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CAPÍTULO II DE LOS BIENES PÚBLICOS

Definición Artículo 5.

Se consideran Bienes Públicos:

1. Los bienes muebles e inmuebles, títulos valores, acciones, cuotas o

participaciones en sociedades y demás derechos, de dominio público o de dominio

privado, que hayan adquirido o adquieran los órganos y entes que conforman el

Sector Público, independientemente del nivel de gobierno al que pertenezcan;

2. Los bienes, mercancías o efectos, que se encuentran en el territorio de la

República y que no tienen dueño;

3. Los bienes muebles e inmuebles, títulos valores, acciones, cuotas o

participaciones en sociedades y demás derechos provenientes de las herencias

yacentes;

4. Las mercancías que se declaren abandonadas;

5. Los bienes, mercancías o efectos que sean objeto de una medida de comiso

firme mediante acto administrativo o sentencia definitiva y los que mediante

sentencia firme o procedimiento de ley sean puestos a la orden del Tesoro

Nacional.

6. Los bienes muebles e inmuebles pertenecientes al Estado venezolano, que

se encuentren en tránsito o que estén permanentemente instalados en el país ante

cuyo Gobierno estén acreditados, según las disposiciones en materia del servicio

exterior. Dentro de los Bienes Públicos, se establecen las siguientes categorías:


a. Bienes Nacionales. Son Bienes Nacionales, los bienes públicos, de dominio

público o privado propiedad de la República, de los institutos autónomos y de las

empresas del Estado, de las demás personas en que los entes antes

mencionados tengan una participación igual o superior al 50% del capital social y

de las consideradas fundaciones del Estado.

b. Bienes Estadales. Son Bienes Estadales, los bienes públicos, de dominio

público o privado propiedad de los estados, de los institutos autónomos y de las

empresas estadales, de las demás personas en que los entes antes mencionados

tengan una participación igual o superior al 50% del capital social y de las

consideradas fundaciones estadales.

c. Bienes Municipales. Son Bienes Municipales, los bienes públicos, de dominio

público o privado propiedad de los municipios, de los institutos autónomos y de las

empresas municipales, de las demás personas en que los entes antes

mencionados tengan una participación igual o superior al 50% del capital social y

de las consideradas fundaciones municipales.

d. Bienes Distritales. Son Bienes Distritales, los bienes públicos, de dominio

público o privado propiedad de los distritos, de los institutos autónomos y de las

empresas distritales, de las demás personas en que los entes antes mencionados

tengan una participación igual o superior al 50% del capital social y de las

consideradas fundaciones distritales.


Reparto de Competencias

En el Estado Federal, escribe Linares Quintana (citado en Lares, 2001), las

atribuciones políticas esenciales están distribuidas o repartidas en dos órdenes

gubernativas diferentes: el gobierno central y los gobiernos locales, que coexisten,

armónica y coordinadamente dentro del mismo territorio.

En efecto, bajo el sistema federal, los poderes de gobierno y administración

están divididos entre el gobierno nacional y los gobiernos de los Estados, por lo

cual ofrece capital importancia la determinación exacta de la esfera de actividad

atribuida a cada una de estas entidades. El reparto de competencias entre el

poder nacional y el poder de los Estados es el problema más importante para

resolver a la hora de organizar un Estado federal. Los criterios seguidos para el

establecimiento del deslinde de competencias han sido los siguientes:

1º) Enumeración de todas las materias sobre las que se confiere competencia

al poder nacional, por un lado, y a los gobiernos estatales por el otro;

2º) Enumeración de las materias atribuidas al gobierno nacional, y reserva de

los poderes remanentes a los gobiernos estatales;

3º) Enumeración de las materias que corresponden al gobierno de los Estados

y reserva de las materias no enumeradas al gobierno nacional.

En Venezuela se ha acogido el segundo de los criterios expuestos, esto es, el

de la enumeración de materias atribuidas al poder nacional y de reserva a los

Estados de las materias no enumeradas.


