias que se habían producido en
otras provincias romanas o romanizadas, e invadidas de la
misma manera. La unión de las dos lenguas se hizo; pero esta
unión no se operó en iguales proporciones. Era imposible. En
efecto, del lado del latín militaban no solamente las
instituciones del país existentes en aquél momento, aunque
en decadencia, pero todavía más los elementos de la
civilización y de la cultura que se encontraban en el mundo,
al mismo tiempo que la fuerza grande y creciente de la
religión cristiana, con la organización de su clero que
rehusaba entenderse en cualquier otra lengua. De suerte que,
silos Godos tenían de su lado la autoridad política y militar, si
ellos tenían también un carácter intelectual más fresco y más
vigoroso, se veían obligados, después de todo, a someterse a
estas influencias predominantes y a adoptar, en un alto grado
la lengua que podía solo conseguirles los beneficios de un
estado de sociedad más avanzada. Por consecuencia, el latín,
a pesar del estado de corrupción y de degradación en el que
se encontraba, queda, en España, como queda en otras
comarcas en la que las razas de hombres semejantes
vencieron juntos, elemento más predominante de la lengua
que resulta de su fusión, y constituye así la gran base del
español moderno.
El cambio más considerable que los invasores operaron en
la lengua que encontraron establecida en España fue un
cambio en la construcción gramatical. Los Godos, como los
pueblos poco civilizados, aprendían las palabras particulares
568
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
de una lengua más cultivada que ellos aprendían cada día
tan cómodamente que no comprendían el espíritu filosófico
de su gramática. Así mismo, todos habían aprendido sin
reservas el vocabulario tan extenso y rico del latín y forzaron
sus formas complicadas y sus construcciones para acomodarse
a las más sencillas de las costumbres de sus dialectos
maternos. Esto es lo que aparece claramente en los notables
cambios que ellos aportaron en las inflexiones adoptadas en
los nombres y verbos latinos. Los romanos, se conoce bien,
tenían las declinaciones fijas para señalar las relaciones de
sus nombres, las conjugaciones fijas para distinguir los tiempos
de sus verbos. Los godos no tenían ni los unos ni los otros,
empleaban artículos unidos a preposiciones para señalar los
casos de sus nombres, y auxiliares de diversas especies para
hacer los cambios en los modos de sus verbos734.
Así, cuando en España recibieron el latín, que no tiene
artículos, forzaron el uso de "ille", la palabra más aproximada
que pudieron encontrar para que les sirviera de artículo
definido, y "unus" de artículo indefinido, de manera que en
las viejas actas y en otros documentos, encontramos las
expresiones "ille homo" el hombre, unus homo, un hombre,
illa mulier, la mujer, etc. Es de esto de donde el español
moderno ha hecho derivar sus artículos el, la, uno, una, del
mismo modo que por un procedimiento semejante, el francés
ha obtenido sus artículos le, la, un, une, y el italiano," il", la,
735
uno, una .
La misma clase de descomposición se opera en las
modificaciones de los verbos: en lugar de "vici", yo he
734
En el libro godo más antiguo que tenemos, los Evangelios
traducidos por Ulphilas hacia el año 370 d. C., no hay ni un artículo definido
y no se presentan todas las veces que se encuentra en el original griego,
lengua en la que es preciso remarcar bien, el venerable obispo los tradujo, y
no del latín. P or consecuencia, no hay, creo yo, motivo para suponer que los
artículos de dos géneros no se utilizaban en la lengua de los godos como en
las otras tribus del Norte, desde el siglo V, como sí que se hizo después.
Véase Ulphilas, Gothische Bibelueversetzung, Estrasburgo, ed. Zahn, 1805,
4º, y principalmente en la introducción, pp. 28-37.)
735
Raynouard, Troubadours, t. I, pp. 39, 43, 48, etc; Díez, Grammalik
der Romanischen Sprachen, 1838, 8º, t. II, pp. 13, 14, 98, 100, 144 y 145.
569
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
vencido, ellos dicen "habeo" rictus; en lugar de amor, yo soy
amado, "sum" amatus; y por este empleo de "habere" y de
"esse", ellos son introducidos en el español moderno los
auxiliares haber y ser, como los italianos introdujeron en su
lengua avere, essere, y los franceses avoir y etre.
Este ejemplo del ejemplo producido por los godos sobre
los nombres y los verbos del latín no es nada más que un
ejemplo de los cambios que aportaron, mientras que estaba
en ellos, a la corrupción todavía más profunda de la lengua
latina, y a su transformación en el español moderno; una gran
revolución que necesitó alrededor de siete siglos completos
para que se cumpliera, y dos o tres más para que se produjera
en todo su sentido su resultado final 736.
En este momento, otra terrible invasión cayó sobre España,
una violenta invasión, imprevista y amenazante de importar,
por un tiempo, todo lo que había sido conservado por la
civilización y el progreso de las viejas instituciones del país, o
todos los elementos que habían surgido sobre los últimos
conquistadores. Quiero decir, la famosa invasión de los árabes
que obligó ir a buscar n el corazón de Asia cualesquiera
materiales que constituyeran el carácter, la lengua y la
literatura española, como nos hemos visto ya obligados a ir a
buscar algunos otros en los extremos del Norte de Europa.
Los árabes, que, en cada período de su historia aparecen
como una nación pintoresca o extraordinaria, reciben de la
religión apasionada que les da el genio y el fanatismo de
736
Véase a este respecto la formación de los dialectos modernos de la
Europa meridional, la excelente Grammatik der Romanischen Sprachen, por
Fried. Díez, Bonn, 1836-38, 2 vs., 8º. Como ejemplos de la corrupción de la
lengua española, además de los que ya hemos citado, se pueden tomar los
siguientes: Fratres, orate pro nos, en lugar de Fratres, orate pro nobis;-
Sedeat segregatus a corpus et sanguis Domini, en lugar de a corpore et
sanguine ( Marina, Ensayo…, p. 22, nota, en las Memorias de la Academia
de la Historia, t. IV). Los cambios en la ortografía son innumerables, pero
pueden haberlos producido menos como prueba de la alteración de la lengua,
puesto que pueden ser el resultado de la incuria de la ignorancia individual
de los copistas. Encontramos ejemplos de todo tipo en la Colección de
Cédulas, v. I, p. 43, nota, y en la Colección de Fueros Municipales de D.
Tomás Muñoz y Romero; Madrid, 1847, folio, t. I.
570
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
Mahoma un impulso, a muchos ojos, sin semejanza. En el año
623 d. de C., la fortuna y el destino del Profeta eran todavía
inciertos, tanto en los estrechos límites de su pobre y errante
tribu, y sin embargo, en menos de la mitad de un siglo, no
solamente Persia, Siria y casi todo el Oeste de Asia, además
de Egipto y todo el Norte de África, sucumbieron a la fuerza
de su entusiasmo guerrero. Un éxito tan extenso y tan rápido,
apoyado en el fanatismo religioso y seguido tan rápidamente
or todos los refinamientos de la civilización, es un suceso sin
ejemplo, en todas partes, en la historia del mundo 737.
Cuando los árabes vieron los tranquilos y calmosos
poseedores de las villas y costas de África, volvieron
naturalmente sus miradas hacia España, de la que no les
separaba nada más que el estrecho del Mediterráneo.
Hicieron su desembarco con una considerable fuerza en las
proximidades de Gibraltar, en el año 711, y la batalla de
Guadalete, como la llaman los escritores moros, o de Jerez,
según los autores cristianos, sucedió inmediatamente. En el
espacio de tres años, con su habitual rapidez conquistaron
toda España excepto la región predestinada del noroeste,
detrás de las montañas a la que se retiró un gran número de
cristianos bajo el mando de Pelayo, dejando el resto de la
Península en las manos de los conquistadores.
Pero, mientras que los cristianos que habían escapado del
naufragio de la fuerza de los godos se encerraban de nuevo
en las montañas de Vizcaya y de Asturias, donde se
empeñaron en esta lucha desesperada que duró más de ocho
siglos y que terminó con la expulsión total de los invasores, los
moros738, habitando el centro y más particularmente el Este de
España, poseyendo un imperio donde reinaba el esplendor y
la inteligencia tanto como les permitían los principios de su
religión y de su civilización.
737
Véanse las sorprendentes Notas sobre los destinos de Mahoma en
las deliciosas lecturas del Dr. Smith sobre la Historia Moderna, v. 1, pp. 66 y
67, 8º, Londres, 1841.
738
Fueron así llamados debido a la provincia africana que habitaban, la
Mauritania, de donde heredaron naturalmente el antiguo nombre de Mauri.
571
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
Se ha escrito mucho sobre la gloria de este imperio, sobre
el efecto que produjo en la literatura y las costumbres de los
tiempos modernos. Hace tiempo que Huet y Massieu se
mostraron dispuestos a hacer remontar hasta tiempos de los
árabes el origen de la rima y de la ficción romántica, pero hoy
en día se admite generalmente que una y otra son el producto
espontáneo del espíritu humano y que las diferentes naciones
las han inventado ellas mismas de forma separada en tiempos
diferentes739. Un poco más tarde, el padre André, un sabio
jesuita español que escribía en Italia y en italiano, celoso por
asegurar a su patria el honor de haber comunicado al resto de
Europa el primer impulso de la civilización, después de la
caída del Imperio romano, concibió una teoría más basta y
más determinada que la teoría de Huet, pretendiendo que la
poesía y la civilización de los trovadores de la Provence,
generalmente admitidos como los más antiguos de la Europa
meridional en los tiempos modernos, descendían completa e
inmediatamente de los árabes españoles. Esta es la teoría
que han adoptado Ginguené, Sismondi y los autores de la
"Histoire littéraire de la France". Pero todos estos escritores
aceptan la hipótesis de que la rima y la composición métrica,
así como el espíritu poético, se han desarrollado en provenzal
mucho más tarde de lo que han demostrado las búsquedas
posteriores. En efecto, el P. André y sus discípulos sitúan el
conocimiento de la influencia de la España árabe sobre el
mediodía de Francia en el año 1085 con la recuperación de
Toledo, época en la que, no hay duda, el comercio entre los
740 741
dos países tomó un gran desarrollo . Raynouard ha
739
Véase Huet, Origine des Romans (ed. 1693, p. 24), y
principalmente Warton en su Première dissertation sur l’origine orientale
et arabe des fictions romantiques. Las notas de la octava edición, por P rice,
añaden un gran valor a las discusiones sobre estas cuestiones. W arton’s
English Poetry, 1824, 8º, v. I; Massieu (Histoire de la Poesie Francaise,
1739, p. 82), y Quadrio (Storia d’ogni poesia, 1749, t. IV, pp. 299,300)
siguen a Huet pero con poca habilidad.
740
André, Storia, t. I, p. 273; Ginguené, t. I, pp. 248-250. “ Es esta
época (1085) dice, cuando pudiera ser que resurgieran los primeros ensayos
poéticos en España, y en la que resurgen seguramente los primeros cantos
de nuestros trobadores.”
572
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
publicado despues un fragmento de un poema en el que el
manuscrito puede se a penas de una fecha posterior al año
1000, y demuestra así que la literatura provenzal se remonta
al menos un siglo antes, y llega a la época de la corrupción
gradual del latín y de la formación gradual de las lenguas
modernas. Schlegel, el hermano también entró en la
discusión de esta misma historia, y dio pocos motivos para
dudar que las opiniones de Raynouard sobre este tema no se
habían apoyado en fundamentos sólidos742.
Pero, si no podemos, con el padre André y sus partidarios,
hacer recuperar la poesía y la civilización de todo el mediodía
europeo, en los tiempos modernos, antiguamente o
principalmente a los árabes españoles, podemos al menos
atribuirles cualquier influencia en lo que se refiere a la lengua
y a la literatura españolas. En efecto, su progreso en la
civilización fue poco menos brillante y menos rápido que su
progreso en el imperio de las armas. Los reinos de dos
Abderramanes y el glorioso período de de Córdoba, que
comenzó hacia el año 750 y continuó hasta casi la época de
su conquista por los cristianos en 1236, vieron la inteligencia
llevada hasta un grado tan alto como no se puede encontrar
en ninguna otra parte; y si el reino de Granada, que terminó
en 1492, ofrece menos civilización, les sobrepasó por su
esplendor y su manificencia 743. Las escuelas públicas y las
bibliotecas de la España árabe eran frecuentadas, no
solamente por los creyentes de su secta en la Península o del
741
Fragmento de un poema en verso romano sobre Boèce, publicado
por M. Raynouard, etc., P arís, 8º, 1817, y en sus Poesías de trobadores, t. II.
Consultar en la misma obra, t. I, la Gramática de la lengua romana.
742
Nosotros nos referimos a las Observaciones sobre la lengua y la
literatura provenzales de A. W. Schlegel, P arís, 1818, 8º, impreso, pero no
publicado. Véanse particularmente las páginas73 y siguientes, donde se
muestra que todo es completamente antiárabe en el tono y el espíritu de la
poesía provenzal primitiva, y todavía más en la vieja poesía española.
Véase también Díez, Poesía de trovadores, 8º, 1826, pp. 19. etc. Es
un libro excelente.
743
Historia de la dominación de los árabes en España, Madrid,
1820-1, in-4º, tomos I y II, y más particularmente el tomo I, pp. 158-226, 425-
489 y 524-547.
573
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
Oriente, sino también por los cristianos que acudían de
diversas partes de Europa. Se cree también que el Papa
Silvestre II, uno de los hombres más destacables de su siglo,
no debió su elevación al pontificado más que a la educación
que había recibido en Sevilla y en Córdoba 744.
En medio de este florecido imperio viviente de grandes
masas de cristianos indígenas que no estaban refugiados con
sus audaces hermanos bajo la dirección de Pelayo en las
montañas del noroeste, pero que resistieron en medio de sus
conquistadores, protegidos por la gran tolerancia que
prescribió al principio la religión mahometana. Esto es que
con excepción del doble tributo que pagaban comparados con
los moros, como pueblo vencido, y a con excepción de la tasa
que pagaban por sus propias iglesias, estos cristianos tenían
pocas cargas y vejaciones. Les era permitido tener sus propios
obispos, sus iglesias, sus monasterios; eran juzgados según sus
propias leyes y por sus propios tribunales, siempre que se
tratara de una cuestión en la que la decisión no concerniera
nada más que a sus propios intereses, a menos que en ella
entrara la pena capital 745. Pero estos cristianos aunque ellos se
744
Silvestre II (Gerbert) fue papa desde el año 999 al año 1003, y fue el
primer papa que Francia dio a la Iglesia. Se muy bién que los benedictinos
dicen que en España Gerbert no fue más allá de Córdoba; también se que el P .
André (tomo I, pp. 175-78) no quiso admitir que en Sevilla y en Córdoba, él
había estudiado en escuelas diferentes de las escuelas cristianas; pero no se
puede concluir diciendo que los cristianos tenían en aquella época escuelas
importantes en Andalucía, mientras que es cierto que los árabes las tenían, y
las autoridades sobre las que se apoya el P . A. André hacen presumir que
Gerbert estudió en terreno de lo moros, y prueba por tanto lo que él no quería
probar. Como muchos otros sabios de la Edad Media, Gerbert fue considerado
un nigromante. Hay una excelente información sobre sus libros en la Historia
literaria de Francia, tomo VI, pp. 559-614. Es a lo que se atribuye
comunmente la introducción de los números árabes en Europa; si esto es así,
ellos han rendido al mundo civilizado el mayor servicio que le podían hacer
(Aschbach, Geschichte der Ommiaden in Spanien, in-8º, 1830, tomo II, pp.
235 y 331).
745
Las condiciones de los cristianos bajo la administración
musulmana en España nos es conocida suficientemente, para el objeto que nos
proponemos, por varios pasajes de Conde (tomo I, pp. 39, 92, etc.). Después
de ellos, quizás las involuntarias declaraciones de Flores y de Risco, en los
574
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
conservasen así, hasta un cierto punto como una nación
distinta, aunque tuvieran el aspecto de estar en una posición
particular, no conservaban nada más que lo que realmente
era su creencia religiosa, aunque sin embargo subsistían bajo
la influencia de un imperio pujante y espléndido, de una
población más felíz y más civilizada que la que ellos mismos
tenían, y esta influencia pesaba constantemente sobre ellos.
El inevitable resultado fue que, en el paso de los siglos, su
carácter nacional se doblegó poco a poco. Al fín llegaron a
llevar vestiduras moras, a adoptas las costumbres moras, a
servir en los ejércitos moros, y a ocupar los puestos de honor
en las Cortes de Córdoba y Granada. Bajo todos estos relatos
merecieron el nombre que se les dio de Mozárabes o
Muzárabes, es decir personas que parecían árabes por la
lengua y las costumbres; su fusión con los conquistadores y sus
maestros fue tal que, con el paso del tiempo, no se les podía
distinguir de los árabes, en medio de los cuales vivían, nada
más que por sus creencias religiosas746.
De nue s tr a l e y ve r d a d e r a ,
Co n va l o r y f é s i nce r a ,
H a n s i d o s i e mp r e g ua r d a d o s (Jornada 111)
P ero es en la erudición siguiente de sus notas y su historia
Dianstías mahometanas en España (Londres, in-4º, vol. I, pp. 419-420)
cuando P acual de Gayangos puede ser que haya resuelto esta cuestión tan
discutida, aunque poco importante. “ Mozárabe o Muzárabe, dice él, viene
del árabe Musta’rab, que significa hombre que quiere imitar a un árabe, o
llegar a ser árabe y hablar su lengua, y que, siendo un árabe, habla como un
extranjero”. Esta palabra todavía utilizada por el ritual de ciertas iglesias de
Toledo (Castro, Biblioteca española, tomo II, p. 458, y Paleografía
española, p. 16). P or otra parte, los moros, que a medida que los cristianos
llevaban sus conquistas hacia el medio día, quedaron en su ruta englobados
en medio de poblaciones cristianas que hablaban su lengua o trataban de
hacerlo. Estos moros eran, en su prigen, designados por la palabra Moros
latinados. Véase elpoema del Cid, v. 266, y la Crónica general (ed. 1604, fol.
304, a) donde el moro Alfaraxi, más tarde convertido en el consejero del Cid,
nos ha descrito con estas palabras: De tan buen entendimiento, e era tan ladino
que semejava cristiano.
747
Conde, tomo I, p. 229.
748
Florez, España Sagrada, tomo I, p. 42
749
Los Indiculos luminosos son una defensa de los mártires de
Córdoba que sufriron bajo el reinado de Abderramán II y de sus hijos. El
576
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
Esta predominancia del árabe llegó a ser tan generalizada
que Juan, obispo de Sevilla, uno de los venerables hombres
que representaba tanto el respeto de los cristianos como el de
los mahometanos, se vio en la necesidad de traducir las
Sagradas Escrituras a este idioma, ya que su grey no sabía
leer en otra lengua 750. Los mismos libros de registro de las
iglesias cristianas se escribieron en árabe a partir de esta
época y durante varios siglos después, y en los archivos de la
catedral de Toledo se conservaban hasta hace muy poco
aproximadamente dos mil documentos, que probablemente se
pueden ver todavía, escritos principalmente para los cristianos,
por los eclesiásticos, y redactados en árabe 751.
pasaje al que hacemos alusión, con todas las faltas contra la pureza de la
lengua y el buen usto, es el siguiente: ¡H e u! ¡p r o h d o l o r ! L i ng ua m
s uma ne s ci unt chr i s ti a ni , e t l i ng ua m p r o p r i a m no n
a d ve r tum l a ti ni , i ta ut i n o vni Cr i s ti co l l e g i o vi x i nve ni a tur
unus i n mi l l e no no mi num nume r o , q ui s a l uta to r i a s f r a tr i
p o s s i t r a ti o na b i l i te r d i r i g e r e l i te r a s . E t r e p e r i tur a b s q ue
nume r o mul ti p l e x tur b a q ui e r ud i te Ca l d a i ca s ve r b o r um
e xp l i ce t p o mp a s , i ta ut me r e tr i ce e r ud i to r i a b i p s i s
g e nti b us ca r mi ne e t s ub l i mi o r i p ul chr i tud i ne , etc. Este pasaje
se encuentra al final del tratado reimprimido por Flores, tomo XI, pp.
221-275. La expresión omni Christo collegio la ha señalado también
Mabillon (de Re diplomatica, fol. 1861, libro II, cap. 55) el clérigo, y en
este caso tiene todavía más fuerza ya que significa que, sobre mil padres,
había a penas uno que supiera enviar por escrito sus saludos a uno de sus
hermanos. Hallan (la Edad Media, Londres, in-8º, 1819, tomo III, p.
332). Presumimos que hablando siempre así, Álvaro no pensaba nada
más que en los cristianos de Córdoba y de sus alrededores.
750
No se sabe, de manera cierta, la e´poca en la que vivió Juan de
Sevilla (Flores, tomo IX, pp. 242 y siguientes); pero la época no es importante
para nuetro propósito. El hecho de la traducción de la Biblia al árabe se sabe
por la Crónica general (parte III, cap. II, fol. 9, ed. 1604): “ Trasladó las
Sanctas Escrituras en arávigo, et fizo las exposiciones dellas, según conviene
a la Sancta Escriptura”. Juan de Mariana explica muy bien la razón que le
empujó a esta empresa, y dice que fue: a causa que la lingua arábiga se usaba
mucho entre todos; la latina ordianriamente ni se usaba, ni se sabía. (Libro
VII, cap. III, hacia el final). Véase también N. Antonio, Biblioteca vetus, libro
VI, cap. IX; Castro, Bibloteca Española, tomo II, p. 454.
751
Paleografía española, p. 22.
577
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
Este estado de cosas no cambió hasta que los cristianos del
norte comenzaron a predominar. En efecto, después de la
recuperación de varias provincias del centro de la Península,
los monjes, apremiados por los reyes cristianos para que fuera
corriente su circulación entre los feligreses cristianos traducidas
al árabe como se puede ver en las piezas de Alfonso VI y de
Alfonso VIII en los años 1185, 1186, 1191, 1192, 1199 y
1212 752. En 1256, cuando Alfonso el Sabio, por medio de un
decreto solemne fechado en Burgos el 18 de diciembre, dictó
sus disposiciones sobre la enseñanza en Sevilla, estableció las
cátedras de árabe y de latín 753. Algún tiempo después, y hasta
el siglo XIV, los actos públicos, los escritos históricos de esta
parte de España, estaban a menudo en lengua árabe, y las
firmas de los documentos eclesiásticos importantes estaban en
caracteres árabes, al igual que el texto del acto estaba
redactado en latín o en español, como se puede ver en la
concesión de privilegios acordados por Fernando IV a los
religiosos de San Clemente de Toledo 754. De suerte que hasta
casi la época de la conquista de Granada, y un poco más
tarde, en ciertos relatos, la lengua, las costumbres y la
civilización de los árabes estaba evidentemente muy repartida
entre la población cristiana del centro y del mediodía de
España.
También, cuando los cristianos del norte, después de una
lucha de las más tenaces y más largas, rescataron de la
esclavitud la mayor parte de su país y atacaron a los moros en
las provincias meridionales, se encontraron ellos mismos, a
medida que avanzaban, rodeados de una multitud
considerable de antiguos compatriotas, cristianos en la fe y el
sentimiento, aunque completamente ignorantes de la moral y
de la doctrina cristianas, pero moros por los vestidos, por las
costumbres y por la lengua. Después se operó la fusión de
752
Memorias de la Real Academia de la Historia, tomo IV; Ensayo,
de Marina, pp. 40-43.
753
Mondejar, Memorias de Alfonso el Sabio, in-fol. 1777, p. 43. Ortíz
y Zúñiga, Annales de Sevilla, fol. 1677, p. 79.
754
Memorias de la Real Academia de la Historia, tomo IV,
Marina,Ensayo p. 40.
578
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
estos dos cuerpos diferentes separados durante tanto tiempo el
uno del otro por la suerte de la guerra, cuerpos que
primitivamente habían tenido un mismo origen, se
encontraron todavía atados por las simpatías más fuertes de
nuestra naturaleza, y que habían cesado de poseer durante
siglos una lengua común, único medio posible de marchar en
el comercio diario de la vida. Pero la reunión de dos partes de
una nación, cualquiera que sea el momento en el tiempo en
el que se efectúe, implica necesariamente la modificación
inmediata o el acomodo de la lengua hablada por parte de
una y otra parte. Esta modificación del latín corrompido que
los godos habían adaptado a su modo no hay duda de que
comenzó, de cierto modo, en la época de la conquista
musulmana. Era en ese memento indispensable que se
completara y entonces sucedió que rápidamente se produjo
una gran difusión del árabe 755, y este fue el último elemento
importante que se añadió al español que tenemos. Este
español, que se pulió y perfeccionó en los siguientes siglos,
gracias al progreso de la ciencia y de la civilización, es
todavía, en sus rasgos ingeniosos, tal como apareció poco
después del suceso mencionado, con un sentimiento
característico de nacionalidad, “la Restauración de España”756.
No obstante la lengua que los conquistadores traían del
norte y que se iba modificando a medida que avanzaban
entre las poblaciones musulmanas del mediodía, no era,
como ya hemos visto, el latín clásico. Era un latín corrompido
primero por las causas que habían alterado la lengua en todo
755
P ara conocer esta gran difusión del árabe en la lengua española,
véase Aldrete, (Orígenes, libro III, cap. 15); Covarrubias (Tesoro passim) y
el catálogo de 85 páginas en el cuarto volumen de las Memorias de la Real
Academia de la Historia. A todas estas obras se puede añadir un curioso
trabajo, Vestigios da lengua arabica en Portugal por Joao de Sousa, Lisboa,
1789, in-4º. Finalmente en Ocios de Españoles emigrados, tomo II, p. 16 y
tomo III, p. 291, hay dos artículos muy instructivos sobre este asunto, aunque
en uno de ellos, se da poca importancia al elemento árabe.
756
La expresión vulgar y característica empleada desde los orígenes
para hablar de la conquista de España por los árabes, es “ la pérdida de
España”, de la misma manera que se ha designado la acción de reconquistar
por la Restauración de España.
579
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
el imperio romano, antes de la ruina del poder romano. La
corrupción resulta inevitablemente del establecimiento en
España de los godos y de otros bárbaros que les siguieron
inmediatamente después, así como de las adiciones
subsiguientes que le llegaron de los iberos o de los vascos
primitivos durante el reposo de los cristianos, después de la
conquista musulmana, en medio de estos montañeses, donde
la lengua no cesa jamás de conservar su predominancia. Pero
la causa de la decadencia final del latín en el norte, después
de la primera mitad del siglo VIII, fue, sin duda, la miserable
condición del pueblo que lo hablaba. Escapó de las ruinas del
imperio latinizado de los godos, perseguido por la espada
ardiente de los musulmanes, se reunió en masa en las
757
Los relatos de los historiadores árabes que merecen confianza, como
de los escritores contemporáneos, nos hacen un retrato muy chocante de los
cristianos del norte ene. Siglo VIII: Vi ve n co mo f i e r a s , q ue nunca
l a va n s us cue r p o s ni ve s ti d o s , q ue no s e l a s mud a n, y l o s
l l e va n p ue s to s ha s ta q ue s e l e s ca e n d e s p e d a za d o s e n
a nd r a j o s , etc. (Conde, Dominación, etc., parte II, cap. XVIII). Los detalles
pintorescos, aunque inciertos, de la Crónica general, en su parte III, y el
relato más serio de Mariana, 1, VII, no dejan duda sobre la exactitud y
veracidad de esta descripción.
580
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
habían perdido. Se encontraron entonces en medio de los
peligros y de los sufrimientos de una guerra interminable,
irritados y exasperados por la intensidad de un odio nacional y
religioso. Después, a medida que avanzaban en sus
conquistas, hacia el mediodía y hacia el este, se fueron
encontrando sucesivamente en contacto son estas partes de
su raza que quedaban en medio de los moros, y sintieron que
estaban en presencia de una civilización y cultura muy
superior a la suya.
El resultado fue inevitable. El cambio que, como ya hemos
dicho, se operó después en su lenguaje, fue debido a las
circunstancias particulares de su posición. Los godos, desde el
siglo V al VIII habían recibido un gran número de palabras
latinas, puesto que el latín era la lengua de un pueblo con el
que ellos estaban íntimamente unidos, y que era más
inteligente y más avanzado que ellos. De la misma manera,
toda la nación recibió desde el siglo VIII al siglo XIII otro gran
aumento de su vocabulario, aumento venido del árabe, y se
acomodó de una manera de las más destacadas a la
civilización avanzada de sus compatriotas meridionales y de
sus sujetos musulmanes.
758
Véase Marina, Ensayo, p. 19.
759
Ibid., pp. 23, 24.
581
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
citado, es la confirmación de los fueros de Ávila, en las
Asturias, por Alfonso VII, en el año 1155 (v er nota en la p.
520 al final de éste Apéndice A). Y sin embargo, aunque
hayan sido lentas y poco diferentes la formación y la primera
aparición del castellano como lengua hablada de la España
moderna, podemos afirmar sin lamedor duda, que hacia el
siglo XII el castellano se elevó a la dignidad de lengua escrita
y comenzó a aparecer en los documentos importantes de
aquellos tiempos.
Desde éste momento hemos de reconocer, en España, la
existencia de una lengua distribuida gradualmente por la
mayor parte de la comarca, diferente del latín, sea puro o
corrompido; más diferente todavía que el árabe;
probablemente formada por la mezcla de estos dos idiomas;
modificada por el espíritu de las analogías de las
construcciones y de los dialectos góticos, y conteniendo
algunos restos de los vocabularios de las tribus germánicas,
iberos, celtas y fenicias, quienes, a través de diversas épocas
habían, en todo o en parte, ocupado la Península. Esta
lengua se llama desde su origen romance, ya que ella fue en
gran parte lanzada en la lengua de los romanos. Así mismo,
los cristianos de las montañas del noroeste utilizan de los
árabes el nombre de Alromi, ya que les imaginan
760
descendientes de los romanos . Más tarde se llamará
español, del nombre que toma toda la nación; por último
lleva frecuentemente el nombre de castellano en la parte de
España en la que la fuerza política ha llegado a ser tan
predominante que ha dado a su dialecto la preponderancia
sobre todas las demás, el gallego, el catalán y el valenciano,
que fueron lenguas escritas durante un período de tiempo más
o menos largo y tuvieron cada una una literatura propia.
La proporción de los materiales aportados por cada una de
las lenguas que entraron en la composición del español no se
ha determinado jamás con cuidado, aunque haya sido tan
importante como para permitir una apreciación de los relatos
generales de unos con los otros. Sarmiento, que ha hecho
búsquedas con todo cuidado con este objeto, piensa que los
760
Marina, Ensayo, p. 19.
582
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
seis décimos del castellano actual tiene origen latino; un
décimo es griego y eclesiástico; otro pertenece al norte, otro al
árabe y el décimo restante a las Indias orientales, a América,
al alemán moderno, al francés, al italiano y a la jerga de los
gitanos. Este cálculo no se aleja mucho de la verdad. Sin
embargo, Larramendi y Humboldt han encontrado que falta,
sin lugar a duda, ajustar la parte que le corresponde al vasco.
Las búsquedas de Marina dan una proporción más débil para
el árabe que Gayangos sube hasta el ocho, pero el punto
principal, el punto sobre el que no habría ninguna duda es
que las bases del castellano reposan en el latín, el cual,
aparentemente, en realidad, todas o casi todas las raíces son
comúnmente atribuidas al griego 761.
761
La prueba más patente que se puede producir del gran número de
palabras latinas que quedan en el español moderno se encuentra en estas
páginas de verso y prosa que han sido, de tiempo en tiempo escritas de tal
suerte que se puede leer tanto en español como en latín. El rpimer ensayo en
este género que conozco lo ha hecho Juan Martínez Siliceo,, arzobispo de
Toledo y preceptor de Felipe II. Estaba en Italia cuando escribió una corta
disertación en prosa que se podía leer en las dos lenguas, para probar a varios
sabios amigos de este país que el castellano de España se aproximaba al latín
más que su italiano. Este juego de ingenio, lo imprimió en su Tratado de
Aritmética en 1514 (Nicolás Antonio, Bibl. nov., tomo II, p. 737). Se
encuentran más tarde otros ejemplos. Uno de ellos en la gramática española,
publicada en Lovaina en 1555 y titulada Util y breve institución para
aprender lengua española, curioso libro que trata del castellano como de
una de las lenguas habladas ahora en la península hispánica y que dice que
este castellano no es otra cosa que un latín corrupto. El sutor añade que
muchas cartas han sido escritas en términos españoles, cartas que eran latinas
y da una pobre prueba. Otro ejemplo se encuentra en el diálogo de Fernando
P érez de Oliva y en una epístola de Ambrosio Morales el historiador, impreso
en 1585, con las obras del primero; en un soneto publicado por Rengifo en su
Arte poética, en 1592; y finalmente, en un volumen excesivamente raro en
terza rima de Diego de Aguilar, impreso en 1621 y titulado Tercetos en latín
conguo y puro castellano. He aquí un ejemplo:
Scr i b o hi s to r i a s , g r a ve s , g e ne r o s o s
Sp í r i tus , d i vi no s H e r o e s , p ur o s ,
M a g na ni mo s , i ns i g ne s , b e l l i co s o s ;
Ca nto d e M a r te , d e f e ns o r e s d ur o s ,
Ani mo s o s L e o ne s , e xce l l e nte s ,
De s a r a i nd us tr i a , i nvi cto s , g r a nd e s mur o s .
583
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
El español o el castellano asi formado llegó a ser de uso
general puede ser que con más rapidez y facilidad que
ninguna otra de las lenguas de nueva creación que, después
de la confusión de la Edad Media surgieron en el Mediodía
de Europa, para tomar el lugar de la lengua universal del
mundo romano. Este hecho encuentra su razón en la
necesidad de la creación y empleo más urgente de esta
lengua por las relaciones extraordinarias entre los moros, los
mozárabes y los cristianos; en el reinado de Fernando, sobre
todo desde la toma de Sevilla en el año 1247, época que si
no fue de calma, al menos fue de prosperidad y casi de
esplendor, en la que el latín, tanto el escrito como el hablado,
habían caído en tal decadencia que debía ofrecer en España
menos resistencia a los cambios que en todos los demás
países en los que se estaba realizando una revolución
semejante 762. No debemos pues sorprendernos de encontrar,
no solamente ejemplos, sino monumentos literarios
importantes de la literatura española, poco tiempo después de
la primera aparición reconocida de la lengua en sí misma. El
poema narrativo del Cid, por ejemplo, no puede tener una
fecha posterior al año 1200: Berceo, que floreció entre 1220 y
1240, se disculpa casi de no poder escribir en latín 763, con lo
Vo s a ni ma s i l l us tr e s , p r o e mi ne nte s ,
Invo co , e tc.
Habría mucho que decir sobre la pureza, bien del castellano, bien del
latín en versos semejantes a estos; pero no queda ninguna duda sobre la
estrecha relación que existe entre las dos lenguas. En cuanto a las
proporciones que todas estas lenguas entraron a formar parte del español,
véase Sarmiento, Memorias, 1728, cap. XVI, p. 107. Vergas, P once,
Dissertation, 1793, pp. 10-16. Rosseeuw Saint-Hilarie, Etudes sur l’origine
de la langue et des romances espagnoles, tesis, 1838, p. 11. W. de
Humboldt, Prüfung, ya citado. Marina, Ensayo. Memorias de la Real
Academia de la Historia, tomo IV, 1805 y un artículo de la British and
foreing Review, nº XV, 1839, escrito por D. P ascual de Gayangos.
762
Todos estos documentos que se refieren a los privilegios acordados
por san Fernando a Sevilla después de la toma de la villa están en lengua
romance o lengua vulgar de la época (Ortiz y Zúñiga, Annales de Sevilla, in-
fol., 1677, p. 89).
763
Qui e r o f e r una p r o s a e n r o ma n p a l a d i no
E n cua l s ue l e e l p ue b l o f a b l a r a s u ve ci no
584
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
que nos prueba que por entonces vivía ciertamente en una
época de lucha entre las dos lenguas; pero nos ha dejado un
cantidad considerable de poesías verdaderamente españolas
o castellanas. Sin embargo, esto no fue nada más que un
poco más tarde, y bajo el reinado de Alfonso X, entre 1252 y
1282, cuando se puede considerar que se produjo la entrada
definitiva del español como lengua escrita, y que fue
reconocido como una lengua pulida y perfeccionada. Por
orden de este monarca, la Biblia fue traducida de la Vulgata
en español; exigió que todas las piezas legales y todos los
contratos fuesen escritas y que todas las leyes fuesen
redactadas en esta lengua; finalmente, por su destacado
código de las Siete Partidas, sentó los fundamentos sobre los
que este idioma debía establecer y extender su autoridad
durante todo el tiempo que durara la raza y el poder
Ca no n s ó ta n l e tr a d o p o r s e r o tr o l a ti no
(Vida de santo Domingo de Silos, cap. I y II)
Roman Paladino significa el romance vulgar, y Paladino deriva, yo
lo creo como Sánchez, de palam, aunque Sarmiento, en su disertación escrita
sobre el Amadís de Gaula, haya citado en la nota de este volumen en el que
hablamos de este libro, pretenda, hablando de estos mismos versos, que
paladino es por palatino, y que esto último viene de palacio.- Otro latino
equivale pues al primer latín más o menos corrompido. Cervantes emplea la
palabra ladino para significar español (D. Quijote, parte I, cap. XLI.- nota de
Clemencín), y Dante (parte III, 63) lo emplea en el sentido de plano, fácil,
cómodo, ejemplos muy curiosos de una significación indirecta impuesta a una
palabra. Prosa quiere decir, supongo, historia, cuento, narración. Biaggioli
(de Purgatorio, XXVI, 118), dice: Prosa, en italiano y provenzal del siglo XIII,
significa precisamente historia o narracion en verso. Nosotros podemos dudar
si el autor aplica con razón esta observación en el pasaje de Dante; pero está
fuera de toda duda que es aplicable al pasaje de Berceo que tenemos ante
nosotros. Este es el significado que no está incluido en Bouterweck y sus
traductores españoles. ( Bouterweck, trad. Cortina, etc. In-8º, Madrid, 1829,
tomo I, pp. 60 y 119.) Fernando Wolf, en su sabia obra titulada: Ueber die
Lais, Sequenzen und Leiche, Heidelberg, 1841, in-8º, pp. 92 y 304, piensa
que el empleo de la palabra prosa, aquí como en otros lugares, en la antigua
poesía española, se refiere a la utilización bien conocida de la misma palabra
en los oficios de la Iglesia (Du Cange, Glossaire ad verb.) En cuanto a mi,
creo que los primeros versificadores españoles lo toman de los P rovenzales y
no de los latines eclesiásticos.
585
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
español 764. Debemos pues partir de esta época para examinar
la historia y el desarrollo de la lengua española en el cuerpo
de la literatura castellana.
764
Mondéjar, Memorias del Rey D. Alfonso el Sabio, in-fol. Madrid,
1777, pp. 450-452.- Mariana, Historia General de España, libro XIV, cap.
VII, y Castro, Biblioteca, tomo I, pp. 411 y siguientes.
586
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
auténtica. No obstante, Risco no tiene nada imprimido, y Marina no ha
publicado nada más que extractos. En la
Revista de Madrid (segunda época, tomo VII, pp. 267-322) ha sido
completamente incluida como parte de una interesante discusión sobre los
antiguos códigos del país, por D. Rafael González Llanos, hombre lleno de
erudición, nacido en Ávila, que parecía prendado de un violento amor por el
lugar de su nacimiento y muy conocedor de todas sus antigüedades. Este
documento pertenece al género de los llamados Privilegios, Foros o Fueros.
P ero cuando la autoridad del documento está reducida, como es el caso actual,
a una villa o a una ciudad, es llamado con más propiedad carta-puebla o carta
municipal. La carta puebla de Ávila contiene la concesión real de derechos y
de inmunidades para varios ciudadanos y para la comunidad entera, y
comprende todo lo que se refiere a la propiedad, al comercio, a las exenciones
de todos los que quiere proteger. Las cartas, si son importantes para la
felicidad de las personas, pero quedan sumisas a la autoridad arbitraria de la
corona, eran, ya lo hemos dicho en la p. 47, nota 1, confirmadas por los reyes
sucesores, a menudo su confirmación era convenientemente solicitada por las
comunidades que estaban profundamente interesadas en su conservación.
La carta puebla de Ávila fue primitivamente concedida por Alfonso VI que
reinó desde 1073 a 1109. Sin duda, fue escrita en el latín utilizado en aquella
época. En 1274, se dio conocimiento formal a Alfonso el Sabio de que se
había quemado durante el ataque de esta villa por su hijo Sancho. El original
se perdió y nosotros sabemos ahora cómo.
La pieza que poseemos es una copia de esta carta puebla hecha después de
la confirmación por Alfonso VII, en el año de Jesucristo 1155. Se conserva
todavía en los archivos de la ciudad de Ávila, en el pergamino primitivo
formado por dos pieles cosidas juntas formando así una pieza de once
pulgadas de largo y diez y nueve pulgadas de ancho. Tiene el conocido sello
de Alfonso VII, las firmas originales de las personas autorizadas a firmar con
él y varias confirmaciones sucesivas recibidas durante cinco siglos (véase la
Revista de Madrid, etc., pp. 329, 330). De suerte que todo, incluida la
tosquedad del pergamino, el tipo de la escritura,la lengua, todo anuncia con
certeza la autenticidad de la pieza como documento de su siglo. Impreso
ocupó doce páginas in-8º que pueden permitirnos juzgar el estado de Castilla
en la época en la que este documento fue escrito.
Después de un principio en un mal latín, comienza con estas palabras:
E s to s s unt l o s f o r o s q ue d e u e l r e y D. Al f o ns o a d Af i l i e s ,
cua nd o l a p o b l o u p a r f o r o s a nti F a cund i e t o to r g ó l o
E mp e r a d o r . E mp r i mo , p e r s o l a r p r e nd e r , I s o l i d o à l o r e u,
e t II d e na r i o s à l o s a i o n, è ca d a a no un s o l i d o e n ce ns o p e r
l o s o l a r ; i q ui l o ve nd e r , d e I s o l i d o à l o r a i , è q ui l
co mp a r a r d a r á II d e na r i o s à l a s a i o n, etc., p. 267.
587
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
Una parte de uno de los artículos más importantes se expresa así: T ho th
ho mi ne q ui p o p ul a to r f o r l a vi l l a d e l r e y , d e q ua nta ve r
q ui s e a ve r , s i a ve r co mo he r e d a t, d e f e r e n to t s uo p l a ce r
d e ve nd e r o d e d a r , e t à q ui e n l o d o na r q ue s e d e a t s ta b i l e
s i f i l i o no n ha ve r d è l , d e l o à ma no i l l o q ui s q ui s e r è f ur
p l a ce r q ue no n d e s e r e d e d e to d o ; e t s i to to l o d e s e r e d a r ,
to to l o p e r d a n a q ue l l o s à q ue n l o d e r . (Revista, p. 315).
Las últimas disposiciones están en estos términos: Duo s ho mi ne s cun
a r ma s d e r ump e nt ca s a , e t d e r o tur a d e o r ta s e r r a d a , L X
s o l i d o s a l d o n d e l a o r ta , e l me d i o a l r e y è me d i o a l d o n
d e l a . - H o mi ne s p o p ul a to r e s d e Af i l i e s , no n d e nt p o r ta g e
r i va g e d e s d e l a ma r a ta L e ó n . (Ibid., p. 322).
El final esta en mal latín y lanza la excomunión contra toda persona que
intentara infringir las prescripciones y le declara cum Da ta m e t Ab i r o n
i n i nf e r num d a mna tus . (Ibid. P . 239).
La opinión unánime de todos los que han examinado esta carta puebla de
Ávila es verla como el más antiguo documento conocido hoy en día, de la
existencia del castellano o lengua vulgar de esta época, dialecto que, en
opinión de D. Rafael González Llanos, recibió su carácter esencial hacia el
año 1206, es decir seis años antes de la batalla decisiva de las Navas de
Tolosa (Véase la p. 12, nota 1), aunque, después de esta fecha se encuentran
una gran cantidad de documentos en los que abundan las expresiones y frases
latinas. (Revista, tomo VIII, p. 197).
Yo sé bien que dos documentos en lengua española, que se pretenden ser
todavía más antiguos, son citados por Hallam, en una nota en la parte II, cap.
IX de su Edad Media (Londres 1819, in-8º, vol. III, p. 554), donde se dice: El
libro español más antiguo que recuerdo haber visto se encuentra en una pieza
de Marlene, Thesaurus anecdotorum, tomo I, p. 263; su fecha es 1095. Nadie
más versado en las antigüedades del país podría remontarse tan alto. Otro
ejemplo de 1101 ha sido publicado por Marina en su Teoría de las Cortes,
tomo III, p. 1: pertenece a un Vidimus de P edro el Cruel, y creo que bien
puede ser una traducción del latín. Las afirmaciones de Certes, que no tiene
una autoridad mayor de la que tiene M. Hallam en lo que se refiere a los
hechos históricos, parecen dar una fecha auténtica a la lengua española, más
antigua en sesenta años a la que yo me podría aventurar a dar. Sin embargo he
examinado con cuidado los dos documentos citados por M. Hallam, y estoy
convencido de que son posteriores a la carta puebla de Ávila. Lo de Marlene
es una pura anécdota relativa a la toma de la villa de Exea que fue
conquistada, como relata la historia, por Sancho de Aragón. Su estilo,
comparable al de las Partidas, le hace retroceder hasta la mitad del siglo XIII.
No tiene fecha, solamente dice hacia el final que la villa de Exea fue tomada
por los moros en las nonas de abril del año 1095 (Según el DRAE, nonas, en
el antiguo cómputo romano, y en el eclesiástico, son los días 7 de marzo,
588
Apéndice A
Sobre el origen de la lengua española
mayo, julio y octubre, y el 5 de los demás meses. (Nota del traductor J. M.
Arias). Hay por tanto error en todo este asunto. Sancho de Aragón, citado
aquí como su conquistador, murió el 4 de junio de 1094, y tuvo por sucesor a
P edro I, La persona que escribió este relato, relato que parece después de
todo no ser nada más que un extracto de alguna crónica monacal, no debió
vivir mucho después de esta fecha para conocer un hecho tan notorio. P or otra
parte, Exea está en Aragón, donde el viejo castellano no debía ser,
probablemente, ni hablado ni escrito. Otra información sobre el documento de
Martene lo da Marina cuya fecha es todavía más conocida y más moderna. Es
una carta de privilegios concedida por Alfonso VI a los Mozárabes de Toledo,
pero traducida en 1340, cuando su confirmación es de Alfonso XI. Es así
como lo indica Marina mismo. Que especialmente dice, en la tabla de materias,
que ella fue traducida al castellano.
Apéndice B
Sobre los romanceros
Apéndice B
Sobre los romanceros
APÉNDICE B.
(Ver cap. VI, p. 135)
------
765
Después de la publicación de este libro, el autor ha
tenido la satisfacción muy grande de ver al sabio Ferdinand
Wolf colocarse de su lado sobre la más antigua colección de
romances, como lo prueba una memoria leída en la Academia
Imperial de las Ciencias en Viena, en 1850, bajo el título:
Sammlung Spanischer Romanzen, pp. 133 y siguientes.
Apéndice B
Sobre los romanceros
Conde Alarcos, El Moro Calaynos, una colección
de doce piezas separadas, otra de cincuenta y
nueve vendida en Londres en la venta de M.
Hebert, y otras más dadas por Brunet, bajo el título
Romances separados en su artículo Romanceros.
Pero todas estas poesías están si fecha, y reina
una gran incertidumbre sobre la época de su
impresión. Del resto, me parece, a juzgar por las
que he visto, que es más probable que hayan sido
sacadas de colecciones todavía existentes, según
sabemos, o que han existido, que no es que hayan
servido para formar colecciones, entre las que la
más antigua pretende haber sido compuesta con
los recuerdos del pueblo, y según copias de
manuscritos defectuosos que circularon solamente
para uso del pueblo 766.
766
Fernando Wolf encontró en 1848 o 1849, en la
biblioteca de la Universidad de P raga, un volumen en 4º, con
tapas de pergamino que contenía sueltas más de ochenta de
estas hojas de romances. Casi ninguna de ellas tiene fecha,
excepto cinco impresas entre 1550 y 1564. Todos estos
romances son anteriores al año 1570, en opinión de Wolf. Un
gran número de estas hojas contienen romances populares de
los que unos treinta eran completamente desconocidos. La
colección está descrita ampliamente en otra memoria de Wolf,
leída también en la Academia Imperial de las Ciencias de
Viena: Ueber eine Sammlung Spanischer Romanzen.
Apéndice B
Sobre los romanceros
conocimiento, bien porque no les haya
encontrado completos o tan perfectos como yo
hubiera deseado. No niego que, en muchos
romances impresos, hay accidentalmente fallos,
pero hay que imputárselos a las copias de donde
les he extraído, copias de cualquier forma
alteradas, aunque también a la memoria de las
personas que me los dictaron y que no podían
recordarlos perfectamente. He hecho todo lo que
he podido para que quedaran el menor número
de faltas posible, y no he tenido ningún
inconveniente en reunirlos, corregirlos y
completarlos en algunos casos. He querido
también que hubiera un cierto orden, y he
colocado los primeros a aquellos que hacían
referencia a la devoción a las Sagradas Escrituras;
los segundos a los que contenían historias
castellanas; a continuación los que hablaban de
la Historia de Troya, y finalmente los que referían
asuntos amorosos.” Después de estos romances
que llenan ciento cincuenta y seis hojas, nos dan
veinticinco hojas de canciones, villancicos,
chistes entre los cuales leemos, en el folio 199, el
tan célebre y espiritual Diálogo entre Castillejo y
su pluma. Al final de la primera parte, en el folio
221, encontramos el siguiente aviso al lector, en
el que el coleccionista ha cambiado
evidentemente de idea sobre su éxito de tener, a
excepción de un pequeño número, reunidos todos
los antiguos romances de los que conocía su
existencia. Pues dice ahora: “Varios de mis
amigos, sabiendo que se iba a imprimir este
cancionero de romances, me entregaron un gran
número de romances para que yo pudiera
insertarlos en él, pero como llegaron al final de la
impresión, me decidí a no incluirlos no queriendo
interrumpir el orden ya introducido, y preferí hacer
otro volumen que será la segunda parte de esta
Silva de varios romances que ahora está en
prensa. Vale.”
Esta segunda parte se publicó el mismo
año, en 1550. Se compone de doscientas
tres hojas de romances, noventa hojas de
chistes, dos hojas de tablas, al final de la
Apéndice B
Sobre los romanceros
cual en impresor dice:”Yo no he querido
meter en esta parte un gran número de
estos cortos chistes, porque, si Dios quiere,
los incluiré en una tercera parte con otras
cosas agradables para el lector curioso.
Vale”. No se que hubiera el ejemplar de
esta tercera parte. Sin embargo, es posible
que haya sido impreso. En efecto, en la
Silva de varios romances de los que Wolf y
Brunet mencionan varias ediciones entre
1578 y 1673, del que yo poseo la edición
de 1602, el frontispicio dice que “en el
volumen están los mejores romances de
tres libros de Silva.”
767
Felipe Mey imprimió un volumen con sus propias
poesías en Tarragona, en 1586, del que Faber, en su Floresta,
tomo II, tomó tres sonetos que no son de poco mérito. Su
biografía se encuentra en Ximeno (tomo I, p. 439), completado
por Fuster (tomo I, p. 213). Está citado con honores como
traductor de Ovidio por P ellicer (Biblioteca de traductores,
tomo II, p. 76)
Apéndice B
Sobre los romanceros
1593, in-12, de ciento noventa y dos hojas.
Esta edición no fue, evidentemente la
primera: la aprobación de Pedro Padilla y
el permiso para imprimirla son del año
1592, mientras que el permiso para
imprimirla de esta edición es del 11 de
agosto de 1594, y tiene esta expresión
formal, otras veces impreso. Es probable
que las dos partes hayan estado en el
origen imprimidas por separado.
El tercer volumen, el más importante,
se titula Sexta parte de Flor de romances
nuevos, recopilados de muchos autores,
por Pedro de Flores, librero. Se imprimió
en Toledo en 1594, in-12 y tiene ciento
noventa hojas. Esta es la primera edición,
aunque la licencia parece hablar de una
cuarta y de una quinta parte que también
fue compuesta por Florez. En un romance
puesto a la cabeza del tercer volumen,
Florez es acusado ante Apolo de estar
librando un gran cansancio para reunir el
contenido.
