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Texto del Evangelio ( Lc  

8,19-21):  «Tu madre y tus


hermanos están ahí fuera y quieren verte». Pero Él les
respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la
Palabra de Dios y la cumplen»
Jesús no ofende para nada a su Madre, ya que Ella es la
primera en escuchar la Palabra de Dios y de Ella nace Aquel
que es la Palabra. Al mismo tiempo es la que más
perfectamente cumplió la voluntad de Dios: «He aquí la
esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra» (Lc
1,38), responde al ángel en la Anunciación.

Jesús nos dice lo que necesitamos para llegar a ser sus


familiares, "O las dos condiciones para seguir a Jesús:
ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS Y PONERLA EN PRÁCTICA. Esta
es la vida cristiana, nada de más. Simple. Tal vez nosotros la
hemos hecho un poco difícil, con tantas explicaciones que nadie
entiende, pero la vida cristiana es así: escuchar la Palabra de
Dios y practicarla".

Los familiares se esfuerzan por acercarse, convendría que


nos preguntásemos si luchamos y procuramos vencer los
obstáculos que encontramos en el momento de acercarnos a
la Palabra de Dios. ¿Dedico diariamente unos minutos a leer,
escuchar y meditar la Sagrada Escritura? Santo Tomás de
Aquino nos recuerda que «es necesario que meditemos
continuamente la Palabra de Dios (...); esta meditación
ayuda poderosamente en la lucha contra el pecado ».

Cumplir la Palabra. No basta con escuchar la Palabra; es


preciso cumplirla si queremos ser miembros de la familia de
Dios. ¡Debemos poner en práctica aquello que nos dice! Por
eso será bueno que nos preguntemos si solamente obedezco
cuando lo que se me pide me gusta o es relativamente fácil ,
y, por el contrario, si cuando hay que renunciar al bienestar,
a la propia fama, a los bienes materiales o al tiempo
disponible para el descanso..., pongo la Palabra entre
paréntesis hasta que vengan tiempos mejores . Pidamos a la
Virgen María que escuchemos como Ella y cumplamos la
Palabra de Dios para andar así por el camino que conduce a
la felicidad duradera.
LUCAS 15 DEL 25 AL 27
ESTA PARÁBOLA NOS HABLA DEL INMENSO AMOR DE DIOS
QUE RECIBE, DEL ENORME AMOR DE DIOS POR LA
HUMANIDAD, POR ESA CREACIÓN QUE ÉL HIZO CON EL ÚNICO
PROPÓSITO QUE LE DIERA LA HONRA Y LA GLORIA QUE SOLO
ÉL MERECE.
EL HIJO PRODIGO EN ESTE MENOR GIRA LA HISTORIA
APARENTE, PUES ES QUIEN HILA LAS TRES ESCENAS DE ESTA
PARÁBOLA, EL PECADO (DESOBEDIENCIA, REBELDÍA), EL
ARREPENTIMIENTO (SUFRIMIENTO, NECESIDAD) Y EL PERDÓN
(MISERICORDIA, AMOR, CARIÑO).

LA PARABOLA TIENE DOS PARTES BIEN MARCADAS:

- LA PRIMERA ALEJAMIENTO Y REGRESO DEL HIJO MENOR


- SEGUNDA PARTE INVITACION A UNA CAMBIO DEL HIJO
MAYOR

AL RESPECTO Me gustaría reflexionar en ella, pero quizás en unos


puntos específicos.  Si pensamos en el hijo y lo que le pide al padre (su
herencia) podemos pensar que en realidad el hijo le está diciendo al
padre…. Padre tu estas muerto para mí, no quiero vivir contigo, no
quiero saber más de ti, me importa más el dinero, dame mi parte y me
voy…. Quizás es fuerte pensarlo de esa manera, pero eso es lo que él
estaba diciendo en otras palabras.  Al pedir su parte de la herencia, la
cual solo se da cuando una persona muere, el hijo estaba diciéndole al
padre que ya no importaba para él.

