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Estos muros tienen una larga historia que data del siglo XVIII, cuando fueron
construidos para que el sol golpeara un lado, lo que les permitiría ser utilizados para
cultivar fruta. Son especialmente populares en Suffolk, una región que tiene el doble de
ejemplares que el resto del Reino Unido.
El ejemplar más antiguo se encuentra en Easton, la arrugada pared del tobillo que se
ubica desde la antigua casa solariega hasta la iglesia de Todos los Santos.
Al ser un muro ondulado, con su característica forma curva, incluso tiene un parecido al
cuerpo de una serpiente. Hecho con ladrillos, este no requiere ni pilares, contrafuertes
y/o muelles, ya que la misma forma le proporciona la fuerza generada de su arco en
cada curva la resistencia y estabilidad que necesita para mantenerse en pie.
Comparado con un muro tradicional de forma lineal o recto, que requiere de pilares o
castillos en cierta distancia, aún así puede derrumbarse con un empuje horizontal, y es
ahí la diferencia de ambos, aunque también se contempla el menor uso de material
para el muro ondulado.
Aunque suelen ser de gran altura, alcanzando los 6 metros en algunos casos, son algo
complicado de realizar, ya que se requiere amplia experiencia asi como conocimientos
de albañilería, matemáticos, físicos, arquitectónicos e ingeniera
Las paredes onduladas de los tobillos resisten las fuerzas horizontales, como el viento,
más que una pared recta. Entonces, si la alternativa a una pared arrugada de un solo
ladrillo de espesor es una pared recta de dos o más ladrillos de espesor, la primera
ahorra material
La cantidad de material utilizado en la pared es proporcional al producto de su longitud
y espesor. Suponga que la pared tiene la forma de una onda sinusoidal y considere una
sección de pared de 2π de largo. Si la pared tiene la forma de un pecado (θ), entonces
necesitamos encontrar la longitud del arco de esta curva.
El diseño serpenteante de la pared aumenta el área de superficie, lo que permite más
material radiante que las paredes rectas