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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

Drenaje
FACULTAD Vial para Ingenieros Viales
DE INGENIERÍA 1
ESCUELA DE INGENIERÍA CIVIL
DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA VIAL

Por Manuel Bengaray

PUBLICACIONES DEL DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA VIAL


CARACAS, 2001
Drenaje Vial para Ingenieros Viales 2

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 1

PRIMERA PARTE: GENERALIDADES


I GENERALIDADES ACERCA DEL DRENAJE VIAL 7
1.1 GENERALIDADES 7
1.2 DESCRIPCIÓN DEL DRENAJE VIAL MENOR 8

II DAÑOS PRODUCIDOS POR EL AGUA A LAS CARRETERAS 11


2.1 DAÑOS QUE EL AGUA PUEDE PRODUCIR EN LAS VÍAS 11
2.1.1 Daños a las laderas 11
2.1.2 Daños a los taludes 11
2.1.3 Daños a los pavimentos 12
2.1.4 Inundaciones 13
13
2.2 INCONVENIENTES QUE EL AGUA PRODUCE EN EL TRÁNSITO

SEGUNDA PARTE: HIDROLOGÍA


III CONCEPTOS BÁSICOS DE HIDROLOGÍA 17
3.1 CICLO HIDROLÓGICO 17
3.2 CUENCA HIDROLÓGICA 19
3.2.1. Línea divisoria de la hoya 19
3.2.2. Área de la cuenca 20
3.2.3. Forma de la cuenca 20
1.2.3.1 Factor de forma 20
1.2.3.2 Coeficiente de compactibilidad 21
1.2.3.3 Otras características de las cuencas 21
3.3 LA PRECIPITACIÓN 22
3.3.1. Tipos de precipitación 22
3.3.2. Medición 22

3.4 INTENSIDAD DE LA LLUVIA. . 23


3.4.1. Duración de la lluvia 23
3.4.2. Frecuencia 24
3.5 EVAPORACIÓN 25
3.6 INFILTRACIÓN 25
3.7 ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL 26
3.7.1. Descripción del ciclo de escorrentía 27
3.7.2. Medición del escurrimiento 29
Drenaje Vial para Ingenieros Viales 3

3.7.3. El hidrograma 29
3.8 LA DETERMINACIÓN DE LOS GASTOS DE DISEÑO 30

IV LA FÓRMULA RACIONAL 33
4.1 ÁREA DE LA CUENCA 34
4.2 COEFICIENTE DE ESCORRENTÍA 34
4.2.1. Permeabilidad del suelo 34
4.2.2. Cobertura vegetal 35
4.2.3. Topografía 35
4.3 DETERMINACIÓN DEL COEFICIENTE DE ESCORRENTÍA 35
4.4 INTENSIDAD DE LA LLUVIA 38
4.4.1. Frecuencia de diseño 38
4.4.2. Tiempo de concentración 41
4.4.3. Duración de la lluvia 43
4.4.4. Curvas de intensidad-duración-frecuencia 46
4.4.5. Determinación de la intensidad de la lluvia 46
4.5 DISCUSIÓN DE LA FÓRMULA RACIONAL 48

V LOS HIDROGRAMAS 51
5.1 EL HIDROGRAMA TRIANGULAR 52
5.2 SUMA DE HIDROGRAMAS 53
5.3 EL HIDROGRAMA UNITARIO 54
5.4 LAS ISOCRONAS 54
5.5 EL HIDROGRAMA UNITARIO SINTÉTICO. MÉTODO DE C.O.
56
CLARK
5.5.1. Histograma de % de área 56
5.5.2. Tránsito según método de Muskingum 56
5.5.3. Ejemplo resuelto 59
5.5.3.1. Isocronas 59
5.5.3.2. Tránsito según Muskingum 59
5.5.3.3. Cálculo del hidrograma unitario 59
5.5.4. Duración del hidrograma 60

5.6 APLICACIÓN DEL HIDROGRAMA UNITARIO DE C.O. CLARK 60


5.7 MÉTODO DE LAS ÁREAS EFECTIVAS 62

VI HIDROLOGÍA DE LAS ÁREAS URBANAS 69


6.1 EL MÉTODO DEL SUMIDERO 70
6.1.1. Procedimiento 70
6.1.2. Procedimiento simplificado 72
6.1.3. Limitaciones del método simplificado 73
Drenaje Vial para Ingenieros Viales 4

6.1.4. Ejemplo ilustrativo 76


6.2 EL MÉTODO DE LAS ÁREAS EFECTIVAS EN ÁREAS URBANAS 77
6.2.1. Determinación de la red de drenaje 78
6.2.2. Tiempo de concentración 78
6.2.3. Determinación de la lluvia de diseño 78
6.2.4. Determinación de las hoyas afluentes a los colectores 79
6.2.5. Subdivisión del área total en áreas equivalentes 79
6.2.6. Determinación del gasto de diseño 84

TERCERA PARTE: HIDRÁULICA DE LOS CANALES


VII ALGUNOS PRINCIPIOS DE HIDRAULICA 91
7.1 DEFINICIONES 92
7.1.1. Tipos de flujo 92
7.1.3. El caudal o gasto 92
7.1.4. Energía 93
7.2 DISTRIBUCIÓN DE LAS VELOCIDADES EN UNA SECCIÓN 93
7.3 TIPO DE FLUJO EN CANALES 94
7.4 CONTINUIDAD 95
7.5 ECUACIÓN DE BERNOUILLI 95
7.6 ENERGÍA ESPECÍFICA EN UN CANAL RECTANGULAR 96
7.7 LA VELOCIDAD CRÍTICA 98
7.8 EL NÚMERO DE FROUDE 100
7.9 NÚMERO DE FROUDE EN CANALES NO RECTANGULARES 101
7.10 SECCIONES DE CONTROL 102
7.11 EL RESALTO HIDRÁULICO 103

VIII FLUJO UNIFORME EN CANALES ABIERTOS 105


8.1 LA FÓRMULA DE CHEZY 106
8.2 LA ECUACIÓN DE MANNING 106
8.3 SECCIÓN HIDRÁULICA ÓPTIMA DE UN CANAL 107
8.4 FLUJO EN CANALES CON RUGOSIDAD COMPUESTA 109

IX PROYECTO DE PEQUEÑOS CANALES 111


9.1 LA SOCAVACIÓN 112
9.2 LA SEDIMENTACIÓN 113
9.3 CANALES DE FONDO FIJO Y DE FONDO MÓVIL 113
9.4 DISEÑO HIDRÁULICO DE CANALES REVESTIDOS 115
9.4.1. Canales rectangulares 116
9.4.2. Canales trapeciales 118
Drenaje Vial para Ingenieros Viales 5

9.5 CANALES CON FONDO MÓVIL 119


9.6 EL COEFICIENTE DE FRICCIÓN EN LOS CANALES NO
119
REVESTIDOS
9.6.1. Valores de n según el contorno 119
9.6.2. Método del U.S. Conservation Service 119
9.6.3. Coeficiente n según Strickler 122
9.7 PENDIENTE DE LOS TALUDES 122
9.8 MÉTODO DE LAS MÁXIMAS VELOCIDADES PERMISIBLES 122
9.8 MÉTODO DE LA FUERZA TRACTIVA 126
9.8.1 Método de la fuerza tractiva aplicado al fondo del canal 126
9.8.1. Método de la fuerza tractiva en los taludes del canal 129
9.8.2. Procedimiento para el dimensionamiento 133
9.9 RECOMENDACIONES PARA EL DISEÑO DE PEQUEÑOS CANALES 134
9.9.1. Capacidad y gasto de diseño 134
9.9.2. La velocidad crítica 134
9.9.3. Seguridad vial 135
9.9.4. Mantenimiento 135
9.9.5. Borde libre 135
9.9.6. Confluencias y cambios de sección 137
9.9.7. Juntas de contracción y dilatación 137

X LAS CUNETAS 141

CUARTA PARTE: DRENAJE SUPERFICIAL


XI CAPACIDAD DE LOS SUMIDEROS 147
11.1 SUMIDEROS DE VENTANA 148
11.1.1. Sumideros de ventana en pendiente 143
11.1.2. Sumideros de ventana en puntos bajos 151
11.1.3. Capacidad de los sumideros de ventana en pendiente 151
11.1.4. Capacidad de los sumideros de ventana en puntos
bajos 152
11.2 SUMIDEROS DE REJA 152
11.2.1. Capacidad de los sumideros de reja en pendiente 157
11.2.2. Capacidad de los sumideros de reja en puntos bajos 160

XII CONSIDERACIONES GENERALES PARA EL PROYECTO DEL


DRENAJE SUPERFICIAL 165
12.1 DETERMINACIÓN DE LOS GASTOS DE DISEÑO 167
12.1.1. Hoya afluente 167
12.1.2. Frecuencia y duración de la lluvia 168
12.1.3. Coeficiente de escorrentía 168
12.1.4. Cálculo del gasto 169
12.1.5. Pendientes 169
Drenaje Vial para Ingenieros Viales 6

12.2 VELOCIDADES DEL AGUA PERMISIBLES 170


12.3 UBICACIÓN DE LOS SUMIDEROS 170
12.4 SEPARACIÓN MÁXIMA ENTRE SUMIDEROS 171
12.4.1. Condiciones ideales 171
12.4.2. Condiciones reales 173
12.5 PROCEDIMIENTO DE DISEÑO DE LOS SUMIDEROS 175
12.6 SISTEMA DE TUBERÍAS 176
12.7 SUMIDEROS QUE DRENAN DIRECTAMENTE A LOS CURSOS DE 177
AGUA

QUINTA PARTE: ALCANTARILLAS CONVENCIONALES


XIII HIDRÁULICA DE LAS ALCANTARILLAS 183
13.1 TIPOS DE FLUJO EN LAS ALCANTARILLAS 185
13.2 ALCANTARILLAS CON CONTROL A LA ENTRADA 189
13.3 ALCANTARILLAS CON CONTROL A LA SALIDA 190
13.3.1. Altura de agua necesaria 190
13.3.2. Cálculo de la altura del agua a la entrada 191
13.3.3. Altura del agua en la salida 193
13.4 VELOCIDAD DEL AGUA EN LA SALIDA 195
13.4.1. Velocidad media del agua en alcantarillas con
control a la entrada 195
13.4.2. Velocidad media del agua en alcantarillas con
control a la salida 195

XIV RECOMENDACIONES GENERALES PARA EL PROYECTO DE 197


ALCANTARILLAS
14.1 GASTOS DE DISEÑO 197
14.2 TIPOS USUALES DE ALCANTARILLA 198
14.2.1. Cajones de concreto armado 198
14.2.2. Tuberías circulares prefabricadas de concreto 198
14.2.3. Tuberías de metal corrugado 199
14.3 DIÁMETROS MÍNIMOS 200
14.4 ALTURA DE AGUA PERMISIBLE A LA ENTRADA (HEP) 201
14.5 VELOCIDADES PERMISIBLES 202
14.5.1. Velocidades máximas en las tuberías 202
14.5.2. Velocidades mínimas 202
14.5.3. Velocidades máximas permitidas a la salida de la
tubería 203
14.6 ARRASTRES 203
14.7 PROFUNDIDADES MÁXIMA Y MÍNIMA DE COLOCACIÓN 204
14.7.1. Tuberías de concreto 204
Drenaje Vial para Ingenieros Viales 7

14.7.2. Tuberías metálicas circulares 204


14.7.3. Tuberías metálicas abovedadas 204
14.7.4. Cajones rectangulares de concreto 205
14.8 UBICACIÓN DE LAS ALCANTARILLAS 205

XV PROCEDIMIENTO PARA DIMENSIONAR HIDRÁULICAMENTE


LAS ALCANTARILLAS 213
15.1 INFORMACIÓN PREVIA 213
15.2 PROCEDIMIENTO DE CÁLCULO 214
15.2.1. Selección del tipo de entrada 214
15.2.2. Selección del diámetro tentativo 214
15.2.3. Cálculo de HE con control a la entrada 216
15.2.4. Cálculo de la carga H en alcantarillas con control a 217
la salida
15.2.5. Obtención de la profundidad crítica dc 218
15.2.6. La altura h0 218
15.2.7. Cálculo de la altura de agua HE necesaria a la
entrada 219
15.2.8. Altura definitiva del agua a la entrada 219
15.2.9. Cálculo de la velocidad del agua en la salida 220
15.2.10 Velocidad del agua vs. velocidad permisible 221
15.2.11 Resumen de alcantarillas 222

XVI PROCESO DEL PROYECTO DE DRENAJES 227


16.1 EL ANTEPROYECTO 227
16.2 EL PROYECTO DEL DRENAJE TRANSVERSAL 229
16.3 PROYECTO DEL DRENAJE LONGITUDINAL 232

SEXTA PARTE: ALCANTARILLAS CON ENTRADA


MEJORADA

XVII GENERALIDADES 237


17.1 TIPOS DE ENTRADA MEJORADA 238
17.1.1. Bordes achaflanados 238
17.1.2. Entradas ensanchadas lateralmente 238
17.1.3. Entrada con aumento de pendiente 239
17.2 CURVAS DE OPERACIÓN 239

XVIII ENTRADAS MEJORADAS EN CAJONES DE CONCRETO 243


18.1 ENTRADA CON BORDES ACHAFLANADOS 244
18.1.1. Dimensiones de los chaflanes 244
18.1.2. Cajones de varias celdas 244
Drenaje Vial para Ingenieros Viales 8

18.2 ENTRADAS ENSANCHADAS LATERALMENTE 245


18.2.1. Control en la garganta 246
18.2.2. Control en la cara 246
18.2.3. Uso de caídas aguas arriba 246
18.2.4. Cajones dobles 247
18.3 ENTRADAS CON AUMENTO DE PENDIENTE 247
18.3.1. Control en la garganta 248
18.3.2. Control en la cara anterior 248
18.3.3. Control en la arista superior de la caída 248
18.3.4. Limitaciones para el diseño 249
18.3.5. Batería de dos cajones 249

XIX ENTRADAS MEJORADAS EN TUBERÍAS CIRCULARES 251


19.1 ENTRADA CON BORDES ACHAFLANADOS 251
19.2 ENTRADAS CON ENSANCHAMIENTO LATERAL 252
19.2.1. Control en la cara 252
19.2.2. Caídas aguas arriba de la entrada 253
19.2.3. Control en la garganta 253
19.3 ENTRADAS CON AUMENTO DE LA PENDIENTE 254
19.3.1. Limitaciones al diseño 254
19.3.2. Alcantarillas múltiples 254

XX CONSIDERACIONES GENERALES PARA EL DISEÑO 255


20.1 LA SEGURIDAD VIAL Y LAS ENTRADAS MEJORADAS 255
20.2 LA HIDROLOGÍA 255
20.3 ALTURA PERMISIBLE DEL AGUA A LA ENTRADA 256
20.4 DESECHOS FLOTANTES Y OTROS ARRASTRES 256
20.5 SEDIMENTACIÓN 256
20.6 VELOCIDAD DEL AGUA A LA SALIDA 257
20.7 CONVENIENCIA ECONÓMICA 257
259
XXI PROCEDIMIENTO DE DISEÑO
21.1 PASO 1: DETERMINAR Y ANALIZAR LAS CARACTERÍSTICAS 259
DEL SITIO
21.2 PASO 2: ANÁLISIS HIDROLÓGICO 261
21.3 PASO 3: TAMAÑO DE LA TUBERÍA CON CONTROL A LA 261
SALIDA
21.4 PASO 4: CÁLCULO CON CONTROL A LA ENTRADA CON 263
ARISTAS VIVAS Y ACHAFLANADAS
21.5 PASO 5: ENTRADA MEJORADA CON ENSANCHAMIENTO O 263
AUMENTO DE LA PENDIENTE
21.6 PASO 6: ANÁLISIS DE LOS EFECTOS DE LA CAÍDA 265
Drenaje Vial para Ingenieros Viales 9

21.7 PASO 7: DISEÑO DE UNA ENTRADA ENSANCHADA 265


21.7.1. Intersección de las curvas de operación de la cara
y la garganta en la línea horizontal de CHEP 266
21.7.2. Intersección de las curvas de operación de la cara
y la garganta en el gasto de diseño Q 266
21.7.3. Intersección de las curvas de operación de la cara
y la garganta en la curva del control a la salida 267
21.7.4. Otras opciones 267
21.8 PASO 8: CONCLUSIÓN DEL PROYECTO 267

SÉPTIMA PARTE: DISIPADORES DE ENERGÍA


XXII LOS DISIPADORES DE ENERGÍA 271

XXIII CAÍDA LIBRE EN CANALES 275


23.1 CAÍDA LIBRE 276
23.1.1. Régimen subcrítico 277
23.1.2. Régimen supercrítico 277
23.2 ESTANQUE DISIPADOR PARA VERTEDERO CON CAÍDA LIBRE 278
23.2.1. Procedimiento de diseño 280
23.2.2. Procedimiento del cálculo 281

XXIV DISIPADORES DE ENERGÍA POR AUMENTO DE LA


RESISTENCIA 283
24.1 EL ENROCADO 283
24.2 DISIPADOR DE ENROCADO 284
24.2.1. Método de cálculo 288
24.2.2. Recomendaciones 289
24.3 DISIPACIÓN DE ENERGÍA POR AUMENTO DE LA
RESISTENCIA 292
24.4 INCREMENTO DE RESISTENCIA EN CAJONES DE CONCRETO 292
24.4.1. Variables 293
24.4.2. Procedimiento de cálculo 294
24.5 ESTANQUE DE CONTORNO RÍGIDO 298
24.5.1. Lista de variables 301
24.5.2. Proceso del diseño 301

XXV DISIPACIÓN DE ENERGÍA POR IMPACTO 311


25.1 EL DISIPADOR DE ENERGÍA CONTRA COSTA 311
Drenaje Vial para Ingenieros Viales 10

25.1.1. Lista de variables 313


25.1.2. Método de diseño 314
25.2 LAS TORRENTERAS 318
25.2.1. Recomendaciones 323

OCTAVA PARTE: MANTENIMIENTO DEL DRENAJE VIAL


XXVI GENERALIDADES ACERCA DEL MANTENIMIENTO 327
26.1 GESTIÓN DEL MANTENIMIENTO 328
26.2 CLASES DE MANTENIMIENTO 329
26.2.1. Mantenimiento preventivo 329

26.2.2. Mantenimiento correctivo 330

XXVII LA HIDROLOGÍA 331


27.1 VARIACIONES DEL COEFICIENTE DE ESCORRENTÍA C 331
27.2 VARIACIONES EN LA INTENSIDAD DE LA LLUVIA 331
27.3 VARIACIONES DEL ÁREA DE LA HOYA 332
27.4 CONSECUENCIAS SOBRE EL MANTENIMIENTO DEL 332
DRENAJE

XXVIII MANTENIMIENTO DE CANALES Y CUNETAS 333


28.1 FALLAS POR SOCAVACIÓN EN LOS CANALES 333
28.2 FALLAS POR TUBIFICACIÓN 334
28.3 FALLAS POR SEDIMENTACIÓN 335
28.4 ARRASTRE DE DESECHOS FLOTANTES 337
28.5 FALLAS ESTRUCTURALES 338
28.6 CAMBIOS EN LA RUGOSIDAD 338
28.7 MANTENIMIENTO PREVENTIVO EN CANALES Y CUNETAS 339

XXIX MANTENIMIENTO DEL DRENAJE SUPERFICIAL 341


29.1 FALLAS ESTRUCTURALES DEL DRENAJE SUPERFICIAL 341
29.1.1. La superficie del pavimento 341
29.1.2. Sumideros de ventana 342
29.1.3. Sumideros de reja 344
29.1.4. El brocal-cuneta 345
29.2 FALLAS FUNCIONALES 346
29.3 FALLAS EN LOS SISTEMAS DE TUBERÍAS 346
Drenaje Vial para Ingenieros Viales 11

29.4 MANTENIMIENTO PREVENTIVO DEL DRENAJE SUPERFICIAL 347

XXX MANTENIMIENTO DE LAS ALCANTARILLAS 349


30.1 FALLAS ESTRUCTURALES DE LAS ALCANTRILLAS 349
30.2 FALLAS FUNCIONALES DE LAS ALCANTARILLAS 352
30.2.1. Variaciones de la hidrología 352
30.2.2. Dimensionamiento hidráulico incorrecto 352
30.2.3. Socavación en la salida 352
30.2.4. Socavación en los terraplenes en la salida 353
30.2.5. Tubificación 353
30.2.6. Arrastre de sedimentos y desechos flotantes 355

XXXI SUBDRENAJES 365

XXXII LAS CARRETERAS Y LOS RÍOS 369


32.1 EFECTO DE LAS CARRETERAS SOBRE LOS RÍOS 372
32.1.1. Efectos en el corto plazo 372
32.1.2. Efectos a largo plazo 373
32.2 EFECTOS DE LAS MODIFICACIONES DE LOS RÍOS SOBRE
LAS CARRETERAS 373
32.3 EL MANTENIMIENTO PREVENTIVO DE LOS CANALES
NATURALES 375

XXXII MANTENIMIENTO DE LOS CAUCES NATURALES 377


I
33.1 PROTECCIÓN DE LAS RIBERAS 377
33.2 PROTECCIÓN MEDIANTE LA SIEMBRA DE PLANTAS 378
33.3 PROTECCIÓN MEDIANTE EL RETARDO DE LAS AGUAS 378
33.3.1. Protección mediante cercas 378
33.3.2. Protección mediante jacks y tetraedros 379
33.4 PROTECCIÓN MEDIANTE ESPIGONES 380
33.4.1. Espigones transparentes 381
33.4.2. Espigones impermeables 383
33.5 PROTECCIÓN MEDIANTE CUBIERTAS DURAS 385
33.5.1. El enrocado 386
33.5.2. Protección con colchones de gavión 387
33.5.3. Protección mediante colchón de losas de concreto 387
Drenaje Vial para Ingenieros Viales 12

33.6 EMBOCADURAS 388


BIBLIOGRAFÍA 395

ANEXOS

ANEXO
CURVAS REGIONALES DE INTENSIDAD-DURACIÓN- 405
A
FRECUENCIA

ANEXO NOMOGRAMAS Y GRÁFICOS PARA EL DIMENSIONAMIENTO 431


B HIDRÁULICO DE ALCANTARILLAS
ANEXO
NOMOGRAMAS PARA EL DIMENSIONAMIENTO
C 457
HIDRÁULICO DE ENTRADAS MEJORADAS
Drenaje vial para ingenieros viales 1

INTRODUCCIÓN

Drenaje es la acción de avenar, es decir, dar salida al agua de los terrenos


húmedos por medio de las estructuras e implementos adecuados. Todas las obras
civiles necesitan, de una u otra forma, del drenaje.
En el caso de la vialidad, esta necesidad es notable, ya que las estructuras
viales están a la intemperie, a merced de los fenómenos naturales, constituyendo el
agua su principal enemigo. El agua produce daños a todos los elementos que
constituyen el cuerpo de la carretera: a las laderas naturales, a los taludes de corte
y relleno, a la plataforma de tierra en la que se apoya el pavimento y, por último,
al propio pavimento.
La protección que el drenaje vial brinda puede ser de dos tipos: por un lado,
el drenaje debe asegurar las cuantiosas inversiones que representan las vías,
impidiendo el deterioro que el agua produce en ellas, y evitar los daños que puedan
causar en bienes aledaños a las mismas; por otro lado, debe asegurar el tránsito
continuo, seguro, y confortable de los vehículos, de forma que el transporte de
pasajeros y carga resulte eficiente y económico. No debe olvidarse que el objetivo
de las carreteras no es ahorrar dinero en la construcción, operación o
mantenimiento, sino obtener un sistema de transporte más económico, de lo que
depende en gran parte el desarrollo de un país.
La hidráulica del drenaje vial es muy complicada o muy sencilla, según sea el
punto de vista con que se enfoque. Es muy complicada, puesto que no se ha
logrado solucionar analíticamente los principales problemas del cálculo de las
alcantarillas, los disipadores de energía y otras estructuras. Pero, por otra parte,
todos esos problemas han sido solucionados empíricamente, publicándose los
gráficos, nomogramas y figuras que permiten obtener resultados sin entrar en el
meollo teórico del problema. Este manejo empírico del problema permite que, a
veces, se enfrente el dimensionamiento hidráulico de las estructuras sin la necesaria
profundidad de conocimientos.
En la Universidad Central de Venezuela y en algunas otras, el drenaje vial se
dicta como parte del diseño geométrico de las carreteras, resultando obligatorio
para todas las opciones de la ingeniería civil. Para los estudiantes de opciones como
la ingeniería estructural, la vial y la sanitaria, que no están mayormente interesados
en la hidráulica, este tema resulta de poco interés y, para los estudiantes que
cursan la opción de ingeniería hidráulica, esta es la única oportunidad de estudiar el
drenaje vial, lo que resulta insuficiente.
Revisando la bibliografía existente se percibe que existen pocos textos
dedicados específicamente al drenaje vial. Exceptuando los magníficos textos de
Luis E. Franceschi (8)1 y J. J. Bolinaga (9), son pocos los libros destinados a tratar
organizada y exhaustivamente el tema del drenaje vial, tanto en vías urbanas como
rurales. Generalmente la teoría aplicable a este tema se encuentra diseminada en
libros y publicaciones de hidráulica que abarcan temas más amplios.

1
Los números entre paréntesis indican la bibliografía al final del texto.
2 Drenaje vial para ingenieros viales

Como es natural, la bibliografía existente está dirigida, principalmente, a los


ingenieros hidráulicos, pues es sobre estos especialistas que recae la
responsabilidad del tema. Sin embargo, los ingenieros viales también deben
manejar el problema del drenaje en el proceso del proyecto de las vías y, si bien es
cierto que cuentan con el asesoramiento y colaboración del ingeniero hidráulico,
deben tener conocimientos sólidos acerca del problema. Es por ello que se decidió
redactar este trabajo dirigido a todos los estudiantes de pregrado de ingeniería civil,
a los proyectistas viales y, a los ingenieros hidráulicos cuyo primer interés no sea el
drenaje vial.
Vemos, pues, que un buen proyecto de drenaje vial es vital para el
funcionamiento del transporte de bienes y personas. Pero de poco sirve un buen
proyecto y construcción del drenaje si no se dispone de un buen sistema de
mantenimiento. Sin mantenimiento no solamente disminuye la vida útil de las
estructuras de drenaje, sino que también disminuirá la vida útil de las vías y se
pondrá en juego la seguridad del tránsito automotor. Por esto, como última parte de
este trabajo, se ha incluido los conocimientos mínimos que debe tener un ingeniero
vial acerca del mantenimiento del drenaje vial. La inclusión del mantenimiento del
drenaje está dirigida a todos los ingenieros civiles.
El mantenimiento sigue siendo un tema olvidado: a pesar de las ingentes
sumas de dinero que se invierte en el mantenimiento vial, lo que implica grandes
responsabilidades administrativas, se sigue relegando el problema a la atención de
ingenieros recién graduados, sin ninguna preparación acerca del tema, o se confía a
las manos de obreros y técnicos de insuficiente preparación. No se debe olvidar que,
para reparar una estructura cualquiera, se debe conocer su funcionamiento. Nunca
un maestro de obras podrá juzgar cómo se calculó una alcantarilla ni los motivos
que causaron la sedimentación que la obstruyó.
Puesto que este curso está dirigido a los ingenieros viales y otros
profesionales sin una preparación especializada en hidráulica, no se intentará
describir problemas como el diseño de canales de cierta importancia, la hidráulica
de los puentes o las llanuras de inundación, para cuya comprensión y correcto
manejo es necesaria una sólida formación hidráulica. Este trabajo se limita a
estudiar el drenaje menor, es decir, las cunetas, pequeños canales y alcantarillas
que disponen el agua proveniente de las precipitaciones que caen sobre las
carreteras y las zonas aledañas que escurren hacia ella.
Este trabajo consta de ocho partes divididas en treinta y un capítulos. La
primera parte está dedicada a ciertas generalidades concernientes al drenaje vial.
En la segunda se exponen algunos conceptos de hidrología y métodos sencillos del
cálculo de los gastos de diseño. En la tercera, se hace un repaso de los principios
elementales de la hidráulica de los canales y se describe la forma de proyectar
pequeños canales y cunetas. En la cuarta, se describe la forma de proyectar el
drenaje superficial, compuesto por los brocales-cuneta y los sumideros. La quinta
parte se dedica al drenaje transversal, es decir, el proyecto de las alcantarillas
convencionales. En la sexta parte se hace una descripción bastante detallada del
diseño de alcantarillas con la entrada mejorada, técnica esta poco empleada en el
país. La séptima parte está dedicada a la descripción de algunos métodos de cálculo
de disipadores de energía y, por último, en la octava parte se describe las
Drenaje vial para ingenieros viales 3

principales operaciones de mantenimiento del drenaje vial. Al final del libro, se


incluyen los anexos correspondientes a los gráficos y nomogramas necesarios para
el diseño.
4 Drenaje vial para ingenieros viales

PRIMERA PARTE

GENERALIDADES
Drenaje vial para ingenieros viales 5

CAPÍTULO I

GENERALIDADES ACERCA DEL DRENAJE VIAL

1.1. GENERALIDADES

Drenaje es la acción de dar salida al agua de los terrenos húmedos por


medio de las estructuras e implementos adecuados. En el drenaje vial, esta acción
está destinada a mantener la vía libre de agua, tanto durante la lluvia como
después de ella. Para ello se deben disponer estructuras que capten las aguas
superficiales y subterráneas, las conduzcan fuera de la carretera y las dispongan en
los cauces naturales, evitando los daños a la vía o a las propiedades adyacentes y
permitiendo el tránsito seguro y cómodo de los vehículos.
El drenaje vial puede dividirse en urbano y rural, ya que algunas de las
estructuras se emplean predominantemente en uno u otro de ellos. Adicionalmente,
se divide en longitudinal y transversal. Se llama drenaje longitudinal al que recoge
las aguas que caen sobre la vía o que escurren por las laderas hacia ella y las
dispone en los cursos de agua naturales mediante estructuras longitudinales,
sensiblemente paralelas a la vía. El drenaje transversal consiste en aquellas
estructuras que permiten el paso de los cursos de agua a través de la vía que, de
otra manera, quedarían interrumpidos por ella. Un tercer tipo es el subdrenaje, el
cual desaloja las aguas infiltradas en los suelos.
Como verdad de Perogrullo, se puede decir que el dimensionamiento
hidráulico de los drenajes forma parte de la hidráulica y, por lo tanto, pertenece al
campo de trabajo de los ingenieros hidráulicos. Sin embargo, gran parte de los
conocimientos y destrezas necesarias para desarrollar esta actividad son empíricos,
por lo que pudiera no parecer necesario llegar a profundizar en la hidráulica para
realizar el proyecto de las estructuras usuales del drenaje vial superficial. Sin
embargo, es imprescindible tener conocimientos sólidos de algunos principios
esenciales que permitan comprender el problema para poder darle la solución
adecuada. Se puede decir que los conocimientos de mecánica de los fluidos e
hidráulica que se imparten en los cursos de pregrado son suficientes para
emprender el proyecto del drenaje superficial. Para poder asegurar un proyecto de
drenajes adecuado, no solamente son necesarios los conocimientos teórico-prácticos
que puedan ser adquiridos en la educación formal: es necesario, también, tener la
intuición del comportamiento de los fluidos que solamente se adquiere con la
práctica.
Todo lo dicho lleva a recomendar que, al emprender un proyecto de drenaje
vial, aquellos ingenieros civiles que no dominen la hidráulica deben hacer gala de
una gran prudencia: nunca podrán saber de antemano con qué tipo de problemas se
pueden tropezar en el transcurso de la tarea. El proyectista debe ser prudente y
abstenerse de penetrar en áreas en las que puede no estar suficientemente
preparado. Se podría decir que la principal virtud del ingeniero vial, a quien va
dirigida esta obra, será la de ser capaz de distinguir aquellos problemas que estén
fuera de su alcance y tener la humildad de saber pedir la colaboración de los
especialistas cuando ello sea necesario.
6 Drenaje vial para ingenieros viales

1.2. DESCRIPCIÓN DEL DRENAJE VIAL MENOR


Se llama drenaje vial menor al conjunto de estructuras de relativamente
pequeño tamaño destinadas a tal fin, de entre las cuales se excluyen los puentes,
pontones, canales de grandes gastos y problemas de zonas inundables. A
continuación se hará una somera descripción de este drenaje, sin pretender que ella
sea exhaustiva. En la tabla I-1 se da un resumen de los componentes del sistema
de drenaje vial aquí descritos.

La primera estructura que se destina a ese fin es el propio pavimento. En


algunos países se construyen pavimentos con una capa de rodamiento de alta
porosidad, de forma que el agua pueda penetrarlos y drenar hacia los bordes a
través del mismo pavimento, por donde llega a las cunetas o los subdrenajes.
Este tipo de pavimento se construye sobre una capa no filtrante, de manera que el
agua no pueda pasar hasta la subrasante.
El bombeo, es decir, la pendiente del pavimento descendente del eje hacia los
bordes, es otra aplicación del pavimento como dispositivo de drenaje. Esta
inclinación hace que las aguas que caen sobre la calzada corran hacia afuera, donde
no representen peligro para el pavimento ni los vehículos.

TABLA I-1
ESTRUCTURAS QUE COMPONEN EL SISTEMA DE DRENAJE VIAL MENOR

Pavimento drenante
SUPERFICIE DEL PAVIMENTO
Bombeo

BROCAL CUNETA
DRENAJE SUMIDEROS De ventana
URBANO De reja

REDES DE TUBERÍAS

SUBDRENAJE
Pavimento drenante
DRENAJE
SUPERFICIE DEL PAVIMENTO Bombeo
RURAL

Canales
Cunetas laterales
Cunetas de coronación
PEQUEÑOS CANALES
Torrenteras
Caídas
Disipadores de energía
ALCANTARILLAS Cajones rectangulares
Circulares de concreto
Drenaje vial para ingenieros viales 7

Circulares
Metálicas Abovedadas
Corrugadas

SUBDRENAJE

En el drenaje urbano, las aguas así desplazadas son recibidas por los
brocales-cuneta, que las conducen a los sumideros y, desde estos, pasan a la red
de tuberías. En el drenaje de vías rurales, las aguas son dispuestas en las cunetas,
las cuales las llevan hasta otros cursos de agua.
Cuando el gasto es demasiado grande para poder ser transportado mediante
una cuneta, se disponen canales de mayor sección. En este trabajo solamente se
tratará aquellos canales con gastos pequeños, pues los canales con grandes gastos
presentan problemas hidráulicos que exceden el alcance de este trabajo.
Para proteger los taludes del agua que corre libremente por las laderas, se
disponen las llamadas cunetas de corona, que son cunetas dispuestas en lo alto de
los taludes corriendo de forma sensiblemente paralela al borde superior de ellos.
Cuando la descarga de alguno de estos canales se realiza en terrenos de gran
pendiente, es necesario proteger los suelos para impedir que se produzca
socavación y se ponga en peligro la integridad física de la carretera. Para ello se
construyen torrenteras, caídas y disipadores de energía.
Al no considerar los puentes y pontones, el drenaje transversal queda
compuesto por las alcantarillas, que son elementos propios principalmente del
drenaje de vías rurales, aun cuando también se pueden encontrar en el drenaje
urbano.
Por último, está el subdrenaje, el cual puede estar presente en cualquier tipo
de vía. Este está formado por capas de material granular filtrante y tuberías
perforadas dispuestas para que recolecten y dispongan de manera conveniente las
aguas presentes en el subsuelo.
8 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO II

DAÑOS PRODUCIDOS POR EL AGUA A LAS CARRETERAS

2.1. DAÑOS QUE EL AGUA PUEDE PRODUCIR EN LAS VÍAS

Se dice, con razón, que el peor enemigo de las carreteras es el agua. En


efecto, tanto las aguas superficiales como las subterráneas causan grandes daños a
las estructuras. A continuación se describirá algunos de esos daños.
2.1.1 Daños a las laderas.
La escorrentía superficial, cuyo curso puede ser modificado por la
construcción de la carretera, tal vez socave las laderas naturales produciendo
cárcavas que pongan en peligro la integridad física de la vía, por lo cual hay que
disponer estructuras que eviten esos daños.
También puede ocurrir que la napa freática sea muy superficial o resulte
modificada por la construcción de la carretera, lo cual puede provocar
deslizamientos durante la vida útil de la vía.
2.1.2 Daños a los taludes.
Para construir la plataforma de una carretera es necesario cortar las laderas.
Cuando el nivel freático está muy superficial, la presión en la cara del talud, que
antes pertenecía a la parte interior de la masa de tierra, se transforma en la presión
atmosférica. Ello provoca un mayor gradiente hidráulico, lo que acelera la velocidad
del agua que, en consecuencia, arrastra partículas de suelo cada vez de mayor
tamaño, pudiendo provocar la inestabilidad del talud. En los terraplenes, la
saturación del material produce fallas semejantes a las de un deslizamiento de
tierras.
Los muros de contención construidos para garantizar la estabilidad de los
taludes también pueden sufrir con la presencia de agua ya que, si el suelo está
saturado por la falta de un subdrenaje adecuado, el empuje de tierras se
transforma en presión hidrostática, pudiendo provocar la falla del muro.
2.1.3 Daños a los pavimentos.
El agua está presente en casi todas las fallas de los pavimentos como posible
agente de las mismas. Así vemos que las fallas por desintegración del pavimento,
los agrietamientos, la inestabilidad y las deformaciones, que pueden llegar al
colapso, pueden ser causadas por un mal sistema de drenaje. Los pavimentos
sufren daños por la presencia de agua en la sub-rasante, la sub-base, la base y la
superficie externa, siendo sus principales enemigos las acciones erosivas y la
presión de poros. Puesto que el peso unitario seco es mayor que el peso unitario
sumergido, la saturación de la sub-rasante, la sub-base o la base de los
pavimentos provoca un efecto de flotación en las partículas del material que
induce el movimiento de las partículas y la consiguiente erosión en las uniones
entre diferentes pavimentos y bases. Ello, a su vez, produce el fenómeno del
Drenaje vial para ingenieros viales 9

RUEDA DEL
VEHÍCULO

AGUA
EXPULSADA

PAVIMENTO

GRIETAS

AGUA DEPOSITADA PAVIMENTO


EN LA SUBARASANTE DEFORMADO

Figura II-1: El fenómeno del bombeo en los


pavimentos.

bombeo, mostrado en la figura II-1: el agua se deposita en las cavidades formadas


bajo el pavimento por la migración de los finos y, cuando el paso de un vehículo
aplica una presión sobre ella, sale por las grietas del pavimento asfáltico o por las
juntas del pavimento rígido. La repetición de este proceso provoca un aumento en
la intensidad del fenómeno comparable con el golpe de ariete.
El agua también hace que el aumento de la presión neutra provoque la
disminución de la presión efectiva y, con ello, que la sub-rasante, la sub-base y la
base pierdan capacidad portante. Puesto que el pavimento (sub-base, base y capa
de rodamiento) va apoyado sobre la sub-rasante, la saturación de esta prodece
deformaciones que lo llevan al colapso, ya que no está diseñado para soportar
esfuerzos cortantes. Por otra parte, la capilaridad también provoca presiones que le
pueden causar daños. Estos fenómenos se presentan tanto en las grietas del
pavimento asfáltico como en la superficie de contacto entre diferentes capas del
mismo y entre él y la base.
El agua depositada en las grietas del pavimento contribuye a la aparición de
grietas de contracción, la oxidación del asfalto y la pérdida de flexibilidad e impide
el auto-sellado de las microgrietas al introducir arcillas en ellas, lo que puede
producir la rotura en pedazos irregulares de varias de sus capas. Produce también la
pérdida de cohesión en las bases mejoradas como, por ejemplo, el suelo-cemento.

2..4 Inundaciones.

En muchas oportunidades, las obras viales modifican el patrón de drenaje de


una zona o interrumpen los cursos de agua, lo que obliga a construir estructuras
hidráulicas que permitan el correcto drenaje de la zona. Si no se disponen las
estructuras adecuadas, en el sitio a adecuado y con las dimensiones necesarias, la
carretera pagará las consecuencias, pues se pueden producir daños que van
10 Drenaje vial para ingenieros viales

desde la destrucción de una parte de la carretera hasta la inundación de terrenos


aledaños, con consecuencias imprevisibles.

2.2. INCONVENIENTES QUE LAS AGUAS PRODUCEN EN EL TRÁNSITO.

Como ya se dijo, las carreteras se construyen con el fin de brindar un servicio


de transporte eficiente y económico a la población, por lo que el Estado debe ofrecer
vías que, bajo cualquier condición climática, funcionen en las condiciones para las
cuales fueron proyectadas.
El agua produce varios inconvenientes al tránsito. Si se deja que alcance
niveles altos sobre la superficie de rodamiento, se corre el peligro de salpicar a los
otros vehículos, privándoles momentáneamente de visibilidad. Si el nivel es lo
suficientemente alto, puede provocar la pérdida de los frenos y, si se circula a cierta
velocidad, puede mojar el sistema eléctrico e interrumpir el funcionamiento del
motor.
Aunque el agua no llegue a niveles tan altos como los descritos, si no es
desalojada rápidamente de la superficie de rodamiento puede formar una película
entre el pavimento y el neumático que actúa como un lubricante y provoca
aquaplanning o deslizamiento del vehículo, con la posibilidad de accidentes graves.
En las vías urbanas el agua se recoge en el borde del pavimento mediante el
llamado brocal-cuneta. Si el ancho de inundación que produce este brocal-cuneta es
excesivo, puede dejar de funcionar uno de los canales de circulación, provocando
una disminución de la capacidad de las vías y los consiguientes congestionamientos
del tránsito.
Así pues, se puede llegar a la conclusión de que el sistema de drenaje es
imprescindible tanto para garantizar la integridad física de las vías de comunicación
como para asegurar un transporte rápido, cómodo y económico de bienes y
personas.
Drenaje vial para ingenieros viales 11

SEGUNDA PARTE

HIDROLOGÍA
12 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO III

CONCEPTOS BÁSICOS DE HIDROLOGÍA.

La hidrología es la ciencia que trata de las propiedades, distribución y


circulación del agua. Específicamente es el estudio del agua sobre la superficie del
terreno, en los suelos y las rocas subyacentes y en la atmósfera, particularmente
con respecto a la evaporación y la lluvia.
3.1. CICLO HIDROLÓGICO

Puede visualizarse como el conjunto de caminos a través de los cuales circula


el agua y va experimentando transformaciones: atmósfera, hidrosfera, litosfera. En
el cuadro siguiente se puede ver un resumen.

CICLO HIDROLÓGICO

P INTERCEPCIÓN ⇒
E R E
V E EVAPOTRANSPIRACIÓN ⇒ V
A C A
P I Evaporación ⇒ P
O P ALMACENAJE ⇒ O
R ⇒ I⇒ Infiltración ⇒ ⇒ R
A T A
C A Gasto intermedio ⇒ PERCOLACIÓN ⇒ C
I C INFILTRACIÓN ⇒ ESCURRI- I
Ó I Infilt. pofunda ⇒ MIENTO ⇒ Ó
N Ó N
N ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL ⇒

El agua, depositada en la hidrosfera (océanos, mares, lagos y ríos), pasa a


la atmósfera por evaporación, formando nubes que, al cumplir ciertas condiciones,
se condensan en gotas de agua y se precipitan como lluvia. Una parte de la
precipitación que cae sobre la tierra es interceptada por la vegetación y se evapora.
Otra parte es utilizada por la vegetación que, en el proceso de la
evapotranspiración, la dispone de nuevo en la atmósfera. Una tercera porción se
almacena en las irregularidades de los suelos y rocas formando charcos,
evaporándose una parte de ella e infiltrándose el resto en los suelos.
Una cuarta porción, al entrar en contacto con el suelo, se infiltra yendo una
parte de ella a formar parte del gasto intermedio, es decir, de aquel flujo
subterráneo que circula con relativa velocidad a niveles poco profundos de los
suelos, mientras que la otra parte pasa a conformar el agua subterránea profunda.
Todas las aguas que atraviesan la superficie de los suelos forman la percolación.
Drenaje vial para ingenieros viales 13

Entre tanto, la mayor parte del agua corre con bastante celeridad sobre la
superficie del suelo, formando la escorrentía superficial que llega a los cursos de
agua y, a través de estos, a los lagos, mares y océanos.
Las aguas de la percolación y todas las demás que no se evaporan forman el
escurrimiento que, a la larga, llega a la hidrosfera donde terminan por evaporarse y
se incorporan a una nueva ronda del ciclo hidrológico.
De todo este ciclo, la parte que interesa para el diseño del drenaje vial es el
escurrimiento superficial. Puesto que para dimensionar hidráulicamente las
estructuras se debe tomar en cuenta los gastos pico de los cursos de agua,
solamente resultan significativos los gastos provenientes de la escorrentía
superficial, por ser esta la más abundante y llegar de forma concentrada y con la
mayor rapidez a los lugares en que las vías de comunicación interrumpen dichos
cursos de agua. La parte del escurrimiento formada por la percolación participa más
bien en la prolongación de las crecientes y la formación del caudal permanente de
los ríos y, en cuanto a su incidencia en el drenaje superficial, como llegan con
considerable retardo a los cauces naturales no contribuyen de forma significativa a
la conformación del gasto pico de las crecientes.
3.2. CUENCA HIDROLÓGICA

La cuenca hidrológica es una parte del terreno tal que el agua de la lluvia que
cae en su superficie se concentra saliendo por un solo punto situado en el cauce que
la drena. Así pues, el concepto de cuenca está íntimamente ligado a un cauce y a
una sección del mismo. Por ejemplo, podremos establecer la cuenca del río Guaire
en Puente Baloa (Petare), que será diferente a la del mismo río en el Puente de los
Leones (El Paraíso), según nos interese calcular el gasto en uno u otro lugar. Se
suele usar el término hoya para designar a cuencas de pequeña extensión.
3.2.1 Línea divisoria de la cuenca.
La cuenca está limitada en todo su contorno por una línea divisoria que la
separa de las otras hoyas o cuencas. Esta divisoria está formada generalmente por
las máximas alturas del terreno y separa la precipitación que cae sobre dos cuencas
vecinas, dirigiendo las aguas hacia uno u otro sistema fluvial. Su ubicación se
identifica buscando aquellos lugares en que una gota de agua que caiga contigua a
uno de los lados de la divisoria correrá hacia una de las cuencas, mientras que la
que caiga contigua por el otro lado, correrá hacia la otra cuenca, tal como se
muestra en la figura III-1.

A
B Divisoria de hoya
Curvas de nivel

Una gota de lluvia


caída en A no correrá
hacia el curso de agua, Curso de agua
mientras que la caída
en B sí llegará al curso
de agua: entre A y B
pasa la divisoria
14 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura III-1. Divisoria de hoya.

También existe una divisoria subterránea o freática, la cual delimita el área


que contribuye con agua subterránea a cada sistema fluvial. Esta no es fija sino que
varía con la altura del nivel freático y puede o no coincidir con la divisoria de la
cuenca.
3.3.2 Área de la cuenca.

Es el área de la superficie encerrada dentro de la línea divisoria, proyectada


sobre un plano horizontal. Si el área es muy grande, se mide en kilómetros
cuadrados (km2) y si es de pequeñas dimensiones, se mide en hectáreas (has.)
Cuanto mayor sea el área, mayor será el volumen de precipitación
interceptado por ella y las crecientes durarán más tiempo. También disminuirá la
relación entre el caudal máximo producido y el área de la cuenca, es decir que se
producirán menos m3/ha en cuencas de mayor tamaño que en las de menor
tamaño. Las cuencas grandes tienden a proveer un gasto mínimo más sostenido
que las cuencas pequeñas.
3.2.3 Forma de la cuenca.
Dos cuencas con la misma área y diferente forma no se comportan igual. La
forma de la cuenca determina principalmente la rata a la cual se suministra agua a
la corriente principal a lo largo de su curso, desde su nacimiento hasta su
desembocadura.
La mayoría de las cuencas son de forma ovoide, con la desembocadura en la
parte más angosta. En las cuencas de gran tamaño se toman en cuenta las
siguientes características:
5..1.1. Factor de forma.
Se define el factor de forma Fx como:
A
Fx= [III-1]
L2
donde A es el área de la cuenca y L es la longitud axial medida desde la
desembocadura hasta el punto más alejado de la cuenca. Para hoyas de igual
superficie, cuando L es pequeño, Fx es más grande, lo cual indica que se
producirán mayores crecientes. Ello es debido a que si L es grande, es menos
probable que ocurra una lluvia intensa en toda el área.
5..1.2. Coeficiente de compactibilidad.
Se define el coeficiente de compactibilidad Kc de una cuenca a la relación:
Kc= P / C [III-2]
donde Kc= coeficiente de compactibilidad, P= longitud de la línea divisoria de
la cuenca (perímetro) y C = longitud de una circunferencia de radio R que
encierra un área A igual a la de la cuenca
C= 2 π R [III-3]
Drenaje vial para ingenieros viales 15

Llamando A al área de la cuenca, A= π R2 ⇒ R= A/π


[III-4]

Sustituyendo III-4 en III-3, C= 2 A/π


[III-5]

Sustituyendo III-5 en III-1, Kc= 0,28 P / A


[III-6]

Como el perímetro generalmente es mayor que la circunferencia de radio R,


se suele cumplir que Kc ≥ 1. Si Kc es pequeño, se producirán grandes
avenidas. Un Kc grande significa que la cuenca es muy diferente a una
circunferencia, o sea que es alargada, lo que produce el mismo efecto que un
factor de forma Fx grande.
5..1.3. Otras características de las cuencas.

Otra característica de las cuencas que se toma en cuenta es su pendiente


D.L
media S, definida como: S=
A
[III-7]
donde D es el intervalo entre las curvas de nivel, L es la suma de las
longitudes de las curvas de nivel contenidas por la cuenca y A es el área de la
cuenca.
También se suele tomar en cuenta la longitud y la pendiente media del cauce
principal, que es igual a la diferencia de nivel entre sus extremos dividida por
la longitud del cauce, medida a lo largo del mismo.
Otras características a ser tomadas en cuenta son la elevación de la cuenca y
las características de la red de drenaje natural.
3.3. LA PRECIPITACIÓN.
El vapor de agua contenido en la atmósfera se condensa en nubes que, bajo
ciertas circunstancias, producen la precipitación, esto es, la cantidad total de agua
meteórica, líquida o sólida, que cae sobre una superficie horizontal determinada. En
el caso de una cuenca, la superficie que se considera es la de la proyección
horizontal de la misma, es decir, la representada en los planos topográficos.
Se denomina altura de la precipitación a la altura de la lámina de agua que se
acumularía sobre una superficie horizontal si todas las precipitaciones quedaran
inmovilizadas sobre ella.
6.1.1. Tipos de precipitación.
Según las causas que producen la precipitación, esta puede ser: a)
convectiva, es decir, por la elevación natural del aire más caliente y ligero hasta
zonas de aire más denso y frío; b) frontal, la causada por la presencia de un frente
frío; c) ciclónica, formada por la elevación del aire húmedo y caliente que converge
16 Drenaje vial para ingenieros viales

en una zona de baja presión; d) orográfica, producida por la elevación mecánica de


las nubes cuando su paso es impedido por una montaña. En la naturaleza, algunas
de estas causas de lluvia pueden presentarse simultáneamente, lo que dificulta su
identificación.
3.3.2 Medición.
La precipitación se mide por la altura que alcanza la lámina de agua
resultante. Dicha medición se efectúa mediante pluviómetros entre los que se
pueden mencionar: el de cántaro, que recoge el agua que cae sobre él y solamente
proporciona el volumen de la precipitación ocurrida entre dos mediciones; el de
cubeta basculante, en el cual el peso de una pequeña cantidad de agua hace
bascular una cubeta que activa un mecanismo y marca el hecho mediante una
aguja, quedando registrado en un cilindro con papel el volumen y el tiempo y, por
último, otros métodos, incluídos los basados en el radar.
Multiplicando la altura de la precipitación por el área de la cuenca se obtendrá
el volumen de la lluvia.
3.4. INTENSIDAD DE LA LLUVIA.
Se llama intensidad de la lluvia al volumen de agua que se precipita en una
unidad de tiempo. Se expresa generalmente como mm/hora, pulgadas/hora y
litros/segundo/hectárea, según sea la utilización que se vaya a hacer de ella. La
intensidad varía con el tiempo y con el tamaño de la hoya sobre la que cae la lluvia.
Con respecto al tiempo, todos hemos observado que una lluvia normal (un
“palo de agua” en un día cualquiera de Caracas) suele comenzar suavemente,
arreciando hasta alcanzar su máxima intensidad unos minutos después. Al poco
tiempo, comienza a disminuir su intensidad y, tal vez, permanece un largo rato
lloviendo suavemente hasta que desaparece por completo. Si medimos el volumen
de agua caída en los diez minutos que duró el pico de la precipitación y lo dividimos
por ese tiempo, la intensidad resultante será mucho mayor que si medimos el
volumen caído durante una hora completa y lo dividimos por el tiempo total. La
gráfica de intensidad contra tiempo tiene una forma como la de la figura III-2.

% DE LLUVIA
I PUNTUAL

100%

T 0% A

Figura III-2: intensidad vs. Figura III-3: porcentaje de la lluvia


tiempo. puntual vs. área.
Drenaje vial para ingenieros viales 17

En cuanto a la influencia del área, las tormentas siempre presentan un núcleo


de gran intensidad y de relativamente pequeña extensión. Si la cuenca es pequeña,
es posible que ese núcleo cubra toda ella, mientras que, si es muy grande,
quedarán grandes extensiones en que la intensidad haya sido más baja, resultando
en promedio una intensidad menor. La figura III-3 muestra el comportamiento de la
intensidad, expresada como un porcentaje de una lluvia puntual (la de mayor
intensidad), contra el área de la cuenca.
6.1.1. Duración de la lluvia

La duración de la lluvia es el tiempo transcurrido entre el comienzo y el final


de la lluvia. Este final puede corresponder al tiempo total o al momento hasta el
cual la lluvia es significativa para los efectos prácticos.
13.1 Frecuencia.

Se llama frecuencia al número de veces que un evento es igualado o excedido


en un intervalo de tiempo determinado o, lo que es lo mismo, la probabilidad de que
ocurra ese evento en un periodo de tiempo dado. Se llama intervalo de recurrencia
al inverso de la frecuencia, esto es, al máximo tiempo que transcurre entre dos
eventos que igualan o sobrepasan un valor dado. Por ejemplo, si se espera que en
un tiempo de diez años solamente se produzca una lluvia de 100 mm, el periodo de
recurrencia de esta lluvia será de diez años.
En hidrología se ha hecho habitual trastocar estos términos, usándose el uno
en vez del otro, por lo que se debe estar consciente de que cuando se dice
frecuencia, en realidad se está refiriendo al intervalo de recurrencia. Así, si nos
referimos a una lluvia de 25 años de frecuencia, nos estamos refiriendo a que es
probable que esa lluvia se produzca únicamente una vez cada veinticinco años.
Tanto frecuencia como intervalo de recurrencia son términos probabilísticos,
por lo que al calcular la frecuencia de un evento se debe tener en cuenta que no se
quiere decir que él se va a repetir en ese tiempo fijo, sino que es probable que así
sea. Por ejemplo, una lluvia de frecuencia de 50 años puede que caiga dos años
seguidos, pero entonces la probabilidad es que no se vuelva a repetir en los
próximos noventa y ocho años.
Para estimar la frecuencia de la lluvia en un lugar se necesita tener los
registros de las lluvias que ocurrieron en un número de años suficientemente
extenso. A partir de estos datos y mediante métodos probabilísticos, tal como el de
los valores extremos de Gumbel, se calculan las frecuencias de las lluvias que se
necesiten en el diseño de un sistema de drenaje vial. En este trabajo no se entrará
en los detalles de tales cálculos, pues se considera que el ingeniero vial trabajará
con las curvas de intensidad-duración-frecuencia elaboradas por los especialistas,
las cuales se encuentran en publicaciones especiales como las (6) y (7) o los
manuales de drenaje usualmente utilizados (8), (9), (10), incluyéndose en el Anexo
A una copia de las que aparecen en la ref. (8).
En cualquier caso, si algún lector quisiera adentrarse en este terreno, puede
recurrir a referencias como las (1), (2), (3), (4) y (5) o a tantos otros textos de
18 Drenaje vial para ingenieros viales

hidrología para ingenieros que existen en el mercado. Esto implica que el


proyectista debe estar consciente de cuándo necesita el apoyo de un profesional de
la hidrología o la hidráulica que le ayude a resolver los problemas para los que el
ingeniero vial no esté suficientemente preparado.
3.5. EVAPORACIÓN.
La evaporación es el proceso físico por el que la materia pasa de estado
líquido a gaseoso. En el ciclo hidrológico este proceso ocurre en la lluvia
interceptada por la vegetación y en el almacenaje, así como a lo largo del
escurrimiento y, por último, en los cursos de agua, lagos y mares.
La evaporación se ve afectada por la temperatura ambiente, los vientos, la
presión atmosférica y los sólidos que el agua pueda transportar en solución.
Su medición se realiza mediante tinas de evaporación, que pueden ser
enterradas, flotantes o superficiales.
3.6. INFILTRACIÓN.
La infiltración o percolación es el paso del agua a través de la superficie del
suelo hacia el interior del mismo. La habilidad del suelo para conducir el agua
depende de su naturaleza, su humedad (cuanto más seco, mayor conductividad), la
cobertura vegetal, etc. La infiltración no es extrapolable de una cuenca a otra
aunque ambas tengan suelos, pendientes y cobertura vegetal de características
semejantes.
La infiltración se mide mediante infiltrómetros, los cuales no dan resultados
muy confiables, y mediante la comparación del volumen la lluvia caída con el de la
evaporación y el escurrimiento producidos por ella.
11.2.2. ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL.
Se llama escurrimiento a la parte de la precipitación que llega a los cursos de
agua. Ciclo de escorrentía es el término empleado para designar la parte del ciclo
hidrológico comprendido entre la precipitación incidente sobre áreas de terreno y la
subsiguiente descarga de dicha agua por los cauces o la evaporación (4). El agua de
las precipitaciones llega a los cursos de agua por cuatro caminos diferentes: a)
precipitación directa sobre los cursos de agua; b) el flujo subterráneo intermedio; c)
el flujo subterráneo profundo y d) el escurrimiento superficial.
La precipitación directa sobre los cursos naturales de agua se puede
considerar insignificante debido a su relativamente pequeña superficie.
El flujo intermedio es la fracción de las aguas infiltradas que fluye
lateralmente por las capas superficiales del suelo y es el que, al terminar el
escurrimiento superficial, contribuye a mantener la creciente del curso de agua.
El flujo subterráneo profundo afecta a los mantos acuíferos y desempeña un
importante papel regulador. Contribuye también a mantener la creciente y, en la
época de sequía, es el único que alimenta el escurrimiento proporcionando el gasto
de estiaje.
Por último, el escurrimiento superficial es el flujo de aquellas aguas
meteóricas que han escapado de la infiltración, la evaporación y la evapotrans-
Drenaje vial para ingenieros viales 19

piración y corren por gravedad, libremente sobre el suelo. Influyen en él: la altura
de la precipitación, su intensidad, su duración, la distribución de la lluvia, la
topografía del terreno, su naturaleza litológica, la cobertura vegetal, la humedad y
la capacidad de retención de la cuenca.
El escurrimiento superficial experimenta un retardo con respecto a la lluvia
que lo genera. Ello es debido a que, antes de comenzar a escurrir, las primeras
aguas son necesarias para mojar la cobertura vegetal (intercepción), llenar las
irregularidades del terreno formando charcos (almacenaje) y saturar el suelo de
humedad. También el flujo sufre un efecto de retardo en la red hidrográfica como
consecuencia de la necesidad de llenar los cauces antes que empiece a correr
normalmente el gasto por ellos.
6.1.1. Descripción del ciclo de escorrentía
La descripción del ciclo de escurrimiento está tomada de la ref. (4). En la
figura III-4 la superficie representa el volumen total de la precipitación y en ella se
muestra cómo varían, a lo largo del tiempo, los aportes de una precipitación de
intensidad moderada a las diferentes fases del ciclo del escurrimiento,
describiéndose en las páginas subsiguientes todo el proceso. La parte sombreada
representa la escorrentía, aquella parte de la precipitación que drena por un punto
del cauce a la salida de la hoya. La zona rayada representa la infiltración. La zona
blanca representa la evapotranspiración.

Precipitación
Escorrentía 7 Infiltración total

6 Precipitación
sobre cauces

Escorrentía
superficial

5 Corriente
subsuperficial

4 Corriente
subterránea
3
2 Humedad del
1 suelo

0 Tiempo
Intercepción t Almacenamiento en depresiones

Figura III-4: Ciclo de escurrimiento. Fuente: Ref. (4)

Para un tiempo cualquiera t, el segmento 0-1 representa la parte de la


precipitación que es interceptada por la vegetación; el 1-2, la precipitación
almacenada en las depresiones de la superficie; el 2-3, la humedad retenida por el
suelo; el 3-4, la parte infiltrada que llega a la corriente subterránea; el 4-5, la
corriente subsuperficial o intermedia; el 5-6, la escorrentía superficial y el 6-7,
constante, la precipitación que cae sobre los cauces. El nivel 7 representa la
20 Drenaje vial para ingenieros viales

intensidad en mm/t. Como se puede observar, las proporciones en que se distribuye


la precipitación varían con el tiempo.
La intercepción (0-1) es elevada al comienzo de la lluvia, especialmente con
cubierta vegetal densa. La capacidad de intercepción disminuye rápidamente,
limitándose a lo indispensable para reponer el agua evaporada. A medida que se
van llenando las depresiones más pequeñas, el almacenamiento en las depresiones
(1-2) disminuye rápidamente desde un valor inicial elevado y la velocidad con que
tiende a desaparecer depende en gran manera de la pendiente del terreno. Aunque,
según la figura, se supone que el almacenamiento es una pérdida total por
evaporación, una parte de él pasa a formar parte del flujo intermedio y el profundo.
A menos que la tormenta sea muy intensa, la mayor parte de la insuficiencia
de humedad del suelo (2-3) se satisface antes de producirse el escurrimiento
superficial. Ello no obstante, una fracción de la lluvia que cae después de haberse
establecido el equilibrio de humedad también pasa a formar parte de la humedad
del suelo en sustitución de la que va deslizándose lentamente hacia el flujo
intermedio.
El agua que se infiltra y no es retenida como humedad del suelo, o bien se
infiltra profundamente llegando hasta la napa freática para formar las corrientes
subterráneas profundas (3-4) o discurre hacia el cauce formando el flujo intermedio
(4-5).
La intensidad de la escorrentía superficial (5-6) comienza en cero, aumenta
lentamente al principio y después con mayor rapidez, aproximándose al final a un
porcentaje casi estable de la precipitación total. La precipitación que cae sobre los
cursos de agua (6-7) permanece constante a todo lo largo del tiempo.
3.7.2. Medición del escurrimiento.
En hidrología, aforar es medir la cantidad de agua que lleva una corriente en
la unidad de tiempo. El escurrimiento se mide como un caudal o gasto producido en
un curso de agua,

en m3/s o l/s. Los métodos más utilizados son los


A vertederos, orificios, pendientes y el método
PERFIL
sección-velocidad (figura III-5):
V
Q= V . A [I-8]
A Si se mide cuidadosamente la sección del
SECCIÓN A-A
cauce y, durante la creciente, se mide la altura y la
An, Vn velocidad del agua, se puede determinar los
A2, V2 términos V y A, obteniendo, por consiguiente, el
A1, V1 caudal Q.

Figura III-5: Método


sección-velocidad
Drenaje vial para ingenieros viales 21

3.7.3. El hidrograma.

Si, siguiendo uno de los métodos mencionados, se afora una corriente de


agua a tiempos regulares, se puede representar el gasto de esa corriente mediante
un gráfico de caudal (Q) contra tiempo (T), al cual se conoce como hidrograma.

Q
Gasto pico

Gasto remanente

Inicio de la lluvia

Figura III-6. Hidrograma típico de una creciente.

Asignando T=0 al momento en que comienza la lluvia, el hidrograma de un


curso de agua intermitente (no permanente), tiene una forma parecida a la
mostrada en la figura III-6.
Desgraciadamente, en Venezuela no son muy frecuentes las estaciones de
aforos de ríos, por lo que no siempre se puede disponer del hidrograma de una
creciente a partir de las mediciones en el campo. Por otra parte, la gran mayoría de
los cursos de agua que se tratan en el drenaje vial son intermitentes, esto es, que
solamente tienen gasto cuando llueve. Así pues, ha sido necesario desarrollar
algunos métodos para obtener el hidrograma de un río a partir de las lluvias
registradas en las estaciones pluviométricas, estas sí más abundantes que las
estaciones de aforo. Este tema se tratará más adelante.

3.8. LA DETERMINACIÓN DE LOS GASTOS DE DISEÑO.

La determinación de los gastos de diseño es el primer problema y tal vez el


más importante en el cálculo de las dimensiones de las obras hidráulicas, pues de
poco servirá hacer un diseño perfecto, empleando las últimas tecnologías y
refinamientos que estén al alcance del ingeniero, si el gasto de diseño empleado no
es el que realmente se producirá en el lugar en que se va a construir la obra de
drenaje: si el gasto calculado es demasiado pequeño, pueden producirse
inundaciones o daños a la misma estructura y a otras aledañas, pero si el gasto
calculado es muy grande, se incurrirá en gastos innecesarios que pueden hacer
inaccesible la construcción de la obra. Así pues, la tarea de determinar el gasto de
22 Drenaje vial para ingenieros viales

diseño de una estructura hidráulica debe ser realizada con la mayor aproximación
posible.
En el caso de ríos con gasto permanente de los cuales exista un registro
histórico de aforos, para obtener el gasto de diseño se puede proceder mediante
métodos estadísticos, tal como el de los valores extremos de Gumbel. Sin embargo,
en el caso del drenaje superficial esta no es la situación normal, por lo que se debe
establecer el gasto de diseño a partir de los registros de lluvias disponibles. Para
efectos prácticos, los ingenieros viales, a quienes está dirigido este trabajo, podrán
recurrir a las curvas de intensidad-duración-frecuencia que proporcionan las
publicaciones existentes, siempre que el tamaño de la cuenca a drenar no sea muy
grande. En el caso en que haya que deducir dichas curvas a partir de los datos de
las estaciones pluviométricas o que sean corrientes de agua que ameriten
estructuras de gran tamaño, es recomendable que se recurra a los ingenieros
hidráulicos o hidrólogos, según sea el caso.
El método usado con más frecuencia para el drenaje de pequeñas cuencas es
el de la fórmula racional, el cual sirve para calcular un caudal instantáneo. Cuando
las cuencas son de mayor tamaño, se pueden emplear los hidrogramas sintéticos,
tales como el triangular y el de Clark, y en el caso de áreas urbanas, métodos como
el del sumidero y el de las áreas equivalentes. Todos ellos serán descritos más
adelante.
Drenaje vial para ingenieros viales 23

CAPÍTULO IV

LA FÓRMULA RACIONAL

Hasta tiempos tan cercanos como 1958, para el proyecto de los drenajes se
utilizaron fórmulas empíricas como la de Talbot y la de Jarvis-Myers (35):
Talbot: A= 0,183 . C . (M3)1/4 [IV-1]

donde A es el área del tubo de alcantarilla necesario en ese sitio, M el área de la


cuenca y C un coeficiente.
Jarvis-Myers: Q= 17,64 . P . M0,5 [IV-2]

donde Q es el gasto total, P un coeficiente y M el área de la cuenca. Como se ve, se


considera al tamaño del tubo y el gasto como función del área de la cuenca y de un
coeficiente que depende de las características de la hoya.
Aunque la fórmula racional se basa en unas asunciones que no son todo lo
racionales que parece indicar su nombre, es la más utilizada actualmente por ser de
muy fácil aplicación y resultar consistentes las unidades de sus componentes. Su
origen no está muy claro. En los Estados Unidos se empleó para el cálculo de los
drenajes de Rochester entre 1877 y 1888; en Inglaterra se la ha nombrado como el
método Lloyd-Davis, descrito en una publicación de 1906. Su expresión es la
siguiente:
Q= C . I . A [IV-3]
donde Q es el gasto en l/s; C es un coeficiente de escorrentía, adimensional; I es la
intensidad de la lluvia, expresada en l/s/ha y A es el área de la cuenca, en has.
4.1. ÁREA DE LA CUENCA.
El área de la cuenca es la encerrada por la línea divisoria de la misma. Para la
aplicación de la fórmula racional, el área se debe expresar en hectáreas.
Generalmente, el área se mide mediante un planímetro, pero en caso de no
disponer de este instrumento, se puede descomponerla en figuras geométricas,
midiendo las dimensiones de las mismas mediante un escalímetro y calculando sus
áreas por separado.
Debido a que la fórmula racional no tiene en cuenta el efecto de
almacenamiento de la cuenca, ella solamente puede ser utilizada satisfactoriamente
en cuencas de pequeño tamaño. Originalmente se aceptaba su uso en cuencas de
hasta 500 has pero, desde hace algunos años, se recomienda no utilizarla en
superficies superiores a las 200 has (8), (9). Sin embargo, es conveniente que se
limite su aplicación a áreas inferiores a las 20 ha.

4.2. COEFICIENTE DE ESCORRENTÍA


El coeficiente de escorrentía expresa la parte de la precipitación que llega al
curso de agua principal en forma de escorrentía superficial. Su valor depende de a)
la permeabilidad del suelo, que permitirá una mayor o menor infiltración según sea
su naturaleza; b) la cobertura vegetal, que favorecerá la intercepción cuanto más
24 Drenaje vial para ingenieros viales

frondosa sea y c) la topografía del terreno que, según sus características, permitirá
mayor o menor almacenamiento del agua y su acceso más o menos rápido a los
cursos naturales.

4.2.1. Permeabilidad del suelo.


La permeabilidad del suelo se determina mediante estudios geológicos,
muestreo u observación directa. Para efectos de la aplicación de la fórmula racional,
los suelos han sido clasificados en tres categorías:
Impermeables: las rocas, arcillas, limos arcillosos.
Semipermeables: arenas limosas, turba, arenas arcillosas, gravas finas con
alto contenido arcilloso.
Permeables: gravas, arenas, suelos de alto contenido arenoso.

4.2.2. Cobertura vegetal.


La cobertura vegetal se determina por medio de fotografías aéreas, por
inspección directa o mediante el uso de mapas. Para efectos de la aplicación de la
fórmula racional han sido establecidos cinco grupos:
Ninguna vegetación.
Cultivos.
Pastos o vegetación ligera.
Hierba corta y grama.
Bosques y vegetación densa.
En la referencia (10) se muestran fotografías correspondientes a estas
diferentes categorías de forma de poder guiarse en el momento de clasificar la
cobertura vegetal de una zona.
4.2.3. Topografía.
La pendiente superficial de las laderas se puede determinar a partir de los
planos topográficos disponibles o a partir de la observación directa. Han sido
establecidas cinco categorías de pendiente:
Pronunciadas: cuando la pendiente promedio supera el 50%.
Altas: cuando las pendientes están comprendidas entre el 50% y el 20%.
Medias: cuando las pendientes están entre el 20% y el 5%.
Suaves: cuando están comprendidas entre el 5% y el 1%.
Despreciables: cuando son menores al 1%.