¿Ahora piensa cuantas veces no le has dicho a Dios… ¿Padre


estas muerto para mí, dame lo que me pertenece y no te necesito?
¿Cuántas veces le has dicho al Padre, yo puedo solo, yo quiero
hacer las cosas a mi manera?

Más adelante vemos en la parábola que el hijo gasto todo el dinero,


paso hambre al punto de buscar trabajo cuidando cerdos (el hijo
prodigo era judío y para los judíos el cerdo es lo más vil o bajo que hay
en el mundo, un trabajo de cuidar cerdos es lo más bajo que un judío
puede llegar) y tenía tanta hambre que quería comer la basura que les
daban a los cerdos.  Pero reacciono, se dio cuenta que tenía un padre
rico, y decide pedir perdón.  Estando lejos el padre lo ve y EL PADRE
CORRE HACIA EL y lo perdona. Es importante pensar que el padre lo
vio de lejos, lo cual me dice que el padre estaba siempre buscando,
siempre esperando, siempre ansioso por su hijo, tanto que corrió hacia
el hijo (los reyes en esos tiempos no corrían hacia las personas, eran
muy importantes, las personas corrían hacia ellos, pero a este padre no
le importo) lo perdono y lo restauro a miembro de la familia (un anillo).

¿Ahora piensa cuantas veces te ha perdonado Dios? Él está


esperando, ansioso por verte para correr hacia ti y perdonarte,
ponerte el anillo para que seas parte de la familia.  ¿Quieres ser
perdonado?

El otro hermano o hijo mayor se molesta por que celebran el regreso de


su hermano, pero nunca han celebrado que él ha estado presente sin
falta.  Que él siempre ha sido el hijo “ejemplar”.

¿Ahora piensa cuantas veces has juzgado a otros porque son


pecadores? ¿Cuántas veces piensas que por que estas en la
iglesia, porque estas en grupos de oraciones, en grupos de
estudios bíblicos, porque sigues los mandamientos, porque oras,
porque rezas, porque vas a misa… que mereces algo de Dios, o
piensas que los “otros” son pecadores porque no buscan de Dios
como tú? Pídele a Dios que te ilumine para no tener una
mentalidad como el hijo mayor.

Lo hermoso de nuestro Dios es que es misericordioso. Él está


esperando verte cerca (no te obliga) para correr hacia ti, perdonarte,
amarte y hacerte parte de la familia (ponerte el anillo).

El anillo y las sandalias que el padre dio al hijo. El anillo común en esos
días, era un sello. Un sello servía como la firma personalizada del
dueño. Al darle el anillo a su hijo, el padre le estaba diciendo que
nuevamente tenía acceso a su riqueza y herencia y que podía actuar
de su parte legalmente en cualquier momento. impresionante de la
misericordia y generosidad del padre.

Pero también le dio sandalias. Simbólicamente, esto podía significar


que el padre no le estaba quitando su libertad, ¡que lo dejaba libre para
irse de nuevo con su herencia!. El padre recibe nuevamente a su hijo
en el seno de la familia con todos los derechos y privilegios que esto
conlleva y, sin embargo, lo deja libre. Libre para ser fiel al amor del
padre o libre para pecar de nuevo. Qué misericordia absolutamente
desmesurada.
En conclusión, significa que fue justificado y hecho
completamente apto para ser aceptado en la casa del padre.
Además. Hasta aquí, vemos a Cristo como justicia que justifica a
los pecadores externamente, al Espíritu como el sello, y el poder
de la salvación del Padre que separa del mundo al pecador
arrepentido.
Vemos que Cristo también es el becerro gordo que nos llena de la
vida divina para que lo disfrutemos. El padre, el hijo que regresó y
todos los demás podían disfrutar de este becerro gordo. Y
entonces “comenzaron a regocijarse”.
VEAMOS LAS TRES CONSECUENCIAS DE LAS ACCIONES DEL
PRODIGO:
1.    QUEDÓ DESNUDO, LA DESNUDEZ LE PROVOCÓ CULPA Y LA
CULPA LE TRAJO CONDENACIÓN
2.    QUEDÓ SIN ANILLO, NO TENÍA AUTORIDAD POR ENDE NO
PODÍA OBTENER NADA
3.    QUEDÓ DESCALZO, QUEDÓ SIN HERENCIA
QUE REPRESENTAN EL PADRE Y SUS DOS HIJOS.

