género policial en Operación Masacre, y presentamos los
EL SENCILLO
ARTE DE FUSILAR
EL USO DEL GÉNERO POLICIAL EN OPERACIÓN
MASACRE DE RODOLFO WALSH
Arnfinn Lundberg Bakke
Inger Johnsen
Universidad de Bergen © 2014
El 9 de junio de 1956 un grupo de hombres civiles son
masacrados en un basural de la zona de José León Suárez
de Buenos Aires. Unos meses después le llega a Rodolfo
Walsh la noticia de que hay un fusilado que vive, y de ahí
empieza la investigación que llega a ser Operación
Masacre, aparentemente la primera novela testimonio de
la literatura mundial. En este trabajo vamos a estudiar el
libro de Walsh, y pretendemos demostrar que, aunque se
considera novela testimonio, contiene recursos literarios
y características típicas del género policial. Esto lo vamos
a analizar usando artículos y libros teóricos escritos sobre
el género, y sobre la obra de Walsh en particular.
El objetivo principal del trabajo es buscar ejemplos en la
novela de Walsh, y de este modo analizar hasta qué
medida usa características del género policial y cuáles
son. Varios estudios mencionan que Walsh ha usado
elementos del género policial para escribir el libro, pero
la mayoría no lo demuestran con ejemplos específicos,
así como lo pretendemos hacer nosotros. En cuanto al
tema elegido, tenemos una justificación personal para
realizar este trabajo, dado que los dos hemos vivido en
Argentina y tenemos un interés especial en la historia del
país. Los estudios de literatura policial latinoamericana
en la Universidad de Bergen nos han introducido a la
vida y obra de Rodolfo Walsh, y particularmente el
estudio de Operación Masacre nos ha inspirado para
realizar este trabajo.
El trabajo consta de cinco partes. Después de esta
introducción, donde a continuación hacemos una
presentación breve de la vida y obra de Rodolfo Walsh,
seguimos con el estado de la cuestión, mirando estudios
anteriores en el campo. En la segunda parte introducimos
la teoría esencial sobre la literatura policial y testimonial,
y presentamos el contexto histórico y político en el que
se sitúa la obra. Luego, presentamos la metodología
aplicada en este trabajo y los desafíos que hemos tenido.
En la cuarta parte analizamos los elementos típicos del
ejemplos que hemos encontrado. Para terminar hacemos
una conclusión breve de nuestro estudio.
Vida y obra de Rodolfo Walsh
Rodolfo Jorge Walsh nació el 9 de enero de 1927 en
Choele-Choel, Argentina. Empezó su vida literaria
cuando tenía 21 años, con una versión adaptada de Lo
que la Noche Revela, de Cornell Woolrich (Paletta, 2010,
p.8). En los siguientes años tuvo un papel importante en
el establecimiento del género policial en Argentina. En
1953 publicó su primer libro, Variaciones en Rojo, por el
cual se ganó el Premio Municipal de Literatura. 1956 fue
un año fundamental en la vida de Walsh, ya que a partir
de este año empezó a investigar crímenes políticos,
poniendo su vida en peligro en el proceso. Empezó con la
obra que analizamos en este trabajo, Operación Masacre,
y siguió con dos otras investigaciones periodísticas; El
Caso Satanowsky y ¿Quién mató a Rosendo? (Fernández
Jiménez, 2010, pp. 14-17).
La investigación que resultó en el libro Operación
Masacre empezó cuando un amigo de Walsh, Enrique
Dillon, le contaba un secreto: “- Hay un fusilado que
vive” (Walsh, 2000, p. 8). Anteriormente a este
momento, Walsh mostraba un desinterés por el
fusilamiento de la zona de José León Suárez, pero lo que
contó el amigo le despertó un entusiasmo y empezó a
pedir detalles y buscar más información sobre los
acontecimientos. Luego conoció a varias víctimas y sus
familiares, los cuales le dieron su testimonio. Una
persona importante en el proceso fue la periodista
Enriqueta Muñiz, la cual le colaboró en el transcurso de
la investigación. La primera publicación de Operación
Masacre fue por entregas que se fueron publicando en la
revista Mayoría de mayo a julio de 1957 (Pesce, 2000,
p.45). Con respecto al desenlace de Operación Masacre,
hay que hacer notar que el libro dió un giro inesperado a
las repercusiones de los crímenes, ya que resultó en una
investigación y un proceso judicial.
En las primeras décadas del siglo XX el género policial
era en el contexto argentino un género entretenido,
ingenioso y vivaz. Rodolfo Walsh empezó, con
Operación Masacre, a usar el género como un modo de
dirigir la atención hacia la violencia del Estado y sus
violaciones de derechos humanos. En los años 60 y 70,
Walsh se volvió cada vez más peronista. El 25 de marzo
de 1977, fue secuestrado por un “Grupo de Tarea”, poco
después de haber enviado a varios periódicos su última
denuncia, Carta Abierta de un Escritor a la Junta
Militar. La dictadura que había empezado un año antes
dejó a miles de desaparecidos, entre ellos al mismo
Walsh que probablemente se murió de los disparos que
recibió en el tiroteo que precedió su secuestro (Walsh,
© BAKKE & JOHNSEN | UIB 2014 1
2000, pp. 121-130).
