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E L TEATRO.

COLECCION DE OBRAS DRAMÁTICAS Y LÍRICAS.

EL BARBERILLO

DE LAVAPIÉS,
ZARZUELA E N TRES ACTOS Y EN VERSO,

ORIGINAL D E

D. LUIS MARIANO DE L A R R A ,
MÚSICA D E L

MAESTRO BARBIERI.

NOVENA EDICION.

MADRID,
HIJOS DE A . G U L L O N , EDITORES.
OFICINAS: P O Z A S — 2 — 2 o

1879.
ADICION A L CATÁLOGO D E 1.° D E M A R Z O D E 1879.

Prop. que
TITULOS. ' Actos. AUTORES. corresponde

COMEDIAS Y DRAMAS.

Á tiempo •• • H . Giner di los Ríos


y J . Cont. Crooke. Todo.
Bodas trágicas..., • • j D. José Echegaray
Casado y con hijos ¿
•• • * José Campo A r a n a . .
Champagne frappé, J Miguel E c h e g a r a y . . .
Céfiro enamorado • • • 1 Luis Pacheco.
Complicaciones .... I S. Conlreras.
Cortar por lo sano J A . Sánchez Ramón..
Donde fueres, has lo que vieres i E. Jackson Cortés...
Dos sabios j Aatonio salazar
E l egoísmo .» E. Segovia.'.
El cuerpo del delito 1 José Jackson V e y a n . .
Entre amigos 1 F . Flores G a r c í a . . . .
La cinta azul 1 E n r i q u e Prieto
L a conciencia.. • ' José del Castillo.
La e s c a l e r a . . . . . • >>••••; * Eduardo G u i l l e n . . . .
Las citas de Carlota •• 1 L u i s Cocat
Las orejas del lobo .• i José C a m p o . . . . . . . .
Lazos del corazón. 4 R. Leopoldo Palomino
Pedro P o n c e y Juau C a r r a n z a . — i José María Nogués..
Perdido por rñii •, • i E . Navarro
Por el balcón. 1 Enrique Prieto
Por i n d i c i o s . ; 1 F. B o c c h e r i n i . . . . . .
Primera carta de a m o r . . . i E . Aavarro
Siguiendo ia pista 1 Juan T o r r e c i l l a
S i n comerlo n i beberlo 1 I. A. Bermejo
Trigninas y liloxe' is i Jaime Piquet
U n rival en la c u i \ 1 J . M a r t i n y Santiago^»
Yo p e q u é . . . . • w... 1 Manuel S a l a . . . .
A espaldas de su marido 2 Ildefonso A . Bermeja. -
E l p r i m e r galán 2 Eusebio Blasco. . .
La daga de Alfonso XI 2 Francisco M acarro
Lo que ha de. ser. t......:¿,.... ; 2 Ramón M a r i s c a l . . . 9
Marte, Baco¡ Venus y Terpsícij^fv.'.v-••'-*< . ' E n r i q u e G. B e d m a r J H
Como las golondrinas " 3 .':* M . Echegaray ffi
Después di> la boda.. ¿ . 3 José Campo A r a n a . S
Don Bald omero Espartero 3 A . Gamayo 3
E l cura de San Antonio 3 Ceferino P a l e n c i a . . .
E n el s e t o de la muerte... 3 José E c h e g a r a y . . . . . »
K Q la piedra de toque 3 E . Alvarez GimeneiiH
Las penas d»l purgatorio 3 J . Campo Arana (Mj'.'ps»
María Estnardo 3 José Campo
N i la pac encia de Job
;
3 M i g u e l Echegaray. l í ¡ |
Valiente noche de Reyes 3 B. de M o n f o r t . . . . 4 H Música
EL BARBEK1L0 DE LAVAPIES.
OBRAS DRAMATICAS ÜE ü. LUIS MARIANO DE LARRA.
C O M E D I A S .

El amor y la moda. Batalla de Reinas. Dios sobre todo. (2. e d . ,


a

El toro y el tigre. El amor y el interés. (3.* E l hombre libre.


Quien piensa mal, mal edición). La primera piedra.
La planta exótica. (2. Estudio del natural (2. a

acierta. a

Pedro el marino. edición). edición.)


El cuello de una camisa. La paloma y loshalcones. La cosecha. (2. edición.)
a

En palacio y en la calle. El rey del mundo. En brazos de la muerte.


Las tres noblezas. La oración de la tarde. ¡Bienaventurados los que
Quien á cuchillo mata. ¡6.* edición.) lloran! (5. edición.)
a

.' caza de cuervos. Los lazos de la familia. El bien perdido. (2. ed.)a

Una nube de verano. (3.* (4.* edición.) Oros, copas, espadas y


odicion.) Rico de amor. bastos. (4. edición.)
a

I muza. Barómetro conyugal (2). E l ángel de !a muerte.


I Hretodaslasmujeres (1) La lápida mortuoria. E l Becerro de oro.
í ^pos y culebras (I*, La bolsa y el bolsillo. Los hijos de Adán.
tna Virgen deMurillo (4). El Marqués y el Marque- El árbol del Paraíso.
El beso de Judas. sito. El Caballero de Gracia.
Una lágrima y un beso. Los ínfleles (3). (5. edi-
a La tarde de Noche-buena.
Juicios de Dios. ción.) ¡Una lágrima!
La flor del valle. (2.* edi- La agonía. ' 3 . edición.»
a Los corazones de oro.
ción). Flores y perlas. (4. edi-a Tres pies al gato...
La pluma y la espada. ción.) ¡Risas y lágrimas!

Z A R Z U E L A S .
Un embuste y ana boda. Los órganos de Móstoles. La creación refundida. (M
(Música de Genovés.) (M. de Rogel.) (2. edi-a de Rogel.)
Todo son raptos. (M. de ción.) E l barberillo de Lavapiés.
Oudrid.) Los infiernos de Madrid. (M. de Barbieri.) (9. a

As en puerta. (M. de Ou- (M. de R o g e l ) edición.)


drid.) La varita de virtudes. (M. La vuelta al mundo. ( M .
La perla negra. (M. de Váz- de Gaztambide.) de Barbieri y Rogel.)
quez. ) Los misterios del Parnaso. (2. edición.)
a

Las hijas de E v a . (M. de (M. de Arrieta.) Chorizos y Polacos. (M. d ;


Gaztambide.) |4. edi-
a
Los hijos de la costa. (M. Barbieri.)
ción.) de Marqués.) Viaje á la luna. (M. de
La conquista de Madrid. Justos por pscadores. (M. Rogel.)
(M. de Gaztambide.) (3.* de Oudrid y Marqués.) Juan de Urbina. (M. de
edición.) La prima-donna. (M. de Barbieri.)
Cadenas de oro. (M. de A r - zarzuelas.) Los pajes del Rey. (M. de
riéis.) (4i. El atrevido en la corte. (M. Oudrid.)
ti.a revancha. (M. de de Caballero.) Las campanas de Carrion.
Campo, i El conde y el condenado. (Música de Robert Plan-
La ínsula Barataría. (M. de (M. de Rogel é Inzen- quette.)
Arrieta.) ga.)(S). La guerra santa. (M. de
Punto y aparte. (M. de Sueños de oro. (M. d e B a r - Arrieta.) (6).
Rogé!.; bieri.) (4. edición.)
a

O B R A S N O D R A M A T I C A S .
Tres noches de amor y celos. Novela en dos tomos.
La gota de tinta. {Segunda edición.) Novela en dos tomos.
El libro de las mujeres. Obra traducida en un tomo.

( i ) E n colaboración con D. L u i s de E g u i l a z . ( 2 ) Idem coi. D . Ventura


d 9 l a V e ~ a . (3) Idem con D. Narciso S e r r a . (4) Idem con D . Ramoa de
N avarrete. ( 5 ) Idem con D . Antonio García Gutiérrez. (&j Idem con Do»
Enrique Pérez E s e r i c h .
EL BARBERILLO D E LAVAPIÉS,
Z A R Z U E L A E N T R E S ACTOS Y E N V E R S O ,

OBIGINAL D I

DON LUIS MARIANO D E L A R R A ,

MUSICA m

MAESTRO BARBIERI.

Istre»ada m «1 Teatro de la ZARZUELA el 18 de Diciembre de 1S74

NOVENA EDICION-

MADRID.
1MÍMKTA D K JOSÉ R O D R I G U E Z . — C A L V A R I O , iS.

1879.
PERSONAJES. ACTORES.

PALOMA. S R A . FRANCO D E SALAS.


MARQUESITA, SRTA. DELGADO.
MAJA 1. a
SRTA. GALÁN.
MAJA 2. a
SRTA. TDRIN.
DON LUIS S R . DALMAD.
LAMPARILLA S R . TORMO.
DON JUAN S R . LOITIA.
DON PEDRO SR. EDO.
LOPE S R . GONZÁLEZ.
UN MAJO S R . JORDÁ.
Majos, estudiantes, mancebos, costureras, guardias, etc., etc.

L a escena en 1770, reinado de Carlos I I I . — E l p r i m e r


acto en los alrededores del P a r d o , los dos últimos e n
Madrid.

Esta obra es propiedad de sn autor, y nadie podra, sin sn per-


miso, reimprimirla n i representarla en España y sus posesiones de
Ultramar, n i en los países con los cuales haya celebrados ó se ce-
lebren en adelante tratados internacionales de propiedad literaria.
E l autor se reserva el derecho de traducción.
Los comisionados de la Galería Lirico-Dramática, titulada e l
Teatro, de los Sres. HIJOS de A . G U L L O N , son los encargados
exclusivamente de conceder ó negar el permiso de representa-
r o n y del cobro de los derechos de propiedad.
Queda hecho el depósito que marca la ley.
ACTO PRIMERO.

Alrededores del real sitio del Pardo, durante la romería de


San Eugenio. A la derecha del actor, nna casa con sopor-
tal y puerta practicable. Encima de la puerta nna bohar-
dilla, con una rama grande de oliva colgada. Á lo lejo*.
y á la izquierda, puestos de Tendedores. A l levantarse el
telón, la escena está llena de ge»te del pueblo y Estu-
diantes. E n distintos sitios meriendas y corros con la ani-
mación propia de la fiesta. Algunos Guardias Walonat
-.ruiM de cuando en cuando la escena.

ESCENA PRIMERA.

ESTUDIANTES, TENDEDORES, MAJAS.

MÚSICA-
MAJAS. Dicen que e n el Pardo, m a d r e ,
al bendito San E u g e n i o ,
le h a n dejado s i n bellota
los señores madrileños;
y que a l v e r que los hidalgos
se v a n ya poniendo gruesos,
no h a de haber u n c o c h i n i l l o
que no se haga caballero.
— 6 —
ESTS. Dicen que las buenas mozas
en Madrid h a n decidido,
el gastar e n vez de lengua
una espada de dos filos.
Y ei hay guerra en este i n v i e r n o ,
los Walones y los Suizos
llevarán en vez de espada
guardapiés y rebocillo.
MAJAS. S i es l a lengua espada
en las madrileñas,
en los Estudiantes]
¿qué será l a lengua?
Faldas l l e v a n ellos,
faldas llevan ellas;
sólo saber falta
quiénes son más hembras.
ESTS. A pedir venimos
de Alcalá de Henares,
que las faldas quiten
á los Estudiantes.
Pues si son rebeldes
y s i son audaces,
es por llevar faldas
como las comadres.

TODOS. E S O es v e r d a d !
Estudiantes y Majas
buenos están.
¡Viva la sal!
el que quiera verdades
que venga acá.

ESTS. Qué es lo que vendes, niña


de ojos azules:
( Á unas vendedoras que pasan con cestas.)
VEND. A l m e n d r i t a s del Pardo,
bellotas dulces.
ESTS. Mucho cuidado,
que esas almendras tienen
el gusto amargo.
TODOS. E S O es v e r d a d .
Estudiantes y Majas
buenos están.
¡Viva la sal!
e l que quiera verdades
que venga acá.

(Lamparilla aparece por el fondo izquierda cea


una guitarra en la mano, y seguido de Lope y
varios majos.)

E S C E N A II.
MAJOS, E S T U D I A N T E S y L A M P A R I L L A .

LAMP. S a l u d , dinero y bellotas!


TODOS. E l barbero L a m p a r i l l a !
LAMP. Aquí esta para serviros
lo peor que hay en la v i l l a .
TODOS. Qué viene hoy buscando al Pardo
el asombro de Madrid?
LAMP. Á rezar á San Eugenio
y á comerme u n celemín.
TODOS. Que nos cuente sus hazañas.
UNOS. Haced corro.
OTROS. Oid.
TODOS. Oid.

L»MP. Y o fui paje de u n obispo


y criado de u n bedel,
y donado de u n c o n v e D t o
y ranchero de u n cuartel.
Y o f u i s a s t r e cuatro días,
monaguillo medio mes,
y n i el mismo diablo sabe
lo que he sido y lo que sé.
Ahora soy barbero,
y soy comadrón,
y soy sacamuelas,
y soy sangrador;
peino, corto, r i z o ,
y adobo l a p i e l ,
y echo sanguijuelas
que es lo que hay que ver.
— 8 —
Lamparilla sor,
Lamparilla f u i ,
este es el barbero
mejor de M a d r i d ;
Lamparilla fui,
Lamparilla soy,
y no hay nadie triste
en donde yo estoy.

TODOS. Lamparilla no,


L a m p a r i l l a sí,
este es el barbero
mejor de M a d r i d .

LA». Y o soy músico y coplero,


y organista y sacristán,
y en m i barrio no ha nacid»
otro yo para bailar!
Y o hago pasos de comedia,
sé francés y sé l a t i n ,
y siempre ando tras las mozas,
por supuesto... con buen fin.
Pongo sinapismos,
peino con p r i m o r ,
y tino las canas
de cualquier color.
Bebo como cuatro,
juego como seis,
y afeito á cien hombres
con l a misma nuez.
(Sacando una nuez del bolsillo y enseñándose .?,
1

público.)
Lamparilla fui,
L a m p a r i l l a soy,
nadie paga el gasto
en donde yo estoy.
L a m p a r i l l a soy,
Lamparilla fui,
yo soy el barbero
mejor de M a d r i d .

r » os.
B L a m p a r i l l a no,
L a m p a r i l l a sí;
este es el barbero
mejor de M r d r i d .
(En cuanto acaba la música todos le rodean.)

