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Fuego

Se llama fuego al conjunto de partículas o moléculas


incandescentes de materia combustible, capaces de emitir
calor y luz visible, producto de una reacción química de
oxidación acelerada. Las llamas son las partes del fuego
que emiten luz visible, mientras que el humo son
físicamente las mismas pero que ya no la emiten. Las
llamas consisten principalmente en dióxido de carbono,
vapor de agua, oxígeno y nitrógeno. Si están lo
suficientemente calientes, los gases pueden ionizarse y
convertirse en plasma.1 2 Coloquialmente se le conoce
también como lumbre o candela en algunos países.3

Índice
Comportamiento fisicoquímico
El fuego es una mezcla de gases incandescentes
Evolución de la concepción científica del
y otras partículas procedentes de una combustión.
fuego
Teoría de la combustión de Lavoisier
Mitología sobre el fuego
Significado simbólico e iconología
Peligros
Véase también
Referencias
Enlaces externos

Comportamiento fisicoquímico
Esta fuerte reacción química de oxidación es un proceso exotérmico, lo que quiere decir que, al mismo tiempo,
desprende energía en forma de calor al aire de su alrededor. El aire que se encuentra alrededor de las moléculas
o partículas calientes disminuye la densidad y tiende a flotar sobre el aire más frío (convección). En el caso
particular del fuego de estado sólido, el aire caliente viaja hacia arriba a tal velocidad que empuja aún
partículas pesadas de combustible en la misma dirección (aún calientes y brillantes), las cuales van bajando de
temperatura al igual que el aire circundante, dejando de brillar y tornándose generalmente de un color negro
como el carbón; el aire, al enfriarse, empieza a bajar de velocidad, a tal punto que ya no puede empujar las
partículas para arriba y estas empiezan (si pesan más que el aire) a levitar sin subir, para luego caer de nuevo a
tierra.

Evolución de la concepción científica del fuego


Véase también: Fuego (elemento)
En la antigüedad clásica el fuego fue uno de los cuatro elementos clásicos, junto con el agua, el aire y la tierra.
Los cuatro elementos representaban las cuatro formas conocidas de la materia y eran utilizados para explicar
diferentes comportamientos de la naturaleza. En la cultura occidental, el origen de la teoría de los cuatro
elementos se encuentra en los filósofos presocráticos de la Grecia clásica, y desde entonces ha sido objeto de
numerosas obras de expresión artística y filosófica, perdurando durante la Edad Media y el Renacimiento e
influyendo profundamente en la cultura y el pensamiento europeos. Paralelamente, el hinduismo y el budismo
habían desarrollado concepciones muy parecidas.

En la mayoría de estas escuelas de pensamiento se suele añadir un quinto elemento a los cuatro tradicionales,
que se denomina, alternativamente, idea, vacío, éter o quintaesencia (literalmente "la quinta esencia").

El concepto de los elementos clásicos continuó vigente en Europa durante la Edad Media, debido a la
preeminencia de la visión cosmológica aristotélica y a la aprobación de la Iglesia católica del concepto del éter
que apoyaba la concepción de la vida terrenal como un estado imperfecto y el paraíso como algo eterno.

El uso de los cuatro elementos en la ciencia se abandonó en los siglos XVI y XVII , cuando los nuevos
descubrimientos sobre los estados de la materia superaron la concepción clásica.

En el siglo XVII, Johann Joachim Becher propuso una versión particular de la teoría de los cuatro elementos: el
papel fundamental estaba reservado a la tierra y al agua, mientras que el fuego y el aire eran considerados
como simples agentes de las transformaciones. Todos los cuerpos, tanto animales como vegetales y minerales,
estaban formados, según Becher, por mezclas de agua y tierra. Defendió también que los verdaderos elementos
de los cuerpos debían ser investigados mediante el análisis, y, en coherencia, propuso una clasificación basada
en un orden creciente de composición. Becher sostenía que los componentes inmediatos de los cuerpos
minerales eran tres tipos diferentes de tierras, cada una de ellas portadora de una propiedad: el aspecto vítreo,
el carácter combustible y la fluidez o volatilidad. La tierra, que denominó terra pinguis, se consideraba
portadora del principio de la inflamabilidad. Su nombre podría traducirse como tierra grasa o tierra
oleaginosa, que en la alquimia se conoce con el nombre de azufre, aunque Becher empleó también otras
expresiones para designarla; entre ellas, azufre flogisto (este sustantivo derivado del griego phlogistos, que
significa ‘inflamable’). Finalmente fue la palabra flogisto la que acabó imponiéndose, gracias sobre todo a la
labor del más efectivo defensor de sus ideas, Georg Ernst Stahl.