De d i ve r s a s f l o r e s
U n r a mi l l e te , ha j unta d o
L a s q ua l e s co n g r a nd e a f a n,
De e s tr a ña s p a r te s b us ca r o n
Florez, en una defensa que aparece
inmediatamente, responde que estos
romances, que el reunió con gran esfuerzo,
andaban descarriados, y que Dios debe
compensarle más que castigarle. Florez
añade que ha dado cada romance
completo, y no como hicieron los cantores
de las calles que omitían la mitad
diciendo que estaban cansados de haber
cantado la otra. Todo este relato prueba
que la mayor parte de los romances de
esta sexta parte, que es excelente y
contiene ciento cincuenta y ocho, han sido
reunidos sobre los recuerdos del pueblo
por el mismo Florez.
He aqui la el trozo del momento en el
que los cantores de romances acusana
Apéndice B
Sobre los romanceros
Florez de haber dañado su vocación por la
colección e impresión de los romances.
Este es el romance en el que Florez mismo
expone el asunto y presenta su defensa:
E n l a a ud i e nci a r e a l
De l tr i b una l d e l Pa r na s s o ,
Júp i te r co n o tr o s j ue ce s
E s tá d e cr e ta nd o un ca s o
De una g r a nd e a cus a ci ó n.
Que l o s mús i co s ha n d a d o
Co ntr a un g a l l a r d o e s p a ño l
Que e s Pe d r o F l o r e z l l a ma d o ,
De l cua l d i ze n q ue r e ci b e n
Vi tup e r i o y me no s ca b o ,
Po r q ue d e d i ve r s a s f l o r e s
U n r a mi l l e te ha j unta d o ,
L a s q ua l e s co n g r a nd e a f a n
De e s tr a ña s p a r te s b us ca r o n,
Pa r a d a r g us to co n e l l a s
Al na tur a l y a l e s tr a ño
768
La alusión a Antonio, duque de Alba que vivía en
aquella época, y a la Arcadia de Lope de Vega, donde figura el
duque, me permite hacer conjeturas sobre el hecho de que este
ensayo poético tan animado lo podía haber compuesto Lope de
vega, y que esta conjetura se confirma porque varios romances
de Lope se encuentran en este volumen en el que esta poesía
sirve de prólogo. Resalto también una semejanza entre la prosa
del aviso al lector de las partes IV y V, y el prólogo poético de
la parte VI, lo que parecería indicar que uno y otro han sido
hechos por la misma mano. Recordaremos que las partes IV y V
fueron publicadas por el mismo Flórez en Lisboa un año antes,
en 1593.
Apéndice B
Sobre los romanceros
la primera edición del Romancero general
impreso en Madrid en 1600, in-4º. La tasa
está fechada el 16 de diciembre de 1599.
La Biblioteca Nacional de Madrid conserva
un ejemplar. Una segunda edición, con
algunos ligeros cambios, apareció en
1602, y otra en 1604. Esta última se
imprimió con modificaciones de Juan de la
Cuesta, en Madrid en 1614. Miguel de
Madrigal había anteriormente publicado la
Segunda parte del Romancero general y
Flor de diversa poesía en Valladolid, in-4º
en 1605, publicación que se puede añadir
a la una y otra de las dos últimas ediciones
de la obra principal. Es así que las nueve
partes que componen las cuatro ediciones
se extendieron hasta trece. Todas ellas
están editadas en pequeño in´4º y
constituyen los célebres Romanceros
generales.
La publicación de tantas colecciones
diferentes de romances en la última mitad
del siglo XVI y en los primeros años del
siglo XVII, no permite dudar de que los
romances fuesen después muy conocidos
entre todas las clases de la sociedad y no
hubieran, poco a poco obtenido el favor de
las más altas, pero los Romanceros
generales eran muy voluminosos para que
los utilizara el pueblo, por loq que se
imprimieron en pequeñas colecciones,
tales como El jardín de amadores, de Juan
de la Puente en 1611; la Primavera de
Pedro Arias Pérez compuesta con un
extraño discernimiento e imprimida en
1626, 1659, etc.; las Maravillas del
Parnasso de Jorge Pinto de Morales en
1640; los Romances varios de Pablo del
Val en 1655, romances ligeros y satíricos
en general en la que se encuentran varios
de Quevedo; los Roamnces varios de
Antonio Díez, u muchos otros, por no decir
nada de colecciones menos cosiderables
compuestas de una o dos hojas citadas por
Apéndice B
Sobre los romanceros
Depping y Wolf, publicadas para satisfacer
las numerosas demandas de la parte
menos cultivada del pueblo español y que
han sido imprimidas y reimprimidas hasta
nuestros días. Por razones semejantes,
puede ser que por adular la pasión militar
del siglo y dar un entretenimiento a los
ejércitos de Flandes, de Italia y de las
Indias, se hicieron extractos de los
Romanceros generales y de romances
tomados de otras fuentes, y se compusieron
romanceros de una naturaleza más o
menos conmovedores. Tales son la
Floresta de romances de los doce pares de
Francia, por Damián López de Tortajada,
cuya primera edición se imprimió en
Alcalá en 1608 (D. Quijote, ed. Pellicer,
1797, in-8º, tomo I, p. 105); el Romancero
del Cid, por Juan de Escobar, impreso por
primera vez en Alcalá en 1612 (N. Antonio,
Biblioteca nova, tomo I, p. 684). Uno y otro
han sido reimprimidos a menudo más
tarde.
Hacia finales del siglo XVII, el amor por
los viejos romances españoles y por el resto
de la literatura nacional primitiva cayó
entre las clases más favorecidas de la
sociedad, amor que se extinguió casi
definitivamente al comienzo del siglo XVIII
con la llegada de los borbones. Un
sentimiento tan enérgico y que había
echado sus profundas raíces en el carácter
del pueblo no podía quedar extirpado. Los
romances fueron olvidados, descuidados
por la Corte y la nobleza, pero la masa del
pueblo continuó con el gusto por ellos,
como evidentemente lo prueba el
testimonio de Sarmiento, su reimpresión
constante para uso del pueblo, bajo las
formas más humildes y frecuentemente
bajo la forma de hojas volantes.
Finalmente se hizo una tentativa para
reemplazarles a su condición primitiva.
Fernández (Estala) en 1796 imprimió dos
Apéndice B
Sobre los romanceros
volúmenes de romances en su colección
de poesías castellanas, y Quintana en
forma un poco más agradable para su
Colección de poesías, los imprimió en
1807, añadiendo a cada publicación un
prólogo que aumentaba el precio y la
gracia, sin perder, por lo que nos parece,
su energía y su fuego. Estas tentativas
produjeron poco efecto en España, pero
tuvieron mucho eco en el extranjero. Jacob
Grima publicó en Viena en 1815 una
pequeña colección de los mejores viejos
romances sacados principalmente del
Romancero de 1555; C.-B. Depping
publicó otro más extendido en Leipzig en
1817. Este último contiene alrededor de
trescientos romances con un prólogo y
notas en alemán; el conjunto fue de nuevo
publicado en español, por primera vez, con
algunas ligeras adiciones y correcciones,
en Londres en 1825, por Salvá, y por
segunda vez en Leipzig con numerosas e
importantes adiciones por Depping mismo
y por Antonio Alcalá Galiano en 1844.
Todas estas publicaciones, de un gran
mérito, han contribuido, más que ninguna
de las precedentes, a generalizar en
Europa el gusto por los viejos romances
españoles, y evidentemente han producido
las admirables y enérgicas traducciones de
J. G. Lockhart en 1823, y la interesante
disposición histórica que M. Damas-Hinard
a dado en su versión en prosa francesa de
unos trescientos, en su Romancero español,
en 1844.
La publicación más importante de los
romances españoles en estos últimos
tiempos, llaga, como debía ser, de España,
hecha por D. Agustín Durán, a quien por
otros relatos, la literatura primitiva de
España debe mucho. Comenzó por editar
en 1828 los romances moriscos del
romancero general de 1614; continuó en
1829 con dos volúmenes de romances
Apéndice B
Sobre los romanceros
mezclados, y terminó su trabajo en 1832
con dos volúmenes más que contenían los
romances históricos y los de caballería, en
total cinco volúmenes. Los cuatro últimos
han sido hechos con las fuentes que pudo
encontrar, anteriores a la mitad del siglo
XVII. La colección completa ha sido
reimprimida con las adiciones de Eugenio
de Ochoa en París en 1838 y en Barcelona
por Pons en 1840.
Una colección general, completa y
crítica de los romances españoles falta
todavía por hacer, colección que reuniría
todos los romances de autores conocidos
tales como Cueva, Padilla, Lope de vega,
Quevedo y Góngora, al mismo tiempo que
todas las riquezas de las que no se habla,
que quedan y deben quedar siempre
anónimas en los primeros Romanceros.
Cuando poseamos un libro semejante, y no
antes, podremos comprender y estimar,
como deben ser comprendidos y
estimados, la patria y la nacionalidad de
estos viejos romances españoles, sobre los
que reposa, como sobre sus verdaderos
cimientos, el teatro español. Pero ¿sobre
quién inclinar nuestra mirada para tal
empresa? ¿Sobre D. Agustín Durán en
Madrid? ¿Sobre Wolf en Viena? ¿Sobre
Huber en Berlín? Yo creo que no se puede
esperar un trabajo semejante nada más
que de Durán, y espero que este trabajo
esté pronto realizado.
Ticknor tenía razón: su esperanza no ha
sido rota. D. Agustín Durán no se ha parado
ante sus laboriosos esfuerzos. No contento
con su primer Romancero, ha publicado un
nuevo más completo y más abundante, en
la Biblioteca de autores españoles de R.
Rivadeneyra, tomos X y XVI, romancero
que comprende alrededor de dos mil
romances, todos anteriores al año 1700,
con un orden y una disposición muy
juiciosas. Nada es más digno de elogio
Apéndice B
Sobre los romanceros
que los detalles bibliográficos que
aseguran su legitimidad así como las notas
críticas e históricas que le sirven de
aclaraciones, ha reunido todos los trabajos
hechos hasta ese día tanto por españoles
como por extranjeros, para poner en
evidencia este género tan interesante,
aunque oscuro, de la literatura castellana
primitiva, y Vds. no tendrían nada en
comparación de lo que ha hecho, por su
libro solo, este modesto literato español.
605
Apéndice C
Sobre Fernán González de Cibdareal y el “ Centón epistolario”
APÉNDICE C.
(Ver cap. XX, pág 384)
------
APÉNDICE D.
------
(1)
EL ALHADITS DE JUSUF
ALEIHI-S-SELÀM (2). BISMI-LLAHI-R-RAHMANI-R-RAHIMI(3)
-----------------
L o a mi e nto a d Al l á h; e l a l to e s y ve r d a d e r o ,
H o nr a d o é co mp l i d o , s e ño r d e r e i tur e r o
F r a nco é p o d e r o s o , o r d e na d o r s e r te r o .
Gr a nd e e s e l s u p o d e r , to d o e l mund o a b a r ca ,
N o n s e l e e ncub r e co s a q ue e n e l mund o na s ca ,
Si q ui e r a e n l a ma r ni e n to d a l a co ma r ca ,
N i e n l a ti e r r a p r i e ta ni e n l a b l a nca .
F á g o vo s a s a b e r , o y á d e s , mi s a ma d o s ,
L o q ue a co nte s i ó e n l o s ti e mp o s p a s s a d o s
A Y a co p y á Y us uf y á s us d i e s he r ma no s ,
Po r co b d i s i a d é l ho b i e r o n á s é y e r ma l o s ;
Po r q ue Y a co p a ma b a á Y us uf p o r ma r a ve l l a ,
Po r q u’ é l e r a ni nno p ur o é s i n ma ns e l l a ;
E r a l a s u ma d r e f e r mo s a e b e l l a ,
So b r e to d a s l a s o tr a s e r a a ma d a e l l a .
Aq ue s ta f ue l a r a s o n p o r q ue l e ho b i e r o n e nvi d i a :
Po r q ue Y us uf s o nnó una no che a nte e l d í a ;
Sue ño p o r q ue e nte nd i e r o n s us he r ma no s to d a ví a
Que s i e mp r e q ue vi vi e s e l e va r í a me j o r í a .
Aq ue s to f ue q ue vi ó o ns e e s tr e l l a s
Que ma r r a s 7 6 9 l a g ue r r a e r a ta n a hí co n e l l a s ,
769
(1) Cuento, relato, historia
(2) Que la paz sea contigo
(3) El nombre de Allah sea compasivo y piadoso
Marras, del árabe marra y marratan, una vez, en una cierta época.
Co mo hi e r a Y us uf ni nno d e p o co s a nno s ,
E nvi s á nd o l o 7 7 0 e l p a d r e , no n s e e ncub r i ó d e l o s he r ma no s ,
E t co ntó l e s e l s ue nno q ue vi d o e n l o s a l to s ;
Pe ns á r o nl e tr a i s i ó n é a nd á r o nl e e n e ng a nno .
Di s i e r o n to d o s á una : “ F a g á mo s l a s e r te r a ,
R ué g ue mo s á nue s o p a d r e r o g a r í a ve r d a d e r a ,
Que no s d é á Y us uf e n co ma nd a s e r te r a 7 7 1 ,
E mo ns tr a r l e he mo s ma nna s d e muy b ue na s ma ne r a s ” .
E s to ho b i e r o n f e cho y á s u p a d r e r o g a d o ,
Y a co p l e s d i j e r a : “ F i j o s , l o s mi s f i j o s …
N o n vo s l o hub i e r a á d a r ni me no s f i a d o ;
Ca p o d r í a s e r 7 7 2 … .
Di s i e r o n e l l o s : ” Pa d r e , e s o no n p e ns é d e s ;
N o s s o mo s o ns e he r ma no s , a q ue s to no n d ub d é d e s ;
Que s e r í a mo s tr a i d o r e s a q ue s to no n p e ns é d e s .
Aq ue s to f a ce mo s , s á b e l e e l Cr i a d o r ,
Po r q u’ é l va l e s e ma s é g a na s e e l vue s tr o a mo r ,
Y hub i e s e l a s o ve j a s y e l g a na d o ma y o r ;
Pe r o s i no n vo s p l a ce , ma nd a d co mo s e nno r . ”
Ata nto l e d i j e r o n d e p a l a b r a s p i a d o s a s ,
Ata nto l e p r o me ti e r o n d e p a l a b r a s he r mo s a s ,
Qu’ é l l e s d i o e l ni nno , é d i j o l e s l a s ho r a s
Que l o ca ta s s e Al l á h d e ma no s e ng a nno s a s .
Di ó g e l o e l p a d r e , co mo no n l o d e b í a f a r ,
E nf i á nd o s e e n e l l o s , no n q ui s o ma s d ub d a r .
Di j o : ” F i l ho s , l o s mi s f i l ho s , l o q ue o s q ui e r o r o g a r 7 7 3 ,
Que me l o ca té d e s y me l o q ue r á d e s g ua r d a r ,
E me l o vo l vá d e s l ue g o p o r a mo r d e l Cr i a d o r 7 7 4 ;
770
Se veía en él
771
.El mismo sentido que :”en encomienda verdadera,”
772
El original del que se han tomado las nueve primeras estrofas de este poema
está estropeado por la humedad, de manera que se encuentran pasajes que no se pueden
leer. En adelante designaremos este original con la letra A, y llamaremos B al poema de
la Bibloteca Nacional, que le es inferior bajo todos los aspectos.
773
.Dijo: “encuitadme, los mis filos, lo que os quiero rogar”: (A)
774
E que venga ahina por amor del criador. (B)
618
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
A mi f a r é d e s p l a ce r , y á é l muy g r a nt s a b o r 7 7 5 .
E n e s to 7 7 6 no n f a l l e s ca d e s , f i j o s p o r mi a mo r ;
E nco mi é nd o l o a d Al l á h, p o d e r o s o s e nno r ” .
L e vá r o nl o e n cue l l o s mi e ntr a s e l p a d r e l o s vi d o .
De s q ue s e vi e r o n l e j o s , ve r é d e s q ue f ue r o n á f a r :
De r r ó ca nl e d e l cue l l o 7 7 7 , e n ti e r r a l o va n á p o s a r .
Cua nd o e s to vi d o Y us uf , p o r s u p a d r e f ue á s o s p i r a r .
De j á b a nl o za g ue r o , ma l a nd a nte é co l p a d o ;
E r a é l a un ti e r no , é f i ncó muy q ue b r a nta d o ;
Di j ó l e s : “ Ate nd e d me , he r ma no s , q ue vo y muy ca ns a d o ;
N o n q ue r a i s q ue f i nq ue a q uí d e s ma mp a r a d o .
“ N o n q ue r a i s q ue f i nq ue d e s i n p a d r e é s i n ma d r e ,
Y no n q ue r a i s q ue mue r a d e s e te ni d e f a mb r e ;
Da d me a g ua d e f ue nte , d e r i o ó d e ma r e ;
M i é mb r e o s l o q ue o s d i j o e l ca no d e mi p a d r e . ”
U no d e l o s he r ma no s cua nd o e s to o y ó ,
Dí ó d e ma no a l a g ua , e n ti e r r a l a va ci ó ,
Y d e p unno s é d e ca l ce s 7 7 8 a ta n ma l l o f i r i ó ,
E l ni nno co n l a s s o b r a s e n ti e r r a ca y ó .
Af e y á b a nl o s us he r ma no s , d i ci é nd o l e : “ ¿ E s to r o zo n?
¿ E s to r o zo n? ¿ E s l a nd r e ? Vá l a nte tus f a d o s .
¿ Qui é n cr e e e n tus s ue nno s q ue vi e s e n l o s a l to s ?
Aq uí l a s p a g a r á s to d a s p o r ma l d e tus p e ca d o s 7 7 9 . ”
H úb o s e d e r e nco r a r á uno d e l o s he r ma no s ;
Y a hud a e s e l s u no mb r e , muy a r r e ci a d o d e ma no s ,
F ué s e l e á r o g a r a d a q ue l l o s ho nr a d o s ,
N o n mur i ó e s to nce s ; q ui s i é r o nl o s us f a d o s .
T o ma r o n s u co ns e j o , é ho b i é r o nl o p o r b i e n
Que l o l e va s e n a l mo nte , a l p o s o d e s a y e n 7 8 0 ;
F r i o e s é muy f o nd o , l a s f i e r a s a l l i y a ci a n,
Po r q ue s e l o co mi e s e n y nunca ma s l o ve r í a n.
Pe ns a r o n q ue d i j e s e n e l s u p a d r e ho nr a d o ,
775
A mi fareis grant placer, é a el muy grant favor. (B)
776
Desto. (B)
777
Bajaronlo de los cuellos (B).
778
Es lo mismo que coces.
779
Toda esta estrofa falta en el manuscrito de la Biblioteca Nacional.
780
Que lo echasen al pozo del monte de Azray el (B).
619
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Que vi no á l a s o ve l ha s un l o b o a i r a d o ,
E s ta nd o d ur mi e nd o Y us uf á s u co s ta d o ,
Vi no e l l o b o ma l d i to , á Y us uf ho b o ma ta d o .
Y a co p e n e s te me d i o e s ta b a e ntr e p e ns a d o ,
Po r r a s o n d e s u ta r d a r , q ue no n vi a á s u a ma d o ,
Di ci e nd o : “ ¡Ay Se nno r ! E n ti cr e i o é f i o ;
T u me g ua r d a á Y us uf d e f i e r a s é d e f r i o . ”
Y a co p , co n e l s e nti d o s a l i ó s e á l a s ca r r e r a s 7 8 1 ,
Po r s a b e r d e s us f i j o s nue va s ve r d a d e r a s ;
As o má r o ns e a l mo nte , b a j a nd o l a s l a d e r a s ,
Di s i e nd o : ¡Oh he r ma no Y us uf , d e ta n b ue na s ma ne r a s !”
Cua nd o é l l o s vi d o ve ni r co n ta l a p e l l i d o ,
L ue g o e n a q ue l l a ho r a ca y ó a mo r te s i d o ;
Cua nd o l l e g a r o n á e l , no l é ha l l a r o n s e nti d o .
Di s i e r o n to d o s : “ Se ño r , d a d l e e l p e r d o n co mp l i d o ” .
Al l i , d i j o Y a hud a á to d o s s us he r ma no s ,
“ Va y a mo s á Y us uf , a d ug á mo s l o p r i va d o 7 8 2 ,
Y ha b r é mo s e l p e r d o n d e nue s o p a d r e ho nr a d o ;
Y o vo s p r o me to s e l a r cua nto ha b é d e s y e r r a d o ” .
Di j e r o n l o s he ma no s : ” Aq ue s to no n f a r é mo s ,
Va y a mo s a Y us uf , é l o e s me mb r e mo s 7 8 3 ,
E d a s y á nue s o p a d r e a q ue s to l e d i r é mo s ,
Que s e l o co mi ó e l l o b o , é s e r é mo s cr e e d e r o s ” .
A p o co r a to q u’ e l p a d r e ho b o a co r d a d o ,
Di j o á l o s s us f i j o s : “ ¿ Dó e s e l mi a ma d o ?
¿ Qué l e ha b é d e s f e cho ? ¿ E n d ó l o ha b é d e s e cha d o ? ”
E l l o s l e r e s p o nd i e r o n: ” E l l o b o s e l o ha b r a tr a g a d o . ”
Di j o : “ N o n vo s cr e i o , mi s f i j o s , e n l o q ue me d e s i d e s ;
M a s ca za d a l l o b o a l l í d o l o ve ni d e s ;
781
Yacop afligido, salióse á las carreras
Por oir é saber las nuevas verdaderas;
Vídolos venir meciendo las cabezas,
Disiendo:”¡Oh! hermano Yusuf, de tan buenas maneras”(B).
782
Volvamos por Yusuf donde estaba encelado (A).
783
En el manuscrito de la Biblioteca Nacional aparecen los tres últimos versos de
esta estrofa de forma un tanto diferente:
Somos dies hermanos, eso bien sabemos;
Vamos à nuestro padre é todo se lo contemos;
Que contándole aquesto, seremos creedores
620
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Y o l e f a r é f a b l a r , co r va s l a s ce r vi d e s ,
Co n a y ud a d e Al l á h, s i ve r d a d me d e s i d e s
F ué r o ns e a ca za r á l o b o co n f a l s i a muy ma l a ,
Di s i e nd o q ue ha b í a f e cho mue r te ta n g r a na d a ,
Ad uci e r o n l a ca mi s a d e Y us uf e ns a ng r e nta d a ,
Po r q ue Y a co p cr e y e s e a q ue l l o s i n d ud a ns a .
R o g ó Ja co b a l Cr i a d o r , y e l l o b o l ue g o f ue á f a b l a r :
“ N o ma nd a Al l á q ue á na b i i 7 8 4 f ue s o y o á ma ta r ,
E s ta n e xtr a nna ti e r r a me f ue r o n á b us ca r ;
H a nme f e cho p e ca d o , vi é ng o l o á l a ce r a r ” .
“ N o n vo s cr e i o , mi s f i j o s , ca tue r to me te ne d e s ;
E n cua nto me p r o me ti d e s , e n to d o me f a l l e s cè d e s ;
M a s y o f i o e n Al l a h q ue a un l o ve r e d e s
T o d a s e s ta s co s a s a un l a s p a g a r é d e s ”
Vo l vi ó s e Y a co p , e vo l vi ó s e l l o r a nd o ;
Que d a r o n s us f i l o s co mo d e s ma mp a r a d o s ;
F ué r o ns e a Y us uf , d o nd e e s ta b a e nce l a d o ,
E l l e vá r o s l o a l p o s o p o r e l s ue l o r a s tr a nd o
Al l i ca y ó Y us uf e n a q ue l l a a g ua f r í a ,
Po r d o p a s a b a g e nte co n me r ca d ur í a ,
Que te ní a n s e d co n e l ca l o r d e l d í a ,
E e nvi a r o n p o r a g ua a l l í d o e l y a cí a .
L a f e r r a d a e cha r o n, e n l a ca b e s a l e d a b a n;
N o n l a p o d í a n s a ca r , q ue mucho l e s p e s a b a ,
Po r r a s o n q ue y us uf d e l l a s e tr a ta b a ;
Pus i e r o n hi e s f ue r zo , s a l i ó l a b e l l a b a r b a .
E l l o s , d e q ue vi e r o n ta n no b l e cr i a tur a ,
M a r a ve l l á r o ns e to d o s d e s u g r a nt f e r mo s ur a ;
L e vá r o nl o ó s u s e ño r , p l a ci ó l e l a s u f i g ur a ,
Pr o me ti ó l e s muy g r a nt b i e n y muy ta me s ur a .
A p o co d e r a to s us he r ma no s vi ni e r o n
784
Un profeta
621
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
A d e ma nd a r a Y us uf , s u ca uti vo l o hi ci e r o n;
E l s e l o o to r g ó , p ue s e l l o s q ui s i e r o n,
Y a hud a l o s co ns e j o a l l i o r d o vi ni e r o n
Di j o e l me r ca d e r : “ Ami g o s s i l o s q ue r é d e s
Ve i nte d i ne r o s d a r é p o r é l , s i l o ve nd e d e s . -
Pl á ce no s , d i j e r o n e l l o s , co n q ue l o e mp r e s i o né d e s
F a s ta l a T i e r r a Sa nta , q ue no n l o s o l ta r é d e s . ”
F i ci é r o nl e s us ca r ta s d e có mo l o ve nd i e r o n,
E to d o p o r s us ma no s p o r e s cr i p to l o p us i e r o n,
Ad a q ue l me r ca d e r s u ca r ta l e r i nd i e r o n,
E l é va nl o e nca d e na d o a s i co mo p us i e r o n.
Cua nd o vi no e l mo ve r , Y us uf i b a l l o r a nd o ,
Po r e xp e d i r s e d e s us he r ma no s ma l i b a q ue j a nd o ,
M a g ue r q u’ e l l o s e r a n ma l o s , e l f a ci a s u g ui s a d o ;
R ué g o a l me r ca d e r , o to r g ó s e l o d e g r a d o .
Di j o e l me r ca d e r : “ E s ta hi e s ma r a ve l l a ,
E l l o s te ve nd i e r o n co mo s i f ue s e s o ve l ha ,
Di ci e nd o q ue e r a s l a d r o n y d e f a l s a p e l l e l ha .
Y o p o r ta l e s co mo a q ue s o s no n d a r í a una a r b e l l a . ”
F ue Y us uf á s us he r ma no s , l a ca d e na r a s tr a nd o ,
Y a hud a a q ue l l a no che l o s e s ta b a ve l a nd o ;
E s p e r ó l o s á to d o s muy a p r i e s a l l o r a nd o .
Di j o : “ L e va nta d vo s , s e ño r e s , y ve d a l to r te a d o . ”
Di j o Y us uf : “ H e r ma no s , p e r d o ne vo s e l Cr i a d o r
De l tue r to q ue me te ne d e s ; p e r d ó ne o s e l Se ño r ;
Que s i e mp r e é nunca , s e p a r ta e l nue s tr o a mo r . ”
Ab r a zó a ca d a g uno , é p a r ti ó s e co n d o l o r .
Ib a n muy g r a nt g e nte co n a q ue l me r ca d e r o ,
Al l i i b a Y us uf s o l o é s i n co mp a ñe r o ,
Pa s a r o n p o r un ca mi no , p o r un f o s a l s e nne r o ,
Do y a cí a l a s u ma d r e a s e r ca d e un o te r o .
Di o s a l to d e l ca me l l o d o i b a ca b a l g a nd o ,
N o l o s i nti ó e l ne g r o q ue l o i b a g ua r d a nd o ,
Ca y ó Y us uf e n ti e r r a , l a ca d e na r a s tr a nd o ,
F ué s e p a r a l a f ué s a d e s u ma d r e , l l o r a nd o .
Di j o : ” M a d r e , s e ño r a , p e r d o ne te e l Cr i a d o r ;
M a d r e , s i me ve y e s e s , d e mi ho b i e s e s d o l o r :
622
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
L i é va nme co n ca d e na ca p ti vo , co n s e nno r ,
Ve nd i d o d e mi s he r ma no s , co mo s i f ue r a un tr a i d o r .
“ E l l o s me ha n ve nd i d o no n te ni é nd o l e s tue r to :
Pa r ti é r o nme d e mi p a d r e a nte q ue f ue s e mue r to ,
Co n a r te y co n f a l s í a e l l o s me ho b i e r o n vue l to ,
Pa r ma l p r e s i o me ve nd i e r o n, e vo y a j a d o e cue y to . ”
De s i vo l vi ó e l ne g r o q ue i b a e n l a ca me l l a ,
R e q ui r i ó a Y us uf , é no n l o f a l l ó e n e l l a ;
T o r nó s e p o r e l ca mi no , a g ud a s u o r e l l a ;
F a l l ó l o e n e l f o s a l l l o r a nd o , q u’ e s ma r a ve l l a .
Cua nd o e l ne g r o l o vi d o , húb o l o ma l f e r i d o ,
E l ue g o e n a q ue l l a ho r a ca y ó a mo r te s i d o ;
Di j o : “ T ú e r e s ma l o é l a d r o n co mp l i d o ;
Ans i no s l o d i j e r o n l o s q ue te ho b i e r o n ve nd i d o . ”
Dí j o l e Y us uf : ” Y o . . . no s o y ma l o ni l a d r o n,
M a s a q ui y a s l a mi ma d r e , é vé ng o l a p e d i r p e r d o n.
……………………………………….
R ue g o a d Al l á h d e l ci e l o é l e f a g o o r a ci o n
Que s i cul p a no n te te ng o , é l te d é s u ma l d i ci o n. ”
And a r o n to d a l a no che f a s ta e l o tr o d i a ,
E ntur b i ó s e l e s e l mund o , un g r a nd vi e nto co r r í a ,
F a l l e ci ó l e s e l s o l a l a ho r a d e me d i o d í a ;
N o n ve d i a n p o r d o i r co n l a me r ca d e r i a .
F i zo s e e l me r ca d e r mucho ma r a ve l l a d o
De a q ue s ta f o r tuna q ue f a ci a e l p e ca d o ,
Di j o a s us co mp a ña s : “ Y o vo s ma nd o p r i va d o
Qui p e ca d o ha f e cho q ue vi e ng a a co r d a d o ” .
“ Qu’ e s a q ue s ta f o r tuna q ue a g o r a ha b e mo s
Po r a l g uno s p e ca d o s q ue e ntr e no s o tr o s te ne mo s ;
Qui p e ca d o ha f e cho p e r d o ne é p e r d o ne mo s ,
Ca mi á r é mo s ve ntur a , to d o s e s ca p a r é mo s . ”
Di j o e l ne g r o : ” Se ño r , y o d i una p uña d a
Ad a q ue l vue s tr o ca ti vo q ue f ui a á l a a l b o r a d a . ”
L l a mó e l me r ca d e r á Y us uf una ve g a d a ,
Que s e ve ng a s e d e l ne g r o é d e l a s u y e r r a d a .
Di j o Y us uf : ” Ami g o , e s o no e s d e mi a f a r ;
Que y o no n s o d e a q ue s o s q ue s e q ui e r e n ve ng a r ,
623
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
M a s s o y d e ta l r a i s , q ue q ui e r o p e r d o na r 7 8 5 .
Gr a n y e r r a q ue s e i a , y o a s i l o q ui e r o f a r . ”
De q ue a q ue s to f ue f e cho , é e l ne g r o p e r d o na d o ,
Acl a r e ci ó e l d í a é e l me r ca d e r f ue p a g a d o ,
Di j o Y us uf : ” Ah he r ma no , a y a mi g o g r a na d o ,
Si no p o r l a co mp o s i ci ó n, y a ha b r í a te s o l ta d o 7 8 6 .
A p o co s d e d í a s á l a s u ti e r r a l l e g a r o n,
Y us uf l ue g o f ué s ue l to , e n e l r í o l o va ci a r o n,
De p úl p ur a y d e s e d a muy b i e n l o a g ui s a r o n,
De p i e d r a s p r e ci o s a s muy b i e n l o a g a s to na r o n 7 8 7 .
De cí a n l a s g e nte s a d a q ue l me r ca d e r o ,
Se e r a a q ue l á ng e l u ho mb r e s a ntur e r o ,
Di j o : “ And a 7 8 8 mi e s ca uti vo l e a l y ve r d a d e r o ,
Que r r í a l o ve nd e r , s i l ’ f a l l a s e me r ca d e r o . ”
F i zo s a b e r l a ho r a q ue l o ve nd e r í a a l me r ca d o .
Sa l i e r o n l ue g o nue va s p o r to d o e l r e i na d o 7 8 9 ,
Vi ni e r o n to d a s l a s g e nte s e l d í a s e ña l a d o ,
E s ta nd o Y us uf a p ue s to , e n un b a nco p o s a d o .
N o n f i ncó e n l a co ma r ca ho mb r e ni muj e r ,
N i chi co ni g r a nd e , q ue no n l o f ue s e á ve r ;
Al l í vi no Za l i j a , q ue l e xo 7 9 0 a l co me r ,
Ca b a l g a d a e n una mul a cua nto p o d í a co r r e r .
Po r e l d a b a n s u p e s o d e p l a ta b i e n p e s a d o ,
As i mi s mo f a cí a n o tr o d e o r o e s ma l ta d o ,
De p i e d r a s p r e ci o s a s , co mo d i ce e l d e l e i ta d o 7 9 1 ,
785
Yo no vengo d’ aquellos que se quieren vengar,
Antes vengo d’ aquellos que quieren perdonar (B).
786
Sino por lo compuesto soltariate de grado (B).
787
Afeitaron (B)
788
Esta es la partícula árabe enda o inda que significa: “ en la casa de,
con la autoridad de.”
789
En la otra copia dice condado.
790
Lexo es por dejo.
624
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
As í mi s mo s u p e s o d e a l j ó ha r 7 9 2 g r a na d o .
Co mp l ó l o e l r e y p o r s u p e s o d e a l cho ho r 7 9 3 ,
L l e vó l o a s u muj e r Za l i j a , co n a mo r ,
T o má r o nl o p o r f i l ho l e g i ti mo y ma y o r ,
Amá r o nl o e ntr a mb o s d e muy b ue n a mo r .
L e va ntó s e e l p e r g o ne r o y p e r g o nó á s a b o r ,
Di j o : ” ¿ Qui é n co mp r a p r o f e ta cue r d o y s a b i d o r ,
L e a l y ve r d a d e r o , f i r me e n e l Cr i a d o r ,
Ans í co mo p a r e s ce p o r s u f e cho é va l o r ? ”
Di j o Y us uf : ” N o n p e r g o ne s , a ma d o ,
Di , q i e n co mp r a r á ca ti vo to r p e y a vi l ta d o . ”
Di j o e l p e r g o ne r o : ” E s o no n f a r é , a ma d o ;
Que s i a q ue s o d i j i e s e no n te ma r ca r i a n d e g r a d o . ”
Di j o Y us uf : ” Si e s o no n q ui e r e s p e r g o na r
Pe r g o na l a ve r d a d , y no n q ui e r a s f a l s a r ;
Di : ¿ Qui é n co mp r a p r o f e ta y d e a l to l ug a r ?
F i l ho e s d e Y a co p , s i l e o i s te no mb r a r . ”
Cua nd o e l me r ca d e r s up o q ue e r a d e ta l na tur a ,
R o g ó a l co mp r a d o r s e l o to r na s e p o r me s ur a ;
E d o b l a r l e y ha e l p r e ci o d e s u co mp r a d ur a ;
N o n l o q ue r í a f a r p o r g ua r d a r ve ntur a .
B e s á nd o l e p i é s y ma no s q ue l o q ui s i e s e f a r ,
E l p o r ni ng una g ui s a no n l o q ui s o d e r o g a r ,
T úvo s e p o r ma l a nd a nte , l a cue nta l e f ue á to r na r ;
Sa l va nd o l o q ue co s tó , no n l e q ui s o ma s to ma r
Di j o e l me r ca d e r a Y us uf e n e s ta s a zó n
Que r o g a s e a d Al l á h d e l ci e l o l e d i e ze cr i a zo n
Y l e a l a r g a s e l a vi d a l o q ue f ue s e r a zó n;
Que d e d o ce muj e r e s q ue te ní a , to d a s co n a mo r ,
Que e n to d a s d o ce l e d i e s e cr i a zo n.
R o g ó Y us uf a d Al l á h y l e f i zo o r a ci ó n;
F i ci é r o ns e to d a s p r e ña d a s ca d a una e n s u s a zó n,
Cua nd o vi no e l d e l i b r a r p a r i e r o n d e d o s e n d o s 7 9 4 .
791
El dictado.
792
Aljófar.
793
Alcor es una palabra árabe equivalente a “ joyas, piedras preciosas”.
625
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Cua nd o l a ho r a f ué q ue hub i e r o n d e l i b r a r
Pl a ci ó a d Al l á h d e l ci e l o , to d a s f ue r o n á e cha r .
M uy no b l e s cr i a tur a s , f i g ur a s d e a l e g r a r ,
Al l á h nue s tr o Se ño r l a s q ui s o a y ud a r .
Cr i o l o Za l i j a ; muy b i e n l o hub o cr i a d o
E d e b ue na co r a zó n l o hub o g ua r d a d o ;
Co mo e r a a p ue s to , p a g ó s e d e l p r i va d o ,
De ma nd ó l e b a r a to é no l ’ s e me j ó g ui s a d o .
Di j o a s u p r i va d a : Y a s a b e s he r ma na ,
Co mo y o cr i é á Y us uf e n ca d a s e ma na ,
M uy b i e n l o g ua r d é d e no che y d e ma ña na ,
Y é l no me l o p r e ci a má s q ue s i f ue s e va na .
“ Da me s a b i d ur í a é s a p i e ns a cl a r a
Ca y o no n p ue d o f a ce r q u’ e l a ca te mi ca r a ;
So l a me nte q ue é l me ve d i e s e é l ue g o me a ma r a ,
E f i ci e s e á mi s g ui s a s e n l o q ue y o ma nd a r a . ”
Di j o l a s u p r i va d a : Y o vo s d a r é un co ns e j o ,
Vo s d a d me ha b e r e y o f a r é un b o s q ue j o ,
Y o ha b r é un p i nto r q ue me s to r a r a 7 9 5 a r r e cho ,
Y o f a r é d e ma ne r a q ue é l vi e ng a á vue s tr o l e cho
Cua nd o l o d e ma nd ó , to d o f u b i e n g ui s a d o
F i zo f a ce r un p a l a ci o a p ue s to e cua d r a d o
T o d o l o f i zo b l a nco , p a r e d e s e te r r a d o
F i zo l o f i g ur a r a un p i nto r p r i va d o
De Y us uf y d e Za l i j a a l l i f i zo l a s f e g ur a s ,
794
El manuscrito de la Biblioteca Nacional da estas dos estrofas de
manera diferente:
Rogó el mercadero a Yusuf la sazón
Que rogase al Alláh, del cielo poderoso señor,
Que en doce mujeres que tenía, todas doce con amor,
Que entodas le diese filos é criazón
De s q ue e l p a l a ci o f ue f e cho to d o b i e n a ca b a d o
Al l i vi no Za l i j a y a s e nto s e d e g r a d o ;
E nvi a r o n p o r Y us uf l ue g o e l ma nd a d o
“ Y us uf , tu s e ño r a q ui e r e q ue vi e ng a s p r i va d o ”
Al l í vi no Y us uf d o Za l i j a s e d i a
Co mo q ui s o e ntr a r , l ue g o s i nti ó f a l s í a ;
E l q ui s o to r na r , e l l a no l o co ns e ntí a
T r a b ó l o d e l a f a l d a , l l e vó l o d o y a cí a .
Do q ui e r a q ue ca ta b a ve i a f e g ur a a r te r a ,
Di ci é nd o l e Za l i j a : “ E s ta e s f i e r a …ma ne r a ;
T u e r e s mi ca uti vo , é y o tu s e ño r a s e r te r a ,
E no p ue d o f a s e r te g ui e s a mi ca r r e r a . ”
Y us uf e n a q ue l l a ho r a q ui s o s e e nca nta r ;
E l p e ca d o l o f a s í a q ue l o q ue r í a e ng a ña r ;
M a s vi d o q ue no e r a á s u p a d r e ho nr a r ,
R e p e nti d o f ue l ue g o , co me nço s e d e a f e r ma r .
L ue g o vo l vi ó l a s cue s ta s e co me nço d e f ui r ;
De za g a i b a l e Za l i j a , no n l o p o d i a s o f r i r ,
T r a b ó l o d e l a f a l d a , co mo o i r i a s d e s i r ,
E cha nd o g r a nd e s vo ce s : “ Aq uí ha b r á s d e ve ni r . ”
Oy o l o s u ma r i d o p o r d e vi no a l l i p r i va d o ,
F a l l ó a Y us uf l l o r a nd o s u ma l f a d o ;
R o ta te ní a l a f a l d a e n s u co s ta d o ,
Y e l s u co r a zó n ne g r o p o r mi e d o d e p e ca d o .
Za l i j a te ní a te nd i d o s s us ca b e l l o s ,
E n ma ne r a d e f o r za d a , l o s s us o l ho s b é r me l ho s
Di ci e nd o a l b ue n R e y : “ Y a , Se ño r , d e tus p a r e l ho s
Aq uí s o n me ne s te r to d o s l o s tus co ns e l ho s .
“ Ca ta a q uí tu ca ti vo q ue te ní a s e n f i e l d a d ,
H a me ca e s i d o p o r s i n ni ng una p i e d a d ,
H a b i é nd o l o cr i a d o co n ta n g r a n p o r i d a d
Co mo f a ce ma d r e a f i l ho , a ns i y o l o q ui s e f a r . ”
627
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Di j o e l R e y a Y us uf a q ue s ta r a zó n:
“ ¿ Có mo me ha s p e ns a d o e n ta n g r a nd e tr a i ci ó n,
T o vi é nd o te a q uí p ue s to e n mi co r a zó n? -
L a ho r a , d i j o Y us uf , no ve ng o d e ta l mo r g o n. ”
R e uta b a n á Za l i j a l a s d ue ña s d e l l ug a r
Po r q ue co n s u ca uti vo vo l ta r i a r ;
E l l a d e q ue l o s up o a r te l a s f ue á b us ca r
Co nvi d ó l a s á to d a s é l l e vó l a s á y a nta r
Di ó l a s r i co s co me r e s é vi no s e s me r a d o s ;
Que i b a n hi to d a s a g o d a s d e d i cta d o s ;
Di ó l a s s e nd a s to r o nj a s é ca nni e te s e n l a s ma no s ,
T a j a nte s é a p ue s to s é muy b i e n te mp e r a d o s
Y f ué s e Za l i j a a d ó Y us uf e s ta b a
De p úr p ur a é d e s e d d a muy b i e n l o a g ui s a b a
E d e p i e d r a s p r e ci o s a s muy b i e n l o a f e i ta b a ,
Ve r d ug a d e r o e n s us ma no s , á l a s d ue ña s ño e nvi a b a .
E l l a s d o q ue l o vi e r o n, p e r d i e r o n s u co r d ur a
T a nto e r a d e a p ue s ta é d e b ue na f e g ur a ;
Pe ns a b a n q ue e r a ta n a ng e l , é to r na b a n e n l o cur a ,
Co r tá b a ns e l a s ma no s , é no n s e ha b i a n cur a ,
Que p o r l a s to r o nj a s l a s a ng r a i b a a nd a nd o ;
Za l i j a , cua nd o l o vi d o , to d a s e f ué a l e g r a nd o ;
Di j p l e s Za l i j a : ” ¿ Qué f a cé s , l o ca s d e s i n cui d a d o ,
Que p o r vue s a s ma no s l a s a ng r e i b a a nd a nd o ? ”
E l l a s , d e s q ue l o vi e r o n, s i nti e r o n l a s u l o cur a ,
Di ci é nd o l e s Za l i j a : ” ¿ Dó , va i s , l o ca s , s i n co r d ur a ;
Que á p o r una vi s ta s o l a to má d é s ta l tr i s tur a ?
¿ Qué d e b r i a y o f a ce r d e nd e e l ti e mp o q ue me d ur a ? ”
Di j é r o nl e l a s d ue ña s : ” A ti no n te co l p a mo s ;
N o s o tr a s s o mo s l a s y e r r a d a s q ue d é l te r a zo na mo s ,
M a s a nte s g ui s a r é mo s q ue é l ve ng a á tus ma no s ,
De ma ne r a q ue s e a i s a ve ni d o s a nte r a mb o s . ”
E f ué r o ns e l a s d ue ña s á Y us uf á r o g a r ,
Vé r e d e r e s ca d a una co mo l o q ue r i a f a r ;
Pe ns á b a d e s Za l i j a q ue p o r e l l a i b a á r o g a r
M a s ca d a una i b a p a r a s í á r e ca b a r .
Y us uf , cua nd o a q ue s to vi d o , r e cl a mó s e a l Cr i a d o r
Di ci e nd o : ” Pa d r e mi o , d e mi ha y a d e s d o l o r ,
628
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
So n to r na d a s d e una mucha s e n mi a mo r ;
Pue s ma s q ui e r o s e r p r e s o q ue no n s e tr a i d o r . ”
Cua nd o Za l i j a vi d o l a co s a ma l p a r a d a ,
q ue p o r ni ng una vi a no p ud o ha b e r e ntr a d a ,
Di j o a l b ue n R e y : ” E s te me ha d i f a ma d a ,
N o te ni e nd o y o l a cul p a , ma s a f a l s i a g r a na d a . ”
E chó l o e n l a p r i s i o n a q uí á q ue s e vo l vi e s e
E q ue p o r a q ue l l o á e l l a o b e d e ci e s e
E e nte nd i ó l o e l R e y a nte q ue mur i e s e ,
E j ur ó q ue no n s a l r i a mi e ntr a s q ue é l vi vi e s e .
“ Que s i y o s up ui r a q ue e s to ha b i a d e ve ni r
Que p o r ni ng una vi a no s e ha p o d i d o cump l i r ;
Que y o no he p o d i d o d e e s te ma l g ua r i r ,
Po r d e s e o d e Y us uf ha b r é y o d e mo r i r . ”
Al l i y a ce d i e z a ño s co mo s i f ue s e co r d e r o
D’ a q ui á q ue ma nd o e l R e y a s u p o r te r o
E cha r e n l a p r i s i ó n d o s ho mb r e s , y e l te r ce r o ,
E l uno s u e s ca nci a no , é é l o tr o un p a nci e r o ,
Po r q ue ha b i a n p e ns a d o a l R e y d e f a r tr a i ci o n,
Que e n e l vi no é e n e l p a n q ue l e e cha s e n p o nzo n;
Pr o b a d o f ue a l p a ni ce r o , é a l e s ca nci a no no n,
Po r q ue me j o r s up o ca ta r é e ncub r i r l a tr a i ci ó n.
Al l i d o e s ta b a n p r e s o s muy b i e n l o s ca s ti g a b a ,
E cua l q ui e r a q ue e nf e r ma b a muy b i e n l o cur a b a ,
to d o s l o g ua r d a b a n p o r d o q ui e r a q ue é l e s ta b a ,
Po r uq e é l l o me r e ci a , s u f i g ur a s e l o d a b a .
So ñó e l e s ca nci a no un s ue ño ta n p e s a d o ,
Ca ntó l o á Y us uf , y s a có s e l o d e g r a d o ;
Di j o : ” T u e r e s e s ca nci a no d e tu s e ño r ho nr a d o ;
M a s ho y s e r á s á tu o f i vi o to r na d o ,
“ E ha b r á s p e r d o n d e tu s e ño r .
Ay úd e te e l s e s o , é g ui e te e l Cr i a d o r ;
Ca á q ui e n Al l a h d a s e s o , d a l e g r a nd e ho no r
Vo l ve r á s á tu o f i ci o co n muy g r a nd va l o s . ”
629
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Di j o e l p a ni ce r o a l s u co mp ñe r o :
“ Y o d i r é á Y us uf q ue he s o ña d o un s ue ño
d e no che , e n ta l d i a , cua nd o s a l i a e l l uce r o ,
y ve r é q ue me d i ce e n s u s e s o ce r te r o . ”
Co ntó l e e l p a ni ce r o e l s ue ño q ue q ue r i a ,
E s a có s e l e Y us uf , é na d a no n l e me nti a ;
Di j o : ” T u f ué s p a no ce r o d e l R e y y to d a ví a ,
M a s a q uí y a ce r á s , p o r q ue f i ci e s te f a l s i a ;
Que a l te r ce r o d í a s e r á s tú s ue l to ,
E s e r á s e nf o r ca d o á tu ca b e za e l tue r to ,
E co me r á n tus me l l o s l a s a ve s d e l p ue r to ;
Al l i s e r á s co l g a d o ha s ta q ue s i a s mue r to . ”
Di j o e l p a ni ce r o : ” N o n s o ñé co s a ce r te r a
Que to me l o d e cí a p o r ve r l a ma ne r a . ”
Di j o Y us uf : ” E s ta e s co s a ve r d a d e r a ,
Que l o q ue tu d i g i s te s , Al l a h l o e nvi ó p o r ca r r e r a . ”
Di j o Jus uf a l e s ca nci a no e s ta r a zó n:
“ R ué g o te q ue r e cue r d e s a l R e y d e mi p r i s i ó n
Que ha r to me ha d ur a d o e s ta g r a n ma l d i ci ó n. ”
Di j o e l e s ca nci a no : ” Pl á ce me d e co r a zó n” .
L ue g o a l te r ce r d í a s a l i e r o n d e g r a d o
E f ué r o ns e d e l a nte e l R e y , s u s e ño r ho nr a d o ,
E ma nd ó a l p a ni ce r o s e r l ue g o e nf o r ca d o ;
Di j o : ” E l e s ca nci a no á s u o f i ci o ha to r na d o . ”
Ol vi d ó s e l e a l e s ca nci a no d e d e ci r e l s u ma nd a d o ,
E no l e me mb r ó p o r d o s a ño s , ni l e f ue a cr o d a d o
F a s ta q ue s o ñó un s ue ño e l R e y a p o d e r a d o ;
Do ce a ño s e s tuvo p r e s o , é e s to ma l d e s u g r a d o .
Aq ue s te f ue e l s ue ño q ue e l R e y hub o s o l a d o :
De q ue s a l í a d e l a g ua un r í o g r a na d o ,
Ani r e r a s u no mb r e , g r a nd e e muy p r e ci a d o ,
E vi d o q ue e n 7 9 6 s a l í a n s i e te va ca s d e g r a d o ;
E r a n b e l l a s e g o r d a s , é d e l a y muy ca r g a d a s ,
Y vi d o o tr a s s i e te ma g r a s , f l a ca s e d e l g a d a s ;
Co nmi na s e l a s f l a ca s a l a s g o r d a s g r a na d a s ,
796
En está aquí por ende. Anir es el río del Nilo.
630
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
E no s e l e s p a r e cí a ni he nchí a n l a s hi l l a d a s .
E vi d o s i e te e s p i g a s muy l l e na s d e g r a no ,
Ve r d e s e he r mo s a s co mo e n ti e mp o d e ve r a no :
E vi d o o tr a s s i e te s e ca s co n g r a no va no ,
T o d a s s e ca s é b l a nca s co mo ca b e l l o ca no .
Co mí a ns e l a s s e ca s a l a s ve r d e s d e l d í a ,
E no n s e l a p a r e cí a ni ng una me j o r í a ;
T o r ná b a ns e to d a s s e ca s , ca d a g una va cí a ,
T o d a s s e ca s e b l a nca s , co mo d e ni e b l a f r í a .
E l R e y s e ma r a ve l l ó d e có mo s e co mí a n
L a s f l a ca s á l a s g o r d a s g r a na d a s ,
Y l a s s i e te e s p i g a s s e ca s á l a s ve r d e s mo j a d a s ,
E nte nd i a q ue e n un s ue ño ha b í a l a r g a s p a l a b r a s
E no p o d i o p e ns a r á q ue f ue s e n s a ca d a s .
Y l l a mó á l o s s a b i d o r e s , é e l s ue ño l e s f ue á co nta r ,
Que s e l o s a ca s e n, é no g e d i e s e n va g a r ,
E e l l o s l e d i g e r o n: ” N o s q ue r a i s a q ue j a r ,
M i r a r é mo s e n l o s l i b r o s , ó no n te d a r e mo s r o g a r . ”
Di g é r o nl e : ” Se ño r , no s e a i s a q ue j a d o ,
N o s o n l o s s ue ño s ci e r to s e n ti e mp o a r r e b a ta d o ;
L o s a mo r e s cr e ce n, s g un no s , ó cui d a d o ,
M a s á l a s d e ve r a s s ue l e n to r na r e n f a l s o . ”
Y a ma ns ó s e e l R e y y d i ó l e s l a ma no ,
Po r q ue é l e nte nd í a q ue a nd a b a n e n va no ;
E hub o d e s a b e r a q ue l l o e l e s ca nci a no ,
E vi no s e e l R e y , é d i ó l e l a ma no .
