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Silencio es una película que podría calificar como ambigua y por ello puedo entender la diversidad de

opiniones y sentimientos encontrados que suscita, pero considero que hay que verla con la profundidad que
se merece, con los detalles que nos muestra, y entender la complejidad que se está intentando transmitir, y
que además, a nivel cinematográfico, considero que Scorsese ha conseguido realizar una obra maestra.

La película muestra las flaquezas humanas y la debilidad en la fe en un contexto lleno de dolor y sufrimiento,
y dentro de toda esa complejidad, la película sobre todo nos plantea preguntas.
Scorsese no retrata ni mucho menos la vivencia auténtica de la fe, tampoco hace apología de la apostasía, y
tampoco presenta un análisis histórico de aquellos hechos. Me da la impresión de que, lo que finalmente hace
es lanzarnos interrogantes. Quizá llegue a sacudir más a aquellos espectadores que no han llegado a
plantearse cuestiones trascendentales, pero también creo que es una sacudida para todos los cristianos, que de
la mano del protagonista, les pueden surgir las mismas preguntas que le inundan a él en un momento dado de
la película:

“What have I done for Christ?


What am I doing for Christ?
What will I do for Christ?”

La película muestra la heroicidad de los mártires, yo personalmente no pude evitar sentirme sobrecogida con
la escena de los mártires del mar, aunque puedo entender que se haya dicho que Scorsese no ha entendido en
profundidad lo que significa realmente ser mártir; parece que se queda admirado porque resisten y aguantan,
pero no consigue llegar al fondo donde se encuentra esa esperanza del Cielo, ese sentido al sufrimiento, ese
amor tan grande que queda exaltado en aquellos mártires que morían perdonando a sus verdugos. La sangre
de los mártires es semilla de nuevos cristianos. Pero aun así no creo que nadie que haya visto la película
quedara indiferente ante aquella escena y ese cántico de Mokichi previo a morir.

Scorsese también plasma el dolor de aquellos que niegan su fe, es por lo que defiendo que la película no hace
apología de la apostasía. Entendemos en sus ojos y en sus lágrimas que les vence su propia humanidad, el
creer que pueden tener ellos mismos las fuerzas para soportar y entender tanto dolor. Se vuelven cobardes y
finalmente se muestra la debilidad de una fe que no encuentra a Dios en el silencio y en el sufrimiento. Que
han confiado en su débil corazón en lugar de entregarlo a Dios. Es por ello que si el martirio es una gracia,
Rodrigues, que confía en sus propias fuerzas, acaba sucumbiendo y derrotado. Termina llevando una vida
aparentemente cómoda pero profundamente triste, se puede interpretar que su renuncia a la fe, su apostasía,
ha anulado su identidad.

Además, cabe destacar que en el momento en que Rodrigues pisa la imagen de Cristo, suena un gallo, lo cual
hace referencia a las negaciones de Pedro. ¿Podemos entender su debilidad? Sí, pero no por ello hace su acto
ejemplar. Se muestra una flaqueza comprensible, pero no modélica. Y lo interesante aquí quizá sea más la
empatía que se puede sentir, ponerse en la piel y pensar: “¿qué haría yo?” Y esta es una de las cosas que
engrandece al Cine: la capadidad de removernos por dentro, de salir de la sala y entrar en debate, de mirarse
a uno mismo y generar interrogantes.

Se muestra constantemente la debilidad de Rodrigues, y en sus rezos queda manifestada su búsqueda de


Cristo, cómo siente haberle perdido en el silencio, y cómo acaba rendido ante la incomprensión del dolor y a
la sensación de abandono. Pero aun con eso la película sigue mostrando el infinito amor de Jesús, que
comparte nuestro dolor y perdona sin medida nuestras caídas; que Dios es más grande, y se enamora de
nosotros aun con nuestra debilidad, nuestro pecado.

Es cierto que Rodrigues no es el perfecto cristiano, seguramente lo hubiese sido si se hubiese quedado en
Portugal, pero percibe como algo que está en su corazón ir a Japón en busca de Ferreira, y aun intuyendo el
peligro y el horror que se va a encontrar, decide tomar la misión con valentía y creo que eso le ennoblece.
Desde que llegan a Tomogi, vamos conociendo el corazón de nuestro protagonista y todas sus tribulaciones.
Se siente abrumado por el amor de los campesinos, por la manera en que viven su fe con tanto peligro
alrededor y se pregunta por qué tienen que sufrir tanto, por qué Dios los eligió para llevar tal carga. Y reza
para que Garupe y él tengan la fuerza para ayudarles.
Cuando Rodrigues va a Goto por primera vez me parece uno de los momentos más bellos de toda la película,
donde dice sentir a Dios muy cerca entre la miseria y la pobreza de esa gente.

“But Christ did not die for the good


and beautiful. That is easy enough.
The hard thing is to die for the
miserable and corrupt. But here I knew
I was one of them, and I shared the
hunger of their spirit”

En Goto bautiza a unos cien adultos y niños, innumerables confesiones, celebra misas y sobre todo: la
confesión de Kichijiro, la cual a pesar de haber visto la película ya tres veces, me sigue conmoviendo.

