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Anales del Instituto de Investigaciones

Estéticas
ISSN: 0185-1276
iieanales@gmail.com
Instituto de Investigaciones Estéticas
México

ESCUDERO, ALEJANDRINA
Silvia Arango Cardinal. Ciudad y arquitectura. Seis generaciones que construyeron la
América Latina moderna. México: Fondo de Cultura Económica/Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes, 2012
Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, vol. XXXVIII, núm. 109, 2016, pp. 277-
283
Instituto de Investigaciones Estéticas
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=36947936008

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ra e interpretación de los documentos gráficos,
fuente entrañable para la investigadora colom-
biana. En 451 páginas y cerca de 300 imágenes,
Silvia Arango Cardinal
el libro explica un proceso histórico de 90 años
(1885 y 1975), en los que los contemporáneos
Ciudad y arquitectura.
de cada generación insistieron en autoidentifi-
Seis generaciones que construyeron
carse como modernos y construyeron esa “obra
la América Latina moderna*
prodigiosa” que es la ciudad latinoamericana;
México: Fondo de Cultura Económica/Consejo Nacional
ellas son la cientificista (1885-1900), la pragmá-
para la Cultura y las Artes, 2012
tica (1900-1915), la modernista (1915-1930), la
panamericana (1930-1945), la progresista (1945-
1960) y la técnica (1960-1975).
por
Antes de ofrecer una glosa del libro, en
alejandrina escudero** compañía mano de la autora, tengo dos ob-
servaciones; la primera es mi beneplácito por
la manera en la cual la autora logra abordar
Ciudad y arquitectura. Seis generaciones que constru- el tema, que al historiador actual pudiera sor-
yeron la América Latina moderna es la primera his- prender; se refiere a la metodología generacio-
toria general del siglo xxi que aborda el tema; nal, por tradición utilizada en la literatura, lo
la investigación tomó a Silvia Arango Cardinal cual resulta un acierto de Arango, al aprove-
15 años, en los que recorrió las ciudades latinoa- charla en un campo diferente con el propósito
mericanas y exploró trabajos históricos de la de englobar y explicar un dilatado proceso de
arquitectura citadina, monografías, estudios de larga duración, desplegado en varios países; la
caso, libros, revistas y tesis, lo mismo sostuvo segunda apunta a su inmediato impacto no
entrevistas, conversaciones, hizo consultas a es- sólo en la academia, sino en el ámbito estu-
pecialistas, y puso especial atención en la lectu- diantil universitario; de ahí mi interés por res-
*  Texto recibido el 9 de diciembre de 2015; devuel- catar un estudio publicado hace algunos años,
to para revisión el 9 de febrero de 2016, aceptado el
no obstante muy vigente en la casi inexistente
10 de marzo de 2016.
**  Doctora en Historia del Arte por parte de la historiografía de la modernidad arquitectónica
Universidad Nacional Autónoma de México. y urbanística latinoamericana, libro que desde
http://dx.doi.org/10.22201/iie.18703062e.2016.109.2582 su aparición se ha convertido en un “clásico”.

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El primer asunto por dilucidar se refiere conformar las unidades nacionales, una vez
al concepto de generación que, de acuerdo delineados los perfiles de sus territorios y de
con Julián Marías, es el lapso mínimo para sus historias patria, por lo que se trata de la
entender una estructura histórica; de esta primera generación “plenamente nacional”.
manera, el texto se organiza con el método Al respecto dice la autora: “El alcance de la
generacional, herramienta metodológica que incidencia de ciertas ideas positivas, científi-
permite pensar el pasado a partir de un suje- cas o políticas en América Latina sólo puede
to colectivo: la generación, entendida ésta en entenderse dentro de su articulación, con
la acepción propuesta por el filósofo español una lógica vital, con el propósito de construir
José Ortega y Gasset, cuando dice que los la- naciones modernas, contando con la herencia
zos que unen a cada uno de sus integrantes son de vigencias subsistentes de largo plazo como
sus vigencias, es decir, el “conjunto de ideas, la vastedad territorial y la escasez de minorías
percepciones, creencias, valores y costumbres educadas” (32). La noción de la ciudad capi-
que forman la interpretación de la realidad.” tal simboliza y consolida su idea de nación,
(16). Éstas, aclara la escritora, se forman ya que constituye el lugar donde se concen-
como respuesta a las circunstancias que se vi- tra el liderazgo espiritual, la evolución y el
ven y constituyen un soporte desde el cual se progreso.
