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1 Corintios 10:23-11:1

La madurez cristiana se desarrolla cuando buscamos la glorificar


a Dios en todas las cosas.

“Porque: TODA CARNE ES COMO LA HIERBA, Y TODA SU


GLORIA COMO LA FLOR DE LA HIERBA. SÉCASE LA HIERBA,
CÁESE LA FLOR, MAS LA PALABRA DEL SEÑOR PERMANECE
PARA SIEMPRE. Y esta es la palabra que os fue predicada.”
(1Pe 1:24-25)

El apóstol Pablo viene culminando su respuesta a la pregunta


que le hicieron en el cap. 8, “¿Puede el creyente comer carne
sacrificada a un ídolo? Una situación especifica que era parte de
aquellos días en que en los templos a los dioses griegos era
común sacrificar animales a estos dioses y comer parte de esta
carne en el templo, parte en la casa y otra parte que sobraba se
vendía en los mercados.
No es un problema en nuestros días, cuando uno va al super, no
le pregunta al carnicero si la carne ha sido sacrificada a algún
ídolo. Pero Dios nos enseña a través del apóstol Pablo que el
problema real o que la necesidad primaria allí es aprender a
hacer uso de la libertad cristiana, o sea, como conducirnos
cuando estamos delante de una situación que en si misma no es
pecaminosa, pero que puede convertirse en pecaminosa según
la motivación que guía la conducta de uno. En este caso, para
muchos que eran recién convertidos y salían de esta condición,
el comer carne sacrificada era abominable porque estaba
relacionada a la vida pasada de idolatría, y para los incrédulos
podría significar una aprobación a lo que estaban haciendo.
Por eso dedicó todos estos caps. para mostrar que debemos ser
maduros para entender que, aunque hay cosas que
necesariamente no son pecaminosas, pero si hace tropezar a un
hermano que da los primeros pasos en la fe, debo evitar, de lo
contrario peco, no solo contra el hermano sino contra Cristo
8:12. El creyente debe ser maduro y evitar toda conducta que
pueda ser de traba, de impedimento para la edificación de los
creyentes y para que los incrédulos sean conducidos a Cristo,
debo hacer todo por amor al evangelio, para ser partícipe de él
9:23.
Después de dar ejemplos de mal uso de la libertad cristiana, de
como uno puede desagradar a Dios aun siendo hijo de Dios,
ahora va a concluir con el tema. Dios tiene más para
enseñarnos aquí y nosotros tenemos algo más para aprender.
Los vs. que están por adelante presentan principios bíblicos que
revelan la esencia del evangelio, y cuando estos principios son
absueltos por el creyente y aplicados a su vivir diario habrá
crecimiento en madurez. ¿Cuál es la esencia del evangelio
revelada en este texto?
La esencia del evangelio es hacer todas las cosas para la gloria
de Dios, teniendo Cristo como nuestra mayor referencia y
cuidando a los demás…
Resumen del texto:
Mi libertad debe ser limitad por este principio mayor que es la
gloria de Dios, todas las cosas que yo hago en la vida debe
tener como propósito final que Dios reciba la gloria debida, yo
debo hacer todo para Su gloria, y si tengo que renunciar
derechos y privilegios para que Él sea glorificado, debo hacerlo…
lo que debemos buscar por sobre todas las cosas no es lo que
me agrada a mí, sino lo que le agrada a Dios, no lo que me trae
reconocimiento o satisfacción personal, sino gloria a Dios.
Mis preferencias, mis deseos, mis propósitos deben ser
condicionados y conformados con aquello que glorifica a Dios, y
si no es así, y si Él no es la causa motivadora debo abandonar
Y texto nos muestra dos áreas que debemos cuidar, que en
resumen abarcan el vivir del cristiano, es decir, en todo lo que
hago para la gloria de Dios, yo debo buscar la edificación de los
hermanos y la expansión del evangelio…
LA FIGURA CENTRAL ES - Jesús renunció Sus derechos y
privilegios para hacer la voluntad del Padre, mostrándonos
como debe comportarse un hijo de Dios.
Solo un creyente inmaduro resistirá a renunciar sus derechos y
privilegios por la causa de la gloria de Dios, edificación del
hermano y expansión del reino de Dios.
La resistencia en buscar la gloria de Dios por sobre todas las
cosas afectará su testimonio, afectará a otros creyentes y
afectará la relación personal con Dios. Israel…
Y terminará teniendo un reflejo que no es el reflejo de Cristo, el
cual no debe ser imitado.
Preguntas:
¿Cuán dispuesto estás a renunciar tu voluntad para edificar a
tus hermanos?
¿Cuán dispuesto estás a renunciar tu voluntad para el progreso
del evangelio?
¿Cuán dispuesto estás a renunciar tus derechos para glorificar a
Dios?
¿En tu relación de seguir a Jesús cuán parecido sos con Él?
¿Cuál es la razón que te mueve o quien es el modelo que tenés
para tomar decisiones?
¿Cuándo tenés que tratar con otras personas que es lo que te
motiva, o quien es tu modelo para hacerlo?
El texto de esta mañana nos desafía a vaciarnos de nosotros
mismos y a buscar renovar nuestras mentes con la palabra de
Dios, para que a través de estos principios crezcamos para
aquello que hemos sido llamados en Cristo, glorificar a Dios,
edificar a los hermanos y proclamar el evangelio.
3 Principios en el texto que conducen a la madurez cristiana:
1- Para crecer en madurez debemos aprender a buscar el bien
del otro – 23-24 - 2- Para crecer en madurez debemos cuidar de
la conciencia – 25-30 - 3- Para crecer en madurez debemos
hacer todo para la gloria de Dios imitando a Cristo – 31-11:1