HABLADO.
EST. Víctor L a m p a r i l l a !
TODOS. Víctor!
LAMP. Á qué merienda me acerco?
M A J A 1. Aquí hay atún frito.
a

LAMP. Malo.
M A J O i . " Aquí hay caracoles.
LAMP. Cuerno!
Es voacé casado?
MAJO. ¡Vaya!
LAMP. Pues es manjar indigesto.
EST. Ecee cunieuli multi!
LAMP. Serán gatos; no me atrevo;
fuera comerme á mí mismo
y debo ser poco tierno.
M A J A 4." E n l a Plaza de Herradores
han abierto u n horno nuevo,
la hostería de B o t i n ,
y asan allí l o s corderos
de u n modo maravilloso.
LAMP. A y e r he visto el l e t r e r o .
Se hasan, eon ache, le sobra
ese guiso por lo menos.
M A J A 2.* Pues aquí hay dos, macho y h e m b r a .
LAMP. Probaré de los dos sexos.
¿Sabe ucé cuál es más duro?
M A J A 1. Y o creo que son gemelos.
a

LAMP. E S O le pasa a l m i n i s t r o
de Estado y á l a . . .
L»PE. Silencio!
Quiere voacé que nos pongan
á l a sombra?
LAMP. N O por c i e r t o !
Pues s i e n España prendieran
al que habla m a l del gobierno,
— 1 0 -
se quedaba sin vasallos
el pobre Carlos tercero.
M A J O 1 P e r o ¿y qué quieren ahora?
No han conseguido el destierro
de Esquilache? ¿No nos dejan
las capas y los sombreros?
¿No está el marqués de G r i m a l d i
al frente del ministerio?
LAMP. (Con misterio.)
Ahí está el q u i d . A h o r a d i c e n
que ese es el ministro huero.
Que todavía hay muchísimos
italianos por el reino
que gastan en macarrones
las cargas y los impuestos.
Que el infame Sabatini
ha creado los serenos
para espiar por l a noche
lo que hacen los madrileños,
y que s i alumbra las calles,
es sólo con el objeto
de que vean bien las tropas
como acuchillan al pueblo.
Hay quien dice que se trata
de establecer este invierno
contribución de consumos
sobre el vino, el pan y el queso,
las frutas, las carnes, todo!
y emplear ese dinero
en u n almacén de bichos
que se llamará el Museo.
D i c e n que va á suprimirse
l a ronda de pan y huevo,
y el rosario de l a A u r o r a ,
m a l para mí y los vidrieros,
yo porque arreglo cabezas
y faroles rotos ellos.
Dicen que el rey sólo gusta
de cazar liebres y ciervos,
mientras cazan 1 os ministros
pensiones y sobresueldos.
Estas son noticias frescas
— d i -

que esta mañana cayeron


en m i barbería, sitio
donde nobles y plebeyos
afeitan á todo el mundo
mientras que yo los afeito.
E S T . %.° G r i m a l d i es la salvación
de España. •
E S T . \.° M u c h o . ¡Un mostrenco!
un bribón! u n ambicioso!
¡Esquiladle era u n modelo
de ministros!
E S T . 2.* Esquilache!
M A J O 2 . " E l único hombre de mérito
es hoy el conde de A r a n d a !
LOPE. E l conde de Aranda! u n necio!
¿El que hizo el Observatorio?
Ese caserón tan feo
donde están siempre dos hombres
de guardia mirando al cielo
por unos tubos muy largos
á ver qué hace el Padre E t e r n o !
Floridablanca! ese sí
que es u n hombre de talento!
LAMP. Pues aquí tenéis de España
una copia y u n modelo.
Cuatro hombres, cuatro opiniones;
si habláramos con doscientos,
doscientos partidos, todos
con sus ministros diversos.
Sería pues necesario
para estar todos contentos,
que hubiera e n cada familia
un ministro por lo menos.
E S T . 1 .* ¿Cuál es l a opinión política
de s u merced?
LAMP. U n a tengo.
(Aparecen por el foro algunos Guardias Walona».
qne examinan con curiosidad la escena.;
TODOS. Cuál?
LAMP. Ser enemigo siempre
implacable del gobierno,
sea él que sea. Así gano
— 12 —

amigos, fortuna y crédito.


Como no manda más que u n o ,
y ese... no por mucho tiempo,
los restantes españoles
son de m i partido; y luego,
como en eso de ministros
está averiado el género,
y aquel que no es tonto es malo,
y aquel que no es malo es pésimo,
en hablando m a l de todos,
pero m u y m a l . . . siempre acierto.
(Mirando á los Guardias.)
Y basta ya de política,
que hay unos pájaros negros
por aquí quo no me gustan!
Merendemos!
TODOS. Merendemos!
LAMP. ( N O la he visto, y en su casa
no estaba ya!)
E S T . 1." (Dándole á beber de una bota.)
De lo bueno!
LAMP. (Después de beber.)
Laus Ubi Cristil
E S T . i." Deogratiasl
VOCES. (Dentro.) C o r r o !
IDEM. Corro!
ESTDS. Venga á vernof!
UNOS. La Paloma!
OTROS. La Paloma!
LAMP. (Ya está aquí.)
E S T . i.° Virtuti et mérito,
como dice en su leyenda
la cruz de Carlos tercero.
MAJAS. Ven acá!
LAMP. ¡Viva el asombra
de la calle de Toledo!
(Entra Paloma y todos la rodean.)
- 13 -

ESCENA ni.
MAJOS, E S T U D I A N T E S , L A M P A R I L L A , L A P A L O M A , por «1
foro izquierda.

MUSICA-
PALOMA. Como nací en l a calle
de l a P a l o m a ,
ese nombre me dieron
de niña en b r o m a .
Y como vuelo alegre
de calle e n calle,
el nombre de Paloma
siguen hoy dándome.
A u n q u e no tengo el cuello
tornasolado,
siempre está m i cabello
limpio y rizado.
Y aunque m i pobre cuerpo
no tiene p l u m a ,
siempre está fresco y blanco
como l a espuma.

E n lo l i m p i t a
paloma soy,
y salto y brinco
por donde voy.
Y á m i nombre de Paloma
siempre fiel,
n i tengo garras
n i tengo hiél.
TMOS. Y á S U nombre de Paloma
siempre fiel,
n i tiene garras
n i tiene hiél.

PALOMA. Como está m i ventana


cerca del cielo,
y por él las palomas
tienden el vuelo,
cuando veo e n mis vidrios
— 14 —
que el alba asoma,
tender quisiera e l vuelo
cual las palomas.
Pero al ver que las venden
en el mercado,
y que las pobres mueren
en estofado,
digo m i t a d en serio
mitad en broma,
ahay sus inconvenientes
en ser paloma.»

E n lo que a r r u l l o
paloma soy,
que siempre canto
por donde voy;
y á m i nombre de Paloma
siempre fiel,
busco u n palomo...
¿quién será él?

TODOS. Y á s u nombre de Paloma


siempre fiel,
busca u n palomo...
¡dichoso él!

HABLADO,

L AMP. Aquí está e l palomo, prenda!


P A L O M A . ¡Ay qué palomo t a n tierno!
LOPE. E l palomo L a m p a r i l l a ,
sacamuelas y barbero.
USAS. Paloma, ven.
OTRAS. Ven, Paloma!
P A L O M A . Dejadme dar u n momento
una vuelta por e l Sitio
y soy con vosotros luego.
LAMP. Para esa vuelta hace falta
alguien de acompañamiento.
(Desde que acaba la música de la pieza anterior,
se van alejando todospor distintos sitios, hasta orne
quedan solos la Paloma y Lamparilla.)
— 16 —

E S C E N A IV.
LA PALOMA, LAMPARILLA.

P A L O M A . Y es ese usté?
LAMP. Cabalito!
seis meses hace lo menos
que cambiando de bebida,
por usted bebo los vientos.
Y o la sigo cuando sale,
yo la calle l a paseo,
yo de entonarla canciones
seca la garganta tengo.
Pienso e n usté cuando como,
pienso e n usté cuando duermo,
y á más de u n desventurado,
por pensar e n ese cuerpo,
le he cortado media oreja
en vez de cortarle el pelo.
¡Palomita de mis ojos!
S i al pasar por S a n Lorenzo
ve usté u n a tienda m u y cuca
pintada de verde y negro,
con dos bacías de azófar
que al sol despiden reflejos,
y una muestra que hay pintada
una l a m p a r i l l a ardiendo,
con u n letrero que dice:
SACAMBRLAS Y B A R B E R O ,
hágame u n a seña a l punto,
entremos los dos corriendo
en l a iglesia á ver al c u r a ,
y al volver de ese paseo,
Palomita, en esa casa
tiene usté su comedero.
P A L O M A , E n u n a casita blanca
de l a calle de Toledo
y frente á l a Fuentecilla,
para mí arroyo y espejo,
teDgo u n palomar que envidian
las palomitas del c i e l o .
— 16 —.
Á l a vuelta de l a calle,
y casi pared por medio,
l a V i r g e n de l a Paloma
está velando m i sueño:
y como somos vecinas
y tanto l a adoro y rezo,
me manda de cuando en cuando
tantas nubes de su incienso,
que m i cuarto huele á g l o r i a . . .
¡Si estará bonito aquello!...
Pongo en llegando el verano
en l a ventana dos tiestos
con dos albahacas redondas
cubiertas con blancos lienzos,
en una jaula pintada
de verde, que cuelgo e n medio,
viene á comer e n m i mano
migas de pan m i j i l g u e r o .
U n a p i l i l l a de loza
en m i cabecera tengo,
y del Domingo de Ramos
ramas de oliva y romero.
Como soy huérfana y sola
y á mis solas salgo y entro,
para no volverme muda
siempre coso y canto á u n tiempo,
y como murió m i madre
en la alcoba donde d u e r m o ,
si no está llena de muebles
está llena de recuerdos.
Aunque me quiera u n poquito,
dígame el señor barbero
si vale s u r i c a tienda
pintada de vesde y negro,
con sus bacías de azófar
y su lamparilla ardiendo,
lo que para u n a paloma
ávida de aire y de cielo,
vale al palomar c h i q u i t o
y claro y l i m p i o que tengo!
LAKF. L a s palomas más bonitas, (conmueho apio™».)
me lo ha dicho u n pajarero,
— Í7 —
cuando no son criadoras,
la verdad, no tienen mérito;
y l a mujer más divina,
si juega s i n compañero,
aunque tenga buenas cartas
tiene que perder el juego.
Usté h a de q u e r e r , . , ¡es claro!
algo tendrá en ese pecho,
y usté pensará e n m i l cosas,
ya despierta, y a d u r m i e n d o ;
y por m u y bien que usté borde
y tenga damas á cientos
que la conozcan y e n c a r g u e n
mallas, basquinas y vuelos,
y p o r mucho que usté valga,
mañana se pincha u n dedo
y se queda l a paloma
sin algarroba... ¿y qué hacemos!
E n cambio con u n palomo,
aunque vengan malos tiempos, 1
él buscará l a c o m i d a
y los dos la comeremos.
¿Qué tal?
PALOMA. Merece pensarse!
y s i su amor fuera cierto...
LAMP. Antes de amor dije iglesia;
si no es prueba de amor eso...
P A L O M A . Soy aún j o v e n ! . . .
LAMP. S i el casarse
n u n c a fué COSa de V i e j o s ! (Con aire despreciativo )
¡Buenos pichones saldrían!...
P A L O M A . Tiene usté gracia!
LAMP. L O creo;
y eso es antes de casarme,
luego después será e l l o !
P A L O M A . Consultaré...
LAMP. ¿Con l a almohada?
Pues dirá q u e sí al momento.
L a pobre estará rendida
de tener u n hoyo en medio,
y en habiendo dos cabezas,
(Mareando con las manos un balanceo.)

2
— 18 —
se equilibra b i e n el peso.
P A L O M A . N O digo que sí...
LAMP. Me marcho!.
P A L O M A . N O digo que no!
LAMP. Me acerco.
P A L O M A . Deje payar unos meses...
LAMP. ¡Qué gana de perder tiempo!
P A L O M A . Y a vendrá la primavera,
y con el calor veremos...
LAMP. Créame usté, ese negocio
es mejor en e l i n v i e r n o !
P A L O M A . Me quiero usté hace medio año,
esperemos otro medio.
LAMP. Y entre tanto soy su novio?...
(Queriendo abrazarla.)
PALOMA. M i amigo... basta con eso!
LAMP. ¡Qué poquito es!
PALOMA. ¡Algo es algo!
LAMP. Tengo hambre y me dan hueso!
PALOMA. ¡Pues mientras llegue l a carne
se puede i r entreteniendo!
LAMP. E S O se llama, Paloma,
tratarme á cara de p e r r o ! . . .
P A L O M A . S i al cabo nos arreglamos!... (Mny detpacio.)
LAMP. Con tal que nos arreglemos!
P A L O M A . (Con rapidez y exageración.)
¡Ay, qué mozo, el que me saque
de m i calle de Toledo!
LAMP. ¡Ay qué barbera tan r i c a
voy á darle á San Lorenzo!
(Vánae de bracero por el foro de la izquierda.)

ESCENA V.
LA M A R Q U E S I T A , disfrazada y con manto, por la izquierda,
• 0. JUAN D E PERALTA, con capa, por detrás de la «asa.
examinando ambos la escena con precaución..

MUSICA.
SARQ. Este es e l sitio!
frente á l a venta.
— 19 —
JOAN. Esta es l a hora
y estas las señas!
MARQ. Y O sirvo al'Conde.
(Acercándose á D. Juan.)
JUAN. Y O á la Princesa!
MARQ. Solos estamos!
Es él!
JUAN. E S ella!

(Hermosísima es l a dama!)
MARQ. ( N O es m a l mozo ©1 embozado!) -
JUAN. S i yo enseño una sortija!...
(Enseñándole la mano )
MARQ. O t r a igual tiene m i mano, (id.)
JUAN. U n a l i a r e deben d a r m e .
MARQ. U n a contraseña aguardo.
JUAN. Floridablanea.
MARQ. E S la m i s m a .
JUAN. Dad l a l l a v e .
MARQ. (Dándosela.) Dad el brazo. ( D . Juan s« le da.)
JUAN. Dónde vamos!
MARQ. Á esa casa.
JUAN. Y la infanta?
MARQ. Está esperando.
(Los dos se dirigen á la ventana, cuya puerta es-
lará cerrada, y D. Luis de Haro, que sale por de-
trás, se les interpone.)

ESCENA Vi.!
LA M A R Q U E S A , D . J U A N , D. LUIS.

L»is. Pareja amartelada,


poquito á poco.
MARQ. A h ! (Desasiéndose del brazo de D. Juan.)
JUAN. A mí nadie me asusta!
LUIS. N i á mí tampoco.
MARQ. Tened por Dios prudencia! (Ap. á D . Juan.)
JUAN, (Ap. á la Marquesita )
(Qué es lo que hacemos?)
MARQ. (Esperad u n instaute
y ahora veremos!)
— 20 —
LUIS. ( Á la Marquesita.)
L a mujer que quiere á u n hombre
y le j u r a amor, por Dios,
y después se va c o n otro,
es que juega con los dos.
Explicadme esta entrevista
que he logrado averiguar,
y decidme cómo debo
tal conducta interpretar.
MARQ, E l amante que no fía
en la prenda de su amor
y l a acusa por liviana
y sospecha de su honor,
que l a deje y que l a olvide
para siempre es menester,
qus n i es noble, n i h a sabido
lo que vale u n a mujer.

Luu. E n vez de defenderse


me acusa á*mí!
MARO.. Lsouchar sus insultos
nunca creí!
JOAN. (Maldito contratiempo;
¿cómo podré
salir de esa emboscada?
yo no lo sé!)

LUIS. ( Á 1* Karquesita.)
Vos sois m u y dueña
de h u i r de mí,
pero este mozo
se queda aquí!
(Daran)c este tiempo la ventana de la bohardilla
de la venta se abre y se asoma nn hombre qne
examina la escena con cnriosidad.)
MARO.. S i insiste e n eso
repare b i e n ,
que ya no debe
volverme á v e r !
JUAN. S i insiste e n eso,
fuerza será,
que l i b r e el campo
— 21 —
me deje y a !
MARO- ( S i él á m i s palabras
crédito no d a ,
y arma aquí el escándalo
que buscando está,
qué va á ser de ese nombre?
qué será de mí?
¿qué dirá l a Infanta
esperando allí?)

Luis. (Bien descubre el traje


sus traiciones y a !
Cierto era el engaño,
á l a vista está.
A h o r a es necesario
que descubra yo
quién es e! que infame
me robó su amor.)

JUAN. (Ese amor nos pierde,


pasa el tiempo y a ,
la que vino intrépida
esperando está.
B u r l e usted í ese hombre
sea amante ó n o ,
6 antes que perdernos
le asesino yo.)
(La ventana de la bohardilla se cierra.)

HABLADO.
LUIS. A l t o ! ( Á D . Juan, que isa á retirarse.)
JUAN. Y O os juro volver!
Luis. Imposible!
SIARQ. P o r piedad!
Luis. S i no nos estorba nadie.
Lance es de u n rato no más.
(Examina la escena por todas partes.)
JUAN. (Con rapidez á la Marquesita.)
(Ved, señora, que ese hombre es
nuestro enemigo mortal!
Que es sobrino de G r i m a l d i ,
— 22 —
que Aranda con él está,
y ambos á Floridablanca
han jurado exterminar.
MARQ. Y a veis que le amo y le pie r d o ,
yo ya no puedo hacer más!) (Rumor dentro.)
Luis. Viene gente... e n otro s i t i o ! . . .
Vamos! (A. D. Juan con aire amenazador.)
MARQ. P o r Dios!
Luis. Apartad.
JUAN. (Ved á l a Infanta y decidla
lo que ocurre.
MARQ. Qué dirá?
JBAN. P r i m e r o que su secreto
l a vida me arrancarán!)
(La Marquesita se aparta de los dos, -y trata \ de
acercarse á la casa, pero entran por el foro la Pa-
loma, Lamparilla y Majos y Estudiantes.)