E d í j o l e : “ Se ño r , y o s e un s a b i d o r ho nr a d o ,
E l cua l e s tá e n p r i s i ó n f í e me me nte a to r te a d o ,
Do s a ño s ha b e mo s q ue d é l no n me he a co r d a d o ,
H e f e cho co mo to r p e , e s i é nto me y e r r a d o .
“ Y a me ca s ó un s ue ño , ci e r to l e vi ve ni r . ”
Y e l R e y l e r e s p o nd i ó : ” Ami g o , e mp i e za d e i r
E có nta s e l o to d o , co mo ha s o i d o d e ci r ,
E l i b r a r l o he mo s muy p r e s to , e s a ca r l o y o d e a l l i ” .
E f ue s e e l e s ca nci a no á Y us uf d e g r a d o
E d i j o : ” Pe r d ó na me a mi g o q ue o l vi d é tu ma nd a d o ,
E f í za l e e l mi e d o d e mi s e ño r ho nr a d o ;
M a s a g o r a e s ti e mp o d e ma nd a r l o d o b l a d o ” .
631
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
“ M á s r ué g o te he r ma no e n a mo r d e l Cr i a d o r ,
Que me ca q ue s un s ue ño , q ue vi d o mi s e ño r . -
L a ho r a , d i j o Y us uf , p l á ce me d e co r a zó n,
Pue s q ue no p ue d o s a l i r ha s ta q ue q ui e r a e l ma y o r . ”
E co ntó l e e l s ue ño to d o b i e n cump l i d o ,
Po r q ue no y e r r a s e Y us uf e n l o q ue e r a s a b i d o ;
Cua nd o e l s ue ño f ue co nta d o , Y us uf hub o e nte nd i d o ,
Di j o Y us uf : ” E l s ue ño e s ci e r to e te ni d o ” .
“ Sa b r á s q ue l a s s i e te va ca s g o r d a s é g r a na d a s ,
E l a s s i e te e s p i g a s ve r d e s e mo j a d a s ,
So n s i e te a ño s muy l l uvi o s o s d e a g ua s ,
Do q ui e r a q ue s e mb r á d e r e s to d a s na ce r á n d o b l a d a s ” ;
“ Y l a s ma g r a s va ca s y l a s s e ca s e s p i g a s ,
So n s i e te a ño s d e muy f ue r te s p r i s a s .
Có me ns e a l o s b ue no s b i e n á l a s s us g ui s a s ,
Do q ui e r a q ue s e mb r á r e d e s no y a s a l d r á n e s p i g a s ” .
“ Po r q ue f a ce me ne s te r q ue s e mb r e d e s a b a s to
E n e s to s a ño s b ue no s q ue ha b é r e d e s á f a r to ,
Y d e s é d e s p r o vi e nd a p a r a vo s y e l g a na d o ,
E a l zé d e s l o o tr o , a ns i e l f e cho l l e g a d o ” ,
“ Co n s u e s p i g a me s ma s i n ni ng una tr i l l a d ur a ,
E l a p a l l a s e a g ua r d a d a muy b i e n d e a b o l l a d ur a
Po r uq e no s e ca i g a p o l i l l a ni ni ng una p o d r e d ur a ,
Po r q ue e n e s to s ti e mp o s s e co s te ng á d e s f o l g a d ur a ” ;
“ Po r q ue e n a q ue s to s a ño s te ng á d e s q ué co me r
E vue s tr o s b e s ti a l e s é l a s va ca s d e b e b e r ,
E to d a s vo s e s f o r cé d e s é p o d a d e s g ua r e ce r ,
E s a l d r e i s a l b ue nti e mp o é ha b r e i s mucho b i e n”
Cua nd o e l e s ca nci a no vi ó d e l s ue ño l a g l o s a
Vo l vi e s e a l R e y co n ve r d a d e r o g o s o ,
E f i zo l e s a b e r a l d e l a b a r b a d o no s a
Cua nto e r a e l s ue ño co n r a zo n he r mo s o
E p l a ci ó l o mucho a l R e y , e ho b o g r a n p l a ce r
E s úp o l e muy ma l d e ta l p r e s o te ne r ,
Cue r d o e ve r d a d e r o o mp l i d o e n e l s a b e r ,
E ma nd ó q ue l o tr a j e s e n, q ue l o q ue r í a ve r .
E f ue s e e l e s ca nci a no á Y us uf co n e l ma nd a d o ,
632
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
E d i j o co mo e l R e y p o r é l ha b i a e nvi a d o ,
E q ue f ue s e p r e s to , d e l R e y no n f ue s e a i r a d o ;
E d i j o Y us uf : ” N o s e r é ta n e ntur b i a d o ” .
“ M a s vué l ve te a l R e y , y d i l e d e s a ta ma ne r a :
Y o , ¿ q ué f i uza te nd r é e n tu me r ce d ce r te r a ,
Que me tuvi s te p r e s o d o ce a ño s e n cá r ce l ne g r a
A tue r to é s i n r a zo n y á tr a i ci o n ve r d a d e r a ?
“ M a s y o d e s u p i s i o n no n q ui e r o s a l i r
F a s ta q ue me ve ng a d e q ui e n a l l i me f i zo i r ,
De l a s d ue ña s he r mo s a s q ue me hi ci e r o n f ui r
Cua nt s e co r ta b a n l a s ma no s é no n l o p o d i a n s e nti r . ”
“ Ap l á ce l a s e l R e y , p ue s q ue me d a ña r o n,
Que d i g a n l a ve r d d a d p o r q ué me a cus a r o n
O p o r cuá l r a zo n e n l a ca r ce l me e cha r o n,
Po r q ue e nti e nd a e l R e y p o r q ué me co l p a r o n; ”
“ E cua nd o s e r á n a j unta d a s , é Za l i j a co n e l l a s ,
De má nd e l a s e l R e y ve r d a d á to d a s e l l a s ,
E cund o é l ve r á q ue l a cul p a ti e ne n e l l a s ,
L a ho r a y o s a l d r é d e muy b ue na s ma ne r a s . ”
Ap l a zó l a s e l R e y , é d e ma nd ó l a s l a ve r d a d ;
E l l a s l e d i e r o n: ” T o d a s f e ci mo s ma l d a d ,
E Y us uf f ue ce r te r o ma nte ni e nd o l e a l ta d ,
N unca q ui s o vo l ta r i a r ni l e d i o l a vo l unta d . ”
Y l e va ntó s e Za l i j a , y co me nzó a d e ci r
A to d a s l a s d ue ña s : ” N o e s ho r a d e me nti r ,
Si no d e s é l l e r f i r me s é co n ve r d a d ve ni r ,
Que y o me e ntr e me tí , p o r mi l o s d o vi vi r . ”
“ Que to d a s hi ci mo s y e r r o , s i 7 9 7 no s va l g a e l Cr i a d o r ,
E l e te ne mo s cul p a ; Al l á h e s p e r d o na d o r ;
Y us uf e s f e r a d e y e r r o é d e p e ca d o ma y o r . ”
E l R e u cua nd o l a s o y e r a , ma l d i ci ó l a s co n d o l o r .
E f i zo s a b e r e l R e y á Y us uf l a ma ne r a
Có mo e r a q ui to , co s a ve r d a d e r a ,
De to d a s l a s d ue ña s co n p r ue b a ce r te r a ;
797
Tiene el mismo significado que así.
633
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
E l a ho r a s a l i ó Y us uf d e l a ca r ce l ne g r a .
Y e n e l p o r ta l d e l a p r i s i ó n f i zo f a ce r un e s cr i p to :
“ L a p r i s i ó n e s f ue s a d e l o s o mb r e s vi vo s ,
E s i ti o d e ma l d i ci ó n é b a nco d e l a b i s mo ;
Al l á h no s cur e d e e l l a á to d o s l o s a mi g o s . ”
E nvi ó l e e l R e y muy r i ca ca b a l g a d ur a
E g r a nd ca b a l l e r i a q ue l o ha b i a n á cur a ,
L e vá b a nl o e n me d i o , co mo s e ño r d e na tur a ,
E f ué r o ns e a l p a l a ci o d e l b ue n R e y , d e me s ur a .
E l R e y , co mo l o vi d o , l ue g o d e f ue a á l e va nta r ,
Y e l R e y s e f ue á é l , l o q ue no s o l i a us a r ,
Y s e ntó l o ca b o a é l , l o q ue no s o l i a f a r ,
Y e n l a ho r a l e d i j o e l R e y : ” M i f i l l o te q ui e r o f a r . ”
Co n s e te nta f a b l a che s 7 9 8 e l R e y l e ho b o f a b l a d o ,
E r e s p o nd i ó l e Y us uf á ca d a uno p r i va d o ,
E f a b l ó Y us uf a l R e y , é e l R e y no s up o d a r r e ca b d o ,
E ma r a vi l l ó s e e l R e y d e s u s a b e r g r a na d o .
Di j o e l R e y a Y us uf : ” R ué g o te , he r ma no ,
Qui me cue nte s e l s ue ño q ue te d i j o mi e s ca nci a no ,
Que l o o i g a d e tu l e ng ua , y s e a y o a l e g r a d o ,
Y a d r e za r é mo s nue s tr a s co s a s , l e y e nd o y o l i b r a d o . ”
Y d i j o Y us uf : ” E nco mi é nd o te a l Cr i a d o r ,
Que d e a q ue s te s ue ño ha b r á s muy g r a nd e ho no r ;
M a s tú ha s me ne s te r d e ho mb r e d e co r a zó n
Que o r d e ne l a tu f a ci e nd a y l a g ui e co n va l o r ” .
“ M a s a d r e za tu f a ci e nd a co mo y o te he f a b l a d o ,
Que e l p a n d e l a ti e r r a to d o s e y a a l za d o ,
E l d e l o s a ño s b ue no s p a r a e l ti e mp o a f o r tuna d o ,
Que d e s e d e é d e f a mb r e to d o e l mund o s e a a q ue j a d o ” .
“ Ve r ná to d a l a g e nte e n l o s ti e mp o s f a l to s ,
Y me r ca r á n e l p a n d e tus a l za d o s
Po r o r o y p l a ta y cue r p o s y a l g o s ,
De ma ne r a q ue s e r á s s e ño r d e a l to s y d e b a j o s . ”
Y e l R e y , cua nd o e s to o y e r a , co me nzó d e p e ns a r ;
Y us uf , co mo l o vi d o , vo l vi ó l e á f a b l a r ,
Y d í j o l e : ” E n e s o no p e ns e d e s q ue Al l á h l o ha d e l i b r a r ,
798
Lenguas, idiomas, dialectos.
634
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Que y o ha b r é d e s e r q ui e n l o ha b r é d e g ui a r . ”
Di j o e l R e y : ” Oh a mi g o , y co mo me ha s a l e g r a d o ,
Y o te l o a g r a d e zco , d e Al l á h e nd e ha b r á s g r a d o ,
Que tu s e r á s a q ue l p o r q ui e n s e e ns a l za r á e l co nd a d o ,
Y q ue d e ho y a d e l a nte te d e j o e l r e i na d o ;
“ Po r q ue tu p e r te ne ce s ma nd a r e l r e i na d o ,
Y o á to d a l a g e nte , i vi e r no y ve r a no ,
T o d o s te o b e d e ce r e mo s , e l j o ve n y e l ca no ,
Co mo l a s o tr a s g e nte s q ui e r o s e r d e g r a d o ” .
“ Po r q ue tu l o me r e ce s , d e Al l á h te ve ng a g ui a nza ;
Pe r o r ué g o te a mi g o , q ue s e a s e n mi a mi g a nza
Que me d e vue l va s mi r e i no y no n p o ng a s d ud a nza
Al ca b o d e d i cho ti e mp o , no n f i nq ue s co n ma l a nd a nza .
“ Co n a q ue s ta co nd i ci o n, q ue te q ue d e s e n tu e s ta d o ,
Co me R e y e n tu ti e r r a , ma nd a d o y s e nte nci a d o ;
Que a s i l o ma nd a r é ho y p o r to d o e l r e i na d o ,
Que no q ui e r o y o s e r y a ma s R e y l l a ma d o , ”
Y p l a ci ó l e á Y us uf y húb o l o d e o to r g a r ,
E n e l s i ti o d e l R e y l ue g o s e hub o d e s e nta r ,
Y ma nd ó e l R e y á l a g e nte d e l a nte d é l humi l l a r ,
f i r me me nte l o g ua r d a b a n co mo l o d e b í a n f a r .
Y cua nd o vi d o Y us uf l a l una p r i ma y d e l g a d a
E n e l s i no 7 9 9 q ue i b a co n p l a nta a p r e s ur a d a ,
Que d e ntr a b a n l o s a ño s d e ve ntur a a b a s ta d a ,
M a nd ó j unta r l a ti e r r a y to d a s u co mp a ña .
Y d e q ue f ue r o n l l e g a d o s to d o s s us va s a l l o s ,
F í zo l e s á s a b e r p o r q ué e r a n l l e g a d o s ;
Que s e f ue s e n a s e mb r a r l o s b a j o s y l o s a l to s
Que s e mb r a s e n to d a l a ti e r r a , va l l e s y g a l a cho s .
Y f ué r o ns e á s e mb r a r to d o s co n co r d ur a ,
As i co mo ma nd a s u s e ño r d e na tur a ,
T e ní a n r e d o b l a d o s co n b i e n y co n ve ntur a ,
Y ma r a vi l l á r o ns e d e s u s a b e nci a p ur a .
Y l ue g o ma nd ó Y us uf á to d o s s us ma e s tr o s
Que f r i e s e n g r a ne r o s d e muy g r a nd e s p e r tr e cho s ,
799
Sino por signo
635
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
M uy a ncho s y l a r g o s , d e muy f ue r te s ma d e r o s
Pa r a a d ul za r e l p a n d e l o s ti e mp o s ce r te r o s .
N unca vi e r o n l o s ho mb r e s e s ta nci a s ta ma ña s ,
U na s e nci ma d e o tr a s , q ue s e me j a b a n mo nta ña s ,
Y ma nd ó s e g a r e l p a n a ns i e ntr e d o s ta l l a s ,
Y l i g a r l a s f a cho s co n cue r d a s d e l g a d a s .
Y f a cí a l o s p o ne r e n l o s g r a ne r o s a ta d o s
Ans i co n s us e s p i g a s q ue f ue s e b i e n g ua r d a d o ,
Que no ca y e s e p o l i l l a ni na d a hub i e s e cui d a d o ,
Ca d a a ño l o f i zo a ns i f a ce r , y f i ci é r o nl o d e g r a d o .
F a s ta q ue p a s a s e n o tr o s s i e te a ño s cump l i d o s ,
Que d e s e te é d e f a mb r e s e r i a n f a l l e ci d o s ,
E no hi ha b i a a g ua s d e ci e l o ni n d e r i o s ,
Ans i co mo l o d i j o Y us uf , a s í f ue r o n ve ni d o s .
Y p us o e l R e y f i e l e s p a r a s u p a n ve nd e r ,
B ue no s e ve r d a d e r o s , s e g ún é l s u s a b e r ,
E ma nd ó q ue d i e s e n e l d e r e cho , a ns i l o ma nd a f a ce r ,
E p r e ci o s ub i d o p o r e l q ue f i z p r e nd e r .
E ma nd ó á s us f i e l e s q ue ve nd i e s e n d e g r a d o
E l uno a l o s d e l a ti e r r a , y e l o tr o á l o s d e f ue r a d e l
r e i na d o
A ca d a g uno d e ma nd a s e n nue va s d e d ó e r a n p r i va d o s ,
O s i e r a n d e l a ti e r r a , q ue no l e s d i e s e n r e ca b d a .
Que a p o co s d e d i a s l a s ti e r r a s f ue r o n va ci a s
De to d o e l p a n é me r ca d e r i a s ,
E no y a y ha b i a q ue co me r e n ci ud a d e s ni e n vi l l a s ,
E me r ca b a d e Y us uf e l q ue s a b i a l a s g ua r i d a s
L o s p r i me r o s a ño s co n d i ne r o e mo b l a 8 0 0 me r ca r o n.
L e va r o n p l a ta e o r o , e to d o l o a ca b a r o n,
E l ue g o , e mp ue s d e a q ue l l o , l a cr i a zo n g a s ta r o n,
E no n l e s b a s tó a q ue l l o , q ue mucha r e s y a l l e va r o n.
800
Bienes, muebles.
636
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Que e l s e te no a ño ve nd i e r o n l o s cue r p o s ,
E f ue r o n to d o s ca ti vo s , to d o s vi vo s e mue r to s ,
E to d o vo l vi o a l R e y , l a s ti e r r a s é l o s p ue b l o s , ç
E e xte nd i e s e l a f a mb r e e n r e i no s e xtr a nj e r o s .
Pue s cua nd o l o vi d o Y us uf to d o á s u ma nd a r ,
E to d o s l o s ca ti vo s q ue p o d i a ve nd e r ó d a r ,
Vo l vi e s e a l R e y é f ué l e á f a b l a r ,
Di j o : ” ¿ Qué te p a r e ce , R e y , d e l o q ue me ha s vi s to f a r ? ”
E d í g a l e e l R e y : ” T u ha r á s p o r e l r e i na d o ,
Po r q ue tú me r e ce s ma nd a r e l co nd a d o ,
Po r q ue tú p e r te ne ce s ma nd a r e l r e i na d o ,
Que y o ne q ui e r o s e r y a ma s r e y l l a ma d o . ”
Di j o Y us uf a l R e y a q ue s ta r a zo n:
“ Y a f a g o f r a nco á to d o s é q ui to co n ho no r ,
Y a ti tu r e i s mo 8 0 1 co n to d o s e ño r . -
L a ho r a , f i j o e l R e y , e s o no s e r i a r a zó n;
Que no me l o co ns e nti r i a e l mi co r a zó n,
Que ta n no b l e s a b e nci a f ue s e a b a l d ó n
Ante s d e ho y a d e l a nte q ui e r o q ue tu s e y a s s e ño r . ”
…………………………………………. 8 0 2
E cua nd o Y us uf vi d o l a f a mb r e a p o d e r a d a ,
Que p o r to d a l a ti e r r a e r a ta n r e ca r g a d a ,
E nte nd i ó q ue á ti e r r a d e s u p a d r e s e r í a l l e g a d a ,
Pus o y a r e g i mi e nto có mo nue va f ue s e a r r i b a d a .
M a s á p o co s d i a s l a f a mb r e f ue l l e g a d a
A ti e r r a s d e Y a co p é d e s u b a r b a ho nr a d a ,
T e ni a mucha g e nte é una mo y e r g ua r d a d a ,
T o d o s á s u p r o p i a co s ta é b i e n a p o d e r a d a .
Di j o Ja co p : ” F i l o s , y o he s e nti d o
Que e n ti e r r a s d e E g i p to ha y un r e y cump l i d o ,
B ue no e ve r d a d e r o , f r a nco y e nte d i d o ,
E ti e ne mucho p a n p a r ti d o é ve nd i d o .
Que r r í a q ue to má s e d e s d e s te nue s tr o ha b e r ,
E q ue f ue s e i s l ue g o a d a q ue l r e y á ve r ,
Co nta d l e vue s tr a cui ta , é q ue r r á vo s cr e y e r ,
801
Derechos de regalía.
802
Aquí falta un verso.
637
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Co n l a a y ud a d e Al l á h q ue r r á á vo s ve nd e r . ”
Di j i e r o n s us f i l o s : ” Pl a ce no s d e g r a d o ;
Ir é mo s á ve y e r a d a q ue l r e y ho nr a d o ,
E ve r é mo s l a s u ti e r r a , é ta mb i e n e l s u r e i na d o ,
E co n l a a y ud a d e Al l á h é l no s d a r á r e ca b d o . ”
De q ue l l e g a r o n á l a ti e r r a a vi s ta d a
Pr e g unta r o n p o r e l R e y d ó e r a s u p o s a d a ;
Di j o un e s cud e r o : ” Aq uí e s l a s u mo r a d a ,
Y o vo s d a r é d e l p a n é ta mb i e n d e l a ce b a d a ” ,
“ Que y o s o y f i e l d e l R e y , q ue ve nd o e l p a n a l za d o
A l o s d e f ue r a d e l r e i no ; a l o s o tr o s no me e s ma nd a d o ;
De ci d me d e d ó d e s o i s , é l i b r a r o s he de grado,
Ca s i s o i s d e a q ue s ta ti e r r a , no s vo s d a r é r e ca b a d o . ”
“ De ci d me d e d ó nd e s o i s o d e q ué l ug a r ,
Po r q ue p o d a i s a ns i d ’ a q ue s te p a n l e va r ,
E d a r é á ca d a g uno cua nto q ue r a i s me r ca r ,
Se g unt e l d i ne r o l o ha r é y o me s ur a r . ”
Y e l l o s l e d i j e r o n to d o s s us d i cta d o s
E l a ti e r r a d e d o e r a n, é có mo e r a n he r ma no s
F i l o s d e Y a co p é d e Is a c, muy a ma d o s
E n Je r us a l e m, a l l í d o e r a n f i nca d o s .
E ma nd ó e l R e y q ue e ntr a s e n d e l a nte d e l p r i va d o ,
E q ue l o s d i e s e n á co me r d e l ma y o r p e s ca d o ,
E q ue l o s g ua r d a s e n p o r to d o e l r e i na d o ,
E no l o s d e j a s e n i r , é to vi e s e ns s u ma nd a d o .
Y e l R e y , co mo l o s vi d o , ho b o p l a ce r co n e l l o s ,
E ma nd ó s e a d r e za r l ue g o d e ve s ti d o s b e l l o s ,
M i l ca b a l l e r o s a l co s ta d o e s q ue r r o , mi l a l d r e cho ,
De una p a r te p l a ce r , d e o tr a g r a nd d e s p e cho .
L o s ve s ti d o s q ue tr a í a e r a n d e g r a n va l o r
E r a n d e o r o é d e s e d a , é d e f e r mo s a l a b o r ,
E tr a i a p i e d r a s p r e co s a s , d e q ue s a l i a cl a r o r ,
M a s tr a i a a l g a l i a é muy r i co g o l o r .
638
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
E ma nd ó q ue d e ntr a s e n á ve y e r s u f i g ur a ,
E d i é r o nl e s a l va ci o n, s e g ún s u ca ta d ur a
E ma nd ó l o s a s e nta r co n b i e n y a p o s tur a ,
M a r a vi l l á r o ns e mucho d e s u b ue na me s ur a .
E l l o s e s ta nd o e n p i e d e s y e l R e y p o s a d o ,
H é te l o s a l R e y f i e r a me nte ca ta nd o ,
E l l o s no s e d ud a b a n ni n d e ha b i a n cui d a d o ,
T r a tá b a mo s e l R e y co n a mo r é d e g r a d o .
E q ue d e vi e r o n a l R e y b e l l a s u ca ta d ur a ,
Y úd a s d i j o : ” H e r ma no s , o i d mi l o cur a ;
T é mo me d e e s te r e y y d e s u e nco ntr a d ur a
R o g ué mo s l e l ue g o no s e nvi e p o r me s ur a . ”
Po r mucho q ue l e d i j e r o n, é l no l o q ui s o f a r ,
F a s ta e l te r ce r o d i a a l l i l o s f i zo e s ta r ,
F i zo l e s mucha ho nr a , cua nta l e s p ud o f a r ,
Ans i có mo a f i l o s l o s ma nd a b a g ua r d a r
L a me s ur a d e p a n d e o r o e r a o b r a d a ,
E d e p i e d r a s p r e ci o s a s e r a e s tr e l a d a ,
E e r a d e ve r to d a co n ta l g ui s a e ncl a va d a ,
Que f a ci a s a b e r a l R e y l a ve r d a d a p ur a d a .
Di j o l e s e l R e y , nue va s l e s d e ma nd a b a ,
L a me s ur a e n s u ma no , q ue s e l a me nta b a ,
Di ci é nd o l e s e l R e y q ue mi r a s e n l o q ue ha b l a b a n
Que s i d e ci a n me nti r a e l l a l o d e cl a r a b a .
Qui e n co n e l R e y ha b l a g uá r d e s e d e me nti r
N i e n s u r a zo n no n q ui e r a me nti r ,
Po r q ue cua nd o l o f a ci a r e ti ñi r ,
Y e l l a l e d e ci a ve r d a d s i n co ntr a d e ci r .
Di j o te s e l R e y : ” ¿ De q ui e n s e d e s f i l o s ,
O d e q ue l i na j e s e d e s ve ni d o s ?
Vé o s y o d e g r a n f ue r za , he r mo s o s é cump l i d o s
Vé o s q ue me l o d i g a d e s , é s e r e mo s a mi g o s . ”
E l l o s l e d i j e r o n: ” N o s o tr o s , Se ño r ,
So mo s d e l p r o f e ta , cr e y e nte a l Cr i a d o r ;
De Y a co p s o mo s f i l o s , cr e y e nte a l Cr i a d o r ,
E ve ni mo s p o r p a n s i ha l l a mo s ve nd e d o r . ”
E f i r i ó e l R e y e n l a me s ur a é f ó zo l a s o na r :
Pó ne l a á s u o r e l ha p o r o i r é g ua r d a r ,
Di j o te s e l R e y , é no q ui s o ma s d ud a r ,
639
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
“ Se g ún d i ce l a me s ur a , ve r d a d p ue d e e s ta r . ”
Di j o l e s e l R e y : ” ¿ Cuá nto s s o s , a ma d o s ? ”
E l l o s l e d i g e r o n: ” E r a mo s d o s e he r ma no s ,
Al uno s e co mi ó e l l o b o , s e g ún no s cui d a mo s ,
E e l o tr o q ue d a co n é l , s u a mo r a ca b a d o . ”
Di j o l e s e l R e y : ” Pr o me to a l Cr i a d o r ,
Si no p o r a ca ta r á vue s tr o p a d r e é s e ño r ,
Y o o s te nd r i a p r e s o s e n ca d e na co n d o l o r ,
M a s p o r a mo r d e l vi e j o , e nvi a r o s he co n ho no r . ”
E l l o s d i j e r o n: ” Se ño r , r o g á mo s te e n a mo r ,
Po r e l Se ño r d e l mund o , q ue te d i ó ho nr a é va l o r ,
N o s q ui e r a s e nvi a r á nue s o p a d r e e s e ño r ,
Y ha b r á s g ua l a r d o n é me r ce d d e l Cr i a d o r ” .
“ E no n ca te s á no s ma s a l vi e j o d e nue s o p a d r e ,
Po r q ue e s ho mb r e muy vi e j o é f l a co e n ve r d a d ,
Que s i tú l e co no ci e s e s , q ue r r i a s l e ho nr a r ,
Pó r q ue e s ho mb r e muy s a no é d e b ue na vo l unta d ” .
“ Y o no ca to á vo s o tr o s , ma s á q ui e n d e b o mi r a r
E a q ue l ho mb r e b ue no q ue me ve ni d e s á r o g a r ,
Al l á h me tr a i g a e n ti e mp o q ue y o l o p ue d a ho nr a r ,
Que co mo f a ce f i l ho á p a d r e , y o a s i l o q ui e r o f a r ” .
“ Sa l ud a d me a l vi e j o , á vue s o p a d r e e l ca no ,
Y q ue me e nvi e una ca r ta co n e l chi co , vue s tr o he r ma no ,
E q ué f ue d e s u tr i s te za q ue ha to r na d o e n va no ;
E s i a q ue s to o l vi d a i s , no o s d a r é mo s g r a no ” .
“ M a s e n vo s o tr o s no me f i o ni me ca y e e n g r a d o ,
M a s p o r q ue é mi s e y a ci e r to , q ue d e e l uno r e s ta d o
H a s ta q ue ve ng a l a ca r ta co n e l chi co , vue s o he r ma no ,
Y e n e s to e cha d s ue r te s cuá l q ue d a r á a r r e s ta d o . ”
E ca y ó l a s ue r te á uno q ue d e ci a n Si me o n,
E l q ue co r tó l a s o g a a T y s uf l a s a zo n
Cua nd o l o e cha r o n e n e l p o zo , y ca y ó a l l i e l va r o n,
E hub o d e f i nca r e nd e co n l a d i cha co nd i ci o n.
E l ue g o e l R e y ma nd ó l a mo ne d a d e l l o s s e r to ma d a ,
E l ue g o á ca d a uno e n s u j a co l i g a d a
E e l l o s no s e d ud a b a n ni n d e ha b i a n cui d a d o ,
F í za l o e l R e y p o r q ue to r na s e n d e g r a d o .
640
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Y e s p i d i é r o nl e d e l R e y , e vi ni e r o n muy p a g a d o s ,
E co nta r o n a l s u p a d r e d e l R e y é d e s us co nd a d o s ;
Que nunca vi e r o n ta l R e y , é d e ta nto s va s a l l o s ,
E d e b ue na ma ne r a é d e co ns e j o s s a no s .
E q ue s e ve r i f i ca b a e n to d o s u a f e r 8 0 3
A s u p a d r e Y a co p , e n ho nr a é s a b e r ,
Qui e n no l o co no ci e s e , é l e f ue s e á ve r ,
E nte nd e r i a q ue e s p r o f e ta , é ha b r i a l o á cr e y e r .
De s ta r o n l o s s a co s d e tr i g o , é hub i e r o n ca ta d o ,
F a l l a r o n l a cua ntí a q ue hub i e r o n l l e va d o ;
Di j e r o n a s u p a d r e : ” E s te e s ho mb r e a b o na d o ,
Que s o b r e to d a l a ho nr a l a cua nti a no s ha to r na d o ” .
“ M a s s e p a d e s , p a d r e , q ue é l o s e nvi a á r o g a r
Que l e e nvi é s á vue s tr o f i l ho , é no n l o q ue r a i s ta r d a r ,
Co n una ca r ta e s cr i p ta d e to d o vue s tr o a f a r .
Pa d r e , s i no no s l o d a i s , no no s ca b e ma s to r na r ” .
“ N i no s d a r á f e l p a n ni d e r e mo s cr e i d o s ;
Pa d r e , s i no s l o d á d e s s e r é mo s g ua r i d o s ;
T é r ne mo s nue s tr a f é é s e r e mo s cr e i d o s ,
E tr a e r e mo s d e l p a n é g a na r é mo s a mi g o s ” .
Dí j o l e s e l p a d r e : ” N o l o p o d r i a ma nd a r ;
E s te e s mi vi d a , é co n é l me he d e co nf o r ta r
N i e n vo s o tr o s y o no n q ui e r o ma s f i a r ,
Po r q ue a nte s d e a g o r a me ho b i s te s á f a l s a r .
“ Cua nd o l l e va s te s à Y us uf é no me l o to r na s te s ,
Que b r a nta s ta e s vue s tr a f e é vue s tr o s ho me na j e s ,
Pe r d i s te s é mi f i l ho co mo d e s l e a l e s ,
Y o me q ui e r o g ua r d a r d e to d a s vue s tr a s ma l d a d e s . ”
Po r mucho q ue l e d i j e r o n, é l no q ui s o f a r ,
N i p o r ni ng una vi a l o q ui s o o to r g a r ;
H o b i é nd o s e d e s o f r i r , é no n y a q ui s i e r o n to r na r ,
F a s ta q ue e l p a n f ue co mi d o , é no y a ha b i a q ue a ma s a r
E l a ho r a to r na r o n á s u p a d r e á r o g a r
Que l e s d i e s e á s u he r ma no é l o s q ui e r a g ui a r ;
Que a l b ue n R e y p r o me ti e r o n d e s i n é l no to r na r ,
E q u’ e l l o s l o s g us r d a r i a n s i n ni ng una cr ue l d a d .
803
Afer, lo mismo que pleito
641
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
T a nto l e d i j e r o n, é l e f ue r o n a r o g a r ,
Que vi e nd o l a g r a n f o r tuna , hó b o l o d e o to r g a r ,
Y e l l o s l e p r o me ti e r o n d e muy b ue n l e g ua r d a r
E d e no vo l ve r s i n é l j ur a l e d i e r o n á f a r .
Y á uno d e s us f i l o s f i zo f a ce r un e s cr i p to ,
E n e l a ua l d e ci a : ” A tú, r e y d e E g i p to ,
Sa l ud é b ue n a mo r d e Y a co p e l tr i s to ,
Y o te a g r a d e zco é tu f e cho é tu d i cto ” .
“ A l o q ue me d e ma nd a s , q ué f ue d e mi e s ta d o ,
Se p a s q ue mi ve j e z é mi b i e n he l o g r a d o ,
O l a mi ce g ue d a d , q ue y a s o y q ue b r a nta d o ,
Pr i me r o p o r f a vo r d e l Cr i a d o r ho nr a d o ” ,
“ E p o r Y us uf , mi f i l ho p a r te d e mi co r a zo n,
Aq ue l q ue e r a f ue r za d e mi e n to d a s a zo n,
Y e r a mi a mp a r o , é p e r d i l o s i n r a zo n,
N o s é , tr i s te , s i e s mue r to ó vi vo e n p r i s i ó n” .
“ E nti e nd o q ue s o y ma j a d o d e l R e y ce l e s ti a l ;
Y a ns i , q ue d e s te mi f i l ho to me s ma nci l l a é p e s a r ,
E l o q ue y o te r ue g o , co mo a R e y na tur a l ,
Que me vue l va s a mi f i l ho , ca p o r é l s o y y o mo r ta l ” .
“ Que s i no p o r e s te f i l ho , y o y a s e r i a f i na d o ;
Que é l me d a b a e o nhue r to d e Y us uf , e l mi a ma d o ,
Y o te l o e nvi o e n f e q ue me l o to r ne s p r i va d o ,
E ng uá r d e te e l Al l á h, s e ño r a p o d e r a d o ” .
De q ue l a ca r ta f ue f e cha , d i l o l o s é l d e g r a d o :
“ F i l o s , l o s mi s f i l o s , cump l i d e l mi ma nd a d o ;
N o e ntr e i s o i r una p ue r ta , ma s p o r mucha s p r i va d o ,
Po r q ue s e r i a me j o r , p o r q ue a ns í l o he p r o b a d o . ”
De s p i d i é r o ns e d e s u p a d r e , é f ue r o n co n a l e g r í a ;
Ca mi na r o n to d o s j unto s l a no che y e l d í a ;
E l l e g a r o n á l a ci ud a d d o n e l ca l o r d e l d í a ;
Y e l R e y , co mo l o s up o , hy b o g r a n me j o r í a .
E ma nd ó s e a d e r e za r e l R e y d e r i ca s ve s ti d ur a s ,
Y a to d a s u g e nte muy r i ca s ca b a l g a d ur a s ,
E mb a l s a mi e nta d e o r o é s a f o ne r i o s d e g r a n me ms ur a ,
De d i ve r s a s ma ne r a s , y o l o r e s d e g r a n a l tur a .
Cua nd o f ue a ca b a d o l o q ue e l R e y ho b o ma nd a d o ,
M a nd ó q ue d e ntr a s e n d e l a nte d e é l p r i va d o ,
642
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Y cua nd o e l l o s i b a n p o r l a co r te d e ntr a nd o ,
E chó l e s p a l ma s e l chi co e n l a s l r e s d e g a d o ,
E b e s ó l e s p o r s u ca r a é p o r s u ve s ti d ur a ;
R e b tá b a nl o l o s o tr o s q ue ha ci a g r a n l o cur a ,
Di ci e nd o : ” ¿ Qué ha ce r , l o co , d e s i n co r d ur a ?
¿ E nti e nd e s q ue p o r ti ta n p ue s to a q ue s ta he r mo s ur a ? ”
Di j o l e s : ” H e r ma no s , r ue g o s no vo s q ue j e d e s ;
Oi d mi r a zó n, q ue l ue g o l o s a b r é d e s ;
M a s co nvi é ne o s , he r ma no s , q ue o s a p a r a j é d e s ,
Po r q ue e nti e nd a e l R e y q ue p a r i e nte s b ue no s te ne d s e . ”
E co no ci e r o n to d o s q ue te ní a r a zó n,
T o ma r o n s u co ns e j o co mo d e b ue n va r o n,
E f ue r o n d e l a nte e l R e y co n b ue na co nd i ci o n,
De p a r te d e l p a d r e e r a l a s u g e ne r a ci o n.
T a nto e r a e l R e y d e a p ue s to , q ue no l o co no ci a n;
U no s ce r ti f i ca b a n, y o tr o s no p o d i a n,
Y e l R e y s e s o nr i ó , é d í j o q ué q ue r i a n
O d e q ué ti e r r a e r a n, q ue b ue na g e nte p a r e ci a n.
T r a i a co n é l una ca r ta e s cr e i p ta ,
De l e s ta d o d e s u p a d r e é d e s u vi d a f e i ta ;
E l R e y cua nd o l a l e y ó , l l o r ó co n g r a nma nci l l a ,
Y cub r i ó s e d e l o s o tr o s , q ue e l l o s no l o vi a n.
E l ue g o ma nd ó e l R e y á to d o s s us me ne s te r e s
De e mb a s i l l a mi e nto d e o r o q ue hi nchi e s e n l a s me s a s
E o tr a s ta nta s d e p l a ta d e d i ve r s a s ma ne r a s ,
E ma nd ó l e s a s e nta r á q ue co mi e s e n e l e l l a s .
E d e q ue f ue r o n s e nta d o s , ma nd ó q ue l o s s e r vi e s e n
E ma nd ó e l R e y q ue d e d o s e n d o s co mi e s e n,
Áns i co mo na ci e r o n, q ue a ns i l o hi ci e s e n,
Po r q ue á é l l e p a r e ci a q ue no s e e nd e e s tuvi e s e n.
De q ue vi e r o n d e co me r e ntr e d o s una e s co d i l l a ,
H ub o d e f i nca r e l ci co co n s u ma no e nl a me j i l l a ,
Po r q ue f i nca b a s o l o , tr i s te co n ma nci l l a ,
643
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Po r tr i s te za d e s u he r ma no , q ue e r a d e una na ci d a .
E ve d ó s e l e e l co me r , p o r d o l o r d e s u he r ma no ,
Po r q ue ca d a g uno co mi a co n s u p a r co r e a no ,
L l o r a nd o co n tr i s te za , y e l s u me o l l o va no ,
E d e j ó d e co me r e l b ue n f i l ho d e l ca no .
Cua nd o a q ue s to ho b i e r o n f e cho , ca y ó a mo r te ci d o ,
E e l R e y , cua nd o l o vi d o , á é l f ue a r r e me ti d o ;
T o mó l o d e l a ma no . É ho nr ó l o e l va l i d o
……………………………………..804
Di j o e l R e y : ” Ami g o , ¿ Qui é n te ha f e r i d o ? ”
Di j o é l : ” Vo s s o s , s e ño r cump l i d o ,
Que me me mb r a s te s á mi he r ma no é l b e l l i d o ,
E l cua l mi co r a zó n no l o he chó e n o l vi d o . ”
Di j o e l R e y : ” Ami g o ¿ q ui é r a s me p e r d o na r ,
Que y o no s a b i a q ui e n e r a s ni d e q ué l ug a r ?
Pue s q ue tu f i nca s s o l o , ha b r é te d e a co mp a ña r
E n l ug a r d e tu he r ma no , co n tú q ui e r o y a nta r . ”
Si r vi ó l e e l R e y d e muy b ue na vo l unta d ,
E ma nd ó q ue l e p a r a s e n me s s a d e g r a n b e l d a d ,
Que q ui e r e co me r co n é l , q ue l e ha b i a p i e d a d .
T a nte f ue l a b o nd a d d e l R e y , y ho nr a q ue l e f ue á d a r ,
Que l e q ui tó l a i r a , e co mi ó co n é l d e g r a d o ;
Sus he r ma no s , q ue l o vi e r o n, to ma r o n ma l cui d a d o ;
E p o r i nvi d i a q ui s i e r a n ha b e r l o ma ta d o ;
Di ci e nd o uno s á o tr o s : ” Aq ue s te nue s tr o he r ma no
“ Al l á co n nue s tr o p a d r e l ue g o ha r á g r a nd i a ,
De q ue s e r é mo s e n nue s tr a ti e r r a é é l to d a ví a .
-Y o co mí co n e l R e y p o r q ue l o me r e ci a ,
Y a q ue s to s á mi s p i e d e s d e no che é d e d i a . -“
Di j ó l e e l R e y s i ha b i a mo l l e r é f i l ho ;
Y é l l e d i j o : ” H e mo l l e r co n tr e s ni ño s ;
Po r d e s e o d e Y us uf , p ús e l e s no mb r e s p i a d o s o s ,
Al cua l mi co r a zó n no l e he cha e n o l vi d o .
“ Al uno d i ce n L o b o , y a l o tr o d i ce n Sa ng r e ,
Y a l o tr o d i ce n Y us uf , f i l ho d e b ue na ma d r e
804
Aquí falta un verso.
644
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
E s to p o r q ue d i j e r o n mi s he r ma no s á mi p a d r e
Que e l l o b o ma l d i to e n Y us uf s e f ue a p a r ta d o
“ T r a j e r o n e n s a ng r e l a s u ca mi s a cl a r a ,
E y o co n a q ue s to s no mb r e s no o l vi d o s u ca r a
N o o l vi d o , ni d e no che ni d e d i a e nca r a 8 0 5 ,
Po r q ue é l e r a mi vi d a é e r a mi a mp a r a ” .
“ N a ci mo s d a mb s j unto s e n e l vi e ntr e d e mi ma d r e ,
Y húb o s e d e p e r d e r e n e l ti e mp o d e mi p a d r e ;
N o s é , tr i s te , s i e s mue r to ó vi vo e n ti e r r a o ma r e ,
H a b é i s me l o ma nd a d o , é f i cí s te me p e s a r e . ”
Y a q ue j ó s e l e a l R e y á l a ho r a e l co r a zo n,
Y q ui s o e cha r vo ce s y e ncub r i r l a r a zó n;
Y to mó l o d e l a ma no y a p a r tó l o á un r i ncó n;
Y d i j o te e l R e y y ha b l ó l e co mo va r o n” .
Di j o te e l R e y : ” ¿ Co nó s ce me e s cud e r o ? ”
Y é l l e d i j o : ” N o , á f e d e ca b a l l e r o . ”
Di j o : ” Y o s o y Y us uf , y o s o y tu he r ma no ce r te r o . ”
Y a b r a zá r o ns e d a mb o s y a nd a r i a n un s i l l e r o .
T a nto to mó d e l g o zo co n Y us uf s u he r ma no ,
Que ca y ó a mo r te ci d o e l s u me o l l o va no ;
Y e l R e y , co mo l e vi d o , to mó l e d e l a ma no .
Di j o l e s : ” N o ha y a s mi e d o mi e ntr a s y o s e y a s a no . ”
Ap a r tó l o e l R e y , y d i ó l e e s ta r a zo n:
“ Y o q ui e r o q ue f i nq ue s co n mí e n to d a s a zo n;
N o l o s a b r á ni ng uno , muj e r ni va r o n;
Y o ha ce r l o he co n b ue n a r te é muy b ue na r a zo n. ”
“ E p o r f a r l o ma s s e cr e to , te f a g o s a b i d o r ,
p o r q ue no n ha y a s mi e d o ni ni ng una te mo r ;
y o ma nd a r é me te r l a me s ur a d e va l o r
d e ntr o e n e l tu s a co , y e s to p o r tu a mo r . ”
N i ng uno s a b i a d e l R e y l a p a r i d a d ,
Y e nvi ó l e s á to d o s d e b ue na vo l unta d ;
Ca mi na r o n to d o s j unto s , to d a l a he r ma nd a d ,
E d a l l i o y e r o n vo ce s d e g r a n cr ue l d a d .
E p a r á r o ns e to d o s a ve r q ué q ue r i a n
E vi e r o n q ue e r a e l R e y co n g e nte , q ue co r r i a n
805
Tiene el mismo significado que aún.
645
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
Di s i e nd o : ” ¡Gua r d á o s , tr a i d o r e s , q ue hb e i s he cho f a l s i a !
M a l a o b r a o b r a s te s a l R e y to d a ví a . ”
“ De ci d no s , ¿ q ué q ue r e d e s ó q ué d e ma nd á d e s ,
O q ué o s ha n f ur ta d o , q ue a ns i o s q ue j á d e s ? ”
E e l l o s l e s d i j i e r o n: ” L a me s ur a vo s to ma s te s ,
L a q ue d e ci a a l R e y to d a s l a s ve r d a d e s .
“ Dé l a q ui e n l a ti e ne , y a l b r i ci a s l e d a r é mo s
U n ca f i z d e tr i g o d e l me j o r q ue te ne mo s . ”
Y e l l o s l e s d i j i e r o n: ” Po r l a f e q ue te ne mo s
N o s o mo s ma l f a uto r e s , q ue no s no n l o f a r é mo s .
“ N o ve ni mo s d e na tur a d e f a ce r d e s a g ui s a d o s ;
no l o ha b e mo s f e cho e n e l ti e mp o p a s a d o ;
e s to b i e n s a b e d s e , p ue s no s l o ha b e i s p r o b a d o ;
no no s q ue j e i s a q ue j a mi e nto a i r a d o . ”
E d i j o un ca b a l l e r o a q ue s ta r a zo n:
“ Ami g o s , s i me nté d e s ¿ Qué s e r á e n g ua l a r d o n? ”
Y e l l o s l e s d i j e r o n: ” Ca ti vo q ue d e e l l a d r o n,
Al us o d e l a ti e r r a co n muy b ue na r a zo n. ”
B us ca r o n l o s s a co s d e l tr i g o , á ca d a uno e p r i va d o ,
De j á r o s l e e n ta l me nte e l d e l chi co a ta d o ;
Sus he r ma no s , d e q ue l o vi e r o n, to ma r o n ma l cui d a d o .
Po r q ue co mo s u s a co no l o ha b i a n b us ca d o .
Di j i e r o n a l R e y y ta mb i e n a l s u ca ud i l l o ,
Po r q ue no ha b i a n b us ca d o e l s a co d e s u he r ma ni l l o
Di j i e r o n e l l o s : ” Ante s va mo s a l ca s ti l l o . ”
E e l l o s me s mo s l e b us ca r o n, é f a l l a r o n e l f ur ti l l o .
E d e q ue vi e r o n e l l o s to d o s l o s he r ma no s
Que e r a l a me s ur a , q ue d á r o n e s p a nta d o s ,
Di j e r o n: ” ¡Oh he r ma no ! Có mo no s ha s a vi l ta d o ,
Que te ha b é a co nte ci d o , q ue d a mo s d e s ho nr a d o s . ”
Di j o : ” H e r ma no s , r ue g o s no vo s a q ue j é d e s ;
Oi d me r a zo n, q ue l ue g o l o ve r é d e s ,
Que y o cul p a no vo s te ng o , é l ue g o l o o to r g ué d e s ;
N o l o q ue r r i a f a r p o r cua nto vo s te ne d s e .
646
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
“ Si d e ci s q ue no s a b e i s , ta mp o co s a b o y o ,
Que a q ue s to nunca f ur té , ni nunca ta l f i ce y o . ”
Sus he r ma no s , q ue l o vi e r o n a ns í r a zo na r ,
L ue g o co n a q ue l l o hub i e r o n á s o s e g a r ;
Di j e r o n. ” Se ño r , s i ha f ue r ta d o , no l o ha y a s á ma r a vi l l a ,
Que un he r ma no te ni a d e muy ma l a p é l e l a ;
Cua nd o e r a chi co , f ur tó no s l a ci nta b e l l a ;
E l l o s e r a n d e una ma d r e , e no s o tr o s no n d e a q ue l l a . ”
E s o nr i e s e e l R e y d e ntr o d e s u co r a zo n,
De l a p a l a b r a ma l a d i cha á s i n r a zo n.
Di j o l e s e l R e y : ” Y o vo s d i g o l a s a zo n,
Que to d o s á mi te ne d e s tr a za s d e l a d r o n. ”
E ma nd ó q ue l o to ma s e n é l o l a va s e n r a s tr a nd o ,
M a s no d e ma ne r a q ue l o ha b i a ma nd a d o ,
M a s p o r q ue s us he r ma no s f ue s e n ce r ti f i ca d o s
Que l o l e va b a n p r e s o , y e s to ma l d e s u g r a d o .
M a nd ó l o e l R e y l e va r á s u cá ma r a r e a l
F a s ta q ue s us he r ma no s f ue s e n a y a nta r ;
E cund o f ue r o n i d o s é ma nd a d o s d e l l ug a r ,
E l R e y s e f ue a p r i s a á s u he r ma no á f a b l a r .
E to má r o ns e l o s d o s l ue g o d e ma no a ma no ,
Di ci é nd o l e e l R e y : ” Y o s o y Y us uf , tu he r ma no ,
E l q ue f ue p e r d i d o d e mi p a d r e e l ca no ,
E l cua l p o r mi e s tr i s te , y y o p o r é l s o y s a no . ”
M a nd ó l o a d r e za r e l R e y d e no b l e s p a ño s p r i va d o s ,
L o s me j o r e s q ue ha b i a e n to d o s s us r e i na d o s .
Di j o te e l R e y : ” H e r ma no a ca b a d o ,
R ué g o te q ue te a l e g r e s é f a g a s l o q ue ma nd o ” .
“ Ir he á nue s tr o s he r ma no s , y ve r é e n q ué a nd a n
O q ue q ue r r a n f a ce r , é ve r é q ué d e ma nd a n. ”
Cua nd o e l R e y f ue a e l l o s , f a l l o l o s q ue p e ns a b a n,
T r i s te s é ma l a nd a nte s , co n ve r g üe nza a nd a b a n.
F i r i ó e l R e y e n l a me s ur a , co mo d e p r i me r o ,
647
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
E l s o n e ncui ta b a e l b ue n R e y ve r d a d e r o ,
Di ci é nd o l e s : ” ¿ Qué d i ce e s te s o n ce r te r o ? ”
Y d i j é r o nl e e l l o s : ” N o l o e nte nd e mo s a f é ca b a l l e r o .
“ -Di ce a q ue s te s o n q ue to d o s ha b e i s p e ca d o ,
De tr e i nta a ño s a cá , q ue no o s ha b e i s to r na d o . ”
E co me nza r o n d e p l o r a r , é d i j e r o n: ” Se ño r ho nr a d o ,
Qui é r e no s p e r d o na r , é d e l ma y o r e nd e ha b r á s g r a d o .
“ E no ca te s a no s , q ue a nd a mo s e n va no ;
M a s ca ta á nue s tr o p a d r e , q ue y a e s a nci a no ;
Que s i tu l e co no ci e s e s á nue s tr o p a d r e e l ca no ,
L ue g o l e e nvi a r á s a l p r e s o nue s o he r ma no . ”
E cua nd o o y e r a e l no mb r e d e Y a co p no mb r a r
Af l i g i ó s e l e e l co r a zo n, y e l R e y cui d ó l l o r a r ;
Dí j o l e s : ” Ami g o s , s i no f ue r a p o r a ca ta r
A vue s o p a d r e Ja co b , y o o s f a r i a ma ta r . ”
Di j o te s e l R e y : ” Id vue s a ca r r e r a ;
N o vo s he me ne s te r p o r ni ng una ma ne r a ;
Vue s o p a d r e me r o g ó p o r s u ca r ta ve r d a d e r a
Que l ue g o o s e nvi a s e e n to d a ma ne r a . ”
Vo l vi é r o ns e a l R e y d e ca b o a r o g a r
Que l e s d i e s e á s u he r ma no é l o s q ui e r a g ui a r ,
Que á s u p a d r e p r o me ti e r o n d e s i n é l no to r na r ,
E to ma s e a l uno d e l l o s , é l o p us i e s e e n s u l ug a r .
Di j o te s e l R e y : ” E s o no s e r i a r a zo n,
Que y o to ma s e a l ca ti vo é d e j a s e a l l a d r o n;
Id d e a q uí , no me e no j e i s , q ue me ha ce i s g r a n s e r mó n
Y e mè za d d e ca mi na r ; q ue no ha b r e i s ma s r a zo n. ”
Ap a r tá r o ns e a s u co ns e j o , e n q ué ma ne r a f a r i a n,
O á s u p a d r e q ué r a zo n l e d a r i a n,
O s i p o r f ue r za d e a l l i l o s a ca r i a n,
E l a f e q ue d i e r o n có mo s e l a te nd r i a n.