1- Para crecer en madurez debemos aprender a buscar el


bien del otro – 23-24
Pablo vuelve a mencionar lo que ya había dicho en 6:12: “Todas
las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas
las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por
ninguna.” (1Co 6:12 LBA)
Los corintios se jactaban es que podrían hacer lo que les
antojaba. Una sociedad moderna y libertina. Algo con el cual los
creyentes tenían que luchar, pues muchas veces pensamientos
mundanos son convertidos en pensamientos evangélicos, pero
no tienen que ver con la esencia del evangelio.
Dos extremos legalismo (una lista de lo que puede y no puede
hacer) el otro es antinomianismo, estamos debajo de la gracia y
no de la ley, todos es permitido. Yo hago lo que a mí me parece
mejor, lo que me hace sentirme bien.
Un dicho que era común entre los corintios y que había
adentrado en la iglesia, pero que Pablo en realidad no está
respaldando, porque no es una verdad bíblica. No todo es licito.
Asesinato no es licito, robar, desobedecer a los padres,
adulterio, fornicación, idolatría, etc. Mencionó varias cosas en
esta epístola que no son licitas. No todas las cosas son licitas,
permitidas, correctas.
Hay cosas que la palabra de Dios permite y hay cosas que
prohíbe. Hay cosas que en la libertad cristiana tenemos
privilegio de decidir guiados por los principios bíblicos: lo que
comemos, como nos vestimos, que hacemos con tiempo libre,
etc. Pero aun en estas áreas, que son “licitas” debemos
cuidarnos porque no queremos ser esclavizadas por ellas,
dominadas a tal punto que afecte nuestra relación con Dios, con
nuestros hermanos y nuestro testimonio en Cristo.
La repetición es didáctica, es pedagógica, busca enfatizar e
inculcar la enseñanza. No todo es licito.
No todas las cosas son benéficas (conviene) para el crecimiento
espiritual, ni todas las cosas contribuyen para la proclamación
del evangelio. En ultima estancia no todas las cosas que aun
siendo legitimas glorifican a Dios si no son guiadas por este
deseo.
Y en las cosas que tengo la libertad para decidir debo ser
cuidadoso para que sea de provecho, de beneficio espiritual y
que traiga edificación crecimiento. ¿Para quién? El v. 24
direcciona hacia quien usamos nuestra libertad, el primer
principio busca quitar los ojos de uno mismo y poner en el otro.
El primer principio para el crecimiento en madurez, para
glorificar a Dios es busque el bien del otro, como hizo
Jesucristo.
En la vida cristiana no hay lugar para llenarse de sí mismo,
seguir a Jesús es un llamado para hacer morir el yo. Cristo no te
salvó para que viviera para ti mismo, para que viviera para tus
propósitos. Cristo nos salvó para que nos vaciemos de nosotros
mismos y nos llenemos de Él, para que dejáramos de vivir para
nosotros y viviéramos para Él, no para que fuéramos superiores
o más importantes que los demás, sino que nos humilláramos
delante de los demás.
Este camino no es un camino fácil, agradable. Naturalmente no
es lo que deseamos, por eso debemos ser quebrantado a diario
por la palabra de Dios, necesitamos del obrar del E.S.,
convenciéndonos a diario de nuestra necesidad y
conduciéndonos a abrazar lo que es agradable a los ojos de Dios
y que glorifica Su Santo nombre.
Jesús vivió entre los hombres no solo para revelar quien era
sino para dejarnos ejemplo de cómo deberíamos vivir. O sea, la
biblia no busca que solo conozcamos acerca de Él, sino que
vivamos como Él vivió. Y nuestro desafío es conocerlo, y ver
como Él vivió y encajar, acomodar nuestras vidas dentro de este
modelo.
El gran problema es que nosotros no queremos verdaderamente
el modelo de Jesucristo, porque el modelo de Jesucristo nos
muestra que Él para vivir para la gloria de Dios, para agradarlo
en todo renunció Su propia voluntad. Jesús nos enseña que el
que quiera ser el mayor sea siervo de todos, y que quiere ser
primero sea último, siendo Señor soberano se humilla delante
de Sus discípulos dice Juan 13:12-17, lavando sus pies, y mira a
ellos y dice vayan y hagan lo mismo.
“Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó su manto, y
sentándose a la mesa otra vez, les dijo: ¿Sabéis lo que os he
hecho? Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y tenéis razón,
porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies,
vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os