ESCENA VIL

D. LUIS, D . J U A H . la M A R Q U E S I T A , la P A L O M A , LAMPA-
R I L L A , MAJOS y E S T U D I A N T E S , que se quedan Hablando y
bebiendo en último término.

Luis. (Se Lablan e n voz baja!)


PALOMA. ( Á las qus aún están dentro.) Aquí!
LOPE. Y o no puedo bailar más;
estoy mareado!
M A J O 1." Y yo!
P A L O M A . Tratándose de bailar
yo no me mareo n u n c a !
MARQ. (Acercándose al corro y reconociendo a la Palo-
ma la llama aparte.)
¡Paloma!
PALOMA. Qué? (Volviendo la cabeza.)
MARQ. (Descubriéndose amella.) V e n acá!
PALOMA. (¡La Marquesita del Vierzo!) . -
Usía...
(Sorprendida y aportándose á la izquierda del ai
tor con ella.)
MARQ. (Me importa más
que l a vida que ninguno
25

m e descubra!...
PALOMA. V e n , Pilar!
(Llevándosela al corre abrazada.)
Aquí hay sitio para tí.
Y tU madre? (Con fingida indiferencia.)
MARQ. Buena está.
LOPE (Quién es esa guapa moza?) ( Á ^ n a Maja.)
LAMP. Dónde he visto yo esa faz?
P A L O M A . Toma! en el Humilladero;
si es sobrina del tío J u a n ,
hermanuco de las monjas
•Trinitarias!
LAMP. Si será...
(Pero tiene u n olorcillo (Ap. ¿ írfPatonu.)
á ámbar g r i s ! . . .
PALOMA. Qué nimiedad!)
L\MP. L o s conventos tienen siempre
un olor particular....
á bazjfia .. y esta huele
á dama de calidad!
PALOMA. Silencio!
MARQ. (Mirando i la «asa.) (Con tanta gente
por aquí, cómo ha de entrar?)
JOAN. ( A p . á Luis.) (Os l o j u r o por m i h o n o r !
hasta hoy no l a v i jamás!
Luis. Dontro de media hora aquí!
JUAN. M i palabra!
Luis. B i e n está!
JUAN. A h o r a dejadme y a l i b r e ,
y aunque tengáis m u c h o áfan
por saber de esta aventura
la ignorada realidad,
si queréis á esa mujer,
no l a preguntéis jamás
n i el motivo de esta cita
n i el por qué de su disfraz.
LUIS. Cómo?
-ÍUAR. Antes que contestaros
vida y amor perderá!)
(Se dirige á la casa, donde momentos antes habrá
aparecido un hombro recostado en el quicio de
puerta.)
— 24 —
Lws. (¿Qué es esto? ¡querrá c u b r i r
con s u misterio falaz
su descubierta traición?
Pero ella ¿dónde estará?
Ha huido s i n duda alguna!)
H O M B R E . (En la puerta.)
S e os sirve en e l soportal? ( Á D . Juan.)
no hay mesas!
JUAN. ( A I hombre con misterio.) (Floridablcmca.)
(Enseñando la sortija.)
H O M B R E . (Esa es la seña, Pasad!)
(D. Juan abre la puerta de la casa y entra vol-
viendo á cerrarla. E l hombre se retira por detrás
de la casa.)

ESCENA VIH.
DICHOS, menos D . J U A N .

MARQ. (Entró allí; y a se h a salvado!)


Luis. (Qué es lo que puede buscar
en esa venta cerrada?
Entraría ella quizás
antes que él, ó este negocio
más político será
que de amor? Buscarla q u i e r o ;
si no l a llego á encontrar,
aunque eche l a puerta abajo
él no se me escapará.)
(Se va por la derecha, mientras la Marquesita a*
oculta el rostro al pasar él.)

E S C E N A IX.
LA M A R Q U E S I T A , la P A L O M A .

Lamparilla y los demás en grupos á lo lejos, casi ocultos.

MARQ. U n hombre de confianza?


P A L O M A . Usía lo ha de juzgar!
MARQ. Te has enterado?
PALOMA. De todo.
MARQ. Ahora.
— 25 —
PALOMA. Usía lo verá.
MARQ. E l favor que vas á hacerme (Deteniéndola.)
con qué te podré pagar?
P A L O M A . E s s u casa l a p r i m e r a
que abierta para mí está:
socorrió á m i pobre madre
en s u última enfermedad,
y hasta m i pobre bohardilla
usía quiso llevar
las medicinas postreras
que iban á costarme más.
De cuantas damas i l u s t r e s
trabajo á mis manos d a n ,
n i n g u n a t a n generosa
para mí, n i c u n e a habrá
otra más llana y amable,
n i bella, n i p r i n c i p a l .
Pídame usía m i v i d a ,
esa es suya.
MARQ. B i e n está.
E l servicio que me prestas
fortuna te puede dar.
Quiero que la infanta m i s m a
te conozca.
P A L O M A . (Aturdida.) Á mí!
MARQ. S Í tal;
tus labores e n palacio
mejor pagadas serán.
P A L O M A . Señora...
MARQ. Que venga ese h o m b r e !
P A L O M A . P r e m i e Dios tanta bondad!

ESCENA X .
LA MARQUESA, la P A L O M A , LAMPARILLA.

MUSICA.

P A L O M A . L a m p a r i l l a ! (Llamando.)
LAMP. (saliendo del foro.) S e r v i d o r .
MARQ. Vaya u n n o m b r e !
— 26 —
PALOMA. V e n acá.
LAMP. Qué se ofrece!
PALOMA. Dos minutos
de atención.
LAMP. Pues aguí están.
P A L O M A . Esta joven...
LAMP. Guapa moza!
MARQ. Muchas gracias!
LAMP. N O hay de qué!
PALOMA. E S m i amiga!
LAMP. Y a lo es m i a !
MARQ. Bien te sirve!
LAMP. Pronto y bien.

PALOMA. P o r no sé qué a v e n t u r i l l a
muy difícil de eontar,
esta moza vino al Pardo
y á disgusto en él está!
LAMP. Y a ! ya!
PALOMA. Ya! ya!
MARQ. Y a ! ya!
Los T R E S . Ya! ya!

MARQ. S i como he venido sola,


sola tengo que volver,
pasarán las pobres monjas
u n disgusto m u y c r u e l !
LAMP. Muy cruel!
PALOMA. Muy cruel!
MARQ. M u y cruel!
Los T R E S . M u y cruel!

PALOMA. Y por eso es necesario


que encontremos u n galán
que l a dé hasta casa el brazo
sin volverla á ver jamás!
LAMP. L e tendrá!
PALOMA. L e tendrá!
MARQ. L e tendrá!
Los TRES. L e tendrá!
LAMP. (Colocándose en el centro.)
Conque es decir, señoras,
- 27 -
que aquí es preciso
topar con u n mancebo
prudente y listo.
Que riña s i es forzoso
por esta moza;
y que si vuelve á v e r l a
no l a conozca.
Mas s i m i boca cierro
y doy m i brazo,
yo quiero que me digan i
qué voy ganando.
MARQ. S i del lucro el deseo
tanto le exalta,
se ganará u n empleo
si le hace falta;
se ganará el mancebo
por ser hidalgo, ."
la amistad de dos hembras
que valen algo:
y ganará, s i sale
bien de l a b r o m a ,
una misa en l a V i r g e n
de l a P a l o m a !
PALOMA. Ganará L a m p a r i l l a ,
y es lo primero,
llevar u n cuerpo a l lado
con tal salero.
S e r v i r á unas personas
muy principales,
y poner e n t u muestra
las armas reales;
y s i antes quiere á cuenta
u n daca y t o m a ,
aquí los brazos tiene
de l a P a l o m a ! (Tendiéndole leí brazo*. ¡

LAMP. Negocio h e c h o l (Abr»i4»doia.)


PALOMA. N O s i n trabajo!
MARQ. Y O soy su maja!
LAMP. Y o soy su majo!
Á dónde vamos?
MARQ. Hacia M a d r i d ,
— w—
que ya no hay nada
que hacer aquí.
L*MP. (Apartándose de las dos.)
( L a m p a r i l l a , s i hoy eres discreto
y s i sabes guardar u n secreto,
l a fortuna en t a n crítico lance
es probable te venga á ayudar.
L e n g u a muda, cortés continente,
sé leal y callado y prudente,
y aun así es m u y posible que vayas
á presidio mañana á p a r a r . )
P A L O M A . Y o lo j u r o , señora, e l secreto;
L a m p a r i l l a sabrá ser discreto,
y aunque ardiera m i barrio esta nocht
esta intriga n i n g u n o sabrá!
,. ¿iPpr l a venta e l c a m i n o se acorta;
i4o.s pronto s i tanto os i m p o r t a ,
que s i acaso cualquiera os persigue
defenderos ese hombre sabrá!
MARQ. S i ese mozo es prudente y discreto
y s i sabe guardar u n secreto,
del servicio que hoy hace á u n a dama
largo premio mañana tendrá!
Honra y vida esta noche te debo;
m i alma henchida de júbilo llevo,
donde quiera me arrastre e l destino
para tí m i cariño será.
(La Paloma se va por el foro.)

ESCENA XI.
LA M A R Q U E S I T A , LAMPARILLA, después D. LUIS.

HABLADO.
LAMP. Cuando se le antoje, prenda. (Le da el b r « o .
Qué pareja más b i z a r r a !
MARQ. P i l a r me l l a m o !
LAMP. Pilar,
c h i c a , vamonos á casa!
Apóyate, b i e n ! . . .
MARQ. No tanto!
— 29 —
•LAMP. Qué quiere usté? algo se gana!
Vamos.
MARQ. O h ! Dios!
(Retrocediendo al ver á D. Luis, que aparece per
detrás de la venta.)
LAMP. Qué hay?
MARQ. Perdidos
somos!
LAMP. ( Y a empieza l a danza?)
Luis. Otra vez y con otro!
LAMP. Que se te va á h i n c h a r l a cara
de tanto comer bellotas!
(Queriendo llevársela.)
Luis. Qué es esto!
LAMP. Vamos.
MARQ. (Desasiéndose del brazo de Lamparilla,) PtJeVbfd!)
(Apartándose á un lado con D. Luis, eos rapidez.)
S i e n algo m i amor estimas,
si tanto e n m i amor reparas,
comprende que no es posible
tanto baldón en t u dama.
S i m i disfraz te sorprende,
si m i s parejas te a l a r m a n ,
y s i con razón te chocan
m i conducta y m i s palabras,
comprende que para tanto
tendré razones más altas
que u n vergonzoso capricho
c u y a sospecha me i n f a m a .
Más te quiero que á m i v i d a :
tienes m i oferta sagrada
de admitirte por esposo
si m i amor oculto guardas,
pero antes que hoy m i secreto
por tí de mis labios salga,
perderé t u a m o r . . . m i h o n r a :
ahora s i te atreves, h a b l a !
LAMP. ( E l aparte se prolonga,
el intruso no m e agrada,
y este oficio de discretos
me v a haciendo poca gracia!)
Lms. Vete, pues, y Dios te guarde!
— 30 —
Cuando el otro hidalgo salga,
sabré de grado ó por fuerza
la verdad de cuanto pasa.
MARQ. N O le esperes.
Luis. De salir
me ha dado mano y palabra.
MARQ. O h ! qué has hecho?
Luis. Tener celos! f.
MARQ. Imposible que me vaya
dejándole aquí!
Luis. Qué dices?
MARQ. S i se pierde por t u causa,
si por t u amor le descubren,
¡malhaya t u amor, malhaya!
Luis. ¿Tanto le amas según eso!
LAMP. Cuando usté guste, madama!
MARQ. (Cómo hacer para que huya?
T a l vez l a muerte le aguarda!)
Luis. Qué agitación!...
MARQ. ( Á Lamparilla.) O h ! Venid!
(Trayendo gente á l a casa,
y baile, y música, puede
que l a confusión...)
(Váse por el foro corriendo.)
LAMP. E n marcha!
(Esta moza es una ardilla
y yo voy á ser su jaula!)
(Al marcharse detrás de la Marquesita, 1}¿ Lmis
le detiene con ademan amenazador.)

E S C E N A XII.
L A M P A R I L L A , D . LUIS.

Luis. ' Poco á poco!


LAMP. Señor mió,
me aguarda m i compañera!...
Luis. Que me explicarais siquiera..
LAMP. N O sé nada de este lío!
Luis. E S u n secreto profundo
también aquí vuestro nombre?
LAMP. No t a l ! S i yo soy el hombre
— S i -

mas conocido del m u n d o !


Luis. E n armas ó en letras brilla?
LAMP. B r i l l o en l a l u s que derramo;. T<
¿no he de b r i l l a r , s i me llamo
el barbero Lamparilla?
Luis. Sí que vuestro nombre oí,
pero no sé e n qué ocasión!
LAMP. Haciendo de comadrón
ó en algún zaquizamí,
ó dictando una c a r t i t a
á algún caballero zote, j|
ó afeitándole el cogote
á algún fraile c a r m e l i t a ,
ó en u n baile de c a n d i l ,
ó e n u n sarao p r i n c i p a l ,
ó llevando algún c i r i a l ,
ó poniéndome u n mandil, ~+
ó tiñendo el pelo á u n conde,-
ó sacando algunas muelas,
ó aplicando sanguijuelas...
sabe Dios cómo y en dónde!
Y o manejo pronto y bien
el misal, la pandereta,
la navaja, l a lanceta,
la bacía y la sartén,
y l a vihuela y l a espada,
y l a capa, que es más grave;
pues y manejar el clave?
pues y u n caballo? ¡ahí es nada!
Pues y l a escopeta?... phsi!
Pues y u n a calesa?... B a h !
Pues y l a lengua?... Hasta a l l á ! 3
Pues y los pies?... Hasta allí!
(Aprieta á eorrer y desaparece por el foro.)

E S C E N A XIII.
D. IX'IS, á poco D . PEDRO embozado, por el for« ¡zquieiila.

L ' IS. Ridículo era m i afán


y en burlarme halló ocasión^
Hombre de tal condición,
— 32 —
¿cómo h a de ser su galán!
Mas si es cierto que tampoco
el otro vino por e l l a ,
va m i pasión por Estrella
á hacerme pasar p o r loco.
Qué haré?
( A l volverse ve i D. Pedro que baja apresurado
al proscenio.)
Don P e d r o !
PEDRO. (Sorprendido al verle.) Don L u i s !
Soy feliz e n encontraros!
Luis. Qué ocurre?
PEDRO. Vengo á salvaros
s i aún es tiempo!
Luis. Qué decís?
PEDRO. Que á G r i m a l d i , vuestro t i o ,
quieren matar esta noche
cuando de Palacio e n coche
vuelva á su casa!
Luis. Dios mío!
PEDRO. E n el parte detallado
que e l Alcalde me procura,
da u n a descripción secura
del c r i m i n a l atentado,
y me dice tenga e n cuenta
que aquí en los alrededores
del Pardo, están los traidores
ocultos en una venta.
Luis. Vanos serán sus afanes
aunque l a corte se hunda!
PEDRO. E n Palacio hay quien secunda
según parece sus planes.
Luis. Imposible.
PEDRO. Elreysefué,
anoche de caza, y vieron
á dos damas que salieron
de madrugada y á pie!
LUIS. Qué decís?
PEDRO. Que pieza á pieza
se ha registrado hoy despacio.
¡La infanta no está en Palacio!
Luis. No habléis c o n t a l ligereza!
— 53 • 35S

( A h ! Y a comprendo! Eso es!


ahí dentro u r d e n l a trama,
y ella, e n salvar á su ama
cifra sólo su interés.)
Cuanto habéis dicho es verdad.
E n estos alrededores
están los conspiradores.
PEDRO. Oh!
LUIS. E n esa casa! A g u a r d a d .
P o r s i acaso esas personas
deben c u b r i r su semblante
ante el pueblo, y a u n delante
de vuestros Guardias walonas,
traed la silla de manos
en que yo mismo he venido,
y que l a acerquen s i n r u i d o !
PEDRO. ¿Para qué escrúpulos vanos?
Son reos de alta traición!
LUIS. Obedeced y yo fío
que os lo aprobará m i tio!

ESCENA XIV.