Según la Constitución de 1864, «los Estados que forman la unión venezolana

reconocen recíprocamente sus autonomías, se declaran iguales en entidad

políticas y conservan en toda su plenitud la soberanía no delegada expresamente

en esta, Constitución» (Artículo 12). Esa disposición aparece corroborada por el

Artículo 90 de esa misma Constitución, que expresa: «Todo lo que no esté

expresamente atribuido a la Administración General de la Unión en esta

Constitución, es de la competencia de los Estados».

El citado principio sólo se eclipsó en la Constitución de 1953, conforme a la cual

competía al poder nacional toda materia no atribuida en la Constitución a otros

poderes (numeral 20, Artículo 60).

En la Constitución actual se reconoce el poder de los Estados en las materias

no enumeradas, al disponer que «todo lo que no corresponda, de conformidad con

esta Constitución, a la competencia nacional o municipal» es la competencia de

cada Estado.

Materias de la Competencia de los Estados

Corresponde a la competencia exclusiva de los Estados, conforme al artículo

164 dela Constitución:

a) Dictar su Constitución para organizar los poderes públicos;

b) La organización de sus Municipios y demás entidades locales y su división

político-territorial;

c) La administración de sus bienes y la inversión y la administración de sus

recursos, incluso de los provenientes de transferencias, subvenciones o


asignaciones especiales del Poder Nacional, así como de aquellos que se le

asignen como participación en los tributos nacionales;

d) La organización, recaudación, control y administración de los ramos

tributarios propios, según las disposiciones de las leyes nacionales y estadales;

e) El régimen y aprovechamiento de minerales no metálicos, no reservados al

Poder Nacional, las salinas y ostrales y la administración de las tierras baldías en

su jurisdicción;

f) La organización de la policía y la determinación de las ramas de este servicio

atribuidas a la competencia municipal;

g) La creación, organización, recaudación, control y administración de los ramos

del papel sellado, timbres y estampillas;

h) La creación, régimen y organización de los servicios públicos estadales;

i) La ejecución, conservación, administración y aprovechamiento de las vías

terrestres estadales;

j) La conservación, administración y aprovechamiento de carreteras y

autopistas nacionales, así como de puertos y aeropuertos de uso comercial;

k) La competencia residual, esto es, todo lo que no corresponde, de

conformidad con la Constitución, a la competencia nacional o municipal.

Potestad Tributaria

Según Ossorio (2006), es Dominio, Poder, jurisdicción o facultad que se tiene sobre

una cosa.
Por otra parte, Moya (2009) señala que la potestad tributaria o poder tributario

es la facultad que tiene el Estado de crear unilateralmente tributos, cuyo pago será

exigido a las personas sometidas a su competencia tributaria espacial. Esto, en

otras palabras, importa el poder coactivo estatal de compeler a las personas para

que le entreguen una porción de sus rentas o patrimonios, cuyo destino es el de

cubrir las erogaciones que implica el cumplimiento de su finalidad de atender las

necesidades públicas.

La potestad tributaria, considerada en un plano abstracto, significa, por un lado,

supremacía, y, por otra sujeción. Es decir: la existencia de un ente que se coloca

en un plano superior y preeminente, y frente a él, a una masa indiscriminada de

individuos ubicada en un plano inferior tributario.

A quien le pertenece

Moya (2009), asevera que el sujeto activo de Poder Tributario es el ente público

con capacidad para crear normas jurídicas tributarias, llámese Asamblea Nacional,

Consejo Legislativo Regional o Cámara Municipal, quienes actúan como órganos

legisladores en su respectivo ámbito territorial.

Se tiene, pues, que el Poder Tributario o Potestad Tributaria a Nivel Nacional le

pertenece a la Asamblea Nacional.

Es preciso citar lo dispuesto en el Artículo 187 de la Constitución de la

República Bolivariana de Venezuela, que de manera expresa le atribuye a la

Asamblea Nacional, en este artículo:

Artículo 187. Corresponde a la Asamblea Nacional:


1º Legislar en las materias de la competencia nacional y sobre el

funcionamiento de las distintas ramas del Poder Nacional.

al régimen tributario y al crédito público. (…)

Funciones

 Controlar la Deuda Pública sin perjuicio de las facultades que se atribuyan a

otros órganos.