he dado ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros
también hagáis. En verdad, en verdad os digo: un siervo no es
mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que le
envió. Si sabéis esto, seréis felices si lo practicáis.” (Jn. 13:12-
17)
Nadie busque su interés sino del otro… La preocupación cristiana
aquí no es caer bien a las personas haciendo lo que es
políticamente correcto. Buscar el bien del otro es buscar ser de
estímulo, de ayuda para el crecimiento del otro. Buscar el bien
del otro es aclarado por lo que dijo antes, buscar lo que es de
edificación.
El camino hacia la madurez que Dios ha trazado para nosotros
pasa por la humillación, pasa por ponerme NO en primero lugar
sino en ultimo. Uno no entra para ganar sino para renunciar, y
lo hace con alegría, en paz. Porque sabe que es lo Dios quiere,
lo que le agrada y al final será de provecho de beneficio para
ambos.
La palabra edificar hace referencia a la construcción de un
edificio, que es usado de manera figurada para mostrar nuestra
responsabilidad en el cuerpo de Cristo. No es destruir, no es
romper las paredes, no es dañar la edificación.
En el v.24 se presenta el primer principio, tenés que dejar de
vivir una vida centrada en ti mismo. Tenes que dejar de solo
pensar en tu bien estar y de ignorar el bien de los demás. El
mayor bien que podemos aportar a otro creyente es apoyarlo en
su crecimiento, edificación. El mayor bien que podemos aportar
a los incrédulos es el mensaje de salvación en Cristo. Pero si
estamos ensimismado, solo preocupado por nosotros o por
nuestras cosas, no habrá ningún compromiso con la edificación
de los demás y con la proclamación del evangelio.
Buscar el bien del otro es una enseñanza que revela la esencia
del evangelio, de lo que agrada a Dios, de lo que le trae gloria,
de lo que impacta el mundo:
“Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los
otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos
a los otros.” (Jn 13:34 LBA)
Yo no hago nada de mal para otros. Yo cuido a mi vida.
La enseñanza aquí es que dejemos de mirar solo para nosotros,
solo para nuestros deseos, solo para nuestros problemas, solo
para nuestras ocupaciones.
Hay muchos que viven una vida lejos, distanciados, sin
involucrarse con la vida común de los hermanos. “Yo no puedo.
No cuenten conmigo. A mí se me complica…”
Nunca vi un pueblo tan complicado como los creyentes, con
tanta frecuencia se excusan de sus responsabilidades diciendo
se me complicó…”
Abran en Fip. 2:1-4:
“Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún
consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún
afecto y compasión, haced completo mi gozo, siendo del mismo
sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu,
dedicados a un mismo propósito. Nada hagáis por egoísmo o
por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de
vosotros considere al otro como más importante que a sí
mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más
bien los intereses de los demás.” (Fip. 2:1-4 LBA)
Si mis acciones, si mi conducta negligencia a los demás, si no
promueve la edificación de otros, debo abandonar.
“Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra,
daos preferencia unos a otros;” (Rom 12:10)
“Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno
para su edificación.” (Rom 15:2)
Todos estos vs. revelan la esencia del evangelio que es que los
hermanos convivan, que estén juntos, que dejen de lado todo
proyecto, todo propósito que te distancie de la comunión, del
convivio con los hermanos para que pueda ser de edificación y
ser edificado mutuamente.
Nosotros no somos libres para hacer lo que nos antoja, el
principio aquí es que, en mis decisiones, en mis planes debo
considerar como esto afectará mi responsabilidad en la
edificación de los hermanos. Existe una responsabilidad en el
cuerpo de Cristo, en que lo que uno hace afecta al otro, lo que
pasa a uno tiene implicaciones en la vida de otros.
Escuche bien, no existe autonomía en la vida cristiana, no existe
cada uno de por sí. Somos miembros los uno de los otros.
No busque su propio bien… Este es el principio establecido por
Dios para todo discípulo de Jesucristo.
La madurez se evidenciará a la medida que busquemos aplicar
este principio en nuestro caminar con Cristo.
¿Estamos dispuestos a salir de aquí con esta perspectiva?

