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KG MacGregor
Créditos
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Renuncias
Descargo de responsabilidad: la siguiente historia contiene referencias
menores a estadísticas y otros procedimientos matemáticos. Si eres reacio
a este contenido, o si vives en un estado donde tales inferencias
numéricas están prohibidas, esta historia no es para ti.
Esta historia fue escrita para el Especial de San Valentín del 2004 en la
Royal Academy of Bards. Es una historia de dolor/consuelo, énfasis en el
consuelo. Gracias a la Academia por la invitación; y gracias a mi
Sweetcakes por su interminable inspiración para las historias de amor.
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enamorada
―Te lo cambiaré cualquier día por la clase de Frazier. ¡Nos está obligando
a escribir tres artículos, más un parcial y un final!
Nina Brown se rio entre dientes ante el intercambio entre los estudiantes
del master de primer año. Este era simplemente su segundo semestre del
programa; no tenían idea de lo que les esperaba el próximo año cuando
nadie los llevara de la mano. Una vez que superaran este primer año, si lo
lograban, encontrarían que su carga de trabajo se duplicaba y ya no
habría nadie diciéndoles qué pensar.
Ruby tenía un mantra para su personal; basura entra, basura sale. “Si no
pones buenos datos en la computadora, no obtiene buenos datos”. Ella
supervisaba de forma rutinaria sus encuestas y les informaba después de
las que consideraba difíciles o únicas. Su estilo práctico era más intrusivo
de lo que le gustaba a la mayoría de la gente, pero Ruby se tomaba su
trabajo en serio. Gracias a su diligencia, habitualmente detectaba errores
antes de que se convirtieran en parte de trabajos académicos o
presentaciones en conferencias. Estaba orgullosa de su trabajo, incluso si
no la admiraban particularmente como jefa.
obsoletas, pero lo que más le gustó del trabajo de Nina fue la forma
sencilla en que presentó sus hallazgos con el nuevo software de
estadística.
Justo a tiempo, Ruby entró en la habitación, con los brazos cargados con
materiales de capacitación, apilados alternativamente para una fácil
distribución.
―Buenos días a todos. Espero que hayan tenido unas buenas vacaciones.
Estoy muy entusiasmada con esta próxima ronda de encuestas, porque
como saben, este es un año de elecciones. La nueva encuesta tiene una
interesante batería de preguntas sobre propaganda política….
Nina se quedó un minuto para ver si Ruby necesitaba ayuda con sus
materiales, pero cuando la supervisora también salió corriendo, decidió
que sería un buen momento para ir al baño. Cuando entró en la
habitación de azulejos, vio que las demás tenían la misma idea.
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―Ella es tremenda, ¿verdad, Nina? ―Esta era Charlene, una
encuestadora de segundo año.
―De todos modos, sólo les estaba diciendo que Ruby siempre es así...
repasando hasta el último detalle como si no pudiéramos resolver nada
sin que ella nos diga exactamente qué hacer. ¡Y la lista de verificación!
No puedo creer que esté haciendo de inicio cada paso. Es tan...
compulsiva con todo esto.
Nina sabía cuándo vio la nueva lista de verificación de Ruby que los
encuestadores estarían quejándose por el papeleo. La experta en
estadística salió del váter y se dirigió al lavabo, consciente de que las dos
nuevas encuestadoras estarían interesadas en su opinión sobre la sesión
de capacitación de la mañana. Después de lavarse las manos, esponjó
su corto cabello rubio frente al espejo.
―Sí, pero tiene que haber algún tipo de... disminución del rendimiento. No
veo cómo todo el tiempo extra que dedicamos a este papeleo vaya a
hacer tanta diferencia en el futuro.
―No creo que sea una mala idea tener una lista de verificación. Mucha
gente se olvida de completar el registro de contactos... y algunas de las
encuestas que se entregaron el semestre pasado no tenían el
cuestionario complementario. Esos participantes tuvieron que ser
contactado de nuevo durante las vacaciones. ―Por Ruby y por mí,
mientras estabas en casa de vacaciones―. La lista de verificación hace
que todos se detengan y piensen en todos los pasos. No veo cómo eso
puede hacer daño.
