Está en la página 1de 2

EL COMPEMENTO DIRECTO.

TRANSITIVIDAD E INTRANSITIVIDAD

El complemento directo cumple la función sintáctica de argumento dependiente del


verbo, formando junto a este un grupo verbal. La función de O.D. pueden desempeñarla
sustantivos o grupos nominales, pronombres y oraciones subordinadas sustantivas. El C.D.
puede aparecer junto al verbo o alejado de este, puede ir encabezado por la preposición «a»
en ciertas construcciones y, además, existe la posibilidad de sustituirlo por pronombres átonos
de acusativo. Respecto a esta última característica, debe mencionarse que el objeto directo
puede ser sustituido por un pronombre átono acusativo de tercera persona (lo, la, los, las),
aunque es cierto que esto no puede aplicarse en todos los contextos, por ejemplo, con los
indefinidos no específicos o con ciertos grupos nominales: ¿Tienes hambre? *No, no la tengo.
Del mismo modo, en el español de ciertas áreas rioplatenses o vascas es muy común la elisión
del O.D. de los verbos transitivos sin que ocupe su lugar un pronombre átono. Este factor es
debido a la influencia de otras lenguas coexistentes en dichos territorios.

El C.D. puede ir encabezado por la preposición «a» cuando designa una o varias
personas pero no si designa cosas. Además, aparece ante los pronombres personales
tónicos en construcciones de duplicación pronominal y ante pronombres indefinidos con
ciertos verbos uno, alguien y alguno aparecen sin ella. Es obligado el uso de la preposición
con los nombres propios de personas o animales (leer a Cervantes) cuando se usan
metonímicamente o cuando simbolizan cosas personificadas (tildar a una empresa). Sin
embargo, no se emplea la preposición con los nombres de persona que designan tipos de
individuos (ocasionar muertos) o con los nombres comunes de persona sin artículo
determinativo (para encontrar esposa). Por último, debe destacarse las numerosas
alternancias de presencia o ausencia de preposición presentes en los grupos nominales de
persona formados por indefinidos o cuantificadores (vi muchos políticosa muchos políticos).

Por otra parte, los verbos transitivos se dividen en 3 grupos: los que exigen
preposición, los que la rechaza y los que son compatibles con la misma. En el primero destacan
los que alternan los objetos directos con los indirectos (obedecemos *demasiadosa
demasiados). En el segundo, están incluidos los verbos de causación y los predicados
existenciales haber y tener (*Julian tuvo a un solo hijo). El tercer grupo es muy polémico,
puesto que la presencia de la preposición depende de factores sintácticos, semánticos y
discursivos. La distinción entre verbos transitivos e intransitivos radica en razones semánticas o
en las distintas acepciones de los verbos, por ejemplo, es evidente que algunos requieren un
complemento para completar su significado mientras que otros no (conocer//bostezar).
Igualmente, se distinguen los verbos que pueden que pueden omitir su O.D. sin dejar de ser
transitivos y los que tienen usos intransitivos (se reía con ganas//ellos le reían las gracias).

Desde el punto de vista semántico, los verbos transitivos se clasifican atendiendo a su


modo de acción, la clase nocional a la que pertenecen, la naturaleza léxica de su C.D. y la
interpretación semántica de su O.D. Según el primer criterio, estos se dividen en: verbos de
actividad, de realización, de consecución y de estado o propiedad. De acuerdo con el segundo,
los verbos transitivos pueden denotar diversas nociones como existencia, afección o posesión.
Aplicando el tercer criterio, debe mencionarse que algunos verbos carecen de restricciones en
cuanto a la noción que designa su O.D. (imaginar) y otros están fuertemente restringidos
(vacunar). Por último, los complementos directos se dividen en afectados presenta un
cambio de estado la persona o cosa que representa el paciente de la acción y no afectados.

Cabe destacar que en ciertas oraciones los C.D. se omiten, ya que quedan
sobrentendidos (Deberías escribir). En estos casos se habla de versos transitivos absolutos y a
esos complementos omitidos se les denomina prototípicos reciben interpretaciones
generalizadoras. Por otro lado, algunos verbos transitivos pueden emplearse como
intransitivos cuando llevar complementos de acusativo interno y su significado es afín al verbo
(he llorado tantas lágrimas). Dicha afinidad se extiende a los complementos cognados que
muestran la base léxica del verbo: soñar un sueño. Debe mencionarse además que algunos
verbos que pueden ser tanto transitivos como intransitivos en su uso transitivo admiten una
interpretación causativa similar a «hacer+infinitivo» (paró el auto).

Por último, cabe destacar que las locuciones verbales se forman a partir de verbos
transitivos y que, en ocasiones, muestran cierta variación geográfica, léxica, sintáctica o
morfológica. Estas pueden ser transparentes (pisar el acelerador) u opacas (pelar el diente). En
las construcciones de «verbo de apoyo», al contrario que en las locuciones verbales, se forman
verbos parcialmente desemantizados y con sustantivos (echar una cabezada).

También podría gustarte