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Recursos: son los que permiten impugnar resoluciones definitivas (son los verdaderos
recursos).
Medios de impugnación: son otros medios cuyo objeto es atacar la eficacia de la cosa
juzgada material de resoluciones firmes, es decir, los impropiamente denominados
recursos de revisión y de anulación, éste último, específico del procedimiento
abreviado.
Efecto suspensivo: recurrir contra una decisión judicial refleja disconformidad con ella,
por esta razón se pretende su sustitución, modificación o anulación. Esto produce,
como primera consecuencia, que el mero hecho de que aquélla sea recurrible impide
que adquiera firmeza durante el plazo que la Ley establezca para recurrirla y que
puedan hacerse efectivos sus pronunciamientos hasta que ese plazo transcurra.
Transcurrido el plazo sin recurrir, la resolución es firme y, por tanto, ejecutable. Pero, si
se recurre, cabe preguntarse si, dado el perjuicio que puede producir la resolución
recurrida, puede ésta causar sus efectos con independencia del recurso o si, por el
contrario, debe esperarse a conocer su contenido para actuar en consecuencia. Esta
segunda posibilidad configura el que se conoce como efecto suspensivo.
Esquema del sistema de recursos: El sistema que nuestro ordenamiento procesal
penal estructura para los recursos se construye distinguiendo entre: recursos
devolutivos y no devolutivos; recursos ordinarios, extraordinarios e instrumentales;
atribuyendo a distintos órganos jurisdiccionales penales competencia funcional para
conocer de sus modalidades devolutivas.
Clases:
Recursos instrumentales: son aquéllos que carecen de entidad por sí, ya que no
suponen disconformidad con una decisión judicial por su contenido, sino por la
circunstancia de haber cerrado el paso a un auténtico recurso.
Tienen este carácter, el recurso de queja por inadmisión del de apelación y por
denegación del testimonio necesario para recurrir en casación.
Conclusión:
Los recursos pueden, pues, calificarse por sus efectos en devolutivos y no devolutivos
y, por sus motivaciones, en ordinarios, extraordinarios e instrumentales. Así:
2º.- Recurso de súplica: Se concede en los mismos términos y condiciones que el de
reforma, pero contra los autos de órganos colegiados: Audiencias (Provinciales y
Nacional), Salas de lo Civil y Penal de los Tribunales Superiores de Justicia de las
CCAA y Sala Segunda del Tribunal Supremo.
En nuestro ordenamiento la reforma y la súplica se distinguen casi exclusivamente por
el órgano que dicta la resolución que se recurre: la reforma se prevé cuando ese
órgano es unipersonal (Juzgado), mientras que la súplica procede contra resoluciones
de órganos colegiados (Audiencias y Tribunales).
El recurso de súplica no cabe, cuando expresamente se excluya o se prevea otro tipo
de recurso (arts. 236-238 LECrim; el art. 236 ha resultado modificado por la Ley
13/2009, de 3 de noviembre).
El Capítulo II del Título X de la LECrim.: fue añadido por la Ley 13/2009, de 3 de
noviembre en él se regulan los recursos de reposición y revisión contra las
diligencias de ordenación y decretos de los secretarios judiciales.
Art. 238 bis: “contra todas las diligencias de ordenación dictadas por los Secretarios
Judiciales podrá ejercitarse ante ellos mismos recurso de reposición.
También podrá interponerse recurso de reposición contra los decretos de los
Secretarios judiciales excepto en aquellos supuestos en que proceda la interposición
directa de recurso de revisión por así preverlo expresamente la Ley.
(…)
Contra el decreto del Secretario judicial que resuelva el recurso de reposición no cabrá
interponer recurso alguno”.
l recurso d
Art. 238 ter: “e e revisión se interpondrá ante el Juez o Tribunal con
competencia funcional en la fase del proceso en la que haya recaído el decreto del
Secretario Judicial que se impugna, mediante escrito en el que deberá citarse la
infracción en que ésta hubiera incurrido, autorizado con firma de Letrado y (…)
(…) Contra el auto resolutorio del recurso de revisión no cabe recurso alguno.
El art. 41.5 de la LORRPM dice: “Contra las resoluciones dictadas por los secretarios
judiciales caben los mismos recursos que los expresados en la Ley de Enjuiciamiento
Criminal, que se sustanciarán en la forma que en ella se determina”).
1.- La apelación: es el recurso ordinario por excelencia, se trata de llevar a un órgano
superior el conjunto de las cuestiones que fueron decididas en la resolución que se
recurre.
Planteado, admitido y tramitado el recurso de casación, la Sala Segunda del Tribunal Supremo
resolverá sobre los motivos aducidos por el recurrente. El fallo de la sentencia puede ser de
dos clases: