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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS


CARRERA DE BIOQUÍMICA Y FARMACIA
BIOLOGÍA CELULAR

Nombre: Diego Ron


Fecha de entrega: 15/05/2019
Paralelo: 3

Azospirillum brasilense, Chlorella y Arthrobacter sp. Como materia prima para


Fitobiorremediación de suelos contaminados con hidrocarburos.

Suelos contaminados con hidrocarburos

La industria petrolera trae consigo una considerable contaminación ambiental en los


suelos y ecosistemas acuáticos. Castells (2012) indica: En los suelos en los que se
superen los niveles genéricos de referencia y el análisis de riesgo indique un riesgo
inaceptable para cualquiera de los sujetos/objetos a proteger para el uso considerado,
deberán practicarse medidas de descontaminación antes de acometer cualquier otra
iniciativa, adaptando los niveles de limpieza a los usos previstos (p. 1136).

El petróleo está compuesto por sustancias hidrocarbonadas y otras tóxicas, que lo hacen
de difícil degradación, por lo cual contamina ambientes naturales cuando se producen
derrames; es por esto que se requiere crear tecnologías que reduzcan el impacto
generado cuando se presenta un accidente donde esté involucrado el petróleo. Hay
diferentes métodos de tratamiento para la recuperación del equilibrio natural, entre los
que se destaca la biorremediación [ CITATION Nel05 \l 12298 ].

La eliminación de una gran variedad de contaminantes del medio ambiente requiere un


conocimiento de la relativa importancia de sus ciclos químicos y redes de regulación del
ciclo del carbono en diversos ambientes y para cada compuesto en particular. Con
seguridad que esta tecnología se desarrollará aún más en el futuro. El uso de la
ingeniería genética para crear organismos específicamente diseñados para la
biorremediación tiene gran potencial. La bacteria Deinococcus radiodurans (el
organismo más resistente a la radiación que se conoce) ha sido modificado para que
pueda consumir el tolueno y los iones de mercurio de desperdicio nuclear altamente
radioactivo [ CITATION Jua10 \l 12298 ].

Los hidrocarburos varían en su habilidad de ser degradados y sus derrames en el agua


tienden a formar láminas en la superficie en donde el viento y el oleaje crean
microscópicas emulsiones. Esto permite que los microorganismos predominantemente
bacterias (pseudomonas, corinebacterias y micobacterias), algunas levaduras y hasta
algas verdes tengan una mayor superficie de contacto con la partícula, facilitando el
acceso a la misma y permitiendo su degradación. En los derrames, la fracción de
hidrocarburo más volátil se evapora con facilidad dejando que diversos grupos de
microorganismos oxiden los componentes alifáticos y aromáticos. Algunas fracciones,
como los hidrocarburos de cadena ramificada y los policíclicos, permanecen mucho más
tiempo en el ambiente principalmente si llegan a zonas anaerobias ocasionando
perjuicios a largo plazo [ CITATION Ren10 \l 12298 ].

“La recuperación de un suelo no puede considerarse completada hasta que el terreno no


dispone de una cubierta vegetal que le proteja frente a la erosión” (Castells, 2012,
p.1136). La biorremediación no es sino el uso de microbios para degradar sustancias
contaminantes, el derrame de petróleo es un claro ejemplo de la contaminación química.
Tortora (2007) afirma: “En cierta medida la biorremediación se produce en forma
natural porque en condiciones aerobias los microbios atacan al petróleo”.

Biorremediación con Arthrobacter sp.

Aunque no se sabía de la existencia de las bacterias hasta el descubrimiento de


determinados "animales microscópicos" por Anton von Leeuwenhoek(1983), su
utilización para estimular el crecimiento de las plantas ha sido explotado desde la
antigüedad. Teofrasto (372-287aC) sugirió la mezcla de suelos para remediar defectos y
agregar corazón a éste (Tisdale y Nelson; 1975). Kloepper y Schroth (1981)
introdujeron el término "rizobacterias" refiriéndose a las comunidades bacterianas del
suelo, que, competitivamente colonizaban las raíces de las plantas y estimulaban su
crecimiento, reduciendo de este modo la incidencia de enfermedades en ellas.
Denominaron estas rizobacterias beneficiosas como PGPR (Plant growth-promoting
rhizobateria) (Cook; 2002). Son bacterias libres del suelo que pueden directa o
indirectamente facilitar el enraizamiento (Mayak y cols; 1999) y crecimiento de las
plantas (Glick; 1995). Géneros bacterianos como Agrobacterium, Arthrobacter
Azotobacter, Azospirillum, Bacillus, Burkholderia, Caulobacter, Chromobacterium,
Erwinia, Flavobacterium, Micrococcus, Pseudomonas y Serratia pertenecen a PGPR
(Gray y Smith; 2005).