El padre representa a Dios, Padre nuestro por el Bautismo.

El hijo menor simboliza al pecador, que pide la parte de su herencia, es


decir, todos los bienes espirituales y materiales que ha recibido de
Dios, para malgastarlos en una vida de pecado, lejos de su Padre.

El hijo mayor simboliza al justo, aquél que no se ha separado de Dios


por el pecado, pero orgulloso y envidioso. No acepta que su padre se
alegre de la vuelta de su hijo menor, porque es un pecador. Es la
actitud del fariseo, que desprecia a los demás porque no son como él o
porque son pecadores.
No sabemos qué fue del hijo mayor de la parábola, pero podemos
suponerlo. Si el virtuoso se deja llevar por la soberbia, termina peor que
los pecadores a quienes desprecia, porque Dios rechaza a los
soberbios. Nuestro Señor comía con pecadores para convertirlos;
perdonó a la Magdalena, a la mujer adúltera y a Zaqueo, el recaudador.
Imitemos su actitud cuidando de no caer en los peligros del orgullo, que
es ceguera espiritual. Sigamos a la Santísima Virgen María, que se
hizo la “Esclava del Señor”, siendo la Madre de Dios. La virtud sin
humildad no es verdadera y es peligrosa.
Meditación del Papa Francisco

Pedro con el arrojo que le caracteriza le pide casi una prueba: “Señor si eres tú,
hazme caminar hacia ti sobre las aguas”; y Jesús le dice “¡Ven!”. Pedro baja de la
barca y pone a caminar sobre el agua, pero el viento fuerte azota y comienza a
hundirse. Entonces grita: “¡Señor, sálvame!”, y Jesús le tiende la mano y lo
levanta.
Esta narración es una hermosa imagen de la fe del apóstol Pedro. En la voz de
Jesús que le dice “Ven”, él reconoce el eco del primer encuentro orillas de aquel
mismo lago y en seguida, nuevamente, deja la barca y va hacia el Maestro. ¡Y
camina sobre las aguas! La respuesta confiada y pronta al llamado del Señor
hace cumplir siempre cosas extraordinarias.
Jesús ahora mismo nos decía que nosotros somos capaces de hacer milagros
con nuestra fe: la fe en Él, en su palabra, la fe en su amor.
En cambio, Pedro comienza a hundirse cuando que quita la mirada de Jesús y se
deja influenciar por las circunstancias que lo circundan.
Pero el Señor está siempre allí, y cuando Pedro lo invoca, Jesús lo salva del
peligro. En la persona de Pedro, con sus entusiasmos y debilidades, se describe
nuestra fe: siempre frágil y pobre, inquieta y a pesar de todo victoriosa, la fe del
cristiano camina hacia el Señor resucitado, en medio a las tormentas y peligros
del mundo.

Es muy importante también la escena final: “Apenas subieron a la barca en viento


cesó. Aquellos que estaban en la barca se postraron delante de Él diciéndole:
'¡Realmente eres el Hijo de Dios!'

Reflexión
Caminar sobre las aguas, ¡qué proeza!, está fuera de nuestro alcance. Por eso
sucede que cuando leemos estas líneas no lleguemos a penetrar su mensaje
hasta el fondo.

Entonces, ¿cuál es la clave de lectura?