enfrentan los retos. La generación vista así no Esta generación se ocupará del trans-
está directamente relacionada con la fecha de porte y del saneamiento con obras de cana-
nacimiento sino con el desarrollo profesional lización y alcantarillado; entre ellas, se dis-
de sus integrantes en su etapa creativa o par- tingue: “Una de las obras de ingeniería más
ticipativa, que va de los 45 a los 60 años. El prodigiosas del siglo xix en América Latina:
desafío de Arango Cardinal es explicar cómo, la construcción del Gran Canal del Desagüe
en cada generación, circunstancias y vigen- del Valle de México, el cual retoma, rectifica
cias (incluso sueños y deseos) dan forma a las y amplía proyectos que se remontan a la épo-
ideas urbanísticas y arquitectónicas, que no ca precolombina” (43).
son puras sino que se mezclan con vigencias En las ciudades latinoamericanas se ini-
heredadas y en las que se sobreponen tres ge- cian expansiones ya planificadas, mediante
neraciones. lotificaciones periféricas que, a la manera de
barrios, se incorporan a la ciudad y siguen,
1. por lo general, el mismo trazado. Gran par-
La llamada generación cientificista (1885- te de los fraccionamientos —o colonias en el
1900) funciona como bisagra entre dos es- caso de México— son propuestas de empre-
tructuras históricas, porque a la vez que rom- sarios privados. Una característica común es
pe, hereda de la generación emprendedora la introducción de uno o dos ejes que marcan
que le antecedió. En ella se da una enorme el centro a una ciudad entendida como un
importancia a las formas de pensamiento de- todo neutro, por encima de las viejas divisio-
ductivo que parten de la evidencia inmediata. nes de barrios, parroquias o cuarteles. Un fe-
Un término que la define es la curiosidad. nómeno naciente es la aparición de las nuevas
La cientificista se encargará de culmi- urbes, como La Plata en Argentina y Bello
nar el prolongado proceso decimonónico de Horizonte en Brasil.
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En el periodo de creación de la genera- de ferrocarril, edificios de correos, teatros,


ción cientificista, la arquitectura la hacen los escuelas, bibliotecas y museos, ubicados por
ingenieros, y las obras públicas ejecutadas se lo general en la ciudad consolidada. Por otro
relacionan con la idea de saneamiento am- lado, se produce un desplazamiento de varias
biental y moral, con el fin de resolver aspectos cuadras del núcleo simbólico tradicional;
de la vida cotidiana, por ello destaca la cons- en Buenos Aires, la Plaza Lavalle, en Río
trucción de mercados, rastros, cementerios, ­de Janeiro, la Plaza Floriano y en la ciudad de
hipódromos y plazas de toros. México, La Alameda. Los teatros sustituyen
a las catedrales, como edificios simbólicos, y
2. logran aglutinar, a su alrededor, el corazón de
Aunque en la generación pragmática (1900- la vida urbana; entre los principales están el
1915) predomina la confianza en el progreso, Teatro Colón de Buenos Aires, el Teatro Mu-
su relación con la técnica varía y se centra en nicipal de Río de Janeiro y el Teatro Nacional
los inventos y de ella surgirá un grupo de in- de México (después, Palacio de Bellas Artes); de
ventores. igual forma, se advierte un contraste entre la
Algunas metrópolis como Buenos Aires y ciudad antigua y la moderna.
