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Entendimiento y razón

Entendimiento y razón

El entendimiento y la razón son dos formas del conocimiento en la filosofía de Kant y de Hegel. De acuerdo con la teoría de Kant, “todo
nuestro conocimiento comienza merced a los sentidos, pasa luego al entendimiento y culmina después en la razón”. El entendimiento
introduce el orden, unifica los datos de los sentidos con arreglo a las leyes que le son inherentes. Esta ordenación del material de los
sentidos de acuerdo con las leyes del entendimiento, constituye precisamente el conocimiento humano. El conocimiento es subjetivo y no
refleja para nada, ni puede reflejar, el mundo material de las “cosas en sí”. Pero nuestro conocimiento tiende a superar los estrechos
marcos que la Naturaleza le impone, trata de concebir las cosas tal como son en sí mismas. Este es el terreno de la razón. Al hacer esto, la
razón cae en contradicciones inevitables: llega a conclusiones que se contradicen, que en igual medida pueden ser fundamentadas y
excluirse mutuamente (por ejemplo, el mundo tiene y no tiene un principio en el tiempo y en el espacio; la materia puede y no puede ser
infinitamente divisible, &c.). Kant señaló, de esta manera, la presencia de contradicciones en la razón, pero las consideraba puramente
subjetivas, carentes de toda relación con el mundo de las “cosas en sí”. Afirmaba que el paso hacia el conocimiento racional significa
alejarse al máximo de la experiencia, de los objetos del mundo exterior. El propio hecho de que la razón cayera en contradicciones era, para
Kant, una prueba de la debilidad de la razón, de lo ilegítimo de su intento de concebir el mundo de las “cosas en sí”. “Elevándose desde el
entendimiento hacia la razón, Kant rebaja el valor del raciocinio, negándole la capacidad ‘de alcanzar la plena verdad’” (Lenin). Hegel
sometió a una severa crítica el punto de vista de Kant. La diferencia entre el entendimiento y la razón aparece en Hegel como la diferencia
entre los modos inferior y superior del raciocinio y del conocimiento. El raciocinio inferior (del entendimiento), es un “raciocinio finito”,
característico de la lógica formal, de la metafísica. El entendimiento engendra sólo determinaciones finitas, metafísicas, llegando a asertos
inmóviles que se oponen mutuamente. Así, para el entendimiento, la vida y la muerte son dos fenómenos contrapuestos y no relacionados
mutuamente. “Según este modo de concebir, existen dos propiedades autónomas del hombre: la propiedad de ser vivo y, además de eso, la
propiedad de ser muerto. Pero la verdadera comprensión radica en que la vida, como tal, lleva en sí los gérmenes de la muerte y que, en
general, lo finito se contradice, dentro de sí mismo y a consecuencia de ello se anula”. El raciocinio superior (de la razón), según Hegel, es
un raciocinio dialéctico, que señala la contradicción interna de la realidad y de todas las determinaciones engendradas por el raciocinio, e
investigando profundamente la naturaleza del propio raciocinio y de los conceptos por él creados, muestra la interna conexión mutua de los
asertos contrapuestos y su paso recíproco del uno al otro. Lenin cita el ejemplo de la distinción que hace Hegel entre los conceptos de
entendimiento y razón: “Si examinamos el concepto de libertad como una antítesis abstracta de la necesidad, este concepto sólo será un
concepto del entendimiento (finito) de la libertad; en cambio el verdadero y racional concepto de la libertad contiene dentro de sí la
necesidad como anulada”. Pero tanto el entendimiento como la razón, para el idealista Hegel sólo son definiciones del “espíritu” que es
“superior a ambos”. Engels señala que “la distinción hegeliana, según la cual, sólo el raciocinio dialéctico es racional, tiene cierto sentido”.
Todas las formas de la actividad del entendimiento, conocidas como las de la lógica corriente: inducción, deducción, análisis, &c., son
comunes al hombre, a la vez que a los animales. Son “totalmente iguales en el hombre y en los animales superiores” y sólo se distinguen
“por el grado (del desarrollo del correspondiente método)” (Engels). Por el contrario, el raciocinio dialéctico, es propio sólo del hombre, y
eso en la fase relativamente superior de desarrollo: habiendo surgido entre los griegos, sólo alcanza su pleno desarrollo durante el siglo
XIX. El raciocinio racional, comprendido como un raciocinio dialéctico, eleva al hombre por encima del mundo animal.