Las interacciones planta-microorganismos suelen ocurrir principalmente en tres lugares


de la planta: filosfera, endosfera y rizosfera. La filosfera se relaciona con las partes
aéreas (tallo, hojas y flores o frutos) y la endosfera con el sistema de transporte. La
rizosfera, donde se centra nuestro trabajo, puede definirse como cualquier volumen de
suelo influenciado por las raíces o en asociación con ellas y el material producido por la
planta (Hinsinger y cols; 2005). Suele extenderse a pocos milímetros de la superficie de
las raíces, aunque su geometría no es exacta, sino que depende de las condiciones
ambientales y de los exudados radiculares secretados por la planta (Hinsinger y
cols;2005, 2008). Esta región de suelo es más rica en bacterias que todo el resto
(Hinsinger y cols;2005, Dzantor; 2007). Las poblaciones microbianas alrededor de las
raíces incluyen bacterias, hongos, levaduras y protozoos. Las concentraciones de
bacterias en los sustratos superiores pueden contener hasta 109 células por gramo de
suelo (Torsvik y Ovreas; 2002). Es un área de intensa actividad biológica y química
influenciada por los compuestos exudados por la raíz, que incluyen ácidos orgánicos,
azúcares, aminoácidos y pequeños péptidos, metabolitos secundarios, etc. (Hinsinger y
cols; 2005; Suckla y cols; 2011). Las interacciones entre los microorganismos y la
rizosfera pueden ser beneficiosas, perjudiciales o neutras para las plantas, y el efecto

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puede variar como consecuencia de las condiciones del suelo (Singh y
Varaprasad;2008).

El nitrógeno es uno de los principales nutrientes de las plantas, siendo un factor


limitante en el crecimiento de éstas y, como consecuencia, en los ecosistemas de
explotación de la agricultura. Según los estudios realizados (Oberson y cols;2013),

La biorremediación puede definirse como el uso de organismos vivos, componentes


celulares y enzimas libres, con el fin de realizar una mineralización, una transformación
parcial, la humificación de los residuos o de agentes contaminantes y una alteración del
estado redox de  los metales. La biorremediación usando microorganismos fue
inventada por el científico norteamericano George M. Robinson que trabajó como
ingeniero de la compañía Santa María de California en la década de 1960 y se dedicó a
experimentar con una serie de microbios en frascos contaminados de petróleo [ CITATION
Jua10 \l 12298 ].

Arthrobacter sp. Es un género de bacterias comúnmente encontradas en el suelo,


pertenecientes a la familia Micrococcaceae y a una clasificación superior
Actinobacteria. Las bacterias pertenecientes a este género son Gram-positivas, aerobias
y con forma de bacilo durante su fase de crecimiento y con forma de coco durante la
fase estacionaria, esto ayuda mucho ya que los cocos son resistentes a la desecación y a
la falta de nutrientes [ CITATION Edw85 \l 12298 ].

Para la biorremediación tal como indica Gilbert (1998) “Los microorganismos


existentes in situ o aquellos que se vayan a agregar deben tener alta capacidad
catabólica” El Arthrobacter sp. tiene la capacidad de transformar compuestos a
velocidades razonables llevando así la concentración de compuestos a nivel estándar,
sin generar productos tóxicos que afecten al desarrollo de la biorremediación. Existen
concentraciones o combinaciones de químicos que hayan sido identificados como
inhibitorios para las especies biodegradadoras. Siempre se debe tener en cuenta las
condiciones del sitio o del reactor para el crecimiento microbiano el cual se debe dar
bajo ciertas condiciones.