Teoría de la combustión de Lavoisier

La teoría del flogisto se mantuvo hasta los años 1780, cuando Antoine Laurent Lavoisier, considerado el padre
de la química moderna, diseñó un experimento para contrastarla. Lavoisier colocó una pequeña cantidad de
mercurio sobre un sólido flotando sobre agua, lo cerró bajo una campana de vidrio y provocó la combustión
del mercurio. Según la teoría del flogisto, el cuerpo flotante debería estar menos sumergido tras la combustión,
ya que la cantidad restante de sustancia junto a la ceniza debería pesar menos que la inicial y el volumen de
aire dentro de la campana debería aumentar como efecto de la asimilación del flogisto, y con ello el nivel de
líquido cerrado debería ser más bajo que al comienzo. El resultado del experimento contradijo los resultados
esperados según esta teoría. Lavoisier interpretó correctamente la combustión, eliminado el flogisto en su
explicación. Las sustancias que arden se combinan con el oxígeno del aire, por lo que ganan peso. El aire que
está en contacto con la sustancia que se quema pierde oxígeno y, por tanto, también volumen.

Con Lavoisier los químicos abandonaron progresivamente la teoría del flogisto y se apuntaron a la teoría de la
combustión basada en el oxígeno.

Mitología sobre el fuego


Desde que el humano comenzó a dominar el
fuego, se presentó un problema importante:
encenderlo. De ahí que las religiones se
convirtieran en las guardianas del fuego:
mantener un fuego permanente era importante
por si los fuegos domésticos se apagaban, y de
ahí que todas las religiones, todavía ahora,
mantengan un fuego encendido en el santuario.

El culto del fuego siguió al que se tributaba al Sol


y casi todos los pueblos lo adoraron como el más
noble de los elementos y como una viva imagen
del astro del día. Los caldeos lo tenían por una
deidad suprema. Sin embargo, en Persia es donde En la mitología griega, el Etna era el volcán en cuyo interior
se extendió su culto casi exclusivamente. Se se situaban las fraguas de Hefesto, que trabajaba en
encontraban por todas partes cercados cerrados compañía de cíclopes y gigantes. El monstruoso Tifón
con muros y sin techo, dentro los cuales, se yacía debajo de esta montaña, lo que causaba frecuentes
encendía asiduamente el fuego en donde el terremotos y erupciones de humo y lava.
pueblo devoto venía a ciertas horas para rogarle.
Los grandes señores se arruinaban [cita requerida]
arrojando en él esencias preciosas y flores odoríferas, privilegio
que miraban como uno de los mejores derechos de la nobleza.
Estos templos descubiertos fueron conocidos de los griegos con
el nombre de Pyreia (Πυραία) o Pyrateia (Πυραταία). Los
viajeros modernos hablan también de ellos como de los más
antiguos monumentos del culto del fuego. Cuando un rey de
Persia estaba agonizando, se apagaba el fuego en las principales
ciudades del reino y no se volvía a encender hasta después de la
coronación de su sucesor. Estos pueblos se imaginaban que el
fuego había sido traído del cielo y puesto sobre el altar del primer
templo que Zoroastro había mandado edificar en la ciudad de Tragafuegos indio en Bélgica. Para que la
Xis, en la Media. Estaba prohibido arrojar a él nada que no fuese llamarada se produzca se sopla el
puro, llegando a tal punto la superstición que nadie osaba mirarlo combustible a través de la llama en
presencia de oxígeno.
atentamente. En fin para más imponer, los sacerdotes lo
conservaban secretamente y hacían creer al pueblo que era
inalterable y se alimentaba de sí mismo. Hyde ha creído que este
culto tenía por único objeto representar al Ser Supremo.

Sea lo que fuere, esta costumbre pasó a Grecia. Ardía aun el sagrado fuego en los templos de Apolo en Atenas
y en Delfos, en el de Ceres en Mautíuaa, en el de Minerva en el de Júpiter Ammon y en las pritaneas de todas
las ciudades griegas, donde ardían continuamente las lámparas cuidando muy particularmente que no se
apagasen. Los romanos, imitadores de los griegos, adoptaron este culto y Numa fundó un colegio de vestales,
cuyas funciones consistían en conservar el fuego sagrado. Esta religión subsistió entre los guebros o parsos,
como también en muchos pueblos de América, entre otros, en Virginia. Cuando estos pueblos volvían de
alguna expedición militar o habían salido felizmente de un peligro inminente, encendían un gran fuego y
atestiguan su alegría danzando a su alrededor con una calabaza o campanilla en la mano, como dando gracias
a este elemento por haberles salvado la vida.

Jamás empezaban sus comidas sin haber arrojado antes al fuego el primer bocado a modo de una ofrenda y
todas las tardes los encendían cantando y danzando a su alrededor.
El fuego es igualmente una de las principales divinidades de los
tártaros. No permiten acercar a su territorio a ningún extranjero sin
que antes se haya purificado pasando por entre dos hogueras. Evitan
con gran cuidado meter en el fuego un cuchillo o siquiera tocarlo con
este instrumento. Sería un crimen mayor astillar la madera con hacha
cerca las llamas. Antes de beber tienen la costumbre de volverse hacia
al mediodía, que es el lado que, según ellos, corresponda el fuego, en
honor del cual edifican también sus cabañas con la puerta mirando
hacia esa parte. Se construía expresamente una cabaña en el lugar en
que estaba acampado el emperador de Monomotapa, en la cual se
encendía un fuego que se conservaba con un cuidado religioso.