4.3. DETERMINACIÓN DEL COEFICIENTE DE ESCORRENTÍA


El valor de los coeficientes de escorrentía correspondientes a las diferentes
combinaciones de permeabilidad, cobertura vegetal y topografía vienen dados en las
tablas IV-1 y IV-2 de las siguientes páginas.
En la figura IV-1 se muestra un ejemplo de la subdivisión de una hoya para
calcular su coeficiente C. Para determinar el coeficiente de escorrentía de una
Drenaje vial para ingenieros viales 25

cuenca de área A, se dividirá esta en zonas homogéneas en lo que se refiere a


su coeficiente de escorrentía, es

TABLA IV-1
COEFICIENTE DE ESCORRENTÍA C SEGÚN EL MANUAL DE DRENAJE
Fuente: ref. (10)
PENDIENTE DEL TERRENO
TIPO
COBERTURA PRONUN- DESPRE-
VEGETAL DE ALTA MEDIA SUAVE
CIADA CIABLE
SUELO
50% 20% 5% 1%

Imperm, 0,80 0,75 0,70 0,65 0,60

SIN Semiperm. 0,70 0,65 0,60 0,55 0,50


VEGETACIÓN
Permeable 0,50 0,45 0,40 0,35 0,30

Imperm, 0,70 0,65 0,60 0,55 0,50

Semiperm. 0,60 0,55 0,50 0,45 0,40


CULTIVOS

Permeable 0,40 0,35 0,30 0,25 0,20

Imperm, 0,65 0,60 0,55 0,50 0,45


PASTOS,
VEGETACIÓN Semiperm. 0,55 0,50 0,45 0,40 0,35
LIGERA
Permeable 0,35 0,30 0,25 0,20 0,15

Imperm, 0,60 0,55 0,50 0,45 0,40

HIERBA, Semiperm. 0,50 0,45 0,40 0,35 0,30


GRAMA
Permeable 0,30 0,25 0,20 0,15 0,10

Imperm, 0,55 0,50 0,45 0,40 0,35


BOSQUES,
DENSA Semiperm. 0,45 0,40 0,35 0,30 0,25
VEGETACIÓN
Permeable 0,25 0,20 0,15 0,10 0,05

VALORES DEL COEFICIENTE DE ESCORRENTÍA C PARA ZONAS URBANAS

TIPO DE TERRENO C TIPO DE TERRENO C


Tejados y azoteas 0,85 a 0,95 Caminos de grava 0,30

Patios 0,85 Jardines y zonas verdes 0,30

Pavimentos 0,95 Praderas 0,20


26 Drenaje vial para ingenieros viales

TABLA IV-2
COEFICIENTES DE ESCORRENTÍA SEGÚN INOS y ASCE
Fuente: ref. (8)
USO DE LA TIERRA TIPO DE SUPERFICIE
Centro de la ciudad 0.70-0.95 SUELOS Pend. llana (2%) 0.05-0.10
COMERCIAL Pend. mediana (7%) 0.10-0.15
Alrededores 0.50-0.70 ARENOSOS
Pend. inclinada (>7%) 0.15-0.20
Unifamiliar 0.30-0.50 Pend. llana (2%) 0.13-0.17
SUELOS
Pend. mediana (7%) 0.18-0.22
Multifamiliar separado 0.40-0.60 PESADOS Pend. inclinada (>7%) 0.25-0.35
RESIDENCIAL VÍAS GRAVA
Multifam. Agrupados 0.60-0.75 ------------------------- 0,30

Suburbana 0.25-0.40 PAVIMENTOS Asfalto o concreto 0.70-0.95

INDUSTRIAL Liviana 0.50-0.80 Ladrillos 0.70-0.85


Pesada 0.60-0.90 TECHOS Y
------------------------ 0.70-095
Parques, cementerios 0.10-0.25 AZOTEAS
OTROS
Parques para juegos 0.20-0.35

(Topografía)1
A1⇒ (Cobert. vegetal)1 ⇒ C1
(Impermeabilidad)1
A1
(Topografía)1
A2⇒ (Cobert. vegetal)1 ⇒ C2
A3 (Impermeabilidad)1
(Topografía)1
A3⇒ (Cobert. vegetal)1 ⇒ C3
A2 (Impermeabilidad)1

C= (C1 A1 + C2 A2 + C3A3) / A

Figura IV-1: coeficiente de escorrentía de una cuenca con tres tipos


de características diferentes.

decir, su permeabilidad, cobertura vegetal y topografía. Se medirá las áreas


parciales Ai de cada una de ellas y se les aplicará los coeficientes Ci obtenidos de las
tablas. El coeficiente de escorrentía de toda la cuenca se calculará como el promedio
ponderado de los coeficientes de cada una de las zonas consideradas:
C= (ΣCi . Ai) / A [IV-4]
4.4. INTENSIDAD DE LA LLUVIA

Como ya se dijo, la intensidad de la lluvia es el volumen de agua que se


precipita en la unidad de tiempo que, para la aplicación de la fórmula racional, se
debe expresar en l / s / ha. En su determinación intervienen la frecuencia de diseño,
el tiempo de duración de la lluvia (igual al tiempo de concentración) y la situación
geográfica de la cuenca.
Drenaje vial para ingenieros viales 27

4.4.1. Frecuencia de diseño.

Se llamará frecuencia al que en realidad es el intervalo de recurrencia, esto


es, el máximo tiempo que transcurre entre dos eventos que igualan o sobrepasan
un valor dado. En el proceso del diseño del drenaje vial no se busca el tiempo que
transcurre entre dos lluvias de intensidad conocida, sino la máxima intensidad
de la lluvia que probablemente caiga durante el periodo de diseño. En las tablas IV-
3 a IV-6 se muestran las frecuencias usuales en el drenaje vial.
La intensidad de la lluvia crece conforme crece su frecuencia. En efecto, una
lluvia de frecuencia de dos años, es decir, la máxima que probablemente caerá en
un periodo de dos años, no pasará de un “palo de agua” del que hay que
protegerse bajo un toldo. Es posible que cada diez años (frecuencia de diez años),
caiga una lluvia de mayor intensidad que, por ejemplo, llegue a interrumpir el
tránsito en alguna vía durante largo rato. Así, si seguimos aumentando la
frecuencia, cada vez aumenta la posibilidad de que caiga una lluvia mayor. La
probabilidad de lluvias que puedan producir una tragedia como la de 1999 en el
estado Vargas puede corresponder a una frecuencia de tal vez quinientos años (se
puede producir cada quinientos años) o más. Así pues, para una cuenca dada, el
gasto de diseño dependerá de la frecuencia seleccionada para su obtención.
La protección que brinda el drenaje vial está dirigida en dos direcciones: una,
a la protección estructural o primaria, que se dirige a proteger la integridad física de
las estructuras y, otra, funcional o complementaria, que está destinada a garantizar
el funcionamiento satisfactorio de las vías de comunicación.
La frecuencia de diseño se elige según el grado de protección que se desee
brindar a una estructura o una vía. Si se debe construir una estructura muy costosa,
tal como un puente, se deseará mayor protección, pues su costo de reposición es
muy alto (protección estructural). Por ello, se elegirá una frecuencia mayor que
para una alcantarilla o una cuneta, que se pueden reponer fácilmente en caso de
colapso: al aumentar la frecuencia, se obtiene un gasto mayor, lo que lleva a
proyectar una estructura de mayor tamaño. Puede ocurrir que el colapso de una
obra de drenaje de bajo costo pueda producir inconvenientes graves al tránsito
que circula por una vía, por lo que se deberá prever una frecuencia elevada si se
quiere evitar estos inconvenientes (protección funcional). En consecuencia, una
alcantarilla en una autopista debe calcularse con una frecuencia mayor que una
alcantarilla en una carretera vecinal, pues los daños sufridos por la interrupción
del tránsito son mucho más costosos en la autopista, donde circula un alto
volumen de tránsito, que en la carretera vecinal, donde el volumen de tránsito es
mucho menor. Así pues, la selección de la frecuencia es un acto de ingeniería que
reviste bastante importancia.
En las referencias (8) y (10) se establecen las frecuencias que se debe
adoptar para el diseño de las obras de drenaje más frecuentes, las cuales se
muestran en las siguientes tablas. Los valores mostrados en estas tablas se refieren
a casos generales. En situaciones particulares, se pueden adoptar frecuencias
diferentes a las mostradas: por ejemplo, en una calle ciega, con muy poco tránsito,
tal vez se pueda adoptar una frecuencia menor a la especificada, ya que los daños
28 Drenaje vial para ingenieros viales

pueden ser de poca importancia, mientras que en una avenida de mucha


importancia puede aumentarse la frecuencia para brindar mayor protección.

TABLA IV-3
FRECUENCIAS DE DISEÑO SEGÚN EL MANUAL DE DRENAJES DEL M.O.P.
Fuente: ref. (10)
FRECUENCIA DE DISEÑO (años)
TIPO DE OBRA AUTOPISTAS CARRETERAS
DE DRENAJE
AUT. URBANAS RURALES TIPO A y B TIPO C y D
Y AVENIDAS
Pontones 50 50 50 25
Alcantarillas de
sección transver- 50 25 25 10
sal > 4,00 m2
Alcantarillas de
sección transver- 25 25 15 10
sal < 4,00 m2

NOTA: los puentes deben ser objeto de estudio especial, pero se recomienda que en ningún
caso la frecuencia de diseño sea menor de 50 años.

TABLA IV-4:
LÍMITE DE INUNDACIÓN PERMISIBLE Y FRECUENCIAS EN ZONAS RURALES
Fuente: ref. (10)
FRECUENCIA DE LA LLUVIA
CARACTERÍSTICAS DEL LÍMITE DE LA ZONA INUNDABLE DE DISEÑO
DRENAJE (ancho de la vía en el que se permitirá AUTOP. CARRETERAS
la inundación)
AyB CyD

Borde superior de la cuneta 10 10 10


Drenaje hacia y por las
cunetas en zona de corte Borde superior del hombrillo 25 15 -
Inunda 1,50 m de la calzada 50 25 -
Cuneta de protección de Borde superior de la cuneta 50 50 25
terraplenes
Brocales de protección de El agua llega al tope del brocal o 50 50 25
terraplenes inunda un canal de circulación
Drenajes hacia la ventana de Inunda 1,00 m del ancho de la calzada 25 - -
la isla central
Drenaje vial para ingenieros viales 29

Sumideros colocados en Inund. 1,50 m del ancho de la calzada 50 - -


puntos bajos y depresiones

TABLA IV-5
LÍMITE DE INUNDACIÓN PERMISIBLE Y FRECUENCIAS EN VÍAS DE ZONAS
URBANAS
Fuente: ref. (10)
CARACTERÍSTICAS FRECUENCIA DE LA LLUVIA DE
DISEÑO (años)
DEL LÍMITE DE LA ZONA
INUNDABLE VÍAS AVENIDAS CALLES
DRENAJE
EXPRESAS

Brocales, cunetas 1,50 m del ancho de la calzada 15 10 10


más el ancho de la cuneta
Sumideros ubicados en ptos. 1,50 m del ancho de la calzada 50 25 15
bajos y depresiones más el ancho de la cuneta
Ventanas en la isla central 1,00 m del ancho de la calzada 15 10 -

NOTA: El drenaje superficial de las vías en zonas urbanas debe ser coordinado con las autoridades
competentes de la localidad.

TABLA IV-6
PERIODOS DE RETORNO DEL GASTO DE PROYECTO (AÑOS)
Fuente: Ref. (8)
TIPO DE VÍA
OBRA DE DRENAJE
VÍAS VÍAS MÁS DE 2 2
CAMINOS
FÉRREAS EXPRESAS CANALES CANALES

Drenaje transversal (Función básica)


Viaductos 100 100 100 --- ---
Puentes 100 50 50 25 25
Pontones 50 50 50 25 10
Alcantarillas Q>20 m3/s 50 25 25 25 10
Alcantarillas Q<20 m3/s 25 25 25 10 5
Canales interviales 25 25 --- --- ---
Bateas --- --- --- --- 5
Protección contra socavación (Función básica)
Fundaciones de puentes 100 100 100 50 25
Descargas de alcantarillas 25 25 10 10 5
Terraplenes 50 25 10 10 5
Diques marginales 100 50 50 10 5
Drenaje longitudinal (Función complementaria)
Canales revestidos adyacentes a vía 25 10 10 5 5
Canales revestidos paralelos a la vía 10 10 10 5 5
30 Drenaje vial para ingenieros viales

Canales revestidos de grama --- 10 --- --- ---


Zanjas no revestidas --- --- --- --- 5
Sumideros en la isla central --- 25 --- --- ---
Drenaje de puntos bajos 25 25 25 10 10
Pasos inferiores en distribuidores --- 25 25 --- ---

Es responsabilidad del ingeniero decidir si estos valores son apropiados en los casos
que le toque resolver y, si no lo fueran, adoptar la frecuencia más conveniente en
cada caso, teniendo como base de partida las tablas aquí mostradas.
4.4.2. Tiempo de concentración.

El tiempo de concentración es el que dura el viaje de una gota de agua desde


el punto más alejado de la cuenca hasta la sección en consideración. Como no hay
manera de medir este tiempo para cada cuenca, se emplea un tiempo teórico
calculado mediante fórmulas deducidas experimentalmente.
El Manual de Drenajes (10) da la ecuación del California Culvert Practice, la
más empleada en el país: tc= 0,0195 (L3/H)0,385
[IV-3]
donde tc es el tiempo de concentración, en minutos; L es la distancia entre la
sección en consideración y el punto más alejado de la cuenca, medida en metros a
lo largo del cauce, y H es la diferencia de nivel entre dichos puntos, también en
metros.
Otra ecuación bastante utilizada en cuencas de mayor tamaño es la
desarrollada por el Bureau of Reclamation de los EEUU, la cual es como sigue:
tc= (0,886 L3 / H)0,385 [IV-4]
donde tc viene expresado en horas, L en Km y H en m.
Una forma algo más confiable de calcular el tiempo de concentración tc es
sumando el tiempo de escurrimiento superficial, esto es, el que el agua demora en
escurrirse por las laderas hasta el primer curso de agua, por pequeño que este sea,
con el tiempo que tarda en viajar por ese cauce hasta la sección en que se está
calculando el gasto.
tc= tcs + tv [IV-5]
donde tcs es el tiempo de escurrimiento superficial por las laderas y tv es el tiempo
de viaje por los cursos de agua. Para estimar el tiempo de escurrimiento por las
laderas, se puede utilizar las velocidades de escurrimiento que se muestran en la
ref. (10), las cuales han sido transcritas en la tabla IV-7.

TABLA IV-7
VELOCIDADES DE ESCURRIMIENTO POR LAS LADERAS (m/min.)
Fuente: ref. (10)
PENDIENTE DE COBERTURA VEGETAL
LAS LADERAS
Vegetación densa Pastos o vegeta- Ninguna
% o cultivos ción ligera vegetación
Drenaje vial para ingenieros viales 31

0-5 25 40 70
5 - 10 50 70 120
10 - 15 60 90 150
15 - 20 70 110 180

Otra forma de calcular el tiempo de escurrimiento tcs es usando la ecuación


[IV-5] mostrada en la ref. (8):

Vs = M . S [IV-6]
donde Vs es la velocidad de escurrimiento por las laderas, en m/min.; M es un
coeficiente que depende de la cobertura vegetal, cuyos valores se dan en la tabla
IV-8 y S es la pendiente media de la ladera, obtenida como la diferencia de cota
de las curvas de nivel superior e inferior, dividida por la distancia entre ellas medida
según una normal. Con esta velocidad se puede calcular el término tcs.

TABLA IV-8
VALORES DEL COEFICIENTE M
Fuente: ref. (8)
N° COBERTURA VEGETAL M

1 Bosque húmedo tropical 50


2 Cultivos terraceados, pastos altos, barbecho 100
3 Potreros, pastizales cortos 140
4 Cultivos en hilera 180
5 Ninguna vegetación 200
6 Pavimento o cárcavas incipientes 400

El tiempo de viaje tv se puede calcular utilizando la ecuación de Kirpich:

tv= 0,0195 (L / S )0,77 [IV-6]


donde L es la longitud del cauce medida a lo largo del cauce (en metros) y S= H/L
es su pendiente, calculada como la diferencia de nivel entre sus extremos H
(medida en metros), dividida por la longitud L.

4.4.3. Duración de la lluvia.


Como se dijo anteriormente, la duración de la lluvia se mide desde su
comienzo hasta el momento en que ella que ella deja de ser significativa. Para
efectos de la aplicación de la fórmula racional, la duración de la lluvia se toma igual
al tiempo de concentración de la cuenca, esto es, el tiempo que teóricamente
32 Drenaje vial para ingenieros viales

dura el viaje de una gota de agua desde el punto más alejado de la cuenca hasta el
sitio en consideración. En este tiempo, toda la cuenca estará contribuyendo y,
aunque siguiera lloviendo con la misma intensidad, el gasto no aumentaría. A
continuación se mostrará por qué esto es así (3). Para comenzar, se definirán las
isocronas como las curvas que unen los puntos de una cuenca cuyos tiempos de
concentración son iguales.

Isocrona 3 min.
Área 3

Isocrona 2 min
Área 2
C

Área 1 Isocrona 1 min.


B

BALANCE DE LA LÁMINA DE AGUA

Tiempo Contenido de agua


(min.) Área 1 Área 2 Área 3
t0= 0 10 20 30
t´= 1-δ 20 30 0
t1= 1 11 +20 21+30 31
t”= 2-δ 21+30 31 0
t2= 2 12+21+30 22+31 32
iii
t = 3-δ 22+31 32 0
t3= 3 13+22+31 23+32 33
iv
t = -δ 23+32 33 0
t4= 4 14+23+32 24+33 34
... ... ... ...

Figura IV-2: Cuenca con tiempo de concentración 3 min.

Supongamos una cuenca de área A, como la de la figura IV-2, la cual tiene un


tiempo de concentración de tres minutos. A la misma se le han dibujado
arbitrariamente las isocronas a intervalos de un minuto. Para simplificar el
problema, se supondrá que la intensidad de la lluvia es de 1 mm por minuto que, en
Drenaje vial para ingenieros viales 33

lugar de caer a lo largo del tiempo correspondiente, cae como una lámina
instantánea de un milímetro de espesor cada minuto. En la misma figura aparece
una tabla donde se resume lo aquí descrito.
En el tiempo t0 cae la primera lámina de 1 mm. Si indicamos con un número
el volumen que cayó en cada sub-área en el tiempo que indica el subíndice, en ese
momento, en cada área estará el agua 10, 20 y 30 respectivamente.
En el tiempo t1-δ, un instante infinitesimal δ antes de t=1 min, puesto que el
tiempo de viaje entre cada isocrona es de 1 min, el agua que cayó en el área 1 pasó
por A, la que cayó en el área 2 pasó por B y la que cayó en el área 3 pasó por C,
por lo que en 1 está el agua 20, en 2 está el agua 30 y en 3 no queda agua.
En el tiempo t1= 1 min, cae la segunda lámina de 1 mm, por lo que en 1
estará el agua 11+20, en 2 estará el agua 21+30 y en 3 estará el agua 31.
En el tiempo t2-δ, un instante antes de t= 2 min, el agua 11+20 habrá pasado
por A y al área 1 habrá llegado el agua 21+30; en el área 2 estará el agua 31 y en el
área 3 no habrá agua.
En el tiempo t2= 2 min. cae la tercera lámina de 1 mm. En 1 estará el agua
12+21+30; en 2 estará el agua 22+31 y en 3 estará el agua 32 recién caída.
En el tiempo t3-δ, 12+21+30 habrá pasado por A y en 1 estará 22+31; en 2
estará 32 y en 3 no habrá agua.
En el tiempo t3, cae la cuarta lámina de 1 mm, con lo que en 1 estará el agua
13+22+31; en 2 estará y en 3 estará 33.
Este proceso se puede repetir hasta el infinito, pero por la sección A no
pasará más agua que 1i+2i-1+3i-2, por lo que resulta inútil tomar duraciones de
lluvia superiores al tiempo de concentración de la cuenca.
Si la duración de la lluvia es menor que el tiempo de concentración tc (por
ejemplo, de 1 min), la intensidad es mayor, según ya se dijo, pero mientras dura no
está contribuyendo toda la cuenca, por lo que el gasto en A es menor que con la
lluvia de los tres minutos de duración. Únicamente contribuye toda la hoya cuando
la duración de la lluvia llega al tiempo de concentración. Si la lluvia es de mayor
duración, como se ha visto, no aumenta el gasto en la sección A y, como su
intensidad disminuye, el gasto disminuirá conforme aumenta el tiempo.
Dada la dificultad de establecer el tiempo de concentración en las zonas
urbanas, el tiempo mínimo de duración para áreas pavimentadas menores de 2 has.
será de 5 minutos. Para áreas pavimentadas mayores de 2 has. y áreas mixtas, es
decir con pavimento y zona verde, 10 minutos.
4.4.4. Curvas de intensidad-duración-frecuencia (IDF).
Como se dijo anteriormente, la intensidad de la lluvia disminuye conforme
aumenta la duración de la lluvia y disminuye la frecuencia de diseño. Es por ello que
al proyectista se le presenta la intensidad I mediante varias curvas llamadas de
intensidad-duración-frecuencia (IDF), correspondiendo cada una de ellas a una
frecuencia diferente. Si se dispone de la información de una estación pluviométrica
próxima a la cuenca en cuestión, lo más conveniente es obtener las curvas
correspondientes a ella usando el método de Gumbel.
34 Drenaje vial para ingenieros viales

En el caso de no disponerse de esta información y si la cuenca no es de gran


tamaño, se puede usar las curvas IDF regionales que brinda la bibliografía existente
(6), (7), (8), (9), (10). En la figura IV-3 de la siguiente página se muestra un
ejemplo de las curvas descritas.
Debido a que la curva de la intensidad es asintótica al eje de las ordenadas,
lo cual produciría para tiempos cercanos a cero intensidades cercanas a infinito, se
toma un tiempo de concentración mínimo de 5 min.

4.4.5. Determinación de la intensidad de la lluvia.


La obtención de las curvas IDF mediante la información proveniente de
alguna estación pluviométrica próxima dará una mayor precisión a la determinación
de los gastos de diseño. Para ello, si el calculista no tiene la práctica suficiente, es
recomendable contar con la colaboración de un ingeniero hidrometeorólogo o
hidráulico.

I (l/s(ha) F= 50 años
F= 25 años
F= 15 años

Idiseño

T (min.)
5 min. tc

Figura IV-3: esquema de curvas de


intensidad-duración-frecuencia.

En el caso en que no se disponga de esa información y siempre que las


cuencas sean de pequeño tamaño, se puede utilizar las curvas mostradas en la
bibliografía citada anteriormente. En el Anexo A, al final de este trabajo, se han
incluido las curvas que el Prof. Luis Franceschi publicó en la ref. (8).
Estas son envolventes calculadas a partir de la información suministrada por
las estaciones meteorológicas que existen en una región bastante extensa, por lo
que no tienen la precisión de la curva específica para una estación determinada
próxima a la cuenca en estudio.
Para obtener la intensidad correspondiente a una región, frecuencia y
duración de la lluvia determinada, se elige las curvas IDF correspondientes a esa
región; se entra desde el eje de las abscisas en la duración de la lluvia previamente
determinada y, con una recta vertical, se intersecta la curva de la frecuencia
seleccionada; desde allá, se lleva una recta horizontal hasta intersectar el eje de las
Drenaje vial para ingenieros viales 35

ordenadas, donde se leerá el valor de I en l/s/ha. Las curvas se hacen horizontales


a partir de los 5 min, ya que esa es la duración mínima de la lluvia a utilizar.

4.5. DISCUSIÓN DE LA FÓRMULA RACIONAL

A esta fórmula se la conoce como “racional” únicamente por la coherencia de


dimensiones que presentan los datos que en ella intervienen. La denominación de
racional debería implicar que ella no fuera empírica, pero esto no es así, pues la
determinación del coeficiente de escorrentía C es completamente empírica. También
es empírica la determinación del tiempo de concentración al cual se iguala la
duración de la lluvia.
Como se vio, al utilizar el tiempo de concentración tc, la fórmula racional
toma en cuenta el tiempo de viaje de la escorrentía, pero no tiene en cuenta el
retardo que, debido al efecto de almacenamiento en los cauces, sufre el flujo en los
canales. Este efecto de almacenamiento se puede ilustrar mediante la figura IV-4.

Se vierten 10 lts.
de agua en 1 seg.

La salida demora
mucho más de 1 seg.

Figura IV-4: efecto de almacenamiento en un canal.

Si en una tubería se vierten diez litros de agua en un segundo, el gasto de


entrada será Qe= (Volumen)/(Tiempo)= 10 l/s. Este agua no saldrá
instantáneamente por el otro extremo, sino que primero deberá llenar el tubo para
que se establezca el flujo y, después, demorará un tiempo en vaciarse, por lo que el
tiempo de salida es mucho mayor que el que demoró en entrar. Como
consecuencia, aunque el volumen total que salga sea igual que el de entrada, el
gasto de salida Qs es menor que el de entrada Qe, ya que el tiempo es mucho
mayor. En pequeñas cuencas de no más de 20 has puede despreciarse este efecto,
asumiendo la diferencia de gasto como un factor de seguridad.
Otro factor que la fórmula racional no tiene en cuenta es la frecuencia del
coeficiente de escorrentía. En efecto, C varía con el grado de humedad del suelo y
se supone que adoptará el valor asignado en las tablas únicamente cuando el suelo
esté totalmente saturado. Pero esto no se produce todo el tiempo y es de suponer
que sea más probable que ello ocurra en largas temporadas de lluvia con grandes
precipitaciones. En consecuencia, la frecuencia de la escorrentía será una
combinación de las frecuencias de la lluvia y del coeficiente C y el resultado sería
correcto únicamente si la frecuencia de C fuera de un año, es decir, que todos los
36 Drenaje vial para ingenieros viales

años se alcance el valor asignado en las tablas. La fórmula racional tampoco tiene
en cuenta la disminución de la intensidad de la lluvia con el aumento del área de la
cuenca, pues el valor del gasto calculado corresponde a una lluvia instantánea y
localizada en un punto.
Debido a todas estas observaciones es que se recomienda que la fórmula
racional se utilice únicamente en cuencas de pequeño tamaño.
Drenaje vial para ingenieros viales 37

CAPÍTULO V

LOS HIDROGRAMAS

Puesto que el propósito de este trabajo es describir el diseño hidráulico del


drenaje vial menor, se está excluyendo el estudio de cuencas de gran tamaño. Lo
aquí expuesto se considerará aplicable a cuencas en las cuales se puede aceptar
algunas simplificaciones que resultarían inconvenientes en el estudio de cuencas de
mayor tamaño.
Como ya se dijo, los hidrogramas son gráficos de escorrentía contra tiempo.
Si se dispone de los aforos de un curso de agua, los hidrogramas resultantes se
llaman naturales y su forma dependerá de las características fisiográficas de la
cuenca y las de la lluvia que produce la creciente. Si disponemos de los registros
correspondientes a un lapso suficientemente largo, será posible establecer,
mediante métodos estadísticos, como el de Gumbel, el gasto máximo probable para
una cierta frecuencia y diseñar la estructura adecuada. Desgraciadamente, no es
frecuente disponer de esos aforos pues, aparte de que hay pocos ríos aforados,
gran parte de los cursos de agua que intercepta una carretera son de tipo
intermitente, esto es, que solamente llevan agua cuando llueve.
Para poder calcular los gastos pico de las corrientes se han desarrollado los
llamados hidrogramas sintéticos, obtenidos a partir de los datos disponibles de la
lluvia, la escorrentía y la cuenca. Entre los muchos métodos disponibles, se
describirá el hidrograma triangular y el unitario de C. O. Clark.

5.1. EL HIDROGRAMA TRIANGULAR


El hidrograma triangular es el de obtención más sencilla, pues únicamente se
debe conocer duración D de la lluvia; la precipitación neta, es decir, el volumen de
la lluvia que conforma el escurrimiento superficial, expresado por su altura Q; el
área A de la cuenca y el tiempo de concentración tc. El resultado es un hidrograma
triangular que describe el comportamiento de una creciente, tal como se puede ver
en la figura V-1.
38 Drenaje vial para ingenieros viales

Precipitación neta

D/2 TL
Q

qp

T
D

Tp Tr

Tb

Figura V-1: Dimensiones del hidrograma triangular.


Fuente: ref. (11)

Los elementos se calculan de la siguiente manera:


Tp= D/2 + TL [V-1]
TL= tc /1,67 [V-2]
Tb= 2,67 Tp [V-3]
qp= 0,191 A . Q / Tp [V-4]
Tp= tiempo que transcurre desde el comienzo de la lluvia hasta que se produce el
gasto máximo, en horas.
TL = retraso, demora del pico de la creciente medida desde el centro de la duración
de la lluvia, en horas.
D = duración de la lluvia, en horas.
tc = tiempo de concentración, en horas.
Tb= longitud de la base en tiempo del hidrograma, en horas.
qp= gasto pico, en m3/s.
A = área de la cuenca, en km2.
Q= altura de la precipitación neta, es decir, la resultante de restar al volumen total
de la precipitación la parte correspondiente a la intercepción, evapotrans-
piración, almacenaje e infiltración, en mm. En hoyas pequeñas se puede utilizar
Q= QTOTAL X C (coeficiente de escorrentía).
Drenaje vial para ingenieros viales 39

5.2. SUMA DE HIDROGRAMAS


Si por cada uno de dos cursos de agua que confluyen en un punto llegan al
mismo tiempo crecientes con hidrogramas diferentes, el hidrograma resultante de la
confluencia será la suma de las ordenadas de los hidrogramas afluentes (figura V-
2). Si por uno de ellos llega la creciente con cierto retardo T con respecto del otro,
el hidrograma resultante también será la suma de ambos hidrogramas, pero esta

Hidrograma A+B

Hidrograma A

Hidrograma B

Figura V-2: suma de hidrogramas simultáneos.


vez
desplazando las abscisas del segundo con respecto al primero un tiempo igual al
retardo con que haya llegado a la confluencia (figura V-3).

Hidrograma A+B

Hidrograma B

Hidrograma A

t
T

Figura V-3: suma de hidrogramas desplazados


un tiempo T
40 Drenaje vial para ingenieros viales

5.3. EL HIDROGRAMA UNITARIO

Cuando el hidrograma se calcula con una lámina de agua de 1 mm de altura


se le llama hidrograma unitario. Si se conoce el hidrograma natural de un curso de
agua cuya forma presente un solo gasto pico, se podrá deducir el hidrograma
unitario del mismo dividiendo el valor de cada ordenada por la altura de la lámina
que lo produjo. Este hidrograma unitario servirá para calcular el hidrograma
correspondiente a cualquier lluvia simplemente multiplicando sus ordenadas por la
altura de la lámina de una nueva lluvia.

5.4. LAS ISÓCRONAS


Las isócronas son curvas trazadas sobre un plano de forma tal que,
teóricamente, todas las gotas que caigan sobre una de ellas demoran el
mismo tiempo en llegar hasta una cierta sección del cauce. Para cada tiempo
de concentración habrá una isócrona y suelen ser trazadas a intervalos fijos
predeterminados. Para ello, se supone que la velocidad del agua a lo largo de
todos los cauces de la cuenca es uniforme. Se llama intervalo al tiempo de
viaje entre dos isócronas. Para obtener un plano de curvas isócronas se
procede de la siguiente manera (figura V4):

Isocrona t4

Divisoria de hoya Cursos de agua

Isocrona t3

Isocrona t2

Isocrona t1

Sección en la que
se desea calcular
el gasto

Figura V-4: plano de isócronas. La distancia entre las isócronas, medida a


lo largo de los cauces, es aproximadamente la misma y corresponde al
espacio recorrido por la escorrentía en el intervalo tu seleccionado.
Drenaje vial para ingenieros viales 41

a) Se calcula el tiempo tc de concentración de la cuenca. Como es sabido, este


tiempo corresponde al que demora en llegar una gota de agua que cae en el
extremo más alejado a la sección en consideración.
b) Se determina el intervalo tu que separará a las isócronas de forma que, en lo
posible, el tiempo de concentración tc resulte ser múltiplo del mismo. Dividiendo
el tiempo de concentración por ese intervalo, sabremos el número de isócronas
que deberemos dibujar. El número mínimo de intervalos es cuatro. Por ejemplo,
para un tiempo de concentración de 21 min. se podrá dividir en siete isócronas
con intervalo de 3 min.
c) Dividiendo la longitud del cauce principal por el número de isócronas, se
obtendrá la separación que, medida a lo largo de este cauce, debe haber entre
ellas.
d) Mediante un compás de punta seca, se marca sobre el cauce principal los
lugares por donde pasará cada una de las isócronas.
e) A partir de cada una de estas marcas del cauce principal y con la misma
abertura del compás, se marcará el paso de las isócronas por cada uno de los
cursos de agua afluentes.
f) Finalmente, se unen los puntos de los cauces con el mismo tiempo de
concentración, obteniéndose así las isócronas.

5.5. EL HIDROGRAMA UNITARIO SINTÉTICO. MÉTODO DE C.O. CLARK.


La precipitación caída en cada una de las áreas comprendidas entre dos
isócronas consecutivas generará un hidrograma y la suma de todos ellos,
debidamente desplazados en el tiempo, generará el hidrograma de toda la cuenca.
Para tener en cuenta el efecto almacenador de la hoya se supone que el caudal va a
transitar por un embalse que estuviese ubicado en la sección para la que se desea
calcular el hidrograma.
A continuación se describirá el procedimiento para desarrollar el hidrograma
unitario sintético de C. O. Clark, el cual se ilustra con el ejemplo desarrollado en el
punto 5.5.3. Las columnas que se citan en el texto corresponden a la tabla V-2.
5.5.1. Histograma de % de área vs. tiempo.
Una vez trazadas las isócronas, se mide el área total de la cuenca y la de las
sub-áreas determinadas por cada dos curvas consecutivas (columna 2). Se calcula
el porcentaje que cada una de estas sub-áreas representa con respecto al área total
y se obtiene el histograma de porcentaje de área contra tiempo (col.3).
5.5.2. Tránsito según método de Muskingum.
Para tener en cuenta el efecto almacenador de la cuenca, se aplica al
histograma así obtenido el método de Muskingum, llamado así por haberse
desarrollado para la cuenca del río del mismo nombre. Según este método:
O2= C0 I2 + C1 I1 + C2 O1 [V-5]
donde O2= caudal efluente del embalse en el tiempo t2; O1= ídem para t1;
I2= gasto afluente al embalse en el tiempo t2; I1= ídem para t1.
C0, C1 y C2 son coeficientes cuyos valores se calculan como:
42 Drenaje vial para ingenieros viales

Δt − 2KX
C0= [V-6]
2K(1− X ) + Δt
Δt + 2 KX
C1= [V-7]
2 K (1 − X ) + Δt
2 K (1 − X ) − Δt
C2= [V-8]
2 K (1 − X ) + Δt
donde Δt = tiempo entre gastos O e I consecutivos.
X= coeficiente.
K= constante de almacenamiento que es proporcional al tiempo de
concentración tc y puede ser obtenido de la figura V-5 o calculado como:
K= tc / 0,6 [V-9]

Figura V-5: constante K de Muskingum. Fuente: ref. (8)

La ecuación [V-5] describe el almacenamiento producido por el tránsito de un


gasto por el cauce de un río o canal.
El efecto de almacenamiento de una cuenca se supone igual al tránsito de un
río a través de un embalse. En este caso, el coeficiente X= 0 y, entonces, C0, C1 y
C2 se calculan como:
C0 = C1= 0,5 Ti / (K + 0,5 Ti) [V-10]
C2 = (K – 0,5 Ti) / (K + 0,5 Ti) [V-11]
Donde Ti= tiempo entre isócronas
Drenaje vial para ingenieros viales 43

K = constante de almacenamiento, ya descrita.


El caudal efluente O2 es la nueva ordenada del histograma expresada en
porcentaje del área. Para comenzar, cuando t1=0, se supone O1= 0.
Se debe cumplir que
C0 + C1 + C2= 1 [V-12]
Como lo que se está manejando es un histograma, Ii = Ii+1 y la ecuación
[V-5] se puede escribir como:
O2= 2 C1 I + C2 O1 [V-13]
donde I= I1= I2 es la ordenada del histograma de porcentaje de área. En la primera
iteración, O1= 0 (col. 4). En las demás iteraciones se toma O1 igual al O2 de la
anterior iteración (col. 5).
Una vez obtenidas las ordenadas O2, se llevan de porcentaje de área a metros
cúbicos por segundo por milímetro de precipitación (m3/seg./mm) multiplicando las
ordenadas O2 por el término EU, lo que las convierte en unitarias:
Área de la cuenca (km2) x 10
EU= [V-14]
Ti (tiempo entre isócronas, en segundos)
Para terminar, como todo lo hasta aquí descrito se refiere a un histograma, se
calculan las ordenadas correspondientes a las isócronas como el promedio de las ordenadas
contiguas (col. 7).

5.5.3. Ejemplo resuelto.


A continuación se mostrará el cálculo del hidrograma unitario sintético según el
método de C.O. Clark, para el río Tuy en Tazón (2), cuyos resultados se muestran
en la tabla y las figuras al final del capítulo. La información básica es la siguiente:
Cota extremo superior= 800 m Cota extremo inferior = 320 m
Diferencia de cotas H = 480 m Longitud del cauce = 77 Km
2
Área = 1.180 km Lluvia de duración 1h = 2,38 mm
5.5.3.1. Isócronas
Aplicando la ecuación del Bureau of Reclamation, el tiempo de
concentración es tc= (0,886 x 773 / 480)0,385= 13,38 ≅ 13 horas. Se tomó
Ti= 1 hora, lo que arroja 13 isócronas (figura V-7).
5.5.3.2. Tránsito según Muskingum.
Los coeficientes C, K y EU se calcularon como sigue:
De la figura V-5, K= 4,8
C0= C1= 0,5 x 1 / (4,8 + 0,5 x 1)= 0,094
C2= (4,8 - 0,5 x 1) / (4,8 + 0,5 x 1)= 0,811
EU= 1180 x 10 / 3600= 3,278
5.5.3.3. Cálculo del hidrograma unitario.
44 Drenaje vial para ingenieros viales

Se anotó previamente en la tabla V-2 el número de isócrona en la


columna 1, las áreas parciales en la columna 2 y los porcentajes del área
total que ellas representan en la columna 3.
Se inicia el cálculo aplicando la ecuación [V-13] con I= 0,60 (col. 3) y
O1= 0 (col. 4), lo que arroja un primer valor de O2= 0,11 (col. 5). Para el
segundo cálculo, se hace (O1)2= (O2)1= 0,11, anotándolo en la columna 4.
Se aplica de nuevo la ecuación [V-13], esta vez con todos sus términos y
el nuevo O2 se anota en la columna 5.
Una vez terminado este proceso, se multiplica el histograma transitado
(col. 5) por EU para encontrar las ordenadas del histograma unitario en
m3/s/mm (col. 6). Por fin, para encontrar las ordenadas correspondientes
a los tiempos múltiplos de tu, se encuentra el promedio entre ordenadas
consecutivas del histograma, cuyo resultado corresponde al hidrograma
unitario, expresado en m3/s/mm (col. 7).
5.5.4. Duración de un hidrograma.
La duración de un hidrograma es igual a la de la lluvia que lo origina. Así, si
la lluvia es de 10 minutos de duración, al aplicarla al hidrograma unitario, el
hidrograma resultante será, también, de 10 minutos de duración. En el caso de
grandes cuencas, se debe trabajar con lluvias de gran duración, a veces de varias
horas. Sin embargo, como el alcance del drenaje superficial solamente considera
hoyas de pequeño tamaño, no resulta necesario trabajar con esas duraciones. En el
caso en que la lluvia no sea uniforme a lo largo del tiempo, habrá que aplicar al
mismo hidrograma precipitaciones de diferentes alturas pero de la misma duración:
en ese caso, se calculan varios hidrogramas a los que se aplica independientemente
cada una de las láminas al hidrograma, sumándose luego los hidrogramas
resultantes desplazados en un tiempo igual a la duración de cada uno de ellos.
5.6. APLICACIÓN DEL HIDROGRAMA UNITARIO DE C. O. CLARK
Para obtener el hidrograma producido por una cierta lluvia en una
cuenca determinada, al hidrograma unitario de Clark previamente calculado se le
aplica la lámina de lluvia producida por una tormenta de diseño (figura v-8).
Para ello, se debe contar con información de alguna estación pluviométrica
cercana, a partir de la cual se puede determinar la lluvia de diseño correspondiente
a la frecuencia que se haya elegido para el diseño. A esta lámina se le debe
descontar las pérdidas por almacenamiento, evaporación, infiltración, etc., y se
trabajará con el excedente de lluvia, el cual vendrá medido en milímetros de altura
de la lámina. Multiplicando cada una de las ordenadas del hidrograma unitario por la
lámina del excedente de lluvia se obtendrá el hidrograma de duración igual a la de
la lluvia empleada. Para aplicar este método se debe manejar con cierta soltura los
datos pluviométricos, por lo que, si el calculista no tiene la práctica suficiente, es
conveniente que busque la asesoría de un especialista.
Sin embargo, como en la mayor parte de los casos el ingeniero vial solamente
se deberá enfrentar a cuencas de pequeño tamaño, se puede trabajar también con
las curvas de intensidad-duración-frecuencia (IDF) de que se disponga. Para ello, se
procederá de la siguiente manera:
Drenaje vial para ingenieros viales 45

Se saca de las curvas IDF las intensidades de lluvia correspondientes a las


duraciones tu, 2tu, 3tu, etc. Multiplicando las intensidades por esas duraciones, se
obtendrán los volúmenes de precipitación en cada intervalo tu, 2tu, etc. Restando
dos volúmenes consecutivos, se obtiene el volumen correspondiente a cada
intervalo tu empleado. En la tabla VI-1 se muestra un ejemplo calculado.
Supongamos que las curvas IDF de la figura VI-6 son las que corresponden a
la región donde se va a calcular la lluvia y que la frecuencia elegida es de 10 años.

Figura V-6: curvas IDF empleadas en el ejemplo.

TABLA V-1
OBTENCIÓN DE LAS ALTURAS DE LAS LÁMINAS DE PRECIPITACIÓN A PARTIR DE
LAS CURVAS IDF.
1 6 7
2 3 4 5
N° Área I áreas efectivas
efectiva
tU tC (min) I (l/s/ha) Vol. (l/ha) ΔVol. (l/ha) (l/s/ha)

1 225.000 375
tu 10 375 225.000
2 105.000 175
2 tu 20 275 330.000
3 57.000 95
3 tu 30 215 387.000
4 45.000 75
4 tu 40 180 432.000
Volumen total: 432.000

Supongamos, también, que el tiempo total de concentración es tc= 40 min. y


que se adopta tu= 10 min, lo cual implica cuatro áreas efectivas.
46 Drenaje vial para ingenieros viales

En la columna 3 se anotaron el tiempo de concentración en minutos de cada


área efectiva, correspondiente al múltiplo de tu del borde aguas arriba de cada una
de ellas. Con estos tiempos, se buscan en las curvas IDF para F= 10 años las
intensidades en l/s/ha correspondientes y se anotan en la columna 4. El volumen
expresado en l/ha será: Vol. (l/ha)= I (l/s/ha) x 60 (s/min.) x 10 (tu= 10 min.), el
cual se anota en la columna 5 (col. 5= col. 3 x col. 4 x 60). Se hallan los
volúmenes correspondientes a cada área efectiva como las diferencias entre los
volúmenes de l/ha contiguos y se anotan en la columna 6. Estos volúmenes se
llevan a intensidades dividiéndolos por tu expresado en segundos y se anotan en la
columna 7: Col 7= {col. 6 / [tu (min.) x 60 (s/min.)]}. Si se aplican estas
intensidades a cada tu y se suman los resultados, se encontrará que el volumen
total no varió.
11.2.2. MÉTODO DE LAS ÁREAS EFECTIVAS
Este método, desarrollado por J. J. Bolinaga para ser empleado en el
proyecto de drenajes de Barcelona - Puerto la Cruz en el año 1975. Aunque
destinado fundamentalmente para ser aplicado en áreas urbanas, tal como se
describirá en el próximo capítulo, puede ser aplicado en casos en los que resulte
difícil aplicar el método de C. O. Clark, en el cual se basa. Para ello, se procede de
la siguiente manera:
1. Se subdivide la hoya en áreas efectivas mediante isocronas, buscando a lo largo
de los cauces puntos que tengan igual tiempo de concentración mediante la
aplicación de la ecuación IV-5, tal como se describió en el capítulo IV, o
estimando la velocidad del agua en los cauces. En el caso de que el área así
determinada resulte excesiva, se puede subdividir mediante líneas
sensiblemente normales a ellas. En el extremo superior de la hoya puede
resultar un área cuyo tiempo de concentración resulte menor al intervalo tu.
2. El volumen de la precipitación se determinará de la misma manera que para el
Hidrograma unitario de C. O. Clark.
Drenaje vial para ingenieros viales 47

Figura V-7: Hoya del río Tuy en Tazón.


Fuente: Ref. (2)

TABLA V-2
CÁLCULO DE HIDROGRAMA UNITARIO SINTÉTICO SEGÚN EL
MÉTODO DE C.O. CLARK
(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7)
AREAS ORDENADAS HIDROG. UN.
Ti (h) Km2 % AREA O1 (%A) 02 (%A) m3/s/mm m3/s/mm
0 0
7 0,6 0 0,11 0,36
1 2,46
48 Drenaje vial para ingenieros viales

82 6,9 0,11 1,39 4,56


2 6,10
75 6,4 1,39 2,33 7,64
3 8,64
66 5,6 2,33 2,94 9,64
4 12,64
149 12,7 2,94 4,77 15,64
5 19,16
190 16,2 4,77 6,92 22,68
6 23,80
125 10,6 6,92 7,60 24,91
7 26,44
146 12,5 7,60 8,52 27,93
8 28,16
110 9,3 8,52 8,65 28,35
9 27,68
77 6,5 8,65 8,24 27,01
10 25,87
57 4,8, 8,24 7,54 24,72
11 24,16
66 5,6 7,54 7,20 23,60
12 22,14
30 2,5 7,20 6,31 20,68
13 18,73
6,31 5,12 16,78
14 15,19
5,12 4,15 13,60
15 12,33
4,15 3,37 11,05
16 10,00
3,37 2,72 8,95
17 8,10
2,72 2,21 7,24

TABLA V-2 (Continuación)


CÁLCULO DE HIDROGRAMA UNITARIO SINTÉTICO SEGÚN EL
MÉTODO DE C.O. CLARK
(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7)
AREAS ORDENADAS HIDROG. UN.
Ti (h) Km2 % AREA O1 (%A) 02 (%A) m3/s/mm m3/s/mm
Drenaje vial para ingenieros viales 49

2,72 2,21 7,24


18 6,57
2.21 1.80 5.90
19 5.35
1,80 1,46 4,79
20 4,33
1,46 1,18 3,87
21 3,51
1,18 0,96 3,15
22 2,86
0,96 078 2,56
23 2,32
078 0,63 2,07
24 1,87
0,63 0,51 1,67
25 1,51
0,51 0,41 1,34
26 1,23
0,41 0,34 1,11
27 1,00
0,34 0,27 0,89
28 0,81
0,27 0,22 0,72
29 0,66
0,22 0,18 0,89
30 0,54
0,18 0,15 0,49
31 0,44
0,15 0,39

Q (m3/s/mm)
30

25

20
50 Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales 51

3. Se calcula el gasto generado por cada una de las áreas efectivas, aplicando para
ello la fórmula racional:
Qi= Ci . I . Ai
Donde Qi es el gasto en l/s, Ci es el coeficiente de escorrentía y Ai es el área en
has, todos ellos correspondientes a la subárea i.
4. Con los gastos Qi se construyen los hidrogramas de cada una de las subáreas, tal
como se ve en la figura V-9 .
a) En el caso en que el tiempo de concentración de la subárea sea igual al
intervalo (tc= tu) el Hidrograma será un triángulo isósceles cuya base será 2tu
y su altura Qi.
b) En el caso en que el tiempo de concentración de la subárea sea menor al
intervalo (tc>tu), el Hidrograma será un trapecio cuya base mayor será tu +
tc su base menor tu- tc y su altura Qi.

tu-tc 5. Si se empleara un patrón de lluvias


como el descrito en el punto V-6, se
plantearían tantos hidrogramas par-
ciales como lluvias diferentes apli-
Qi Qi cadas. Sumándose todos ellos debi-
damente desplazados se obtendría
el Hidrograma parcial correspondien-
2tu tu+tc te a esa sub-área.
tu = tc tu > tc

Figura V-9 : hidrogramas parciales

6. Se suman los hidrogramas parciales desfasados n.tu en el tiempo, según su


distancia al punto en que se va a calcular el gasto, obteniéndose el hidrograma
total de la hoya.
7. Por último, se modifica el Hidrograma así obtenido para tener en cuenta el efecto
de almacenamiento, empleando para ello el método de Muskingum mediante las
ecuaciones V-5, V-6, V-7 y V-8, con un coeficiente X igual a 0,3.
52 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO VI

HIDROLOGÍA DE LAS ÁREAS URBANAS

Los hidrogramas sintéticos descritos en el capítulo anterior son aplicables


principalmente en hoyas rurales bien definidas, con cauces bien determinados,
onduladas y con cobertura vegetal y suelos naturales. Desgraciadamente, el
proceso mundial de urbanización hace que cada vez las áreas urbanas sean de
mayor extensión y más pobladas, llegando a albergar a un alto porcentaje de los
habitantes de un país. Aunque en las áreas urbanas puede haber cuencas que
cumplan con las condiciones de las hoyas rurales, lo usual es que ellas sean el
paradigma de la intervención humana: topografía modificada por el movimiento de
tierra, suelos impermeabilizados por el pavimento, cobertura vegetal casi
extinguida en gran parte de su superficie, etc.
Esta situación ha conducido al desarrollo de métodos diferentes para estudiar
la hidrología urbana y poder determinar los gastos de diseño de las hoyas
urbanizadas. Entre ellos destacan dos que, por su sencillez de aplicación, serán
descritos en el presente capítulo: el primero es el método del sumidero,
desarrollado por la Universidad Johns Hopkins para la ciudad de Baltimore a partir
de 1951, descrito en la ref. (5), y, el segundo, el método de las áreas efectivas,
desarrollado por Juan J. Bolinaga I. para el proyecto de drenajes de Barcelona-
Puerto la Cruz y descrito en la ref. (9).
6.1. EL MÉTODO DEL SUMIDERO

En el caso de zonas urbanas en las que no esté definida qué parte de la


superficie de una manzana drena hacia una estructura, se dividirá dicha manzana
mediante líneas rectas que formen bisectrices en los ángulos de la manzana y
rectas que unan las intersecciones de dichas bisectrices entre sí, tal como se
puede apreciar en el esquema.

En una zona urbana, los factores hidrológicos influyen solamente en la


concentración de la escorrentía en la superficie, ya que la parte que transcurre en
las redes de tuberías se rige por principios hidráulicos dependientes de las
características de las tuberías, sus pendientes, diámetros, rugosidad, etc.
Drenaje vial para ingenieros viales 53

Mediante este método se puede estimar la atenuación del gasto pico


proveniente de un sumidero y la prolongación de la base de tiempo del hidrograma
correspondiente. Se describirá, en primer término, el procedimiento completo para,
después, exponer el procedimiento simplificado, de resultados comparables y de
mucha mayor sencillez.
6.1.1. Procedimiento
Mediante este método se encuentra la amortiguación que, al transitar por las
tuberías de la red de drenaje, sufre el gasto pico de la hoya de un sumidero
calculado mediante la fórmula racional.
Se ha encontrado una fuerte correlación entre el gasto pico que se produce
en un sumidero y la máxima intensidad de lluvia de 5 min de duración. El gasto pico
en un sumidero se calcula mediante la fórmula racional:
Qi= Ci . I5 . Ai [VI-1]
3
donde Qi es el gasto en ft /s que llega al sumidero i cuya hoya es de área Ai, en
acres, con un coeficiente de escorrentía Ci y una lluvia I5 correspondiente a la
duración mínima de 5 min. expresada en inch/h.
Expresando la intensidad I5 en l/s/ha y el área Ai en hectáreas, el gasto en
ft3/s viene dado por la ecuación
Qi (ft3/s)= 0,035 . Ci . I5 (l/s/ha) . Ai (has) [VI-2]
Con este gasto se construye un hidrograma (figura VI-1) consistente en un
triángulo isósceles cuya base es el tiempo 2T, siendo T el tiempo, en minutos. Este
tiempo T es el que transcurre desde el comienzo hasta el final de la lluvia intensa y
no es fácil de determinar. Está relacionado, de alguna manera, con el tiempo que
demora en producirse el gasto pico a partir del momento en que el agua empieza a
llegar al sumidero.
Q Q

Qi

Q0

t t

T T T+0,8 L/V T

Figura VI-1 Figura VI-2


Fuente: Ref. (5)
54 Drenaje vial para ingenieros viales

Sin embargo, lo que interesa determinar es el hidrograma en un punto de la


red de drenaje situado aguas abajo del sumidero. Para ello, se modifica la rama
ascendente del hidrograma (figura VI-2) sumándole a T una cantidad igual a
0,8 L / V, donde L= longitud del conducto desde el sumidero hasta el punto en que
se desea encontrar el gasto, en metros y V= velocidad media del flujo, en m/seg.

El gasto pico se amortigua por su tránsito a través de las tuberías y su valor


se calcula mediante la ecuación [VI-3]:

2T
Q0= Qi [VI-3]
L
2T + 0,8
V
Q

Suma de los hidrogramas


Triangulares 1,2 y 3

(Q0)2
(Q0)3
(Q0)1

Figura VI-3: hidrograma total producto de la suma de los hidrogramas


locales. Fuente: ref. (5)

La referencia (9) hace T= tc= tiempo de concentración y, como la fracción


L/V es igual al tiempo de viaje por las tuberías, L/V= tv. Así, la ecuación [VI-3] se
expresa como
2t c
Q0= Qi [VI-4]
2t c + 0,8t v
Se halla un hidrograma triangular para cada sumidero y, finalmente, se
suman los hidrogramas así modificados, obteniéndose el correspondiente al lugar en
que se está calculando el gasto (figura VI-3).
Drenaje vial para ingenieros viales 55

6.1.2. Procedimiento simplificado.

En el procedimiento descrito se hace necesario plantear y sumar los


hidrogramas transitados para cada sumidero, mientras que en el procedimiento
simplificado que aquí se describirá se usa la siguiente ecuación:
Qt= Ft . Σ Qi [VI-5]
donde Qt es el gasto máximo en el punto de diseño; Ft es un factor de atenuación y
Qi son los gastos individuales no amortiguados de los sumideros, calculados
mediante las ecuaciones [VI-1] o [VI-2].
Los valores del coeficiente adimensional Ci utilizado en esas ecuaciones se
obtienen de la figura VI-4 en función de la intensidad I5 de la lluvia de duración
5 minutos, expresada en pulgadas por hora, y la impermeabilidad, es decir, la

Ci Impermeabilidad

0.4

I5

Figura VI-4: Curvas de coeficientes de escorrentía vs. intensidad de la


lluvia de 5 min. para diferente impermeabilidad. Fuente: ref. (5)
proporción de superficie impermeable de cada sub-área. Los valores de Ci
mayores de 1 se refieren a intensidades más altas que la correspondiente a la
duración de 5 minutos, ocurridas en el transcurso de esos 5 minutos.
En la figura VI-5 se da un gráfico para hallar los valores de Fi en función de la
relación L / V y el tiempo T descrito en el punto anterior.
6.1.3. Limitaciones del método simplificado

El método simplificado del sumidero puede dar resultados satisfactorios para


el cálculo de gastos en áreas urbanas siempre que se respeten los siguientes límites
en su aplicación:
a) El área a drenar debe ser del tipo urbano residencial con calles pavimentadas y
sumideros y sistema de tuberías adecuados.
b) La sub-área correspondiente a un sumidero no debe superar las 1,2 has.
56 Drenaje vial para ingenieros viales

c) El área total a drenar no debe superar las 256 has, aproximadamente.


d) La longitud de recorrido no debe ser mayor de 1.500 m y la velocidad del agua
no mayor de 1,2 m.
e) Las zonas impermeables deben estar comprendidas entre el 30% y el 60%.
f) Las pendientes de la red de tuberías deben estar entre el 2% y el 7%.
g) Los techos deben tener inclinación suficiente como para no retener una cantidad
apreciable del agua.
h)

Figura VI-5: curvas de L/V vs.


Fi para valores de T de 15, 20,
25 y 30 minutos. Fuente: ref.
(5).

h) Las áreas permeables deben estar soportadas por estratos arcillosos del
subsuelo.
i) La intensidad de la lluvia de 5 min. de duración debe ser de por lo menos 75
mm/hora (3 inch/hour).
Drenaje vial para ingenieros viales 57

CROQUIS SIN ESCA LA


Á rea a
drenar
A B C D

Calles
E F G H

D ivisoria
I J K L M de hoya

Colector

Q Sum idero
N O P

Punto en que se calculará el gasto

Figura VI-6: área a ser drenada.


TABLA VI-1
CÁLCULO DE Qt POR EL MÉTODO DEL SUMIDERO, SIMPLIFICADO
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
SUB- ÁREA I5 Imperm. Qi Li T V L/V Qt
ÁREA has l/s/h m2/m2 Ci ft3/s m min m/s min Ft ft3/s

A 0,83 450 0,50 0,62 8.10 350 30 1,50 4,92 0,93 130,33

B 0,85 450 0,30 0,40 5,35 287 30 3,00 2,46 0,96 134,53

C 0,91 450 0,49 0,61 8,74 287 15 1,50 4,92 0,87 121,92

D 0,79 450 0,30 0,40 4,98 443 15 3,00 2,46 0,93 130,33

E 1,19 450 0,30 0,40 7,50 255

F 1,20 450 0,42 0,53 10,02 178 Qt max: 134,53 ft3/s= 3817 l/s

G 1,08 450 0,45 0,58 9,87 190 Qt min: 121,92 ft3/s= 3459 l/s

H 0,65 450 0,50 0,62 6,35 376 DIF= 358 l/s

I 1,13 450 0,50 0,62 11,03 170 ≈ 9,4 %

J 1,17 450 0,25 0,38 7,00 98

K 0,76 450 0,50 0,62 7,42 98

L 0,88 450 0,51 0,63 8,73 187

M 0,90 450 0,55 0,67 9,50 267

N 1,02 450 0,50 0,62 9,96 80

O 0,94 450 0,55 0,67 9,92 20

P 1,20 450 0,51 0,63 11,91 35

Q 0,53 450 0,35 0,45 3,76 317

TOTAL 16,03 140,14 443 m= Lmax


58 Drenaje vial para ingenieros viales

6.1.4. Ejemplo ilustrativo.

En la figura VI-6 se muestra un croquis de la zona urbanizada de 16,3 has


para la que se quiere obtener el gasto de diseño en el punto marcado. En la tabla
VI-1 se muestran los cálculos efectuados. A continuación se describe el
procedimiento de cálculo empleado.
Columna (1): Se escribe los nombres de las diferentes sub-áreas.
Columna (2): Se llena con la superficie Ai de cada sub-área, en has.
Columna (3): Se llena con la intensidad I5, correspondiente a la intensidad de la
lluvia de duración 5 min. y la frecuencia de diseño seleccionada.
Columna (4): Se escribe la proporción impermeable de cada sub-área, en m2 /
m2.
Columna (5): Se registra los coeficientes de escorrentía Ci, obtenidos de la figura
IV-4 de acuerdo con la intensidad I5 y la impermeabilidad de cada
sub-área.
Columna (6): Se calcula el gasto Qi (ft3/s) en cada sumidero, empleando la
ecuación [IV-2].
Columna (7): Se anotan las distancias Li en m que hay entre cada sumidero y el
punto en el que se desea conocer el gasto y que debe recorrer el
flujo a través de las tuberías.
Columna (8): A partir de esta columna, se comienza el cálculo de la
amortiguación del gasto pico, utilizando para ello la distancia entre
el sumidero más alejado de la sección en que se está calculando el
gasto y el tiempo T. Este tiempo no es fácil de determinar. En este
ejemplo se emplearon los tiempos extremos de 15 y 30 min. y se
puede apreciar la influencia de este factor en el resultado final.
Puesto que en la ref. (9) se emplea t= tc, este puede ser una
indicación de cual es el tiempo más conveniente. En todo caso,
como el cálculo es muy sencillo, no cuesta mucho trabajo hacer los
cálculos necesarios con varios valores de T para establecer la
sensibilidad del resultado a los diferentes tiempos.
Columna (9): Se anotan las velocidades V promedio estimadas del agua según las
pendientes del terreno para la sub-área más alejada de la sección
donde se está realizando el cálculo. En este ejemplo se utilizaron
dos velocidades para cada tiempo T, pudiéndose apreciar la
variación de la amortiguación como consecuencia de las diferentes
velocidades y tiempos T.
Columna (10): Se calcula la relación L / V en minutos para la misma sub-área.
Columna (11): Se obtiene de la figura IV-5 los factores de amortiguación Ft para
los diferentes valores de T y L/V.
Columna (12): Se anotan los valores de Qt calculados mediante la ecuación [IV-2].

De los resultados obtenidos se puede apreciar que la diferencia entre los


valores extremos, correspondiente a las condiciones extremas de {T= 30 min. y V=
10 pies/seg} Vs. {T=15 min y V= 5 pies/seg}, es del 9% aproximadamente.
Drenaje vial para ingenieros viales 59

7.4. EL MÉTODO DE LAS ÁREAS EFECTIVAS EN ÁREAS URBANAS


Este método fue desarrollado por J.J. Bolinaga para ser empleado en el
proyecto de drenajes de Barcelona-Puerto la Cruz, en el año 1975. Es una
combinación de la aplicación de la fórmula racional, el método del sumidero y el
hidrograma unitario de C.O. Clark. Con él se pretende eliminar las restricciones de
área del método racional, así como considerar el efecto de almacenaje de las hoyas
y la posibilidad de aplicar lluvias diferentes en el tiempo y el espacio, que la fórmula
racional no toma en cuenta. Puesto que está básicamente destinado al drenaje
urbano, se considera que la escorrentía correrá por tuberías, pero también puede
ser aplicado suponiendo que le flujo corra por canales abiertos.
Como en el método de C.O. Clark, el área total se dividirá en sub-áreas,
llamadas áreas efectivas, mediante líneas que, a manera de isocronas, determinen
tiempos de concentración a intervalos iguales tu, medidos a lo largo de las tuberías
o canales. Así se obtendrán líneas cuyos tiempos de concentración serán tu, 2tu, 3tu,
..., ntu. Las áreas efectivas así obtenidas deberán ser homogéneas, de forma que
los tiempos de concentración superficial tcs en toda su área sean iguales. A
continuación, se calcula su gasto y se les aplica el método del sumidero, en el caso
de tuberías, o el de Muskingum con x=0, en el caso de canales, para amortiguar sus
gastos pico hasta llegar a la sección cuyo gasto se quiere averiguar.
Para calcular los gastos de cada área efectiva se utiliza la fórmula racional:
Q= C . I . A
6.2.1. Determinación de la red de drenaje.
De acuerdo principalmente con la topografía del terreno, se trazan sobre los
planos de planta los conductos de drenaje necesarios, siguiendo los criterios que
establece el I.N.O.S. en sus “Normas de proyecto de alcantarillados” (13). Es
conveniente, también, señalar con flechas el sentido en que corren las aguas por la
superficie del terreno, para así facilitar la determinación de las áreas efectivas
(figura VI-10).

6.2.2. Tiempo de concentración.


Se debe recordar, en primer lugar, la definición de tiempo de concentración
tc, en minutos, dado en la ecuación [V-5]:
tc= tcs + tv
Después de establecer la red de conductos (tuberías o canales abiertos) a
través de los cuales se va a drenar el terreno, se procede a calcular el tiempo de
concentración tc máximo de toda la hoya. Este será el tiempo de viaje tv
correspondiente al extremo aguas arriba del conducto más largo, sumado con el
tiempo de concentración superficial tcs del área situada aguas arriba de ese
extremo. El tiempo tcs se puede hallar mediante las figuras VI-7 y VI-8 de las
siguientes páginas. En la figura VI-8 se puede encontrar tanto el tiempo de
concentración superficial tcs como el tiempo de viaje tv. Este último puede ser
calculado también con la longitud del conducto, asignándole al flujo una velocidad
media de acuerdo con las características de pendiente del terreno y tipo de
conducto que se piensa emplear.
60 Drenaje vial para ingenieros viales

6.2.3. Determinación de la lluvia de diseño


Si se dispone de datos de alguna estación pluviométrica cercana, se procede
a su análisis y la obtención de las curvas de intensidad-duración-frecuencia (IDF).
En el caso en que no se disponga de esa información, situación frecuente para el
ingeniero vial, se puede trabajar con las curvas de intensidad-duración-frecuencia
regionales de que se disponga.
Una vez obtenida la intensidad correspondiente a la duración total tc y la
frecuencia que se haya adoptado, se puede aplicar dicha intensidad a toda el área a
drenar o, si tc es bastante largo y se desea obtener resultados algo más elaborados,
se puede obtener la intensidad según se describió en el punto 5.6. Puesto que se va
a aplicar la fórmula racional, es conveniente obtener las intensidades en l/s/ha.
6.2.4. Determinación de las hoyas afluentes a los colectores
Se debe trazar las líneas que delimitan las áreas contribuyentes a cada tramo
de tubería proyectado, pues muchas de ellas coincidirán con las líneas divisorias de
las áreas efectivas. Como generalmente no se dispone de suficiente información
topográfica y catastral como para poder determinar los linderos de cada propiedad y
hacia donde drenan las aguas de la parte interior de las manzanas, estas hoyas se
determinan arbitrariamente según se explicó en el punto 6.1. La figura VI-9
muestra un ejemplo de división de hoyas para una parte de una ciudad.
6.2.5. Subdivisión del área total en áreas efectivas.
Las áreas efectivas estarán definidas por unas líneas similares a las
isocronas de los hidrogramas. Estas líneas son aquellas en las que el tiempo de
concentración superficial tcs más el tiempo de viaje tv a lo largo de los conductos son
iguales.
El tc total se subdivide en espacios de tiempo tu, medidos a lo largo de los
conductos y generalmente no mayores a 15 o 20 minutos, los cuales serán el
intervalo entre las líneas que, a manera de isocronas, determinarán las áreas
efectivas, es decir, de igual tiempo de concentración. Así, estas líneas
corresponderán a tiempos de concentración iguales a tu, 2tu, 3tu,..., ntu.
El procedimiento de trazado de dichas líneas es parecido también al de las
isocronas. En la figura VI-10 se muestran las áreas efectivas correspondientes a la
ciudad mostrada en la figura VI-9:
Drenaje vial para ingenieros viales 61

Figura VI-7: Tiempo de concentración superficial en función de la distancia,


la pendiente del terreno y el coeficiente C de escorrentía.
Fuente: ref. (9)
62 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura VI-8: Ábaco para el cálculo de los tiempos de concentración


superficial y de viaje. Fuente: ref. (9)
Drenaje vial para ingenieros viales 63

Figura VI-9: Plano de una ciudad en el que se han planteado ciertos


colectores de drenaje y se ha demarcado sus hoyas afluentes.
64 Drenaje vial para ingenieros viales

3a

3b 2a
4

2b

3c

2c

Figura VI-10: El mismo plano de la ciudad de la figura anterior, en el que


se han marcado las áreas en que los tiempos de concentración tc
medidos desde 1 son múltiplos de tu.
Drenaje vial para ingenieros viales 65

1) Se establece la velocidad del flujo en los conductos según las características


topográficas.
2) De acuerdo con estas velocidades, se calcula la distancia que recorrerá el flujo
en el intervalo tu previamente adoptado.
3) A partir del punto en que se desea conocer el gasto se va llevando estas
distancias a lo largo de los conductos con la ayuda un compás de puntas secas,
marcando así su intersección con las “isocronas”.
4) Uniendo estas intersecciones mediante una línea quebrada que siga las divisorias
de hoya de cada tramo de tubería se obtendrá la línea que delimita el área
efectiva.
5) En el extremo superior de las tuberías puede quedar un tramo de conducto
menor que el intervalo establecido para tu, por lo que el área efectiva así
determinada tendrá un tiempo de concentración menor que el tu establecido.
6.2.6. Determinación del gasto de diseño
Una vez definidos tanto las intensidades de las lluvias como las áreas
efectivas, se calcula mediante la fórmula racional el gasto máximo aportado en el
punto de salida de cada una de ellas.

Con los gastos calculados se preparan hidrogramas triangulares, con forma de


triángulos isósceles, cuyo gasto pico es el calculado mediante la fórmula racional y
la base es igua a 2tu, tal como se muestra en la figura VI-11 de la siguiente página.
En el caso de las áreas situadas en el extremo superior de un colector que tengan
un tiempo de concentración tc´ menor a tu, se usará un hidrograma trapecial en
lugar del triangular. Este tendrá como base mayor una longitud de tu + tc y como
base menor una longitud de tu – tc .
Una vez obtenidos estos hidrogramas para cada área efectiva, se amortigua
su gasto pico mediante el método modificado del sumidero, aplicando la ecuación
[VI-6]:
Qt= Ft . Σ Qi
66 Drenaje vial para ingenieros viales

Q Q

Qi Qi

t
t tu tu tc

tu tc

Q Q

Qa Qa

Qa

tc + 0,8 tv tv tc + 0,8 tv tu - tc tu

Figura VI-12: Amortiguación del gasto y retardo del pico de la


creciente por el efecto almacenador de la hoya. Fuente: Ref. (9)
Drenaje vial para ingenieros viales 67

Precipitación efectiva
mm
tu tu Hidrogramas amorti-
guados y desplazados
tiempos múltiplos de tu
1 2
Tiempo
Qi Qa

tu tu tu tiempo tu tu tu tu tu tu tiempo

Qt

Suma de los
hidrogramas
Hidrogramas triangulares
correspondientes a las
lluvias 1 y 2, obtenidos
mediante la fórmula
racional y desplazado el
segundo un tiempo tu.

tiempo

Figura VI-13: suma de los hidrogramas de las áreas efectivas.


Fuente: Ref. (9)
68 Drenaje vial para ingenieros viales

donde el término Fi se encuentra en la figura VI-5 y Qi son los gastos calculados


mediante la fórmula racional. Finalmente se modifica su base según lo indicado en
la figura VI-11. En el caso en que se aplicaran dos o más lluvias de duración tu, se
generarán igual número de hidrogramas para cada área efectiva, construidos tal
como lo descrito anteriormente, pero uno estará desplazado con respecto al otro un
tiempo tu,.
A continuación, se desplazan los hidrogramas así obtenidos en tiempos
iguales a sus tiempos de viaje (figura VI-12), los cuales resultarán múltiplos de tu,
excepto el primero, que no tiene tiempo de viaje por estar inmediatamente aguas
arriba del punto en que se desea encontrar el gasto. Si se aplicó unicamente una
lluvia de duración tu, aparecerá un solo hidrograma para cada área efectiva. Si se
aplican dos o más lluvias de esa misma duración, aparecerán tantos hidrogramas
como lluvias aplicadas, desplazados tu en el tiempo, tal como se muestra en la
figura VI-13. Por último, se obtiene el hidrograma suma de los anteriores sumando
las ordenadas que tengan tiempos iguales.
En el caso en que los colectores no fueran tuberías sino canales abiertos, para
amortiguar el pico del hidrograma se puede aplicar el método de Muskingum tal
como se explicó en el capítulo anterior.
Drenaje vial para ingenieros viales 69

TERCERA PARTE

HIDRÁULICA DE LOS CANALES


70 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO VII

ALGUNOS PRINCIPIOS DE HIDRAULICA

Aunque el proyecto del drenaje vial menor no exija conocimientos hidráulicos


profundos, es evidente que resulta imprescindible tener un bagaje mínimo que
permita al proyectista comprender los problemas involucrados en su trabajo y la
lectura comprensiva de libros de texto que amplíen su horizonte teórico.
Los programas de mecánica de los fluidos e hidráulica que se imparten en los
estudios de pregrado parecen brindar estos conocimientos mínimos. Sin embargo,
nada tiene de raro que un ingeniero vial no se haya paseado por esa teoría desde
sus tiempos de estudiante. Es por ello que en este trabajo se incluye una parte que
tiene como objetivo servir de repaso de los conceptos fundamentales de la
hidráulica relacionados con el tema del drenaje vial, limitándose el texto a las
formas más sencillas de las ecuaciones.
Es de hacer notar que el ingeniero que pretenda proyectar y calcular las
estructuras hidráulicas de las vías debe necesitar una mejor formación que la que
aquí se brinda, por lo que no debe vacilar en recurrir a cualquiera de los excelentes
libros de texto que existen en el mercado, de los cuales recomendamos las ya
clásicas referencias (14), (15), (16), (17) y (18).