Las bacterias anaerobias cuentan con un metabolismo que genera su energía a partir de
sustancias que carecen de oxígeno, lo hacen generalmente a través de procesos de
fermentación, aunque en ocasiones, como en el caso de las que se encuentran en grietas
hidrotermales marinas a grandes profundidades, que lo hacen mediante reacciones que
emplean compuestos químicos inorgánicos. La vida en comunidad permite que los
desechos, que genera un grupo de bacterias, se conviertan en nutrientes y posibilite
condiciones ambientales aptas para el desarrollo de otros grupos bacteria-nos. Con
frecuencia se observa que estas comunidades, que están en todos los espacios natura-les,
se disponen en láminas estratificadas, en las que las bacterias fotosintéticas, productoras
de oxígeno y materia orgánica como las cianobacterias, se sitúan en la parte superior
con mayor exposición a la luz solar; debajo de éstas se sitúan las bacterias heterotróficas
aerobias, consumido-ras de oxígeno y materia orgánica, y las bacterias quimio

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autotróficas, que necesitan oxígeno para oxidar los compuestos, como el amonio, de
don-de obtienen la energía necesaria para sintetizar su propia materia orgánica
[ CITATION Luc16 \l 12298 ].

Figura 1. Procesos químicos de digestión aerobia, Modificado de Schoberth 1984

El catabolismo oxidativo se inicia sólo después de que una compleja molécula


aromática se ha transformado a una de estas moléculas. El catecol y el protocatecuato
son transformados a productos intermediarios del metabolismo que ingresan al ciclo de
los ácidos tricarboxílicos (ATC), como succinato, A-CoA y piruvato. Diversos pasos en
el catabolismo de los compuestos aromáticos requieren oxigenasas. Los compuestos
aromáticos también pueden ser degradados anaeróbicamente si contienen un átomo de
oxígeno. Se ha demostrado en cultivos mixtos el benzoato y otros compuestos fenólicos
sustituidos se degradan teniendo como producto final CH4 y CO2. El catabolismo
anaeróbico comprende primero la reducción del anillo, seguido de la ruptura del anillo
para producir ácidos grasos de cadena lineal o un ácido discarbixílico. Estos intermedios
pueden convertirse en A-CoA y usarse para fines tantos de producción de energía
como de biosíntesis para el microorganismo. [ CITATION Gil98 \l 12298 ] En los derrames
de petróleo se ha podido observar que las bacterias oxidantes de este compuesto
aumentan de 103 a 106 poco después del derrame. La adición de nutrientes orgánicos
como fósforo y nitrógeno a las áreas afectadas puede incrementar la velocidad de
biorremediación.

Figura 2. Crecimiento exponencial de las bacterias en hidrocarburos como fuente de


carbono

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“La Arthrobacter sp. busca una fuente de carbono y energía con el consumo de petróleo.
Es esta capacidad metabólica de consumir los hidrocarburos que se aprovecha para la
biorremediación de ambientes terrestres y acuáticos” (ZoBell, 1946) Existen factores
muy importantes los cuales el Bioquímico debe tener en cuenta el momento de entregar
una materia prima ya que se debe conocer los factores abióticos de la zona es decir el
pH, la temperatura, la salinidad, entre otros. Estos factores son muy importantes ya que
se debe saber qué tipo de microorganismos se debe utilizar en la zona, la cantidad
necesaria del microorganismo a utilizar además es muy importante conocer propiedades
fisicoquímicas del petróleo ya que ciertos microorganismos serán mejores para los
hidrocarburos pesados y otros para los livianos. La combinación de los factores antes
mencionados puede favorecer o afectar la diversidad bacteriana (Das & Chandra, 2011).

Fitorremediación con Chlorella y Azospirillum brasilense

El término fitorremediación proviene del griego de Phyto que significa “planta” y


remedium que significa “recuperar el equilibrio” y es una técnica que aprovecha la
capacidad de algunas plantas para absorber, acumular, metabolizar, volatilizar o
estabilizar contaminantes presentes en el suelo, aire, agua o sedimentos como metales
pesados, elementos radioactivos, compuestos orgánicos y compuestos derivados del
petróleo. Se puede definir entonces como un “conjunto de tecnologías que reducen in
situ o ex situ la concentración de diversos compuestos a partir de procesos bioquímicos
realizados por las plantas y microorganismos asociados a ellas” [ CITATION Agr15 \l 12298
].