El estado de la cuestión
Por lo que se refiere al estado de la cuestión, existen
muchos estudios sobre la obra de Walsh. Primero, hay
que mencionar el libro Textos de y sobre Rodolfo Walsh
de Jorgue Lafforgue (2000). Presenta estudios de varios
escritores, los cuales miran los distintos aspectos de la
vida y obra de Walsh. Unos estudios interesantes del
libro, son por ejemplo el capítulo de Victor Pesce;
”Rodolfo Jorge Walsh - El Problemático Ejercicio del
Relato”, y el de Gonzalo Moisés Aguilar; ”Rodolfo
Walsh: Escritura y Estado”. Aguilar investiga las
estrategias de Walsh para desarmar y criticar la escritura
oficial y sus medios. Escribe también sobre la “verdad”
en la escritura de Walsh, y cómo esta se opone a la
verdad del “sistema” del Estado. Nos cuenta que se
difiere la verdad del investigador de la verdad oficial del
Estado, y discute el enfrentamiento de estas dos en
Operación Masacre (Aguilar, 2000, p. 61).
Según Viviana Paletta (2010, pp. 9-10) “Se debe a
Roberto Ferro el estudio en profundidad de todas las
variantes del texto”. En el estudio “Operación Masacre:
Investigación y escritura”, Ferro (2000, p. 139) investiga
el proceso de la investigación de Walsh y su escritura. Su
trabajo es valioso para nuestro estudio porque presenta
una investigación profunda de Operación Masacre.
Otro trabajo, en el que nos vamos a apoyar, es la tesis
doctoral de Graciela Foglia (2005), la cual estudia las
relaciones entre testimonio y literatura en el libro de
Walsh. Destaca que Operación Masacre se puede leer
como una novela testimonio, ya que el libro revela la
violencia de Estado, y que esa violencia fomenta la
búsqueda de otra forma de narrar. En particular, el
capítulo 3; “Palabras y resistencia” (Foglia, 2005, p.36)
es muy relevante para nuestro trabajo, ya que Foglia
escribe cómo Walsh ha usado el género testimonial para
narrar la violencia de Estado. Además, vamos a usar el
trabajo académico de Fernández Jiménez (2010);
“Realidad, ficción y género policíaco en la obra de
Rodolfo Walsh”. En su trabajo estudia los aspectos de la
narrativa policial en Operación Masacre, mirando la
relación entre lo literario y la intervención policial en la
obra.
En cuanto al aspecto genérico en la obra de Walsh,
Bocchino et. al. (2004) presenta una variedad de artículos
en su libro Rodolfo Walsh - Del Policial al Testimonio.
En los artículos se plantean dos ideas; primero, la
invisibilidad de la escritura de Walsh en un aspecto
genérico, y en segundo lugar, su toma de posición en la
escritura. En el artículo “Novela de no-ficción o
testimonio: una revisión sobre el género” escrito por
2 UIB 2014 | © BAKKE & JOHNSEN
Romina L. García (Bocchino et. al. 2004, p. 93), se
presentan los obstáculos en cuanto al género.
Marco teórico
El género testimonial
Con el fin de analizar la novela de Walsh, es necesario
definir unos conceptos teóricos y precisar los elementos
que determinan el género testimonial y policial. Con
respecto al género testimonial, hay que mencionar el
libro de Truman Capote, A Sangre Fría, publicado en
1966 y denominado por muchos la primera novela de
“no-ficción” o “testimonial”. Sin embargo, Operación
Masacre fue escrito nueve años antes. Fue entonces el
primero en romper con el modelo tradicional del género
(Bocchino et. al. 2004, pp. 15-17). La obra de Capote
fue, como la de Walsh, publicada originalmente como
relatos periodísticos. No obstante, sus obras quedan fuera
de las clasificaciones genéricas tradicionales, ya que
presentan una mezcla entre periodismo, literatura, verdad
y ficción (Bocchino et. al. 2004, p. 94). Según García, el
principal interés del relato testimonial “[…] está en el
doble juego que establece entre su carácter periférico
respecto de los géneros institucionalizados y su posición
central en el gusto del público” (Bocchino et. al. 2004, p.
105).
”La Propuesta de una Escritura” fue publicada en 1986
por Ana María Amar Sánchez. Fue la primera en publicar
un trabajo donde destaca que hay un vínculo en
Operación Masacre con la literatura testimonial (Amar
Sánchez, 1986, en Foglia, 2005, p. 32). Amar Sánchez
considera Operación Masacre como novela testimonio,
tradicionalmente llamada novela de no-ficción (Amar
Sánchez, 2000, p. 215). Este nombre tradicional es muy
descriptivo del género, dado que explicita sus
características elementales. Hay que destacar que en
nuestro trabajo utilizamos el nombre “novela
testimonio”. El género presenta una complicación en
cuanto a la interpretación del lector, dado que puede ser
interpretada como novela de ficción, aunque el lector está
consciente de que se trata de hechos reales. La novela
testimonio se distancia del periodismo y del realismo
ingenuo en la construcción del relato, sobre todo por lo
que se refiere a la composición entre el acontecimiento,
el material seleccionado y la forma de narrar. Con
respecto a la narración de la verdad, es en el caso de la
novela testimonio el resultado de la producción
discursiva, hecha por los sujetos. Sin embargo, en el caso
del periodismo convencional la verdad es narrada con
actitud distante, y se trata de presentar la verdad
objetivamente (Amar Sánchez, 2000, pp. 205-209).
Amar Sánchez dice también que estos géneros se separan
en la presentación de los sujetos en la narración. En el
caso del testimonio, los sujetos están presentes en la
novela, al otro lado tenemos el periodismo, que esconde
y anonimiza a los sujetos. El género testimonial tiene así
una parte periodística, dado que tiene un lazo fuerte con
la cultura de masas y los medios de comunicación.