7.1. DEFINICIONES.
7.1.1. Tipos de flujo
• Línea de corriente. Es una línea que en cada uno de sus puntos tiene la
dirección del vector velocidad del flujo, es decir, es tangente a dicho vector.
• Flujo permanente. Se dice que el flujo es permanente cuando, en un punto de
la línea de corriente, el vector velocidad asociado con él no cambia ni de
magnitud ni de dirección con el transcurso del tiempo.
• Flujo no permanente. Es aquel en que el vector velocidad en uno de sus
puntos cambia de magnitud o dirección a lo largo del tiempo.
• Flujo uniforme. Es aquel en que el vector velocidad no cambia ni de magnitud
ni de dirección a lo largo de una línea de corriente.
• Flujo no uniforme. Es aquel en que el vector velocidad cambia de tamaño o
dirección a lo largo de la línea de corriente.

• Tubo de corriente. Es una parte del flujo


determinada en su extremo anterior por
Δ A1 Δ A2 un elemento transversal normal a las
V1 V2
líneas de corriente, de área ΔA1, y en su
extremo posterior por otro de área ΔA2.
Las líneas de corriente contenidas en su
Figura VII-1: el tubo de corriente contorno forman teóricamente las paredes
de un tubo que no puede ser traspasado
. por ninguna línea de corriente interior a él
Drenaje vial para ingenieros viales 71

7.1.2 El caudal o gasto

El gasto Q es el volumen de fluido que pasa por una


1 2 sección de un conducto en la unidad de tiempo.
Q= volumen / tiempo.
En una sección de área A, el volumen entre las
A
secciones 1 y 2 será igual a A.ds y el gasto
Q= A . ds / dt. ⇒ Q= A . V [VII-1]
ds

• Velocidad media. La velocidad media V es el valor medio de la velocidad del


flujo en una sección del conducto. Esta es la velocidad que se empleará en los
cálculos a lo largo de este trabajo. V= m/s.
• Área de la sección transversal. Es el área A de una sección transversal del
flujo, normal a su dirección. A= m2.
• Perímetro mojado. Es la longitud P mojada por el flujo en el contorno de una
sección transversal del conducto. P= m.
• Radio hidráulico. Es la relación entre el área y el perímetro: R= A / P= m
9.9.2. Energía
Energía es la capacidad de un cuerpo para producir un trabajo. La energía
hidráulica presenta tres formas diferentes:
• Energía potencial. Es la proveniente de la altura en que, con relación a un
origen o datum, se encuentre el caudal y es equivalente a la necesaria para
elevar el fluido desde el datum hasta esa altura.
• Energía cinética. Es la proveniente de la velocidad del flujo y una función de
dicha velocidad.
• Energía de presión. Es la producida por la presión del fluido sobre su contorno
o sobre otras láminas del mismo fluido.
7.2. DISTRIBUCIÓN DE LAS VELOCIDADES EN UNA SECCIÓN
Teóricamente, se considera un flujo ideal aquel que no tiene viscosidad, es
decir, que no sufre de fricción con los borde sólidos de su contorno. En esas
condiciones, la distribución de la velocidad de un flujo en un canal sería rectangular,
tal como se muestra en la figura VII-2 a).

a) Flujo ideal b) Flujo real


Figura VII-2: flujo ideal y flujo real
72 Drenaje vial para ingenieros viales

Sin embargo, como consecuencia de la viscosidad del fluido, el flujo real sufre
la resistencia producida por su fricción con el contorno sólido, por lo que la
distribución de las velocidades es parabólica, tal como la mostrada en la figura
VII-2 b).
7.3. TIPO DE FLUJO EN CANALES
Tal como se describió para las líneas de corriente, el régimen del flujo en un
canal abierto puede ser:
• Permanente, si la velocidad media en una sección es constante a lo largo del
tiempo.
• No permanente, si la velocidad media en la sección varía a lo largo del tiempo.
• Uniforme, cuando la velocidad media, en un mismo instante y en secciones
diferentes a lo largo del mismo canal, es constante.
• No uniforme, cuando en un mismo instante y en secciones distintas, la
velocidad es diferente.
En un canal de sección constante, el flujo es permanente cuando la altura y
del agua en una sección del mismo es constante. Q= V.A ⇒ si V es constante y A es
constante, entonces y también es constante. Por el contrario, será no permanente
si la altura y varía con el tiempo.
En el mismo canal, el flujo es uniforme cuando la altura del agua no varía a lo
largo de su recorrido. V1 A1= V2 A2 ⇒ si V1 = V2, A1 = A2 y y1 = y2. Si la altura y no
varía a lo largo del canal, el flujo será uniforme.
Según estas definiciones, el régimen del flujo podrá presentar las siguientes
combinaciones:
⎧Uniforme
⎧Permanente ⎨
⎪ ⎩No uniforme (variado)
RÉGIMEN ⎨
⎪ ⎧Uniforme (no existe en la realidad)
⎩No permanente ⎨
⎩No uniforme (variado)
Es decir que, en la naturaleza, puede encontrarse flujos con régimen
“permanente y uniforme”, “permanente y no uniforme” y “no permanente y no
uniforme”. Entre las simplificaciones que se harán para estudiar el drenaje
superficial, se considerará siempre al flujo como “permanente y uniforme”, aunque
en la realidad el flujo producido por las lluvias no lo es.
7.4. CONTINUIDAD
Para el empleo que se va a hacer de la hidráulica en este trabajo, se ha
considerado suficiente exponer la continuidad de un flujo en su forma más sencilla.
En un conducto cualquiera, en el cual no hay salida ni entrada de fluido y
suponiendo a este incompresible [fig. VII-3 a)], se deberá cumplir que, en dos
secciones consecutivas del mismo:
Q1= Q2 ⇒ V1 A1= V2 A2 [VII-2]
Drenaje vial para ingenieros viales 73

donde V es la velocidad media en una sección de área A.

Si a un conducto cuyo gasto es


a) Flujo uniforme
Q1 llega un gasto Q2 (fig. V-3
Q1 Q2 b), se tendrá que

b) Flujo afluente c) Bifurcación


Q3= Q1 + Q2 [VII-2a]
Si en un conducto de gasto Q1
Q1 Q3 Q1 Q3
se deriva un gasto Q2, el gasto
Q2 Q2 Q3 (fig. VII-3 c) que pasa será
igual a
Q3= Q1 – Q2 [VII-2b]
Figura VII-3: continuidad en el flujo.

7.5. ECUACIÓN DE BERNOUILLI

Debemos recordar que la energía no se destruye, sino que se transforma. La


ecuación de Bernouilli o de la energía plantea este principio. Para un flujo ideal
uniforme y permanente, donde no existiría la pérdida Δh producida por la fricción
con el contorno consecuencia de la viscosidad, la ecuación, aplicada a las secciones
1 y 2 de un canal (fig. VII-4), sería:

Línea de energía
1 2
Δh
V12/2g
V22/2g
P1/γ
P2/γ

Z1 Z2
Datum

Figura VII-4: ecuación de Bernouilli.

2 2
P1 V1 P V
+ Z1 + α = 2 + Z2 + α 2
γ 2g γ 2g
donde P= presión hidrostática en un punto de la sección; γ= peso específico del
fluido; Z= cota del punto en consideración, medida desde el datum; α= aceleración
de Coriolis; V es la velocidad media en la sección y g= aceleración de la gravedad.
La línea total E muestra la energía disponible en cada punto, resultante de sumar
74 Drenaje vial para ingenieros viales

los tres tipos de energía en cada sección: P/γ es la energía de presión; V2/2g es
la energía cinética y Z es la energía potencial.
Cuando la sección del canal es uniforme o presenta pocas variaciones de una
a otra sección, el coeficiente de Coriolis α se puede considerar igual a 1 y, como en
la realidad el flujo no es ideal sino que es viscoso, se presentan pérdidas de energía
por fricción, representadas en la figura VII-4 por el término Δh. Así pues, para
efectos prácticos, la ecuación de Bernouilli adquiere la forma siguiente:
2 2
P1 V P V
+ Z1 + 1 = 2 + Z2 + 2 + Δh [VII-3]
γ 2g γ 2g
Todos los términos de esta ecuación son distancias que representan
alturas.

7.6. ENERGÍA ESPECÍFICA EN UN CANAL RECTANGULAR

Sea un flujo de profundidad y que corre por un canal abierto con una
velocidad media V. Se define la energía específica E como la energía de dicho flujo
medida tomando como datum el fondo del
cauce y referida a un punto de la superficie V2
E= y + [VII-4]
del flujo, con lo que Z= y y P/γ= 0 (fig. VII- 2g
5).
Se llamará gasto unitario q de
E un canal rectangular de ancho b al
que pasa por una parte de la
sección transversal de ancho igual
V2/2g
a la unidad (fig. VII-6). Si el gasto
total es Q, este gasto será q= Q/b.
y Datum
Q= V . A ⇒ V= Q / A
Para el gasto unitario q,
Aq= y . 1= y

Figura VII-5: energía específica. entonces, V= q/y.

Así, la ecuación VII-4 se puede


escribir como:
q2
E= y + [VII-5]
1 2 gy 2
Esta ecuación permite representar
la energía E en un canal
rectangular como función de la
q y

b
Figura VII-6: canal rectangular.
Drenaje vial para ingenieros viales 75

profundidad y para un gasto q unitario constante. Como la ecuación VII-5 es de


segundo grado, para cada valor de la energía E se encontrará dos valores de la
profundidad y.
Si para un gasto unitario q1 constante vamos asignando valores a E, para
cada uno de ellos se encontrará dos valores ya y yb de la profundidad. Llevándolos a
un gráfico se representa la curva de la profundidad y contra la energía E que se
muestra en la figura VII-7.

y La presencia de dos alturas


diferentes para un solo valor de E con
Q constante se puede comprender
visualizando el resalto hidráulico que
se forma aguas abajo de una
compuerta, tal como se muestra en la
q1 q2 figura VII-8, aunque el ejemplo no es
exacto, pues en el resalto hay una
ya
pérdida de energía.
En este ejemplo podemos ver
que, para una energía aproximada-
y cr
yb mente igual y un gasto constante, se
producen dos alturas muy diferentes,
E cr y1 y y2 llamadas conjugadas. Al
aumentar la altura y, aumenta el
área. Para Q constante disminuye la
Figura VII-7: curva de la
velocidad (Q= V.A) y, por tanto,
energía específica. disminuye la energía cinética. Consi-
guientemente, esa parte de la energía
E cinética V22/2g pasa a ser potencial.
1 2

V22/2g
V12/2g
y2
y1

Figura VII-8: alturas diferentes


para igual energía. Profundidades
conjugadas.
76 Drenaje vial para ingenieros viales

7.7. LA VELOCIDAD CRÍTICA

Cuando la energía E es mínima, las dos soluciones de la ecuación V-5 son


iguales. En ese momento se dice que el flujo, la velocidad y la profundidad, son
críticos. De mismo modo, se llama pendiente crítica a aquella que, para una sección
y gasto dados, produce una velocidad crítica.
La energía mínima para un canal rectangular se obtiene derivando la ecuación
VII-5 con respecto a y, con q constante e igualando a 0:
dE q2 q2
=1– =0⇒ ycr= 3
[VII-6]
dy gy 3 g
Despejando q2 en VII-6 y sustituyendo en VII-5, obtenemos la energía
mínima para un canal rectangular:
3
Emin= ycr [VII-7]
2
Despejando q2 de VII-5, derivando con respecto a y e igualando su valor a 0
se obtendrá el valor máximo de q:
q2 2 2 3 dq 2
E= y + ⇒ q = 2gEy – 2gy ⇒ = 4gEy – 6gy2 ⇒ 4E – 6y= 0⇒
2 gy 2 dy
2
y= E [VII-7a]
3
Se puede observar que esta ecuación [VII-7a], es la misma que la [VII-7], lo
que significa que la profundidad crítica representa tanto la energía mínima, como la
altura del caudal unitario q máximo que puede pasar por esa sección para una
energía específica dada. Así, podremos decir que
2
ycr= E [VII-8]
3
Si conocemos la energía en una sección rectangular, podemos determinar la
altura crítica que le corresponde o si, por el contrario, conocemos la altura crítica
(por ejemplo en una caída), podemos determinar la energía en esa sección.
La velocidad media en condiciones de flujo crítico se llama velocidad crítica.
Igualando la energía deducida en la ecuación [VII-7] con la energía específica:
2 2
3 V 1 V
Emin= ycr= ycr + cr ⇒ ycr= cr ⇒ Vcr= gy cr [VII-9]
2 2g 2 2g
En hidrodinámica se demuestra que la celeridad C con que se desplaza la
onda resultante de una perturbación al flujo es C=, es decir, que el flujo crítico se
desplaza con la misma velocidad que dicha onda.
Drenaje vial para ingenieros viales 77

7.8. EL NÚMERO DE FROUDE

Se debe tener en cuenta que las deducciones hechas hasta ahora se refieren
a canales rectangulares.
Se define como número de Froude F la relación entre la velocidad media de
un flujo con respecto a la celeridad de la onda.
V
F= [VII-10]
gy
Así pues, cuando la velocidad y la profundidad son críticas (V= Vcr y y=
ycr), del número de Froude es igual a la unidad (F=1). Si la velocidad media del
flujo es mayor que la velocidad crítica (F>1), se dice que el flujo es supercrítico. Si
la velocidad media del flujo es menor que la crítica (F<1), se dice que el flujo es
subcrítico.

V V

a) V= 0 b) F<1 c) F>1
Figura VII-9: desplazamiento de las ondas producidas
por la perturbación del flujo.

Cuando ocurre una perturbación en un fluido en reposo, las ondas que se


producen son circulares, con velocidad de desplazamiento igual en todas las
direcciones (figura VII-9a). Cuando ocurre la misma perturbación en un flujo con
velocidad subcrítica, la velocidad de desplazamiento de la onda será la resultante de
sumar las velocidades del flujo y de la onda, con sus signos (figura VII-9b). Así
pues, hacia aguas arriba, la velocidad de la onda será menor que hacia aguas abajo,
resultando las ondas con forma alargada. Si la velocidad del flujo es supercrítica,
puesto que ella es mayor que la celeridad de las ondas, estas solamente se
desplazarán hacia aguas abajo porque la suma de las velocidades hacia aguas arriba
será siempre negativa (figura VII-9c). Esto ocurre con cualquier tipo de
perturbación: en el flujo subcrítico, la perturbación se transmite hacia aguas arriba
y, en flujo supercrítico, hacia abajo.
78 Drenaje vial para ingenieros viales

7.9. NÚMERO DE FROUDE EN CANALES NO RECTANGULARES.


En canales no rectangulares, se puede escribir:

2 Q2
2 2 2 V2 Q2
Q=V .A ⇒V = 2 E= y+ =y+
A 2g 2gA2
Con Q= constante e igualando a 0 la derivada de E con relación a y y siendo
T el ancho de la superficie del flujo (figura VII-10):

dE Q 2 dA
=1–
T dy gA3 dy
dA= T dy ⇒ dA/dy= T
dy
dE TQ 2
=1– =0
Q, A dy gA3

TQ 2
=1 [VII-11]
Figura VII-10: canal no gA3
rectangular.

Cuando se cumpla esta ecuación, la energía será mínima y el flujo crítico. Si


se desea trabajar con la velocidad crítica, se sustituye Q2 / A2 = V2 en la ecuación
⎡T ⎤
2
Vcr
⎢ A⎥ = 1 [VII-11]
g ⎣ ⎦ cr
Asimilando la sección transversal a un rectángulo y llamando a la relación
A / T= ym, profundidad hidráulica media, se tendrá que:
2
Vcr
= (ym)cr ⇒ Vcr= g ( ym )cr [VII-12]
g
que tiene la misma forma que la ecuación [VII-9] y Recordando que ym= A/T,
V V2 V 2T Q 2T
F= ⇒ F2= = =
gym g
A gA gA3
T
Así pues, el número de Froude quedará definido para una sección no
rectangular como:
Q 2T
F= [VII-13]
gA3
7.10. SECCIONES DE CONTROL

Se dice que una sección es de control cuando en ella existe una relación
definitiva entre la descarga y la altura del flujo. Debido a esta cualidad, se
establecen en ellas las estaciones de medición del caudal.
Drenaje vial para ingenieros viales 79

En las secciones en que el flujo es crítico, la profundidad crítica no depende


de las condiciones del sitio, por lo que la relación entre caudal y profundidad es
independiente de la rugosidad u otras condiciones no controlables. Es por ello que
estas son secciones de control en las que la relación entre la altura y el gasto es
unívoca: a una altura de agua corresponde un gasto determinado.
Para la medición del flujo se construyen secciones de control mediante
vertederos, estrechamientos, elevación del fondo, en fin, mediante estructuras que
provoquen el flujo crítico. Midiendo en ellas la altura del agua, se puede establecer
el gasto que pasa en un momento dado.

8.2. EL RESALTO HIDRÁULICO

1 2
Para quien desee estudiar el resalto
hidráulico se recomienda las referencias
Q F2
(14), (15) o cualquier otra de que disponga
F1 A1, y1, V1 A2, y2, V 2
el lector, ya que el alcance de este trabajo
no llega hasta esos temas.

Figura VII-11: esquema del A partir de la ecuación del


resalto hidráulico
movimiento se llega a las siguientes
Para encontrar la altura conjugada en un resalto.que
relaciones Si se conocen
pueden ser las características
empleadas para
del flujo hacia aguas arriba:
y2
y1
=
1
2
(
− 1 + 1 + 8F1
2
) [V-14a]

si se conocen las características del flujo hacia aguas abajo,

y1
y2
=
1
2
(
− 1 + 1 + 8F2
2
) [V-14b]
80 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO VIII

FLUJO UNIFORME EN CANALES ABIERTOS

Para que el flujo sea uniforme se debe cumplir que la sección transversal, la
profundidad del flujo, la velocidad y el caudal del canal sean constantes. Como
consecuencia, la línea de la energía, la superficie del flujo y el fondo del canal deben
ser paralelos.
Solamente en teoría existen el flujo uniforme o el permanente, pues esos
casos no se presentan en la naturaleza, ya que las precipitaciones, fuente de donde
proviene el caudal, son absolutamente irregulares y, por tanto, generan caudales
también irregulares e intermitentes. Sin embargo, para efectos del
dimensionamiento los de pequeños canales del drenaje superficial se simplificará el
cálculo suponiendo que el flujo es siempre uniforme y permanente.
Así pues, en este capítulo se describirá la manera de dimensionar pequeños
canales de drenaje, que son los que generalmente discurren a lo largo de las
carreteras y se suelen construir con fondo fijo, es decir, recubiertos de concreto. A
los ingenieros viales y, en general, a los ingenieros civiles no hidráulicos, se les
recomienda de nuevo prudencia para tratar problemas de canales con fondo móvil,
desviaciones de cursos de agua, canales con grandes gastos, etc, en cuyo diseño es
preciso tener en cuenta criterios que van más allá de las simplificaciones que aquí
se harán.
8.1. LA FÓRMULA DE CHEZY
En 1768, el ingeniero francés Antoine de Chezy, a partir de sus observaciones
de los ríos que le tocó vigilar, estableció la fórmula empírica que lleva su nombre:

V= C RS0 [VIII-1]

donde V= velocidad media del flujo, en m/s; R= radio hidráulico, en m; S0=


pendiente longitudinal en m/m y C= coeficiente de Chezy.
En los últimos siglos se ha intentado demostrar esta fórmula y mejorarla,
pero ello no ha sido logrado hasta la fecha. Únicamente se ha encontrado diversas
maneras de establecer el valor del coeficiente C de Chezy.
8.2. LA ECUACIÓN DE MANNING
En 1891, se atribuyó erróneamente al ingeniero irlandés R. Manning la
deducción que para el coeficiente C de Chezy hicieran los alemanes Glaucker y
Hagen:
R1 / 6
C= [VIII-2]
n
en la que R= A/ P es el radio hidráulico y n un coeficiente de rugosidad del contorno
que depende de las características físicas del mismo. Introduciendo [VIII-2] en
[VIII-1], se obtiene la llamada ecuación de Manning:
Drenaje vial para ingenieros viales 81

R 2 / 3S 1 / 2
V= [VIII-3]
n
Esta ecuación describe el flujo el flujo normal de un canal, es decir, el flujo
uniforme y permanente correspondiente a las características físicas del canal. En él
no hay aceleración, por lo que la ecuación de Manning expresa el equilibrio. Aunque
existen numerosas formas de determinar el coeficiente de Chezy, esta es la
expresión más usada en la actualidad para determinar la velocidad del flujo y, por lo
tanto, los gastos en un canal abierto. Ello es debido a su sencillez y al hecho de que
el coeficiente de rugosidad n ha sido muy estudiado, por lo que se dispone de
valores para una gran cantidad de materiales que pueden formar el contorno del
canal.
El radio hidráulico R= A/P expresa la eficiencia de la sección pues, para un
cierto tamaño de área, cuanto más pequeño sea el perímetro mojado, menor será la
resistencia de la fricción y mayor el radio hidráulico, aumentando la velocidad y, en
consecuencia, el gasto.
8.3. SECCIÓN HIDRÁULICAMENTE ÓPTIMA DE UN CANAL
Se considerará óptima a la sección que produzca el menor costo posible en
excavación y recubrimiento, es decir, a la que tenga el área y el perímetro de su
sección transversal mínimos para un gasto dado. Aplicando la ecuación [VIII-3] y
despejando el área, se obtiene lo siguiente:
2/3
⎛ A⎞
A ⎜⎜ ⎟⎟ S 1 / 2 3 5
AR 2 / 3 S 1 / 2 ⎝ p⎠ ⎛ Qn ⎞
Q=V.A= = ⇒= ⎜ 1/ 2 ⎟ P2 / 5 [VIII-4]
n n ⎝S ⎠
Esta ecuación muestra que, para un
canal y gasto dados, cuando el área sea
mínima, el perímetro mojado también será
mínimo.
m
y 1
A= by + my2
α [VIII-5]
b Como se puede ver en la figura
VIII-1, se puede expresar el área y el
Figura VIII-1: canal trapecial. perímetro mojado de un canal en función
de la profundidad y:
P= b + 2y 1 + m2
[VIII-6]
Despejando b en [VIII-6] e introduciéndolo en [VIII-5],

b= P – 2y 1 + m2 [VIII-7]
A= y (P-2y 1 + m 2 ) + my2 = Py – 2y2 1 + m 2 + my2 [VIII-8]
82 Drenaje vial para ingenieros viales

Según las ecuaciones [VIII-4] y [VIII-8],


3/5
⎛ Qn ⎞
A= ⎜ ⎟ P 2 / 5 = Py – 2y2 1 + m 2 + my2 [VIII-9]
⎜ S 1/ 2 ⎟
⎝ 0' ⎠
Derivando la ecuación [VIII-9] con respecto a y:
3/5
dP ⎛ Qn ⎞ dP
y + P – 4y 1 + m 2 + 2my = 2/5 ⎜ ⎟ P2/5
dy ⎜ S 1/ 2 ⎟ dy
⎝ 0' ⎠
dp
Para calcular el perímetro mínimo, hacemos =0⇒
dy
Pmin= 4y 1 + m 2 - 2my [VIII-10]
El radio hidráulico óptimo Rop se obtendrá utilizando en la ecuación R= A / P para el
área A la expresión [VIII-9] y para el perímetro mojado P la [VIII-10]:

A (4 y 1 + m 2 − 2my ) y − 2 y 2 1 + m 2 + my 2
Rop= = =
Pmin 4 y 1 + m 2 + 2my
4 y 2 1 + m 2 − 2my 2 − 2 y 1 + m 2 + my 2
2

4 y 1 + m 2 − 2my
Par y
a Rop= [VIII-11]
b un 2
can A= by : P= b+2y ⇒
al
rec Rop= y/2= by / (b+2y) ⇒
y tan b= 2y [VIII-12]
gul
ar Para un canal trapecial, cuando el
m=
Figura VIII-2: canal 0 perímetro mojado sea mínimo, conside-
rectangular. y, raremos a la sección como óptima.
ent
onces, derivando la ecuación [VIII-10] con respecto a m e igualándolo a cero,
obtendremos:
dP 4 ym
= -2y=0 ⇒ m= 1/ 3
dm 1 + m2

de la figura VIII-1, tg α= 1/m= 3 ⇒ α= 60°, lo que indica que, de todas las


secciones trapeciales, la sección semi-exagonal es la óptima. Esta inclinación del
talud es difícil de conseguir debido a las limitaciones que impone la estabilidad de
los taludes, por lo que este resultado no es de aplicación práctica.
Drenaje vial para ingenieros viales 83

9.8. FLUJO EN CANALES CON RUGOSIDAD COMPUESTA


En algunos canales revestidos o en canales naturales, la sección transversal
puede presentar diferentes rugosidades en diferentes tramos.

A1 A2

P1

P2
Figura VIII-3: Canal con rugosidad compuesta.

Para calcular el gasto en el canal de la figura VIII-3, se puede considerar


independientemente los gastos para las áreas A1 y A2 con los perímetros mojados
marcados en ella y el área y coeficiente de rugosidad n que les corresponda.
Cuando las velocidades en las diferentes partes de la sección pueden
considerarse aproximadamente iguales (V1= V2= ... = Vn) se puede aplicar la
ecuación de Manning a cada parte diferente,
2/3 2/3 2/3
A2 / 3 A A2 An A
2/3
= 1 2/3 = 2/3
= ... = 2/3
⇒ Ai= 3/2
Pini 3 / 2 ⇒
nP nP1 nP2 nPn Pn
i =1
A i=n
A= Σ Ai ⇒ A= 2/3 Σ i
P n3/2
i=n nP i =1
Dividiendo ambos términos por A:
i=n

1 i=n
( Σ Pi ni 3 / 2 )2 / 3
1=
Pn3 / 2 Σ
i =1
Pi ni 3 / 2 ⇒ n= i =1

P2 / 3
[VIII-14]
84 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO IX

PROYECTO DE PEQUEÑOS CANALES

En esta parte se describirán algunos métodos para proyectar aquellos canales


y cunetas que, generalmente, corren paralelos a las carreteras y ocupan parte de la
plataforma de la misma, destinados a conducir pequeños gastos por lo que deben
ser de pequeñas dimensiones. Ello no quiere decir que, en algunas ocasiones, no se
deba disponer pequeños canales en zonas diferentes del entorno de la carretera.
Antes de comenzar, se debe establecer la diferencia entre el gasto de diseño
y la capacidad de una estructura hidráulica. El gasto de diseño es aquel que, como
consecuencia de las precipitaciones, se espera que se produzca en una cuenca
determinada bajo ciertas condiciones. Es decir, que el gasto de diseño depende
únicamente de consideraciones hidrológicas y el diseño del canal no puede
modificarlo. La capacidad es el gasto que un canal puede transportar según sus
características físicas, las cuales deben ser calculadas de forma que su capacidad
sea igual o mayor que el gasto de diseño para que este pueda ser dispuesto donde
no produzca daños a la vía. La variación de la capacidad en nada afecta al gasto de
diseño y viceversa.
Como ya se dijo, en este trabajo se simplificará el proyecto suponiendo que el
flujo en los canales es normal, es decir, que el flujo es permanente y uniforme. Así
pues, la capacidad de los canales se establecerá mediante la aplicación de la
ecuación de Manning.
La primera actividad en el proyecto de cualquier estructura hidráulica es la
determinación del gasto de diseño, para lo cual se puede emplear la fórmula
racional o cualquiera de los métodos descritos en la primera parte de este trabajo.
El proyecto hidráulico consistirá en dimensionar el canal de forma que, de
acuerdo con las características del terreno, la capacidad resultante sea igual o
mayor que el gasto de diseño. En cuanto a su sección transversal, los canales
pueden ser rectangulares, trapeciales o, como en el caso de las cunetas,
triangulares.
9.1. LA SOCAVACIÓN.
Las aguas, al moverse sobre un suelo natural, arrastran partículas de suelo
cuyo tamaño depende de la capacidad de arrastre de la corriente. El traslado de
estas partículas produce variaciones en la forma del fondo de los cauces,
descendiendo este a veces a niveles que resultan peligrosos para las obras de
ingeniería construídas en los lugares por los que corren las aguas.
La capacidad de arrastre de sedimentos de una corriente depende, entre
otros factores, de la velocidad de las aguas y de su carga previa de sedimentos: una
alta velocidad con aguas limpias proporciona la mayor capacidad de arrastre de
sedimentos, es decir, de arrastrar partículas de suelo en mayor cantidad y de mayor
tamaño. Ejemplo de esto son los torrentes o ríos de montaña, en los que las
grandes pendientes producen altas velocidades del agua y, como consecuencia,
Drenaje vial para ingenieros viales 85

arrastran partículas de gran tamaño (arenas gruesas, gravas y cantos rodados)


quedando en el lecho aquellas partículas cuyo tamaño fue excesivo para su arrastre.
En los ríos de llanura, por el contrario, la velocidad del agua es baja y los
sedimentos arrastrados están compuestos por arenas muy finas, limos y arcillas,
muchas veces en estado coloidal.
La socavación puede presentarse por dos causas principales: la llamada
socavación generalizada se debe al aumento de la capacidad de arrastre de la
corriente en un tramo de su cauce, en cuyo caso se produce un descenso del nivel
del fondo del curso de agua, y la llamada localizada, que es provocada por la
turbulencia en los cambios de dirección del flujo alrededor de obstáculos
sumergidos. Ejemplo de la primera es la socavación de todo el cauce producida por
una creciente y de la segunda la producida alrededor de las pilas de un puente.
9.2. LA SEDIMENTACIÓN.
La sedimentación es el fenómeno opuesto a la socavación: cuando una
corriente de agua que arrastra una cierta cantidad de sedimentos pierde capacidad
de arrastre (como, por ejemplo, si pierde velocidad por disminución de la
pendiente), se depositan en el fondo los de mayor tamaño. Este fenómeno es
especialmente visible en los ríos en los que se forma el cono de deyección,
fenómeno que ocurre cuando un río de montaña llega a la llanura y, por el brusco
descenso de la pendiente, deposita los sedimentos más gruesos formando una
figura triangular, en la que el cauce es poco estable y varía de trazado con
frecuencia. Tanto en los ríos como en los canales artificiales, después de las
crecientes los sedimentos tienden a depositarse en la parte interna de las curvas y
en los tramos rectos entre curvas consecutivas, llamados vados.
9.3. CANALES DE FONDO FIJO Y DE FONDO MÓVIL
Los canales se excavan en el suelo y suelen protegerse con el fin de evitar
que, como consecuencia de la velocidad de las aguas, se produzca socavación y se
lleguen a destruir las estructuras que componen el cuerpo de la carretera. Así pues,
los canales pueden ser revestidos o no revestidos: si la velocidad del agua puede
causar daños al canal y, por ende, a la carretera, habrá que revestir el canal para
protegerlo. Entonces, antes de decidir el revestir o no un canal puede ser necesario
hacer tanteos para establecer la velocidad del agua y determinar la necesidad o no
de revestimiento.
A los canales protegidos mediante un revestimiento se les llama de fondo fijo,
ya que las aguas no son capaces de socavarlo y deformar su contorno. Este
revestimiento puede ser de concreto de cemento Portland, de concreto asfáltico, de
cobertura vegetal, de piedra, etc. A los canales no revestidos se les llama de fondo
móvil, pues las aguas pueden deformar su contorno como consecuencia de la
socavación y transporte de sedimentos.
Evidentemente, es más económico construir un canal no revestido que uno
revestido, pero en la decisión de disponer una u otra solución interviene la
seguridad futura de la carretera, lo cual contrapone el costo inicial del canal con el
costo a largo plazo de la carretera. Adicionalmente, el coeficiente n de fricción en
los canales revestidos suele ser menor que en los de fondo móvil, con lo que la
velocidad del flujo en los primeros es mayor y, por ende, exigen espacios menores
86 Drenaje vial para ingenieros viales

para su construcción. El espacio disponible en la plataforma suele ser escaso, por lo


que son frecuentes los canales revestidos de sección rectangular, los cuales ocupan
menos lugar que los de otro tipo de sección transversal. En este caso es necesario
revestirlos con concreto armado, de forma que sus paredes actúen como muros de
contención para impedir los derrumbes, lo que hace su construcción más costosa.
En el caso en que el ancho disponible no constituya una restricción, se puede
proyectar los canales con una sección transversal trapecial, la cual ocupa mayor
espacio pero, al ser sus orillas estables, pueden no ser revestidos y, de serlo, no
necesitan tanto espesor ni refuerzo metálico en su recubrimiento. Los canales
trapeciales generalmente se revisten con concreto de cemento Portland y, en
ciertas ocasiones, pueden ser revestidos con enrocado, zampeado, concreto
asfáltico e, incluso, con vegetación que impida la socavación.
Una vez determinado el gasto de diseño, se obtiene las características del
terreno a partir de los planos topográficos, estudios de suelo y del proyecto de la
vía, dándose comienzo a la tarea del proyecto de los canales.
La inexperiencia del proyectista puede conducir a tratar de dimensionar los
canales usando únicamente la ecuación Q= V . A. Esto es un grave error, pues ella
no contempla sino el área de la sección sin tener en cuenta la rugosidad del
contorno, la pendiente longitudinal y las características de la sección transversal
expresadas en el radio hidráulico. Cualquiera que sea el problema que se desee
resolver, puesto que se considerará que el flujo es uniforme y permanente, es
imprescindible el uso de la ecuación de Manning, que es la que describe dicho flujo.
9.4. DISEÑO HIDRÁULICO DE CANALES REVESTIDOS
En todos los casos se tendrá en cuenta la velocidad del agua que, aun en los
canales revestidos de concreto, no debe sobrepasar la velocidad máxima permisible
para que no produzca daños en las estructuras. Las velocidades máximas
permisibles en el concreto, según la referencia (13), vienen dados en la tabla IX-1.
El valor del coeficiente de fricción n del concreto está comprendido entre
0,012 ≤ n ≤ 0,016, correspondiendo el menor valor a concretos de superficie muy
lisa, muy bien terminados, y el mayor a concretos no pulidos, terminados de forma
bastante rústica. Por las características de la construcción del concreto de los
canales, para los cálculos hidráulicos se recomienda usar el valor de n= 0,016. Para
otros materiales y acabados, en la tabla N° IX-2 se dan los valores que aparecen la
ref. (10).
TABLA N° IX-1
Rcc 28 Vmax
(k/cm2) (m/s)
210 5,00
280 6,00
350 7,50
420 9,50
Drenaje vial para ingenieros viales 87

TABLA N° IX-2
COEFICIENTES “n” DE MANNING PARA CANALES REVESTIDOS
Fuente: ref. (10)

MATERIAL n MATERIAL n
CANALES RECUBIERTOS DE HIERBA, SIN PODAR:
CONCRETO, SEGÚN LOS ACABADOS Grama Bermuda o similar 0,070
Acabado liso 0,013 Hierbas 0,30 m de altura 0,110
Acabado con cepillo 0,015 Hierbas muy altas 0,140
Acabado con cepillo con algo de grava en
0,017 CONDUCTOS
el fondo
Acabado rústico 0,017 TUBOS DE CONCRETO:
“Gunite”, sección bien acabada 0,019 Prefabricados 0,012
“Gunite”, sección ondulada 0,022 Vaciados en sitio 0,014
ASFALTO: TUBOS DE METAL CORRUGADO GALVANIZADO:
Liso 0,013 Corriente 0,024
Rugoso 0,016 Con 25% de su periferia pavimentada 0,021
FONDO GRAVA, LADOS SEGÚN SE ESPECIFICAN: Con 50% de su periferia pavimentada 0,018
De concreto 0,020 TUBOS METÁLICOS:
Zampeado 0,023 Hierro fundido 0,013
Gaviones 0,033 Acero 0,010

TABLA N° IX-3
RECOMENDACIONES PARA EL RECUBRIMIENTO MÍNIMO DE CANALES
Fuente: ref. (10)
ESPESOR DEL RECUBRIMIENTO
VELOCIDAD MÁXIMA
LADOS FONDO
RECUBRIMIENTO DE CONCRETO ASFÁLTICO
2,5 m/s 0,05 m 0,07 m
3,0 m/s 0,08 m 0,10 m
RECUBRIMIENTO DE CONCRETO
3,0 m/s 0,08 m 0,10 m
5,0 m/s 0,15 m 0,15 m
6,0 m/s 0,20 m 0,20 m

En cuanto al espesor mínimo del recubrimiento, en relación con la velocidad


del agua la referencia (10) da los valores mostrados en la tabla IX-3.
88 Drenaje vial para ingenieros viales

9.4.1. Canales rectangulares

Puesto que sus paredes laterales son verticales, a menos que estén
excavados en roca, los canales rectangulares deben ser revestidos para impedir que
las aguas puedan provocar el colapso del canal y destruyan la plataforma o que el
derrumbe de las paredes del canal cause la obstrucción del mismo y la consiguiente
inundación.
El dimensionamiento de un canal es un proceso de prueba y error. En primer
lugar, se calcula el gasto de diseño Q mediante uno de los métodos descritos en
capítulos anteriores; se determina el trazado y la pendiente longitudinal S a partir
de la topografía del terreno y se asigna el coeficiente de rugosidad n de acuerdo con
el material que se va a emplear en el revestimiento.
En caso de que no haya restricciones de espacio, se puede comenzar el
tanteo empleando las dimensiones halladas en la ecuación [VIII-12]:
b= 2y
en la que b es el ancho del canal y y es la altura del agua (no la del canal). Si una
de las dos dimensiones está determinada por las condiciones del sitio, se puede
encontrar la segunda mediante esa relación, pero, si se encuentra que no puede ser
respetada, se tratará de que la solución que se adopte sea lo más parecida posible a
ella.
Una vez determinadas las dimensiones b y y del primer tanteo, se aplica la
ecuación de Manning y se determina la capacidad del canal con esas dimensiones.
Si el resultado no es satisfactorio o una de las dos dimensiones está obligada por
las condiciones del sitio, se plantea la ecuación de Manning en función de b y y.
2 1
b. y R 2 / 3 S 1/ 2 AR 3 S 2
A= b . y ; P= b + 2y ; R= ; V= ; Q= V . A ⇒ Q=
b + 2y n n
2/3
⎛ b. y ⎞
(b. y ).⎜⎜ ⎟⎟ S 1/ 2
⎝ b + 2y ⎠ (b. y ) 5 / 3 S 1 / 2 S 1 / 2 (b. y ) 5 / 3
Q= = = Q= [IX-1]
n n.(b + 2 y ) 2 / 3 n (b + 2 y ) 2 / 3
Para un cierto canal, el primer término es una constante y, si existe un valor
obligado de una de las dos variables b o y, mediante tanteos se puede encontrar el
valor de la otra, de forma que produzca la capacidad Q igual o mayor que el gasto
de diseño. A continuación se da un ejemplo:
Sea un canal rectangular revestido de concreto (n= 0,016), con S= 1% de
pendiente longitudinal, ancho obligado b= 1,00 m y gasto de diseño Q= 2,5 m3/s.
Se trata de encontrar por tanteo la profundidad
que produzca una capacidad igual o mayor que
y Q 2,5 m3/s. Para este caso, la ecuación VII-1 será:

0,40 1,80 0,011 / 2 1,5 5 / 3 y 5 / 3 y5/3


2,5= = 12,286
0,016 (1,5 + 2 y ) 2 / 3 (1,5 + 2 y ) 2 / 3
0,45 2,11
Se necesitará un canal con b= 1,00 y y=
0,50 2,44 0,51 m, cuya capacidad es de 2,50 m3/s. En este

0,51 2,50
Drenaje vial para ingenieros viales 89

caso el resultado para la altura y de 0,51 m ha coincidido con el gasto previsto. Sin
embargo, se acostumbra a dimensionar las estructuras en múltiplos de 5 cm por
exceso, por lo que, pro- bablemente, se hubiera escogido una altura y= 0,55
m. Si se considera que 0,06 m3/s es un error aceptable, se adoptaría una altura de
y= 0,50 m.
A todos los canales se les debe dejar un borde libre por encima de la
profundidad calculada pues, como el flujo forma olas en su superficie, si se les diera
solamente la altura del agua seguramente se producirían pequeños desborda-
mientos que podrían resultar inconvenientes o, incluso, dañar las inmediaciones del
canal. Adicionalmente, si se tiene en cuenta las imprecisiones que están implícitas
en la determinación del gasto de diseño y la posibilidad de que el área de la sección
transversal se reduzca como consecuencia de la sedimentación, es prudente darle
un borde libre adecuado según los criterios que se mostrarán más adelante.
Los canales revestidos tienen limitaciones a la velocidad del flujo, pues
aunque son resistentes a la erosión, estas pueden atacarlos si aquella es excesiva.
Así pues, será necesario respetar las velocidades mostradas en la tabla IX-1.
9.4.2. Canales trapeciales.
El proceso de dimensionamiento de un canal trapecial con fondo fijo es
parecido al de sección rectangular, cambiando únicamente las ecuaciones a
emplear. Una vez establecidos Q, S y n, es necesario determinar la inclinación m del
talud del canal. Para los taludes de los canales revestidos, el U.S. Bureau of
Reclamation recomienda una pendiente única de 1,5:1 lo cual parece suficiente.
Como en el caso de los canales rectangulares, el dimensionamiento se hará
por tanteo. Para ello, en la ecuación de Manning se sustituirá los valores del área A,
el perímetro P y el radio hidráulico R por sus valores expresados en función de y, b
y m de las ecuaciones [VIII-5] y [VIII-6].
A= by + my2 ; P= b + 2y 1 + m 2
2/3
⎛ by + my 2 ⎞
(by + my 2 )⎜ ⎟ S 1/ 2
⎜ b + 2y 1+ m2 ⎟
⎝ ⎠
2/3 1/ 2
AR S
Q= V.A= =
n n
Sustituyendo en esta ecuación los valores conocidos de m, S, n y el atribuido
a b o y, quedará reducida a una ecuación con una sola variable y podremos
resolverla por tanteo tal como se hizo en el caso del canal rectangular.
9.5. CANALES CON FONDO MÓVIL
Son aquellos cuyo contorno está formado por el suelo excavado, por lo que
son vulnerables a las altas velocidades del agua. En el estudio de los canales con
fondo móvil de cierta importancia, es necesario tener en cuenta el arrastre de
sedimentos, ya que la combinación de tamaño de los sedimentos y capacidad de
arrastre de la corriente puede producir o bien la socavación del canal o su
sedimentación, ambos fenómenos indeseables.
90 Drenaje vial para ingenieros viales

Es de hacer notar que una pendiente considerada muy pequeña desde el


punto de vista de la ingeniería vial puede resultar enorme para la ingeniería
hidráulica. En efecto, una pendiente del 1%, que resulta casi despreciable para el
ingeniero vial, en un canal probablemente produzca velocidades del agua que
ameriten el revestimiento del mismo.
En este trabajo se mostrará dos maneras sencillas de enfocar el diseño de los
canales de fondo móvil: el método de las velocidades máximas y el de la fuerza
tractiva, las cuales se describen más adelante.
9.6. EL COEFICIENTE DE FRICCIÓN EN LOS CANALES NO REVESTIDOS
En los canales no revestidos, el coeficiente de fricción n de Manning depende
de las características del suelo y el cuidado puesto en su construcción y
mantenimiento, ya que la fricción puede variar con el tiempo.

9.6.1. Valores de n según el contorno.


En la tabla N° IX-4 se muestran los valores de n para canales no revestidos
que da la referencia (10).
9.6.2. Método del U.S. Soil Conservation Service
En la misma referencia (10) se describe el procedimiento para estimar el
coeficiente n según el método utilizado por el U.S. Soil Conservation Service.
El valor del coeficiente de fricción se obtiene según la siguiente ecuación:
n= (n0 + n1 + n2 + n3 + n4) k [IX-2]
n0= valor básico del coeficiente para un canal recto, liso, de sección niforme.
n1= corrección por efectos de irregularidad superficial.
n2= corrección adicional por las variaciones en forma y tamaño de la sección.
n3= corrección adicional por los efectos de las obstrucciones producidas
por arrastres, raíces, troncos flotantes.
n4= corrección adicional por efecto de la vegetación en el cauce.
k = factor de corrección para tomar en cuenta el efecto de los meandros.
Los valores de n y k vienen dados en la tabla IX-5.
Drenaje vial para ingenieros viales 91

TABLA N° IX-4
COEFICIENTE “n” PARA CANALES NO REVESTIDOS
Fuente: ref. (10)
MATERIAL n MATERIAL n

CANALES EXCAVADOS SIN MANTENIMIENTO:


EN TIERRA, SECCIÓN UNIFORME: Gran cantidad de maleza 0,080
Gran cantidad de maleza, arbustos y
Limpios y sin vegetación 0,022 0,100
vegetación en las márgenes
Hierba corta, algunas malezas 0,027 EN ROCA:
EN TIERRA, SECCIÓN APROX. UNIFORME: Sección uniforme y lisa 0,035
Sin vegetación 0,025 Sección irregular y escabrosa 0,040

Hierba corta, algunas malezas 0,030 CANALES NATURALES


Plantas acuáticas, enea 0,035 CON POCA PENDIENTE (MENOR DE 1%)
Fondo de cantos rodados y taludes sin 0,040 Sección uniforme, rectos, sin pozos,
0,035
vegetación con algo de piedra y malezas
DRAGADOS: Limpios, rectos, sin pozos, uniforme 0,030
Sin vegetación 0,028 Densa vegetación, árboles, arbustos 0,100
TORRENTES, TERRENOS MONTAÑOSOS, SIN
Vegetación ligera en los taludes 0,050
VEGETACIÓN, TALUDES ESCARPADOS
Fondo grava, escasos cantos rodados 0,040

Fondo con abundantes cantos rodados 0,050


92 Drenaje vial para ingenieros viales

TABLA N° IX-5
COEFICIENTES DEL U.S. SOIL CONSERVATION SERVICE
Fuente: ref. (10)
CONDICIONES DEL CANAL VALORES

Tierra 0.010
Roca excavada 0.015
MATERIAL n0
Grava fina 0.014
Grava gruesa 0.028
Ninguno: como una superficie lisa 0.000
Escaso: como en los canales bien dragados o aquellos
GRADO DE 0.005
con los lados algo socavados
IRREGULARIDAD n1
SUPERFICIAL Moderado: como en los canales con taludes socavados 0.010
Notable: como en los canales muy socavados o
0.020
aquellos excavados en roca, sin ningún acabado
Gradual 0.000
VARIACIÓN EN
FORMA Y TAMAÑO Ocasional n2 0.005
DE LA SECCIÓN
Frecuente 0.010-0.015
Despreciable 0.000
Escaso: como cuando los arrastres obstruyen algo el
0.010-0.015
paso del agua
EFECTO DE LAS
Apreciable: como cuando se ven raíces y árboles que n3
OBSTRUCCIONES 0.020-0.030
obstruyen el paso
Notable: como cuando hay grandes troncos atascados,
0.040-0.060
“carameras” grandes, etc.
Baja: hierbas flexibles, la profundidad del agua es tres
0.005-0.010
veces la altura de la vegetación predominante
Media: Hierbas, arbustos; la profundidad del agua es
como dos veces la altura de la vegetación 0.010-0.025
predominante
VEGETACIÓN n4
Alta: Hierbas, pequeños árboles; la profundidad del
agua es comparable a la altura de la vegetación 0.025-0.050
predominante
Muy alta: la profundidad del agua es como la mitad de
0.050-0.100
la altura de la vegetación predominante
Escasos: 1,0 ≤ Lm/Ls ≤ 1,2 1.00
EFECTOS DE LOS
MEANDROS* Apreciables: 1,2 < Lm/Ls ≤ 1,5 k 1.15
Notables: 1,5 < Lm/Ls 1.30
• Lm= longitud del tramo a lo largo del cauce. Ls= longitud del tramo medida en línea recta
Drenaje vial para ingenieros viales 93

9.6.3. Coeficiente n según Strickler.

Mediante la comparación del factor de fricción f de Darcy con el coeficiente de


fricción n de Manning, Strickler llegó a la siguiente expresión que permite calcular
este último cuando se conoce el tamaño de las partículas del contorno:
1/ 6
d
n= 75 [IX-3]
26
donde d75 es el diámetro máximo del 75% del material medido en peso,
siendo el 25% restante mayor que él.
9.7. PENDIENTE DE LOS TALUDES

En la referencia (14) se recomiendan las siguientes pendientes para los


taludes de los canales no revestidos, según el tipo de suelo, las cuales se muestran
en la tabla N° IX-6.

TABLA N° IX-6
TALUDES APROPIADOS PARA DISTINTOS TIPOS DE MATERIAL
Fuente: ref. (14)
MATERIAL TALUD (H:V)
Roca 0:1 (Vert.)
Suelos de turba y detritos ¼:1
Arcilla compacta o tierra con recubrimiento de concreto ½:1 ⇒ 1:1
Tierra con recubrimiento de piedra o tierra en grandes canales 1:1
Arcilla firme o tierra en canales pequeños 1,5:1
Tierra arenosa suelta 2:1
Greda arenosa o arcilla porosa 3:1

9.8. MÉTODO DE LAS MÁXIMAS VELOCIDADES PERMISIBLES


La máxima velocidad permisible en un canal no revestido es la mayor que no
cause seria erosión en su contorno y depende tanto de las características de los
suelos como de la profundidad del flujo. Esta velocidad se ha determinado para
diversos materiales y profundidades. En la tabla IX-7 se muestran las señaladas por
la referencia (10) y en las tablas N° IX-8 y IX-9 se reproducen parcialmente las que
dio Maza Álvarez en 1967 para suelos no cohesivos y cohesivos respectivamente,
expuestas en la referencia (14).

TABLA N° IX-7
VELOCIDADES MÁXIMAS RECOMENDADAS EN CANALES NO REVESTIDOS
Fuente: ref.(10)
V V
TIPO DE SUELO TIPO DE SUELO
(m/s) (m/s)
Arena fina, no coloidal 0,7 Materiales gradados no coloidales
94 Drenaje vial para ingenieros viales

Greda arenosa, no coloidal 0,7 Greda a grava


1,4
Greda limosa, no coloidal 0,9 Limo a grava 1,6
Greda firme 1,0 Esquisto arcilloso 1,8
Grava fina 1,2 Grava 1,8
Arcilla dura, muy coloidal 1,4 Grava gruesa 2,0
Limos aluvionales, no coloidales 0,9 Grava a cantos rodados 2,3

TABLA N° IX-8
VELOCIDADES MEDIAS DE LA CORRIENTE DE AGUA QUE SON ADMISIBLES (NO
EROSIVAS) PARA SUELOS NO COHESIVOS, EN m/s. Fuente: ref. (14)

φ MEDIO DE LAS PROFUNDIDAD MEDIA DE LA CORRIENTE


MATERIAL PARTÍCULAS (m)
(mm)
0,40 1,00 2,00 3,00
Polvo y limo 0,005-0,05 0,15-0,20 0,20-0,30 0,25-0,40 0,30-0,45
Arena fina 0,05-0,25 0,20-0,35 0,30-0,45 0,40-0,55 0,45-0,60
Arena media 0,25-1,00 0,35-0,50 0,45-0,60 0,55-0,70 0,60-0,75
Arena gruesa 1,00-2,50 0,50-0,65 0,60-0,75 0,70-0,80 0,75-0,90
Gravilla fina 2,50-5,00 0,65-0,80 0,75-0,85 0,80-1,00 0,90-1,10
Gravilla media 5,00-10,0 0,80-0,90 0,85-1,05 1,00-1,15 1,10-1,30
Gravilla gruesa 10 – 15 0,90-1,10 1,05-1,20 1,15-1,35 1,30-1,30
Grava fina 15 – 25 1,10-1,25 1,20-1,45 1,35-1,65 1,50-1,85
Grava media 25 – 40 1,25-1,50 1,45-1,85 1,65-2,10 1,85-2,30
Grava gruesa 40 – 75 1,50-2,00 1,85-2,40 2,10-2,75 2,30-3,10
Guijarro fino 75 – 100 2,00-2,45 2,40-2,80 2,75-3,20 3,10-3,50
Guijarro medio 100 – 150 2,45-3,00 2,80-3,35 3,20-3,75 3,50-4,10
Guijarro grueso 150 – 200 3,00-3,50 3,35-3,80 3,75-4,30 4,10-4,65
Canto rodado fino 200 – 300 3,50-3,85 3,80-4,35 4,30-4,70 4,65-4,90
Canto rodado medio 300 – 400 4,35-4,75 4,70-4,95 4,90-5,30
Canto rodado grueso 400 < φ 4,95-5,35 5,30-5,50
Drenaje vial para ingenieros viales 95

TABLA N° IX-9
VELOCIDADES MEDIAS DEL AGUA PERMISIBLES PARA SUELOS COHESIVOS
FUENTE: REF. (14)
Suelos poco Suelos medianamente Suelos compactos, Suelos muy
% del compactos, peso compactos, peso peso volumétrico del compactos, peso
contenido de volumétrico del volumétrico del material seco de 1,66 volumétrico del
partículas material seco hasta material seco 1,2 a a 2,04 t / m3 material seco de 2,04
DENOMINACIÓN
1,66 t / m3 1,66 t / m3 a 2,14 t / m3
DE LOS SUELOS
0,005 Profundidades medias de la corriente, en m
φ < <φ 0,4 1,0 2,0 0,4 1,0 2,0 0,4 1,0 2,0 0,4 1,0 2,0
0,005 < VELOCIDADES MEDIAS DEL AGUA EN M/S
0,05
30- 70-
Arcillas y
50 50
0.35 0.40 0.45 0.70 0.85 0.95 1.0 1.2 1.4 1.4 1.7 1.9
Tierras Fuerte- 20- 80-
mente arcillosas 30 70
Tierras
10- 90-
ligeramente 035 0.40 0.45 0.65 0.80 0.90 0.95 1.2 1.4 1.4 1.7 1.9
20 80
arcillosas
Suelos de aluvión
0.60 0.70 0.80 0.85 1.0 1.2 1.1 1.3 1.5
arcillas margosas
Tierras arenosas 5-10 20- Según la tabla N° IX-8 en relación con el tamaño de las fracciones arenosas
40

Como ya se dijo, los canales de fondo móvil deben tener una sección
trapecial, ya que las paredes verticales, a menos que el material en que están
excavados sea roca, no son estables. Utilizando la velocidad máxima no erosiva
como criterio de diseño de los canales trapeciales, el procedimiento es como sigue:
a) Se calcula el gasto de diseño Q. A partir del perfil longitudinal del terreno, se
establece la pendiente S del canal. De acuerdo con el material del suelo en que
se va a excavar, se estima la velocidad máxima permisible Vperm y el coeficiente
de fricción n, utilizando para ello las tablas correspondientes.
b) Según las características del suelo y usando las tablas destinadas a ese fin, se
determina la pendiente del talud m a utilizar. Generalmente es aceptable
2,0 ≥ m ≥ 1,5:1
c) De la fórmula de Manning, para la velocidad máxima permisible:
⎛ R 2 3 S 12 ⎞ ⎛ V perm .n ⎞
3/ 2
⎜ perm ⎟ ⎜ 1/ 2 ⎟
Vperm= ⎜⎜ ⎟⎟ ⇒ Rperm= ⎜ S ⎟ [IX-4]

n
⎠ ⎝ ⎠
donde Rperm es el radio hidráulico que producirá la velocidad permisible Vperm.
96 Drenaje vial para ingenieros viales

d) Se calcula el área requerida para que el gasto de diseño Q tenga la velocidad


Vperm:
Q= Vperm . Aperm

y Q
A perm = [IX-5]
V perm
b
e) El perímetro mojado necesario será:
A perm
P perm = [IX-6]
f) Expresando A perm y P perm R perm
en función del ancho b y la altura de agua y e igualándolos a las ecuaciones
IX-4 y IX-5:
Q
Aperm= by + my2 =
V perm
A perm
Pperm= b + 2y 1 + m 2 =
R perm
g) Resolviendo este sistema de dos ecuaciones de segundo grado con dos
incógnitas, se obtendrá los valores de b y y que, para las condiciones del sitio,
producirán la velocidad máxima permisible. Se redondeará a 5 cm las
dimensiones de la solución que convenga, añadiéndose a la altura y redondeada
un borde libre apropiado según los criterios que más adelante se dirá.
h) Si la pendiente longitudinal es muy alta, el resultado de este proceso resultará
absurdo desde del punto de vista práctico, aunque no desde el punto de vista
teórico. En efecto: si la pendiente utilizada en los cálculos tiende a producir
velocidades elevadas, el resultado será una sección transversal sumamente
ineficiente, con un radio hidráulico muy pequeño, de forma que produzca fricción
suficiente como para frenar el flujo. Por ejemplo, si con una pendiente del 5%
pretendemos obtener una velocidad del agua de 1 m/s, el resultado será una
lámina de unos centímetros de altura por varias decenas de metros de ancho, lo
cual no constituye la idea de canal que se tiene en mente, pero representa la
solución del problema. Así pues, ante resultados de este tipo, se debe hacer
algunos tanteos y, probablemente, decidir el revestimiento del canal.
9.9. MÉTODO DE LA FUERZA TRACTIVA
Para que el flujo sea normal, debe estar en equilibrio. Para ello, se debe
lograr que no haya aceleración en el flujo, es decir, que las fuerzas que actúan
sobre un elemento del fluido se anulen. Para lograrlo, se plantea el balance de
dichas fuerzas.
Drenaje vial para ingenieros viales 97

9.9.1. Método de la fuerza tractiva aplicado al fondo del canal

Sean W el peso del fluido contenido entre las secciones 1 y 2 de la figura IX-1;
sean Fs la componente de W en la dirección del flujo y Fn la componente normal al
mismo; τ0 el esfuerzo de tracción que el fluido ejerce sobre el contorno; L la
distancia entre las secciones 1 y 2; α el ángulo de inclinación longitudinal del canal;
P el perímetro mojado y A el área de la sección transversal.

Energía
1 total

α 2 hf

Fs

A
W Fn

τ0
L

Figura IX-1: esquema correspondiente a la ecuación de la resistencia.

La fuerza W será igual al peso específico γ del agua, multiplicado por el


volumen del flujo entre 1 y 2: W= γ . L . A. Su componente Fs en la dirección del
flujo será:
Fs= W sen α= γ L.A sen α [IX-7]

La fuerza de fricción Ff será igual al esfuerzo de fricción actuante τ0


multiplicado por el área del contorno del canal entre 1 y 2:

Ff= τ0.L.P [IX-8]


El equilibrio se obtendrá cuando la componente del peso en dirección del flujo Fs,
sea igual a la fuerza Ff producida por los esfuerzos de fricción τ0. Igualando [IX-7] y
[IX-8], se obtiene:
τ0. L.P= γ.A.L.senα [IX-9]
se dividirá [IX-9] por L y por P. Recordando que R= A/P y sustituyendo en [VII-8],
se obtiene:
τo= γ.R.sen α [IX-10]
Puesto que α es casi siempre muy pequeño, se puede asumir que sen α≈ tgα.
Por otro lado, en un canal muy ancho, el radio hidráulico R es aproximadamente
igual a la profundidad y, por lo que la ecuación VII-10 puede ser escrita como:
98 Drenaje vial para ingenieros viales

τo= γ. y.S0 [IX-11]


Esta ecuación describe el esfuerzo cortante que, en oposición al movimiento
del flujo, se genera en el fondo de un canal no revestido y trata de comenzar a
mover las partículas que lo conforman.
En 1930, Shields determinó experimentalmente la magnitud del esfuerzo
cortante crítico τc, que es el que produce el inicio del movimiento de las partículas
del fondo de los canales, para material no cohesivo. En forma general, el esfuerzo
cortante crítico viene dado por la siguiente ecuación encontrada por Shields:
τo = 0,056 (γs-γ) d75 [IX-12]
donde γs es el peso específico del sedimento sumergido y γ es el peso específico
del agua a la temperatura del caso. Los resultados para agua a una temperatura
3
de 24° y sedimentos con peso específico γs= 2.650 kg./m están expresados en la
figura N° IX-2:
Drenaje vial para ingenieros viales 99

Agua a 24° C
γs= 2.650 kg/m3

τ/γ

Figura IX-2: Esfuerzo cortante crítico para materiales no cohesivos, según


Shields. Fuente: ref. (14)

Entrando en ella con el diámetro d del material del fondo del canal, se obtiene el
valor τc /γ que, aplicado a la ecuación IX-10, permite calcular:

τc /γ= R.S0. [10a]


100 Drenaje vial para ingenieros viales

Para dimensionar canales con fondo estable, sin tener en cuenta los esfuerzos en los
taludes. Puesto que las partículas del material del fondo de los ríos no tienen un
tamaño uniforme, se emplea el diámetro de diseño d75, que es el diámetro máximo
del 75% del material, medido en peso, quedando un 25% con diámetro mayor que
él. Esta práctica conducirá a un acorazamiento del fondo, el cual quedará
constituido por partículas de diámetro igual o mayor a d75.
En 1936 se desarrolló en Rusia una investigación que determinó los esfuerzos
cortantes críticos para suelos cohesivos, cuyo resultado de expresa en la figura
IX-3 de la siguiente página.
9.9.2. Método de la fuerza tractiva aplicado a los taludes del canal
En los taludes que conforman el canal trapecial actúan la pendiente del talud,
la fuerza del peso del material y su ángulo de reposo. En este caso, se puede
considerar que el esfuerzo cortante actuante expresado en la ecuación [IX-11] es

(τ0)max = 0,75 γ. y.S0 [IX-13]


Sobre una partícula P que reposa en el talud de un canal (figura IX-5), actúan
dos fuerzas: una, el peso sumergido Ws de la partícula y, la otra, la fuerza tractiva
aτs, donde a es el área efectiva de la partícula y τs el esfuerzo unitario tractor en la
dirección del flujo. La componente del peso contenida en el plano del talud es Ws
sen φ, dondeφ es el ángulo de inclinación del talud según se puede ver en la figura
N° IX-4. La resultante de las dos fuerzas que actúan en el plano del talud será:

F= W s sen 2 Φ + a 2τ s
2 2

y cuando F sea lo suficientemente grande, la partícula iniciará el movimiento.


Se asume que, cuando la partícula está a punto de comenzar el movimiento,
su resistencia al mismo es igual a la fuerza crítica Fc que tiende a provocar dicho
movimiento. Fc es igual a la componente normal del peso, Ws cosΦ, por el
coeficiente de fricción, el cual es igual a tgθ, donde θ es el ángulo de reposo del
material del talud. Así pues, para que haya equilibrio, se puede escribir que:

Fc= Ws cosΦ tgθ= W s sen 2 Φ + a 2τ s [IX-14]


2 2

Ws tg 2 Φ
τs= cos Φ tg θ 1 − 2 [IX-15]
a tg θ
Drenaje vial para ingenieros viales 101

Figura N° IX-3: esfuerzo cortante crítico en suelos cohesivos.


Fuente: ref. (14)
102 Drenaje vial para ingenieros viales

SECCIÓN A-A
A P
Ws cos φ
aτ s Ws sen φ
φ
Wssen φ P Ws

F
Q Ws φ
A
Wscos φ

Figura IX-4: fuerzas actuantes sobre la partícula P.

Si aplicamos la ecuación [IX-14] a una superficie que resulte la continuación


del fondo del canal (Φ= 0) y llamamos al esfuerzo tractivo τL para diferenciarlo de τs
que se produce en el talud inclinado, resultará:
Ws
Ws tgθ= aτL ⇒ τL= tg θ [IX-16]
a
La relación K entre τs [IX-15] y τL [IX-16], llamada la relación de fuerza
tractiva, es importante a efectos del diseño:
τs tg 2 Φ
K= = cos Φ 1 − 2
τL tg θ
y, simplificando:
sen 2 Φ
K= 1− [IX-17]
sen 2 θ
Se puede observar que esta ecuación está únicamente en función del ángulo de
reposo del material y de la inclinación del talud. En el caso de suelos cohesivos o no
cohesivos muy finos, la fuerza de la cohesión que se opone al movimiento de las
partículas es proporcionalmente muy alta, por lo que se puede ignorar la fuerza de
la gravedad. El ángulo de reposo debe ser considerado únicamente en los suelos no
cohesivos. En la figura IX-5 se da los valores establecidos por el U.S. Bureau of
Reclamation.
Drenaje vial para ingenieros viales 103

Figura IX-5: Ángulo de reposo de materiales no cohesivos según el U.S.


Bureau of Reclamation. Fuente: ref. (15)
104 Drenaje vial para ingenieros viales

El diámetro a que se refiere dicha figura corresponde a d75, es decir, el


máximo del 75% del material, medido en peso, quedando un 25% con diámetro
mayor que él.
9.9.3. Procedimiento para el dimensionamiento
El procedimiento para dimensionar un canal no revestido usando el método
de la fuerza tractiva es como sigue:

E q . [ I X -1 7 ]
y , S 0 , d 75 , γ, Φ S e c a lc u la b a
sen 2
Φ p a r tir d e la
K= 1− e c u a c ió n d e
sen 2
Θ
M a n n in g

S e d e te r m in a E q . [ I X -1 3 ]
θ τ L = 0 ,7 5 γ y S 0
( fig . I X -4 ) F IN
K = τ c/ τ L =
E q . [ I X -1 2 ] τ c / 0 ,7 5 γ y S 0 ⇒
τ c = 0 ,0 5 6 ( γ s -γ ) d 7 5 y = τ c / 0 ,7 5 K γ S 0
o d e fig . I X -2 I X - 3

F ig u r a I X - 6 : d ia g r a m a d e flu jo d e l c á lc u lo .

1. Se busca toda la información necesaria: S, d75, γ, etc.


2. Se determina la pendiente del talud estable (θ < φ). usando la figura IX-5.
3. Se obtiene el esfuerzo de tracción τc mediante la ecuación [IX-12] o se
encuentra en las figuras IX-2 o IX-3.
4. Se establece la relación K mediante la ecuación [IX-17].
5. El esfuerzo τL se expresa según la ecuación [IX-13].
6. Se despeja y y se le aplica un factor de seguridad.
7. Utilizando la ecuación de Manning, se encuentra b.

9.10. RECOMENDACIONES PARA EL DISEÑO DE PEQUEÑOS CANALES

9.10.1. Capacidad y gasto de diseño

El gasto de diseño corresponde al escurrimiento de la plataforma y las laderas


adyacentes o a los cursos de agua que intercepte el canal. Se obtiene aplicando
alguno de los procedimientos descritos en la primera parte de este trabajo. Para
hallar la capacidad necesaria se divide el trazado del canal en varios tramos
determinados por cambios bruscos de la pendiente; cambios en las condiciones
externas; cambios de gasto de diseño por la confluencia de otros cursos de agua tal
como canales, cunetas torrenteras; etc.
Drenaje vial para ingenieros viales 105

Se dimensiona la sección transversal de un tramo del canal de forma que


tenga capacidad igual o mayor al gasto que se produzca en su extremo inferior. Esa
sección se aplicará a todo el recorrido del tramo, por lo que los canales funcionarán
llenos en su parte inferior y estarán sobrediseñados en la superior. Cuando un
tramo largo de un canal recibe a todo lo largo el aporte de las laderas, los taludes y
la plataforma de la vía, puede existir una diferencia muy grande entre los gastos de
los extremos, resultando así notablemente sobrediseñado el extremo superior. En
este caso se subdivide el tramo en otros menores. No se debe dividir el trazado en
tramos muy cortos que no produzcan cambios significativos del gasto ni muy largos
que produzcan secciones excesivamente sobrediseñadas en el extremo aguas
arriba.
9.10.2. La velocidad crítica
Aunque teóricamente el flujo crítico corresponde al punto de la curva de la
energía específica en que esta es mínima, en la práctica el flujo crítico se puede
atribuir a un pequeño rango de velocidades cuyo número de Froude es
aproximadamente igual a uno.
Cuando el régimen de un canal es crítico o supercrítico, se forman las
llamadas ondas estacionarias que, en ciertas circunstancias, pueden llegar a
provocar el desbordamiento del canal. Adicionalmente, las altas velocidades del
agua pueden producir daños a los revestimientos. Es por ello que se recomienda
evitar los canales con flujos supercríticos, críticos o cercanos al crítico.
Ello no obstante, a veces es imposible evitarlos, por lo que no hay más
remedio que construirlos. En ese caso se debe evitar los cambios de pendiente
longitudinal o alineamiento horizontal; la construcción y acabados del revestimiento
deberán ser de gran calidad, evitando irregularidades que puedan dar lugar al
ataque de las aguas y, para los recubrimientos, habrá que especificar un espesor
suficiente y un concreto con resistencia capaz de soportar la erosión de las altas
velocidades del flujo.
9.10.3. Seguridad vial
Con el fin de evitar daños en el caso en que un vehículo salga de la calzada,
en los canales de drenaje contiguos a ella la pendiente del talud de ese lado del
canal deberá ser como máximo de 4H:1V en carreteras y de 6H:1V en autopistas.
En caso de que no sea posible obtener estas pendientes, se deberá construir a lo
largo del canal defensas metálicas o de cualquier otro tipo, aprobadas por las
autoridades.
9.10.4. Mantenimiento
Los canales deberán estar siempre limpios de desechos y sedimentos, por lo
que, en lo posible, se los debe proyectar anchos y poco profundos, ya que así son
mucho más fáciles de limpiar o reparar.
9.10.5. Borde libre
Se llama borde libre a la distancia vertical que hay entre la superficie del flujo
y el borde superior del canal. A la profundidad calculada de acuerdo con las
necesidades hidráulicas se le debe añadir un borde libre que impida el derrame de
las aguas por el oleaje que en ellas se produce o por la deposición de sedimentos
106 Drenaje vial para ingenieros viales

que disminuya su sección útil y que, a la vez, sirva como un factor de seguridad. El
tamaño de este borde libre depende del tamaño del canal, el gasto de diseño y el
riesgo que comporte su derramamiento.
No hay una regla fija acerca del tamaño del borde libre. Las olas producidas
por las altas velocidades del agua exigirán un borde libre mayor que aquellos
canales cuya corriente sea subcrítica y, por lo tanto, más serena. Según la
referencia (10), el borde libre mínimo es de 10 cm, el cual es suficiente en canales
poco profundos pero que deberá aumentarse cuando crezca la profundidad o las
circunstancias lo aconsejen.
La ref. (15) da como usuales bordes libres comprendidos entre un 5% y un
30% de la profundidad del flujo. En los canales en curva con altas velocidades o
deflexiones, donde pueden producirse ondas, el borde libre debe aumentarse para
prevenir el derrame del agua.
En los canales no revestidos el tamaño del borde libre dependerá del tamaño
y de la vía, etc. Según el U.S. Bureau of Reclamation (15), el rango del borde
localización del canal, las confluencias de otros drenajes, requerimientos
operacionales libre va de 0,30 m para canales de poca profundidad, hasta 1,20 m
en canales de 3.000 cfs de gasto, con profundidades relativamente grandes. Da,
también, la ecuación [IX-17] para estimaciones preliminares del borde libre reque-

/S

Figura N° IX-7: Borde libre y altura no revestida en canales con fondo fijo.
Fuente: ref. (15).
Drenaje vial para ingenieros viales 107

rido, la cual parece dar resultados exagerados para el tipo de canal que se pretende
proyectar según los alcances de este trabajo:
F= Cy [IX-17]
donde F= borde libre, en pies; y= profundidad del agua, en pies, y C un coeficiente
que varía desde C= 1,5 para gastos de 20 cfs a C= 2,5 para gastos de 3.000 cfs o
mayores.
Para canales recubiertos se presentan dos bordes libres medidos desde la
superficie del agua hasta el borde del recubrimiento, uno, y el otro hasta el borde
superior del canal, quedando la diferencia de altura entre ellos sin recubrir. Los
criterios para seleccionar el borde libre son los ya nombrados. Como una guía, el
U.S. Bureau of Reclamation (15) preparó las curvas de la figura N° IX-7, que
también arrojan resultados que parecen exagerados:
9.10.6. Confluencias y cambios de sección

Cuando se unen dos o más canales, es necesario minimizar las


perturbaciones producidas por la turbulencia. En ese sentido, se recomienda que el
ángulo formado por sus alineamientos horizontales no sea mayor de 20°. En caso
de que ello no sea posible, se recomienda que el cauce de menor gasto descargue
por encima de la superficie del mayor.
Tanto en las confluencias como en los cambios de sección de un canal, se
asegurará la continuidad del flujo haciendo coincidir las líneas de la energía de cada
uno de ellos de forma que Z1 + E1 = Z2 + E2 siendo la energía del primer canal en

la confluencia E1= y1 + V12/2g; la energía del


segundo canal E2= y2 + V22/2g; la cota de
y1 E1
E2 llegada del fondo del primer cana Z1 es
y2
conocida y la del segundo Z2 se debe
Z1
Z2 determinar, entonces, Z2= Z1 + E1 – E2 formán-
dose un escalón en la unión de las dos
9.10.7. Juntas de
secciones.
contracción y dilatación

El concreto del revestimiento de los canales


b + 3 mm de drenaje está sujeto a cambios
de temperatura y de humedad como lo está un pavimento. Es por ello que en
canales largos se debe disponerc juntas que permitan la dilatación y juntas
debidamente protegidas
t en que se produzcan las grietas de contracción. En la figura
IX-8 se muestran las dimensiones de lasb juntas de contracción para revestimientos
de poco espesor, recomendadas por el Bureau of Reclamation de U.S.A. citadas en
la referencia (18).
t (cm) b (cm) c (cm) Espaciamiento (m)

5,0 0,6 a 1,0 1,6 a 1,9 3,00

6,2 0,6 a 1,0 1,9 a 2,2 3,00

7,5 1,0 a 1,2 2,5 a 2,8 3,60 a 4,50

7,7 1,0 a 1,2 2,8 a 3,1 3,60 a 4,50

10,0 1,0 a 1,2 3,1 a 3,4 3,60 a 4,50


108 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura IX-8: Dimensiones recomendadas por el U.S. Bureau of Reclamation


para juntas de contracción en recubrimientos delgados. Fuente: ref. (18)

Se necesita disponer juntas de dilatación cada 30,00 m, especialmente


cuando la velocidad del agua es muy alta y la deformación por la dilatación puede
traer consecuencias graves. En la figura IX-9 se muestran algunas de estas juntas
en recubrimientos con y sin refuerzo metálico.
Drenaje vial para ingenieros viales 109

Figura IX-9: Juntas típicas en canales. Fuente: ref. (18)


110 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO X

LAS CUNETAS

Las cunetas son canales de pequeña capacidad, generalmente dispuestos en


los bordes de las carreteras y frecuentemente con sección transversal triangular.
Esta forma se debe a la necesidad de conducir el agua sin producir interferencia o
peligro de volcamiento para el tránsito automotor que circula próximo a la cuneta.
Como consecuencia, la sección transversal es poco eficiente y la aplicación de
la ecuación de Manning para calcular su capacidad no da resultados satisfactorios.
En la ref. (10) se da la siguiente ecuación obtenida experimentalmente y aplicable
a las cunetas triangulares de los tipos A, B, C y D con coeficiente de rugosidad
n=0,016. que se muestran en la figura X-1 de la siguiente página:
1 8
Q = KS 2
y 3
[X-1]

donde K= constante cuyo valor se muestra en el cuadro de la figura; S= pendiente


longitudinal el m/m; y= profundidad en cm; Q= capacidad en l/s
Otro tipo de cuneta, utilizado en las zonas urbanas o donde quiera que
existan aceras con brocales, es el llamado brocal-cuneta. Esta cuneta está formada
por la pared vertical del brocal, su fondo lo constituye el pavimento de la calzada y
su ancho T es el ancho de inundación permisible en la vía, tal como se puede ver en
la figura X-2 de la siguiente página. Tampoco para estas cunetas es aplicable la
ecuación de Manning. En este caso se aplica la ecuación de Izzard:

[X-2]

⎛z⎞ 1 8 TIPO K
Q = 0,00175⎜ ⎟ S 2 y 3
⎝n⎠
A 0,312

B 0,484
,17 1,00 1,20
C 0,242

D 0,239
T
y= 0,33 Y= 0,20

TIPO A TIPO B
y 0,90 Sx 0,60

Figura X-2: Brocal-cuneta


y= 0,30 y= 0,20
TIPO C TIPO D

Figura X-1: Canales triangulares plenos (n= 0,016).