BICHOS, la MARQUESA y la PALOMA en el foro; LAMPARI-


LLA á su lado, sin que los vean les de la escena.

MARQ. (Son ellos! no hay salvación!


S i descubiertos están
los perderán sin remedio!)
BIS. S i n que nadie lo sospeche,
vayan los Guardias viniendo
uno á uno. L a litera
en esa puerta. Silencio
y discreción!
MARQ. (Llamándole.) (Lamparilla!)
Luis. Á m i voz, todos adentro!
(Váse D. Pedro por delante de ia casa: D. Luis se
emboza y observa desde la derecha on primer tér-
mino.)
MARQ. Tomad esta llave, dad
l a vuelta á l a casa!

3
— 34 —
LAMP. Bueno!
MARQ. Haced que escapen a l p u n t o
la dama y el caballero
que están en el piso bajo.
LAMP. Vos!
MARQ. Y O apartarme no puedo
de aquí! S i abren esa puerta
antes que lleguéis, s o n muertos!
LAMP. A v e María Purísima!
MARQ. Esa llave á u n pozo luego.
LAMP. ( L a m p a r i l l a de m i s ojos,
te van á ahorcar sin remedio!)
(Váse con rapidez detrás de la casa.)
PALOMA. (En voa sita.)
¡Por aquí los de l a jota!
que hay sitio!
ESTÜDS. (Saliendo.) Siga el j a l e o !

ESCENA XV.
D . LUIS, medio oculto e a l a derecha. LA P A L O M A y los
MAJOS y E S T U D I A N T E S , llenando la escena; la M A R Q U E S I -
T A , observándolo.lodo desde la izquierda; los G U A R D I A S
WALONAS «airando á poco con aire indiferente; D . P E -
DRO hablando con ellos.

P A L O M A . U n baile de despedida!
LlIES. (Viendo á la Marquesita.)
( E l l a otra vez! o h , no quiero
descubrirla y descubrirme.
Sólo así salvarla puedo!
Y a van llegando!...) ( A l Yer á los Guardias.)
PEDRO, ( Á los Guardias.) Cautela.
P A L O M A . E a ! m u c h a c h o s ! á ello!
(Los Estudiantes cantan, y en medio de la escena
se arma un baile de majos. Otros majos tocan l a s

guitarras.)

MUSICA.
ESTÜDS. Y a los estudiantes, madre,
han venido de Alcalá,
— Z5 —

y antes de Noche-Buena ,
se v a n á desaminar.
Unos de l a t i n ,
otros de m o r a l ,
y otros de gazuza
experimental.
14to GENERAL. Á l a jota, j o t a ,
de los estudiantes,
que con l a botella
se pondrán más grandes.
Á la jota, jota,
tienen u n tragar,
que c o n l a bellota
van á reventar.
(Durante la copla, entran por el foro dos hombres
con una silla de manos ton cortinillas, que colo-
can en el portal sin que lo note el pueblo. Los
Guardias se agrupan alrededor de la casa tapan-
do la puerta.)

Luis. Á mí los Walonas!


(Se para el baile. Soipresa g-eneral.)
TODOS. Qué es esto? qué pasa?
PEDRO. Que a r r i m e n l a s i l l a !
que cerquen la casa!
GUARDIAS. (Dando culatazos en la puerta.)
A b r i d esa puerta
en nombre del Rey!
TODOS. Qué ocurre?
MARQ. (¡Dios haga
que libres estén!)
(La puerta se abre. Varios Guardias entran: los
demás llenan el soportal, y el pueblo se agrupa
alrededor de la casa. Gran tumulto y confusión.)
GUARDIAS. Y a se abre!
PEDRO. Adelante;
entrad y prended
á todos los que haya
en nombre del R e y !
MARQ. (Ap. á D. Luis, que se ha acercado á ella.)
(Don L u i s , qué habéis hecho?
Luis. Vengarme tal vez!
_ 56 —
MARQ. P e r d e r m e , y quién sabe!
Perderos también!)
GüMDIAS. Un h o m b r e ! . . . (Asomándose á la puerta..)
PEDRO. Á la silla!
GUARDIAS. Papeles! (Entregándole unos papeles.)
PEDRO. Á ver!
MARQ. (Huyamos! Dios santo,
apiádate de él!) (Váse con rapidez.)
(Acercan la silla de modo que cubra la puerta.
Los Guardias la rodean: el pueblo ¡ se arremolina
y da saltos para verla mejor.)
LUIS. (Salvando á m i tío
tal vez te perdí!
Allá voy dispuesto
á m o r i r por tí!)
(Váse detrás de l a Marquesita.)
PEDÍ». Á M a d r i d al p u n t o !
á M a d r i d c o n él!
Y o á Palacio pronto
á dar cuenta a l R e y !
(Empieza & andar con la silla. Guardias delante y
detrás. D. Pedro al lado.)
CORO G E N E R A L . S i será judío!
si será u n ladrón!
si será u n negocio
de l a Inquisición!
( A l llegas la silla frente al público, se alza l a
cortinilla y asoma la cabeza Lamparilla.)
LAMP. Lamparilla f u i !
Lamparilla soy!
y en silla de manos
sentadito v o y !
(Deja caer la cortinilla. E l pueblo sryue á los
Guardias. Telón rápido.)

FIN D H LACTO PRIMERO.


ACTO SEGUNDO.

ÍLa plazuela de Lavapiés.—Á la derecha del actor, la man-


zana que da á la C A L L E DEL A V E - M A R I A , y figura ser
un edificio antiguo con puerta grande y rejas practica-
bles y un escudo de piedra en la fachada.—A la izquier-
da l a BARBERÍA DE L A M P A R I L L A , con vistas y puer-
tas al público y á la escena, §*e es lá prolongación de la
C A L L E DE L A F E . En el foro, í U Ujos de la iglesia de
San Lorenzo. Casas á ios dos lados, fres faroles en las
esquinas que se enciende* ¿ s% tiefepo. Ea la tienda dos
bacías de azófar colgadas, y la muestra con una lampari-
lla pintada en medio, y na letrero que dice: S A C A M U E -
LAS Y B A R B E R O . Dentro de la tienda sillas de paja,
dos sillones de baqueta y espejos de cornucopias» Bacías
de hojadelata y una guitarra colgada y un vasar para na-
vajas. Una trampa practicable ea el suelo de la tienda coa
una anilla de hierro.

ESCENA PRIMERA.

G U A R D I A S , MANCEBOS, PARROQUIANOS.

A l levaatarse el telón, una ronda de Guardias walonas cra-


sa la escena del foro al proscenio, mientras en la barbería
hay dos Mancebos afeitando y cortando el pelo á dos Par-
— 38 —
roquianos. La tienda llena de hombres del pueblo, l a ac-
ción empieza poco antes de anochecer* Las puertas y rejas
do la casa de la deiecha, cerradas.

MUSI CA.

GUARDIAS. Aquí está la ronda


para proteger,
á los faroleros
al anochecer;
que les Hueven piedras
y h a n herido tres
cuando los faroles
vienen á encender.
Siga la p a t r u l l a ,
avance el r e t e n . . .
(Desaparecen por el foro derecha.)
M A N C E B O S y P A R R O Q U I A N O S . (En la tienda.)
¡Pobre L a m p a r i l l a ,
qué habrá sido de él!
(Salen de la tienda todos los Parroquianos y cua-
tro Mancebos detrás con los paños de la barba y
navajas y tijeras.)
PARS. S i sigue de su tienda
ausente L a m p a r i l l a ,
ningún cristiano puede
sus pudrías traspasar.
Sus bárbaros mancebos
afeitan de tal modo,
que vamos en sus manos
el cutis á dejar.
OTROS. ¡Jesús que trasquilones!
qué mano y qué tijera!
mejor que peluqueros
verdugos pueden ser.
S i sigue de su tienda
ausente L a m p a r i l l a ,
aunque me arrastre el pelo
aquí no he de volver!
L O P E y LOS T R E S M A N C E B O S .
Pero señores...
¿qué hemos de hacer?
— 39 —
PARÍ. Á los infiernos
id á aprender.

Uses. ¡Lamparilla afeitaba en u n vuelo!


¡Lamparilla nos daba jabón!
nos ponía aceite en el pelo,
reía y hablaba
y á todos llevaba
u n real de vellón.

OTROS. ¡Lamparilla e n l a piel más oscura


no dejaba n i u n solo cañón!
Y con mano serena y segura
reía, afeitaba,
y á todos nos daba
su conversación!

TODOS. L a m p a r i l l a era asombro del m u n d o ,


L a m p a r i l l a era afable y cortés,
Lamparilla no tiene segundo!
S i tarda otro d i a
ya no hay barbería
en el Lavapiés.
L O P E y MANCEBOS.
¡Muy triste es! ¡muy triste es! ¡muy triste es!
PARS. E S O es! eso es! eso es!

(Vuelve á pasar la patrulla por el foro de derecha


á izquierda.)
GUARDIAS. ¡Siga l a patrulla
y observe el reten
quien faroles rompe
hace más de u n mes.
S i los majos v i v e n
á oscuras tan b i e n ,
jamás habrá luces
en el Lavapiés.
Siga l a patrulla,
avance el r e t e n . . .
(Desaparecen de la vista del público.)
MANCEBOS y PARROQUIANOS.
¡Pobre L a m p a r i l l a !
— 40 —
¿Qué habrá sido de él?

E S C E N A II.
DICHOS, L A M P A R I L L A , por la calle dol fondo.

LAMP. ¡Mil gracias, vecinos!


TODOS. L a m p a r i l l a aquí! (Con gran alegría.)
LAMP. Y a v e n sus mercedes
que no me perdí!
PARS. Cinco dias hace
que aquí no se os ve.
LAMP. E n lo que consiste
ahora os contaré.
L O P E y MANCEBOS.
¡Ay maestro mió!
¿Cuéntenoslo usté!
PARS. ¡ l y vecino nuestro,
cuéntenoslo usté!

LAMP. Por salvar... yo no sé cómo,


de u n peligro... á no sé quién,
en l a cárcel... no sé cuál,
me metieron... no sé á qué!
Más de c i e n declaraciones
me h a n tomado s i n cesar,
y yo he respondido á todas
de este modo s i n g u l a r :
— ¡ Y o nada v i ! —
— Y o nada hablé!—
— Y o nada o í ! —
— Y o nada s é ! =
— Y o n i escribí—
— n i conspiré;—
—¿qué hago yo aquí?—
—¿cuándo me iré?—

Creo que hay... yo no sé dónde,


u n complot... yo no sé cuál,
para h a c e r . . . no sé qué cosa,
que es preciso averiguar.
Y los jueces y escribanos
— 41 _
esperaban que iba yo
á aclarar de ese misterio
toda l a complicación.
— M a s como allí—
— d e buena fe—
— y o nada v i —
— n i nada sé,—
— t a n listo f u i —
— q u e hoy escuché:—
¿Qué hace usté aquí?—
—¡Vayase usté!—
Y el barberillo Lamparilla
apretó á todo correr,
desde l a cárcel de V i l l a
al barrio de Lavapiés.
T»BOS. Y el barbero L a m p a r i l l a
apretó á todo correr,
desde l a cárcel de V i l l a
al barrio de Lavapiés.

HABLADO.
L i M P . Gracias» Dios, oh Penates! (Mirando á m e a » . )
que os echo l a vista e n c i m a !
¡Con qué suaves movimientos
me saludan m i s bacías!
¡Con qué gozo m i s Mancebos
me sonríen y me m i r a n !
Y con qué placer tan grande
las desolladas mejillas
de m i s caros parroquianos
agradecen m i venida!
PAR. l.°
S i no vienes hoy, mañana
toda t u parroquia e m i g r a !
P A R . 2 . " E n t u casa se desuella!
P A R . 1." E n t u casa se trasquila!
P A R . 2." T u casa es el matadero!
P A R . i.' T u tienda es carnicería!
LAMP. Aquí estoy ya para todos!
P A R . 1." Pero ¿por qué á esta f a m i l i a
(Porlos Mancebos.) i
— 42 —

no l a enseñas á i m i t a r l e
en prontitud y pericia?
LAMP. Son, como españoles, gente
algo desagradecida,
y en cuanto supieran algo,
sólo por rabia y envidia,
me pondrían cuatro tiendas
frente de m i barbería,
por ver, aunque se a r r u i n a r a n
si algún perjuicio me hacían.
Así los conservo siempre
en ignorancia crasísima,
y soy sabio y ellos brutos,
con ventaja suya y m i a .
P A R . 1." ¿Y por qué te han preso?
PAR. 2.° ¿Cuándo
te echaron la mano encima?
LAMP. ( S U orden me manda ser
reservado; hay que c u m p l i r l a ! )
L a noche de San E u g e n i o ,
(inventando lo que diee.)
cuando del Pardo volvia,
se conoce algo alumbrado,
me hizo daño la l u z viva
de los faroles que h a puesto
Sabatini por l a v i l l a ,
y rompí catorce ó quince
en el b a r r i o !
P A R . i.° E S O será!
P A R . 2 . ° Ese habrá sido el pretexto,
pero la causa verídica
de t u prisión, es que saben
que hablas m a l y sin medida
del gobierno,
LÍMP. Pues entonces
equivocas las noticias.
Me han preso porque no hablo
bastante m a l todavía.
P A R . i.° D i c e n que G r i m a l d i ha estado
m u y expuesto en estos días.
P A R . 2 . ° ¡Querían asesinarle!
Y han preso á los dos Garcías,
— 45 —
los quinquilleros que tienen
su tienda en l a E s c a l e r i l l a .
LAMP. Señores, estoy cansado;
dejemos pues la política
para mañana, á la hora
de la barba, que p r i n c i p i a
m i personal ejercicio!
Raparé vuestras mandíbulas.
os echaré sanguijuelas
si alguno las necesita;
á vuestras caras esposas
haré dos ó tres sangrías,
medicina conveniente
á l a paz de las familias;
y s i traéis u n m i n i s t r o
cualquiera á m i barbería,
mis mancebos sin notarlo
le degüellan en seguida.
UNOS. ¡Lamparilla, bien venido!
OTROS. ¡Buenas tardes, L a m p a r i l l a !
LAMP. Hasta mañana. (No estoy
muy tranquilo todavía.)
(Entra en la tienda con los Mancebos. Lo» Parro-
quianos se van por distintos lados. Á poco se van
Lamparilla los Mancebos por la trastienda y
queda solo Lepe punteando la vihuela.)

E S C E N A III.
LA MARQUESITA y la P A L O M A , por el foro derecha,
recatándose.

MARQ. ¿Cumplió el carcelero?