El género policial y sus características
El orígen del género policial es por la gran mayoría de
críticos acreditado a Edgar Allen Poe, pero existen otras
teorías que lo plantean en tiempos más remotos. El
propio Walsh, por ejemplo, sitúa el origen del género en
El Libro de Daniel del Antiguo Testamento, llamándole a
Daniel “el primer detective de la Historia”. Sin embargo,
los orígenes del relato policial en Argentina, lo acredita a
Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, y su
publicación de Seis Problemas para don Isidro Parodi
bajo el pseudónimo de H. Bustos Domecq en 1942
(Walsh, 1954, en Fernández Jiménez, 2010, p. 23). En los
seis cuentos el investigador Parodi está encarcelado, por
lo cual tiene que resolver todos los seis misterios que le
entregan únicamente a través de relatos sobre los
personajes y los hechos. Las características del
investigador y las capacidades que tiene son típicas para
el género, tanto para Sherlock Holmes como para el
detective Daniel Hernández y el comisario Laurenzi de
las obras detectivescas de Walsh.
Normalmente se distingue entre dos escuelas principales
en la evolución del género policial; la inglesa y la
norteamericana. Con la escuela inglesa entendemos la
novela policial clásica, donde el detective viene de una
clase social alta y los acontecimientos normalmente
pasan con tranquilidad y sin uso de armas o violencia. La
novela negra, o hard-boiled, de la escuela
norteamericana, tiene por lo contrario un estilo más
realista. Surge en Estados Unidos en los años de la Ley
seca, cuando crece y se establece la mafia en la sociedad
norteamericana. El género está caracterizado por una
fuerte crítica social y que los personajes y ambientes
normalmente son pobres. El origen de la novela negra se
acredita a Dashiell Hammett y Raymond Chandler.
En el afamado ensayo “El Sencillo Arte de Matar” de
1950, que nos ha servido como inspiración para el título
particular de este trabajo, el mismo Chandler (1988, p. 5)
escribe que la gran mayoría de novelas policiales siguen
la misma fórmula. Clave para esta fórmula es que el
relato contiene un problema de lógica y deducción. El
problema tiene que contener un elemento de
plausibilidad, que sea creíble, porque si la situación es
falsa y la lógica es una alusión, no hay nada para deducir.
Después ennoblece a Dashiell Hammett como el autor
superior de la novela negra, y elogia cómo sus relatos
estaban compuestos de un fundamento real. Hammett
describió a hombres comunes, a personas que cometen un
asesinato por algún motivo y con los medios de los que
disponían. Teniendo su base en la realidad y hechos
reales, hizo hablar a las personas en un lenguaje sin
refinamientos, en la jerga de hombres comunes de barrios
marginalizados.
Según Chandler (1988, p. 17), la novela negra describe
un mundo de policías y jueces corruptos, donde
pistoleros pueden gobernar naciones y le asesinen a uno
por cualquier cosa insignificante. En este mundo existe
también un hombre extraordinario, que al mismo tiempo
debe ser un hombre común. Un hombre que es honorable
por instinto, que vive entre la gente del barrio y que habla
como ellos. Este hombre toma el papel de detective, y los
relatos policiales son las aventuras de este hombre y su
búsqueda de la verdad oculta.
Ricardo Piglia consta que el investigador es:
[…] el último intelectual, hace ver que la verdad ya
no está en manos de los sujetos puros del pensar
(como el filósofo clásico o el científico) sino que
debe ser construida en situación de peligro, y pasa a
encarnar esa función. Va a decir la verdad, va a
descubrir la verdad que es visible pero que nadie ha
visto, y la va a denunciar.
(Piglia, 2000, pp. 66-67).
Muchos de los elementos policiales en Operación
Masacre se manifiestan como típicos de la novela negra.
Tzvetan Todorov, uno de los teóricos más citados, ha
estudiado el género policial en detalle. Basándose en un
artículo de S. S. Van Dine de 1928, donde el escritor
hace una lista de veinte cláusulas que debe seguir el
cuento policial clásico, Todorov escribe que estos puntos
se pueden aplicar a todo tipo de ficción policial y los
reduce a ocho cláusulas esenciales:
• En todo relato debe haber, al menos, un
detective, un culpable y una víctima.
• Ni el detective ni el asesino deben ser
profesionales, sino que deben ser movidos por
razones personales.
• El amor no tiene cabida en las novelas
policíacas.
• El culpable debe ser un personaje importante
dentro de la trama y de relevancia social.
• La explicación debe ser siempre racional.
• No debe haber descripciones extensas ni
digresiones psicológicas.
• Se debe cumplir la analogía autor/lector y
culpable/detective.
• Se deben evitar las soluciones banales.
(Todorov, 1977, p. 49)
Aunque los ocho puntos de Todorov sirven como un
buen punto de partida para analizar los elementos
policiales en la obra de Walsh, es necesario tener en
cuenta los otros aspectos y premisas que componen los
© BAKKE & JOHNSEN | UIB 2014 3
elementos fundamentales de un texto policial. Para
elaborar un buen análisis textual de Operación Masacre,
nos vamos a basar en cuatro elementos que definen
cualquier texto. En consecuencia vamos a dividir el
análisis en cuatro partes, encabezados por estos
elementos textuales:
• Tiempo y estructura
• Narrador y personajes
• Espacio
• Crítica social
Contexto histórico y político
Los incidentes de Operación Masacre suceden en un
momento que Argentina tiene un clima político inestable.
Para poder interpretar la obra de Walsh es importante
comprender el contexto político e histórico que preceden
el fusilamiento que ocurrieron en en la zona urbana de
José León Suárez el 9 de junio de 1956.