Co me nzó d e d e ci r Y úd a s e l ma y o r ;
“ Id a l vue s o p a d r e , é co nta d l e l a r a zo n,
q ue s u f i l ho ha f ur ta d o , f í za no s d e s ho no r ,
q ue e l R e y l o ti e ne p r e s o p o r f ur to d e g r a n va l o r . ”
“ Po r q ue s e p a d e s , he r ma no s , q ue y o d e a q uí no p a r ti r í a ,
Que to d o s l o p r o me ti mo s d e no ha ce r f a l s í a ,
648
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
N i a nue s o p a d r e me nti r no s e p o d r i a ;
F a s ta q ue e l R e y l o ma nd e , y o d e a q uí no i r i a .
“ M a s f a g a mo s ta nto , s i no s ca y e e n g r a d o ,
Vo l va mo s a l R e y , é r o g ué mo s l e p r i va d o ,
y s i no l o q ui e r e F a ce r , p o ng a mo s hi r e ca b d o ,
Co mb a ti r e mo s e l ca s ti l l o , e n l a ci ud a d e ntr a nd o .
“ Y o f a l l o e n l a ci ud a d nue ve b a r r i o s g r a na d o s ,
Y e l p a l a ci o d e l R e y e s a l un co s ta d o ,
Y o cmb a ti r é a l R e y é ma ta r l e he á r e ca b d o ,
Y vo s o tr o s a l a ci ud a d , ca d a uno á s u b a r r i o . ”
Y d e ntr ó Y ud a s a l R e y , s a ñud o co mo un l e ó n,
Di j o : ” R ué g o te , R e y , q ue me d e s un d o n,
Que me d e s á mi he r ma no , y ha b r e mo s g ua l a r d o n;
Y s i no l o q ui e r e s f a ce r , to ma r no n q ui e r a s ho no r .
Di j o te s e l R e y : ” F a ce d l o q ue q ue r r e d e s ;
Que e n ma l g r a d o o s l o p o ng o , s i vo s no l o f a ce d e a ;
Que s i vo s s o i s d e f ue r za , o tr o s e nd f a l l a r é d e s ,
q ue e n l ug a r s o i s a g o r a ó me ne s te r l a ha b r é d e s . ”
Y d a s s e e ns a ñó d e una s a ña muy a i r a d a ,
E l to mó una mue l a mucho g r a nd e e p e s a d a , ç
E chó l a p o r ci ma e l mur o , co mo s i f ue r a ma nza na ;
M a nd ó l a vo l ve r e l R e y á s l ug a r s i ti a d a .
Al l e g a s e e l R e y á l a mue l a p r i va d a ,
Y p us o e l p i e e n e l o l ho 8 0 6 , y e chó l a muy a i r a d a ,
M uy a l ta p o r ci ma e l mur o d o nd e e r a p o s a d a ,
E f í za l o l i g i e e r a me nte s i n l a f a l d a a r r e ma ng a d a .
Y ud a s e n a q ue l l a ho r a e mp e za s e a e ns a ny a r ,
Y e l R e y , co mo l o co no ci a , d e j o l e b i e n hi ncha r ,
E cua nd o e nte nd i ó q ue ha b i a d e va ci a r
As e ñó á s ú f i l ho q ue l o f ue s e a to ca r .
E l e va ntó s e s u f i l ho , e f ué l o a to ma r
806
Agujero de la muela de un molino.
649
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
De l a nte d e l R e y s u p a d r e l o f ue á l e va r ,
Y l ue g o l a s a ña s e l e f ue á q ui ta r ,
E ta mb i e n l a f ue r za l e f ue a f a l ta r .
F ue a b us ca r a s us he r ma no s , é no n d ub d ó co s a ,
“ E n mi a l ma me ha to ca d o e s ta cr i a zo n d o no s a ,
E nti e nd o q ue e s cr i a zo n d e Ja co b , e s a b a r b a ca no s a ; ”
E f ué l o s á b us ca r p o r l a ci ud a d f e r mo s a .
E cua nd o l o s f a l l ó d i j o : ” H e r ma no s , ¿ q uí e n me ha to ca d o ?
E l l o s l e d i j e r o n: ” N o no s , á l a f e , he r ma no . ”
Di j o : “ Ci e r to y o s o y , s e g ún mi cui d a d o ,
De l a cr i a nza d e Y a co p a nd a p o r e l me r ca d o . ”
Al l í f a b l ó Y a hud a á to d o s s us he r ma no s :
“ E s te e s e l co ns e j o d e l o s ho mb r e s ma l o s ;
Cua nd o y o vo s d e cí a no s e y a mo s y e r r a d o s ,
E no me q ui s i s te i s cr e y e r , ca i mo s e n l o s l a zo s .
“ Cua nd o y o d e ci a a l g un b i e n, no me q ue r i a i s e s cucha r ,
De mi p a d r e me p a s a cua nto me p ue d e p a s a r ,
R e g ue mo s a l cr i a d o r q ue no s ha y a p i e d a d ,
E ta mb i é n a l no b l e R e y q ue no s q ui e r a p e r d o na r . ”
Al l i f ue a f a b l a r Y ud a s e l ma y o r :
“ Va mo s d e l a nte e l R e y co n muy f e r mo s a r a zo n,
E d e cua l q ui e r a ma ne r a d e ma nd é mo s l e p e r d ó n.
Que r r i a q ue f ué s e mo s f ue r a d e l r e i no d e l L e o n. ”
E f ué r o ns e a l R e y , e d i j é r o nl e e s ta r a zo n:
“ ¿ Que r e i s a ca ta r p r me r o a l Cr i a d o r
Y á nue s o p a d r e Y a co p , d e Al l á h co no ce d o r ? ”
Di j o l e s e l R e y : ” Gue r r a me hi ci s te s y e r r o r .
“ Y o o s q ui s e mo s tr a r mi f ue r za á mi ve ntur a ,
Po r q ue e nte nd i é s e d e s to d o s co n s e s o é co r d ur a
Que l a nue s tr a f ue r za no s s o b r a p o r na tur a . ”
E p e r d o nó l o s e l R e y , y a s e nta s e l a me s ur a .
E l l o s s ta b a n a l e g r e s , p o r q ue e l R e y o s ha p e r d o na d o ,
E d í j o l e s e l R e y : ” Ami g o s , l a me s ur a me ha f a b l a d o ;
E d i ce q ue a d a q ue l vue s o he r ma no e n un p o s o ha b e i s
e cha d o
Y o cr e o q ue l o f i ci s te s a e s o ma l s u g r a d o .
“ E cua nd o l o s a ca s te s , p o r ma l p r e ci o f ue ve nd i d o ,
Dí s te s l o p o r ve i nte d i ne r o s , co mo mo zo a b a ti d o . -
650
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
R o g á mo s te , s e ño r , q ue s e a mo s cr e i d o s ,
N o cr e y a s ta l e s ma l e za s , d e ta l p a r te no ve ni mo s . ”
E s a có e l R e y una ca r ta q ue te ni a e n a l za d o ,
E s cr i p ta e n he b r a i co d e l ti e mp o p a s a d o ;
De có mo l o ve nd i e r o n é l o hub i e r o n me r ca d o ,
Gua r d a b a l a tuvo e l va l i d o f a s ta d a q ue l e s ta d o .
Y úd a s to mó l a ca r ta é l e y ó l o s d i cta d o s ,
L l o r a nd o d e s us o l ho s , to d o s ma r a vi l l a d o s ;
Di ci e nd o : ” ¿ Qui é n d i o e s ta ca r ta a l R e y e n s us ma no s ? ”
Di j o l e s e l R e y : ” N o n s e y á d e s d ud a d o s . ”
Di j e r o n: ” Se ño r , a q ue s ta e s l a ca r ta ,
De l ca ti vo q ue te ní a mo s , é d í mo s l a p o r f a l s a . ”
Y úd a s l e y ó l a to d a s i n f a l ta ;
Di j o l e s e l R e y : ” So i s d e muy ma l a ca s ta . ”
E f i d i ó e l R e y e n l a me s i r a co mo d e p r i me r o ,
Y e l s o n e ncui ta b a e l b ue n R e y ve r d a d e r o ,
Di ci é nd o l e s e np ue s : ” Di ce e s te s o n ce r te r o
Que a q ue l vue s o he r ma no e s vi vo e ca b a l l e r o . ”
“ Ad e má s s i ni f i ca q ue é l ci e r to no e s mue r to .
E q ue a un ve nd r á co n muy g r a n co nhue r to ,
E d i r á a to d a s l a s g e nte s l o s q ue s e ha b i a n vue l to ,
Y á to d o s l o s d e l a ti e r r a l o s q ue l e ha n f e cho tue r to ” .
“ e d i r á a q ue s te s o n, q ue to d o s s o i s p e ca d o r e s ,
e q ue a vue s o p a d r e hi ci s te i s ma l a s l a b o r e s ,
y q ue e s l a s u tr i s te za p o r l o s vue s o s y e r r o r e s ,
ca d a d i a l e e ntr i s te ce d s e , co mo f a ce n l o s tr a d o r e s . ”
Y e l R e y , cua nd o a q ue s to vi d o , l l a mó a s us p r i va d o s ,
Qq ue vi ni e s e n l o s f e r r e r o s é l e s co r ta s e n l a s ma no s ,
Y e l l o s d e s q ue l o s vi e r o n co n cuchi l l o s y ma zo s ,
Di j e r o n: ” Pe r d i d o s s o mo s p o r nue s o s p e ca d o s . ”
E d i j e r o n a l R e y : ” Si no s o tr o s l o s vi é s e mo s ,
L a ti e r r a q ue é l p i s a s e p o d o s l a b e s a r é mo s
M a s co nvi é ne no s q ue no s r e me d i é mo s
E me j o r e mo s ve ntur a , é to d o s e s ca p a r e mo s . ”
E p e r d o nó l o s e l R e y , p ue s q ue r e co no ci e r o n
Que a nd a b a n ue r r a d o s , é s e a r r e p i nti e r o n,
E hi ci e r o n b ue na s o b r a s , é a ns i l o p r o me ti e r o n,
651
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
E f ue r o n á s u p a d r e , é g r a nd e a l e g r i a hi ci e r o n.
Al l i s e f ue á q ue d a r Y úd a s é Si me o n,
Y no f ue r o n á s u p a d r e ma s d e o cho , no n,
Y e l p a d r e , cua nd o l o s vi d o , d i j o a q ue s ta r a zo n:
“ N o n ha b é d e s ve r g üe nza d e muj e r ni d e va r o n.
“ ¿ Qué s o n d e vue s o s he r ma no s , e l ma y o r e me no r ,
Ca nd e l a d e mi s o l ho s , q ue p o r é l s o y co n d o l o r ? . . . ”
Di j é r o nl e : ” Pa d r e , l a me s ur a f ur tó a l E mp e r a d o r ,
E l r e y l o ha b r i a mue r to , s i no n f ue r a p o r tu a mo r .
Y q ue d a n p o r tu ve r g üe nza Y úd a s y Si me o n,
N o n q ui s i e r o n ve ni r p o r ni ng una r a zo n. ”
E d i j o l e s e l p a d r e : ” Ve ni d e s co n tr a i ci o n,
De g ui s a f a r é d e s q ue no n d e q ue d a r á mo r g o n.
“ Ca d a d i a me ng ua d e s , e cr e ce mi tr i s tur a ,
Y a un te s ti g uá d e s f i r me me nte e n l o cur a
Que mi f i l j o f ur tó a l R e y l a me s ur a . ”
Y d i j e r o nl e : ” Pa d r e , l o q ue vi mo s e s ci e r to to d a ví a . ”
E f i zo l e s una ca r ta p a r a d a q ue l r e y ho nr a d o ;
E nvi á j a l e á d e ci r q ue b us ca s e n á s u he r ma no .
Y Y us úf e l chi co , e l ma l a ve ntur a d o ,
Po r d o q ui e r a q ue p a s a s e n s i e mp r e p r e g unta nd o .
Y d i j i é r o nl e : ” Pa d r e , vo l ve d e n vue s a co r d ur a ,
Ag o r a no o s hi me nté d e s d e mue r to s s i n f i g ur a . ”
Dó j o l e s : “ F a ce d l o q ue y o ma nd o ; q ue y o s é d e l a a l tur a
L o q ue vo s o tr o s no s a b e i s , d e b ue n Se ño r d e na tur a 8 0 7
807
No hemos podido encontrar el resto de este poema, incompleto
como puede verse, y del que sin embargo no deben faltar muchas estrofas.
652
Apéndice D
El Alhadits de Jusuf
recitado en público. Todavía hoy en día su lectura nos lleva
insensiblemente a un canto lejano, nos parece oír la voz de
los camelleros árabes o de los arrieros españoles, según que lo
que predomine sea el aire oriental o la modulación del
romance. No conozco nada más atrayente que la forma de la
antigua poesía de los romances; nada que tenga un carácter
tan particular, tan original, tan distinto de todo lo que se
pueda encontrar en otra parte dentro de este mismo genero.
653
Apéndice E
El libro del Rabbí Santob
APÉNDICE E.
------
Se ño r R e y , no b l e , a l to ,
Oy e s te s e r mó n,
Que vy e ne d e s y r Sa nto b , Que l ue g o no n cui d a ua ,
Jud i o d e Ca r r i o n, Que ta n g r a nt me j o r i a
A e l l o s f y nca ua
Co muna l me nte tr o va d o N i o me n l o e nte nd i a .
De g l o s a s mo r a l me nte ,
De l a f i l o s o f i a s a ca d o Qua nd o l a r o s a s e ca
Se g unt q ue va s y g ui e nte . E n s u ti e mp o s a l e ,
E l a g ua d e l l a f y nca
Qua nd o e l R e y Do n Al f o ns o R o s a d a , q ue ma s va l e .
F y nó , f y ncó l a g e nte ,
Co mo q ua nd o e l p ul s o As i vo s f y nca s te s d e l
F a l l e s ce a l d o l i e nte . Pa r a mucho tur a r ,
E f a s e r l o q ue e l E s a muy p o co tr e cho .
Co b d i ci a va l i b r a r
¿ Có mo s e r í a ta n g r a nd e
Co mo l a d e l Cr i a d o r ,
Co mo l a d e b d a mi a Que to d o e l mund o a nd a
Que a vo s muy p o co mo nta E fas e n de rre do r
Co n l a cua l y o p o d r i a
B e vy r s y n to d a o nta , And a r a q ue l l a r ue d a ,
E l s o l e l a s e s tr e l l a s ,
E s ta nd o y o e n a f r ue nta E j a má s nunca q ue d a ,
De mi e d o s d e p e ca d o s , ¿ E s a b e cue nta d e l l a s ?
Que mucho s f i s s y n q ue nta ,
M e nud o s e g r a na d o s . Cua nto e l tu e s ta d o
E s a nte l a s u g l o r i a ,
T e ni a me p o r mue r to , M o nta e l tu p e ca d o
M a s vy no me e l ta l a nte A s u my s i r i co r d i a .
U n co nho r te muy ci e r to ,
Que me f i s o vi e n a nd a nte . Se r í a co s a e s tr a ña
M uy f ue r a d e na tur a ,
Ome n to r p e , s i n s e s o , L a tu y e r r a ta ma ña
Se r i a a Di o s b a l d o n Se r co mo s u me s ur a .
L a tu ma l d a t e n p e s o
Po ne r co n s u p e r d o n. E t d e s to no n te ma s
Que s e r no n p o d r í a ,
E l te f i s o na s ce r , Que no n to r ne s j a ma s
B y ve s e n me r ce d s uy a ; E n l a tu r e b e l d i a ,
¿ Có mo p o d r i a ve nce r
A s u o b r a l a tuy a ? M a s e n te a r r e p e nty r
E f a ce r o r a ci o n,
Pe ca r e s l a tu ma ña , E t me r ce d l e p e d y r
E l a s uy a p e r d o na r , Co n ma g ni f e s ta ci o n.
E l a l o ng a r l a s a ña ,
L o s y e r r o s o l ui d a r , De to d o l o p a s a d o ,
E p a r ty r d e l l o ma no ,
B i e n co mmo e s ma s a l to Co n ta nto p e r d o na d o
E l ci e l o q ue l a ti e r r a , Se r a s b i e n d e l y vi a no .
E l s u p e r d o n e s ta nto E t no n s a b e l a p e r s o na
M a y o r q ue l a tu y e r r a . T o r p e q ue no n s e b a l d o na
Po r l a s p r i e s a s d e l mund o
Se g unt e l p o d e r s uy o Que no s d a a me nud o .
T a nto e s l a s u o b r a s uy a ,
Sa g unt e l p o d e r tuy o I no n s a b e q ue l a ma ne r a
T a l e s l a o b r a tuy a . De l mund o e s ta e r a ,
Ob r a r d e o me n q ue na d a T e ne r s y e mp r e vi ci o s o s
E s to d o e l s u f e cho , A l o s o nb r e s a s tr o s o s ,
Ca s u vy d a p e na d a ,
E t s e r ( d e ) g ue r r e a d o s E s te p a nd e r o ma ns o
L o s o me s o nr r a d o s , Avr á e l s u r r e ty nto ;
Al ça l o s o j o s é ca ta ,
E ve r á s l a ma r a l ta , So na r á ; ve r ná d i a ,
Avr á s u l i b e r ta d ,
E t s o b r e l a s s us cue s ta s Pa r e s ci o co mo s o l i a
And a r co s a s mue r ta s , Va l e r e l s u q ui nta l .
E y a ze n ça f o nd a d a s
E n e l p i e d r a s p r e s ci a d a s . Y o p r o ue l o p e s a d o ,
Pr o ua r é l o l y vi a no ,
Et e l pe so asi Qui ça mud a r e f a d o
Ab a j a o tr o s i , Qua nd o mud a r e l a ma no .
L a ma s l l e na b a l a nça
E l a ma s va s y a a l ça . R e s ce l é , s i f a b l a s e
Que e nho j o f a r í a ,
E t e n e l çi e l o e s tr e l l a s Po r s i me ca l l a s e
E s a b e cue nta d e l l a s , Po r to r p e f y nca r i a
N o n e s cur e s e n d e l l a s una ,
Sy no n e l s o l e l a l una . Aq ue l q ue no s e mud a ,
N o n f a l l a l o q ue l ’ p l a s ;
L a s my s ca na s te ñi l a s , Di s e n q ue a ve mud a
N o n p o r l a s a uo r r e s ce r , Ag üe r o nunca f a s .
Ni po r de sde syrlas, Po r q ue p i s a n p o r a q ue l l a ,
N i n ma nce b o p a r e s ce r , Sa zo n, y e r r a n p e r l a nd o ;
Ome s q ue p i s a n e l l a
M á s co n mi e d o s o b e j o Pa r a s i e mp r e ca l l a nd o .
De o me s q ue b us ca r í a n
E n mi s e s o d e vi e j o E nte nd i q ue e n ca l l a r
E no n l o f a l l a r í a n. Avr i e g r a nt me j o r i a ,
Pue s tr a b a j o me me ng ua , Avo r r e s cí f a b l a r
Do nd e p ue d e a ue r , E f ué me p e o r i a .
Pr o d i r é d e mi l e ng ua
Al g o d e mi s a b e r . Que no n s o p a r a me no s
Que o tr o s d e mi l e y ,
Qua nd o no e s l o q ue q ui e r o , Que o vi e r o n b ue no s
Qui e r o y o l o q ue e s ; Do na d i o s d e l R e y .
Si p e s a r he p r i me r o ,
Pl a s e r a vr é d e s p ué s . Sy e s mi r r a s ó n s e r b ue na
N o n s e a d e s p r e ci a d a
M a s p ue s a q ue l l a r ue d a Po r q ue l a d i s p r e s o na
De l ci e l o una o r a R a f e z; q ue mucha e s p a d a .
Ja má s no n e s tá q ue d a ,
Pe o r a e t me j o r a , De f y no a ze r o s a no
Se ve d e r r o ta va y na
Aun a q ue s te l a s o Sa l i r , e d e l g us a no
R e no va r á e l e s cr i p to , F a ze r l a s e d a f y na .
E d e l a s s us ma ne r a s ,
E un to s co g a r r o te E co mmo d e l d ub d o
F a r e muy ci e r to s tr e cho s , Pa l a b r a s muy ce r te r a s
E a l g unt a s tr o s o p e l l o te
Cub r i r b l a nco s p e cho s . Que no n s e to ma r ti e nto ,
N i n f a ce r p l e y te s í a ,
E t muy s o ti l tr o ne r o De a cue r d o s ma s d e ci e nto
Ad uze b ue na s nue va s , M e to r no ca d a d i a .
E muy vi l ve ze r r o L o q ue uno d e nue s ta
Pr e s e nta ci e r ta s p r ue ua s . Ve o a o tr o l o a l l o ,
L o q ue e s te a p ue s ta
Po r na ce r e n e l e s p i no Ve o a o tr o a f e a l l o .
N o va l l a r o s a ci e r tp
M e no s , ni n e l b ue n vy no L a va r a q ue me ng ua d a
Po r na ce r e n e l s a r mi e nto . L a d i z e l co mp r a d o r .
N o n va l e l a ço r me no s E s ta me s ma s o b r a d a
Po r na s ce r d e ta l ni d o , L a d i z e l ve nd e d o r ,
N i l o s e nxe mp l o s b ue no s
Po r l o s d e ci r Jud i o . E l q ue l a nça l a l a nça
Se me j a l e va g ua r o s a ,
N o me te ng a n p o r co r to , Pe r o a l q ue a l ca nça
Que mucho Jud í o l a r g o Se me j a l e p r e s ur o s a .
N o n e ntr a r i a a co to
A f a ce r l o q ue y o f a g o . Di r é , s y q ui e r no d i e s e
Pa n ni n vy no a l s ue l o ,
B i e n s é q ue nunca ta nto E n ta l q ue o me vi e s e
Qua tr o ty r o s d e l a nça Y a l a co l o r d e l ci e l o .
Al ca nça r i a n q ua nto
L a s a ta a l ca nça ; Ol vi d a d o a ve mo s
Su co l o r co n nub l a d o s ,
E t r r a zó n muy g r a na d a Co n l o d o s no n p o d e mo s
Se d i z e n p o co s ve r s o s , And a r p o r l o s me r ca d o s .
E ci nta muy d e l g a d a
Suf f r e co s ta d o s g r ue s o s . L o mucho no n e s nunca
Vue no ni n d e e s p e ci a f y na ,
E t mucho o me e nte nd i d o , M a s va l e co ntr a l l a p o ca
Po r s e r ve r g o nço s o , Que mucha me l e zy na .
E s p o r to r p e te ni d o
E l l a ma d o a s tr o s o N o n p ue d e co s a ni ng una
Sy n f y n mucho cr e s ce r ,
E s y vi e ze s a zo n De s q ue f y nche l a l una
M e j o r e ma s a p ue s ta , T o r na a f a l l e s ce r
Di r i a s u r a zo n
Aq ue l q ue l o d e nue s ta . A to d o ho me ca s ti g o
De s y me s mo s e g ua r d e
Qui e r o d e zi r d e l mund o M a s q ue d e e ne mi g o
Co n ta nto s e g ur o a nd e . E va b us ca r r r o cy n;
Gua r d e s e d e s u e nvi d i a , De ca l ça r ca l ça s vy no
Gua r d e s e d e s u s a ña , A co b d i ci a s y n f y n.
Gua r d e s e d e s u co b d i ci a ,
Que e s l a p e o r ma ña . Pa r a e l r r o cy n q ui e r o o me
Qu’ e l p i e ns e , e ce ua d a ,
N o n p ue d e o me to ma r E s ta b l o e b ue n p e s e b r e
E n l a co b d i ci a ti e nto ; E d e s to to d o ó na d a ,
E s p r o f und o ma r ,
Sy n o r i l l a é s y n p ue r to . N o te me ng ua va na d a ,
L a s ca l ça s no n te ni a ;
De a l ca nza r una co s a L o s ça p a to s s o l a d o s
N a s ce co b d i ci a d e o tr a Su j o r na d a co np l i a
M a y o r é má s s a b r o s a ;
Que me ng ua d e b i e n s o b r a . Y o f a l l o e n e l mund o
Do s o me s e no n ma s ,
Qui e n b ue na p i e l te ni a E f a l l a r nunca p ue d o
Que e l a mp l i a p a r a e l f r i o , E l te r ce r o j a ma s ;
T a b a r d o no n p i d i r i a
Ja ma s , s i no n p o r vr i o . U n b us ca d o r q ue ca ta
E no n a l ca nça nunca ,
Po r q ue ’ l s u ve r y no E o tr o q ue nunca s e f a r ta
B ue n ta b a r d o te ni a , F a l l a nd o q ua nto b us ca ;
Co n ze l o e l me s q ui no
E n cuy d a d o ve ni a . Qi e n f a l l e e s e f a r te
Y o no n p ue d o f a l l a r l o ;
F ue b us ca r ta b a r d o , Que p o b r e b i e n a nd a nte
E f a l l ó l o a o tr a cue s ta E r r i co o me n l l a ma r l o .
Po r o tr o ma s o nr r a d o
Pa r a d e f y e s ta e n f i e s ta . Que no e s o me n p b r e
Si no n e l co b d i ci o s o ,
E t s y e s te p r i me r o N i n r r i co s y no n o me
T a b a r d o no n f a l l a r a , Co n l o q ue ti e ne g o zo s o .
De l o tr o d i s a nte r o Que e n l o q u’ e l cump l e
Ja ma s no n s e me mb r a r a . q ui e r e
Po co l e a b o nd a r a ,
Qua nd o l o p o co vi e ne E q ui e n s o b r a s q ue s y e r e
Co b d i ci a d e ma s cr e ce ; E l mund o no l e ca b r a
Qua nto ma s o me ty e ne
T a nto ma s l e f a l l e s ce . Qua nto cump l e a o mb r e ,
E t q ua nto ma s a l ca nç, a De s u a l g o s y s y r ve ;
M a s co b d i ci a d o s ta nto De l o d e ma s e s s y e mp r e
Al f y n d e s q ue ca l ça Sy e r vo a q ua nto vy ve ,
Ca l ça s ty e ne p o r q ue b r a nto
T o d o e l d i a l a zr a d o ,
De a nd a r d e p y e ca mi no Co r r i d o p o r tr a e l l o ;
A l a no che cuy ta d o De l a r r a y a a s i g na d a ,
Po r mi e d o d e p e r d e l l o . Co mmo s i l ue ñe ti e r r a f ue r a
De nd e una j o r na d a .
E l ta nto no n l e p l a ze
De l a l g o q ue a ve r l o , Qua nto ma s q ue a ui a
Qua nto p e s a r l e f a ze Pe s a r e l o me n l o co ,
E l mi e d o d e p e r d e r l o . E n l o q u’ e s te p e r d i a
Po r mucho q ue p o r p o co .
N o n s e f a r ta , no n le
ca b i e nd o Qua nd o p o r p o co e s to r vo
E n a f a n ni n e n ta l e g a ; Pe r d i o l o q ue b us ca va ,
E t l a zr a no n s a b i e nd o De l g r a nt p e s a r q ue o vo
Pa r a q ui e n l o a l l e g a . N unca s e co no r ta va .
Sy e mp r e l a s a l ma s g r a nd e s , N o n s a b e q ue p o r co b r i r s e
Que r i é nd o s e ho nr r a r , De l o j o cunp l e ta nto
F ue s e n e n s us d e ma nd a s U n l i e nço , co mo s i f ue s e
A l o s cue r p o s l a zr a r M ur o d e ca l i ca nto .
Po r co np l i r s us ta l a nte s T a nto s e l o q ue y a ze
N o n l e s d e xa n f o l g a r ; De tr á s d e l d e s ta j o ,
F a ze n l o s vi a nd a nte s Qua nto l o q ue f a ze
De l o g a r e n l o g a r . E l d e a l l e nd e T a j o .
L o q ue s uy o no n e r a ,
L a a l ma g r a na d a vy e ne T a nto co n d o s p a s a d a s ,
A p e r d e r s e co n e l ce l o , L ue ñe e s co mo s y f ue r a
Qua nto q ue d e ma s ty e ne De nd e ve y nte j o r na d a s .
Su ve s y no un p e l o .
T y e ne g r a nt mi e d o f ue r te T a n l ue ñe e s a y e r
Que l e a ve nta j a r i a , Co mmo e l a ño p a s a d o ,
E no n l e me mb r a d e l a A q ui e n ha d e s e r
mue r te De f e r i a s g ua r d a d o .
Que l o s y g ua l a r i a .
T a nto va l un e s cud o
Po r b us ca r l o d e ma s E ntr e e l e l a s a e ta ,
E s q ua nto ma l a ue mo s ; Co mo s y to d o e l mund o
Po r l o ne ce s a r i o j a ma s E ntr e e l é e l l a me ta
M ucho no n l e l a zr a r e mo s . Ca p ue s no n l o f i r i o ,
Sy no n q ue te me ng ue T a l e s un d e d o ce r ca
q ui e r e s De l , co mmo l a q ue d i o
De xa l a tu co b d i ci a ; Al l e nd e l a ce r ca
L o q ue a ue r p o d i e r e s
So l o e s o co b d i ci a . E l d i a d e a y e r ta nto
Al ca nça r p o d e mo s ,
T a nto e s un d e d o f ue r a N i ma s ni me no s q ua nto
Oy mi l a ño s f a r e mo s . L a f r a nq ue za s o s o b r a
E s d e to s a co s tunb r e ,
N i n p o r mucho a nd a r Que p o r us a r l a co b r a
Al y ña r s u p a s a d o , Sa b e r l a s co s a s o nb r e .
N i n p i e r d e n p o r q ue d a r
L o q ue no n e s l l e g a d o . L o q ue o me n ma s us a
E s o me j o r a p r e nd e ,
T a n f e a ni n f e r mo s a , Sy no e s e s ta co s a
E n e l mund o y a ve s , Que p o r us a r l a ma s p i e r d e .
Se p ue d e a l ca nça r co s a U s a nd o a f r a nq ue za
Si no n p o r s u r e ve s N o s e p ue d e e s cus a r
De ve ni r a p o b r e za ,
Qui e n a nte no n e s p a r ze Qui e n mucho l a us a r .
T r i g o , no n a l l e g a ,
Sy s o ti e r r a no n y a ze Que to d a vi a d a nd o
A e s p i g a nunca l l e g a . N o n f y nca r i a q ue d a r ,
N o n s e p ue d e co g e r r o s a As i q ue f r a nq ue a nd o
Si n p i s a r l a s e s p y na s , M e ng ua r á e l f r a nq ue a r .
L a mi e l e s d ul ce co s a
M a s ty e n a g r a s ve zy na s . Co mmo l a ca nd e l a me s ma ,
T a l co s a e s a l o mb r e
L a p a s no n s e a l ca nça F r a nco , q ue e l l a s e q ue ma
Sy no n co n g ue r r e a r ; Po r d a r a o tr o l unb r e .
N o n s e g a na f o l g a nça
Sy no n co n e l l a zr a r . Al r e y s o l o co nvi e ne
De us a r l a f r a nq ue za ,
Po r l a g r a n ma ns e d a t E s i g ur a nça ty e ne
A o me f a l l a r a n, De no n ve ny r a p r o b e za ,
E p o r g r a nt cr ue l d a t
T o d o s l e a b o r r e s ce r a n. A o tr o no n e s b i e n
Sy no n l o co muna l ;
Po r l o g r a nt e s ca s e za Da r e te ne r co nvi e n,
T e ne r l o ha n p o r p o co ; E l o d e ma s e s ma l .
Po r mucha f r a nq ue za
R r a zo na r l o ha n p o r l o co . Sy o me n d ul ce f ue r e
Co mmo a g ua l o ve ne r a r á n;
Sy ta cha no n o vi e s e E sy agro sopie re
E n e l mund o p o b r e za , T o d o s l o e s co r p i r á n.
N o n d ud o q ue va l i e s e
T a nto co mo l a f l a q ue za . Sy q ui e r p o r s e g a r d a r
De l o s a s tr e r o s ho mb r e s
M a s ha e n e l l a una A me nud o mud a r
T a cha q ue l a e np e s ce De ve l a s co s to mb r e s .
M ucho , q ue , co mo l a l una ,
M e ng ua e d e s p ue s cr e s ce . Que ta l e s ci e r ta me nte
E l o me co mmo e l va d o ,
R e ce l a nd o l a g e nte T o ma r d e l ma l l o me no s
Ante q ue l o ha n p a s a d o . E l o s d e ma s d e l b i e n;
U no d a nd o vo ze s : A ma l o s e a b ue no s ,
“ ¿ Dó nd e e ntr a d e s ? A to d o s e s to co nvi e n.
F o nd o e s ci e nt b r a ça s ,
¿ Qué vo s a ve nur a d e s ? ” H o nr r a r p o r s u b o nd a t,
Al b ue no e s p r o ua d o ;
De s q ue a l a o r i l l a p a s a E l ma l o d e ma l d a t
Di z: ¿ Qué d ub d a b e s ? F uy a p o r s e r g ua r d a d o .
Non da a la rodilla,
Pa s a d e no n te ma d e s . ” L o p e o r d e l b ue n ho mb r e
Que no n vo s f a g a b i e n,
E t b i e n ta l e s e l ho mb r e , Que d a no d e co s to mb r e
De s q ue e s b a r r unta d o De l b ue no nunca vy e n.
E n a l g una co s to mb r e ;
Po r e l l a e s e ntr a d o . E l o me j o r d e l ma l o
Que ma s d e l no n a y a d e s ,
Po r e s to l o s ho mb r e s , Ca nunca b i e n f a l l a r l o
Po r s e g a r d a r d e d a mp no , E n é l no n e nte nd a d e s .
De ve n mud a r co s to mb r e s
Co mo q ui e n mud a p a nno . Pue s s e r o me ma ns o
Co n to d o s no n co nvi e n;
Oy b r a vo , cr a s ma ns o ; M a s o y p r i e s a , cr a s p a s o ;
Oy s y mp l e , cr a s l o za no ; Ve ze s ma l , ve ce s b i e n.
Oy l a r g o , cr a s e s ca s o ;
Oy e n ce r r o , cr a s e n l l a no E l q ue q ui s i e r e f o l g a r
H a d e l a zr a r p r i me r o ,
U na ve z umi l d a nça Sy q ui e r e a p a z l l e g a r
E o tr a ve z b a l d o n; Se a a nte s g ue r r e r o .
E un ti e mp o ve ng a nça ,
E e n o tr o ti e mp o p e r d o n. E l q ue to r r na d e l r o b o
F ue l g a , ma g ue r l a zr a d o ,
B i e n e s ta e l p e r d o n Pl a ze r a l o j o d e l l o b o
Al q ue s e p ue d e ve ng a r , Co n e l p o l vo d e l g a na d o .
E so ffrir e l baldo n Si e nb r a co r d ur a ta nto
Qua nd o s e p ue d e ne g a r . Que no n na s ca p a r e s a ,
E ve r g üa nça , e n q ua nto
Co n to d o s no n co nvi e n N o n l a l l a me n to r p e za .
U s a r p o r un y g ua l ,
M a s a l o s uno s co n b i e n, F i zo p a r a l a ce r i a
A l o s o tr o s co n ma l . Di o s a l o me na s ce r ,
Pa g a d o e s s a nud o Po r y r d e f e r i a e n f e r i a
Ve z d e xa e ve z ti e n, A b us ca r d o g ua r e s ce r .
Que no n ha ma l e n e l mund o
E n q ue no n ha y a b i e n. Po r r r ua s e p o r f e r i a
A b us ca r s u ve ntur a ,
Que e s muy g r a nt s o b e r ui a
Que r e r p r o co n f o l g ur a , Qui e n d e l a p r o q ui e r e
mucha
N o n ha ta l f o l g ur a A d e p e r d e r e n vr i o ;
Co mmo l a ze r i a co np r ó , Qui e n q ui e r e to ma r tr ucha
E q ui e n p o r s u co r d ur a Ave ntúr e s e a l r r i o .
Su e nte nci o n cunp l i o .
Qui e n l o s vi e nto s g ua r d a r e
Qui e n p o r s u s e s o ci e r to T o d o s no n s e mb r a r á ,
Qui e r e a ca b a r s u f e cho , E q ui e n l a s nue ve ca ta r e ,
U na ve z e ntr e ci e nto Ja má s no n s e g a r á .
N o s a ca r á p r o ve cho .
N o n s y n no che d i a ,
Ca e n l a s a ve ntur a s N i n s e g a r s i n s e nb r a r ,
Y a ze l a p r o co l g a d a , N i ha f umo s y n f ue g o ,
E e s co n l a s l o cur a s Ni re yr sin llo rar.
L a g a na nci a co np r a d a
N o a y s y n co r r o l ue g o
Qui e n l a s co s a s d ub d a d e r e , N i s y n ta r d e a y na ,
E to d a s no n s e me s e r a ; N i ha f umo s y n f ue g o ,
De l o q ue co b d i ci a r e N i s i n co ma s f a r y na .
Po co a ca va r a . N i g a na r s y n p e r d e r ,
N i s y n b a xa r a l te za ,
Po r l a mucha co r d ur a Sa l uo e n Di o s p o d e r
E s l a p r o e s to r ua d a , Qu’ e l l o ha s y n f l a q ue za .
Pue s e n l a a ve ntur a
E s tá l a p r o co l g a d a . Ni ha s y n ta cha co s a ,
Pue s p o r r r e g l a d e r e cha , Ni co s a s y n s o ço b r a .
E l mund o no n s e g ui a ; Ni s y n f e a f e r mo s a ,
E l mucho d ub d a r e cha Ni s o l no ha s y n s o nb r a .
A o me e n a s tr o s i a .
L a b o nd a t d e l a co s a
M a l s e s o ma ni f i e s to Sa b e n p o r s u r r e ue s ;
N o n d i g o y o us a r , Po r a g r a l a s a b r o s a ,
Qu’ e l p e l i g r o p r e s to L a f a z p o r e nue s .
De ue l o e s cus a r .
Sy n no che no o ui e s e mo s ,
M a s y g ua l uno d e o tr o N i ng una me j o r i a ;
E l e mng ua r e e l s o b r a r , Co no s ce r l o s a b r i a mo s
A l a zr a r o e ncue ntr o A l a l unb r e d e l d i a .
De ue s e a ve ntur a r .
N o ha p i e l s y n y j a d a s ,
Qui e n ve s ty r no n q ui e r e N i l ue g o s i n d e s p ue s ,
Sy no n p i e l s i n y j a d a , N i vi e tr e s y n e s p a l d a s ,
De f r i o q ue f i ci e r e N i ca b e ça s y n p i e s .
Avr á r r a ço n d o b l a d a
De ma s q s o n muy p o co s E e n l a s u r i q ue za
Los q sabe n e l se so, M uy s y np l e me s ur a d o .
T a p o co va n l o s l o co s ,
L o s cue r d o s p o r un p e s o . Su p o b r e za e ncub r e ,
Da s e p o r vi e a nd a nte ;
U no no s a b e e l q ua nto E n l a s u p r i e s a s uf r e
B us ca r d e l o q d e ue , M o s tr a d o b ue ta l a te .
E e l o tr o d o s ta nto R e ve s us a e l vy l l a no
De l d e r e cho s e a tr e ue . Ab a xa d o s e a l o s ma y o r e s ;
Al to e l o ça no
E l uno p o r a l l e d e Se mue s tr a á l o s me no r e s .
B us ca r d e s u d e r e cho ,
E o tr o p o r a q ue nd e M a s d e q ua nta s e s d o s
N o a vi e r o n p r o ve cho . ta nta
E t l o s q ue tr a b a j a r o n M ue s tr a s u ma l a d a nça
De l o s e n p a z me te r , E e l mund o e s p a ta
Po r muy to r p e s f y nca r o n E n l a s u b ue na a nd a ça .
So l o e n l o co me te r .
Al q ue o y r q ui s i e r e
De s y d a cue ta cy e r ta , L a s nue ua s d e l vi l l a no ,
Qe n o r g ul l o ma nty e , Po r q ue cua d o l o vy e r e
Que p o co e n s u ty e s ta L o co no s ca d e p l a no .
De me o l l o no ty e .
N o f a s na d a p o r r r ue g o ,
Que s i no f ue r e l o co E l a p e na co s y e nte ;
N o us a r i a a s y , Que b r a nta d l o , e l ue g o
Si co no s ci e s e un p o co Vo s s e r a o b e nd i e te .
Al mund o e a s y
Co mo e l a r co l o cue nto
Sy e s ta p a z f y s i e r a Y o e n to d o s u f e cho ,
L i g e r o f ue r a l ue g o Que f a s ta q ue l ’ f a ce n
De cr e e r q ue b o l ui e r a tue r to ,
Al a g ua co n e l f ue g o . N unca f i e r e d e r e cho .
U s a e l o me no b l e Pe o r e s l e ua nta r s e
A l o s a l to s a l ça r s e , U n ma l o e n l a g e te ,
Sy np l e e co ue ni b l e M ucho ma s q p e r d e r s e
A l o s b a xo s mo s tr a r s e . Di e z b ue no s ci e r ta me nte
M ue s tr a l a s u g r a nd e za Ca p e r d e r s e l o s b ue no s ,
A l o s d e s co no s ci d o s , Ci e r to e l b i e n f a l l e s ce ;
E mue s tr a g r a nt s y mp l e za Pe r o e l d a ño me no s
A l o s b a xo s ca y d o s . E s e l q l ma l cr e s ce
E s e n l a s u p o b r e za Qua nd o e l a l to ca e
Al l e g r e e p a g a d o , E l b a xo s e l e ua ta ,
U i d a a l f umo tr a e M ucho te ma r a vi l l a s ,
E l f ue g o q a ma ta T y e ne s te p o r me g ua d o ,
E l ca e r d e l r r o ci o Po r q to d a s l a s vi l l a s
F a z l e ua nta r y e r ua s , N o ma nd a s d e l r r e g na d o .
Onr r a ns e co n e l o f e ci o
De l s e ño r l a s s y e r r ua s E r e s r r i co , no te f a r ta s
E ty e ne s te p o r p o b r e ,
Ome q ue l a p a z q e r e s Co co d i ci a q a s , no ca ta s
E no te me s me r i no Si g a na s p a r a o tr e
Qua l p a r a ty q ui s y e r e s
Qui e r a s p a r a tu ve zy no . E d e tu a l g o p o ca s ,
Pa r a e nvo l ve r tus hue s o s
F i j o d e o me q te q ue r e l l a s , Ab r a s va r a s p o ca s
Qua nd o l o q te a p l a ze De a l g uno s l i e nço s
N o s e cump l e , é r r e b e l l a s g r ue s s o s .
E n Di o s p o r q ue no f a ze
L o á l he r e d a r a
T o d o l o q tu q ui e r e s , Al g uno q no te a ma
E a nd a s muy y r a d o , Pa r a ty no f y nca r a
¿ N o te mi e b r a s q e r e s So l o l a ma l a f a ma .
De vi l co s a cr i a d o ?
De l ma l q e n tus d i a s
De una g o ta s uzy a E l a ma l a ve r d a t
Po d r i d a e d a ña d a , E n l a s p l a ça s f a zy a s
E ty e ne s te p o r l uzy a E e n tu p o r i d a t,
E s tr e l l a , muy p r e s ci a d a .
Qua nd o l a s tus co b d i ci a s
Pue s d o s ve ze s p a s a s te , Ga na r p o r s e r mi tr o s o
Ca mi no muy a b i l ta d o , Po r muy s a b i o te p r e s ci a s
L o cur a e s p r e s ci a r te ; E a nte s p o r a s tr o s o .
Da s te p o r me g ua d o .
E t l o s e nxe mp l o s b ue no s
E má s q un mo xq ui to N o n mur i e r o n j a ma s
E l tu cue r p o no ua l ; E q ua nto e s l o d e me no s
De s q ue a q ue l e s p r y to T a nto e s l o d e ma s .
Q e l me s ce d e l s a l . E l s e s o ce r te r o ,
Al q d a Di o s ve ntur a
N o s e te e ncue ntr a ci ma Aci e r ta d e l i g e r o
E a nd a s d e g a l o p e , E no n p o r s u co r d ur a .
Pi s a nd o s o b r e l a s y ma
Do l a s mue s tr a d o L o p e . A f a ce r l o q ue p l a ze
Que tu s e ño r s e r i a A Di o s e n to d a p l i to
M i l l ve ze s , e g us a no s Ome na d a no f a ze
Co me d e no che e d e d i a Po r s u e nte nd y mi e nto .
Su r r o s tr o e s us ma no s .
Sy f a s p o r ve ntur a
L o q ue a e l l e p l a zy a E l o s o me s f o l g a r .
T y e n q u’ e s p o r s u co r d ur a
E s u s a b i d ur i a . N o s e me s ce n l a s e s tr e l l a s
Po r f a ce r a s i vi ci o ,
E f a ce d e l e s ca r ni o E s e l me r ce d d e l l a s
Di o s , p o r q q ui e r e cr e e r F a ce r a Di o s s e r ui ci o .
Q p ue d e a l o ng a r d a ño
E p r o ve cho tr a e r E t e l me r ce d d e l o me
E s p a r a me j o r a r
Pe r o p o r no e r r a r A s i , e no n á o tr e
E s to e s s e s o ci e r to L o ma nd a r o n l a zr a r .
T r a b a j a p o r l a zr a r
Sy q ui e r l a d r a d e r i e b to . Di o l e Di o s e nte d y mi e nto
Po r q b us q ue g ua r i d a ,
Que l a s g e nte s no d i g a n Po r q f a l l e s ci mi e nto
De l q ue e s p a r e zo s o , N o n a y a e n s u vy d a .
N i d e l e s ca r ni o f a g a n,
N i l o te ng a n p o r a s tr o s . Sy co b r o no f a l l o
Po r e l b o l l e s ce r ,
T r a b a j e y no n ce s e N o d e zi a q ue va l i o
Co mo s i e n e l p o d e r M e no s p o r s o l l e s ce r .
De l o me mi s mo f ue s e Po r s u tr a b a j o q ui to
E l g a na r e e l p e r d e r De cul p a f y nca r i a ,
E q ui za d i a y vi to
E t p o r co no r ta r s e Al g uno f a l l a r i a .
Si s u l a zr a r e s va no
De ue b i e n a co r d a r s e E s p o r a nd a r l a r r ue d a
Q no e s e n s u ma no . De l mo l y no p r e s ci a d a ,
L a zr e p o r g ua r e s ce r E p o r e s ta r q ue d a
Ome e l a p r o cue l g ue L a ti e r r a e s f o l l a d a .
E n Di o s , q ue l o na s ce r
F y zo p o r q no f ue l g ue . E s ta b l o e s d e hue r to
E n q f r uto no na s ce ,
Da r l e ha s u g ua l a r d o n N o va l e ma s q mue r to
B ue no e s y n d e s ta j o E l o me q ue no s e me s ce .
N o q r r a q ue s y n d o n
Se a e l s u ta b a j o . N o cump l e q ue no n g a na ,
M a s l o g a na d o p i e r d e ,
N o p ue d e co s a na s ci d a F a zy e nd o vy d a p e na d a
Si n a f a n g ua r e s ce r , E l s u ca b d a l e s p i e nd e .
E no a vr a g ua r i d a ,
M e no s p o r b o l l e s ce r . N o n ha y ma y o r a f a n
Q l a mucha f o l g ur a ,
N o q ue d a n l a s e s tr e l l a s Que p o ne a o me e n g r a nt
Punto e n un l ug a r , Va l d o n e d e s me s ur a .
Se r i a ma l l a zr a r e l l a s
F a ce e l cue r p o f o l g a d o E p o r s u f o r ta l e za
E l co r a ço n l a zr a r E l g r a t f ue g o b y vi o .
Co n mucho ma l cuy d a d o ,
Q l o tr a e a e r r a r . M a s a p e l o a p o co
R a to d e s te j uy s y o ,
De ma s e l q q s i e r e Q ve o e s ca p a r a l f l a co
E s ta r s i e mp r e f o l g a d o , E p y r e s ce r a l r r e zy o .
De l o q ue ma s o vy e r e Q e s e me s mo vi e to
M e ne s te r s e r á me g ua d o . Q a e s o s d o s ma l f a zi a ,
F i zo ço ço b r a d e s to ,
El qlo de se aria, E n e s te me s mo d i a .
Qua nd o l e no to vi e s e a o j o ,
Ve y e d o l o ca d a d i a E l me s mo me nuzó
T o ma e n e l e no j o . E l a r b o l muy g r a na d o ,
Sa ca n p o r p e d y r l l uui a E no n s e e s p e l us ó
L a s r r e l i q ui a s e cr uze s , De l l a y e r ua d e l p l a d o .
Qua nd o e l tp o no uvi a
Da n p o r e l l a vo ze s . Q e n s us ca s a s s e q ma ,
Gr a nt p e s a r ha d e l vi e nto :
E t s y vi e ne a me nud o Qnd o s us he r a s a ui e nta
E no j a ns e co n e l l a Co n e l g r a t p a g a mi e nto .
E ma l d i ze n a l mud o
E l a p r o q vy e n d e l l a . Po r e nd e no s e j a ma s
T e ne r me a una e s ta ca ,
F a r i a n d o s a mi g o s N i s e q ua l me va l ma s
Ci nta d e un a ni l l o , Sy p r e ta ni s y b l a nca .
E n q d o s e ne mi g o s
N o me te r i a un d e d i l l o . Qnd o cuy d o , q l d e r e cho
E n to d a co s a s ’ p r e s ta ,
Aun l o q L o p e g a na , F a l l o a p o co tr e cho
Do mi g o e np o b r e s ce , Q no e s co s a ci e r ta .
Co n l o q Sa ncho s a na ,
Pe d r o a d o l e ce . Sy uno p r o ha
A o tr o ca r o cue s ta ,
Qud o vy e nto s e l e ua nta , L o q ue e l p e s o l o a
Y a a p e l o , y a a ni e g o . Al a r co l o d e nue s ta ;
L a ca nd e l a a ma ta ,
E nci e nd e e l g r a t f ue g o . Ca e l d e r e cho d e l a r co
E s s e r tue r to f e cho ,
Do l ue g o p o r my s e nte ci a E s u p l a ze r d e l ma e s tr o
Que e s b i e d e l cr e s ce r , Aue r p e s a r d e r e cho .
E to ma r g r a t a cuci a
Po r y r b o l l e s ce r . Po r e nd e no n p ue d o co s a
L o a r ni d e no s ta l l a ,
Que p o r l a s u f l a q ue s ça N i d e s y r l a f o r mo s a
L a ca nd e l a mur i o , N i n p o r f e a l l a ma l l a .
Se g unt e s e l l ug a r N i n a cunp l e e l a ue r
E l a co s a q ua l e s , De q ue p o b r e s no co me n
Sy f a z p r i e za o va g a r
E l f a z l l a ma e nvé s . Qua d o y o me to mi e te s ,
M ucho a l e g r e s e r i a
Y o nunca he q ue r e l l a Co n l o q o tr o s tr i s te s
De l mud o , y d e s us f e cho s Ve o d e ca d a d i a .
E d e a q ue l l o s mucho s
Se ti e ne p o r ma l tr e cho s . Pe r o s i ce r te r o b i e n
E s a q l q co b d i ci o ,
Que f a z b i e n a me nud o ¿ Po r q ul q l o ti e n
Al to r p e e a l s a b i o , N o to ma co nl vi ci o ?
M a s e l e nte nd i d o
E s to ha p o r a g r a vi o . M a s e s ta e s s e ña l
Q no ha b i e te r ce r o
E vi s to co mo o me E n e l mud o , é no ha ma l
Sa l ua s e , g r a nd e o chi co , Q s e a ve r d a d e r o .
F a z a l a cuci o s o p o b r e
E a l q s e d ue r me chi co B i e n ci e r to e l s e r ui ci o
De Di o s e s ci e r ta me nte ,
E a q ue s to Di o s us a , M a s p o r q ui ta r e l vi ci o
Po r q uno d e ci e to Ol ui d a l o l a g e nte .
N o cuy d a q f a z co s a
Po r s u e nte nd i mi e nto . E s o tr o b i e n a p a r d e s te
E l s e r ui ci o d e l r e y ,
U no s vi p o r l o cur a Q ma nty e ne l a g e nte
Al ca nça r b r a t p r o ue cho , A d e r cho e l e y .
E o tr o s q ue p o r co r d ur a
Pi e r d e to d o s u f e cho . Suma d e l a r a zo
E s g r a nd e to r p e d a t,
N o e s b ue na l o cur a , L e ua r to d a s a zo n
L a q a s u d ue ño b a l d o na , Po r una e g ua l d a t.
N i n e s ma l a l o cur a M a s to r na s s e a me nud o ,
L a q l o a p e r s o na Co mo e l mud o s e to r na ,
A l a s ve ce s e s cud o ,
Y o vi mucho s to r na r A l a s ve ze s a zco na
Sa no s d e l a f a zy e nd a ,
E o tr o s o ca s i o na r T o d a b ue na co s tumb r e
De ntr o e n l a s u ty e nd a H a ci e r ta me d i d a ,
E mue r e e l d o cto r E , s i l a p a s a o nb r e ,
Que l a f i s i q ue r e za Su b o nd a t e s p e r d i d a .