Diccionario filosófico marxista · 1946:93-94

Entendimiento y razón
Dos modos de conocimiento en la filosofía de Kant (ver) y de Hegel (ver). De acuerdo con la doctrina de Kant, “todo conocimiento
comienza por los sentidos, pasa en seguida al entendimiento y se corona en la razón”. El entendimiento introduce el orden en los datos
suministrados por los sentidos y los reúne según las leyes que le son inherentes. El conocimiento es esta ordenación del material
suministrado por los sentidos conforme a las leyes “a priori” del entendimiento. Por ser subjetivo, el conocimiento no refleja en absoluto ni
puede reflejar el mundo objetivo de las “cosas en sí” (ver “Cosa en sí” y “cosa para nosotros”). Pero nuestro conocimiento trata de desbordar
los límites estrechos que la naturaleza le ha asignado, aspira a concebir las cosas tal como son. Y ese es el dominio de la razón. Pero ésta
tropieza con contradicciones inevitables: desemboca en conclusiones que se contradicen recíprocamente, que pueden justificarse en igual
medida y que, al mismo tiempo, se excluyen mutuamente. Por ejemplo, el mundo tiene un comienzo en el tiempo y en el espacio, y no lo
tiene; la materia es divisible al infinito, y no lo es, &c. Kant afirmaba que pasar al conocimiento racional significaba alejarse al máximo de la
experiencia, de los objetos del mundo exterior. El hecho de que la razón se empantane en contradicciones es para Kant, una prueba de su
debilidad, de lo ilegítimo de sus tentativas de penetrar en el mundo de las “cosas en sí”. Kant sentía la necesidad de rebajar el papel de la
razón para justificar la religión.

En Hegel, el entendimiento y la razón son, respectivamente, los modos inferior y superior de pensar y de conocer. El entendimiento es un
“raciocinio finito” que caracteriza a la lógica formal, a la metafísica. El entendimiento no suministra más que definiciones limitadas,
metafísicas, y llega a conclusiones fijas que se oponen una a otra. Así, para el entendimiento la vida y la muerte son fenómenos contrarios
que no tienen nada de común. La razón, según Hegel, es un modo de pensar dialéctico. Al analizar la naturaleza del pensamiento y de las
nociones que engendra, Hegel muestra el vínculo interno de las afirmaciones contrarias y de sus transformaciones mutuas. Pero para el
idealista Hegel, el entendimiento, como la razón, no son más que determinaciones del “espíritu, superior a los dos”. Hegel deforma los
conceptos de “entendimiento” y de “razón” cuando afirma que el entendimiento es materialista y la razón, idealista, especulativa.

En Dialéctica de la naturaleza, Engels subraya que la distinción hegeliana entre el entendimiento y la razón tiene un núcleo racional:
todos los modos de actividad del entendimiento –inducción, deducción, análisis, síntesis– son comunes al hombre y a los animales,
mientras que la razón, vale decir, la actividad del pensamiento que opera con ayuda de conceptos, es lo característico del hombre.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:159-160

Entendimiento y razón
Grados o procedimientos del pensar distinguidos en algunos sistemas de la filosofía premarxista. Por entendimiento se suele entender la
facultad de razonar con acierto, de argumentar, de exponer sistemáticamente los propios pensamientos. Por razón suele entenderse la
facultad de encontrar las causas y la esencia de los fenómenos, la facultad de examinarlos en todos sentidos, de descubrir la unidad de los
contrarios. Los gérmenes de semejante división se encuentran ya en Platón, Aristóteles y Nicolás de Cusa. Ocupan un lugar especial en la
filosofía de Kant y de Hegel. Según Kant, las sensaciones, que surgen gracias a la acción de la “cosa en sí”, incognoscible, sobre los
órganos de los sentidos, se ordenan con ayuda de las formas apriorísticas de la sensibilidad (el espacio y el tiempo) y del entendimiento (las
categorías de unidad, multiplicidad, causalidad, posibilidad, necesidad y otras). El entendimiento da forma al contenido sensorial y por esto
entra en conocimiento de las cosas no como son, sino como aparecen. El ulterior movimiento del conocer es posible gracias a la razón,
formas de cuya síntesis son las ideas de alma, de mundo y de Dios. La mente del hombre, al intentar conocer los objetos de dichas ideas,
se encuentra con contradicciones insolubles (antinomias). El camino hacia el mundo de las “cosas en sí” también está cerrado para la razón
teórica. No queda más remedio que recurrir a la “razón práctica” y ampliar la concepción del mundo a expensas de la fe. Según Hegel, el
entendimiento no va más allá de la determinación inmóvil, de la identidad y de la universalidad abstractas, de los contrarios estancados,
separados entre sí (esencia y fenómeno, necesidad y casualidad, vida y muerte, &c.). El pensamiento intelectivo, sin embargo, no basta;
constituye sólo un grado necesario que permite elevarse más alto, hacia las formas racionales del conocimiento. El aspecto dialéctico
negativo racional del pensamiento consiste en que las determinaciones unilaterales y limitadas se superan a sí mismas, y en el tránsito a su
contrario. El aspecto especulativo positivo-racional del pensamiento contiene en sí, superados, aquellos contrarios más allá de los cuales no
va el entendimiento, y precisamente con esto se revela como lo concreto y la totalidad. El marxismo, a la vez que rechaza el idealismo de
Hegel, valora en mucho su crítica de la metafísica, y la dialéctica contenida en la doctrina hegeliana del entendimiento y la razón.

Diccionario filosófico · 1965:142

no figura

Diccionario de filosofía · 1984

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