Pedro no camina hasta que Jesús le dice: Ven. También Jesús nos dice esa
palabra en diversas ocasiones al día: cada vez que nos viene a la mente una
buena obra: hacer un favor, dar una limosna, etc. Es posible que no nos demos
cuenta de esta realidad, pero es Dios quien nos inspira esos pensamientos.

Las dificultades llegan cuando nos pide algo más, un sacrificio mayor. Es
entonces cuando sentimos que nuestras pasiones se rebelan y nos echamos
atrás. Aquella posibilidad de avanzar se ha convertido en un fracaso, en un
naufragio. ¿Por qué?

Veamos qué le sucedió a Pedro. Al principio se asustó al ver a Jesús, que llegaba
de forma tan inesperada. Pero al ver que era Él, se sintió seguro, y a la voz de su
Maestro comenzó a dar los primeros pasos. ¿Y luego? Dudó, tuvo miedo, no
confió en el poder de Cristo para continuar adelante, y empezó a hundirse. Lo
que le faltaba era fe.
Con fe, Pedro hubiera cruzado a pie todo el lago. Con fe, nosotros también
seríamos capaces de los mayores milagros. Si tuviéramos un poquito de fe, nos
sorprenderíamos de hasta dónde podemos llegar.
Pedro Camina sobre las Aguas – Reflexión en Mateo 14:25-33

En el evangelio de Mateo, la de Pedro caminando hacia Jesús sobre las


aguas. Esta historia quizá tenga que ver con el papel particular que cumple el
discípulo, ya que, a diferencia de sus compañeros, el decidió al escuchar la voz
de su Maestro y salir de la barca, para alcanzar lo imposible en dirección a Jesús.

Sin embargo, además que la Biblia dice que “andaba sobre las aguas” (Mt
14:29), también menciona que de un momento a otro simplemente cayó (Mt
14:30), y por lo visto, aun sabiendo Jesús la respuesta, la pregunta que le planteo
fue “¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mt 14:31).

Si miramos el relato con detalle, podemos notar que Pedro salió de la barca al
escuchar la voz de Jesús, sin embargo, se detuvo cuando empezó a considerar
todo lo que se encontraba a su alrededor, quitó la mirada de Jesús y se olvidó del
principio básico, que andamos por fe y no por vista.

Porque por fe andamos, no por vista (2 Co 5:7).

Generalmente muchas personas hemos experimentado esta misma situación en


nuestro caminar con el Señor. Quizás no caminamos sobre las aguas, pero si
muchas veces sobre situaciones difíciles. Si colocamos nuestra mirada en la ola
de problemas que se levantan cerca de nosotros sin buscar ayuda de Dios,
también terminaremos desesperados y hundiéndonos. Por lo tanto, a fin de
mantener nuestra fe en medio de las tormentas, mantengamos los ojos en el
poder de Cristo y no en nuestra incapacidad.

Y es que en realidad la mayor parte del tiempo, el caer en el temor tiene una
relación directa con nuestra falta de confianza de lo que Dios dice de nosotros,
que somos hijos amados, sentados a Su diestra en los lugares celestiales,
entonces, ¿Por qué surge el miedo? Porque no terminamos nunca de incorporar
esta realidad.

Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús (Ef 2:6).

No vemos las cosas como son, sino como somos, lo que creemos determina
nuestro modo de afrontar la vida, y si seguimos pensando que somos aquellos
que estamos alejados de la presencia de Dios jamás vamos a poder apropiarnos
de las promesas a las que tenemos acceso a través de Su Hijo, donde al ser
perfeccionados en ese amor ya no hay temor.

En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos


confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este
mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el
temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido
perfeccionado en el amor (1 Juan 4:17-18)
Vivimos expuestos a la tempestad
Como los discípulos en este mundo vivimos expuestos a la tempestad. Por
tempestad podemos entender entre otras cosas:

-La persecución o el rechazo por intentar vivir la moral cristiana en un mundo que
la acepta cada vez menos y es hostil a esta moral. Tal vez en nuestro caso no es
una persecución de tortura y de muerte, pero si en pequeñas cosas, como la
exclusión de grupos, lugares, burlas, agresiones verbales y hasta condena social.