Fuente: ref. (10)


Drenaje vial para ingenieros viales 111

donde Q= capacidad, en l/s; S= pendien-te longitudinal, en m/m; Sx= pendiente


transversal, en m/m; z= 1/Sx, inverso de la pendiente transversal; n= coeficiente
de rugosidad de Manning; y= profundidad máxima, en cm; T= Z.y= ancho de inun-
dación de la calzada.
Esta ecuación se puede aplicar a secciones que puedan ser descompuestas en
triángulos, tal como los de la figura X-3 de la siguiente página, calculando la
capacidad de cada triángulo y sumando o restando los resultados así obtenidos.
Este tipo de cuneta provoca la inundación de una parte de la calzada, por lo
que el ancho de inundación permisible T es un factor limitante de la capacidad de la
misma. Su tamaño determina la profundidad y para una Sx dada. Un valor excesivo
de T producirá interferencias en el tránsito automotor y peatonal. Estos anchos de
inundación están regulados en la referencia (10) mostrados en las tablas V-4 y V-5.

CUNETA ASIMÉTRICA GASTO PARCIAL FONDO CON 2 PENDIENTES


T1 T2 Ttotal
T2
1 2 3 4
Q1 y Q2 y Q1 y2 Q2
(Sx)1 (Sx)2 Sx 6 (Sx)2
(Sx)1

Qtotal= Q1+Q2 Q1= Qtotal – Q2 5

Q2= Qtotal – Q1 Qtotal= Q1,5,3 + Q2,6,4 – Q2,6,3

Ecuación de Izzard:

⎛z⎞ 1 8
Q = 0,00175⎜ ⎟ S 2 y 3 [X-2]
⎝n⎠

Figura X-3: Cálculo de las capacidades en diferentes tipos de cuneta por


descomposición de la sección en triángulos y la aplicación de la ecuación de
Izzard a los mismos.
112 Drenaje vial para ingenieros viales

CUARTA PARTE

DRENAJE SUPERFICIAL
Drenaje vial para ingenieros viales 113

CAPÍTULO XI

CAPACIDAD DE LOS SUMIDEROS

Las aguas superficiales que se depositan sobre el pavimento dificultan el


tránsito tanto de vehículos como de peatones y su acción prolongada provoca
daños al pavimento. Es, pues, de suma importancia proveer un sistema de drenaje
que las concentre, capte y disponga rápidamente en los cursos de agua naturales
mediante cunetas, canales o redes de tuberías. Estas estructuras constituyen el
drenaje superficial.
En las vías rurales, este drenaje está formado principalmente por el bombeo,
esto es, la inclinación de la superficie del pavimento descendente desde el eje hacia
los bordes de la calzada, y las cunetas laterales que llevan las aguas a los canales,
construidos o naturales, que las disponen fuera de la vía y cuyo dimensionamiento
se describió en el capítulo anterior.
En las zonas urbanas, las aguas generalmente son captadas por las cunetas
formadas por el pavimento inclinado y la cara vertical del brocal-cuneta de las
aceras. Estas las conducen hasta los sumideros que, a su vez, las disponen en la
red de tuberías o, excepcionalmente, en cursos naturales de agua.
El ancho de las cunetas así formadas provoca la inundación de una parte de
la calzada, por lo que la capacidad de la cuneta depende del ancho que adopte dicha
inundación. En las tablas Nos. IV-4 y IV-5 del capítulo IV se muestra el ancho de
inundación permisible tanto para vías rurales como urbanas que especifica la ref.
(10). Si bien está en desuso la tipificación de las vías empleada en ellas, los
anchos son todavía aplicables en la actualidad. Queda en el buen juicio del
proyectista adoptar el ancho de inundación que considere conveniente para un
proyecto específico, teniendo en cuenta que, si bien el incrementarlo aumenta la
capacidad de la cuneta, también provoca una reducción considerable de la
capacidad de la vía que, por las dimensiones de su geometría, debiera resultar
suficiente para acomodar el tránsito. Su dimensionamiento se hace utilizando la
ecuación de Izzard, descrita en el capítulo anterior.
Los sumideros son dispositivos consistentes en un orificio y una cámara que
capta el agua de la calzada para hacerla pasar al sistema de tuberías o, en casos
excepcionales, disponerla en algún curso de agua cercano.
Básicamente se pueden considerar dos tipos de sumideros: de ventana y de
reja. También a veces se usan sumideros mixtos, de ventana y reja, pero su
resultado no es muy satisfactorio. En Venezuela se utilizan casi exclusivamente los
sumideros ensayados por W. J. Bauer en 1964 que dan las referencias (10) y (13).
Aunque aquí se haya hecho una separación clara entre las estructuras del
drenaje rural y el urbano, ello no significa que esa clasificación sea excluyente,
pudiéndose presentar cunetas o alcantarillas en las ciudades o sumideros y tuberías
en el drenaje de vías rurales.
114 Drenaje vial para ingenieros viales

11.1. SUMIDEROS DE VENTANA


Los sumideros de ventana se disponen debajo de la acera, dando acceso a las
aguas a través de un orificio rectangular practicado en la pared vertical del brocal,
llamado ventana, tal como se muestra en la figura XI-1 de la siguiente página. Las
aguas pasan a una cámara de igual longitud que la ventana, la cual las conduce a
una tanquilla, desde donde salen por medio de una tubería. La ventaja principal de
este tipo de sumidero es que no interfiere con el tránsito automotor o peatonal.
El agua llega al sumidero por el brocal-cuneta pero, debido a la velocidad del
flujo, este tiende a pasar de largo captándose solamente una parte de él. Para
mejorar la capacidad de captación, a la entrada del sumidero se dispone una
depresión en el pavimento de ancho y profundidad tal que no produzca
interferencias importantes con el tránsito.
Drenaje vial para ingenieros viales 115

s0
PLANTA A CALLE sX

Depresión B

Ventana

B L B BROCAL

SECCIÓN A-A Losa del sumidero (nivel acera)

Sx
5%
h a

Pavimento
Depresión

Brocal-cuneta

Depresión
Q
Agua que pasa de largo Qi

Ventana
Brocal

Figura XI-1: Esquema de la captación en un sumidero de ventana


típico. Fuente: Ref. (9)

En ella, B= ancho de la depresión; L= longitud de la ventana; h= altura de la


ventana desde el fondo de la depresión hasta la superficie inferior de la losa
superior del sumidero; a= B/12= profundidad de la depresión, medida desde la
prolongación de la línea de la rasante del pavimento; Sx= pendiente transversal de
la calzada y S0= pendiente longitudinal de la cuneta.
116 Drenaje vial para ingenieros viales

En la figura N° XI-2 se muestra un sumidero de ventana tipo I.N.O.S., tal


como lo presenta la ref. (9). En la ref. (13) aparece la estructura con mayor detalle.

∅ min.
0,30 m

0,60 a
1,00
Min.
0,60

PLANTA

0,30 a
Pendiente max. 8%
0,90

SECCIÓN

∅ min. 0,30 m SECCIÓN

Figura XI-2: Sumidero de ventana tipo I.N.O.S. Fuente: Ref. (9)


Drenaje vial para ingenieros viales 117

11.1.1 Sumideros de ventana en pendiente

Colocados en pendiente, los sumideros de ventana funcionan como


vertederos laterales con carga variable. La capacidad de este tipo de vertedero no
ha podido ser establecida analíticamente, por lo que se ha solucionado el problema
empíricamente mediante modelos hidráulicos.
Su capacidad depende de las dimensiones de la ventana; las dimensiones de
la depresión; la sección de la cuneta de aproximación; la profundidad del agua en
ella y su velocidad, función esta de la pendiente longitudinal.
Se recomienda su uso en calles con pendiente longitudinal igual o menor al
3%, ya que en pendientes mayores la velocidad de aproximación del agua es muy
elevada y tiende a pasar de largo, restándole eficiencia. Para que funcione
aceptablemente en esas condiciones, la ventana del sumidero debe ser muy larga,
lo que lo hace antieconómico.
11.1.2 Sumideros de ventana en puntos bajos
Llamaremos puntos bajos en una carretera a los de menor cota en una curva
vertical cóncava formada por una pendiente descendente y una ascendente. En
muchos de estos puntos el agua no puede salir libremente por los costados de la
carretera. Este caso se da con frecuencia en los pasos de carreteras secundarias por
debajo de autopistas o vías de mayor categoría.

Punto bajo
El proyectista de la carretera debiera
evitar, en lo posible, provocar estos
puntos bajos, ya que una falla de los
drenajes (por ejemplo, la obstrucción
de los sumideros), pueden producir
una inundación que interrumpa tem
poralmente el tránsito por la vía.
Figura XI-3: Punto bajo

Es por ello que el ingeniero hidráulico debe advertir al ingeniero vial el peligro que
estos puntos representan y, si no se pudieran evitar, debe tratarlos con especial
cuidado al momento de proyectar el drenaje.

11.1.3 Capacidad de los sumideros de ventana en pendiente

Como se puede visualizar en la figura N° XI-1, no toda el agua que llega al


sumidero por la cuneta es captada por este, por lo que es necesario determinar en
cada caso su capacidad.
La capacidad del sumidero crece conforme aumentan: a) la longitud L de la
ventana; b) la profundidad a de la depresión; c) la altura del agua y en el extremo
superior de la ventana del sumidero y d) la pendiente transversal Sx. Decrece con el
aumento del ancho de inundación T y la pendiente longitudinal S0.
118 Drenaje vial para ingenieros viales

Para encontrar la capacidad del sumidero se buscará la relación de


intercepción Qi /Q donde Qi es igual al gasto interceptado, esto es, el gasto que
entra al sumidero, y Q es el gasto total que llega por la cuneta.
La capacidad de los sumideros en pendiente se determinó por métodos
experimentales, a partir de los cuales se obtuvieron las figuras XI-4, XI-5 y XI-6
dadas en la ref. (10), correspondientes a anchos de depresión de 0,30, 0,60 y 0,90
m y longitudes de ventana de 1,50, 3,00 y 4,50 m, que son las dimensiones
habitualmente utilizadas en los sumideros de ventana.
Entrando en los gráficos con el ancho de inundación permisible T (m), se
traza una recta vertical hasta cortar la recta correspondiente a la pendiente S0
(m/m) del proyecto; desde ese punto, se traza una línea horizontal hasta cortar la
curva de la pendiente transversal Sx (m/m) correspondiente. Desde allí, mediante
una línea vertical, se obtiene la relación de intercepción Qi/Q. Multiplicando esta
relación de intercepción por el gasto Q de nuestra cuneta, se obtendrá el gasto Qi
que entra al sumidero.
Se puede observar en los gráficos que no existe la pendiente transversal del
2% correspondiente al bombeo que habitualmente se emplea en Venezuela, por lo
que se acostumbra a interpolar entre las pendientes 0,015 y 0,03 m/m.
11.1.4. Capacidad de los sumideros de ventana en puntos bajos
El funcionamiento de los sumideros de ventana en puntos bajos es totalmente
diferente al de los sumideros en pendiente. Para encontrar la capacidad de estos
sumideros se emplea la figura N° XI-7, en la cual, entrando con la profundidad
Drenaje vial para ingenieros viales 119

Figura XI-4: Relación de intercepción en sumideros de ventana con ancho


B= 0,30 m. Fuente: Ref. (10)
120 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura XI-5: Relación de intercepción en sumideros de ventana con ancho


B= 0,60 m. Fuente: Ref. (10)
Drenaje vial para ingenieros viales 121

Figura XI-6: Relación de intercepción en sumideros de ventana con ancho


B= 0,90 m. Fuente: Ref. (10)
122 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura XI-7: Capacidad de los sumideros de ventana en puntos bajos por


metro lineal de ventana. Fuente: Ref. (10)

del agua D se encuentra la capacidad unitaria, esto es, los litros por segundo que
captará el sumidero por cada metro lineal de ventana.
Los sumideros colocados en un punto bajo trabajan como vertederos de
cresta ancha, siempre y cuando la profundidad del agua no sumerja la entrada, en
cuyo caso funcionarán como orificios, lo cual debe ser evitado.
11.2. SUMIDEROS DE REJA
Los sumideros de reja consisten en orificios practicados en la calzada, los
cuales se cubren con una reja metálica para impedir que tanto vehículos como
peatones caigan en ellos. El movimiento del agua a través de la reja se puede
suponer como el paso a través de un orificio rectangular de área igual al área neta
libre de la reja. El agua es recibida por una tanquilla de concreto provista de una
tubería de desagüe que dispone el agua en el sistema de tuberías o en un cauce
natural, según sea el caso (fig. XI-8).
Drenaje vial para ingenieros viales 123

Siempre que sea posible, los barrotes de la reja se colocarán paralelos a la


dirección del agua con el fin de disminuir la posibilidad de obstrucción. Sin embargo,
la posibilidad de que los vehículos más livianos puedan caer en el espacio entre las
barras hace que habitualmente las rejas tengan sus barras dispuestas a un ángulo
de 45°.
Como medida de seguridad y para prever la posibilidad de obstrucción del
sumidero, su área neta se calcula como el doble del área del hueco rectangular
necesario para permitir el paso del gasto de diseño, lo cual está contemplado en los
gráficos destinados a su dimensionamiento.
En países de clima templado, donde las intensidades de las lluvias son
menores que en los países de clima tropical, se suele usar sumideros más pequeños
con reja hechas de hierro fundido, de 0,90 x 0,61 m, los cuales están descritos en
la ref. (13) como sumidero en cuneta. En Venezuela es raro encontrar este tipo de
sumidero.
Los sumideros de reja que se usan habitualmente en Venezuela son los del
tipo I.N.O.S., descritos en la ref. (13) como sumideros en calzada. El sumidero
mostrado en la figura XI-8 corresponde a uno con dos rejas, pero se pueden
construir tanto de una como del número de rejas que se consideren necesarias,
aumentando la longitud del mismo.
La reja es de 1,50 x 0,90 m pero, como consecuencia de las dimensiones del
marco de la misma, sus dimensiones útiles se reducen a 1,32 x 0,72 m y el área
neta de sus ranuras resulta de 0,68 m2.
11.2.1. Capacidad de los sumideros de reja en pendiente
Para calcular la capacidad de un sumidero de reja se necesita conocer la
pendiente longitudinal S0, la pendiente transversal Sx y las dimensiones de las rejas.
Tal como en los sumideros de ventana, en este tipo de sumidero también la
capacidad de captación disminuye cuando aumenta la pendiente longitudinal.

PLANTA A la boca de visita


φmin 300 mm
B
Marco 100x100x10 mm

A 0,15 A

0,63
Acera
0,15
PNI N°14
0,15 2,88 0,15

B Borde del brocal


124 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura XI-8: Sumidero de reja tipo I.N.O.S. Fuente: Ref. (13)


Drenaje vial para ingenieros viales 125

Figura XI-8 (Continuación): Sumidero de reja tipo I.N.O.S.

Una vez más, la forma de hallar la capacidad de los sumideros de reja se ha


encontrado experimentalmente. Para ello se puede utilizar la siguiente ecuación:
1 3 1
S 2⎛ S B⎞ 2
S 2 7
Qi = 400B 0 ⎜ y A − x ⎟ siempre que L ≥ 0,8 0 y A 8 [XI-1]
n ⎝ 2 ⎠ n
donde Qi= gasto interceptado, en l/s
Sx
S0= pendiente longitudinal, en
Q S0
m/m; n= rugosidad = 0,016; yA=
profundidad del agua al lado del
brocal; Sx= pendiente transversal,
L yA yP Sx
en m/m; B= ancho de la reja,
dimensión normal al flujo, en m; L=
B B
longitud de la reja, medida en el
Figura XI-9: Esquema del sumidero.
sentido del flujo, en m.
Utilizando estas ecuaciones se puede calcular la capacidad de cualquier
sumidero, no importa el número de rejas que haya en cualquier dirección.
126 Drenaje vial para ingenieros viales

En las figuras XI-10 y XI-11 de las siguientes páginas se muestran los


gráficos de la capacidad correspondientes a sumideros de una sola reja, dispuesta
esta en ambos sentidos: en el primero, con la dimensión más larga normal al flujo
y, en el segundo, con la misma dimensión en la dirección del flujo. Como se puede
observar, es más eficiente la reja puesta en la primera posición. En ellas se entra
con la profundidad yp, que es la profundidad del agua sobre el centro de la reja en
sentido normal a la dirección del flujo y, cortando la recta correspondiente a la
pendiente longitudinal de la calle, se halla el caudal interceptado Qi. Estos gráficos
deben ser usados únicamente en las siguientes condiciones:
a) pendientes transversales tales que 0,01<Sx<0,05
1
S 2 1,83
b) si 0 ≤ 7
[XI-2]
n yA 6
c) si n= 0,016 [XI-3]
d) si S0 ≤ 8,55 yA-7/3 x 10-4 [XI-4]
11.2.2. Capacidad de los sumideros de reja en puntos bajos
Los sumideros de reja colocados en los puntos bajos de la vía se comportan
como orificios. Su capacidad se calcula mediante la ecuación desarrollada en la
Johns Hopkins University en 1956.

Qi = 0,6. A. 2 gy p [XI-5]

donde Qi= gasto interceptado; A= área neta útil del orificio; g= aceleración de la
gravedad y yp= altura del agua promedio del agua sobre la reja.
En la figura N° XI-12 se presenta el gráfico que da la ref. (9) y que facilita su
cálculo. En él se entra con la altura promedio del agua yp en el eje de las ordenadas
y, cortando la curva con una línea horizontal, se encuentra el gasto que entra por
unidad de área (l/m2) en el eje de las abscisas (cada reja tiene un área útil de 0,68
m2).
Drenaje vial para ingenieros viales 127

S0
0,10
0,05
0,02

S0
0,01
0,005
0,002
0,001

yp= yA – (B/2).Sx cm. (B= 150 cm)

Limitaciones:

0,01<Sx<0,05 Qi= 0,614 (S01/2/n) yp3/2

S0/n ≤ 1,0/yA7/6

Si n= 0,016, S0 ≤ 2,5 x yA-7/3x 10-4

Figura XI-10: Capacidad de los sumideros de reja tipo I.N.O.S. en


pendiente. POSICIÓN NORMAL AL FLUJO
Fuente: Ref. (9)
128 Drenaje vial para ingenieros viales

S0
0,10
0,05
0,02

S0
0,01
0,005
0,002
0,001

yp= yA- (B/2) . S x cm (B= 90 cm)

Limitaciones:

0,01 < Sx < 0,05

S01/2/n ≤ 1,83/yA7/6

Si n= 0,016, S0 ≤ 8,55 x yA-7/3 x 10-4

Figura XI-11: Capacidad de los sumideros de reja tipo I.N.O.S. en


pendiente. POSICIÓN EN DIRECCIÓN DEL FLUJO
Fuente: Ref. (9)
Drenaje vial para ingenieros viales 129

QI /A= 0,6 2 gy P

Figura XI-12: Capacidad unitaria de los sumideros de reja en puntos bajos.


Fuente: Ref. (9)
130 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO XII

CONSIDERACIONES GENERALES PARA EL


PROYECTO DEL DRENAJE SUPERFICIAL

La función del drenaje superficial es permitir el tránsito automotor libre y


seguro por las calzadas, permitir a los peatones cruzar las calzadas con comodidad
e impedir la inundación de las aceras y las propiedades adyacentes. Al disponer
rápidamente de las aguas en el sistema de tuberías, se contribuye a la preservación
de los pavimentos y taludes. El drenaje superficial está formado, principalmente,
por el bombeo, las cunetas y los sumideros.
Los sumideros están asociados con el drenaje vial urbano y el brocal-cuneta
es la estructura destinada a concentrar el agua en el borde de la calzada para poder
captarla. Desde los sumideros, el agua pasa al sistema de tuberías que la dispone
en los cursos de agua naturales. Excepcionalmente, los sumideros pueden disponer
su gasto directamente en los cursos naturales.
No tiene sentido colocar sumideros donde no haya una concentración del
gasto, tal como la que producen las cunetas. Un sumidero colocado en el medio de
la calzada, en una superficie plana del pavimento, solamente captará la pequeña
lámina de agua que intercepte su ancho.
Los sumideros de ventana no tienen sentido alguno sin la presencia del
brocal-cuneta, ya que únicamente obligando al agua a circular pegada a la pared del
brocal podrá funcionar este tipo de sumidero. Como ya se dijo, estos sumideros son
muy poco eficientes en pendientes mayores del 3%, por lo que ello constituye una
restricción a su uso. Sus ventajas son la escasa interferencia con el tránsito y su
difícil obstrucción por los desechos sólidos.
Los sumideros de reja se colocan preferentemente en la cuneta, donde se
concentra la mayor cantidad de agua. En los casos en que el gasto no tenga un
curso de agua definido sino que corre por todo el pavimento, pueden construirse
sumideros con longitud suficiente para captarlo, tal como se hace con las rejas
múltiples que atraviesan una vía de brocal a brocal. También pueden ser colocados
en puntos bajos de la calzada o los laterales donde se concentra el agua, aunque no
haya brocales.
Las rejas no representan objetivamente un obstáculo para el tránsito, pero la
frecuencia con que presentan desniveles con el resto de la calzada hace que, como
un reflejo, los conductores aminoren la velocidad al llegar a ellos y con eso
disminuya la capacidad de la vía. Se obstruyen con mayor facilidad que los de
ventana como consecuencia de los desechos sólidos cuyo tamaño les impide pasar
por la reja. Al ser impactados directamente por el tránsito automotor, presentan
fallas frecuentes en la estructura y las rejas.
Ya se dijo que los sumideros no captan toda el agua que les llega por la
cuneta, sino que dejan pasar de largo una parte de ella. Su eficiencia viene dada
por la relación de intercepción, es decir, la relación entre el gasto que entra al
sumidero y el gasto total.
Drenaje vial para ingenieros viales 131

En las vías rurales el agua corre por el pavimento y, ayudada por el bombeo,
llega rápidamente a los bordes, donde es recibida por las cunetas, las cuales la
dispondrán en los cauces naturales. Así pues, el proyecto del drenaje superficial
consiste, principalmente, en el diseño de las cunetas laterales y las estructuras que
permiten la disposición del gasto, tal como torrenteras, rápidas, etc.
En el drenaje urbano, el agua corre por la calzada hasta llegar al brocal-
cuneta, cuyas dimensiones están determinadas por las características de la vía y el
ancho de la inundación que el proyectista acepte. El agua corre a todo lo largo de la
cuneta y, si no se capta, a la larga se producirá una inundación indeseable, por lo
que es necesario sacarla de la cuneta mediante el uso de sumideros y disponerla en
un sistema de tuberías. Este será el principal objetivo del proyecto del drenaje
superficial: colocar sumideros a las distancias apropiadas para que la inundación
del brocal-cuneta no invada el resto de la calzada.
El proyecto de los sumideros consiste en determinar qué tipo de sumidero es
conveniente en cada calle y la separación que debe existir entre ellos para lograr los
fines descritos. Esta ubicación está condicionada por la hidrología; el ancho T de la
inundación que la calle puede soportar; las profundidades yA y yP que resulten
según la pendiente transversal Sx de la calle; la pendiente longitudinal S0; la
capacidad Q de la cuneta resultante y el volumen Qi que capte el sumidero en las
condiciones del sitio.
12.1. DETERMINACIÓN DE LOS GASTOS DE DISEÑO
Como en todo proyecto hidráulico, la primera tarea será establecer los gastos
de diseño. Para ello generalmente se utiliza la fórmula racional con los coeficientes
de escorrentía, las frecuencias y anchos de inundación dadas en el capítulo II o
alguno de los métodos allá descritos.
19.2.1. Hoya afluente
La divisoria de la hoya afluente a una cuneta o sumidero se determinará
teniendo en cuenta tanto la superficie de la vía como aquellas superficies contiguas
que drenen hacia ellos.

En el caso de zonas urbanas en las que no


esté definida qué parte de la superficie de
una manzana forma parte de la hoya
afluente a una estructura, se dividirá dicha
manzana mediante líneas rectas que
formen bisectrices en los ángulos de la
manzana y rectas que unan las
intersecciones de dichas bisectrices entre
sí, tal como se muestra en la figura XII-1.
El área afluente a un sumidero depende de
la ubicación de este en el plano lo cual
constituye, precisamente, el objetivo del
proyecto.

Figura XII-1
132 Drenaje vial para ingenieros viales

Para obtenerlo, se deberá seguir un proceso de prueba y error hasta encontrar


aquella posición en la que el área afluente produzca un gasto igual a la capacidad de
la cuneta, tal como se explicará más adelante.
19.2.2. Frecuencia y duración de la lluvia
La frecuencia de diseño es el principal elemento que determina el grado de
protección que se va a asignar al drenaje. Una estructura muy costosa, difícil de
construir, o una vía con tránsito muy intenso cuya interrupción cause grandes
problemas, deberán contar con mayor protección que una estructura menos costosa
o una vía agrícola con escaso volumen de tránsito. Así, el puente sobre el río
Portuguesa debe ser calculado con una frecuencia mayor que los sumideros de una
calle local de un pequeño pueblo y una alcantarilla en la Autopista Regional del
Centro, cuyo colapso causaría graves inconvenientes a un enorme sector de la
población, deberá proyectarse con una frecuencia mayor que una alcantarilla
colocada en la carretera Caripe-San Antonio de Maturín, por ejemplo, que perjudica
a una menor cantidad de usuarios.
En las tablas Nos. IV-3 y IV-4, del capítulo IV, se muestran las frecuencias
recomendadas por la ref. (10) para diferentes tipos de vías rurales y urbanas. Sin
embargo, el ingeniero podrá aceptarlas o establecer una nueva frecuencia de diseño
para cada caso en particular, fijándola de acuerdo al grado de protección que
ameriten tanto la vía como su entorno y justificando la decisión suficientemente.
Para el cálculo del gasto de diseño de cada sumidero, la duración de la lluvia
será el tiempo de concentración de su hoya afluente, con la duración mínima de 5
min. para áreas pavimentadas menores de 2 has y de 10 min. para áreas
pavimentadas mayores de 2 has y áreas mixtas, tal como recomienda la ref. (10)
en su capítulo IV.
19.2.3. Coeficiente de escorrentía.
En las tablas Nos. IV-1 y IV-2 del capítulo IV se dieron los coeficientes de
escorrentía, tanto para zonas rurales como urbanas. Se deberá tener buen juicio
para elegir el coeficiente que mejor describa la escorrentía de la zona.
19.2.4. Cálculo del gasto
Una vez establecidos estos parámetros, se podrá calcular el gasto de diseño
de cada sumidero utilizando para ello la fórmula racional. En caso de que no sea
aplicable este método se podrá aplicar algún otro, tal como los descritos
anteriormente.
19.2.5. Pendientes
La capacidad de un brocal-cuneta depende de las pendientes transversal de
su fondo Sx y la longitudinal S0. A pesar de que la pendiente transversal mínima en
países de clima templado es del 1%, en nuestro país, debido a las altas intensidades
de las lluvias, se recomienda una pendiente transversal (bombeo) del 2%. Estas
pendientes transversales varían con el peralte y su transición, por lo que hay que
tener en cuenta esa circunstancia a la hora de calcular la capacidad de una cuneta.
Por razones de mantenimiento, con el fin de impedir la excesiva
sedimentación, la pendiente longitudinal mínima en cunetas revestidas es del 0,2%
Drenaje vial para ingenieros viales 133

y del 0,3% para cunetas no revestidas, las cuales en muchos casos resultan
insuficientes. Sin embargo, en muchas ocasiones los ingenieros viales adoptan en
su proyecto pendientes longitudinales muy bajas, lo que obliga a los brocales-
cuneta a pendientes menores que las convenientes para el drenaje y, como
consecuencia, su poca capacidad hidráulica obliga a disponer sumideros a distancias
muy cortas. El proyecto hidráulico así diseñado, que cumple con las exigencias de
ancho de inundación, resulta demasiado caro y con un aspecto poco agradable. En
estos casos, el ingeniero hidráulico debiera discutir con el vial la conveniencia de
aumentar las pendientes, pero en ocasiones el proyectista vial no accede a ello.
Para evitar este exceso de sumideros a veces se aumenta el ancho de inundación T,
lo cual aumenta la capacidad de la cuneta pero disminuye la capacidad de la vía,
condenándola al congestionamiento del tránsito cada vez que cae la lluvia de
diseño.
En el ámbito rural se aconseja el uso de las cunetas especificadas por el
antiguo M.O.P. descritas en la figura X-1, aunque se puede usar cualquier otra
sección transversal que el proyectista decida, previa comprobación de su capacidad
por alguno de los métodos descritos en el capítulo X.
12.2 VELOCIDADES DEL AGUA PERMISIBLES
La velocidad mínima del agua en la cuneta será de 0,90 m/s para impedir la
sedimentación. Sin embargo, la pendiente de la vía obliga la de las cunetas, por lo
que, a veces, no es posible proporcionar esa velocidad.
Las velocidades máximas están dadas en las tablas Nos. IX-7 y IX-8 del
capítulo IX. Para las cunetas revestidas con cobertura vegetal, la velocidad máxima
es de 1,5 m/s y en tuberías de concreto, de 5,00 m/s.
12.3 UBICACIÓN DE LOS SUMIDEROS
Los sumideros que se coloquen deben ser capaces de impedir que se
sobrepase el ancho máximo de inundación establecido con el fin de que no se
produzcan interferencias con el tránsito. Pero también deben impedir que se
produzcan concentración de agua en los lugares por los que los vehículos circulen o
deban atravesar y deben proporcionar a los peatones un cruce cómodo de las vías,
evitándoles la necesidad de atravesar corrientes de agua que les obliguen a mojarse
los pies por encima de los zapatos. Con esos fines, deberá colocarse sumideros en
los siguientes casos:
1. En los puntos bajos de la calzada. Se debe impedir que el agua produzca
inundaciones superiores a 0,10 m de profundidad en caso de obstrucción del
sumidero. Por ello la ref. (10) recomienda colocar, además del sumidero en el
punto más bajo, otros dos sumideros, uno a cada lado, en puntos de la calzada
con cota 0,10 m más alta que la del punto más bajo.
2. Inmediatamente aguas arriba de las intersecciones de vías y los cruces de
peatones.
3. En los puntos de cambio de pendiente transversal de la calzada que pudieran
producir derrames del agua sobre los canales de circulación, interfiriendo así con
el tránsito. Un ejemplo de ellos son los cambios de pendiente en la transición del
peralte: en ella el bombeo (pendiente transversal descendente desde el eje hacia
134 Drenaje vial para ingenieros viales

los bordes) cambia al peralte (pendiente transversal de sentido contrario que


adopta en la curva una de las calzadas). Así, las aguas que corren por el borde
exterior en el tramo recto, al cambiar la pendiente transversal tenderán a pasar
al borde interior, cruzando la calzada.
4. En los puntos en que la capacidad de la cuneta comienza a ser menor que el
gasto afluente, es decir, para impedir que el agua sobrepase el ancho de
inundación permisible.
5. En cualquier punto en que afluya el agua y que el ingeniero considere
conveniente proteger.
12.4 SEPARACIÓN MÁXIMA ENTRE SUMIDEROS
Si, mientras llueve, partiendo de su punto más alto se descendiera por una
calle sin sumideros, se podría ver cómo el gasto que se concentra en las cunetas va
creciendo desde cero hasta que el ancho de la inundación supera el permisible,
llegando a interferir seriamente en el tránsito. Para evitar esto, se hace necesario
que en el punto en que el ancho de la inundación llega al valor T permisible, se
disponga un sumidero para desalojar las aguas e impedir que se supere ese ancho.
12.4.1. Condiciones ideales
Para comprender mejor el procedimiento a seguir, se supondrá que la vía a
drenar es recta y son constantes: a) las pendientes transversal Sx y longitudinal S0;
b) el ancho y las características físicas de la hoya afluente; c) como consecuencia, el
aporte de agua por metro lineal a lo largo de la vía es también constante. El
procedimiento a seguir es como sigue:
1. Se calcula el aporte unitario q de la hoya empleando la fórmula racional con la
intensidad I de la zona, el coeficiente de escorrentía C como el promedio
ponderado de los coeficientes de las diferentes características físicas que
integran la hoya y un área A correspondiente al ancho de la hoya por un
metro de longitud de la vía, tal como está ilustrado en la figura N° XII-2.
2. Se calcula la capacidad Ca del brocal-cuneta para las condiciones de la vía según
lo descrito en el capítulo X.
3. Caminando en el sentido descendente de la vía a partir de su punto más
elevado, se ve que la cuneta, en su comienzo, no ha recibido ningún aporte. Por
cada metro que se desciende, llega a la cuneta un gasto unitario q, el cual hace
aumentar paulatinamente el gasto en la cuneta y, por consiguiente, su ancho de
inundación.
4. Si se camina lo suficiente, se llegará a una distancia L en la que el gasto afluente
total Q a la cuneta será igual a su capacidad C y, en ese lugar, el ancho de
inundación será el permisible T: ese es el punto que deseamos identificar para
colocar un sumidero en él y evitar que el ancho permisible sea sobrepasado. Así
pues, Q= Ca= q. L
Drenaje vial para ingenieros viales 135

5. La distancia L entre el punto


más alto, en el que todavía no
1,00 m A2, C2 se ha producido ningún gasto, y
aquel en que se debe colocar el
primer sumidero para evitar que
se sobrepase el ancho
A1, C1
permisible de inundación T será:
L= Ca/q [XII-1]

B= Ancho total de Cuneta 6. El sumidero que se coloque en


la hoya afluente este punto no capta la totalidad
del gasto, por lo que una parte
Área de ancho= 1,00 m que
produce el gasto unitario Qp de él pasa de largo. Qp se
Gasto unitario q= C.I.A=
puede calcular mediante los mé-
todos descritos en el capítulo XI.
C1 A1 + C 2 A2
q= . I . (B x 1,00) l/s
A1 + A2
Figura XII-2: Cálculo del gasto
unitario

7. Siguiendo hacia abajo, el próximo sumidero se colocará a una distancia L´,


donde el gasto afluente Q vuelva a ser igual a la capacidad de la cuneta. El
gasto Q=Ca se formará como la suma del gasto Qp que pasó del sumidero
anterior más un aporte Q´ que debe producir la hoya:
Ca= Q= Qp + Q´⇒
Q´= Ca - Qp [XII-2]
Es decir, que el gasto que debe aportar la hoya es menor que en el caso
anterior y, por tanto, la nueva distancia L´ al siguiente sumidero será menor
que la distancia L calculada para el primero.
8. Así pues, mientras no cambien las condiciones de la vía, la separación L´ entre
los siguientes sumideros será:
L´= Q´/q [XIII-3]
12.4.2. Condiciones reales
Las condiciones antes descritas se dan pocas veces en la realidad. En su
lugar:
a) el coeficiente de escorrentía C varía a lo largo de la vía, por lo que también lo
hará el gasto afluente por unidad de superficie;
b) la forma de la hoya afluente a los sumideros no es regular, por lo que no
tiene sentido hablar del gasto unitario q;
136 Drenaje vial para ingenieros viales

c) la capacidad de la cuneta varía con la pendiente longitudinal S0, lo cual es


especialmente cierto en las curvas verticales, donde la pendiente longitudinal
varía punto a punto y

Divisoria de hoya

EDIFICIOS EDIFICIOS EDIFICIOS

C2 C1 C2 C1 C2 C1 C2

PAVIMENTO C2

C2

C2 C3 C4 C3 C2
QUINTAS ZONA VERDE QUINTAS

Figura XII-3: hoya con diferentes características. Podría,


también, tener variaciones de pendiente y, por consiguiente, de
capacidad de las cunetas. El eje de la calle es una divisioria de
hoya.

d) la pendiente transversal Sx varía como consecuencia de los peraltes de las


curvas horizontales.
Así pues, muchas veces no es aplicable el procedimiento descrito en el punto
anterior y para encontrar las distancias L y L´ se debe emplear el proceso de prueba
y error que se describe a continuación:
1. Se comienza determinando sobre los planos la hoya afluente a la vía que se va a
drenar, indicando los coeficientes de escorrentía que corresponden a cada
zonificación urbanística.
2. Se establece tentativamente la ubicación del primer sumidero.
3. Se calcula la capacidad de la cuneta Ca en ese punto, teniendo en cuenta que en
otra ubicación pudiera ser diferente.
4. Se traza la línea divisoria de la sub-hoya que corresponde a esa ubicación del
sumidero.
5. Se calcula el gasto Q que produce la sub-hoya y se compara con la capacidad Ca
calculada.
6. Si Q≈ Ca, la ubicación tentativa del sumidero resultó correcta, por lo que se
marca ese punto como definitivo para el primer sumidero.
7. Si Q ≠ C, se modifica la posición del sumidero y la línea divisoria de la sub-hoya,
aumentando o disminuyendo el área de la hoya según haya sido el resultado del
paso 5.
8. Se repite el proceso desde el paso 3 hasta lograr que Q≈ Ca.
Drenaje vial para ingenieros viales 137

9. Se calcula el gasto Qp que pasa en el sumidero así obtenido y se obtiene el gasto


afluente Q´ del próximo sumidero tal que Q´= Ca - Qp
10.La ubicación de los siguientes sumideros se obtiene de la forma descrita,
utilizando el gasto Q´ del próximo sumidero en lugar de Q.
Como se puede apreciar, el proceso de prueba y error, aunque no es difícil,
puede resultar bastante engorroso, especialmente en las curvas verticales y las
horizontales, en las que cambia continuamente la capacidad Ca.
12.5. PROCEDIMIENTO DE DISEÑO DE LOS SUMIDEROS
Llamaremos normativos a los sumideros obligatorios descritos en los apartes
1 al 3 del punto 12.3 y calculados a los mencionados en el aparte 4 del mismo
punto, cuya forma de ubicación se describió en el punto anterior.
1. Comienza el proyecto con la ubicación en los planos de los sumideros
normativos. Para identificar los puntos bajos, las depresiones y los cambios de
pendiente que causen derrame del agua sobre la calzada, se debe contar con
planos en los que se haya trazado las curvas de pavimento.
2. Es conveniente marcar en el borrador la dirección descendente de las pendientes
del pavimento para poder ubicar con mayor facilidad los puntos en que es
necesario colocar sumideros.
3. A continuación, se traza sobre los planos la línea divisoria de la hoya total
afluente hacia la vía que se desea drenar.
4. Partiendo del extremo más alto de la vía se determina la distancia máxima L a la
que se debe colocar el primer sumidero calculado. El cálculo se realiza según lo
indicado en el punto anterior. Si L ≤ que la distancia al primer sumidero
normativo, habrá que colocar el sumidero calculado entre el inicio y dicho
sumidero normativo. Si L > que esa distancia, el primer sumidero será el
normativo.
5. Se calcula la distancia máxima L’ a la que se debe colocar el siguiente sumidero
calculado y se verifica si la distancia hasta el sumidero normativo próximo es
mayor o menor que la calculada. Si L’ ≥ que esta distancia, se colocará el
sumidero normativo. Si la distancia entre ambos sumideros resulte mayor que L’,
será necesario intercalar uno o más sumideros colocados a una distancia entre
ellos igual o menor a L’, teniendo en cuenta que L’ puede variar al cambiar la
ubicación del sumidero (diferentes S0 o Sx).
6. En el caso habitual en el que la distancia entre sumideros normativos no es
múltiplo de la distancia máxima, se reparten los sumideros calculados dividiendo
la distancia total entre el número de ellos, resultando separados por distancias
iguales y menores a la máxima.
7. Una vez que se ha determinado la ubicación de todos los sumideros, se traza en
la planta la situación de la red de tuberías que debe disponer las aguas o los
canales que las reciban.
138 Drenaje vial para ingenieros viales

12.6. SISTEMA DE TUBERÍAS


Generalmente, el gasto captado por los sumideros pasa a un sistema de
tuberías de drenaje que lo dispondrán en los cursos naturales de agua. Este sistema
se diseña siguiendo los procedimientos y normas del I.N.O.S. dados en la ref. (13)
tanto para los drenajes como para las cloacas y tienen que ver más con la ingeniería
sanitaria que con la vial, por lo que no serán tratadas en este trabajo, que se
limitará a dar algunas de las normas especiales para los drenajes.
El gasto de diseño de las tuberías no será calculado como la suma de los
gastos de los sumideros afluentes, ya que el tiempo de concentración empleado
para cada sumidero en particular no tiene en cuenta el tiempo de viaje del flujo a lo
largo de la tubería. La duración de la lluvia a emplear para calcular el gasto de
diseño en cualquier punto de la tubería es la suma del tiempo de concentración tc1

empleado en el
sumidero del extremo
1 2 3
aguas arriba del tubo,
tc1
más el tiempo de
viaje tvi a lo largo de
la tubería hasta el
3
tv
punto en cuestión, tal

tc1= tiempo de concentración para la primera hoya


como se puede
tv3= tiempo de viaje por la tubería entre 1 y 3 visualizar en la figura
Dutación de la lluvia para el punto 3= tc1 + tv3 XII-4. El área afluen-

Figura XII-4: Duración de la lluvia para el cálculo del te será la suma de


gasto en un punto de la tubería. todas las áreas
afluentes a los sumi-
Para determinar el gasto de una tubería en cuyo extremo aguas arriba
confluyen dos o más colectores, se puede calcular el gasto afluente
derosaplicando a cada
que desaguan
uno de ellos el método simplificado del sumidero descrito en otro capítulo y
en la tubería.
sumando los gastos resultantes. A este gasto habrá que sumarle el gasto propio del
tramo.
Los diámetros mínimos a utilizar son: para tuberías principales o tuberías
laterales de más de 100,00 m de longitud, φ 0,46 m (18”) y para tuberías laterales
de menos de 100,00 m de longitud, φ 0,38 m (15”). Las tuberías de salida de los
sumideros tendrán un diámetro mínimo de 0,30 m (12”) para evitar su obstrucción.

Las profundidades máximas y mínimas para tuberías entre φ 0,30 m y φ 0,84


m a las que, según el I.N.O.S., se debe colocar la rasante de la tubería se dan en la
tabla XII-1, al final del capítulo, y para tuberías de mayor diámetro, se puede
Drenaje vial para ingenieros viales 139

consultar las tablas XIV-2 a XIV-8, donde se da la misma información para las
tuberías de alcantarillas. Los anchos de zanja necesarios se dan en la tabla XIV-1.
12.7. SUMIDEROS QUE DRENAN DIRECTAMENTE A LOS CURSOS DE AGUA
En algunas oportunidades es posible descargar los sumideros en algún curso
de agua contiguo (quebrada, canal, etc.) evitando la construcción de una tubería
colectora del drenaje. Para ello se construye lo que se conoce como los “baberos”,
de los que se muestra un esquema en la figura XII-5 de la siguiente página.
En cuanto a su forma, puede diseñarse como resulte más conveniente a las
condiciones del sitio. Para poder determinar su capacidad según los métodos
descritos en el punto 11.3 del capítulo XI, las características de la depresión, la
ventana y la entrada del agua deben ser las mismas que las que en él se dan. A
partir de allá, se diseñará un canal con pendiente adaptada al terreno, que reduzca
sus dimensiones desde el ancho de la ventana y la profundidad en la captación
hasta el ancho y profundidad que se consideren suficientes para acomodar el gasto
de diseño.
Se debe ser cuidadoso al diseñar la descarga en el curso de agua existente,
pues un chorro de agua de gran velocidad puede socavar su extremo inferior,
provocando el colapso de la estructura.
140 Drenaje vial para ingenieros viales

PLANTA SECCIÓN A-A


CALLE S0 Posible acera
A sX

Depresión

Ventana
Brocal Dimensiones de
la captación según
Posible Al curso de agua figura XI-2 del Pendiente
acera punto 11.1 (cap. XI) según
terreno

A
Figura XII-5: Esquema de un “babero”.
Drenaje vial para ingenieros viales 141

TABLA XII-1
φ 0,30 m
PROFUNDIDADES MÍNIMA Y MÁXIMA DE RASANTE
a
ALCANTARILLAS CONCRETO I.N.O.S. CL-C-65
φ 0.84 m
EN ZANJA SIN ENTIBADO. Fuente: I.N.O.S.
S/L= SIN LÍMITE. NO USAR EN LA ZONA SOMBREADA SALVO EN CASOS ESPECIALES
CLASE 1 CLASE 2
φ
Apoyo A Apoyo B Apoyo C Apoyo A Apoyo B Apoyo C
(m)
desde hasta desde hasta desde hasta desde hasta desde hasta desde hasta
0.30 0.95 5.60 0.95 2.35 0.65 s/l 0.95 5.60 1.10 3.60
0.36 1.00 4.05 1.60 2.00 0.70 s/l 1.00 3.65 1.30 2.50
0.46 1.05 5.25 1.65 2.50 0.80 s/l 1.10 4.50 1.40 3.00
0.53 1.15 4.55 1.75 2.45 0.85 s/l 1.15 3.75 1.55 2.80
0.61 1.15 5.15 1.65 2.65 0.95 7.60 1.25 4.15 1.65 2.85
0.69
0.76
0.84
CLASE 3 CLASE 4
φ
(m) Apoyo A Apoyo B Apoyo C Apoyo A Apoyo B Apoyo C
desde hasta desde hasta desde hasta desde hasta desde hasta desde hasta
0.30 0.65 s/l 0.80 s/l 0.95 5.60
0.36 0.75 s/l 0.95 5.45 1.05 3.50
0.46 0.80 s/l 1.00 7.00 1.15 4.15 0.80 s/l 0.80 s/l 0.95 s/l
0.53 0.85 s/l 1.05 5.80 1.25 3.70 0.85 s/l 0.85 s/l 1.00 s/l
0.61 1.00 s/l 1.20 5.30 1.40 3.55 1.00 s/l 1.00 s/l 1.05 7.20
0.69 1.10 s/l 1.10 9.10 1.20 5.95
0.76 1.15 s/l 1.15 7.60 1.35 5.00
0.84 1.20 s/l 1.20 6.40 1.40 4.60
CLASE 5 CLASE 6
φ
Apoyo A Apoyo B Apoyo C Apoyo A Apoyo B Apoyo C
(m)
desde hasta desde hasta desde hasta desde hasta desde hasta desde hasta
0.30
0.36
0.46
0.53
0.61 1.00 s/l 1.00 s/l 1.00 7.70 1.00 s/l 1.00 s/l 1.00 8.70
0.69 1.10 s/l 1.10 s/l 1.10 7.30 1.10 s/l 1.10 s/l 1.10 8.30
0.76 1.15 s/l 1.15 s/l 1.15 6.35 1.15 s/l 1.15 s/l 1.15 7.80
0.84 1.20 s/l 1.20 s/l 1.20 5.80 1.20 s/l 1.20 s/l 1.20 8.40

CLASE 7
φ
(m) Apoyo A Apoyo B Apoyo C ANCHO
desde hasta desde hasta desde hasta ZANJA
0.30 0.80
0.36 1.00
0.46 0.80 s/l 0.80 s/l 1.00
0.53 0.85 s/l 0.85 s/l 0.85 s/l 1.10
0.61 1.00 s/l 1.00 s/l 1.00 s/l 1.20
0.69 1.10 s/l 1.10 s/l 1.10 s/l 1.30
0.76 1.15 s/l 1.15 s/l 1.15 s/l 1.40
0.84 1.20 s/l 1.20 s/l 1.20 s/l 1.50
142 Drenaje vial para ingenieros viales

QUINTA PARTE

ALCANTARILLAS CONVENCIONALES
Drenaje vial para ingenieros viales 143

CAPÍTULO XIII

HIDRÁULICA DE LAS ALCANTARILLAS


La construcción de una carretera se hace mediante banqueos en las partes
altas del perfil longitudinal del terreno y terraplenes en las partes bajas, de forma
que se obtenga una plataforma con pendientes aceptables para el tránsito
automotor. Precisamente por las partes que deben ser rellenadas es por donde
corren los cursos de agua naturales que drenan la hoya. Al construirse el terraplén,
este no permite el paso del agua a su través, por lo que hay que disponer conductos
que lo atraviesen y permitan el paso del agua. Al conjunto de estructuras
destinadas a proporcionar el paso de las aguas a través de la carretera se lo conoce
como drenaje transversal. Según la importancia del curso de agua que se necesite
drenar se construirán puentes, pontones y alcantarillas.
Desde el punto de vista del drenaje vial, los puentes son estructuras de gran
tamaño destinadas a salvar cursos de agua de cierta envergadura, tal como ríos de
caudal permanente, y dar continuidad a las carreteras soportando el tránsito
automotor. Su alto costo y gran importancia para la continuidad del tránsito hacen
que su estudio deba ser muy cuidadoso. Los puentes constituyen una constricción
del cauce del río y su cálculo hidráulico se funda en la hidráulica fluvial. Consiste,
fundamentalmente, en: a) la determinación la luz necesaria para que el remanso
causado por la constricción del cauce no produzca inundación que acarree daños a
las zonas adyacentes; b) la determinación del tirante libre que debe haber entre la
superficie del agua y la parte inferior de la estructura y c) la estimación de la
socavación de las bases del puente por efectos de las crecientes. Su manejo exige
conocimientos avanzados de hidráulica, por lo que se considera que no está dentro
de los objetivos de este trabajo.
Los pontones son puentes de pequeño tamaño, con luz libre de hasta unos
15,00 m, aunque ello no está establecido en la literatura existente. Su tratamiento
es similar al de los puentes, pero suelen colocarse en cauces naturales cuya hoya no
es muy grande.
Por último, están las alcantarillas, que es el tema de esta parte del curso. Las
alcantarillas son conductos cerrados que se colocan en el cauce debajo del relleno
del terraplén, de forma que el gasto pueda pasar por ellos evitando la formación de
represas.
Aunque estructuralmente las alcantarillas son bastante sencillas de resolver,
no ocurre lo mismo con la hidráulica, que no ha podido ser resuelta analíticamente.
Las características de su flujo son muy complicadas pues este está controlado por
muchas variables, tales como:
™ la geometría de la entrada;
™ la pendiente de la tubería;
™ su forma, tamaño y rugosidad;
™ las condiciones del flujo, tanto en su aproximación a la entrada como a la salida;
™ la dirección de llegada de la corriente;
™ la turbulencia;
™ el arrastre de sedimentos;
™ el aire contenido en las aguas; etc.
144 Drenaje vial para ingenieros viales

Todo ello hace que, hasta ahora, la manera de determinar la capacidad de


una alcantarilla sea empírica.
Recordando que la altura de agua es una forma de expresar la energía, el
dimensionamiento hidráulico de las alcantarillas consiste esencialmente en
establecer qué altura HE debe alcanzar el agua a la entrada de la alcantarilla para
que pase el gasto de diseño por un tubo de tamaño dado.

13.1 TIPOS DE FLUJO EN LAS ALCANTARILLAS

Básicamente se presentan dos tipos de flujo en las alcantarillas: con control a


la entrada y con control a la salida.
Para explicar mejor estos conceptos, se recurrirá al ejemplo que se muestra
en la figura XIII-1, el cual, aunque no es exactamente el mismo caso de las
alcantarillas, permite una mejor comprensión de lo que representan el control a la
entrada y a la salida.

Qentrada= Qsalida⇒ HE= constante

Nivel constante

Orificio con forma A


HE y geometría determinadas

Qsalida

Qentrada= Qi ⇒ HE= constante

Nivel constante

Orificio con forma y


geometría B
determinadas
HE
S2 ⇒ C2
S3 ⇒ C 3

Q3

Tubería con n, l, A
y forma = constantes Q2

S1 ⇒ C 1 Q1

Figura XIII-1: Control a la entrada y control a la salida


Drenaje vial para ingenieros viales 145

En la parte A de la figura se muestra la sección transversal de un tanque de


concreto, en una de cuyas paredes se ha practicado un orificio por el que se
produce un gasto de salida Qsalida, mientras que por arriba ingresa un gasto Qentrada
igual al de salida, con lo que la altura del agua HE permanece constante. En este
caso es evidente que el gasto que pasa por el orificio depende exclusivamente de la
forma y tamaño de la sección transversal del mismo, la geometría de su entrada y
la altura del agua HE. Únicamente variando alguno de estos elementos se
conseguirá variar el gasto de salida. Podemos decir, entonces, que el control del
gasto está en el orificio.
En la parte B de la figura, a la salida del orificio del tanque se le ha añadido
una tubería a la que, por medio de un sistema de poleas, se le puede hacer variar la
pendiente longitudinal S. Como la tubería es siempre la misma, los valores de la
rugosidad n, la longitud l, el área A y la forma de la sección transversal permanecen
constantes y variará la capacidad C de la tubería como consecuencia del cambio de
pendiente.
Para la pendiente S1 la capacidad del tubo es C1. Aunque esta capacidad sea
mucho mayor que el gasto Qsalida que pasa por el orificio (C1>>>Qsalida), el gasto Q1
que pasa por la tubería no puede ser sino el mismo Qsalida, el máximo que permite
pasar el orificio. La tubería funcionará parcialmente llena y se dice, entonces, que el
control está en la entrada, ya que la capacidad está determinada por las
características de la entrada y no de la tubería.
Si se disminuye la pendiente llevándola a un valor S2, la capacidad C2 de la
tubería disminuirá, pero si se mantiene que C2>Qsalida, el gasto seguirá siendo Q2=
Qsalida, continuando, entonces, el control a la entrada y la tubería parcialmente llena.
Si se sigue disminuyendo la pendiente hasta un valor S3 es posible que la
capacidad C3 de la tubería sea menor que Qsalida (C3<Qsalida) y entonces, puesto que
por la tubería no puede pasar Qsalida, Q3 será igual a la capacidad C3. En este caso la
tubería funcionará llena y se dice que el control está en la salida, ya que son las
características de la tubería las que determinan la capacidad.
En el ejemplo descrito se ha supuesto que la altura HE del agua a la entrada
de la tubería es constante. Sin embargo, la altura del agua es uno de los factores
determinantes en el cálculo de la capacidad de las alcantarillas, pues al repetir el
razonamiento para otras alturas de agua, los gastos resultantes son diferentes.
Si cuando el control está a la entrada se aumenta considerablemente la altura
HE, el gasto Qsalida puede aumentar hasta llegar a igualarse con la capacidad del
tubo y, entonces, este funcionará lleno y el control pasará a la salida. Ello nos indica
que la capacidad máxima del sistema ocurre cuando el control está en la salida.
Así pues, en el flujo con control a la entrada la boca del tubo funciona como
un orificio y la capacidad de la tubería está determinada por:
™ la sección transversal del tubo, que determina la forma y tamaño de la entrada;
™ la geometría de la entrada: aristas, disposición, etc.;
™ la altura HE del agua a la entrada del tubo.
En el flujo con control a la salida, la capacidad de la tubería está determinada
por los factores siguientes:
™ la forma y tamaño de la sección transversal del tubo;
™ la geometría de la entrada;
™ la altura HE del agua a la entrada del tubo.
146 Drenaje vial para ingenieros viales

™ la altura HS del agua en la salida;


™ la rugosidad y pendiente longitudinal del tubo;
™ la longitud de la tubería.
En la figura XIII-2 de la siguiente página se muestran los esquemas de los
diferentes casos en que se presentan el control a la entrada y el control a la salida
en las alcantarillas, siendo la altura H la carga hidráulica necesaria para que el gasto
pase a través de la tubería.
Es difícil predecir cual de los dos tipos de control se producirá para un cierto
gasto en una tubería. En algunas ocasiones, si hay algún cambio en las condiciones
tal como la caída de una roca en el canal de salida o la deposición de sedimentos, el
control puede cambiar de la entrada a la salida o viceversa. Para obviar esta
dificultad, se calculan las alturas de agua necesarias en ambos tipos de control y se
elige el más desfavorable, esto es, el que exige mayor altura de agua para que el
flujo pase por la tubería. En este capítulo se expondrán los métodos y teorías que
permiten resolver el problema del dimensionamiento hidráulico de las tuberías,
describiéndose en otro capítulo el procedimiento para aplicarlos en la práctica.
Drenaje vial para ingenieros viales 147

Figura XIII-2: Esquema de los diferentes casos de control a la entrada y la salida.


Fuente: Ref. (10)
148 Drenaje vial para ingenieros viales

13.2 ALCANTARILLAS CON CONTROL A LA ENTRADA


que su entrada funciona como un orificio y que su capacidad está
determinada principalmente por la profundidad del agua aguas arriba y la geometría
de la entrada, incluyendo el área del tubo, su forma y la forma de las aristas.
Puesto que su capacidad está determinada por las características del orificio de
entrada, en su capacidad no influyen determinantemente la longitud del tubo, su
rugosidad ni las condiciones en la salida.
En el control a la entrada se produce lo que los textos americanos llaman un
“flujo de compuerta” (fig. XIII-3), pues la altura del flujo al penetrar en la tubería
sufre una contracción parecida a la que sufre la vena de agua en las compuertas. Al
pasar por la entrada, el flujo se convierte en supercrítico y, si la alcantarilla tiene
pendiente subcrítica, se produce el resalto dentro del tubo, lo que ahoga el resalto y
coloca el control a la salida. Si, por el contrario, la pendiente es supercrítica, no

se producirá el resalto y
Resalto hidráulico el control estará en la
entrada.

En las alcantarillas cortas,


aquellas cuya relación de
longitud L a diámetro D
HE
del tubo es L/D<20, el
resalto se produce fuera
D
del tubo, por lo que,
aunque la pendiente sea
subcrítica, la alcantarilla
Vena contraída S0<Scr trabaja con control a la
entrada.

Figura XIII-3: Flujo tipo compuerta


Los esquemas CE-1 y CE-2 de la figura XIII-2 muestran las alcantarillas que
funcionan con control a la entrada. En el primero, la entrada no está sumergida
mientras que, en el segundo, sí lo está.
Para determinar las dimensiones de las alcantarillas con control a la entrada
se ha establecido experimentalmente la relación que existe entre la altura del agua
a la entrada HE, las características de dicha entrada y la descarga Q que ella
produce para un determinado tamaño y tipo de tubería.
La altura HE para cajones rectangulares de concreto, tuberías circulares de
concreto y metal corrugado y tubos abovedados de metal corrugado con control a la
entrada se obtiene directamente de los nomogramas que se presentan en el Anexo
B, al final de este trabajo.
Drenaje vial para ingenieros viales 149

13.3 ALCANTARILLAS CON CONTROL A LA SALIDA

La capacidad de las alcantarillas con control a la salida depende


principalmente de la forma y tamaño de la sección transversal del tubo; la
geometría de la entrada; la altura HE del agua a la entrada del tubo, la altura HS
del agua en la salida; la rugosidad y pendiente longitudinal del tubo y la longitud de
la tubería.
Para que la influencia de los tres últimos factores sea completa, los tubos
debieran funcionar a sección plena a todo su largo, pero puede que trabajen a
sección plena solamente en una parte de del recorrido o, incluso, todo el recorrido
parcialmente lleno. El primer caso está ilustrado en los esquemas CS-1 y CS-2 de la
figura XIII-3; el segundo, en el esquema CS-3 y el tercero en el esquema CS-4.

13.3.1. Altura de agua requerida


La carga hidráulica H (figuras XIII-4 y XIII-5) o altura de agua requerida para
que un cierto gasto pase a través del tubo se calcula mediante la expresión
H= Hv + He +Hf [XIII-1]
2
donde Hv= carga de la velocidad= V /2g;
He= pérdida de carga en la entrada= Ce V2/2g;
Ce= coeficiente de pérdida de carga en la entrada, mostrado en la tabla N° 1
del Anexo B, al final de este trabajo;
Hf= pérdida de carga por fricción a lo largo del tubo, calculada mediante la
ecuación de Manning1:
19,6n 2 L V 2
Hf= 4
. [XIII-2]
R 3 2g
n= coeficiente de fricción de Manning;
L= longitud de la tubería, en m;
R= radio hidráulico en m;
V= velocidad media del flujo en m/s;
g= aceleración de la gravedad= 9,8 m/s2
Sustituyendo en [XIII-1], podemos escribir:
19,6n 2 L V2
H= (1 + Ce + 4
). [XIII-3]
R 3 2g
Esta ecuación está resuelta en los nomogramas que se presentan en el Anexo
B al final del trabajo.
En el caso en que resultara necesario emplear un valor de n´ diferente al n
empleado en los nomogramas, bastará sustituir la longitud L de la tubería por una
longitud equivalente L´ calculada como

1
V= R2/3.S1/2 / n | Hf= L.S | V2= R4/3.S / n2 | LV2= R4/3.L.S / n2= R4/3.Hf / n2

Hf= L.V2.n2 / R4/3 | multip. num. y denom. por 2g= 19,6: Hf= (19,6 n2.L / R4/3) . (V2 / 2g)
150 Drenaje vial para ingenieros viales

L´= L. (n´/n)2 [XIII-4]

Puesto que las pérdidas por fricción se calculan mediante la ecuación de


Manning, solamente con la tubería a sección plena la solución es exacta. En el caso
en que solamente una parte de la tubería funcione a sección plena, el resultado es
suficientemente aproximado. Para que sea aplicable en el caso en que toda la
tubería funciona parcialmente llena, se debe cumplir que, siguiendo la figura
XIII-2, HE ≥ 0,75 D siendo HE la altura del agua a la entrada y D la altura del tubo.
13.3.2. Cálculo de la altura de agua en la entrada.
El cálculo de la capacidad de una alcantarilla con control a la salida no finaliza
con la obtención de la carga hidráulica H, pues no se debe olvidar que en su
funcionamiento intervienen también la pendiente longitudinal S0 y las condiciones
de la corriente en la salida. Puesto que al salir el agua se producen irregularidades
en el flujo (figura XIII-5), se asume que la línea de la energía llega a la salida del
tubo a una altura de control h0 medida desde el fondo de la tubería y por encima de
la cual se mide la altura de la energía H. Esta altura h0 puede adoptar uno de los
dos valores que se dan a continuación:

H E H
D
LS 0 h0= H S
S 0
L

F ig u r a X I I I - 4 : A lc a n t a r illa c o n c o n tr o l a la s a lid a y
s a lid a s u m e r g id a . F u e n te : R e f. ( 1 0 )

1. Si la altura del agua a la salida de la alcantarilla es mayor que su altura (HS>D),


es decir, que está sumergida, h0 se hace igual a HS (figura XIII-4)
2. Si la salida del agua de la alcantarilla no está sumergida, el valor de h0 (figura
XIII-5) será el mayor de los dos siguientes:
a) HS
b) (dc + D) / 2

HE H
D dc
LS0 h0 HS
S0
L

Figura XIII-5: Alcantarilla con control a la salida y


salida no sumergida. Fuente: Ref. (10)
Drenaje vial para ingenieros viales 151

donde dc es la altura del flujo crítico en la salida, que puede encontrarse en los
gráficos del anexo B. Una vez obtenidos todos los datos necesarios, se puede
calcular la altura HE del agua necesaria para que el gasto de diseño pase por la
tubería de la alcantarilla cuyo diámetro hemos fijado previamente.
A partir de las figuras XIII-4 y XIII-5 se puede plantear la ecuación
HE + L.S0= H + h0. Despejando HE se obtiene:
HE= H + h0 – L.S0 [XIII-5]
Esta ecuación da resultados precisos cuando la tubería funciona llena en toda
su longitud, lo cual ocurre cuando (10):
V2
HE≥ D + (1 + Ce) . [XIII-6]
2g
Como ya se dijo, la solución es suficientemente aproximada cuando
solamente una parte de la tubería funciona a sección plena y, para que sea aplicable
cuando toda la tubería funciona parcialmente llena, se debe cumplir que
HE ≥ 0,75 D siendo HE la altura del agua a la entrada y D la altura del tubo. Para
alturas de HE menores no se ha encontrado solución.
13.3.3. Altura del agua en la salida
En muchos casos, el canal natural de la salida es considerablemente ancho o
simplemente no existe y, como consecuencia, la altura HS que el gasto de diseño
adoptará en él resultará menor que la del agua en el extremo de la alcantarilla. En
dc + D
ese caso, HS<D y, por tanto, se adoptará una altura de referencia h0= sin
2
necesidad de calcular la verdadera HS.
Sin embargo, aun cuando el aspecto en la proximidad de la descarga de la
alcantarilla parezca indicar que HS<D, se debe verificar que aguas abajo no haya
algún obstáculo que produzca una elevación del nivel de las aguas. Si se sospecha
que la altura del agua HS en el canal puede ser comparable con el diámetro D, se
deberá calcular para obtener un valor de h0 confiable.
Si para permitir el drenaje ha sido necesario construir un canal de forma
regular, HS se puede obtener directamente mediante la aplicación de la ecuación de
Manning a dicho canal.
Si la forma del canal de salida lo permite, se puede aproximar su sección
transversal a un trapecio o un rectángulo y aplicarle la ecuación de Manning
directamente.
Cuando el canal es regular en su forma, rugosidad y pendiente, se puede
hallar la altura HS mediante la curva limnimétrica, la cual consiste en una gráfica
del gasto contra la altura del flujo obtenida mediante la ecuación de Manning.
152 Drenaje vial para ingenieros viales

SECCIÓN TRANSVERSAL CURVA LIMNIMÉTRICA

h3 ⇒ A3 h3
HS
h2 ⇒ A2 h2

h1 ⇒ A1 h1

Q
Q1 Q2 Qdis Q3

Figura XIII-6: Obtención de HS mediante la curva limnimétrica.

Para construir la curva limnimétrica, se obtiene del plano la sección


transversal del canal natural (figura XIII-6). En caso de que no esté muy clara la
forma de esa sección, se levantan varias secciones en esa zona y se obtiene un
promedio de todas ellas. A continuación, se traza arbitrariamente una altura de
agua h1, la cual determina un área A1. Se aplica la ecuación de Manning y se
obtiene el gasto Q1 producido por la altura h1:
2 1
AR 3 S 2
Q=
n
Se sigue trazando nuevas alturas h2, h3, ... hn y calculando los gastos
correspondientes. Con los resultados así obtenidos se obtiene la curva limnimétrica
de gastos contra alturas de agua. Para encontrar la altura HS a que llegará el gasto
de diseño, se traza una vertical desde ese gasto hasta cortar la curva y, desde allá,
se encuentra la altura HS mediante una horizontal.
Cuando, en las cercanías de la alcantarilla, el canal de desagüe desemboca en
una corriente de agua mayor, un embalse, el mar, etc., habrá que tener en cuenta
la cota máxima de las aguas en que desemboca para obtener la altura HS.
13.4 VELOCIDAD DEL AGUA EN LA SALIDA
Generalmente, en una alcantarilla se producen velocidades del agua mayores
que las que se producen en el canal natural, lo que puede producir socavación en la
salida. Para prevenirlo, en el momento del dimensionamiento de la tubería se debe
calcular la velocidad del agua en la salida y compararla con las velocidades máximas
permitidas por las normas para diferentes tipos de suelo. En este punto solamente
se expondrán los criterios que se siguen en el cálculo, quedando para más adelante
la descripción del proceso práctico a seguir.
13.4.1. Velocidad media del agua a la salida en alcantarillas con control a la
entrada
En el flujo de “tipo compuerta” la velocidad del agua se acelera, pasa por la
velocidad crítica y llega a la supercrítica. En las alcantarillas con control a la entrada
la pendiente longitudinal S0 es supercrítica por lo que, después de pasar por la
crítica, la velocidad a lo largo del tubo busca alcanzar su velocidad normal, que es
supercrítica. Así pues, en una alcantarilla con control a la entrada el agua tiende a
Drenaje vial para ingenieros viales 153

adoptar la velocidad normal que corresponde a las características de la alcantarilla.