PALOMA. ¡"Vaya!
MARQ. A l oro no hay quien resista!
¿Está ya en su tienda?
P A L O M A . (Mirando á la barbería.) Allí
le veo!
MARQ, Pues tú le explicas
lo que de él espero.
PALOMA. Temo
que renuncie á la partida.
MAKQ. ¿Por qué?
— 4 4 —

PALOMA. Porque como h a estado


preso e n l a cárcel de V i l l a ,
conspirando sin saberlo,
sólo por servir á usía,
s i ahora conspira de veras..,
MARQ. N O temas; si ahora conspira
quien le ha libertado puede
libertarle todavía.
PALOMA. Y a se l o diré.
MARQ. Ademas,
en t u amor su bien no cifra?
Si tú le pones por cebo
tu mano, y soy la m a d r i n a
de l a boda, me parece
que accederá.
PALOMA. E S O sería
ó tasarme yo m u y a l t o ,
ó comerciar con m i dicha.
S i él os hizo u n g r a n servicio
pagádsele á vuestra vista;
doblad, s i es justo, la paga,
pues queréis que más os sirva,
pero no con m i persona
le paguéis deudas políticas,
que s i yo quiero pagarle
esas... son ya cuentas m i a s !
MARQ. Dices b i e n . Pero y o puedo
contar contigo?
PALOMA. N O olvida
quien agradece. ¡Soy vuestra!
MARQ. Con condiciones!
(Lamparilla entra en la trastienda.)
PALOMA. Decidlas.
MARQ. S i triunfamos esta noche,
y al l u c i r el nuevo d i a
el conde Floridablanca
á servir a l r e y p r i n c i p i a ,
tendrás cuanto te se antoje.
Mas s i l a suerte enemiga
vence á los que sólo anhelan
ver á España grande y r i c a ,
no quiero yo injustamente
_ 45 —
arrastraros e n m i r u i n a .
E l cofrecito de plata
que deposité yo misma
en t u casa ayer, es t u y o .
S i trascurren ocho dias
sin saber de mí, no esperes
para abrirle más noticias.
T e n l a llave y sé dichosa
con él en memoria m i a .
(Dándole ana llayecita sujeta con ana cinta, que
la Paloma se cuelga al cuello.)
P A L O M A . U n a p r e g u n t a , señora.
Yo no sé de esas i n t r i g a s ,
pero e n el plan de esta noche,
para el que queréis que os s i r v a ,
¿hay tal vez que verter sangre?
MARQ. E n ese complot no hay víctimas.
Se trata de que el r e y tenga (Bajando la TOZ. )
una forzosa entrevista
con F l o r i d a b l a n c a . E n ella
desarrollará á l a vista
del rey todos sus proyectos,
sus esperanzas legítimas,
su talento, su experiencia,
y l a infanta María L u i s a ,
esposa del heredero
del trono, que ya adivina
e n F l o r i d a b l a n c a el hombre
que la patria necesita,
apadrinará sus planes,
y mañana a l ser de d i a
verá l a corte con júbilo,
sin que haya sangre v e r t i d a ,
que el conde F l o r i d a b l a n c a
gobierna l a monarquía.
P A L O M A . Y entonces ¿á qué esas armas
e n vuestra cueva escendidas,
esa mordaza, esas cuerdas!
MARQ. Te he dicho que esa entrevista
ha de ser forzosa. Cuantos
en Floridablanca m i r a n
sus maldades descubiertas,
— 46 —

castigando su codicia
para alejarle del r e y
desterrado le tenían.
Saben que ha escapado; temen
que le vea ó que le e s c r i b a ,
y al rey rodean de modo,
que en caza, en paseo, en misa,
que sin u n golpe de mano
nuestra causa está perdida.
Esta noche c o n u n falso
anónimo, e n que se avisa
á Grirnaldi y sus parciales
que el conde está e n la hostería
de Herradores, irán ellos:
nuestra gente se echa encima,
y mientras que maniatados
en m i sorda cueva g r i t a n ,
disfrazado entrará el conde
en Palacio por l a m i n a
del campo d e l Moro; apenas
sea ministro se firma
el destierro de G r i m a l d i .
y desde m i casa m i s m a
quedarán él y sus cómplices
en poder de la j u s t i c i a .
P A L O M A . Para mí, pobre mujer,
todos esos son enigmas.
Pero os hago falta: á nadie
se quiere quitar l a v i d a ;
disponed de mí, y decidme
qué queréis de L a m p a r i l l a .

(Lope entra en la trastienda, y la barbería se que-


da sola completamente.)
MARQ. Para que todas las rondas
puedan perdernos de vista,
y á oscuras mejor se pueda
dar á nuestra empresa c i m a ,
es fuerza que aprovechándose
de la necia antipatía
del pueblo al nuevo alumbrado,
treinta hombres en las Vistillas
y en Lavapiés, rompan los
47 —
faroles de las esquinas,
y c o r r a n , para que los guardias
y serenos los persigan,
dejándonos libre el campo
de curiosos y de espías.
U n doblón á cada u n o .
(Leda an bolsillo de monedas.)
Tú mientras, al punto avisa
al duque de Arco y seis hombres
que están e n la alojería
de Antón M a r t i n , y que vengan
. á m i casa: !a consigna
tiene el portero: Santiago:
él l o s abrirá e n seguida.
PALOMA. Voy.
MARQ. (Deteniéndola.) Y adiós.—Si al cabo salen
mis esperanzas fallidas
y pagamos nuestras culpas
con el destierro ó la vida,
el cofrecito de plata
es tuyo!
PALOMA. Descuide usía!
Allí esperará su vuelta
con l a llave en esta c i n t a .
Y antes de a b r i r l e , aunque caiga
de hambre y de miseria herida,
sabré vender sin tocarle
los clavos de m i bohardilla.
MARQ. ¡ T U alma e n v i d i o ! (Abrazándola.)
Luis. A l fin os hallo.
(Presentándose de repente por la derecha.)
P A L O M A . (¡Todo lo haré!)
(Con rapidez marchándose por el foro de ladereeha.)
MARQ. (Anonadada.) (¡Soy perdida!)

E S C E N A IV.
LA M A R Q U E S A , D . LUÍS.

MÚSICA.

Luía,.. E n una casa solariega


- 48 —

que está en l a plaza


de Lavapiés,
vive u n a linda Marquesita
que le dio á u n hombre
su amor y su fe.
De dia y de noche á todas horas
en esa calle
el hombre está,
y n i á ventanas n i á balcones
sale á mirarle
l a dama y a .
S i de esta historia verdadera
ningún vecino
os enteró,
deciros puedo que esta es l a calle
y vos la dama
y el hombre y o !
MARQ. Hay en Madrid u n caballero
á quien amaba
una mujer,
y los dos eran en amores
constante ella
y amante él.
Por unos celos infundados
ó una sospecha
aleve y r u i n ,
e l caballero faltó á l a dama
y esos amores
tuvieron fin!
Desde aquel dia aunque él se empeña,
l a dama á verle
ya no volvió,
y nuestra historia se ha concluido,
que él fué grosero
y altiva yo.

LUIS. ¡Guando bien se a m a


nunca se olvida!
MARQ. ¡Mal quiere u n alma
si está ofendida!
LBIS. ¿Y si el que ofende
pide perdón?
— 4 » —

No hay s i n castigo
absolución!
LUIS. Dámele pronto,
que ya le espero.
MARQ. Á las andadas
volver no quiero.
LUIS. ¡Creerá en vos siempre
m i corazón!
MARQ. Oid primero
m i condición.

E n cuatro dias
no me verás.
LUIS. ¡Cielos!
MARQ. Ó á hablarme
no vuelvas más!
LUIS. ¡Destierro injusto!
¡fiero r i g o r !
MARQ. Corta es l a prueba
para t u amor!
¡Ni aun por m i calle
te quiero ver!
LUIS. ¡Extraña muestra
de t u querer!
MARQ. Sólo así puedo
darte el perdón.
LUIS. ¡Fiero es, Estrella
t u corazón!

(Aunque yo m u e r a
de amor por él,
l a voz es antes
de m i deber!
MARQ. Cumple hoy, E s t r e l l a ,
t u obligación,
y despedácese
m i corazón!
(áu despedirme
injusta y c r u e l ,
hay u n secreto
que aclararé.
L»IS. Quiero las pruebas

4
— 50 —
de su traición
y despedácese
m i corazón!)
L»s DOS. Aunque yo m u e r a , e t c . — E n despedirme, etc.

HABLADO

Luís. ¿Insistes, t i r a n a E s t r e l l a
en esta ausencia forzosa!
MARQ. Sólo así seré t u esposa.
Luís. ¿Tan cruel siendo t a n bella?
MARQ. Cuatro dias de tardanza
no son t a n gran sacrificio.
LUIS. Sereno y claro es t u j u i c i o .
MARQ. Impaciente es t u esperanza!
Y adiós! S i m i amor deseas,
si por mí quedas sin calma,
si m i amor vive e n t u a l m a ,
fia en mí, más no me veas.
LUIS. ¡Oye, detente!
MARQ. ¡No más! (Alejándose de él.)
LUIS. Estrella, vas á u n abismo!
MARQ. Vete!
LUIS. Repara...
MARQ. ¡Ahora m i s m o ,
ó no soy tuya jamás!
(Entra en su casa y cierra la puerta. D. Luis i
queda en el centro de la escena.)

ESCENA V.

D. LUIS.

¡Ciertos eran m i s temores!


Ó ya esa mujer no me a m a ,
ó es esclava da otra t r a m a
de inicuos conspiradores!
S i fué cierto aquel aviso,
y G r i m a l d i se salvó
por caer sobre ellos y o
— ol —
e n e l Pardo de. improviso,
algún nuevo plan intentan
dentro de este breve plazo,
y á que yo caiga en e l lazo
con l a Marquesita c u e n t a n .
No iré muy lejos de aquí.
No sé qué quieres n i esperas,
mas ¡te amo! y aunque no quieras
yo sabré velar por tí.
(Váse por el fore- izquierda.)

ESCENA VI.
LA P A L O M A , por el foro derecha, á poco D . J U A N y seis
E M B O Z A D O S , por el mismo sitio.

PALOMA. Y a cumplí l a comisión,


y aunque después he c o r r i d o ,
tan apriesa me h a n seguido,
que allí vienen... y ellos son!
(Los seis embozados se acercan á la casa dé ta
Marquesa y llaman con misterio.)
Otro encargo recibí
y c o n m i barbero pago.
Lamparilla?
(Acercándose á la tienda y llamando en voz baja.)
LAMP. (Dentro.) Qué?
D. J U A N , ( A I abrirse la puerta.) «¡Santiago!»
(Entran en la casa y la puerta se cierra.)
PALOMA. ¡Lamparilla! (Llamando más fuertemente.)
LAMP. (saliendo á la tienda.) ¿Quién anda ahí?

E S C E N A VII.

LA PALOMA, en la calle; L A M P A R I L L A , en la tienda.

MUSICA-
PALOMA. U n a mujer que quiere
ver á u n barbero.
— 52 —
LAMP. Aquí está listo y sano,
ágil y entero.
PALOMA. Acerqúese u n poquito
si verme ansia.
LAMP. ¡Abandonar no puedo
la barbería!
PALOMA. Pues volveré á marcharme
si así lo toma.
LAMP. (Saliendo á la ealle )
¡Aquí está L a m p a r i l l a !
PALOMA. ¡Con la P a l o m a !
(Destapándose l a cara.)

LAMP. ¡Ay, eres tú!


¡Oh, qué placer
en esta calle
volverte á v e r !
PALOMA. Como has estado
lejos de aquí,
á verte ahora
hay que v e n i r !
LAMP. ¡Ya te llamaba
m i corazón!
PALOMA. Dime qué has hecho
en t u prisión!

LAMP. V i v i r s i n l u z en u n calabocito,
comer u n rancho mezquino y fatal,
d o r m i r m u y poco en el suelo maldito,
y pensar mucho en t u cuerpo chiquito
tu labio bonito,
de grana y coral.
Beber el agua que cae cuando llueve,
oir á los presos r e i r y j u g a r ,
ver á alguaciles que el diablo se lleve,
y soñar siempre en t u pie lindo y breve,
de cutis de nieve,
de rosa y azahar.

Conque aquí tienes


la descripción,
_ 55 —
de cuanto he hecho
e n m i prisión.
D i m e , Paloma,
qué has hecho tú
en mis seis dias
de esclavitud.

PALOMA. Coser s i n tregua en m i cuarto pequeño,


echar de menos t u eterno cantar!
en libertarte poner gran empeño,
y á pesar mió, rendida ya al sueño,
en no sé qué dueño
ponerme á soñar.
M i r a r mis ojos s i n l u z y sin b r i l l o ,
y s i n notarla bordar al revés;
y llevar de oro replato a l bolsillo
para librar de u » eterno castillo
á u n m a l barberillo
que hay « n Lavapiés.

Conque aquí tienes


l a descripción
de cuanto he hecho
por t u intención.
Y a que servirme
quisiste tú,
ya te h a pagado
m i gratitud!

LAMP. Eso es m u y poco:


yo quiero amor! (Queriendo abrazarla.)
PALOMA. ¡Téngase á raya
el buen señor! (Amenazándole.)
LAMP. Costurerilla,
ven hacia acá!
PALOMA. ¡Ay barberillo,
téngase allá!
LAMP. ¡No seas tirana!
PALOMA. ¿Tirana? ahí va!

PALOMA. NO hay que quitar los hilvanes


— 54 —
s i n que se acabe l a p r e n d a ,
que si e l cosido se tuerce
y a no se vende en l a t i e n d a .
S i te gustan mis hechuras,
Sin zurcidos ha de ser... (Quiere él abrazarla.
6 te Siento las Costuras (Amenazándole.)
y no vuelves á coser!
LAMP. P a r a u n barbero e n s u oficio
eso no trae desventaja,
que cuanto más jabón antes
corre mejor l a navaja,
pero porque no armes c i s m a ,
cuando ya casado esté,
sin que lo sientas tú m i s m a
yo te descañonaré.

LOS DOS A U N TIEMPO.

PALOMA ¡Vaya u n a navaja


que se trae usté!
Por jugar de manos
no hay que perder p i e !
¡Ay qué barberillo
de ten mala fe!
¡Vaya u n a navaja
que se trae usté!
LAMP. ¡Vaya una agujita
que se trae usté!
Por jugar de manos
no hay que perder p i e .
¡Ay qué costurera
de tan mala fe!...
¡Vaya u n a agujita
que se trae usté!

HABLADO.
LAMP. ¡Bien haya l u z que b r i l l a
en t u cara s i n rebozo,
y bien haya el calabozo
— 0 0 —

de l a cárcel de l a V i l l a ;
si s i n que m i amor te ofenda
n i m i voz te dé recelo,
vienes á posar el vuelo
en el u m b r a l de m i tienda!
Sólo por servirte en algo
ocupé de otro hombre el puesto;
sólo por tí hubiera expuesto
cuanto soy y cuanto valgo.
S i yo cifro mis placeres
e n ese pico t a n r i c o . . .
abre. Palomita el pico
y pide más... si más quieres!
PALOMA.
¿Sabe ucé quién le libró
sobornando á u n carcelero
con audacia y c o n dinero?
¿Aquella dama?...
LAMP.
PALOMA. ¡Ella y yo!
LAMP. ¿Ella... desde aquí? (Señalando á la «asa.)
PALOMA. ¡Sí á fe!
LAMP. ¿Y tú?
PALOMA. Haciendo allí el enjuague.
LAMP. Á ella, que Dios se lo pague...
que yo á tí te pagaré.
P A L O M A . . ¿Cómo?
LAMP. Extendiendo m i capa
por donde t u planta pisa;
buscándote la sonrisa
que de tus labios se escapa.
No dándote nunca enojos,
y estando así, frente á frente,
mirándome eternamente
en el cristal de tus ojos.
Porque te amo, y porque puedo,
y e n ser tuyo tengo priesa,
iré á buscarte e n calesa
á l a calle de Toledo,
y entre gritos y canciones,
y almendras y confitura,
y refresco, el señor c u r a
nos dará las bendiciones.
Y tú m i mujer serás
— 56 —
y nos será el m u n d o estrecho,
y e n m i alma y en m i pecho
y en m i casa mandarás;
tú serás l a r e i n a aquí,
tú harás lo que te convenga,
y cuanto yo gane y tenga
siempre será para tí.
Y pues v e n t u r a y placeres
cifro e n ese p i r o r i c o . . .
abre, P a l o m i t a , e l p i c o . . .
y pide más, si más q u i e r e s !
PALOMA. Puede no ser verdadero
tal amor, n i ser profundo,
pero no he visto en el mundo
u n amor más zalamero.
LAMP.
Es que...
PALOMA. T r a t e m j s ahora
de u n importante negocio.
LAMP. ¿Por qué en tus momentos de ocio
te has hecho conspiradora?
PALOMA. Porque usté...
LAMP. E l usté me extraña;
sin TÚ me quedo en mis trece!
PALOMA. (Bajando al proscenio con mucho misterio.)
Pues tú y yo según parece...
vamos á salvar á España!
LAMP. ¡Hija! ¡Es una friolera!
PALOMA. ¡Te parece poco!
LAMP. Asaz!
¡Que l a dejemos e n paz,
eso es lo que ella q u i s i e r a !
Desde que pobres y r i c o s ,
sacerdotes y seglares,
paisanos y m i l i t a r e s ,
hombres grandes y hombres c h i c o s ,
con planes é ideas raras,
y reformistas haciéndonos,
estamos siempre metiéndonos
en camisa de once varas,
está l a patria en u n t r i s !
Con mucho menos hablar
y mucho más trabajar
— 57 —
se salvará el país!
PALOMA. U n gran filósofo eres; ¥
pero aplícate á tí el cuento, »
que jamás estás contento
con el gobierno!
LAMP. Qué quieres?
Como en España nací,
la política me apremia,
y como es una epidemia
también me h a cogido á mí!
—¡Habla! y sé coomigo franca,
¿por qué plan m i lanza euristro?
PALOMA. Porque el rey nombre m i n i s t r o
al conde F l o r i d a b l a n c a !
LAMP. ¿Y qué tienes tú que ver?
PALOMA. L a Marquesita ha pedido
t u apoyo y se le he ofrecido.
LAMP. ¡Ni que fueras mi mujer!
Pero en fin, fcien hecho está!
S i así te «grada, aquí estoy!
(Con aira t a ra aton.)
¿En dónde nos prendpn hoy?
PALOMA. Se trata de...
(Se para ál ver á lo lejos á I/. Luis y á D. Pedro.)
LAMP. Dilo y a !
PALOMA. ¡Ocultarme es necesario!
LAMP. M i casa...
PALOMA. (Parándose e» la puerta de la tienda.)
A u n q u e yo te aprecie,
no debo...
LAMP. Será una especie
de anticipo extraordinario!
¡Entra. (Queriendo cogerla la eintura.)
PALOMA. ¡Sin tocar!
LAMP. Consiento,
aunque no hay n i u n comerciante
que sus fondos adelante
sin cobrar tanto por ciento!
(Entran en la barbería y hablan con interés sin
cesar, mientras los otros se adelantan.)
— 58 —

ESCENA vnr.
9. L U I S D E H A R O , D . P E D R O , en la escena, y L A P A L O M A
y L A M P A R I L L A en la tienda.