―Gracias, Nina. Estoy lista para volver ahora. Tal vez podamos terminar
con esto en una hora más o menos... Me siento mal por tener a todos
despiertos cuando está claro que están tratando de dormir.
BBB
―Me preocupaba que ese pudiera ser el caso. ¿Puedes programar esa
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―Por eso me pagan mucho dinero. ―Ambas rieron. Mucho dinero y los
empleos públicos no iban de la mano.
―¿Qué crees que pasaría si elimináramos las palabras “como” y “ir” del
idioma inglés?
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―Silenciaríamos a toda una generación ―respondió Nina, complacida de
tener otro pequeño vistazo del sentido del humor de la supervisora.
―Claro. Eso sería genial. ―Porque creo que podría estar enamorada de
ti, Ruby Collins.
BBB
―Me temo que no. Probablemente tenga para otro año más o menos.
Estoy analizando los efectos de los apoyos editoriales en el resultado de
las elecciones para gobernador.
―Era mucho más interesante cuando lo empecé hace dos años. Ahora,
parece una carga. Créeme, es más de lo que alguna vez quise saber
sobre política estatal.
―Creo que todo es interesante. Ojalá entendiera las estadísticas tan bien
como tú. Leí muchos artículos que parecen interesantes, pero cuando
llego a los hallazgos, la mayoría de los números simplemente no tienen
sentido.
―Vaya, eso sería genial. Estaba pensando que podría tomar una clase
de actualización de estadística uno de estos días.
―No es una mala idea, pero me temo que la mayoría de los nuevos
estudios van más allá de aspectos que se incluyen en la primera clase de
estadísticas. Ahora que las computadoras están haciendo todas las
matemáticas, los números se están volviendo cada vez más
complicados.
1
Tulane: Universidad privada laica de Nueva Orleans (Luisiana)
Por alguna razón, a Nina le pareció extraño que Art hubiera hablado con
Ruby acerca de dónde había ido a la universidad, pero probablemente
fue sólo una conversación de rutina que habían tenido antes de que la
incorporaran el año pasado. Pero el porqué de cómo terminó en
Hartman no era exactamente una cosa fácil de responder.
―¿Creerías que fue Art Grimes? Siempre quise estudiar la política del sur;
es fascinante ver la dinámica a lo largo de los años. De todos modos, en
ese entonces él estaba publicando en el departamento de Ciencias
Políticas. Leí un par de sus estudios y solicité aquí. Tuve la suerte de
trabajar como su asistente de investigación mientras obtenía el master.
2
Ann Arbor: Universidad de Míchigan
personas que contrató. Y soy la única del personal además de él que ha
estado allí desde el primer día.
―¿Estás bien?
―Sí, estoy bien. Tengo estos... son como sofocos a veces, pero no es nada.
Supongo que debería llevarte a casa. ―Nina extendió la mano para ver
cuánto era su mitad de la cuenta, pero Ruby se la arrebató. ―Déjame
pagar. Sé lo que es ser un estudiante de doctorado. Además, te lo he
preguntado.
―¿Eso significa que tengo que pagar si te pido que vengas a almorzar
conmigo?
―Genial. Ahí está el auto del novio. Eso significa que probablemente haya
un perro muy grande en mi cama. ―Nina se inclinó sobre la consola para
agarrar su mochila del asiento trasero―. Gracias por rescatarme.
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Sí, o podrías llevarme a casa contigo ahora. Pero había dejado de llover
y estaban anunciando un mejor tiempo para mañana―. Creo que
probablemente caminaré... pero muchas gracias por la oferta.
Nina vio la sonrisa y sintió que sus rodillas temblaban un poco mientras
salía del Blazer.
―Gracias, Ruby. Gracias por todo. ―Oh, sí, Ruby Collins. Estoy enamorada
de ti.
BBB
―¡Te digo que esa mujer puede ser una perra! ―Charlene estaba de
nuevo en el baño de mujeres, quejándose de su jefa. Lo que no sabía era
que Nina estaba en el váter del final.
―¿Y por qué eso la convierte en una perra? ―Nina desafió, saliendo del
váter y dirigiéndose al lavabo.