Para calcular esa velocidad media, se aplica la tan conocida ecuación de Manning:
2 1
R 3S 2
V=
n
Si se cumple que L/D<20, aunque la pendiente sea subcrítica, a la salida la
velocidad tenderá a la crítica antes de producirse el resalto.
12.4.2. Velocidad media del agua a la salida en alcantarillas con control a la
salida
A la salida de las alcantarillas con control a la salida que funcionan a sección
plena con la salida sumergida, el agua en el extremo del tubo ocupa toda o casi
toda la sección. En las alcantarillas a sección plena con salida no sumergida, al
tender el flujo a desparramarse en el cauce que tiene mayor sección que la tubería,
la velocidad del agua en el extremo del tubo se hace crítica y, por lo tanto, adopta
la profundidad crítica dc.

En el primer caso, para obtener la velocidad media del flujo en la salida


simplemente se dividirá el gasto total por el área de la sección transversal de la
tubería. En el segundo caso, el más frecuente, se utilizará el área de una sección
cuya altura h0 esté comprendida entre la crítica dc y el diámetro D:
dc + D
h0 =
2
154 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO XIV

RECOMENDACIONES GENERALES PARA EL PROYECTO DE ALCANTARILLAS

El dimensionamiento hidráulico del drenaje transversal debe asegurar que la


capacidad de las alcantarillas sea suficiente para permitir el paso del agua a través
de la carretera. Sin embargo, para garantizar el comportamiento adecuado de las
alcantarillas es necesario tomar en cuenta algunas otras consideraciones. Aquí se
presentan, principalmente, las que se hacen en la Ref. (10).
14.1 GASTOS DE DISEÑO

La determinación de los gastos de diseño de las alcantarillas puede tener


algunos márgenes de incertidumbre, pues el estudio a fondo de cada una de las
pequeñas hoyas afluentes resultaría tal vez más oneroso que el uso de alcantarillas
un poco más grandes.
Se recomienda que, de ser posible y especialmente en las hoyas de mayor
tamaño, se compare el resultado obtenido con la capacidad de los cursos de agua
naturales obtenida mediante la aplicación de la ecuación de Manning a la sección
transversal correspondiente a la altura alcanzada por las crecientes, de acuerdo con
las señales físicas del sitio o la información de los pobladores.
La Federal Highway Administration recomienda que los diseños se hagan para
las condiciones más desfavorables pues, a veces, las condiciones ideales pueden ser
transitorias, lo que no permite garantizar su permanencia. Además, existen algunos
elementos que intervienen en la capacidad de las alcantarillas y que no son tomados
en cuenta para su diseño, tal como la velocidad de aproximación de la corriente, su
turbulencia y las posibles presiones negativas en la tubería. Por todo ello, resulta
prudente utilizar gastos de diseño conservadores para así prevenir posibles
inundaciones con daños al entorno.
14.2 TIPOS USUALES DE ALCANTARILLA
Las alcantarillas generalmente se construyen con cajones de concreto armado
construidos en el sitio, tuberías prefabricadas de concreto o tuberías de metal
corrugado. Desde el punto de vista constructivo y siempre que sea posible, es
conveniente tratar de utilizar el mismo tipo de tubería en todo el proyecto.
14.2.1. Cajones rectangulares de concreto armado
Estas estructuras se disponen generalmente donde los gastos son grandes,
las condiciones del terreno exigen dimensiones especiales para adaptarse a él o las
condiciones agresivas del medio contraindican el uso de las tuberías de metal
corrugado.
Se construyen en el sitio con las dimensiones que resulten del cálculo
hidráulico para cada caso particular. El tamaño del cajón debe permitir el acceso a
su interior para poder desencofrar la parte interna y, además, permitir el
mantenimiento. Existen publicaciones que proporcionan el diseño estructural para
secciones de una y dos celdas con dimensiones estándar (20) y (21). Si no se
Drenaje vial para ingenieros viales 155

dispone de alguna de ellas, el cálculo estructural deberá ser realizado por el


proyectista.
14.2.2. Tuberías circulares prefabricadas de concreto
Son muy útiles en ambientes agresivos. Se construyen en tamaños que van
desde los 0,10 m a los 2,74 m con diferentes resistencias a la compresión. Las de
mayor diámetro y las de las clases más resistentes llevan armadura metálica.
Las tuberías de diámetros no muy grandes son relativamente fáciles de
colocar y, en ciertas condiciones, resultar competitivas con las tuberías de metal
corrugado. Sin embargo, el costo de las alcantarillas de grandes diámetros
construidas con este tipo de tubería es muy elevado, tanto por el costo propio de las
tuberías como por el costo de transporte y colocación, lo que puede hacer
preferibles los cajones rectangulares de concreto armado. No es muy frecuente el
uso de tuberías de concreto con diámetros superiores a 1,22 m, prefiriéndose
tuberías de metal corrugado siempre que las condiciones del sitio lo permitan.
Los tubos circulares de concreto también se utilizan en las redes de tuberías
de drenaje, quedando los diámetros menores para los sistemas de cloacas.
14.2.3. Tuberías de metal corrugado
Están compuestas por planchas curvadas de metal corrugado y galvanizado,
de forma que, al unirlas por medio de pernos, formen una tubería del diámetro
especificado. Son livianas y muy fáciles de transportar, ya que no ocupan mucho
volumen. Sus principales ventajas son el precio de los diámetros grandes y la
facilidad para el transporte e instalación.
La resistencia a la compresión se la brindan las corrugaciones, las cuales
pueden ser de tres tamaños: en los tubos de “metal corrugado” (10) o “acero
corrugado” (11), de diámetros entre 0,46 y 3,04 m, las corrugaciones pueden ser
de 67,7x12,7 mm (2 2 ”x 1 ”) y de 76,2x25,4 mm (3”x1”) mientras que en los
3 2
tubos de “láminas estructurales” (10) o “chapas estructurales” (11), de diámetros
entre 1,52 y 7,92 m, la corrugación es de 152,4x50,8 mm (6”x2”). Como se puede
ver, los diámetros se solapan entre 1,52 y 3,04 m. Ello se debe a que, por la
diferente resistencia a la compresión que cada uno de los tamaños de corrugación
que ofrecen, la altura permisible del relleno de su cobertura varía.
Estas tuberías vienen en secciones circular y abovedada. En esta última el
ancho es mayor que el alto. Para áreas iguales, su altura es menor que en la
sección circular y su capacidad parecida, lo que permite colocarlas en lugares en
que la altura del relleno no es muy alta.
Aunque en condiciones normales el galvanizado proporciona una protección
suficiente y su duración es satisfactoria, su desventaja principal es que son
vulnerables a los agentes externos. Es por ello que este tipo de tubería debe ser
protegido por un recubrimiento total de asfalto en lugares donde (10):
™ el agua se estanca y la vegetación puede producir ácidos orgánicos;
™ pueda estar sometida a humedad constante;
™ los suelos sean secos y alcalinos.
156 Drenaje vial para ingenieros viales

Además del recubrimiento de asfalto, se deberá aumentar el espesor de la


lámina metálica o utilizar otro material en los siguientes casos:
™ donde las velocidades del agua son mayores de 3,5 m/s con arrastre de
sedimentos abrasivos;
™ cuando están sometidas al aire o las aguas salinos;
™ cuando los suelos contienen altas cantidades de minerales o sean alcalinos y
húmedos;
™ donde puedan correr aguas cloacales, de establos o desechos industriales.
Para protegerlas de la abrasión producida por los sedimentos o del paso de
personas o ganado, se puede pavimentar su fondo con concreto fijado con una
armadura metálica. El pavimento debe cubrir el tercio inferior del tubo y cubrir por
completo las corrugaciones.
14.3 DIÁMETROS MÍNIMOS
Según la ref. (10), los diámetros mínimos de las alcantarillas serán:
a) En los casos normales 0,91 m (36”) para facilitar la limpieza y mantenimiento.
b) Cuando la alcantarilla sea de gran longitud o exista un gran arrastre de
sedimentos, el diámetro mínimo será de 1,22 m (48”).
c) Para carreteras secundarias y previa justificación técnica, se podrá usar un
diámetro mínimo de 0,61 m (24”) siempre que su longitud no sea muy grande.
d) Para caminos, el diámetro mínimo se podrá llevar hasta 0,46 m (18”).
Sin embargo, al momento de decidir el diámetro mínimo que se usará se
debe tener en cuenta que la seguridad física de la carretera depende, en gran parte,
de la calidad de su drenaje, por lo que no se deberá intentar un ahorro
arriesgándose a costos de mantenimiento muy altos e interrupciones de tránsito en
el futuro. No se debe olvidar que el costo a minimizar no es el inicial de construcción
sino el costo total del transporte, en el que se debe incluir los costos de operación y
mantenimiento.

14.4 ALTURA DE AGUA PERMISIBLE EN LA ENTRADA (HEP)


La altura de agua o carga hidráulica permisible a la entrada de la alcantarilla
se determina como la menor obtenida mediante los tres criterios siguientes (10):
1. Entre el nivel máximo de las aguas y la cota de la subrasante de la carretera
debe quedar un borde libre de por lo menos 0,40 m. Se suele usar un borde libre
de 0,60 m por debajo de la cota de la rasante.
2. El agua no debe producir daños a las propiedades situadas aguas arriba de la
alcantarilla. El nivel de peligro se establece mediante los planos con curvas de
nivel y una inspección ocular del sitio. Se debe ser especialmente cuidadoso en
zonas planas en las que una ligera elevación del agua puede causar extensas
inundaciones.
3. La carga hidráulica a la entrada no debe sobrepasar una altura igual a 1,2 veces
el diámetro de la alcantarilla (HE/D ≤ 1,2). Sin embargo esta altura ha sido
modificada en la ref. (8), que da los valores mostrados en la tabla XIV-1.
Drenaje vial para ingenieros viales 157

TABLA XIV-1
φ (m) HE/D

1,5 D 1,2 D D D<0,90 1,5


0,9<D<1,5 1,3
1,5<D<2,0 1,2
Figura XIV-1: entrada sumergida (HE/D > 1,5) 2,0<D 1,0
y no sumergida (HE/D ≤ 1,2).

La relación HE/D ≤ 1,2 es el límite en que la entrada funciona constantemente


sin sumergirse. La relación HE/D ≥ 1,5 es el límite en que la entrada de tubería
funciona continuamente sumergida. En el rango 1,2 ≤ HE/D ≤ 1,5 la entrada pasa
aleatoriamente de sumergida a no sumergida, lo que representa una condición de
inestabilidad del flujo.
La restricción HE/D ≤ 1,2 resulta muy conservadora, pues exige el empleo de
tubos de mayor diámetro, lo que encarece el sistema de drenaje sin ofrecer ninguna
ventaja. También impide el empleo de alcantarillas con entradas mejoradas, las
cuales, en tuberías largas, pueden producir ahorros de hasta un 40% del costo de
construcción. Esta restricción debiera ser revisada, pues no se ha encontrado en la
literatura disponible ninguna justificación a esa medida. Uno de los elementos de
diseño de las alcantarillas con entrada mejorada (22) es, precisamente, disponer de
mayor altura de agua a la entrada de la alcantarilla, limitándola únicamente las dos
primeras condiciones ya mencionadas. Por otra parte, se ha encontrado que la
flotación de la tubería, una falla muy frecuente en zonas anegadizas, es más grave
con relaciones HE/D cercanas a la unidad (32).
En las normas del Estado de California (33) no se limita la relación HE/D,
exigiéndose únicamente que no se forme aguas arriba una laguna, tamaño que se
alcanza cuando la altura del agua llega a los 7,50 m (25 feet) o su capacidad a los
1.265 m3. En esos casos el talud trabaja como un dique, por lo que debe ser
construido con especificaciones diferentes que la carretera pues, en caso de
colapsar, puede causar un grave accidente aguas abajo.
14.5 VELOCIDADES PERMISIBLES
14.5.1. Velocidades máximas en las tuberías
Es necesario controlar la velocidad del agua en el interior de la tubería de la
alcantarilla para evitar daños a su estructura. Esas velocidades no deben
sobrepasar los siguientes valores:
™ Alcantarillas de concreto: 5 m/s cuando haya evidencia de arrastre de arenas
gruesas, granzón, piedras, etc.; 7 m/s cuando no haya arrastre de sedimentos
gruesos.
™ Alcantarillas metálicas: 3,5 m/s cuando haya evidencia de arrastre de arenas
gruesas, granzón, piedras, etc.; 6 m/s para aguas limpias.
158 Drenaje vial para ingenieros viales

14.5.2. Velocidades mínimas


Para evitar la deposición de sedimentos, la velocidad de las aguas no debe
ser menor de 1 m/s.
14.5.3. Velocidades máximas permisibles a la salida de la tubería
La aceleración del agua puede provocar socavación a la salida de las
alcantarillas, lo que acarrea daños en los taludes de relleno y la plataforma de la
carretera. Es por ello que, mediante los métodos ya descritos, en el momento de
dimensionar una alcantarilla se debe calcular la velocidad del agua en la salida y
compararla con las máximas permisibles dadas en las tablas IX-7 y IX-8 del capítulo
IX. En caso en que ellas sean sobrepasadas se debe tomar las medidas necesarias
para impedir los daños, tal como se describe en la parte dedicada al mantenimiento.
14.6 ARRASTRES
Las aguas de lluvia siempre arrastran gran cantidad de sedimentos, material
orgánico, ramas, árboles, etc. En las zonas urbanas, a esos arrastres hay que
añadirles los propios de las calles pavimentadas (papeles, envases, etc.), los
provenientes de los movimientos de tierra para la construcción de edificaciones y los
que producen las áreas de desarrollo anárquico, que van desde bolsas de plástico a
colchones y neveras. Pretender que las alcantarillas tengan capacidad para todos
esos desechos sería demasiado oneroso, por lo que se recomienda tomar medidas
preventivas para impedir que lleguen hasta ellas.
En la etapa de proyecto es difícil precisar cuales cauces producirán arrastre
de materiales flotantes pero, en los cauces en los que se tenga evidencia de ellos,
se recomienda la construcción de deflectores tal como los que se describen en la
parte dedicada al mantenimiento. Si estas estructuras se describen junto con el
mantenimiento es porque parece poco probable que, sin pruebas visibles de su
presencia, sean construidas en la etapa de ejecución.
Los suelos removidos en la construcción de la carretera, especialmente los
botes de material sobrante, producen una enorme cantidad de sedimentos que no
se presentan en el terreno natural. Por ello se recomienda no perturbar el suelo
aguas arriba de las alcantarillas, no botar tierra en zonas que drenen hacia ellas y
reforestar lo antes posible todos los taludes, terraplenes, botes de tierra y zonas
erosionables.
14.7 PROFUNDIDADES MÁXIMA Y MÍNIMA DE COLOCACIÓN
Cuando el relleno es alto, la tubería debe ser capaz de resistir el peso del
mismo sin sufrir daños y, cuando el relleno es bajo, debe asegurarse que el peso
de los vehículos que pasen sobre ella no la dañen. Para cada tipo de tubería existe
un apoyo y un rango de profundidades en el que se debe colocar la tubería. Las
tablas que brindan esta información se dan al final del capítulo.
14.7.1. Tuberías de concreto
En la tabla XIV-1 se dan los anchos de zanja especificados en (34) y en la
figura XIV-4 (ambas al final del capítulo) muestran los tipos de apoyo y las
profundidades máxima y mínima que especifica el I.N.O.S. para tuberías de
concreto clase INOS CL-C-65.
Drenaje vial para ingenieros viales 159

14.7.2. Tuberías metálicas circulares


La resistencia estructural de las tuberías metálicas la brindan tanto el tamaño
de la corrugación como el espesor de la lámina. La ref. (11) es una herramienta
muy útil para proyectar tuberías de metal corrugado.
Como se dijo, los tamaños de corrugación de las tuberías son de 67,6x12,7
mm (2 2/3” x1/2”), 76,2x25,4 mm (3”x1”) y 152,4 x 50,8 mm (6” x 2”). Los
espesores varían desde un mínimo de 1,312 mm en las láminas de “metal
corrugado” a un máximo de 7,112 mm en las “estructurales”.
En las tablas XIV-3, XIV-4 y XIV-5 que se dan al final del capítulo, tomadas
de la ref. (11), se muestran las coberturas máximas y mínimas que debe haber
sobre los tubos de sección circular, considerando una carga viva H 20. Aunque en el
mercado existen tamaños mayores (11), ellos no son utilizados frecuentemente en
alcantarillas, sino más bien en pasos por debajo de otras vías, etc.
14.7.3. Tuberías metálicas abovedadas
La figura XIV-2 muestra un esquema de la sección transversal de las tuberías
abovedadas, la cual está conformada por cuatro arcos: el inferior, de mayor radio,
que se apoya en el suelo; el superior que, con un radio menor, cubre la tubería y
dos arcos esquineros, aún menores y tangentes a los dos anteriores, que cierran el
contorno. En las tuberías de chapas estructurales, estos arcos esquineros pueden
tener dos dimensiones: R= 45,7 cm (18”) y R= 78,7 cm (31”).
Las dimensiones de una tubería abovedada vienen dadas por la luz (ancho
máximo) y la flecha (altura máxima). Para determinar la altura máxima de relleno
que son capaces de soportar, se introduce una nueva variable, que es la presión de
apoyo en las esquineras.

En las tablas XIV-6, XIV-7 y XIV-8 se


ESQUINERAS dan las alturas máximas del relleno
FLECHA
por encima del tope de la tubería para
los diferentes tamaños de corrugación
y presiones de apoyo en las
LUZ esquineras

Figura XIV-2: Sección abovedada

14.7.4. Cajones rectangulares de concreto armado

Como ya se dijo, los cajones rectangulares de concreto armado se calculan


para unas condiciones dadas, por lo que en su proyecto se debe tomar en cuenta
tanto la carga muerta del relleno como la carga viva de los vehículos. En las
referencias (20) y (21) se dan los límites máximo y mínimo que se utilizaron en el
cálculo de los cajones.
160 Drenaje vial para ingenieros viales

14.8 UBICACIÓN DE LAS ALCANTARILLAS

El lugar más indicado para la colocación de las alcantarillas es el fondo del


cauce natural. Se debe adaptar el tubo a su forma, y su entrada debe interceptar la
corriente lo más directamente posible, presentando la boca en dirección normal al
flujo. Puede ocurrir que, en su cruce con la vía, el cauce presente una curvatura
muy pronunciada o un cambio de pendiente muy marcado. En estos casos, tal vez
se pueda solucionar el problema modificando el trazado del cauce mediante un
movimiento de tierra (fig. XIV-3-1).
En el caso en que la curvatura del cauce o de la pendiente no sea tan pronunciada,
se puede lograr que la tubería describa curvas abiertas mediante las deflexiones
suaves que permiten sus especificaciones (figura XIV-3-2). Se debe tener en
cuenta que esos quiebres pueden provocar la obstrucción de la tubería por retención
de desechos, por lo que se debe ser muy cuidadoso.
Tal vez las condiciones topográficas provoquen velocidades del agua no
permisibles en la salida de la alcantarilla. En este caso, se puede conseguir una
pendiente menor colocando la tubería en un terreno firme obtenido mediante un

1) 2) 3)

Figura XIV-3: varias posiciones de las alcantarillas.

banqueo hecho a un lado del cauce, con su extremo aguas arriba captando las
aguas y su extremo opuesto disponiéndolas en la ladera (figura XIV-3-3). Para que
las aguas así dispuestas no causen daños, es necesario conducirlas hasta el cauce
natural mediante una torrentera o alguna estructura similar para evitar la
socavación en su descarga.
En cualquier caso, se debe procurar que las alcantarillas queden colocadas en
terreno firme, ya que las tuberías no están diseñadas para resistir esfuerzos
cortantes y los asentamientos producidos por los rellenos pueden provocar la
ruptura de las mismas. Del mismo modo, los asentamientos pueden producir
curvaturas no previstas que fracturen las juntas de las tuberías.
Cuando la altura de salida de la alcantarilla esté más alta que el terreno es
necesario construir obras de conducción y disipación de energía que, tal como las
torrenteras, caídas, etc., protejan los suelos de la socavación. Si la entrada de la
alcantarilla queda por encima del terreno natural se provocará un embalse que se
debe evitar mediante rellenos extendidos bien compactados que lleguen al nivel de
entrada del agua, ya que la presencia de agua embalsada producirá infiltración en
los rellenos.
Drenaje vial para ingenieros viales 161

TABLA XIV-1
ANCHOS DE ZANJA
Ancho zanja (cm) Ancho zanja (cm) Ancho zanja (cm) Ancho zanja (cm)
∅ ∅ ∅ ∅
Con Sin Con Sin Con Sin Con Sin
(cm) (cm) (cm) (cm)
entibado entibado entibado entibado entibado entibado entibado entibado

10 60 100 50 110 130 120 210 230 225 330 350


15 60 100 60 120 140 135 230 250 240 350 370
20 80 100 70 130 150 150 250 270 255 360 380
25 80 100 75 140 160 165 260 280 270 380 400
30 80 100 80 150 170 180 280 300
38 100 120 90 170 190 195 300 320
45 100 120 105 190 210 210 320 340

Min. 0,30 Min. 0,30


B B

Relleno Relleno
cuidadosamen- cuidadosamente
te compactado com pactado

0,25 B 0,10 si B≤ 0,60


0,5 B 0,15 si B>0,60
min. 0,10
1,25 B 0,6 B Relleno granular fino
min. B+0,20 Concreto
TIPO A TIPO B 1
Relleno Relleno
B cuidadosamente compactado
compactado

Min. 0,30 B

0,5 B

0,4 B
Piedra picada o grava
menuda co mpactadas 0,6 B
pasa ½ ” retenido en N°4

TIPO B 2 TIPO C

Figura XIV-4: tipos de apoyo I.N.O.S. Fuente: Ref. (34)


162 Drenaje vial para ingenieros viales

TABLA XIV-2
PROFUNDIDADES MÍNIMA Y MÁXIMA DE RASANTE PARA TUBERÍAS DE CONCRETO
ESPECIFICACIÓN I.N.O.S. CL-C-65 EN ZANJA SIN ENTIBADO.
Fuente: Ref. (34)
s/l= SIN LÍMITE. NO USAR EN LA ZONA SOMBREADA SALVO EN CASOS ESPECIALES

CLASE 4 CLASE 5
φ ANCHO
Apoyo A Apoyo B Apoyo C Apoyo A Apoyo B Apoyo C ZANJA
(m)
desde a desde a desde a Desde a desde a desde a

0.91 1,30 s/l 1,30 5,15 1,50 4,15 1,30 s/l 1,30 6,75 1,30 4,90 1,70
1,07 1,45 7,90 1,45 4,90 1,75 3,40 1,45 s/l 1,45 6,15 1,45 4,65 1,90
1,22 1,65 6,85 1,65 4,35 2,05 3,25 1,65 s/l 1,65 6,10 1,65 4,65 2,10
1,37 1,80 6,90 1,80 4,65 2,00 3,50 1,80 s/l 1,80 6,30 1,80 4,95 2,30
1,52 1,95 7,10 1,95 4,90 2,1 3,80 1,95 s/l 1,95 6,50 1,95 5,10 2,50
1,67 2,10 7,55 2,10 5,20 2,10 4,15 2,10 s/l 2,10 7,00 2,10 5,55 2,60
1,83 2,30 7,70 2,30 5,40 2,30 4,30 2,30 s/l 2,30 7,15 2,30 5,70 2,80
1,98 2,45 7,90 2,45 5,55 2,45 4,45 2,45 s/l 2,45 7,25 2,45 5,85 3,00
2,13 2,60 8,00 2,60 5,65 2,60 4,80 2,60 s/l 2,60 5,10 2,60 5,95 3,20
2,28 2,75 8,45 2,75 6,30 2,75 5,00 2,75 s/l 2,75 5,35 2,75 6,05 3,30
2,44 2,90 8,60 2,90 6,20 2,90 5,17 2,90 s/l 2,90 7,85 2,90 6,50 3,50

2,59 3,05 8,90 3,05 6,45 3,05 5,40 3,05 s/l 3,05 8,20 3,05 6,75 3,60
2,74 3,25 8,95 3,25 6,65 3,25 5,60 3,25 s/l 3,25 8,40 3,25 6,95 3,80

CLASE 6 CLASE 7
φ ANCHO
Apoyo A Apoyo B Apoyo C Apoyo A Apoyo B Apoyo C ZANJA
(m)
desde a desde a desde a Desde a desde a desde a

0,91 1,30 s/l 1,30 s/l 1,30 7,10 1,30 s/l 1,30 s/l 1,30 s/l 1,70
1,07 1,45 s/l 1,45 s/l 1,45 7,15 1,45 s/l 1,45 s/l 1,45 s/l 1,90
1,22 1,65 s/l 1,65 s/l 1,65 7,35 1,65 s/l 1,65 s/l 1,65 s/l 2,10
1,37 1,80 s/l 1,80 s/l 1,80 7,65 1,80 s/l 1,80 s/l 1,80 s/l 2,30
1,52 1,95 s/l 1,95 s/l 1,95 7,65 1,95 s/l 1,95 s/l 1,95 s/l 2,50
1,67 2,10 s/l 2,10 s/l 2,10 8,30 2,10 s/l 2,10 s/l 2,10 s/l 2,60
1,83 2,30 s/l 2,30 s/l 2,30 8,50 2,30 s/l 2,30 s/l 2,30 s/l 2,80
1,98 2,45 s/l 2,45 s/l 2,45 8,40 3,00
2,13 2,60 s/l 2,60 s/l 2,60 8,55 3,20
2,28 3,30
2,44 3,50
2,59 3,60
2,74 3,80
Drenaje vial para ingenieros viales 163

TABLA XIV-3
LÍMITES PARA LA ALTURA DE LA COBERTURA PARA
TUBERÍA CIRCULAR DE ACERO CORRUGADO.
Fuente: ref. (11)

Corrugaciones de 67,7 x 12,7 mm (2 2/3 x ½)”. Carga viva H 20


COBERTURA MÁXIMA EN METROS
φ Cobertura
mínima Para los siguientes espesores de la lámina (mm)
(m) (m) 1,321 1,626 2,006 2,769 3,505 4,267
0,46 40,23 50,60 63,09
0,53 34,44 43,28 54,25 75,89
0,61 30,17 37,80 47,24 66,45
0,69 32,83 42,06 58,83
0,76 30,17 37,79 53,03
0,91 25,30 31,39 44,20 56,69
1,07 21,64 26,82 37,79 48,77 59,44
1,22 18,90 23,47 33,22 42,67 52,12
0,30
1,37 20,12 28,35 36,58 44,81
1,52 24,08 31,09 38,10
1,68 20,73 26,52 32,61
1,83 22,25 27,13
1,98 22,55
2,13 18,59
2,29 15,24
2,44 12,50

TABLA XIV-4
LÍMITES PARA LA ALTURA DE LA COBERTURA PARA TUBERÍA
CIRCULAR DE ACERO CORRUGADO.
Fuente: ref. (11)

Corrugaciones de 76,2 x 25,4 mm (3 x1)”. Carga viva H 20


COBERTURA MÁXIMA EN METROS
φ Cobertura
mínima Para los siguientes espesores de la lámina (mm)
(m) (m) 1,321 1,626 2,006 2,769 3,505 4,267
0,91 23,17 28,96 36,88 50,90 65,23 80,16
1,07 19,81 24,69 31,09 43,59 56,39 68,58
1,22 17,37 21,64 27,74 38,10 49,07 60,05
1,37 19,20 24,38 33,83 43,59 53,34
1,52 17,37 21,95 30,48 39,32 47,55
0,30
1,68 15,85 20,12 27,74 35,66 43,59
1,83 14,33 18,29 25,30 32,61 39,93
1,98 13,41 16,76 23,16 30,17 36,88
2,13 12,19 16,15 21,64 28,04 34,14
2,29 11,58 14,63 20,12 25,91 32,00
2,44 10,67 13,72 18,90 24,38 29,87
2,59 10,06 12,80 17,68 22,86 28,04
2,74 0,46 11,89 16,45 21,03 25,60
2,90 10,67 14,93 19,20 23,47
3,05 13,72 17,68 21,95
164 Drenaje vial para ingenieros viales

TABLA XIV-5
LÍMITES PARA LA ALTURA DE LA COBERTURA PARA TUBERÍA
CIRCULAR DE CHAPAS ESTRUCTURALES
Fuente: ref. (11)
Corrugaciones de 152,4 x 50,8 mm (6 x 2)”. Carga viva H 20
COBERTURA MÁXIMA EN METROS
φ Cobertura
Para los siguientes espesores de la lámina (mm)
mínima
(m) 2,769 3,505 4,267 2,775 5,537 6,325 7,112
(m)
1,52 24,69 36,58 47,85 53,64 62,48 71,32 80,47
1,68 22,55 33,53 43,59 48,46 56,69 64,92 73,15
1,83 20,73 30,78 39,93 44,50 52,12 59,44 67,06
1,98 0,30 18,90 28,04 36,88 41,15 47,85 54,86 61,87
2,13 17,68 26,21 34,14 38,10 44,50 51,21 57,30
2,29 16,46 24,38 32,00 35,66 41,76 47,55 53,64
2,44 15,54 22,86 29,87 33,83 39,01 44,50 50,29
2,59 14,63 21,64 28,04 31,39 36,58 41,76 47,24
2,74 13,72 20,42 26,52 29,57 34,75 39,62 44,50
2,90 13,11 19,20 24,99 28,04 32,92 37,49 42,37
3,05 12,19 18,29 23,77 26,52 31,09 35,66 40,23
0,46
3,20 11,89 17,37 22,25 25,30 29,57 34,14 38,40
3,35 11,28 16,46 21,64 24,08 28,35 32,31 36,58
3,50 10,67 15,85 20,73 23,16 27,13 31,09 34,75
3,66 10,36 15,24 19,81 22,25 25,91 29,57 33,53
3,81 9,75 14,63 19,20 21,34 24,99 28,35 32,31
3,96 9,45 14,02 18,29 20,42 24,08 27,43 30,78
4,11 9,14 13,41 17,68 19,81 23,16 26,52 29,87
0,61
4,27 8,40 13,11 17,07 18,90 22,25 25,30 28,65
4,42 8,53 12,50 16,46 18,29 21,34 24,38 27,74
4,57 8,23 12,19 15,85 17,68 20,73 23,77 26,82
Drenaje vial para ingenieros viales 165

TABLA XIV-6
ALTURAS DE LA COBERTURA PARA TUBERÍA
ABOVEDADA DE ACERO CORRUGADO
Fuente: Ref. (11)
Corrugaciones de 67,7 x 12,7 mm (2 2/3 x ½)”. Carga viva H 20
LUZ Y ESPESOR COBERTURA MÁXIMA, EN METROS
FLECHA MÍNIMO DE COBERTURA
LA LÁMINA MÍNIMA PRESIONES DE APOYO ESQUINERAS
(m) (mm) 1.800 kg/m2 2.700 kg/m2 3.600 kg/m2
0,46x0,28 1,63 4,57 6,71 9,14
0,56x0,33 1,63 4,27 6,40 8,53
0,63x0,41 1,63 3,66 5,79 7,62
0,74x0,46 1,63 3,66 5,49 7,31
0,91x0,56 1,63 3,66 5,49 7,31
1,09x0,69 1,63 3,05 4,57 6,10
0,30
1,27x0,79 2,01 2,74 4,27 5,79
1,47x0,91 2,77 2,74 4,27 5,79
1,65x1,02 2,77 2,74 4,27 5,79
1,83x1,12 3,50 2,74 4,27 5,79
2,01x1,24 4,27 2,74 4,27 5,79
2,16x1,37 4,27 3,05 4,57 6,10

TABLA XIV-7
ALTURAS DE LA COBERTURA PARA TUBERÍA
ABOVEDADA DE ACERO CORRUGADO
Fuente: Ref. (11)
Corrugaciones de 76,2 x 25,4 mm (3 x 1)”, Carga viva H 20
LUZ Y ESPESOR COBERTURA MÁXIMA, EN METROS
FLECHA MÍNIMO DE COBERTURA
LA LÁMINA MÍNIMA PRESIONES DE APOYO ESQUINERAS
(m) (mm) 1,800 kg/m2 2,700 kg/m2 3,600 kg/m2
1,09x0,69 1,63 4,27 6,40 8,53
1,27x0,79 1,63 4,27 6,40 8,53
1,47x0,91 1,63 4,27 6,40 8,53
1,65x1,02 1,63 4,27 6,40 8,53
1,83x1,12 1,63 0,30 4,27 6,40 8,53
1,85X1,40 1,63 5,79 8,53 11,58
2,06X1,50 1,63 5,18 7,92 10,36
2,21X1,60 1,63 4,88 7,31 9,75
2,41X1,70 1,63 4,57 6,70 8,84
2,62X1,80 1,63 3,96 6,10 8,23
2,84X1,90 2,01 0,46 3,96 5,49 7,62
2,97X2,01 2,77 3,66 5,49 7,31
3,25X2,11 2,77 3,35 4,88 6,70
3,48X2,21 2,77 0,61 3,05 4,57 6,10
3,61X2,31 3,51 3,05 4,57 6,10
166 Drenaje vial para ingenieros viales

TABLA XIV-8
ALTURAS DE LA COBERTURA PARA TUBERÍA
ABOVEDADA DE CHAPAS ESTRUCTURALES
Fuente: Ref. (11)
Corrugaciones de 152,4 x 50,8 mm (6 x 2)” Carga viva H 20
Radio esquinero= 0,457 m
LUZ Y ESPESOR COBERTURA MÁXIMA, EN METROS
FLECHA MÍNIMO DE COBERTURA
LA LÁMINA MÍNIMA PRESIONES DE APOYO ESQUINERAS
(m) (mm) 1.800 kg/m2 2.700 kg/m2 3.600 kg/m2
1,85X1,40 2,77 5,79 8,53 11,58
1,93x1,45 2,77 5,49 8,23 10,97
2,06X1,50 2,77 5,18 7,95 10,36
2,13x1,55 2,77 0,30 4,88 7,62 10,06
2,21X1,60 2,77 4,88 7,31 9,75
2,34x1,65 2,77 4,57 7,01 9,14
2,41X1,70 2,77 4,27 6,71 8,34
2,49x1,75 2,77 4,27 6,71 8,53
2,62X1,80 2,77 3,96 6,40 8,23
2,69x1,85 2,77 3,96 6,10 7,92
2,84X1,90 2,77 3,66 5,49 7,62
2,90x1,96 2,77 3,66 5,49 731
2,97X2,01 2,77 3,05 5,18 7,31
0,46
3,12x2,06 2,77 2,74 4,88 6,71
3,25X2,11 2,77 2,74 4,88 6,40
3,33x2,16 2,77 2,74 4,88 6,40
3,48X2,21 2,77 2,44 4,57 6,10
3,53x2,26 2,77 2,13 4,57 6,10
3,61X2,31 2,77 2,13 4,27 5,79
3,76x2,36 2,77 1,83 3,66 5,79
3,81x2,41 2,77 1,83 3,66 5,49
3,86x2,46 2,77 1,83 3,35 5,49
3,91x2,54 2,77 1,83 3,35 5,49
4,09x2,56 2,77 1,52 3,35 5,18
4,24x2,62 2,77 1,52 3,05 4,88
4,29x2,67 2,77 0,61 1,52 3,05 4,88
4,34 x2,72 2,77 3,05 4,27
4,52x2,77 2,77 3,05 3,96
4,67x2,82 2,77 2,74 3,96
4,72x2,87 2,77 2,74 3,66
4,77x2,92 2,77 2,74 3,66
4,83x3,00 2,77 2,74 3,66
5,00x3,02 3,50 2,74 3,66
0,76
5,05x3,07 3,50 2,74 3,66
Drenaje vial para ingenieros viales 167

CAPÍTULO XV
PROCEDIMIENTO PARA DIMENSIONAR
HIDRÁULICAMENTE LAS ALCANTARILLAS

Existen programas de computación que realizan el cálculo hidráulico de las


alcantarillas pero, además de no presentar grandes ventajas en cuanto a precisión
de los resultados, parece más conveniente mostrar el procedimiento manual, lo cual
debiera llevar a una mejor comprensión del problema. El procedimiento se lleva a
cabo mediante el uso de la planilla mostrada en la tabla XV-1, que suele ser exigida
por los revisores del proyecto. En el Anexo B al final del libro se encuentran los
gráficos y nomogramas indicados en el texto con la letra B y un número y, al final
de este capítulo, se ha incluido un diagrama de flujo para facilitar la tarea del
cálculo.
15.1. INFORMACIÓN PREVIA
Los datos previos necesarios para emprender el dimensionamiento de la
sección de una alcantarilla son:
a) Q= gasto de diseño en m3/s, calculado según alguno de los métodos descritos
en la primera parte de este trabajo.
b) L= longitud de la tubería, en metros, medida en la planta del proyecto, sin tener
en cuenta la parte correspondiente a los cabezales.
c) HEP= altura de agua permisible a la entrada de la alcantarilla, en metros,
obtenida según los criterios expuestos en el punto 14.4 del capítulo XIV.
d) HS= altura del agua en la salida, en metros, estimada u obtenida según el punto
13.3.3 del capítulo XIII.
e) S0= pendiente longitudinal de la tubería en m/m, obtenida del plano de planta.
f) Vs= velocidad permisible del agua en la salida de la tubería en m/s, según el
punto 14.5 del capítulo XIV y las tablas IX-7, IX-8 y IX-9 del capítulo IX.
g) Tipo de tubería elegido para la alcantarilla.
h) Tipo de entrada que se va a utilizar.
15.2 PROCEDIMIENTO DEL CÁLCULO
Todos los gráficos, tablas y nomogramas mencionados en este punto se
refieren a los mostrados en el Anexo B, al final del trabajo. Todos los resultados
parciales se van anotando en la planilla de la tabla XV-1 de la siguiente página. El
cálculo consistirá en encontrar un tamaño y tipo de tubería tentativos y encontrar la
altura HE del agua necesaria en su entrada, tanto con control a la entrada como con
control a la salida.
15.2.1. Selección del tipo de entrada
Las pérdidas en la entrada se calculan como He= CE . (V2/2g). Se decide el
tipo de entrada que se empleará mediante la tabla N° B-1. Su coeficiente CE de
pérdidas en la entrada indica su grado de eficiencia, resultando más convenientes
desde el punto de vista hidráulico aquellas entradas con menor valor de CE. Los
tipos (1), (2) y (3) de los nomogramas de control a la entrada corresponden a los
168 Drenaje vial para ingenieros viales

HE/D
TIPO (1) (2) (3)

1,2

Q diseño

DIÁMETRO
BUSCADO

Figura XV-1: búsqueda del diámetro


tentativo.

de las figuras que aparecen en la parte inferior de los mismos.

No se recomienda el “chaflanado de acuerdo con talud” en los tubos de metal


corrugado ni la “campana saliente” en los tubos de concreto.

15.2.2 Selección del diámetro tentativo


Una vez decidido el tipo de tubería y la entrada que se van a emplear se
busca D mediante el procedimiento mostrado en la fig. XV-1:
1. Entre los nomogramas de control a la entrada B-1 a B-4 del apéndice B se
busca el correspondiente al tipo de tubería seleccionado.
2. Entrando en con la relación HE/D= 1,2 (o cualquier otra que se adopte) en la
línea vertical del tipo (1), (2) o (3), según la entrada seleccionada, se traza
una línea horizontal hasta encontrar la línea vertical correspondiente al tipo
(1).
3. Se une este punto con el correspondiente al gasto de diseño Q. En el caso de
los cajones de concreto se emplea, en lugar de Q, el gasto unitario Q/B, donde
B es el ancho del cajón.
4. Prolongando esa línea, se corta la correspondiente a la altura o diámetro D y se
lee el tamaño que le corresponde. Si la lectura cayera entre dos tamaños
redondea a los 5 cm superiores.
5. Si el diámetro seleccionado no fuera conveniente por ser demasiado grande
para la altura del terraplén, o por cualquier otra causa, se prueba con: a) otra
relación HE/D (si se acepta una mayor); b) emplear varios tubos menores,
calculando su altura D siguiendo el mismo procedimiento y empleando un gasto
de diseño Q´; utilizar: Q´= Q/N; c) si se está utilizando alcantarillas de
tuberías comerciales, se adopta el inmediatamente superior. En los cajones la
Drenaje vial para ingenieros viales 169

altura se igual al gasto de diseño Q dividido por el número N de tubos que se


piensa tener
En las metálicas, se podría intentar solucionar el problema utilizando
OYECTO: _____________________ TABLA XIV-1 ________________________ CALC. __________ REV. _________ HOJA___ D
___________________________________________________________________ FECHA__________ FECHA_________
CROQUIS
ECUENCIA DE DISEÑO F: AÑOS

ASTO DE DISEÑO Q: m3/s

OFUNDIDAD DEL AGUA A LA SALIDA HS: m

RGA PERMISIBLE A LA ENTRADA HEP: m

OGRESIVA :

TA DE RASANTE DE LA CARRETERA : m

TA RASANTE ENTRADA ALCANTARILLA : m

NDIENTE ALCANTARILLA estimada / definitiva S0: %

NGITUD DE LA ALCANTARILLA L: m

CÁLCULO DE LA CARGA EN LA ENTRADA (he)


LCANTARILLA: tipo, veloci
CONTROL A dad
material, descripción Q CONTROL A LA SALIDA HE OBSE
TAMAÑO LA de
la entrada, número m3/s (HE= H + h0 - LS0) (max) salida CIO
ENTRADA
de tubos, etc. (m)
HE H dC dC+D HS h0 LS0 HE (m/s)
HE/D CE
(m) (m) (m) 2 (m) (m) (m) (m)

ONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES: __________________________________________________________________


________________________________________________________________________________________________

secciones abovedadas, las cuales tienen menor altura para igual área
útil.
6. Se anota el resultado en la planilla N° XV-1.
170 Drenaje vial para ingenieros viales

15.1.9. CÁLCULO DE HE CON CONTROL A LA ENTRADA

A continuación se procede, a obtener la altura HE verdadera

HE/D
D Q TIPO (1) (2) (3)

HE/D

Q diseño

DIÁMETRO
ESCOGIDO

Figura XV-2: determinación de la


relación HE/D.

Para ello se revierte la operación anterior: utilizando los mismos nomogramas


y partiendo de la altura o diámetro D escogido (fig. XV-2), se traza una recta que,
pasando por el gasto de diseño Q, corte a la línea vertical del tipo (1). Desde allá,
con una línea horizontal, se corta la línea del tipo de entrada que se haya
seleccionado.
Aunque esta operación pareciera la repetición de la realizada para determinar
el primer diámetro tentativo, es preciso realizarla pues, generalmente, el tamaño
encontrado se redondea hacia arriba y la relación HE/D resulta diferente a la
asumida anteriormente. Se lleva este valor a la planilla XV-1 y se multiplica por D,
obteniéndose la altura HE con control a la entrada, la cual también se anota en la
planilla. Si se redondeó D hacia arriba, se cumplirá que la relación HE/D será menor
que la asumida inicialmente.
Se compara el HE calculado con la altura HEP permisible y, si resultara
mayor, se debe recomenzar utilizando un tamaño mayor de tubería o más de una
tubería.
15.2.4 Cálculo de la carga H en alcantarillas con control a la salida
La altura HE con control a la salida se calcula mediante la ecuación [XIII-3],
encontrándose en primer lugar la carga H necesaria, mediante la ecuación XIII-2, la
cual está resuelta en los nomogramas B5 al B10 del Anexo B. El procedimiento, que
está también descrito en los nomogramas, es el siguiente (figura XV-3):
Drenaje vial para ingenieros viales 171

a) De la tabla B1 se obtiene el coeficiente CE de pérdidas correspondiente a la


entrada seleccionada y se anota en la planilla.
b) Como se puede ver, en los nomogramas B5 a B10 hay dos o tres curvas
correspondientes a los coeficientes CE y sobre ellas se muestra una escala de la
longitud L de la tubería. En los diferentes nomogramas, la escala de la recta
correspondiente a D está graduada según el tipo de tubería: en área para los
cajones de concreto; en diámetros para las tuberías circulares y en dimensiones
BxD para las abovedadas.
c) Se une con una recta la dimensión de la tubería seleccionada con la longitud L
del tubo, medida sobre la curva que corresponda al CE de la entrada adoptada,
cortando la línea base.
Línea
de base H
Q d) Se traza una recta que, partiendo
D CE1
CE2 H del gasto de diseño Q y pasando por
D tentativo buscada
la intersección anterior, corte la línea
H, donde se encuentra la carga de
Q diseño agua necesaria para que el gasto de
L en el CE
seleccionado diseño pase por la tubería
Intersección seleccionada.

15.2.5 Obtención de la profundidad


crítica dc

Figura XV-3: obtención de la carga H La profundidad crítica dc es la del

necesaria. flujo en la tubería seleccionada.

15.2.5. Obtención de la Profundidad crítica dc

Es fácil calcularla para cajones rectangulares y secciones circulares, pero la


tarea se dificulta con las secciones abovedadas. Para facilitar el trabajo, en el Anexo
B se presentan los gráficos B1 a B3.
• El gráfico B1 da la profundidad crítica de un canal rectangular entrando con el
gasto unitario Q/b (b= ancho del canal)
• El gráfico B2, que ocupa dos páginas, presenta las curvas de profundidad crítica
para tuberías circulares correspondientes a los diámetros comerciales. Se entra
con el gasto Q, se corta la curva del diámetro que nos interese y se obtiene dc.
• El gráfico B3, también en dos páginas, da la profundidad crítica para las
secciones abovedadas, presentando las curvas para los diferentes tamaños
comerciales BxD.
15.2.6 La altura h0
172 Drenaje vial para ingenieros viales

La altura de referencia h0 ha sido suficientemente descrita en el punto 13.3.2


del capítulo XIII, por lo que aquí solamente se describirá el procedimiento de su
obtención.
Cuando la salida de la alcantarilla está ahogada (HS>D), se puede admitir
que la altura de la energía específica está cercana a la superficie del agua. Cuando
la salida del agua no está sumergida, se ha determinado que la altura de la línea de
energía en la salida está comprendida entre dc y D. Por lo tanto, la determinación de
h0 se hace de la siguiente manera:
A. Si la salida de la alcantarilla está sumergida (HS>D) ⇒ h0= HS
B. Si la salida de la alcantarilla no está sumergida (HS<D), se tomará uno de estos
valores:
dc + D
1. si HS > ⇒ h0= HS;
2
d +D d +D
2. si HS < c ⇒ h0= c
2 2
La situación más frecuente es que el flujo se desparrame al salir de la tubería,
resultando la situación N° 2 a efectos del cálculo.
15.2.7 Cálculo de la altura de agua HE necesaria en la entrada
Se calcula LS0 y se aplica la ecuación XIII-5, obteniéndose la altura de agua
necesaria a la entrada para que pase el gasto de diseño Q.
HE= H + h0 – LS0
Se compara la altura de agua obtenida con la permisible y si HE>HEP habrá
que repetir el proceso desde el principio con un diámetro mayor o aumentando el
número de tuberías.
15.2.8 Altura definitiva del agua a la entrada
En la planilla de cálculo se tendrá dos valores de HE: con control a la entrada
y con control a la salida. Se adoptará como definitivo el mayor de ellos, es decir, el
más desfavorable, ya que si el agua debe llegar a mayor altura para que la
alcantarilla funcione satisfactoriamente, habrá mayor riesgo de que se produzcan
daños e inundaciones.
Si la altura HE adoptada corresponde al flujo con control a la entrada, se dirá
que la alcantarilla funciona con control a la entrada. Si, por el contrario,
corresponde al flujo con control a la salida, entonces se dirá que la alcantarilla
funciona con control a la salida. Este dato se anota en la columna de observaciones
de la planilla ya nombrada.
15.2.9 Cálculo de la velocidad del agua en la salida
Se calcula la velocidad del agua en la salida tal como se describió en el punto
12.4 del capítulo XII. Después de calculada, se compara con la velocidad máxima
permisible y se toman las decisiones pertinentes.
Drenaje vial para ingenieros viales 173

15.2.9.1. Alcantarillas con control a la salida

La velocidad a la salida se calculará como la velocidad normal que adopte


el flujo al final de la tubería, calculado según la ecuación de manning.
para los canales rectangulares es muy fácil aplicar la ecuación de
manning y encontrar el resultado. para otras secciones, se dispone del
gasto q, las características del tubo y su pendiente s0, con los cuales se
puede entrar en los gráficos b-4 al b-8 del anexo b, que son la solución
a la ecuación de manning. en el gráfico b-9 se muestran las relaciones
hidráulicas para tuberías circulares y abovedadas
entrando con la pendiente s0 (fig. xv-4) se corta la recta correspondiente
al tamaño de tubo y, desde allá, con una recta horizontal, se encuentra su
gasto a sección plena. llevando una recta inclinada, paralela a las de las

velocidades, se intercepta la recta

96” correspondiente al diámetro de 36”


84 Gasto a e, interpolando, se obtiene la
sección
plena velocidad del flujo a sección plena.
72”
Según se explica en la figura XV-5
60”
de la siguiente página, se calcula la
54”
relación Qdiseño/Qplena y, entrando
48” Velocidad
a sección
con ese valor en la columna Q/Qp
5,0 plena
42” 4,5 del gráfico B-9, se encuentra en el
4,0
3,5 lado opuesto la relación Vsalida/Vplena.
36”
Pendiente Multiplicándola por la velocidad
Figura XV-4: uso de los gráficos de Q
plena que ya se obtuvo, se
y V a sección plena (Manning).
encuentra la velocidad a la salida.
15.2.9.2. Alcantarillas con control a la salida
Si la salida está sumergida la tubería funcionará a sección plena, por lo
que la velocidad V del agua se calculará como V= Q / A, donde Q es el
gasto de diseño y A es el área de la sección del tubo. Si la alcantarilla tie-

ne la salida no sumergida, la velocidad del


agua se calculará también como V= Q / A,
pero ahora A es el área de la sección
transversal del flujo correspondiente a la
altura crítica. Para encontrar la velocidad
en la salida se utilizarán de nuevo los
174 Drenaje vial para ingenieros viales

D d

Q/QP d/D V/VP

100 100 100


105
107 105
CE 110
108 111
112
107 90
105 CS 113

114
100 80

Q = gasto de diseño
QP= gasto a sección plena
V = velocidad a la salida
Vp= velocidad a secc. plena

Figura XV-5: elementos


hidráulicos.
Fuente: Ref. (10)

D
A dc

Figura XV-6: sección

correspondiente a dc.

Pero, puesto que la profundidad crítica no depende de las características del


tubo, cuando el control está en la salida es poco lo que se puede hacer.
En los casos en que no se puede controlar la velocidad mediante cambios en
la tubería, la solución lógica es disponer un disipador de energía a la salida del
tubo o, si la velocidad no fuera demasiado alta, construir un enrocado que proteja el
suelo, métodos que se describirán en la parte correspondiente al mantenimiento.
Drenaje vial para ingenieros viales 175

15.2.11 Resumen de alcantarillas

Al terminar el proyecto de las alcantarillas, se llena una planilla como la


mostrada en la tabla XV-2 de la siguiente página.
En la figura XV-7 se muestra un diagrama de flujo que puede ayudar al
proceso de cálculo.

TABLA XIV-2
RESUMEN DE ALCANTARILLAS

PROYECTO: ________________________________ ________________________ CALC. __________ REV. ___


___________________________________________________________________ FECHA _________ FECHA__
PROGRESIVA

CANAL DE SALIDA ALCANTARILLA


DISEÑO

HE
HEP
Q

HS
1
L

b k n S0 H TAMAÑO Y L HE COTA RA
176 Drenaje vial para ingenieros viales

m3/s m (m) (m) DESCRIPCIÓN (m) (m) Ent. Sal.


Drenaje vial para ingenieros viales 177

α γ
DATOS
PREVIOS:
Q (m 3/s) AUMENTAR
HE/D DIÁMETRO O
L (m) (nomogramas NÚMERO DE
HEP (m ) B-1 a B-4) TUBOS
S 0 (m/m)
HS (m) NO
V perm (m/s)
Control
Tipo tubo HE CE ≤ HEP
entrada
HE CE

TIPO ENTRADA
(tabla B-1)
dc
(Calculado o
CÁLCULO DE H
de gráficos
con D, C E , L yQ
B-1 a B-3)
(nomogramas
B-5 a B-10)
CE


¿HS ≥D?

COLOCAR N
TAMAÑO
TUBOS. NO
TENTATIVO:
Q´= SÍ
Q/N
Con HE/D en
nomogramas dc + D
NO NO
de control ent. 2
(B-1 a B-4)
¿Aumento SÍ
de HE/D?
dc + D SÍ
¿HS> ? h 0 = HS
NO 2
¿D NO
demasiado SÍ ¿cambio a SÍ
grande? abovedado?
dc + D
h 0=
2 β
NO

Figura XV-5: Diagrama de flujo para el dimensionamiento hidráulico de


alcantarillas convencionales
178 Drenaje vial para ingenieros viales

β γ

L.S0

Control
salida
HECS=
H+h0-L.S0

MAYOR
SI
¿HECS > HEP? DIÁMETRO
O
MÁS TUBOS
NO

CONTROL A LA ¿SALIDA
SÍ SÍ
¿HECE < HECS SALLIDA
VS= Q/A
HE= HECS SUMERGIDA?

NO NO

CONTROL A LA VP
ENTRADA Con D y S0
HE= HECE en gráficos
B-4 a B-8

QP y VP VS/VP
con D y S0 Con dC/D
de gráficos de gráfico
B-4 a B-8 B-9

Vs/VP
VS= SÍ
con Q/QP ¿VS ≤ VPERM? FIN
de gráfico B-9 (VS/VP) x VP

NO

Medidas
de
protección

Figura XV-5. (Continuación)


Drenaje vial para ingenieros viales 179

CAPÍTULO XVI

PROCESO DEL PROYECTO DE DRENAJES

La hidráulica interviene en el proyecto de carreteras desde la ingeniería


conceptual hasta la de detalle. En la etapa de estudio de factibilidad, el ingeniero
detecta posibles problemas hidráulicos y establece con cierta aproximación el
número y tamaño de las obras hidráulicas resultantes de una proposición. En el
proceso inicial del proyecto, es necesaria la presencia de los ingenieros hidráulicos
en el estudio y selección de ruta para determinar qué condiciones hidráulicas de la
región pueden representar restricciones al trazado de la futura carretera, tal como
zonas anegadizas, zonas pasibles de erosión, cruces de ríos, etc. También tiene
injerencia el ingeniero hidráulico en el estudio del impacto ambiental, obligatorio
hoy en día para todos los proyectos. Esos temas no se consideran pertinentes en un
trabajo dirigido a los ingenieros viales ya que, para esas tareas, generalmente se
precisa de un profesional con experiencia tanto en drenaje vial como en hidráulica
fluvial y mantenimiento de cuencas. Tal como el proyecto geométrico de la vía, la
ingeniería de detalle del drenaje se divide en dos etapas: el anteproyecto y el
proyecto propiamente dicho.
Lo tratado en este capítulo solamente es indicativo, sin pretender ser
excluyente ni exhaustivo.
16.1 EL ANTEPROYECTO
En la etapa del anteproyecto el ingeniero presenta al ente contratista lo que
pretende hacer para solucionar el problema del drenaje de la carretera. En efecto,
no tendría sentido que el ingeniero desarrollara un proyecto con todo detalle para
que, cuando el ingeniero inspector del proyecto lo revise, sea rechazado por no
estar de acuerdo con el planteamiento inicial.
El anteproyecto de los drenajes se desarrolla sobre el anteproyecto
geométrico de la vía, en el cual se plantean para su discusión y aprobación el
trazado horizontal y el perfil longitudinal. Como consecuencia, los radios y
transiciones de las curvas horizontales, las pendientes, las longitudes de las curvas
verticales, etc., son pasibles de modificaciones. En este momento todavía los planos
no tienen trazadas las curvas de pavimento y pueden no estar definidos los cortes y
terraplenes en la planta, por lo que aún no se dispone de los elementos necesarios
para plantear soluciones exactas del drenaje.
En esta etapa el ingeniero hidráulico obtiene la información previa necesaria y
establece los criterios y parámetros fundamentales que se van a adoptar en el
cálculo del proyecto y se plantean las soluciones para el drenaje vial. Una vez en
posesión de los planos del anteproyecto vial se debe:
1. Realizar uno o varios viajes de inspección a la zona para verificar las
condiciones naturales; constatar la presencia de estructuras de drenaje
existentes; determinar la cobertura vegetal de las diferentes hoyas; verificar
180 Drenaje vial para ingenieros viales

las características topográficas de la zona, examinar los cursos de agua


existentes y obtener toda la información que se pueda recabar.
2. Obtener información pluviométrica de los registros de alguna estación
hidrometeorológica de la zona, buscar curvas de intensidad-duración-
frecuencia (IDF) aplicables al proyecto, etc.
3. Determinar las frecuencias de diseño de las lluvias a utilizar para la obtención
de los gastos de diseño, de acuerdo con el grado de protección que se
pretende dar.
4. Decidir qué tipo de tubería se va a emplear en la construcción. Es
conveniente que el proyecto tenga, si es posible, un solo tipo de tubería, pues
ello facilita la construcción y el mantenimiento. Suele resultar necesario
intercalar algunas alcantarillas diferentes como, por ejemplo, cajones de
concreto entre las tuberías de metal corrugado.
5. Determinar sobre los planos de anteproyecto la ubicación aproximada de las
alcantarillas, cunetas, canales y otras estructuras de drenaje necesarias.
Como se dijo, estos resultados tienen carácter provisional hasta tanto se
desarrolle el proyecto definitivo.
6. Trazar las divisorias de las hoyas resultantes, medir sus áreas, determinar los
tiempos de concentración, establecer los coeficientes de escorrentía de
acuerdo con las características de cada hoya, etc.
7. Calcular los gastos de diseño de cada hoya empleando la fórmula racional o
cualquier otro método, según sea el caso.
8. Encontrar un diámetro tentativo para cada alcantarilla. Para ello, se comienza
estableciendo la altura permisible a la entrada HEP. Con esta altura y
suponiendo que la tubería va a funcionar con control a la entrada, se
encuentra el diámetro necesario mediante los nomogramas de alcantarillas
correspondientes al control a la entrada que se dan en el Anexo B, para lo
cual se puede seguir el procedimiento descrito en el punto 15.2.2. del
capítulo XV.
9. En las zonas rurales, plantear las cunetas, canales y estructuras del drenaje
longitudinal, predimensionándolos cuando ello sea posible.
10. En las zonas urbanas, se planteará la ubicación tentativa de los sumideros, el
sistema de tuberías y la descarga del mismo.
11. Si en el anteproyecto vial se encontrara algún elemento que impida o dificulte
el drenaje eficiente, tal como pendientes longitudinales inapropiadas, puntos
bajos problemáticos, alturas de relleno insuficientes, etc. se debe notificar al
ingeniero vial proponiéndole las modificaciones que se consideren
convenientes para mejorar el proyecto.
12. Redactar una memoria descriptiva en la que se haga constar todo el proceso
realizado, las razones por las que se adoptaron los criterios de diseño y los
resultados obtenidos.
Drenaje vial para ingenieros viales 181

16.2 PROYECTO DEL DRENAJE TRANSVERSAL


Una vez discutido el anteproyecto con el ente contratante y aceptado por
este, se procede a la elaboración del proyecto. Para el momento de comenzarlo se
debe disponer del proyecto vial con la geometría completa, la topografía modificada,
las curvas de pavimento trazadas y las líneas C y T de los taludes dibujadas.
Con esos elementos se procede a revisar lo hecho en el anteproyecto,
teniendo en cuenta que todo está bajo observación y posible corrección. Puede
encontrarse, por ejemplo, que las curvas de pavimento muestren puntos bajos no
detectados en el anteproyecto; tal vez la altura de alguno de los rellenos no sea
suficiente para permitir el paso de la tubería; se puede encontrar que, donde se
supuso la existencia de un terraplén, se encuentre un corte; puede ser que resulte
más fácil o económico desviar un curso de agua mediante un pequeño canal que
construir una alcantarilla; tal vez aparezcan terraplenes no previstos anteriormente,
por lo que haya que disponer una alcantarilla más y dividir la hoya original en dos
sub-hoyas afluentes a las nuevas tuberías; tal vez resulte conveniente eliminar una
alcantarilla y trasvasar su gasto de uno a otro curso de agua mediante un canal; es
usual que la posición inicial de las tuberías deba ser

Cota entrada

desplazada como consecuencia de


Cabezal Corte la delimitación del talud del
terraplén; pueden aparecer
L vaguadas que desaguan sobre un
Tubería talud de corte, al que habrá que
proteger; etc.
Terraplén
Como ya se sabe, los proce-
dimientos para encontrar el gasto de
Cabezal
Cota salida diseño son probabilísticos, por lo que
siempre existe la posibilidad de que
ese gasto sea superado durante el
Figura XVI-1: tubería en terraplén. periodo de diseño. Aunque no es una
práctica corriente en Venezuela, el
costaría brindar una mayor protección a ladimensionamiento
vía y, si esa diferencia de costo es
de las alcantarillas
asequible, brindarle una mayor protección.
se debiera hacer tanto para el gasto
de diseño como para gastos de
182 Drenaje vial para ingenieros viales

A continuación se muestra el proceso del proyecto definitivo de las


alcantarillas, el cual no es exhaustivo ni excluyente:

a) Siempre que se pueda, se proyectan las alcantarillas de forma que su boca de


aguas arriba quede en el nivel del curso de agua a que va a dar paso y su boca
de aguas abajo quede apoyada en el cauce natural, teniendo en cuenta los
cabezales.
Esto es, que comience y termine en las esquinas del talud de relleno aguas
arriba y abajo (fig. XVI-1).
b) En caso de que haya que disponerla por encima o fuera del cauce, se deberá
tener en cuenta la estructura que permita la disposición de las aguas sin
producir daños a los suelos.
c) Si es necesario enterrar la entrada de la tubería para obtener la profundidad
suficiente por debajo de la calzada, se puede usar una tanquilla de concreto.
d) Pueden ocurrir innumerables casos más no previsibles de antemano y será tarea
del ingeniero buscarles solución.
e) Se medirá con escalímetro la longitud L de las tuberías excluyendo los
cabezales y se leerá mediante las curvas de nivel sus cotas de entrada y salida.
Con esos datos, se calcula la pendiente longitudinal (fig. XVI-1):
S0= (Cota entrada – cota salida) / L.
f) Se llena con los datos de que ya se dispone la planilla mostrada en la tabla N°
XVI-1 y, mediante el uso de los nomogramas mostrados en el Anexo B, se halla
los tamaños de tubería necesarios tal como se describió en el capítulo XV.
g) En los casos en que la velocidad del agua en la salida sea muy alta, se debe
disponer un enrocado o, tal vez, un disipador de energía más sofisticado.
h) Una vez dimensionadas las alcantarillas, se llena la planilla de “Resumen de
alcantarillas” mostrada en la tabla XVI-2 (10).

16.3 PROYECTO DEL DRENAJE LONGITUDINAL


Durante el proceso de proyecto de las alcantarillas se va detectando la
necesidad de disponer pequeños canales laterales que impidan que las aguas, al
correr libremente por la plataforma de la vía, produzcan daños.
1. Después de ubicado el canal en los planos de planta, se debe delimitar la hoya
afluente y calcular el gasto de diseño según alguno de los métodos descritos,
generalmente la fórmula racional. Se levanta el perfil longitudinal a lo largo de
su recorrido y, una vez dibujado, se procede al dimensionamiento. En esta etapa
se debe decidir el tamaño, la forma y, si la velocidad del agua resultara excesiva
o el espacio fuera insuficiente, se decidirá su recubrimiento y el material a
emplear.
2. Se debe verificar que exista el espacio suficiente a los lados de la carretera pues,
de no haberlo, habrá que procurarlo ampliando el ancho de la plataforma, para
lo cual se debe contar con el ingeniero vial. No se debe olvidar disponer defensas
que protejan a los vehículos en caso de accidente.
Drenaje vial para ingenieros viales 183

3. Se debe evitar que las aguas corran por el pie de los taludes de corte para
impedir la formación de cárcavas. Donde resulte necesario, se proyectarán
cunetas de concreto con capacidad suficiente para disponer el gasto de diseño,
aunque en muchos casos no es necesario calcularlo, ya que las hoyas afluentes
suelen ser de muy pequeño tamaño. Si el gasto puede ser considerable o se
tiene dudas acerca de su tamaño, debe ser calculado para asegurar el buen
funcionamiento del sistema.
4. Se debe revisar también el pie de los terraplenes: en ocasiones, al interrumpirse
el drenaje natural, las aguas tienden a correr por el pie del talud de relleno,
socavándolo. En esos casos se debe disponer una zanja interceptora que lo
impida, la cual, en las zonas planas y amplias, probablemente pueda ser
excavada de forma fácil y económica con sección triangular mediante el uso de
un patrol o bulldozer.
5. En otras ocasiones, en la intersección del terraplén con el terreno natural se
pueden producir puntos bajos en los que, con las lluvias, se formarán charcos o
pequeñas lagunas que pueden saturar el relleno con resultados negativos. Esos
casos tienen dos posibles soluciones: o se hace lo que se conoce como un
VAGUADA
CUNETAS DE
CORONA
“relleno extendido” emparejando la
CAÍDA Talud de
corte superficie con pendiente que permita
la salida de las aguas o se hace una
CUNETA cuneta que drene el charco formado.
6. Otra fuente de futuros problemas es el
Figura XVI-2: protección de
agua que escurre por las laderas y llega
los taludes de corte.
a los taludes de corte. Si el gasto

chorro. Para prevenir este problema afluente es alto se formarán cárcavas,


se construyen las que se conocen
como cunetas de corona. Estas cunetas corren sensiblemente paralelas a la cabeza
del talud, por encima de él, y disponen la escorrentía superficial en las cunetas de la
vía o directamente en los cursos de agua. Como la intersección del talud de corte
con la ladera tiene grandes pendientes, estas cunetas se suelen revestir de
concreto. Se debe revisar si la descarga de estas cunetas debe ser protegida
mediante revestimiento o enrocados.
7. También se debe proteger mediante cunetas el pie del talud en las terrazas con
que se construyen los taludes de corte de gran altura.
8. Otras veces, por la forma de la ladera, se forma una vaguada que es
interrumpida por el talud de corte, corriendo las aguas por dicho talud. En
esos casos hay que protegerlo mediante una torrentera o la solución más
conveniente para el caso (figura XVI-2).
9. En ningún caso de debe permitir la formación de chorros de agua que corran
libremente, por lo que se debe revisar el proyecto y disponer estructuras de
184 Drenaje vial para ingenieros viales

concreto que lo impidan, tales como torrenteras, caídas, cunetas, etc. En este
sentido, se advierte que los brocales dispuestos en el borde superior de los
terraplenes para impedir que el agua corra por los taludes de relleno presentan
el peligro de generar chorros de agua si, por accidente, se llega a romper dicho
brocal. A menos que haya un motivo especial, suele resultar más sano dejar que
la lámina de agua corra libremente por el talud antes que concentrarla en una
cuneta mediante ese brocal.
Drenaje vial para ingenieros viales 185

SEXTA PARTE

ALCANTARILLAS CON ENTRADA MEJORADA


186 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO XVII

GENERALIDADES

El contenido de esta parte es una selección, adaptación y traducción de la


referencia (22), cuya lectura recomendamos.
Como ya se dijo, las alcantarillas pueden trabajar con el control del flujo en la
entrada o en la salida del tubo y se produce la mayor capacidad cuando el control
está en la salida, pues en ese momento la tubería funciona a sección plena o casi
plena.
La capacidad de una alcantarilla con control a la entrada depende del grado
de contracción del flujo que se produzca en ella, por lo que su mejora debe dirigirse
a disminuir esa contracción y aprovechar el desnivel entre ambos extremos de la
tubería. De esa manera se obtienen tamaños menores de la tubería, con ahorros
que aumentan cuanto mayor sean su tamaño y longitud. En ese sentido, en una
tubería de 60,00 m de longitud se logró disminuir el diámetro de 1,37 m a 1,22 m
con un ahorro del 12,5%, mientras que el tamaño de un cajón rectangular de
concreto de tres celdas de 4,25x3,95 m y longitud de 823,50 m se disminuyó a dos
celdas de 3,60x3,60 con un ahorro del 38,7% (22).
Pero no solamente se puede obtener ahorros en la construcción de
alcantarillas nuevas: también estas entradas mejoradas se pueden utilizar para
aumentar la capacidad de tuberías existentes sin tener necesidad de interrumpir el
tránsito para sustituirlas. Por ejemplo, se mejoró la entrada de una tubería de metal
corrugado de φ 1,52 m y longitud de 42,00 m para evitar su sustitución por un
diámetro mayor, obteniéndose un ahorro del 72,2% (22).
17.1 TIPOS DE ENTRADA MEJORADA
Las entradas mejoradas son de tres tipos: entradas con bordes achaflanados,
entradas ensanchadas lateralmente y entradas con aumento de pendiente.
17.1.1. Bordes achaflanados
Se sustituye la arista viva del concreto con un chaflán, obteniéndose con ello
una reducción de la contracción del flujo en la entrada. Por la mera adición de este
chaflán en una alcantarilla convencional, se logra incrementar su capacidad entre un
5% y un 20%. El mayor incremento se obtiene en cajones con aristas vivas y el
menor en alcantarillas con cabezal y aletas.

Puesto que ello no reporta mayores


costos, se debiera utilizar este tipo de
CHAFLÁN
entrada en todas las alcantarillas
DIRECCIÓN DEL FLUJO
compuestas por cajones de concreto o
Figura XVII-1: borde achflanado. tuberías metálicas. En las tuberías de
concreto se obtienen los mismos resultados
colocando la campana de los tubos hacia
aguas arriba.
Drenaje vial para ingenieros viales 187

17.1.2. Entradas ensanchadas lateralmente

El segundo grado de mejora se obtiene mediante las entradas ensanchadas


lateralmente, tal como se puede ver en la figura XVII-2 de la siguiente página. La
cara aguas arriba de esta entrada es más ancha que el tubo y conserva su altura D,
lo que le proporciona un área mayor que la de la tubería de la alcantarilla. Su piso y
su tope son una extensión de los de la alcantarilla. La sección transversal de la
intersección de las paredes laterales del ensanchamiento con los bordes de la
alcantarilla se llama la garganta. En este tipo de entrada se pueden presentar dos
secciones de control: en la cara de la entrada o en la garganta.
Las ventajas de las alcantarillas funcionando con el control en la garganta son
que se reduce la contracción del flujo y, para una cota de agua dada, la altura en la
garganta es mayor. Para aumentar aún más esta altura, se puede disponer una
depresión o caída aguas arriba de la cara del tubo (figura XVIII-5).
188 Drenaje vial para ingenieros viales

GARGANTA 5..1. Entrada con aumento de


pendiente.
CARA
La ventaja de este tipo de
ALETAS Bf L1 B entrada sobre el anterior es que la
altura de agua es mayor cuando el
control está en la garganta, con lo
que puede aumentar su capacidad
ENSANCHAMIENTO
hasta un 100% con relación a una
PLANTA alcantarilla convencional con aristas
CARA
vivas (figura XVIII-6). El incremento
de altura de agua está limitado por el
desnivel disponible entre la entrada y
Ht Hf
la salida del tubo. Como consecuencia
CHAFLÁN
de la caída entre la cara y la
GARGANTA D
garganta, la pendiente del tubo es
L1.S
menor que en una alcantarilla
S
convencional o una con ensancha-
PERFIL miento lateral únicamente.

Figura XVII-2: entrada ensanchada El control puede estar tanto en


lateralmente. Fuente: Ref. (22)
la cara como en la garganta pero,
como la alcantarilla es más eficiente cuando el control está en la garganta, se debe
hacer la sección transversal de la cara lo suficientemente grande como para evitar
que el control se establezca en ella.
17.2 CURVAS DE OPERACIÓN
El diseño de las alcantarillas se debe hacer teniendo en cuenta el riesgo de daños a
la vía y a las propiedades aledañas. Ante la posibilidad de que el gasto de diseño
sea superado durante la vida útil de una alcantarilla, es necesario que el
proyectista conozca su modo de funcionamiento para diferentes gastos,
especialmente aquellos que superan el gasto de diseño, y esto es válido tanto para
las entradas mejoradas como para las convencionales.
Drenaje vial para ingenieros viales 189

En las alcantarillas convencionales,


es conveniente verificar su comportamien-
to para gastos mayores al de diseño,
correspondientes a frecuencias mayores.
Con este conocimiento, el ingeniero puede
decidir si la inversión necesaria para
obtener ese margen de seguridad es
1 2 3
aceptable y tomar las decisiones
correctas.