-Las adversidades personales, cuando las cosas no salen como nosotros las
pensamos, sea en el trabajo, en la familia o en la perdida sea de algún ser
querido, un trabajo, algo material, una relación, etc.

-Las tentaciones del maligno para alejarnos de la vida de gracia, dentro de las
cuales, una de las más terrible puede ser la duda en la fe.

Somos probados en la fe para nuestro progreso en la santidad

Ocurre sobre todo en las personas que tienen la voluntad de progresar en el


camino de santidad que nuestro Señor permite que seamos tentados en la fe,
como Pedro cuando caminaba sobre el agua y dudo, sea por la duda misma en la
fe o por una adversidad como las antes mencionada.

Suele ocurrir que en la adversidad y aun en la oración nos viene la duda, esto se
manifiesta en preguntas interiores tales como: ¿Qué estoy haciendo acá?, ¿En
verdad Dios existe?, si existe, ¿se va a fijar en mí y en mi problema?, ¡Mejor veo
cómo puedo arreglarlo por mi cuenta¡, y otras dudas similares con que el
demonio nos puede tentar para alejarnos de Dios.

Cuando esto ocurre debemos saber que esto no es malo, sino que justamente es
para nuestro bien y debemos pasar por esto si queremos avanzar en el camino
hacia la unión con nuestro Creador.

En estos casos debemos confirmar nuestra fe como hizo Pedro diciéndole “Señor
sálvame”. Ir delante de Cristo vivo en el sagrario y decirle: ¡Señor, si creo, acepto
esta prueba, pero ayúdame a pasarla, porque soy frágil, para mí solo es muy duro
y tengo miedo, solo en vos confío y en vos todo lo espero!

También es muy recomendable en estas situaciones pedir el auxilio y compañía


de nuestra Madre María, mediadora de todas las gracias. Ella sin duda
intercederá por la ayuda divina.

San Pablo nos dirá en su carta a los Corintios:  Hasta ahora, ustedes no tuvieron
tentaciones que superen sus fuerzas humanas. Dios es fiel, y él no permitirá que
sean tentados más allá de sus fuerzas. Al contrario, en el momento de la
tentación, les dará el medio de librarse de ella, y los ayudará a soportarla. (Cor I
10,13).
Es decir, no pretendamos soportar la prueba con orgullo y soberbia, más bien
pidamos a nuestro Señor los medios como lo hizo Pedro y así confirmaremos
nuestra fe y habremos progresado en el camino a la patria Celestial.

San Ignacio de Loyola habla de momentos de desolación y momentos de


consolación y en nuestra vida terrenal continuamente uno sucede al otro, así lo
dispone Dios para nuestro progreso.

En los tiempos de consolación es cuando sentimos una gran presencia de Dios


en nuestra alma y nuestra vida, es el momento de tomar fuerza y confianza para
lo que vendrá.

Los momentos de desolación son los momentos de prueba, donde parece que
Dios se retira y nosotros mediante la voluntad debemos confirmar nuestra fe. Son
estos momentos donde más debemos recurrir a la oración, a los sacramentos y a
la meditación de la palabra de Dios.