La fitorremediación puede clasificarse de acuerdo al método y/o naturaleza del


contaminante, con lo que puede utilizar una de varias técnicas (Glick; 2003; Newman y
Reynolds 2004) como son:

a) Fitoextracción: También conocida como fitoacumulación, elimina metales


tomando ventaja de la inusual capacidad de algunas plantas para (hiper-)
absorber y acumular o translocar metales o / metaloides, concentrándolos dentro
de la biomasa. El propósito de este tipo de remediación es reducir la
concentración de metales en suelos contaminados para que puedan ser utilizados
de manera rentable para la agricultura, horticultura, pastoreo, etc. La biomasa
cargada de metal se debe cosechar y procesar como residuo contaminado, con la
posibilidad de recuperar el metal si se juzgara económicamente rentable (Ghosh
y Singh, 2005; Krämer, 2010).

b) Fitoestabilización: También conocida como fitoinmovilización, utiliza plantas, a


menudo en combinación con aditivos del suelo para ayudar a estabilizar
mecánicamente los sitios para reducir la transferencia de contaminantes a otros
compartimentos del ecosistema y a la cadena alimentaria (Méndez y Maier,
2008). El compuesto orgánico o inorgánico puede ser incorporado a la lignina o
al humus del suelo.

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c) Fitoestimulación: Las raíces de las plantas promueven el desarrollo de
microorganismos de rizosfera que son capaces de degradar el contaminante, y
los microbios utilizan exudados de raíces de plantas como fuente de carbono.

d) Fitovolatilización/ Rizovolatilización: emplea las capacidades metabólicas de las


plantas y los microorganismos rizósféricos asociados para transformar los
contaminantes en compuestos volátiles que se liberan en la atmósfera. Algunos
iones (de los elementos de los subgrupos II, V y VI de la tabla periódica como
mercurio, selenio y arsénico) son absorbidos por las raíces, se convierten en
formas menos tóxicas y volátiles, y luego se liberan mediante
evapotranspiración a través de las hojas.

e) Fitodegradación: los contaminantes orgánicos son degradados o mineralizados


por enzimas específicas.

f) Rizofiltración: utilizar las plantas terrestres para absorber, concentrar, y/o


precipitar contaminantes en el sistema acuoso. La rizofiltración también se
utiliza para tratar la escorrentía industrial y agrícola. Es interesante aplicar a las
plantas combinaciones de microorganismos para aumentar la eficiencia en la
extracción de contaminantes. Esta técnica se conoce como rizorremediación
(Jing y cols;2007),

Con el proceder de la Arthrobacter sp. se cumpliría un primer paso en el proceso de la


biorremediación ya que esta bacteria actuaría sobre los hidrocarburos presentes en la
ecosistema acuático en el cual se produjo el derrame, además ayudarían
superficialmente en la contaminación que sufrió también el suelo, finalizando este
proceso la persona encargada deberá introducir el siguiente grupo de microorganismos
que en este caso sería el Azospirillum brasilense para que termine el proceso de
biorremediación que falto en el suelo contaminado. Una vez que finalizo el tratamiento
de biorremediación siempre la zona tratada quedará bajo de flora y fauna o
prácticamente sin flora y fauna debido a la contaminación, pero el Azospirillum
brasilense ya que también ayuda al crecimiento de vegetación por su función de
inyectadora de nitrógeno ayudara directamente a la reforestación natural de la zona, y al
volver la vegetación propia del lugar también volverá la fauna propia del lugar y en un
tiempo volverá a ser el ecosistema tradicional antes de la afectación petrolera.

Azospirillum brasilense una proteobacteria perteneciente a la familia Rhodospirillaceae


y su clasificación superior es las Azospirillum; es una bacteria fijadora de nitrógeno, esta
bacteria es genéticamente tratable y se la puede encontrar en las raíces del trigo. Esta
bacteria es capaz de fijar nitrógeno en presencia de bajos niveles de oxígeno, lo cual
ayuda a la sanidad vegetal y tener capacidad para ser capaz de producir los reguladores
de crecimiento de plantas. A. brasilense es una de las bacterias del suelo más estudiadas
ya que estimulan el crecimiento de la planta y es responsable directo de la mejora del
crecimiento en más de un centenar de especies de plantas[ CITATION Agr15 \l 12298 ].

Chlorella es un género de algas verdes unicelulares del filo Chlorophyta perteneciente


al reino Plantae o también conocido Eukarya. Tiene forma esférica, midiendo de 2 a 10

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μm de diámetro, y no posee flagelo. Chlorela contiene los pigmentos verdes
fotosintetizadores clorofila-a y -b en su cloroplasto. A través de la fotosíntesis se
multiplica rápidamente, requiriendo sólo dióxido de carbono, agua, luz solar y pequeñas
cantidades de minerales.