Un año antes, en junio de 1955, un grupo de terroristas
militares bombardean la Plaza de Mayo con la intención
de llevar adelante un golpe de Estado contra el presidente
Juan Domingo Perón, dejando a 364 civiles muertos.
Aunque el golpe fracasa, Perón sigue en el poder por
solamente tres meses más, ya que el 16 de septiembre de
1955 otro golpe de Estado inicia la dictadura cívico-
militar autodenominada “La Revolución Libertadora”. El
golpe militar de 1955 marca el fin de casi 10 años bajo la
presidencia de Perón (Romero, 1994, p. 140). Al lado de
su mujer, Evita, logró concitar un inmenso movimiento
político en Argentina, caracterizado por sindicalización y
reformas laborales, pero también por corporativismo,
fascismo y nacionalismo. (Poderti, 2005, pp. 111-113).
La nueva dictadura proclamaba que su objetivo era
“Suprimir todos los vestigios de totalitarismo para
restablecer el imperio de la moral, de la justicia, del
derecho, de la libertad y de la democracia […]”
(Rouquié, 1998, en Foglia, 2005, p. 13). En realidad,
intentó reversar la política económica que había
introducido Perón, y que favorecía la clase trabajadora.
El proceso de democratización que había prometido no se
cumplió, y gradualmente empezaron a reprimir la
población y tomar presos políticos. Poco a poco se fue
formando una “resistencia peronista”, movimiento
conducido por los generales Valle y Tanco, entre otros.
El 9 de junio de 1956 intentan retomar el poder en
Argentina, pero fracasan en su intento y varios peronistas
y civiles, como podemos leer en Operación Masacre, son
fusilados (Foglia, 2005, p. 15).
Marco metodológico
En este estudio examinamos Operación Masacre como
una obra que contiene recursos literarios y características
típicas del género policial. Buscamos los elementos
4 UIB 2014 | © BAKKE & JOHNSEN
policiales que aparecen en la narración y estructura del
libro, observando también el uso de tiempo y espacio,
diferentes funciones y construcciones de personajes, la
tipología y varios otros aspectos que nos parecen
relevantes para el análisis de la novela. El análisis se basa
principalmente en observaciones que hemos hecho en el
momento de leer el libro en cuestión, pero incorporamos
también observaciones hechas por otros estudiosos de
Walsh. Usamos ejemplos del libro para demostrar el uso
de elementos policiales, y aunque tenemos que introducir
unos conceptos nuevos en el proceso de analizarlos, nos
basamos principalmente en la teoría y los conceptos que
hemos definido en el marco teórico de este trabajo.
Con respecto al tema elegido nos hemos enfrentado con
varios obstáculos en el proceso de escribir. En primer
lugar existen muchos estudios sobre Walsh y Operación
Masacre, la razón por la cual fue un desafío encontrar los
estudios más relevantes y limitarse a solamente unos
pocos. Además es un libro muy discutido, especialmente
en torno al género. Por lo que se refiere al género
policial, existe también una literatura extensa sobre las
características del género y fue un desafío investigar un
tema estudiado por tantos académicos con opiniones
importantes, pero a veces contradictorias.
Análisis
Operación Masacre
En Operación Masacre, el autor escribe sobre el terror
que pasó el 9 de junio de 1956 en la zona urbana de José
León Suárez en Buenos Aires. Presenta la recuperación
de la memoria de los sujetos y los acontecimientos,
resultado de una larga investigación. Operación Masacre
contiene tres partes principales. La primera parte “Las
Personas”, contiene trece subapartados, donde ocho de
ellos son titulados con el nombre o apellido de las
víctimas. En esta parte del libro conocemos al entorno
familiar, laboral y la vivienda de las víctimas. Narra
además lo que las víctimas hicieron antes de ser
detenidos por la policía el día 9 de junio. Por causa de
algunos recuerdos y testimonios vagos, no se sabe
exactamente cuántos hombres fueron llevados al basural
para ser fusilados. En cuanto a los que el autor solamente
conoce por un breve testimonio, son mencionados en el
subapartado llamado “Las Incógnitas”.
La segunda parte se llama “Los Hechos”, y es como el
título revela, la parte donde Walsh escribe sobre los
terribles hechos que ocurrieron. Empieza cuando los
policías entran en la casa de la zona de Vicente López,
donde todos los personajes se habían concentrado.
Luego, reconstruye todos los hechos que les han pasado a
las víctimas, desde la detención y el fusilamiento, hasta
las experiencias siguientes de los sobrevivientes. La
tercera parte del libro se llama “La Evidencia” y relata el
proceso de la investigación, en la cual el autor también
forma parte.
El uso del género policial
Desde el comienzo de su carrera literaria, Walsh había
practicado el arte de la escritura policial. Para contar la
historia del fusilamiento, tuvo que transformar los datos
recopilados de los hechos terribles en escritura para las
masas. Para alcanzar este objetivo volvió a los medios
literarios y el oficio que mejor conocía. El tema más
típico del género policial es la reconstrucción de algún
tipo de crimen, así que no es sin justificación que Walsh
retoma este tema y las técnicas para presentarlo.
