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PILDORA 3

La finalidad es mostrar vivencialmente la dificultad de transmitir ideas que a uno le


parecen clarísimas sobre el ecosistema salesiano. Este ejercicio, tiene por
objetivo demostrar gráficamente que todos comprendemos nuestro espacio de
manera diferente, pero debemos llegar a unos consensos para que nuestros
ambientes educativos realmente sean ecosistemas.

Cada maestro puede iniciar el momento con un Jamboard cuyo enlace será
compartido en el chat de la reunión virtual. El título de dicha pizarra será: “MI
ECOSISTEMA SALESIANO”.

Cuando los estudiantes ingresan se les explica que el maestro elegirá a 5 de


ellos, los cuales pensarán en cada uno de los ambientes del ecosistema salesiano
en el cual viven cuando se encuentran en el colegio. Además, el maestro va a
designar a otro estudiante y le pedirá que él ingrese al Jamboard.

Cuando este haya ingresado, se dispondrá a escribir cada uno de los ambientes
del ecosistema salesiano que sus otros 5 compañeros han pensado. Ellos le
dictarán en el orden que el maestro decida.

posteriormente, el estudiante designado para escribir los ambientes explicará en


qué consisten 2 de ellos. Luego, pedirá a los otros estudiantes si están de
acuerdo con las definiciones que este ha proporcionado y por qué, en caso de
que la respuesta sea positiva o negativa.

Después el maestro, les presentará en la pantalla la siguiente imagen, desde la


cual reflexionarán juntos. El maestro enfocará la reflexión de cada uno de los
ambientes con base a las definiciones suministradas con el fin de que sean los
estudiantes los que lleguen a dichas conclusiones.

ALGUNAS PISTAS PARA LA REFLEXIÓN

Una casa, de puertas y corazones abiertos. En este ambiente prima el


reconocimiento del otro y su acogida desde la fraternidad propia que se vive en un
contexto salesiano. A través de este ambiente se busca pasar de la simple
familiaridad al afecto sincero hacia el otro.

Una Parroquia, Comunidad cristiana, que educa en la fe. La parroquia se


constituye en un especio identitario del ecosistema salesiano, donde los
estudiantes se descubren como sujetos con una dimensión trascendente, la cual
expresan en la religión católica. La presencia de la Virgen María se siente
cotidianamente en la casa salesiana como Madre de Dios, Madre y Auxiliadora de
los jóvenes, que los acoge y protege y a quien se le invoca con devoción y
confianza filial.

Una escuela, donde se socializa, construye el conocimiento y se educa para la


vida. Nuestro Colegio Salesiano tiene como uno de sus fines primordiales ayudar
a los niños, niñas y jóvenes a construir un conocimiento significativo de la realidad
para poderla transformar humanamente. En su intención misma, la educación
salesiana tiene como objetivo preparar para seguir viviendo.

Un patio, donde se comparte la amistad y la alegría. El patio en la educación


salesiana no es sólo un lugar físico, sino especialmente un espacio simbólico, un
espíritu y un ambiente que animan y penetran toda la acción formativa. En él tiene
lugar la recreación y el esparcimiento de los niños, las niñas, los y las jóvenes y
se expresa de manera desbordante la alegría juvenil.

Un lugar de la patria, donde se forma para una ciudadanía activa. En este


aspecto se concretan de manera más clara los valores que componen el formar
“Honestos ciudadanos”. En nuestra institución, la patria salesiana les brinda la
oportunidad de desarrollar dicho aspecto.

Un lugar de la creación, donde se aprende a amar y a vivir en comunión con la


naturaleza. Dentro de la ecología educativa salesiana nuestro Colegio debe ser
como una célula vital del inmenso ser vivo que es nuestro planeta tierra. Hoy, en
contraste con la relación utilitarista hacia la naturaleza que está destruyendo
nuestro planeta, la educación salesiana siente la responsabilidad de despertar en
los jóvenes el respeto y amor por la naturaleza creando vínculos de afecto y
fraternidad con toda la creación, contemplando en ella el gran signo de la
sabiduría y del amor de Dios.

La calle, donde nace y se prolonga el encuentro educativo. Este ambiente brinda


posibilidad del encuentro, viviéndolo con una identidad específica, la identidad
salesiana, donde brillan los buenos modales y la calidez humana del sujeto
salesiano.

Un taller, que capacita para el trabajo y dignifica al trabajador. En la casa de Don


Bosco, además de aprender para la vida, se aprende por eso mismo, a trabajar.
Es decir, desde la búsqueda vocacional que hace en cada una de las áreas del
conocimiento se convierte en un sujeto responsable y proactivo.

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