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Grupos psicoanalíticos

Son grupos no estructurados porque, como señala Bejarano, A. (op. cit.), si queremos permitir que un
grupo controle en su seno la pulsión destructiva, se debe facilitar su organización. Si se pretende liberar
esta pulsión, en función de un proceso terapéutico o formativo, es necesario ubicar al gaipo en una
situación regida por las reglas de no omisión y abstinencia, y que se suspenda cualquier otra
organización (9).

El contrato explicita sólo las condiciones formales de la terapia, la regla, fundamental y la de


confiabilidad, aunque también dentro de este grupo hay terapeutas muy normativos. Es muy frecuente
que el grupo sea abierto, heterogéneo y sin límite de tiempo, para lograr la reestructuración de la
personalidad total. El contrato no se cambia en el curso de la terapia. Objetivo: modificación de las
estructuras intrapsí-quicas o desarrollo de estructuras deficientes o ausentes. Cohesión: Es producto de
interpretaciones al grupo en cuanto a las angustias, defensas y deseos compartidos, que facilitan la
identificación de los miembros entre sí y la percatación de la universalidad de los mecanismos
inconscientes. Pero también se interpreta la cohesión como enclave resistencial cuando es necesario.

Comunicación: se toman en consideración tanto los aspectos verbales como los pre y para verbales. El
terapeuta primero y posteriormente también los miembros, diferencian lo manifiesto de lo latente
implícito en la comunicación, su implicación personal en lo que expresan sobre sí mismos y de dónde
provienen las reacciones que les provocan los demás. Información: permanecer en un intercambio
activo de informaciones, consejos y discusiones impersonales es mantenerse en el nivel manifiesto de la
comunicación, se considera resistencial y es motivo de interpretación. Interacción: es uno de los medios
para acceder al inconsciente individual y a las modificaciones que su emergencia provoca en la
configuración grupal. No está sujeta a indicaciones por parte del terapeuta. Es el equivalente grupal de
la libre asociación del análisis individual. Catarsis: imprescindible para que el insight sea efectivo. La
instilación de esperanza es producto de la desinhibición de las funciones yoi-cas antes trabadas en el
conflicto, prohibidas por objetos internos, por ejemplo y de la identificación o rivalidad con los logros de
los compañeros. La técnica para manejar resistencias, angustias, tensiones, emociones y pautas de
conducta conflictivas consiste en su exploración, aclaración, confrontación e interpretación en términos
de la fantasía inconsciente que subyace a ellas. El terapeuta puede razonar, discutir, apoyar, sostener,
en un momento dado, como preparación o facilitación del terreno para la interpretación. Esta puede
dirigirse al individuo, grupo o subgrupos y se repite a través del proceso de adquisición de insight y de
elaboración.

Se exploran e interpretan, pero no se provocan, manipulan ni desvían, las transferencias positivas y


negativas al terapeuta, los pares, el grupo y el mundo externo. Las distintas corrientes psicoanalíticas en-
fatizan el trabajo sobre uno u otro objeto transferencial. No hay un foco exclusivo para el trabajo
terapéutico. El terapeuta es un profesional, observador participante en el proceso grupal. Comparte el
lide-razgo con los miembros. No tiene más metas para sus pacientes que ayudarlos a descubrir sus
motivaciones inconscientes. Tras lo cual, cada quien es libre de manejar lo que ha aprendido sobre sí en
la forma que juzgue pertinente. En los grupos abiertos, sin límite de tiempo, la terminación es individual.

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