De forma general, cuando se habla de microalgas se denotan los microorganismos


fotosintéticos que contienen clorofila a (en su mayoría) y otros pigmentos en su interior
y que son capaces de realizar fotosíntesis oxigénica. A pesar de que las cianobacterias
también pueden realizar fotosíntesis, estos microorganismos difieren sustancialmente de
las demás microalgas por la estructura celular que presentan, la cual se asemeja a la
estructura de una bacteria y por consiguiente son clasificados como microorganismos
procariotas (extremadamente diversos). A pesar de que la mayoría de las microalgas son
organismos totalmente eucariotas, el grupo taxonómico en su conjunto pueden ser
considerado tanto procariota como eucariota debido a la presencia de las algas azules o
cianobacterias (Chico, 2010).

De forma más específica, las microalgas que son procariotas o también llamadas
cianobacteria, carecen de organelos como mitocondria, núcleo, aparato de Golgi y de
estructuras de motilidad como los flagelos. Es decir, son organismos menos complejos,
sin embargo, presentan ilimitadas aplicaciones. En las microalgas eucariota, estos
organelos ejercen una labor importante en el control celular y de las funciones, por
ende, son microorganismos con una organización celular que les permite realizar tareas
mucho más complejas (Bacellar & Vermelho, 2013).

Azospirillum sp. es considerado un sistema modelo para el estudio de la asociación entre


bacterias y plantas que no nodulan (Bashan y Holguín, 1997). Las bacterias pertenecientes
a este género son muy promisorias como inoculantes para las plantas; pues tienen un
número de características interesantes que las hace adaptables para establecerse ellas
mismas en el extremadamente complejo medio competitivo de la rizosfera, En cuanto al
mecanismo de acción mediante el cual Azospirillum sp. promueve el crecimiento
vegetal, Bashan (1999) plantea que posiblemente más de un mecanismo de acción esté
involucrado en la asociación y que estos operan simultáneamente o en sucesión; la suma
de los diferentes mecanismos [ CITATION Bur00 \l 12298 ].

Según indica Bashan (1998): “Azospirillum sp. provoca una absorción más efectiva de
los nutrientes, lo que explica la acumulación de compuestos nitrogenados en las plantas
sin existir una aparente fijación biológica de nitrógeno”

El proceso de encapsular microorganismos dentro de una matriz polimérica está aun en


etapa de experimentación en el campo de la tecnología de inoculantes bacterianos.
Hasta el presente, no hay productos bacterianos comerciales que hagan uso de dicha
tecnología. El concepto detrás de la inmovilización de células microbianas es el de
atrapar los microorganismos benéficos dentro de una matriz. La formulación (bacteria-
matriz) es entonces fermentada en un medio de crecimiento bacterial. Estas
formulaciones pueden producir muchos compuestos útiles para la industria y para

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aplicaciones ambientales (tales como ácidos orgánicos, aminoácidos, enzimas) y
biodegradar materiales tóxicos (biorremediación) por un extenso periodo de tiempo. Los
productos bacterianos son entonces extraídos del biorreactor mientras la fermentación
continua. En 1996, Cassidy et al. publicaron una excelente revisión sobre las
aplicaciones experimentales de las células microbianas inmovilizadas. Las células
microbianas inmovilizadas son fáciles de producir, almacenar y manejar durante las
operaciones industriales. El objetivo fundamental de estas formulaciones industriales es
mantener las células atrapadas en una forma activa tanto como sea posible.

Figura 3. Inoculante de alginato mezclado con semillas de trigo, antes de la siembra

En general, no es deseable la liberación prematura de los microorganismos de esta


forma encapsulada. Las formulaciones de bacterias encapsuladas para usos agrícolas
tienen al menos dos objetivos diferentes de aquellas usadas por la industria de
fermentación: por una parte, buscan proteger de manera temporal a los microorganismos
encapsulados de las condiciones ambientales del suelo y de la competencia microbiana
y como segunda medida, buscan liberarlos gradualmente, de manera que colonicen
eficientemente las raíces de las plantas [ CITATION Yoa03 \l 12298 ].

