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Los callos y callosidades son capas de piel engrosadas que se forman debido a la constante

presión o fricción en esa zona de la piel. Aunque esta afección cutánea no representa un
peligro para la salud, es importante recibir el tratamiento adecuado para evitar complicaciones
a largo plazo, en especial cuando se trata de pacientes diabéticos o personas propensas a
desarrollar úlceras e infecciones. Para nuestra fortuna, existen diversos tratamientos caseros
que te ayudarán a tratar este problema de forma natural y te ahorrarán el viaje a la farmacia.

1- Aceite de ricino y vinagre de manzana

Llena un recipiente con agua caliente y jabón, e incorpora una taza de vinagre de
manzana antes de poner tus pies en remojo por 15 minutos. Una vez transcurrido el
tiempo, las callosidades deberían estar lo suficientemente blandas como para ser limadas
con una piedra pómez. 
En caso de helomas interdigitales, mejor conocidos como ojos de gallo o clavos, frota una
pequeña cantidad de aceite de ricino sobre la zona afectada, luego de haber sumergido
los pies en el vinagre. Los ojos de gallo deberían desparecer solos, luego de 10 días de
tratamiento. 

2- Vitamina E o A

Antes de ir a dormir, rompe una cápsula de vitamina A o E con la ayuda de una aguja y
utiliza el líquido en el interior para frotar la callosidad. Luego de haber dejado actuar los
compuestos por 15 minutos, colócate una media de algodón y prepárate para dormir.
Repite el procedimiento todas las noches hasta que el callo, u ojo de gallo, haya
desparecido.

3- Limón

Antes de ir a dormir, corta una tira de cáscara de limón que tenga el tamaño suficiente
para cubrir el dedo. Envuelve la cáscara en el dedo afectado, sujetándola con una venda o
una goma elástica, y déjala actuar durante toda la noche. Repite el tratamiento todas las
noches hasta que la callosidad haya desaparecido.

4- Cebolla

En un recipiente de vidrio, vierte una taza de vinagre sobre una rodaja grande de cebolla.
Deja el recipiente en un lugar cálido durante el día, y utiliza la cebolla para cubrir el ojo de
gallo antes de ir a dormir. Utiliza una venda o cinta para evitar que la cebolla se salga de
lugar mientras duermes. Repite el procedimiento hasta que la callosidad esté lo
suficientemente blanda como para ser removida con una piedra pómez.

5- Pan

Sumerge media rodaja de pan viejo en un recipiente con vinagre de manzana y utilízala
para envolver la zona del pie afectada, sujetándolo con cinta adhesiva. Envuelve el dedo
con papel film y cubre el pie con una media de algodón. Cuando despiertes, lo más
probable es que el callo haya desaparecido.

6- Aceite de ricino

Aplica el aceite de ricino sobre el ojo de gallo de forma tópica, y cúbrelo con una venda.
Luego colócate una media de algodón en el lado del pie afectado, de manera de dejar que
el producto actúe.

7- Aspirina

Muele cinco o seis aspirinas, y mézclalas con partes iguales de vinagre de manzana y
agua. Una vez que los ingredientes se hayan integrado por completo, utiliza la pasta
obtenida como tratamiento tópico sobre el callo. Luego, cubre con un pequeño vendaje y
deja descansar por 20 minutos, para poder ablandar las durezas y limarlas con una piedra
pómez.

8- Sal de Epsom

Para tratar los callos, coloca un puñado de sal de Epsom en un recipiente con agua fría,
donde deberás sumergir los pies por 20 minutos. Una vez que el tejido muerto se haya
ablandado, utiliza una piedra pómez para remover las capas más superficiales. Es
importante realizar este tratamiento de forma progresiva, ya que si intentas remover el
callo de una sola vez, es muy probable que termines empeorando su condición.

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