Primera conclusión:
Vivimos en una sociedad enfermizamente individualista, y como
cristianos debemos alejarnos de todo comportamiento mundano
para imitar a Jesucristo.
Cuando uno mira a este mandamiento puede reaccionar con
indiferencia y seguir en la misma.
Puede reaccionar con asombro y decir eso es muy difícil, aquí
uno está comenzando a entender el reino de Dios.
Por último, puede mirar con humildad y decirle al Señor, he
fallado, me he manejado con egoísmo, he sido indiferente al
convivio con los hermanos y con el deseo de edificarlos. Me
cuesta buscar el bien del otro porque estoy tan preocupado con
mi propio bien. Señor ayúdame a glorificarte en esta área,
ayúdame a seguir tu ejemplo. Que esta sea nuestra oración en
esta mañana.
1 Corintios 10:23-11:1 (2ª parte)
La madurez cristiana se desarrolla cuando buscamos la gloria de
Dios en todas las cosas.

Semana pasada empezamos a mirar este texto donde el apóstol


Pablo está concluyendo la respuesta que le hicieron en el cap. 8
acerca de comer carne que ha sido sacrificada a ídolos. Como
hemos mencionado, esto era una realidad muy presente en
aquella cultura y tiempo, donde en la adoración a los falsos
dioses ellos presentaban ofrendas de animales bueyes,
corderos, buscando aplacar la ira de los dioses o recibir
cualquier favor para sus deseos o necesidades. Esta practica no
ha cesado, en el mundo moderno por más que parezca ridículo
se hace, los umbandistas, y varias religiones tribales en
diferente partes del mundo. Pero la realidad de la idolatría es
demostrada una vez más todo hombre es un adorador, sino
tiene a Cristo Jesús como Señor y salvador adora a los
demonios, aunque no tenga este tipo de prácticas aquí
mencionado, la única posibilidad de escapar de la idolatría y
tener una relación personal con El Único Dios verdadero es a
través de la fe en Jesucristo.
Fue lo que pasó en Corinto, muchos habían creído en Jesucristo
y dejado toda forma de idolatría del pasado. En la iglesia había
personas que habían venido del contexto donde se ofrecía carne
a los ídolos y para ellos la idea de comer carne era siempre una
lucha pues la posibilidad de que esta carne hubiera sido
sacrificada a un ídolo era muy grande. Por otro lado, había
creyentes que entendían que los dioses falsos son invenciones
de la mente humana, que en realidad no los ídolos no son nada,
por lo tanto, la carne sigue siendo carne y no pasa nada si uno
come la carne. Esto generaba un conflicto entre los hermanos,
donde los que tenían un entendimiento bíblico desconsideraban
aquellos que estaban dando sus primeros pasos en la vida
cristiana hiriéndoles la conciencia, haciéndoles pensar que no
importa mucho lo que uno hace o como uno vive la vida
cristiana…
En la conclusión Pablo después de haber dado varias
enseñanzas y ejemplos, termina diciendo que debemos
aprender a hacer uso de nuestra libertad cristiana, aunque es
cierto, que hay cosas que la biblia no condena ni prohíbe, pero
por amor a mis hermanos y para la edificación de ellos, yo
renuncio mis derechos y privilegios para ayudarlos a crecer en
su fe en lugar de ser de tropiezo y de traba, y de igual manera
hago lo mismo para con los incrédulos, busco vivir una vida
entre ellos donde evito todo aquello que pueda escandalizar o
confundir, haciendo aquello que pueda mostrarle una vida y un
carácter transformado, para que Dios sea glorificado…
¿Cuál es la motivación por detrás de todo eso o quien es un
ejemplo que nos inspira a vivir de esta manera?
Pablo concluye diciendo la motivación ultima o razón que
gobierna todo debe ser una sola, la gloria de Dios, agradarle a
Dios, que Dios sea reconocido y adorado por todos los hombres,
y el ejemplo que nos inspira es Jesucristo.
Hicimos algunas preguntas para pensar en el texto, vamos a
repetirlas:
¿Cuán dispuesto estoy a renunciar mi voluntad para edificar a
mis hermanos?
¿Cuán dispuesto estás a renunciar tu voluntad para el progreso
del evangelio?