Operación Masacre contiene también el uso del género
testimonial, ya que nos presenta testimonios de las
propias víctimas. Tomando el papel de detective, Walsh
tiene que hacer un tipo de exploración periodística, así
que podemos decir que usa también elementos del género
de periodismo de investigación cuando nos presenta
transcripciones jurídicas y datos forenses. Por estas
razones es problemático definir la novela como una obra
policial. De todas maneras, se trata de un crimen y la
investigación de el. Los hechos se construyen como se
hubieran construido en una novela ficcional, y de hecho
contiene varios elementos ficcionales. Usa recursos
narrativos que son típicos de la prosa narrativa para
presentar los personajes, y maneja la información para
crear suspenso y efecto sorpresa. Existe también un doble
enfrentamiento entre el investigador y el culpable, y entre
la víctima y el asesino. Estos elementos, entre otros, son
requisitos principales de la novela policial. Operación
Masacre es, sin duda, una novela, no es un informe
judicial ni un reportaje periodístico. Parece en
consecuencia justificado analizarla en base de las
características típicas del género policial.
Tiempo y estructura
De igual manera que en el relato policial clásico, Walsh
distingue entre dos historias en su novela; la del crimen y
la de la investigación. Según Todorov (1977, en
Fernández Jiménez, 2010, p. 106) se representa
normalmente una estructura doble por medio de la
historia del crimen, que queda entremezclada en la
historia de la investigación. Operación Masacre se
diferencia de esto, ya que Walsh define la doble
articulación por medio de los títulos de los capítulos. Las
partes uno y dos, respectivamente llamadas “Las
Personas” y “Los Hechos”, corresponden a lo que
llamamos la historia del crimen. Estas dos partes se
narran cronológicamente, contando los hechos que
ocurrieron entre la noche del 9 de junio y la madrugada
del día 10. Para comprobar la hora exacta de los
acontecimientos, se refiere a las transmisiones de un
radio:
A las 23.56 Radio del Estado, la voz oficial de la
Nación, deja de ofrecer música de Stravinsky y pone
en el aire la marcha con que cierra habitualmente
sus programas. La voz del “speaker” se despide
hasta el día siguiente a la hora de costumbre. A las
24 se interrumpe la transmisión. Todo ello consta en
el Libro de Locutores de Radio del Estado, en uso
entonces, en la página 51, rubricada por el locutor
Gutenberg Pérez (Walsh, 2000, p. 35).
Típico para un relato policial es que el investigador
establece la hora y el momento exacto en el que se haya
cometido el crimen. Walsh escribe en el prólogo de
Operación Masacre que utilizó la fotocopia del libro de
locutores de la emisora para establecer la hora exacta
(Walsh, 2000, p. 12). Este libro tendrá también un papel
importante en la redacción de la denuncia, ya que sirve
como evidencia del momento exacto en el que se instaló
la ley marcial:
A las 0.32 en punto, Radio del Estado interrumpe la
música de cámara y transmitiendo en cadena
nacional anuncia que se va a dar lectura a un
comunicado de la Secretaría de Prensa de la
Presidencia de la Nación, promulgando dos
decretos.
Dice así el dramático anuncio: […]
“Artículo 1o - Declárase la vigencia de la ley
marcial en todo el territorio de la Nación.” (Walsh,
2000, p. 37)
La tercera parte de la novela, “La Evidencia”,
corresponde a lo que, en la teoría de la doble articulación,
llamamos la historia de la investigación. En esta parte,
Walsh nos explica el proceso cronológico de la
investigación y los pasos que ha seguido. Por lo que se
refiere a la estructura, Operación Masacre se distingue
de la tradición del género. La novela policial clásica
suele empezar con un cadáver, y de ahí despliegue la
investigación para darse cuenta de lo que ha pasado para
encontrar al culpable. La historia del crimen se va
desarrollando según los datos que el investigador puede
recuperar, así que se va presentando lo que ha ocurrido
en una manera superpuesta y sucesiva. En Operación
Masacre el relato se desarrolla diferentemente, ya que
progresa en el mismo orden que ocurren los hechos. Sin
embargo, con el objetivo de construir intriga y suspenso,
existe la manipulación del orden cronológico y las
alteraciones temporales en la obra de Walsh también.
Para señalar los elementos anacrónicos se habla de la
prolepsis y la analepsis. La prolepsis es una herramienta
para revelar aspectos del futuro, y la analepsis se utiliza
para conectar la historia con momentos distintos del
pasado. Garrido Domínguez (2000, en Fernández
Jiménez, 2010, p. 107) dice que las prolepsis son muy
habituales en la novela negra, visto que el efecto sorpresa
© BAKKE & JOHNSEN | UIB 2014 5
de los hechos y el horror de lo que va a ocurrir, es más
importante que lo sucedido. En contraste, lo que
realmente ha ocurrido suele ser bastante arbitrario. En
Operación Masacre, Walsh usa esta técnica
frecuentemente, como por ejemplo en la página 36 en la
parte llamada “Los Hechos”, donde está utilizada como
un recurso de anticipación:
A Benavídez va a sucederle algo increíble, algo que
aun ubicado en esa noche de singulares aventuras y
experiencias, parece arrancado de una exuberante
novela. Pero ya volveremos sobre ello.
– Por singular coincidencia –que después va a
repetirse– Julio Troxler conoce al sargento que le
ha salido al paso y que le apunta con su arma. Tal
vez por eso han quedado un instante inmóviles los
dos, observándose (Walsh 2000, p. 36).
Las analepsis son más comunes en el relato policial
clásico que en la novela negra. No obstante, en
Operación Masacre se usa con frecuencia, especialmente
para añadir datos importantes sobre los antecedentes de
los personajes y para reconstruir los hechos en la parte de
la investigación.