En las alcantarillas con entrada


mejorada, la comparación es algo más
CAPACIDAD Q complicada pues, conforme aumenta el
Control en la cara gasto, el control del flujo va pasando de la
Control en la garganta
Control a la salida cara aguas arriba a la garganta y, por
Curva de operación
último, a la salida. La capacidad se ve
Figura XVII-3: Curvas de operación.
afectada, también, por la caída de la
Fuente: Ref. (22)
entrada, si la hubiera, a la cual se le
puede dar diferentes alturas. Así pues,
para comprender el funcionamiento de las alcantarillas con entrada mejorada y
poder comparar la eficiencia de las diferentes posibilidades se hace necesario
obtener curvas de operación de la alcantarilla.
Según se puede ver en la figura XVII-3, una altura de agua cualquiera cortará
las curvas de operación de cada posible sección de control, con lo que se obtienen
tres gastos diferentes, pero, para esa altura, solamente se puede producir el gasto
1, el menor, ya que, en ese caso, el control del gasto está en la cara y por ella no
podrá pasar el gasto 2 ni el 3. Es decir, que la curva de operación resultante se
forma con los gastos menores, correspondientes a los segmentos de curva situados
más a la izquierda.
La curva de la figura XVII-3 correspondería a una cierta solución pero, si se
cambian las dimensiones de la tubería o de la entrada, se producirán nuevas curvas,
las cuales se dibujan en el mismo gráfico para poder compararlas y adoptar la
solución más conveniente.
190 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO XVIII

ENTRADAS MEJORADAS EN CAJONES DE CONCRETO

Como ya se dijo, las entradas mejoradas pueden ser de tres tipos: aristas
achaflanadas, ensanchadas lateralmente y con aumento de pendiente. En la figura
XVIII-1 se muestran las posibilidades de estas dos últimas opciones. Los gráficos y
nomogramas que se utilizan para su dimensionamiento aparecen en el Anexo C.

PLANTA PLANTA

PERFIL PERFIL

S0 S0

PLANTA PLANTA

PERFIL PERFIL

S0 s0
Cresta del vertedero Cresta del vertedero

ENSANCHADAS AUMENTO DE
LATERALMENTE LA PENDIENTE

Figura XVIII-1: Tipos de entradas mejoradas para


cajones de concreto. Fuente: Ref. (22).

18.1 ENTRADA CON BORDES ACHAFLANADOS

El chaflán se debe disponer tanto en la arista del techo como en las de las
paredes del cajón. El dimensionamiento de este tipo de entrada se hace de forma
semejante al de las alcantarillas convencionales, utilizando los nomogramas C-1 a
C-3 de Anexo C. La relación de ancho B a alto D para la aplicación de los
nomogramas abarca un rango de 0,5<B/D<2,0. Es de hacer notar que estos
nomogramas son aplicables únicamente para chaflanes con inclinación de 1:1 (45°)
y 1,5:1 (33,7°) y sus dimensiones dependen del tamaño del cajón. Los
nomogramas son los siguientes:
Drenaje vial para ingenieros viales 191

• Nomograma C-1: cabezal a 90°.


• Nomograma C-2: entrada en esviaje.
• Nomograma C-3: aletas de 18° a 45°.
18.1.1. Dimensiones de los chaflanes

Las dimensiones mínimas de los chaflanes de un


cajón de ancho B y alto D se calculan según su
d pendiente y posición.
b
Pendiente de 45°: Chaflanes: superior d= 0,042D;
Q
laterales b= 0,042B
Fig. XVIII-2: Pendiente de 33,7°: Chaflanes: superior d= 0,083D;
dimensiones del laterales b= 0,083B
chaflán.

En el tope, estas dimensiones no podrán ser menores de 7,5 cm y, en los laterales,


de 10 cm.
18.1.2. Cajones de varias celdas
En el caso en que se deba proyectar alcantarillas con más de una celda, el
procedimiento es el mismo que para las de una sola celda utilizando como ancho
B la suma de los anchos de todas las celdas.
En los cajones multicelda con relación B/D>3 los chaflanes laterales resultan
demasiado grandes si se calculan según el ancho libre total, por lo que para
192 Drenaje vial para ingenieros viales

establecer la dimensión b se utiliza


B o 3D, la que resulte menor. La
Deflector dimensión d se calcula con el alto D.

Las aristas de las paredes


intermedias de los cajones no
revisten mayor importancia para el
comportamiento hidráulico del ca-
PLANTA VISTA LATERAL
jón múltiple, por lo que se les pue-
Figura XVIII-3: cajón con dos celdas y
pared central deflectora de desechos. de dar la forma que se estime
conveniente. También pueden ser
prolongadas hacia aguas arriba con
GARGANTA
una pendiente descendente de
forma que sirvan como deflectores
CARA
de desechos flotantes (fig. XVIII-3).
ALETAS Bf L1 B
18.2 ENTRADAS ENSANCHADAS
LATERALMENTE
Este tipo de entrada puede

ENSANCHAMIENTO adoptar una de las formas que se


muestran en la figura XVIII-1. La
PLANTA
CARA altura D en la cara anterior es igual
a la de la tubería, añadiéndose un
chaflán en la arista superior. El

Ht Hf
control del flujo puede presentarse
CHAFLÁN en la garganta y en la cara anterior.
GARGANTA D Si se la añade una caída, aparece la
posibilidad de que el control esté en
L1.S S la arista superior de esta (figura
XVIII-5). Se debe calcular la altura
PERFIL
de agua en cada una de estas
Figura XVIII-4: entrada
secciones para asegurarse de no
ensanchada lateralmente.
Fuente: Ref. (22) sobrepasar la permisible.
Drenaje vial para ingenieros viales 193

18.2 ENTRADAS ENSANCHADAS LATERALMENTE

18.2.1. Control en la garganta

Se debe procurar que el control esté en la garganta, ya que, por ser esta la
más profunda, se aprovecha al máximo la altura de agua en la entrada. El gráfico
C-4 da la profundidad de agua a la entrada necesaria para que el gasto de diseño
pase por la alcantarilla con el control en la garganta. En él se entra con la expresión
Q
3
y se obtiene la relación Ht/D. En el gráfico, el denominador aparece como
2
B.D
3
N.B.D 2
, donde la N se refiere al número de celdas.

18.2.2. Control en la cara

Puesto que es conveniente que la alcantarilla funcione con el control en la


garganta, hay que asegurarse de que no se produzca en la cara aguas arriba.
La curva de operación se forma mediante la superposición de las tres del
control a la entrada más la correspondiente al control a la salida.
Las curvas para el diseño de la sección de la cara vienen dadas en el gráfico
C-5. En él se presentan dos curvas, de las cuales la punteada es la menos
favorable. Ellas cubren dos posibilidades cada una:
• Curva punteada:
a) Aletas en ángulo entre 15° y 26° con chaflán de pendiente 1:1 en la arista
superior.
b) Aletas en ángulo entre 26° y 90° sin chaflanes.
• Curva entera:
a) aletas de 26° a 45° con chaflán de pendiente 1:1 en la arista superior.
b) Aletas entre 45° y 90° con chaflán pendiente 1:1 en todas las aristas.
Los casos no contemplados se consideran indeseables.
Aunque se puede usar chaflanes con pendiente 1,5:1, se prefieren los de 1:1, que
resultan más pequeños.

18.2.3. Uso de caídas aguas arriba


Se puede disponer una caída antes de la cara aguas arriba de la alcantarilla.
Su fondo es la continuación del plano del piso del cajón, prolongado como mínimo
La luz libre total necesaria se determina mediante el uso del gráfico C-6 de forma
que no se produzca control en la cara. No hay ningún procedimiento que permita
calcular baterías de más de dos cajones.
194 Drenaje vial para ingenieros viales

una distancia igual a D/2 para proveer una


transición suave de la entrada del flujo en
18.3. ENTRADAS CON AUMENTO
la alcantarilla. La arista superior de la caída
DE PENDIENTE
debe ser lo suficientemente larga como
18.3.1 Control en la garganta
para que no se produzca una sección de
El aumento de pendiente en
control sobre ella. El gráfico C-7
la entrada forma una caída dentro
de la alcantarilla, lo que incrementa proporciona la altura de agua Hc que
la profundidad de agua disponible
produce dicho control.
en la garganta y provee una
capacidad adicional a la
18.3.4. Cajones dobles
proporcionada por la entrada
ensanchada (figura XVIII-6). Se
Se puede disponer dos cajones en
puede dar dos formas a la cara
anterior de la alcantarilla: vertical o una alcantarilla con entrada mejorada, para
perpendicular a la pendiente del
lo que se toma como ancho la luz libre
fondo. Puesto que esta segunda
posibilidad es menos eficiente que total, tal como se describió para las
la anterior, solamente se describirá
entradas achaflanadas. También aquí, la
la primera.
pared central se puede extender para que
La entrada con cara vertical
La distancia L3 entre la arista del techo
presenta tres potenciales secciones actúe como deflector de desechos flotantes.
de control: la cara, la garganta y la y la garganta debe ser por lo menos de
Los ensanchamientos de las paredes
arista A formada por la
0,5B para asegurarse de que el control se
intersección del plano del fondo de externas podrán tener inclinaciones con
la caída con el del cajón (figura produzca en la garganta y no en dicha arista.
respecto al cajón entre 4:1 y 6:1.
XVIII-6).
18.3.1. Control en la garganta

El costo de construir la entrada es


mucho menor que el del cajón de la
alcantarilla, por lo que se debe tratar de
disminuir el tamaño de este. Para ello se
debe diseñar de forma que el control esté en
la garganta, es decir, que la tubería esté
funcionando a la máxima capacidad posible
para las condiciones existentes.

Para encontrar la altura de agua con


control en la garganta se utiliza el gráfico
NQ
C-4, donde, entrando con 2
(N se refiere
3
BD
al número de tubos) se obtiene la relación
Ht/D.
Drenaje vial para ingenieros viales 195

L1 GARGANTA

L2 L3

CARA

ALETAS Bf B

ENSANCHAMIENTO

PLANTA
CARA GARGANTA
CHAFLÁN

Ht Hf

D
S0
D

CAÍDA Sf
A S
PERFIL
Figura XVIII-6: Entrada con
aumento de pendiente.
Fuente: Ref. (22)

18.3.2. Control en la cara anterior

Las curvas para determinar la altura de agua con control en la cara anterior
(aguas arriba) de la entrada aparecen en el gráfico C-6.
18.3.3. Control en la arista superior de la caída
Si se dispusiera una caída antes de la entrada, se debería revisar la
posibilidad de que el control esté en la arista superior de la misma, para lo cual se
puede usar el gráfico C-7. Las curvas corresponden a las mismas condiciones
descritas en el punto 17.2.
18.3.4. Limitaciones para el diseño
Para asegurarse que las curvas de diseño empleadas son aplicables a un
cierto caso, se debe cumplir con las limitaciones que se dan a continuación pues, si
no se cumplen, el funcionamiento no será el esperado.
196 Drenaje vial para ingenieros viales

™ La pendiente de la caída debe estar comprendida en el rango 2:1>Sf>3:1.


™ La profundidad de la caída debe ser D/4<CAÍDA<1,5D. Las caídas mayores
producen pérdidas significativas por fricción entre la cara y la garganta. Para
caídas menores, se puede usar el gráfico C-5 con un Ht que incluya la caída
disponible.
™ El ensanchamiento de la entrada debe estar comprendido en el rango
4:1<ensanchamiento<6:1. Un ensanchamiento menor es inaceptable y uno
mayor conduciría a un diseño conservador.
™ La distancia horizontal L3 entre la arista del tope del cajón y la garganta debe
ser L3 ≥ 0,5B.
18.3.5. Batería de dos cajones
Los gráficos C-4, C-6 y C-7, desarrolladas para un solo cajón, pueden ser
usadas para un cajón doble siempre que se extienda la pared central hasta la cara
aguas arriba. Debe considerarse un ancho igual a la suma de los anchos de los
cajones individuales y puede tener o no cualquier tratamiento de las aristas.
La cara anterior determinada mediante el uso del gráfico C-6 corresponde al
ancho total libre. Para efectos del diseño, a ese ancho habrá que añadir el espesor
de la pared central. No existe ningún procedimiento para el cálculo de baterías de
más de dos cajones.
Drenaje vial para ingenieros viales 197

CAPÍTULO XIX

ENTRADAS MEJORADAS EN TUBERÍAS CIRCULARES

Al igual que en los cajones de concreto, se puede mejorar la entrada de las


tuberías circulares mediante los chaflanes, el ensanchamiento lateral, las caídas a la
entrada y el aumento de pendiente.
El ensanchamiento de la sección puede producirse de dos maneras: a)
pasando de la sección transversal circular de la tubería a una sección ovalada de la
D
misma altura en la cara anterior de la
alcantarilla, utilizando para ello todo el largo
de la entrada, o b) realizando la transición en
D
un corto tramo, en el que se pasa de una
sección circular a una sección cuadrada con
D lados iguales al diámetro del tubo, resultando
D/2 el resto de la entrada con sección rectangular
(figura XIX-1). Puesto que una entrada
Figura XIX-1: Transición de ovalada en toda la longitud de la entrada
sección circular a rectangular
presenta más dificultades constructivas que la
Fuente: Ref. (22)
entrada con transición de circular a cuadrada,
se describirá únicamente la segunda.
19.1. ENTRADA CON BORDES
ACHAFLANADOS

No es necesario achaflanar la arista de la entrada de las tuberías circulares de


concreto, ya que la entrada con la campana hacia aguas arriba produce las mismas
pérdidas con o sin chaflanes y puede ser analizada como una alcantarilla
convencional. Así pues, al construir la alcantarilla se debe disponer siempre la
campana de los tubos en el sentido indicado.
Puesto que las tuberías de metal corrugado no tienen campana, es
conveniente achaflanar la entrada, para lo que se puede usar el nomograma C-8, el
cual contempla dos tipos de biselado, correspondientes a pendientes 1:1 y 1,5:1.

Se puede diseñar baterías de


tuberías como una serie de tubos aislados,
teniendo en cuenta que cada tubería
requiriere un chaflán por separado.

19.2. ENTRADAS CON ENSANCHAMIEN-


TO LATERAL

El ensanchamiento en este tipo de


198 Drenaje vial para ingenieros viales

ENSANCHAMIENTO

Bf D

Transición

L1 D/2

PLANTA

Ht Hf
Sección
E rectangular D
S0

LS0 Transición

PERFIL
Figura XIX-2: Entrada ensanchada
para tuberías circulares. Fuente:
Ref. (22)

19.2 ENTRADAS CON ENSANCHAMIENTO LATERAL

19.2.6. Control en la cara

Se determinarán las dimensiones de la cara usando el gráfico C-6. Tal como


se describió para las entradas ensanchadas de los cajones de concreto, se debe
evitar que se produzca el control en ella. El ensanchamiento debe estar en el rango
de 4:1 a 6:1. Puesto que la altura de la cara puede ser algo mayor que la de la
tubería, la relación de la altura del agua a la entrada a la altura del tubo será en
este caso Hf/E en lugar de Hf/D.
19.2.7. Caídas aguas arriba de la entrada

Cuando se desea amentar la altura de agua en la entrada, se puede usar las


entradas con aumento de pendiente o disponer una depresión antes de la entrada
ensanchada, tal como se muestra en la figura XIX-3. Es posible que resulte
necesario pavimentar la depresión para evitar daños por socavación.
Se usa el gráfico C-7 para determinar si el control está en la arista superior
de la caída, realizándose el cálculo de los demás controles de la manera ya descrita.

19.2.3. Control en la garganta

Como ya se dijo, en las


entradas mejoradas el control debe
estar en la garganta, ya que ello
conduce a diámetros menores de la
Drenaje vial para ingenieros viales 199

WP Bf D

Min.
2T D/2 PLANTA

Hf
S0
T S D

PERFIL

Figura XIX-3: Caída en la entrada.


Fuente: Ref. (22)

circulares y no debe ser empleado para secciones abovedadas o de cualquier otra


forma. ¿?????
19.3. ENTRADAS CON AUMENTO DE LA PENDIENTE

Cuando se emplea la transición corta entre la sección circular del tubo y la


cuadrada de la entrada mostrada en la figura XIX-1, aparentemente se pueden
presentar dos secciones de control distintas en la garganta: en la sección cuadrada
DxD y en la sección circular. Sin embargo, puesto que el área de la sección
cuadrada es considerablemente mayor que la circular, el control se presenta
siempre en esta última, empleándose el gráfico C-9 para encontrar la relación Ht/D.
Para calcular la relación Hf/D correspondiente al control en la cara superior se
emplea el gráfico C-5.
19.3.1. Limitaciones al diseño

Además de las restricciones descritas para las entradas de los cajones de


concreto con aumento de la pendiente, deben ser observadas las siguientes,
relativas a las entradas de tuberías circulares, tanto con la entrada ensanchada
como con la pendiente aumentada:
200 Drenaje vial para ingenieros viales

™ En la transición la sección aguas arriba debe ser cuadrada, con lados iguales al
diámetro de la alcantarilla.
™ La transición entre ambas secciones debe ser igual o mayor de D/2 pero, si se
usaran longitudes excesivas, se debería considerar las pérdidas por fricción en el
trayecto.
19.3.2 Alcantarillas múltiples
Con el método aquí descrito solamente se puede diseñar baterías de dos
alcantarillas de sección circular. El procedimiento a seguir será el mismo que el de
los cajones de concreto, diferenciándose en que la pared central debe tener forma
de cuña, más ancha cerca de los tubos y más estrecha conforme se aleja, ya que se
debe proveer espacio suficiente entre los tubos para poder compactar
adecuadamente el relleno entre ellos.
Si hay espacio suficiente para poder acomodarlas, se puede diseñar
alcantarillas individuales con el mismo aumento de la pendiente, usando para ello
los métodos ya descritos. De esta manera no hay límite del número de tubos a usar.
Drenaje vial para ingenieros viales 201

CAPÍTULO XX

CONSIDERACIONES GENERALES PARA EL DISEÑO

Además de los aspectos hidráulicos, en el diseño de las alcantarillas con


entrada mejorada intervienen otros factores que deben ser tomados en cuenta y
que se pasa a describir.
20.1. LA SEGURIDAD VIAL Y LAS ENTRADAS MEJORADAS
Las entradas mejoradas no representan mayor peligro para los vehículos que
las alcantarillas convencionales. En ambos casos, las entradas deben ser colocadas
suficientemente alejadas de la calzada y su estructura no debe representar un
peligro para un vehículo que pierda el control. Si se juzga necesario, se deberá
proteger la entrada con rejas que impidan la caída de los vehículos en su interior.
20.2. LA HIDROLOGÍA
La determinación del gasto de diseño es una estimación de la probabilidad de
ocurrencia de un evento y, como tal, existe la posibilidad de que ese evento sea
superado durante el periodo de diseño. Por ejemplo, hay un 2% de probabilidades
de que en un año cualquiera se produzca una creciente de frecuencia 50 años y, si
calculamos una estructura con una frecuencia de 25 años, existe un 40% de
probabilidad de que durante ese lapso se produzca la lluvia de los 50 años de
frecuencia. Si, adicionalmente, el análisis de frecuencia se realiza con un registro de
datos muy corto, como es frecuente en Venezuela, la probabilidad de ocurrencia
aumenta considerablemente.
Por todo ello es conveniente evaluar el comportamiento de una alcantarilla
bajo diferentes posibilidades de gasto y, como en caso de crecientes extraordinarias
existe la posibilidad de que el control del flujo pase de la entrada a la salida, es
necesario comprobar también si en esas condiciones la alcantarilla funciona
adecuadamente.
20.3. ALTURA PERMISIBLE DEL AGUA A LA ENTRADA
La altura permisible del agua a la entrada se debe fijar de acuerdo con el
mejor criterio del proyectista, para lo cual se debe tener en cuenta la normativa
vigente y aspectos tales como la altura de la carretera, el uso de la tierra aguas
arriba, los niveles de agua alcanzados anteriormente, la importancia de la carretera
y los riesgos de daños, entre los que se debe considerar la posible pérdida de vidas
o propiedades y los retrasos e interrupciones del tránsito. Estos riesgos son
menores en zonas rurales que en las urbanas pero en todos los casos se debe
vigilar su posible ocurrencia.
20.4. DESECHOS FLOTANTES Y OTROS ARRASTRES
Una objeción frecuente al uso de las entradas mejoradas es el posible
incremento de los problemas de funcionamiento causados por los desechos flotantes
y otros arrastres. Sin embargo, en una investigación de campo realizada en 75
instalaciones de U.S.A. no se reportaron problemas de este tipo.
202 Drenaje vial para ingenieros viales

Tal como en las alcantarillas convencionales, donde se sospeche la presencia


de arrastres de desechos se deberá disponer trampas como las descritas en el
capítulo XXX. Una precaución sencilla y económica para impedir que los grandes
objetos arrastrados por la corriente se atasquen en la entrada es disponer una viga
metálica clavada verticalmente delante del centro de la cara anterior del tubo pues,
así, cualquier objeto que logre entrar podrá pasar la garganta y correrá a todo lo
largo de la tubería.
20.5. SEDIMENTACIÓN
En las entradas con aristas achaflanadas o con la entrada ensanchada cuya
pendiente sea igual o parecida a la del terreno original no se presenta ningún
problema especial. Sin embargo, en las alcantarillas en que la pendiente es menor a
la original como consecuencia de una caída en su entrada, puede producirse
deposición de sedimentos. Sin embargo, estos suelen lavarse cuando se presentan
crecientes de consideración. En la investigación anteriormente citada se reportaron
8 casos de sedimentos en las 75 alcantarillas, todos ellos sin mayor significación.
20.6. VELOCIDAD DEL AGUA A LA SALIDA
Pareciera que, para un gasto constante, al disminuir el tamaño de la tubería
la velocidad del agua debiera aumentar (recordemos que Q= V.A). Por el contrario,
ella permanece sensiblemente igual que en las alcantarillas convencionales, pues el
aumento de la capacidad se obtiene por el aumento de la sección mojada y no el de
la velocidad. Como el control del flujo está en la entrada, la tubería funciona
parcialmente llena y, al aumentar el flujo, aumenta la altura del agua y el área
mojada, manteniéndose la velocidad.
El método para calcular la velocidad del agua en la salida de las alcantarillas
con entrada mejorada es el mismo que el empleado en las alcantarillas
convencionales. Puesto que el control está en la entrada, se calcula la velocidad la
normal en la tubería, aplicando la ecuación de Manning mediante el uso de los
gráficos y nomogramas descritos en el capítulo XIII.
20.7. CONVENIENCIA ECONÓMICA
Antes de decidirse por una entrada mejorada se debe considerar el costo total
de varias alternativas. Por ejemplo, se debe tener en cuenta que para la
construcción de una caída o el aumento de la pendiente de la entrada es preciso
realizar un movimiento de tierra y, si el fondo del curso de agua es rocoso, ello
puede resultar muy costoso.
Los mayores ahorros se producen cuando la alcantarilla es muy larga. Como
lo más costoso es la tubería, si se logra disminuir significativamente su diámetro se
habrá logrado un gran ahorro. Sin embargo, también se debe analizar las
alcantarillas más cortas, pues también en ellas se puede lograr algunos ahorros.
En el caso de necesitarse la sustitución de una alcantarilla existente por otra
con mayor capacidad, al costo de la construcción de la nueva debe añadirse el de la
excavación, la demolición de la existente y de la interrupción o demora del tránsito
por la vía. Es con este costo total que se debe comparar la construcción de una
entrada mejorada.
Drenaje vial para ingenieros viales 203

Para aumentar la capacidad de una alcantarilla existente la solución más


barata es, en primer lugar, sustituir las aristas por chaflanes; en segundo lugar,
ensanchar la entrada y, por último, disponer una caída en la entrada o construir la
entrada con un aumento de la pendiente.
204 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO XXI

PROCEDIMIENTO DE DISEÑO

Como ya es sabido, para que sean aplicables estas mejoras el control del flujo
debe estar en la entrada. El procedimiento de diseño comienza por establecer el
tamaño más conveniente de una tubería con control a la salida, ya que esta es la
mayor capacidad posible. A partir de esa opción, se comienza a tantear mejoras de
la entrada, comenzando por el achaflanamiento de las aristas y siguiendo con el
ensanchamiento, las caídas y el aumento de la pendiente de la entrada. El
procedimiento de este tanteo se ilustra mediante el diagrama de flujo de la figura
XXI-2 de la siguiente página.
21.1. PASO 1: DETERMINAR Y ANALIZAR LAS CARACTERÍSTICAS DEL SITIO
Las características del sitio incluyen la forma de la sección transversal, las
cotas de los extremos y el perfil longitudinal del cauce, la longitud aproximada de la
tubería y la altura permisible del agua a la entrada.

La longitud L de la tubería es
m
aproximadamente
1 la distancia entre los pies del
D
talud en el cauce menos la parte que ocuparán los
m.D
dos cabezales, determinada por el diámetro D y la
Figura XXI-1: longitud
pendiente m del talud: L= Distancia-2mD.
del cabezal
Drenaje vial para ingenieros viales 205

1 2 3 4
Determinación Selección de la Capacidad del
y análisis de las Análisis tubería con tubo con
hidrológico
características control a la control entrada
del sitio salida aristas vivas

5” 5’
Capacidad del Altura de la CONTROL A NO ¿Control a la
tubo con caída: LA ENTRADA salida?
chaflanes CHEP-HECE

NO
6
¿La Análisis efectos CONTROL A
¿Tiene SÍ caída es NO de la caída y LA SALIDA
chaflanes? excesiva? diseño entrada
achaflanada

5
Calcular control ¿Caída
en la garganta SÍ
excesiva?
para entrada
mejorada
NO

¿Control a la SÍ
CONTROL A
salida? LA SALIDA

NO

CONTROL A
LA ENTRADA

6 7 8
Análisis de los Diseño de la SE COMPLETA
efectos de la entrada EL PROYECTO
FIN
caída mejorada

Figura XXI-2: Diagrama de flujo del procedimiento del diseño de


alcantarillas con entrada mejorada. Fuente: Ref. (22)
206 Drenaje vial para ingenieros viales

21.2. PASO 2: ANÁLISIS HIDROLÓGICO

Se debe establecer el gasto de diseño con frecuencias apropiadas para las


condiciones del sitio y, mediante métodos que aseguren la exactitud necesaria en
cada caso, para tener en cuenta los riesgos que se corren si es superado el gasto
estimado, se calculan los gastos correspondientes a otras frecuencias.
21.3. PASO 3: TAMAÑO DE LA TUBERÍA CON CONTROL A LA SALIDA
Como ya se dijo, la capacidad máxima de una tubería dada (tamaño, forma
de las aristas, forma de la sección transversal, material) se produce cuando esta
trabaja con control a la salida, pues en esas condiciones es cuando la tubería
funciona a sección plena. Si para un gasto dado el control está a la salida, ninguna
solución con control a la entrada podrá producir una altura de agua a la entrada
menor a la del control en la salida.
Se comenzará buscando el tamaño más conveniente entre un grupo de
alternativas, esto es, la tubería que produzca el control a la salida. Para ello, en
primer lugar se calcula la cota máxima permisible CHEP de la superficie del agua
sumando a la cota de entrada de la alcantarilla la altura máxima permisible HEP a la
entrada.

Q D H
Puesto que a esta altura del proceso

Ce no es muy importante la exactitud, se


Ce´
Ce”
eligen varios tamaños y tipos tentativos de
tubería usando de forma inversa el
H0
nomograma de control a la salida. Para
D0 I ello:
QD
L 1. Se asume un valor de la carga H0
calculado como H0= HEP+LS0-h0, donde
h0 es una altura tentativa del tubo.
Línea de referencia
2. Se une este valor de H0 con el gasto de
diseño QD y se encuentra la intersección
Figura XXI-3: selección de un
diámetro tentativo I con la línea de referencia.
3. Se traza una recta desde la longitud de
la tubería L medida sobre la curva del
Ce que corresponda que, pasando por la intersección I, se prolongue hasta
cortar la línea D, encontrando el diámetro tentativo D0.
4. Se verifica el resultado, tomando esta vez h0= D0 y repitiendo el proceso.
5. Se calculan cotas de agua en la entrada para diferentes gastos y se dibuja con
ellos la curva de operación.
Drenaje vial para ingenieros viales 207

Se repite la operación para otros tamaños de tubería y tipo de entrada y se


calculan y dibujan las curvas de operación de control a la salida con aristas vivas y
achaflanadas para esos tubos, tal como se ve en la figura XXI-4.
Se trazan las rectas correspondientes al gasto de diseño y la cota del agua
permisible a la entrada CHEP y se elige como tamaño mínimo admisible el
correspondiente a la curva que pase más próxima y por debajo de su punto de

1 de 2,10X1,80 ARISTAS VIVAS CURVA A

1 de 2,10x1,80 ACHAFLANADO
Cota permisible a la entrada CHEP

1 de 2,40X1,80 ACHAFLANADO
2 de 1,50x1,50 ACHAFLANADO

Qdiseño

Figura XXI-4: Curvas de operación de cajones rectangulares con control a


la salida. Fuente: Ref. (22)

intersección (curva A en la figura XXI-4). Puesto que esta curva corresponde a una
entrada con aristas vivas, tal vez se podría haber encontrado otra solución con
chaflanes, de menor tamaño, cuya curva de operación pasara ligeramente por
debajo de la curva A.
Después será necesario verificar si la velocidad del agua a la salida es
aceptable, si cumple con las expectativas del proyectista de acuerdo con su
análisis de las características del sitio y los daños que podrían producirse si es
superado el gasto de diseño. Del mismo modo, si la curva es muy pendiente,
posiblemente es aconsejable desechar ese tamaño y tomar el inmediatamente
mayor.
208 Drenaje vial para ingenieros viales

21.4. PASO 4: CÁLCULO DE LA TUBERÍA CON CONTROL A LA ENTRADA CON


ARISTAS VIVAS Y ACHAFLANADAS
Se hará el cálculo para la tubería seleccionada en el paso 3 con la cota CHEP
de agua permisible en la entrada, procediéndose de la siguiente manera:
™ Se calcula la altura de agua HE con control en la entrada necesaria para que el
gasto de diseño pase por el tubo seleccionado en el paso anterior. Si esta HE
fuese menor que la calculada en el paso 3, el control estará en la salida, por lo
que se pasará al paso 8.
™ Si la altura HE es mayor que la calculada en el paso 3, el control estará en la
entrada.
™ Restando HE de la cota CHEP se obtiene la cota necesaria del fondo de la
entrada de la alcantarilla para que CHEP no sea superada en el control a la
entrada.
™ Si esta cota es mayor que la del terreno, la tubería generalmente se coloca a la
altura del terreno natural, obteniéndose así una capacidad superior a la
necesaria. Si la cota obtenida es menor que la del terreno, se deberá disponer
una depresión en la entrada de la alcantarilla, a cuya altura se ha llamado caída.
™ Si, a juicio del ingeniero, la caída resultara demasiado grande: a) si el paso
anterior se hizo con arista viva, se tratará de mejorar la entrada con chaflanes;
b) si se había calculado con chaflanes, se debe ir al paso 5.
™ Si se considera que la caída obtenida es aceptable, se va al paso 6.

21.5. PASO 5: ENTRADA MEJORADA CON ENSANCHAMIENTO O AUMENTO


DE LA PENDIENTE
Si se consideró que la caída necesaria es excesiva, se procede a diseñar una
entrada mejorada mediante el ensanchamiento de la misma o el aumento de su
pendiente, en la cual control el control está en la garganta. Para ello se procede a:
a) Determinar unas dimensiones tentativas de la entrada mejorada para la
alcantarilla seleccionada en el paso 3.
b) Calcular la altura del agua necesaria en la garganta.
c) Calcular la cota de rasante de la garganta, restando de CHEP la altura calculada
en el punto b).
d) Si esta cota está por encima del terreno natural, se tomará a este como rasante,
lo que proporcionará un margen de seguridad.
e) Si queda por debajo del terreno natural, la diferencia entre este y la rasante será
la caída. Si se considera excesiva, se propone una nueva solución de mayor
tamaño y se retorna al punto b).
Drenaje vial para ingenieros viales 209

COTA
DEL AGUA EN Control a la entrada – aristas – sin caída
LA ENTRADA Control a la entrada – achaflanada – sin caída

Control en la garganta
ensanchada – caída 1,05 m

Control en la garganta
ensanchada – c/caída adicional

CHEP

Control a la salida – aristas vivas


Controla la salida - achaflanada

Q diseño GASTO

Figura XXI-5: Modificaciones a la entrada para obtener la máxima


eficiencia. Fuente: Ref. (22)

f) A la rasante calculada se le suma la altura de agua HE calculada, obteniendo así


la cota de la superficie del agua, la cual debe ser igual o menor que CHEP.
g) Si esta es menor que la encontrada para el control a la salida, para el gasto de
diseño la alcantarilla funcionará con control a la salida. Entonces se regresará al
paso 4 para tratar de optimizar la solución usando chaflanes o una caída.
h) Se define y dibuja la curva de operación del control en la garganta
21.6. PASO 6: ANÁLISIS DE LOS EFECTOS DE LA CAÍDA
En el paso 6 se analiza los efectos de la caída. A este paso se puede llegar
por dos vías: desde el paso 4, cuando se encuentra que la caída no es excesiva o
del paso 5, después de haber mejorado la entrada. En la figura XXI-5 se aprecia
que se puede incrementar la capacidad de la alcantarilla mediante el aumento de la
caída o mediante la mejora de la entrada.
La curva correspondiente al control en la salida pasa por debajo del punto de
intersección entre la cota CHEP y el gasto de diseño, por lo que existe la posibilidad
de optimizar el diseño de la alcantarilla seleccionando la forma de la entrada y el
tamaño de la caída de manera que la curva de operación resultante pase entre
CHEP y la curva del control a la salida, tal como las A, B, C o D de la figura XXI-6.
210 Drenaje vial para ingenieros viales

21.7. PASO 7: DISEÑO DE UNA ENTRADA ENSANCHADA


En una entrada ensanchada puede producirse una caída mediante una
depresión aguas arriba de la cara o mediante el aumento de la pendiente dentro de
Cota máxima
COTA DEL AGUA permisible del
A LA ENTRADA agua (CHEP)
Curva A
a
b

Curva B
c e
Curva E Nivel normal
del agua

d Curva C

Control en la garganta
con entrada ensanchada
Control en la salida
Posible control en la cara

Q Diseño GASTO
Figura XXI-6: Selección de la posible sección de la cara anterior.
Fuente: Ref. (22)

la entrada. En este paso se decidirá la mejor combinación de ensanchamiento y


caída.
En el diseño de la sección de la cara anterior la altura del agua la entrada no
deberá sobrepasar la CHEP. El funcionamiento de la alcantarilla con control en la
cara anterior debe ser compatible con el del control en la garganta: puesto que este
último es el más eficiente para aprovechar la altura de agua disponible, la cara
anterior debe tener, por lo menos, la misma capacidad para igual altura de agua.
Esta condición está representada en la figura XXI-6 por la intersección de las curvas
de operación de la cara y la garganta.
En la figura citada se muestran las curvas de operación con control en la
salida y en la garganta, con alguna de las cuales debe intersectar la curva de
operación de la cara anterior. Se debe hacer un diseño que aproveche al máximo la
altura obtenida mediante la caída dispuesta aguas arriba. Esto sugiere que la curva
de operación con control en la cara anterior debe cortar a la del control en la
garganta en alguna de las siguientes opciones: 1) en la línea horizontal de CHEP; 2)
en la línea vertical del gasto de diseño Q; 3) en su intersección con la curva del
control a la salida; 4) otras opciones.
Drenaje vial para ingenieros viales 211

21.7.1 Intersección de las curvas de operación de la cara y la garganta en


la línea horizontal de CHEP
Las curvas pueden intersectarse en los puntos a o b, los cuales representan
los límites del diseño. El punto a representa el diseño más económico, ya que no
deja ningún margen de seguridad: si se sobrepasa el gasto de diseño, se
sobrepasará también CHEP. El punto b pertenece a la curva de operación del control
a la salida, es decir, de la máxima capacidad que puede tener la tubería bajo las
condiciones imperantes.
21.7.2 Intersección de las curvas de operación de la cara y la garganta en
el gasto de diseño Q
Estas intersecciones están representadas por los puntos a, c y d. En los
puntos c y d, esta opción de diseño asegura el control en la garganta para gastos
superiores al de diseño. Aprovecha todo el incremento de altura de agua
proporcionado por la caída, lo que reduce la altura de agua necesaria para gastos
mayores que el de diseño.
21.7.3 Intersección de las curvas de operación de la cara y la garganta en
la curva del control a la salida
Esta opción corresponde a los puntos b y e. Estos diseños representan las
caras anteriores con menor área que pueden ser usadas para que el control esté en
la garganta y así emplear totalmente la caída proyectada. Se debe vigilar que la
altura de agua necesaria a la entrada no supere a la permisible.
21.7.4 Otras opciones
Se puede diseñar variaciones de las opciones descritas. El control puede
pasar de la cara anterior a la garganta cuando el control está en la salida. Sin
embargo, las opciones de los puntos anteriores consiguen el objetivo de obtener el
menor tamaño de la cara anterior para una caída dada, obteniendo el mayor
incremento posible de la capacidad o la máxima disminución de la altura del agua a
la entrada para caída y un gasto igual o mayor que el de diseño.
21.8. PASO 8: CONCLUSIÓN DEL PROYECTO
Por último, se procede a dimensionar definitivamente el proyecto, a dibujarlo
y a redactar su memoria descriptiva. En esta debe constar la información
hidrológica disponible y las decisiones que se tomaron basándose en ella. Debe
incluir la información recabada acerca del sitio, tal como el perfil longitudinal de la
carretera; el uso de la tierra y los desarrollos aguas arriba; la evaluación de los
daños que pudieran sobrevenir si una creciente sobrepasa el gasto de diseño y toda
la información que condujo a establecer la altura de agua máxima permisible en la
entrada de la alcantarilla.
Las decisiones acerca del funcionamiento de la alcantarilla deben ser tomadas
de acuerdo con el grado de confianza que inspire la estimación de la creciente y la
conciencia de que, aunque la confiabilidad sea aceptable, siempre existe la
posibilidad de que el evento correspondiente a la frecuencia de diseño sea excedido
durante la vida útil de la alcantarilla.
212 Drenaje vial para ingenieros viales

Deben constar en la memoria las informaciones acerca de las bases de la


estimación del gasto de diseño, la evaluación de la calidad de la estimación, la
información acerca de grandes crecientes ocurridas anteriormente y las
consideraciones hechas con respecto a los daños provenientes de gastos superiores
al de diseño, ya que esta información puede resultar de gran importancia para
evaluar el comportamiento de la alcantarilla en el caso de crecientes
extraordinarias.
La memoria descriptiva debe contener, también, todas las consideraciones
hidráulicas y económicas que se hicieron para dimensionar la alcantarilla. El grado
de detalle de la información se determinará según la importancia que tenga el
proyecto, no solamente económicamente, sino también respecto a las dificultades
técnicas de construcción; los daños potenciales en caso de falla, tanto estructurales
como funcionales; la importancia de la vía y la posibilidad de vías alternas.
Drenaje vial para ingenieros viales 213

SÉPTIMA PARTE

DISIPADORES DE ENERGÍA
214 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO XXII

LOS DISIPADORES DE ENERGÍA

Tal como se dijo en el capítulo IX, las corrientes de agua tienen una
capacidad de arrastre de sedimentos que depende básicamente de la velocidad del
agua, la cantidad de sedimentos que arrastra y el tamaño de las partículas del
fondo de los cauces. Un curso de agua será estable mientras que esos tres
elementos estén en equilibrio. Cuando se realiza una obra hidráulica,
generalmente se modifican las condiciones naturales de la corriente y lo más
frecuente es que las aguas, al encauzarlas o conducirlas por tuberías, aumenten su
velocidad. Mientras que el agua transita en los conductos construidos por el
hombre, esa aceleración ha debido ser tomada en cuenta por los ingenieros y no
debiera producir daños, pero es probable que, al ser dispuesta en los cauces
naturales o en canales con fondo móvil, lleve una velocidad mayor que la permisible
para el suelo que conforma el cauce.
Al acelerar las aguas se rompe el equilibrio y aumenta la capacidad de
arrastre de sedimentos, por lo que se produce la socavación generalizada del fondo
que, en un proyecto con grandes gastos de diseño, puede provocar el colapso de
estructuras existentes aguas arriba o abajo a mucha distancia del proyecto. En los
casos de los pequeños caudales de los que se ocupa este trabajo probablemente los
resultados no serán tan trágicos, pero sí pueden producir socavación localizada
suficiente como para poner en peligro las propias estructuras del drenaje vial y,
como consecuencia, el cuerpo de la carretera.
En el drenaje vial se suele presentar la socavación en aquellos casos en que
el agua se concentra y corre sobre el suelo no protegido. Son ejemplos las
descargas de los canales en los cauces naturales, las cunetas que descarguen en
una ladera, los canales y cunetas no revestidos, los pies de talud no protegidos y,
las alcantarillas cuya velocidad del agua en la salida sea superior a la que soportan
los suelos sobre los que descargan.
Para que la transición se haga sin producir daños, se provoca la disminución
de la energía cinética del agua usando disipadores de energía que, mediante fuertes
turbulencias, disipan la energía indeseable. Estos dispositivos pueden ser de
impacto y de resalto. Los primeros disipan la energía desviando la dirección del flujo
mediante el impacto contra un obstáculo fijo diseñado para tal fin. Los segundos
aprovechan las propiedades del resalto hidráulico, mediante el cual se pasa de un
flujo supercrítico a uno subcrítico de menor velocidad. Si la pendiente del fondo es
subcrítica, el flujo pasará de supercrítico a subcrítico por sí solo pero para ello se
precisará un recorrido bastante largo. Los disipadores obtienen el mismo resultado
en una longitud mucho más corta.
Otra de las aplicaciones de los disipadores de energía es permitir a los
canales salvar desniveles sin que la energía ganada en el salto produzca
inconvenientes aguas abajo. Así, si debemos trazar un canal en una pendiente
pronunciada, se lo podrá diseñar con una pendiente más suave, disponiendo caídas
Drenaje vial para ingenieros viales 215

que salven el desnivel necesario con disipadores de energía a sus pies para
disminuir la velocidad del agua.
Los disipadores de energía suelen ser estructuras bastante voluminosas y
costosas, por lo que no todas pueden ser utilizadas en los pequeños cursos de agua
que son tratados en el drenaje vial menor. En esta parte se describirán los
disipadores de energía más sencillos y aplicables a los problemas del drenaje vial.
Otras estructuras que permiten salvar grandes desniveles y proteger las
laderas son las caídas y las torrenteras. Las primeras son canales poco profundos
que bajan por laderas con grandes pendientes. Pueden disipar energía a todo lo
largo de ellos mediante tacos que aumentan su rugosidad o puede disponerse un
disipador de energía en su extremo inferior para desacelerar la corriente y permitir
su paso a un canal.
Las torrenteras son canales con el fondo formado por escalones relativamente
altos y cortos que, ellas también, siguen la pendiente de las laderas. Para que una
torrentera sirva como disipador de energía su huella debe ser lo suficientemente
larga como para que se produzca en ella el resalto. Si la longitud de la huella de los
escalones es corta, no se produce la disipación total de la energía, sirviendo
entonces únicamente para proteger los suelos. En este caso se puede disponer
pantallas contra las que choque el agua y produzcan disipación de la energía por
impacto.
En esta parte se describirá la forma de dimensionar los siguientes tipos de
estructuras:
1. Caída libre en canales.
2. Disipación de energía por aumento de la resistencia.
3. Disipación de energía por impacto.
216 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO XXIII
CAÍDA LIBRE EN CANALES

Como ya se explicó en el capítulo VII, para una misma energía específica el


flujo puede presentar dos profundidades y, como consecuencia, dos velocidades:
una subcrítica y otra supercrítica.

En este capítulo se describirá la disipación


St Perfil del terreno de la energía en las caídas libres mediante
la formación de un resalto. Esta parte es
Caída
S0 únicamente aplicable a canales rectan-
gulares que, por las características del
Figura XXIII-1: canal de terreno, tienen que salvar un desnivel
pendiente S0 en terreno con
pendiente St. mediante una caída o para lograr canales de
pendiente suave en terrenos con pendiente
pronunciada, tal como se puede ver en la
figura XXIII-1.
La turbulencia del resalto provoca
una pérdida de energía ΔE y la altura y2,
A B E
mayor que y1, produce la consiguiente
ΔE
Resalto disminución de la velocidad del agua (figura
ycr XXIII-2). La altura y2 es la correspondiente
al flujo normal en el canal de salida, por lo
h y1 y2
que, para que se produzca el resalto, la
L
pendiente aguas abajo debe ser subcrítica.
Figura XXIII-2: Esquema del Si el flujo normal aguas abajo fuera super-
resalto.
crítico, el nivel del agua subiría desde y1

hasta encontrar su altura normal, que también será supercrítica, y no se produciría


resalto.
Cuando el régimen de llegada es subcrítico, en las proximidades de la arista
de la caída se produce la altura crítica ycr (fig. XXIII-2). Disponiendo de la
información del flujo de llegada podremos calcular la altura crítica ycr y obtener el
valor de la energía específica en el punto A recordando que EA= 3/2 (ycr)A.
Despreciando las pérdidas por fricción, se puede considerar EB= EA y hallar y1.
En este capítulo se describirán dos tipos de caída:
Drenaje vial para ingenieros viales 217

a) Caída libre con régimen de aproximación subcrítico y supercrítico.


b) Estanque disipador para vertedero con caída libre.
Si se hiciese una caída en un canal no revestido, cuya sección es
generalmente trapecial, la socavación lo destruiría. Es por eso que, para obtener
una caída, se acostumbra a hacer una transición recubierta de concreto que pase de
trapecial a rectangular y, después de la caída, de rectangular nuevamente a
trapecial, con dimensiones tales que se produzca en ella el resalto hidráulico. Si no
se toman medidas, la distancia L entre la caída y el resalto puede ser muy larga, lo
que exigiría también una transición muy larga. El objeto del diseño de estas caídas
es, precisamente, disminuir esa distancia L, disminuyendo así el costo de proteger
el canal.
23.1. CAÍDA LIBRE
Como ya se dijo, la caída libre puede ser utilizada para salvar un único
desnivel en un canal o, cuando el terreno tiene fuertes pendientes, para diseñar un
canal con pendientes suaves y caídas sucesivas.
Se presentan dos casos de diseño: uno, cuando la velocidad de aproximación
del agua es subcrítica y, el segundo, cuando dicha velocidad es supercrítica. Puesto
que la disipación de energía se va a producir por el resalto hidráulico, la pendiente
del canal aguas abajo debe ser subcrítica. La solución en ambos regímenes es
empírica.
23.1.1. Régimen subcrítico
La solución se obtiene mediante la variable adimensional ycr/h, datos
previamente calculados según las condiciones del flujo en el canal de aproximación.
Las magnitudes que intervienen son:
X = profundidad del agua sobre
la caída;
ycr = profundidad crítica;
y0 = profundidad normal
supercrítica;
h = altura de la caída;
yp = profundidad del agua bajo
el chorro;
y1 = profundidad del agua al pie
del chorro;
y2 = profundidad conjugada;
LC = distancia del pie del salto al
chorro;
LR = distancia de desarrollo del
resalto;
LT = longitud total.
218 Drenaje vial para ingenieros viales

Régimen subcrítico ⇒ X= ycr


X
Régimen supercrítico ⇒ X= y0

h
y2
yP
y1
LC LR
y2
LT
6

Figura XXIII-3: disipación por caída.


Fuente: ref. (10)

Las relaciones adimensionales encontradas empíricamente son las siguientes:

y1 / h= 0,54 (ycr / h)1,275 y2 / h= 1,66 (ycr / h)0,81 yp / h= (ycr / h)0,66


LC / h= 4,30 (ycr / h)0,81 LR = 6,9 (y2 – y1)

23.1.2. Régimen supercrítico

Cuando el régimen de aproximación del flujo es supercrítico, la profundidad


del agua inmediatamente aguas arriba de la caída no es la crítica, sino el valor y0
correspondiente al flujo normal supercrítico en el canal, tal como se indica en la
figura XXIII-3. De cualquier manera, para que se produzca el resalto la pendiente
del canal aguas abajo debe ser subcrítica.
En este caso hay que tomar en cuenta el número de F de Froude, pues las
dimensiones cambian según varía F. Las relaciones son las mostradas en la tabla
XXIII-1.

TABLA XXIII-1
RELACIONES ADIMENSIONALES APROXIMADAS PARA FLUJO EN
RÉGIMEN SUPERCRÍTICO. Fuente: Ref. (10)
F= 2 F= 3 F= 4
h/y0
LC/y0 LR/y0 y2/y0 LC/y0 LR/y0 y2/y0 LC/y0 LR/y0 y2/y0
1,0 2,8 9,4 1,9 3,4 18,4 3,4 3,4 28,6 5,2
1,5 3,2 9,0 1,7 4,0 17,2 3,0 4,5 27,0 4,7
2,0 3,5 8,5 1,4 4,4 15,8 2,6 5,2 25,2 4,2
Drenaje vial para ingenieros viales 219

23.2. ESTANQUE DISIPADOR PARA VERTEDERO CON CAÍDA LIBRE

La referencia (36) muestra un estanque disipador de energía para un


vertedero con caída libre desarrollado por el Agricultural Research Service de la
Universidad de Minnesota. La ventaja de esta estructura es que se consigue el re-
salto en una distancia mucho más corta
que en las caídas descritas
anteriormente. El método de cálculo es

Trayectoria de la aplicable solamente en canales con


lámina sumergida
régimen subcrítico.
La altura del agua en el canal de
Trayectoria de Trayectoria normal
la lámina libre salida es importante, pues si es más alta

Figura XXIII-4: trayectoria de la que la prevista puede desviar el chorro


caída. A mayor profundidad del de agua hacia delante, pudiendo hacerlo
agua, el chorro se aleja más.
Fuente: Ref. (35) llegar hasta la zona no protegida, con la
consiguiente socavación (figura XXIII-
El disipador consiste en una
base plana con tacos de forma 4).
prismática y un murete en la salida, tal
como los describe la figura XXIII-5.
Este método de diseño es aplicable para anchos W0 de la cresta mayores de
1,5 ycr.
220 Drenaje vial para ingenieros viales

PLANTA

45°
Tacos en
el suelo
Murete final
0,4ycr
0,4ycr
Q
W0
Murete long.
(opcional)

45°

PERFIL Muro lateral

Borde superior de la lámina

ycr Aleta Pendiente 1:1

h2 0,85 ycr

Altura del y3= 2,15 ycr


h0 Tacos muro lateral
Murete longitudinal
0,8 ycr 0,4 ycr

L1 L2 L3 Murete final
LB

Figura XXIII-5: Estanque disipador para vertedero con


caída libre. Fuente: Ref. (36)

La altura total del salto no debe sobrepasar los 4,50 m, teniendo en cuenta que la
profundidad del agua en la salida debe ser la indicada en la figura para provocar el
resalto.
23.2.1. Procedimiento de diseño

1. Determinación de la longitud mínima. La longitud mínima LB es la suma de las


tres distancias parciales L1, L2, y L3: (figura XXIII-5)
LB= L1 +L2 +L3
L1= obtenida de la figura XXIII-6, al final del capítulo.
Drenaje vial para ingenieros viales 221

L2= 0,8 ycr


L3>1,75 ycr
por lo que el valor mínimo de LB se calcula como
LB= L1+ 2,55 ycr [XXIII-1]
2. Proporciones de los tacos. La planta de los tacos debe ser un cuadrado
Altura= 0,8 ycr.
Ancho y largo= 0,4 ycr con tolerancia de ± 0,15 ycr.
Espaciamiento entre ellos= 0,4 ycr con tolerancia de ± 0,15 ycr.
Los tacos deben ocupar entre el 50% y el 60% del ancho del disipador.
3. Altura del murete final. Esta altura será de 0,4 ycr.
4. Muretes longitudinales (opcionales). No benefician ni perjudican desde el punto
de vista hidráulico y su utilidad es solamente estructural. Si se utilizan, su altura
es 0,4 ycr, igual a la del murete final. Se deben colocar coincidiendo con los tacos
y no entre ellos.
5. Muro lateral. Al final, el muro lateral deberá tener una altura de 0,85ycr por
encima del nivel del agua en el canal de salida.
6. Las aletas. Deben tener una abertura de 45° y la pendiente de su borde superior
debe ser de 1:1.
7. Nivel del agua a la salda. La profundidad y3 del agua en el estanque debe ser por
lo menos y3= 2,15 ycr.
8. Canal de aproximación. La cresta del vertedero debe:
a) Estar a la misma altura que el canal de aproximación;
b) El ancho W0 de su fondo debe ser igual al ancho del vertedero;
c) Se debe recubrir o proteger con enrocado una distancia aguas arriba de 3ycr.
9. Si el canal de aproximación se proyecta según el punto 8, no es necesario
ventilar el espacio debajo del chorro de agua.
23.2.2. Procedimiento del cálculo.
a) Los datos disponibles son los siguientes: dimensiones del canal, aguas arriba y
abajo; Q; n y h0.
b) Se calcula la profundidad normal yn en el canal de salida y la altura crítica ycr en
la cresta del vertedero.
c) Se calcula la altura de agua mínima en la salida y3=2,15 ycr.
d) Se calcula h2= h0-y3
e) Si la altura normal yn en el canal de salida
h2 es menor que y3, el fondo del estanque se
h0 yn deberá colocar (y3-yn) por debajo del canal
y3
y 3 -y n de salida, de forma que haya continuidad en
la superficie del flujo.
f) Se encuentra la longitud L1 en el gráfico de la figura XXIII-6 trazando una
horizontal por la relación h0/ycr hasta cortar la curva en la que la relación h/ycr=
0, es decir, la que pasa por el vértice derecho inferior. Desde allí, se traza una
recta vertical hasta cortar la escala de la parte superior y se lee la relación L1/ycr
correspondiente.
g) Si por alguna circunstancia no se hubiera podido bajar el fondo del estanque, la
profundidad en la salida sería igual a yn, que puede ser mayor o menor que y3. Si
222 Drenaje vial para ingenieros viales

fuese mayor, el chorro dentro del agua se aleja de la pared vertical y, en ese
caso, existe el peligro de que el chorro caiga fuera de la zona protegida por el
estanque y se produzca socavación, por lo que la longitud L1 debe ser mayor. En
este caso, para calcular L1 se procede de la siguiente manera: se calcula la
altura h2’ como h2’= h0 –yn. Con este valor se encuentra la relación h2’/ycr ≠
h2/ycr. Encontramos la diferencia entre estas dos relaciones, a la que llamaremos
h/ycr= h2’/ycr – h2/ycr. Para hallar la relación L1/ycr se entra en el gráfico XXIII-6
con la relación h0/ycr y se corta la curva que corresponda a la relación h/ycr para
desde allá subir una vertical hasta cortar la escala de L1/ycr.
e) Se calculan los demás elementos según lo descrito en el punto anterior.
Drenaje vial para ingenieros viales 223

Figura XXIII-5: gráfico para la determinación de la longitud L1. Los valores


negativos de h2/ycr corresponden al chorro de la trayectoria libre.
Fuente: Ref. (35).
224 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO XXIV

DISIPADORES DE ENERGÍA POR AUMENTO DE LA RESISTENCIA

Una forma de disipar la energía de un flujo es provocar el resalto aumentando


la resistencia del contorno mediante el aumento de su rugosidad. Al aumentar la
rugosidad aumenta el esfuerzo cortante de la fricción, disminuyendo así la velocidad
y provocando el resalto hidráulico. Las formas más frecuentes de aumentar la
rugosidad son mediante el revestimiento del canal de salida con un enrocado y
mediante la creación de rugosidad artificial en el recubrimiento de concreto.
Son muchos los disipadores de esos tipos. Sin embargo, los bajos caudales de
diseño y los altos costos de construcción hacen poco útiles a la mayoría de ellos. En
este capítulo se describirán tres métodos de disipar la energía: uno que emplea el
enrocado y dos que aumentan la rugosidad del contorno rígido para provocar el
resalto.
24.1. EL ENROCADO
El enrocado consiste en una capa de piedras de gran tamaño que se colocan
sobre el suelo y sirve para protegerlo de las altas velocidades del agua. Se emplea
con frecuencia en el revestimiento de canales; en la protección de parte de los
canales no revestidos y naturales; en la protección de los rellenos de las carreteras
que quedan a la orilla de un río; en la protección de las costas contra el oleaje y la
construcción de disipadores de energía que, además de proteger el suelo, provocan
el resalto por el aumento de la rugosidad.
El enrocado puede ser lanzado libremente, colocado a mano, zampeado, etc.
La forma más fácil y más eficaz es el arrojar las rocas sobre la superficie a proteger,
teniendo cuidado de que no se produzca la disgregación de los diferentes tamaños
de diámetro. Según la referencia (38):
™ Se separará el enrocado del suelo mediante un geotextil apropiado a la
granulometría del suelo (44).
™ Los bordes del enrocado se protegerán de la forma y medidas con que se
muestra en la figura XXIV-1.
™ El diámetro medio de las piedras será el indicado en la figura XXIV-2 de la
página siguiente.
™ La granulometría, expresada en función del diámetro medio d50 será tal como se
muestra en la tabla XXIV-1.
™ El espesor de la capa de enrocado debe ser por lo menos igual al mayor tamaño
de las rocas.
™ Las rocas deben ser angulosas, resistentes a la abrasión, con peso específico
mínimo de 2470 kg/m3. No se aceptarán piedras redondeadas.
Drenaje vial para ingenieros viales 225

T
TABLA XXIV-1
T GRANULOMETRÍA REFERIDA AL
DIÁMETRO MEDIO d50.
Min. Fuente: Ref. (38)
2T
TAMAÑO DE % PESO TOTAL
2T 2T 2T LA PIEDRA MENOR

Geotextil 3 d50 100%


2 d50 80%
Figura XXIV-1: proteción en
todo el contorno del enrocado 1 d50 50%
0,1 d50 10%

24.2. DISIPADOR DE ENROCADO

Consiste en una capa de material granular de dimensiones y granulometría


adecuadas que protege el suelo en la salida de la alcantarilla y, adicionalmente,
aumenta la rugosidad del suelo provocando el resalto hidráulico. Estos disipadores
permiten un cierto grado de socavación, confinándola dentro de sus límites.
226 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura XXIV-2: Tamaño medio del enrocado que resiste el desplazamiento


para varias velocidades. Fuente: Ref. (38)
Drenaje vial para ingenieros viales 227

Existe un diseño de disipador de enrocado con un estanque, de uso muy


extendido y descrito ampliamente en la bibliografía disponible (8), (9) y (36), por lo
cual no se incluirá en este trabajo. Fue desarrollado en la Universidad de Colorado
para el Wyoming Highway Department y se puede emplear cuando a la salida de la
alcantarilla hay un cauce bien conformado.
Pero, muchas veces, el terraplén interrumpe el drenaje de una ladera y las
alcantarillas se deben disponer en un lugar en que no existe un cauce definido. En
estos casos habrá que proteger especialmente la salida de la alcantarilla, ya que la
granulometría del suelo en la ladera es generalmente más fina que en el cauce de
una quebrada pero, al no existir un cauce definido, no se podrá utilizar el disipador
mencionado. Es por ello que se ha incluído la descripción del dispositivo para el
control de la socavación y la energía descrito en la referencia (37), el cual utiliza
enrocado y un murete a la salida y está diseñado para alturas de agua en la salida
menores que el tamaño de la tubería, que es el caso descrito. Aunque tiene ciertas
restricciones, puede resultar útil en estos casos.
Este disipador consiste en una capa de enrocado de forma trapecial, tal como
se ve en la figura XXIV-3. En la salida del modelo utilizado para su desarrollo se
utilizó una pieza terminal prefabricada, pero como en Venezuela no se dispone de
esa pieza, se ha sustituido por un cabezal con las mismas dimensiones que las de
dicho terminal.
Este disipador es aplicable para alturas de agua en la salida menores que la
altura del agua en el tubo, lo cual es el caso que se presenta cuando la alcantarilla
no tiene un cauce definido.
Los ensayos se hicieron con pendiente longitudinal igual a cero, pero el
método se considera aplicable a pendientes suaves. En caso de que pendiente sea
alta, se recomienda utilizar un diseño conservador.
El uso del murete al final del cabezal es opcional, pero se encontró que es
mucho más eficiente el sistema con murete que sin él. Puesto que el costo de tal
murete es bajo, parece recomendable su utilización en todos los casos. En la
descripción del método de cálculo se mantuvo el sistema de unidades inglesas. Las
variables que intervienen son:
228 Drenaje vial para ingenieros viales

PLANTA L

m
Enrocado n
Murete L= D
A Aleta A

D Wb 1,8D

Cabezal

2D

Aleta
SECCIÓN A-A

Murete h= 0,3D

VP dP D ds 0,5D Vperm

2,5D
0,50 por debajo del
enrocado

Figura XXIV-3: disipador de enrocado, sin estanque. Fuente: Ref. (37)

Q = gasto de diseño, en ft3/s;


D = diámetro de la tubería, en ft;
A = área del tubo, en ft2;
Vperm= velocidad del agua permisible a la salida en ft/s;
Vp = velocidad del agua al final del tubo, en ft/s;
dp = profundidad del agua en el mismo punto, en ft;
a = área de la sección mojada en el mismo punto, en ft2;
Wb = Ancho de la base menor del trapecio que forma el disipador, en ft.
φ = Tamaño medio de las rocas.
Drenaje vial para ingenieros viales 229

24.2.1. MÉTODO DE CÁLCULO

a) Datos del problema: se conoce el gasto de diseño Q; diámetro de la tubería D


(ft.); velocidad permisible Vperm (f.p.s)
B) FACTOR DE DESCARGA: SE CALCULA EL FACTOR DE DESCARGA= Q/D2,5.
c) Relación dp/D: Entrando en la figura XXIV-4 con Q/D2,5, se obtiene la relación
dp/D de la profundidad dp del agua al final del tubo y el diámetro D del mismo.

dP / D

Figura XXIV-4: Forma adimensional de profundidades contra el factor de


descarga.
Fuente: Ref. (37)

TABLA XXIV-2 d) Área a de la sección mojada: Entrando


RELACIÓN A/a. con dp/D en la tabla XXIV-2 se obtiene la
Fuente: Ref. (37)
relación a/A entre el área de la sección
dp/D a/A dp/D a/A
mojada y la de la tubería. Multiplicando
0,1 0,052 0,6 0,626
(a/A).A, se obtiene el área a.
0,2 0,143 0,7 0,748
e) Velocidad VP en la salida del tubo: La
0,3 0,252 0,8 0,858 velocidad del agua en la salida será
0,4 0,373 0,9 0,950, igual a Q/a.
0,5 0,500 1,0 1,000
230 Drenaje vial para ingenieros viales

f) Relación de disminución. Se encuentra la relación Vperm/Vp de la disminución


necesaria de la velocidad, entre la velocidad permisible Vperm y la velocidad a la
salida del tubo Vp.
g) Determinación de la longitud: Se entra en las tablas XXIV-3 a XXIV-7 de la
siguiente página con el factor de descarga Q/D2,5. Cada tabla corresponde a una
relación de disminución de la velocidad y en ellas se encuentra la relación L/D
(L= longitud necesaria y D= diámetro de la tubería), para diferentes relaciones
D/φ (D= diámetro de la tubería y φ= tamaño medio de las rocas). Algunas
tablas corresponden a una salida sin murete y otras con el murete. Este
segundo caso es el más eficiente. Como se puede observar en las tablas, a
mayor tamaño del enrocado (D/φ menor) corresponde una menor longitud de
disipador.
h) Otras dimensiones:
Base menor del disipador Wb= 3D.
Dimensiones del murete son: largo= D; alto= 0,3D; el grosor no influye.
Divergencia de los costados: con murete, m:n= 1:1,75; sin murete m:n= 1:3,00.
Espesor del enrocado: por lo menos el tamaño mayor de las rocas (38).
24.2.2. Recomendaciones
Como se dijo al principio, los ensayos se realizaron con un modelo de
pendiente longitudinal igual a cero. Los autores del estudio admiten que el método
es admisible para pendientes suaves. Pero si se va a emplear este disipador en
pendientes altas, se debe ser conservador en el diseño. Por ejemplo, como el uso
del murete hace mucho más eficiente el sistema, se puede calcular un disipador sin
murete y, después, disponer la construcción del mismo con las dimensiones
encontradas anteriormente.
El cabezal se protegerá prolongando el murete hacia abajo, hasta 0,50 m por
debajo del enrocado. Los bordes del enrocado se protegerán con un brocal de la
misma profundidad.
Drenaje vial para ingenieros viales 231

TO D O S LOS D A TOS ESTÁ N D AD O S EN FT.

a) d )1 f)
DATOS: D e ta b la
R E L. D IS M .
Q , D , V PER M , X X IV -2 ,
V PERM / V P
d ROCAS (a/A )

b) d )2 g)
FA CTOR D E ta b la s
a=
D ESCARGA X X IV -3 a 7
(a/A ). A
Q / D 2 ,5 L/D

c) e) h)
D e l a f ig . o t r a s d im .
Vp = Q/a
X X IV -4
dp / D
FIN

F i g u r a X X I V - 5 : D ia g r a m a d e f lu j o d e l c á l c u lo .

TABLA XXIOV-3: TABLA XXIOV-4


Relación de disminución v/VS= 0,5 sin murete Relación de disminución v/VS= 0,4 sin murete
L/D para v/VS= 0,5 L/D para v/VS= 0,4
Q/D2,5 Q/D2,5
D/φ =8 D/φ=6 D/φ=4 D/φ=3 D/φ=2 D/φ=8 D/φ=6 D/φ=4 D/φ=3 D/φ=2
1,00 9.10 8.65 8.00 7.75 6.90 1,00 10.95 10.35 9.60 9.40 9.05
1,25 8.95 8.50 7.85 760 6.75 1,25 10.85 10.15 9.45 9.20 8.90
1,50 8.80 8.35 7.70 7.45 6.65 1,50 10.70 10.10 9.35 9.10 8.75
1,75 8.70 8.25 7.60 7.30 6.50 1,75 10.55 9.85 9.20 9.00 8.55
2,00 8.50 8.15 7.50 7.20 6.40 2,00 10.30 9.75 9.10 8.85 8.40
2,25 7.70 8.00 7.30 7.00 6.25 2,25 9.75 9.55 9.00 8.70 8.25
2,50 7.45 7.85 7.15 6.90 6.10 2,50 9.60 9.40 8.85 8.60 8.05
2,75 7.60 7.05 6.75 5.95 2,75 9.30 8.75 8.45 7.95
3,00 7.30 6.90 6.60 5.85 3,00 9.20 8.60 8.35 7.75
3,25 7.05 6.00 6.45 5.70 3,25 9.15 8.50 8.15 7.55
3,50 6.90 6.65 6.30 5.60 3,50 9.05 8.40 8.05 7.40
3,75 6.70 6.45 6.20 5.45 3,75 9.05 7.85 7.90 7.20
4,00 6.55 6.25 6.05 5.35 4,00 8.95 7.50 7.75 7.05
4,25 6.40 6.10 5.95 5.20 4,25 8.85 7.25 7.65 6.90
4,50 6.00 5.70 5.05 4,50 7.35 7.00 6.75
4,75 6.00 6.00 4.95 4,75 6.80 7.05 6.55
5,00 6.00 6.00 4.80 5,00 6.65 6.80 6.40
5,25 6.00 6.00 4.20 5,25 6.45 6.30 6.10
5,50 6.00 6.00 4.00 5,50 6.35 6.10 5.85
5,75 6.00 6.00 4.00 5,75 6.30 6.00 5.70
6,00 6.00 4.00 6,00 6.00 5.45
6,25 6.00 4.00 6,25 6.00 5.30
6,50 4.00 6,50 5.15
7,00 4.00 7,00 4.80
7,50 6.00 7,50 6.00
8,00 6.00 8,00 6.00
232 Drenaje vial para ingenieros viales

TABLA XXIOV-5: TABLA XXIOV-6


Relación de disminución v/VS= 0,3 sin murete Relación de disminución v/VS= 0,3 CON MURETE
L/D para v/VS= 0,3 L/D para v/VS= 0,3
Q/D2,5 Q/D2,5
D/φ=8 D/φ=6 D/φ=4 D/φ=3 D/φ=2 D/φ=8 D/φ=6 D/φ=4 D/φ=3 D/φ=2
1,00 12.80 11.90 11.20 10.85 10.65 1,00 9.20 8.75 7.80 7.65 7.20
1,25 12.65 11.75 11.05 10.90 10.45 1,25 9.00 8.50 7.65 7.50 7.00
1,50 12.50 11.55 10.95 10.75 10.30 1,50 8.75 8.25 7.50 7.35 6.80
1,75 12.35 11.45 10.85 10.65 10.10 1,75 8.50 8.00 7.30 7.10 6.60
2,00 12.10 11.25 10.70 10.50 10.00 2,00 8.30 7.80 7.25 7.05 6.50
2,25 11.85 11.05 10.60 10.35 9.80 2,25 6.00 7.50 7.00 6.88 6.30
2,50 11.80 10.95 10.45 10.25 9.65 2,50 6.00 6.70 6.80 6.65 6.15
2,75 11.75 10.80 10.30 10.10 9.50 2,75 5.75 6.75 6.50 5.85
3,00 10.70 10.20 9.95 9.30 3,00 4.75 6.60 6.35 5.80
3,25 10.65 10.10 9.80 9.10 3,25 4.05 5.20 6.20 5.60
3,50 10.60 10.00 9.65 9.00 3,50 4.00 5.05 6.00 6.40
3,75 10.60 9.40 9.50 8.80 3,75 4.00 5.00 5.70 5.05
4,00 10.50 9.10 9.45 8.65 4,00 6.00 6.00 5.70 5.05
4,25 10.40 8.85 9.30 8.50 4,25 6.00 6.00 5.50 4.90
4,50 8.60 9.00 8.30 4,50 6.00 6.00 4.90 4.70
4,75 8.40 8.80 8.15 4,75 6.00 4.70 4.50
5,00 8.20 8.35 7.95 5,00 6.00 4.60 4.35
5,25 8.05 7.90 7.65 5,25 6.00 4.55 4.25
5,50 7.95 7.75 7.40 5,50 6.00 4.50 4.10
5,75 7.90 7.60 7.20 5,75 6.00 4.50
6,00 7.50 7.04 6,00 6.00 4.00
6,25 7.40 6.90 6,25 6.00 4.00
6,50 6.75 6,50 6.00 4.00
7,00 6.40 7,00 6.00 4.00
7,50 6.00 8,00 6.00 4.00
8,00 6.00 10.00 6.00 4.00
11.00 4.00
13.50 6.00

TABLA XXIV-7
Relación de disminución v/VS= 0,2 CON MURETE
L/D para v/VS= 0,2 L/D para v/VS= 0,2
Q/D2,5 Q/D2,5
D/φ=8 D/φ=6 D/φ=4 D/φ=3 D/φ=2 D/φ=8 D/φ=6 D/φ=4 D/φ=3 D/φ=2
1,00 12.95 12.00 11.40 10.40 9.25 4,75 8.75 7.50 7.35
1,25 12.80 11.90 11.20 10.20 9.15 5,00 7.50 7.35 7.20
1,50 12.85 11.80 11.00 10.05 9.00 5,25 6.75 7.20 7.00
1,75 12.80 11.75 10.85 9.90 8.90 5,50 6.25 7.05 6.60
2,00 12.75 11.65 10.65 9.75 8.80 5,75 6.75 6.25
2,25 10.90 11.60 10.50 9.60 8.65 6,00 6.45 6.00
2,50 8.70 11.40 10.30 9.45 8.55 6,25 6.10 5.75
2,75 11.15 10.10 9.30 8.40 6,50 6.00 5.55
3,00 10.50 9.90 9.15 8.30 7,00 6.00 5.30
3,25 8.90 9.75 9.00 8.15 7,50 6.00 5.20
3,50 6.75 9.55 8.85 8.00 8,00 6.00 5.00
3,75 6.45 9.45 8.65 7.85 10,00 6.00 5.00
4,00 6.15 9.30 8.50 7.75 11,00 5.00
4,25 6.00 9.20 8.25 7.60 13,50 6.00
4,50 6.00 9.10 7.80 7.45

24.3. DISIPACIÓN DE ENERGÍA POR AUMENTO DE LA RESISTENCIA


Como se recordará, en la ecuación de Manning la rugosidad n está en el
denominador, por lo que el incremento de la rugosidad del contorno del conducto de
Drenaje vial para ingenieros viales 233

una alcantarilla comportará una disminución de la velocidad, pudiendo llegar a


generar el resalto hidráulico.
En esta categoría de disipadores se encuentran muchos muy utilizados en
todo el mundo: los desarrollados por el U.S. Bureau of Reclamation (USBR), tipos II
a IV, y el St. Antony Falls (SAF) Basin. Estas estructuras han probado ampliamente
su eficacia, pero están destinadas a disipar la energía en el pie de una caída y, por
otra parte, son voluminosas y bastante costosas (8) (9) (36).
En el drenaje vial se necesitan estructuras más sencillas, para gastos más
modestos y cuyo costo no sea tan elevado. Es por ello que se está incluyendo dos
formas muy simples de disipar la energía mediante el aumento de la rugosidad: el
incremento de la rugosidad en cajones de concreto y el estanque de contorno rígido
desarrollado por la Universidad de Colorado (CSU), los cuales están descritos en la
referencia (36).
24.4. INCREMENTO DE RESISTENCIA EN CAJONES DE CONCRETO
Existen métodos para aumentar la resistencia en tuberías circulares, pero la
dificultad para construir los elementos de rugosidad en su interior hace este sistema
de difícil aplicación (37).
Para aumentar la resistencia en cajones de concreto se emplea elementos de
rugosidad continuos que pueden estar dispuestos en todo el contorno o, como suele
ser lo habitual, solamente en el piso del cajón, a todo su ancho, dispuestos
transversalmente y perpendiculares a la dirección del flujo (36). Estos elementos
solamente son interrumpidos por aberturas que permiten el drenaje cuando cesa el
flujo. Son relativamente bajos y parte del cálculo consiste en determinar qué
longitud del conducto deben ocupar para obtener la disipación de energía esperada.
El primer elemento situado aguas arriba debe tener el doble de altura que los
demás, manteniendo la distancia L al elemento siguiente (figura XXIV-6). El método
está limitado a elementos de rugosidad con aristas afiladas y sección transversal
rectangular. La aplicación de este procedimiento se limita, también, a alturas de los
elementos que no sobrepasen el 10% de la profundidad del flujo y pendientes que
no sobrepasen el 6%.