En los momentos de desolación también es bueno recordar los momentos que


vivimos de consolación, esto fortalece la esperanza.
18.-"Jesús se acercó y les habló así: «Me ha sido dada toda autoridad en el
Cielo y en la tierra. 19.Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis
discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo, 20.y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a
ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.»"
— Mateo 28,18–20

¿QUE SIGNIFICA SER UN BUEN DISCIPULO


La Biblia, fuente de enseñanza y de sabiduría por excelencia, va más lejos y
dice: “El discípulo no está por encima de a su maestro; pero si se deja
formar se parecerá a  su maestro” (Lucas 6:40).
Ser discípulo no es solamente oír la enseñanza y aplicarla, sino es ponerla
en práctica una y otra vez… ¡hasta ser perfeccionado, y volverse como el
Maestro!
Jesús encarnaba plenamente lo que enseñaba: el amor, el perdón, la
compasión, la honestidad… A lo largo de los Evangelios vemos cómo Él
vivía lo que enseñaba.
Permíteme hacerles una pregunta: ¿Somos cada vez más y más como
Jesús?
 Imagino que tratas de parecerte a Él, y te animo a ello. Sé que amas al
Señor y que deseas conocerle más, así como a Su Palabra.
Este proceso de transformación interna para ser más como Jesús
ciertamente no es fácil, pero es necesario. Cultiva el carácter de Jesús en
ti. No dejes de actuar como Él lo haría en cada situación, querido(a)
hermano(a): con pasión, amor y compasión. ¡Así, Su naturaleza se revelará
en todo lo que emprendas, a fin que el mundo vea a Cristo en ti, ¡esperanza
de gloria! (Colosenses 1:27).
CLAVES PARA SER DISCIPULOS DE JESUS
*ENTENDER QUE EL AGUA DE VIDA ES JESUS. - JESUS ES TODA
RESPUESTA PARA TODA SED, EN LA MUJER SAMARITANA EN EL
CAPITULO DE JUAN 4, 6-SS
6 Jesús, cansado por la caminata, se sentó al borde del pozo. Era cerca del
mediodía. 7 Fue entonces cuando una mujer samaritana llegó para sacar
agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber.» 8 Los discípulos se habían ido al
pueblo para comprar algo de comer.
9 La samaritana le dijo: «¿Cómo tú, que eres judío, me pides de beber a mí,
que soy una mujer samaritana?» (Se sabe que los judíos no tratan con los
samaritanos). 10 Jesús le dijo: «Si conocieras el don de Dios, si supieras
quién es el que te pide de beber, tú misma le pedirías agua viva y él te la
daría.»
11 Ella le dijo: «Señor, no tienes con qué sacar agua y el pozo es profundo.
¿Dónde vas a conseguir esa agua viva? 12 Nuestro antepasado Jacob nos
dio este pozo, del cual bebió él, sus hijos y sus animales; ¿eres acaso más
grande que él?»
13 Jesús le dijo: «El que beba de esta agua volverá a tener sed, 14 pero el
que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener sed. El agua que yo
le daré se convertirá en él en un chorro que salta has ta la vida eterna.»
15 La mujer le dijo: «Señor, dame de esa agua, y así ya no sufriré la sed ni
tendré que volver aquí a sacar agua.» 16 Jesús le dijo: «Vete, llama a tu
marido y vuelve acá.» 17 La mujer contestó: «No tengo marido.» Jesús le
dijo: «Has dicho bien que no tienes marido, 18 pues has tenido cinco
maridos, y el que tienes ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad.»
19 La mujer contestó: «Señor, veo que eres profeta. 20 Nuestros padres
siempre vinieron a este cerro para adorar a Dios y ustedes, los judíos, ¿no
dicen que Jerusalén es el lugar en que se debe adorar a Dios?»
21 Jesús le dijo: «Créeme, mujer: Llega la hora en que ustedes adorarán al
Padre, pero ya no será “en este cerro” o “en Jerusalén”. 22 Us te des, los
samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que no so tros, los judíos,
adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los
judíos. 23 Pero llega la hora, y ya estamos en ella, en que los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. 24 Entonces serán