E p o r g ua r e s ce ( r ) e l p a s to r
Co n l a s u g r a t to r p e za De l a co b d i ci a s s y e p r e
L o s s a b o r e s d e xa nd o ,
N o n cump l e g r a t s a b e r E d e to d a co s tumb r e
A l o s q Di o s no te me n L o d e me d i o to ma nd o .
De l ug a r e n l ug a r
De l a s mucha s q ue r e l l a s Pa r a e nr r i q ue s ce r
Q e n co r a ço n te ng o , E ma s f a ci e nd o g a na r .
U na , l a ma y o r d e l l a s ,
E s l a q ue co nta r ue ng o . E t r r e s p o nd i o l e e l s a b i o
Que , p o r a l g o co b r a r ,
Da r l a ve ntur a p r o N o n to ma r i a a g r a ui o
Al q f a r i a ma l i ci a , De un p unto l a zr a r .
A l o s uno s b ue na p r o
A l o s o tr o s l a co b d i ci a . Di z: ” p o r q ue b us ca r e
Co s a d e q ue j a ma s
De p o co a l g o g a na r N unca me f a r ta r e
F a r i a g r a t a s tr o s i a , F a l l e nd o l o e ma s ” .
E d e q r e r p e r d o na r ,
E s to no l o p o d r i a . Acuci a ni n co r d ur a
N o n g a na n a ve r ;
Q l a ve ntur a ty e ne Ga na s e p o r ve ntur a
Po r g ui s a d o d e l e d a r , N o n p o r s y , ni n p o r s a b e r .
Que mucho ma s q vy e ne Pi e r d e s e p o r f l a q ue za
Po r b o ca d e ma nd a r . F a ze r , e mucho b i e n,
Gua r d a nd o e s ca s e za ,
E f a ze l e b i e n a nd a nte Vi l e za no n ma nty e n.
De l a ho nr r a e va l i a ,
L o q ua l p o r ta l a te E t p o r e s ta r r a zo n,
B us ca r no p e s a r i a . F a r i a l o cur a g r a na d a
Ve ntur a q e r e us a r E l s a b i o q ue s a zo n
Sub y r d e ta l s ub y d a , Pe r d i e s e e n ta l d e ma nd a .
Ql nunca co b d i ci a r
Os ó e nl a s u vy d a . Co n to d o e s o , co nvy e n
Al q ue a l g o o ui e r e ,
E s i e np r e tr a b a j a d o F a ce r d e l mucho vi e n
De me te r s e ha á q ua to Qua nto e l ma s p ud i e r e .
B a l d o n ty e ne e l ho r r a d o ,
Po r ma l e p o r q b r a to . N o n l e p i e r d e f r a nq ue za
Qua nd o e s d e ve ni d a ,
T e ne r s e y a p o r va no N i n l o g ua r d a e s ca s e za
Sy n s o l o q uy d a r e n e l l a Qua nd o e s d e y d a .
E vi e ne l e a l a ma no
Sy n tr a b a j a r p o r e l l a . N o n ha ta n b ue n the s o r o
Co mo e l b i e n f a ce r ,
Al s a b i o p r e g uta ua N i n a ve r ta n s e g ur o ,
Su d e ci p l o un d i a , N i n co n ta nto p l a ze r .
Po r q ue tr a ua j a va
De a l g una me r cha nd i a ; Co mo e l q ue to ma r a
Aq ue l q ue l o f i zy e r e ,
E t y r á b o l l e s ce r E n l a vi d a l o ho nr r a r a
É d e s p ue s q ue mur i e r e . N i n ha co s a ta n q ui s ta
Co mo l a humi l d a nça ,
E l q ue b i e n f e cho no n te me , N i ta n s a b r o s a vi s ta
Que l o f ur te n l a d r o ne s , Co mo l a b ue na a nd a nça .
N i n q ue f ue g o l o q ue me , N i n ha ta l l o za ni a
N i n o tr a s o ca s i o ne s ; Co mo l a o b e d e nci a ,
N i n ta l b a r a g a ni a
N i n ha p o r g ua r d a r l o Co mo l a b ue na s uf r e nci a .
Co nd e s i j o me ne s te r ,
N i n e n a r ca ce r r a r l o , N o n p ue d e a ve r ta l ma ña
N i n s o l l a ue me te r . Ome n co mo e n s o f r i r ,
F y nca r l e ha b ue na f a ma N i n f a g a co n l a s a ña
Qua nd o f ue r o n p e r d i d o s , Que l e f a g a r r e p e nty r .
L o s a l g o s e l a ca ma ,
E l o s b ue no s ve s ti d o s . E l q ue p o r q ue s uf r i o
Se to uo p o r a b i l ta d o ,
Po r e l s e r a o nr r a d o A l a s y ma s a l i o
E l l i na g e q ue f y nca r e , Po r ma s a ve ntur a d o .
Qua nd o f ue r e a ca b a d o
L o q ue d é l he r e d a r e . N o n ha ta n a tr e g ua d a
Co s a co mo l a p o b r e za ,
Ja ma s e l s u b ue n no nb r e N i n co s a g ue r r e a d a
N o n s e o l ui d a r a ; T a nto co mo l a r i q ue za
Que l e ng ua d e to d o o nb r e
Sy e mp r e l o no mb r a r a . Di g o q ue o me n p o b r e
E s p r y nci p e d e s o nr r a d o ,
Po r e nd e d e l b i e n f a ze r As y e l r i co o me n
T u p o d e r mo s tr a r a s , E s l a zr a d o , o nr r o s o .
E n á l d e tu p l a ze r
L o d e ma s d e xa r a s . Qui e n s e e nl o ça ne s ci o
Co n ho nr r a q ue l e cr e s ci a ,
De to d a co b d i ci a A e nte nd e r b i e n d i o ,
De xa l a ma y o r p a r te , Que no l o me r e s ci a .
E d e f a ze r ma l i ci a
L o s o me s ha n ta l a nte . T y e ne l a l o ça ni a
E l s e s o ta n d e s f e cho ,
Qui e n d e ma l a g a na nci a Que e ntr a r no n p o d r y a
Qui e r e s us ta l e g a s l l e na s , Co n e l l a s o un l e cho .
De b ue na s e g ur a nça
Va zy a r á s us ve na s N unca o me n na s ci ó
Que q ua nto l e p l ug ui e s e ,
N o n ha ta n d ul ce co s a Se g unt l o co b d i ci ó ,
Co mo l a s e g ur a nça , T a l s e l e co mp l i e s e .
N i n ha mi e l ma s s a b r o s a Qui e n q ui e r e f a ce r p e s a r ,
Que p o r o mi l d a nça . Co nvi e nl e a p e r ce b y r ;
Que no n s e p ue d e e s cus a r
De a ta l r r e s ce b y r
El sabe r e s la glo rya
Si q ui e r e s f a ce r ma l , De Di o s e l a s u g r a ci a ,
Pue s f a zl o a ta l p l e i to , N o n ha ta n no b l e j o y a ,
De r r e s ce b y r a ta l N i n ta n b ue na g a na nci a ;
Qua l tu f y s y e r e s ci e r to .
N i n me j o r co mp a ño n
N o n p ue d e s e s ca p a r Qu’ e l l i b r o , ni n ta l ,
Sy una ma l a o b r a , E to ma r e nte nci o n
F y zy e r e s , d e to p a r Co n e l , ma s q ue p a z va l .
E n r r e s ce b y r tu o tr a .
Los s a b i o s q ue q ue r r i a n
Qui e n sabe q ue no n Uer lo fallara
na s ci s te Co n e l , e to d a vy a
Po r ve ni r a p a r ta d o , Co n e llo s fablara.
Al mund o no s ve ni s te
Po r s e r a ue nta j a d o . L o s s a b i o s muy g r a na d o s
Que o me n d e s e a ua ,
E n e l r r e y me te mi e nte s , F i l o s o f o s ho nr r a d o s
T o ma e ne xe mp l o d é l , Que ve r co b d i ci a va .
M a s l a zr a p o r l a s g e nte s
Que l a s g e nte s p o r é l L o q ue d e a q ue l l o s s a b y o s
E l co b d i ci a ua , a ui a ;
Po r s us ma ña s e l o nb r e E r a n s us p e ta f i o s ,
Se p y e r d e o s e g a na , E s u s a b y d ur i a .
E p o r s u co s tunb r e
Ad o l e ce o s a na Al l y l o f a l l a r a
E n e l l i b r o s y g na d o ,
Co s a q ue ta nto l e cump l e R e s p ue s ta a vr a
Pa r a a mi g o s g a na r , De l l o s p o r s u d y cta d o .
N o n ha co mo s e r s y np l e ; Ap r e nd r á nue va co s a
E b i e n s e r a zo na r . De mucho b i e n e ci e r to ,
De mucha b ue na g l o s s a
Sy n q ue e s té p r e s e nte , Que f y ci e r o n a l te s to .
Co no s ce r a s d e l i g e r o
Al o me n, e n s u a b s e nte , N o n q ue r r i a s y no n l e e r
E n e l s u me ns a j e r o . Sus l e tr a s e s us ve r s o s
Po r s u ca r ta s e r á M a s , q ue no n ve r ,
Co no s ci d o d e ci e r to , Sus ca r ne s e s us hue s s o s .
Po r e l l a p a r e s ce r á
E l s u e nte d y mi e nto . L a s u s a b e nci a p ur a
E s cr y ta l a d e xa r o n;
E n e l mund o ta l ca b d a l Si n ni g una vo l tur a
N o n ha co mo e l s a b e r , Co r p o r a l l a a s uma r o n
N i n he r e d a t, ni n a l ,
N i n a l g uno o tr o a ve r . Si n b ue l ta te r r e na l ,
De ni ng un e l e me nto , Ca mi no s i n co np a ña .
Sa b e r ce l e s ti a l ,
Cl a r o e nte nd i mi e nto ; N i n ta n e s f o r ça d a co s a
Co mo l a ve r d a t,
Po r e s to s o l o q ui e r N i n co s a ma s d o b d o s a
T o d o o me d e co r d ur a Que l a d e s l e a l ta d .
A l o s s a b i o s ve r ,
E no n p o r l a f y g ur a . E l s a b i o , co r o na d a
L e o na s e me j a ;
Po r e nd e ta l a mi g o L a ve r d a t e s f o r ma d a
N o n ha co mo e l l i b r o , L a ma te r i a g ul p e j a .
Pa r a l o s s a b i o s d i g o ,
Que co n to r p e s no l i d i o , Di zy r s i e mp r e ve r d a t
M a g ue r q ue d a ño te ng a ,
Se r s y e r uo d e l s a b i o E no n l a f a l s e d a t
E s y e r uo d e l o me n ne s ci o , M a g ue r p r o d e l l a ve ng a .
De s to s d o s me a g r a ui o , N o n ha co s a ma s l a r g a
Que a nd a n p o r un p r e s ci o , Que l a l e ng ua d e l mi ntr o s o ,
N i n a ma ma s a ma r g a
E l o me to r p e e s De co mi e nço s a b r o s o .
L a p e o r a ni ma l i a
Que e n e l mund o e s , F a ze r r y co s l o s o me s
Ci e r to e s y n f a l i a . Co n s us p r o me ty mi e nto s
N o n e nty e nd e f a ze r De s p ue s f a l l a ns e p o b r e s
Sy no n d e s l e a l ta d ; Od r e s l l e no s d e vy e nto s .
N o n e s s u p l a ze r
Sy no n f a ce r ma l d a d . L a s o r e j a s ti e ne f a l ta s
E l co r a ço n f a nb r i e nto
L o q ue é l ma s e nty e nd e E l q ue l a s o y e ta nta s
Que b e s ti a , e s co b d i ci a ; Co s a s d i ze s i mi e nto .
E n e ng a ño s l o e s p i e nd e
E e n f a ce r ma l y ci a ; N o n ha f ue r te ca s ti l l o
M a s q ue l a l e a l ta d ,
N o n p ue d e s o tr o a ve r N i n ta l a l to p o r ty l l o
E n e l mund o ta l a mi g o , Co mo l a ma l a ve r d a t.
Co mo e l b ue n s a b e r ,
N i p e o r e ne mi g o N o n ha o me ta n co b a r d e
Co mo e l q ue ma l ha f e cho ,
Que l a s u to r p e d a t; N i b a r a g a n ta n f ue r te ,
Que d e l to r p e s u s a ña g r a nd e ,
M a s p e s a e n ve r d a t Co mo e l q ue tr a e d e r e cho
Que a r e na e ma ña .
N o n ha ta n s i n ve r g ue nça
N o n ha ta n p e l i g r o s a Co mo e s e l d e r e cho ,
N i n o cca s i o n ta ma ña , Que f a ze e s a f ue r ça
Co mo e n ti e r r a d o b d o s a De l d a ño q ue d e l p r o ue cho .
T a n s y n p i e d a t ma ta
Al p o b r e o a l r r i co ,
E co n un o j o ca ta Ca p o r p e r r o d e l g a na d o
Al g r a nd e e a l chi co . E s p ue s to e l p a s to r ,
N o n s e p o ne e l g a na d o
Al s e ño r no n l i s o nj a Po r l a p r o d e l p a s to r .
M a s q ue a l s e r vi ci a l ;
E l r r e y no n a ve nta j a N o n cuy d e q ue f ue f e cho
So b r e s u o f f i cy a l . Po r q ue p o r p r e s e nte
Pa r a e l j ue z ma l o De l a g e no d e r e cho
F a ze s e d e l muy f r a nco ; F a g a a l s u p a r y e nte .
Al q ue no l o ty e n d a l o ,
F a ze va r a d e l a r co . N i n p o r q ue d é p o r s ue l to
Al q ue f ué s u a mi g o ,
E l mund o , e n ve r d a t, E s y n d e r e cho tue r to
De tr e s co s a s s e ma nty e n, Ca no n s e p ue d e a y una r
De j uy ci o , e d e ve r d a t, Ja ma s e s te p e ca d o ,
E p a z, q ue d e l l o s vy e n. Al a s no p e r d o na r
Fe ridas de l llagado.
Ca e l j uy ci o e s
La p i e d r a ci me nta l ; Al p a g a d o s o l ta r
De to d a s e s ta s tr e s De ma nd a d e l f o r ça d o ;
Es l a q ue ma s va l Al e ntr e g o to s ta r
L a vo z d e l to r ty ci a d o .
Ca e l j uy ci o f a s
De s co b r i r l a ve r d a t, Po r a mo r ni n p r e s ci o
E co n l a ve r d a t, p a z M a l d i ze l o l a l e y ,
Vi e ne e a mi s ta d . Ca d e Di o s e l j uy ci o
Es so lo e de l rre y.
E p ue s p o r e l j uy ci o
E l mnd o s e ma nty e ne , A l a s ve ce s te ny e nte
T a n ho nr r a d o o f i ci o E s d e Di o s e t d e l r r e y
B a l d o na r no n co nui e ne . Po r q ue j ud g ue l a g e nte
De ui a s e ca ta r a nte s A d e r e cho e a l a l e y .
De d a r ta l p e ty ci o n
Al o me n q ue b y e n ca te , M e ns a j e r o l o f y s i e r o n
Que l e e s s u a nte ncy o n. De una co s a s y g na d a ,
E p o d e r no l e d i e r o n
T a l o me n q ue no mud e Cr e s ce r ni n me ng ua r na d a
L a e nty ncy o n d e l o f i ci o
U a l d o na r no n co nui e ne
* * * * * * Pa r a s y no n e nty e nd a
N i e nty e nd a ni n cuy d e , L e ua r s i no n l a s vo ze s ;
Que f ue d a d o p o r vi ci o . Su s a l a r i o a ty e nd a
De a q ue l q ue l l ’ da las Que no n e s e s cucha d o .
vo ze s .
E l a s a r ma s te ne r
E t q ue l o b r a f y s y e r e E l q ue no l a s d e f y e nd e ,
T a l g ua l a r d o n a vr a , E a l g o a ve r
E q ue e n e s to e nte d y e r e E l q ue no n l o d e s p y e nd e .
Ja ma s no n e r r a r a .
F a l l o tr e s d o l e nci a s ,
Al j ue z s i n ma l i ci a Que no n p ue d e n g ua r e s ce r
E s a f a n e e mb a r g o , N i n ha ta l e s e s p e ci a s
E j ue z s y n co b d i ci a Que l a s p ue d a n ve nce r .
Va l e l e un o b p a d o .
El pobre pe re soso
Co b d i ci a e d e r e cho , N o n p ue d e va e r co ns e j o s ,
E s to e s co s a ci e r ta , M a l q ue r e nci a d e e nvi d i o s o
N o n e ntr a r a n e n un tr e cho E d o l e nci a de o nb r e s
N i n s o una cub y e r ta vi e j o s .
N unca d e una ca mi s a Ss i d e l o s p i e s g ua r e s ce
Ama s s e vi s ti e r o n; Due l e l e l ue g o l a ma no ;
Ja ma s d e una d e ui s a De l b a ço a d o l e ce ,
Se ño r e s nunca f ue r o n. Qua nd o d e l f f i g a d o e s s a no .
Qua nd o co b d i ci a vy e ne E t ma l q ue r e nci a q ue vy e n
De r e cho l ue g o s a l e ; De ce l o no n s e p ue d e
Do e s te p o d e r ty e ne , Pa r ty r , s y n a q ue l b y e n,
E s te o tr o p o co va l e . E l q ue l o ha no n p y e r d e .
E l o f i ci o a l o mb r e A l o s o me s e l ce l o
E s co s a e np r e s ta d a , M a ta e l a co b d i ci a ;
E l a b ue na co s tunb r e Po co s ha ze e l ci e l o
E s j o y a muy p r e s ci a d a . Sa no s d e s ta d o l e nci a .
H a ce l o una d e o tr o ,
Qui e n d e d o s ty e ne f ue r ça , E l a l to e e l s y mp l e ;
N o n f a g a e l a ni l l o ; E e l q ue ty e ne q ua tr o
Gua r d e Di o s l a ca b e ça T a nto d e l o q ue ’ l cump l e .
Que no n ma ng ua r a el
ca p i l l o . Qua nto q ui e r q ue ma s a l g o
L o q ue e s s uy o p i e r d e H a e l s u ve zi no ,
Ome n p o r s u ma l d a t, T y e ne to d o s u a l g o
E l o a g e no p ue d e Po r na d o e l me s q ui no .
Ga na r l o p o r b o nd a t.
T a n b i e n g r a nt l e f a z,
Pe r d e r s e a un co ns e j o N o n l e te ni e nd o tue r to ,
Po r tr e s co s a s p r i ua d o , Po r ve ny r tu e n p a z
Sa b e r e l b ue n co ns e j o Ss e ty e ne e l p o r mue r to .
N o n i nty e nd e e l mund o
¿ Qué ma s ve ng a nza q ui s i s te N i n l o s ca mb i o s q ue f a ze
Ave r d e l e nb i d i o s o , Su r r ue d a a me nud o .
Que e s ta r e l tr i s te
Qua nd o tu e s ta s g o zo s o ? Cuy d a q ue e s ta r a
Sy e np r e d e una co l o r ,
T r e s s o n l o s q ue vi e ne n E q ue no n a b a xa r a
Cuy ta d o s s y n cuy d a d o , E l d e a q ue l va l o r .
E d e l o s q ue ma s d e ue n
Do l e r s e to d o e l mund o . Co mo e l p e s ce e n e l r r i o
Vi ci o s o y r r y e nd o ,
F i j o d a l g o q ue me ne s te r N o n s a b e e l s a nd i o
H a a l o me vi l l a no , L a r e d q ue `l va te xe nd o .
E co n me ng ua a me te r
Se vy e ne e n s u ma no . M a s o me n e nte nd i d o ,
Sa b i o , p o r b y e n q ue ’ l va y a ,
E f i d a l g o d e na tur a , N unca e n e l mund o vi d o
U s a d o d e f r a nq ue za , B i e n co n q ue p l a ze r a y a .
T r a xo l o l a ve ntur a R e s ce l a nd o d e l mund o
A ma no d e vy l e za . E d e s us ca mb i a mi e nto s ,
E d e có mo a me nud o
E j us to s e r ma nd a d o Se ca mb i a l o s s us vi e nto s .
De s e no r to r ty ci e r o
H a d e f a ce r f ue r ça d o , Sa b e q ue l a r y q ue za
E e l o tr o te r ce r o . Po b r e za e s s u ci ma ,
Sa b i o q ue ha p o r p r e mi a E s o l a a l te za
De s e r ui r s e ño r ne s ci o , Y a ze f o nd a ci ma .
T o d a l a o tr a l a ze r y a
Ante e s ta e s g r a nt p r e s ci o . Ca r e l mund o co no s ce ,
E q ue s u b ue na o b r a
Co n un p a n s e g o b i e r na , M uy a y na f a l l e s ce
E d e f r uta s e f a r ta , E s e p a s a co mo s o nb r a .
E e n ca d a ta ue r na
B e ue ha s ta q ue s e f a r ta . Qua nto e s e l e s ta d o
M a y o r d e s u me d y d a
E s ta s o l o e n e l mund o H a o me n ma s cuy d a d o
B y ue s a b r o s a uy d a , T e mi e nd o l a ca y d a
E o tr o ha s e g und o
De o tr a ma y o r me d i d a . Qua nto ma s ca e d e a l to
T a nto p e o r s e f i e r e ,
E to r p e b i e n a nd a nte , Qua nto ma s b i e n ha , ta nto
Que co n s u g r a nt to r p e za M a s te me , s y s e p y e r d e .
N o n l e p a za e n ta l a nte ,
¿ Qué p ue d e a ve r p o b r e za ? E l q ue p o r l l a no a nd a
N o n ty e ne q ue d e s ce nd e r ;
F a zy e nd o l o q ue ’ l p l a ze E l q ue no n ty e ne na d a
N o n r e ce l a p e r d e r .
E t q ua nd o e s b y uo ca l l a n
E s f ue r ço e n d o s co s a s Co n ce l o to d o s q ua nto s
N o n p ue d e o me n to ma r , B y e ne s ha e n e l , e f a l l a n
T a nto s o n d ub d o s a s : De s q ue mue r e d o s ta nto s .
E l mund o e l a ma r . Que my e ntr a b y uo f ue r e
Sy e np r e le cr e s ce r á n
E l b i e n no n e s s e g ur o , ce l o s o s
Tan ci e r to s son s us E me ng ua d e s q ue mue r e ,
ca mb i o s ; E cr e ce n mi ntr o s o s
N o n e s s u p l a ze r p ur o
Co n s us ma l o s r r e s a b i o s . Qui e n d e s us ma ña s q ui e r e
T o r r na s i n d e te ne nci a Se r e nd e r e s ça d o ,
L a ma r ma ns a muy b r a ua ; E g ua r d a d o q ue s y e r e
E e l mund o o y d e s p r e ci a Se r b i e n d e p e ca d o .
Al q ue a y e r ho nr r a ua .
N unca j a má s f a g a
Po r e nd e e l g r a nt e s ta d o E s co nd y d a me nte
H a o me n d e s a b e r ; Co s a q ue l ’ p e s a r a ,
F a ze l o b e uy r cuy ta d o Que l o s e p a l a g e nte .
E tr i s te za a ue r .
Po r i d a t, q ue q ue r r í a
E l o me n q ue e s o nb r e E nco b r i r d e e ne mi g o ,
Sy e mp r e b y ue cuy ta d o ; N o n l a d e s cub r i r i a
O d e r r i co ó d e p o b r e , T a n p o co a l a mi g o ;
N unca l e me ng ua cuy d a d o .
Ca p ue d e o ca s i o na r ,
E l afan de l fidalgo F y a nd o d e a mi g o ,
Suf r e e n s us cuy d a d o s , Que s e p o d r á to r na r
E e l uy l l a no s u a l g o Co n s a ña e ne mi g o .
Y a f a n e n e s us co s ta d o s .
Que p o r p o ca co nty e nd a
E l o me n p r e s ci a d o Se ca mb i a n l o s ta l a nte s ,
N o n e s ma s q ue e l mue r to , E s a b r a n s u f a s y e nd a
E e l r r i co e s g ue r r e a d o Ome ns q ue q ue r r i a a nte s .
N o n te ni e nd o tue r to .
M o r y r , q ue b a r r unta d o
De l o me n uy uo d i ze n Ovi e s e e l s u f e cho ,
L a s g e nte s s us ma l d a d e s , E r r e p e nty r s e a q ua nd o
E d e s q ue mue r e f a ze n N o n l e tte r na p r o ue cho .
Cue nta d e s us b o nd a d e s .
Si n e s to q ue a e l
Qua nd o p r o no n l e te r r na Otr o a mi g o s uy o ,
L o a nd o vi e n l a g e nte , E e l , f y a nd o d e l ,
De l o q ue l e no n ve r na De s co b r i r s e a l o s uy o ,
B i e n d a nl e l a r g a me nte . E t e l a mo r d e l tuy o
N o l e a p r o ve cha ( r a ) , Ap r e nd e r a n a l g unt b y e n.
Pue s q u’ e l a my g o s uy o
T u f a s y e nd a s a b r á ; N o n d e zi r ni n f a ce r ;
N o n e s co s a l o a d a ;
Ca p ue s to q ue no n ve ng a , Qua nto q ui e r d e p l a ze r
Da ño p o r p r y me r o , M a s va l e a l g o q ue na d a .
N o n s e q ue p r o te te ng a ,
Pue s l o s a b e e l te r ce r o . N o n te ng a s p o r vi l o me
Po r p e q ue nno q ue l ve a s ;
E nxe mp l o e s ce r te r o N i n e s cr y ua s tu no me
Que l o q ue s a b e n tr e s E n ca r ta q ue no n l e a s
E s y a p l e y to p l a ze r o
Sa b e l o to d a r e y ( s i c) De l o q ue tu q ue r r a s
F f a ze r a l tu e ne my g o ,
De ma s , e s g r a nt d e nus to De s o te g ua r d a r a s
E f e a l d a t e me ng ua ; M a s , e s to te ca s ty g o .
Su co r a zo n a ng o s to ,
E l a l a r g a s u l e ng ua . Ca p o r l e e np e s ce r
T e to r r na s e n ma l , q ua nto
So n l a s b ue na s co s tunb r e s N o n te p o d r a na s ce r
L i g e r a s d e no nb r a r , De l e ne mi g o ta nto
M a s s o n p o co s l o s o mb r e s
Que l a s s a b e n o b r a r . T o d o e l tu cuy d a r
Pr y me r o e me d i a no
Se r í a muy b ue n o mb r e Se a e n b i e n g ua r d a r
E l q ue s o p i e s e o b r a r L ue g o a ti d e ma no .
T a nto b ue na co s tunb r e ,
Que s a b r i a y o no mb r a r . E t d e s q ue y a p us y e r e s
B y e n e n s a l uo l o tuy o ,
T o d o o me n no n e s E nto nce s , s y q ui s y e r e s ,
Pa r a d e zy r e f a ce r ; Pi e ns a e n d a ño s uy o .
E a s i co mo a l g una ve z F a s ta q ue p ue s to a y a
E n l a s co nta r p l a ze r . E n s a l uo s u r r e y no ,
E l r r e y cue r d o no n va y a
Pe s a r to mo d e s p ue s , Que r r e a r e l a g e no .
Po r q ue l a s s e no nb r a r
T a n b y e n q ue cunp l e p ue s L o q ue a y na q ui s y e r e s
Que no n l a s s e o b r a r . F a ze r , f a z d e va g a r ;
E ntr e g o me e n no mb r a l l a s , Ca s y p r i e s a tu d y e r e s
Co mo s y l a s s o p i e s e Co nvy e ne te e nb a r g a r .
Ob r a r , e e n co nta l l a s
Co mo s y l a s s o p i e s e ; Po r e nd e r e s ça r e r r a nça
N a s ce r a e l q ue xa r te ,
Sy n l o s o b r a r d e cy r l a s , E s e r a tu ta r d a nça
Sy a mi p r o no n ty e n, M a s p o r a p r e s ur a r te .
Al g uno s e n o y r l a s
Qui e n r r e b a to s e nb r o , De co mo l o o y e r o n
Co j o r r e p e ty mi e nto , N o n s e co nce r ta r a n.
Qui e n co n s o s i e g o o b r o ,
Aca b o s u ta l e nto . Sy q ui e r b r a va s y ma ns a ,
L a p a l a b r a e s ta l ,
N unca o me n p e r d i o Co mo s o mb r a q ue p a s a ,
Co s a p o r l a s uf r e nci a , E no n d e xa s e ña l .
E q ui e n p r i e s a s e d i o
R r e s ce b i o r r e p e nte nci a . N o n ha l a nça q ue p a s e
T o d a s l a s a r ma d ur a s ,
De p e l i g r o e me ng ua N i n q ue ta nto tr a s p a s e ,
Sy q ui s y e r e s s e r q ui to , Co mo l a s e s cr i tur a s .
Gua r d a te d e tu l e ng ua
E a s d e tu e s p i r i to . Que l a s a e ta l a nça
F a s ta un ci e r to f y to ,
De una f a b l a co nq ui s ta E l a l e tr a a l ca nça
Pue d e na ce r e mue r te ; De B ur g o s a E g i b to .
E d e una s o l a vi s ta
Cr e s ce r g r a nt a mo r f ue r te . Que l a s a e ta f y e r e
Al b y uo , q ue s e s y e nte ,
Pe r o l o q ue f a b l a r e s , E l a l e tr a co nq ui e r e
Sy e n e s cr i to no d e s , E n vi d a e e n mue r te .
Sy tu p r o f a l l a r e s ,
N o g a r l o ha s d e s p ue s . L a s a e ta no n l l e g a
Sy no n a l q ue e s p r e s e nte ,
N e g a r l o q ue s e d i ze , E l a e s cr y tur a l l e g a
A ve ze s , ha n l ug a r ; Al d e a l l e nd e Or y e nte .
M a s s y e s cr y to y a ze
N o n s e p ue d e ne g a r . De s a e ta d e f y e nd e
A o me n e l e s cud o ,
L a p a l a b r a a p o ca E d e l e tr a no n p ue d e
Sa zo n e s o l ui d a d a , De f e nd e r to d o e l mund o .
E l a e s cr i tur a f y nca A ca d a p l a ze r p o ne
Pa r a s y e mp r e g ua r d a d a . E l s a b i o a s y g na d o
T i e mp o , e d e s d e e nd e
E l a r r a ço n q ue , p ue s ta vy e ne
N o n y a ce e n e s cr y to , T o d a ui a me ng ua d o .
T a l e s co mo s a e ta ,
Que no n l l e g a a l ty r o . Pl a ze r d e nue uo p a ño
L o s uno s d e una g ui s a Dur a un me s d e s p ue s ;
Di ze n, l o s o tr o s d e o tr a , T o d a vi a a n d a ño ,
N unca d e s u p e s q ui s a F a s ta q ue r r o to e s .
Vy e ne ci e r ta o b r a .
U n a ño e s co s a nue va
De l o s q ue y e s to uy e r o n E n q ua nto l a l l a ni l l a ,
Po co s s e a co r d a r a n;
E s f l o r b l a nca f a s ta q ue E ma s p o r q ue s é q ue
l l ue ua De l muy b i e n l e p l a z.
E s e to r na a ma r y l l a .
Ap r e d o to d a vi a
De ma s q ue e s na tur a Dé l b ue n e ntte nd i mi e nto ,
De l o me n e no j a r s e , E e l d e mi ca d a d i a
De l o q ue mucho tur a , N ue vo d e p a r ti mi e nto .
E co n e l l o q ue xa r s e .
E l s a b i o , q ue d e g l o s a s
Po r ta l d e mud a r co s a Ci e r ta s f a ze r no n q ue d a ,
N ue va d e ca d a d i a , Di ze q ue d e l a s co s a s
Po r p o co l a f e r mo s a Que s o n d e una ma ne r a .
Po r f e a ca nb i a r í a
E t e n e l mund o , no n a ui a ,
Pl a ze r q ue to ma no me Nin so bre fye rro , o ro ;
Co n q ui e n bye n lo De ta n g r a n me j o r y a
e nty e nd e , Co mo ha un o me n s o b r e
M e j o r p l a ze r e l o me o tr o ;
T o ma r nunca p ue d e .
Ca e l me j o r ca ua l l o
Pue s l a co s a no n s a b e E n e l mund o no n va l ci e r to ,
Co n q ue a e l l e p l a ze , E un o me n y o f a l l o
Que tur e o q ue a ca b e , Que va l e d e o tr o s ci e nto .
De l l a f ue r za no f a ze . Onça d e me j o r i a
De l o r o e s p i r i tua l
M a s l a q ue e nte nd y e r e Co mp ta r no n s e p o d r i a
Que d e l l a a p l a ze r , Co n q ua nto e l mund o va l .
F a r a cua nto p o d y e r e
Po r l a f a ze r cr e s ce r . T o d o s l o s co r p o r a l e s
Po r a q ue s to f a l l e s ce Sy n e nte nd i mi e nto ,
E l p l a ze r co r p o r a l , M y o r me nte me ta l e s ,
E e l q ue s i e mp r e cr e s ce Que no n ha n s e nty mi e nto ;
E s e l e s p i r y tua l .
T o d a s tus me j o r i a s
T r y s te za y a no n s i e nto Po d r í a n p o co mo nta r ,
Que ma s me f a z q ue ma r E e n muy p o co s d i a s
Que p l a ze r q ue s o ci e r to Se p o d r í a n d e s co nta r .
Que s e ha d e a ca b a r .
L a s co s a s d e s y n l i ng ua
T ur a b l e p l a ze r p ue d o E s y n e nte nd y mi e nto ,
De cy r d e l b ue n a mi g o ; Su p l a ze r va a me ng ua
L o q ue me d y z e nty e nd o E a f a l l e s ci mi e nto .
E e l l o q ue y o d i g o .
De s q ue a d e s d e zy r
M uy g r a nt p l a ze r e l q ue Su co np us tur a ve ng a ,
M e e nty e nd e me f a z, N unca ma s s a b r á d e zy r
Co s a q ue p r o l e te ng a . De a l l y l e vy e ne ma l i ci a
E l a ma l a ve r d a t,
Po r e s to e l p l a ze r F o r r ni ci o e a va r i ci a
De l o me n cr e s ce r d e ue E to d a e nf e r me d a t.
E n d e zy r o e n f a ze r
Co s a q ue l o r r e nue ue . E t e ng a ño s e n a r te
E ma l a e nty nci o n,
E l o me n d e me ta l e s Que nunca Di o s d e p a r te
Do s e s co nf a çi o na d o , E n l a ma l a co nd i ci o n.
M e ta l e s d e s y g ua l e s Po r e nd e no n f a l l e s ce
Ino vy l , o tr o ho nr r a d o . Pl a ze r d e co mp a ñí a ,
E d e o me ns s a b i o s cr e ce
E l uno te r e na l , E va a me j o r i a .
E e l b e s ti a s e me j a
E e l o tr o ce l e s ti a l , Pl a ze a o me n co n e l l o s
Ang e l e s l e p a r e j a . E a e l l o s co n e l ;
E t e n q ue co me e b e ue E nty e nd e e t a e l l o s
Se me j a a l i ma l y a ; E e l l o s ta nb y e n a é l .
As i b y ue e t mue r e ;
Co mmo b e s ti a s y n f a l i a . Po r q ue a q ue s ta co np a ña
De o me n e nte nd i d o ,
De l mund o e nte nd i mi e nto Al e g r i a ta ma ña
Co mmo e l a ng e l e s : N o n ha e n e l mund o .
N o n ha d e p a r ti mi e nto
Sy p o r e l cue r p o no n f ue s . Pe r o a mi g o cl a r o ,
L e a l , e ve r d a d e r o ,
Qui e n p e s o d e un d i ne r o , E s d e f a l l a r muy ca r o ;
H a ma s d e e nte nd i mi e nto ; N o n s e f a l l a a d y ne r o .
Po r a q ue l l o s e ñe r o
Va l e un o me n p o r ci e r to . Ome n e s g r a nd e d e to p a r
E n co np l i s i o n e g ua l ;
Ca , d e q ue l ca b o ty e ne , De f a l l a r e n s u p a r
T o d o s u b y e n e l o mb r e ; B ue n a mi g o l e a l .
De q ue l l a p a r te l e vy e ne
T o d o b ue na co s tunb r e . Ami g o d e l a b ue na
And a nça q ua nd o cr e s ce
M e s ur a e f r a nq ue za , L ue g o a s y s e to r na ,
B ue no s e s o e s a b e r , Qua nd o e l l a f a l l e s ce .
Co r d ur a e s y mp l e za ,
E l a s co s a s s a b e r . Ami g o q ua nto l o a r
De b i e n q ue no f e zy s te ,
De l o tr o ca b o na s ce N o n d e ue s d e l f i a r
T o d a l a ma l a ma ña , E l ma l q ue tu o b r a s te
E p o r a l l y cr e s ce
L a co b d i ci a e s a ña . Af e a r te l o b i e n ha n
E n p o s ty , ci e r to s e a s ,
Pue s tu co s tunb r e ha n Qui e n ma l r e tr a he d e l l a s
De l y s o nj a r b y e n cr e a s . E l me s mo g e l o b us ca ,
Po r l y s o nj a r te q ui e n Que d e g r a d o d á q ue l l a s
T e d i xe r e d e o tr y ma l , N o n l o b us ca r a n nunca .
A o tr o s a ta n b y e n
Di r a d e ty a ta l . De s q ue d e e ntr e e l l a s s a l
T a nto s o n p a g a d a s ;
E l o me n l y s o ng e r o Que nunca f a ce n ma l
M i e nte a ca d a uno , E n q ua nto s o n j unta d a s
Ca a mo r ve r d a d e r o
N o n ha co n ni ng uno . Y a s e n b o ca co n b o ca
E ma no s s o b r e ma no s ;
And a j o y a s f a zi e nd o T a n s e me j a d o s nunca
De ma l d e s te a e s te , Y o vy d o s he r ma no s .
M a l d e uno d e zy e nd o ,
F a r a a l o tr o p r e s e nte . T a n g r a nd e a mo r o vi e r o n
L e a l e ve r d a d e r o ,
T a l o me n nunca a co j a s Que a ma s s e o uy e r o n
Ja ma a s e n tu co mp a ñí a , E n un s o l o ci nte r o .
Que s o n l a s s us l y s o nj a s
A l o s o me ns e ng a ña . Po r a mo r d e e s ta r e n uno
Sy e mp r e a ma n á d o s ;
Qui e n una he r ma nd a t Po r f a ze r d e d o s e n uno
Ap r e nd e r l a q ui s y e r a , F a ze n d e uno d o s .
E una a mi s ta d ,
U s a r s a b o r o vi e r a N o n a me j o r r r i q ue za
Que b ue na he r ma nd a t,
Si e mp r e mi e nte s d e ui a N i n ta n ma l a p o b r e za
M e te r e n l a s ty s e r a s ; Co mmo l a s o l e d a t.
De l l a s a p r e nd e r i a
M ucha s b ue na s ma ne r a s L a s o l e d a t a d uce
M a l p e ns a mi e nto f ue r te ;
E q ua nd o me to mi e nte s Po r e nd e e l s a b i o i nd uce ,
Co s a s ta n d e r e che r a s Co mp a ñí a o mue r te .
N o n f a l l o e ntr e l a s g e nte s Po r q ue ta l p o d r i a
Co mo s o n l a s ty s e r a s . Se r l a s o l e d a t,
Que má s q ue e l l a va l d r í a ,
Pa r te n a l q ue l a s p a r te E s ta e s l a ve r d a t.
E no n p o r s e ve ng a r ,
Sy no n co n g r a nt ta l a nte M a l e s l a s o l e d a t;
Que ha n d e s e j unta r . M a s p e o r e s co np a ña
Co mo e n r i o q ue d o De o me n s y n ve r d a t,
E l q ue s ’ me ty o e ntr e l l a s Que a o me n e ng a ña .
De ntr o e l s u d e d o ,
M e ti o e ntr e d o s mue l a s . Pe o r co mp a ñí a d e s ta s
E s o me n to r p e p e s a d o ;
Que r r i a tr a e r a cue s ta s
Al b a r d a , ma l d e s u g r a d o . N o l e cump l e d e zy r j unta s
Qua nta s va ny d a d e s cuy d a ,
M ue uo p l e y te s i a M a s e l f a ce p r e g unta s
Po r ta l q ue me d e xa s e ; N e s ci a s , a q ue e l r r e cuy d a .
Di g o l l ’ q ue no n q ue r r i a ,
Que p o r mi s e e s to r ua s s e . E q ue r r i a s e r mud o
Ante q ue l e r r e s p o nd e r .
Y d uo s e n ho r a b ue na Q s o r d o , s i s e r p ud o
A l i b r a r vue s tr a f a zy e nd a , Ante s q ue l o e nte nd e r .
Qui ça q ue p r o a l g una
Vo s ve r na a l a ti e nd a . Ci e r to e s p a r d e mue r te
L a s o l e d a t; ma s ta l
E n d i z, p o r b i e n no n te ng a Co np a ñi a e ta n f ue r te ,
Di o s q ue s o l o f y nq ue d e s , E s ta r s o l o ma s va l .
F a s ta q ue a l g uno ve ng a
Otr o co n q ui e n f a b l e d e s . Sy ma l e s e s ta r s o l o ,
Pe o r e s ta l co mp a ñí a ;
E l cuy d a q ue p l a ze r E l b i e n cump l i d o a d o l o
M e f a ze s u co mp a ña , ¿ F a l l a r q ui e n l o p o d r i a ?
E y o q ue r r i a má s y a ze r N o n ha d e l to d o co s a
So l o e n l a mo nta ña ; M a l a , ni n to d a b ue na ,
M a s q ue s uy a f e r mo s a
Y a ze r e n l a mo nta ña Que r r i a f e a e g e na .
A pe ligro de sye rpe s,
Que no n e ntr e co np a ña s Ome n no n co b d i ci a
De o me ns p e s a d o s to r p e s . Sy no n l o q ue no n ty e ne ,
E l cuy d a ua q ue y r s e E l ue g o l o d e s p r e ci a
Se r i a d e me s ur a d o , De s q ue a ma no l e vy e ne .
E y o te mo ca e r s e
Co n nus co e l s o b r a d o . Ss uma d e l a r r a zo n
N o n ha e n e l mund o co s a ,
Ca d e l o s s us e no j o s Que no n l ’ ha y a s s a zo n,
E s to y a ta n ca r g a d o , Qui e r f e a o f e r mo s a .
Que , f a s ta e n mi s o j o s ,
So n ma s q ue e l p e s a d o . Po r l o q ue l o s o mb r e s
L o a mo s e n g e ne r a l ,
E l me d i o ma l s e r i a E s d e l a s co s tunb r e s
Sy e l ca l l a r q ui s y e s e ; L o ma s co muna l .
Y o d e l cue nta f a r i a
Co mo s y un p o s te f ue s e . M a l e s mucho f a b l a r ,
M a s p e o r e s s e r mud o ;
N o n d e xa r i a nunca Ca no n f ue p o r ca l l a r
L o q ue me p l a ze cuy d a r , L a l e ng ua , s e g unt cud o .
M a s e l r a zo ne s b us ca
Pa r a nunca q ue d a r . Pe r o l a me j o r i a
De l ca l l a r no n p o d e mo s So l o a l q ue l o o y a ;
N e g a r d e to d a vi a ;
Co nvi e n q ue l a to me mo s . E q ue r r i a ca s ti g a r s e
E n o tr o , e l ca l l a nd o ,
Po r q ue l a my a ta d d e M a s q ue ca s ti g a r s e
Qua nd o o y a mo s f a b l e mo s , Otr o , e n e l f a b l a nd o .
U na l e ng a ( s i c) p o r e nd e L a s b e s ti a s ha n a f a n
E d o s o r e j a s a ue mo s . E ma l p o r no f a b l a r ;
E l o s o me s l o ha n
Qui e n mucho q ui e r e f a b l a r L o s ma s p o r no ca l l a r .
Sy n g r a nt s a b i d ur i a ,
Ci e r to e n s e ca l l a r E l ca l l a r ti e mp o no p i e r d e ,
M e j o r b a r a ta r y a . E pie rde lo e fablar,
E l s a b i o q ue l o a r Po r e nd e o me n no n p ue d e
E l ca l l a r b y e n q ue r r i a , Pe r d e r p o r e l ca l l a r .
E e l fablar afe ar,
E s ta r a zo n d e zy a ; E l ca l l a l a r a zo n,
Que l e cup l i e r a f a b l a r ;
Ss i f ue s e e l f a b l a r N n me g ua l a s a zo n
De p l a ta f i g ur a d o , Que p e r d i ó p o r ca l l a r .
Se r i a e l ca l l a r
De o r o d e b uxa d o . M a s q ui e n f a b l a r r a zo n
Que d e ue r i a ca l l a r ,
De b i e ne s d e l ca l l a r Pe r d i o y a l a s a zo n
L a p a z una e s d e ci e nto , Que no p o d r á co b r a r .
E l me no r ma l d e f a b l a r
E s a r r e p e nti mi e nto . L o q ue ho y s e ca l l a r e ,
Pue d e s e cr a s f a b l a r ,
E d i ce ma s , a b ue l ta E l o q ue o y s e f a b l a r e ,
De mucha me j o r i a , N o s e p ue d e ca l l a r .
Que e l ca l l a r s y n e s ta
So b r e e l f a b l a r a ui a ; L o d i cho d i cho e s ,
L o q ue d i cho no ha s
Sus o r e j a s f a r y a n De zy r l o ha s d e s p ue s ,
Pr o s o l a me nte a e l , Si o y no n, s e r a cr a s .
De s y l e ng ua a uy a n
Pr o l o s o tr o s , e no n e l . De f a b l a , q ue p o d e mo s
N i ng unt ma l a f e a r ,
Co nte s ce a l q ue e s cucha , E s l a q ue d e s p e nd e mo s
Aun q ua nd o y o f a b l o , E n l o a r e l ca l l a r .
De l b y e n s e a p r o ue cha
E r r e s ta me l o ma l o . Pe r o p o r q ue s e p a mo s
Que no ha ma l s y n b i e n,
E l s a b i o , p o r a q ue s ta N o n b i e n s y n ma l , d i g a mo s ;
R a zo n, ca l l a r q ue r r i a , A p a r d e l l o co nvy e n.
Po r q ue s u f a b l a p r e s ta Pue s q ue ta nto d e no s ta d o
E l f a b l a r y a a b e mo s , E g a na r a a nd a nça .
Se me j a nte g ui s a d o
De o y ma s l o l o e mo s . Po r r a zo na r s e b i e n
Se r a o me a ma d o ;
E p ue s ta nto a ve mo s E s y n s a l a r i o ty e n,
L o a d o e l ca l l a r , L o s o me ns a ma nd a d o ;
Sus ma l e s co nta r e mo s ,
L o a nd o e l f a b l a r . Co s a q ue me no s cue s ta
E q ue ta nto p r o te ng a ,
Co n e l f a b l a r d e zy mo s N o n ha co mo r r e s p ue s ta
M ucho b i e n d e l ca l l a r , B ue na , q ui e r co r ta o
Ca l l a nd o no p o d e mo s l ue ng a .
De zy r b y e n d e l f a b l a r .
N o n ha ta n f ue r te g i g a nte
Po r e nd e e s d e r e cho Co mo l a l ue ng ua ( s i c)
Que s us b y e ne s co nte mo s , ty e r r a ,
Ca b y e ne s ha d e f e cho , N i n q ue a s i q b r a nte
Po r q ue no l o d e no s te mo s . A l a s a ña l a p i e r na .
Po r q ue to d o o me n ve a , Ab l a nd a l a p a l a b r a
Que e n e l mund o co s a B ue na l a d ur a co s a ,
N o n ha d e l to d o f e a , A l a vo l unta d a g r a
N i n d e l to d o f e r mo s a . F a z d ul ce e s a b r o s a .
¿ Sy te r mi no o b y e s e
E t e l ca l l a r j a ma s E l f a b l a r me s ur a d o ,
De l to d o no n l o e mo s , Que d e cy r no p o d i e s e ,
Si no n f a b l a mo s , ma s Sy no n l o g uy s a d o ?
Que ve s ti a s no va l e mo s .
Sy l o s s a b i o s ca l l a r a n, E n e l mund o no a vr i a
El sabe r se pe rde rya; Ca s a ta n p r e s ci a d a ,
Sy e l l o s no n f a b l a r a n, L a s u g r a nt me j o r i a
Di s ci p l o no n o vy e r a n. N o p o d r y a s e r co mp r a d a .
De l f a b l a r e s cr y b a mo s , M a s p o r q ue ha p o d e r
Po r s e r e l muy no b l e , De ma l s e r r a zo na r ,
Aun q ue p o co f a l l a mo s Po r e s o e l s u p e r d e r
E s ma s q ue e l s u g a na r .
Que l o s e p a n co mo cup l e .
M a s e l q ue s a b e b y e n Que l o s to r p e s , mi l l ta nto s
F a b l a r , g r a nd vi r tud us a , So n q ue l o s e nte nd i d o s ,
Que d i z l o q ue l ’ co nvy e n, E no n s a b e n e n q nto s
E l o d e ma s e s cus a . Pe l y g r o s s o n ca y d o s .
Po r b i e n f a b l a r , ho r r a d o Po r e l f a b l a r p o r e d e
Se r a e n to d a l a p l a ça ; E s e l ca l l a r l o a d o ,
Po r e l s e r a no b r a d o , M a s p o r e l q e nty e d e
M ucho e s d e no s ta d o . F i g ur a e s e l f a b l a r
Al ca l l a r ; e a s y
Ca e l q a p e r ce b y r N o s a b e e l ca l l a r
Se s a b e e n f a b l a r , De o tr o , ni n d e s s y .
Sus b y e ne s e s cr e ui r E l fablar sabe bye n
E n ta b l a s no p o d r a n. Al ca l l a r r a zo na r ,
Que ma l g ui s a d o ty e n
E l f a b l a r e s cl a r e za , De l o g ua l a r d o na r .
E e l ca l l a r e s cur e za ;
E e l f a b l a r e s f r a nq ue za , T a l e s e n to d a co s tumb r e ,
E t e l ca l l a r e s ca s e za . Sy b y e n p a r a r e s mi e nte s ,
E e l f a b l a r l i g e r e za F a l l a r a s e n to d o o nb r e
E e l ca l l a r p e r e za ; Que l o e s e t q ue d e nue s te s .
E e l f a b l a r e s f r a nq ue za ,
E e l ca l l a r p o b r e za . Se g unt q ue e l r a y s ty e n,
E l a r b o a s y cr e s ce ;
E t e l ca l l a r to r p e d a t, Qua l e s e l o me e q ui e n,
E l fablar sabe r; E n s us o b r a s p a r e s ce .
E l ca l l a r ce g ue d a t,
E e l f a b l a r vi s ta a ve r . Qua l ta l a nte o vy e r e
T a l r r o s tr o mo s tr a r a ,
Cue r p o e s e l ca l l a r , E co mo s e s ud o f ue r e
E e l s a b e r s u a l ma ; Tal palabra o yra.
Ome e s f a b l a r ,
E t e l ca l l a r s u ca ma . Sy n ta cha s o n f a l l a d a s
Do s co s tub r e s cr ue ta s ,
E l ca l l a r e s ta r d a d a , A ma s s o n y g ua l a d a s
E e l f a b l a r a y na ; Que no ha n co p r i me nta s .
El sabe r e s e spada,
E t e l ca l l a r s u va y na . L a una e s e l s a b e r ,
E l a o tr a e s e l b i e n f a ce r ;
T a l e g a e s e l ca l l a r , Qua l q ui e r d e s ta a ve r
E t a l g o q ue y a ze E s co ml i d o p l a ze r .
E n e lla e s e l fablar,
E p r o ue cho no f a ze . De to d o q ua nto f a s e
E l o me s e a r r e p i e nte ,
E n cua nto e nce r r a d o Co n l o q ue o y l e p l a s e
E n e l l a e s tud i e r e , Cr a s to ma ma l ta l a te .
N o n s e r a s ma s ho nr r a d o
Po r e l l o cuy o f ue r e . E l p l a ce r d e l a s ci e nci a
E s co mp l i d o p l a ze r ;
E l ca l l a r e s ni g uno Ob r a s i n d e p e nd e nci a
Que no me r e s ce no b r e , E s l a d e l b i e n f a ce r .
E e l f a b l a r e s a l g uno Qua nto ma s a p r e nd i o
E t p o r e l e s o me ho b r e . T a nto ma s p l a ce r ti e ne ;
N unca s e a r r e p i nti o
Ome d e f a ce r b i e n.