El manejo del orden cronológico, además del uso de
otros recursos técnicos, como por ejemplo la
introducción de falsas pistas, ayuda a producir intriga y
suspense en el relato. Es como si el lector, a pesar de
conocer el final del relato desde antes, olvida lo que sabe
para dejarse sorprender de lo narrado. En este sentido,
contribuyen las características típicas estructurales del
cuento policial a la ficcionalización del relato.
Narrador y personajes
La “relación” entre narrador y lector resulta
extraordinaria en Operación Masacre, dado que hay
cierta colaboración entre ellos. Con motivo de dar al
lector la mejor oportunidad posible de entender los
acontecimientos narrados en la novela, el autor deja
pistas para que el lector pueda participar, interpretar y
seguir activamente, con el fin de resolver el misterio.
Como los maestros del género, Walsh también esconde
ciertos datos para crear suspenso. Sin embargo, en la
novela policial tradicional es aún más común esconder
detalles para así dejar al lector más sorprendido.
La función investigador, ocupada por el narrador,
corresponde muy bien a la definición hecha por Piglia
(2000, pp. 66-67) y Chandler (1988, p. 17). Ellos constan
que el investigador es alguien que no pertenece a una
institución, tampoco al mundo del crimen o de la ley,
dado que tiene que ser imparcial delante de los
acontecimientos. Su función es de interpretar lo que ha
ocurrido, siguiendo las pistas accesibles. Es el caso
exacto del investigador en Operación Masacre, donde
6 UIB 2014 | © BAKKE & JOHNSEN
este lucha por la denuncia de la verdad del crimen. Por lo
que se refiere a la importancia de imparcialidad ante los
hechos, hay que destacar que Walsh mostraba una
indiferencia ante la situación política del país en el
momento de abordar el proyecto que resultó en el libro
Operación Masacre (Fernández Jiménez, 2010, p. 103).
Al tratar el tema del narrador, hay que hacer notar que
sólo conocemos su pensamiento y reflexión sobre los
acontecimientos en la novela, y nada de su estado físico,
su carácter u otros aspectos de su vida.
En torno a los otros personajes en Operación Masacre,
están organizadamente nombrados en la primera parte del
libro. Así resulta fácil para el lector encontrar la
información correspondiente a los distintos protagonistas.
En esta parte del libro el autor presenta los datos de las
víctimas, así construyendo cada personaje. En los casos
donde no tiene mucha información sobre los personajes,
ha incluido, según el autor mismo, “conjeturas”. Como
en el siguiente ejemplo, donde la voz del autor entra:
No hay testigos de lo que hablan. Sólo podemos
formular conjeturas. Es posible que Garibotti vuelva
a repetir a su amigo el consejo de Berta Figueroa:
que se entregue. Es posible que Carranza a su vez
quiera hacerle algún encargo para el caso de que él
llegue a faltar de su casa. Quizá esté enterado del
motín que se acerca y se lo mencione. O le diga
simplemente:
–Vamos a casa de un amigo a escuchar la radio.
Van a pasar una noticia… (Walsh, 2000, p. 17).
A través de los que conocían a las víctimas, presenta las
opiniones que tenían sobre ellos: “Mario Brión -dice la
gente- es un muchacho alegre, amable con todos, un poco
timido. No fuma ni bebe.” (Walsh, 2000, p. 25). En las
novelas policiales tradicionales narran un poco sobre la
vida de las víctimas, con el fin de solucionar el crimen.
No obstante, en Operación Masacre la presentación de
las víctimas es todavía más completa, ya que relata un
poco de sus pasados, y los conocemos además en sus
entornos cotidianos. En el caso de los culpables, salvo el
Jefe de Policía Fernández Suárez, que es presentado
como villano, Walsh no les ha dejado mucho espacio en
el libro. Otra característica del género policial, es lo de
no hacer caso a la identidad del criminal hasta la última
parte del libro. En Operación Masacre el mismo
Fernández Suárez, que es organizador del fusilamiento,
está presente desde el principio.
Espacio
El elemento espacial es muy importante en cualquier
obra literaria, ya que puede tener una gran capacidad
evocadora y simbolizadora. Por lo que se refiere al
espacio, cabe señalar que en la novela policial clásica es
común que la acción se desarrolla en una capital grande
de Europa, como por ejemplo Paris. En el caso del
investigador y del crimen se trata de un espacio
privilegiado. Con respecto a Operación Masacre, los
hechos se desarrollan en la capital de Argentina, Buenos
Aires. No obstante, no se trata de un espacio privilegiado,
sino de un ambiente duro.
En la novela negra, como en la novela policial clásica, las
casas y las ciudades tienen gran importancia espacial. Sin
embargo, se distingue de la policial clásica porque la
ciudad se manifiesta como más peligrosa y las casas más
ajadas. Otra característica típica que se puede ver, es el
rápido cambio de locación, ya que los personajes se
mueven entre varias casas y barrios. Además, el culpable
de los hechos del crimen se encuentra anónimo y oculto
entre el gentío.
El elemento espacial es una característica de la novela
negra que se ve con mucha claridad en Operación
Masacre. Como hemos mencionado en el marco teórico
fue en los años treinta y cuarenta que la ordenación del
espacio en la novela negra empezaba a distanciarse de la
forma clásica, y en consecuencia entró el realismo en la
composición del ambiente. También cambia el entorno
del detective, desde lo acomodado en la burguesía hasta
lo inseguro en el espacio urbano. Otro factor decisivo en
cuanto al espacio es la variedad, y el detective tiene
mucha movilidad entre los distintos espacios (Fernández
Jiménez, 2010, p.110).