―Nina, sabes cómo es ella. Sólo quiere que todo sea perfecto.
Veían a Charlene como una especie de líder, pero nadie aquí entendía
los datos tan bien como Nina, y por eso, le tenían mucho respeto,
especialmente en los primeros años.
―Sólo veo un lado, Charlene. Está bien... o está mal. ―Se volvió hacia las
demás para hacerles ver su punto―. Y si quieres aprender a hacerlo bien,
escucha a Ruby Collins.
BBB
―En primer lugar realizaría un análisis factorial para ver si hay algunos
conceptos ortogonales. Si no, deberíamos hacer una escala de
fiabilidad. ―Nina expuso las opciones estadísticas que pensó que
resolverían el problema y acordaron reunirse nuevamente cuando
obtuviera los resultados.
―Me gusta, Art. ―Le había tomado casi seis meses de recordatorios antes
de que dejara de llamarlo doctor Grimes. ―Pero la mejor parte de ser una
estadística en este proyecto es que puedo ver las respuestas antes que
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nadie.
El director sonrió.
―Sí, no es como si hubiera dinero en ello. Pero este tipo de entorno es una
opción para ti, ¿no? Me gustaría pensar que considerarías quedarte...
unirte a nuestro personal permanente aquí en el Instituto.
Por un momento, Nina no supo qué decir. Este era exactamente el tipo
de trabajo que quería, pero siempre pensó que tomarían a otro
estudiante de doctorado cuando se fuera.
―Claro, lo consideraría.
Ambos sabían que no era exactamente una oferta de trabajo, pero Nina
tuvo la clara impresión de que si las cosas salían bien durante el próximo
año, algo podría materializarse. Este tipo de trabajo era mucho mejor que
enseñar Introducción al Gobierno en una universidad estatal de tercer
nivel.
―Nina, no puedo responder eso. Pero tal vez deberías preguntarle. ―Su
tono era más una petición que una sugerencia.
Nina asintió.
―Bueno lo haré.
BBB
Nina golpeó suavemente la puerta con los nudillos y sostuvo una bandeja
con dos tazas humeantes.
―Seguro, entra.
―¿Te importa?
Nina sintió que su estómago se hundía de nuevo, tal como lo había hecho
cuando vio el rostro preocupado de Art.
―¿Una operación?
Ruby asintió.
―El médico dice que una de mis válvulas está dañada y que quieren
reemplazarla. Acabo de llamar hace un rato y programaron la cirugía
para el lunes.
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¡Lunes! Faltaban cuatro días para eso. Si era algo serio, Nina quería que
hicieran la cirugía hoy.
―Bueno, vivo sola, así que necesitaba encontrar un lugar para ir después
de salir del hospital, porque dicen que no podré quedarme sola durante
las primeras semanas. Encontré una vacante en el Falls Center.
―Lo sé, pero tienen algunas camas para pacientes convalecientes. Eso
es lo que sería yo. Si no voy a un lugar así, me harán quedarme en el
hospital. No puedo ir a casa sin alguien allí.
―No lo has hecho. Pero deberías haberlo hecho. Quiero ayudar, Ruby. No
tienes que pasar por esto sola.
―Puedo manejar eso. Ruby, pero este lugar puede funcionar sin las dos
por unos días. Tengo algunos días de vacaciones... y puedo traer cosas
conmigo para trabajar. ―La decisión de Nina estaba tomada.
―No puedo dejar que uses los días de vacaciones en esto. Esos son para
ti.
―Mira, tuve un accidente en mi bicicleta hace tres años y tuve que pasar
mucho tiempo en el hospital. Yo era como tú... bueno, tenía una
compañera de cuarto, pero no podía pedirle ayuda para que me
cuidara ni nada, porque en realidad no estábamos tan unidas. Pero sé lo
que es sentir que estás sola. ―Nina se inclinó sobre la mesa y puso su mano
sobre la muñeca de Ruby―. Y no quiero que te sientas así... porque no
estás sola.
BBB
―Pensé que se suponía que los gatos eran distantes ―dijo Nina mientras
el gato negro atigrado daba dos vueltas y se dejaba caer en su regazo.