So cl a r o e p l a s e nte r o
Ome q ue cue r d o f ue r e , L a s nub e s f a ce n e s cur o ;
Si e mp r e s e r e s ce l a r a ; De un d i a e nte r o
De l g r a n b i e n q ue o vi e r e N o n e s o me s e g ur o .
M ucho no l ’ f i nca r a .
E l o me ma s no n b a l ,
Ca e l g r a nt b i e n s e p ue d e N i n mo nta s u p e r s o na
Pe r d e r por cul p a de l De b i e n, e a s i d e a l ,
ho mb r e , Co mo l a e s f e r a tr a s to r na .
E e l s a b e r no l d e f i e nd e
De a l s i no n( d e ) s e r p o b r e E l o me q ue a b i l ta d o
E s e n s u d e s ce nd i d a ,
Ca e l b i e n q ue d e l l o As i me s mo ho nr r a d o
F i s i e r e , l e f i nca r a , E s e nl a s ub i d a .
E p a r a s i e mp r e a q ue l l o
Gua r d a d o e s ta r a . Po r e s o a me nud o
E l o me e nte nd i d o
E f uci a no n p o ng a A l o s ca mb i o s d e l mund o
Ja ma s e n s u a l g o , E s ta b i e n a p e r ce b i d o .
Po r mucho q ue l o te ng a
B ie n parado e largo. N o n te me n a p e l l i d o
L o s o me s a p e r ce b i d o s ,
Po r r a s o n q ue e n e l mund o M a s va l un a p e r ce b i d o
H a n l a s co s a s zo zo b r a s , Que mucho s a ncha l i d o s
F a s e mucho a me nud o
Co ntr a r i a s co s a s d e o tr a s . Ome cue r d o no n p ue d e
Ca und o e ntr o np e za r e
Ca mb i a s e co mo e l ma r Otr e , q ue to me a l e g r i a
De a b r e g o á ci e r zo , De s u p e za r , p ue s o me .
N o n p ue d e o me to ma r Se g ur o no n ha q ue ta l
E n co s a e l e s f ue r zo . A e l no n a ca e s ca ,
N i n s e a l e g r e d e l ma l
N o n d e ve f i a r s o l Que a o tr o s e a co nte s ca .
U n p unto d e s u o b r a ,
Ve s e s l o p o n a l s o l De ha b e r a l e g r i a
E ve s e s a l a s o mb r a . Si n p e s a r nunca cui d e ;
T o d a vi a , p o r cua nto Co mo s i n no che d i a
L a r ue d a s e tr a s to r na Ja ma s he b e r no n p ue d e .
E l s u b i e n, e l s a nto
F a s i g ua l d e co r o na . L a me r ce d d e Di o s s o l a
E s l a f i us i a ci e r te ,
De l a s i e r r a a l va l , Otr a ni ng una d o l a
De l a nub e a l a b i s mo , E n e l mund o q ue no n
Sg unt l o p o ne , va l mi e nta .
Co mo l e tr a d e g ua r i s mo .
De l o q ue a Di o s p l a s e E mi l a g r o muy f i e r o ,
N o s p e s a r no n te ne mo s , Si n l e d e ci r y o co s a ,
E b i e n e s cua nto f a ce F a s e cua nto q ui e r o .
Aunq ue no l l o e nte nd e mo s .
Co n e l s e r y o mud o ,
Al o me ma s l e d i o N o n me p o d r i a no s ci r ,
E d e me j o r me r ca d o , Ca f a s q ua nto q ui e r o ,
De l o q ue e nte nd i o Si n g e l o y o d e s i r .
Que l e e r a ma s f o r za d o .
No n de sir e fase r,
De l o q ue ma s a p r o ve cha , E s s e r vi ci o l o a d o ,
De a q ue l l o ma s ha b e mo s , Co n q ue to me p l a s e r
Pa n e d e l a g ua mucha T o d o o me g r a na d o .
E d e l a y r e te ne mo s .
Ca e n q ua nto o me e d e s i r ,
T o d o o me d e ve r d a t T a nto a me ng ua
E b ue no e s d e b d o r De l f a s e r e f a l l e s ce r
De co nta r l a b o nd a t L a ma no p o r l a l e ng ua
De s u b ue n s e r vi d o r . L e y e nd o e p e ns a nd o
Si e mp r e e n mi s e r vi ci o ,
Cua nd o s e r vi e s e por N o n g e l o y o no mb r a d o
p r e s ci o F a s e q ua nto co b d i ci o .
O p o r b ue n g ua l a r d o n,
M a y o r me nte s e r vi ci o E s ta co s a ma s a y na
Que s e r vi e nd o me r e s ci o . Que d e l ni ng una na s ce ,
Po r e nd e un s e r vi ci a l N i n q ui e r ca p a s i n s a ña ,
De q ue mucho me p r e s ci o , N i n za p a to q ue ca l ze .
Qui e r o ; ta nto e s l e a l
Co nta r e l s u b o l l i ci o . T a l q ua l s a l i o
De l vi e ntr e d e s u ma d r e ,
Ca d e b d o r s o f o r za d o T a l a nd a e n mi s e r vi ci o ,
De l g r a n b i e n co no s ce r , E n to d o l o q ue l `ma nd e .
Que me ha n a d e l a nta d o
Si n g e l o me r e s ce r . E ni ng unt g ua l a r d o n
N o n q ui e r e p o r s u d e s ta j o ,
N o n p o d r i a no mb r a r , M a s q ui e r e s e r vi ci o e n
N i n s a b r i a e n un a ño d o n,
Su s e r vi ci o co nta r , E s i n ni ng unt tr a b a j o .
Cua l e s cua n e s tr a ño .
N o n q ui e r ma nj a r co me r ,
Si r ve , b o ca ca l l a nd o , Sy no n l a b o ca
Si n f a s e r g r a nd e s nue va s , U n p o q ui l l o mo j a r
Se r vi ci o muy g r a na d o E n g o ta d e a g ua p o ca .
E s s i n ni ng una s b i e l ma s .
E l ue g o q ue l a g o s ta ,
Co s a ma r a vi l l o s a Se me j a l q ue ti e n ca r g a ,
E e s p a r s e l a g o ta
Ja ma s d e l l a no n tr a g a . E l mund o no n ti e n o j o ,
N i n e nti e nd e f a s e r
N o n ha o j o s , ni n ve A un o me e no j o
Cua nto e n co r a zo n te ng o , E a o tr o p l a s e r .
E sin o re jas lo o ye , R a s o n a ca d a uno
E ta l l o f a s e l ue g o . Se g unt l a s u f a s i e nd a ,
E l no n ha co n ni ng uno
Ca l l o y o , e e l ca l l a , Ami s ta d ni n co nti e nd a .
E a mo s no s f a b l a mo s ;
E n ca l l a nd o no n f a b l a , Nin s e p a g a , ni n s e e ns a ña ,
L o q ue a mo s b us ca mo s . Nin a ma , ni n d e s a ma .
N o n q ui e r ni ng un e mb a r g o Nin ha ni ng una ma ña ,
De co me r r e s ce b i r , Nin r e s p o nd e , ni n l l a ma .
De s u a f a n e s l a r g o
Pa r a b ue no s s e r vi r . E l e s uno to d a vi a
Cua nto e s d e no s ta d o ,
Se me p l a s e o p e s a , A ta l co mo e l d i a
Si f e a o f e r mo s a , Que e s mucho l o a d o .
T a l me s ma l a f a s e ,
Qua l y o p i e ns o l a co s a . E l r i co l e s a zo na
Vi e n, e te nl o p o r a mi g o .
Ve s i no d e Ca s ti l l a L a cui ta l o b a l d o na
Po r l a s u e nte nci o n, E l ti e nl o p o r e ne mi g o .
Sa b r á e l d e Se vi l l a
E n l a s u co b d i ci o n. N o n l e f a l l a n ni ng unt
Ca nb i o l o s s a b i d o r e s ,
L a s g e nte s ha n a co r d a d o L o s ca nb i o s s o n s e g unt
De s p a g a r s e d é l no n, L a s s us r r e ci b i d o r e s .
M a s d e co s a ta n p a g a d o
N o n s ó y o có mo d é l no n. L a e s p e r a d e l ci e l o
N o n f a s e q ue no s me s ce ,
De l d i a q ue p r e g unta d o M a s a mo r ni n ce l o
Ove a mi s e ño r a , s i no n De co s a no n l e cr e s ce .
H a b i a o tr o a ma d o ,
Sy no n y o , d i j e q ue no n. So n un ci e l o to d a vi a
E nce r r a d o s y a ce mo s ,
E s y n f ue g o o me vi d a E f a s e mo s no che e d i a
U n p unto no n ha b r i a , E no s a e l no n s a b e mo s .
E s i n f i e r r o g ua r i d a
Ja ma s no n f a l l a r i a . A e s ta l ue ñe ti e r r a
N unca p o s i mo s no mb r e ,
De l mund o ma l d e s i mo s , Si ve r d a t e s o me ni r a ,
E e n e l o tr o ma l , De l l a ma s no n s a b e ho mb r e .
N o n ha n s i no n no s mi s mo s ,
N i n ve s ti j e l o s , s i ña l . E ni ng unt s a b i d o r
N o n l e s o p o u o mb r e ci e r to
Sy no n q ue o b r a d o r
E s d e s u ci mi e nto .
Dé Di o s vi d a a l R e y , A quí a ca b a el R a b D on
N ue s tr o ma nte ne d o r , Sa nt ob
Que ma nti e ne l a l e y
E e s d e f e nd e d o r . D ios s ea loa do
Ge nte s d e s u ti e r r a
T o d a s a s u s e r vi ci o
T r a i g a , e a p a r te g ue r r a
De l l a , ma l e b o l l i ci o .
E e s l a me r ce t q ue e l no b l e
Su p a d r e p r o me ti o ,
L a te r r na co mo cump l e
Al Sa nto b e l Jud i o .
690
Apéndice F
Danza general
APÉNDICE F
------
DANZA GENERAL
PRÓLOGO EN LA COPIA
DISE L A M U E R T E
Y o s o l a mue r te ci e r ta a to d a s l a s cr i a tur a s
Que s o n y s e r á n e n e l mund o d ur a nte
De ma nd o y d i g o o co me p o r q ue cur a s
De vi d a ta n b r e ue e n p unto p a s a nte
Pue s no n a y ta n f ue r te ni n r e s i o g i g a nte
Que d e s te mi a r co s e p ue d e a mp a r a r
Co nui e ne q ue mue r a s q ua nd o l o ti r a r
Co n e s ta mi f e cha cr ue l tr a s p a s a nte .
Que l o cur a e s e s ta ta n ma g ni f i e s ta
Que p i e ns a s tu o me q ue e l o tr o mo r r a
E tu q ue d a r a s p o r s e r b i e n co mp ue s ta
L a tu co mp i s y o n e q ue d ur a r a
N o n e r e s ci e r to s y e n p unto b e r na
So b r e ty a d e s s o r a a l g una co r r up ci o n
De l a nd r e o ca r b o nco o ta l y np hs y o n
692
Apéndice F
Danza general
Po r q ue e l tu vi l cue r p o s e d e s s a ta r a .
O p i e ns a s p o r s e r ma nce b o b a l i e nte
O ni ño d e d i a s q ue á l ue ñe e s ta r e
E f a s ta q ue l i e g ue s a b i e j o i mp o te nte
L a mi ve ni d a me d e ta r d a r e
Ab i s a te b i e n q ue y o l l e g a r e
A ty a d e s o r a q ue no n he cuy d a d o
Que tu s e a s ma nce b o o b i e j o ca ns a d o
Que ta l te f a l l a r e ta l te l e ua r e .
L a p l a ti ca nue s tr a s e e r p ur a he r b a d
Aq ue s to q ue d i g o s y n o tr a f a l l e nci a
L a s a nta e s cr i p tur a co n ce r te ni d a d
Da s o b r e to d o s u f i r me s e nte nci a
A to d o s d s i e nd o f a s e d p e ni te nci a
Que a mo r i r a b e d e s no n s a b e d e s q ua nd o
Sy no n b e d e l f r a y r e q ue e s ta p e d r i ca nd o
M i r a d l o q ue d i s e d e s u g r a nd s a b i e nci a .
DISE E L PR E DICADOR
Se ño r e s ho nr r a d o s l a s ta e s cr p tur a
De mue s tr a e d i s e q ue to d o o me na s ci d o
Go s ta r a l a mue r te ma g ue r s e a d ur a
Ca tr uxo a l mund o un s o l o b o ca d o
Ca p a p a o r e y o b p o s s a g r a d o
Ca r d e na l o d uq ue e co nd e e xce l e nte
Oh e mp e r a d o r co n to d a s u g e nte
Que s o n e n e l mund o d e mo r i r ha n f o r ça d o .
B U E N O E SAN O CON SE JO
Se ño r e s p una d e n f a s e r b ue na s o b r a s
N o n vo s f i e d e s e n a l to s e s ta d o s
Que no n no s va l d r a n te s o r o s ni n d o b l a s
A l a mue r te q ue ti e ne s us p a s o s p a r a d o s
Ge mi d vue s tr a s cul p a s d e ci d l o s p e ca d o s
E n q ua nto p o d a d e s co n s ti s f a ci o n
Sy q ue r e d e s e ve r co mp l i d o p e r d o n
De a q ue l q ue p e r d o na l o s y e r r o s p a s a d o s .
F a s e d l o q ue d i g o no n vo s d e ta r d e d e s
Que y a l a mue r te e nco mi e nd a a ho r d e na r
Vna d a nça e s q ui ua d e q u no n p o d e d e s
Po r co s a ni ng una q ue s e a e s ca p a r .
A l a q ua l d i s e q ue q ui e r e l e ua r
693
Apéndice F
Danza general
A to d o s no s o tr o s l a nça nd o s us r e d e s
Ab r i d l a s o r e j a s q ue a g o r a o y r e d e s
De s u cha r a mb e l a vn tr i s te ca nta r .
DISE L A M U E R T E
A l a d a nça mo r ta l ve ni t l o s na ci d o s
Que e n e l mund o s o e s d e cua l q ui e r a e s ta d o
E l q ue no q ui s i e r e á f ue r ça e a mi d o s
F a s e r l e he ve ni r muy to s te p a r a d o
Pue s y a q ue e l f r a y r e b o s ha p r e d i ca d o
Que to d o s b a y a e s a f a s e r p e ni te nci a
E l q ue no n q ui s i e r e p o ne r d i l i g e nci a
Po r mi no n p ue d e s e r ma s e s p e r a d o .
PR IM E R AM E N T E L L AM A A SU DAN ÇA A DOS
DON SE L L AS:
E s ta mi d a nça tr a y e d e p r e s e nte
E s ta s d o s d o nce l l a s q ue b e d e s he r mo s a s
E l l a s vi ni e r o n d e muy ma l a me nte
A o y r mi s ca mci o ne s q ue s o n d o l o r o s a s
M a s no n l e s b a l d r a n f l o r e s e r o s a s
N i n l a s co mp o s tur a s q ue p o ne r s o l i a n
De mi s y p ud i e s e n p a r ti r s e q ue r r i a n
M a s no n p ue d e s e r q ue s o n mi s e s p o s a s .
A e s ta s e a to d o s p o r l a s a p o s tur a s
Da r e f e a l d a d l a b i d a p a r ti d a
E d e s nud e d a d p o r l a s ve s ti d ur a s
Po r s i e mp r e j a ma s muy tr i s te a b o r r i d a
E p o r l o s p a l a ci o s d a r e p o r me d i d a
Se p ul cr o s e s cur o s d e d e ntr o f e d i e nte s
E p o r l o s ma nj a r e s g us a no s r r o y e nte s
Que co ma n d e d e ntr o s u ca r ne p o d r i d a
E p o r q ue e l s a nto p a d r e e s muy a l to s e ño r
Que e n to d o e l mund o no n a y s u p a r
E d e s te my d a nça s e r a g ui a d o r
De s nud e s u ca p a co mi e nce a s o ta r
N o n e s y a ti e mp o d e p e r d o ne s d a r
N i n d e ce l e b r a r e n g r a nd e a p a r a to
Que y o l e d a r o e n b r e ue ma l r r a to
Da nça d p a d r e s a nto s y n ma s r e ta r d a r .
DISE L A M U E R T E
N o n b o s e no j e d e s s e ño r p a d r e s a nto
De a nd a r e n mi d a nça q ue te ng o o r d e na d a
N o n o s b a l d r a e l b e r me j o ma nto
De l o q e u f e zi s te s a b r e d e s s o l d a d a
N o n vo s a p r o ve cha e cha r l a cr us a d a
Pr o ve e r d e o b i s p a d o s ni n d a r b e ne f i ci o s
Aq uí mo r i e d e s s y n f a s e r ma s b ul l i ci o s
Da nça d i mp e r a nte co n ca r a p a g a d a .
DISE E N E N PE R ADOR
Que co s a e s e s ta q ue a ta n s y n p a uo r
M e l l e ua a s u d a nça e f ue r za s y n g r a d o
Cr e o q ue e s l a mue r te q ue no n ha d o l o r
De o me q ue g r a nd e o cuy ta d o
N o n ha y ni ng und r r e y ni n d uq ue e s f o r za d o
Que d e l l a me p ue d a a g o r a d e f e nd e r
Aco r r e d me to d o s ma s no n p ue d e s e r
Que y a te ng o d e l l a to d o e l s e s o tur b a d o .
DISE L A M U E R T E
E np e r a d o r muy g r a nd e e n e l mund o p o te nte
N o n vo y cuy te d e s ca no n e s ti e mp o ta l
Que l i b r a r vo s p ue d a i mp e r i o ni n g e nte
Or o ni n p l a ta ni n o tr o me ta l
Aq uí p e r d e r e d e s e l b ue s tr o ca b d a l
Que a the s o r a s te s co n g r a nd ty r a ni a
F a s i e nd o b a ta l l a s d e no che e d e d i a
M o r i d no n cur e d e s b e ng a e l ca r d e na l
DISE E L CAR DE N AL
Ay ma d r e d e Di o s nunca p e ns e ve r
T a ñ d a nça co mo e s ta a q ue me f a s e n y r
Que r r i a s y p ud i e s e l a mue r te e s to r ce r
N o n s e d o nd e va y a co mi e nço á thr e me r
Si e mp r e tr a b a j e no cta r y e s cr e ui r
Po r d a r b e ne f i ci o s a l o s mi s cr i a d o s
Ag o r a mi s mi e mb r o s s o n to d o s to r ua d o s
Que p i e r d o l a b i s ta e no n p ue d o o y r .
695
Apéndice F
Danza general
DISE L A M U E R T E
R e ve r e nd o p a d r e b i e n vo s a b i s e
Que a q uí a b r i a d e s p o r f ue r ça a l l e g a r
E n e s ta mi d a nça e n q ue vo s f a r e
Ag o r a q y na vn p o co s ud a r
Pe ns a s te s e l mund o q ue vo s tr a s to r na r
Po r l l e g a r a p a p a e s e r s o b e r a no
M a s no n l o s e r e d e s a q ue s te b e r a no
Vo s r r e y p o d e r o s o ve ni t á d a nça r .
DISE E L R E Y
Va l i a va l i a l o s mi s ca b a l l e r o s
Y o no n q ue r r i a y r a ta n b a xa d a nça
L l e g a d vo s co n l o s b a l l e s te r o s
H a mp a r a d me to d o s p o r f ue r ça e n b a l a nça
M a s q ue e s a q ue s to q ue ve o e n b a l a nça
Aco r ta r s e mi vi d a e p e r d e r l o s s e nti d o s
E l co r a ço n s e me q ue b r a co n g r a nd e s g e mi d o s
A d i o s mi s b a s a l l o s q ue mue r te me tr a nça .
DISE L A M U E R T E
Ay f ue r te ti r a no q ue s i e mp r e r r o b a s te s
T o d o vue s tr o r r e y no o f e nchi s te s e l a r ca
De f a s e r j us ti ci a muy p o co cur a s te s
Se g unt e s no to r i o p o r b ue s tr a co ma r ca
Ve ni t p a r a mi q ue y o s o mo na r ca
Que p r e nd e r e a vo s e a o tr o ma s a l to
L l e g a t a l a d a nça co r te s e n vn s a l to
E n p o r d e vo s b e ng a l ue g o e l p a tr i a r ca .
DISE L A M U E R T E
Se ño r p a tr i a r ca s y o nunca r o b e
E n a l g una p a r te co s a q ue no n d e ua
De ma ta r a to d o s co s tumb r e l o he
De e s ca p a r a l g uno d e mi no n s e a tr e ua
E s to vo s g a no nue s tr a ma d r e E ua
696
Apéndice F
Danza general
Po r q ue r e r g o s ta r f r uta d e ve d a d a
Po ne d e n r e ca b d o vue s tr a cr uz d o r a d a :
Sy g a s e co n vo s e l d uq ue a nte s q ue ma s b e ua
DISE E L DU QU E
O q ue ma l a s nue b a s s o n e s ta s s y n f a l l a
Que a g o r a me tr a he n q ue va y a á ta l j ue g o
Y o te ni a p e ns a d o d e f a s e r b a ta l l a
E s p e r a me vn p o co mue r te y o te r ue g o
Sy no n te d e ti e ne s mi e d o he q ue l ue g o
M e p r e nd r a s o m e ma te s a b r e d e d e xa r
T o d o s mi s d e l e y te s ca no n p ue d o e s ta r
Que mi a l ma e s ca p e d e a q ue l d ur o f ue g o . .
DISE L A M U E R T E
Duq ue p o d e r o s o a r d i t e b a l l e nte
N o n e s y a ti e mp o d e d a r d i l a ci o ne s
And a d e n l a d a nça co n b i e n co nti ne nte
De xa d á l o s o tr o s vue s tr a s g ua r ni ci o ne s
Ja ma s no n p o d r e d e s ce b a r l o s a l co ne s
H o r d e na r l a s j us ta s ni n f a s e r to r ne o s
Aq uí a b r a n f y n l o s vue s tr o s d e s e o s
Ve ni t a r zo b i s p o d e xa t l o s s e r mo ne s .
DISE L A M U E R T E
Se ño r a r zo b i s p o p ue s ta n ma l r e g i s tr e s
Vue s tr o s s ub d i cto s e cl e r e cí a
Go s ta d a ma r g ur a p o r l o q ue co mi s te
M a nj a r e s d i ve r s o s co n g r a n g o l o s y a
E s ta r no n p o d r e d e s e n s a nta ma r i a
Co n p a l o r o ma no e n p o nti f i ca l
Ve ni t a mi d a nça p ue s s o e s mo r ta l
Pa s e e l co nd e s ta b l e p o r o tr a ta l vi a .
DISE E L CON DE ST AB L E
Y o vy mucha s d a nça s d e l i nd a s d o nce l l a s
De d ue ña s he r mo s a s d e a l to l i na j e
697
Apéndice F
Danza general
M a s s e g unt me p a r e s ce no e s e s ta d e l l a s
Ca e l tha ñe d o r tr a he f e o vi s a j e
Ve ni d ca ma r e r o d e ci d a mi p a j e
Que tr a i g a a l ca b a l l o q ue q ui e r o f uy r
Que e s ta e s l a d a nça q ue d i s e n mo r i r
Sy d e l l a e s ca p o the ne r me ha n p o r s a j e .
DISE L A M U E R T E
F uy r no n co nui e ne a l q ue ha d e e s ta r q ue d o
E s ta d co nd e s ta b l e d e xa t e l a ua l l o
And a d e n l a d a nça a l e g r e muy l e d o
Sy n f a s e r r r uy d o ca no b i e n me ca l l o
M a s ve r d a d vo s d i g o q ue a l ca nta r d e l g a l l o
Se r e d e s to r na d o d e o tr a f i g ur a
Al l i p e r d e r e d e s vue s tr a he r mo s ur a
Ve ni t vo s o b i s p o a s e r mi va s a l l o .
DISE E L OB ISPO
M i s ma no s a p r i e to d e mi s o j o s l l o r o
Po r q ue s o y ve ni d o a ta nta tr i s tur a
Y o e r a a b a s ta d o d e p l a ta y o r o
De no b l e s p a l a ci o s e mucha f o l g ur a
Ag o r a l a mue r te co n s u ma no d ur a
T r a he me e n s u d a nça me d r o s a s o b e j o
Pa r i e nte s a mi g o s p o ne d me co ns e j o
Que p ue d a s a l i r d e ta l a ng o s tur a .
DISE L A M U E R T E
Ob i s p o s a g r a d o q ue f ue s te s p a s to r
De a ni ma s mucha s p o r vue s tr o p e ca d o
A j ui ci o y r e d e s a nte e l d e d e mp to r
E p a r e d e s cue nta d e vue s tr o o b i s p a d o
Si e mp r e a nd uui s te s d e g e nte s ca r g a d o
E n co r te d e r r e y e f ue r a d e y g r e hi a
M a s y o g o r s i r e l a vue s tr a p e l l e j a
Ve ni t ca b a l l e r o q ue e s ta d e a r ma d o .
DICE E L CAU AL L E R O
A mi no n p a r e s ce s e r co s a g ui s a d a
Que d e xe mi s a r ma s e va y a d a nça r
A ta l d a nça ne g r a d e l l a nto p o b l a d a
Que co ntr a l o s b i uo s q ui s i s te ho r d e na r
Se g unt e s ta s nue b a s co nui e ne d e xa r
M e r ce d e s e t ti e r r a s q ue g a ne d e l r r e y
Pe r o a l a f y n s i n d ub d a no n s e y
Qua l e s l a ca r r e r a q ue a b r e d e l e ua r .
DISE L A M U E R T E
698
Apéndice F
Danza general
Ca b a l l e r o N o b l e a r d i t e l i j e r o
F a s e d b ue n s e nb l a nte e n vue s tr a p e r s o na
N o e s a q uí ti e mp o d e co nta r d i ne r o
Oy d mi ca nci o n p o r q ue mo d o ca nto na
Aq uí vo s f a r e co r r e r l a a tha o na
E d e s p ué s ve r e d e s co mo p o ne n f r e no
A l o s d e l a b a nd a q ue e r o b a n l o a g e no
Da nça d a b a d g o r d o co n vue s tr a co r o na .
DISE E L AB AD
M o g ue r p r o ve cho s o s o a l o s r e l i j o s o s
De ta l d a nça a mi g o s y o no n me co nte nto
E n mi ce l d a a ui a ma nj a r e s s a b r o s o s
De y r no n cur a ua co me r a co nue nto
Da r me he d e s s y g na d o co mo no n co ns y e nto
De a nd a r e n e l l a ca he g r a n r e s ce l o
E s y te ng o ti e mp o p r o uo co y a p e l o
M a s no n p ue d e s e r q ue y a d e s a ti e nto .
DISE L A M U E R T E
Do n a b a d b e nd i cto f o l g a d o vi ci o s o
Que p o co cur a s te s d e ve s ti r ci l i ci o
Ab r a ça d me a g o r a s e r e d e s mi e s p o s o
Pue s q ue d e s e a s te s p l a s e r e s e b i ci o
Ca y a s o b i e n p r e s ta a vue s tr o s e r ui ci o
Ab e d me p o r vue s tr a q ui ta d d e vo s s a ña
Que mucho me p l a s e e n vue s tr a co mp a ña
E vo s e s cud e r o ve ni t a l o f i ci o .
DISE E L E SCU DE R O
Due ña s e d o nce l l a s a b e d d e mi d ue l o
Que f a s e n me p o r f ue r ça d e xa r l o s a mo r e s
E cho me l a mue r te s u s o ti l a ns ue l o
F a s e n me d a nça r d a nça d e d o l o r e s
N o n tr a he n p o r ci e r to f ur ma l l e s ni n f l o r e s
L o s q ue e n e l l a d a nça n ma s g r a n f e a l d a d
Ay d e mi cuy ta d o q ue e n g r a n b a ni d a d
And o ue e n e l mund o s i r ui e nd o s e ño r e s .
DISE L A M U E R T E
E s cud e r o p o l i d o d e a mo r s i r ui e nte
De xa d l o s a mo r e s d e to d a p e r s o na
Ve ni d ve d mi d a nça e co mo s e a d o na
E a l o s q ue d a nça n a co mp a ña r e d e s
M i r a d s u f y g ur a ta l vo s to r na r e d e s
Que vue s tr a s a ma d a s no n co s q ue r r a n b e e r
Ab e d b ue n co no r te q ue a s y ha d e s e r
699
Apéndice F
Danza general
Ve ni t vo s d e a n no n vo s co r r e ce d e s .
DISE E L DE AN
Que s a q ue s to q ue y o d e mi s e s o s a l g o
Pe ns e d e f uy r e no n f a l l o ca r r e r a
Gr a nd r e nta te ni a e b ue n d e a na s g o
E mucho tr i g o e n l a mi p a ne r a
Al l e nd e d e a q ue s to e s ta ua e n e s p e r a
De s e r p r o ue i d o d e a l g und o b i s p a d o
Ag o r a l a mue r te e nb i o me ma nd a d o
M a l a s e ña l ve o p ue s f a s e n l a ce r a .
DISE L A M U E R T E
Do n r i co a va r i e nto d e a n muy huf a no
Que nue s tr o s d i ne r o s tr o ca s te s e n o r o
A p o b r e s e a b i ud a s ce r r a s te s l a ma no
E ma l d e s p e nd i s te s e l vue s tr o the s o r o
N o n q ui e r e q ue e s te d e s y a ma s e n e l co r o
Sa l i r l ue g o f ue r a s y n o tr a p e r e s a
Y o vo mo s tr a r e ve ni r a p o b r e s a
Ve ni t me r ca d e r o a l a d a nça d e l l l o r o
DISE E L M E R CADE R O
Aq ui e n d e xa r e to d a s mi s r i q ue za s
E me r ca d ur i a s q ue tr a y g o e n l a ma r
Co n mucho s tr a s p a s o s e ma s s o ti l e s a s
Ga ne l o q ue te ng o e n ca d a l ug a r
Ag o r a l a mue r te vi no me l l a ma r
Que s e r a d e mi no n s e q ue me f a g a
O mue r te tu s i e r r a á mi e s g r a nd p l a g a
Ad i o s me r ca d e r o s q ue vo y me a f y na r .
DISE L A M U E R T E
De ho y ma s no n cur e d e s d e p a s a r e n F l a nd e s
E s ta d a q uí q ue d o y y r e d e s ve r
L a ti e nd a l a tr a y g o d e b uua s y l a nd r e s
De g r a ci a l a s d o no n l a s q ui e r o b e nd e r
Vna s o l a d e l l a s no s f a r a ca e r
De p a l ma s e n ti e r r a e n mi b o ti ca
E e n e l l a e ntr a r e d e s ma g ue r s e a chi ca
E vo s a r ce d i a no ve ni d a l ta ñe r
DISE E L AR CE DIAN O
O mund o b i l ma l o e f a l l e s ce d e r o
Co mo me e ng a ña s te co n tu p r o mi s i ó n
Pr o me ti s te me vi d a d e ty no n l a e s p e r o
Si e mp r e me nti s te e n to d a s a s o n
700
Apéndice F
Danza general
F a g a q ui e n q ui s i e r e l a b e s y ta ci o n
De mi a r ce d i a na s g o p o r q ue tr a b a j e
Ay d e mi cuy ta d o g r a ns ca r g o to me
Ag o r e s y e nto q ue f a s ta a q uí no n.
DISE L A M U E R T E
Ar ce d i a no a mi g o q ui ta d e l b o ne te
Ve ni t á l a d a nça s ua ne e ho ne s to
Ca q ui e n e n a l mund o s us a mo r e s me te
E l me s mo l e f a s e ve ni r á to d o e s to
Vue s tr a d i g ni d a d s e g unt d i s e e l te s to
E s cur a d e a ni ma s e p a r e d e s cue nta
Sy ma l l a s r e g i s te s a b r e d e s a f r ue nta
Da nça d a b o g a d o d e xa d e l d i g e s to .
DISE E L AB OGADO
Que f ue o r a me s q ui no d e q ua nto a p r e nd y
De mi s a b e r to d o e mi l i b e r a r
Qua nd o e s ta r p e ns e e nto nce ca y
Ce g o me l a mue r te no n p ue d o e s tud i a r
R e s ce l o he g r a nd e d e y r a l l ug a r
Do no n me va l d r a l i b e l o ni n f ue r o
Pe o r e s a mi g o s q ue s i n l e ng ua mue r o
Ab a r co me l a mue r te no n p ue d o f a b l a r .
DISE L A M U E R T E
Do n f a l s o a b o g a d o p r e va r i ca d o r
Que d e a ma s l a s p a r te s l e ua s te s s a l a r i o
Ve ng a s e vo s mi e nte co mo s y n te mo r
B o l ui s te s l a f o j a p o r o tr o co ntr a r i o
E l chi no e e l b a r to l a e t e l co l e ta r i o
N o n vo s l i b r a n d e mi p o d e r me r o
Aq uí p a g a r e d e s co mo b ue n R o me r o
E vo s ca no ni g o d e xa d e l b r e vi a r i o .
DISE L A M U E R T E
Ca no ni g o a mi g o no n e s e l ca mi no
701
Apéndice F
Danza general
E s e q ue p e ns a d e s d a d a ca l a ma no
E l s o b r e p e l i s d e l g a d o d e l i no
Qui ta d l o d e vo s h y r e s ma s l i ui a no
Da r vo s he vn co ns e j o q ue vo s s e r a s a no
T o r na d vo s a Di o s e f a s e d p e ni te nci a
Ca s o b r e vo s ci e r to e s d a d a s e nte nci a
L l e g a d a ca f i s i co q ue e s ta d e s vf a no
DISE E L F ISICO
M i nti o me s y n d ub d a e l f y n d e a b i ce na
Que me p r o me ti o muy l ue ng o b e ni r
R y g i e nd o me b i e n a y a nta r e ce na
De xa nd o e l b e ue r d e s p ue s e l d o r mi r
Co n e s ta e s p e r a nça p e ns e co nq ue r i r
Di e nr o s e p l a ta e nf e r mo s cur a nd o
M a s a ho r a ve o q ue me va l e ua nd o
L a mue r te co ns i g o co nui e ne s o f r i r
DISE L A M U E R T E
Pe ns a s te s b o s f i s i co q ue p o r g a l e no
O d o n y p o cr a s co n s us i nf o r i s mo s
Se r i a d e s l i b r a d o d e co me r d e l te no
Que o tr o s g a s ta r o n d e ma s s l o g i s mo s
N o vo s va l d r a f a s e r g a r g a r i s mo s
Co mp o ne r xa r o p e s ni n te ne r d i e cta
N o n s e s y l o o y s te s y o s o l a q ue a p r e ta
Ve ni d vo s d o n cur a d e xa d l o s b a uti s mo s .
DISE E L CU R A
N o n q ui e r o e xe b ci o ne s ni co nj ug a ci o ne s
Co n mi s p e r r o chi a no s q ue r o y r f o l g a r
E l l o s me d a n p o l l o s e l e cho ne s
E mucha s o b l a d a s co n e l p i e d e a l ta r
L o cur a s e r i a mi s d i e s mo s d e xa r
E y r á tu d a nça d e q ue no n s e p a r te
Pe r o a l a f y n no n s e p o r q ua l a r te
De s ta tu d a nça p ud i e s e e s ca p a r .
DISE L A M U E R T E
Y a no n e s ti e mp o d e y a s e r a l s o l
Co n l o s p e r r o chi a no s b e ui e nd o d e l b i no
Y o vo s mo s tr a r e un R e mi f a s o l
Que a g o r a co np us e d e ca nto muy f y no
T a l co mo a b o s q ui e r o a b e r p o r b e s i no
Que mucha s a ni ma s to ui s te s e n g r e mi o
Se g unt l a s r e g i s te s a b r e d e s e l p r e mi o
Da nce e l l a b r a d o r q ue vi e ne d e l mo l i no
702
Apéndice F
Danza general
DISE E L L AB R ADOR
Co mo co nui e ne d a nça r a l b i l l a no
Que nunca l a ma no s a co d e l a r e j a
B us ca s i te p l a s e q ui e n d a ns e l i ui a no
De xa me mue r te co n o tr o tr e b e j a
Ca y o co mo to ci no e t a b e s e s o b e j a
E e s mi o f f i ci o tr a b a j o e a f a n
Ar a nd o l a s ti e r r a s p a r a s e mb r a r p a n
Po r e nd e no n cur o d e o ur tu co ns e j a .
DISE L A M U E R T E
Sy vue s tr o tr a b a j o f ue s y e mp r e s y n a r te
N o n f a s i e nd o f ur to e n l a ti e r r a e g e na
E n l a g l o r i a e te r na l a b r e d e s g r a nd p a r te
E p o r e l co ntr a r i o s uf r i e r e d e s p e na
Pe r o co n to d o e s o p o ne d l a me l e na
Al l e g a d vo s á mi y o vo s b ui r e
L o q ue a o tr o s f i s e a vo s l o f a r e :
E vo s mo nj e ne g r o to ma d vue s tr a e s tr e na .
DISE E L M ON JE
L o o r e a l a b a nça s e a p a r a s i e mp r e
Al a l to s e ño r q ue co n p i a d a d me l i e ua
A s u s a nto R e y no a d o nd e co nte mp l e
Po r s i e mp r e j a ma s l a s u ma g e s ta d
De ca r ce l e s cur a vve ng o a cl a r i d a d
Do nd e a b r e a l e g r i a s y n o tr a tr i s tur a
Po r p o co tr a b a j o a b r e g r a nd f o l g ur a
M ue r te no n me e s p a nto d e tu f e a l d a d .
DISE L A M U E R T E
Si l a r e g l a s a nta d e l mo nj e b e nd i cto
Gua r d a s te s d e l to d o s i n o tr o d e s e o
Sy n d ub d a te ne d q ue s o e s e s cr i p to
E n l i b r o d e vi d a s e g unt q ue y o cr e o
Pe r o s i f e s i s te s l o q ue f a s e r ve o
A o tr o s q ue a nd a n f ue r a d e l a R e g l a
Vi d a no s d a r a n q ue s e a ma s ne g r a
Da nça d vs ur e r o d e xa d e l co r r e o .
DISE E L VSU R E R O
N o n q ui e r o tu d a nça ni n tu ca nto ne g r o
M a s q ui e r o p r e s ta nd o d o b l a r mi mo ne d a
Co n p o co s d i ne r o s q ue me d i o mi s ur g r o
703
Apéndice F
Danza general
Otr a s o b r a s f a g o q ue no n f i s o b e d a
Ca d a a ño l o s d o b l o , d e ma s e s ta q ue d a
L a p r e nd a e n mi ca s a q ue e s ta p o r e l to d o
Al l e g o r r i q ue s a s y hy a s i e nd o d e co b d o
Po r e nd e tu d a nça a mi no n e s l e d a
DISE L A M U E R T E
T r a y d o r vs ur a r i o d e ma l a co nce nci a
Ag o r a ve r e d e s l o q ue f a s e r s ue l o
E n f ue g o y nf e r na l e y n ma s d e te ne nci a
Po r ne l a vue s tr a a l ma cub i e r ta d e d ue l o
Al l a e s ta r e d e s d o e s ta vue s tr o a b ue l o
Que q ui s o vs a d s e g ún vo s vs a s te s
Po r p o ca g a na nci a ma l s i g l o g a na s te s
E vo s f r a y l e me no r ve ni t a s e ñue l l o
DISE E L F R AY R E
Da nça r no n co nui e ne a ma e s tr o f a mo s o
Se g unt q ue y o s o e n l a R w l i g y o n
M a g ue r me nd i g a nte b i uo b i ci o s o
E mucho s d e s e a n o y r mi s e r mo n
De ci d e s me a g o r a q ue va y a a ta l s o n
Da nça r np q ue r r i a s y me d a s l ug a r
Ay d e mi cuy ta d o q ue a b r e á d e xa r
L a s ho nr r a s e g r a d o q ue q ui e r r a o q ue no n
DISE L A M U E R T E
M a e s tr o f a mo s o s o ti l e ca p a s
Que e n to d a s l a s a r te s f ue s te s s a b i d o r
N o n vo s a cuy te d e s l i mp i a d vue s tr a f a z
Que a p a s a r a b r e d e s p o r e s te d o l o r
Y o o s l e ua r e a nte un s a b i d o r
Que s a b e l a s a r te s s y n ni ng unt d e f e cto
Sa b r e d e s l e e r p o r o tr o d e cr e p to :
Po r te r o d e ma ça ve ni d a l te no r
DISE E L POR T E R O
Ay d e l r e y b a r o ne s a co r r e d me a g o r a
L l e ua me s y n g r a d o e s ta mue r te b r a ua
N o n me g ua r d e d e l l a to mo me a d e s s o r a
A p ue r ta d e l R e y g ua r d a nd o e s ta ua
Oy e n e s te d i a a l co nd e e s p e r a ua
Que me d i e s e a l g o p o r q ue l e d y l a p ue r ta
Gua r d e q ui e n q ui s y e r e o f y nq ue s e a b i e r ta
Que y a l a mi g ua r d a y a no va l e vna f a ua .
704
Apéndice F
Danza general
DISE L A M U E R T E
De xa d e s s a s vo s s e s l l e g a d vo s co r r i e nd o
Que no n e s y a ti e mp o d e e s ta r e n l a b e l a
L a s vue s tr a s b a r a ta s y o b i e n l a s e nti e nd o
E vue s tr a co b d i ci a p o r q ue mo d o s ue na
Ce r r a d a s l a p ue r ta d e ma s q ua nd o y e l a
Al o me me s q ui no q ue b i e n a l i b r a r
L o q ue d e l l e na s te s a b r e s a p a g a r :
E vo s he r mi ta ño s a l i d d e l a ce l d a
DISE E L H E R M IT AÑ O
L a mue r te r e ce l o ma g ue r q ue s o b i e j o
Se ño r Ie s uchr i s to a ty me e nco mi e nd o
De l o s q ue te s i r ue n tu e r e s e s p e j o
Pue s y o te s e r ui l a tu g l o r i a a ti e nd o
Sa b e s q ue s uf r i l a s e r i a b i ui e nd o
E n e s te d i d i e r to e n co nte mp l a ci o n
De no che e d e d i a f a s i e nd o o r a ci o n
E p o r ma s a b s ti ne nci a l a s y e r ua s co mi e nd o
DISE L A M U E R T E
F a s e s g r a nd co r d ur a l l a ma r te ha e l Se ño r
Que co n d i l i g e nci a p ug na s te s s e r ui r
Si b i e n l a s e r ui s te a b r e s e s ho no r
E n s u s a nto r e y no d o a b e s d e ve ni r :
Pe r o co n to d o e s to a b r e d e s a y r
E n e s ta mi d a nça co n b ue s tr a b a r ua ca
De ma ta r a to d o s a p ue s ta e s mi ca ça :
Da nça d co nta d o r d e s p ue s d e d o r mi r
DISE L A M U E R T E
Co nta d o r a mi g o s s y b i e n b o s ca nta d e s
Co mo f a uo r e a ve ce r p o r d o n
L i b r a s te s l a s cue nta s r a zo n e s q ue a y a d e s
Do l o r e q ue b r a nto p o r ta l o cca s y o n
Cue nto d e a l g ua r i s mo ni n s u d i vi s y o n
705
Apéndice F
Danza general
N o n vo s te r na n p r o e y r e d e s co mi g o
And a d a ca l ue g o a s y vo s l o d i g o
E vo s d i a co no b e ni d a l e cci o n
DISE E L DIACON O
N o n b e o q ue ti e ne s g e s to d e l e cto r
T u q ue me co mb i d a s q ue va y a a l e e r
N o n vy e n Sa l a ma nca ma e s tr o ni n d o cto r
Que ta l g e s to te ng a ni n ta l p a r e s ce r
B i e n s e q ue co n a r te me q ui e r e s f a s e r
Que va y a a tu d a nça p a r a me ma ta r
Sy e s to a s y e s ve ng a a d mi ni s tr a r
Otr o p o r mi q ue y o vo me a ca e r
DISE L A M U E R T E
M a r a vi l l o me muche d e vo s d i s o n
Pue s q ue b i e n s a b e d e s q ue e s mi d i ctr i na
M a ta r a to d o s p o r j us ta r r a zo n
Y vo s e s q ui va d e s o y r mi b o s i na
Y o vo s ve s ti r e a l ma ti ca f i na
L a b r a d a d e p i no e n q ue mi ni s tr e d e s
F a s ta q ue vo s l l a me n e n e l l a y r e d e s
Ve ng a e l q ue r r e ca b a e d a nce a y na
DISE E L R E CB DADOR
As a s he q ue f a g a e n r e ca b d a r
L o q ue p o r e l r r e y me f ue e nco me nd a d o
Po r e nd e no n p ue d o ni n d e uo d a nça r
E n e s ta tu d a nça q ue no n he a co s tumb r a d o
Qui e r o y r a g o r a a p r i e s s a p r i a d o
Po r vno s d i ne r o s q ue me ha n p r o me ti d o
Ca he e s p e r a d o e e l p l a s o e s ve ni d o
M a s b e o e l ca mi no d e l to d o s e r r a d o
DISE L A M U E R T E
And a d a ca ma s l ue g o s y n ma s ta r d a r
Pa g a r l o s co he cho s q ue a ve s l e ua d o
Pue s q ue vue s tr a vi d a f ue e n tr a b a j a r
Co mo r o b a r i e d e s a l o me cuy ta d o
Da r vo s he vn p o y o e n q ue e s te y s a s e nta d o
E f a g a d e s l a s r e nta s q ue te ng a d o s p a s o s
Al l i d a r e s cue nta d e vue s tr o s tr a s p a s o s
Ve ni d s ub d i a co no a l e g r e e p a g a d o
DISE E L SU B DIACON O
N o n he me ne s te r d e y r a tr o ca r
706
Apéndice F
Danza general
Co mo f a s e n e s s o s q ue tr a e s a tu ma nd o
Ante s d e e b a ng e l i o me q ui e r o to ma r
E s ta s q ua tr o te mp o r a s q ue s e ha n l l e g a nd o
E n l ug a r d e ta nto vve o q ue l l o r a nd o
And a n to d o s e s s o s no f a l l a n a b r i g o
N o n q ui e r o tu d a nça a s y te l o d i g o
M a s q ui e r o p a s a r e l s a l te r i o r e s a nd o .
DISE L A M U E R T E
M ucho e s s up e r f l uo e l vue s tr o a l e g a r
Po r e nd e d e xa d a q ue s s o s s e r mo ne s
N o n te ne s ma ña d e a nd a r a d a nça r
N i n co me r o b l a d a s ce r ca l o s ti s o ne s
N o n y r e d e s ma s e n l a s p r o ci s y o ne s
Do na d a d e s b o s e s muy a l ta s e n g r i to
Co mo p o r e ne r o f a s i a e l ca b r i to
Ve ni t s a cr i s ta n d e j a d l a s r a s o ne s .
DISE L A M U E R T E
Do n s a cr i s ta ne j o d e ma l a p i ca ña
Y a no n te ne s ti e mp o d e s a l ta r p a r e d e s
N i n d e a nd a r d e no che co n l o s d e l a ca ña
F a s i e nd o l a s o b r a s q ue vo s b i e n s a b e d e s
And a r a r o nd a s vo s y a no n p o d r e d e s
N i n p r e s e nta r j o y a s a vue s tr a s e ño r a
Sy b i e n vo s q ui e r e q ui nte vo s a g o r a
Ve ni t vo s r r a b í a ca me l d a r e d e s
DISE L A M U E R T E
Do n r r a b í b a r b ud o q ue s y e mp r e e s tud i a s te s
E n e l ta l mud e e n l o s d o cto r e s
E d e l a ve r d a d j a ma s no n cur a s te s
Po r l o q ua l a b r e d e s p e na s e d o l o r e s
L l e g a d vo s a ca co n l o s d a nça d o r e s
E d i r e d e s p o r ca nto vue s tr a b e r a ha
Da r vo s ha n p o s a d a co n r r a b í a ça
Ve ni t a l l f a q ui d e xa d l o s s a b o r e s
DISE E L AL F AQU I
Sy a l a ha me va l a e s f ue r te co s a
E s to q ue me ma nd a s a g o r a f a s e r
Y o te ng o mug e r d i s cr e ta g r a ci o s a
De q ue he g a s a j a d o e a s s a s p l a s e r
T o d o q ua nto te ng o q ui e r o p e r d e r
De xa me co n e l l a s o l a me nte e s ta r
De q ue f ue r e b i e j o ma nd a me l e ua r
E a e l l a co n mi g o s y a ty p l i g ui e r e .
DISE L A M U E R T E
B e ni t vo s a mi g o d e xa r e l za l l a n
Ca e l g a me ño p e d r i ca r e d e s
A l o s ve y nte e s i e te : b ue s tr o ca p e l l a n
N i n vue s tr a ca mi s a no n l a ve s ti d e r e s
E n me ca ni i n e n l a y d a y no n e s ta r e d e s
Co mi e nd o b uñue l o s e n a l e g r i a
B us q ue o tr o a l f a q ui b ue s tr a mo r e r i a .
Pa s s a d vo s s a nte r o ve r e q ue d i r e d e s .
DISE E L SAN T E R O
Po r ci e r to ma s q ui e r o mi he r mi ta b e ui r
Que no n y r a l l a d o tu me d i ce s
T e ng o b ue na vi d a a unq ue a nd o a p e d i r
E co mo a l a s b e s e s p o l l o s e p e r d i s e s
Se to ma r a l ti e mp o b i e n l a s co d o r ni s a s
E te ng o e n mi hue r to a s s a s d e R e p o l l o s
B e te q ue no n q ui e r o tu g a to co n p o l l o s
A d i o s me e nco mi e nd o y a s e ño r s a n he l i s e s .
DISE L A M U E R T E
N o n no s va l e na d a nue s tr o r e ce l a r
708
Apéndice F
Danza general
And a d a ca l ue g o vo s ta l e g ue r o
Que no n q ui s i s te s l a he r mi ta a d o b a r
F e s i s te s a l e us a d e vue s tr o g ua r g ue r o
N o n ve s i ta r e d e s l a b o ta d e cue r o
Co n q ue a me nud o s o l i a d e s b e ue r
Çur r o n ni n ta l e g a no n p o d r e s tr a e r
N i n p e d i r g a l l o f a s co mo d e p r i me r o .
L O QU E DISE L A M U E R T E A L OS QU E N ON N OM B R O
A to d o s l o s q ue a q uí no he no mb r a d o
De cua l q ui e r l e y e e s ta d o o co nd y ci o n
L e s ma nd o q ue ve ng a n muy to s te p r i a d o
A e ntr a r e n mi d a ça s i n e e s cus a ci o n
N o n r e s ci b i r e j a ma s e xe b ci o n
N i n o tr o l i e b e l o no n d e cl i na to r i a
L o s q ue b i e n f i d i e r o n a b r a n s y e mp r e g l o r i a
L o s q ue l co ntr a r i o a b r a n d a p na ci o n.
NOTAS Y ADICIONES
Viene del Cap. I, p. 48, nota 9 . A pesar de las
investigaciones tan numerosas y tan curiosas que se han
hecho sobre el origen de la poesía castellana, no creemos que
sea ocioso transcribir aquí un cierto número de observaciones
que han sido reunidas por el señor Floranes Robles que se
encuentran en un volumen de sus obras, volumen escrito de su
mano, que se conserva en las biblioteca de La Real Academia
de la Historia, letra E, 15. Floranes fue una persona muy
apasionada por todos los géneros literarios y principalmente
entregados al estudio de nuestras antigüedades. Ha dejado
escrito, entre otras obras que atestiguan su erudición y su
amplia cultura, una memoria o colección de cortas
observaciones para la historia de nuestra poesía anterior al
siglo XV. Es de ahí de donde hemos extraído las notas
siguientes:
La Crónica del Cid, en el relato (cap. 228) de las bodas de
las hijas del héroe castellano, cuenta que éste último dio
muchos paños a los “juglares” que asistieron, hecho que
también se encuentra consignado en la Crónica General.
Las dos crónicas describen las bodas de las tres hijas de
Alfonso VI, celebradas en 1095, y repiten un hecho semejante
al afirmar que se dieron muchos guarnimientos, galas y
aderezos a los juglares, que estos últimos llegaron en gran
número, y que allí había “ansi de boca, como de peñola”,
tanto de boca como de pluma, es decir improvisadores u
oradores y compositores de poesías. En esta misma época
floreció Alonso, gramático, poeta y juglar, autor de cuatro
epitafios latinos para la tumba de doña Constanza, hermana
de la mujer del rey D. Alfonso VI y madre de doña Urraca
(Flores, Reinas católicas, tom. I, al final). No sería nada
asombroso el que este mismo Alfonso, el juglar, fuera el autor
de un poema latino que celebra las conquistas de este rey y
habla del archiduque D. Rodrigo en su Historia (lib. VI, cap.