PEDRO. Y a veis cómo no h a n cejado


en sus satánicos planes.
LUIS. ¿Y están y a e n l a casa?
(Señalando á la de la Marquesita.)
PEDRO. ¡Todos!
LUIS. Entonces la cosa es fácil.
¿Y cómo os llegó el aviso?
PEDRO. Como siempre e n estos lances.
Hay u n traidor entre ellos
que quiere congratularse,
vendiendo á todos sus cómplices,
c o n e l marqués de G r i m a l d i .
LUIS. Y ha d i c h o . . .
PEDRO. Toda l a i n t r i g a
con l o s menores detalles.
LUIS. ¿Y qué ha dispuesto m i tio?
PEDRO. Que cien guardias y u n alcalde
prendan á Floridablanca
cuando de penetrar trate
en Palacio; que cincuenta
walonas e n esta calle
penetren en la morada
de l a Marquesita y aten
codo con codo á los que haya,
llevándolos á l a cárcel.
LUIS. ¿Y á ella también?
PEDRO. S i se encuentra
entre ellos no h a de escaparse.
LUIS. Dama es de l a Infanta.
PEDRO. Y ellos
también son nobles y grandes
de España!
LUIS. (¡Oh, aunque m a l haga,
fuerza es que m i amor se salve!)
(Lamparilla habla con Lope y sus Mancebos y es-
tos salen por la puerta que da frente al público,
— m—
escondiéndose en el primer término de la plaza.)
PEDRO. L o s imbéciles comprados
para que rompan cristales
y alboroten, no verán
(Va oscureciendo poco á poco.)
que se les opone nadie,
y mañana serán presos
en sus mismas casas.
LUIS. ¡üiantre!
(Empieza á oscurecer.)
¡Bien puede estaros m i t i o
agradecido!
PEDRO. Y a sabe
que le soy fiel, y si acaso
vos podréis recomendarme.
LUIS. (¿Cómo salvarla de este hombre?)
¿Y los guardias?
CAP. Esperándom*
en las gradas de l a iglesia!
LUIS. V a anocheciendo...
CAP. ¡No es t a r d e !
Hasta que sea de noche
no saldrán de esos umbrales!
LUIS. Id por ellos! (Mientras tanto
yo lograré que se escape!)
PEDRO. N o hace falta! Vedlos!
(Los Guardias valonas aparecen en el foro á lo
lejos.)
LUIS. (¡Ah!
no puede librería nadie!)

ESCENA IX.
D. LUIS, D . PEDRO, el C A P I T A N en el proscenio. L A P A -
LOMA y L A M P A R I L L A <¡» la tienda. L O P E , MANCEBOS y
O T R O S D I E Z Ó D O C E más en la puerta de la barbería; 1 M
G U A R D I A S en el foro.

LOPE. ( Á Lamparilla en voz baja.)


(¿Qué hay, maestro?)
LAMP. ¿Están ahí todos?
LOPE. Los cuatro, y los oficiales
— 60 —
del carpintero de al lado,
y seis de l a tienda de Ángel.
LAMP. ¡Oid! (Todos lo rodean.)
PALOMA. Los Guardias walonas... (Viéndolos.)
LOPE. ¡Demonio!
LAMP. Malas señales
son esas! Trae l a v i h u e l a ! (Á Lope.)
LOPE. ¿Qué pretendéis?
(Dándosela y sacando nna silla.)
LAMP.
Que nos hallen
entretenidos y c r e a n
que os parasteis á escucharme;
pues s i no les chocaría
tal reunión e n la calle.
(Se sienta ¿la puerta de frente al público y todos
le rodean. La Paloma en el quicio de la otra
puerta.)
PALMIA. (Si me acercara á l a reja
y consiguiera avisarles
del peligro... Hacia aquí miran!)
L«PE. ¡Ande la v i h u e l a ! . . .
TODOS.
¡Ande!...

MUSICA-
Lamparilla toca la vihuela y canta.

LAMP. E n el templo de Marte


vive Cupido;
quién será l a bribona
que le h a escondido?
A n d a , salero,
no sabes, Palomita,
lo que te quiero!
LOPE y MAKCS. ¡Viva l a gracia!
¡Viva el aquel
del Barberillo
de Lavapiés!
GUABDS. (Avanzando lentamente y observando á todos.)
Mucho disimulo,
mucha discreción,
y descubriremos
— 61 —

la conspiración!
L a mirada fija
y el aire m a r c i a l ,
y caer sobre ellos
al dar l a señal.
LaMP. ( Á todos los que le rodean con gran interés.)
(Por calles y plazas
y echando á correr,
todos los faroles
tenéis que romper.
G r i t a d sin descanso,
romped sin parar,
y ahí van c i e n doblones
para merendar.)
(Les da el bol silo de le Marquesita.)
(Cuando los Guardias se les acercan se abre el cor-
ro y sigue Lamparilla cantando á la vihuela,)
D i c e n que Sabatini
pone faroles,
porque no v e n los rayos
de tus dos soles;
abre tus ojos,
y él los irá apagando
poquito á poco.
LOPE y MANCS. ¡ Viva la gracia!
¡Viva el aquel
del B a r b e r i l l o
de Lavapiés!
(Lamparilla da la vihuela i Lope y éste entra e»
la tienda con ella y can la silla.)

HABLADO
CAP. ¡Alto! ( Á los Guardia».)
PEDRO. Capitán, ¡enfrente
de esta casa y de manera
que nadie pueda salir
n i entrar s i n que se le vea
que de: canse 1* p a t r u l l a ;
coloque usted centinelas,
y a l encender los faroles,
— 6i> —
adentro. (Los Guardias se retiran por la derech.
menos el Capitán, que se queda en la escena.)
LAMP. (Malditos sean!)
P A L O M A . (Se quedan aquí! Cogidos
están!)
LAMP. (Sálvese e l que pueda?)
P A L O M A . (Es que están \o¿ conjurados
en casa de l a Marquesa.)
LAMP. (Y n o nos q u i t a n los ojos!
¡Paloma! s i te interesa
t u cuello vele arreglando,
porque esta noche nos cuelgan!)
Luis. Señer d o n Pedro, palabra!
(Se retiran del Capitán, que se pone á pasear á lo
largo de la escena.)
LOPE. (¿Y nOÍOtrOS?) ( A Lamparilla.)
LAMP. Manos quietas
hasta que os avise!)
PALOMA. (¿Pero
y qué hacemos?
LAMP. Te hacen señas
desde esa ventana.)
(Una mano de mujer hace señas con Hn papel des-
de la reja última de la casa.)
P A L O M A . (Saliendo de la tienda.) (Voy!)
LAMP. (¡Un papel cae de l a reja!) (Dejan caer el papel.)
PALOMA. (¡Yo le cogeré!...)
LAMP. Cuidado:
tengamos m u c h a cautela!)
(Los dos, evitando que los vean, salen de la bar-
hería y atraviesan la escena para coger el papel
que ha caido de la reja.)
PEDRO. ¿Qué pedis?
Luis. L o que m i amor
y aun m i deber aconseja!
(Lope sale de la trastienda con u n velón de mecheros
encendido, que coloca en u n a mesilla de la tienda.)
S i de matar se tratara
á m i t i o ; s i l a empresa
fuera en lugar de una cabala
una colisión sangrienta,
yo el primero prendería
— 63 —
á esa dama, aunque perdiera
yo m i amor y eila l a vida.
(El Capitán signe paseándose.)-
Pero aquí sólo se juega
de dos primeros m i n i s t r o s
el poder, no l a cabeza.
Y a no son estos los tiempos
de Calderón, L u n a y L e r m a ,
y una mujer nada i m p o r t a
en una intriga como esta.
PEDRO. Si está en l a casa, á l a cárcel
irá con todos.
LUIS. (Oh!)
LAMP. (Al ver al Capitán.) (Quieta!
que vuelve!...)
(Se quedan i»móviles al lado de la reja.)
PEDRO. Yo siento mucho
desagradaros, mas esa
es m i orden y la c u m p l o .
LUIS. Pero si yo os respondiera
de su persona...
PEDRO. ¡Es inútil!
P A L O M A . (¡Ya está aquí!)
(Cogiendo un papel que está en el suelo.)
LAMP. (Pronto: á la tienda.)
(Vuelven corriendo á entrar en la barbaría.)
LOPE. Y a encienden los faroles... (Á Lamparilla,)
(Por el foro se ve á un gallego con sn escalera y
un haclioneillo, que mueve á un lado y á otro,
encender los últimos faroles del foro. Lo mismo
hace otro eon los de la escena, sin hacer caso de
1* que en ella pasa.)
LAMP. ¡Cuando acaben su tarea!
PALOMA. Lee.
LAMP. (Leyendo el papel.)
«Aunque estamos descubiertos,
«nos salva l a P r o v i d e n c i a .
«Hace ya u n rato que estamos
«trabajando con piquetas,
«procurando no hacer r u i d o r

»en la pared medianera


«que separa por fortunas
— 64 —

«nuestras dos vecinas cuevas.


«Ayudad por ese lado
«pronto, y l a v i c t o r i a es nuestra.»
PALOMA Conque tarden en entrar
dos minutos...
LAMP. Baja apriesa
( Á Lope, después de abrir la trampa.)
con los c a r p i n t e r o s . — S i r v e n
los garrotes de h e r r a m i e n t a s .
LQPE. Pero ¿qué hay que hacer?
(Siguen hablando bajo, y después Lope y dos mss
bajan por la cueva do la barbería eon rapidez. Les
Guardias aparecen otra vez y se forman.)
PEDRO. ( Á D. Luis.) Buscad
á vuestro tio: s i ordena
que en libertad se la deje,
libre á vuestra vista queda.
LUIS. ¡Y si no le encuentro!...
PEDRO. Entonces
c u m p l i r m i consigna es fuerza.
LUIS. ¡Tenéis razón! Adelante!
PEDRO. ¡Cuando gustéis! L a hora es esta, (AI Capitán.)
CAP. ¡Guardias! Atención!
PEDRO. Se trata
de prender de grado ó fuerza
á cuantos e n esa casa
conferenciando se e n c u e n t r a n .
Sea cual sea s u sexo,
sea su clase cual sea,
son reos de Estado, y de ellos
responde vuestra cabeza?
S i obedecen nuestras órdenes,
s i no oponen resistencia,
con prender á todos basta!
Pero s i se resistieran,
fuego en ellos, y sean suyas
las terribles consecuencias!
CAP. ¡Guardias! ¡Preparen! (tos guardias obsdeeen.)
LUIS. ¡Nosotros
llamemos p r i m e r o .
PEDRO.
¡Sea!
(Se acercan á la casa y llaman con fuerza. La Pa-
— 65 —

loma y Lamparilla á los dos lados de la escena


la barbería; detrás de ellos los demás grupos.)

MÚSICA-
LUIS y PEDRO. L a p u e r t a de esta casa
abrid de par en p a r ,
que va l a fuerza armada
por ella á penetrar.
LAMPARILLA. (¡Si acaso se resisten
perdidos á ser van!)
PALOMA. (¡En estas dilaciones
su salvación está!)
(La puerta se abre de par en par.)
CAPITÁN y GUARDIAS.
A b i e r t a está l a puerta,
no hay nadie en el zaguán,
tal vez una emboscada
armándonos están.
PEDRO. Preparen los fusiles,
y á l a menor señal,
que caigan los primeros
que intenten escapar.
CAPITÁN y GUARDIAS.
Avancen los Guardias,
y s i es menester,
por salvar el orden
arda Lavapiés.
PEDRO. E n t r e n uno á uno
con seguridad,
por s i los infames
ocultos están.
GUARDIAS. (Entrando en la casa uno tras otro.)
Vamos entrando
poquito á poco,
y así evitamos
cualquier revés.
LAMPARILLA. (Á los que suben por la trampa.)
Vamos saliendo
poquito á poco
y así se evita
5
— 66 —
cualquier traspiés.

ESCENA X .

DICHOS, la M A R Q U E S I T A , CONJURADOS, L O P E y MANCEBOS


subiendo por la trampa de la barbería.

PALOMA. ¡Marquesa!
(Viendo á la Marquesa, que sube por la trampa.)
MARQ. ¡Paloma!
E l duque y seis más
con todos los jefes.
que l i b r e s están!
CAPITÁN y GUARDIAS.
Mucho disimulo,
m u c h a precaución!
y descubriremos
l a conspiración!

P E D R O y el C A P I T Á N con G U A R D I A S .
(Entrando en casa de la Marquesita.)
Nuestro s i n d u d a
el triunfo es!
LAMPARILLA y PALOMA.
¡Víctor al b a r r i o
de Lavapiés!
(La Marquesita, la Paloma y los seis conspirada,
res huyen por la puerta de la barbería de frente
al público. Lamparilla y los Mancebos y mozos se
reúnen en el proscenio armados de palos y piedras.)
Gt'ARDIAS. (Dentro de la casa.)
Nuestro s i n duda
e l t r i u n f o es!
LAMPARILLA y MAJOS.
¡Quédese á oscuras
el Lavapiés!
(Gran gritería.—Tiran la escalera del Sereno y
empiezan á romper los faroles.—Ruido de crie*
tales, voces, etc.)

EIN E E L ACTO SEGUNDO.


ACTO TERCERO.

Habitación de la P A L O M A en la calle de Toledo. Sala blanca,


muy limpia, con dos espejitos pequeños de cornucopia,
tina cómoda de la época y una Virgen con fanal encima.
En el foro ventana saliente abohardillada, con varias ma-
eetas de plantas de invierno. TJna jatiía pintada de verd«
con un jilguero dentro y colgada de modo quo pueda col-
garse y descolgarse con facilidad. A la derecha puerta
que conduce á la alcoba de Paloma. Á la izquierda otra
que figura dar á la escalera. Sillas bajas de respaldo y
cestas de costura.

ESCENA PRIMERA.
LA PALOMA, COSTURERAS.

A l levantarse el telón la Paloma y las Costureras están sen-


tadas en grupos cosiendo una camisa de hombre cada una,
sin que el público las vea hasta que marta la letra del coro.

MUSICA.
TODAS. (Cosiendo.)
E l noble gremio
de costureras
_ 68 —

permite sólo
niñas solteras,
que se reúnen
una semana
en l a vivienda
de cada hermana
para que puedan
al trabajar...

coser y cantar,
coser y cantar.

P u n t a d a corta
y buen estilo;
garganta fresca
y fuerte e l h i l o .
V o z incansable
y buena v i s t a ;
perfecto oido,
muñeca l i s t a ,
y aunque haya mucha
que trabajar

coser y cantar;
coser y c a n t a r .

P A L O M A . (Se levanta. Las demás signen cosiendo.)