―Creo que Spooky sabe que eres todo lo que se interpone entre él y la
residencia canina durante las próximas semanas.
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Las dos mujeres habían limpiado la cocina y se estaban acomodando en
el estudio para relajarse antes de irse a la cama. Mañana era el gran día
y tenían que estar en el hospital a las cinco de la mañana. Estuvieron de
acuerdo en que era mejor que Nina pasara la noche.
―No es demasiado tarde para que se quede allí. Sé que hay un largo
camino hasta aquí cuando estás acostumbrada a estar cerca del
campus. ―La vieja casa de campo de Ruby estaba a unos veinte
kilómetros de la ciudad.
―Vas a tener que hacer algo al respecto. No es justo para ti tener visitas
en tu casa todo el tiempo.
―Sí lo sé. ―Nina se dio cuenta poco después de llegar a la casa de Ruby
que la mujer no quería hablar sobre su próxima cirugía. Así que mantuvo
la pequeña charla hasta las nueve, cuando ambas decidieron irse a la
cama.
―Sé que ya dije esto, Nina, pero realmente aprecio todo lo que estás
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Tiene miedo, se dio cuenta Nina. Por las cosas que había leído durante
los últimos días, sabía que esta cirugía no era un asunto menor; pero Nina
no estaba dispuesta a considerar la posibilidad de que Ruby no estuviera
bien. Suavemente, acarició la espalda de la mujer y comenzó a
balancearse, susurrando una y otra vez:
BBB
―¿Nina Brown?
―Cinco minutos. Eso es todo por ahora, pero puedes volver en otra hora.
Este era un momento para mostrar confianza y aliento, así que Nina
contuvo sus lágrimas y extendió la mano para tomar la de Ruby entre las
suyas.
―El médico ha dicho que todo ha salido bien. Y que vas a quedar como
nueva.
―Yo también.
BBB
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Nina vio a Ruby durante cinco minutos cada hora el lunes hasta que
cerraron la UCI a los visitantes a las seis. La enfermera estaba segura de
que su paciente sería trasladada a una habitación privada en algún
momento del martes, y le aconsejó a la rubia que regresara entonces.
BBB
―Ey, hola.
―Nina.
―¿Cómo te sientes?
Ruby asintió.
―Sí, pero me siento un poco mejor que esta mañana. Me han hecho
levantarme y sentarme en la silla... y he ido sola al baño.
―¡Eso es genial!
―Puedes decir lo que quieras, siempre y cuando eso signifique que estás
mejorando. ―Todavía sostenía la mano de Ruby entre la suya,
acariciándola suavemente, con cuidado de no interferir con el goteo
intravenoso―. Spooky durmió conmigo anoche.
―No me sorprende.
―Hay un par de cosas con las que siempre debemos tener cuidado con
estas incisiones. ―Dirigió sus palabras a Nina y estaba claro que esperaba
que ella viniera a ver de qué estaba hablando. Desde un punto de vista
práctico, era un poco tarde para que ella saliera corriendo de la
habitación.
―Esto debe lavarse todos los días con jabón y agua tibia. Debe estar
atenta a las filtraciones alrededor de estos puntos y buscar cualquier
enrojecimiento o calor inusual. Esta cinta debe caerse por sí sola después
de una semana aproximadamente.
BBB
Ruby agarró del brazo a Nina y del pasamanos con la otra mano,
deseando que sus piernas la llevaran por los escalones de la entrada al
porche. Se derrumbó en una silla y luchó por respirar.
―Recuérdame de nuevo por qué quería una casa de dos pisos con un
porche tan alto.
―No hay nada de malo en eso. Cualquiera puede dejarse llevar cuando
se emociona por algo. ―Nina se esforzó por pensar si alguna vez había
dicho o hecho algo que pudiera haber herido los sentimientos de Ruby―.
Sabes, siempre te he respetado mucho. Espero nunca haberte hecho
pensar lo contrario.
―No, tú no, Nina. Yo... entré al baño de mujeres una vez y te escuché
defendiéndome. Aprecié eso... significaba mucho. ―Ruby echó el brazo
hacia atrás para poder meterlo debajo de la manta.
