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La jornada laboral ordinaria hace referencia la jornada de trabajo pactada en el 

contrato
de trabajo, bien sea la jornada máxima legal u otra inferior pactada por las partes.
La jornada máxima legal no siempre es la jornada laboral ordinaria, pues esta puede ser
inferior a la jornada máxima.
El trabajador y la empresa pueden pactar libremente la jornada de trabajo, siempre que no
se supere la jornada máxima legal.
Recordemos que la jornada máxima legal es de 8 horas al día y 48 horas a la semana,
con excepción de la jornada de 6 horas, válida sólo para algunas labores muy específicas.
Así, si una empresa pacta con sus empleados una jornada de trabajo de 4 horas [medio
tiempo], esa será la jornada laboral ordinaria para todos los efectos.
En efecto, dice el artículo 158 del código sustantivo del trabajo:
Jornada ordinaria. La jornada ordinaria de trabajo es la que convengan las partes, o a
falta de convenio, la máxima legal.
Esta aclaración resulta muy importante a la hora de reconocer conceptos como las horas
extras, toda vez que se entiende como hora extra todo aquel que se excede de la jornada
ordinaria, según el artículo 159 del código sustantivo del trabajo:
Trabajo suplementario. Trabajo suplementario o de horas extras es el que excede de la
jornada ordinaria, y en todo caso el que excede de la máxima legal.
Así las cosas, si se ha pactado una jornada de medio tiempo, las horas que se trabajen
después de ese medio tiempo, son horas extras y como tal se debe pagar el recargo
respectivo.
En nuestro medio, cuando un trabajador es contratado por medio tiempo, supongamos
para que labore desde las 8 de la mañana hasta las 12 del mediodía, y en ocasiones tiene
que ir a trabajar en las horas de la tarde, no se le reconoce el recargo extra diurno, sino
que las horas trabajadas en la tarde se le pagan común y corriente, sin el recargo del
25%, práctica que no es correcta.

Un beneficio para los empleados mediante pagos adicionales al salario. Así se pueden
definir las prestaciones sociales. Y son una remuneración obligatoria que entrega el
empleador a los empleados que se encuentren vinculados por medio de un contrato de
trabajo.
Las prestaciones sociales son pagos adicionales al salario, que constituyen beneficios
para el empleado. Estas son una remuneración obligatoria por parte del empleador hacia
los trabajadores que se encuentren vinculados a la empresa por medio de contrato de
trabajo; son originadas para cubrir necesidades o riesgos ordinarios, además de
representar un reconocimiento a su contribución en la generación de resultados
económicos de la empresa.

Las prestaciones sociales se encuentran constituidas por:

Prima de servicios. Esta constituye el reconocimiento que otorga el empleador al


trabajador por la participación en la generación de utilidades a la organización y
corresponde a quince (15) días de salario por cada semestre laborado, en los casos en
que se labore por un tiempo inferior se debe calcular el valor correspondiente.
Cesantías. Este beneficio tiene como principal objetivo otorgarle al trabajador recursos
que se constituyan como un auxilio para el desempleo, y que además se ha determinado
como un ahorro que puede ser invertido en vivienda o estudio; las cesantías
corresponden a un salario mensual por cada año laborado o a su proporción en caso de
un tiempo de labor inferior.
Auxilio de cesantías. Es el reconocimiento financiero del empleador por la retención anual
del valor correspondiente a las cesantías, dicho beneficio corresponde al 12% del total de
las cesantías anuales o proporcionalmente al tiempo trabajado, y debe ser pagado
directamente al trabajador.
Vacaciones. Son el descanso remunerado que el empleador debe otorgar al trabajador,
las cuales son equivalentes a quince (15) días de licencia paga por cada año laborado o
el tiempo proporcional a la fracción trabajada; el 50% de las vacaciones puede ser
compensado en dinero.

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