Río de Janeiro superan el millón de habitan-
tes y en ellas se experimenta un crecimiento 3.
paulatino, con rasgos comunes, como la Simultánea a las ideas, percepciones y valores
construcción de una arquitectura monumen- está la relación que cada generación establece
tal, la apertura de grandes avenidas y la in- con la técnica; la cientificista la consideró la
auguración del primer metro de Latino­amé­ promesa de un mundo interconectado, la prag-
rica. La Avenida de Mayo en Buenos Aires y mática, un instrumento útil para el bienestar
la Avenida Central (Río Branco) en Río de y la modernista (1915-1930), un recurso para
Janeiro sirven de modelo para las demás ciu- la diversión y para hacer placentera la vida, lo
dades; se trata de calles rectas y amplias que que lleva a privilegiar hallazgos técnicos como
enlazan lugares simbólicos y, a sus flancos, el radio, el fonógrafo y el cine.
se construyen edificios de seis a siete pisos. La modernista presupone la libertad y
Avenidas, paseos y calzadas tienen una función una escasa intervención del Estado, porque
higienista y, a la vez, funcional en su rela- éste es superado por la iniciativa privada. Aho-
ción con el tráfico. ra la ciudad se ve como un negocio, al volverse
Además, se despliega un frenesí cons- las urbanizaciones una actividad muy renta-
tructivo, público y privado, sin precedentes, ble por lo que se puede “vivir de la renta”.
que sigue las tendencias académicas y cuyas Esta generación aspira al ocio y a las formas
obras serán de los arquitectos; se concretan de evasión, quiere tiempo libre para dedicarlo
importantes trabajos de saneamiento y elec- a la diversión, al deporte, al vértigo de la ve-
trificación y despuntan puertos, parques, locidad y a las sensaciones límite; se le otorga
avenidas y un repertorio significativo de edi- gran importancia al cuerpo y se practica el
ficios monumentales, llamados comúnmen- futbol, tenis, polo y remo; de cara al placer de
te “palacios”, tales como capitolios, casas de viajar abunda la edificación de hoteles, bal-
gobierno, tribunales de justicia, estaciones nearios y casinos.
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La ciudad se conforma por un núcleo A pesar de las conmociones políticas y de


central y una gran cantidad de urbanizacio- los dramáticos años que van de 1928 a 1933,
nes, fenómeno ya existente, pero del cual en la década de 1930, los arquitectos pana-
ahora se desprenden de manera aleatoria, mericanos serán prolíficos y responsables. En
enfrentados al ajedrezado antiguo, los nuevos su búsqueda por modernizarse salen en de-
trazos hechos, a veces, con calles curvas o si- fensa del estilo nacional, mezclado con otras
guiendo las sinuosidades de la topografía. En referencias artísticas y culturales; al sentirse
esta comparecencia, el centro tendrá signos iniciadores de un mundo totalmente nuevo
negativos y las periferias, positivos. dieron a conocer manifiestos con los medios
En la generación modernista predominará que pudieron; por ejemplo en el VI Congre-
la arquitectura ecléctica y la profesión se afianza- so Panamericano de Arquitectos (1930, Río
rá mediante escuelas, revistas, congresos y aso- de Janeiro) “se sepulta simbólicamente a la
ciaciones; el primer Congreso Panamericano generación modernista y su concepción del
de Arquitectos se celebra en Uruguay en 1920. arquitecto como un defensor de la belleza”.
En México destaca el ciclo “Pláticas de arqui-
4. tectura”, celebrado en 1933.
