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Facilitador Participante
Juan Ascanio Maholys Perez
C.I.: 25.350.884
Un gerente debe tomar muchas decisiones todos los días. Algunas de ellas son
decisiones de rutina mientras que otras tienen una repercusión drástica en las operaciones
de la empresa donde trabaja. Algunas de estas decisiones podrían involucrar la ganancia o
pérdida de grandes sumas de dinero o el cumplimiento o incumplimiento de la misión y las
metas de la empresa. En este mundo cada vez más complejo, la dificultad de las tareas de
los decisores aumenta día a día. El gerente (una persona que tiene un problema) debe
responder con rapidez a los acontecimientos que parecen ocurrir a un ritmo cada vez más
veloz. Además, un gerente debe asimilar a su decisión un conjunto de opciones y
consecuencias que muchas veces resulta desconcertante.
Por otro lado, tenemos el nivel operativo, donde las decisiones se basan
principalmente en aquellas actividades y rutinas cotidianas en la organización, siendo en un
sentido general de impactos a corto plazo, y cuyas consecuencias pueden ser reversibles si
los resultados tienden a ser no deseados.
El modelo racional también procurar predecir, o al menos tener cierto control sobre
las consecuencias que las decisiones a tomar puedan tener a corto, mediano y largo plazo.
Por último, se tiene el modelo político, más frecuentemente observado dentro de las
organizaciones, ya se que basa en el principio de coacción y persuasión por parte de la alta
gerencia hacia los rangos inferiores, esto con el fin de que las decisiones procuren objetivos
e intereses propios antes que colectivos.
A raíz de los métodos anteriormente descritos se tienen además los llamados estilos
de tomas de decisiones, entre los que se tienen:
El estilo directivo implica que las personas que toman decisiones deben ser ágiles
para analizar y reaccionar en función de las necesidades o problemas que se puedan
presentar. Requieren de un nivel de lógica y razonamiento alto por parte de los decisores
para que el tiempo de respuesta sea el menor posible, y cuyas decisiones tiendan a ser las
más acertadas. Muchas veces tal lógica y razonamiento viene acompañada de una alta
experiencia frente a situaciones que requieran respuestas rápidas de manera calculada.
Tales estilos pueden combinarse dentro una organización para lograr objetivos a
corto, mediano y largo plazo. Esto se logra cuando los departamentos tienen cierto nivel de
autonomía para tomar decisiones internas y al mismo tiempo inferir gerencialmente en la
búsqueda de soluciones favorables para la organización como un todo.