―¿Tienes frío?
―Un poco.
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Nina cogió otra manta del respaldo del sofá y la extendió sobre la manta,
colocándola cómodamente alrededor de los pies de Ruby.
―¿Más?
Ruby se sonrió.
―No creo que ninguna de mis siestas sean decisiones conscientes estos
días. Parece que me duermo en los momentos más extraños.
BBB
―¿Qué es?
―Me duele.
―Eso fue hace casi cinco horas. Ahora puedes tomar más. ―Se levantó
para coger el frasco y un vaso de agua del baño principal―. Aquí tienes.
―¿Quieres hablar un rato o estás lista para intentar dormir? ―Se sentó en
el borde de la cama y puso su mano sobre el antebrazo de Ruby. Durante
la última semana, ambas se habían sentido bastante cómodas con estos
toques y caricias casuales. Nina incluso se propuso besar a su amiga en
la mejilla o en la frente cada vez que se iba.
Y fue así como llegaron las mujeres a pasar la noche juntas en la misma
cama.
BBB
Nina dejó la bandeja en la cómoda y abrió las cortinas para dejar entrar
la luz del sol.
―Vale, gracias. ―La mujer de cabello oscuro echó las mantas hacia atrás
y puso los pies en las pantuflas por el costado. Su bata cubría el sillón
orejero. Para cuando salió del baño, Nina ya había colocado la mesa de
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―Sí... sin cambios. Realmente no tienes que tratarme así. Debería poder
bajar a desayunar.
―Lo sé. Sólo pensé durante los primeros días que esto sería más fácil...
para que no tengas que subir las escaleras tantas veces. ―Nina había
traído su propia taza de café y se sentó en la cama para hacerle
compañía a Ruby mientras comía―. Pensé que tal vez querrías darte una
ducha antes de bajar a pasar día.
―Creo que tienes permiso para hacer eso siempre que no te quedes
demasiado tiempo bajo el agua.
―Yo... puedo ayudar... si quieres. ―Era bastante obvio que Ruby todavía
tenía algunos problemas de pudor, problemas que podrían ser más
importantes que tener el cabello limpio―. Tengo una idea.
―No. ―Nina estaba detrás de ella, mirando la misma imagen que veía
Ruby. Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando alcanzó a su amiga y puso
sus dedos suavemente sobre los de Ruby―. Te salvó la vida... no es fea.
El rostro serio de Nina se iluminó con una sonrisa y tomó las dos manos de
Ruby entre las suyas, llevándolas a sus labios para darle un suave beso en
39
BBB
―¡No puedo creer que cuelgues tus jeans! ―Nina depositó un par de jeans
y un suéter azul pálido sobre la mesa de café. Art Grimes y su esposa iban
a venir y Ruby no quería tener compañía vistiendo pantalones de
chándal. Sabía que la perdonarían, pero no estaba en su naturaleza.
―Tengo que decir que te ves mucho mejor que la última vez que te vi
―dijo Art. La había visitado el segundo día después de la cirugía, antes
de que ella recuperara el color.
ellos.
―Parece que Nina te está cuidando bien ―dijo Betty.
―Está bien. Han venido a visitarte a ti, no a mí. Además, ya tuve mi dosis
diaria de Art en esa reunión de esta mañana. Él es quien me dio todo este
trabajo para hacer.
―Pero... creo que... Betty también quería hablar contigo. ―La mirada de
Ruby era suplicante―. Puedes quedarte aquí si de verdad quieres, pero
me gustaría que volvieras con nosotros.
¿No te has dado cuenta a estas alturas de que haré todo lo que me
pidas?
―Bueno.
―Hagas lo que hagas por Ruby, sigue así. Es agradable verla sonreírle a
alguien de nuevo.
BBB
Ruby estaba agotada por todo lo que había hecho en su primer día
completo en casa, que incluía no sólo la ducha y la visita, sino varias
vueltas alrededor del primer piso de la vieja casa, donde todas las
habitaciones estaban conectadas en un circuito. Mantuvo sus últimas
fuerzas para subir los escalones a su dormitorio, colapsando en su sillón
orejero tan pronto como llegó a su habitación. Sólo eran las ocho, pero
había dado todo lo que tenía.