Siga l a costura,
siga el gorgorito,
mientras que yo arreglo
á m i pajarito;
á v e r s i escuchándonos
s i n interrupción
aprende l a música
de nuestra canción.
(Se coloca en medio y arregla al pájaro, descol-
gando la jaula. Todas cantan cosiendo.)
COSTS: Pajarito que estás entre faldas;
y que á todas solteras nos ves,
d i á los hombres que pasan que estamo s
cansaditas de tanto coser.
Pí, pí, pí,
— 69 —
pajarito v e n ,
trae aquí
quien nos quiera b i e n ,
que tú harás,
si m e escoge á mí,
pí, pí, pí, pí, pí, pí, pí, pí, pí.

PALOMA. Y a está cuidado el pájaro!


(Le coloca sobre la cómoda.)
TODAS. Diofinnuestra labor. (Levantándose.)
PALOMA. Veamos la costura.
TODAS. L a hicimos con p r i m o r .
Cosemos por contrata
y hoy mismo hay que entregar.
¡Los guardias españolas
muy bien servidos v a n !
PALOMA. Señoras costureras,
mucha atención,
á ver s i está corriente
el camisón!
(Saca la camisa de hombre levantándose.)
TODAS. E l camisón!
el camisón!
el camisón!
(Todas se ponen en fila, con l a camisa que cosían
en la mano izquierda y accionando con la derecha.)
UNAS. ¡Camisón! si á t u dueño
le sientas b i e n ,
camisón!
dile que va en tus pliegues
mí corazón,
¡camisón!
OTRAS. § ¡Camisón! s i s u pecho
vas á abrigar,
¡camisón!
dile que quien te h a hecho
desea amar,
¡camisón!
UNAS. Camisón, si tus mangas
me abrazan hoy,
dile que aunque bonita
soltera soy.
— 70 —
OTRAS. ¡Camisón! con más gana
que de coser,
estaría bailando
así con él.

TODAS. Dile que yo tengo


alma y corazón,
dile que j u r a r m e
puede s u pasión;
dile que me saque
de esta situación
para que le cosa
otro camisón.
¡Camisón! ¡Camisón! ¡Camisón!
(Estas últimas palabras doblando á tiempo las ca-
misas y echándolas en las cestas. Es juego de d i -
rección de escena.)

HABLADO.
Mientras la escena que sigue, toda costurera retira su silla
y la coloca en la pared para que quede desembarazado el
pioscenio.

PALOMA. ¡Vecinas y compañeras!


pues ya concluida está
la labor extraordinaria,
y al Pósito hay que llevar
estas prendas de v e s t u a r i o ,
hagamos p u n t o final
á nuestra t e r t u l i a !
COST. i . " ¡En marcha!
C O S T . 2 . Mañana á m i casa... ¿Irás?
1

PALOMA. H i j a s , desde que no soy,


porque no me gusta y a ,
costurera de lo fino
y gano menos j o r n a l ,
no salgo n u n c a de casa.
C O S T . 1. ¡ Á . la Manuela!
A

PALOMA. Que cobre


la costura y traiga más.
.71 —
COST. 2 . Pero Paloma, ¿por qué,
A

y esto no es curiosidad,
sino interés, ya no coses
á l a gente p r i n c i p a l ,
y no sales de t u cuarto
n i u n solo dia?
PALOMA. ¡Ahí verás!
COST. 1. Tú tienes gato encerrado...
A

COST. 2 . ¡Salga el gato!


A

C O S T . 1. A
¡La verdad!
P A L O M A . S i en m i casa no hay ratones...
¿á qué quiero ese animal?
COST. 2 . S i sabemos que te gustan
A

el aire y la l i b e r t a d ,
y que c o n e l Barberillo
ibas á m a t r i m o n i a r ,
y bordabas á marquesas
y á damas de calidad,
¿cómo hace u n mes que te ocultas
y que no sales jamás
y que no se te ve e l pelo?
P A L O M A . Pues hija, á l a vista está;
y que es todo mió... m i r a ! . . .
COST. 1. N o nos lo quiere contar;
A

déjalo!...
PALOMA. ¡Si no hay m i s t e r i o ! . . .
COST. 2 . A
¿No?
PALOMA. ¡Tengo u n pié m a l o ! . . .
COST. i . a
(Con sorna. ) ^Cuál?
P A L O M A . ¡Éste!... L a otra noche d i
u n traspiés!...
COST. 2 . A
¡Así sabrán
pronto de qué pie cojeas
t u novio y la vecindad!
P A L O M A . Aunque me he torcido el,pie
no he llegado á cojear.
C O S T . 1. ¡Pues es raro! A

PALOMA. ¡Conque, agur!


COST. 2 . (¡"Vaya! no l a quemes mas!...) ( Á la otra.)
A

Paloma, m u y buenas tardes.


C O S T . 1. ¡Hija, que te ponga u n par
a

de sanguijuelas t u novio!
— 72 —
P A L O M A . ¡Gracias! ya me las pondrá!
COST. 2 . ¡ Y con mucha y e s c a ! . . . N o
A

te vayas á desangrar!
P A L O M A . ¡Estáis de h u m o r !
C O S T . 1. a
¡No te t u e r z a
el otro pie!...
COST. 2 . A
No andes más!
PALOMA. Buenastardes!...
C O S T . 1. a
(Que se g u a r d e
su secreto!
COST. 2 . A
¿Qué? No t a l !
No nos lo dice? Nosotras
lo vamos á averiguar.)
P A L O M A . (Algo traman!) Observándolas.)
C O S T . 1. a
(Pero...
COST. 2 . A
Chito.)
¡Que sigas s i n novedad!
hasta mañana!
C O S T . 1. a
(¿Mañana?
eso después se verá!)
(Se van por la pnerta de la escalera, con el r i -
tornelo de sn canción en la orquesta.)

E S C E N A II.

LA PALOMA.

N i yo sé cómo he podido
ocultarles l a v e r d a d
tanto tiempo por fortuna,
hoy mismo se ha de efectuar
la marcha, y cuando ellas vuelvan
volado e l pájaro habrá.
¡Un mes de encerrona! Y gracias
que se han podido b u r l a r
hasta hoy todas las pesquisas
de alguaciles y demás
uñas larga3, q u e s i no,
Dios sabe!... Haré l a señal.
(Se acerca á la puerta de la derecha y da dos
galpes separados y un repique an las hojas.)
— 73 —
¡Señora! ya estaraos solas!
MARQ. (Dentro.) ¡No he concluido?
PALOMA. Mirad
que es tarde.—¡Ah! qué distracción!
se me olvidaba c e r r a r
la puerta de l a escalera.
Esperaos!
(Se dirige á cerrar la puerta de la escalera y apa-
rece Lamparilla.)
LAMP. ¡Alto allá!
que soy yo!
PALOMA. ¡Pues entra y c i e r r a !
LAMP. ¡Maldita casualidad!
(Entra con rapidez y cierra la puerta con cerrojo.
Trae una bacía debajo del brazo.)

ESCENA ni.
LA P A L O M A , LAMPARILLA.

PALOMA. ¿Te han visto?


LAMP. Como que estaban
en lo oscuro del zaguán
las costureras. Y o entré,
francamente, s i n m i r a r ,
y al pisar el escalón
p r i m e r o , ¡oh fatalidad!
me v i de pronto asaltado
por ellas e n el portal.
«Lamparilla... b a r b e r i l l o . . .
»á qué vienes?... dónde vas?...
«¿dónde subes?... dónde bajas?...
«no te vayas!... v e n acá!
»¿y l a boda? ¿y el traspiés?
»¿Cómo vives? ¿Cómo estás?
»¡Ya no r i e s . . . ya no cantas!
»¿Y te casas? haces mal!»
Y o á esta quiero, á esta no quiero,
empecé á despabilar,
y á codazos por delante,
y á empujones por detrás,
y á empellones de costado,
— -¡4 —
y á esta u n beso y á otra u n p a r ,
apenas me v i ya solo
en el piso p r i n c i p a l ,
me tragué las escaleras
con tanta velocidad,
como se traga M a d r i d
diez pueblos para a l m o r z a r ! (Pausa.)
PALOMA. ¡Cómo te habrás puesto el cuerpo!
LAMP. ¡Así me han dejado e n paz!
PALOMA. ¡Vamos, que ha sido el retozo
u n a cosa r e g u l a r !
LAMP. ¡Benditos sean tus celos!
PALOMA, ¿Por qué?
LAMP. ¡Perqué me amas ya!
PALOMA. ¡Señor barbero, esa es
harina de otro costal!
;LAMP. } ¡En siendo h a r i n a , los dos
sabremos hacer el pan!
¿Á qué lo niegas? s i pronto
esa boquita s i n par
me va á dar u n sí más grande!...
PALOMA ¿Sí bemol!
LAMP. No, natural,
u n sí... s i n altos n i bajos...
(Queriendo abrazarla.)
PALQMA¡No empecemos! ¿Qué hay del plan
LAMP . Todo corriente. D o n L u i s
está vistiéndose...
PALOMA ¡Ah!...
la Marquesita también!...
LAMP. L a tartana d e l tio Blas
e l Z u r d i l l o , está e n l a calle
de l a Esperancilla j a ,
con cestos, l a bota, en fin,
cuanto puede hacer pensar
que nos vamos de merienda
al arroyo Abroñigal.
Allí el coche de colleras
espera; le guiará
el lacayo de don L u i s ;
cambiamos de sitio, y ¡zas!
en dos latigazos vamos
— 7o —
hoy á Aranjuez á parar,
y mañana que nos b u s q u e n !
PALOMA. ¡Ya buscándonos están!...
LAMP. ¡A tí n o ! n i á mí t a m p o c o !
Aquella noche fatal
al v e r las Guardias walonas
que estaba sin gente y a
la casa de la Marquesa,
no pensaron en bajar
á la cueva, así no vieron
el boquete magistral
que salvó á los conjurados;
yo quedé en m i casa e n paz,
y tú e n l a t u y a ! . . .
PALOMA. (Bajando la roí.) ¡Con e l l a ,

que es u n peligro!
LAMP. S Í tal;
mas ya ves, nadie hasta hoy
la h a venido aquí á b u s c a r .
L a policía en España
tiene el talento especial
de prender siempre á los tontos,
pero á los pillos, jamás:
conque mientras tengas pillos
en t u casa, bueno va!
(Cada vez que Lamparilla hace alguna alusión
lítica, la Paloma da muestras de impaciencia.)
PALOMA. ¡LO mejor es la del h u m o !
LAMP. D o n L u i s l a quiere salvar
de las iras del ministro
su tio, á quien Dios no da
n i u n tabardillo siquiera
para bien de España.
MARQ. (Dentro.) ¿Estás
sola aún?
LAMP. Conque hasta luego,
voy á don L u i s á buscar
y venimos.
P A L O M A , ( Á la puerta de la derecha.) ¡Ahora v o y !
LAMP. Quedan en seguridad
mañana, y nosotros dos
en l a tartana de Blas
— 76 —
nos volvemos á casarnos
e l dia de Navidad.
P A L O M A . ¡Mucha prisa tienes!
LAMP. Hija,
tanto subir y bajar,
tanto i r y v e n i r , me tienen
que no voy pudiendo más!
Tú llevas u n mes también
encerrada en t u desván,
¡conque á v e r ! . . . s i nos da el a i r e .
PALOMA. ¡De d i a ! (Retirándose- á la derecha.)
LAMP. ¡Pues claro está!
L o que es de noche e n casándonos...
(Hablando solo.)
el aire es p e r j u d i c i a l .
(Váse por la puerta de la escalera, que la Paloma
cierra y corre á la de la derecha. Ésta se abre y
sale la Marquesa vestida de Maja lujosa.)

E S C E N A IV.
LA P A L O M A , la MARQUESITA.

MUSICA.

MARQ. Aquí estoy ya vestida


como hace al caso,
para ser una maja
de contrabando.
PALOMA. Como usía h a nacido
en nuestros barrios,
os maja verdadera
sin contrabando.
MARQ. Me vestí muchas veces:
pero ahora es fuerza
que las dos parezcamos
majas de veras.
L A S DOS Y que digan al vernos
por el c a m i n o :
«paso! que ahí van dos majas
de l o más fino.»
— 77 —

MARQ. i L a planta es b u e n a :
reas s i hay que hablar
yo temo echarlo
todo á rodar!
PALOMA. ¡La cosa es fácil!
y ahora verá
para ser maja
cómo hay que hablar.

(imitando el desgarro de las majas.)


Ende que te he conoció
no he giielto á ver á Alifonso,
pa que naide te eche el mirlo
de que ma visto c o n o t r o .
Pero s i tú á l a Grigoria
otro muñuelo l a das,
la levanto e l . . . cuarto bajo
y l a barro el prencipal...

(Haciendo ademas de azotarla.)

MARQ. (imitando en sus movimientos á la Paloma.)


Como se pone en l a cara
tantos untos una usia,
naide sabe cuando pasa
si es mujer tí droguería!
Y s i el mario l a besa
cuando está á medio p i n t a r ,
si no traen agua caliente
no los puen desapegar.
PALOMA. A h o r a sólo falta
pa ser de Madrí
á los que se acerquen
responder así...
« S i quié usté reírse
«compre u n mono ú dos...
ncudiao c o n el h o m b r e . . .
«miste' qué redios!...»
MARQ . S i quié usté reírse, e t c .
— 78 —

HABLADO.

MARQ. S i con este aprendizaje


me descubren e n l a marcha,
ó soy m u y torpe, Paloma,;
ó tengo m u c h a desgracia.
P A L O M A . ¿Qué es descubrir? Pasaremos
por las calles que nos faltan
hasta llegar á l a ronda
corno Pedro por s u casa,
y u n a vez en el arroyo,
échanos u n galgo!
MARQ. Gracias
á t u bondad he podido
v i v i r oculta en t u casa
u n mes; gracias a l cariño
de don L u i s , hoy se prepara
nuestra fuga: ¿con qué puedo
pagaros mercedes tantas,
si confiscados m i s bienes
y m i vida amenazada,
sin título y sin fortuna
tengo que salir de España?
P A L O M A . L a Infanta ¡no es vuestra amiga?
MARQ. Comprometida se hallaba
con nosotros y debemos
con nuestra r u i n a salvarla.
Hablemos de tí. Tú has hecho
sacrificios de i m p o r t a n c i a ;
has dejado tus labores,
perdido tus buenas casas
por guardarme y por servirme
sin aceptar u n a blanca
de m i mano. D i , Paloma,
¿qué quieres que por tí haga?
P A L O M A . Conservarme algún recuerdo
en u n rincón de su a l m a ,
y cuando, como es forzoso,
vuelva usía u n dia á España,
construir una capilla
á m i patrona, que se h a l l a
- 7 9 -
en u n portalillo estrecho,
y hacer que á tan noble dama
la V i r g e n de l a Paloma
deba su altar y su casa.
MARQ. Así lo haré... pero en tanto
m i cofrecillo...
PALOMA. Hace falta
para el viaje...
MARQ. ¡Eres pobre!
P A L O M A . Pues por eso tiene gracia
lo que hago, si fuera r i c a . . .
MARQ. T e n esa s o r t i j a . . .
(Queriendo quitársela del dedo para dársela.)
PALOMA. ¡Vaya!...
es u n diamante m u y gordo
para mí... (viéndola.)
MARQ. ¿Qué? no te agrada?
P A L O M A . Prefiero esta que tiene
una crucecita blanca.
MARQ. E r a de m i m a d r e . . .
PALOMA. Venga.
MARQ. Pero... ¡Si no vale nada!
P A L O M A . ¿Para usía mucho?
MARQ. ¡Mucho!
PALOMA. ¡Ya estamos en paz! (Poniéndosela.)
MARQ. ¡Bien haya
tu proceder! ¿para qué
necesitas más alhajas
que t u corazón, si es digno
de ser...
PALOMA. De u n a menestrala.
Si Dios da fortuna á unos,
á otros altiva prosapia,
á ese talento sublime,
á aquel ingenio y audacia,
algo ha de dar á los pobres
cuando reparte sus gracias.
MARQ. ¡Mucho te ha dado, Paloma!
P A L O M A . Bendita sea... ¿Quién llama?
(Llaman en la izquierda.)
LAMP. (Dentro.) \Ego sum\
PALOMA. (Abre la puerta.) ¡Es m i b a r b e r o !
_ 80 _
LAMP. Ya estamos todos "en casa.