 Inspeccionar y fiscalizar los órganos, entidades y personas jurídicas del

sector público

 Instar al Fiscal General de la República a que ejerza acciones judiciales a

que hubiera motivo de infracción o delitos cometidos contra el patrimonio

público.

Atribuciones de los órganos de control

 Artículo 287.- La Contraloría General de la República es el órgano de

control, vigilancia y fiscalización de los ingresos, gastos, bienes públicos y

bienes nacionales, así como de las operaciones relativas a los mismos.

Goza de autonomía funcional, administrativa y organizativa, y orienta su

actuación a las funciones de inspección de los organismos y entidades

sujetas a su control.

 Artículo 289.- Son atribuciones de la Contraloría General de la República:


1. Ejercer el control, la vigilancia y fiscalización de los ingresos,

gastos y bienes públicos, así como las operaciones relativas a los mismos,

sin perjuicio de las facultades que se atribuyan a otros órganos en el caso

de los Estados y Municipios, de conformidad con la ley.

2. Controlar la deuda pública, sin perjuicio de las facultades que se

atribuyan a otros órganos en el caso de los Estados y Municipios, de

conformidad con la ley.

3. Inspeccionar y fiscalizar los órganos, entidades y personas

jurídicas del sector público sometidos a su control; practicar fiscalizaciones,

disponer el inicio de investigaciones sobre irregularidades contra el

patrimonio público, así como dictar las medidas, imponer los reparos y

aplicar las sanciones administrativas a que haya lugar de conformidad con

la ley.

Finalidad de la Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector

Publico

El debate sobre la situación fiscal en Venezuela no sólo está vigente, sino que

está entre los temas prioritarios del país. La actividad de las finanzas públicas

demanda soluciones encaminadas a mejorar el balance fiscal, a través de la

generación de mayores ingresos y de una gestión de gasto más eficiente, así

como también a eliminar las distorsiones del marco institucional fiscal. Con ese

objetivo, el Ejecutivo Nacional introdujo el proyecto de Ley Orgánica de

Administración Financiera del Sector Público (LOAFSP) ante la Comisión


Legislativa Nacional (CLN), que fue aprobada el 5 de septiembre de 2000 según

Gaceta Oficial N° 37.029.

La innovación más importante de la LOAFSP se encuentra en la normativa

sobre las reglas macro-fiscales, a través de las cuales se atiende los principios

constitucionales de sostenibilidad, equilibrio fiscal, transparencia, eficiencia y

responsabilidad fiscal. Se establecen los lineamientos generales de las normas de

cada una de estas reglas, pero la metodología de funcionamiento y otros detalles

procedimentales se dejan para su desarrollo en leyes especiales.

Por esta razón, las observaciones y recomendaciones que se desprenden del

análisis de la LOAFSP, se condicionan a la forma que adopten sus lineamientos

en las leyes específicas de esta materia. La LOAFSP también incorpora, de una

manera más sistemática, las normas sobre los distintos componentes que integran

la administración financiera del sector público, como lo son el proceso

presupuestario, el crédito público, la tesorería, la contabilidad fiscal y el control

interno. El análisis en este ámbito, en la medida en que las disposiciones sobre

cada uno de esos sistemas reproducen gran parte del contenido de la vieja

normativa, se limita a destacar su consistencia con el tema de las reglas macro

fiscales.

La LOAFSP, al introducir la materia de las reglas macro fiscales en la

legislación fiscal, sigue las tendencias internacionales contemporáneas en el

enfoque sobre el manejo institucional de la gestión pública. Se crean el marco

plurianual del presupuesto para articular los presupuestos anuales a la política


fiscal de largo plazo y garantizar el equilibrio fiscal intertemporal, el acuerdo de

coordinación macroeconómica para asegurar la consistencia de las políticas

fiscales, monetarias y cambiarias y el fondo de estabilización macroeconómica

para garantizar la estabilidad de las variables fiscales. Incorpora, además esta ley,

la creación del Fondo de Ahorro Intergeneracional, a través del cual se persigue el

logro de una mejor distribución ínter temporal del uso de los recursos petroleros.

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