En los años que van de 1930 a 1945 se con- La ciudad se considera un organismo
frontan tres generaciones de muy distinto único y homogéneo y los planos regulado-
carácter; todavía se hace visible la declinante res son los instrumentos para transformarla,
modernista y aparece tumultuosa la progre- involucrando ahora a la región; en ellos se
sista (1945-1960); en el medio, resistiendo el incluyen los anillos concéntricos, cuyos ejem-
empuje, está la panamericana (1930-1945), plos característicos son los esquemas de Fran-
que saldrá victoriosa en la década de 1930. cisco Prestes Maia para São Paulo, de Karl
En lo político, 15 de los 21 países latino­ Brunner para Santiago de Chile y de Carlos
americanos tienen regímenes militares; de esa Contreras para el Distrito Federal; paralelo a
manera, la generación panamericana “vive la un plan vial, que tiene por objeto la regula-
creencia de que no sólo la política sino todas ción urbana, estará la zonificación, es decir, la
las actividades que busquen legitimidad mo- división de la urbe por funciones.
ral deben tener como objetivo fundamental Ahora, la técnica se referirá no tanto a los
mejorar las condiciones del pueblo” (210). sistemas constructivos o a la introducción de
En la noción de pueblo confluyen tres con- nuevos materiales, sino a la posible produc­
ceptos: raza dominada, desposeídos y masa. ción en serie de los elementos industriali-
Dos pensadores que exploran el espíritu de zables; el arquitecto se ve como un servidor
los pueblos americanos, apelando a las nocio- social, al desarrollar los repertorios del Esta-
nes de raza y cultura, son el mexicano José do, con obras dirigidas al bienestar colectivo,
Vasconcelos y el peruano Víctor Raúl Haya como hospitales, escuelas y equipamientos
de la Torre. En los arquitectos hay un senti- deportivos, aunque no deja la práctica pri­
miento americanista, al enfrentar el problema vada, una fuente de trabajo importante, con
de conseguir una obra verdaderamente ame- la edificación de casas individuales y edificios
ricana y a la vez moderna. en renta para la clase media.
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5. En la posguerra inmediata construir vi-


Después de la guerra, la generación progre- vienda se convirtió en el objetivo central
sista (1945-1960) ejerció plenamente su pro- de todos los gobiernos latinoamericanos, al
fesión en ciudades en franco crecimiento y obedecer a las demandas del acelerado creci-
transformación. Las circunstancias y vigen- miento; es la época de construcción de gran-
cias que vivió se dieron en una situación po- des conjuntos habitacionales, que aprovechan
lítica, la cual se explica no sólo por las pola- las experiencias anglosajonas de los green belt
rizaciones que resultan de la segunda guerra towns y las reflexiones sociales de la Escuela
mundial sino por las inercias continentales de Chicago. Entre 1945 y 1950, los conjuntos
y nacionales, centradas en la derecha e iz- estatales se diseñaron a la manera de unidad
quierda. Arango Cardinal argumenta que la vecinal, cuyo paradigma fue Radburn (1928,
vigencia más compartida por esta generación Nueva Jersey), formada por las llamadas sú-
es “el anhelo de garantizar el desarrollo como per manzanas y separando el tránsito vehicu-
sinónimo de progreso, plasmado en reali- lar del peatonal; algunos casos sobresalientes
zaciones urbanas y arquitectónicas, con un son la Unidad Vecinal Número 3, en Lima, el
sentimiento desarrollista. En donde las no- Centro Urbano Miguel Alemán, en la Ciu-
ciones de modernización e industrialización dad de México, el Conjunto Habitacional
se identifican” (277). Pedregulho, en Río de Janeiro, el Conjunto
Así vista, la arquitectura se convierte en Residencial Várzea do Carmo, en São Paolo.
un vehículo privilegiado de transmisión de Obras características del periodo fueron las
ideas y proyectos, logrando las obras más inte- ciudades universitarias modernas y una para-
resantes, creativas y originales. Para las gran- digmática nueva ciudad, Brasilia, con la que
des masas de población latinoamericana, el los arquitectos de la generación progresista
desarrollo se concretará en obras públicas, culminan su prolífica aventura arquitectónica
en las cuales se aplican las técnicas más avan- y sus planteamientos urbanos.