Entre los métodos disponibles para el análisis de la diversidad funcional microbiana se


encuentra el estudio de los CLPP. Este método surgió como un análisis complementario
al estudio tradicional de los microorganismos, basado en el aislamiento y recuento de
los distintos tipos análisis taxonómicos. Se basa en la inoculación de muestras
microbianas en varias celdas de microplacas plásticas, que contienen en cada una de
dichas celdas distintas fuentes carbonadas únicas. Cuando la fuente carbonada es
utilizada, producto del desarrollo microbiano, se obtiene un patrón de desarrollo de
color debido a la reducción del colorante indicador que puede ser único para una
determinada comunidad (Di Salvo y García de Salamone, 2012). Esta metodología ha
sido ampliamente utilizada para la evaluación del efecto de diferentes manejos agrícolas
sobre las comunidades microbianas (Engelen et al., 1998; Lawlor et al., 2000; Bending
et al., 2004; Bucher y Lanyon, 2005; Di Salvo y García de Salamone, 2012; García de
Salamone, 2012b).

Las bacterias de vida libre o simbiótica que habitan en la rizósfera de las plantas (la
parte del suelo inmediata a las raíces) pueden estimular el crecimiento de las plantas a
través de mecanismos directos e indirectos tales como la síntesis de fitohormonas, la
fijación biológica de nitrógeno, la solubilización de nutrientes, la producción de medios
de transporte de nutrientes, el control de fitopatógenos del suelo, etcétera.

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La mayoría de los estudios realizados sobre la interacción de estas bacterias con las
plantas se han efectuado bajo condiciones de invernadero y, posteriormente, a nivel de
campo. La aplicación de dosis altas de fertilizante a las gramíneas es poco
recomendable, debido a las condiciones de precipitación escasa y a las restricciones
económicas que enfrentan los productores en las regiones áridas y semiáridas. En las
últimas décadas se ha investigado el papel que desempeñan las bacterias de la rizósfera
o rizobacterias en gramíneas como caña de azúcar, maíz, trigo, sorgo, cebada y pastos
tropicales.
Cuando las bacterias se localizan en estructuras especializadas, como nódulos en
leguminosas, se establece una simbiosis mutualista estricta. En cambio, cuando las
rizobacterias aprovechan el microambiente favorable de la planta, sin formar nódulos en
la raíz, se habla de una simbiosis asociativa [ CITATION Lóp14 \l 12298 ].

Dentro de las bacterias promotoras de crecimiento, ampliamente estudiadas y asociadas


a las gramíneas, se encuentran las especies del género Azospirillum. En 1925, Beijerinck
aisló la primera especie de Azospirillum y se le denominó Spirillum lipoferum.
Posteriormente, en 1978 se postula a Azospirillum como un género de acuerdo a las
diferencias morfológicas y fisiológicas entre varias cepas y experimentos de homología
del ADN encontrando dos especies: Azospirillum brasiliense y A. lipoferum. La mayoría
de los estudios realizados en Azospirillum han sido practicados de la rizósfera de pastos
y cereales en todo el mundo, en temperaturas de climas tropicales. Esa bacteria fue
estudiada por su habilidad para fijar nitrógeno atmosférico y, años después, al ser
considerada una rizobacteria promotora del crecimiento vegetal por la producción de
fitohormonas. A. brasiliense es la piedra angular de las investigaciones relacionadas con
la rizósfera de diferentes familias de plantas.

Entre los efectos que Azospirillum provoca en las plantas se encuentra: incremento en
peso seco total, concentración de nitrógeno en follaje y grano, número total de espigas,
floración y aparición de espigas más temprana, tasas de germinación más altas, entre
otras. Dentro de los efectos positivos más sobresalientes de la inoculación de
Azospirillum está el desarrollo radicular [ CITATION Lóp14 \l 12298 ].

Algunos de los cambios morfológicos que sufre el sistema radicular se encuentran


relacionados directamente con la concentración del inóculo, y se observan en el
incremento de la longitud y el número y longitud de raíces laterales, lo cual aumenta el
volumen radicular, hay un incremento en el área de la superficie radicular, estimulación
de la exudación radicular, así como en la morfología externa de las raíces. Azospirillum
posee la característica de colonizar tanto la parte interna como la externa de la raíz. La
colonización en cereales sucede principalmente en la superficie radicular, mientras que
pocas bacterias se unen a los pelos radiculares[ CITATION Lóp14 \l 12298 ].

