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Disc.

(El Pecado de la Religiosidad)

Por Alberto Pacheco

Se alzó mi vista a los cielos clamando por la guía de una deidad, la que fuera, que seguro
coincidiría con los sapientes en una visión misma, nuestra nación, las naciones de américa
latina, están en ruinas, pero no cualquier tipo de ruinas, no hablo de calles devastadas, de
edificios rotos o de cielos negros, es probable que muchas estén así, pero estoy hablando ya
a otro nivel, no a una figura física o visual que no niego, vivo en Honduras donde el orden de
las ciudades da pena. Pero más pena me causa la mente borracha de religiosidad de los
ciudadanos influyentes, no me declaro como ateo que quiere ver las iglesias ardiendo o el que
dice que Dios es una ilusión comparable a un nuboso ente invisible que flota en la espalda,
frente o costado de cada ser viviente.

Reconozco como humano que debo creer en un Dios, pero reconozco con muchísima más
firmeza de la que pudiese creer que un humano puede sentir, que el dogma, la religión, la
egolatría pastoril y la tradición son el peor pecado que un humano puede cometer, pues
pudren el deseo de establecimiento de un mundo ordenado, y atentan en cuestión con el
verdadero natural del hombre y la mujer. Dios nos verá como un hijo que habla a su padre
pidiéndole todo, Dios nos ha dejado en nosotros una brillante luz, y aun así queremos que Él
ilumine nuestro camino.

Que la fe saque lo mejor o lo peor de cada individuo depende de la idea de Dios que tenga
cada persona, la fe puede sacar lo mejor de la gente: amor, generosidad, compasión, la
religión lo peor miedo, odio, separación o lo peor violencia, dependiendo de la visión que se
tenga de las creencias. Por un lado, admito que la religión y las prácticas espirituales,
generalmente, tienen un efecto positivo en la salud física, emocional y neurológica de la gente.
La batalla entre una actitud altruista y otra egoísta se da primero en nuestro cerebro y nuestro
corazón siempre bajo la mirada de una religiosa figura atribuida a la deidad.

Camino por las calles de mi ciudad en las semanas del verano cuando noto a mucha gente
complacida en sentirse adolorida y angustiada por flagelar con látigos de fibra de hueso a su
Dios, por colgarlo en un madero y enterrarlo a la tarde, y sin embargo no veo la misma cara de
júbilo en su despertar viviente otra vez, sino más bien una gran tristeza de que ese periodo
que tanto disfrutan se acabe. Veo en otros sectores a la gente levantando las manos “en
éxtasis” porque un egocéntrico les saque el poco dinero con el que pueden dar de comer a
sus hijos, amparándose ese hombre de traje o mujer de vestido en una biblia interpretada
humanamente a provecho, En ninguna de las cuatro veces que el diezmo aparece en el
Nuevo Testamento se nos enseña a guiarnos por esa medida. La Nueva Alianza no se limita a
la ley, sino que nos refiere al ejemplo que se dio sin reservas. Vive una entrega radical y
revolucionaria, nos enseña que debemos hacer eso. Cuando las personas ven a Dios como
un ser amante, misericordioso, compasivo, produce en ellas una perspectiva muy positiva de
sí mismas, y del mundo que les rodea. Si creen en un Dios implacable y recaudador de frac, la
religión puede tener efectos nocivos. He sido tildado de ladrón porque mi familia no sea
dadora de un 10% de lo que a duras penas a mi madre se le permite por vivir.

Dios está allí para ver a la raza humana llegando lejos con sus capacidades, apuesto a que
las hay, aunque no tengo pruebas de ello, pero entre las razas de seres vivos en el universo
debemos demostrar de la alta capacidad que tiene el hombre para ser mejor, incluso sin
afectar a la buena tierra en que vivimos que puede proveer a todos sin distinción. Apuesto por
el Dios verdadero que no quiere ver a la gente que refugiada en prácticas obsoletas o
arrojando personas al suelo proclamándoles una cura a sus males con solo ese acto tan
circense sino que nos desea poniéndonos en pie y agradeciendo que nos ha dado vida,
hagamos nuestra parte por romper nuestros males y crezcamos en una sociedad que se
moderniza. Un Dios que no acepta al hombre que por falsos preceptos agacha su cabeza ante
las injusticias diciendo que Dios los castigara en la muerte y sigue viviendo en la miseria, sino
que en su nombre, lucha con la manera legal de forjar la Ideología cuya principal aspiración es
la consecución de una sociedad en la que los principales recursos y medios pertenezcan a la
comunidad que es la que lo que requiere y no a los individuos que las despilfarran. No se
culpe a nadie más que la región de que muchos hombres y mujeres en su condición de
“siervos de Dios” se encierren en monasterios y conventos en vez de compartir sabiduría con
las sociedades. No se culpe a nadie más que la religión de que los seguidores religiosos creen
que están rindiendo su voluntad a un benevolente individuo cósmico, quien él solo, con sus
propias manos, creó todo el universo, y que tiene los mejores intereses en su corazón,
cuando, de hecho, los seguidores están entregando su voluntad y libertades a grupos ocultos
de elites religiosas para ganancias personales de estas elites. Todo esto es su culpa.

Si digo esto es porque me he dado cuenta que el portador de la bandera de una religión,
jamás ha dado el ejemplo de su Dios en mi vida, existe el ateísmo porque existe la religiosidad
y la religiosidad son quienes no hacen que se mire a Dios en sus obras, Pero ¿que pasara si
un día el hombre comprende que las tradiciones y los protestantismos, que las doctrinas y la
separación del hombre por creencias ya no es útil?... Y las respuestas son muy evidentes.
Levantada de las ruinas y con la vista puesta en el futuro, finalmente nos dejará servir para
hacer el bien, al mundo. Superada la antigua miseria conseguiremos que el sol, hermoso
como nunca antes, brille sobre nosotros. Brille, si, como si fuese la sonrisa de Dios.

Se asegurara la alegría y la paz, para cada hombre, nuestra patria. Todo el mundo anhela
paz, ¡imagínenlo! darle a los pueblos musulmanes nuestra mano sin temor a ser ejecutada,
caminar por las calles de Rábida un viernes santo a las tres de la tarde sin temor a ser mojado
(si, esto se da de verdad). Si, ¡Si nos unimos como hermanos, derrotaremos al verdadero
enemigo del hombre!, la ignorancia, ¡Dejaremos brillar la luz de la paz!, Nunca más una madre
llorara por su hijo. Como Dios así lo quiere.

Aremos, construyamos, estudiemos y produzcamos como nunca antes, llenemos nuestras


mentes de ciencias que es la mejor manera de ver la grandeza de Dios y no cargando su
representación a madera por una calle soleada o proclamando que su acción se da en golpear
a una mujer con cáncer para que caiga al suelo ante mil personas alegando su cura.
¿Creemos en Dios?, Dios cree en nosotros, confiando en la propia fuerza, se alzará una
generación libre. Juventud, verdaderamente, eres de las mejores aspiraciones de nuestro
pueblo, en ti se reconocen nuestros credos y acciones, serás para Honduras y para cada país
nueva vida y si lo piensas bien, seras la determinante de nuestros destinos como nación. Si
alimentas la religión estamos en ruinas, si crees en ti comulgamos con Dios.

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