Vn L L L yi
yn
2h h

Figura XXIV-6: esquema de los elementos de rugosidad.


Fuente: Ref. (36)
234 Drenaje vial para ingenieros viales

24.4.1. VARIABLES.

en el cálculo son:
h= altura de los elementos de rugosidad, en ft;
L= separación entre los elementos, en ft;
B = ancho del cajón, en ft;
D = alto del cajón, en ft;
S0= pendiente longitudinal del cajón, en m/m.
Ai= área mojada medida por encima de los elementos de rugosidad, en ft2;
R = radio hidráulico correspondiente a la primera relación h/R asumida;
Ri= radio hidráulico correspondiente a la altura de agua sobre los elementos en la
iteración i, en ft;
yi= altura del agua sobre los elementos de rugosidad en la iteración i;
LR= Longitud total de los elementos, incluidas las ranuras para drenaje (puede
llegar a ser igual al perímetro del cajón), en ft;
P = perímetro mojado, en ft;
n = rugosidad del concreto, n= 0,015;
nr= rugosidad resultante por la adición de elementos de rugosidad;
Vi= velocidad del agua en el cajón con rugosidad añadida.

24.4.2. Procedimiento de cálculo


Se describirá únicamente el procedimiento para la colocación de rugosidad en
el fondo del cajón, ya que este es el caso más frecuente. Para extender la rugosidad
a otras partes o a todo el contorno, solamente es necesario tomar en cuenta las
nuevas dimensiones de los elementos. El cálculo se hace por aproximaciones
sucesivas y es como sigue:
1. Se comienza con una relación L/h= 10.
2. Se selecciona una relación h/R tal que 0,10 ≤ h/R ≤ 0,40.
3. Se calcula LR/P. Cuando los elementos de rugosidad se extienden en todo el
contorno, LR/P= 1.
4. Las ranuras. Se disponen para permitir el drenaje con gastos pequeños e impedir
los charcos. Su ancho no debe sobrepasar h/2.
5. Primera iteración. Se asume que el cajón funciona a sección plena. Suponiendo
que, como es lo usual, solamente se apliquen los elementos al fondo,
P = 2(B+D) LR= B
6. Se determina la relación nr/n entrando en el grupo inferior de curvas de la figura
XXIV-7 con LR/P y cortando la curva correspondiente a la relación h/Ri
seleccionado previamente y se obtiene nr/n.
7. Se determina la altura tentativa yi del agua medida por encima de los elementos
de rugosidad. Para ello:
a) Tomando el primer radio hidráulico igual a Ri= BD / 2(B+D), se obtiene el
primer valor de hi a partir de la relación h/R asumida en el paso 2. Así,
hi= (h/R).Ri, siendo Ri el calculado en este punto (el subíndice i indica el
número de la iteración).
Drenaje vial para ingenieros viales 235

b) Se asume un valor inicial de yi como yi= D-hi. Se calcula la constante


1
C= 1,49 S0 2 /nr a ser empleada en la ecuación de Manning. Obsérvese que,
como las unidades están en el sistema inglés, la ecuación de Manning se
debe multiplicar por 1,49.
c) Se calculan Ai y Ri como i= Byi Pi= (B+2yi) ⇒ Ri= Ai/Pi

Figura XXIV-7: Curvas de rugosidad relativa para elementos rectangulares


de rugosidad, con aristas vivas, espaciadas a L= 10h. Fuente: Ref. (36)
236 Drenaje vial para ingenieros viales

d) Se calcula la capacidad Qi para estas condiciones mediante la ecuación de


2
Manning: Q= C Ai Ri 3
.
e) Se compara la capacidad Q calculada con el gasto de diseño Qdis. Si Q<Qdis se
aumenta yi y si Q>Qdis, se disminuye yi.
f) Se repiten los pasos c), d) y e) hasta que Q y Qdis son aproximadamente
iguales.
8. Se calcula la velocidad Vi usando el área Ai de la última iteración: Vi= Q/Ai. Se
compara Vi con la velocidad permisible y, si es excesiva, se adopta una nueva
relación h/Ri y se repiten los pasos 2 al 8.
9. Se calcula N, el número de elementos necesarios mediante la ecuación:
0,5γByn 2 + ρQVn= (N) CDAfρVw/2 + 0,5γByi2 + ρQVi [XXIV-1]
donde: γ = peso específico del agua= 62,4 lbs/ft3
CD= 1,9
yn= profundidad normal en el cajón sin rugosidad añadida
Vn= velocidad idem.
Af = área frontal de un elemento de rugosidad. Para un elemento del
fondo Af= B.h.
ρ = 1,94 lb.seg/ft
VW= velocidad media que actúa sobre los elementos. VW= Vmedia/3=
=(Vn+Vi)/6.
N = número de elementos de rugosidad requeridos.
En los pasos 10 y 11 se verifica la altura del conducto para asegurar su
capacidad.
10. Se determina un nuevo nr/n utilizando el grupo superior de curvas de la figura
XXIV-7 usando la relación LR/P encontrada en el paso 3. Se encuentra nr.
11. Se verifica la altura del conducto y se calcula la profundidad del flujo mediante
aproximaciones sucesivas:
a) Se calcula de nuevo hi utilizando el Ri encontrado en el paso 7: hi= (h/Ri) / Ri
b) Se hace yi= D-hi.
Se calcula C= 1,49 S01/2 / nr
c) Se calcula Ai y Ri: Ai= Byi; Ri= Ai / 2(B+yi)
d) Se calcula la capacidad Q mediante la ecuación de Manning: Q= C Ai Ri2/3
e) Se compara Q con Qdis. Si Q ≥ Qdis, el tamaño del conducto es suficiente. Si es
menor, hay que aumentar D y repetir los pasos b) a e).
12. Se usa el último valor de D encontrado como la altura del cajón en el tramo
con rugosidad aumentada.
13. Se calculan las dimensiones: h del paso a); L= 10h; el primer elemento tendrá
una altura doble a los demás h1= 2h.
Drenaje vial para ingenieros viales 237

1 7c
L/ h = 1 0 A i= By i
P i = B+ 2y i
R i= A i /P i

2 7d
A um en tar D is m in u ir
S eleccio n ar C ap acid ad
yi yi
0 ,1≤ h/R i≤ 0,4 Q = C A iR i 2 /3

3a 5e NO NO
¿Q ≈ Q d iseñ o ? ¿Q < Q dis e ñ o ?
P = 2 (B + D )
C as o no rm al:
LR= B
R an uras< h /2 SÍ
8b SÍ
8a
¿V i ≤ V pe rm ?
V i= Q / A i
3b
NO 9
LR/P E q. XX IV -1
C a m b iar h /R i N

11b 11a 10
6 R ecálcu lo de y i R ecálcu lo de G rup o
y i= D -h i h i = (h i /R i)R i s up erio r d e
F ig . X X IV -5
(R i d e 5 c) cu rv as
d el g ru po infe- C = 1 ,4 9 S 0 1 /2 / n r F ig . X X IV -5
rio r d e cu rv as
co n L R d e 3
nr /n
n r/ n
11c
A um en tar
A i= By i ;
P i = 2(B+ y i ) D
7a R i= A i /P i
F IN
A = BD ;
P = 2 (B + D ) NO
R i= A / P
d e p as o 2 11e
11d C álcu lo
h i = (h /R /R i C ap acid ad ¿Q ≥ Q dis eñ o ? elem en tos
Q = C A iR i 2 /3

7b
y i= D -h i
C = 1 ,4 9 S 0 1 /2 / n r

Figura XXIV-8: Diagrama de flujo del cálculo.


238 Drenaje vial para ingenieros viales

24.5. ESTANQUE DE CONTORNO RÍGIDO (CSU)

En este caso tampoco se ha cambiado el sistema de medidas, dejándolo en el


sistema inglés (ft, lb, seg) ya que, por ser el método empírico, el cambio de las
unidades influiría en los coeficientes empleados.

ue

W1

W0 Wb
W1

VB
V0 VA L yB
y0 yA

0 2W0 A B

LB

Figura XXIV-9: esquema del disipador. Fuente: Ref. (36)

Este disipador (36) utiliza filas de elementos de rugosidad dispuestos en un


cabezal a la salida, tal como se muestra en la figura XXIV-9. Consta de un número
N de elementos de rugosidad, dispuestos al tresbolillo y simétricos con respecto al
eje del disipador. Aunque los ensayos se realizaron con una salida con
ensanchamiento abrupto, la configuración recomendada es una combinación de
ensanchamiento progresivo y abrupto, tal como la mostrada en la figura XXIV-9.
Drenaje vial para ingenieros viales 239

El coeficiente de resistencia CB de cada elemento viene dada en la figura


XXIV-17, al final del capítulo, para relaciones de expansión del ancho 4 ≤ WB/W0 ≤
8, pero la información de esa figura puede ser empleada en relaciones entre 2 y 4
siempre que se conserve el mismo número de elementos.
La divergencia de los muros laterales ue se calcula como:
ue= 4/7 + (10/7)L/W0 [XXIV-2]
La ecuación básica para el cálculo de este tipo de disipador es:
C A NρV A γQ 2
2 2
y0
ρV0Q + CP γ W0= B F + ρVBQ + 2
[XXIV-3]
2 2 2VB WB
donde: CP= coeficiente de corrección por la presión en la salida, obtenido de la
figura XXIV-16, al final del capítulo.
γ = peso unitario del agua= 62,4 lb/ft
ρ =densidad del agua= 1,94 lb.seg/ft
y0= profundidad del agua en la salida, en ft
V0= velocidad idem, en ft/seg
W0= ancho del conducto en la salida, en ft
Va= velocidad del agua a una distancia 2W0 aguas abajo de la salida en
ft/seg
VB= Velocidad del agua, justo debajo de la última hilera de elementos de
rugosidad, en ft/seg
WB= ancho en la salida del disipador, en ft
N = número de elementos de rugosidad
Af = área del frente de un elemento de rugosidad completo, en ft2
CB= coeficiente de resistencia de cada elemento de rugosidad (de fig.
XXIV-17)
La ecuación [XXIV-3] puede ser empleada en pendientes iguales o menores
del 10%. Para disipadores con mayor pendiente, se necesita tener en cuenta el peso
del agua en el resalto, por lo que en esos casos se puede usar la ecuación
[XXIV-4] que se da a continuación:

C P y 0 W0 γ C B A f NV A ρ
2
Q 2γ
2

+ V0 Q ρ + w sen θ = + 2
+VB Q ρ [XXIV-4]
2 2 2V B W B
donde: w= peso del agua en el disipador= volumen. γ
Volumen aproximado=
(y0 W0+yAWA) W0 + (0,75 LQ/VB) [(Nr-1)-(WB/W0-3)(1-WA/Wb)/2]
Nr= número de hileras de elementos de rugosidad
θ = Arco tangente de la pendiente S0 del canal
L= espaciamiento longitudinal entre hileras de los elementos
240 Drenaje vial para ingenieros viales

La velocidad VA y la
profundidad yA en la primera hilera
PLANTA Rigidizador
de elementos para pendientes S0 ≤
W1
10% pueden ser determinadas
A W1 A
Q W1 mediante las figuras XXIV-12 a
W0
XXIV-15 al final del capítulo. Para
Alcantarilla L
pendientes So>10% VA y YA
pueden ser obtenidos mediante la
L/2 siguiente ecuación:
2
⎛ Q ⎞
SECCIÓN A-A Defensa de acero 0,25 ⋅ ⎜⎜ ⎟⎟
contra derrames ⎝ WA y A ⎠
2W0S0 + yA + =
2g
Rigidizador
h2
V2
=y0 + 0,25 [XXIV-5]
ya h3≈1,5yc+h+h2 2g
h
yc= y crítica donde WA= W0 (4/3(Fr)0+1).
h2= altura del rigidizador
Figura XXIV-10: plancha protectora de Si la velocidad de aproxi-
derrames. Fuente: ref. (36)
mación a la primera fila de ele-

mentos de rugosidad es alta y estos son grandes, se pueden producir derrames.


Para prevenirlos, se puede disponer un borde libre suficiente o colocar una plancha
metálica de ancho igual a L/2, con un rigidizador, y anclada en los muros laterales,
con su arista aguas arriba coincidiendo con la cara de la primera línea de elementos
y a una altura h3, tal como se describe en la figura XXIV-10.

El borde libre (BL) se calcula mediante la siguiente ecuación:


BL= h+yA+0,5(VA sen 45°)2/32,2 [XXIV-6]
24.5.1 Lista de variables
CP= coeficiente de corrección por la presión en la salida, obtenido de la figura
XXIV-19.
γ = peso unitario = 62,4 lb/ft3
ρ =densidad del agua= 1,94 lb.seg/ft
y0= profundidad del agua en la salida, en ft
V0= velocidad idem, en ft/seg
W0= ancho del conducto en la salida
Drenaje vial para ingenieros viales 241

Va= velocidad del agua a una distancia 2W0 aguas abajo de la salida, en ft
VB= Velocidad del agua, justo abajo de la última hilera de elementos de rugosidad,
en ft/seg
WB= ancho en la salida del disipador, en ft
h = altura de los elementos de rugosidad, en ft
W1 = ancho de los mismos= separación entre ellos, en ft
N = número de elementos de rugosidad
Af = área del frente de un elemento de rugosidad completo, en ft2
w= peso del agua en el disipador= volumen . γ
Volumen aproximado=
(y0 W0+yAWA) W0 + (0,75 LQ/VB) [(Nr-1)-(WB/W0-3)(1-WA/Wb)/2]
Nr= número de hileras de elementos de rugosidad
θ = Arco tangente de la pendiente S0 del canal
L= espaciamiento longitudinal entre hileras de los elementos, en ft
WA= W0 (4/3Fr+1)
24.5.2 Proceso del diseño.
1. Se calculan los parámetros del flujo a la salida de la alcantarilla:
V0, y0 y Fr (número de Froude).
2. De la figura XXIV-17 se elige la configuración del disipador que se pretende
desarrollar de acuerdo con el sitio en que se construirá y se obtiene:
WB/W0, Nr, N, h/yA y L/h
3. Se obtiene VA y yA mediante las figuras XXIV-12 a XXIV-15 para una relación de
ensanchamiento 4<WB/WA<8. Para pendientes S0>10% se utilizará la ecuación
[XXIV-5] para hallar VA y yA.
4. Se determinan los parámetros del disipador:
h= altura de los elementos
L= distancia entre las hileras de elementos
WB= ancho del disipador
W1= ancho de los elementos= separación entre los elementos
ue = divergencia de las paredes
Cb = coeficiente de resistencia de cada elemento de la figura XXIV-17
AF = área frontal de un elemento = W1h
CP= de la figura XXIV-16
LB = 2W0 + LNr
5. A continuación se calculará:
a) Si en la salida el ancho del cauce natural es aproximadamente igual al ancho
del disipador WB, se usa la ecuación XXIV-3 o la XXIV-4 para hallar el valor
de
CB AF N
Se calcula el mismo valor mediante los valores hallados en el paso anterior y,
si el valor así hallado es igual o mayor que el hallado mediante las
ecuaciones, el diseño es satisfactorio. Si fuera menor, se regresa al paso 2 y
se elige una nueva configuración.
b) Si el ancho del cauce natural en la salida es más ancho que el del disipador,
se encuentra el valor de VB de las ecuaciones XXIV-3 o XXIV-4 y se compara
242 Drenaje vial para ingenieros viales

con el flujo en el canal de salida para determinar el control de VB. Se calcula


yB y se compara con la altura del agua HS en el canal de salida: si es menor
que HS, esta última altura será la que controle el flujo.
6. Se hace el croquis del disipador:
a) Los elementos de rugosidad serán simétricos con respecto al eje longitudinal.
b) El espaciamiento entre ellos será aproximadamente igual al ancho W1 de los
elementos.
c) La relación W1/h debe ser 2 ≤ W1/h ≤ 8.
d) Por lo menos la mitad de las filas deben tener elementos pegados a los
bordes.
e) Los elementos se dispondrán al tresbolillo.
7. Se debe proteger el suelo a la salida del disipador. Se dispondrá un enrocado
cuya longitud se fijará de acuerdo con la velocidad del agua resultante con un
mínimo de 3,00 m. El tamaño de las rocas se obtendrá de la figura XXIV-2.
5a
D a t o s : Q d is, S 0 C a lc u la r ( C BA FN ) 1
g e o m e tr ía c o n v a lo r e s d e 4

1 5b SÍ
¿A ncho can al ≈
V 0 , y 0, F 0 ( C BA FN ) 2
WB
d e e q . X X I V -3
o X X IV -4
NO

2
D e fi g . X X I V - 1 7 A n cho can al
c o n f ig u r a c ió n SÍ ¿ >W B
d e l d is ip a d o r : C a m b ia r ( C BA FN ) 1< (C BA FN ) 2
W B / W 0 , N , N r, c o n f ig u r a c ió n ?
h / y A, L/ h

NO VB
d e eq .
3a X X IV -3 o 4
3 SÍ F ig s . X X I V - 1 2
¿4 < W B/ W 0< 8 ? a 16
V a, y a
NO yB

W B/ W 0< 4

¿yB < HS?


3b 4
VA d e fig . X X I V -
C á lc u lo d e l o s SÍ
12 y 14
p a r á m e tr o s d e l
ya d e e c u a c ió n
d is ip a d o r H S c o n t r o la e l
X X IV -5
flu jo

7 6
P r o te c c ió n c o n C r o q u is d e l
FIN e n ro cad o d is ip a d o r

Figura XXIV-11: diagrama de flujo del proceso de cálculo.


Drenaje vial para ingenieros viales 243
244 Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales 245
246 Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales 247

Figura XXIV-16: Coeficientes de energía y momentum, según Watts y


Simons.
Fuente: Ref. (36)
248 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura XXIV-17: Valores de diseño para elementos de rugosidad en


disipadores. Fuente: Ref. (36)
Drenaje vial para ingenieros viales 249

CAPÍTULO XXV

DISIPACIÓN DE ENERGÍA POR IMPACTO

El impacto del agua contra una superficie plana y dura produce un cambio de
dirección del flujo y una gran turbulencia que contribuyen a la disipación de la
energía cinética indeseable. Existen muchos tipos de disipadores de impacto, entre
ellos el USBR tipo VI, el Contra Costa, de “gancho”, metálicos, etc. El más difundido
es el USBR tipo VI, que está descrito prácticamente en todos los textos. Sin
embargo, su construcción es bastante complicada y, por tanto, su costo bastante
elevado.
En este capítulo se describirá el disipador de energía Contra Costa y la
torrentera que, aunque no siempre disipa la energía, en ciertas condiciones se
puede utilizar con ese objetivo.
25.1. EL DISIPADOR DE ENERGÍA CONTRA COSTA
Este punto está tomado de la referencia (36). Este disipador fue desarrollado
por la Universidad de California, en Berkeley, en colaboración con el Condado de
Contra Costa. Se trató de alcanzar las siguientes condiciones: a) restablecer las
condiciones naturales del flujo a la salida de las alcantarillas; b) ser autolimpiante,
con el fin de minimizar los gastos de mantenimiento; c) funcionar por gravedad
mientras no deba disipar energía; d) construcción fácil y económica y e) ser
aplicable a un amplio rango de tamaños de alcantarillas y condiciones de
funcionamiento.
Su funcionamiento es mejor en alcantarillas de tamaños pequeños a
medianos, de cualquier tipo de sección transversal y donde la profundidad del flujo
en la salida sea menor que la altura de la alcantarilla.
250 Drenaje vial para ingenieros viales

y2 y3
h2
h1= h2 /2
y0 V0 h3

Enrocado
L1= L2/2 0,50 min.

L2 L3

LB

1
1

h2
h1

SECCIÓN A-A

D ≤ W ≤ 3D

Figura XXV-1: Disipador de energía Contra Costa. Fuente: Ref. (36)

Se comienza el diseño hallando la altura equivalente del flujo ye


correspondiente a la sección mojada en la salida del conducto. Para los cajones
rectangulares, ye es igual a la altura normal: ye= yn. Para otras secciones
transversales (circulares, abovedadas, etc.) la altura equivalente ye se calcula como
ye= (A/2)1/2, donde A es el área de la sección mojada de la tubería.
Según la figura XXV-1, L2 es la distancia desde el final del tubo hasta la
segunda pantalla y h2 la altura de esta. El número de Froude F se calcula con la
altura equivalente ye: F= V0/(gye)1/2. Se asume una relación L2/h2 tal que 2,5 ≥ L2/h2
≥ 7,0 y, entrando con F2 en la figura XXV-2 se encuentran la altura h2 y la distancia
L2 tentativas para la segunda pantalla del disipador. Si las condiciones del sitio lo
Drenaje vial para ingenieros viales 251

permiten, se recomienda una relación L2/h2= 3,5. Entrando después en la figura


XXV-3 con L2 y la relación L2/h2 asumida, se obtiene la longitud L3. Si el resultado
obtenido no se ajusta a los requerimientos del sitio, se asume otro valor de L2/h2 y
se repite el proceso.
La altura h1 de la primera pantalla es igual a la mitad de la altura de la
segunda pantalla: h1= h2/2 y su distancia L1 desde la salida del conducto es igual a
L2/2. La pendiente de los taludes del canal de salida será de 1:1 y el ancho W de la
base del canal puede variar entre D < W < 3D, donde D es el ancho del conducto de
la alcantarilla. Cuando no haya un cauce bien definido, se utilizará un ancho W= 3D.
El fondo del disipador será aproximadamente horizontal. La altura h3 del murete
final será 0,06y3 ≥ h3 ≥ 0,10y3, siendo y3 la altura de agua en el canal de salida. Por
último, cuando la altura del agua en la salida es pequeña, de la figura XXV-4 se
obtiene la profundidad máxima aproximada de agua y2.
25.1.1. Lista de variables.
L2= distancia desde la salida hasta la segunda pantalla.
h2= altura de la segunda pantalla.
D= altura del conducto de la alcantarilla.
y0= profundidad del flujo normal a la salida de la alcantarilla.
V0= velocidad normal del flujo a la salida de la alcantarilla.
S0= pendiente longitudinal del disipador.
ye= altura equivalente empleada en el cálculo.
A = área de la sección mojada en la salida del tubo.
W = ancho de la base del disipador.
y3= altura normal del agua en el canal de salida.
y2= profundidad máxima aproximada en la segunda pantalla, cuando la altura del
agua y3 en el canal de salida es muy pequeña.
25.1.2. Método de diseño.
Este disipador solamente se puede emplear bajo las siguientes limitaciones:
2,5 ≤ L2/h2 ≤ 7,0
D ≤ W ≤ 3D
y0 ≤ D/2
S0 ≈ 0
Pendiente de los taludes 1:1
1. Analizar las condiciones del flujo en la salida del tubo para el gasto de diseño. Si
la altura del agua y0 < D/2, es aplicable este disipador.
2. Calcular ye: para cajones rectangulares, ye= y0; para otras formas, ye= (A/2)1/2.
3. Calcular F2= V02/gye.
4. Se elige el ancho del disipador de acuerdo con las condiciones del sitio. Si no hay
un cauce definido, se elige W= 3D.
5. Se asume la relación L2/h2: 2,5 ≤ L2/h2 ≤ 7,0. Se considera 3,5 el valor más
conveniente para esta relación. De las figuras XXV-2 y XXV-3 se obtienen h2, L2
y L3. Si el resultado obtenido no es conveniente, se prueba con una nueva
252 Drenaje vial para ingenieros viales

relación L2/h2 y se repite el proceso. Una vez llegado a la solución conveniente,


la altura h1 de la primera pantalla es h1= h2/2.
6. La máxima profundidad del agua y2 en el disipador, si la altura del agua HE en la
salida es pequeña, se produce sobre la segunda pantalla y se obtiene de la figura
XXV-4.
7. La altura h3 del murete final está entre 0,06 y3 < h3 < 0,10 y3. Si y3 fuera
despreciable o muy pequeño por no haber un cauce definido, la altura y3 se
sustituye por y2, la máxima altura del agua en el disipador.
8. Protección a la salida: resulta necesario disponer un enrocado para proteger el
suelo en la salida del disipador. También es conveniente proteger la estructura
contra posible socavación mediante un murete enterrado, con refuerzo metálico,
que llegue a 0,50 m de profundidad por debajo del enrocado. La protección debe
abarcar tanto el fondo como los taludes del canal.
Drenaje vial para ingenieros viales 253

Figura XXV-2: Altura de la segunda pantalla en el disipador Contra Costa.


Fuente: Ref. (36)
254 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura XXV-3: Longitud del disipador Contra Costa.


Fuente: Ref. (36)
Drenaje vial para ingenieros viales 255

Figura XXV-4: profundidad máxima aproximada en la segunda pantalla del


disipador Contra Costa. Fuente: ref. (36)
256 Drenaje vial para ingenieros viales

1 5a
Determinar Seleccionar
V0, y 0 2,5<L2/h2<7,0
(Recomen-
dado 3,5)

NO
¿y 0<D/2? FIN
5b

h 2 , L2 y L 3
de figuras Modificar
XXV-2 y L2/h2
2 SÍ
¿Cajón rect.? XXV-3

NO

¿Resultado NO
y e= (A/2)1/2 ye= y0 aceptable?

3
5c
F2 = V02/gye h1= 0,5 h2
L1= 0,5 L2

4
Selección del
ancho W
SÍ ¿y 3 despreciable? NO
0,06 y 3< h3 < 0,10 y 3

6 7
y 2 de figura Enrocado y
XXV-4 murete de
FIN
0,06y 2<h3<0,10y 2 protección

Figura XXV-5: diagrama de flujo para el cálculo.


25.2.

25.2 LAS TORRENTERAS

Proyectar un canal con una gran pendiente longitudinal representa un


problema difícil, ya que no basta con que el revestimiento sea capaz de soportar las
altas velocidades del agua, sino que, también, al llegar a la parte más baja se debe
disipar la energía acumulada.
Drenaje vial para ingenieros viales 257

Una forma de solucionar ese problema es el uso de canales con rugosidad


artificial, pero si la pendiente es muy elevada, el tamaño de los elementos de
rugosidad resultantes es demasiado grande. Este problema se puede tratar tal como
lo descrito en el punto 24.4 del capítulo XXIV para cajones de concreto. Lo único
diferente será que la altura D del cajón resultante en aquel caso se convertirá en la
altura de la pared del canal abierto. Por supuesto, esta solución tiene todas las
restricciones que se dan en la descripción.

PLANTA
B

A A Otra solución son las tor-


renteras, que son canales
trazados en laderas con el
fondo escalonado. Las di-
B
SECCIÓN A-A mensiones de los escalo-
nes no tienen por qué ser
Murete constantes, ya que el di-
h= ycr+ borde libre
seño, en general, depende
h
de la pendiente: donde ella
Anclaje sea constante, se podrán
proyectar escalones igua-

Pared según terreno natural


les, pero donde sea cam-
Enrocado biante, como suele ocurrir,
SECCIÓN B-B los escalones se van adap-
tando a la forma del
terreno.

Espacio para drenaje


Cuando los gastos son
pequeños como, por ejem-
plo, el caudal de una cu-
Figura XXV-6: esquema de una torrentera. neta, no hay motivos para
preocuparse mucho. En
mensiones de los escalones, dando a las paredes una estos casos el diseño se
altura h igual a la profundidad crítica del flujo más un
borde libre (figura XXV-6). limita a establecer las di-

En todos los casos, el borde superior de las paredes debe coincidir con el
terreno natural, pues, si fueran más bajas, la tierra podría entrar a la torrentera y,
si fueran más altas, podría impedirse la entrada del agua a la torrentera,
258 Drenaje vial para ingenieros viales

provocando que corra a lo largo de su borde exterior y produciendo una socavación


que puede destruir la obra. Se debe disponer un murete en el borde superior del
escalón para contribuir a la formación del resalto, dejando libres los extremos para
permitir el drenaje.
Las torrenteras pueden o no funcionar como disipadores de energía. Para que
las torrenteras disipen la energía es necesario que la huella de los escalones sea lo
suficientemente larga como para que se produzca el resalto hidráulico en ellos.
Ello se puede comprobar mediante el cálculo de las longitudes de escalón LT
necesarias descritas en los puntos 23.1.1 y 23.1.2 y la figura XXIII-3 del capítulo
XXIII, pudiendo suceder los siguientes casos:
- Si la huella es mayor que la distancia LT, se producirá el resalto.
- Si LC<huella<LT, no se producirá el resalto completo y, por lo tanto, no se
disipará toda la energía. En este caso, si se desea establecer cuáles son las
condiciones de llegada del flujo al pie de la torrentera, habrá que calcular las
velocidades de salida en cada escalón, lo cual está resuelto en la referencia (39).
- Si la huella es menor que la distancia LC, el agua llegará más allá de la arista del
escalón y, por lo tanto, caerá en el siguiente escalón o, tal vez, directamente al
pie de la torrentera. Para que esto no ocurra, la huella de los escalones tiene que
ser igual o mayor de 1,1 LC
Si la huella de un escalón es menor que LC, para que la torrentera funcione y
no se desborde habrá que disponer una pantalla sobre la que el chorro impacte y la
obligue a caer en el escalón, produciéndose de paso una disipación de energía.
Del mismo modo se pueden usar las pantallas para disipar energía cuando la
longitud de la huella no permite la formación del resalto. Desgraciadamente no
parecen existir estudios que determinen la disipación de energía en estas pantallas.
En la referencia (9) se describe un método para proyectar caídas y disipar
energía en conductos cerrados, los cuales funcionan tanto por impacto como por el

Borde de la pared según


el perfil del terreno

Protección contra
derrames

Enrocado
Anclaje

Figura XXV-7: perfil longitudinal de una torrentera con pantallas.


Drenaje vial para ingenieros viales 259

Protección
contra
derrames

QA h3
VA yA A
x h2

zP h1
z h4

h P
R
L
hP
S0

Figura XXV-8: Esquema de la pantalla en una


torrentera.
colchón de agua que en ellas se forma. Para describir la disposición de las pantallas
en las torrenteras abiertas se ha hecho una adaptación de ese método. En la figura
XXV-7 se muestra el perfil de una torrentera con pantallas y en la XXV-8 el detalle
de una caída.
Si el flujo del canal de aproximación es subcrítico, en el punto A la velocidad
debe ser la crítica, por lo que, conociendo el gasto de diseño QA, no representa un
problema el cálculo de VA y yA. La distancia L entre la pantalla y la contrahuella se
fijará de acuerdo con la caída h y el gasto. Se estima que esta distancia puede ser
de aproximadamente 0,80 m, pero será el ingeniero quien la determine según su
criterio: si se desea que el chorro impacte más arriba, habrá que acercar la pantalla
a la caída, pero si se desea que el impacto sea más abajo, habrá que alejarla.
Colocando el cero del sistema de coordenadas (X, Z) en la arista superior de la
caída, el chorro de agua describe una parábola. La abscisa del punto P será XP= L y
la coordenada ZP se calculará mediante la expresión
L2
ZP= 4,91 2
[XXV-1]
VA
donde VA es la velocidad del flujo en el punto A para el gasto de diseño. La pantalla
debe llegar hasta una altura mínima de h1 por encima de P, siendo h1 > yA.
El punto R debe estar colocado a una altura tal que, cuando el gasto sea
mínimo, el chorro de agua siga chocando con la pantalla. Para ello se calcula ZR
empleando la misma expresión, pero esta vez con la velocidad (VA)2
correspondiente a un gasto (QA)2 de frecuencia de dos años.
La altura total de la pantalla h4 será igual a
h4= h1+ (ZR –ZP) [XXV-2]
260 Drenaje vial para ingenieros viales

El extremo superior de la pantalla estará a una altura h2= zP – h1 por debajo


de la arista, pudiendo resultar negativa, esto es, quedar por encima de la arista A.
La altura hp de la pantalla sobre el suelo será hp= h– h2 – h4. Esta altura debe
ser suficiente como para dejar pasar libremente el gasto de diseño por debajo de la
pantalla. Si no fuera así, el espacio libre trabajaría como una alcantarilla con control
a la entrada, provocando el flujo tipo compuerta con velocidades supercríticas en la
salida. En caso de que esto ocurra, se tratará de cambiar el diseño disminuyendo la
longitud L, lo que producirá menores valores de las coordenadas z.
25.2.1. Recomendaciones.
Se debe tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
™ La profundidad h3 del canal sobre la arista superior de los escalones será igual a
yA más un borde libre.
™ Tal como se aprecia en la sección B-B de la figura XXV-6, el borde superior de la
pared debe coincidir con el terreno, de forma que se permita el drenaje hacia la
torrentera y se impida que el agua corra por fuera a lo largo de la pared,
provocando socavación.
™ Es conveniente colocar un murete en el borde superior del escalón, ya que este
siempre contribuye a formar el resalto. Debe quedar un espacio libre en sus
costados de forma que no se formen charcos después de la lluvia.
™ Es conveniente, también, dar a la huella una pequeña pendiente longitudinal S0,
para facilitar el drenaje
™ Si la pendiente es muy pronunciada, es necesario anclar la estructura mediante
un murete con refuerzo metálico que sea la prolongación hacia abajo de la
contrahuella. Este anclaje es recomendable en cualquier caso.
™ Si la torrentera descarga en un suelo pasible de erosión se deberá proteger la
salida mediante un enrocado como el descrito en otro capítulo.
™ Se debe proteger el final del recubrimiento del canal mediante un murete
suficientemente enterrado por debajo de la protección con enrocado.
™ Es conveniente que las torrenteras se construyan con concreto armado de alta
resistencia, ya que la erosión producida por las caídas es muy intensa.
Drenaje vial para ingenieros viales 261

OCTAVA PARTE

MANTENIMIENTO DEL DRENAJE VIAL


262 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO XXVI

GENERALIDADES ACERCA DEL MANTENIMIENTO

En el presente capítulo se describirá someramente cómo debiera ser un


sistema de mantenimiento eficiente para, en capítulos sucesivos, ir describiendo el
mantenimiento de los diversos elementos que componen un sistema de drenaje vial.
Se define el mantenimiento como el conjunto de acciones continuas y
permanentes encaminadas a asegurar el funcionamiento normal, la eficiencia y el
buen aspecto de los bienes e instalaciones y prolongar su vida útil. Es decir, que
debe realizarse el mantenimiento todo el tiempo, sin interrupciones, con igual
intensidad, y debe conducir a la previsión de los daños que pueden sufrir los bienes
para asegurar así su funcionamiento normal y eficiente, es decir, sin interrupciones
ni inconvenientes en la calidad del servicio y al menor costo posible. Como
consecuencia de todo ello, la vida útil de los bienes se prolongará con la
consiguiente economía.
Aunque se acostumbra a considerar el mantenimiento como sinónimo de
reparación, debe quedar claro que el mantenimiento va mucho más allá de la acción
de reparar, a la cual se llega con el tiempo, pero que no debiera representar sino
una parte relativamente pequeña del proceso de mantener. Este equívoco impide el
desarrollo de sistemas idóneos de mantenimiento, sea este vial o de cualquier otra
índole. Si, además, como suele ocurrir, se aplican las reparaciones con carácter de
emergencia, cuando ya se ha producido el colapso del bien, el concepto se aleja aún
más de lo que es un sistema de mantenimiento.
26.1. GESTIÓN DEL MANTENIMIENTO
Un sistema de mantenimiento debe contar con una gestión administrativa
completa, es decir, debe contar con las cinco fases que componen una gestión:
planificación, programación, ejecución, control y supervisión.
La planificación debe prever las acciones futuras para así poder hacer un
presupuesto para afrontar y optimizar las inversiones que resulten necesarias. Debe
contestar a las preguntas ¿Qué debo hacer? ¿Para qué lo voy a hacer? ¿Dónde lo
voy a hacer? ¿Con qué lo voy a hacer?. El plan factible nace de la comparación
entre lo que se debe hacer y los recursos económicos, técnicos y de mano de obra
con que se cuente.
La programación consiste en la elaboración de un programa que ordene en
el tiempo las actividades planificadas y destine a ellas los recursos necesarios. Debe
responder a las preguntas ¿Cómo lo voy a hacer? ¿Quién lo va a hacer? ¿Cuándo lo
voy a hacer? ¿Qué recursos se necesitan en ese momento?
La ejecución es la etapa más resaltante, pues consiste en la puesta en
práctica de lo planificado y programado y de su éxito o fracaso depende el éxito o
fracaso de todo el sistema de mantenimiento. Para realizar una ejecución exitosa no
solo es necesario el dominio de las técnicas apropiadas y la disponibilidad de
recursos: sin una planificación, programación, supervisión y control adecuados, la
sola etapa de la ejecución no es suficiente para asegurar el éxito de la gestión.
Drenaje vial para ingenieros viales 263

El control establece la calidad de la gestión del mantenimiento mediante el


cálculo de los indicadores de costos, de calidad de la gestión, de rendimiento, de
consecución de metas, etc. El control establece las responsabilidades a que hubiere
lugar y emite juicios de valor acerca de la marcha del mantenimiento. Para esta
tarea se requiere de un gran volumen de información que debe ser procesada
velozmente, lo que implica el uso de grandes bases de datos y programas de
computación.
La supervisión es la encargada de vigilar la marcha de la gestión y de
recolectar la información necesaria y emite informes que serán procesados por el
control.
26.2. CLASES DE MANTENIMIENTO
Aunque el mantenimiento es uno solo, se lo divide en dos tipos debido a las
características propias de cada una de las etapas que los componen. Ellas son el
mantenimiento preventivo y el correctivo. No quiere decir esto que son dos clases
diferentes que se pueden aplicar según la elección de las personas, sino que son dos
partes del mismo sistema y que la aplicación solamente de una u otra parte no
proporcionará un sistema de mantenimiento adecuado.
26.2.1 Mantenimiento preventivo
El mantenimiento preventivo es aquel conjunto de acciones destinadas a
impedir que se presenten fallas que provoquen el mal funcionamiento de un bien o
la prestación de un servicio. Se presupone que las fallas se detectan en un estado
incipiente, en el que todavía no impiden esa prestación eficiente del servicio.
26.2.1.1. Mantenimiento de rutina.
Consiste en todas las pequeñas operaciones que deben ser llevadas a
cabo con regularidad, tal como la limpieza y lubricación de los equipos y,
sobre todo, las inspecciones.
26.2.1.2. Las inspecciones
La actividad principal del mantenimiento preventivo es la inspección. En
efecto, si los bienes no se inspeccionan periódica y sistemáticamente, no
pueden ser detectadas las fallas en su etapa incipiente antes de que se
produzca el colapso. Parte de esta inspección se suele hacer junto con
otras acciones menores de mantenimiento preventivo, tal como la
lubricación, limpieza, ajustes, etc. que deben ser realizadas con
regularidad.
Las inspecciones deben ser periódicas, con intervalos establecidos,
completas y sistemáticas. Deben ser especialmente minuciosas en
aquellos elementos críticos cuya falla pueda representar un problema
mayor.
El resultado de la inspección es el informe escrito. No debe haber
inspección sin informe escrito, ya que es este el que dará el historial del
comportamiento del bien y permitirá fijar la frecuencia y tipo de las
acciones de mantenimiento a aplicarle. Ello significa que se necesita
disponer de unos grandes bancos de datos en los que se registre este
historial junto con el inventario de bienes a mantener, las acciones de
264 Drenaje vial para ingenieros viales

mantenimiento que se le aplicaron, los resultados, los costos, el método


empleado, todo lo cual constituye la auditoría técnica del bien.
Se debe estar consciente de que sin inspecciones no puede haber un
sistema de mantenimiento. Si no existe una historia del
comportamiento de cada bien a mantener, se cae en el mantenimiento
por crisis acostumbrado.
26.2.1.3. Mantenimiento en el proyecto, construcción y operación
mantenimiento preventivo comienza en el proyecto, disponiendo los
elementos de una estructura de forma y dimensiones tales que lo
faciliten, utilizando coeficientes de seguridad adecuados y especificando
los materiales que permitan completar la vida útil para la que ha sido
diseñada.
Durante la construcción, se hace mantenimiento preventivo mediante un
buen control de la calidad y las modificaciones al proyecto que surjan
para permitir un mejor mantenimiento.
Continúa durante la operación, al exigir el uso adecuado de la estructura,
prohibiendo cargas excesivas, por ejemplo.
26.2.2 El mantenimiento correctivo.
El mantenimiento correctivo es el conjunto de acciones destinadas a corregir
una falla para restablecer las condiciones originales del servicio de un bien, es decir,
repararlo.
La falla debe preverse mediante el mantenimiento preventivo, el cual debe
detectarla en sus inicios y con suficiente tiempo como para aplicar a tiempo los
correctivos adecuados. Por ello la falla debiera ocurrir únicamente como una
emergencia y, por lo tanto, su reparación no debiera ser programable. Sin embargo,
se puede instaurar un sistema que detecte de inmediato la falla, fije las prioridades
para su reparación, proponga soluciones y, por último, repare la falla.
Drenaje vial para ingenieros viales 265

CAPITULO XXVII

MANTENIMIENTO E HIDROLOGÍA

Aunque la hidrología no constituye uno de los elementos constituyentes del


drenaje vial, uno de los factores que influye en el mantenimiento que se les debe
aplicar a todos los drenajes es la variación que, como consecuencia de los cambios
que sufra la hoya afluente con el paso del tiempo, puede sufrir el gasto de diseño de
una estructura. En esta exposición se considerará únicamente el gasto calculado
según la fórmula racional, que es el método más utilizado en el drenaje vial.
27.1 VARIACIONES DEL COEFICIENTE DE ESCORRENTÍA C.
El coeficiente de escorrentía C depende de la topografía de la hoya, de la
cobertura vegetal y la permeabilidad del suelo. Cualquiera de estos factores puede
variar a través del tiempo, sea naturalmente, sea por la acción del hombre.
Si se coloca una estructura de drenaje en una hoya virgen y, al tiempo, en
dicha hoya se construye un urbanismo, pueden cambiar la topografía como
consecuencia del movimiento de tierra; la cobertura vegetal, como consecuencia de
las deforestaciones, pavimentaciones y construcción de viviendas y, por último, se
puede variar el patrón de drenaje de una zona por la modificación de la topografía o
la descarga de algún canal o cuneta que anteriormente drenaban hacia otra hoya.
27.2. VARIACIONES EN LA INTENSIDAD DE LA LLUVIA.
La intensidad de la lluvia depende de su duración y de la frecuencia que se
adopte en su determinación. La duración de la lluvia se toma igual al tiempo de
concentración, siendo este el tiempo que teóricamente demora una gota que cae en
el extremo más alejado de la hoya en llegar a la sección en que se está
determinando el gasto. Este tiempo depende de la longitud del recorrido del agua y
del desnivel entre los extremos de ese recorrido.
La frecuencia la fija el proyectista de acuerdo con las normas vigentes y la
cuantía que pueden alcanzar los daños en caso de un mal funcionamiento del
drenaje y de la importancia económica y estratégica que tenga la vía.
Así pues, si un canal se reviste de concreto o se cambia su curso para una
obra en particular, cambiará el tiempo de concentración y, como consecuencia, el
gasto de diseño puede variar desfavorablemente. Del mismo modo, si aumenta la
categoría de la carretera por haber aumentado su volumen de tránsito o si la
carretera se amplió sin cambiar el tamaño de la estructura de drenaje puede
necesitarse otra frecuencia y, con ello, el gasto de diseño anteriormente calculado
puede aumentar según las nuevas condiciones.
27.3. VARIACIONES DEL ÁREA DE LA HOYA.
Aunque el área de una superficie no puede cambiar, puede suceder que,
como se dijo anteriormente, el área a ser drenada aumente si se varía la divisoria
de la hoya por la modificación de la topografía.
266 Drenaje vial para ingenieros viales

27.4. CONSECUENCIAS SOBRE EL MANTENIMIENTO DEL DRENAJE.


Las variaciones anteriormente descritas pueden provocar el aumento del
gasto a drenar, resultando entonces insuficientes las estructuras existentes. En el
caso en que una estructura de drenaje que anteriormente no presentaba problemas
comience a ser insuficiente, se hará necesario comenzar por revisar el cálculo de los
gastos, ya que, aunque en el proyecto original se hubiesen determinado
correctamente, pudiera ser que las condiciones locales hayan variado haciendo
insuficientes las estructuras construídas.
Drenaje vial para ingenieros viales 267

CAPÍTULO XXVIII

MANTENIMIENTO DE CANALES Y CUNETAS.

Tanto el fenómeno de la socavación como el de la sedimentación fueron


descritos en el capítulo IX cuando se habló del diseño de los canales.
28.1. FALLAS POR SOCAVACIÓN EN LOS CANALES.
La socavación se presenta, principalmente, en canales no revestidos, en
lugares no revestidos en los que se dispone el agua de canales o cunetas y, en,
general, en todos los lugares en que el agua se acelera más allá de la velocidad que
el tamaño de las partículas de suelo lo permite.
Ejemplos de esto son las cárcavas formadas por las descargas de las cunetas
en laderas de alta pendiente o la descarga de canales revestidos en los cauces
naturales, en los cuales pueden producir daños tanto por exceso de velocidad como
por llegar con excesivo esviaje a la corriente natural.
Hay socavación generalizada del fondo de los canales o cunetas no
revestidos cuando se produce una velocidad excesiva del agua, bien sea por un
error del cálculo original, bien sea por el cambio de los gastos a lo largo del tiempo
o por cualquier otra causa. La aceleración de las aguas puede provenir de
modificaciones hechas en el cauce a cierta distancia del lugar en que ocurre la
socavación como, por ejemplo, el revestimiento de un tramo de la quebrada o la
eliminación de un meandro.
Puede también presentarse en lugares por donde no se preveía que corriera
el agua pero que, por cualquier circunstancia, está corriendo, formando cangilones.
La corrección de estas fallas puede consistir en:
‰ Proteger la zona socavada en las descargas mediante su recubrimiento con un
material que sea resistente a la socavación, tal como concreto, concreto
asfáltico, canto rodado, grava, etc. Esta solución incluye el revestimiento de
canales y cunetas, la construcción de torrenteras y caídas, la construcción de
enrocados, etc.
‰ Disminuir la velocidad del agua que llega mediante la construcción de
disipadores de energía, los cuales pueden ser de concreto o de enrocado.
Algunos de ellos fueron descritos en capítulos anteriores.
‰ Disminuir la velocidad del agua en los canales mediante el aumento de la
rugosidad de su contorno, tal como construyendo enrocados, zampeados o
sembrando gramíneas adecuadas.
‰ Reconstruir el canal con pendiente más suave y caídas intermedias.
268 Drenaje vial para ingenieros viales

28.2. FALLAS POR TUBIFICACIÓN.


Existe un fenómeno llamado la tubificación, relacionado en alguna forma con
la socavación ya que también comporta la migración de partículas del suelo por
acción de las aguas. La tubificación se presenta en rellenos y suelos que
permanecen cierto tiempo sumergidos, en los cuales se produce un gradiente
hidráulico que provoca el paso del agua a través de los poros del suelo. El
movimiento del agua a través de la masa de suelo, al principio lento, comienza
arrastrando a las partículas más finas. Conforme se desplazan algunas partículas, la
velocidad del agua aumenta, arrastrando así partículas cada vez mayores. Este
proceso puede terminar por formar grandes oquedades que, en el caso de las
alcantarillas, puede formar un segundo tubo alrededor del existente (de ahí su
nombre de tubificación) y provocar el colapso de la estructura.
En el caso de los canales, la tubificación puede presentarse por la filtración de
agua hacia la parte inferior del recubrimiento, posiblemente a través de algunas
juntas del recubrimiento que hayan sido mal construídas o hayan sido deterioradas
por el flujo del canal (especialmente si este es supercrítico o se aproxima a esa
condición). Este proceso comienza desalojando lentamente el suelo más fino y
termina por llevarse todo el suelo que sirve de apoyo a las losas, formando huecos
que causan el colapso del canal.
La acción de mantenimiento preventivo indicada es la inspección del canal
con suficiente frecuencia prestando atención a este fenómeno, ya que el mismo
puede permanecer oculto si no se observa con cuidado. Una vez detectada la falla,
se debe proceder a corregirla de inmediato si el caudal del curso de agua lo permite,
o tomar las previsiones para que, en caso de colapso, no se produzcan daños
mayores e interferencias con el tránsito automotor.
28.3. FALLAS POR SEDIMENTACIÓN.
La sedimentación en los canales y cunetas produce una reducción de su
sección útil, pudiendo provocar el desbordamiento de los mismos. Es bastante
normal que se produzca alguna sedimentación en puntos específicos de un canal,
por lo cual se debe estar atento a su evolución: si esa sedimentación no es muy
elevada, probablemente se podrá controlar con limpiezas periódicas del cauce, pero
si su volumen es muy elevado, se deberá tomar medidas de otro tipo.
La sedimentación puede aumentar por dos causas: por el aumento del
arrastre de sólidos o por la disminución de la capacidad de arrastre de la corriente.
El aumento del arrastre de sedimentos generalmente es producido por
modificaciones al medio ambiente aguas arriba del canal: deforestaciones,
movimientos de tierra en ejecución, movimientos de tierra no reforestados, botes
de tierra, etc. En estos casos, la medida más lógica sería controlar el origen de los
sedimentos mediante reforestaciones, obras complementarias, prohibición de ciertas
actividades o aplicación de ordenanzas al respecto, pero esto no siempre resulta
posible.
La disminución de la capacidad de arrastre de sedimentos puede ser
producida por la pérdida de velocidad de las aguas. Se puede producir este
fenómeno en zonas de cambio de pendiente, tal como los conos de deyección, pero
ello debería haber sido previsto en el proyecto. En estos casos se puede tratar de
Drenaje vial para ingenieros viales 269

acelerar las aguas: a) aumentando la pendiente, si la topografía lo permite; b)


disminuyendo el coeficiente de rugosidad del contorno mediante el revestimiento del
canal, si fuera excavado en tierra, o c) cambiando el material de su superficie si
este fuera muy rugoso.
La pérdida de velocidad puede ser provocada también por el remanso de las
aguas como consecuencia de un obstáculo no previsto en el proyecto, tal como
árboles caídos, rocas o concreto botados en el cauce y no removidos oportunamente
por el sistema de mantenimiento. La solución en estos casos es, evidentemente, la
remoción del obstáculo que provoca el remanso.

PLANTA
C
B B

A L A

B B

C
SECCIÓN A-A

SECCIÓN B-B SECCIÓN C-C


Cámara de
sedimentación

Figura XXVII-1: trampa de sedimentos.


270 Drenaje vial para ingenieros viales

Si el canal desemboca en un curso de agua mayor, pudiera producirse el


remanso por el aumento del nivel del agua en este último o por la acumulación de
sedimentos en la confluencia.
En todos los casos, si no puede solucionarse la causa que provoca la
sedimentación, siempre se puede disminuir el arrastre de los sedimentos
construyendo aguas arriba una trampa de sedimentos (figura XXVI-1), la cual
consiste en una estructura en la que las aguas se desaceleran provocando la
sedimentación antes de entrar en la estructura que se desea proteger.
Estas trampas de sedimentos consisten en un ensanchamiento y
profundización del canal a proteger, de forma que, al aumentar la sección
transversal, disminuya la velocidad para un gasto constante.
La longitud L de la trampa de sedimentos debe ser suficiente como para que
las partículas más finas que se desee retener puedan sedimentarse dentro del
dispositivo. La altura h de la cámara de sedimentación debe ser suficiente para que
pueda contener los sedimentos que se espera retener.
En Venezuela, estas estructuras presentan el inconveniente de necesitar una
limpieza periódica, en muchos casos después de cada tormenta. Esto, como es bien
sabido, resulta prácticamente imposible con los actuales sistemas de
mantenimiento. En el tema correspondiente a las alcantarillas se mostrarán otras
estructuras que pueden resultar útiles en estos casos.
28.4. ARRASTRE DE DESECHOS FLOTANTES.
Si el canal capta el agua de una quebrada de cierta importancia, es posible
que ella arrastre desechos flotantes indeseables, tal como árboles o ramas en las
zonas rurales o cualquier basura (desde neveras y colchones hasta bolsas de
plástico y trozos de anime) en las zonas urbanas.
Aparte de la limpieza oportuna, la solución es interceptar los desechos
flotantes antes de que ellos penetren en el canal. Esto se puede conseguir
disponiendo transversalmente una guaya a la altura de la superficie del agua en las
crecientes, en la cual se depositen. Por supuesto, esto es posible solamente si ello
no causa inconvenientes aguas arriba. Otra solución es disponer unos postes de
vigas metálicas clavados en el fondo del curso de agua, dejando entre ellos
suficiente espacio como para retener los desechos pero que no interrumpan el flujo
del agua. En el tema correspondiente a las alcantarillas se mostrarán otras
estructuras que pueden resultar útiles en estos casos.
28.5. FALLAS ESTRUCTURALES.
Las fallas estructurales más frecuentes son las roturas del concreto del
recubrimiento. Ello puede ser causado por:
• Una construcción inadecuada: mala calidad del concreto, lo que puede
provocar la fractura o la erosión del mismo por la acción de las aguas en
grandes pendientes; espesor inadecuado, juntas mal construidas, diseño
estructural inadecuado (por ejemplo, colocación equivocada del refuerzo
metálico); etc.
• Base inadecuada, poco filtrante o contaminada por el suelo; mala
compactación de la rasante;
Drenaje vial para ingenieros viales 271

• Mala operación de la vía (estacionamiento de vehículos sobre la cuneta,


tránsito sobre la losa, etc.);

En los canales no revestidos pueden presentarse derrumbes en sus


márgenes como resultado de haberse construído con una pendiente transversal
excesiva para las características del suelo.
28.6. CAMBIOS EN LA RUGOSIDAD.
A veces la pérdida de capacidad de un canal puede ser provocada por
el cambio en la rugosidad del contorno. Esto puede ser causado por la presencia de
sedimentos gruesos en el fondo del canal que cambien el coeficiente de rugosidad y
produzcan efectos indeseados aunque su volumen no disminuya el área la sección
transversal como para causar el desbordamiento. En los canales no revestidos el
cambio de rugosidad puede ser causado por el crecimiento de vegetación en el
contorno. En ambos casos, la solución es aplicar un mantenimiento preventivo
adecuado manteniendo limpios los canales.
28.7. MANTENIMIENTO PREVENTIVO DE CANALES Y CUNETAS.
La actividad más importante para obtener un buen mantenimiento preventivo
de cunetas y canales es la inspección. La única forma de impedir la sorpresa anual
que produce la llegada de las lluvias es realizar inspecciones periódicas y completas
a todo el sistema de drenajes y, como consecuencia, realizar las acciones de
mantenimiento oportunas.
La frecuencia de las inspecciones la darán las condiciones particulares de
cada sitio, pero los canales y cunetas de las carreteras y calles se deberán
inspeccionar a fondo por lo menos dos veces al año: a la salida de la temporada de
lluvias y un mes antes de comenzar dicha temporada. La inspección realizada al
finalizar la temporada de lluvias debe conducir, como parte del mantenimiento
preventivo, a la reparación de los daños menores que resulten necesarios para
prevenir daños mayores y a las reparaciones mayores que no pudieron ser
realizadas durante la temporada de lluvias como consecuencia de la presencia de
agua en las estructuras.
La inspección realizada antes de la temporada de lluvias debe servir para
asegurarse de que en el curso de la temporada seca no se han presentado fallas,
incipientes o no, que puedan provocar problemas al comienzo de las lluvias y
comprobar la limpieza del sistema. Puesto que la temporada de lluvias es la que
produce más daños al drenaje, durante ella se debe inspeccionar el sistema con
cierta frecuencia, especialmente durante las crecientes, para asegurarse que no hay
problemas o para detectarlos con suficiente anticipación como para evitarlos.
Además de las inspecciones, el mantenimiento preventivo se basa en la
limpieza y la reparación de pequeñas fallas, como puede ser el sellado de grietas, la
reconstrucción de juntas y la reparación de pequeñas fallas localizadas.
Como en todo mantenimiento, se debe registrar los resultados: todas las
inspecciones deben producir un informe escrito y todas las acciones de
mantenimiento deben ser registradas en lo que se llama la auditoría técnica. Ello
quiere decir que se debe disponer del banco de datos mencionado en el capítulo
272 Drenaje vial para ingenieros viales

XXVI, en el que se registre el inventario de las estructuras y los resultados de las


inspecciones y las acciones aplicadas.
Drenaje vial para ingenieros viales 273

CAPITULO XXIX

MANTENIMIENTO DEL DRENAJE SUPERFICIAL

Las fallas que habitualmente se presentan en el sistema de drenaje superficial


son estructurales y funcionales, sean estas últimas de diseño o causadas por la falta
de mantenimiento preventivo.
29.1. FALLAS ESTRUCTURALES DEL DRENAJE SUPERFICIAL.
Las fallas estructurales del drenaje superficial suelen ser fácilmente
observables a simple vista, ya que consisten principalmente en la rotura de la
estructura de concreto exterior, de las rejas metálicas o en la modificación
inconsulta de las estructuras por parte de los vecinos y comerciantes.
29.1.1 El pavimento.
El primer elemento del drenaje superficial lo constituye la superficie del
pavimento. En algunos países se está empleando en la pavimentación un concreto
asfáltico filtrante, de gran porosidad, que se coloca sobre una capa de pavimento
impermeable para impedir el paso del agua a la subrasante. Este pavimento poroso
permite que el agua drene a través de él y la dispone en los bordes de la vía, con lo
que se impide que el agua se deposite en la superficie. Con ello se elimina en gran
medida el deslizamiento de los vehículos debido al aquaplaning.
Se debe revisar el pavimento después de una tormenta, para identificar
aquellos lugares en que el agua se queda retenida formando charcos, ya que puede
penetrar por las grietas del pavimento y causar daños mayores. Donde se
identifique lugares así, se debe tomar medidas para corregir esta situación
indeseable.
La base del pavimento puede saturarse como consecuencia del agua que llega
hasta ella y de su falta de permeabilidad. La presencia de agua en la base se
detecta inspeccionando el pavimento durante unos días sin lluvia después de la
tormenta, observando si las grietas existentes en el pavimento: si estas están
húmedas por el agua que rezuma por ellas, hay humedad en la base.
29.1.2 Sumideros de ventana.
La repavimentación realizada sobre el pavimento existente deforma o rellena
la depresión de los sumideros de ventana. Así mismo, al quitar altura al brocal, hace
disminuir la sección transversal de los brocales-cuneta, disminuyendo así la
capacidad de los mismos y llegando a provocar inundación de las aceras. Así pues,
antes de repavimentar se debe levantar el pavimento existente, con lo que se podrá
reciclarlo y, así, ahorrar dinero y minimizar los daños ecológicos producidos por las
canteras y areneras. Si existiera el problema en algunos sumideros, se debe
proceder a reparar el daño dando al pavimento la forma adecuada.
La parte superior de los sumideros de ventana es una placa apoyada en tres
lados, quedando libre el que forma parte del borde de la acera. Por lo tanto, no se
debe aplicar cargas pesadas a esta parte de su estructura, ya que no está calculada
para soportarlas. Sin embargo, es frecuente que vehículos de cualquier tamaño se
274 Drenaje vial para ingenieros viales

estacionen sobre los sumideros provocando su rotura, después de lo cual no queda


otra solución sino reconstruirlos.
Sin embargo, existe una acción preventiva que puede dar un buen resultado:
colocar algún obstáculo que impida que los vehículos se estacionen sobre los
sumideros. Esto se suele intentar con unos topes cilíndricos prefabricados en
concreto, pero esta solución presenta el inconveniente de que los vehículos chocan
lo topes y, como no forman un cuerpo con el resto del sumidero, los derriban.
Una solución más perdurable es engrosar en unos veinte centímetros (0,20
m) el borde libre de la placa del sumidero, impidiendo así que se monten los
vehículos (figura XXIX-1).
Estas soluciones son útiles en zonas donde no hay gran tránsito de peatones,
ya que ellas representan un obstáculo en el que las personas pueden tropezarse y
sufrir accidentes. En el caso en que se vaya a aplicar en zonas muy transitadas, se
debe señalizar de forma que puedan ser advertidos a tiempo. Cuanto menor
pendiente tenga el obstáculo mostrado en la figura, menos probabilidad de
accidentes habrá, por lo que una sección transversal curva puede resultar más
conveniente. Debe levantarse paulatinamente también en el sentido longitudinal, de
forma que represente un peligro menor.
Cuando un sumidero de ventana coincide con el acceso de vehículos a una parcela
contigua, los propietarios de la parcela generalmente no reinstalan el sumidero sino
que, sencillamente, lo obstruyen fabricando una rampa para facilitar su acceso.
Esto debiera ser castigado con multas y la obligación de restituir el sumidero a su
estado original o, en todo caso, ubicarlo más arriba o abajo, donde no moleste el
acceso.
Drenaje vial para ingenieros viales 275

SECCIÓN TRANSVERSAL Posible perfil curvo A

Obstáculo de concreto
Placa superior del sumidero Aprox.20 cm

Refuerzo
metálico

Pavimento
Anclaje
Ventana
Acera

Brocal

A
SECCIÓN A-A

Nivel Obstáculo
acera de concreto Ventana Placa superior
Brocal

Figura XXIX-1: obstáculo para impedir el estacionamiento de


vehículos sobre los sumideros.

29.1.3 Sumideros de reja

La parte de concreto de los sumideros de reja la constituye una tanquilla cuya


parte superior está cerrada por una reja metálica, apoyada en un marco metálico
anclado en el concreto, la cual permite el paso del agua hacia él y, por consiguiente,
hacia el sistema de tuberías.
La arista exterior de la tanquilla es la parte más vulnerable, pues el impacto
de los vehículos contra ella hace que se desintegre, quedando los anclajes del
marco al descubierto y provocando el colapso, no solamente de la tanquilla, sino
también del marco y la reja del sumidero. Esta falla se suele reparar mal vaciando
de nuevo la parte superior de la tanquilla con encofrado solamente en la parte
interior, lo cual provoca una larga serie de reparaciones ya que, en la parte exterior
que se vacía contra el suelo, se produce un borde muy fino que rápidamente se
rompe y, como consecuencia, se vuelve a repetir el proceso de rotura (figura XXIX-
2). Para reparar adecuadamente esta falla es necesario encofrar ambas caras de la
tanquilla y, si se considera conveniente, reforzar el concreto con una armadura
metálica y asegurar su adherencia a la parte existente.
276 Drenaje vial para ingenieros viales

Pavimento Borde débil Pavimento


Marco Reja

Reparación Reparación
correcta Paredes de incorrecta
la tanquilla

Figura XXIX-2: reparación de los sumideros de rejas.