ESCENA V.
M A R Q U E S I T A , la P A L O M A , D . L U I S , L A M P A R I L L A , que en-
tran por la izquierda y cierran la puerta, vestido» de maje
con sombrero y capa.

PALOMA ¿Don L u i s !
PUI?. ¡El m i s m o !
LAMP. ¡Ahí va u n majo
con todas sus circunstancias!
LUIS. ¡Estrella!
MARQ. ¡Luis!
LAMP. ¡Pues tampoco
parece falsificada!
LUIS. Y a va á ser pronto l a h o r a .
MARQ. E s c u c h a antes dos palabras!
LAMP. (A Paloma.) ¿No has visto nunca comedias?
P A L O M A . Y a lo creo, he visto varias.
Por el sótano y el torno,
La niña boba, el Tetrarca
de Jerusalen.
LAMP. ¡Atiza!
P A L O M A . La villana de la Sagra;
Doña Isabel la Católica
pisando hielos y escarchas
para batir á los moros
en la vega de Granada,
ó el Avemaria en triunfo
LAMP. Título de siete cuartas.
Tienes todo u n repertorio!
P A L O M A . ¿Y qué?
LAMP. Pues sigue l a pauta.
Frente á l a concha se quedan
siempre el galán y l a dama,
y e l gracioso y l a graciosa
á l a derecha se apartan;
los primeros se echan flores
en relaciones m u y largas
de picadillo... y los otros;
cuando los amos acaban,
— Si —

echan la suya imitando


sus gestos y sus palabras.
«Tiquis... miquis... t i q u i s . . . m i q u i s . . .
»oye!... cesa!... m i r a ! . . . aguarda!...
»Vete!... vuelve!... atiende!... escucha!...
«huye!... cielos! dime!... calla!...»
E l público aplaude m u c h o . . .
los cómicos dan las gracias,
y el empresario repite
l a misma función mañana;
conque... vente á la derecha
que va á p r i n c i p i a r la dama!
(Se retiran los dos á la derecha.)
MARQ. ( Á D. Luis.) Aún creyéndote discreto,
(La Paloma se pone la mantilla.)
fiel amante y buen amigo,
tuve que guardar contigo
m i político secreto,
y perder calma y reposo,
soportando mal m i grado
t u dolor de enamorado
y tus quejas de celoso.
Á haber triunfado en la empresa
y haber sido tú el vencido,
á salvarte hubiera ido
l a mano de t u Marquesa,
y nada en contra me arguya
t u carácter orgulloso,
pues amparo generoso
hoy acepto de la tuya.
Sea cualquiera el rigor
con que nos trate l a suerte,
ni el destierro, n i la muerte
entibiarán nuestro amor,
y pues salvarme has querido,
y bienes t u brazo á darme,
quiero perderme ó salvarme
del brazo de m i marido!
Luis. L o que por mí hubieras hecho,
hoy, Estrella, e n t u b i e n hago,
que de esta manera pago
la constancia de t u pecho.
6
— 82 -

T u y o soy, tuyo seré,


y pues que m i amor te d i ,
ó me salvaré por tí
ó por tí me perderé;
y sin que hagamos traición
cada cual á nuestra idea,
en suerte ó desgracia sea
uno nuestro corazón.
¿El empeño aceptas!
MARQ. ¡Sí!
yo lo j u r o !
Lcis. ¡Yo también!
MARQ. Que Dios nos escuche!
LAMP. ¡Amen!
Pues ahora me toca á mí. ( Á la Paloma.)
¡Que G r i m a l d i nos ataje
ó que ñus destierre á Cuba;
que Floridablanca suba,
que el conde de Aranda baje,
que para que estén contentos
y vivan sin guerra y saña
soporte la pobre España
más ministros que conventos;
que en progresión singular
y siguiendo este registro
quien no haya sido ministro
. no se puede empadronar;
que en el tiempo venidero
sea procer u n corsario,
y ministro u n boticario,
y embajador u n barbero,
y se lea en una tienda
Consulado y Hostería,
y en otra, Lúeas García,
sastre y ministro de Hacienda;
y sea España capaz
de v i v i r años sin ley,
y s i n gobierno, y sin r e y ,
y sin dinero y s i n paz,
nunca faltará en la v i l l a ,
tras de tantas navidades,
para decir tres verdades
- 85

un barbero L a m p a r i l l a ,
como el que siempre de broma
vivió de amor en las redes,
con el permiso de ustedes,
abrazando á la Paloma!
¡Ahora tú!... ( Á la Paloma.)
PALOMA. Barbero i n d i n o ,
gatera de mano inquieta,
con pretensión de profeta
y con puntas de adivino,
que corta, desuella y raja
atrepellando por todo,
y afeita del mismo modo
con l a lengua y la navaja,
sin defenderme no puedo
de t u amante algarabía,
¿por qué pasastes u n dia
por l a calle de Toledo,
y sin dejarme después
por plaza, arroyo y acera,
quieres hacerme barbera
del barrio de Lavapiés?
LAMP. ¿Por qué ha de ser, alma mia?
Porque haces falta y a ,
porque s i n mujer no está
completa la barbería,
porque tu cara asomando
en la tienda de repente,
hará olvidar al paciente
que le están despellejando.
Sé que no faltarán pillos
que por t u rostro hechicero
acudan, pero u n barbero
nunca repara en pelillos,
y menos si su mujer
no deja que otro se explique:
y ahora basta de palique,
que falta mucho que hacer.
¡Es l a hora!
Luis. ¡Vamos y a !
LAMP. ¿Estás dispuesta? ( Á la Paloma.)
PALOMA. Por mí...
— 84 —

Lü 1S. ¿Aceptas el riesgo? (Á la Marquesita.)


MARQ. ¡SÍ!
E l cofrecillo...
PALOHA. Aquí está.
(Entra por él á la alcoba.)
LAMP. ¡Audacia, aplomo y valor!
MARQ. De nosotros no te alejas.
LARP. Hay que cambiar de parejas
para escaparnos mejor.
(Saca la Paloma un cofrecillo pequeño, orne coloca
sobre la cómoda.)
Con el tripero L u i s i l l o
Paloma la costurera...
(Se dan el brazo.);
y P i l a r la castañera
del brazo del barberillo.
(Se cogen del brazo.)
¡Estamos ya dos á dos!
Luis. ¡Cuatro majos parecemos!
LAMP. ¡Á santiguarse y marchemos! (se santiguan.)
en paz y en gracia de Dios!

[MÚSICA-

Sa colocan del brazo frente al público los cuatro.

LAMP. E l sombrero hasta las cejas,


(Hace lo que dice.)
y el embozo á l a n a r i z !
y la mano en e l embozo
y l a cara de perfil.
Luis. E l sombrero hasta las cejas.
y e l embozo á l a Dariz;
y la mano en el embozo
y la cara de perfil.
¿Así está bien?
LAMP. ¡Va bien así!
L o s DOS. E s a es l a figura exacta
de los majos de M a d r i d .
PALOMA. L a mirada de soslayo,
la mantilla puesta en c r u z ,
— 85 ~
y l a mano e n l a cadera
y l a cara á media l u z .
MARQ. L a m i r a d a de soslayo,
la mantilla puesta en c r u z ,
y l a mano en l a cadera
y l a caraá media l u z .
¿A.SÍ está bien?
PALOMA. Va bien así.
L A S DOS. E s a es l a figura exacta
de las majas de M a d r i d .
Los CUATRO. De bracero las parejas
somos, caminando así,
una estampa verdadera
de los majos de M a d r i d .

LAMP. Y cuando estemos


en l a tartana,
hay que dar suelta
á las gargantas:
que s i los majos
van de merienda
se les escucha
de media lengua.
PALOMA. Y en l a tartana
cantar es ley
las caleseras
de Lavapiés.
MARQ., LUIS, LAMP.
Pues ensayemos
por una vez
las caleseras
de Lavapiés.

TODOS. Entrando u n a maja


en San Lorenzo:
¡Á l a calesera!
\sámalacatron\
curas y sacristanes
se ahorran incienso,
que las manólas,
al moverse un poquito,
¡á l a calesera!
— m—
¡sámalacatronl
huelen á gloria.
¡Ande l a calesa,
no se pare, no,
que la prenda lleva
de m i corazón.

HABLADO.

LAMP. ¡Conque el brazo y avivad!


MARQ. ¡Ya estamos!
LUIS. Resolución!
LAMP. Andando... ¡Calla! ( Á ía Paloma.)
LUIS. ¡Atención!
(Lamparilla escucha á la puerta de la izquierda.)
MARQ. ¿Qué es eso?
LAMP. ¡Fatalidad!
¡gente sube!
LUIS. ¿Están ahí?
LAMP. ¡Es que son muchos!
PALOMA.
A l e r t a . (Va á cerrar.)
LAMP.
¡Es peor cerrar la puerta!
MARQ.
¡La echarán abajo!
LAMP.
¡Sí!
PALOMA. M i alcoba tiene u n sobrado.
LADP. Súbelos á él, Palomilla.
PALOMA. ¿Pero y tú?
LAMP. (Subiendo por la ventana del foro.)
Por l a bohardilla
gatearé e n el tejado,
y por el p r i m e r desván
que abierto y s i n gente halle,
me escurriré hasta l a calle.
PALOMA. (Desdle la puerta derecha. D. Luis y la Marquesita
han entrado antes,)
Pero...
LAMP.
tSubido en la ventana.)
¡Chito, que ahí están!
(Lamparilla se va por el tejado y la Paloma entra
por la puerta de la derecha. Pausa corta.)
— 87 —

ESCENA XI.

LOS GUARDIAS WALONAS y las C O S T U R E R A S , por la


izquierda.

MÚSICA.
GUARDIAS. Aquí están los que buscamos;
entrad, pues, s i n dilación.
COST. (¡Cuando está l a jaula abierta
es que el pájaro ya voló!)
GUARDIAS. ¡Las vecinas que conocen
el terreno guiarán!
COST. U n a mísera bohardilla
tiene poco que enseñar.
GUARDIAS. ¡Registremos!...
COST. ¡Registremos!
GUARDIAS. (Entrando á la derecha.)
¡Dos cuartitos hay aquí!
COST. (¡La Paloma conspiraba!
' ¡quién lo había de decir!)

GUARDIAS. (Saliendo.)
¡Aquí no hay nadie!
OTROS. (De la escena.)
¡Tampoco acá!
TODOS. ¡Irá á la cárcel
la vecindad!
COST. ¿Pero á quién buscan?
vamos á ver.
GUARDIAS. Á tres bribones
de mala ley.
Á una Marquesa
que se escapó
y á una Paloma
que l a escondió.
COST. Pues uno falta
para ser tres.
GUARDUS. Y á u n barberillo
de Lavapiés.

COST. Busca, busca, busca,


- 88 —
vuela, vuela, vuela,
que se habrán marchado
por l a callejuela.
Los Guardias walonas,
según l a canción,
siempre llegan tarde
á l a procesión.
GUARDIAS. Busco, busco, busco,
corro, corro, c o r r o ,
cúmplense las leyes
con nuestro socorro,
sólo que sucede
por fatalidad
que á cuantos buscamos
se han marchado ya.
TODOS.
Busca, busca, busca,
busco, busco, busco, etc.

HABLADO-
GüARDS. ¡Pues aquí n o hay nadie!
PEDRO. ¿No?
(Ha entrado por la izquierda mientras el coro.)
Esto ya de broma pasa.
Vamos á quemar la casa.
Voz. (Dentro del cuarto, de varios Guardias.)
¡Hay u n sobradillo!
TODOS. (Corriendo a l a derecha.) ¡Oh!
PEDRO. ¡Dos veces nos han burlado;
a la tercera caerán!
G U A R O S , ¡En el sobradillo están!
PEDRO. L a m i t a d . . . vista al tejado!
(Varios Guardias se asoman á la ventana.)
Rendios á discreción
(Alto á la puerta de la derecha.)
ó se os abrasa la piel!
(D. Luis aparece en la puerta.)

E S C E N A XII.
DICHOS, D . LUIS D E H A R O .

TODOS. ¡Un hombre! (Retrocediendo.)


— H9

COST. ¡Calle! ¡no es él!


Luis. ¿Qué queréis?
CAP. ¡Daos á prisión!
Luís. ¡ Á mí!...
CAP. Y o responderé...
dos Majas!

E S C E N A VIII.
DICHOS, la M A R Q U E S I T A , la P A L O M A , por la derecha.

GUAIÍDS. Gracias á D i o s !
COSTS. ¡Paloma?
PEDRO. Presas las dos.
¿Y el Barberillo?
PALOMA. ¡Se fué!
PEDRO. ¿Por dónde? S i hemos estado
desde l a pared de enfrente
dejando entrar á la gente?
P A L O M A . ¡Se escapó... por e l tejado!
PEDRO. ¡Corta será su alegría!
la pista l e seguirán
y prendiéndole estarán
tal vez en su barbería.
C O S T . 1. a
( Á la Paloma.)
(Si nos lo hubieras contado
en vez de andar con tapujos!...)
PEDRO. ¡Ea! ¡basta de dibujos!...
MARQ. Nos vais á llevar...
PEDRO. ¡Y atados!
Luís. ¡Eso no!
PEDRO. ¡La culpa es suya!
V a n ya dos!
Luis. ¡De ningún modo!
COST*. ¡Paloma! (Abrazándola.)
PEDRO. ¡Codo con codo!
COSTS. Eso...
LAMP. (Dentro.) ¡Aleluya! ¡Aleluya!...
TODOS. ¡El barbero!
PEDRO. ¡Chilla! ¡chilla!
¡Como se escape le abraso!
LAMP. ¡Aleluya! (Entrando.;

.7
— 90 —
PEDRO. ¡Quieto!
LAMP. ¡Paso
al barbero L a m p a r i l l a !

ESCENA IX.
DICHOS, L A M P A R I L L A , por la izquierda.

PEDRO. ¿Cómo?
PALOMA. ¿Qué ocurre?
MARQ. ¡Qué afán!
P A L O M A . (¿Habrá inventado u n ardid?)
I^MP. ¡Que está revuelto M a d r i d ;
» que á palacio todos v a n ;
que vale e l rey u n imperio;
que tenéis la puerta franca;
que el conde Floridablanca
ha subido al M i n i s t e r i o !
PAI.OMA. ( Á D . Pedro.)
¡La única vez que acertasteis,
llegasteis tarde también!
Luis. ¡Adiós, E s t r e l l a , m i b i e n !
MARQ. ¡Recordad lo que jurasteis!
LLIS. M i deber es compartir
la desgracia del vencido.
MARQ. ¡ T U mano me has ofrecido
y yo te l a iré á pedir!
Lois. Entonces...
MARQ. ¡ Y O soy t u esposa
sin que m i triunfo me i m p o r t e !
Nada me llama e n l a corte
si dejo á España dichosa.
LAMP. (Con rapidez.)
¡Ay, señora, qué ilusión
creer que porque ha cambiado
el secretario de Estado
será feiiz la nación!
Aunque suban á millares
á enmendar pasados hierros,
siempre son los mismos perros
con diferentes collares...
PALOMA. (interrumpiéndole.)
— 91 -
¡Mira... si te has de casar
conmigo, ten entendido
que de hablar has concluido...
LAMP. ¿Pues qué he de hacer?
PALOMA. ¡Afeitar!
LAMP. España...
PALOMA. Oírte no quiero.
LAMP. Y O aspiro...
PALOMA. ¡Á l a barbería!
LAMP. Mis principios...
PALOMA. ¡La bacía!
LAMP. M i s planes...
PALOMA. E l navajero.
LAMP. Mas el p a i s . . .
PALOMA. ¡Acallar!
LAMP. ¡Pero cuando esté afeitando!...
PALOMA. ¡Nada... afeitarás callando!
¡Será el primer ejemplar!...

MUSICA.

TODOS. Y es necesario
pedir perdón
á quien lo escucha
por lo que habló,
para que acabe
prontito y bien
EL BARBERILLO
DE LAVAPIÉS.

FIN DE LA ZARZUELA.

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