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"Toda actividad en que un hombre lucha contra otro por algún objetivo".
"Toda situación social o proceso en que dos o más entidades sociales están
relacionadas por, al menos, una forma de relación psicológica antagonista o, al
menos, por una forma de interacción antagónica".
"La conducta que resulta de un proceso en el que una unidad busca un incremento
de su propio interés en su relación con los otros. Este incremento debe resultar de
una acción determinada, no de una circunstancia fortuita...Las unidades no están
en conflicto cuando no existe interferencia deliberada o si ellos han llegado a un
acuerdo sobre su posición final, pero acontecimientos fuera de control impiden u
obstaculizan su consecución".
"Una situación en la que unos actores, o bien persiguen metas diferentes, definen
valores contradictorios, tienen intereses opuestos o distintos, o bien persiguen
simultáneamente y competitivamente la misma meta".
Para que una situación dada sea calificable o no de conflicto debería reunir las
siguientes características:
El conflicto, pues, como casi todo en el mundo en que vivimos, es bueno y malo al
mismo tiempo. Como indica Fernández Ríos (Fernández, 1999), que sea lo uno o
lo otro depende de:
TIPOS DE CONFLICTOS
I. Inicio.
II. Definición del conflicto.
III. Formulación de alternativas.
IV. Confirmación del acuerdo y compromiso.
Son métodos sistematizados para resolver los conflictos de diversa índole que se
pueden dar en cualquier grupo de convivencia: el trabajo, un barrio o vecindad y
también en los centros escolares.
El estrés es una respuesta a una presión o a una amenaza. Cuando estás bajo
estrés tal vez te sientas tenso, nervioso o al borde de un ataque de nervios. La
respuesta del estrés también es física. El estrés provoca una inyección de una
hormona llamada adrenalina que afecta temporalmente al sistema nervioso. Como
resultado, cuando estás nervioso o estresado, tal vez sientas que tu ritmo cardíaco
y tu respiración se aceleran, te sudan las palmas de las manos o te tiemblan las
rodillas.
Pero no es necesario que una situación sea físicamente riesgosa para activar la
respuesta del estrés. Las presiones de todos los días también la pueden activar.
Por ejemplo, tal vez sientas estrés antes de rendir un examen o de dar una
presentación en clase, enfrentarte a un contrincante en un deporte o de salir a un
escenario.
TIPOS DE ESTRÉS
ESTRÉS AGUDO. Surge de las exigencias y presiones del pasado reciente y las
exigencias y presiones anticipadas del futuro cercano. El estrés agudo es
emocionante y fascinante en pequeñas dosis, pero cuando es demasiado, resulta
agotador. Del mismo modo, exagerar con el estrés a corto plazo puede derivar en
angustia, que puede manifestarse en una combinación de enfado o irritabilidad,
ansiedad y depresión; otros síntomas comunes son dolores de cabeza
tensionales, malestar estomacal y otros síntomas físicos como elevación de la
presión arterial, taquicardia, sudoración de la palma de las manos, dolor de pecho,
respiración corta y superficial, mareos, etc.
Los síntomas del estrés agudo episódico son los de una sobre agitación
prolongada: persistentes dolores de cabeza tensionales, migrañas, hipertensión,
dolor en el pecho y enfermedad cardíaca. Tratar el estrés agudo episódico
requiere la intervención en varios niveles, que por lo general implica ayuda
profesional, la cual puede tomar varios meses.
El peor aspecto del estrés crónico es que las personas se acostumbran a él, se
olvidan de que está allí. Las personas toman conciencia de inmediato del estrés
agudo porque es nuevo; ignoran al estrés crónico porque es algo viejo, familiar y a
veces hasta casi resulta cómodo.
Es importante que cuando una persona detecta los síntomas antes mencionados
en sí misma o en quienes le rodean, haga un alto y observe. Tal vez sea necesaria
una intervención profesional y es muy probable que se beneficie de un tratamiento
psicoterapéutico.
Trata bien a tu cuerpo. Haz ejercicio físico regularmente y come bien para ayudar
a tu cuerpo a funcionar correctamente. Cuando estás estresado, es fácil comer a
las apuradas o comer comida chatarra. Pero es especialmente en las situaciones
estresantes que necesitas una buena nutrición.
Resuelve los pequeños problemas. Actúa para solucionar tus problemas. Por
ejemplo, si estás estresado por los deberes, enfrenta la situación y piensa de qué
manera podrías manejarla mejor.
Construye relaciones positivas. Saber que hay personas que creen en nosotros
mejora nuestra capacidad para enfrentarnos a los desafíos. Pide ayuda y apoyo
cuando lo necesites. Comparte lo que estás atravesando; incluidas las cosas
positivas que están ocurriendo.
REFERENCIAS