El personaje de Kichijiro me resulta muy humano, el reflejo de todos nosotros, que cometemos el mismo
error constantemente, y acudimos a la confesión pidiendo perdón para volver a caer, y Dios nos recibe y nos
perdona igual. Porque conoce nuestro corazón, y Su misericordia es infinita.

Pero volviendo al análisis de Rodrigues, seguimos percibiendo su debilidad por ejemplo cuando Mokichi le
regala el pequeño crucifijo hecho a mano, y le dice: “Tu fe me da fuerza, ojalá pudiese yo darte tanto”. Es
consciente de su pequeñez y su fragilidad y por eso se abruma y admira a estos hombres que realmente han
dejado y entregado todo su miedo y su sufrimiento a las manos de Dios, y en este caso yo me meto en la piel
de Rodrigues para mirar entre lágrimas a Mokichi sabiendo a lo que se enfrenta y no puedo más que sentir
amor y admiración, y en la piel del jesuita rezaría también para tener esa fuerza, o para que me inundara el
amor tan grande de Dios y que Él fuera mi fortaleza, porque como decía: sin Dios no somos nada, si
confiamos en nuestras propias fuerzas, ya hemos fracasado. Y por ello este comienzo de la película con los
dos jesuitas en Tomogi y Goto, con la escena de los mártires en el mar aunque no refleje de manera clara la
esencia del martirio, remueve el corazón y considero que sí nos acerca al amor de Dios.

Después, cuando Rodrigues es capturado, parece que se mantiene fuerte, que permanece firme en su fe, al
menos queda así plasmado en sus diálogos con el intérprete o con el inquisidor. Incluso cuando tiene el
primer encuentro con Ferreira y le dice: “eres una vergüenza.” Hasta minutos antes de apostatar está rezando
y dice: “I would bleed for You. I would die for You, if I knew You. Are You here? You were the joy of my
life. Now I am afraid of You. What can I do to feel your love for me again?” Se deja arrastrar por el miedo,
es derrotado por toda la tortura psicológica a la que ha sido sometido, y por ello puedes comprender su
angustia ante el silencio de Dios, que de pronto se impacienta y cae en la duda. Dice you were the joy of my
life, pero él ya no es el mismo que era cuando estaba en Portugal, su corazón más que engrandecerse y
apoyarse en el Amor, se ha vuelto pequeño y tembloroso, y para darle mayor gravedad al asunto, como si
todo lo que ha presenciado y por lo que ha pasado este hombre no fuera poco; Ferreira que era su mentor,
aquel que le había enseñado la fe y a rezar, el que le había mostrado a Dios, ha apostatado. Y encima aparece
como abogado del Diablo, escupiendo palabras llenas de veneno que se clavan en el corazón. Al menos yo
sentí como si lanzara un dardo en la escena de la celda de Rodrigues previa a apostatar cuando le dice:
“What would you do for them? Pray? I prayed too. It doesn’t help. Go on. Pray. But pray with your eyes
open.” Tiene que ser MUY duro que alguien que ha significado tanto para ti de pronto hable así.

Es en Ferreira y en este momento donde encuentro lo que más me ha descuadrado de la película: se me hizo
absolutamente incomprensible que después de ver a Ferreira, Rodrigues considerase acabar como él.
Puedo entender que en el momento de apostatar, Rodrigues lo haga para terminar con la agonía de los que
están siendo torturados, con la voz de Ferreira como la de una serpiente, el peso de no hallar refugio en Dios,
anulando así su fe y la pureza de su corazón. Pero lo que no puedo entender es que llegue a vivir una vida
como budista, que acabe requisando símbolos cristianos, que sea capaz al final de vivir él mismo en un
silencio de lo que es la Verdad, lo que él ha conocido y percibido como Verdad.

Al final la película te muestra que él nunca abandona su crucifijo, y el hecho de que sea su mujer la que se lo
coloque entre las manos abre la pregunta de: ¿habrá seguido predicando la palabra de Dios aun en la
clandestinidad? Si ha llegado a convertir a su mujer… Pero Scorsese deja ese tema demasiado abierto.

Aun así, en contra de lo que se ha dicho de la película criticando que anima a llevar la fe de manera
clandestina, me parece todo lo contrario: Scorsese nos presenta a Rodrigues después de apostatar como una
especie de zombie, ya no es el mismo, ha anulado su identidad, parece haberse puesto una máscara y se nota
que no es feliz. Sientes mayor amor hacia aquellos que han muerto por Cristo, hacia los que han entregado su
vida al negarse a pisar, los que se han agarrado a su fe y han sido coherentes y firmes. Encuentro en ellos
mayor libertad y cercanía a la Verdad, y por tanto, lo más ejemplar.

Rodrigues en definitiva me parece que nos da la mano a lo largo de toda la película para mostrarnos sus
batallas y aspectos tan humanos y tan complejos, que al final a pesar de su debilidad, y al haber conocido su
corazón a través de sus rezos, sus dudas y su sufrimiento, le perdonas todo. Yo al menos, con la “confesión”
final de Kichijiro, y con el crucifijo entre las manos en el plano final, abracé al personaje y pensé lo mismo
que dice la frase final: “Sólo Dios lo sabe”. Y por lo tanto, sólo Dios puede juzgar, pero no pude más que
sentir compasión y amor hacia su corazón tan débil, frágil y a la vez, tan humano.

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