¿Cuán dispuesto estás a renunciar tus derechos para glorificar a
Dios?
¿En tu relación de seguir a Jesús cuán parecido sos con Él?
¿Cuál es la razón que te mueve o quien es el modelo que tenés
para tomar decisiones?
¿Cuándo tenés que tratar con otras personas que es lo que te
motiva, o quien es tu modelo para hacerlo?
En estos últimos versículos el texto nos desafía a vaciarnos de
nosotros mismos y a buscar renovar nuestras mentes con la
palabra de Dios, para que a través de estos principios
crezcamos para aquello que hemos sido llamados en Cristo,
glorificar a Dios, edificar a los hermanos y proclamar el
evangelio.
3 Principios en el texto que conducen a la madurez cristiana:
1- Para crecer en madurez debemos aprender a buscar el bien
del otro – 23-24 - 2- Para crecer en madurez debemos cuidar de
la conciencia – 25-30 - 3- Para crecer en madurez debemos
hacer todo para la gloria de Dios imitando a Cristo – 31-11:1
Edificación – Conciencia y gloria.
Ya vimos el primer principio:
1- Para crecer en madurez debemos aprender a buscar el bien
del otro – 23-24
No todo es licito, no todo es permitido, porque no todo es de
provecho, no todo es conveniente, y no todo produce
edificación, hay cosas que, aunque necesariamente no sean
pecaminosas no convienen, porque no traen edificación a los
hermanos.
La esencia del evangelio nos enseña que debemos buscar el
bien del otro, antes que mi propio bien, que si para edificar y
fortalecer a otro creyente debo renunciar algún aspecto de mi
libertad debo hacerlo, si para acercar a alguien a Cristo debo
abstenerme de algo que tengo libertad para hacerlo, lo haré con
alegría, pues nada me dará mayor alegría que ver personas
adorando a Dios y creciendo en Sus caminos.
Vamos al segundo principio…
2- Para crecer en madurez debemos cuidar de la conciencia –
25-30
En los vs. 25 a 30, el texto nos presenta ejemplos donde el
apóstol aplica el primer principio y la razón porque lo hacemos.
Es decir, menciona 2 situaciones donde uno tiene que ejercer
su libertad en Cristo con sabiduría, buscando el bien del otro,
cuidando su propia conciencia y la del otro.
La palabra conciencia es clave en estos vs., vean que ella
aparece 5 x. Lo primero que debemos entender es lo que
significa la conciencia desde la perspectiva bíblica.
La palabra conciencia aparece 30x en el N.T., 19 en los escritos
de Pablo, 5 x en este texto.
Definición. La consciencia es la facultad en el hombre mediante
la cual él distingue entre lo moralmente bueno y lo malo, lo que
le lleva a hacer lo que él reconoce que está bien y que a su vez
lo estorba para hacer aquello que él entiende está mal, que
emite un juicio sobre sus actos y que ejecuta ese juicio dentro
de su alma. Es el sentido moral que permite al individuo
reconocer la justicia, equidad, bondad o maldad de su propia
conducta. La biblia llama eso de la ley escrita en el corazón
Rom. 2:15, algo que Dios puso en todo ser humano, y que
permanece a pesar de la caída. El problema es que la caída
afectó profundamente esta facultad que Dios nos ha dado, que
sin la palabra de Dios (la ley escrita) no podemos hacer juicio
correcto.
En la regeneración, cuando nacemos del evangelio por la fe en
Cristo, nuestra conciencia va siendo renovada, restaurada, y
aprendemos como nuestra conciencia fue afectada y de como
necesitamos de la palabra de Dios. (Heb. 9, 10 la conciencia ha
sido lavada, purificada por la sangre de Cristo)
Ahora vemos que hay ciertas cosas que la palabra de Dios me
permite hacer sin que mi conciencia sea afectada, pues no es
condenable delante de Dios. En este caso comer carne.
La conciencia debe ser siempre guiada por la palabra de Dios, es
decir, si la biblia no condena, si ella permite, tengo la libertad
de hacerlo sin que me conciencia sea manchada, pero, la biblia
limita nuestra libertad cuando eso es causa de ofensa a la
conciencia de otro. Las escrituras…
Como dijo Martin Lutero: “mi conciencia, mi mente está cautiva
