Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Alistaron cada elemento sobre la mesa, con minuciosa dedicación. Los hilos dispuestos, cada
bisturí, pinzas, separadores, succionador, todo acomodado esperándola a ella.
Ella mientras tanto temblaba de pies a cabeza y él, trataba de calmarla: -Tranquila, todo pasará
pronto. Ya estarás bien.
La habitación se torna fría para ambos, las paredes se alargan de manera interminable. La
puerta se agiganta a un costado, sus bisagras rechinan al abrirse.
Una mujer vestida con chaqueta y pantalones estampados, de calzado blanco, se acerca a
ellos. Dirige su mirada hacia él y le dice que tendrá que esperar afuera, en la recepción, que
cuando terminen con ella le avisarán. Resignado, pero aún más preocupado, sale de la
habitación.
Al despertar se sentía tan rara… estaba otra vez en la habitación, con una sonda en el brazo,
conectada a u suero.
Rechina la puerta y con ojos entre inquietos y asustados entra él. Se acerca, la besa en la
frente, la acaricia suavemente. Le pregunta en voz baja: - ¿cómo te sentís? (Esperando que
estuviera aliviada)
Él en su interior recuerda la vez anterior en que escuchó esas mismas palabras… pocas horas
después lo habían anoticiado de aquella pérdida irreparable. Necesitaba que esta vez fuera
diferente, la idea de perderla a ella también lo aterraba.
A medida que pasaba la anestesia y las horas ambos recuperaban el aliento. Juntos
planificaban volver a caminar por aquella playa que se veía por la ventana.
Ella se adormece, él la mira con un amor infinito pensando en que ella se ha quedado con él…