XXIII). Nada fuera de toda razón que la conjetura que supone
que este Alonso, el gramático, es el obispo D. Alonso que
711
Notas y Adiciones
Viene del Cap. II, p. 53, nota 13 . La Crónica latina del Cid,
titulada: Historia Roderici Campidocti, publicada por Risco,
que excita la bilis de Masdeu hasta el punto de hacerle
consagrar para combatirla todo un volumen de su Historia
crítica, se encontró en 1827 en el colegio de San Isidoro de
León, donde la vio el P. La Canal. Más tarde, los señores
Cortina y Hugalde, traductores de Bouterwek, la publicaron en
facsímile. Desde ese momento, como si la desgracia atacara a
todos los documentos históricos que tuvieran algo que ver con
el héroe castellano, este precioso manuscrito que, en otras
circunstancias y en otro país orgulloso de sus glorias
nacionales, se habría guardado con el mayor cuidado, este
manuscrito, digo, desapareció con un inmenso perjuicio para
las letras y la historia. En 1846 el erudito A. Herculano lo vio y
lo utilizó en Lisboa. Este sabio, en el tomo III, p. 161 de su
excelente Historia de Portugal, se explica de esta forma en
una nota: “En 1486 tuve en mis manos el susodicho
manuscrito original, cuya antigüedad se remonta por lo menos
al siglo XIII, o puede ser que al siglo XII. Me fue confiado,
hasta su vuelta de España, de donde venía de hacer largas y
minuciosas búsquedas en los archivos y bibliotecas, por el
sabio anticuario alemán Heyne. Este último me dijo haberlo
adquirido de las manos de un buhonero francés en cuyas
manos había caído, no sabía ni cuando ni cómo, en la
deplorable y vandálica destrucción de los monasterios de
España. La breve estancia de Heyne en Lisboa no me dejó
tiempo para compararlo con la edición impresa de Risco; que
quede al menos esta noticia de un monumento precioso que
la Península puede haber perdido para siempre”.
Es así como se expresaba el erudito portugués del que
hemos creído conveniente reproducir sus palabras. Esto no es
solamente para encontrar, si esto es posible, el lugar en el que
se conserva un monumento histórico tan importante, sino por
disipar las dudas que podrían nacer en el futuro sobre un libro
cuya existencia fue negada por el jesuita Masdeu y por los
escritores de su escuela.
to d o s : Co ma d r e s i . E d i xo l a r r a p o s a : Co mp a d r e s , q ua nto
a q uí d i xe e n o tr a no che , AN SI f ue d i cho a l R e y , e
e cha r o nme s us o mme s ma no a l a g a r g a nta q ue a p o ca s
ho r a s no me a f o g a r o n. E d i xo e l uno : Pue s y o no n d i xe , e
d i xo e l o tr o : Y o no n l e d i xe e j ur a r o n to d o s q ue l o no n
d i xe r a n, e d i xo l a r r a p o s a : Pue s no n l o d i xi s te s , q ui e r a
Di o s q ue no n no s a s e che a q uí a l g uno . Al ço l o s o j o s a r r i b a ,
e vi o a ma l a ve r d a d e d i xo : Al l a e s ta y s vo s , y o vo s f a r e
q ue ma l l a p r o vo s f a g a e l b o ca d o q ue me s a ca s te s d e l a
b o ca , e d i xo a l o s o : Ca mp a d r e , vo s q ue s o i s ma s l i j e r o ,
s ub i d a l l á . E l o s o s o b i ó e d e r r o b ó l e a ti e r r a e e s to nçe
d e s p e d a za r o n l e l a s b e s ti a s y co mi e r o n to d o .
E ns i e mp l o .- De ue n p a r e r mi e nte s a q ue l l o s q ue
q ui e r e n f a ce r o d e ci r tr a cci o ne s o f a l s e d a d e s , q ua un no n
s e f a l l e s , f a l l a r s e a n a d o s , e s i no n, f a l l a r s e a n a l l o s d i e z.
E s e p o r ve ntur a no l o f a s e n p o r co ns e j o o p o r ma nd a d o d e
a l g uno , a q ue l l o s q ue l o co ns e j a n o q ue l o ma nd a n,
a q ue l l o s l o s ti e ne d e s p ué s p o r p a r te s , e a unq ue e n s u vi d a
no n s e f a l l e n ma l , f a l l a r s e a n d e s p ué s e n l a mue r te , d o l e s
d a Di o s ta n ma l g a l a r d ó n p o r e l l o , co mo d i e r o n l a s
a ni ma l i a s á ma l a ve r d a d .
Pr ó l o g o e n l a tr a d ucci ó n
Ami g o s , s i q ue r e d e s o y r una r a zo n
De l o s p r o ve r b i o s q ue d i xo e l s a b i o R e y Sa l o mó n,
F a b l a d e a q ue s te mund o é d e l a s co s a s q ue y s o n
Co mo s o n d e j a d e r a s á p o ca s a zo n
Co mi e nza n l o s p r o ve r b i o s
¡O me zq ui no ! d i z d e l mund o d e có mo e s l l e no d e
e ng a ño s
E n a l l e g a r r i q ue za s é a ve r e s ta ma ño s
M ul a s é p a l a f r e ne s , é ve s ti d o s , é p a ño s ,
Po r s e r s o l o d e j a d o e n ta n p o co s d e a ño s
Co me r b i e n é b e b e r , ca b a l g a r e n mul a g r ue s a ,
N o n s e mi e mb r a d e l ti e mp o q ue y a ce r a e n l a f ue s a ,
E l ca b e l l o me s a d o , l a ca l a ve r a mue s a ,
B o ti ca mucho no b l e d e l a ma l i ci a ce s a .
E l b i e n d e a q ue s te mund o l a mue r te l o d e s a ta ,
N o n s e p ue d e a s co nd e r p o r ni ng una b a r a ta .
F a l l e ce n l o s d i ne r o s , e l o r o é l a p l a ta ,
E l p r e z, é l a b r une ta , e l ve r d e é l a e s ca r l a ta .
M o r r á n l o s p o d e r o s o s , R e y s é Po te s ta d e s
Ob i s p o s é Ar zo b i s p o s , é Ca l o ng e s , é Ab a d e s ,
F i nca r á n l o s a ve r e s l a s vi l l a s é ci b d a d e s ,
L a s ti e r r a s , é l a s vi ña s , l a s ca s a s é he r e d a d e s .
Ata l e s s o n l o s ho me s co mo e n e l ma r l o s p e s ca d o s ,
L o s uno s s o n me nud o s , o s o tr o s s o n g r a na d o s ,
Có me ns e l o s ma y o r e s á l o s q ue s o n me ng ua d o s ,
L o s R e y s , é l o s Pr í nci p e s , l o s q ue s o n a p o d e r a d o s .
N i ng uno p o r r i q ue za p r e s ci a r nunca s e d e ve ,
M a g ue r q ue s e a s a no é b i e n co me é b i e n ve ve ;
N o n f i e e n e s te mund o , ca l a vi d a e s muy b r e ve ,
T a mb i e n s e me ur e e l r i co co mo e l q ue mucho d e ve .
728
Notas y Adiciones
E l r i co y e l p o b r e e n Di o s d e ve n f i a r ,
Ca e l e s p o d e r o s o d e to l l e r é d e d a r :
As í co mo Di o s q ui e r e l a co s a d e s a ta r
Po r mi l s e s o s d e l M und o no n s e p ue d e e s to r b a r
E l b i e n d e a q ue s te mund o l a mue r te l o d e s ta j a ,
B i e n a ta l e s e l o me co mo l umb r e d e p a j a ;
De s p ue s q ue l f ue g o mue r e e vi s te s u mo r ta j a ,
L a ce ni za q ue q ue d a , no n va l una me a j a .
L a mue r te e s co s a cr ud a q ue no ti e ne ve l me z
A to d o s f a ce i g ua l e s , ca d a uno d e s u ve z;
H e cha ma l a ce l a d a ta nne g r a co mo p e z,
Qui e n cui d a ma s ve vi r , e s e mue r e r a f é z
E l o me cua nd o e s mue r to p o co va l s u f a ci e nd a
Qua l f i zo ta l a vr á , co mo d i z l a l e y e nd a ;
M o r ta j a nl o p r i va d o , s o ti e r r a nl o co r r i e nd o ;
Ca q ue y mucho l o te ng a n, nunca ’ l d a r a n e nmi e nd a .
¡M e zq ui no p e ca d o e e n f ue r te p unto na d o !
¿ Que cue nta p o d r á s d a r d e l o q ue ha s g a na d o ?
N o n g ua r d a s te te s o r o q ue Di o s te a y a g r a d o ;
E l d i a d e l j ui ci o s e r te ha ma l d l e ma nd a d o .
L o q ue á uno d i g o , á to d o s l o s p r e d i co ;
Di o s s a b e l a f a ci e nd a d e l g r a nd e é d e l chi co ;
E l q ue b i e n l o s ur ve r e , p o r s i e mp r e s e r á r i co ,
Da r l e ha muy g r a nd f o l g a nza p o r p e q ue ño ca ti co .
F IN
B e nd i to s e a a q ue l q ue co n Di o s me r ca r á
Que p o r e l a mo r s uy o d e s u a l g o d a r á :
Que ci e n ve ce s p o r una d e Di o s r e s ce b i r á
E ma s l a s vi d a e te r na d o l ’ s i e mp r e g o za r á .
Hernán Pérez del Pulgar, en sus Generaciones y
Resemblanzas, cap. VII, dice que “Pero López de Ayala hizo
un buen libro sobre la caza, y que el mismo fue un buen
cazador.” En efecto, el libro está inédito, y es curioso conservar
729
Notas y Adiciones
Viene del Cap. VI, p. 152, nota 182. Nada más justo que
las observaciones que hace el autor en este párrafo,
considerando que la época de D. Juan y la escuela cortesana
que se desarrolló allí como la causa inmediata y directa del
descrédito en que cayó la poesía popular. Este descrédito es
tal que no se encuentra un solo romance en las diferentes
colecciones de poesías hechas durante este siglo bajo el
nombre de Cancioneros. En la colección de Juan Alfonso de
Baena no hay ni uno, pudiendo decirse lo mismo del
cancionero de Fernán-Martinez de Burgos. El de Lope de
Stuñiga, compuesto en 1448, solo hay uno, y en el de Juan
Fernández de Izar, de época bastante posterior, no hay nada
más que tres o cuatro. Nustro amigo D. Agustín Durán no las
había publicado en su Romancero tan excelente y tan erudito
730
Notas y Adiciones
R e tr a í d a e s ta va l a R e y na , E l te r r a mo te e r a ta n g r a nd e
L a muy ca s ta Do ña M a r í a , Que p o r ci e r to p a r e s cí a
M uj e r d e Al f o ns o e l M a g no , Que l a ma chi na d e l mund o
F i j a d e l r e y d e Ca s ti l l a , De l to d o s e d e s f a s í a .
E n e l te mp l o d e Dy a na ¿ Qui é n s uf r i ó nunca d o l o r
Do s a cr i f i ci o f a s í a . Qua l e nto nce s y o s uf r i a ?
Ve s ti d a e s ta b a d e b l a nco , Cua nd o mi cunta f l o ta
U n p a r che d e o r o ce ñí a , Y e l e s to l ue l a f a s i a ,
Co l l a r d e i a r r a s a l cue l l o y o q ue d é d e s a mp a r a d a
Co n un g r i f f o q ue p e nd í a , Co mo ui d a d o l o r i d a ;
Pa te r no s te r e n s us ma no s , M i s s e nti d o s to d o s mue r to s ,
Co r o na d e Pa l me r í a . Qua s i e l a l ma me s a l í a ,
Aca b a d a s u o r a ci ó n, B us ca nd o to d o s r e me d i o s
Co mo q ui e n p l a nto f a s í a , N i ng uno no me ua l i a ,
M ucho má s tr i s te q ue l e d a , Pe d i e nd o l a mue r te q ue xo s a
Sus p i r a nd o a s í d e s í a : E t me no s me o b e d e cí a .
“ M a l d i g o l a mi f o r tuna Di xe co n l e ng ua r a b i o s a
Que ta nto me p e r s e g uí a , Co n d o l o r q ue me a f l i g i a :
Pa r a s e ta n ma l f a d a d a O ma l d i ta s e a s Ita l i a
M ur i e r a cua nd o na s cí a : Ca us a d e l a p e na mi a !
E mur i e r a una ue g a d a ¿ Qué te f i s e r e y na Jua na
E no n ta nta s ca d a d í a , Que r ub a s te mi a l e g r í a ;
O mur i e r a e n a q ué l p unto E t to ma s te me p o r f i j o
Que d e mí s e d e s p e d í a U n ma r i d o q ue te ní a ¿
M i ma r i d o e t mi s e ño r M e ci s te p e r d e r e l f r uto
Pa r a i r e n B e r ue r í a . Que d e mi f l o r a tte nd i a .
Y a to ca va n tr o mp e ta s , ¡O ma d r e d e s co ns o l a d a
L a g e nte s e r e co g í a ; Que f i j a ta l p a r i d o a ui a ¡
T o d o s d a b a n mucha p r i s a E t d i o me p o r ma r i d o un Cé s a r
Co ntr a mi a l a p o r f i a ; Que n to d o e l mund o no n ca b í a ;
Qui e n y ça ua , q ui e n b o g a ua , Ani mo s o d e co r a i e
Qui e n e ntr a ua , q ui e n s a l i a ; M uy s a b i o co n va l e nti a ,
Qui e n l a s a nco r a s l e ua ua , N o n na s ci ó p o r s e r r e g i d o
Qui e n má s e ntr a ña s r o mp í a ; M a s p o r r e g i r a q ui e n r e g í a .
Qui e n p r o i s e s d e s a ta ua , L a f o r tuna y nb i d i o s a
Qui e n mi co r a ço n f e r i a ; Que i o ta nto b i e n te ní a ,
Of r e s ci ó l e co s a s a l ta s L a s a g e na s co nq ue r í a
Que ma g na ni mo s e g uí a , De j o a mí ¡d e s ve ntur a d a !
Pl a ci e nte s a s u d e s e o Anno s ve y nte e t d o s a uí a ,
Co n f e cho s d e no mb r a d í a Da nd o l e y s e n Ita l i a ,
E t d i ó l e l ue g o ne ua e mp r e s a M a nd a nd o a q ui e n má s p o d í a ;
De l r e a l me d e Ce ci l i a . So i us g a nd o co n s u p o d e r
Si g ui e nd o e l p l a ne ta M a r s A q ui e n me no s l o te mí a
Di o s d e l a ca ua l l e r í a , E n Áf r i ca e t e n Ita l i a
De xó s us r e y no s e t ti e r r a s , Do s r e y s ve nci d o a ví a .
Ib i d f o l i o 3 3 5
E n l a s co r te s e s tá e l R e y
E n l a s co r te s d e M o nzó n;
Co n è l e s ta n ca b a l l e r o s ,
T o d o s a s u ma nd a r s o n:
Co n e l e s tá R ud ua r te 8 0 8 ,
H i j o d e M ul a , y M o nzó n,
Y s u p r i mo Sup l i ci a no
Que e s ho mb r e ho r to s i ns o n 8 0 9 :
Pa r e ce e l g a l a n f i a mb r e ,
Ce r b a to co n co ntr i ci o n:
Al l i e s ta b a Pi l d o r a q ue 8 1 0
B i e n p r e ci a d o e n s i nr a zó n
Pa r e ce g a r b a nzo ne r o
H e r i d o d e ni g ui s o n;
E s he r e d e r o d e un vi e j o 8 1 1
Que l l a ma n d o n Qui nta ño n;
Aunq ue e n l o s a ño s e s vi e j o
N o l o e s e n l a i nte nci ó n;
Pa r é ce me mús i co mo r o
H o mb r e q ue ve nd e j a b o n;
E s te g o b i e r na un d e f unto 8 1 2
Que mur i ó d e p r e s unci ó n;
Pa r e ce xi mi o a g ui l e r o
Gr i f o q ue e s tá e n o r a ci ó n;
L l o r a nl e l o s p a r i e nte s
Y to d o s co n g r a n r r a zo n.
L l o r á b a l e Do n F r a s ne l o 8 1 3
De to d o s u co r a zó n,
Go zq ue a l e e n un b i a r o n
Pa r a una ci e r ta y nb e nci o n.
A e s te p i d o p o r ma r i d o
Do ña Co ne j a R i o n 8 1 4
L l o r á b a l e Do n B ue s o ,
Su hi j o e l p a ta g o n 8 1 5 .
808
D. Juan de Granada
809
D. Hernando de Rosas
810
D. Gómez Manrique
811
D. Luis de la Cerda
812
El duque de Alburquerque
813
D. Diego de la Cueva
814
D ña. María de Cárdenas
735
Notas y adiciones
Pa r e ce o s o f r i s a d o
Y a p o r no mb r e Do n F r i s o n.
De un p r i mo d e l g r i f o
E s b i e n q ue a g a mo s me nci ó n,
L o q ue a q ue s te no s p a r e s ce 8 1 6
N a d i e l o p a r e zca , no n:
Pa r e s ce p o d e nco e s p e s o
Que r r e s p o nd e p o r p a cho n,
O b e nd e j o d e r r i b a d o
Que l e hi ço Sa l a mo n.
De un ca b a l l e r o e s tr a ng e r o
E s b i e n q ue a g a mo s me nci ó n 8 1 7 ,
Pa r e s ce ti na co n p o l l o
R e l l e no d e d i a g ui l l o n,
De e s te e s muy g r a nt a mi g o
U n b a r a to tr a s q ui l o n.
Pa r e s ce Sa nti a g o r uci o 8 1 8
Que e s tá ha ci e nd o s e r mo n.
A un f r a y l e ha l l o no vi ci o 8 1 9
Sa nto y d e b ue na i nte nci o n
Que a l o s ta l e s co mo e s te
E ng a ña co n s u b l a s o n:
De s te s e mue s tr a muy a mi g o
Do n Gud uf r e d e Vul l o n 8 2 0 ,
Y ha s i a e s ta a mi s ta d
Po r l e e r e d a s e l b a s to n:
E s un mo ns tr uo r e tumb a nte
Pue s to e n ca l za s y un j ub o n,
Pa na d e r o d e e l d e a nte
Y s i s p a s o s d e a na d o n.
N o s e no s ca e e n o l ui d o
E s a e s p a nta b l e vi s i o n
Dr o me d a r i o co n a l a b a r d a 8 2 1
Que l a vi s te p o r j ub o n;
Y a unq ue e s muy l a r g o d e cue r p o ,
E s muy co r to d e r a zo n.
Al l i e s ta ua un cul e b r o b a y o ,
815
Marqués de Cuellar
816
D. Nuño de la Cueva
817
D. Francisco de Este
818
El Comendador mayor de Alcantara
819
D. Francisco de Benavides
820
Gutierre Lopez de P adilla
821
D. Miguel de Velasco
736
Notas y adiciones
Acl a r a b a n co n s a nci o n 8 2 2
Si e mp r e ma s co nf i a d o
Que cua nto s l o s o n;
Pa r e s ce g a l a n d e p a j a
De b ue na d i s p o s i ci o n.
Otr o r e l umb r a e n l a co r te
Que s e l l a ma M o r e j o n,
T o no d e ci e g o q ue ta ñe 8 2 3
L a o r a ci ó n d e Sa n L e o n.
Si l a p r i ma s e q ui e b r a ,
Gua r d e no s Di o s d e ta l s o n;
M a s ma ta co n s u q ui xa d a
Que co n l a s uy a Sa ns o n,
Sa s tr e q ue co n ma l a s ti j e r a s
E s ta co r ta nd o un s a y o n 8 2 4
Pa r a ve s ti r s u cuña d o
E n l a s vi s ta s d e L e ó n 8 2 5 .
Pa r e ce M a r ta g a l l e g a
Co n p e r f i l e s d e l i r o n,
O co ne j e r o s e d e ño
Que s e l l a ma r e g a ño n.
N o s e no s q ue d e e n o l b i d o
E s e un l l a ma d o f ur i o n 8 2 6
Pa r e ce ma s ti n b e r me j o ,
T a mb i e n p a r e ce ca b r o n;
M ucho s l o ti e ne n p o r b r a uo ,
M a s e l q ue l o co no ze no n;
Si no d i g a l o s u he r ma no ,
E s e p e l a d i l l o hur o n 8 2 7 ,
Ga l g ui l l o q ue l e a ho r ca r o n
Po r q ue hi zo una tr a y ci o n.
De tr o s mucho s ca ua l l e r o s
Se no s q ue d a e ntr e r e ng l o n.
822
D. Luis de Çuñiga
823
D. Sancho de Cardona
824
D. Hernando de Mendoza
825
D. Alonso Manrique
826
El adelantado de Galicia
827
D. Juan de Mendoza
737
Notas y adiciones
Viene del Cap. IX, p. 208, nota 266. De las obras históricas
de Mosen Diego de Valera, la más destacable, sin niguna
duda, es su crónica de Enrique IV, titulada Memorial de
diversas hazañas, libro que aún no ha sido publicado a pesar
de su importancia. Es la historia del reinado de este príncipe
(1454-1474), y está lleno de anécdotas curiosas, de
interesantes detalles que se buscarían en vano en las obras de
Palencia y de Castello, en la que el autor cuenta, entre otras
cosas los diversos acontecimientos ocurridos en Europa
durante esa misma época. El autor se expresa en estos
términaos en el prólogo: “He tomado la determinación de
escribir las cosas más dignas de la memoria que han ocurrido
no solamente en España sino en otros países, desde el año
1454 en el que comenzó a reinar el serenísimo Príncipe
Enrique IV de este nombre en Castilla y León, hasta el
presente. Estas cosas se cuentan igualmente en las crónicas
de España, pero allí son tan extensas y dificiles de
comprender que pocas personas pueden poseerlas y leerlas.
Resulta que las hazañas y las acciones virtuosas son, como los
que las hicieron, están amortajadas y olvidadas. Me ha
parecido que sería un trabajo bueno y útil sacarlas a la luz
para que los que las han hecho y sus descendientes sean
objeto de la consideración, del respeto y del honor que se les
debe dar”. El manuscrito se compone de 230 capítulos escritos
con sencillez y sin pretensiones.
Ama d y s , e l muy f e r mo s o ,
L a s l l uvi a s é l a s ve nty s ca s
N unca l a s f a l l ó a r y s ca s
Po r l e a l s e r é f a mo s o ;
Sus p r o e s s a s f a l l a r e d e s
E n tr e s l i b r o s é d i r e d e s
Que l e Dy o s d é s a nto p o s o .
Así pues, sin contar las frecuentes alusiones al libro de
Amadís, hechas en el susodicho Cancionero de Baena por
Pero López de Ayala, Fr. Miguel, Micer Francisco Imperial, y
745
Notas y adiciones
Viene del cap. XII, p. 260, línea 8..- Bajo nuestra manera
de ver, no hay ninguna duda de que Hieronimo Sentpere,
Sempere, Samper, puesto que este nombre se encuentra
escrito de diversas formas, y Hieronimo de San Pedro sean la
misma persona, y que el autor de la Caballería clesial no sea
también el autor del largo poema titulado Carolea. En la justa
poética que tuvo lugar en Valencia en 1533 en la iglesia
parroquial de Santa Catalina Martir, e impresa dicho año por
Francisco Diaz Romano, in-4º, aparece un Jhronim Sentpere,
749
Notas y adiciones
Viene del cap XIII, p. 279, línea 33.- Juan Sedeño, que
puso la Celestina en verso, no fue traductor de Tasso, como
dice Ticknor; este es otro Sedeño, distinto, que vivió alrededor
de un siglo después y que tradujo La Lagrime di San Pietro de
Luigi Tansilo.
Viene del cap. XIII, p. 280, línea 9.- La comedia que tiene
por título El Celoso es la misma que se titula La Lena.
Imprimida dos veces en le mismo año en casa del mismo
impresor, ha sido titulada una vez El Celoso y otra La Lena.
En una, el autor se nombra Alfonso Velasquez de Velasco, lo
que no deja ninguna duda sobre el significado de la
abreviatura Vz.
Sub e e l l l a nto a l a s e s tr e l l a s
De E s p a ña , ma d r e d i cho s a ;
Di xe l e : ¿ p o r q ui é n q ue r e l l a s ¿
¿ p o r q ui é n e s tá s ta n l l o r o r s a ?
R e i na d e p r o vi nci a s b e l l a s .
¿ Qué p r í nci p e te ha f a l ta d o
Que no s e a s p r e ve ni d a
De tu na tur a l tr a s l a d o ,
T a n d e l vi vo q ue l a vi d a
Po r e s te s e ha me j o r a d o ?
¿ Qué b i e n ha s e cha d o d e me no s
d e b i e ne s ta n p r i nci p a l e s
te ni e nd o l o s b a r r i o s l l e no s ?
¿ Qué ma l p a r e s ce d e s , l o s ma l e s
s i e nd o d e ti ta n a g e no s ?
R e s p o nd i ó me : U n hi j o cha r o
Di a s ha q ue me f a l tó :
L l o r é co n g e mi d o cl a r o
Y a g o r a o tr a ve z mur i ó ,
Que e s to me cue s ta má s ca r o .
Que d ó me d e e l una ni e ta ,
T a n he r mo s a p a r a d a ma ,
Pa r a r e y na ta n d i s cr e ta ,
Que no s e q ui e n no l a a ma
Co n f ue r ça d e a mo r s e cr e ta
De l o s p r i nci p a l e s q ue r i d a ,
De l o s s a b i o s f ue e s ti ma d a
E r a un j a r d í n d e l a vi d a
Do nd e a g o r a e s tá a g o s ta d a
L a r o s a má s e s co g i d a
Po r q ue b i e n no l a e s ca r d ó
De l a s e s p i na s d a ño s a s
E l p a d r e q ue l a e ng e nd r ó
Y e n s u ni ñe z mucha s co s a s
Co mo a hi j a l a s uf f r i ó .
De l a Pr o p a l a d i a hue r ta
M a nd a r o n q ue á ca l i ca nto
F ue s s e ce r r a d a l a p ue r ta ,
H a s ta q ue co n ze l o s a ncto
R e f o r ma d a , s e a a b i e r ta .
Y e s to a s s i me ha r e no va d o
L a s l á g r i ma s d e un hi j o .
Que ma s vi va s l a s he d a d o
Y no co n ta nto l e ti j o :
M ue r to , f ue d e mi l l o r a d o .
Po r q ue vi e nd o s u he chur a
De r e cha y co mo e nte r r a d a ,
Y q ue e n l a b i va p i ntur a
N o a y ma no ta n a vi s a d a
Que r e s ta ur e e s ta f i g ur a :
Pue s l o q ue Ap e l e s p i nto r
Co n g r a nd e cuy d a d o e mp i e ça ,
N o l o a ca b o o tr o me no r ,
N o a y p a ño d e a q ue l l a p i e ça
N i ma ti z d e a q ue l co l o r .
N o ha y o tr o T o r r e s N a ha r r o
Aunq ue b a xa s s e e ntr e no s
Ap o l o e n a r d i e nte ca r r o ,
Que e l o r o d e ve i nte y d o s
Co n e s te ty b a r e s b a r r o .
¿ Qui é n e l có mi co d e zi r
T a n f a cund o y e l e g a nte
Sup o e n e l mund o s e nti r ?
¿ Qui é n ve na ta n a b o nd a nte
T uvo e n ta n l i s o e s cr i b i r ?
¿ Qui é n l a p r o p i e d a d g ua r d ó
d e l a s l e ng ua s e s tr a ng e r a s
y e l ve r s o e n e l l a s ca ntó
ta n l a mi d o q ue d i xe r a s
Que e n to d a s e l l a s na s ci ó ?
T a n p o r s uy a s p o s s e hi a n
Sus ve r s o s nue s tr a s p a s s i o ne s
Que , a l e g r e s , r e y r ha zí a n,
Y , tr i s r e s , l o s co r a ço ne s
M a s d ur o s e nte r ne çí a n.
Al f i n e s má s d e a d mi r a r
Ca s o , q ue no d e e s cr e vi r
Que á va r o n ta n s i ng ul a r
Co r to q ue d a r á e l d e zi r
Y a ca s o q ua l q ui e r l l i r a r .
Di xo me a l ca b o l l o r a nd o :
Co n e s te s e e s cur e s i a
L a co p i a y l uzi d o va nd o
Que l a to s ca na a r mo ní a
Al ci e l o va s ub l i ma nd o .
Vi s e r d i g no d e me mo r i a
Su l l a nto ; y a co mp a ñé l o :
T u q ue l e e s e s ta hy s to r i a ,
Di r á s d e vo to : E n e l ci e l o
T e ng a s u a ni ma g l o r i a .
Ame n
N o d a r f a vo r
Al ma l s a b o r , q ue l s a b i d o r ,
Que l s a b i d o r
Po ne p o r p hi l o s o f í a
E s te e xe mp l o e n ta l te no r :
“ H ue s o q ue cup o e n p a r te
R o e l o co n s uti l a r te . ”
E n q ue a nd a
M í a ve ntur a e vi d a ;
M a s q ue no n s e a p e r d i d a
E n ti l a mi e s p e r a nça .
Viene del cap. XVII, p. 334, nota 323.- Entre los escritores
catalanes de esta época, es preciso mencionar a Pere Miquel
Carbonell. Además de una crónica muy estimable en su
lengua materna, este poeta nos ha dejado diversas
composiciones, y entre ellas una traducción o imitación de la
Danza general de la muerte. Aunque fue muy conocido, Torres
Amat no dice nada de él en su Diccionario de los escritores
catalanes. Hemos creído, por tanto, que era nuestro deber
completar esta laguna.
Carbonell nació hacia 1437, fue notario público de
Barcelona, escribano de los mandatos de la antigua
cancillería de Cataluña y archivista general de la corona de
Aragón. Su crónica se titula Chroniques de Espanya, etc. Que
tracta dels nobles e invi la razón que da para no incluir el
reinado de Fernando el Católico, ya que vivió en tiempos de
Carlos V, y él no murió hasta 1517, a la edad de ochenta
años. “Varias personas dicen que yo debía acabar de escribir
con los actos del rey Fernando, hijo del rey D. Juan, de
gloriosa memoria, pero dicho Misser Hieronim Pau me ha
aconsejado también, quin son bien pagats, e yo forte no sere
remmunerat”.Más que una Crónica de España, título que pudo
darle el autor, es una historia de los reyes de Aragón,
precedida de cortas noticias sobre los reyes godos, la
genealogía y la descendencia de los reyes de Navarra. En
cuanto a los de Castilla y de León, apenas los menciona.
Carbonell ha dejado manuscritos de poesías en castellano
y en catalán; cartas en latín y en catalán, sobre diversos
puntos históricos, y sobre documentos de archivos de los que
él estaba encargado; un tratado de los funerales del rey D.
Juan II, y algunas observaciones sobre la inquisición. Tradujo,
com ya hemos dicho, al catalán, la Danza de la muerte, en el
mismo tipo de verso. He aquí un ejemplo de la estrofa que la
muerte dirige a la ciega:
Vo s ce g o nunq ua m ha ve u vi s ta
Pa l p a nt, p a l p a nt, a l b a l ve ni u:
N o f a ça u l a ca r a ta n tr i s ta ,
M us i ca co ntr a p unt te ni u
Se d e l s p e ca ts vo s p e ne d i u
Sa ti s f e t e b e co nf e s a nt
Ve nd r e u a l l o c ho m f o t ho m r i u;
A mo r i r ca s cus co nvi d a t.
D. Manuel Bofarull, en la actualidad archivista de Aragón,
prepara, según nos ha dicho, una edición de las obras
poéticas de uno de sus predecesores, Pedro Miguel Carbonell.
Esta es la misma época en la que aparece una elegante
traducción de Corbaccio hecha en catalán por Narcis Franch,
negociante y ciudadano de Barcelona, que comienza así:
Aq ue s te l i b r e s e a p e l l a Co r ua txo , l o q ua l f o nch f f e t he
o r d e na t p e r Jo ha n B o ca ci s o b e r a n p o e ta l a ur e a t d e l a
ci uta t d e F l o r e nci a , e n l i ng ua tho s ca na e a p r e s e s e s ta t
to r na t p e r N a r ci s F r a nch me r ca d e r e ci uta d á d e
B a r che l o na e t tr a cta d e l mo l ts ma l i ci o s o s e ng a ñs q ue l a s
d o ne s mo l t s o ve nt f a n a l s ho me s , s e g o ns q ue e n l o d i t l i b r e
s e co nte . Es un volumen in-4º, con tipo de letra de finales del
siglo XIV.
Viene del cap. XVII, p. 337, nota 529.- El editor del Libro
de las donas, no es otro que Carlos Ros, notario apostólico en
Valencia, muy apasionado por el dialecto de su país. En
efecto, Además de una colección de refranes valencianos y de
un diccionario, compuso otras diversas obras todas muy
estimables, de lo que habla Fuster en su Biblioteca, tomo II, p.
70, col. 1. En el prólogo de la edición que él dice es la cuarta,
y que según Fuster debe ser la sexta, dice que, para reimprimir
dicho libro fue preciso valerse de fragmentos, y poco después
añade que llegó a tener el texto completo y perfecto,
afirmación que es contradictoria con la declarada
inmediatamente después, en otro prólogo o aviso preliminar,
en estos términos: L a i mp r e s i ó n ha s i d o co p i a d a d e l a
s e g und a , q ue ha s i d o he cha e n e s ta vi l l a i n-8 º, s i n a ña d i r
ni q ui ta r na d a .
Lo que hay de cierto es que. A excepción de noventa y
cuatro versos, suprimidos en la cuarta parte del libro, no
sabemos por qué motivo, y algunos pasajes de la tercera del
segundo libro, que trata de los religiosos y que fueron también
suprimidos, el resto está conforme a la edición príncipe de
1531 o a la de 1561, idéntica a la primera. Así mismo se han
perdido trozos y pasajes que podrían parecer hoy en día muy
libres, y se han hecho desaparecer aquellos que se ocupaban
de la religión y de sus ministros. La edición de 1531, que es
muy raro encontrar, se compne de 140 hijas, en caracteres
góticos, y está editada en dos columnas.
Hay algunas semejanzas en el tema y en el estilo entre la
obra de Carlos Ros y una sátira en verso compuesta por
Francesca de La Via ó Lavia, del que no sabemos nada,
excepto que floreció hacia mitad del siglo XV, puesto que en
el Cancionero catalán, del que hemos hablado antes, hemos
encontrado varias de sus composiciones. La sátira a la que
hacemos referencia tiene por título Libre de Fra Bernat,
compost por Francesca de Lavia por prendre solaç. Es una
sátira muy amena y muy mordaz contra las mujeres. El autor
se supone en viaje, en los momentos más rigurosas del
invierno, y encuentra a los monjes de San Francisco:
Qua nt l e s g a ts e n a mo r
Cr i d a nt e t f a e nt g r a nt r e mo r
Pe r l o s ta ul a ts
Que p a r s i e n e nd i a b l a ts ,
T a nt s o n ca l o r o s ,
Af e r r a nt a b o ng l e s é d e nts …
E n vi u ve ni r un f r a me no r
F o r t b e n ta l l a t
E p o r ta nt s o n ha b e t tr o s s a t:
E l b r e vi a r i
T r a s p e ni a nt co m a co r s s a r i .
Cuando le pregunta de dónde viene, responde:
De l co nd a t d e B e ne xi
So y na tur a l ,
E ha y p a s s a t a f f a ny e ma l ,
E n e s t r e g na t.
Ar a va i g me n a Sa n-Cug a t
Ve ur e M a r ta
Que d i ce n q ue p o r ta una ca r ta
De p e r d o na nça …
De va l l E mp ur y .
F r a r e s i De u vo s d e ho nr r a nça
¿ Co m ha ue s t no m?
F r a r e B e r na t m’ a p e l l a ho m. . .
Después de varios detalles de la vida de este monasterio,
termina así:
Ani me n ca va l ca nt to t g i nt
Ve r s Ge r o na .
Al final de la obra, se oyen las siguientes voces: E s e s ta t
f e t l o p r e s e nt tr a cta t p e r p r e nd r e s o l a ç; e n l o q ua l s e
d e s co b r e n d e s e ng a ñy s e b ur l e s , q ue l e s d o ne s ma l e s , e no
l e s b o ne s , s o l e n f e r .
Es un volumen in-4º de 41 hojas, en caracteres góticos, sin
fecha ni lugar de impresión, aunque por el papel y el tipo de
letra se puede conjeturar que fue impreso a finales del siglo
XV. Se encuentra en la Biblioteca Colombina de Sevilla. En
él se puede leer una nota de la mano de D. Fernando Colón:
E s te l i b r o co s tó , a s s i e ncua d e r na d o , 4 d i ne r o s e n
B a r ce l o na , p o r j uni o d e 1 5 3 6 y e l d uca d o va l e 2 8 8
d i ne r o s .
Viene de Skelton, p. 338, línea 4.-Para instrucción de los
lectores que no estén versados en la antigua literatura inglesa,
diremos que Jean Skelton nació hacia 1470, floreció bajo el
reinado de Enrique VIII, del que fue preceptor y tutor,
compuso varias obras en verso en las que domina el humor
satírico. Su poema titulado: Why come ye not to court?, que es
una crítica excesiva del famoso cardenal Wolsey y de sus
actos, le grangeó el resentimiento de este prelado y fue la
cusa de su prisión. Skelton siguió la carrera eclesiástica y fue
poeta laureado de la Universidad de Oxford, título que
concedían las Universidades y no la Corona, como sucede hoy
en día. Se dedicó al estudio de los clásicos, traduciendo al
inglés las Cartas de Cicerón, las Obras de Diodoro de Sicilia, y
de otros, y mereció que Erasmo, en la dedicatoria de sus
Epigramas a Enrique VIII, le diera el epíteto de Britannicarum
Litterarum Decus et Lumen. Fue muy favorecido por Algernon
Percy, duque de Northumberlabd; también compuso una
elegía sobre la muerte de su padre en 1527. El más estimado
de sus poemas es el que escribió con el título de Crowne of
Lawrel. Skelton murió en 1529, y, en su tumba se grabó la
siguiente inscripción; J. Skelton Vates Pierius hic situs est.
Animam egit, 21 Junii, An. Dom. MDXXIX.
L e va u no s d o nchs - l e s b e ne s d e l a vi s ta
M o s tr a nt no s d a r - q ue e t q ua nta s i t i s ta .
B us ca nd o l a s ca b s a s F o r una ma l va d a
Po r d o nd e ma s d a p no s ca b s a r me p o d i a ,
F a l l o e n mi d e s e o muy b i e n ti tul a d a
Aq ue l l a g r a ci o s a s o ti l p o l y s i a :
Y co n p r e s up ue s ta co ntr a r i a p o r f i a
Al b r a ço va l i e nte d e l f i j o d ’ Al me na
Qui to a l M a r q ué s , l l e vo a Jua n d e M e na
M a e s tr o s f und a d o s d e q ui e n a p r e nd i a .
L o q ua l me ca b s ó ta n g r a nd e r e ce l o
T e ni e nd o a s i np l e s a q ue ma s s e p ub l i q y e
Que a l a y nte r ce s o r a R e y na d e l ci e l o
Co ng r a nd e s g e mi d o s co nb i e n q ue s up l i q ue ,
Que g ua r d e l a vi d a d e l Sa b i o M a nr i q ue ,
Pue s d e s ta s ci e nci a s o s ti e ne l a cunb r e
Po r q ue mi s o j o s no n q ue d e n s i n l unb r e
Y a b ue no s co nce p to s mi s o b r a s a p l i q ue .
Finalmente, en la estrofa número veintitres, da algunos
detalles de su patria:
Sy vue s tr a p r ud e nci a q ue r r a s a b e r q ui e n
E s e s te q ue y a s e d e p a l ma s e n ti e r r a ,
M a nd a d p r e g unta r p o r Pe r o Gui l l e n
Al l e nd e Pe d r a s a , b i e n ce r ca l a Si e r r a :
M a nd a d p r e g una tr a d o nd e s e e nci e r r a
L a vi l co mp a ñe r a d e l tr i s te Ami cl a te ;
Y a d o nd e f o r tuna ma y o r d a co nb i te
Co n ta nto s y ta l e s p e tr e cho s d e g ue r r a
Don Alfonso Carrillo, a quien está dirigida la obra, murió
en 1484, después de haber ocupado durante treinta y ocho
años la sede arzobispal desde 1446. Juan de Mena murió en
1456; el marqués de Santillana en 1458. Gómez Manrique
vivía todavía en 1481, y es hacia este año cuando Pero
Guillen debió escribir esta composición.
En un Cancionero manuscrito de S. M., que describiremos
más adelante, se encuentran diversas composiciones de Pero
Guillen, al que llamaban de Sevilla aunque nació en
Segovia. He aquí el título:
Estrofas en respuesta a Quando Rroma conquistava, fol. 6
verso.
Respuesta en verso a una nota que Gómez Manrique envió
a Diego Arias, gran tesorero del Rey, respuesta que le ordenó
hacer para el servicio de dicho señor Diego Arias, fol. 8.
Los Salmos de la penitencia, fol. 44.
La Salve Regina dirigida al rey D. Juan, fol. 52.
Dicho sobre la muerte de D. Álvaro de Luna, fol. 55.
Dicho a un amigo adulador cuyos ofrecimientos eran
numerosos y sus obras nulas, fol. 56, verso.
Dicho que compuso cuando se casó, donde el espíritu
lucha con la razón, fol 57, verso.
Dicho que compuso sobre el amor, estando en las salinas
de Atencia, en un valle llamado el valle del Paraíso, fol. 59.
Dicho que compuso Pero Guillen sobre el día del juicio,
fol. 63, verso
Dicho que hizo Pero Guillen sobre la pobreza, en el que el
poeta reconoce el efecto de la calidad en un alto grado u
otro, fol. 64, verso.
Dicho que dirigió al rey nuestro señor D. Enrique IV, desde
que comenzó a reinar, y que firmó la paz con Aragón y
Navarra, fol. 65, verso.
Su respuesta Porque de los de mucho amador, fol. 66.
Dicho sobre el amor, fol. 66, verso.
Canto que comienza así: Doled vos de mis dolores.
Dicho que dirigió a una dama caritativa que no respondió
jamás a nadie: Que Dios os ayude, fol. 73, verso.
Dicho sobre las milagros del calabozo, foñ. 77.
Viene del cap. XX, p. 385, nota 628.- Mucho antes de que
Juan de Mena escribiera sus Trescientas, Micer Francisco
Imperial, Fray Diego de Valencia, Alfonso Álvarez de
Villasandino, el canciller Pero López de Ayala y muchos otros
poetas habían introducido en la poesía castellana el uso de
palabras en francés. Encontramos a cada instante la
utilización de aprés por después; aylas como una interjeción
de dolor; bannido por desterrado; côté por lado; dayne por
ciervo; deesa por diosa; escaque por ajedrez; firmalle por
broche; garçon pormancebo; hura por cabeza de jabalí;
fromage por queso; jornea por el espacio de un día; suli por
bonito; landa por torre o región; laydo, laydura y laydesa por
feo, fealdad; orage por tempestad; etc.
Viene del cap. XXII, p. 412, nota 660- Sin niguna duda,
hubo dos Lucena, uno el llamado simplemente Juan de
Lucena, y el otro Juan Ramirez de Lucena, que pueden ser
padre e hijo. El último fue embajador del Rey Juan II, y
escribió el tratado de la Vida felíz, en el que hizo intervenir,
dialogando, a D. Alfonso de Cartagena, obispo de Burgos,
Juan de Mena, muerto en 1456, y al marqués de Santillana,
que murió en 1458. El otro fue protonotario y embajador de
los Reyes Católicos, y parece ser al que alude Alonso Ortíz en
sus tratados. Hubo otro Lucena que en 1495 compuso e hizo
imprimir un opúsculo muy singular del que rendiremos cuenta.
Finalmente dos hermanos del mismo nombre que
intervinieron en la expulsión de los judíos, de los que uno
escribió, de Zaragoza, en 1503, la carta insertada por
Llorente. El libro al que aludimos se titula: Repetición de
amores, e Arte de Axedrez con XL partidas. Es un volumen in-
4º, español, de 51 hojas, en letras góticas. Al comienzo del
primero de los dos tratados que forman la obra, se dice que
sigue: R e p e ti ci ó n d e a mo r e s , co mp ue s to p o r L uce na , hi j o
d e l muy s a p i e ntí s i mo d o cto r y r e ve r e nd o p r o to no ta r i o ,
d o n Jua n R a mi r e z d e L uce na , e mb a j a d o r d e l co ns e j o d e l o s
r e y e s nue s tr o s s e ño r e s , a l s e r vi ci o d e l a b e l l a Do ña , s u
a mi g a , e s tud i a nte d e l a muy cé l e b r e e s cue l a d e l a muy
no b l e ci ud a d d e Sa l a ma nca . El segundo comienza por el
mismo epígrafe con estas palabras más: d i r i g i d o a l muy
s e r e ní s i mo D. Jua n, te r ce r p r í nci p e d e E s p a ña .
La Eepetición de amores es un tratado sobre el amor y sus
efectos, en el que se incluyen cartas de Fray Íñigo de
Mendoza sobre el mismo tema. Todo atestiguado con las citas
y pasajes de Sócrates, de Séneca, de Platón, de Ovidio, de
Juvenal y de otros autores, lo que hace que este libro sea
indigesto y fastidioso en exceso. Al final del tratado se
encuentra U na p e r o r a ci ó n he cha p o r e l muy s a b i o y g r a n
o r a d o r b a chi l l e r Vi l l o s l a d a e n ho no r y g l o r i a d e l q ue ha
co mp ue s to l a o b r a p r e s e nte , peroración que parte está en
prosa y parte en verso.
arrebatados).
91 ---------- Bien que veo que fago
mal.
91 ---------- Fortuna sobre la tierra.
91 ---------- El evangelio de sant
Juan (cinco versos han
sido raspados).
91 verso ---------- la vyda por nombre
garryda.
91 ---------- Mi alma encomiendo a
Dios.
92 ---------- Mal aya quien su
secreto (contra uno de
sus amigos
italianos).
92 verso ---------- Muchas veces llamo a
Dios.
93 ---------- Fermosa gentil deesa
(a la condesa de
Buchanico).
94 ---------- Yo soy aquél que nasci
(glosa).
94 verso ---------- Siendo enemiga la
tierra (dicho a la
alabanza de todas
las damas de Turpia
que nombra).
96 verso Diego de León Los hombres de
amor tocados.
97 verso ---------- Como en son de
injuriada.
98 Johan de Mena Siguiendo el
plasiente estilo.
100 Diego de Valera Non se gracias, nin
loores.
101 Fernando de la Torre En diversas opiniones.
102 ---------- Sennora, mal cabo
ayan.
103 Johan de Tapia Non es humana
la lunbre.
104 ---------- Sennora, mi bien y
amor.
105 verso Villapando Sepan todos mi
tormento.
106 Villapando Nunca mejorar mi
pena.
106 verso Mendoça Vos que sentides la
vida.
107 Diego de León Cobdiciando ser
amado.
107 verso ---------- Todo pesar agora.
108 verso Alfonso de Montaños Mi bien y toda mi vida.
109 verso Johan de Orthega Couarde de coraçon.
110 Anónimo Mi buen amigo Sarnés
(Pregunta).
110 Sarnés En el tiempo conoceres
(Respuesta).
110 verso ---------- Alegradvoa amadores.
111 ---------- Amor desagradecido.
111 verso ---------- Por acrescentar dolor.
112 Morana A la una, á las
dos.
112 verso Johan de Torres O temprana sepoltura.
113 Fernando de la Torre Quien se puso en tal
cuydado.
113 verso Alfonso de Montannos El pintor rey
Manuel.
116 Fernando de la Torre Juego de naypes que
compuso – el de
Burgos dirigido
á la muy
noble sennora Condesa
de
Castanedda.
campanna.
155 ---------- (Por la muerte de
Laumot Torres, capitam
de los ballesteros del
sennor Rey que murio
en la cuba sobre
Carinola) Las
trompetas
sonauan al
punto del dia.
156 ---------- (Glosa) Non curedes de
porfiar.
157 ---------- Partiendo de Roma,
passando Marino.
157 ---------- Desnuda en una queça.
157 ---------- (Respuesta en
defenxion de
amor) Avos ereje
malo, porque.
158 Johan de Mena Vuestra vista me
repara.
159 Alfonso de Montannos Quando mas libre
pensé.
160 Johan de Andrejan (Al señor rey D.
Alfonso) Nunca jamás
vencedor.
160 Mosen pedro Torrellas (Coplas de las
calidades
de las donas) Quien
bien amado
persigue. (Cancionero
general, 1573, fol. 127.)
163 Suero de Ribera (Respuesta en
defensión de las
donas) Pestilencia de las
lenguas.
Viene del cap. XXIII, p. 417, nota 670.- “De los cuales,
algunos fueron del reinado de Enrique III”. Ticknor hubiera
debido decir “de Enrique II llamado el viejo”. Es
efectivamente cuando en el reinado de este monarca cuando
floreció Alfonso Álvarez de Villasandino, originario o
habitante de Illescas y del que las poesías forman la tercera
parte del Cancionero de Baena. En este número hay dirigidas
a este Rey o a sus hijas doña Juana de Sosa y doña María de
Carcamo.
La observación del autor sobre las poesías contenidas en el
Cancionero de Baena, cuando dice que a exceción de un
pequeño número de composiciones bastante cortas de
Fernando Manuel de Lando, Álvarez Gato y Fernán Pérez de
Guzmán, no se encuenra en todo el Cancioneroningún trozo
de verdadera poesía, nos parece un poco aventurada. Los
cortos estractos publicados por Castro, Llaguno y Cerdá son
insuficientes para formar un juicio sobre una obra que, según
nuestra manera de ver las cosas, contienen los más bellos
trozos de poesía popular, en medio de una multitud de otros
en los que reina el gusto afectado y maneras de dos escuelas,
la provenzal y la italiana.
El autor incluye a Juan Álvarez Gato, nacido y habitante
de Madrid, entre los poetas del Cancionerao de Baena, peroes
un error. Gato floreció bajo el reinado de Enrique IV, y enla
colección de Baena no se encuentran sus poesías.
Viene del cap. XXIV, p., 437, nota 701 .- Llorente publicó
otras obras que prueban la profundidad de sus conocimientos
en la historia civil y literaria de su patria, tales como: Noticias
históricas de las provincias Vascongadas, en que se procura
investigar el estado civil antiguo de Álava, Guipúzcoa,
Vizcaya, y el origen de sus fueros con un apéndice o
colección diplomática que contiene escrituras de los siglos VIII
al IV. Madrid, 1806-7, 5 vol. In-4º.
Discursos sobre una constitución religiosa, considerada
como parte de la civil nacional: San Sebastián (Burdeos)),
1821, in-8º.
Apología Católica del proyecto de constitución religiosa:
San Sebastián (Burdeos), 1821, in-8º.
Observaciones críticas sobre el romance de Gil Blas de
Santillana, en las quales se hace ver que M. Lesage lo
desmembró del de El Bachiller de Salamanca, y se satisface a
los argumentos del conde de Neufchâteau: Madrid, 1822, in-
8º.
828
Todas las críticas no están de acuero, por ejemplo, que el papel del
Centon sea muy diferente del que se empleaba a finales del siglo XV. El P .
Mendez dice, p. 21, que es una buena imitación; -páginas en blanco, no se
encuentra nada más que una en el Centon, es el verso del frontispicio. La
misma página se encuentra también en blanco en los Doce trabajos de
Hércules de D. Enrique de Villena, que se imprimió en la misma villa de
Burgos, el mismo año 1499, por Juan de Burgos, que según Diosdado, podría
bien ser el mismo que Juan de Rey, el impresor de Centon: - la paginación en
cifras se encuentra en ciertos libros de esta época, en Fasciculus temporum,
impreso en 1481; yo poseo otro, la Cosa vulgar de F. Petrarca, que Brunet
bastarían si consideraciones de otro género no vinieran a
corroborarlo. Si la obra del Bachiller Cibdareal se imprimió a
finales del siglo XV, ¿por qué no se encuentra ninguna
mención en los escritos del siglo XVI ni en los de principios
del XVII? ¿Cómo es que un libro que no es tan raro y del que
se conocen hoy en día un número importante de ejemplares
ha podido ocultarse a las investigaciones de Garibay, de
Mariana o de Zurita, y a la nube de nuestros genealogistas?