Las bacterias asociativas se consideran promotoras del crecimiento vegetal (PGPB, por
sus siglas en inglés), siendo Azospirillum brasiliense la más estudiada debido a su
capacidad para estimular directamente el crecimiento de las plantas, a través de diversos
mecanismos: capacidad de fijación de nitrógeno atmosférico, producción de

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fitohormonas, solubilización de minerales y nutrientes, incremento en el volumen de la
raíz e inducción de resistencia a patógenos, entre otros beneficios que otorgan.

La inoculación se realiza en cada uno de los establecimientos al momento de la siembra,


aplicando el o los inoculantes sobre las semillas, bajo las condiciones adecuadas para la
inoculación, evitando la exposición directa del sol. Las dosis de inoculantes utilizadas
serán determinadas según el cultivo a sembrar y el tratamiento previo de las semillas, de
modo de asegurar la mayor supervivencia de las bacterias sobre éstas. La aplicación de
las bacterias se llevará a cabo con la maquinaria disponible en cada uno de los
establecimientos. Las dosis de inoculante y microorganismos utilizados, el tipo de
microorganismo, el momento de aplicación y la maquinaria utilizada será diferente en
cada caso [ CITATION Lóp14 \l 12298 ].

Las cepas de Azospirillum son bien conocidas como Rizobacterias Promotoras del
Crecimiento Vegetal. Al estimular la proliferación de las raíces y la elongación,
Azospirillum puede dirigir también una mejor absorción de agua y nutrientes. El efecto
promotor de crecimiento vegetal de inoculantes de Azospirillum ha sido documentado a
partir de estudios realizados en diferentes tipos de cultivos, en la mayoría de los casos
cereales, en distintos tipos de suelo y condiciones climáticas, con el fin de conducir un
mayor rendimiento de cultivo. En algunos países, la inoculación de cultivos con cepas
de Azospirillum fitoestimulantes está recibiendo la atención como un medio para
permitir una reducción en el uso de fertilizantes nitrogenados, sin comprometer el
rendimiento del cultivo, en un contexto de la agricultura de bajos insumos.

Cuando se inoculan rizobacterias en la rizósfera del suelo, éstas ejercen un efecto


neutral, perjudicial o benéfico en el crecimiento vegetal. Posteriormente éstas se
encuentran en competencia con otros microorganismos de la microflora que están
colonizando las raíces de la planta; las rizobacterias son capaces de multiplicarse y
colonizar todos los nichos ecológicos localizados en la raíz durante todas las etapas de
crecimiento vegetal (Antoun y Prévost, 2005).

La inoculación con Azospirillum brasiliense ejerce efectos benéficos en el crecimiento


vegetal e incrementan el rendimiento de cultivo hasta 30% en cereales de gran
importancia agronómica. Estos efectos se derivan principalmente de los cambios
morfológicos y fisiológicos de las raíces de las plantas inoculadas, lo que lleva al
incremento de una mayor absorción de agua y minerales.

Se han realizado investigaciones enfocadas sobre los efectos que produce la inoculación
de bacterias específicas en la rizósfera para promover el crecimiento vegetal y como
antagonistas de patógenos del suelo de la planta.

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Figura 4. Proceso de obtención de energía

En todo el proceso de la biofitorremediación a partir de los microorganismos ya


estudiados se tuviera 3 pasos primordiales para una correcta remediación del ecosistema
afectado:

1. Remediación: a la par de recuperar el hidrocarburo en el agua, se procede a tratar el


suelo mediante el sistema de Biofitorremediación que consiste en la aplicación de
microorganismos oleófagos y plantas oleófilas; mientras las bacterias, virus y hongos
descomponen el hidrocarburo, las plantas oleófilas atrapan metales pesados en su
estructura.

2. Restauración: en esta etapa se repone todos los componentes afectados del entorno;
así, se repondrán las poblaciones afectadas de macroinvertebrados y peces que consten
en el Plan de Manejo Ambiental del Campo. De igual manera se repondrá la vegetación
que fue afectada y removida del lugar de la contingencia.

3. Compensación complementaria: en la fase final de la remediación se asistirá a los


afectados directos para implantar proyectos domésticos de crianza o siembra de especies
comerciales para su autosostén económico.

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