zadas, reforzando la idea de progreso, y se Los arquitectos buscan expresarse en sus
plantea una arquitectura diáfana y luminosa; obras con sinceridad, autenticidad y verdad,
“la responsabilidad de los arquitectos de la ob­jetivos éticos de una estética. Como signo
generación progresista fue la de plasmar una de modernidad, la arquitectura significa un
idea de desarrollo que se identificara con lo trabajo individual y expresivo y será de gran
moderno” (276). calidad, original y auténticamente latinoame-
Durante la segunda guerra mundial, ricana. La experiencia vital se vuelca en un
América Latina experimentó un desarrollo interés por la libertad plástica y por las si-
industrial y económico, que a partir de 1945 tuaciones contingentes cambiantes, como la
se traduce en una aceleración del crecimiento luz, el viento y la vegetación, cuyos casos ca-
urbano; las principales ciudades casi dupli- racterísticos son las obras del mexicano Luis
caron su población; Buenos Aires, México, Barragán y del brasileño Roberto Burle Marx.
Río de Janeiro y São Paulo superan los cuatro
millones de habitantes, en tanto que La Ha- 6.
bana, Bogotá, Santiago, Montevideo, Lima y Para la generación técnica (1960-1975) la in-
Caracas, el millón. dustrialización y el desarrollo se convierten
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en una creencia indiscutible, por lo cual se resultan “una sencilla caja alargada de con-
asume la racionalización y la organización de creto que enmarca grandes planos de vidrio
los procesos de producción arquitectónica; la y parece estar suspendida en el aire” (408).
manera de ser modernos de este grupo radi- En la década de 1960, en particular, per-
cará en la eficiencia y eficacia. La técnica no siste la marca de esta generación, en obras
será un medio ni un fin sino una destreza, tales como el edificio sede de la Comisión
una habilidad, que tiene sus propias reglas, Económica para la América Latina (cepal) en
jerarquías y programas autónomos. El sen- Santiago de Chile, la Facultad de Arquitectu-
timiento de radicación fundamental de la ra de la Universidad de São Paulo, el Banco
­técnica es la pertenencia a una comunidad de Londres en Buenos Aires, el Museo Nacio-
de naciones, cuando Latinoamérica se inserta nal de Antropología en la Ciudad de México.
en los procesos generales mundiales de mane- Bajo un clima desarrollista, habrá una
ra subordinada, en lo económico, como países nueva actitud ante la vivienda masiva; se
subdesarrollados, y en lo político, como ter- construyen unidades vecinales semejantes a
cer mundo. las de la generación anterior, pero ahora con
El periodo que abarca las décadas de una marcada tendencia hacia las altas densi-
1960 y 1970 marca la cúspide del crecimien- dades, los edificios de altura y un urbanismo
to urbano; a finales de 1970, Buenos Aires, más cercano a los congresos internacionales
México y Sao Paulo se han convertido en de arquitectura moderna (ciam), entre ellos
conglomerados inmensos; las ciudades su- se hallan el Centro Urbano Antonio Nariño
fren grandes cirugías en respuesta al incre- en Bogotá, la Unidad Vecinal Portales en San-
mento del tráfico; las vías rápidas tasajean tiago, la Unidad Vecinal Habana del Este y la
las ciudades, cortan barrios y separan las Unidad Vecinal 2 de Diciembre en Caracas,
orillas; al mismo tiempo, se construyen con así como la Unidad Habitacional Jardín Bal-
gran alarde técnico pasos a desnivel y tré- buena en la Ciudad de México.
boles. Las obras serán de una sorprenden- Finalmente, con la generación técnica,
te homogeneidad, de gran envergadura y argumenta la investigadora colombiana, se
pericia técnica, entre ellas están centros de cierra un ciclo construido a lo largo de seis
producción energética, carreteras, puentes generaciones que, en términos arquitectóni-
y sistemas de transporte masivo. cos y urbanos, podemos llamar moderno.