En torno al espacio en las novelas de no-ficción, se trata
de un alejamiento de la ciudad y la entrada en ambientes
inmundos, como por ejemplo la cárcel o el basural. En el
proceso de la investigación, el investigador se ve
obligado a seguir los hechos ocurridos para poder
resolver el crimen. En Operación Masacre el
investigador se mueve con facilidad entre los distintos
lugares presentados, como por ejemplo las casas de las
víctimas y la comisaría de policía. A continuación, los
lugares presentados en la novela, desde las direcciones de
los barrios hasta los medios de transporte, hacen que esta
novela se transforme en una novela realista, pareciéndose
así a muchas obras pertenecientes al género de la novela
negra.
El libro de Walsh contiene tres partes principales, como
ya hemos mencionado. La primera parte presenta
descripciones profundas del barrio y de las casas de las
víctimas, como por ejemplo la descripción de la casa de
Don Horacio, y del municipio de Vicente López:
Florida, sobre el F. C. Belgrano, está a 24 minutos
de Retiro. No es lo mejor del partido de Vicente
López, pero tampoco es lo peor. El municipio
regatea el agua y las obras sanitarias, hay baches
en los pavimentos, faltan letreros indicadores en las
esquinas, pero el pueblo vive a pesar de todo. El
barrio en que van a ocurrir tantas cosas imprevistas
está a unas seis cuadras de la estación, yendo al
oeste. Ofrece los violentos contrastes de las zonas en
desarrollo, donde confluyen lo residencial y lo
escuálido, el chalet recién terminado junto al baldío
de yuyos y de latas (Walsh, 2000, p. 17).
En el siguiente ejemplo, se puede ver descripciones aún
más profundas, las cuales nos ayudan a conocer todavía
más detalles sobre los entornos espaciales:
[…] tiene dos departamentos: uno al frente y otro al
fondo. Para llegar a éste, hay que recorrer un largo
pasillo, limitado a la derecha por una pared
medianera y a la izquierda por un alto cerco de
ligustrina. Es tan angosto el corredor, en cuyo
extremo se divisa una puerta metálica de color
verde, que sólo se puede caminar en fila india. El
departamento del fondo está alquilado a un hombre
sobre quien volveremos a último momento. En el del
frente vive con su familia el dueño de toda la finca,
don Horacio di Chiano (Walsh, 2000, p. 18).
Después del encuentro en la casa, los personajes fueron
detenidos, y luego la policía los llevó a la comisaría de la
zona urbana de San Martín en una furgoneta. Más tarde
fueron notificados de que iban a ser transportados a La
Plata. Sin embargo, los llevaron directamente al basural
en una camioneta. Ahí les disparó la policía, y en
consecuencia el basural fue la última parada de muchas
víctimas. De los sobrevivientes que lograron escapar,
unos fueron arrestados de nuevo. Otros lograron escapar.
En la segunda parte de la novela encontramos la
descripción más escalofriante y horrorosa; la descripción
del basural donde las víctimas fueron fusiladas:
A la derecha del camino, obscuro y desierto, nace
una callecita pavimentada que conduce a un Club
Alemán. De un lado la calle tiene una hilera de
eucaliptus, que se recortan altos y tristes contra el
cielo estrellado. Del otro, a la izquierda, se extiende
un amplio baldío, un depósito de escorias, el
siniestro basural de José León Suárez, cortado de
zanjas anegadas en invierno, pestilente de mosquitos
y bichos insepultos en verano, corroído de latas y
chatarra. Por el borde del baldío hacen caminar a
los detenidos. Los vigilantes los empujan con los
cañones de los fusiles. La camioneta entra en la
calle y les alumbra las espaldas con los faros
(Walsh, 2000, pp. 46-47).
El basural es el espacio de la oscuridad y sobre todo de la
muerte, y sus descripciones funcionan como una
denuncia de los horrorosos hechos del Estado: “Sobre los
cuerpos tendidos en el basural, a la luz de los faros donde
hierve el humo acre de la pólvora, flotan algunos
gemidos.” (Walsh, 2000, p. 49).
© BAKKE & JOHNSEN | UIB 2014 7
Crítica social
Teniendo en cuenta que la novela negra, entre otras
cosas, está caracterizada por la crítica social, vale la pena
incluir una parte del análisis sobre este punto. En
Operación Masacre la crítica social resulta fuerte, ya que
la propia publicación de la obra se puede considerar una
denuncia contra el Estado. Con el objetivo de sacar a la
luz la conducta que permitió el fusilamiento de estos
inocentes, Walsh llena su novela de crítica social. Lo
podemos encontrar en el uso del género, en la voz en la
que narra la historia, y además en la perspectiva y el
enfoque que tiene. Especialmente en el prólogo, el
epílogo y en la tercera parte, que se dedica a la
investigación de los hechos, sentimos la presencia de la
crítica social. En el epílogo, dice por ejemplo que “Aquí
había un episodio al que la Revolución Libertadora no
podía responder ni siquiera con sofismas” (Walsh, 2000,
p. 92).
La protesta de la obra se debe también a la perspectiva de
la narración. Los hechos están relatados desde el punto de
vista de las propias víctimas del fusilamiento, basándose
en testimonios de los sobrevivientes. Walsh logra
conmover al lector con su investigación, hasta el punto en
el que se empieza a sentir unido a las víctimas. El hecho
de que se relata desde su punto de vista, hace además que
Operación Masacre se constituya como una reparación
para ellos y sus familiares.