Frecuentemente las platinas de la reja no se sueldan correctamente, por lo


que fallan. Esto indica que es necesario controlar la calidad de las rejas cuando se
adquieren a las industrias, como una medida de mantenimiento preventivo, ya que
es más económico pagar a un ingeniero metalúrgico su examen con rayos X que
cambiarlas continuamente, como actualmente sucede.
Otra causa de la falla de las rejas es la colocación incorrecta del marco: si
este, en lugar de quedar plano, queda alabeado, la reja no asienta debidamente, y
queda golpeando ruidosamente cada vez que pasa un vehículo con un impacto que
termina por destruirla.
29.1.4 El brocal-cuneta.
El brocal-cuneta es una estructura de concreto muy sencilla, generalmente
sin refuerzo metálico, cuya función, aparte de elevar el borde de la acera, es
recoger las aguas que llegan del pavimento y disponerlas en los sumideros. Es de
hacer notar que, sin el brocal, no es posible construir sumideros de ventana.
Los sumideros se deben colocar a una distancia tal que el ancho de
inundación que se produzca en el brocal-cuneta no sobrepase el permisible para una
cierta calle: a mayor ancho de inundación, mayor capacidad de la cuneta pero,
también, mayor interferencia con el tránsito. Si se permite un ancho de inundación
demasiado grande, este invade la calzada y disminuye la capacidad de la vía, ya
que los vehículos deberán circular a menor velocidad.
La falla que suelen presentar es la destrucción por los vehículos pesados que
suben a la acera para estacionarse, la cual solamente se puede solucionar
reconstruyéndolo. Una medida preventiva posible es la construcción a lo largo del
brocal de un obstáculo como el mostrado para los sumideros de ventana.
Una falla frecuente es la invasión de la cuneta por la construcción de rampas
de acceso a viviendas o comercios, lo que hace aumentar el ancho de inundación
con las consecuencias ya descritas. A veces, como tratando de no hacer daño, se
coloca en la rampa un tubo de muy pequeño diámetro (no cabría uno de diámetro
grande) pretendiendo que el gasto del brocal-cuneta pase a su través, pero ello
nunca funciona. Es tarea del sistema de mantenimiento vigilar que esto no ocurra y
obligar a los vecinos a la demolición de estas trampas y que construyan los accesos
dentro de la acera, rebajando su borde.
Drenaje vial para ingenieros viales 277

Acceso incorrecto Acera Acceso correcto Acera

Brocal-cuneta

Pavimento Brocal-cuneta

29.2. FALLAS FUNCIONALES.

El mal funcionamiento de los sumideros suele tener como origen su mal


mantenimiento o el diseño inadecuado de los mismos. En lo que respecta al mal
mantenimiento, la causa principal es la falta de limpieza: no es raro encontrar
sumideros de rejas que más parecen viveros de plantas que estructuras de drenaje.
Para la limpieza de los sumideros se usan equipos de succión, conocidos como
Acuatech, mediante los cuales se extrae la basura depositada en su interior.
En los casos en que el sistema de tuberías sea mixto, es decir, que por las
mismas tuberías corren las aguas negras y las de lluvia, los sumideros se
construyen con un sello que cierra la salida cuando no hay agua de lluvia para
impedir que los malos olores salgan a la calle. En estos casos, además de la
succión, es necesario limpiar y mantener ese sello.
El mal funcionamiento por el diseño inadecuado puede provenir de muchas
razones: el cálculo del gasto de diseño, el mal dimensionamiento del sumidero, el
espaciamiento excesivo entre ellos, la elección equivocada del tipo de sumidero, la
ubicación en lugares inadecuados, etc. En todos los casos se hace necesario
verificar estas condiciones para establecer el origen del mal funcionamiento y
determinar la corrección adecuada, para lo que se debe dominar las teorías que
intervienen en el diseño o, lo más prudente, solicitar la colaboración de un
especialista.
Si la afluencia de agua de calles laterales en las que no hay drenajes
produjera problemas, se debiera construir sumideros de rejas adicionales aguas
arriba de la esquina, tal vez dispuestos a todo el ancho de la calle lateral, para
captar su gasto antes de que llegue al sitio del problema.
29.3. FALLAS EN LOS SISTEMAS DE TUBERÍAS.
Los sistemas de tuberías suelen presentar pocas fallas, ya que las normas
vigentes generalmente llevan a diseñar por exceso. Su principal acción de
mantenimiento preventivo es la limpieza mediante agua a presión, de forma que se
arrastren los sedimentos que se hayan podido depositar en ellas. El mantenimiento
correctivo suele consistir en el destapado mediante la guaya mecánica cuando algún
desecho las obstruye. En algunas oportunidades, los gases producidos por las aguas
negras pueden atacar las paredes de las tuberías de concreto, desintegrándolas. En
estos casos se hace precisa su reconstrucción.
Para inspeccionar las tuberías se suele utilizar una linterna cuya luz, reflejada
por un espejo a 45°, las recorre su interior, pudiéndose verificar desde el extremo
opuesto si existen obstrucciones, hundimientos, etc.
Un problema que presentan frecuentemente estos sistemas es el creado por
las repavimentaciones en las que no se levantan las tapas de las bocas de visita al
278 Drenaje vial para ingenieros viales

nivel del nuevo pavimento. Ello produce huecos en que caen los vehículos con gran
violencia y los daños consiguientes. La tarea de levantar las tapas al nivel del nuevo
pavimento es muy sencilla, pero, sin embargo, se suele hacer incorrectamente:
después de sacar el marco, este se sostiene en posición generalmente mediante
pedazos de bloque que, de por sí, tienen poca resistencia a la compresión; si a esto
se añade que para fijar el marco se suele utilizar una pega de poca resistencia, no
es raro que, al pasar un vehículo pesado sobre la tapa, esta falle presentándose un
nuevo bache. La nivelación de las tapas debe hacerse con concreto de alta
resistencia debidamente encofrado.
No es raro, tampoco, que cuando se excava una zanja para construir o
reparar una tubería, esta se rellene con una compactación descuidada, fallando a
los pocos días. En todos estos casos se debe tener en cuenta que las vías se
construyen para los usuarios, y que estos sufren daños cuando se emplean métodos
incorrectos, autorizados generalmente por la inspección.
29.4. MANTENIMIENTO PREVENTIVO DEL DRENAJE SUPERFICIAL.
La actividad más importante del mantenimiento preventivo la
constituyen las inspecciones. El organismo responsable del mantenimiento debe
conocer en todo momento el estado en que se encuentra el sistema de drenajes con
el fin de poder tomar oportunamente las medidas necesarias. En consecuencia, se
deberá realizar por lo menos dos inspecciones anuales de todas las estructuras que
componen el drenaje superficial: una a la salida de la estación lluviosa, para
determinar el estado en que se encuentran y determinar las acciones correctivas
necesarias a ser aplicadas durante la estación seca, y la siguiente, antes de
comenzar de nuevo la estación de lluvia.
Durante la temporada de lluvias habrá que realizar inspecciones para
asegurarse de que todas las estructuras están funcionando adecuadamente, ya que
es en esta época cuando se puede determinar sus problemas de funcionamiento. Si
hubiera dificultades, habrá que tomar las medidas necesarias, generalmente de
emergencia. En esta estación son frecuentes pequeños derrumbes que obstruyen
las cunetas, por lo que deben ser detectados y solucionados con prontitud.
Otra actividad importante es la limpieza de cunetas y sumideros, la cual se
debe realizar a fondo durante todo el verano, llevando a cabo las acciones que
resulten necesarias según las inspecciones hechas durante el invierno.
Otras actividades pueden ser el control de calidad de las rejas metálicas que
se adquieran, la reposición y reparación de rejas averiadas, la reparación de
pequeños daños estructurales, la demolición de obstáculos que dificulten el flujo de
las aguas, la acción legal contra los vecinos que destruyen o modifican
indebidamente las estructuras de drenaje, la construcción de obstáculos para
impedir que los vehículos se estacionen sobre los sumideros de ventana, etc.
Todos los resultados de las inspecciones y las acciones de mantenimiento,
junto con sus costos, insumos empleados, mano de obra utilizada, tiempo de
ejecución, etc. deben quedar registrados en el sistema de control, para lo cual se
debe disponer de un banco de datos cuya base es el inventario físico del sistema a
mantener.
Drenaje vial para ingenieros viales 279

CAPÍTULO XXX

MANTENIMIENTO DE LAS ALCANTARILLAS

30.1. FALLAS ESTRUCTURALES EN LAS ALCANTARILLAS

En las alcantarillas metálicas se presenta con bastante frecuencia la


corrosión, fenómeno destructivo proveniente del ataque que los suelos, las aguas y
los agentes disueltos en ellas producen sobre el metal. La corrosión se presenta,
pues, principalmente en las zonas en que el medio es agresivo: suelos alcalinos,
orillas del mar, aguas residuales, aguas con ácidos u otras sustancias químicas en
disolución, etc. aunque puede presentarse también en zonas en que las condiciones
son normales, tal vez por fallas en la manufactura de la tubería. La corrosión
provoca el colapso de la alcantarilla, por lo que esta debe ser reemplazada a tiempo
o, si ello es posible, reconstruida mediante métodos que más adelante se
mencionarán.
En las alcantarillas metálicas se presenta también con frecuencia la
deformación de la tubería, la cual puede consistir en el aplastamiento de toda la
tubería o de una parte de ella, con separación de las láminas, y terminar en la falla
total del tubo. Las deformaciones con desprendimiento de las láminas, además de
disminuir la sección transversal, pueden producir la filtración de las aguas al cuerpo
del terraplén, con consecuencias indeseables.
La deformación puede ser consecuencia de: el arrastre del suelo en que se
apoya el tubo, como consecuencia de la tubificación; una instalación deficiente
(instalación sobre relleno, mala conformación y compactación del apoyo, tubería
mal armada, etc.); por no haberse elegido el calibre de chapa apropiado o por el
paso de vehículos con cargas superiores a las previstas. Aún en el caso en que la
tubería no falle, la deformación disminuye el área útil de la tubería, lo cual es
indeseable. La única solución es la reposición o la reconstrucción.
Otra falla frecuente es la abrasión que producen los sedimentos en el fondo
de la tubería, la cual se presenta tanto en las tuberías metálicas como en las de
concreto. Este problema se puede solucionar de varias maneras:
a) recubriendo el fondo con concreto de alta resistencia, debiendo llegar este
recubrimiento a por lo menos el 25% del contorno en las tuberías circulares;
b) eliminando la afluencia de sedimentos mediante la construcción de una
trampa como la ya descrita anteriormente o alguno de los métodos que se
mostrarán más adelante o
c) eliminando la fuente de los sedimentos mediante reforestaciones u otro
método apropiado.
Las alcantarillas de concreto, tanto las circulares prefabricadas como los
cajones rectangulares vaciados en el sitio, pueden presentar agrietamientos, lo cual
es una advertencia acerca de una posible falla total. Ello puede ser causado por la
mala selección del tipo de tubería, el cálculo errado de las dimensiones del cajón, la
mala calidad de los materiales, el paso de vehículos con cargas mayores a las
permitidas, los asentamientos del apoyo de la alcantarilla, etc. En cualquier caso, se
debe diagnosticar la causa y corregir la falla.
280 Drenaje vial para ingenieros viales

Cuando la alcantarilla ha colapsado por cualquiera de las causas expuestas,


se hace necesario reconstruirla. Ello se puede hacer removiendo la tubería vieja y
colocando una nueva, proceso que, si la carretera tiene un tránsito intenso, puede
causar molestias y demoras indeseables de los usuarios. Existen métodos
patentados para repararlas sin necesidad de remover el tubo viejo, lo cual puede
resultar más barato que la remoción y, desde luego, mucho más conveniente desde
el punto de vista del tránsito.
Uno de los métodos, el aplicado por la empresa HEICOVEN, consta de los
siguientes pasos:
1. Limpieza y remoción de los sedimentos que pudieran estar obstruyendo la
tubería;
2. Reparación de las deformaciones de la tubería mediante gatos hidráulicos y
reposición de las láminas no recuperables;
3. Inyección de lechada de cemento en las cárcavas que, como consecuencia del
desplazamiento de los finos del suelo y de las deformaciones, pudieran existir
detrás de la tubería reparada;
4. Recubrimiento interno de la tubería con concreto centrifugado y reforzado con
armadura metálica.
Este método, además de no interferir con el tránsito, compite con ventaja con
la reconstrucción convencional en los casos en que el tubo está colocado a grandes
profundidades pues, al no ser necesario excavar para hacer el trabajo, se produce la
consiguiente economía. Es conveniente revisar la capacidad de la alcantarilla
renovada antes de proceder a aplicar el método, ya que el revestimiento interno
que se le aplica reduce el diámetro de la tubería.
Los cabezales también pueden fallar estructuralmente. La falla más evidente
es su falta en carreteras en los que estaban previstos y no fueron construidos, tal
vez por olvido, tal vez por un falso criterio de economía o por cualquier otra causa.
Esto puede producir la obstrucción del tubo por la caída de tierra en su entrada o el
ataque de las aguas sobre el terraplén tanto a la entrada como a la salida. En los
cabezales construidos se presentan roturas del concreto por caída de piedras u otros
objetos y como consecuencia de la socavación, fenómeno del que se hablará más
adelante.
30.2. FALLAS FUNCIONALES DE LAS ALCANTARILLAS
El funcionamiento de las alcantarillas puede verse afectado por cambios en la
hidrología; por mal dimensionamiento hidráulico; por la socavación de la salida; por
socavación de los terraplenes; por tubificación; por la sedimentación y por el
arrastre de desechos flotantes.
30.2.1 Variaciones en la hidrología.
Uno de los motivos del mal funcionamiento de una alcantarilla puede ser el
cambio ocurrido en la hidrología como consecuencia de los cambios producidos en el
entorno por la intervención del hombre, expuestos anteriormente. En este caso
habrá que revisar las condiciones actuales, volver a calcular el gasto y repasar los
cálculos hidráulicos para adecuarlos a la nueva situación.
Drenaje vial para ingenieros viales 281

Puesto que la frecuencia es un concepto estadístico, la falla de una


alcantarilla se puede presentar, también, como consecuencia de una precipitación
de frecuencia superior a la prevista, lo cual es perfectamente posible y puede no ser
achacable a un error de diseño.
30.2.2 Dimensionamiento hidráulico incorrecto.
Las alcantarillas pueden presentar también problemas por un
dimensionamiento hidráulico incorrecto: errores en la obtención del gasto de diseño,
en el dimensionamiento hidráulico de la tubería, su ubicación, empleo de alturas de
agua permisibles inadecuadas, obstáculos en la salida no advertidos en el momento
del cálculo, velocidades del agua en la salida mal obtenidas, etc. En todos estos
casos habrá que revisar los cálculos, adaptándolos a las condiciones imperantes en
el sitio, y aplicar las correcciones que resulten necesarias como consecuencia de la
revisión.
30.2.3 Socavación en la salida.
Es frecuente que el agua, al salir de la tubería a velocidad excesiva, pueda
producir socavación y hacer colapsar el cabezal, lo que pone en peligro el terraplén.
Para impedirlo, los cabezales se deben construir siempre con un “dentellón” vertical
que impida la propagación de la socavación por debajo de la placa. Si la socavación
es muy fuerte, es conveniente proteger también el “dentellón” mediante un
enrocado. Si el caso no es muy grave, tal vez disponiendo un enrocado tal como se
muestra en el punto 24.1 del capítulo XXIV pueda obtenerse buenos resultados.
Cuando la socavación produce peligro para la integridad física de la vía, daños
apreciables al ambiente o económicos a las propiedades aledañas, se debe disponer
un disipador de energía en la salida. De esta forma se provoca el resalto hidráulico y
la velocidad del agua en la salida pasa a ser la normal del canal natural. Esta es una
solución que puede resultar bastante costosa y, aunque el diseño de un disipador de
energía puede ser tarea de un especialista, en capítulos anteriores se ha descrito el
proceso de diseño de varios de ellos.
30.2.4 Socavación de los terraplenes en la salida.
En las alcantarillas que tienen la salida ahogada, es decir, aquellas en que la
altura del agua en el canal de salida es igual o mayor que el diámetro de la tubería,
se suele presentar una socavación en el terraplén a los lados del cabezal producida
por las turbulencias que genera la corriente al chocar con el agua de la salida
(figura XXX-1). La solución a este problema consiste en aplicar lo pautado en la
referencia (10), cerrando la abertura de las aletas del cabezal a un ángulo a= 45/V,
donde a es el ángulo que forman las aletas con la dirección del flujo y V es la
velocidad del agua a la salida, en m/s.
282 Drenaje vial para ingenieros viales

En el caso en que el
estrechamiento de las aletas
del cabezal no sea suficiente,
habrá que proteger el terraplén
a
Líneas de con un enrocado o bolsas de
Q corriente
cemento rellenas con una
mezcla de cemento y arena.
También puede reforzarse el
terraplén con una mezcla de
suelo-asfalto.

30.2.5 Tubificación.

Pie de talud Como ya se explicó en


un tema anterior, la tubifica-
Figura XXX-1: socavación en el pie del
terraplén. ción es el fenómeno producido
en las zonas anegadizas por

el arrastre de los finos de un terraplén por parte del agua que se infiltra como
consecuencia de la inundación. Esta infiltración es mayor alrededor del tubo de la
alcantarilla, ya que la compactación alrededor de él (especialmente en la parte
inferior) puede ser deficiente. Al principio, por su baja velocidad, el agua arrastra
únicamente la parte más fina del suelo. Al desplazar la parte más fina, el agua
aumenta su velocidad, siendo capaz de arrastrar partículas cada vez mayores, hasta
que el suelo llega a formar en el relleno un segundo tubo concéntrico con el de la
alcantarilla. Adicionalmente, el agua que pasa por la alcantarilla siempre contiene
burbujas de aire que producen un efecto de flotación, provocando vibraciones en el
tubo que aceleran el proceso de tubificación. Como consecuencia de este fenómeno,
la alcantarilla puede llegar a salir despedida hacia aguas abajo de su posición inicial,
causando el colapso de la carretera.
En las zonas anegadizas de Apure, Sur de Portuguesa y Barinas, se ha
solucionado el problema construyendo cajones de concreto sobre-diseñados, de
altura suficiente como para que, al no llegar el agua a la altura de la placa superior,
la estructura no trabaje como alcantarilla sino como pontón de fondo fijo. Puesto
que este fenómeno se produce precisamente en los lugares en que no existen
agregados, el concreto resulta muy costoso en estas zonas, así que esta solución
sobre-diseñada resulta onerosa.
Drenaje vial para ingenieros viales 283

Se debiera tratar de solucionar el problema de forma más económica,


impidiendo la flotación del tubo sujetándolo al suelo mediante cabillas soldadas al

tubo y ancladas en el suelo


mediante concreto y haciendo el
relleno alrededor del tubo con una
mezcla de suelo-asfalto, con lo
que se evitaría la infiltración y
se aumentaría el peso de la
estructura impidiendo la flotación.
Otra solución, contemplada
Figura XXX-2: Pantallas transversales que por los fabricantes de las tuberías
alargan el recorrido del agua
galvanizadas (figura XXX-2) es la disposición de pantallas planas verticales
perpendiculares al eje de la alcantarilla del mismo material que la tubería o de
cualquier otro, las cuales, al alargar el recorrido que tiene que hacer el agua
siguiendo el contorno de la pantalla, disminuyan el gradiente de presión e
impidan o, por lo menos, minimicen la tubificación.
30.2.6 Arrastre de sedimentos y desechos flotantes.
Para pasar a través de la alcantarilla, el agua forma un remanso en la entrada
para obtener mayor energía en el que la velocidad del agua disminuye. Si el
remanso resultante es grande, la velocidad del agua en la alcantarilla es muy
pequeña o la cantidad de sedimentos que arrastra la corriente es muy grande, se
produce la sedimentación, que puede llegar a obstruirla o, por lo menos, a disminuir
peligrosamente su sección transversal, disminuyendo con ello su capacidad. En
ocasiones, el arrastre puede ser de grandes rocas o cantos rodados que pueden no
solo obstruir las tuberías, sino también dañar las estructuras por la alta velocidad a
que llegan.
Las aguas suelen arrastrar también los desechos flotantes que caen o son
arrojados sobre su curso. En las zonas rurales, estos desechos están constituidos
principalmente por ramas y troncos de árboles, mientras que en las zonas urbanas,
estos desechos pueden estar acompañados por basura, colchones, neveras y casi
cualquier cosa que se pueda botar en una quebrada.
La mejor solución para el problema de los sedimentos es controlar la cantidad
arrastrada mediante medidas aplicadas en la zona de donde provienen, tal como la
reforestación, pero esto no siempre puede ser realizado.
En los casos en que los sedimentos no pueden ser controlados, la solución
obvia es la limpieza periódica de la tubería y su acceso, pero si la sedimentación es
muy abundante se deberá proceder a la limpieza después de cada tormenta, lo que
resulta muy costoso e incómodo. Para mejorar esta situación se puede disponer una
284 Drenaje vial para ingenieros viales

trampa de sedimentos aguas arriba de la alcantarilla, tal como la descrita en la


parte correspondiente a los canales, que puede diferir la limpieza pero no evitarla.
Los desechos flotantes no solamente pueden obstruir las alcantarillas sino que,
también, pueden obstaculizar el flujo del agua, provocando la sedimentación por
la pérdida de velocidad de la corriente. Para impedir estos efectos se debe disponer
de trampas para desechos flotantes, las cuales pueden tener diferentes formas, tal
como se puede apreciar en las siguientes páginas, sacadas de las referencias (10) y
(40). Algunos de los dispositivos destinados a controlar los arrastres de desechos
flotantes también son útiles para retener los sedimentos.
Cuando la topografía lo permite, puede ser recomendable la construcción de
un dique interceptor. Ellos retienen tanto sedimentos como desechos flotantes y
son “transparentes”, es decir, que permiten pasar el agua a su través, provocando
una disminución de la velocidad del agua que facilita la sedimentación. En realidad,
esta solución representa una trampa de sedimentos de mayor tamaño y, en todos
los casos, se debe construir un acceso fácil para permitir la limpieza regular del
dispositivo, al que hay hacer un mantenimiento periódico. Estos diques pueden ser
metálicos o de gaviones.
Los diques metálicos consisten en unos perfiles anclados verticalmente en el
suelo que sostienen una especie de romanilla que no deja pasar los desechos y, al
desacelerar las aguas, provoca la sedimentación (figura N° XXX-3).
Los diques de gaviones son muros estables construidos de gaviones
dispuestos transversalmente y, lo mismo que los metálicos, permiten el paso del
VISTA FRONTAL SECCIÓN A-A
agua, impiden el paso de
A
desechos y provocan la
sedimentación. Se debe
tener en cuenta la
consiguiente elevación del

A nivel de las aguas hacia


arriba de los diques.
Figura XXX-3: dique metálico “transparente”
para retención de desechos flotantes y En la figura N° XXX-4
sedimentos.
se muestra un deflector de
grandes desechos flotantes
formado por la prolongación de la pared divisoria en
un cajón de dos celdas. Lo mismo se puede hacer con cajones de más celdas y con
tuberías múltiples de cualquier tipo de sección. En un cajón o tubería de gran
tamaño se puede colocar una pantalla rectangular en la prolongación de su eje,
colocando su comienzo algo separado de la boca del tubo, tal como se muestra en
la figura N° XXX-5.
Drenaje vial para ingenieros viales 285

PLANTA SECCIÓN A-A

Pared inclinada
deflectora de
desechos flotantes

Máximo 30°

A A

Zapata

Zapata

Figura XXX-4: pared inclinada para desviar y retener los desechos


flotantes.

PLANTA SECCIÓN A-A

Muro
A A
Zapata

Muro

Zapata

Figura XXX-5: muro deflector con un solo tubo.

En el caso de una alcantarilla cuya obstrucción puede causar daños severos,


además de las precauciones que se pueden tomar para impedir la acumulación de
desechos, se puede disponer de un aliviadero sobre el tubo, tal como se muestra en
la figura N° XXX-6. El diámetro del aliviadero debe ser suficiente para que permita
el alivio del gasto.
286 Drenaje vial para ingenieros viales

En el caso de que hubiera que


disponer el extremo aguas arriba
de la alcantarilla por debajo del
nivel del terreno natural, se
puede proteger la entrada
mediante una tanquilla cubierta
con una tubería metálica vertical
cuya entrada está restringida
por una reja metálica, tal como
Figura XXX-6: aliviadero sobre la se muestra en la figura N° XXX-
tubería para impedir que el nivel de
agua suba más arriba del nivel de 7. Este dispositivo trabaja
daños. tanto como desarenador que

PLANTA SECCIÓN A-A Pletina soldada


Marco
Reja soldada
Hueco circular Tubo metal
en la placa corrugado
Agujeros para
drenaje 20x8 cm
A A
Tubo metal
corrugado

Marco
atornillado

PLANTA DE LA REJA Placa


Relleno de
Reja soldada concreto
Pletina soldada

Tubo de metal
corrugado

Marco atornillado al La altura del dispositivo


concreto y el tubo la fijará el ingeniero

Figura XXX-7: trampa de sedimentos y desechos flotantes para tubos


enterrados. Fuente: Ref. (40)
Drenaje vial para ingenieros viales 287

trampa de sedimentos. El perímetro de la tubería debe ser suficiente para que,


trabajando como un vertedero, permita el paso del gasto de diseño. Si la altura del
agua sobre el tubo vertical es muy grande, este trabajará como un orificio.
Para tuberías de pequeño tamaño en que no se presenten grandes arrastres
de desechos y sedimentos se puede utilizar el dispositivo descrito en la figura N°
XXX-8, que consiste en varias piezas de concreto armado de sección cuadrada que
se colocan mediante unas cabillas de φ1” de forma que dejen pasar el agua entre
ellas.

PLANTA 0,15
Cabillas φ1”

A A Pieza de concreto

D D 1,5D

0,15

Hueco para la cabilla


D
4 Cabillas φ1”
(se puede seguir
aumentando la altura)

Figura XXX-10: retención de

D desechos para alcantarillas


de pequeños diámetros.
Fuente: Ref. (40)
Anclaje de
concreto

Figura XXX-8: retención de desechos para alcantarillas de pequeños


diámetros. Fuente: Ref. (40)

Para retener solamente grandes desechos flotantes o rocas, se puede usar


una especie de cerca formada por perfiles o tuberías de acero hincadas en el suelo
cuya separación dependerá del tamaño de los desechos que se pretenda controlar.
Esta cerca se dispondrá a cierta distancia aguas arriba de la boca de entrada de la
alcantarilla, teniendo en cuenta que la retención de desechos flotantes puede
provocar el aumento del nivel de las aguas (figura N° XXX-11). En el caso en que el
cauce no esté bien definido, se puede disponer la cerca de forma que proteja la
entrada de la alcantarilla por todos los costados.
A esta cerca se le puede añadir una viga que una el extremo superior de los
elementos verticales y uno o más travesaños intermedios. Si se espera la presencia
288 Drenaje vial para ingenieros viales

de grandes piedras, estos travesaños pueden ser sustituidos ventajosamente por


una guaya que amortigua los impactos.

PLANTA 906 VISTA FRONTAL


905

Perfiles 904
anclados 903

Anclajes

903 Viga metálica opcional

904 Travesaño opcional. Para detener


rocas, es mejor colocar una guaya.
905

906

Figura XXX-9: valla de retención de desechos flotantes y grandes


rocas.

En los cursos de agua se puede colocar transversalmente una guaya anclada


firmemente en las orillas y ligeramente por encima del nivel máximo de las aguas.
De esta forma, las ramas que lleguen flotando serán retenidas por ella y se
impedirá que lleguen a la alcantarilla o puente que esté colocado aguas abajo.
En las siguientes páginas se muestran cuatro estructuras metálicas tomadas
de la referencia (10) y destinadas a impedir que los desechos flotantes obstruyan
las alcantarillas.
Drenaje vial para ingenieros viales 289

Figura XXX-10: deflector de arrastres flotantes y cantos rodados. Fuente:


Ref. (10)
290 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura XXX-11: deflector de arrastres flotantes y cantos rodados. El tensor


de guaya soporta el impacto de los cantos rodados.
Fuente: Ref. (10)
Drenaje vial para ingenieros viales 291

Figura XXX-12: barrera inclinada de protección contra desechos flotantes.


Fuente: Ref. (10)
292 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura XXX-13: barrera de protección contra desechos flotantes.


Fuente: Ref. (10)
Drenaje vial para ingenieros viales 293

CAPÍTULO XXXI

SUBDRENAJES

El subdrenaje consiste en la expulsión del agua depositada en las capas


superficiales de los suelos, impidiendo que llegue hasta la base y ponga en peligro
el pavimento
Para evitar el deterioro que el agua subterránea puede causar a los
pavimentos no basta con aumentar su espesor, ya que el daño depende de la
presión de poros y el movimiento del agua. El agua en los suelos se comporta como
un flujo laminar en medio poroso, al cual se puede aplicar la ecuación de Darcy:
Q=K.i.A
donde Q es el gasto en m3/s; i es el gradiente hidráulico medido en la dirección del
flujo, expresado en m/m; A es el área de la sección transversal que se está
considerando, en m2, y K es una constante conocida como el coeficiente de
permeabilidad que depende de la naturaleza de los suelos.
Las aguas pueden llegar al pavimento siguiendo varias vías: a través de él;
por capilaridad desde la base; desde la subrasante y desde acuíferos adyacentes. En
las ciudades también son frecuentes las filtraciones de los servicios de cloacas y
acueductos. Las aguas subterráneas se drenan de varias formas: a través de la
base del pavimento, si esta es lo suficientemente porosa; por evaporación; pasan a
otras zonas del suelo por infiltración lateral; percolan hacia la subrasante; por el
fenómeno del “bombeo”, a través de las grietas del pavimento y, por último y
principal, por el subdrenaje cuando existe.
Los gastos que entran al pavimento dependen de las precipitaciones de la
zona; de la permeabilidad de los suelos y del estado del pavimento (grietas, juntas,
porosidad del mismo, pendientes, etc.). El gasto que suele resultar más importante
es el proveniente de la humedad del suelo y de las corrientes de agua subterráneas
pero, aunque no es difícil de calcular, exige establecer el gradiente hidráulico y
determinar el coeficiente de permeabilidad de los suelos, estudios que pocas veces
se realizan en el momento del proyecto o de la construcción, a menos que exista un
problema grave apreciable a simple vista. En la etapa del mantenimiento, debieran
llevarse a cabo estos estudios siempre que el problema de la presencia del agua
subterránea lo amerite.
Para drenar estas aguas subterráneas se disponen capas de material granular
filtrante, como la base del pavimento, tuberías de concreto perforadas y colocadas
en zanjas rellenas con el mismo material o una combinación de las dos soluciones
anteriores. El material filtrante debe tener un coeficiente de permeabilidad de por lo
menos 1 cm/seg. para que rompa la capilaridad y permita la salida del agua a su
través. Este material debe quedar aislado del suelo por medio de un geotextil, de
forma que el flujo no arrastre los finos del suelo hacia la capa filtrante y la
contaminen, ya que ello puede llenar sus vacíos e impedir el drenaje del agua
subterránea.
294 Drenaje vial para ingenieros viales

Existen muchas formas de drenar el subsuelo: bombeo mediante pozos (well


points), túneles, pilotes de arena, etc. Sin embargo, todos esos métodos son
complicados, exigen de la intervención de especialistas y necesitan ser observados y
mantenidos. Las formas más utilizadas de subdrenaje son la zanja drenante y la
capa permeable, las cuales se muestran combinadas en la figura N° XXXI-1 de la
siguiente página. En la etapa de mantenimiento y cuando el problema no es muy
grave, se puede aplicar una de estas soluciones o ambas a la vez aunque no se
haya hecho un estudio serio del problema. Se deberá ser generoso en el
dimensionamiento, pues como la construcción no es muy costosa, es mejor
sobrestimar la solución que quedarse corto.
En la Ref. (8) se recomienda la siguiente granulometría para el material
filtrante de los subdrenajes:

CEDAZO % QUE PASA, EN PESO


1,5 “ 100
0,5 “ 50-100
Nº 4 30-55
Nº 10 15-35
Nº 20 5-20
Nº 40 0-12.5
Nº 100 0-5
Nº 200 0-2
Drenaje vial para ingenieros viales 295

Talud
Capa drenante Flujo de la
Cuneta revestida plataforma
Pavimento

Min.
Mortero 0,20 m
e= 8 cm

Zanja Geotextil si solamente


drenante hay zanja

Geotextil si solamente
hay capa drenante

Geotextil en todo el contorno

Flujo del
talud Min. 0,60 m
Tubería perforada
φ min. 0,15 m
Figura XXXI-1: Combinación de zanja drenante con capa
filtrante, construidas con material granular filtrante.
296 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO XXXII

LAS CARRETERAS Y LOS RÍOS

Pareciera que los ríos, por ser creaciones de la naturaleza, no debieran


necesitar ningún mantenimiento. Esto puede ser cierto en las regiones en que el
hombre no tiene presencia, donde los cambios del curso de los ríos constituyen
modificaciones geomorfológicas que conducen a formar un nuevo paisaje. Sin
embargo, donde estos cambios pueden afectar a la población humana, se hace
necesario intervenir para protegerla.
La humanidad, desde los comienzos de las sociedades sedentarias, se ha
asentado en las proximidades de los ríos, ya que estos le brindan agua y, en
muchas ocasiones, le sirven como vías de comunicación. Adicionalmente, las
llanuras de inundación brindan tierras fértiles y relativamente planas que facilitan
los cultivos. Esta proximidad a los ríos ha producido en muchas ocasiones lo que se
llaman “catástrofes naturales”, cuando en realidad la “catástrofe” la representan la
presencia del hombre y sus intervenciones del medio ambiente realizadas para
mejorar su vida.
La hidráulica fluvial es una de las más difíciles ramas de la hidráulica, por lo
que este capítulo se limitará a hablar someramente de algunos problemas en que
ella interviene, no con la intención de capacitar al ingeniero para que pueda
resolverlos, sino para que tenga una noción más clara de lo que puede representar
una intervención desafortunada en un río. Más adelante se brindarán algunos
conocimientos que puedan resultar útiles a los ingenieros encargados del
mantenimiento vial cuando tengan que bregar con los ríos que cruza una carretera o
que discurren en sus proximidades. El mejor consejo que se puede dar es que, en
caso de dudas, se acuda a un ingeniero experto en hidráulica fluvial, ya que no
todos los ingenieros hidráulicos manejan esta especialidad.
Los ríos se parecen en sus reacciones a los seres vivos, pues están en un
constante proceso de evolución. Su caudal es cambiante y sus características
geométricas están en una situación de equilibrio inestable en el que intervienen el
caudal, la pendiente, la velocidad del agua, el arrastre de sedimentos y sus
características, la geología, etc. Un cambio en uno de estos elementos produce un
ajuste de todos los demás para lograr el equilibrio. Las actividades humanas en sus
inmediaciones representan otro factor de cambio. Es por todo ello que la hidráulica
fluvial es una de las más difíciles ramas de la hidráulica.
En este capítulo se va a hablar someramente de algunos problemas en que
interviene esa ciencia, pero solamente con la intención de que el ingeniero vial
pueda tener una noción más clara de los problemas que representa una
intervención desafortunada en un río. También se brindarán algunos conocimientos
que puedan resultar útiles a los ingenieros encargados del mantenimiento vial
cuando tengan que bregar con los ríos que cruza la carretera o que discurren en sus
proximidades. El mejor consejo que se puede dar es que, en caso de dudas, se
acuda a un ingeniero hidráulico experto en hidráulica fluvial, ya que no todos los
ingenieros hidráulicos manejan esa especialidad.
Drenaje vial para ingenieros viales 297

La humanidad, desde los comienzos de las sociedades sedentarias, se ha


asentado en las proximidades de los ríos, ya que estos le han brindado agua y, en
muchas ocasiones, le sirven como vías de comunicación. Adicionalmente, las
llanuras de inundación brindan tierras fértiles y relativamente planas que facilitan
los cultivos. Esta proximidad con los ríos ha producido en muchas ocasiones lo que
se llama “catástrofes naturales”, cuando en realidad la “catástrofe” la representan la
presencia del hombre y sus intervenciones en el medio ambiente realizadas para
mejorar su vida.
Una forma de invasión de los ríos y las llanuras de inundación son los cruces
de los ríos por parte de las carreteras: las constricciones del cauce provocadas por
los puentes; el enderezado de los cauces para su embocadura; los terraplenes de
acceso que llegan a invadir el propio cauce; los trabajos de estabilización de las
márgenes, etc. Mientras que el caudal del río es normal, estos trabajos no producen
ningún problema, pero requieren protección cuando se presentan las crecientes.
También hay invasiones de ríos no relacionadas con el cruce de los cauces:
las llanuras de inundación constituyen una alternativa fácil y económica para el
trazado de la carretera y, en ocasiones, constituyen la única ruta posible; en ciertas
oportunidades, como puede suceder en el ensanchamiento de una vía existente, se
rellena una parte del cauce del río; otras veces, un tramo del curso del río es
enderezado, eliminando meandros para dar paso a la carretera; etc.
Los principales factores que afectan a los ríos aluviales son los siguientes:
‰ Gasto líquido.
‰ Gasto sólido o carga de sedimentos.
‰ Pendiente longitudinal.
‰ Coeficiente de resistencia del fondo y las riberas.
‰ Vegetación.
‰ Geología y tipos de sedimento.
‰ Intervenciones del hombre.
Los ríos son grandes transportadores de sedimentos. El aumento de
capacidad de arrastre producida por la creciente provoca una socavación
generalizada que hace que el fondo del río descienda y la corriente transporte los
sedimentos. Al disminuir la velocidad por el descenso del nivel de las aguas, el río
depone el exceso de sedimentos y deja el nivel del fondo en los mismos niveles en
que estaban antes de la creciente.
Este fenómeno obliga a que cualquier obra que se haga sobre un río esté
fundada por debajo de la profundidad de la socavación pues, de otra forma, esta
eliminará el soporte del suelo y provocará el colapso de la estructura.
En las curvas se forma una corriente helicoidal que provoca socavación en el
borde exterior y sedimentación en el interno, resultando un “pozo” y una playa
(figura XXXII-1).
298 Drenaje vial para ingenieros viales

Cuando baja la creciente, en los

Altura normal
tramos rectos se deposita más
sedimento que en las curvas,
formando lo que se llama un vado,
Thalweg
pues es en esa zona por donde
Playa
se puede cruzar el río con más
Figura XXXII-1: corriente facilidad. A la línea que une los
helicoidal en las curvas. puntos más profundos de cada

PLANTA sección transversal se la conoce


2 Thalweg 6 como thalweg.

En la figura XXXII-2 se

1 3 5 muestra el croquis del perfil

Vado Vado 7longitudinal del thalweg de un río y


sus secciones transversales.
4
PERFIL DEL THALWEG
32.1. EFECTO DE LAS CARRETE-
RAS SOBRE LOS RÍOS

La construcción de una
1 2 3 4 5 6 carretera
7 tiene efectos sobre la
SECCIONES SECCIONES hidráulica y la geomorfología de los
1, 3, 5 y 7 2, y 6
ríos, tanto a corto como a largo
plazo.
SECCIÓN 4
32.1.1 Efectos en el corto
plazo.
La contracción del cauce por
Figura XXXII-2: perfil de un río. efectos de la construcción de la

carretera generalmente provoca

socavación generalizada del fondo y localizada en ciertos puntos, depositándose los


sedimentos así removidos en las cercanías, aguas abajo de la contracción.
Como consecuencia de la deforestación y remoción de tierra en las
actividades de la construcción, muchas áreas se hacen pasibles de erosión. Así, a
menos que haya un gran control durante la construcción, la escorrentía superficial
arrastra los sedimentos y aumenta la sedimentación en los cauces.
Drenaje vial para ingenieros viales 299

Los sedimentos en suspensión pueden, también, causar daños importantes a


la biomasa de la corriente, ya que ciertas especies solamente pueden soportar
grandes cantidades de sedimentos durante un corto tiempo.
321.2 Efectos a largo plazo
Frecuentemente es necesario enderezar el cauce del río para alinearlo con la
embocadura del puente. Estas obras generalmente causan un estrechamiento del
cauce y acortan el recorrido del flujo, por lo que disminuye la sección transversal,
aumenta la pendiente y, como consecuencia, aumenta la velocidad del agua. Ello, a
su vez, provoca un aumento de la socavación aguas arriba y la deposición de
sedimentos en donde se recuperan las condiciones normales del río aguas abajo.
Si el tramo estrechado es largo, puede producirse una notable disminución de
la altura del perfil del agua. Esto afecta a significativamente a los cauces tributarios
que descargan en él pues, al disminuir la altura del agua en el canal principal, el
gradiente hidráulico de los tributarios aumenta y, por consiguiente, aumenta la
velocidad del agua y el arrastre de sedimentos provoca la socavación generalizada
de su cauce. En casos extremos, esto puede provocar la falla de estructuras en los
tributarios, tal como los puentes.
32.2 EFECTOS DE LAS MODIFICACIONES DE LOS RÍOS SOBRE LAS
CARRETERAS
Puesto que los ríos están en una continua evolución, se debe considerar
también la acción de los ríos sobre las estructuras de las carreteras. Esto es
especialmente cierto cuando las modificaciones provienen de la intervención del
hombre sobre los cauces. Estas intervenciones pueden ser, por ejemplo:
a) El desvío de aguas desde o hacia un río: el cambio del gasto cambia la
capacidad de arrastre de sedimentos de la corriente. Especialmente en el
segundo caso, en que la socavación puede atacar el fondo y las riberas y
destruir las estructuras a lo largo del cauce.
300 Drenaje vial para ingenieros viales

b) Construcción de represas para


almacenamiento de agua o para el
Perfil del agua con el dique
control de inundaciones (figura XXXII-
Perfil del agua 3): las represas sirven como un decan-
original
tador de los sedimentos del río. Hacia
aguas arriba, al aumentar la altura del
agua, provocan una disminución del
Figura XXXII-3: Perfil del agua
provocado por un dique. gradiente del río y, como consecuen-
cia, disminuye su velocidad y aumenta
la sedimentación. Las aguas que salen
de la represa no llevan sedimentos,
1 2 por lo que su capacidad de arrastre

L2
aumenta considerablemente, produ-
ciéndose una fuerte socavación aguas
abajo.
cc) Cortes de meandros (figura XXXII-4):
L1 La distancie entre los puntos 1 y 2,
medida a lo largo del cauce, es L1.
Figura XXXII-4: diferentes
longitudes de recorrido en el
corte de un meandro.

Al modificar el meandro introduciendo el corte en línea recta, la distancia


entre los puntos 1 y 2 queda reducida a L2. Puesto que el desnivel Δh entre esos
puntos no ha variado, la pendiente aumentó (Δh/L1<Δh/L2) y, por
consiguiente, la velocidad del flujo también aumentó. Esta modificación
provoca la socavación generalizada del cauce, pudiendo causar la falla de
estructuras situadas a lo largo de él o, en la búsqueda de un nuevo equilibrio, el
río puede generar nuevos meandros aguas abajo.
d) Extracción de arena y grava: esta explotación cambia los tamaños de los
sedimentos, variando así el equilibrio del cauce.
e) Canalización y revestimiento del cauce: la disminución del coeficiente de
rugosidad del contorno acelera las aguas, lo que provoca socavación
generalizada aguas arriba y sedimentación aguas abajo, cuando disminuye la
velocidad del flujo.
Drenaje vial para ingenieros viales 301

32.3 EL MANTENIMIENTO PREVENTIVO DE LOS CAUCES NATURALES


En el próximo capítulo se describirá varios métodos para proteger las riberas
de los ríos. Muchos de estos métodos son de difícil (cuando no imposible) aplicación,
si los daños producidos por las aguas son graves y, en todos los casos, muy
onerosos.
Es por ello que, como en todo tipo de mantenimiento, es imprescindible la
realización de inspecciones periódicas a todos los cursos de agua próximos a las
carreteras. Esta es una actividad relativamente económica, especialmente si se
compara con los elevados desembolsos que implican la protección de una ribera con
espigones o, incluso, la caída de un puente por la socavación de sus bases.
302 Drenaje vial para ingenieros viales

CAPÍTULO XXXIII
MANTENIMIENTO DE LOS CAUCES NATURALES

Como consecuencia de la inestabilidad de los ríos, tanto la natural como la


provocada por la intervención humana, las obras construidas en sus inmediaciones
pueden sufrir los embates de las crecientes y poner en peligro la integridad física de
las estructuras, especialmente las de las carreteras. Para protegerlas se deben
aplicar acciones de mantenimiento, generalmente preventivo.
La sedimentación produce el desbordamiento de los ríos como consecuencia
de la disminución del área de la sección transversal, mientras que la socavación
arrastra los sedimentos produciendo el cambio en el alineamiento horizontal y el
perfil longitudinal del río, especialmente en las curvas. El aumento de la socavación
trae también como consecuencia una deposición de sedimentos aguas abajo, donde
las condiciones del cauce vuelven a ser las normales.
Una vez más se recomienda la prudencia y acudir a un especialista cuando
haya dudas sobre algún problema.

33.1. PROTECCIÓN DE LAS RIBERAS


Es usual que las márgenes de los ríos, especialmente los de llanura, estén
conformados por barrancas casi verticales. La tendencia de los ríos a cambiar su
curso produce muchas veces el ataque de las aguas a dichas barrancas, generando
peligro en estructuras existentes en sus inmediaciones, tales como el cuerpo de una
carretera que corra paralela al río o los estribos de un puente. En esos casos es
necesario aplicar acciones de mantenimiento para obligar al río a mantener su curso
o proteger la carretera. Las medidas de protección pueden ser de varias clases:
1) protección mediante limpieza del cauce y siembra de plantas;
2) protección de curvas mediante el retardo de las aguas en la orilla;
3) protección mediante espigones y
4) protección mediante cubiertas duras.
33.2. PROTECCIÓN MEDIANTE SIEMBRA DE PLANTAS
Si los problemas son incipientes, descubiertos a tiempo mediante las
inspecciones, se debe comenzar por la limpieza del cauce retirando los árboles
caídos y otros obstáculos que puedan provocar el desvío de la corriente.
Si los gastos son moderados, las riberas pueden ser protegidas mediante
reforestaciones con plantas resistentes al agua. Por ejemplo, se puede sembrar
bambú o arbustos en las riberas y gramíneas en los terraplenes.
33.3. PROTECCIÓN MEDIANTE EL RETARDO DE LAS AGUAS
Una forma de proteger las riberas es desacelerar las aguas que entran en
contacto con ellas, sustituyendo la socavación por la deposición de sedimentos. Esta
desaceleración se consigue mediante elementos como cercas, tetraedros, jacks,
espigones transparentes o espigones impermeables.
Drenaje vial para ingenieros viales 303

33.3.1 Protección mediante cercas


Las curvas pueden protegerse mediante una cerca construida con postes de
madera con diámetro entre 20 y 30 cm, rieles o tuberías de acero de desecho, o
postes prefabricados de concreto (figura XXXIII-1). La distancia entre sus ejes debe
ser entre 1,8 y 2,0 m. Su cabeza debe estar entre 1,5 y 1,8 m por encima del nivel
normal del agua y la mitad de su longitud debe estar hincada por debajo del nivel
de socavación.
Los postes soportarán una tela metálica fuerte colocada en el lado que da
hacia el agua, la cual retendrá un relleno de malezas, ramas, etc. que amortiguará
la velocidad del agua. En su borde inferior, la tela metálica estará doblada sobre el
fondo del río con un ancho igual a la socavación esperada y llevará sujetos unos
pesos hechos con bloques de concreto, de forma que, cuando se presente la
socavación, la tela metálica adopte la posición vertical e impida la salida de la
maleza.
Al disminuir la velocidad del agua por la presencia de la maleza, se provoca la
sedimentación, con lo cual se regenera la orilla.
304 Drenaje vial para ingenieros viales

PLANTA SECCIÓN A-A


A Nivel normal

Cerca
A Relleno de
maleza
a
Pie de la barranca a≈ prof. Fondo del río
socavación
Borde superior Tela metálica

1,5 a 1,8 m por Peso de concreto


encima de la
altura normal Poste
del agua

Cuando se produce socavación, el peso obliga


a la cerca a adoptar la posición vertical

VISTA FRONTAL 1,8 a 2,0 m

Fondo del río

Socavación esperada

Pesos de
concreto

Figura XXXIII-1: cerca de protección en una curva.


Fuente: Ref. (45)

33.3.2 Protección mediante jacks y tetraedros

Los jacks son estructuras formadas por tres barras perpendiculares entre sí
firmemente unidas, construidas con rieles de ferrocarril de desecho, trancos de
madera o piezas de concreto (figura XXXIII-2). Para aumentar su resistencia al
flujo, se enrolla un alambre firmemente sujetado a las barras.

Los tetraedros son estructuras metálicas con esa forma geométrica, la cual se
refuerza mediante barras que unen el centro de sus lados.
Drenaje vial para ingenieros viales 305

Estas estructuras se colocan a lo largo de la barranca o en las zonas que se


quiere proteger, separadas entre sí por una distancia máxima igual a su propia

JACK TETRAEDRO longitud. Puesto que pue-


den ser arrastradas por la
corriente, es necesario su-
jetarlas mediante un cable
que se amarra a ellas y,
en sus extremos, a unos
“muertos”, es decir, a
Figura XXXIII-2: jack y tetraedro.
unas piezas de concreto
Fuente: Ref. (47)
enterradas en el suelo.

Una forma de inducir al flujo a adoptar un camino seleccionado es disponer


los jacks o tetraedros cubriendo una superficie amplia, aumentando así su
coeficiente de rugosidad, tal como se muestra en la figura XXXIII-3.

Curso actual Los jacks y los tetraedros se


colocan en fila no dejando espacios
entre ellos mayores que sus propias
dimensiones. Su inclinación con
respecto a la barranca es de
Trazado seleccionado
Líneas de jacks o tetraedros
aproximadamente 45° hacia aguas
abajo. La separación entre hileras
Figura XXXIII-3: aumento de la
rugosidad para encauzar un río. estará entre 15 y 60 m.
Se dispondrá una hilera a lo largo del borde del cauce proyectado. Este método será
eficaz si las aguas arrastran bastantes desechos flotantes y la concentración de
sedimentos es alta.

33.4. PROTECCIÓN MEDIANTE ESPIGONES

Los espigones son construcciones que salen de la orilla del río y penetran en
la corriente para desviarla, impedir su choque con la orilla y producir
remansos que provoquen la sedimentación. Se colocan perpendiculares a la orilla en
los tramos rectos y ligeramente inclinados hacia aguas abajo, en las curvas (figura
XXXIII-4).
306 Drenaje vial para ingenieros viales

ENCAUZAMIENTO DE UN TRAMO RECTO


Hay dos tipos de
Pie barranca Curso actual Puente
espigones: permeables o
transparentes e impermea-
bles. Los primeros dejan
pasar el agua a su través
y, al frenar la velocidad del
Curso modificado Espigones agua, provocan la sedi-

ENCAUZAMIENTO DE UN TRAMO EN CURVA mentación, mientras que

Pie barranca y
los segundos son macizos
curso actual y no dejan pasar el agua a
su través, provocando un
Curso modificado
remanso entre cada dos
Espigones
espigones consecutivos (fi-
gura XXXIII-7). Estos últi-
mos suelen estar termina-
Figura XXXIII-4: modificación del curso de dos por extensiones para-
un río mediante espigones.
lelas al flujo, formando
una L o una T.
33.4.1. Espigones transparentes

La función de estos espigones es dejar pasar el agua a través de ellos,


reteniendo algunos desechos flotantes los que, al dificultar el paso del agua,
provocan una desaceleración del flujo y la consiguiente sedimentación. Según la
literatura disponible, estas estructuras pueden resultar eficaces y son mucho más
económicas que otras soluciones. Desgraciadamente no parece haber experiencias
en el país acerca de su uso.
El más sencillo de todos consiste en una sola fila de postes clavados en el fondo y
unidos en su extremo superior por una pieza longitudinal, los cuales soportan una
tela metálica, tal como lo descrito en la figura XXXIII-5.
Debe asegurarse de que los postes están suficientemente enterrados en el
fondo pues, de otra manera, las crecientes los arrastrarían.
Drenaje vial para ingenieros viales 307

Otra forma de espigón transparente es


un armazón formado por una doble fila de
postes entrelazados, la cual lleva una tela
metálica en la cara que recibe la corriente y
puede llevar en su interior una cesta de tela
metálica llena de piedras de gran tamaño, a
manera de un gavión (figura XXXIII-6).
Figura XXXIII-5: espigón
transparente de una sola Estos espigones son muy efectivos
fila. Fuente: Ref. (46) cuando la velocidad del agua es moderada y

PLANTA PARCIAL SECCIÓN TRANSVERSAL

Tela metálica
o alambre
de púas
≈ 2,40 Var.

Cesta o gavión
de alambre con
≈1,80 Tela metálica piedras grandes
o alambre (opcional)
de púas

Figura XXXIII-6: espigón transparente con dos filas de


postes. Fuente: Ref. (46)

hay gran cantidad de sedimentos suspendidos, pues la desaceleración en esas


condiciones será suficiente para provocar la sedimentación. Sin embargo, no son
muy útiles cuando la velocidad del agua es muy alta o la corriente tiene pocos
sedimentos en suspensión, condiciones en las que la protección de las riberas y el
desvío de la corriente solamente será parcial.
Solamente pueden ser usados en ríos de profundidad moderada, condición
impuesta por la longitud de los postes disponibles. La longitud de los espigones la
fijan la distancia entre la barranca y el borde del cauce que se pretende obtener, la
profundidad del agua y la longitud de los postes.
El espacio entre dos espigones adyacentes puede estar entre tres y treinta
veces la longitud del espigón situado aguas arriba (46), haciendo la salvedad de que
son más efectivos cuando están más cercanos entre sí.
308 Drenaje vial para ingenieros viales

33.4.2. Espigones impermeables


Los espigones impermeables alejan la
corriente de las márgenes en peligro,
obligando a las aguas a seguir una ruta
Borde actual Líneas de corriente
predeterminada. También provocan la
sedimentación pero por medios diferentes
que los transparentes: en este caso, se
Borde proyectado Espigón
forma un remanso entre los espigones
consecutivos y, como consecuencia, se
Figura XXXIII-7: funcionamiento
de los espigones impermeables.

E F

G H

Eje de
b b la vía

d B A
b<a<2b
1,0 m < b < 5,0 m
0,5 b < c < 1,5 b
b<d<3b

D C
Variable

Figura XXXIII-8: espigón impermeable insumergible. Fuente: Ref. (47)


Drenaje vial para ingenieros viales 309

provoca la sedimentación y el relleno del espacio, cubriéndose posteriormente de


vegetación que contribuye a la consolidación del relleno (figura XXXIII-7).
El extremo del espigón puede terminar sencillamente como un terraplén o con
prolongaciones a 90°, adoptando la forma de L (como en la figura) o T. En la figura
XXXIII-8 se muestra la planta de un espigón en forma de T (47). Las medidas dadas
en ella son indicativas, por lo que hay que adaptarlas a las condiciones del sitio.
El cuerpo del espigón puede ser construido con el mismo material que los
terraplenes de la carretera y la pendiente de los taludes será, por lo menos, de
1,5:1. Su altura debe ser suficiente como para que no quede sumergido durante las
crecientes.
El coronamiento y los taludes de tramos A-B-C y F-G-H se reforestarán con
gramíneas de fuerte arraigo, adaptadas al hábitat local. La parte más vulnerable es
el extremo, formado en este caso por el tramo C-D-E-F que está en dirección de la
corriente, por lo que, o bien se construirá todo él como un piedraplén, o bien se
protegerá fuertemente el terraplén con un enrocado del tamaño descrito en el
punto 24.1 del capítulo XXIV y sobre el que se volverá a hablar más adelante.
La fundación será una capa de concreto pobre o ciclópeo, de roca o de
gaviones que llegue hasta una profundidad p tal que entre 0,25h < p < 0,75h,
siendo h la diferencia de altura entre el tirante de la máxima creciente y el del
estiaje. Esta profundidad deberá ser aumentada cuando el caso lo requiera.
Otra forma de construir un espigón es mediante gaviones. Aunque los de este
tipo son permeables, no necesitan de los desechos flotantes para su
funcionamiento, por lo que se comportan como espigones impermeables. En la
descripción que de ellos hacen en la referencia (47), los gaviones van apoyados
sobre el suelo. Sin embargo, parece prudente que, bajo ellos, se construya un
“colchón” de gavión, es decir, un gavión cuya base es grande y su altura es del
orden de los 30 cm, el cual es construido en el país bajo licencia de una firma
extranjera.
Estos colchones sobresalen una distancia W de los gaviones y se deforman
fácilmente, adaptándose a la forma del suelo cuando se produce la socavación e
impidiendo de esta manera que ella ataque a la estructura. La distancia W debe ser
igual o mayor que dos veces la profundidad de la socavación, con un valor mínimo
de 4,00 m.
Como se puede apreciar en la figura XXXIII-9, los gaviones se construyen
trabados (unos colocados longitudinalmente y otros transversalmente) de forma que
ofrezcan una mayor estabilidad. Los espacios que queden entre los gaviones y la
barranca se rellenan de roca suelta para impedir que el agua corra libremente por
los huecos.
310 Drenaje vial para ingenieros viales

PLANTA

A A

Relleno de rocas
SECCIÓN A-A

W ≥ 2d
Wmin= 4,00 m

d
Colchón de gavión El colchón se adapta
a la socavación

Figura XXXIII-9: espigón de gaviones. Fuente: ref. (47)

33.5. PROTECCIÓN MEDIANTE CUBIERTAS DURAS

En muchas ocasiones, lo que se pretende es solamente proteger una margen


del río que esté siendo atacada por la corriente. En estos casos se usan
recubrimientos no erosionables, tal como los enrocados, los colchones de piedras o
de losas de concreto.
33.5.1. El enrocado
El enrocado se construye tal como fue descrito en el capítulo XXIV, con un
tamaño adecuado de las piedras, evitando la disgregación de los diferentes tamaños
y con sus bordes de la forma descrita.
Sin embargo, si el río tiene un caudal de estiaje considerable, tal vez no sea
Drenaje vial para ingenieros viales 311

posible construirlo de esa manera. Este inconveniente se soluciona disponiendo a


todo lo largo del pie de la margen a proteger una zanja que se rellena de piedras
del tamaño indicado en el citado capítulo, tal como se puede ver en la figura XXXIII-
10. Al producirse la socavación, las piedras se desplazan junto con ella y
constituyen una nueva coraza que impedirá su progreso hacia la barranca. El
tamaño de la zanja depende de la profundidad de socavación esperada,
considerándose suficiente un ancho del lecho W>2d

Zanja rellena
de piedras

Las piedras
se acomodan
después de la
socavación W

Figura XXXIII-10: zanja rellena


de piedras. Fuente: Ref. (46)

(d= profundidad de la socavación esperada) o W ≥4,00 m. Es conveniente perfilar el


talud con una pendiente que sea estable cuando el nivel de la corriente desciende.
La zanja puede no estar al pie de la barranca: en ríos de tamaño medio a
grande se la puede construir por encima del nivel de las aguas a todo lo largo y,
cuando la barranca sea erosionada hacia la zanja, las rocas se deslizarán hacia
abajo pavimentando la socavación resultante.
También se puede depositar las piedras sin excavar la zanja y, cuando se
produzca la socavación, ellas se deslizarán hasta su fondo, protegiendo la barranca.
Las piedras pueden ser sustituidas por sacos llenos de una mezcla de arena y
cemento.
33.5.2. Protección con colchones de gavión

Cuando el tamaño de las piedras disponibles es menor al indicado para la velocidad


del agua, se puede proteger la barranca con un colchón de gavión, esto es, un
gavión de gran base y pequeña altura (figura XXXIII-11). La protección del pie se
proporciona exten-diendo el colchón por el fon-do un ancho W igual a dos veces la
socavación espera-da o, por lo menos, cuatro metros de ancho. Es nece-sario
disponer un geotextil entre el colchón y el suelo para que sirva de filtro.
312 Drenaje vial para ingenieros viales

Colchones Nivel máximo


esperado 4,00 m ≤ W ≥ 2d

Pendiente ≥ 1,5:1
W

Cable d
Colchón después
Geotextil de la socavación

Figura XXXIII-11: protección mediante un


colchón de gavión. Fuente: Ref. (46)

La pendiente del talud será igual o menor de 1,5:1. Estos colchones se


sujetan al piso mediante cables anclados. Es de hacer notar que, si la corriente
arrastra guijarros y rocas, estos pueden romper el alambre de los colchones y
destruir la protección. También puede ser un problema la oxidación de los alambres.
33.5.3. Protección mediante colchón de losas de concreto
Funciona de forma parecida a la anterior, solo que, en lugar del colchón de
gavión, se emplea uno de losetas de concreto colocadas al tresbolillo, con un
refuerzo metálico que forma ojales en los extremos mediante los que se sujetan
entre sí por medio cables o cabillas (figura XXXIII-12). La nomenclatura W y d
representa lo mismo que antes. A este colchón también se le debe colocar un
geotextil entre las losas y el suelo para impedir que las aguas arrastren los finos
por las aberturas.
Más adelante se muestra la tabla XXXIII-1 que puede resultar útil para la
selección del método de protección más conveniente en cada caso.
Drenaje vial para ingenieros viales 313

Cables o PLANTA SECCIÓN DE LAS LOSAS


cabillas Q

Refuerzo metálico
Variable

Refuerzo metálico
Ojal

Cables o
cabillas
Refuerzo
metálico Nivel máximo esperado

Geotextil

Cables longitudinales d

Posición de las losetas


después de la socavación

Figura XXXIII-12: colchón de losetas de concreto


articuladas. Fuente: Ref. (46)

33.6. EMBOCADURAS

Los ríos pueden cambiar de curso sin que haya ninguna causa aparente. Las
crecientes suelen correr ocupando todo el álveo y, a veces, parte de la llanura de
Cauce original por la inundación. Si embargo, cuando el gasto
es mediano su curso puede ser inestable: en
Cauce modificado los ríos torrenciales, el río corre por diferentes
cauces posibles dentro del álveo; a veces, en
Socavación del ríos que tienen un cauce recto y muy amplio,
terraplén adoptan cursos trenzados poco estables, tal
como en los conos de deyección. En los ríos de
llanura, pueden producirse cambios en su
Socavación
curso formación de nuevos meandros.
localizada

Figura XXXIII-13: nuevo


curso de un río.
314 Drenaje vial para ingenieros viales

GUÍA PARA LA SELECCIÓN DE MÉTODOS PARA LA PROTECCIÓN DE MÁRGENES Y CAUCES


Fuente: Ref. (47)
X= APLICABLE; *= PROTECCIÓN DE BARRANCAS EN LLANURA DE INUNDACIÓN;
#= DONDE NO HAY DISPONIBLES PIEDRAS DE GRAN TAMAÑO
MEJORAS AL

ESPIGONES RETARDOS CAMPOS DE JACKS PROTECCIÓN DE LAS MÁRGENES


CAUCE

ENROCA-
MADERA

MADERA

MADERA
TIERRA

JACKS/
COLCHONES

TETRA-
EDROS

ACERO
TIPO DEL ZANJA

DE
ENRO-
DO
DE

DE

DE

DE

DE
RÍO CON
CADO GAVIO- CON-
ROCAS
NES CRETO

Meandros X X * * X X * X
Trenzado X X X * * X X X * X
Recto X X * X X X *
Meandros X X X X X X X X X X X X
Trenzado X X X X X X X X X X X X
Recto X X X X X X #
Meandros X X X X X X X #
Trenzado X X X X X X X #
Recto X X X #
Drenaje vial para ingenieros viales 315

Por ese motivo, aunque un puente haya estado


trabajando correctamente durante muchos
años, es posible que, a partir de un cierto
momento, pueda sufrir los embates de las
crecientes como consecuencia del cambio de
y curso del río.
0 Y En oportunidades (figura XXXIII-13),
Q esos cambios pueden producir que la corriente
choque con el terraplén de la carretera más
allá del puente y, como consecuencia, corra
paralela y pegada a él, lo cual puede producir
varias consecuencias: a) socavación en el
x (x,y) terraplén; b) socavación del terraplén detrás
L
de los estribos del puente y c) como
consecuencia del cambio de dirección de la
corriente, aumento de la socavación localizada
en los apoyos del puente, incluidos los estribos.
Todos estos efectos se pueden contrar-
restar mediante la construcción de una
embocadura formada por dos espigones con
X
forma de cuarto de elipse, según la figura
Carretera XXXIII-14, que evita la separación de la lámina
por el cambio de dirección y la consiguiente
turbulencia. Esta curva tiene la siguiente
Fogura XXXIII-14: esquema ecuación:
de la elipse. y= (0,16 L2 – 0,16 x2)1/2 [XXXIII-1]
donde L= abscisa del extremo de la curva.
x, y= abscisa y ordenada de un punto.
La pendiente de los taludes estará
comprendida entre 1,5:1 y 2,5:1. El tramo B-C
de la figura XXXIII-15 debe ser construido con
316 Drenaje vial para ingenieros viales

1,5b<R<3b
R
Q

C B

3<b<5m
b

Talud de pendiente
entre 1,5:1 y 2,5:1

D A

Figursa XXXIII-15: esquema


de un espigón. Fuente: Ref.
(47)

un piedraplén, ya que es la parte más expuesta del espigón. La parte A-B puede ser
construida como un terraplén de material aluvial y debe ser protegida mediante un
enrocado de dimensiones adecuadas. En ambos casos se debe fundar por debajo de
la cota de socavación. El tramo C-D puede ser reforestado mediante gramíneas
adaptadas al medio.
La determinación de la longitud L es fundamental en el diseño y depende de
las velocidades del agua, del caudal del río y del de su llanura de inundación.
Según la publicación “Hydraulics of Bridge Waterways” del Bureau of Public
Roads, mencionada en la referencia (47), esta longitud L, expresada en pies, se
puede obtener de la figura XXXIII-18, a la cual se entra con los siguientes
parámetros, los cuales vienen explicados en la figura XXXIII-16:
Q = gasto total del río, en m3/s.
Qf = gasto del río, en m3/s, que circula por la llanura de inundación del lado del
espigón y es interceptado por el terraplén de la carretera.
Q100= gasto en m3/s de una sección de 30 m (100 pies) de ancho, medidos desde el
estribo del puente. Q100= (Q-Qf)x30/b
b = luz del puente, en m.
An2 = área mojada en el cauce en el caso en que no existiera el puente, en ft2.
Vn2 = velocidad ficticia= Q/An2, expresada en pies por segundo, donde Q se
expresa en pies cúbicos por segundo y An2 en pies cuadrados.
Drenaje vial para ingenieros viales 317

Qf Q100

30 m

L QF Q100

30m

0,4 L b

PLANTA SECCIÓN TRANSVERSAL


Figura XXXIII-16: parámetros para determinar L.

La longitud L se obtiene entrando en las ordenadas de la figura XXXIII-17 con


la relación adimensional Qf / Q100, se corta la curva correspondiente a Vn2, en pies
por segundo, y se encuentra en las abscisas la longitud L, en pies.
Los espigones deben ser colocados con su eje X paralelo a la corriente. La
longitud L que arroja la figura se refiere al espigón de un puente colocado normal a
la corriente del río.

Q Cuando el puente está en esviaje, esta


1,5 L longitud corresponde al lado A más
corto (figura XXXIII-17) en que el
L
ángulo formado por la corriente con el
45°
terraplén es obtuso, debiéndose alargar
el espigón del lado que forma ángulo
agudo: cuando el ángulo sea de 45°,
Figura XXXIII-17: longitud L en
puente con esviaje. este espigón deberá ser de longitud
1,5L y, para ángulos diferentes, se
adoptan medidas proporcionales.
318 Drenaje vial para ingenieros viales

Figura XXXIII-18: Longitud de los espigones de encauzamiento.


Fuente: Ref. (47)
Drenaje vial para ingenieros viales BIBLIOGRAFÍA 1

BIBLIOGRAFÍA
2 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

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Caracas,1972
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 1

ANEXOS
2 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

ANEXO A
CURVAS REGIONALES DE INTENSIDAD-DURACIÓN-FRECUENCIA

Fuente: Ref. (8)


Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 3

Este anexo es copia del Apéndice 1 de la referencia (8), variando únicamente


la escala del mapa de referencia, el cual se ha desmejorado para darle cabida en
tamaño carta.
Se incluyen 36 curvas de intensidad-duración-frecuencia para catorce
regiones hidrológicas diferentes que, según la referencia (8), fueron desarrolladas
por Ayala, U.L. y Mendoza, R.F. en un trabajo inédito de 1980 titulado
“Regionalización de lluvias extremas en Venezuela para uso en el drenaje vial” .
En algunas regiones se han preparado curvas distintas para distintos pisos
altitudinales, con el propósito de darle mayor importancia a la variabilidad del clima
con la altura. En la Región Guayana, por su extensión y escasos registros, solo se
presentan las curvas de seis estaciones con datos de calidad homogénea y periodo
de registro aceptable para la fecha del estudio. Las regiones son las que se
identifican a continuación:
I. LAGO DE MARACAIBO
a) Zona Norte
b) Perijá
c) Zona Central
d) Zona Sur
II. LOS ANDES
a) Vertiente Occidental
Elevaciones entre 200 y 800 msnm
Elevaciones entre 800 y 1.600 msnm
b) Páramos: elevaciones mayores a 1.600 msnm
c) Vertiente Oriental
Elevaciones entre 200 y 800 msnm
Elevaciones entre 800 y 1.600 msnm
III. LLANOS OCCIDENTALES
IV. CENTRO-OCCIDENTE
Elevaciones menores de 500 msnm
Elevaciones mayores de 500 msnm
V. NOROCCIDENTE
a) Zona Costera
b) Zona Montañosa
VI. LITORAL CENTRAL
Elevaciones menores de 200 msnm
Elevaciones mayores de 200 msnm
VII.CENTRO
Elevaciones menores de 500 msnm
Elevaciones entre 500 y 1.000 msnm
Elevaciones mayores de 1.000 msnm
VIII. TUY-BARLOVENTO
Elevaciones entre 200 1.000 msnm
Elevaciones mayores de 1.000 msnm
4 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

IX. LLANOS DE APURE Y AMAZONAS


X. LLANOS CENTRALES
Elevaciones menores de 200 msnm
Elevaciones mayores de 200 msnm

XI. LLANOS ORIENTALES


Elevaciones menores de 100 msnm
Elevaciones mayores de 100 msnm
XII. DELTA DEL ORINOCO
XIII. ORIENTE
a) Costa de Barlovento
b) Sucre y nueva Esparta
Elevaciones menores de 100 msnm
Elevaciones mayores de 100 msnm
XIV. GUAYANA
Drenaje vial para ingenieros viales
ANEXOS

REGIONES
HIDROLÓGICAS

Fuente: “Regionalización de lluvias


extremas en Venezuela para uso
en el drenaje vial”. Autores: Ayala,
U. L. y Mendoza, R.F. (1980)

Trabajo inédito mostrado en la


Ref. (8).
5
6 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 7
8 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 9

25 años

10 años

5 años
2 años
10 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 11

25 años

10 años

5 años

2 años
12 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 13
14 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 15
16 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 17
18 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 19
20 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 21
22 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 23
24 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 25

ANEXO B

NOMOGRAMAS Y GRÁFICOS PARA EL

DIMENSIONAMIENTO HIDRÁULICO DE LAS ALCANTARILLAS

FUENTE: Ref. (10)


26 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

UN CONSEJO PRÁCTICO PRELIMINAR

Este anexo contiene todos los nomogramas y gráficos necesarios para


dimensionar hidráulicamente las alcantarillas de los tipos usuales en la construcción
de carreteras. Fueron desarrollados por el Bureau of Public Roads y publicados en
1947 en el “Manual de drenajes”, referencia (10), por el extinto Ministerio de Obras
Públicas.
Estas curvas fueron desarrolladas experimentalmente y, a pesar del tiempo
transcurrido, siguen teniendo vigencia. Los programas de computación que
resuelven el problema utilizan ecuaciones polinómicas interpoladas en ellas.
El procedimiento de cálculo no es difícil pero, como para cada tipo de
alcantarilla es necesario el manejo de varios de los gráficos y nomogramas
mostrados en el apéndice B, resulta engorroso. El autor encontró que la utilización
de los gráficos y nomogramas del Anexo B se facilita en gran medida si se organiza
un folleto con copias de los mismos ordenadas de la siguiente manera:

PAG. CONTENIDO PAG. CONTENIDO PAG. CONTENIDO


1 Tabla B-1 CIRCULARES METAL CORRUGADO ABOVEDADAS METAL CORRUG.
CAJONES DE CONCRETO 11 Nomograma B-3 23 Nomograma B-4
2 Nomograma B-1 12 Nomograma B-7 24 Nomograma B-9
3 Nomograma B-5 13 Gráfico B-2 (1ª pág.) 25 Gráfico B-3 (1ª pág.)
4 Gráfico B-1 14 Gráfico B-2 (2ª pag.) 26 Gráfico B-3 (2ª pag.)
15 Gráfico B-5 27 Gráfico B-7
16 Gráfico B-9 28 Gráfico B-9
TUBOS DE CONCRETO CIRCULARES LÁMINAS ESTRUCT. ABOVEDADAS LÁMINAS ESTRUC.
5 Nomograma B-2 17 Nomograma B-3 29 Nomograma B-4
6 Nomograma B-6 18 Nomograma B-8 30 Nomograma B-10
7 Gráfico B-2 (1ª pág.) 19 Gráfico B-2 (1ª pág.) 31 Gráfico B-3 (1ª pág.)
8 Gráfico B-2 (2ª pag.) 20 Gráfico B-2 (2ª pag.) 32 Gráfico B-3 (2ª pag.)
9 Gráfico B-4 21 Gráfico B-6 33 Gráfico B-8
10 Gráfico B-9 22 Gráfico B-9 34 Gráfico B-9
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 27

TABLA
B-1
28 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

CAJONES CON CONTROL A LA ENTRADA NOMOGRAMA B-1


Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 29

TUBOS DE NOMOGRAMA B-2


30 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

TUBOS DE METAL CORRUGADO


CON CONTROL A LA ENTRADA
NOMOGRAMA B-3
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 31

SECCIONES ABOVEDADAS DE
METAL CORRUGADO CON Nomograma b-4
32 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

CAJONES DE CONCRETO
A SECCIÓN PLENA (n= 0,012)
CONTROL A LA SALIDA NOMOGRAMA B-5
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 33

TUBOS DE CONCRETO A SECCIÓN


PLENA (n= 0,012)
CONTROL A LA SALIDA NOMOGRAMA B-6
34 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

TUBOS DE METAL CORRUGADO


A SECCIÓN PLENA (n= 0,024)
CONTROL A LA SALIDA NOMOGRAMA B-7
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 35

TUBOS DE LÁMINAS ESTRUCTU-


RALES DE METAL CORRUGADO
A SECCIÓN PLENA (n= 0,0328 a
0,0302) CONTROL A LA SALIDA NOMOGRAMA B-8
36 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

SECCIONES ABOVEDADAS
DE METAL CORRUGADO A
SECCIÓN PLENA (n= 0,024)
CONTROL A LA SALIDA NOMOGRAMA B-9
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 37

SECCIONES ABOVEDADAS
DE LÁMINAS ESTRUCTU-
RALES DE METAL CORRU-
GADO A SECCIÓN PLENA
(n= 0,0327 A 0,0306)
CONTROL A LA SALIDA NOMOGRAMA B-10
38 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

PROFUNDIDAD CRÍTICA EN
CANALES RECTANGULARES GRÁFICO B-1
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 39

PROFUNDIDAD CRÍTICA EN
CONDUCTOS CIRCULARES GRÁFICO B-2a
40 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

PROFUNDIDAD CRÍTICA EN
CONDUCTOS CIRCULARES GRÁFICO B-2b
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 41

PROFUNDIDAD CRÍTICA EN
SECCIONES ABOVEDADAS DE
METAL CORRUGADO GRÁFICO B-3a
42 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

PROFUNDIDAD CRÍTICA EN
SECCIONES ABOVEDADAS DE
METAL CORRUGADO GRÁFICO B-3b
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 43

SECCIONES CIRCULARES DE
CONCRETO A
SECCIÓN PLENA

GRÁFICO B-4
44 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

SECCIONES CIRCULARES DE
METAL CORRUGADO
A SECCIÓN PLENA
n= 0,024

GRÁFICO B-5
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 45

TUBOS CIRCULARES DE
LÁMINAS ESTRUCTURALES
DE METAL CORRUGADO A
SECCIÓN PLENA
(n= 0,0328 a 0,0302)

GRÁFICO B-6
46 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

SECCIONES
ABOVEDADAS
DE METAL
CORRUGADO A
SECCIÓN
PLENA
n= 0 024

GRÁFICO B-7
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 47

SECCIONES
ABOVEDADAS DE
LÁMINAS
ESTRUCTURALES
DE METAL
CORRUGADO A
SECCIÓN PLENA
n= 0,0327 a
0 0306
GRÁFICO B-8
48 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

ELEMENTOS HIDRÁULICOS GRÁFICO B-9


Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 49

ANEXO C
NOMOGRAMAS PARA EL DIMENSIONAMIENTO HIDRÁULICO DE ENTRADAS
MEJORADAS

Fuente: Ref. (22)


50 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 51

CAJONES RECTANGU-
LARES CON CONTROL A
LA ENTRADA
ALETAS A 90° - ARISTAS
ACHAFLANADAS O NOMOGRAMA C-1
BISELADAS
52 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

UN SOLO CAJÓN RECTANGULAR EN


ESVIAJE CON CONTROL A LA ENTRADA Y
ARISTAS ACHAFLANADAS O BISELADAS

NOMOGRAMA C-2
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 53

Q/NBD 3/2

CAJONES RECTANGULARES CON CONTROL


A LA ENTRADA, ÁNGULO DE LAS ALETAS
NOMOGRAMA C-3
DE 18° A 33 7° Y 45°
54 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

NOMOGRAMA C-4
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 55

NOMOGRAMA C-5
56 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

NOMOGRAMA C-6
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 57

TUBERÍAS CIRCULARES DE
CONCRETO CON CHAFLÁN
CIRCULAR EN LA ENTRADA NOMOGRAMA C-7
58 ANEXOS Drenaje vial para ingenieros viales

NOMOGRAMA C-8
Drenaje vial para ingenieros viales ANEXOS 59

NOMOGRAMA C-9

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