a la palabra de Dios”.
Así como la conciencia puede ser cauterizada en aquellos que no
tienen la palabra de Dios, ella puede ser fortalecida en aquellos
que reciben y aplican la palabra de Dios a sus vidas.
Así la primera enseñanza (v.25) es que cuando vaya al mercado
comprar carne no pregunte al carnicero nada, por motivo de
conciencia. La de él y la del carnicero.
El v. 26, dice… Es una mención del Salmo 24:1. “Del SEÑOR es
la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que en él
habitan.”
Un cantico cantado por los israelitas en reconocimiento que todo
lo que ellos tienen, no procede de ellos sino procede de Dios,
por eso le deben dar gracias a Dios por todas las cosas. Se
cantaba para dar gracias a Dios por Su providencia, en especial
x la comida. El principio de dar gracias por la comida tenía como
trasfondo este salmo. Algunos daban gracias antes de comer, y
otros daban después de comer. Cual es lo correcto, ambos están
bien, uno puede dar gracias antes, durante y después.
La comida y la bebida forman parte de la buena creación de
Dios.
“Porque todo lo creado por Dios es bueno y nada se debe
rechazar si se recibe con acción de gracias; porque es
santificado mediante la palabra de Dios y la oración.” (1Ti 4:4-
5 LBA)
Comer es una de las grandes bendiciones que Dios nos ha dado,
algunos comen para vivir, y otros viven para comer… Aquí
también debemos ser cuidadosos, v. 30 debemos hacerlo para
la gloria de Dios. No pregunte, compre, de gracias y coma
porque todo alimento procede de Dios.
Una segunda situación es presentada en el v. 27-28. Un
incrédulo te invita a comer, a cenar en su casa, coma de todo
que se pone en la mesa sin preguntar nada. Por motivo de
conciencia… La de uno mismo y la de los demás. En el v. 28
agrega una situación en este contexto, la idea es que hay
alguien más que te acompaña/está presente (si alguien) que no
es el dueño de la casa que te invitó, la idea es que sea un
creyente que tiene luchas con comer carne sacrificada, y este
hermano dice esta carne ha sido… no comas, por motivo de
conciencia. Repite el texto del salmo, pero con énfasis de que el
objetivo siempre es agradar a Dios y no satisfacer a uno mismo.
“Del Señor es la tierra y su plenitud”. Todo es del Señor (la
comida y el hermano). Y nosotros como personas maduras lo
sabemos. Pero no así el que recién comienza en el camino. La
abstinencia busca el bien del otro primero…
v.29ª, especifica aquí que la preocupación es de no ser tropiezo,
de no herir la conciencia, de no ser de desanimo para otro
creyente.
Un creyente pudiera presentar objeciones diciendo:
¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por la conciencia ajena?
Si participo con agradecimiento, ¿por qué he de ser censurado a
causa de aquello por lo cual doy gracias?
La idea es que uno pudiera decir, ¿por qué me pueden condenar
por algo que es legítimo, o por el cual la palabra de Dios me da
libertad? La respuesta a estas preguntas ya se había presentado
desde el cap. 8, la falta está en el mal uso de la libertad, cuando
el conocimiento atropella el amor al otro, ignora el bien del otro,
entonces es vanidad, es ser causa de tropiezo y es pecar contra
Cristo.
¿Por qué mi libertad tiene que ser restringida por la conciencia
del otro? Juan Calvino comenta al texto, no es que el otro
controla mi conciencia, sino que mi alegría en verlo creciendo es
mayor que mi deseo de hacer uso de mi libertad.
Cuide la conciencia, la tuya, primero, haga todo lo que sea
guiado por las escrituras, no porque se siente bien o porque no
te sientes mal. Andar con la conciencia limpia delante de Dios,
es una señal de madurez, es señal que la palabra de Dios esta
siendo aplicada a nuestras vidas.
Cuide la conciencia del otro, si hemos progresado es por la
gracia de Dios y por el amor y dedicación de muchos, haga lo
mismo, no mida esfuerzo para ayudar otros a crecer y fortalecer
su conciencia con la palabra de Dios.