Nina fue al tocador y sacó un pijama limpio para su amiga. Era de seda
azul claro.
―No. ―Ruby estaba sin aliento―. Sólo cuando estábamos frente al espejo.
Nina podía ver que Ruby estaba cansada, pero necesitaba asegurarse
de que el área estuviera sanando y libre de problemas. Eso es lo que le
había prometido al doctor Winslow.
―No sé por qué estoy siendo tan tonta. No es como si no lo hubieras visto
ya todo.
Nina vio algo en los ojos de Ruby que insinuaba algo más que simple
gratitud. Para ella, había ido más allá de ayudar a su amiga durante la
cirugía. Con el paso de los días, se sentía más atraída por Ruby Collins.
BBB
La bandeja que Nina había estado usando para llevar el desayuno al piso
de arriba estaba en el mostrador, pero llevar algo así por las escaleras
realmente no era una opción para Ruby. En cambio, puso la mesa para
dos, rodajas de fresas y plátanos, y puso un poco de agua para hacer
avena. Sólo por diversión, le sirvió a Nina un vaso del horrible jugo de
ciruela que se había visto obligada a beber todas las mañanas.
Ruby sonrió cuando escuchó el suelo crujir sobre ella, pero no esperaba
el clamor de pasos pesados en las escaleras que lo siguieron. Nina entró
corriendo en la cocina con su pijama de franela roja, descalza y sin bata.
―Todo está bien. ―Ruby agregó la avena al agua hirviendo y tapó la olla.
―Oye, ¿qué tiene de malo esta imagen? ―Nina se sacó la camisa para
mirar su pecho―. Tal como pensaba. Tú fuiste el que se sometió a la
cirugía.
BBB
Nina observó desde el vestíbulo mientras Ruby subía las escaleras por
tercera vez consecutiva. Se alegró de ver a su amiga reponiéndose, pero
eso la trajo de vuelta a lo que había estado pensando durante el
desayuno.
Nina aplaudió.
―Así es... lo olvidé. Todos mis días parecen fundirse entre sí―. Ruby negó
con la cabeza y palmeó el lugar a su lado.
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La experta en estadística se sentó en el borde de la cama, un lugar que
se había vuelto familiar durante las últimas dos semanas. Fue divertido
para Nina darse cuenta de cómo habían crecido sus sentimientos por
Ruby desde ese día de la capacitación a principios de enero. Fuera lo
que fuese lo que provocó la atracción, había dado paso al afecto
genuino. Era asombroso que nunca se hubiera dado cuenta antes en
todos los meses que habían trabajado juntas que Ruby Collins era una
mujer hermosa… no realmente en un sentido clásico, pero sus rasgos se
unieron en un paquete muy lindo.
―Pero eso está a punto de cambiar, Nina. Siento como sí... hubiera dado
un giro en los últimos días.
Nina consideró desviar esa pregunta con una burla sobre cuánto
extrañaba al novio de Candace y su gran danés, pero sus pensamientos
de hoy la habían dejado en un estado de ánimo más sobrio.
Se miraron sin hablar, comprendiendo ambas que algo ardía bajo sus
simples palabras. Había una anticipación palpable sobre hacia dónde
iría su conversación a continuación.
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―El día de tu cirugía... fui a verte en la sala de recuperación. ―Nina miró
sus manos unidas―. La enfermera me dijo que no recordarías nada, así
que me incliné y le susurré algo al oído. ¿Recuerdas... algo de lo que dije?
Ruby negó con la cabeza, sin apartar los ojos de los de Nina.
―Te dije... que estaba enamorada de ti. ―La mujer rubia sonrió
suavemente, contenta de tener la admisión fuera de su pecho―. Todavía
lo estoy.
―¿Lo recuerdas?
―Supongo que sí. ―Apretó la mano de Nina y cerró los ojos, su ambicioso
día pasó factura―. Y recuerdo haberlo respondido... pero en caso de que
no lo hiciera, habría dicho que yo también lo estoy.
Fin