Los ingenieros vuelven a alcanzar un
papel importante en las decisiones formales, * * *
mientras que los arquitectos alcanzan una só- Ciudad y arquitectura. Seis generaciones que
lida formación en los procesos constructivos y construyeron la América Latina moderna de
se dedican a experimentar, muestra de ello son Silvia Arango Cardinal no se reduce a la narra­
las estructuras laminares de concreto reforza- ción de acciones y menos aún da cuenta de
do, comúnmente llamadas “cáscaras”, siendo un repertorio de constructores u obras arqui-
célebres las de forma paraboloide-hiperbólicas tectónicas y urbanas sino desentraña cómo
de Félix Candela. En el diseño de las casas-ha- seis generaciones latinoamericanas viven la
bitación, los arquitectos técnicos miran hacia modernidad, y si bien hay una apropiación
las experiencias de Mies van der Rohe, que de los avances internacionales existe un am-
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plio margen para la creatividad. Con razón, la espacios de la producción artística, de los usos
autora explica: “Las formas arquitectónicas y de la imagen, de la recepción y del mecenazgo.
urbanas que se hicieron en América Latina en Entre otras cosas se ha revalorizado el siglo
la época moderna no vienen de formas gene- xviii, visto por los autores de mediados del si-
radas en otra parte, que copiamos, adaptamos glo xx como decadente, pero recuperado aho-
o adoptamos, sino del hecho de compartir y ra como lo ha sido en Europa el rococó. Con
debatir ideas generales que produjeron, crea- esta nueva perspectiva se ha pasado de una
tivamente, alternativas arquitectónicas en visión que hacía depender a los pintores no-
suelo latinoamericano” (15). vohispanos del xviii de la obra de Bartolomé
Esteban Murillo a otra en la cual se acreditan
otras influencias incluso de fuera de España,
como la francesa y la italiana.
3 Otro avance novedoso respecto a la obra
de Toussaint consiste en que se ha pasado de
las generalizaciones a los estudios monográ-
Alejandro Andrade ficos sobre pintores, reconstruyendo el catá-
logo de sus obras, estudiando sus influencias
El pincel de Elías. José Joaquín Magón y a sus contemporáneos. El proceso se ini-
y la orden de Nuestra Señora ció con la obra pionera sobre Juan Correa
del Carmen* realizada por Elisa Vargaslugo y su grupo de
colaboradores y seguido del magnífico estu-
(Puebla: Benemérita Universidad Autónoma dio sobre Cristóbal de Villalpando de Jua-
de Puebla, 2015) na Gutiérrez Haces, Rogelio Ruiz Gomar,
Clara Bargellini y Pedro Ángeles. La valiosa
tesis inédita de Paula Mues sobre José de
por Ibarra dio muchas luces sobre los inicios
antonio rubial** de la pintura del siglo xviii, y ahora un gru-
po de especializados investigadores en el que
se encuentra la misma Paula Mues, Jaime
Desde que apareció el libro de Manuel Tous- Cuadriello, Ilona Katzew y María Elena Al-
saint, La pintura colonial, la historia del arte calá preparan una magna exposición sobre la
novohispano ha vivido profundas transforma- generación de Miguel Cabrera.
ciones, no sólo en las maneras de aproximarse Hasta ahora el espacio privilegiado de
a las obras y a sus autores, sino también en los investigadores ha sido la Ciudad de Mé-
su inserción en las esferas de la historia social xico, centro de la vida artística y cultural del
y cultural, al expandir los estudios hacia los virreinato, aunque también se han develado
*  Texto recibido el 28 de abril de 2016; devuelto para
varios trabajos importantes sobre pintores
revisión el 7 de junio de 2016; aceptado el 17 de junio poblanos del siglo xvii (Diego de Borgraf,
de 2016. Pedro García Ferrer, Miguel de Mendoza,
**  Facultad de Filosofía y Letras, unam. Juan Tinoco), no han recibido la misma aten-
http://dx.doi.org/10.22201/iie.18703062e.2016.109.2583 ción los del xviii. El libro que aquí nos ocupa

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