3- Para crecer en madurez debemos hacer todo para la gloria de


Dios imitando a Cristo – 31-11:1
El último principio presentado en el texto es el principio mayor o
la regla general que rige, guía la vida de todo creyente. El cierre
busca eliminar todo tipo de objeciones que uno pueda presentar
en defensa propria cuando actúa en la vida cristiana. La
progresión del texto va así: lo que estás haciendo ¿trae
edificación para los hermanos? No lo haga. Lo que estás
haciendo ¿fortalece o debilita la conciencia tuya y de otros? Si
debilita, si hiere, no lo haga.
Y ahora termina con el principio mayor, que es la gloria de Dios.
La libertad no es el bien último en la vida de un creyente. El
propósito de usar nuestra libertad cuidadosa y
desinteresadamente es el de glorificar a Dios.
Lo que hacemos o dejamos de hacer en última instancia no
tiene que ver con nosotros mismos ni con los demás, sino con
agradar a Dios. Yo quiero agradar a Dios y quiero que otros
agraden a Dios, por eso no debo medir esfuerzo y no debo
descuidar ninguna esfera de mi vida. Desde las cosas más
triviales como comer y beber, hasta las cosas más complejas
que es la relación con los demás, no puede haber otra razón o
motivación que no sea la gloria de Dios.
La idea de comer y beber aparece en el contexto de las cosas
ofrecidas a los ídolos, pero no queda limitado a eso. Pablo nos
está diciendo que aun en las cosas más ordinarias, rutinarias y
que parecen no ser espirituales en la vida, tales como el comer
y el beber, procuremos glorificar a Dios. Su gloria debe abarcar
todas las esferas de nuestras vidas.
Los compositores famosos del siglo 17-18 como Johanes
Sebatian Bach, Friederich Hendel, Cristoph Graupner. Al final de
sus composiciones ponían tres letras S.D.G. – Soli Deo Gloria,
era un principio que orientaba sus vidas. Jesús alegría de los
hombres. Aleluya de Hendel – principio norteador…
La madurez espiritual alcanzará su mayor desarrollo cuando
este principio sea aplicado a nuestras vidas, es aquí donde
abandonamos toda actividad egocéntrica…
Poner la gloria de Dios ante cualquier otra consideración debe
ser la meta mayor de todo creyente, Pablo estaba dispuesto a
pagar cualquier precio, aún ceder sus propios derechos para
glorificar a Dios, edificar a los hermanos y proclamar el
evangelio.
No solamente cuando coméis o bebéis, sino todo lo que hagáis,
hacedlo todo para la gloria de Dios.
Una persona o vive de manera que honra a Dios o lo deshonra.
Israel falló en este sentido. Idolatría - Mi gloria no la daré…
La gloria de Dios es Su suprema preocupación y debería ser
también la nuestra. Dios es deshonrado cuando alguien peca,
pero lo es especialmente cuando peca su propio pueblo.
Lo contrario también es verdad, Dios es especialmente honrado
y glorificado cuando su pueblo es fiel y obediente.
v.32-33 - Pablo se preocupa y se esfuerza para no ser de
tropiezo para nadie (no agradar a los hombres – glorificar a
Dios). Para salvar algunos y para edificar a otros Pablo restringe
su libertad. El creyente no pierde la restringe para algo mayor.
Termina diciendo en 11:1 – sed mis imitadores…
Las palabras de Pablo lejos de ser una vanagloria es una
invitación a que todos juntos hagamos lo mismo, seamos
imitadores de Cristo.
Pablo podía decir a los corintios con confianza siguieran su
ejemplo, porque había vivido 18 meses entre ellos mostrándoles
como uno debe renunciar sus derechos, sus privilegios para
glorificar a Dios siguiendo el ejemplo de Cristo, quien puso a un
lado sus derechos por el bien de otros, el que se “despojó a sí
mismo, tomando la forma de siervo” y “se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil.
2:7-8).
11:1 – Cristo fue el ejemplo supremo en buscar el bien de los
demás abandonando, renunciando Su propio beneficio.
Así la lección – no es ¿Qué haría Jesús en mis pasos?
Esta no es la pregunta que debemos hacer. La pregunta
correcta es, ¿qué cosas hizo Jesús que yo debo imitar? En lugar
de vivir conjeturando las posibilidades, debemos conocer las
escrituras para actuar de manera coherente. No es Jesús quien
anda en nuestros pasos somos nosotros quien andamos en Sus
pisadas 1 Juan 2:6. “El que dice que permanece en Él, debe
andar como Él anduvo.”