Utilizando recursos literarios y características típicas del
género policial, y especialmente de la novela negra,
Walsh contribuye al desarrollo del género. Motivado por
un fuerte compromiso con la justicia y la sociedad, hace
que la historia del fusilamiento de la zona de José León
Suárez se vuelva lectura del hombre común. No era nada
nuevo usar la literatura policial como instrumento para
hacer una crítica a la sociedad, pero la forma en la que lo
hace Walsh lo convierte en pionero. El último párrafo de
la parte del libro, que se dedica a la evidencia, nos da un
resumen de qué se trata realmente:
No habrá ya malabarismos capaces de borrar la
terrible evidencia de que el gobierno de la
revolución libertadora aplicó retroactivamente, a
hombres detenidos el 9 de junio, una ley marcial
promulgada el 10 de junio.
Y eso no es fusilamiento. Es un asesinato
(Walsh, 2000, p. 91).
Conclusiones
Con la publicación de Operación Masacre, Rodolfo
Walsh se ganó cierta fama y prestigio en el mundo
literario. Había combinado el arte de la escritura policial
con el periodismo, con el fin de informar sobre un acto
atroz y denunciar un crimen del Estado contra un grupo
8 UIB 2014 | © BAKKE & JOHNSEN
de civiles inocentes. En este trabajo hemos estudiado los
elementos policiales que tiene la novela, demostrando
que se puede considerar una novela negra al mismo
tiempo que pertenece al género de la novela testimonio.
Hemos analizado y ejemplificado los recursos literarios y
características típicas del género policial que contiene el
libro, y en unos casos hemos explicado de dónde vienen
y la función que tienen.
Basándonos en artículos y libros teóricos sobre el género
policial y la obra de Walsh en particular, mostramos
cómo transforma la historia del fusilamiento en escritura
para las masas. Los recursos narrativos que hemos
analizado son: el tiempo y la estructura, el narrador y los
personajes, el espacio, y al final, la crítica social.
Analizando estos recursos narrativos, hemos encontrado
que el género policial está presente en toda la obra de
Walsh.
En futuros estudios puede ser interesante estudiar el tema
más en detalle, o mirar la novela de Walsh en un
contexto más grande. Se puede, por ejemplo, hacer un
estudio histórico y ver la novela en relación con los
acontecimientos políticos de la época. También se puede
hacer un análisis como el nuestro, pero centrándose más
en las características típicas de la novela testimonio. Uno
podría mirar, por ejemplo, el surgimiento de este género,
teniendo a Operación Masacre como punto de partida.
Bibliografía
Aguilar, G. M. (2000) “Rodolfo Walsh: Escritura y
Estado”. En Lafforgue, J., Ed. Textos de y sobre Rodolfo
Walsh. Buenos Aires, Alianza Editorial, pp. 61-72.
Amar Sánchez, A.M (2000) “El Sueño Eterno de
Justicia”. En: Lafforgue, J., Ed. Textos de y sobre
Rodolfo Walsh. Buenos Aires, Alianza Editorial, pp. 205-
216.
Bocchino, A. A., García, R. L., & Mercère, E. (2004)
Rodolfo Walsh: del policial al testimonio. Mar de Plata,
Estanislao Balder.
Chandler, R. (1988) “The Simple Art of Murder”. En:
The Simple Art of Murder. New York, Vintage Books,
pp. 1-18.
Fernández Jiménez, L. (2010) Realidad, ficción y género
policíaco en la obra de Rodolfo Walsh [Internet]. Tesis
de maestría, Universitat de les Illes Balears. Disponible
en:http://es.scribd.com/doc/48742201/Realidad-ficcion-
y-genero-policiaco-en-Rodolfo-Walsh
[Bajado el 26 de marzo de 2014].
Ferro, R. (2000) “Operación Masacre: Investigación y
Escritura”. En: Lafforgue, J., Ed. Textos de y sobre
Rodolfo Walsh. Buenos Aires, Alianza Editorial, pp. 139-
166.
Foglia, G. A. (2005) Rehacer y resistir: el proceso de
escritura de Operación masacre de Rodolfo Walsh
[Internet]. Tesis doctoral, Universidade de São Paulo.
Disponible en:
http://www.teses.usp.br/teses/disponiveis/8/8145/tde-
29072011-084754/es.php
[Bajado el 12 de marzo de 2014].
Lafforgue, J. (2000) Textos de y sobre Rodolfo Walsh.
Buenos Aires, Alianza.
Paletta, V. (2010) “Prólogo - Walsh: el oficio de narrar”.
En: Paletta, V., Ed. Rodolfo Walsh - Cuentos completos.
Madrid, Veintisiete letras, pp. 7-28.

Pesce, V. (2000) “Rodolfo Jorge Walsh, El Problemático

Ejercicio del Relato”. En: Lafforgue, J., Ed. Textos de y
sobre Rodolfo Walsh. Buenos Aires, Alianza Editorial,
S.A, pp. 39-58.

Piglia, R. (2000) Formas Breves. Barcelona, Anagrama.

Poderti, A. (2005) Peronismo/Antiperonismo y el
diccionario de los argentinos (1945 – 1976). Revista
Rábida [Internet], Nº. 24, 2005, pp. 109-118. Disponible
en: http://aliciapoderti.com.ar/rabida.doc [Bajado el 3 de
abril de 2014].
Romero, L. A. (1994) Breve Historia Contemporánea
Argentina. México, Fondo de Cultura Económica.
Todorov, T. (1977) “The Typology of Detective Fiction”.
The Poetics of Prose. New York, Cornell U. Press, pp.
42-52.
Walsh, R. J. (2000) Operación Masacre. Vigésima
edición. Ediciones de la Flor, Buenos Aires.

© BAKKE & JOHNSEN | UIB 2014 9