verdaderos adoradores del Padre, tal como él mismo los quiere. Dios es
espíritu, y los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y en verdad.»
25 La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías (que es el Cristo), está por venir;
cuando venga nos enseñará todo.» 26 Jesús le dijo: «Ese soy yo, el que
habla contigo.»
*PERMANECER EN LAS BATALLAS. - POR MAS ADVERSIDADES QUE ME
VENGAN YO TENGO QUE ESTAR CON JESUS, YO TENGO QUE ACEPTAR
SU VOLUNTAD, NO QUIERE DECIR PORQUE SOY DISCIPULO NO ME VAN
A VENIR PROBLEMAS, DIFICULTADES, ME VENDRAN, PERO TENGO QUE
ESTAR COGIDO DE LA MANO DE JESUS.
OTRA CLAVE ES MARIA. - ELLA ES LA PRIMERA DISCIPULA DE JESUS,
ELLA PERMANECE AL LADO DE JESUS, ELLA ESTA PENDIENTE EN
TODO, JUAN 2, 1-11 EN LAS BODAS DE CANAA
El primer milagro, en la boda de Caná:1 Tres días más tarde se celebraba
una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. 2 También fue
invitado Jesús a la boda con sus discípulos. 3 Sucedió que se terminó el
vino pre parado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de
Jesús le dijo: «No tienen vino.» 4 Jesús le respondió: «Qué quieres de mí,
Mujer? Aún no ha llegado mi hora.»
5 Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.»
6 Había allí seis recipientes de piedra, de los que usan los judíos para sus
purificaciones, de unos cien litros de capacidad cada uno. 7 Jesús dijo:
«Llenen de agua esos recipientes.» Y los llenaron hasta el borde. 8 «Saquen
ahora, les dijo, y llévenle al mayordomo.» Y ellos se lo llevaron.
9 Después de probar el agua convertida en vino, el mayordomo llamó al
novio, pues no sabía de dónde provenía, a pesar de que lo sabían los
sirvientes que habían sacado el agua. 10 Y le dijo: «Todo el mundo sirve al
principio el vino mejor, y cuando ya todos han bebido bastante, les dan el
de menos calidad; pero tú has dejado el mejor vino para el final.»
11 Esta señal milagrosa fue la primera, y Jesús la hizo en Caná de Galilea.
Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.
EN LA HORA DE LA MUERTE DE JESUS PERMANECIO MARIA JUNTO A EL
* SER DISCIPULO DE JESUS ES PASAR DE LA OSCURIDAD A LA LUZ. –UN
EJEMPLO CLAVE ES EN EL CAPITULO 3 ES CUANDO NICODEMO VA A
VER A JESUS
Jesús y Nicodemo: hay que nacer de nuevo
3
:B:1 Entre los fariseos había un personaje judío llamado Nicodemo. Este fue
de noche a ver a Jesús y le dijo: 2 «Rabbí, sabemos que has venido de parte
de Dios como maestro, porque nadie puede hacer señales milagrosas como
las que tú haces, a no ser que Dios esté con él.»
3 Jesús le contestó: «En verdad te digo que nadie puede ver el Reino de
Dios si no nace de nuevo desde arriba.»
4 Nicodemo le dijo: «¿Cómo renacerá el hombre ya viejo? ¿Quién volverá al
seno de su madre para nacer una segunda vez?» 5 Jesús le contestó: «En
verdad te digo: El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en
el Reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del
Espíritu es espíritu.
7 No te extrañes de que te haya dicho: “Necesitan nacer de nuevo desde
arriba”. 8 El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, pero no sabes
de dónde viene ni adónde va. Lo mismo le sucede al que ha nacido del
Espíritu.»
*OTRA CLAVE ES SER DISCIPULO NOS LLAMA A CONVERSION, EN JUAN
20,13-16
13 Le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?» Les respondió: «Porque se han
llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
14 Dicho esto, se dio vuelta y vio a Jesús allí, de pie, pero no sabía que era
Jesús. 15 Jesús le dijo: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella
creyó que era el cuidador del huerto y le contestó: «Señor, si tú lo has
llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.»
16 Jesús le dijo: «María». Ella se dio la vuelta y le dijo: «Rabboní», que
quiere decir «Maestro». 

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