Conclusión:
La madurez cristiana se desarrolla cuando buscamos la gloria de
Dios en todas las cosas:
Buscando el bien del otro – cuidando la conciencia (mía y de
otros), glorificando a Dios en todo imitando a Jesucristo.
Amar a Dios con todo nuestro ser y al prójimo como a nosotros
mismos.
Cuando eso pasa a ser una realidad diaria en nuestras vidas,
pasamos a crecer, empezamos a experimentar cambios en
nuestras vidas, en nuestro hogar, en el lugar donde trabajamos,
en la iglesia. Entienda que el cambio necesariamente no será en
los demás, sino en uno mismo, pero impactará a los demás.
La razón por la cual no crecemos, no maduramos, la razón por
la cual las cosas no van bien en el hogar, en el trabajo, en la
iglesia, es porque rehusamos a acomodar, a moldear nuestras
vidas al ejemplo de Cristo. Nuestra dificultad con el ejemplo de
Cristo es que no creemos que hacer las cosas para la gloria de
Dios nos traerá mayor gozo.
Cuando Cristo es el referente, cuando Su modelo es nuestra
guía, entonces las cosas comienzan a cambiar, comenzamos a
avanzar en nuestra vida de madurez, y la razón o motivación
que nos guía pasa a ser la gloria de Dios.
El cristianismo tiene que ver con aprender de Jesús, de Sus
enseñanzas y de Su vida ejemplar. En Antioquia los discípulos
fueron llamados por primera vez cristianos.
Cuando un creyente aprende a vivir como Jesucristo, las
evidencias de la madurez se manifiestan en su vida, y Dios es
glorificado en diferentes áreas de su vida.
No nos olvidemos, hay hermanos que nos están mirando con
frecuencia para ver cómo se debe vivir la vida cristiana. Nuestro
comportamiento será imitado por alguien, si estamos imitando a
Cristo, ellos serán guiados al mejor ejemplo.
No nos olvidemos que hay incrédulos que nos están mirando
con frecuencia, nuestra vida es las escrituras que leen, es El
Cristo que ven. Que nuestro proceder en Cristo sea una puerta
abierta para hablarles de Cristo.

¿Servirá para glorificar a Dios? ¿Ofenderá a otras personas?


¿Traerá beneficio y edificará a otros?

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