Los antiguos africanos tributaban los honores divinos o este elemento


y mantenían en sus templos un fuego eterno.

Los yakouts, población de Siberia, creen que existe en el fuego un ser,


a quien atribuyen el poder de dispensar los bienes y los males y le
Inicio del fuego de forma natural por
ofrecen sacrificios perpetuos. Los indios vecinos de las orillas de
la caída de un rayo en un tronco,
Columbia miraban el fuego como un ser poderoso y terrible. Le provocando un incendio forestal
ofrecían constantemente sacrificios y le suponían igualmente árbitro
del bien y del mal. Buscaban su apoyo porque solo él podía interceder
con su protector alado y procurarles todo lo que deseaban como hijos varones, esto es, una pesca y una caza
abundante, en una palabra todo lo que a su modo de ver constituía la riqueza y el bienestar.

Los chinos que habitan los confines de Siberia reconocen un dios del fuego. Durante la residencia de M. Pailas
en Maiinatschiu, se prendió fuego la población; las llamas devoraban muchas casas y sin embargo, ningún
habitante procuraba atajarlo. Todos permanecían alrededor del incendio en una consternación inactiva; algunos
arrojaban tan solo por intervalos gotas de agua en él para apaciguar al dios, que decían, había escogido sus
habitaciones por un sacrificio. Si los rusos no hubiesen extinguido el incendio, toda la ciudad habría quedado
reducida a cenizas.

Significado simbólico e iconología

Este elemento tuvo altares, sacerdotes y sacrificios en muchísimas


comunidades del planeta. Los romanos lo representaban bajo la figura
de Vulcano en medio de los cíclopes. Una vestal cerca de un altar
sobre el cual arde el fuego sagrado o una mujer teniendo un vaso
lleno de él con una salamandra a sus pies son también símbolos por
medio de los cuales los antiguos representaban el fuego. Cesare Ripa
y Gravelot han juntado a estos emblemas la presencia del Sol,
principio del calor y de la luz, y el fénix, que muere y renace en este
elemento, expresión simbólica que, en opinión de los filósofos, creían
que el mundo sería consumido algún día por las llamas para renacer Fuego en la ceremonia de la cena
más brillante y perfecto.4 del solsticio de invierno (Muy Resp.'.
Gr.'. Log.'. Nacional Mexicana
La masonería también incluye el fuego entre sus símbolos: es uno de "Independencia N.º 2")
los cuatro elementos que, al igual que en las culturas de la
Antigüedad, son presencia permanente en el lenguaje y en los trabajos
de las logias. La masonería toma el significado simbólico antiguo del fuego y reconoce su doble naturaleza:
creación e iluminación, por un lado, y destrucción y purificación, por el otro.5
Peligros
El fuego conlleva un conjunto de peligros, el primero y más evidente
son las quemaduras. También otros como la intoxicación por
inhalación de humo.

En el apartado de psicología está la piromanía, que se define como


una enfermedad en la que una persona siente la necesidad de quemar
algo y cuanto más grande sea el fuego mejor (para él). Esto ha
provocado incendios forestales intencionales.

Véase también
Dominio del fuego por los primeros humanos
Fuego clase B
Salamandra (mitología)

Referencias
1. «El estado de la materia del fuego» (https://espaciociencia. Un incendio en una casa de Nueva
com/el-estado-de-la-materia-del-fuego/). Orleans, tras el paso del Huracán
EspacioCiencia.com. 16 de enero de 2018. Consultado el Katrina en 2005
13 de octubre de 2020.
2. Ph. D., Biomedical Sciences. «What State of Matter Is Fire
or Flame?» (https://www.thoughtco.com/what-state-of-matter-is-fire-604300). ThoughtCo (en
inglés). Consultado el 13 de octubre de 2020.
3. «lumbre | Diccionario de la lengua española» (https://dle.rae.es/lumbre). «Diccionario de la
lengua española» - Edición del Tricentenario. Consultado el 26 de abril de 2020.
4. Diccionario universal de mitología. (http://books.google.es/books?pg=PA636&dq=diccionario+
de+mitolog%C3%ADa&id=H-dY_P1fWGAC&hl=es#v=onepage&q=diccionario%20de%20mito
log%C3%ADa&f=false)
5. Daza, J. C. (1997). Diccionario Akal de la masonería. Madrid: Akal. ISBN 84-460-0738-X

Enlaces externos
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre el fuego.
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre el fuego.

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Esta página se editó por última vez el 10 feb 2021 a las 16:26.

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