Es que estos libros, que contienen un gran número de
paricularidades muy interesantes sobre los sucesos que
relatan, no comienzan a ser citados y conocidos hasta
mediados del siglo XVII cuando los vemos mencionados por
Gil González Dávila y Pellicer. El primero lo hace em el
Teatro de las iglesias de España, que se imprimió en Madrid
en 1647, en vida del arzobispo de Sevilla D. Gutierre de
Toledo, quien le cita pura y simplememte como una obra
829
difundida y conocida . Pellicer copia algunas de estas cartas
en el Memorial de la casa de Segovia, que se imprimió en
Madrid en 1469; las copia, dice, puesto que el Centon es un
libro buscado y poco conocido, y en el margen indica quien es
el impresor, el año y el lugar en el que se imprimió la obra 830.
Así pues, por lo que a mí respecta, no hay duda, estas
cartas no se imprimieron antes del siglo XVII, a pesar de su
tipo de letra gótica y a pesar de todos los demás signos de
antigüedad que se suponen. Esto es lo que admiten, entre
dice se imprimió en Lyon en los primeros años del siglo XVI, y en el que la
paginación está en cifras romanaas hasta el folio LXIV y en cifras árabes desde
este folio hasta el 199. En cuanto a meter en el frontispicio los nombres del
lugar y del impresor, a disponer la paginación por páginas, no recuerdo haber
visto otros ejemplos en las impresiones del siglo XVI.
829
Tomo II, pp. 69 y 70. “ Este hecho, dice, nos ha sido transmitido por
el bachiller Fernan Gomez de Cibdareal, carta 76,.- como lo indica su médico
(el de don Juan II), en su carta 90, “
830
Folio 132. “ Esta información, dice él, la hace el bachiller F. G. de
Cibdareal, en una de sus cartas (que se encuentran en el Centon epistolario),
- y porque el libro es de esquisitos y no se halla tan manual, juzgamos
ponerla a la letra entera. “ Esta Memoria, que se encuentra en la biblioteca de
Salazar, se imprimió hasta el folio 188, el resto es manuscrito.
otros autores ya citados, D. Luis Salazar831, el P. Mendez,
Floranes y muchos otros832.
Pero ¿qué es lo que se libró de esta invención y con qué
objetivo se hizo? A este respecto encontramos una gran
uniformidad en las opiniones de nuestros eruditos. Todos
suponen que el autor de esta ficción fue Juan Antonio de la
Vera y Zúñiga, conde de la Roca, y que lo hizo para realzar su
origen introduciendo en los relatos del Bachiller a personas
que llevan su nombre y que eran sus ascendientes. Mayans
dice expresamente que : “D. Antonio de la Vera y Zúñiga,
conde de la Roca, alteró las cartas hitóricas del Bachiller de
Cibdareal, imitando los caracteres y la impresión de “Burgos
de 1499 833.” Ticknor, que no admite la alteración de las cartas,
sino su completa falsificación, supone que Mayans a lanzado
este aserto sin nigún fundamento, y que el abad Diosdado lo
había combatido ya abiertamente, diciendo que era una atroz
calumnia. Tal vez el no tiene todo el volumen. Diosdado no
dice calumnia, lo que ya sería manifestar una opinión
contraria al asero de Mayans, sino más bien una acusación, lo
que es completamente diferente. Nescio, dice, quibus
argumentis innitatur tam atrox in virum gravissimum acusatio
Mayansiana 834. Mayans era una persona muy sensata, muy
831
Advertencias históricas, Madrid, 1688, p. 36. Este crítico supone
que antes de la edición falsa y alterada que conocemos y que él dice que se
había hecho en Venecia, había otra anterior. P ero Llaguno observa que nadie
había visto semejante edición, que no existe, por lo que se sabe, en ninguna
parte. He aquí el destacable pasaje de Salazar, atacando a P ellicer que había
citado el Centon en el Memorial de la casa de Martel, impreso en 1629 :-“E l
l i b r o d e F e r na n Gó me z d e Ci b d a r e a l , dice, no s o l o e s tá
vi ci a d o e n l a e mp r e s s i o n úl ti ma d e Ve ne ci a , co mo l o s
d o cto s s a b e n y l o a s e g ur a e l g ua r i s mo mo d e r no co n q ue
e s tá n nume r a d a s l a s ho j a s , s i no ta mb i é n me r e ce l a
e s ti ma ci ó n l i mi ta d a , co mo una r e l a ci o n d e l ti e mp o e n q ue
f l o r e s ci ó e l a uto r . Pe r o d e l o q ue ha b l a r e e n e l ti e mp o
a nte s no me r e ce cr é d i to , ni e r a d e l a p r o f e s i ó n d e un
mé d i co i nte nta r o tr a co s a q ue e s cr i b i r a s us a mi g o s l o q ue
ve í a .”
832
Tipografía española, p. 291.
833
Orígenes de la Lengua Castellana, tomo I, p. 203.
834
De prima Typographiae Hisp. Aetate, p. 74
erudita, y, es más que probable, puesto que él había
adelantado y publicado esta acusación tan grave, que él
tuviera pruebas. Por otra parte, él no era el único en acusar de
esta alteración a Vera y Zúñiga. El inofensivo D. Nicolás
Antonio, quien le hace también autor de diversas obras
publicadas para realce suyo y de su raza, obras editadas bajo
otros nombres, como vamos a verle al tratar su Centon
epistolario, Nicolás dice que supone que hay alguna falsedad
en su escrito, falsedad cometida por una persona que ha
querido engrandecer a sus ascendientes, introduciendo
algunos de ellos en las cartas del Bachiller, y que para
disimular la antigüedad se sirvió de caracteres antiguos
835
encontrados en alguna parte que hizo fundir de nuevo . D.
Nicolás Antonio no nombra nunca al autor del libro supuesto,
pero su anotador, el erudito Pérez Bayer, no deja de decir que
hhizo alusión a Vera y Zúñiga y que tal es la opinión general
de los sabios. Nimirum a don Joane de Vera et Zuiga, comte de
la Roca, ut vulgus eruditorum putat836.
¿Quién es este D. Antonio de la Vera y Zúñiga de esta
forma inculpado, y sobre qué fundamentos se apoya para
intentar una acusación semejante?
D. Juan Antonio de Varela y Zúñiga fue un gentilhombre
distinguido y de ilustre linaje de la corte de Felipe III y de
Felipe IV, fuertemente entregado a las letras y a los asuntos
publicos, dos carreras en las que obtuvo bastante renombre y
reputación.. Era un señor de diversos lugares, caballero de la
Orden de Santiago, gentilhombre de Su Majestad, y conde de
Roca, por la gracia de Felipe IV. Fue miembro del consejo de
guerra, embajador o ministro de la corte de España en
Venecia y en otros Estados italianos, lugares en los que
adquirió una gran reputación de negociador y político.
Publicó diversas obras en prosa y en verso de las que Nicolás
835
Biblioteca Vetus, lib. X, cap. VI, nº 328. Nihilonimus sublesti
aliquid in ea editione ab eo qui intrusis eo familiae suae, alias nobilisimae,
cognomine notatis aliquot viris eam magnificare voluit commissum; atque ut
antiquitatem reoraesentaret, veterum characterum alicubi repertorum aut de
novo fusorum, habitu eam vetitam fuisse, sunt inter nos equidem qui valde
suspicentur.
836
Biblioteca Vetus, tomo II, p. 250, nota 1, a.
Antonio nos suministra el catálogo. El libro hoy en día más
conocido y buscado es el que dio en 1620, bajo el título de El
Embajador, en el que, bajo la forma de un diálogo entre
Ludovico y Jules, expone el carácter y la naturaleza de las
funciones del embajador, sus deberes, sus obligaciones y sus
cualidades. Compuso también un opúsculo que ha circulado
manuscrito, Vida del condeduque de Olivares, del que era, a
lo que parece, un gran partidario y en el que se puede ver que
no perdonaba las alabanzas a los poderosos aunque sus
alabanzas fueran convenientes a sus intereses.
De todas formas, este personaje, poeta, historiador, político
y diplomático, estuvo, a lo que parece, atormentado por un
violento deseo de realzar y levantar su raza, ya muy ilustre por
sí misma, enlazándola, por sus alianzas, a emperadores, reyes,
grandes personajes de su país o de naciones extranjeras, bien
por medio de una pasión ciega o de manera natural, bien por
que le conviniera realmente para sus uniones, el avance de
sus ideas, sus pretensiones personales o las de los miembros
de su familia, en el siglo en el que esta clase de méritos
tenían tanta influencia. Por cualquier cosa que fuera, es un
hecho curioso y resaltable a la vez a los impresores de Lima,
Milán, Arrás, Salamanca, Burgos y otras villas, dar o suponer
que daban sucesívamente.desde 1617 a 1636, una multitud
de obras más o menos voluminosas, con el único y exclusivo
objeto de realzar a D. Juan Antonio de Vera y Zúñiga y a su
familia, demostrando que descendían de los monarcas más
antiguos e ilustres, que eran parientes muy próximos a Felipe
IV, al emperador Fernando II, a los reyes de Francia, de
Polonia, de Hungría, de la Princesa de Transilvania, de la
reina de Dinamarca, de los Duques de Baviera, de Lorena, de
Svaya, de Toscana, de Parma, de Mantua, de Módena, de
Cléves, de Neubourg, de Dos-Puentes, etc., y, además de
todos los duques y grandes señores de Castilla, Aragón y de
Portugal.
Todas estas obras se difundían tanto bajo el nombre de
autores y genealogistas muy renombrados como de escritores
menos conocidos. Pero sean los autores de bibliotecas,
Nicolás Antonio y Franckenau, sea nuestro gran erudito D.
Juan Lucas Cortés y los genealogistas Pellicer y Salazar de
Castro, todos suponen o establecen que todos estos libros eran
el producto de la fecundidad inventora del mismo Vera y
Zúñiga, que les hacía publicarlos bajo nombres supuestos para
837
darles mas autoridad y alabarlos a sus deseos .
837
Como prueba de lo que digo sobre este punto curioso de nuestra
bibliografía, voy a dar a continuación una lista de obras de este género que
conozco y el testimonio que tienen los autores que las mencionan.
1º Tratado del origen generoso e ilustre linage de Vera por el
licenciado Velázquez de Mena, dirigido a D. J. Antonio de la Vera y
Zúñiga, comandante de la Barra, etc., 1617. Sin indicación de lugar: La
epístola dedicatoria esta firmada en el Burgo. Franckenau dice: “ Valde
vereor ne sun eo nomine (el de Mena) pro more suo lateat, J. A. de Vera y
Zúñiga, comes de la Roca,” Biblioth, heráldica, p. 404.
2º Primera junta de la sangre imperial de Roma, Alemania et
Constantinopla con la real de Castila y algunas sucesiones de ella, por
el licenciado Silva de Chaves, a D. J. A de Vera, etc. Sin indicación de la
fecha ni del lugar, pero la dedicatoria está fechada en Salamanca, 1617. El
objeto de este opúsculo es demostrar que nuestro Vera descendía de
Fernando y de Dña. Beatriz hija del emperador Federico I. Tamaño de
Vargas vió este libro manuscrito, y es al que se refiere Nicolás Antonio y
Franckenau, quienes no han conocido su existencia ni se sabe que jamás
haya sido impreso.
3º Parentescos que tiene D, J, A. de Vera… con los reyes católicos
y otros príncipes y grandes señores, por el costor P edro Fernández
Gayoso. Arras, por Gillermo de la Riviera. Año 1627. Nicolás Antonio,
Luis Salazar de Castro y Franckenau dicen que el supuesto Gayoso es el
mismo D. J. A. de Vera. Este es el libro mordaz que hace Vera pariente
próximo de todos los reyes y de todos los grandes señores de Europa.
4º Tratado breve de la anyigüedad del linaje de Vera, por D.
Francisco de la Fuente, dirigido a D. Fernando de vera, hijo del conde de la
Roca. Lima, 1635. Franckenau, según D. José P ellicer, atribuido a D.
Fernando de Vera, arzobispo de Cuzco, en P erú, y hermano del conde de la
Roca.. “ In opusculo hoc, añade, auctor celeberrimae suae prosapiae
origines ex longissima petit antiquitate, qua fide, qua veritate, facilis est
conjectura (Bibliot. Heraldica, p. 119) En efecto, desde la primera página
se empieza por establecer que “ el nombre y la familia de Vera comienzan
poco tiempo después de Roma, y lo mismo se puede decir poco más
adelante.”
5º Árbol de los Veras, por Juan Mogrovejo, Milán, 1636.
Franckenau (p. 232) dice que el verdadero padre de este producto literario,
como el de todos los demás de la misma harina, es el conde de la Roca.
Con semejantes antecedentes nadie verá como poco
probable que si la composición del Bachiller de Cibdareal ha
caído en manos de este personaje, no haya introducido las
interpolaciones que le reprocha Nicolás Antonio, Mayans y
Pérez Bayer; que no haya tratado de tomar parte en su
publicación para librarse de su pasión favorita, realzar, bajo
todos los medios posibles, sus ascendientes y su familia.
No me queda más que recorrer las cartas de Bachiller para
examinar si en ellas había, en efecto, algunas huellas de esta
alteración, si en los Vera que figuraban allí se podían probar,
hasta cierto punto, las acusaciones que he relatado. Me
dediqué a un exámen riguroso y detallado, y resultó que sobre
las ciento cinco cartas que componen el Centon epistolario,
once hacen mención a personajes de la familia Vera y figuran
en los sucesos de cierta importancia según los extractos
siguientes.
Ruy Martinez de Vera, gobernador y gran Chamberlan del
infante D. Enrique, va a llevar la noticia de la prisión del
infante al rey de Aragón, su hermano (carta 2). Asiste con
Sanche Estúñiga a la entrega del infante al mariscal Pero
García y Herrera (carta 7). Entra, en la noche, bajo el disfraz
de un cazador, con los mensajes del infante, en la casa del
838
Alvar Gomez de Cibdareal, dice la Crónica de Enrique IV de
Castilla, cap. 68, fue de baja clase y no le convenía hacer mención de su
familia.
839
En la biblioteca de Salazar, existe una memoria del proceso ocurrido
entre el marqués de Villamayna y otros, sobre la sucesión del mayorazgo que
fundó Alvar Gómez de Cibdareal, que fue secretario de Enrique IV en 1475:
todos los árboles genealógicos, todas las relaciones de parentesco, todas las
líneas, comienzan con este Alvar Gomez, sin que sus ascendientes se
indiquen. En la autorización real dada en 1446 para fundar dicho patronazgo,
está escrito que todos los bienes que poseía dicho Alvar Gomez eran de
donaciones y recompensas que el rey y otras personas le habían dado. Alvar
Gomez de Cibdareal murió hacia el año 1491, año en el que dicto su último
codicilo.
pretende fueron impresos en Sevilla en el año 1570, y a pesar
de todo, los Diálogos de Mexía son legítimos.
4º No se que deducción pretende sacar Ticknor de lo que
Llaguno supone que la primera edición del Centon se hizo
después del año 1600. Llaguno no fija el año y todo indica
840
del resto que esta impresión se hizo hacia 1365 , un poco
más o menos; y por consiguiente puede bien ser la obra de
Vera y Zúñiga, que tenía por entonces más de cuarenta y
cinco años.
5º “El bachiller Cibdareal, añade, no pone la fecha a
ninguna de sus cartas, pero los hechos y las indicaciones de
las cartas se encuentran tan completamente de acuerdo con la
Crónica de D. Juan II que el editor del Centon, en 1775, pudo
seguir dicha Crónica y dar a cada una de ellas su fecha
correspondiente, lo que hubiera sido dificilmente posible si las
dos obras hubiesen sido escritas independientemente la una
de la otra. A este respecto es suficiente advertir solamente que
un gran número de los sucesos contados en el Centon son por
su importancia de fecha conocida; no hay pues mucha
dificultad en asignar a la mayor parte de las cartas su fecha
correspondiente 841; que varias de estas fechas hayan sido
deducidas por conjeturas más o menos posibles, y que otras
sean evidentemente falsas. Este argumento no me parece
tener, como consecuencia, una gran fuerza. Hay ciertamente
más en la prueba que se deduce de la conformidad de las
narraciones del Centon y de la Crónica, conformidad a veces
destacable y suficiente para suponer que estas dos obras no se
compusieron independientemente la una de la otra. Pero esta
conformidad no es tan completa como para que no se puedan
840
Don Luis de Salazar, en el pasaje ya citado de sus Advertencias
históricas, y de otros escritores a los que se refiere Llaguno en la Noticia
sobre Cibdareal, indican claramente que la edición antigua de estas cartas,
que se pretende fuera hecha en Burgos, se fija en Venecia; como Vera y Zuñiga
fue embajador desde 1632 a 1635 y posteriormente, dice en el Tratado sobre
la antigüedad de la familia de Vera, folio 158, yo creo que el Centon se
imprimió durante este intervalo, y comenzó a ser conocido y citado por
nuestros escritores algunos años después.
841
Las cartas de Fernando del P ulgar no tenían fecha, y su moderno
editor pudo ponerla a un gran núnero de ellas.
observar casi siempre considerables diferencias, si no en el
fondo de las mismas, al menos en las circunstancias y en sus
accidentes. No es pues inverosimil suponer que Juan de Mena
y los otros autores de la Crónica de D. Juan II hasta Pérez de
Guzmán, hayan tenido presentes las cartas de Cibdareal, o
varias entre ellas, donde casi todos los relatos de los sucesos
se amplificaban al llegar a la corte, relatos en los que el
bachiller mismo tomaba una parte activa, tal y como lo vemos
842
en sus cartas . Las Crónicas se componían de acuerdo con los
hechos, y lo mismo que estos no no serían una prueba contra
las narraciones del Seguro de Tordesillas, escritas para el
conde de Haro, ver la Crónica de D. Juan completamente de
acuerdo con ellos, no veo por qué se pueda llegar a una
conclusión diferente, ya que se trata de las cartas del Centon.
6º “Los estilos del tipo de letra, prosigue Ticknor, aunque
están de acuerdo con la gran habilidad y calidad del estilo de
los tiempos de que, se supone, escritos, no es siempre
conforme; el escritor se deja ir a veces a curiosos arcaísmos.
Por otra parte va más lejos: emplea palabras que no ha visto
empleadas por otros, como cuando usa ca en el sentido de
que, cosa que no se puede justificar de ninguna forma y que
ha sido preciso corregir en la edición de 1775 porque las
frases donde esta palabra se encuentra tuviera sentido”. Un
extranjero, por muy inteligente que sea, no es, me parece, el
mejor juez para decidir hasta qué punto las cartas de
Cibdareal se apartan del lenguaje utilizado en Castilla en el
siglo XVI. Hasta ahora nadie había hecho una observación
particular a esto entre los numerosos escritorea que han
tratado estas cartas o se han apoyado en ellas. Bajo mi forma
de pensar, el estilo y la lengua del bachiller Cibdareal
pertenecen de una manera tan propia y particular al siglo XV
que parece imposible que hayan podido falsificarlas
retrocediendo al siglo XVII. Bajo mi punto de vista es esta una
de las grandes pruebas de la legitimidad del Centon, y he de
confesar que su lectura disipa en mi espíritu todas las dudas,
842
“ El rey, decía Cibdareal a Juan de Mena, cata 47, me ordena
recordarle el secreto de lo que se envía a su señoría y también de lo que le
envía vuestra señoría” Véanse las cartas 49, 51 56, 57, etc.
todas las suposiciones que en otras circunstancias hayan
podido hacerse. Cuando emplea ca en el sentido de que,
señalado por Llaguno, no creo que sea exacta la observación
de este erudito sobre el que, en tiempos del bachiller, esta
palabra tenía solamente el significado de porque. De todas
maneras, si realmente hay ahí una falta, ¿no deberíamos
imputarla al error del copista que copia el original por la
impresión de un giro particular del autor, más que considerarla
como prueba de una falsificación? En efecto, nada es menos
probable, ni puede que menos concebible que ver al hombre
capaz de imitar tan perfectamente el estilo y la lengua del
siglo XV en 105 cartas, ignorar el sentido de una partícula
usada todavía en casa de nuestros escritores del siglo XVI.
Esta negligencia, si se puede llamar así, no la puede cometer
un falsificador tan habil.
7º Las pocas palabras que el supuesto editor de 1499 rinde
cuenta del libro, y algunos versos que se encuentran al final,
suministran a Ticknor otro argumento contra el Centon. “Estas
pocas palabras, dice, pertenecen, se supone, a la edición que,
según Bayer, Mendez, etc…, existían después de 1600, y por
lo tanto deberían escribirse en el estilo de la época en la que
florecieron Cervantes y Mariana, pero, lejos de esto, el editor
escribe exactamente en el mismo estilo que el de las cartas
que publicó y que se les supone una antigüedad de más de
siglo y medio, y, lo que es peor, emplea ca por que, lo que
nadie había hecho, hemos dicho, a excepción de nuestro
bachiller.” No comprendo bien el fondo de esta
argumentación, si yo no me equivoco, esto sería presisamente
lo contrario que probaría contra la legitimidad de la obra o de
la edición; es decir, si su editor, que es, se supone, del siglo
XV, empleó la lengua del XVII, la de Cervantes o de Mariana;
entonces no habría ninguna duda sobre el supuesto. Pero que
el editor que escribió, o que se le supone escribió versos a
finales del siglo XV, empleara, más o menos, la misma lengua
que la de las cartas escritas cincuenta años antes, encuentro
tal cosa tan natural que no concibo que pudiera ser de otra
manera, bien que la edición sea legítima o que sea supuesta.
En el primer caso, el empleo de la misma lengua es una cosa
natural; en el segundo es una cosa necesaria para sostener y
no descubrir la ficción.
8º Otro argumento deducido de la edad de Juan de Mena
no me parece muy fundado. “Todo el mundo conviene, se
dice, que este poeta murió en Torrelaguna, en 1456, a la
edaad de cuarenta y cinco años; o se le supone bachiller, en
la carta nº 20 escrita en 1428, introduce a Juan de Mena
aunque él no tenía nada más que diez y ocho años, como
muy avanzado en la intimidad de la corte, le hace cronista del
Rey, y supone otro que tenía muy avanzado su principal
poema Trescientas, afirmaciones todavía más increíbles si
recordamos que Romero en su Epicedio dice expresamente
que Juan de Mena tenía ya veintitres años cuando se entrega
a las cartas:
“Al d ul ce tr a b a j o d e a q ué l b ue n s a b e r ”
Pero, para que todas estas objeciones tengan alguna
fuerza, sería preciso que la cartanº 20 del bachiller fuera
realmente del año 1428, pero com la carta no tiene fecha, y
en todo su contenido no hay el menor indicio de que fuera
escrita en dicho año, lo que derriba toda la argumentación.
Llaguno la supone escrita en dicho año, es verdad, pero no ha
podido apoyarse en otro argumento, si lo ha tenido, que el de
encontrarse en medio de otras de una fecha análoga. En su
trabajo, Llaguno se ha dejado siempre llevar por sus
conjeturas, conjeturas que pueden parecer admisibles en
muchos casos, aunque en otros, como en el presente, sean
muy poco fundadas.
9º Ticknor saca otro argumento contra el Centon de la
noticia desfavorable que nos da sobre el famoso asunto del
auto de fe de los libros de Enrique de Villena. “Esta narración,
dice, sería inverosímil por parte de un cortesano tal como el
bachiller de Cibdareal, tratándose de una persona distinguida
que asciende rápidamente a los puestos más elevados del
Estado. Pero es todavía más: el hecho no es cierto. El
bachiller representa este eclesiástico distinguido, ardiente, con
negligencia y precipitación una gran cantidad de libros de la
biblioteca del marqués de Villena que se los había enviado
para examinar después de la muerte del marqués, acusado de
haberse dedicado durante su vida al estudio de la
necromancia. Barrientos, como pretende hacernos creer
Cibdareal, no entendía nada de los libros, y les quemaba
apilados por no creer merecía la pena examinarlos. Ahora
bien, continúa Ticknor, por el relato que el mismo Barrientos
hizo de este suceso al rey D. Juan, en una obra manuscrita
que poseo, Barrientos declara expresamente que los quemaba
por orden del monarca; él tetimonia también disgusto porque
algunos fueran quemados, tanto de los que pertenecen a las
artes que no conviene leer, tal como Raziel, narración muy
diferente del relato de Cibdareal y que, dirigido al rey, si le
instruye sobre el asunto, no puede ser tachado de error, ni
recusado.”
No veo nada que pruebe contra la legitimidad del Centon
aún cuando deberíamos conceder completo crédito a lo que
dice la parte interesada, F. Lope Barrientos. Que los
libroshabían sido quemados por orden del Rey, nadie lo
puede dudar, nadie lo ha negado jamás, pero es a Fray Lope
donde los llevaron todos para que los examinara y los
valorara, y de su examen, de su cualificaión resulta su envío al
fueo. El bachiller no se queja de que estos libros se hayan
echado a las llamas sin autorización, se queja de que hayan
sido quemados sin haberlos examinados y reconocidos, y se
queja del ultraje que hicieron con ello al ilustre sabioD.
Enrique de Villena. En una palabra, Cibdareal, con todo el
juicio que comporta la intimmidad de una carta particular,
Cibdareal juzga el hecho, como lo juzga publicamente el
célebre Juan de Mena, en un poema dirigido al mismo rey D.
Juan II.
Su s a b e r no e s s uf i ci e nte , dice Cibdareal a D. Enrique de
Villena, p a r a no mo r i r , no e s s uf i ci e nte e l s e r tí o d e l r e y
p a r a no p a s a r p o r un e nca nta d o r …. Se ca r g a r o n d o s ca r r o s
d e l i b r o s q ue e l a b a nd o na y q ue s o n l l e va d o s a l r e y , y
co mo d i ce q ue s o n l i b r o s s o b r e l a ma g i a , s o b r e l a s a r te s
q ue no co nvi e ne l e e r , e l r e y o r d e na l l e va r l o s a l a mo r a d a
d e F r a y L o p e d e B a r r i e nto s ; y F r a y L o p e , q ue s e p r e o cup a
má s d e co nf o r ma r s e a l a s i d e a s d e l p r í nci p e q ue r e vi s a r
ne cr o ma nci a s , hi zo q ue ma r má s d e ci e n d e e s to s l i b r o s q ue
no vi ó má s q ue e l r e y d e M a r r ue co s , q ui e n no co mp r e nd i ó
má s q ue e l d e a n d e Ci b d a R o d r i g o , p ue s s o nnume r o s o s e n
e s to s ti e mp o s , l o s q ue s e ha ce n d o cd o cto r e s ha ci e nd o a l o s
o tr o s i ns e ns a to s y ma g o s . So l a me nte e s ta a cus a ci ó n no
ha b r í a to ca d o e l d e s ti no d e e s te b ue no y ma g ní f i co s e ño r .
M ucho s o tr o s l i b r o s d e va l o r q ue d a r o n e n l a s ma no s d e
F r a y L o p e , l i b r o s q ue no f ue r o n q ue ma d o s ni ve nd i d o s . ,
etc. (carta 66).
Escuchemos ahora los acentos expresivos de nuestro
célebre Juan de Mena sobre este mismo asunto:
Aq ue l q ue tu ve s e s ta r co nte mp l a nd o ,
E n e l mo vi mi e nto d e ta nta s e s tr e l l a s ,
L a f ue r za , l a o r d e n, l a o b r a d e a q ue l l a s ,
Que mi d e l o s cur s o s d e có mo e d e q ua nd o …
Aq ue l cl a r o p a d r e , a q ue l d ul ce f ue nte ,
Aq ue l q ue e n e l cá s ta l o mo nte r e s ue ña ,
E s d o n E nr i q ue , s e ño r d e Vi l l e na ,
H o nr a d e E s p a ña y d e l s i g l o p r e s e nte .
O i ncl i to s a b i o , a ucto r muy s ci e nte ,
Otr a y a un o tr a ve g a d a y o l l o r o ,
Po r q ue Ca s ti l l a p e r d i o ta l the s o r o
N o co no s ci d o d e l a nte l a g e nte .
Pe r d i ó l o s tus l i b r o s s i n s e r co no s ci d o s
Y co mo e n e xe q ui a s te f ue r o n y a l ue g o
U no s me ti d o s a l a vi d o f ue g o ,
Y o tr o s s i n o r d e n no b i e n r e p a r ti d o s .
Ci e r to e n Athe na s l o s l i b r o s f i ng i d o s
Que d e Pr o tá g o r a s s e r e p r o b a r o n,
Co n ce r e mo ni a ma y o r s e q ue ma r o n
Cua nd o a l s e na d o l e f ue r o n l e i d o s .
Ahora, si prestamos carácter de los dos escritos, no se cual
de los dos contiene más graves acusaciones contra esta
especie de auto de fe, la carta confidencial y privada del
bachiller de Cibdareal o el poema de Juan de Mena,
destinado a la publicidad y a la fama. Juan de Mena se queja
pública y abiertamente de que los libros de D. Enrique de
Villena fueron quemados antes de que fueran debídamente
examinados y conocidos, sin las solemnidades y ceremonias
ordinarias, y asegura que otros fueron mal repartidos y sin
orden. Cualquiera puede creer que, si estas censuras fuesen
directamente dirigidas al Rey, ¿las hubiera expresado con
tanta vehemencia e indignación en una obra que escribió casi
ante sus ojos? Las acusaciones estaban dirigidas contra otra
persona, persona que no puede ser otra que el que se había
encargado del examen y calificación de los libros. El sabio
comendador843, al comentar estos versos, quiere también
vengar a Barrientos y se funda en el testimonio que sirve de
punto de apoyo a Ticknor844. Pero, en su comentario, confiesa
que se le acusa por esto. Se puede sacar la conclusión de que
no hay bastantes argumentos para tachar de falsedad la
narración del bachiller de Cibdareal sobre un hecho tan
importante, ni por retractarse de ninguna prueba contra la
legitimidad del Centon, aunque en el relato haya alguna
pasión por Barrientos845.
10º También se alega contra el Centon, que en la época
de la supuesta piblicación de estas cartas, este género de
supercherías era muy común en España, y así se cita el Marco-
Aurelio del obispo Guevara, las Láminas de plomo
encontradas en Granada y los falsos cronicones de P. Román
de la Higuera: según esto, lo que ha sido lo mas probable, es
que en una disposición parecida de la opinión, un erudito
ingenioso haya sido empujado por el deseo de imitar estos
ejemplos con el fin de sorprender al público con un juego de
ingenio, a pesar del engaño sobre la autenticidad de la obra.
No niego la posibilidad absoluta de la ficción, pero me parece
que he probado y sacado a la luz el motivo por el que se hizo
falsificar la edición antígua e introducir las interpolaciones
denunciadas por Nicolás Antonio y Mayans. Los ejemplos de
otras falsificaciones no prueban nada contra el Centon, sobre
todo si se tiene en cuenta una circunstancia importante.
Apenas fueron descubiertas estas ficciones cuando, aunque
seducidas en el acceso un gran número de personas, fueron,
desde el principio violentamente atacadas. No es lo mismo lo
ocurrido con el Centon. Las críticas de Luis Salazar, Nicolás
843
Orden de Febo, estrofa CXXVIII.
844
Aunque el libro de Barrientos Sobre las diversas especies de
adivinanzas, que cita Ticknor, sea un manuscrito, el pasaje relativo al libro
del marqués de Villena había sido ya publicado mucho antes, a comienzos del
siglo XVI. Este libro era, por tanto, conocido de nuestros críticos y
escritores.
845
La Crónica del rey D. Juan confirma, además, el relato del bachiller.
Según ella, el Rey ordenó a Fray Lope examinar los libros y ver si había
algunos sobre los maleficios: “ Fray Lope, continúa, los vió, hizo quemar
algunos y el resto quedaron en su poder” Año 1434, cap. VIII.
Antonio, y los demás que ya hemos citado, descubrieron
inmediatamente el supuesto de la edición antígua, su
objetivo, la interpolación de las cartas y su autor; concurrieron
circunstancias que habrían debido ponerles en el camino que
conducía al descubrimiento de la falsificación total de la obra,
si en efecto se huiera hecho. Pero lejos de ello, reconocieron
su autenticidad, se apoyaron en sus dones, sin niguna especie
de escrúpulo, sin que nadie tuviera la menor sospecha de la
superchería. Todas estas consideraciones prueban más, según
creo, en favor del Centon que contra él.
11º Llegamos ante la verdadera dificultad del tema, al
argumento al que nosotros reconocemos francamente una
gran fuerza y para el que no hemos encontrado hasta aquí
una solución satisfactoria. En la carta 103, el bachiller de
Cibdareal relata la muerte del condestable D. Álvaro de Luna,
públicamente decapitado en Valladolid el 2 de junio de
846
1543 . Según este realto, el rey D. Juan II se encontraba
entonces en esta villa; el bachiller le acompañaba, y asistió a
los titubeos del rey en favor del Condestable; nos hace
partícipe de su disgusto cuando se aproxima su muerte y nos
da otra serie de detalles íntimos de gran interés. Pero, de los
documentos extraídos por Quintana para su Vida de D. Álvaro
de Luna, encontrados ultimamente en los archivos de
Simancas, resulta que el rey no estúvo ni este día, ni varios
días antes ni varios días después en Valladolid, sino más bien
a este lado de los puertos sitiando Maqueda, Escalona y otras
villas, que D. Álvaro de Luna poseía en el reino de Toledo.
Quintana, que descubrió el primero esta contradicción, sacó a
846
Debo advertir que Ticknor se deja ir adiversas inexactitudes al
exponer esta objeción. La muerte del condestable, por ejemplo, no debe
situarse, como él supone, en el día 2 de junio de 1452, sino en el 2 de junio
de 1453, como así lo han demostrado el P . Mendez, Floranes, y en último
lugar Quintana. No es más exacto decir que, en la carta de Cibdareal, la
ejecución del Condestable tiene lugar la vespera de la Magdalena, como
supone Ticknor. En toda esta carta no se encuentra semejante indicación. El
error que confunde la fecha de la muerte de D. Álvaro con la del rey D. Juan II,
muerto efectivamente la víspera de esta fecha, según la carta 105 del mismo
Cibdareal, no proviene del Centon, y no puede dar lugar, por tanto, a ningún
argumento contra su legitimidad.
la luz también el primero las dudas a las que dio lugar. “Todas
estas circunstancias de la muerte de D. Álvaro, dice él, donde
el mismo médico se presenta como testigo y actor, son están
en contradicción con las crónicas y los otros documentos
diplomáticos. Por el estilo y la lengua, dicha carta se parece
completamente a las otras, y, en esta hipótesis, ¿qué pensar
de esta correspondencia tan interesante por el fondo, tan
agradable y tan preciosa por su estilo, tan acreditada por su
autoridad? ¿Habrá intercalado esta carta entre las demás?¿No
habrá nada más que una intercalada? El que ha violado así la
verdad sobre un hecho de tan alta importancia como es el
suponer que ha pasado por sus ojos, ¿no lo habrá hecho otras
veces? ¿Ha existido realmente un médico semejante?
¿Realmente habrá tenido lugar semejante correspondencia?
¿No será un juego intelectual de un escritor posterior? En este
caso todo lo que ganara en mérito literario, como invención,
847
dice al final Quintana, resolvería estas dudas .
Yo le respeto, así es, para mi, la verdadera objeción contra
la legitimidad de las cartas de Cibdareal, y, a pesar de todos
mis esfuerzos y todas mis búsquedas para explicar esta
dificultad de de una manera satisfactoria, no he podido
encontrar hasta hoy una solución que me contente. Bien se
podría decir que esta es una de las cartas interpoladas por
Vera y Zúñiga, pero, para que su inserción presentara algunos
grados de probabilidad sería preciso que nos aseguraramos el
interés que Vera podía haber encontrado en ello, y yo no
encuentro ninguno, ya que no se menciona ninguna persona
848
de su familia . Se podría suponer también que esta carta tan
favorable a la memoria del Condestable y a los suyos, haya
sido escrita y alterada por uno de sus partidarios en cuyas
manos hubiera caído la composición del bachiller, y esta
conjetura, aunque despojada de toda prueba directa, no sea
sin embargo inverosimil. En todo lo que es relativo a la prisión
y muerte de D. Álvaro de Luna, a pesar de las crónicas de D.
847
Vida de D. Álvaro de Luna, nota al final.
848
A menos que no consideremos como tal a D. Álvaro de Luna mismo,
viznieto, según el Centon, carta 8ª, de Doña María Vera, hermana del abuelo
de Ruy Martinez de Vera, uno de los ascendientes del conde de la Roca.
Juan II, a pesar de la crónica especial del mismo Condestable,
y las cartas de nuestro Centon, reina una confusión y una
incertidumbre muy de destacar. Su muerte no disipa nada los
partidos, y las mismas crónicas, que tenían un carácter casi
oficial, han sido alteradas o por o contra este personaje ilustre.
849
Flores, el sditor de la Crónica de D. Álvaro, sostiene que la
carta o provisión real en la que el rey rinde cuentas a las
ciudades y villas de su reino de la justicia hecha sobre la
persona del Condestable, acumulando contra él las mayores
acusaciones850, es un documento apócrifo compuesto por
Mosen Diego Valera, enemigo del Condestable. En el prólogo
de la Crónica de D. Juan II, su editor prueba 851 que el mismo
Vera interpola esta crónica en diferentes lugares, en los que
descarga su odio contra el Condestable, “como un hombre que
sigue, dice él, el partido de los Grandes, y vive en la mansión
de D. Pedro de Estúñiga, uno de los más grandes enemigos
de D. Álvaro de Luna”. Los partidarios de D. Álvaro, de su
lado, no descuidaban realzar su memoria, de vengarla de las
calumnias de sus enemigos, y en todas estas luchas, la verdad
quedaba a menudo sacrificada. ¡Qué diferencia no se
eencuentra entre la Crónica de D. Álavaro de Luna, escrita por
un par de partidarios, y la Crónica de D. Juan II, interpolada al
menos por sus enemigos! D. Álavaro de Luna, como todos los
hombres eminentes, dejaba tras de él grandes afectos y
grandes odios; así pues, las cartas del bachiller de Cibdareal
caen en las manos de uno de lospartidarios del Condestable y
no es inverosimil suponer que no haya alterado algunas a su
favor, y particularmente la nº 103 que es la que hace resurgir
la repugnancia con la que el rey consintió a su muerte, como
sus enemigos alteraron la Crónica y forjaron provisiones
apócrifas para calumniar su memoria.
En esta carta se resalta, según creo, señales de su
alteración. Su editor Llaguno, se apoya en sus habituales
conjeturas, la supone escrita en Valladolid, hipótesis que no
849
P rólogo, p. XXVIII.
850
Este largo e importante documento se encuentra en la Crónica de D.
Juanii, año 1453, p. 365.
851
P ágina X, edición de Valencia, 1799.
puede estar de acuerdo con otras indicaciones, ya que esto no
es una vez sino varias las que se ha hablado de esta cita como
852
una villa diferente de la que en la carta se dice . La carta
está en otra supuestamente escrita después de la toma de
Escalona, y como esta villa no se rindió hasta el 24 o el 25 de
junio 853, resulta que la relación que el bachiller hace en su
carta al arzobispo de Toledo, de la muerte de D. Álvaro de
Luna, ejecutado el 2 del mismo mes, no le fue enviada hasta
veintidos días al menos después del hecho, retraso que no
parece muy verosimil. Si la carta hubiera sido redactada
después del relato de la crónica de D. Juan II, no pecaría por
esta falta de conformidad, ya que en la crónica, los sucesos
están perfectamente ordenados. El rey, después de haber
dejado al Condestable prisionero en la fortaleza del Portillo,
marchó sobre Maqueda y la tomó por tratado; se puso a sitiar
Escalona, pero, persuadido de que esta villa no se rendiría
mientras que D. Álvaro viviera, dispone todo para que sea
juzgado y condenado a muerte, ejecutándose la sentencia el
20 de junio mientra él sitiaba todavía Escalona y comunica la
ejecución a las ciudades y villas del reino. Finalmente, ya
muerto D. Álvaro, Escalona se rinde por tratado con la viuda y
los hijos del difunto. Todo pasa como acabo de decir, y se
resalta satisfactoriamente el orden, la naturaleza y la
conveniencia del relato. ¿Por qué no encontramos las mismas
cualidades en la carta de Cibdareal?
Sin embargo, es preciso reconocer que estas son conjeturas
más o menos aceptables, conjetiras que podrían quizás abrir
más tarde el camino de la dificultad; pero la dificultad
subsiste, y aunque yo no esté de acuerdo en la fuerza que
quieren darle, reconozco la fuerza que no puede realmente
negarse 854.
852
P or ejemplo: “ Se le condena (al Condestable) a Valladolid”.- “ Fue
enviado a Valladolid”.- “ Se le condenó salir de la villa”.
853
Los tratados o capitulaciones por la rendición de Escalona son del
23 de junio, y todavía el 26, el rey fechaba sus cartas desde esta villa.-
Apéndice a la Crónica de D. Álvaro de Luna, p. 425.
854
Aunque Ticknor no lo dice, yo mencionaré aquí otro argumento
contra en Centon: las cartas 101 y 102 se pretende sean dirigidas a D.
Gutierre, arzobispo de Sevilla, lo que no puede ser puesto que a la fecha de
A esta verdadera dificultad y a otras dificultades que no
están en mi sentir, Ticknor reconoce que se puede oponer a la
sencillez y la naturaleza de esta correspondencia, los
interesantes detalles que da sobre los sucesos tan conformes,
tan apropiados al siglo al que se refieren, y el hecho de ver
estas cartas citadas durante más de doscientos años por todos
los escritores como la autoridad más grande y más segura
relativa a los sucesos que relatan. Pero la importancia de este
hecho, continúa Ticknor, disminuye si nos preguntamos cuál
es la rareza de ver en la literatura española un verdadero
espíritu de crítica, y que en la literatura castellana tenemos el
caso del bachiller Francisco de la Torre, muy semejante en sus
numerosos relatos a los del bachi,,er Cibdareal, y mejores en
otros.
Me parece que, en la exposición de los argumentos a favor
de la legitimidad del Centon epistolario, nuestro sabio
historiador ha sido extremadamente conciso, y en cuanto a las
objeciones que ha examinado, se pueden oponer otras mucho
más fuertes, más sólidas y de solución más sencilla. Si el
Centon es una falsificación ¿quién fue el escritor capáz de
hacerla? ¿cuál fue el objeto de su hazaña? ¿cómo llevó a
cabo esta ficción tan difícil? ¿Ha reflexionado bien sobre las
dificultades contra las que habría de luchar para tocar tantos
sucesos, circunstancias y detalles que cuenta como testigo
ocular para no caer en errores contínuos e inevitables?
¿Supone que a fuerza de trabajo y de estudio hubiera vencido
N o n s a b e s u ma ne r a Ca p o r no n l e d e nna r
Que á l o s ho mb r e s a s tr o s o s F i ce va s i a l a l l e na ,
De l mund o , l o má s e r a Y no n l e q ui s e d o na r
T e ne r s i e mp r e vi ci o s o s . L a ca r ta s a na b ue na
Se g ún e l p e s o a s í Co mo e l q ue to ma b a
Ab a j a va to d a vi a , M e o l l o s d e a vi l l a na s
L a ma s l l e na , o tr o s í Pa r a s i , y d o na b a
E ns a l s a l a ca s í a . Al o tr o ca s ca s va na s .
U n a s tr o s o cui d a b a , Y o d e l p a p e l s a q ué
E l p o r mo s tr a r q ue e r a L a r a zó n q ue d e ci a ,
So ti l , y o l e e nvi a b a Co n e l l a me f i nq ué ,
E s cr i p to l a ti s e r a Di l e ca r ta va cí a
Siguen las estrofas 29 y 30 hasta la 35, omitiendo, casi en su
totalidad las estrofas 23, 24, 25, 26, 27 y 28. Al final de la estrofa
30 se encuentran estos dos versos:
Aca b o e l p r o l o g o
Y co mi e nza e l tr a ta d o ,
indicación que falta completamente en el manuscrito de la
Biblioteca Nacional. O parece natural que se encuentre allí,
teniendo en cuenta que el poema se compone evidentemente de
dos partes: el prólogo o preámbulo y la colección de consejos. Por
otra parte, no se lee en el manuscrito de El Escorial ni las estrofas
36 y 37, ni los tres promeros versos de la 38 y de la 39; no hay
nada más que el primero.
En el ejemplar de la Biblioteca Nacional, falta la estrofa 42, y
en el de El Escorial falta la estrofa que el primero da como la 46,
y que comienza así: “Et muy sotil trotero”. Después de la estrofa
58, el ejemplar de El Escorial pasa a las estrofas 218 y 219 del
manuscrito de la Biblioteca Nacional, pues continúa:
Ca mi no e r r a d o a nd a Co n l o q ue á mi p l a s e
Y ca e d e r a he s , Otr o mucho s e q ue j a .
Ca nunca co s a d e ma nd a
L a s a l y l a o tr a p e z.
E l s o l l a s a l a p r i e ta
Po r l o q ue e s ta f a s e Y l a p e z e mb l a nd e s ce ,
Co s a , o tr o l a d e j a ; L a me j i l l a f a ce p r i e ta ,
E l l i e nzo e mb l a nd e s ce Co n f r i o l o f a s e f i e s ta
Y s a l e a s u e ncue ntr o
E l ta l y ta l y a s e
E n l a s u g r a nd e a l tur a , E l q ue cua nd o f a s e f i e s ta
Cua nd o g r a nd e f r i o f a s e Se e s tá l a p ue r ta d e ntr o .
Co mo cua nd o ca l ur a
Y o nunca he q ue r e l l a
De l mund o y d e s us f e cho
Aunq ue mucho s d e a q ue l l o
Se ti e ne n p o r ma l tr e cho s .
Cua nd o a l ma l o a p r o ve cha
Da ña r a l b ue n a d ucho ,
E l ma l p o r e l b i e n p e cha ,
De s to me a g r a i o mucho .
Después de la estrofa 247, se lee en el ejemplar de El
Escorial la estrofa siguiente, que falta en el manuscrito de la
Biblioteca Nacional:
Cua nto ma l va to ma nd o
Co n e l l i b r o p o r f í a ,
T a nto i r á g a na nd o
B ue n s a b e r to d a ví a
E l ce l o co n s u o b r a Y a l r i co q ue l e s o b r e
Al q ue e s me ng ua d o g a s ta Cua tr o ta nto q ue l e b a s ta
Cui d a nd o q ue má s l a r g o , T i e ne s e p o r a ma r g ur a
Al g o ha s u ve ci no Co n l o s uy o e l me s cui no
E s to s b i e n l a zr a d o s Ama r g o s y cui ta d o s ,
De cue r p o y co r a zó n Vi ve n e n to d a s a zó n.
N unca na s ci o j a má s ,
De no che y d e d í a Co mo e l q ue nunca ha
Cui ta d o s , ma l a nd a nte s , p e ns a d o
F a s i e nd o to d a vi a De nunca va l e r má s
R e ve s d e s us ta l a nte s
H o mb r e r a he z, a s tr o s o
E l d e r e cho a ma nd o T a l q ue no s ha ve r g üe nza ,
F a s e p o r f ue r za tue r to
Y y e r r o s co b d i ci a nd o , E s te vi ve vi ci o s o ,
Ob r a r e l s e s o ci e r to Que ni n p i e ns a ni n s ue ña
H o mb r e d e ta nto f o l g a d o
Estrofa 376
Sa b e s i e l mund o a l a b a
Co s a , ó p o r me j o r no mb r a ,
Que muy a hi na s e a ca b a ,
Y p a s a co mo l a s o mb r a .
Estrofa 447
E n e l mund o no n ha b r í a
N i n s o b r e f i e r r o o tr o ho mb r e
De ta n g r a nd e me j o r í a
Co mo d e ho mb r e á ho mb r e .
Que a to d o e l mund o d a p na Si ve nd i mi g a na d o
F a l l o a l g una s ve g a d a s Po r ma ng ua d e ce b a d a
E l d e r e ci e n l l e g a d o
N o n d i g o p o r p a r i e nte N o n p i e ns a d e s to na d a .
O a mi g o e s p e ci a l ,
Que ha p o r b i e n l a g e nte Qui e r a q ue a s u ca b a l l o
Co mp a ñí a d e s te ta l . B ue n a p a r e j o s a l l e ,
Y o co n ve r g üe nza ca l l o
Sa b e mi vo l unta d Pa s e a nd o p o r l a ca l l e
E s to co n e l e n g l o r i a , Po r ve r a l g ún ve s i no
no te ng o p o r i d a d Si me q ue r r a d a r d e l a
q ue a e l no e s no to r i a paja
A tr e q ue d e a l g unt vi no ,
M a s ho mb r e q ue p e s a d o R e ce l a nd o l a b a r a j a
E s d e to d o s u f e cho ,
Qui e r e ta l g a s a ï a d o Va muj e r p o r vi l l a
Que e n a nchur a , e n Si s a b e q ue l o b us ca s e
e s tr e cho E r a ci e r to r e ns i l l a
Po r p a g a r me f i nca s e
Que a l ta n ni n p o r r ue g o
N o n q ue r r í a f a b l a r , E l q ui e r e b ue n s e mb l a nte
Cua nto má s tr a s mi f ue g o E n to d o s , d e p l a ce r
E s cucha r s u p a r l a r Co s a s i n ca ta r a nte
De l o q ue p ue d e s e r
Y s i uno no n e s i d o ,
Ca ta r o tr o d o l l e g a , Si no n b a s ta e l p r i me r o
L a me ng ua q ue no n vi d o N i n e l d í a s e g und o ,
Al o tr o no n s e ni e g a . M á s q ui e r e e n e l te r ce r o
Que s i l e vi a e l mund o
Cua nd o uno s e p a r te
Pi e ns o p e r d e r q ue r e l l a , Ci e r to e s y no n f o l l e s e
Vi e ne p o r o tr o p a r te Pr o ve r b i o to d a ví a ,
Qui e n d e s f a s e s u hue l l a . E l hué s p e d y e l p e ce
F i e d e n a l te r ce r o d í a
H o y me p r e g unta b a
Al e g r e p o r mi p ue r ta , Ad e má s d e s u e mp a cho
N o n s a b i e s i q ue d a b a Que e no j a d o me d e j a ,
L a muj e r me d i o mue r ta . De to tr a co s a l e ta cho
Co n q ue d o b l o mi q ue j a .
Co n l a p o ca f a r i na Ca l o s d e mi ca mp a ña
De l d i ne r o o tr o ta l ,
Pa s a r í a n co n q ui e ne s Cr a s ma l , cr a s b i e n
q ui e r a ,
Po r mo s tr a r l e s f a za ña Y s i e r vo q ue me nd r ug o
Do l e s y a nta r e nte r a Co me r í a d e ce nte no ,
Po r s u ca us a ma d r ug o
Ca e n ca s a r e g i d a A co mp r a r l e p a n b ue no .
Co n l a s a zo n co nvi e n
Go b e r na r s e l a vi d a
La estrofa 506
H o mme no n q ue r r í a
Si no d a q ue l l o q ue no n ti e n,
De s p r e ci a l o e l d í a
Que a l a ma no l e vi e n.
Po r a l g o s a l l e g a r
F a l s a nd o y r o b a nd o ,
Y l a ve r d a d ne g a r
So b r e e l l o p e r j ur a nd o .
Co no ce tu me d i d a
Y nunca e r r a r á s ,
E n to d a l a tu vi d a
So b e r b i a no n f a r á s .
Cua l q ui e r e s r e s ce b i r
T a l s e a r e ci b i d o
De s i y s a b e r s e r vi r
Qi q ui e r e s e r s e r vi d o .
F a s p a g a d o s l o s ho mb r e s ,
Y f a s ce r te ha n p a g a d o ,
H o nr a r á s l o s s us no mb r e s
Si q ui e r e s s e r ho nr a d o .
La estrofa 568:
Co mo g r a nt b i e n s e p ue d a
Pe r d e r s i n q ue ma l o b r e ,
N i n p o r s u s a b e r cue d a
De f e nd e r d e s e r p o b r e .
La estrofa 592.
L o q ue cr í a y d e f i e nd e ,
De a q ue l l o s má s ha b e mo s ,
Ag ua mucha p o r e nd e
E d e l a i r e te ne mo s .
Tales son las notables variantes que presenta el manuscrito de
El Escorial comparado con el de la Biblioteca Nacional, variantes
tales que hemos hecho suponer puesto que el último no es nada
más que una redacción posterior y mejorada del mismo poema;
este es el único medio de explicar el defecto que existe entre uno
y otro.
Este
libro lo terminó
de traducir al castellano
el día 1 de abril del año 2009
Juan Manuel Arias Fernández
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